La tentación aumenta mientras el deseo crece. [+18]

Al final el brujo quedo frente a frente de la bella cortesana, en silencio estudio su perfecto rostro la línea de su nariz, sus labios carnosos prominentes que eran dignos de ser saboreados, besados, mordidos. En ningún momento el brujo quito la vista de ella ya que de esa forma el deseo crecía cada segundo más, si él quería desde el momento que la conoció tenerla entre sus brazos, saborear su piel, acariciar sus muslos, besar aquellos pechos que escondidos estaban bajo tanta ropa también quería probar de ella, que su cuerpo se impregnara del aroma tan delicioso que emanaba de Arianne, la mente del brujo se elevaba, creciendo en deseo, pasión y muchos otros sentimientos ocultos para él.

“Esa estupideces que piensas son una basura, ni ahora, ni nunca amaras a esa puta. Entiende ella solo quiere tu dinero, tus riquezas te despojara de todo lo que tienes, mírala su ambición está a flor de piel y ahora ella cazo a una presa fácil, tu Marko, veras que con el paso del tiempo ella dejara el interés por ti y se ira con otro que posea una mayor fortuna que la tuya. Puta se es hasta el final.” Si estar con ella significara quedarme en la calle… sin nada pues habría valido la pena, una mujer como ella no se encuentra en Paris, conozco varias damas pero ninguna la supera, ella ya tiene un espacio en mi mente, alma y corazón. Eris, ahí se quedara por mucho tiempo. El brujo fue bien claro. Sabia a lo que iba y a pesar de ser un juego en que alguno perdería y otro ganaría siempre estaba la opción de un acuerdo, un empate.

Se acercó a la ventanilla que era cubierta por una cortina de seda roja y corrió un poco para dejar que la briza primaveral a esa hora entrara y los envolviera poco a poco, miro las calles a las personas nada interesante para el en ese momento, la ansiedad lo consumía lentamente y pronto ya no habían más casas ya estaban camino a la mansión de la cual tenía escasos recuerdos de una niñez interrumpida. Cerró la cortina y se acomodó dejando una rodilla de la cortesana entre sus piernas. – Te deseo – pudo pronunciar sin temor, sin vergüenza a lo que ella pensara, no le importaba nada solo lo que el sentía en ese momento, sus impulsos querían jugarle una mala pasada pero algo si quería, que el deseo creciera que fuera una noche única, de la cual ojala no terminara jamás. “Romeo y Julieta los amantes de Verona… aquello son historias creada en la mente de un escritor que en ella el drama, el amor y la tragedia van de la mano, un cuento de hadas si quieres verlo de otra forma… donde todos saben quién es el bueno, el malo y el inocente… Pero ESTO MARKO es la miseria de la vida, TU que puedes tener a cualquier mujer o inclusive hombre… te estas metiendo con lo más bajo de esta sociedad… y es la vida real no es una novela… Por favor Marko no te dejes llevar por algo que no existe aún tienes tiempo para desacerté de esta puta de mala clase” Omitió el comentario que retumbaba en su cabeza como dagas golpeando a su cuerpo, el coche se detuvo y escucho el murmullos del chofer, un guardián protegía la propiedad y al saber que en el interior iba un Santini hizo tocar una campanilla. El coche volvió a la marcha y me tome la libertad de correr ambas cortinas para poder apreciar el maravilloso paisaje primaveral.

Estamos entrando a las tierras de los Santini – añadió con cierta emoción en las palabras y un extraño orgullo, a pesar que los lujos no eran lo suyo, a veces las apariencias servían de más en esta sociedad victoriana. Al final el coche se detuvo completamente y nuevamente unas campanillas volvían a resonar, el chofer se acerco a la puerta y abrió diciendo con su voz ronca que habíamos llegado a la Mansión. Mire a mi acompañante y en silencio me acerque a sus labios para depositar un simple beso, baje del carruaje y tome la mano de Arianne para que lograra bajar con cuidado de no caerse.

La primera imagen de la mansión fue algo que hasta al mismo brujo sorprendió; siete sirvientes estaban parados en las escaleras de mármol verde marcando la entrada “Al parecer, la mansión esta impecable y con todos sus lujos, cuadros hermosos, joyas de la familia, piezas innumerables, sirvientes fieles y…” Y nada ahora quédate callada que solo de todos aquellos recuerdo a uno, Enrique. El brujo se acercó al mayordomo del cual tenía más recuerdos ya que su padre era el antiguo mandamás de los asuntos de los Santini. Saludo con el respeto y formalidad digno de quien ve a su patrón Marko sintiéndose importante devolvió el saludo a continuación Enrique presento a los miembros que estaba a mis completos servicios tanto damas como varones, pero antes de cualquier recorrido el brujo presento a su dama de compañía– Les presento a Arianne… A ella la respetaran como si fuera una Santini – ordeno dejando en claro que ella podía hacer y deshacer en su estadía. “FELICITACIONES… has dado el primer pie para que todo se destruya”.

Acompáñame, ahora tenemos mucho que hacer. – Marko tomo de la mano a la puta y le dio un recorrido rápido por el salón de bailes, living, sala de estar y comedor, para finalmente llegar a las grandiosas escaleras por las cuales subieron hasta llegar a la habitación principal o la que Marko antiguamente ocupo.

Impaciente. Podría deletrear la palabra y saborear cada letra en mi mente mientras el carruaje avanzaba, aspire el aroma de las calles que era tan diferente ahora que una puerta nueva se erguía ante mí. Quien dijera que no estaba mal de la cabeza pero el dinero si cambiaba la percepción en las cosas ¿Por qué ahora parecía que mis múltiples eran más bien como mis bufones? Esos que cuchicheaban sobre mí al pasar, esos que yo ni el nombre eran como el tapete que osaba “ensuciar” con mi presencia en las calles de Paris con Marko, por mucho que me odiaran sabían que ellos ni siquiera llegarían a eso en mi interior, tan poca belleza no merecía un espacio en mi ser. El aire que rozaba mis mejillas y se colaba por debajo de mi cabello para hacer cosquillas en mi nuca complementaba la felicidad que Marko me ponía en las manos con bandeja de plata. Arquee una ceja y desvié la mirada hacia Marko cuando pronuncio esas palabras, sonreí sincera...No sabía porque había una espinita de consciencia en mi corazón hacia él ¿Por qué me gustaba tanto? No lo sabía, seguramente era un espejismo de le mente para hacerme sentir mal por. Lo mire por unos segundos mordiéndome mi labio y girándome de nuevo hacia la ventana.

¿Quién lo iba a pensar? Ni siquiera yo que todo lo tenía fríamente calculado, soñé con que alguna vez aceptaría ser la puta fija de algún hombre, muchos me lo habían pedido y a esos mismos los había rechazado aun cuando se pudrieran de todo el dinero que tenían pero Marko no era como esos hombres, él era distinto y por lo que podía ver estaba dispuesto a todo para que yo me quedara a su lado. Un punto a mi favor y todo seguía marchando de maravilla. El aire se me fue del cuerpo, cuando el carruaje se detuvo y unos murmullos llegaron a mis oídos ¡Habíamos llegado! Mantuve la compostura mientras el transporte se volvía a poner en marcha, no quería que por mis evidentes actitudes todo se fuera abajo, seguí con actitud apacible pero por dentro esteba llena de dicha, gozo, oscuridad y secretos-Tus tierras Marko, estamos entrando a tus tierras-pude sentir su orgullo, aunque no parecía mucho de esos hombres que les gustara presumir su riqueza el nombre de familia para todos los ricos era como la corona francesa….sagrada.

Me acomode sobre el asiento cuando el carro se detuvo, no volví asomarme en la ventanilla porque temía arruinar mi sorpresa. Como una niña recibí el beso de Marko infantilmente y sin rechistar ¿Cómo sería? Las ansias me carcomían el cuerpo por dentro pero las mismas no duraron mucho ya que al tomar la mano de Marko e impulsarme para encontrarme con el que tal vez podría ser mi futuro destino todo se volvió incluso mejor de lo que había soñado. Me sorprendió ver la magnificencia de los terrenos y no solo eso, también golpeo fuertemente en el rostro la servidumbre que ya esperaba a Marko. Mire un par de veces a mi alrededor, con el semblante serio pero al mismo tiempo curioso, quería saber y poseer todo de ese lugar incluso al dueño. Los Santini no eran cualquier clase de familia rica, eran bastante influyentes según mis ojos podían captar. Uno de los sirvientes saludo a Marko formalmente, no había visto nada así e mi vida pero no por eso me asuste, al contrario el pecho se me inflaba de puro orgullo y felicidad que sentía ¡Lo había logrado!

-Es un placer-fueron las únicas palabras que salieron de entre mis labios, estaba demasiado emocionada. Me estaba dando el poder, la situación no podía tornarse de una forma mejor-No creo que eso sea necesario Marko…-susurre cerca de su oído acariciándolo un poco con la punta de la nariz. Mire por última vez a la servidumbre y les sonreí antes de dejarme guiar por Marko quien me dio un rápido recorrido por toda la casa, era hermosa pero claro si la comparábamos conmigo era un insulto a mi persona-Esto es…espectacular, no entiendo como no llegaste aquí desde un principio-llegamos a una puerta la que identifique rápidamente como su habitación. Ostentosa como todo lo que rodeaba esas tierras. Tome la manija y gire en un movimiento rápido-¿Tan pronto Marko? Pensé que queria…jugar-solo me podía llevar al cuarto por una razón. ¿Esperaba que me quedara o que después de una noche o unas cuantas horas regresara al burdel? Por el momento me daba lo mismo, tenía el poder de todo eso porque él me lo había concedido, una hora, dos días, tres meses o cinco años ahora yo era como…la dueña.

El brujo se adentró en la habitación, en completo silencio recorrió el lugar con la mirada los recuerdos comenzaron aparecer en su mente, una dulce niñez antes de la muerte, antes de Eris, antes de todo lo que estaba envuelto ahora, todo estaba tal cual lo había visto por última vez, las cortinas rojas, las colchas rojas, los sofás y todo era en la misma gama de colores rojizos y aunque nunca le gusto del todo se sentía en casa nuevamente, en esas cuatro paredes había imaginado su vida cuando grande y ahora que ya lo era solo quería regresar a esos años. La nostalgia lo envolvió como una madre abraza a un bebe se sintió vulnerable, feliz, triste apenas comenzaba en la ruleta de las emociones, giro en su propio eje analizando el lugar hasta que se topó con los ojos celestes de Arianne. - No te equivoques…. Este es el lugar que mejor conozco en toda la mansión es mas grande de lo que crees y no simplemente tiene una cama, hay sofás, un baño otra habitación tras aquella puerta… jugaremos no dudes de eso. No quiero que pienses que solo quiero sexo contigo porque no es así, tu vales y por ti haría muchas cosas – la voz del brujo fue serena y cuando termino aquella frase beso tierna y suavemente los labios prominentes de la prostituta.

La hizo adentrarse en su mundo, llevándola hasta un gran sofá rojo con bordes dorados la invito a sentarse mientras el iba hacia una pila de libros que había en una esquina, quito el polvo de un libro de tapa azul abrió aquel y saco una llave de su interior. Aquello solo le decía que todo estaba en orden desde su última visita fue hasta un baúl de terciopelo marrón y abrió el candado dorado que lo mantenía cerrado de aquel saco un pergamino amarillento, antiguo que estaba escrito en una lengua casi desconocida para el mundo, sonrió al verle y se acercó a su dulce tentación… - Quiero que escuches algo… que encontré hace algunos años y lo he guardado bajo llave para un momento como este… para una persona como tú – se mojó los labios y comenzó a recitar aquel poema que se sabía de memoria pero aun asi quería no equivocarse en nada.

Porque soy la primera y la última,
Yo soy la venerada y la despreciada,
Yo soy la prostituta y la santa,
Yo soy la esposa y la virgen,
Yo soy la madre y la hija,
Yo soy la estéril y numerosos son mis hijos,
Yo soy la bien casada y la soltera,
Yo soy la que da a luz y la que jamás procreó,
Yo soy el consuelo de los dolores de parto,
Yo soy la esposa y el esposo,
Y fue mi hombre quien me creó,
Yo soy la madre de mi padre,
Soy la hermana de mi marido,
Y él es mi hijo rechazado.
Respetadme siempre,
Porque yo soy la escandalosa y la magnífica.

Al terminar se quedó en silencio y miro a Arianne directo a los ojos “El himno a Isis, que fue descubierto en Nag Hammadi… y osas desperdiciar tus palabras en la verdadera prostituta… Isis donde este debe estar revolcándose por tus actos… primero le das derechos que no le corresponden bajo tu techo y ahora le lees algo sagrado. Marko no te dejare en paz… ten fe en mis palabras” Ella es la mía y yo ya soy de ella… aunque no se lo haya dicho es así, el himno de Isis es una proclamación a su trabajo, ella es alguien sagrada. “Sagrado es su entrepiernas que quien sabe Dios a andado bajo aquello” Cállate… cállate…. La discusión siempre era la misma, Eris desconforme con lo que hacía Marko y el intentando hacer callar a su más preciado tesoro, Eris. Enrollo el pergamino rápidamente y lo dejo sobre una mesita que estaba a un lado del sofá, no era su intención ser mal educado pero la deseaba y mucho.

Himno a Isis, pero en este caso Himno para Arianne. Una vez entre en una biblioteca en busca de una novela de amor puro, no encontré nada de lo que buscaba y detrás de una gran biblia de hijas con bordes dorados encontré este pergamino, escrito a mano… no pude dejarlo ahí y me lo traje… hace años que te he buscado una mujer que aquellas palabras describiera y ahora la tengo enfrente – uno de sus dedos acaricio la mejilla de la prostituta con delicadeza. – Ahora es tu turno, dime ahora que soy tuyo que es o cómo quieres que comience este juego… - le pregunto a quien ya quería más de lo que se imaginaba en ese momento.

Deje mis insinuaciones por un momento, solo para no darme cuenta de que esa habitación y en general toda la case tenía algo que a Marko le resultaba nostálgico ¿Qué era la nostalgia? Había escuchado hablar sobre ella, todo el mundo decía que había experimentado aunque fuera una vez la nostalgia pero yo no. Una prostituta no tenía sentimientos, era fría y sin vida, no tenía a nada a que aferrarse ¿Cómo poder sentir nostalgia o amor cuando lo único que tenías era un cuerpo bonito? Obvio, en mi persona yo estaba más allá de los cuerpos y caras bonita pero aun así, mis manos de cierta forma estaban vacías, todo y nada era mío. Suspire pesadamente, tratando de entenderlo, no pude hacerlo porque no sabía nada de él, la codicia me había llegado a eso por lo que mi juego tendría que ser un mejor plan que solo acostarme con él. Lo deje un momento a solas con sus recuerdos hasta que su mirada choco con la mía le sonreí, para tenerlo totalmente conmigo no solo tenía que ser la puta, tenía que ir más allá-Estoy muy…honrada de que compartas esta parte de ti conmigo y no me malentiendas, no quiero ser pasajera para ti.-Me quiero quedar-dije lentamente recibiendo su beso como si recibiera miles de francos.

Me deje llevar sumisa, por primera vez quería escuchar otra cosa que no fuera mi propio ego retumbando en cada pared de toda la casa, casa que ahora reclamaba como mía ahora que él en pocas palabras me había dado derechos. Toque y explore la tela del sofá, era deliciosa ¿Y si yo…? No en ese momento no podía dejar que mis emociones se mostraran justo cuando él me abría un pedazo de su intimidad. Lo espere paciente y me recorrí cuando se acercó con un pergamino que minutos antes había sacado de un baúl. Todo parecía tomar un sentido cuando sus palabras inundaron las esquinas del cuarto, no era un poema, era más que eso, yo en el fondo lo sabía. Mí deformada realidad pocas veces me dejaba ver más allá de mi misma, deje de ver por afuera y me concentré en lo que había adentro de los desgarrados músculos, las putas feas y comunes con grandes inspiraciones ya habían pasado a una cortina blanca que solo me dejaba a mí y a Marko, nadie más. Un nudo abarco desde mi vientre hasta mi garganta, apenas y me había dado tiempo a reaccionar.

Suspire con dificultad, escuchando sus próximas palabras. Como tenían razón y como si Isis fuera nada, todo el poema me personificaba-Es hermoso, abarca la esencia de un ser pero dime algo Marko-busque sus dedos en un movimientos sutil de mi cabeza-¿Crees que quiero jugar contigo? Porque si piensas te diré que no es así, quiero estar para ti, quiero estar en ti…porque contigo soy más especial de lo que puedo ser sola…no quiero tener un destino destrozado Marko, te quiero Marko-no podía creer que estaba diciendo eso, aparte de todo lo material que pudiera ofrecerme lo quería a él, todo mío no a medias. Y si, de una manera extraña quería ser suya, como nunca antes había querido ser de nadie. La reina de las putas, a las que todos criticaban ahora era la mejor de todas las malditas habitantes de Paris, era según yo alguien especial. Cuando la crueldad nos domina el cinismo es nuestra mejor arma pero en ese momento Marko no era cruel y dudaba que en alguna ocasión lo fuera, por esa misma razón el cinismo había quedado fuera de mi luz vital.

En ese mundo la que es puta es puta porque quiere, eso no se dudaba pero ahora quería ser más que eso para él. Quería ser la única, el principio y el fin.

Off: Post feo u.u

“Espera ¿esta perra dijo que te quería? No, no… las de su clase nunca dicen eso a menos que haya algo tras… quiere tus riquezas… Marko entiende… quiere tu dinero… quiere dejarte en la banca rota… Marko… por favor… no le hagas caso… esta perra…” POR DIOS CALLATE. Si aquellas palabras se hubieran oído espantaría al mismísimo demonio, Marko había gritado en su interior con toda la fuerza que tenía, Eris se quedó en completo silencio, tan solo murmurando palabras sin sentidos y claramente en contra de la joven que él tenía en frente. Por otro lado el brujo se llenó de júbilo al escucharla, solo una persona le había dicho aquello antes… y ahora a pesar de ser una situación completamente diferente sentía aún más emoción. Su rostro cambio completamente una amplia sonrisa se vislumbró en su firme rostro y no, no quería quebrar el momento se acercó a Arianne en silencio tomando el frágil rostro de ella entre sus manos para terminar con un beso, diferente a los que le había dado antes, haciendo que ella se levantara de aquel lugar donde su cuerpo estaba. La agarro por la cintura y saboreo de ella de ese dulzor que solo esa prostituta tenía esa mujer que lo tenía completamente loco desde el primer segundo que la había visto en esa plaza que parecía tan lejana en ese momento. Su lengua choco con la ajena dando un baile casi único, el beso estaba lleno de pasión, una pasión que venía desde el mismo corazón de Marko.

El beso solo hizo que su deseo por ella creciera más, tenía muchas palabras que deseaba decir en ese mismo momento pero prefirió callar y tan solo se dedicó a disfrutar de ella la mujer de sus sueños. Porque primero estuvieron los sueños sobre ella y ahora que la tenía en frente quería saciarse por completo. Los segundos volaron y cuando el aliento hizo falta alejo su rostro del ajeno. – Lo que yo crea no importa. Quiero ser tuyo, hoy y siempre… quiero que esto no termine nunca… quiero tenerte en mis brazos los días fríos… los días de calor… los días en que la derrota me apene y más los días en que la gloria me llene de toda su felicidad… porque he descubierto que te quiero… si Arianne te quiero a ti conmigo… - dijo mirando los hermosos ojos de la dama, se podría perder toda la vida en ellos pero en ese segundo ya estaba hipnotizado por el encanto, la seducción y la pasión que emanaba del cuerpo de aquella mujer.

Yo nunca quise jugar contigo… no de la manera que lo hacen tus clientes… eres mía… desde el momento que pisaste esta casa… me perteneces por completo… las puertas están abiertas para que hagas y deshagas… Ya no me imagino una vida sin ti.. – “¡¡¡IMBECIL!!! Donde mierda queda tu búsqueda… ¡tu hermana!... MARKO ENTIENDO QUE ELLA SOLO QUIERE TU DINERO::: TU FORTUNA” Si no te quedas calladas hare que desaparezcas… como lo hacía con Kazu… me es fácil hacerlo… así que CALLATE.. “Lo hare… pero recuerda una cosa… después solo yo estaré para consolarte… en las noches frías yo seré la voz que te de regocijo y en días de gloria yo seré la celebrare contigo”.

Por fin la voz de su interior quedo en completo silencio, expectante y sin dejar espacio a nada; analizaría cada movimiento de ella… cada palabra que le dijera que no quería a Marko, Eris sabía que ella no era digna de tenerlo a él. –Puedes jugar conmigo, hacer lo que desees… desde ahora nos pertenecemos – termino por decir, dándole un corto y suave beso en los labios que tan loco lo traían. – Te quiero Arianne.

¡Perfecto! Simplemente perfecto, como yo, el momento no podía ser más maravilloso. Había logrado lo que desde hace mucho había comenzado a buscar pero ya no tenía que seguir con esa búsqueda, ahora que él me lo entregaba todo le podía decir adiós a los días en que tenía que contar franco por franco para vivir, ya no más de tener que limitarme incluso a la hora de salir a la calle con uno de esos vestidos lujosos, todo el poder que me concedía y lo tomaría para mi bien, solo para eso. Adías Arianne pobre, la niña que en un principio veía el acto del sexo como algo asqueroso se había ido, ya no más sexo con personas que no me provocaban nada por muy hermosas que fueran, solo tenía que pagarle tributo al hombre que me había aceptado en su casa, solo a él, mi cuerpo entero a su persona solo para que siguiera dándome lo que hasta ahora prometía. La nueva Arianne estaba llegando y con ella miles de puertas se comenzaban a abrir enfrente de mis ojos, solo con un poco de mi parte y con suerte podría llegar a ser algo más que su puta de casa. Irónico. Yo que odiaba a las putas de clase que no cobraban para que se las follaran y casi casi me volvía una de ellas ¡Oh pero claro! Yo era mucho mejor porque aparte del dinero había algo más a cambio, el apoyo sentimental de Marko. Mi estrategia no pudo ser mejor.

Y aunque tenía parte de mi futuro asegurado algo me hacía mella en la cabeza, no podía entenderlo del todo, me sentía extasiada porque por fin mi sueño se haría realidad pero los medios por los cuales lo había conseguido no. Yo juraba y perjuraba que en el juego de seducir solo había una pequeña regla que era no involucrar los sentimientos. Por mucho que desee que Marko se mantuviera a un límite razonable de ellos logro penetrarlos, no sabía que, porque, como cuando y donde pero ahí estaba como una espina molesta. Me molestaba sí, porque no había sido como yo había querido pero bueno Marko era especial, tendría que hacer uno de mis mejores esfuerzos y actuaciones para que saliera por completo de ese espacio que el mismo había creado con sus palabras, miradas y caricias. Y ahí me encontraba yo, fingiendo ser y al mismo tiempo no ¿Por qué con Marko estaba a la deriva de todo incluso de mi misma? El silencio espeso cuando nuestras lenguas chocaron, recorrí su espalda solamente para mantenerlo cerca de mí…era tan jodidamente adictivo. Olvide desde cuando el opio había dejado der ser tan normar y frágil dándole su lugar a las rosas, que se volvían más fuertes sobre él.

De un momento a otro yo deje de ser la que jugaba con todos, él jugaba conmigo aunque no lo supiera, me había hecho prácticamente una semilla a merced de sus manos. El miedo de no perder el control de la situación me invadió y fue el mismo momento en que él se separó de mí para tomar aire. Yo no podía sentir nada por Marko pero su boca cada vez me disolvía en lo que era él-Yo también te quiero Marko y sí, soy tuya y quiero serlo de todas las formas en que me sea posible-palabras demasiad cursis si lo veía desde la perspectiva de beneficios pero palabras sinceras si lo comparábamos con el momento en él que mi pecho comenzó a subir y bajara desaforado gracias a mis pulmones atrofiados-Quiero ser parte de tu vida, quiero estar aquí, siempre para ti-esas palabras sellaron algo que ya no tenía vuelta atrás. Ahora era cosa mía planear lo que vendría después de que Marko me tomara como algo más que una golfa y yo a él como un cliente común y corriente-No jugaría contigo-mentira a medias-Te necesito mucho como para hacerte eso-verdad, completamente cierto.

Lástima que mi mente era más débil que mi cuerpo, no había pensado tan rápido como actuaba en esos momentos. Respondí su pequeño beso que logro hacerme toda una fiesta adentro, bese su barbilla en un beso corto y seguí besando entrecortadamente, pintando un camino de besos hasta su cuello y clavícula en donde me detuve. No podía hacer tantas cosas al mismo tiempo porque era cegada por otras cosas que no tenía razón de ser en mí, lo empuje suavemente tratando de guiarlo hasta la cama, pidiendo permiso para seguir con eso que ya no podía seguir postergando. Después tendría tiempo para el dinero, se me antojaba mío y mío sería, de nadie más. Suspire contra su cuello cuando sentís que sus piernas chocaban contra el borde de la cama, quería saciarme y beber de él así fuera lo último que hiciera en ese extraño día.

“¿Espera esta golfa diciendo te quiero? NO, Marko entiende que está mintiendo, que solo es un laberinto del cual no saldrás vivo… Ella te está atrapando en el deseo de la carne, de SU carne… Entiende que puta se es para siempre… No confundas una calentura de momento por algo que de verdad sientes… ella te hará daño… lo se… cree en mi” Por más que supliques yo ya tome una decisión, la quiero a ella, la necesito a mi lado, la necesito en mi… necesito sus besos, sus caricias su dulzor… su aroma… si me hipnotizo es por que hizo bien su trabajo. “Vez aun dudas… es su trabajo decir ese tipo de imbecilidades… ella habla sin sentirlo, es el teatro o mejor dicho el arte de ser prostituta” Sabes que por más cosas que me digas, entre más argumentos que conjugues yo la quiero a ella y de verdad. “Eres ingenuo Brujo… el tiempo se dedicara a mostrarte como es en verdad esta Puta, de mala clase.”

Aquella conversación ocurría a medida que escuchaba las palabras que Arianne tenía que decir, el sabor de sus labios eran como el licor más embriagante del cual había bebido, era su nuevo vicio ella. Sentirla cerca, sentir que al final ambos jugaban un juego desconocido, quizás el juego del cliente y la puta, pero Marko no quería pensar en eso, tenía a una mujer frente a él, una mujer que merecía ser amada de pies a cabeza sin importar su clase, ni su espíritu él la quería así. Por más que su interior se opusiera él tenía claro que ella era la elegida. La guio y se dejó guiar, sus manos recorrían la espalda de la cortesana, deslizándose de arriba hacia abajo donde estas pudieran tocar, buscando su piel entre telas innecesarias a su parecer, su deseo se incrementaba a medida que avanzaba lentamente por la habitación, besando aquellos labios que le quitaban el suspiro en más de una ocasión.

Sintió el borde de la cama tras sus piernas, una sonrisa invisible se figuró en su rostro mientras apartaba sus labios de los ajenos, mas sus manos rodeaban la cintura de ella. – Eres irresistible, la tentación hecha carne – musito mientras besaba el cuello cálido de la mujer a la que poco a poco se abriría su corazón. Con sutileza y cuidado comenzó a rodearla, depositando besos en su piel, embriagándose de ese aroma que parecía ser un claro imán para sus pasiones. Cuando ya estuvo tras de ella la dio vuelta para mirarla a esos ojos de celeste cristalino se acerco a su oído y susurro con un timbre de voz propio de su nacionalidad - Vi auguriamo un peccato e io sono un peccatore.- (Desearte es un pecado y soy un pecador). Pocas veces hablaba en su idioma, porque era una lengua que tenía que ser ocupada con la pasión y el deseo adecuado y claramente este era el verdadero momento. – Cado nelle tue braccia, se si rientra in miniera- (Caeré en tus brazos siempre que tu caigas en los míos) Si algo tenia Marko era que, cuando la pasión, el deseo y placer se juntaban en su vida era un verdadero romántico. Esa tarde-noche no solo era sexo si no que era el momento de entregar su alma aun con los ojos vendados en la suavidad de la piel ajena.

Puso una de sus brazos en la espalda de Arianne y lentamente la hizo caer en la cama, para mezclarse con ella. Acaricio con sus dedos la piel que tenía al descubierto y como si de una suave caricia se tratara bajo su mano libre buscando el final del vestido que traía, cuando lo hizo acaricio una de sus piernas con cuidado como si se tratara de porcelana traída del lejano occidente, sus labios besaron los ajenos con pasión y poco a poco fue recostando su cuerpo sobre ella, levantando tan solo escasos centímetros el vestido, dejando para su imaginación el mar de la blanquecina piel de la cortesana, las palabras sobraban en ese momento y como buen caballero dejo que ella también disfrutase de él, con cuidado saco el brazo que había ayudado a Arianne a tenderse en la cama y como si de un juego tomo una de las manos de ella y la llevo a su pecho – Siénteme – termino por decir para volver a besarla con el deseo ferviente que tenía hacia ella.

Estaba llenado la laguna en la que probablemente se me ahogaría la vida, era un riesgo y uno que debía tomar si quería subir en la escala social, no tenía que dejar de ser yo para eso simplemente era parte de la evolución como persona individual que era con Marko tenía tantas posibilidades…incluso quererlo más de lo normal o amarlo hasta volverme una loca, no era difícil con alguien como él que tenía absolutamente todo lo que un hombre envidaba y una mujer deseaba. Podía asegurar con los ojos vendados que las “damas” de clase alta así como las muertas de hambre que pedían limosna deseaban tan siquiera una de las miradas que Marko me daba a mí, todas las putas que se las daban de buenas no me habían llegado a los talones y ahora deseaban que Marko las mirara por encima del hombro pero eso no pasaría, era mi momento con él y él mismo solo era mío.

¿Qué seguiría después? Tenía a Marko justo donde lo necesitaba, en la palma de mis manos pero eso no era suficiente, un simple encandilamiento podría resultar dentro de cuantos meses contraproducente necesitaba amarrarlo y mantenerlo interesado, necesitaba ser dueña no solo de su fortuna si no de cada célula que conformaba su cuerpo. Y no entendía como es me preocupaba por eso justo en ese momento, podía sacarle una buena cantidad de dinero en vez de tratar de pensar en la vida a futuro que podía tener con él…Toda mi razón era una marea salvaje que me traicionaba, yendo a contracorriente de los planes. Al filo de algo de lo que no estaba segura y solo me quedaba una cosa por hacer…dejarme llevar. Había jurado que no iba a encontrar otro amor aparte del dinero y tal vez de Louis, que no amaría a otra persona o más bien que no amaría a nadie pero había aprendido que yo misma mentía teniendo a Marko cerca…yo lo quería y tal vez de una forma un tanto obsesiva, compulsiva y sin control. No era normal.

Bom bom. Nada era normal en el interior y menos cuando hablaba de esa forma que podía derretir a cualquiera y dejar con ganas a más de a una, las palabras que creaba Marko cuando me hablaban fuera del aspecto egocéntrico eran sobrenaturales, algo me decía que esta era la primera vez que Marko se entregaba de así. Me separé de él, para tomar aire, para verlo a los ojos lo que fuera solo necesitaba una excusa para hacerlo-Te siento Marko y quiero que tu también me sientas-afirme colando dos dedos para sentir la piel que toda la tema no me dejaba tocar, era cálido y yo a comparación me sentía fría ¿Nervios? No era para menos, estaba nerviosa porque esta vez no sería un simple…sexo, no solamente tenía que abrir las piernas a cambio de un collar o dinero, había mucho más detrás de ese acto. Sentía un calor extraño en la boca del estómago, me quemaba como si se tratara de vapor, los lujos de la habitación en la que estábamos eran relativamente nada, la suave tela que tocaba mi piel era solo un complemento de la situación.

Y ahí estaba, postrada en una cama como la antítesis de todo lo bueno cayendo en lo más bajo, como cualquier humano débil pero al fin mortal. Yo que era caprichosa y astuta ahora me sumergía en el cuerpo ajeno, dejando en evidente que no hay una ausencia total de sentimientos, Marko había penetrado en ellos, la herencia mestiza de mi madre con ese otro tipo, mi condición de puta no le importaban, no le importaba tampoco que para la mayoría yo fuera el comportamiento salvaje del ambiente que me había creado y para que pensar de los traumas si entre besos eran lo de menos-Te quiero-susurre contra sus labios decidiéndome por seguir hurgando entre su ropa para explorar zona que hasta ese momento eran desconocidas para mi.

Aquella mujer tenía a Marko completamente loco, eso no lo podía negar lo único que podía hacer en ese momento el brujo era amarla darle todo lo que tenía entregarle el corazón, desearla porque él sabía que ella lo necesitaba de alguna forma extraña eso sí. Continúo acariciándola, besándola suavemente enloqueciendo con el aroma que emanaba su cuerpo y su piel. Él estaba cegado su piel era como la misma ceda. “No puedo creer que te la vayas a tirar y enfrente mío pero recuerda que me pagaras una a una todas las que me has hecho soportar, la venganza es dulce Marko y la disfrutare hasta el último sabor que pueda experimentar” Shhh Eris, mira cierra los ojos intenta descifrar algún enigma de mi interior o tan solo quédate en completo silencio. “No me digas que hacer… Tu sigue con tu puta del mal… me las pagaras Marko” Eris se quedó en completo silencio ya no seguiría hablando entendía que el Brujo era un hombre y como tal tenia ciertas necesidades pero no creía lo bajo que había llegado.

Los labios del brujo comenzaron a besar el cuello de la mujer siendo tan solo caricias para ella, una de sus manos ascendió en busca de piel y encontró el escote de Arianne, con miedo quizás o tal vez una cierta inseguridad se mesclaba con el ese momento, pero solo dejo la mente en blanco y sin mayor preámbulo acaricio aquella piel que dándole un suave apretón a su busto, sintió la firmeza que tenían y la deseo aún más que antes. – Tu sei il mio tesoro, Arianne, - repitió besando la clavícula de ella con algo más que dulzura, su otra mano seguía acariciando el muslo ajeno y con la yema de los dedos le daba suaves apretones y asi su mano se deslizaba de arriba hacia abajo. La miro con sencillez de quien fuera su primera vez y con una amplia sonrisa en sus labios volvió a besar aquellos imanes que se hacían llamar labios.

En ese mismo momento el brujo sentía la necesidad de decirle todo lo que la amaba, cuanto necesitaba de ella, de sus compañía, de sus caricias, de sus palabras, aquella cortesana le había devuelto al brujo algo él creía perdido, el encanto por vivir y disfrutar. Ella no era cualquier mujer que Marko traía a la cama, ella era la única que había logrado que Eris obedeciera al brujo. Arianne era el potencial que el brujo necesitaba, aunque fuera la persona más hipócrita del planeta para él no era más que la mujer que estaba amando cada segundo más. Él tenía miedo de estropear el momento, no quería hacer nada mal y solo se dejó llevar por el deseo que sentía en ese momento – No sabes cuánto te deseo Arianne – ya había perdido el conteo de las veces que había pronunciado aquella simple frase pero, el necesitaba hacerlas saber. Con la delicadeza que lo caracterizaba comenzó lentamente a desatar aquel corsé que ella traía puesto una mano era necesaria para aquello mientras sus ojos miraban con cierto deseo a la cortesana. Marko sentía las ganas de poseerla por completo de hundirse en la suave piel de ella y que no fuera solo sexo si no que ambos lograran involucrar aunque sea un sentimiento.

Il piacere è ciò che si vuole la mia pelle il piacere è quello che ha voluto dare ...( Placer, es lo que desea mi piel, placer es lo que ansió darte...) el brujo no podía dejar de hablar en su lengua natal ella lo valía, cuando desabrocho el corsé dirigió sus labios a los ajenos dándole una mordida suave, tomo la mano de ella y le ayudo para que ella pudiera desabrocharle la camisa que cubría el pecho del brujo, por la mente de Marko se pasó la idea que la igualdad de condiciones en la cama era lo primordial y tal vez ella pensara lo mismo, acerco sus labios al oído ajeno – Anda toma lo que por derecho te pertenece – el brujo hablo como si ya le hubiera entregado todo y de hecho aquello era muy cierto.

No sabía exactamente lo que me pasaba, era…era tan diferente a todo lo que antes había sentido. Porque no solo era el maldito dinero que pudiera llegar a tener junto a ese hombre, era algo más, no me complementaba pues siempre creí que eso de las medias naranja era una estupidez que se inventaban los mediocres, yo era una persona completa pero con Marko mi esplendor era aun mayor podía opacar al mismo sol si me lo proponía. Las sensaciones no eran normales. No me detuve al momento de besarlo, tome su lengua entre mis dientes y la succione, la textura era suave y resbalosa, deje su lengua solo para dejarlo recorrerme. Mi espalda se arqueo, dejando todo el blanco cuello a su disposición, la blanca piel ya era suya solo necesitaba tomarla y corroborar lo que desde un principio ambos habíamos sentido. ¡Si hazlo Marko, átame a ti porque después de eso no podré volver atrás! Y tampoco él, entrar en mi laberinto de verdades confundidas, emociones y juegos solo era el comienzo de una relación tal vez algo extraña.

Era fácil entender lo que decía, a pesar de tener dos idiomas en mi cabeza uno de ellos se parecía mucho al italiano así que no esperaba menos de sus palabras. Me alegraba escucharlas, el corazón se me hinchaba y yo seguía sin entender el porqué. Un pequeño movimiento de sus manos me hizo sobresaltar pero se lo permití sin decir nada, solo quería que me tocara, que dejara salir todo eso hacia mí para que yo pudiera tocarlo, regirlo y disfrutarlo en la forma en que no pude hacerlo con otra persona ¿Y cómo…? Un suspiro se escapó y fue a retumbar contra su piel. Una lagrima había caído antes con Louis pero Marko las estaba limpiando a la perfección, estaba segura de que nada me faltaría con él ni siquiera el amor que tanto mendigue al niño tierno que dijo amarme pero al final acabó llamándome puta y pagando por mis servicios en una osada habitación burdel. Morir para renacer, el amor pasado se lo había llevado el tiempo, por fin había terminado ese dolor tormento que yo llamaba amor y ahora la nueva encontraba una nueva salida en los brazos de alguien más.

-Marko yo…-no pude decirlo porque todo lo demás me cegaba, cosa que nunca antes me había pasado salvo con mi propia belleza, no quería arruinar eso tan pronto. La voz en mi interior comenzaba a ceder ante los encantos italianos “Bienvenido Marko, a mi reino, a mi sensualidad, al derroche que yo puedo darte solo porque tú me das algo más importante” Mi trono tan merecido estaba junto a él, nadie podía pararme…nadie. La adrenalina despertaba, deliraba sin sentido, con el pulso y la respiración nula mientras me acomodaba en los aposentos esperando que las diestras manos del apuesto hombre acabaran de desnudar el decoro que antes habíamos guardado. Removí ligeramente el corsé y seguí queriendo alcanzar sus labios, tan carnoso y llenos de ese no sé qué que me mantenía pegada junto a su cuerpo.

Lo que siempre quise, era mío y ahora podía ver con más claridad, tanta como el deseo me lo permitía. Lleve las manos hasta su camisa y de forma lenta, casi esperando a que me rogara con un simple rocé de dedos los botones fueron saliendo del pequeño hoyito en el que eran sujetados. Quería lamer, esa piel de color tan apetecible, se me antojaba simplemente hermoso y único-Te quiero Marko y necesito estar contigo-las palabras se las llevaba el viento pero su intensidad no paraba de elevarse por los aires. Era mi perdición, era un error pero prefería vivir con eso a preguntarme después que hubiera pasado. Para ser una presa difícil no pensaba jugar con el corazón de Marko aunque mi meta principal había sido esa…no sabía nada del amor y lo que supe me dejo una amarga experiencia, suponía que no podía comparar pero era inevitable. Lo abracé queriendo fundirlo en mí, dejando que la tela se deslizara y que la exposición de cuerpos fuera total. Mordí, besé, lamí hice todo y cuanto la posición me tenía permitido solo para dejarle en claro que era mi propiedad-No me sueltes Marko, no me dejes ir...nunca.-

Off: Por fin conteste!! XD Y fue asco e.e lo siento

El brujo sabia como fundirse, sabia como caminar sin tropezarse, pero lo que tenía claro que estar con una mujer como lo era Arianne necesitaba ser tratada como un pieza de la obra más fina, las manos de Marko seguían recorriendo la piel de ella, pero la tela comenzaba a estorbar demasiado en ese momento. Paso su lengua por los labios ajenos saboreando el dulzor tan especial que había en ellos. Atrás quedaba el hecho que le estaba ofreciendo la vida, atrás quedado que ya él estaba a la completa y entera disposición para ella, muy lejos quedaban los recuerdos que lo atormentaban su diario vivir, porque con ella todo había desaparecido el momento que la tuvo enfrente y supo, que de alguna forma su destino era seguir de la mano de aquella que lo tenía cautivo de pies a cabeza, y aunque mucho alegara Eris una parte de ella quería saber que pasaría después de esa noche, sería tan banal que ella se iría o aquella cortesana en realidad se estaba entregando no simplemente en un acto sexual si no que harían el amor. Las palabras sonaban bonitas en los labios de la mujer de ojos celestes, quería seguir escuchándola y así seguiría. El brujo se levantó colocando a cada lado de la cadera ajena sus piernas apoyadas en las rodillas y mirándola con el deseo que tenía en su interior se acercó a ella queriendo besarla pero se contuvo y beso la parte de su piel desnuda con sus dientes como un verdadero león comenzó a bajarle la parte superior que cubría el cuerpo – Ayúdame, mi Arianne… ayúdame a deshacernos de lo que ahora nos está estorbando – pronuncio mordiendo uno de pechos con algo de fuerza. Entre caricia y caricia fue despojando a la cortesana de las prendas que cubrían ese cuerpo esbelto.

Cada segundo que pasaba el deseo subía haciendo que el mismo libido lo tuviera loco por poseerla, quería darle caricias con todo su cuerpo… cuanto más podría aguantar ya ni siquiera él lo sabía. – No soy un poeta pero tú eres la musa que inspira mis palabras… No soy un hombre normal pero por ti lo seria… No soy lo que todos esperan pero si tú me quieres seré el caballero que debería ser… - cada palabra iba con una caricia, el vestido quedo en el suelo, el corsé también ahora solo quedaba en ropa interior, lentamente saco todo el brujo quería verla en piel, con la única ropa que era de ella, aquella piel bronceada, cálida, con ese aroma a ella y a nadie más… cuando al fin la tuvo como él quería, tomo las manos de ella y le ayudo para que quedaran en iguales condiciones, en un poco tiempo ambos cuerpos estaban completamente desnudos, se levantó un poco y comenzó a besar los pies, luego las rodillas continuando con sus muslos… subiendo hasta abajo del ombligo luego arriba, hasta que llego a los pechos y sus manos comenzaron a darle masajes circulares rodeando la aureola, la parte más oscura de aquella piel, luego acerco sus labios y los beso con delicadeza sin dejar de apretarlos a continuación le dio una mordida y subió besando su piel hasta volver a los labios y dándole un beso apasionado recostó su cuerpo sobre en de ella haciendo que su propio cuerpo se moviera suavemente.

Por primera vez Marko sentía que estaba haciendo las cosas bien, que podía manejar su cuerpo y su alma al mismo tiempo haciendo una sinfonía con la fricción de ambas pieles al descubierto aun sin penetrarla ya sentía que ella le pertenecía… sabía que no era el primero pero quería conformarse con ser el último que recorrería aquella tan deliciosa piel.- Nunca, escucha nunca te dejare – le dijo al oído dándole una lamida en el lóbulo de la misma – Te tomare, porque te amo, porque te deseo y porque te necesito…