Planeado y esperado reencuentro [Soren]

Hace dos horas aún no tomaba una decisión. Caminaba de un lado a otro agradeciendo que la amplitud de su no tan nuevo hogar le evitara sentirse mareada, suficiente tenía con despertar cada mañana sintiendo como si toda la cama diera vueltas y más encima casi sin poder comer su desayuno. Le decían que eran sólo los primeros meses, pero ella ya casi comenzaba su séptimo mes de embarazo y las molestias apenas se habían disipado. Fue escuchar la voz de Nigel, una hora después, informando que debía salir un momento lo que la llevó a dar el paso, luego de un beso y muchas promesas de que se cuidaría, le informó que ella también iría a dar un paseo, que necesitaba ver a su mejor amigo y también de paso, contarle lo que estaba sucediendo en su vida.

El carruaje marchaba lento porque Claire simplemente no podía soportar tanta agitación, el bebé en cambio parecía disfrutar del vaivén que producía el camino, se movía más que nunca y pese a que su madre acariciaba su vientre no parecía querer dejar de hacerlo. Las indicaciones estaban dadas y luego de un viaje que en otras circunstancias hubiese sido más rápido, estaban ahora en aquella tienda cuya dirección había mandado a averiguar hace un par de meses. El chofer que era el mismo que mucho tiempo atrás había llevado a Soren hasta su casa, ahora la traía al negocio de su amigo, le agradeció la ayuda con una sonrisa y bajó del vehículo con cuidado agradeciendo que ahora el clima no llenara las calles de barro.

Era una noche cálida y la capa la llevaba en la mano justo frente a esa abultada barriga que ni aunque quisiera podría esconder, el vestido ya no era tan revelador como los que usaba antes y el cabello caía en ondas chocolate justo por debajo de la altura de sus hombros, un par de joyas gritaban lujo dando el toque final a su renovado aspecto, internamente ella sabía que todo eso eran sólo decoraciones para alguien que en lo único que había cambiado, era en su aceptación a tener sentimientos, o quizás también en otro par de cosas más. Sólo necesitaría un par de horas y era eso lo que escuchó Finn su chofer, él obediente como siempre, esperó a que ella ya estuviera dentro del lugar para poder retirarse. A ratos Claire no se acostumbraba a ese estilo de vida, menos aún a confiar en la gente.

Abrió la puerta casi sin hacer ruido y caminó entre las cosas hasta llegar al fondo, ahí en el mesón pudo reconocer de inmediato unos cabellos claros que hicieron que su corazón latiera más rápido y comenzara a sentir algo extraño en el estómago. Él parecía enfrascado leyendo algo, de seguro muy interesado o habría sentido el ruido que hacían sus zapatos en la madera del piso de la tienda. La sonrisa en Claire apareció de inmediato y hasta se sentía algo tonta por estar nerviosa, había pensado en él muchas veces durante el último tiempo, incluso el día de su matrimonio, pero sabía que era imposible que él pudiera acompañarla al haberlo celebrado de día, - Buenas noches, estoy buscando al profesor Kaarkarogf… - habló en un tono solemne y reprimió la risita que amenazaba con salir, ni siquiera quería pestañar para no perderse su reacción al verla, quería abrazarlo tanto pero sabía que al menos hasta que levantara la cabeza debía contenerse.

Por primera vez en mucho tiempo sus mejillas se sonrojaban casi por completo, la metáfora que Soren hacía no ayudaba del todo a poder imaginar lo que él había vivido, ¿el mejor de sus orgasmos? Sabía perfectamente cual era y el hecho de imaginarlo multiplicado por diez hacía que un cosquilleo comenzara a nacer en la parte baja de su vientre. Desvió su atención a las manos del vampiro que parecía incluso más nervioso que de costumbre, era evidente que aquel tema era más que complicado para él y ella se arrepentía un poco por haber hecho que tuviera que revivirlo, pero necesitaba saberlo, aunque sonara egoísta, ella necesitaba que Soren le contara que había pasado con él para poder entender por qué estaba como lo hacía actualmente.

Ella podía ignorar que él no respondiera todas sus preguntas, que evitara los temas difícil, ¿Quién era para siquiera pensar en alguna vez juzgarlo? Él siempre sería su mejor amigo, aquel con el único que era capaz de mostrar un lado que quizás nadie más conocía, Claire tomó las manos de Soren y las mantuvo firmemente agarradas entre las suyas, al menos así hasta que él terminó de hablar, aunque parecía sólo un respiro para continuar con una historia que parecía tener cada vez matices más variados. Quizás ese anhelo al que él se refería por la sangre de quien había sido o era su pareja se parecía a lo que ella sentía por su esposo, esa necesidad casi asfixiante de estar con él pese a que quizás ni siquiera estuvieran separados. Quería entenderlo, pero sabía que sus sensaciones humanas eran limitadas comparadas a las de un vampiro.

-¿Cuánto tiempo estuvieron juntos? ¿Por qué ya no lo están verdad? – a ratos parecía no poder controlar lo que salía de sus labios, ella quería saberlo todo y la ansiedad rompía el filtro entre su cabeza y su boca, movía los pulgares sobre la piel fría de las manos de Soren acariciándolo de una forma que no sabía si era tranquilizadora para él o para ella misma. – Si tu bebiste de su sangre y él hubiese bebido de la tuya ¿se habría transformado no es cierto? ¿Eso querías Sorito? – lo miraba fijo, sin recriminaciones en el rostro, sólo con muchas dudas formándose en su interior, él había dicho que las cosas ahora en diferentes, quizás se refería a eso y ahora se debatía internamente ante el hecho de haberlo convertido o no. Claire más que nadie sabía lo complejo que podía ser cambiar tu vida por completo por alguien.

Levantó las manos de Soren que mantenía entre las suyas y depositó un beso en ellas, aquel gesto esperaba pudiera demostrar de algún modo lo que ella sabía que no podría decir con palabras, que lo apoyaba pasara lo que pasara, que siempre estaría a su lado aunque estuvieran lejos, que sería su amiga sin importar las decisiones que pudiera tomar, bajó las manos sin soltarlas y con una sonrisa lo miró de frente, una sonrisa cálida como las que de a poco había empezado a aprender a dar, - Sigue, no te interrumpo más… - volvió a sonreír y esperó poder lograr que entre ellos las cosas comenzaran a darse más fáciles, como habían sido antes de que se distanciaran, que las palabras fluyeran sin algún tono forzado, poder confiar el uno en el otro.

A veces llegaba a pensar que estaba dentro de una burbuja artificial ajena a todo lo que alguna vez también fue parte suyo, lejos de todos los ciclos naturales, o no tanto, que son parte de cada una de las personas, o seres, que la rodean. A pesar de todo eso, de los nuevos lujos y de la ahora facilidad para obtener lo que quiere sigue necesitando aunque sea cosas ínfimas de quienes son los que la llenan en lugar que un anillo de diamantes no puede hacerlo. ¿Cuándo había entrado Soren en su cabeza que ahora ponía en voz alta lo que ella por tanto tiempo había sentido? Miedo, esa era la palabra y al mismo tiempo la mejor definición, lo que ella por tanto tiempo tuvo como el carcelero de lo que después de mucho buscar la llave había logrado dejar salir.

Le soltó una mano sólo porque sentía que hace mucho no la llevaba hasta su vientre, su pequeño estaba ahí y no se movería por el momento. ¡Cuánto había tras las palabras de su amigo que él simplemente desconocía! No todos los humanos pueden resistirlo y se mueren de verdad… se mueren de verdad. Siempre se había preguntado que era necesario para ser realmente un vampiro y siempre, pese a tener la oportunidad de obtener las respuestas antes no se había atrevido a averiguar un poco más, ahora, sin siquiera buscarlo sabía todo lo que tanto quiso por mucho tiempo. Si hubiera elegido el terminar con su humanidad para abrazar el camino de la noche ahora no tendría a ese bebé en su redondeada panza, no sentiría las patadas ni demoraría horas en encontrar la posición perfecta para dormir, no tendría nada de eso y jamás lo hubiera imaginado, era tan egoísta que si Soren no lloró antes ahora ella lo hacía ahora, lágrimas silenciosas mezcladas con sonrisas de alivio.

-Es amor, es miedo, es deseo y terror en su estado más puro, es cada una de esas cosas y al mismo tiempo todo junto… nunca podré estar segura de qué es lo que sientes porque eso es algo que sólo tú puedes saber, pero si le hago caso a cada una de las señales que veo en ti, a tus palabras, tus ojos y todo lo que tu rostro me muestra cuando hablas de él, no puedo dudar… estás enamorado Soren y lamento informarte que la mayoría del tiempo no es algo lindo… - tomó aire sin dejar de lado la sonrisa, - es horrible y angustiante, es desesperante y también tan complejo, pero tú ya sabes que puede ser lo más hermoso que alguna vez consigas, puede ser el único motivo por el que te despiertes y por el que te acuestes sólo para volver a soñar con eso… es amor Sorito, amor con todo lo que significa, amor de la clase que aunque quieras negarlo termina golpeándote en la cara como una ráfaga de viento que trae el aroma de tu comida prohibida, esa que puedes ver cerca pero que no puedes obtener de ella más que un bocado.-

Soltó una carcajada y se elevó un poco para sorprender al vampiro con un abrazo, uno más distante al que podrían haberse dado algunos meses atrás, pero sólo físicamente, sólo por tener ese bultito de por medio, porque ahora, luego del improvisado discurso cursi que sentía había dado podía decir sin dudarlo que volvía a sentirse como la misma de antes, al menos en un aspecto, ese que conllevaba ser amiga de Soren, lo besó en la mejilla aún dejando que sus lágrimas cayeran, no iba a detenerlas porque ya no eran de tristeza, eran de alegría y de alivio, sobre todo felicidad de saber que ella lo había conseguido y de que existían grandes posibilidades de que su mejor amigo también lo hiciera, - Tienes que ir por él… quizás no esta noche, pero si pronto, mañana, ¡sí, mañana! – lo miraba sonriente y con las manos en su regazo, el té frío y olvidado ahora, - Encuéntralo Sorito y míralo a los ojos, descubre junto a él como vivir con el miedo, porque no te digo que podrás superarlo de un día para otro, quizás ni siquiera puedas hacerlo algún día, pero si aprender a hacerlo parte de ti, parte de ustedes, haz que tu vida sea escrita en nosotros, nunca más en yo… creo que ya pensaste lo suficiente.-