Ampliando Horizontes {Priv}

por **Wesh** Miér Mayo 25, 2011 6:12 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Había meditado mucho dónde llevar a Victoria por primera vez. El burdel había sido su primera opción, donde alguna de las chicas pudiera enseñarla a tratar con los hombres. Pero la había descartado en el acto. Ella no estaba preparada aún para ese tipo de lecciones. Recorrer las calles, con la mujer aún verde, podría resultar peligroso, más de lo normal. Así que se había decantado por la taberna. Si la suerte les acompañaba, podrían observar desde uno de los rincones sin que nadie reparase en ellos.

Antes de bajar del coche de alquiler, tuvo que reprender a la joven para que contuviera su euforia. Comprendía su excitación, pero la vida real les estaba esperando ahí fuera y cualquier fallo sería fatal, sobre todo para ella. La mujer se contuvo todo lo posible, pero de vez en cuando la sorprendía con una gran sonrisa curvando sus labios.

Antes de abrir la puerta del local, suspiró dándose ánimos y elevó una plegaria al cielo. La suerte estaba echada. Se adentró en el atestado establecimiento sin mirar atrás, esperando que Victoria estuviera siguiendo al pie de la letra la primera de sus instrucciones. NADA DE APARTARSE DE ÉL.

Llegó a una mesa libre no muy lejos de la puerta -por lo que pudiera pasar-, y allí se dejó caer a la espera de que una de las camareras se apresurase a llevarle una botella de ginebra. Iba a necesitarla.

por **Wesh** Sáb Ago 27, 2011 9:55 am

Hicieron el resto del trayecto a pie en un sorprendente silencio. Esperaba que después de su última afirmación, Victoria le acribillara a preguntas, pero había mantenido la boca cerrada y con muy buen criterio además. La observó a hurtadillas, apreciando sus andares femeninos incluso debajo de toda esa ropa de hombre. ¿Cómo no se había dado cuenta de que el disfraz sería un error? Quizá porque vestirla de prostituta no era algo que le hiciera muy feliz. Aunque, pensándolo bien, el disfraz había estado bien. Nadie había descubierto su identidad. Pero la gente con la que habían tratado aquella noche no eran delincuentes como los que realmente buscaban y con ellos no podía haber ningún error.

El camino que habían tomado les llevó casi hasta la puerta de Victoria. Sólo tuvieron que caminar a las sombras durante un par de manzanas ya que, en aquel barrio fino, dos figuras como las suyas habrían llamado demasiado la atención. La mujer le dijo que entrarían por detrás.

-Bueno, ya hemos llegado -se detuvo a un par de pasos del umbral mientras victoria se adelantaba para abrir la puerta-. Espero que esta noche haya sido de tu agrado

Quizá no había sido lo que esperaba. El mundo real no suele coincidir con las fantasías.

por Invitado Sáb Ago 27, 2011 10:06 am

El cielo seguía oscuro, pero ya empezaba a clarear sutilmente. No tenía ni idea de qué hora sería, pero debía ser muy tarde... o muy pronto, según cómo lo mirase. Sea como fuere, no se sentía cansada, a pesar de todo lo que habían caminado y el ajetreo que había presenciado. Podría vivir aquello otra vez.

Abrió la puerta con la pesada llave. Dentro estaba todo oscuro y silencioso. Los criados aún no se habían levantado y, por lo tanto, las tareas del hogar no habían empezado. Se volvió hacia el señor Wesh con una suave sonrisa en los labios.

-No me ha gustado lo que he visto esta noche, sin embargo lo he disfrutado. Me alegro de que me hayas llevado contigo y me hayas mostrado todo eso. Ha sido duro, pero necesario si quiero introducirme en ese ambiente. He aprendido mucho -apoyó el hombro en el marco de la puerta.

El señor Wesh no había subido los tres escalones que daban acceso a la puerta trasera, Victoria sí. Por primera vez sus ojos se encontraron a la misma altura.

-Supongo que tendré que esperar a tener noticias tuyas.

por **Wesh** Sáb Ago 27, 2011 10:28 am

Ladeó una sonrisa y asintió como respuesta a su pregunta y a todo lo demás. La próxima vez que se vieran, sería en las mismas circunstancias, pero los escenarios cambiarían considerablemente.

-¿Puedes conseguirte un vestido algo más sugerente que los que tienes? Que no sea de muy buena calidad ni muy mala. Serás una cortesana de clase media, creo que resultará más fácil así -no estaba del todo convencido en hacer aquello, pero lo harían bien-. No iremos directamente a nuestro informante, primero quiero ver cómo lo haces -el día que se vieron por primera vez, no resultaba muy convincente.

Ella lo miraba pensativa, pero se veía que fingía. Juraría que estaba a punto de empezar a pegar saltos por la emoción... como si no hubiera tenido suficiente aquella noche. Intentó imaginársela fingiendo ser una prostituta y lo que vio en su cabeza le dejó sin aliento. Si realmente conseguía llegar a la altura de su imaginación, iba a ser un caso muy muy largo.

por Invitado Sáb Ago 27, 2011 10:43 am

Estaba deseando empezar cuanto antes. No quería estar d nuevo varios días sin noticias del señor Wesh. A Victoria nunca se le había dado bien eso de esperar, no era paciente. Aún así, sabía que la resolución del asesinato de su marido iba a requerir mucha paciencia. Ese tipo de cosas solían ir muy lentas, sobre seguro, ya que un fallo podía costarte la vida.

-Conseguiré vestidos y todos los complementos que sean necesarios -le aseguró mientras mentalmente ya lo estaba organizando todo para ponerse con ello ese mismo día, nada más amaneciese. No quería que, por su culpa, pudieran retrasarse los planes. Estaría preparada cuando el señor Wesh fuese a buscarla.

¿Quería hacerle una prueba? Se sonrojó al recordarse en el regazo del señor Wesh, cuando había fingido ser una buscona. No creía que lo hubiera hecho tan mal, pero si él insistía en que debía verla de nuevo en acción...

-Cuando quieras. Estaré preparada

por **Wesh** Sáb Ago 27, 2011 11:09 am

-¿Eso crees? -preguntó de forma sugerente, provocándola con la mirada.

Muy despacio, para darle tiempo a que huyera si lo creía necesario, avanzó los tres pasos que le separaban de ella y Victoria quedó encerrada entre la puerta y su cuerpo. Alzó los brazos y apoyó las manos a ambos lados de su cuerpo, contra la madera noble. Pero Victoria seguía quieta.

Sus cuerpos se rozaban en toda su longitud. Una de sus piernas quedó apoyada entre las de ella y tenía que agachar la cabeza si quería mirarla a los ojos. Estaba vestida de hombre, y aún así hermosa. Por un momento se preguntó si aquello lo hacía como prueba o porque verdaderamente deseaba que sus cuerpos se fundieran. Pero desechó el pensamiento por inoportuno.

-¿Recuerdas cómo se besa, Victoria? -murmuró-: Porque sabes que tendrás que besarme en algún momento de los días que vienen y tengo que asegurarme de que el tiempo no ha borrado la técnica de tu memoria

por Invitado Sáb Ago 27, 2011 11:22 am

¡Oh, Dios! Sintió, de inmediato, como se le subía el corazón a la garganta. La proximidad de aquel hombre era abrumadora, así de cerca parecía incluso más grande y ella se sentía diminuta -a pesar de que nunca se había considerado una mujer bajita. Supuso que el enorme cuerpo del señor Wesh tenía ese efecto en las personas.

El pulso se le aceleró hasta alcanza una velocidad de vértigo y empezó a sentir un calor en el pecho que se extendía hacia su cuello y rostro. Comenzaron a sudarle las manos y las apretó con fuerza contra la tela de sus pantalones al tiempo que alzaba la cabeza para poder mirarlo a los ojos. Dios, ¡pero qué cerca estaba! Podía diferenciar el color exacto de sus ojos marrones.

-Recuerdo perfectamente cómo se besa. No tienes por qué preocuparte por eso -intentó moverse, pero era imposible hacerlo si él no se lo permitía-. Es tarde, Wesh. Y estoy cansada.

por **Wesh** Sáb Ago 27, 2011 11:31 am

-En el futuro también será tarde y también estarás cansada, pero lo harás de todas formas

Y él tenía que estar preparado para ese momento. El primer beso tenía que ser según sus términos. No podía perder la concentración en el momento en que Victoria tomara confianza para hacerlo. Por eso tenía que saber a qué atenerse. No había mejor momento que ese. Se adelantó un poco más y susurró en su oído, jugando con sus labios en la piel tierna del cuello.

-¿Qué es lo que te preocupa? ¿Que pueda dañarte de alguna forma? -pasó los labios húmedos por la vena que palpitaba con fuerza en uno de sus lados-. Puedes estar tranquila, es sólo un beso y no implica nada. Incluso creo que puede llegar a gustarte -terminó con algo de burla.

por Invitado Sáb Ago 27, 2011 11:54 am

¡Por Dios! Iba vestida como un mozo, llevaba el pelo metido bajo una gorra y la cara manchada de ceniza. No podía meterse en el papel de ese modo. Necesitaba no sentirse ella para hacerlo...

No quería besarlo si no era estrictamente necesario.

-Sé que no me harás daño -ni siquiera sabía porque estaba tan segura de eso-. Pero no creo que sea necesario hacer pruebas sobre esto. Somos dos personas adultas que han conocido mundo; es evidente que sabemos besar. No tienes por qué insistir en... hacer esto. -dios, ¿por qué le había temblado la voz al final?

En su mente apareció una imagen de Samuel, con su cabello claro y sus ojos azules... unos ojos que la miraban con cierta resignación mientras la lengua del señor Wesh se deslizaba por su cuello. Victoria sabía que él debía estar sintiendo su pulso acelerado.

-No tiene por qué gustarme, es simple negocio-al advertir la burla en su voz se puso tensa-. No se divierta a mi costa, señor Wesh

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 7:08 am

-Insisto en que todo este asunto no tiene nada que ver con la diversión -aclaró, muy cerca de su boca-. Es algo necesario, pese a lo que pueda parecer.

Algo necesario que quizá podría esperar hasta que se encontraran de nuevo, pero que no tenía la intención de dejar pasar. No sólo ella lo necesitaba para hacerse a la idea de que cuando salieran la próxima vez debía actuar a la perfección. Wesh también necesitaba una confirmación, quizá más importante aún que la de Victoria. ¿Sería capaz de resistir la tentación si sus labios le tocaban?

-¿Qué pasa si llega el momento de fingir un poco de lujuria hacia mí y descubres que no puedes hacerlo? -su voz era un susurro que escapaba de su garganta y nacía de lo más profundo de sus entrañas-. ¿Y si la memoria de tu marido te impide besarme de forma convincente? -¿y si él descubría que una vez probados sus labios era incapaz de conformarse con un solo beso?-. No puedo limitarme a confiar, Victoria, tengo que saberlo antes de arriesgar nuestras vidas -y perder su propia cordura.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 1:10 pm

Por una parte, sabía que el señor Wesh tenía razón y que todos los argumentos que exponía a favor de aquel beso eran del todo lógicos, sin embargo... sin embargo no se veía con el valor necesario para juntar sus labios con los de él.

-Lo que yo siento por mi marido no tiene nada que ver con esto. Un beso, o los que sean, no va a cambiar nada -Samuel estaba en su corazón; seguía amándole y echándole de menos como el primer día-. Tendrías que confiar en mi palabra. Yo confío en la tuya, deberías hacerlo lo mismo con la mía. -añadió, estaba cansada de que siempre la pusiese a prueba porque no confiaba en lo que decía. Se lo había repetido varias veces, pero él seguía una y otra vez con lo mismo. Exigiendo que demostrara todo cuanto decía.

Estaba claro que no podría retirarse si no aceptaba besarle. Conocía lo suficiente al señor Wesh como para apreciar cuándo se ponía testarudo.

-El mecanismo de un beso es muy sencillo: dos bocas se juntan, dos labios se abren y... -la boca del hombre ya estaba muy cerca, por lo que sólo tuvo que moverse unos centímetros para alcanzarla.

Lo primero que sintió fue la suavidad de aquellos labios masculinos, que durante unos segundos no se movieron; luego, la aspereza de su barba raspándole la barbilla cuando, finalmente, su boca comenzó a moverse.

Victoria apretó las manos contra sus muslos para no deslizarlas por el cuerpo de él.

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 1:25 pm

-El mecanismo de un beso es muy sencillo -la oyó decir-, dos bocas se juntan, dos labios se abren -como si él no supiera eso-, y...

... y el beso llegó. Se alzó de puntillas hacia él y sus gruesos labios se apretaron contra los suyos, amoldándose a la forma entreabierta de su boca. La miró a los ojos un instante, un breve lapso de tiempo hasta que ella los cerró. Después lo hizo él, cuando ella ya no podía verle. Él ya sabía suficiente. Que su rostro se había ruborizado poco a poco, que sus párpados caían lánguidos haciendo que las sombras de sus pestañas se posaran en lo alto de sus mejillas. Apretó las manos contra la madera, obligándose a no desatar la fuerza de su necesidad en ese momento.

No había lujuria en ese beso. Era demasiado suave, demasiado inocente. Mejor así. Realmente no quería el beso de una prostituta, sino el de Victoria. Ella no tenía más que ofrecer... por ahora. Y eso le daba a él la libertad para enseñarle cómo debía hacerlo cuando hubiera testigos presentes. Pero lo haría sin palabras, sin necesidad de recriminaciones que estropearan el momento. Y lo haría lentamente... muy lentamente.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 1:39 pm

No había esperado que el beso fuera así. Su intención inicial había sido apretar la boca contra la de él, mover un poco los labios y apartarse... pero en eso se había quedado, en una intención. Tampoco había imaginado que la boca del señor Wesh se sintiera de ese modo sobre la suya, sus labios blandos y fléxibles.

De repente, entendió que lo que estaba haciendo era dejarle vía libre para comprobar qué hacía. Se estaba dejando hacer.

De forma lenta, y un tanto insegura, deslizó la lengua entre sus labios y se introdujo en su boca. Lo primero que saboreó fue el fuerte licor que habían bebido hacía un par de horas. Sabía que ella debía tener ese mismo sabor en la boca. Luego, lo saboreó a él mismo.

No sabía si se debía al tiempo que hacía que no besaba un hombre, pero aquel beso no era como los que recordaba.

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 1:58 pm

El cerebro se le embotó en el mismo momento en que la mujer deslizó la lengua hacia el interior de su boca. Reprimió el gruñido que estaba a punto de escapar de su garganta. Reprimió la urgencia de separarle los labios con rudeza y tomar de ella todo lo que tuviera para darle... lo quisiera o no. Apretó aún más las manos, conteniéndose para no tomarla entre sus brazos y llevarla al colchón más cercano. Simplemente dejó que su lengua saliera al encuentro de la de Victoria y se enlazaran en un lento vals.

Se saborearon mutuamente y en silencio, dejando que sólo sus labios y sus lenguas participaran de aquel beso. No había gemidos ni jadeos, nada de la urgencia que el deseo procuraba... al menos en apariencia. A Wesh le costaba dominar sus impulsos. Poco a poco, Victoria iba dejando que la líbido ganara el pulso y se impulsaba para saborearlo más profundamente... con las manos aún apretadas contra los muslos.

El control empezaba a escapársele. La necesidad empezaba a volverse más honda. Su boca salía al encuentro de la de Victoria y ella no iba a la zaga. Era inevitable lo que estaba por venir.

La lujuria explotó de pronto y Wesh envolvió su cuerpo con los brazos. Una mano sujetaba la cabeza Victoria, los dedos hundidos en la densa manta oscura que era su cabello. La otra se apretó contra la cadera de la mujer, acariciando con el pulgar parte de su vientre. Tiró de su pelo y ella jadeó, abriendo más la boca para él. Él la devoró, esta vez sin ninguna reserva.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 2:26 pm

Había subestimado a Wesh. Había sido muy inocente al pensar que él no iba a reaccionar a sus avances y que simplemente iba a dejarse hacer. Ahora entendía que, si había permanecido quieto al principio, había sido sólo para que ella se confiara. Había actuado como todo un depredador: al acecho para luego saltar sobre ella.

Soltó un jadeó cuando aquella mano cogió su cabello y la acercó más a él; en ese instante, sus fosas nasales se llenaron con el olor de su cuerpo y, por un momento, sintió que todo lo que olía, sentía y saboreaba era él. El beso se volvió exigente mientras la boca de Wesh parecía querer devorarla, absorberla. Un beso carnal en el que el único trato era entregarlo todo.

Victoria levantó las manos y las apoyó en el fuerte pecho de Wesh, enredando los dedos en los bordes de su chaqueta. Sentía el movimiento de las costillas del hombre bajo sus manos y el calor que desprendía su piel se filtraba a través de las capas de ropa.

Empezó a subir las manos por su pecho con la intención de deslizarlas alrededor de su cuello... pero a mitad de camino un gemido escapó de sus propios labios y aquel sonido que ella misma había dejado salir pareció despertarla del lujurioso letargo.

Abrió los ojos y apartó la boca de la de él mientras lo empujaba suavemente con las manos. No podía creer que... Sintió que se le subían los colores sólo de pensarlo.

-Supongo que ya no tendrás ninguna duda -murmuró intentando ocultar la agitación de su respiración... y la de su cuerpo entero.

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 2:39 pm

La separación que impuso Victoria le sentó como un jarro de agua fría, aunque su cuerpo seguía palpitando con el ardor del deseo. Aprovechó que estaban cerca y que ella había girado el rostro para hacer lo mismo. Apretó los ojos con fuerza y se mordió el labio inferior hasta contener la lujuria que seguía corriendo por sus venas. Se recordó que era un hombre, y que un hombre se detenía cuando una mujer decía "No". Tuvo que recordárselo unas cuantas veces antes de sentirse capaz de alejarse dos pasos de ella.

-La tuve. Al principio -aclaró cuando ella le devolvió la mirada enojada-. Fue un comienzo muy dulce -y de lo más erótico. No podía decirle aquello-, las prostitutas no son dulces, son eficientes.

Se detuvo un instante, hasta que pudo apartar el recuerdo de ese final acalorado. Una sonrisa apreciativa y al mismo tiempo algo insatisfecha se esbozó en sus labios.

-He de decir que hace mucho que no termino un beso tan eficiente -sólo esperaba que Victoria no se diera cuenta de lo agitadas que eran sus acciones. Y en tal caso, que le perdonara por ser un simple humano y no poder resistirse a ella.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 3:14 pm

Él seguía muy cerca, aunque se hubiera apartado, y Victoria aún era capaz de captar ese olor que desprendía su cuerpo y que la había envuelto entera durante el beso, cuando el señor Wesh la había estrechado entre sus brazos.

Lo observó con interés. No parecía perturbado por el beso a simple vista, pero al mirarlo con mayor atención apreció el modo en que se movía su pecho, en absoluto era el movimiento pausado de una respiración normal; también apretaba fuertemente la mandíbula, como si estuviera conteniéndose, y su voz sonaba ronca, no porque él la hubiese puesto así, sino porque en ese momento no podía hablar de otro modo.

-No sé si tomarme tus palabras como un halago o un insulto -por un lado, estaba comparando su eficiencia con la de una prostituta; por otro lado, trataba de halagar su beso con dicha comparación. Pensó remotamente, mientras lo miraba, que ganarse un halagado de ese hombre no debía ser sencillo-. Sea como fuere, supongo que eso significa que podré hacer bien el papel de cortesana.

Bajó la cabeza para mirarse las manos, pero sus ojos se desviaron hacia un lugar muy distinto... y que en ese momento se encontraba MUY visible. Se le incendiaron las mejillas y se apresuró a apartar los ojos. Por Dios, no podía creer que lo hubiese mirado ahí, había sido simplemente inevitable...

Era cierto que sólo contaba con su experiencia con Samuel, pero sabía perfectamente lo que significaba ese bulto en los pantalones.

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 5:25 pm

Y su rostro parecía realmente confuso, se percató con una sonrisilla. Lo estaba, hasta que bajó la mirada y ésta se topó accidentalmente con su erección. Entonces pasó de la confusión a la vergüenza auténtica. Sus mejillas se pusieron de un rojo subido y por un instante no supo donde fijar la mirada. Al final lo hizo en un punto tras él, por encima de su hombro. Casi miró por si había alguien que los había estado siguiendo, pero decidió no incomodarla aún más. Aunque quizá la apreciación que tenía él sobre cómo se desenvolvería como cortesana, no le gustaba demasiado.

-Eso lo veremos dentro de unos días -advirtió-: De hecho, pienso llevarte a un lugar en el que advertirán pronto tu disfraz si no te desenvuelves como una cortesana.

Ese detalle captó toda su atención y, a pesar del sonrojo, volvió a centrar toda su atención en él. ¡Diablos! Adoraba esa expresión, cuando le miraba con tanta ilusión que le hacía sentir casi un mago. Tendría que hacer todo lo posible por no acostumbrarse a ello. Sólo le necesitaba para llevar a cabo su venganza. Después, no la vería más.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 5:39 pm

Se volvió hacia él al escuchar su comentario. Aún sentía las mejillas calientes y no podía sacarse de la cabeza lo que había visto, pero al menos ahora era capaz de mirarlo a los ojos. Él la observaba como si supiese exactamente qué era lo que estaba pensando y Victoria tuvo que esforzarse para no apartar la vista.

Hacía escasos segundo habían estado pegados el uno al otro mientras sus bocas se movían de un modo casi desesperado; en este momento, los separaban varios centímetros y charlaban como si nada hubiese ocurrido...

Sin embargo, Victoria seguía sintiéndolo en su boca

Se obligó a prestar atención a lo que el señor Wesh decía. Hablaba de un lugar en el que pondría a prueba su disfraz y sólo había un lugar en donde podría hacer eso.

-¿Vamos a ir a un burdel? -parecía más una afirmación que una pregunta; estaba casi segura de que ese era el lugar del que hablaba, aún así necesitaba que el señor Wesh se lo confirmase.

por **Wesh** Dom Ago 28, 2011 5:59 pm

La sonrisa desapareció del rostro de Wesh. Había tenido toda la intención de que fuera una sorpresa, pero Victoria lo había calado en segundos. ¿Tan embobado estaba que no era capaz ni de mantener el misterio? Quizá se había acostumbrado tanto a sorprenderla que lo que le molestaba era no poder hacerlo de nuevo

-Ehmm, bueno sí. Un burdel -su voz sonaba algo contrariada y esperaba que la mujer no se diera cuenta de este hecho.

No le apetecía dar la impresión de que se comportaba igual que un niño al que le han quitado su juguete favorito, pero la verdad era que le habían robado el momento. Durante un instante había podido imaginarse a Victoria en la puerta de burdel, protestando por el lugar al que la había llevado o bien saltando de alegría porque siempre había querido conocer uno. Conociéndola, lo más probable sería esto último, pero tampoco sabía tanto de ella.

por Invitado Dom Ago 28, 2011 6:15 pm

Frunció el ceño ante su reacción. Hubiese esperado cualquier cosa... menos eso. No recordaba haberlo visto así antes. Parecía un tanto desilusionado, como si Victoria hubiese echado a perder algo, pero ella no sabía qué podía haber sido.

-Uhm, supongo que tendré que estar preparada cuando vengas a por mí -comentó aún un tanto desconcertada-. Agradecería que me mandases una nota antes de presentarte aquí, así no te haré esperar.

Si tenía que enfundarse en aquellos complicados vestidos, peinarse de forma diferente, maquillarse y ponerse los complementos iba a necesitar mucho más tiempo del que había empleado disfrazándose de mozo.

-Bueno... yo -se volvió para sacar la llave del paño y guardársela en el bolsillo-. Creo que aquí termina la noche. Gracias por todo. Espero tener noticias tuyas pronto -miró hacia el cielo antes de mirarlo a él-. Buenas noches... aunque ya casi esté amaneciendo.

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