Geblendet von der Sonne [Lyuba]

por **Philipp Ding** Vie Mayo 27, 2011 7:03 pm

Tras unos pocos días de llegado a París, Philipp empezó a superar esa sensación de no pertenecer a un lugar. Le pasaba frecuentemente, se podría decir que cada vez que salía de las seguridades cotidianas de su terruño natal.

Mientras caminaba sin rumbo fijo simultáneamente meditaba tratando de hallar las causas de ese sentimiento de desasosiego que experimentaba cada vez que se alejaba de su querida Sajonia. El clima primaveral, cálido y con suaves brisas, sentaba como un benigno estímulo a sus meditaciones. Cayó en cuenta que durante la primera mitad de su vida - infancia y adolescencia- en su calidad de miembro de una nobleza local, no había experimentado nunca la sensación de inseguridad de ningún tipo. En cuanto a lo material no tuvo que preguntarse acerca del techo, ropa y alimento necesarios para su diario vivir. En cuanto a lo no terrenal pues el clima de afecto creado por sus padres en el seno de su hogar no lo condujeron durante esos años a carencia emocional alguna. Tal vez esa fuera la causa de ese sentido de pertenencia tan arraigado a su entorno y a la vez este fuera el detonador de esa sensación extraña de sentirse ajeno a un escenario aún no conocido, en este caso Paris.

Como era ya costumbre, por lo demás bien entrenada con el paso de los años, su atención hizo un salto de un tema mental a un tema real. Se sintió a gusto con la elección que había hecho esa mañana: sus viejos botines de gamuza los cuales no conflictuaban su indumentaria siendo perfectos para caminar. Y vaya si tenía planeado caminar este día.

Hizo un alto ante una pequeña glorieta en la cual desembocaban varias callejuelas, no había decidido enrumbar su camino por ninguna de ellas cuando de repente sintió un toque suave en una de sus piernas. Al bajar su mirada se dio cuenta que un gato joven y de pelaje atigrado había elegido su pierna para girar en torno a ella refregando primero su cuerpo y luego toda la extensión de su cola. Philipp se quedó inmóvil y relajado para no asustar al animal, le gustaban los animales, todo tipo de animales. El felino repitió el movimiento varias veces y luego alzó su mirada al tiempo que articuló un – meaow -. Cuando sus miradas se encontraron Philip respondío el sonido emitido por el gato con un – de nada mi cuadrúpedo amigo – , la cara del gato le indicó que debía seguir la conversación y entonces agregó: - me recomendarías alguna de estas callejuelas para continuar mi deambular? - .

El felino se desperezó y empezó a caminar por una callejuela que debido a la posición del sol se mostraba mitad iluminada y mitad en sombras. Philipp lo dejó continuar y a una distancia de mas o menos 5 pasos empezó a seguirlo. Al llegar a la primera esquina el gato torció a la izquierda y Philipp pudo ver a la distancia y con dificultad porque el sol pegaba de lleno en su cara a una joven cuyo pelo al ser impactado por la luz del sol despedía un brillo que atrapaba la atención la cual aumentaba al observar la cadencia de su movimiento y el porte y curvas de su silueta. La molestia producida por el sol no permitía a Philip saber si la chica se había percatado de su presencia y la de su bigotudo acompañante.

por **Lyuba A. Yumara** Vie Jun 10, 2011 11:46 am

-No, por favor..no- suplicaba a sollozos la gitana , sosteniendo a la mujer embarazada que estaba en sus brazos. No servían las lagrimas, la vida de aquella mujer había sido arrancada por los seres asquerosos que tanto odiaba la gitana: vampiros. Se sentó en el suelo con aquella desconocida en sus brazos. Las manos de la gitana estaban llenas de sangre a causa de la mujer. Eran las cuatro de la madrugada, aun los seres sedientos de sangre rondaban Paris y Lyuba, no había podido hacer lo necesario para salvar a dos vidas. Por eso mismo, lloraba sus penas en medio de la calle, escondiendo su rostro en el hombro de aquella mujer. Se sentía mas miserable que de costumbre y se culpaba internamente por haber llegado tarde y dejar que eso ocurriera. La había visto morir justo antes de cinco minutos y ahora, la sostenía pidiendo disculpas a un cuerpo moribundo donde su alma había sido arrancada para ser llevada al infierno. Levantó su cuello , limpiándose las lagrimas con sus manos sin darse cuenta que ahora, su rostro también tenía manchas de sangre recién hechas. Acarició el vientre , melancólica, vacía…con la culpabilidad dibujada en sus ojos. Se levantó con cuidado sin saber que hacer con el cuerpo, dejarla allí sería un pecado mucho mas grave pero si iba a ir a reclamar algo , la policía la sospecharía o aun peor, la perseguirían sin que ella lo supiera y entonces todos sus secretos, los secretos de los inmortales iban a ser descubiertos.

Deshacerse del cuerpo definitivamente no era una solución. Pronto iba a amanecer y la gente saldría a la calle , encontrándose con un cadáver en medio de Paris. Dio la espalda, sin mirar atrás, comenzando a prender velocidad en su caminar con los ojos en lagrimados prohibiendo que ella viera mejor el panorama de su camino . Llegó a su carreta a gran velocidad, cerrando la puerta con fuerza y adentrándose en la oscuridad . Se miró las manos por unos segundos ,preguntándose el porque había seguido ese camino. Un camino que había sido marcado por la ira de su interior. Cerró sus ojos con fuerza , respirando profundamente como si el aire le faltase. Se aprovechó de aquellos segundos de silencio , dejándose caer sobre la multitud de cojines, culpándose continuamente con aquellas imágenes en su cabeza. Así, ella se quedó dormida en los brazos de Morfeo .
Pasado unas cuantas horas, un ruido proveniente de afuera obligaron a que Lyuba abriera los ojos . Al abrirlos, pensó que las horas anteriores habían sido solo una pesadilla mas pero algo le decía que había sido verdad. Bastó para mirarse las manos manchadas de un color rojizo. Se dibujó una mueca en su rostro, buscando agua para limpiarse. Al pasar por el espejo enorme, se observó por un rato. Parecía que ya no era la nueva gitana del campamento, si no una cazadora seria con una personalidad bipolar. No se reconocía y para evitar observarse mas, apartó la mirada limpiando todas las manchas de su cuerpo. Al acabar, buscó en el baúl ropa limpia, ya que la que tenía puesta estaba manchada.

Salió de su carreta después de diez minutos y vio como el jefe se acercaba hacía ella con seriedad – Lyuba, a pasado algo horrible. Por favor ,ten cuidado – su voz como cada vez ,sonaba seria y su preocupación hacia la gitana salía a flote. Lyuba aun recordaba la última vez que había hablado con el, desde entonces no le había dirigido palabra o mirada. Solo clavó su vista, asustada por sus palabras pero a la misma vez consciente de lo que estaba pasando. Ignoró al jefe, pasando por su lado sin decirle nada . El jefe no tuvo una reacción muy buena – Lyuba, cuando te hablo me miras y no pasas de mi..¿entiendes? – Lyuba se dio la vuelta con brusquedad , harta de aquel jefe que se preocupaba por los demás pero no hacía nada mas que darles un discurso - ¿Me quieres dejar en paz?. No eres mi padre, ni mi amigo…créeme que pronto voy a irme de este circulito de mamones que no hacen nada por el bien de la gente! No me extraña que los gitanos seamos vistos de esta manera en Paris! – su voz se elevaba cada vez mas y el jefe, pasivo, volvió a hablar – Lyuba..¿que ocurre contigo niña?. Ya no te reconozco.. – sus palabras fueron como unas navajas en el corazón. La morena arrugó su frente , desviando la mirada de los ojos del jefe – Yo tampoco… - murmuro para ella misma volviendo a darle la espalda y desapareciendo del campamento. Sus pies no tenían rumbo alguno, solo sus pensamientos dominaban el cuerpo de la muchacha. Tenía la mirada perdida y a cada paso que daba parecía que olía a muerte. Para evitar volverse mas loca de lo que estaba, esquivó una esquina que llevaba a una callejuela. En aquel momento, sus pies estaban suavizando el paso . Sin darse cuenta un gato acarició su pierna y Lyuba se paró en seco, clavando su azulada mirada hacía el felino. La vieja Lyuba seguramente le hubiese tomado en brazos pero en aquel momento deseaba otorgarle una buena patada en el trasero. Pero no estaba solo ella y el gato, si no también un hombre que la observaba curioso. Ella giró su cuello encontrándose con los rayos del Sol, los cuales regalaban un brillo especial a sus pupilas azuladas y a su cabello negro y voluptuoso. Entrecerró los ojos observando al hombre y al mismo tiempo agachándose para tomar al gato - ¿Es..suyo? - preguntó con una voz firme, haciendo sonar sus brazaletes en el momento que se había incorporado con el gato en sus brazos.

por **Philipp Ding** Dom Jun 12, 2011 9:46 pm

No pudo saber el destino del gato, debido en parte al intenso sol y en parte a que su atención seguía concentrada en la aparición femenina que él trataba de precisar.

Por un momento, al recordar la seguridad con la que el animal se dirigió hacia la callejuela, llegó a pensar que el gato tan sólo retornaba junto a su propietaria. Se convenció de esto cuando dócilmente el gato permaneció inmóvil en el momento en que la bella muchacha se agachó para recogerlo.

Bueno, hasta aquí llegó mi exploración de las calles parisinas guiada por mi bigotudo amigo!!! pensó Philipp. Estaba ya preparando un: Hola y Hasta luego! dirigido tanto al gato como a la chica, cuando escuchó que la joven se dirigía él para preguntarle si el gato era de su propiedad!!!

Luego de la pregunta vino el claqueo de sus brazaletes, que al ser unido en la mente de Philipp con la apariencia y los ropajes de la mujer que tenía en frente, lo condujeron a pensar que se trataba de una gitana.

-Qué curioso, contestó, hace un segundo estaba pensando que se trataba de “su” gato , el cual regresaba a usted luego de su paseo matutino. Creí por un momento que el destino me estaba privando de mi guía cuatropatuno de las callejuelas de Paris-.

Así empezó a responder a la pregunta mientras se daba tiempo para, ya un poco mas cerca, empezar a detallar a tan hermosa joven. Aunque Philipp no se consideraba un mujeriego, eso no lo apartaba de apreciar, de una forma bastante profesional, la belleza femenina en todas sus expresiones. Cómo le dio pena sacar su libretita de notas entonces procedió a hacer un rápido apunte cerebral de la gitana para uno de sus futuros personajes literarios.

- Parece que le cae usted bien ya que no se asustó ni opuso resistencia cuando lo tomó para levantarlo… y mírelo entre sus brazos… se le nota tan plácido que parece que se conocieran de tiempo atrás-. Se dio cuenta entonces que, aunque totalmente desconocida, ella también le caía bien y que lo más adecuado y protocolario estaba pendiente: - Cómo mi amiguito felino olvidó las buenas maneras y no quiere presentarme, le deseo un buen día, soy Philipp Ding y estoy encantado de conocerla, Señorita…? -

por **Lyuba A. Yumara** Miér Jun 22, 2011 2:34 pm

Lyuba sintió los bigotes del gato acariciar su brazo y lo único que pudo fue sonreír con dulzura mientras acomodaba mejor al gato en sus brazos. La morena vio como el hombre la estaba observando y volvió su vista azulada hacía el extranjero , escuchando sus palabras. El gato maulló contento al sentir la calidez de Lyuba y las caricias que la gitana otorgaba a tal animal. Si fuese negro, en aquel momento le cogería con rebeldía de las orejas, le estiraría de la cola hasta alargársela y arrancaría sus bigotes uno por uno,lentamente para hacerle sufrir – Me temo que no elegiría exactamente un gato para pasar el rato o para tenerlo de compañía – comentó ella escuchando varios maullidos como reproches. Se rió. Una risa un tanto contagiosa e infantil – Aparte de ti , claro está – bromeó Lyuba para relajar al gato revoltoso. No podía imaginar lo que pasaría si el gato intentaba arañarla. Su cuerpo estaba lleno de cicatrices y no deseaba ni una mas, evitaría a toda costa arañarse o hacerse daño con algo o simplemente entrar en conflictos con la gente. Lyuba apretó una vez mas aquella bola peluda tan gorda y bigotuda y besó su cabeza, para luego dejarlo en el suelo con cuidado .

Lyuba se incorporó volteándose por completo para observar al hombre. Seguramente era de clase alta, por sus ropajes . Si bien, Lyuba se había encontrado con muchas personas y mas o menos conseguía detallarlos a la perfección . No cabía duda de que era de Clase Alta. Pero lo que realmente provocaba cierta inquietud en su interior era la razón por la cual aquel hombre había llegado a los callejones y no dudó en compartir su inquietud con el desconocido ,aunque no de una manera directa – El destino.. – comenzó la gitana con un tono de voz aterciopelado – siempre nos sorprende aunque esta vez me a sorprendido a mi. Ver gente de su clase en callejuelas como estás es..algo que no veo cada día – finalizó ella con el acompañamiento de su acento rumano , su procedencia, su querida procedencia. Observó al gato de reojo, sentándose y jugando con su propia cola . Sonrió aun mas, alargando lo que se llamaba sonrisa y volviendo su azulada mirada hacia el hombre – Un placer, mi nombre es Lyuba, Lyuba Yumara – se presentó con una inclinación de cabeza - Creo que .. – volvió a comenzar – el gato esta acostumbrado a ser mimado, por eso no opuso resistencia.. o tal vez necesita el cariño de alguna persona – comentó jovialmente y con el mayor interés de conversar con aquel hombre que reflejaba bondad y comprensión.

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