Pajares y pájaros.

por **Teeya** Sáb Mayo 07, 2011 3:40 pm

París. Tanto tiempo oyendo acerca de esta ciudad para que ahora cuando llego... esté sola. Que aburrido.
Los gitanos somos tan diferentes incluso cuando somos de la misma ciudad... está claro que no quiero volver a ninguna tribu. Para que vuelva a repetirse lo mismo... Guilia.
Sin darme cuenta lo pronuncio en voz alta y me veo rodeada de gente mirándome, ¿nunca han oído a una mujer pronunciar el nombre de otra? Tal vez no como yo pronuncio el de Guilia.
-¡Deja de pensar en ello!.- me recrimino caminando por la calle solitaria. -¿No te parece una tontería ponerte así? Hay tantas mujeres en este mundo...
Tal vez no tantas, pienso al instante, pero que más da.

París es bonito. Hay hombres y mujeres de toda clase. Colores vivos por aquí y por allá, nunca hay silencio. La pobreza está a pie de calle y los ricos parecen crear un propio mundo para ellos, como si pudieran aplastar a los demás. Y yo... yo estoy perdida. No sé si tengo que ir aquí o allá, pero algo encontraré. Siempre me queda mentir a los parisianos.

-Eh niña.- le digo a una pequeña pelirroja que camina sola con bonitas ropa. ¡Que ojos tan azules! -¿Quieres que te lea la mano?.- sonrió, tierna y dulcemente, aunque ella no parece mucho más adultera que yo.

Aclaración:

por Invitado Sáb Mayo 07, 2011 4:11 pm

La inmensidad de Paris volvía a cernirse bajo los pies de la pequeña Alina, que vestida con su siempre elegante vestido esta vez de color azul marino paseaba solitaria y sin la compañía fiel de su pequeño cachorro Plushy, recorriendo un mundo que tanto le agradaba pero lo negaba para sí. El circo gitano. Alina creía que tanta gente extraña le hacía gracia, y aquello no iba más allá de eso, pero aunque lo negara, a ella le gustaba ese mundo tan diferente al que siempre estuvo acostumbrada, simplemente porque allí no se regían por las mismas normas, no tenía que comportarse como una buena niña, ni estudiar cosas que no le interesaban, ya que ella solo quería dedicarse al arte, por muy estúpido que pareciera que una niña, y aún por encima mujer, desear nada más que pintar.
El circo ofrecía distracción, y era eso lo que ella buscaba, ya que ni su primo ni su perro se encontraban esa mañana en el hotel.
-Vaya mierda de día...- aquel susurro hizo que se llevara una mano a la boca, pensando que la mirarían mal por ser una chica de bien y haber dicho una palabrota así, pero cual fue su sorpresa al ver que nadie la miraba ni le hacía caso. Aquello la hizo sentir más que contenta. -Mierda mierda mierda, digo mierda y nadie me riñe... ¡Ni Dima me escucha!- Canturreaba con una alegría tonta al saber que allí nadie la señalaba como lo hacían en ese pomposo hotel donde se hospedaba y donde siempre la señalaban de tener una vida demasiado libre para su edad, tachándole de desvergonzada por vivir con un hombre que apenas mira por ella, aunque no fuera cierto. Lo que se decía en ese lugar nunca era cierto.
-Eh niña.- Una mujer claramente gitana llamaba la atención de Alina, quien sin dudarlo se acercó a ella, clavando su azul mirada en el verde grisáceo de ésta -¿Quieres que te lea la mano?.- Alina ingenua como ella sola se llevó la mirada a ambas manos, mientras volvía a mirar a la mujer, así un par de veces.
-Lo siento amable señorita, pero no tengo nada escrito en ellas... ¿Lo ve? Así que no hay nada que leer...- contestó a la pregunta de la mujer, enseñándole las manos del derecho y del revés, para dar a entender que sus manos estaban tan limpias como su alma de niña eterna. Lo que Alina no comprendía era que aquella mujer gitana se ganaba la vida así, tal vez mintiendo, tal vez diciendo la verdad, pero eso escapaba a sus entendimientos básicos sobre los gitanos...

por **Teeya** Sáb Mayo 07, 2011 4:45 pm

Ya tengo con qué ganarme el sustento. Venga Teeya, empieza a pensar rápido una historia, cosa que no es del todo fácil, además, ¿y si la niñita era más lista de lo que yo creía?
-Lo siento amable señorita, pero no tengo nada escrito en ellas... ¿Lo ve? Así que no hay nada que leer....- dice ella girando una y otra vez sus manos, mostrándome ambas caras para mostrar la impecableza en éstas.
-Trae.- digo riendo, tomando sus manos para ver el interior y observar sus líneas. -¡Tan pequeña y con una vida tan intensa!.- mentirosa, me río para mis adentros, piensa, piensa. -Hay un chico... un camballero rubio de bonitos ojos....- una pausa y la miro a los ojos para sonreír. -Eres muy afortunada, parece que te quiere mucho... pero me temo que he dejado de ver nada más...
Ahora solo falta que me de algunas monedas... como no funcione, me quedo sin comer. Siempre puedo robar, pero lo último que me falta es que la policía me haga una visita... ¿a donde, Teeya? ¡No tienes casa!
Pero aquí está esta chica, que puede ayudarme. Con esas ropas bonitas, y esa carita tan mona... ¿como no ayudaría a alguien tan delicado y bueno como yo?
-Tal vez no deberías andar por estos pajares tú sola... ni tú tener tantos pájaros en la cabeza, digo para mi riendo, dejando una leve sonrisa arqueando mis labios.

por Invitado Sáb Mayo 07, 2011 5:31 pm

La joven perspicaz tomó las manos de la niña, empezando a mirar sus lineas con interés.
-¡Tan pequeña y con una vida tan intensa!.- Alina ladeó la cabeza al oírla, ¿como podría conocer una extraña su vida con tan solo mirar sus manos? No lo entendía y aquello le olía a mentira.
-Hay un chico... un camballero rubio de bonitos ojos...- Rió la niña al oírla hablar, pues conocía el analfabetismo de los pobres, pero aún así le hacía gracia, pues le recordaba a Aitor y sus constantes meteduras de patas... Nunca mejor dicho
-Eres muy afortunada, parece que te quiere mucho... pero me temo que he dejado de ver nada más... -Alina ladeó la cabeza no entendiendo a la mujer. ¿Qué veía? y ¿por qué había dejado de verlo? Las respuestas escapaban de sus escasos entendimientos.
-¿Y ahora qué?- Preguntaba confusa la niña, temiendo que la chica pidiera algún dinero por lo que acababa de hacer, pues no era mucho el que llevaba encima, y debía regresar pronto al hotel para la hora de comer... -Por cierto... ¿sabes como se llama ese caballero? - La descripción que dio la joven fue parecida a la de su primo Dima, pero el que haya acertado no significaba nada para Alina, pues era fácil saber que en su alrededor abundaban gente con esa descripción, excepto Aitor, que llegaba a tener cierto parecido con la mujer, simplemente cambiando el color de sus ojos.
-Tal vez no deberías andar por estos pajares tú sola...- Alina volvió a reír al oírla hablar y le tomó de la mano, ladeándola a la par que la suya.
-Me llamo Alina, ¿y tú?- preguntó, mostrando un fervor interés por la desconocida, que tanta gracia le causaba, pues su forma de hablar y comportarse para con ella le recordaba mucho a la forma de actuar de Plushy, tan inocente y divertida como ella lo veía.

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