Una noche de libertad.

Recuerdo del primer mensaje :

De nuevo su madre no había tenido ninguna consideración con su nuevo vestido de “evento importante”, no entendía como podía tener tantos y no gustarle absolutamente ninguno... y para colmo tenía que ir a las incontables fiestas de París, era por su bien, claro pero con aquella mujer pegada a ella como una mosca en pleno verano.
Sus ojos azules se repasaban frente al espejo con el vestido ya enfundado, porque no había otra palabra mejor para aquello, era perfecto sí pero sumamente incómodo, de una de las mejores sedas color borgoña, palabra de honor resaltando la bonita piel dorada de la joven y exceptuando aquella cintura con un bonito cinturón ancho fruncido que atrás adornaba la parte baja de su espalda.
Frunció el ceño al ver que no le quedaba nada mal, como todos... pero como siempre, algunas veces no dejaba a la imaginación aquel pronunciado escote y es que estaba hecho aposta, era una joven bonita y con unos atributos físicos agraciados por lo que su madre no podía hacer otra cosa que sacarle partido, casarla y así deshacerse de ella... y es que como decía el refrán “Tiran más dos... que dos carretas”.

Una de las doncellas de la residencia de jovencitas le hizo un elaborado recogido, despejando todo cabello rubio del rostro y tras ponerse obligada por recomendación de su madre, su collar de perlas y los pendientes, se perfumó con su habitual perfume y salió con las demás hacia la fiesta, con Bryanna había seis chicas más, las cuales eran todo lo contrario a ella, no entabló conversación ni relación con ninguna ¿para qué? Todas eran unas remilgadas y aburridas, un muermo en sí...en uno de los carruajes viajaba con dos de ellas que no paraban de parlotear y a lo que la joven entornó los ojos mirando por la ventanilla, observando con desinterés aquel paisaje que se le presentaba de la ciudad parisina.

Si no recordaba mal, la fiesta era en el Palacio Royal y se aseguró que su invitación no la perdiese porque si no el castigo sería innombrable, porque sí, no quería asistir pero dentro podía hacer de las suyas y siempre y cuando aquella mujer con cara de perro no la siguiese, se escabulliría de allí y pasaría al menos un rato a solas, a pesar de ser de noche.
Tras bajar del carruaje, se cogió del vestido de tal manera que no se lo pisase al andar, en la puerta guardias y los mayordomos de turno para pasar lista de invitados, aguardó con visible resignación a que les dejasen pasar y ser nombradas en alto... “Lady Bryanna Lynn Appleby”... y al oír su nombre, su rostro se alzó de tal manera orgullosa, acompañado de su singular sonrisita que no parecía estar tramando algo bastante... bueno. Y como no, un murmullo general hizo mella en su nombre, la conocían a pesar de lo poco que había permanecido en París, pero el suficiente como para que solo nombrarla la gente empezase a temer y entre otras cosas, echarle mentiras encima..cosa que le daba exactamente igual.

Tras unas leves reverencias, se fue retrasando del grupo y así coger camino propio... había bastante gente por lo que suspiró realmente agobiada...y necesitaba un trago, así que buscó algo para beber con la mirada, la bandeja no pasó muy lejos y un par de zancadas llegó hasta ella, la joven que portaba la bandeja se la ofrecía a una gruesa mujer que entre risas iba a tomar la última que quedaba pero Bry fue más ágil y la tomó a la atenta y enfadada mirada de la señora la cual empezó a maldecir en francés y ella no pudo hacer otra cosa que mirarla fijamente y beberse todo el contenido de un golpe ante ella y tras una sonrisa de niña buena, se la entregó para que la tomase... tomando su mano y enredarla en la copa para finalmente irse, dejando escapar una sonrisa de lo más divertida...

-Tomad, seguro que os la rellenan..

¿Qué hacer ahora? Chasqueó la lengua moviéndose al ritmo de la música de fondo, muchos bailaban, otros la miraban curiosos y no tan curiosos pero ella no parecía estar allí, parecía estar sola entre el murmullo bailando consigo misma...una preciosa imagen.

Atuendo:

Exacto, lo volvería a buscar, lo torturaría y le haría pagar todo aquello que desconocía y lo cual quería más, ese juego le había gustado mucho, tanto que estaba apurando todo lo que podía y más, todo el tiempo que le quedaba antes de que la descubriesen, solo de pensar que aquella mujer gruñona la viese en tal estado... no hizo otra cosa que hacerla reír entre agradables suspiros.
Sus bocas se encontraron de nuevo y Bryanna no dejaba de provocarlo con tan solo su lengua, la cual jugó de nuevo volviendo a tomarla y mordisquearla con verdadero deseo. Eso sí sus manos bajaron muy despacio hasta acariciar la cintura del joven y bordearla con los dedos, quería tocar más y no se iba a detener.
Abrió los ojos cuando sus pechos fueron liberados, acto seguido clavó aquellos ojos azules en él , desde luego sabía jugar sí... y aquellas caricias, no hicieron otra cosa que estimularla más, volviéndose rápidos e intensos aquellos movimientos en los cuales sus sexos se rozaban con verdadero frenesí, se le entrecortó la respiración y aún más cuando su boca lo abordó. Aquella mano de ella traviesa, intentó introducirse dentro de sus pantalones, ella no se cortó... tiró tan fuerte del filo que rompió el botón y acto seguido la introdujo para acariciarle dentro.

Se relamió los labios dejando escapar una suave risa al ver que ambos por una parte como por otra se buscaban en silencio, arqueó la espalda para así obtener una mejor vista de sus pechos, ese maldito joven sabía lo que hacía vaya que sí pero ¿llegarían hasta el final?

-Me encanta jugar contigo , gatito... -se inclinó a mordisquear uno de sus hombros aún vestido, su mano envolvía a la vez su miembro el cual empezó a mover sintiendo su dureza cosa que le divirtió bastante- estarías tan dispuesto a hacerlo aquí mismo aquí y ahora...¿no es verdad...querido gatito? Dime en qué piensas ahora, con que sueña esa mente perversa y malvada tuya...-dejó escapar un suave gemido y es que esa zona de su cuerpo junto con aquel movimiento prohibido le estaba excitando mucho, podía notarlo en su ropa interior como por su culpa la tenía totalmente empapada.

-Solo si se detiene ahora todo esto... la próxima puede ser mejor... o peor, según se mire...-se mordió los labios sin dejar de hacer su labor y por consiguiente, su mano atrajo por la nuca al chico el cual no dejaba en paz ninguna parte que quedaba libre de ella...adoró en ese mismo instante aquellos vestidos de palabra de honor... “Gracias...mamá”.- ¿Qué me tienes preparado? ya sabes la mala noticia...-se relamió junto con aquella pícara sonrisa...- me encantaría que me pidieses más... y si no es hoy...lo será el próximo... te da igual donde ¿Verdad? solo quieres volverme loca... siento decirte que en ese caso yo te volveré loco a ti....-hizo aún más presión con las caderas, se movía especialmente bien y de formas diferentes... nunca lo había hecho pero sabía lo que se hacía.

Se unió a su risa sobre el comentario de sus manos pero ¿y él? Las tenía largas y juguetonas porque no había parado de darle pellizcos y demás cosas, un rato muy agradable, entretenido y de lo más erótico que había tenido en su corta pero intensa vida... no podía dejar de explorarle y de tocarlo, era algo que le causaba una gran interrogación, y no iba a esperar a que el chico de sus sueños apareciese para investigar el cuerpo masculino, era curiosidad y ella no se quedaba con la duda. No le quedaba ninguna duda, y aquella mirada felina se lo demostró por parte de la chica. Se relamió , le había gustado dar besos, pero más morder y lamer... por lo que ahora le hacía eso a su cuello, dejando escapar un suspiro de resignación ¿Se tenía que ir? Vaya, juraría que siempre era ella la que aguaba la fiesta, pero....como que quizás era mejor dejarlo así.

-Por primera vez no soy la que abandona el terreno...nos cortaron la diversión-susurró en su oído dejando escapar una risa... vaya, se le acabó la fiesta, hizo un puchero pasando la mano libre bordeando aquellos labios que había probado, que truhán... como sabía encandilar... pero ella tampoco se quedaba atrás- Ni pienses que esto se queda aquí... te encontraré... y me terminarás de enseñar todas esas cosas...y sobre lo de estar preparada, nací preparada...mi pequeño gatito...

Contestó al beso, sintiendo aquellas voces de fondo... que seguro si no eran para él eran para ella... que dos rebeldes sin causa se habían juntado, no solía tener mucha afinación con mucha gente y ese pequeño gatito lo había conseguido, se había metido en un terreno que no debía de meterse. Solo que no se esperó terminar abierta de piernas, no se movió , solo intentó observar lo que hacía sin éxito pero no consiguió nada más que reír a carcajadas... maldito, se estaba aprovechando de aquellas prisas... pero esa boca golosa no paraba de buscarla y al sentir cierta presión sobre su sexo, sus dedos se enroscaron en la hierba, sintiendo su humedad entre éstos y la tierra adueñarse del interior de sus uñas... si aquella lengua le daba tanto placer ¿cómo sería sin su ropa interior? … era un aperitivo para mostrarle lo que le haría después...se relamió deseosa e intentó atrapar al chico sin éxito puesto que se le escapaba de las manos y no podía hacer mucho que digamos, iba a hacérselo pagar, que lo tuviese bien claro

-Voy a devorarte la próxima vez... eres muy travieso...-alzó la mano para tomarle del rostro y buscar su lengua, lamer y probar aquel sabor que había obtenido de ella, lo soltó con aquella típica y maliciosa sonrisa...Adam DuPont, no, no se le iba a olvidar ese nombre... se levantó caminando de manera más lenta...así haría tiempo y no parecería que viniesen juntos.

Se infiltró en la fiesta como si nada... pero aún tenía aquella calentura encima, aquella que no pudo calmar... maldito gato, tendría que salir corriendo antes de allí para darse una buena ducha fría, y por raro que pareciese, la señorita Bryanna Lynn Appleby estaba de lo más insoportable , más de lo normal pero con esa sonrisa maliciosa que no abandonaba su rostro... se frotó las manos para entrar en calor, tenía razón al decir que tenía las manos frías...pero para la próximas se las calentaría... que lo tuviese por seguro.

El revuelo de murmullos aumentó cuando abandonó la fiesta, sin duda una buena fiesta... aunque más que sus interiores...eran más interesantes los exteriores.

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