En busca de un remedio, inexistente.

por **Jean Louis Mercier** Dom Mayo 08, 2011 9:08 am

Recuerdo del primer mensaje :

En realidad sabía que no iba a ser posible encontrar un remedio pero necesitaba intentarlo. Había escuchado que decían que en Asia tenían remedios para todo y... por qué no, tenía que tener una mínima esperanza de poder deshacerme de la cruz que me atormentaba. La enorme cicatriz que tenía en la espalda y que la cubría prácticamente por completo. Me daba algo de reparo entrar en aquel sitio, parecía escondido a la vista de todos, como si en realidad no quisieran ser encontrados y... tal vez sería mejor así. Apreté los labios, intentando que pareciera que solo pasaba por allí pero parecía prácticamente imposible. Suspiré levemente y miré al poco cielo que podía ver desde allí, prácticamente oscuro, pronto sería hora de ir a trabajar. Miré la puerta del local con el ceño levemente fruncido. ¿Y si aquello era muy caro y no podía permitírmelo? Quizás me era imposible pagarlo o... tenía que pagar toda la vida. Aunque si me dejaban ir pagando poco a poco, lo haría, costase lo que coastase. Finalmente entré y me encontré con las escaleritas, por las que empecé a subir lentamente.

por **Jean Louis Mercier** Mar Mayo 10, 2011 9:08 am

Solo quería hablar conmigo, claro. Yo tenía tantos temas interesantes para él... Daba gracias que las monjas me enseñaron a leer y algo de matemáticas, si no hubiera sido un analfabeto el resto de mi pobre vida. Me dio la sensación de que calificó lo nuestro como una "conversación decente" y a mi de "interesante". Yo no estaba de acuerdo com ambas cosas, pero en realidad tampoco importaba demasiado lo que yo pensara. ¿Cherie? ¿Me llamó "chérie"? Eso se le decía a las mujeres, fruncí levemente el ceño, el hecho de que no se creyera una béstia el mismo tampoco me pareció tan relevante.
- No es que los sepa es... que una persona como yo no creo que sea demasiado capaz de dar conversación a alguien como vos. - que sí, mi trabajo era entretener a los clientes pero... normalmente no querían hablar y en el momento en el que hablaban, solo lo hacían ellos, la opinión de alguien como yo no solía tenerse en cuenta, ni siquiera ser escuchada. Cuando me besó la mano seguramente volví a enrojecer. ¿Por qué lo hacía? Yo no era una señorita a la que había que tratar de manera delicada y afectuosa. Abrí la boca para recordárselo pero él volvió a preguntar sobre los rumores. - Pues... en... en un lugar como el que trabajo suelen escucharse esas cosas. A veces los clientes beben de más y hablan y cuentan rumores y habladurías... - me encogí un poco de hombros, notando el vacío aún en mi espalda. Seguramente si él no me sujetara mi cuerpo haría inercia y se precipitaría escaleras a bajo.

por **Adelbert Ducovich** Mar Mayo 10, 2011 9:17 am

Le observé y sonreí un poco, juguetón, cuando puso caras al darse cuenta de que le habia llamado "señorita". Vamos, vamos, que no era para tanto... Puse los ojos en blanco, aun divertido, y tras unos segundos le oí hablar, por lo que le miré y ladeé la cabeza, escuchando también sus pensamientos que no parecian muy optimistas, al parecer. ¿Se consideraba una mascota? - Bueno, Jean Louis, estoy seguro de que también dudabas que no fuera humano, ¿cierto? - respondí con tono amable antes de sonreirle divertido. Cada vez que hacia algún gesto o decia alguna cosa que le pareciera "para señoritas", ponia caras. Era divertido, mirarle. Sin embargo, se estaba empezando a hacer tarde... o pronto, según se mirara - Ya veo... Entonces quizás me pase por allí, monsieur.. A ver si me entero de algo más - dije, convencido, sonriendole después con dulzura - Debo irme ahora, Jean Louis, o no me dará tiempo a llegar a mi casa antes del amanecer - comenté entonces, observandole - Nos volveremos a ver, monsieur - me despedí educadamente, besandole el dorso de la mano por última vez y tirando un poco de él para que volviera a aguantar el equilibrio y no se cayera escaleras abajo - Buenas noches - susurré antes de sonreir, girandome y bajando las escaleras con rapidez, saliendo por la puerta en un abrir y cerrar de ojos

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