AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
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Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Narcisa Belacqua Dom Abr 24, 2011 9:47 am
Recuerdo del primer mensaje :
Ultimamente mi vida se estaba viendo algo acosada por seres que no pertenecían a éste mundo. ¿Desde cuándo existían los fantasmas? Sabía que habían tribus africanas, y de américa del sur que usaban rituales de santería para ahuyentar a los malos espíritus, y a las energías negativas. Yo necesitaba algo de eso. No es que fuese creyente en esa materia, de hecho, hasta hace poco tampoco creía que los muertos pudiesen comunicarse con los vivos tras la muerte. Y mucho menos creía que la magia y Hechicería existiesen de verdad. Siempre pensé que eran simples palabrerías de ancianos dementes que veían cosas dónde realmente no las habían.
Aquella misma mañana desayuné con un gran amigo mío, de nacionalidad rusa, al cual le expliqué lo que me había ocurrido días atrás. Él confesó que no era muy creyente en estos temas, pero que, no obstante, había podido comprobar que ciertamente, existe algo, algo que no se podría explicar con suma facilidad. Justo antes de que nos marchásemos, dijo que enviaría al hotel a un buen amigo suyo, que sabía algo más sobre estos temas. Sólo me dijo su nombre, Sergei. Del resto, ya se encargaría mi amigo.
Regresé al hotel, hoy al ser domingo, no tenía ninguna cita, así que decidí aprovechar y gozar de un relajante baño caliente al cual añadí algunas flores para aromatizar el agua y así mi piel. Me relajé en la bañera hasta tal punto que me quedé totalmente dormida. El repiqueteó de unos nudillos en la puerta me hicieron regresar a la realidad. Abrí los ojos súbitamente removiendo el agua de la tina y me incorporé aceleradamente envolviendo mi cuerpo en la toalla de algodón saliendo del baño camino al armario para sacar una bata para ponerme encima. Traté de ser lo más rápida posible, dejé la toalla en el baño y cubrí mi cuerpo con una bata de seda de color negro, anudando el cinturón con un lazo a un lado de mi cintura. Mi pelo seguía recogido de un modo realmente informal, sujeto en la coronilla por un aplique de plata con forma de flor de Magnolia de pequeño tamaño, que apenas era visible entre los rizos que caían en cascada por mi nuca, húmedos, semi-deshechos por la humedad de la ducha.
Descalza crucé la habitación nuevamente y abrí la puerta tras respirar profundamente para calmarme, sujetando la bata sobre mi pecho con la mano para que no se viese más de lo necesario e inevitable- Bonjour monsieur - dije al ver a un hombre frente a mí, entonces caí en que debía de tratarse del amigo del que me habló - ¿Sois Sergei? - pregunté educadamente aún interponiéndome entre la puerta y el marco de esta, impidiendo la entrada y visión de la habitación.
Aquella misma mañana desayuné con un gran amigo mío, de nacionalidad rusa, al cual le expliqué lo que me había ocurrido días atrás. Él confesó que no era muy creyente en estos temas, pero que, no obstante, había podido comprobar que ciertamente, existe algo, algo que no se podría explicar con suma facilidad. Justo antes de que nos marchásemos, dijo que enviaría al hotel a un buen amigo suyo, que sabía algo más sobre estos temas. Sólo me dijo su nombre, Sergei. Del resto, ya se encargaría mi amigo.
Regresé al hotel, hoy al ser domingo, no tenía ninguna cita, así que decidí aprovechar y gozar de un relajante baño caliente al cual añadí algunas flores para aromatizar el agua y así mi piel. Me relajé en la bañera hasta tal punto que me quedé totalmente dormida. El repiqueteó de unos nudillos en la puerta me hicieron regresar a la realidad. Abrí los ojos súbitamente removiendo el agua de la tina y me incorporé aceleradamente envolviendo mi cuerpo en la toalla de algodón saliendo del baño camino al armario para sacar una bata para ponerme encima. Traté de ser lo más rápida posible, dejé la toalla en el baño y cubrí mi cuerpo con una bata de seda de color negro, anudando el cinturón con un lazo a un lado de mi cintura. Mi pelo seguía recogido de un modo realmente informal, sujeto en la coronilla por un aplique de plata con forma de flor de Magnolia de pequeño tamaño, que apenas era visible entre los rizos que caían en cascada por mi nuca, húmedos, semi-deshechos por la humedad de la ducha.
Descalza crucé la habitación nuevamente y abrí la puerta tras respirar profundamente para calmarme, sujetando la bata sobre mi pecho con la mano para que no se viese más de lo necesario e inevitable- Bonjour monsieur - dije al ver a un hombre frente a mí, entonces caí en que debía de tratarse del amigo del que me habló - ¿Sois Sergei? - pregunté educadamente aún interponiéndome entre la puerta y el marco de esta, impidiendo la entrada y visión de la habitación.
Narcisa Belacqua- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 21/04/2011
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Narcisa Belacqua Mar Abr 26, 2011 5:22 pm
- Spoiler:
- No entendía nada de lo que me decía el Ruso, lo poco que sabía de ruso era más bien nulo, por lo que simplemente sonreí cuando sentí sus manos aflojarse sobre mis muñecas, y empezar a entretenerse en otros menesteres.
Entonces decidí ser yo quién marcase el ritmo a partir de ahora. Puse mis manos en los hombros de Sergei, y con habilidad le empujé girando sobre nosotros, sin que su miembro dejase de tener contacto con mi sexo, y me situé sobre él a horcajadas. Apoyé mis manos sobre sus pectorales, y con las rodillas sobre el colchón, empecé a mover mi cuerpo en suaves movimientos, tratando de relajarle un poco para que disfrutase durante más tiempo de la copulación. Mis movimientos pélvicos eran similares a los que se obtienen cuando se monta a caballo, y éste va al paso. Eran lentos, rítmicos, y hacían que la penetración fuese asombrosamente profunda, debido a la situación de su cuerpo.
Miré a Sergei a los ojos dedicándole una suave sonrisa, con una mano me aparté el pelo hacia un lado, dejándolo caer sobre uno de mis hombros cubriendo el pecho de ese lado. Me costaba mantener mis labios sellados, pues no podía dejar de suspirar por la masculinidad del Brujo, la cual me estaba satisfaciendo tanto como deseaba. Poco a poco empezaba a marcar un ritmo más frecuente, más rápido, pero aún igual de suave y profundo. Sin más aparté mis manos de los pectorales de él y me incliné levemente hacia atrás, apoyando mis manos sobre los muslos de él, permitiéndole obtener una vista privilegiada de nuestro acto sexual.
Narcisa Belacqua- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 21/04/2011
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Sergei Ivanovich Mar Abr 26, 2011 5:34 pm
- Spoiler:
Sergei se dejó llevar por Narcisa, colocándose debajo y ayudándola a ponerse sobre él, sin dejar de gemir ni de suspirar, cláramente feliz y contento. El brujo le miró a los ojos sin dejar de sonreír entre gemido y gemido. Los movimientos de la mujer hacían que el acto fuera más lento, pero a la vez más larga y placentera, permitiéndole sentir con mayor detalle cada uno de los roces que su miembro podía sentir dentro de ella.
Sin dejar de suspirar de placer Sergei alzó la mano y volvió a acariciar el rostro de ella con la yema de los dedos. Le gustaba lo que veía, le gustaba el cuerpo que tenía sobre ella y que le estaba dando el, probablemente, más placentero acto sexual de toda su vida. Nunca había esperado que una mujer pudiera hacerle sentir todo aquello, no sólo en el plano físico, si no también en el emocional. No dejaba de mirar a los ojos a Narcisa, en aquellos ojos tan tremendamente bellos e hipnóticos.
Pero toda aquella magia, aquél momento acabó rompiéndose. El límite que podía tener un hombre en aquellos momentos era limitado. Y Sergei estaba empezando a llegar al límite. Tanto fue así que se alzó, sentándose sobre el colchón pero con ella por encima.
-C-Cuidado-le advirtió.
Sergei Ivanovich- Hechicero Clase Media
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Edad : 44
Localización : Conjurando, entre las sombras.
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Narcisa Belacqua Miér Abr 27, 2011 2:22 pm
- Spoiler:
- Deslicé mi dedo índice sobre los labios de Sergei indicándole que se callase, me daba exactamente igual si terminaba dentro de mí, por suerte, no me encontraba en mis días fértiles, por lo que no me preocupaba por posibles efectos secundarios que posiblemente se convirtiesen en pequeños problemas tras nueve meses.
Me abracé al Brujo continuando con el movimiento de mis caderas, alentada por el latente miembro que en breves erupcionaría en mi interior entregándome su néctar. Besé apasionadamente los labios de él tomando con una de mis manos su nuca manteniéndolo cercano a mí. Con cada movimiento, mis pechos impactaban contra sus pectorales, y nuestros genitales producían un sonido húmedo al impactar en cada penetración - Sergei... - susurré jadeante sobre los labios de él, sintiendo como mi clímax iba acercándose cada vez más, empezando a hacerme respirar entrecortadamente y a aumentar un poco más el ritmo alentadoramente para que él incrementase el suyo. Deseaba que eyaculase, deseaba brindarle el máximo placer posible, y sólo así, yo también podría alcanzar el clímax.
Acerqué mis labios a los suyos empezando a besarle apasionadamente, con un énfasis que rozaba casi lo impuro y lo prohibido. Una pasión como aquella sólo se encontraba entre dos amantes que se deseaban el uno al otro de un modo antinatural.
Narcisa Belacqua- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 21/04/2011
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Sergei Ivanovich Jue Abr 28, 2011 7:08 am
- Spoiler:
- Al percatarse de que Narcisa le daba permiso para que continuara y se quedara allí dentro Sergei volvió a dejarse caer sobre el colchón, mientras sus manos volvían a colocarse sobre sus glúteos, que apretaba con fuerza contra él, deseando que no se alejara lo más mínimo y que el espacio entre los dos fuera ínfimo.
El sonido de sus actos inundaba la habitación. Gemidos, roces, el chocar húmedo de sus partes íntimas.
La respiración del brujo se hizo cada vez más y más pesada. No dejaba de gemir entrecortadamente, sintiendo cómo el placer invadía cada uno de sus poros. Cuando Narcisa se inclinó para besarla con aquella pasión Sergei no pudo si no devolverse el favor. Una de sus manos subió por la espalda hasta llegar a la nuca para impedir que se separara en ningún instante. Notaba que el clímax estaba próximo y quería llegar a él bebiendo de aquellos labios.
Le gustaba. Estaba seguro, en aquél momento de lucidez que anterior al orgasmo se dio cuenta de que aquella mujer era importante para él. Que la apreciaba. Que habría hecho por ella cualquier cosa y se habría enfrentado a cualquier fantasma por ella. En ese instante lo supo.
Precisamente, en el mismo instante en el que explotó. Estiró el cuello y movió la cabeza hacia atrás mientras todo su cuerpo se tensaba y los dedos del pie se contrarían en un espasmo. Sintió como su semilla se derramaba en el interior de Narcisa y cómo él gimió mucho más fuerte que antes, notándose totalmente liberado y extaqsiado. No recordaba ninguna otra vez en la que hubiera disfrutado de aquella manera. Ninguna. Sintió como si su corazón se hubiera detenido durante unos segundos, como si el tiempo se congelara. Sólo importaba aquella maravillosa sensación. Y Narcisa.
Conforme su respiración se fue relajando sonrió de satisfacción y se alzó para besar los labios de ella de nuevo, ésta vez apenas un roce, sin dejarar de mirarla a los ojos.
Sergei Ivanovich- Hechicero Clase Media
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Localización : Conjurando, entre las sombras.
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Narcisa Belacqua Vie Abr 29, 2011 6:49 am
- Spoiler:
- Cuando ambos alcanzamos el clímax sentí cómo su calor se fusionaba con el mío interior y la sensación de haber compartido algo tan íntimo me reconfortó y me hizo sentirme mucho mejor. Poco a poco fui aminorando la marcha hasta que mi cuerpo se detuvo, aún con el miembro de Sergei en mi interior. Apoyé las manos sobre sus pectorales mirándole a los ojos sonriendo levemente, con cierto atisbo de cariño y complicidad.
Para mí, no había nada mejor que el sexo por el que no recibía dinero, pues era sexo con sentimiento, y que realmente hacía sentirme bien.
Cuando se incorporó pasé las piernas hacia delante rodeando con ellas la cadera de él, quedando sentada sobre su regazo sin perder aún aquel contacto tan íntimo que poco a poco iba perdiendo tensión. Deslicé mis manos hasta su nuca obligándole a permanecer sentado conmigo sobre la cama. Acerqué mis labios a los de él, tentada por sus roces y le besé con una suavidad y ternura, de la que una prostituta no haría gala- Quedaos a dormir - susurré sobre sus labios mirándole a los ojos, acariciando con una de mis manos su pecho con suavidad y mimo.
Narcisa Belacqua- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 21/04/2011
Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Sergei Ivanovich Vie Abr 29, 2011 7:10 am
La respiración de Sergei volvió a la normalidad definitivamente, disfrutando de la sensación de tener a Narcisa sobre él, con su miembro, que iba recuperando su forma flácida y blanda habitual todavía dentro de ella. Le devolvió la caricia con los labios y pasó las yemas de sus dedos por la columna de la mujer lentamente hasta llegar a la parte del cuello.
-Sería un placer para mí aceptar su invitación, mi señora-le respondió-. Y así lo haré...-le respondió sin dejar de mirarla a los ojos.
Llegó con sus dedos de la espalda hasta el rostro de Narcisa, pasando por el hombro. Le acarició la mejilla y los labios. Le retiró un mechón de pelo suelto para ponérselo bien tras la oreja. No quería que hubiera nada que le impidiera disfrutar al completo de aquél bello rostro.
Bajó la mano y continuó con sus caricias por toda la piel desnuda de Narcisa, sin dejar de mirarla a los ojos ni de sonreírle, satisfecho consigo mismo y con el mundo. Aquél había sido un gran día, de eso no había duda. Sus dedos por fin llegaron a los pechos de ella, a los que prestó más atención que antes. Inclinó su cabeza y los besó tiernamente.
-Me alegro de haberos conocido, mi señora. Me alegro de que hayáis confiado en mí ésta tarde y ahora-dijo sin levantar el rostro de dónde estaba-. Me alegra de que nuestro amigo común nos pusiera en contacto.
Y, mientras le contaba todo aquello, la estrechó entre sus brazos con fuerza, pegándola a él.
-Sería un placer para mí aceptar su invitación, mi señora-le respondió-. Y así lo haré...-le respondió sin dejar de mirarla a los ojos.
Llegó con sus dedos de la espalda hasta el rostro de Narcisa, pasando por el hombro. Le acarició la mejilla y los labios. Le retiró un mechón de pelo suelto para ponérselo bien tras la oreja. No quería que hubiera nada que le impidiera disfrutar al completo de aquél bello rostro.
Bajó la mano y continuó con sus caricias por toda la piel desnuda de Narcisa, sin dejar de mirarla a los ojos ni de sonreírle, satisfecho consigo mismo y con el mundo. Aquél había sido un gran día, de eso no había duda. Sus dedos por fin llegaron a los pechos de ella, a los que prestó más atención que antes. Inclinó su cabeza y los besó tiernamente.
-Me alegro de haberos conocido, mi señora. Me alegro de que hayáis confiado en mí ésta tarde y ahora-dijo sin levantar el rostro de dónde estaba-. Me alegra de que nuestro amigo común nos pusiera en contacto.
Y, mientras le contaba todo aquello, la estrechó entre sus brazos con fuerza, pegándola a él.
Sergei Ivanovich- Hechicero Clase Media
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Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Narcisa Belacqua Sáb Mayo 07, 2011 8:36 am
Cerré los ojos para disfrutar de cada una de las caricias que Sergei me brindaba. Hacía sentirme querida, sentirme mujer, y aún más.. sentirme una auténtica dama, a la que un hombre, un caballero admira.
Cuando sentí sus labios sobre mis pechos lo abracé contra mi pecho agachando la cabeza rozando con mi nariz su pelo con suavidad y mimo, deslizando mi mano por su nuca acarciándola, mientras la otra mano acariciaba su torso y vientre de forma dedicada y suave, recorriendo cada una de las líneas marcadas por su musculatura.
Él respondió del mismo modo, rodeando mi estrecha cintura entre sus brazos, atrayéndome hacia su cuerpo- Os aseguro que coincido con vos monsieur - susurré abriendo los ojos y moviendo levemente la cadera para acomodarme sobre sus piernas, sintiendo como poco a poco aquello que estuvo llenando mi intimidad, ahora poco a poco iba saliendo por su propio peso muerto - ¿Estáis cómodo? - pregunté deslizando mis manos hasta sus mejillas tomando su rostro entre mis manos y obligándole a mirarme a los ojos para poder acercar mis labios a los suyos para besarlos con una suavidad nada comparable a la de una cortesana.
Cuando sentí sus labios sobre mis pechos lo abracé contra mi pecho agachando la cabeza rozando con mi nariz su pelo con suavidad y mimo, deslizando mi mano por su nuca acarciándola, mientras la otra mano acariciaba su torso y vientre de forma dedicada y suave, recorriendo cada una de las líneas marcadas por su musculatura.
Él respondió del mismo modo, rodeando mi estrecha cintura entre sus brazos, atrayéndome hacia su cuerpo- Os aseguro que coincido con vos monsieur - susurré abriendo los ojos y moviendo levemente la cadera para acomodarme sobre sus piernas, sintiendo como poco a poco aquello que estuvo llenando mi intimidad, ahora poco a poco iba saliendo por su propio peso muerto - ¿Estáis cómodo? - pregunté deslizando mis manos hasta sus mejillas tomando su rostro entre mis manos y obligándole a mirarme a los ojos para poder acercar mis labios a los suyos para besarlos con una suavidad nada comparable a la de una cortesana.
Narcisa Belacqua- Mensajes : 38
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Re: Un toque de mandrágora y ojo de tritón {Privado}
por Sergei Ivanovich Sáb Mayo 28, 2011 11:39 am
Sergei le devolvió el beso, moviéndo los labios con suavidad, con movimientos lentos y tranquilos, saboreándola.
-Estoy la mar de cómodo, la verdad-a pesar de eso apartó las piernas con las que le rodeaba Narcisa y se recostó contra el colchón, haciendo que la mujer le siguiera y se apoyara sobre él. Podía sentir sus pechos contra su torno-. Pero ahora lo estoy mucho más-sonrió.
Se quedó callado unos segundos, mirándola a los ojos.
-Habladme de vos-dijo de repente-. ¿Qué os gusta hacer? ¿Qué comida os gusta? ¿Cuál no?
PD: perdón por tardar tanto >.<
-Estoy la mar de cómodo, la verdad-a pesar de eso apartó las piernas con las que le rodeaba Narcisa y se recostó contra el colchón, haciendo que la mujer le siguiera y se apoyara sobre él. Podía sentir sus pechos contra su torno-. Pero ahora lo estoy mucho más-sonrió.
Se quedó callado unos segundos, mirándola a los ojos.
-Habladme de vos-dijo de repente-. ¿Qué os gusta hacer? ¿Qué comida os gusta? ¿Cuál no?
PD: perdón por tardar tanto >.<
Sergei Ivanovich- Hechicero Clase Media
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