Una gran tentación pecadora [Privado]

por **Marco Di Placcido** Sáb Mayo 28, 2011 5:31 pm

Había caído la noche. Desde que el último rayo del sol se había puesto en el horizonte, mis pies habían tocado la calle, los míos y por desgracia para mucha otra gente, los de otros muchos seres como yo.

No me había arreglado por decirlo así, llevaba unos pantalones desaliñados con una camisa blanca desgastada y el pelo revuelto notándose el poco cuidado en él al no haber sido peinado, junto con las manos manchadas de pintura de distintos tonos... Negro, verde, rojo, anaranjado, amarillo... Distintas tonalidades de colores primarios que había utilizado para pintar otro de mis lienzos; El río de París en la noche. Me gustaba, quitando su oscuridad debido a la noche y mis gustos por lo oscuro, me parecía una buena pintura...

"No vale para nada, como todo lo que haces, así que, deja de hacerte ilusiones..."

Mis ánimos dieron un gran bajón inesperado, de nuevo aquella voz insufrible... La pena era que seguramente tenía razón... Y yo lo sabía...
Continué caminando hasta llegar a las afueras de la ciudad de París, a la zona abandonada, llevaba varios días sin probar bocado y mi sed se hacía notable a cada minuto que pasaba, haciendo que en aquel preciso momento, un simple humano que pasaba por allí, captara toda mi atención haciéndome poner alerta con todos mis sentidos alarmados, preparados para abalanzarse sobre su presa...

"Es tuyo... Hunde tus colmillos en su cuello... Desgárrale, bebe su sabrosa sangre caliente notando su dulce sabor y su aroma indescriptibles para cualquier ser... Mátalo"

Aquello tan solo hacía empeorar mi voracidad, notando como mi garganta se secaba y llegaba incluso a doler, por lo que me puse en marcha buscando a mi primera presa de la noche... Subido a un árbol, le encontré. Pasaba por debajo mío... Era mi momento... *No... Tu no eres así... Es un joven con mucha vida por delante... No le hagas daño...* Me paré pensando eso con los ojos cerrados con fuerza, no quería abalanzarme sobre él... No quería hacer daño a un humano inocente...

"¡Eres un estúpido! ¡ATÁCALE! ¡MÁTALE!"

Las palabras resonaban en mi cabeza, haciéndome casi imposible el pensar con claridad... Tan solo llegaba a notar mis afilados colmillos sobresaliendo por mis labios...