Candice Flamand

20 años


Humana


Clase Media


Heterosexual


Marsella, Francia

Spoiler:

Es una chica bastante solitaria y silenciosa. Disfruta de ello, del silencio, y de sumergirse en su propio mundo de fantasía. Es distraída, y de pocas palabras, sin embargo, no se queda callada cuando quiere expresar su descontento. No se avergüenza con facilidad.
Al entrar en confianza es buena compañera, aunque nunca se muestra por completo. En cuanto a los sentimientos, es bastante distante, desconfiada y celosa.
Su rebeldía se mostró fuerte. Detesta que le digan que hacer, y las responsabilidades. Su huida a París se debió a ello.
Es bastante creativa en cuanto a la pintura y el dibujo.


Criada y nacida en Marsella, Candice no disfrutó de una infancia normal. Con el trabajo de su padre en el puerto, y su madre como empleada doméstica, pasaba la mayor parte del tiempo sola, fuera de su casa, paseando por el pueblo sureño. Siendo hija única, no disfrutó mucho de la compañía de otra gente.
La relación con su padre era inigualable, ambos eran inseparables, pero el trabajo le consumía más tiempo del que podía dedicarle a su hija. De su madre no se podía decir lo mismo. Luego de la adolescencia, la relación se fue tensionando hasta llegar al choque contaste. El tiempo dentro de su casa comenzó a acortarse a tal punto que tampoco deseaba pasar tiempo con su padre.
Las peleas entre sus padres comenzaron a aumentar con el paso del tiempo. Su padre bebía a tal punto de llegar casi inconsciente a la casa. Candice no hacía otra cosa que escaparse de su casa, y entrar en su propio mundo, donde los gritos no existían. En una de sus escapadas nocturnas, conoció a su primer amor, el cual la conquistó de a poco y luego le rompió el corazón dejándola sola en Marsella, marchándose a Paris sin mirar atrás. Luego de la ruptura, la chica, ya con 18 años, comenzaba a soñar con ir a la capital del país, escapando así de todos sus problemas familiares y sentimentales. Con la edad suficiente para trabajar, comenzó a trabajar en el puerto (a pesar de las miradas y de las críticas recibidas, no dudó ni un segundo), y a escondidas de sus padres, comenzó a ahorrar para viajar a Paris.
Dos años después, con la repentina muerte de su padre, tomó sus ahorros y compró su boleto a la capital, dejando a su madre atrás, la cual perdió la cordura un tiempo antes de la pérdida de su esposo. Ya no quedaba absolutamente nada en el sur, más que recuerdos amargos, y amores olvidados.
En la estación, compró su boleto y se subió al primer tren disponible, inspirando antes de poner un pie dentro, sin mirar hacia atrás.


Fuma desde los 16 años.
Le aterra el hecho de llegar a un lugar que no conoce, pero se arriesgó a dejarlo todo atrás.
Le gustan los gatos.