¿Qué hace aquí? (Lyuba)

Aquella mañana se despertó de buen humor. Se miró en el espejo y sonrió, sabiendo que ese día no sería como todos los demás. Se vistió como siempre, elegante aunque cómodo, y antes de irse dejó una nota encima de la cama. Salió de su habitación para dirigirse a la cocina, oliendo el desayuno. Cogió sin embargo lo primero que pilló por ahí, sin escuchar las recomendaciones de las cocineras. Se rió mirándolas y cogió un saquito, metiendo comida y agua en él. Él. Hoy lo haría todo él.

Salió y cogió un caballo, en el que montó y salió a galope tendido del castillo. Galopó durante bastante rato, hasta dejar atrás lo que sería la zona urbana. Una vez en campo abierto, detuvo al animal y comenzó a ir al paso, observándolo todo con infinita curiosidad, queriendo conocer el entorno en el que se encontraba. Vio muchas cosas en poco minutos. Gente paseando, animales, riachuelos, más animales… Algo que parecía normal a la entrada de un bosque al que había llegado. Detuvo a su montura y se bajó, cogiendo las riendas con la mano, y comenzando a andar hacia el interior, con una sonrisa curvándole los labios.

No pudo evitar escuchar el sonido del agua. Lo siguió con su oído y llegó hasta un riachuelo. Se agachó y vio el agua cristalina, metiendo una mano para sacar un poco y beber. El caballo también bebió y Pietro acarició su lomo cuando se levantó, mirando las piedras del fondo. Sonrió de nuevo y siguió caminando a paso lento, observando incluso los pequeños arbustos, construyendo mentalmente historias dentro de su cabeza.

Siguió caminando hasta que sus pies tropezaron con algo. Miró hacia abajo y vio que sólo era una piedra en el camino. Levantó la vista y entonces entornó los ojos, porque allí había algo que no había visto antes. Más bien, alguien que no había divisado…

Lyuba no había pegado el ojo toda la noche. Las pesadillas estaban atormentándola cada vez mas , impidiendo descansar. Eso le afectaba en su trabajo y también en las fuerzas físicas que debía hacer la gitana. Se encontraba de rodillas ante la bola de cristal susurrando a si misma – Inca o data – dijo en rumano, volviendo a intentar ver algo sobre su futuro. Lo mismo. Unos dientes afilados. Se alejó de la bola de golpe, comenzando a dar vueltas por la carreta , pensativa . ¿Qué significaba eso?. Estaba confusa..¿y si eso significaba que iba a convertirse en un ser maldito? – NU! – gritó al pensar eso. Su grito fue escuchado por la niña gitana , la cual entró en la carreta de la morena con unas flores. Eso fue suficiente para hacer a Lyuba sonreír de oreja a oreja. Dirigiéndose hacía ella besó su frente y sus mejillas con cariño. Las flores eran para Lyuba, y la pequeña extendió su pequeña mano para entregárselas. Lyuba, la besó una vez mas y salió junto con ella hacía afuera.

Un buen tiempo, un invierno soleado con la nieve casi desapareciendo. La pequeña gitana se fue hacía donde estaba su madre mientras que la morena escuchó unos ruidos . Su tripa ya no aguantaba la falta de comida. Había escuchado pocos minutos antes, que en el bosque había un árbol lleno de manzanas rojas tal cual el rojo pasión de las mantas de los reyes. Lyuba comenzó a caminar hacía el bosque con tranquilidad , sin importarle los animales salvajes. El miedo no era un sentimiento muy conocido para Lyuba, apenas sentía miedo en los animales que intentaban devorarla. Sus claros ojos, celestes, tal cual las olas del mar que golpeaban con fuerza las rocas , se fijaban en cualquier árbol que pasaba por su lado. El ruido del agua atrajo a Lyuba , haciendo que olvidara por completo las manzanas. Pero justo al lado , había un manzano repleto de aquellas frutas que tanto deseaba probar Lyuba. Sonriente, comenzó a trepar el árbol hasta una de las ramas que parecían algo seguras. Se sentó y estiró su mano para alcanzar a tomar el fruto prohibido.

Lo llevó hacía sus labios, mordiendo sintiendo su sabor amargo a miel ,sus pieles rojas unas delicias alternas unas insanas alegrías. Cerró los ojos deleitándose con aquella fruta, hasta que sus oídos escucharon un galope. Se agachó , observando de quién se trataba. Un hombre, por sus ropas se podía decir que era un hombre extremadamente rico. Se agachó para beber agua del río , luego comenzó a dar unos pasos. Lyuba se agachó tanto para mirar a la persona , sin percatarse de que la rama, tarde o temprano se rompería. Y así sucedió, se rompió dejando que la silueta de Lyuba cayera justo a los pies del hombre. Lyuba, un poco aturdida por el accidente, se levantó de tal forma que ahora estaba sentada. Llevó una mano a su cabeza, sintiendo un suave dolor en ella - Ce idioata esti..– murmuró en rumano cerrando sus ojos como si eso iba a curar el dolor punzante de las rodillas y de la cabeza.

Cuando apenas había dado dos pasos, escuchó un crujido e instantes después un seco sonido justo delante de él. Vio caer a una mujer que se golpeaba fuertemente en la espalda, y que luego se incorporaba para… ¿Insultarla? Vaya, nunca pensó que escucharía en su propio idioma un insulto… - Oh, vă mulţumeşte - dijo agachándose rápidamente y cogiéndole la cara con las manos, examinando el lugar en el que se había llevado la mano - Eşti bun, dor? - preguntó sabiendo que la respuesta sería obvia, pero haciéndola por protocolo. ¡Protocolo, maldita sea! ¡Había decidido que aquel día sería vivido fuera de la rutina! - Ce făceai pe cele trei? - mirándola con ojos abiertos y sorprendido.

Miró su cuerpo por si estaba más herida, y se fijó por un instante en su… cuerpo. Luego sacudió la cabeza y volvió a mirar su rostro, centrándose en sus ojos. Qué ojos… Doamne…

Lyuba abrió de golpe los ojos para ver al extraño que tomaba su rostro en las manos masculinas. Al principio le miró petrificada, era raro que alguien la tratase de esa manera. Creía que el extraño se reiría de ella o quien sabe..maltratarla. Llevó ambas manos ,con suavidad y las colocó encima de los del hombre aun mirándole a los ojos. Se incorporo y respondió a su pregunta en el mismo idioma – Si..si.. estoy..bien – intentó dibujar una suave sonrisa en su pálido rostro pero le era un poco imposible a causa de las heridas que volvía a poseer – Estaba…- comenzó la morena. Pero que iba a decirle ¿ ¿Qué estaba buscando comida?. Ni hablar. Se mordió el labio inferior pensando una excusa valida para decirle al extraño. Y encima rumano!. Era la primera vez que se encontraba una persona de su país natal.


Suspiro y recobro el aliento sintiéndose segura al lado de un rumano como ella – Mirando los alrededores.. – finalizó sonriendo con cierta inocencia . Nunca se le había dado bien mentir pero era lo primero que había atravesado su mente. Se levantó con la ayuda del extraño sin perder el contacto visual –Multumesc – agradeció para luego darle la espalda con jovialidad . Detrás de ella solo dejó un aire fresco, un perfume que olía a rosas frescas y un aire misterioso que envolvía sus ojos tanto como su personalidad. Comenzó a caminar hacía el caballo , cerca del río, donde el animal estaba saciando su sed. Lyuba siempre había amado los caballos, eran unos animales fascinantes. Comenzó a acariciarle con dulzura mientras que la sonrisa aun estaba presente en los labios rosados de la joven.

Sonrió mientras ella actuaba. ¿Mirando los alrededores? Qué iba a mirar? ¿Otras copas de árboles? - ¿Seguro que se encuentra bien? -preguntó siguiéndola, llegando hasta donde bebía otro caballo - El golpe se ha escuchado seco. ¿Le duele algo? - ni sabía por qué se preocupaba, pero bueno…
Se cambió las riendas de mano, observándola, aguardando una respuesta, cuando de pronto un sonido llamó su atención. Se giró y vio una carreta, pero a primera vista no vio nada que le llamara la atención.



Off: Siento la brevedad ^^U

Sus manos , finas aun acariciaban el caballo con cierta dulzura en sus gestos. Animales que debían soportar cargas, que debían galopar cuando comenzaba una guerra, animales que eran simplemente fascinantes y bondadosos. Dejó de acariciarlo para mirar al hombre con curiosidad, su mirada eran destellos de rayos del sol ,brillantes como ellos pero lejanos. Lejanos de la realidad, olvidados en el pasado aterrador que aun perseguía a la morena. Ante tal preocupación, la morena no tenía otro remedio que agradecer la bondad del rumano –Multumesc.. estoy bien – sus palabras brotaron como el río brota de las rocas , con el fluido limpio y fresco - ¿ Usted..es.. de la realeza? – preguntó sintiendo un suave rubor en las mejillas. Lyuba conocía perfectamente las vestimentas de cada clase social y sus vestimentas eran..demasiados ..¿como era la palabra? ..caras?.

La atención de la morena fue rápidamente captada por un carroza. ¿Tal vez la carroza del rumano?. ¿Por qué Lyuba tenía una vida tan miserable mientras que unos tenían una vida de lujo?. Sentía celos, muy adentro. Pero por otra parte, ella tenía una riqueza mayor..la libertad. Libre para sonreír, libre para reír, correr, amar…simplemente libre. Se alejó del caballo, tal vez la persona deseaba irse. Lyuba se agachó para tomar una flor azul que había encontrado al lado del río, la tomó incorporándose y colocándola en el cabello con dulzura. El contraste era perfecto, sus claros ojos con la flor la hacían relucir un aspecto dulce, independiente y brillante.

{No te preocupes,tu también perdona el mío..u.u}

Rió ante aquello. ¿Es que no podía evitar que la gente le reconociera? ¿Estaba condenado a tenerlo todo a cambio del imposible anonimato? - Bueno… Sí, lo soy. Pero hoy no quiero saber nada de esa palabra - curvó sus labios con una sonrisa quizá demasiado afilada. Porque dentro de aquella pequeña charla, él sabía que ella no se encontraría a gusto con un miembro de una clase bastante superior a la suya. ¿Cómo sabía que ella era de clase media o baja? Por su rubor. ¿Quién tenía necesidad de sentirse inferior ante un igual?

Luego la observó hacer aquello con la flor, y se le escapó una sonrisa, pero esta, más tierna e íntima, como si viera en ella a una amiga o una hermanita pequeña - Se ve usted más hermosa que antes, madame… -y dejó la pregunta en el aire, puesto que no conocía el nombre de aquel rostro tan dulce.


Off: Siento la brevedad y la tardanza, ahora tendré una semana libre ^^ No es mucho tiempo, pero algo es algo

Lyuba parpadeó unas veces al escuchar su risa. La gitana siempre había sido una persona que solía arrancar una sonrisa a las personas, o una risa. Y escuchar aquella risa no hacía nada mas que arrancarle a ella también una sonrisa larga, enseñando su dentadura blanca mientras en sus mejillas se formaban unos hoyuelos tiernos. ¿No deseaba oír aquello?. Si fuera por Lyuba ella misma se pasaría el día hablando de la vida que llevaba en el castillo. Tal vez la libertad , eso era lo que no poseía aquel hombre. Lyuba no paraba en mirarle detenidamente, anclando en su mirada e intentando descubrir que era lo que escondía aquel rumano. Siempre había sido una persona curiosa, conocer la vida de los demás , aquel hombre no era la excepción, Despertaba mucha mas curiosidad, siendo uno de los suyos. Lyuba sabía lo que era la educación, su curiosidad y sus preguntas debían tener un límite y no había demostrado para nada educación cuando había preguntado que clase social poseía el hombre. Su rostro se bajó con nerviosismo , dejando que la sonrisa desapareciera con lentitud – Perdone mi atrevimiento.. – murmuro avergonzada por sus palabras. Su mirada azul estaba clavada en la tierra, sentía un sentimiento vacío dentro de ella intentando conocer a la persona.

Sus mejillas, de nuevo parecían arder y Lyuba levantó el rostro escuchando las palabras del rumano. Esbozó de nuevo aquella sonrisa que hacía brillar su rostro – Lyuba, Lyuba Yumara.. – se presentó con una inclinación volviendo a observar sus ojos. La carroza se había parado justo al lado de aquel hombre . Ella no desviaba la vista del hombre, ignoraba la presencia de la carroza – Un placer conocerle.. – prosiguió casi en un susurro esperando el nombre del rumano.

{No te preocupes, espero que todo te haya ido bien ^^ Si , yo también tengo vacaciones!al fin xD}

Su sonrisa no se borraba. Verdaderamente, aquella mujer era de lo más afable y a Pietro le daban ganas de achucharla… Pero al menos sí debía mantener la compostura - Madame Yumara… - su acento se marcó y le salió solo al pronunciar aquel apellido propio de su tierra - Anghel, madame. Pietro Anghel - le tomó la mano y le besó el dorso - El placer es todo mío - susurró sonriendo, mirándola a los ojos después.

Luego giró de nuevo la cabeza para ver una carroza que le era familiar, peor no era la suya ni ninguna de su familia. Quizá serían sólo personas de clase alta dando un paseo - Vaya, no somos los únicos aventureros - rió, observando la carroza alejarse. Luego la miró de nuevo, con su bonita sonrisa y retrocedió unos pasos apoyándose en su caballo - ¿Le gustaría dar un paseo? - preguntó sonriente, esperando una contestación afirmativa.

El nombre del rumano, Pietro, fue grabado con rapidez en la mente de la gitana. Iba a recordarlo , era la primera vez que se encontraba con un hombre de la realeza. Para ella era un privilegio pasar el día junto a hombres como aquel señor. Pero por alguna extraña razón sentía que lo conocía de alguna parte, lo único era que no sabía exactamente de donde. En el momento que Pietro había tomado la mano de la morena para besarla, su cuerpo pareció recibir un escalofrío. Un escalofrío insoportable, que erizaba la piel a todo largo y extenso de su nuca y su brazo. Dio gracias al cielo cuando el había soltado su mano, así ella pudo respirar normal y el escalofrío había desaparecido en totalidad. Ante su comentario, una risa se escapó de los labios de ella . Reía con total jovialidad pero la pregunta era ¿hasta cuando?. No era una persona en expresar libremente su estado de ánimo y menos a personas que acababa por conocer pero con Pietro, se sentía libre por expresar cualquier pensamiento, estado de ánimo, palabras y acciones.

Era la primera vez que no comentaba. Tal vez porque Pietro era un hombre de la realeza, por eso mismo se regañaba en sus adentros por no soltar alguna tontería típica suya. Ante su pregunta , asintió con valor acercándose hacía el caballo – Por supuesto – tras decir aquello, con agilidad se subió sobre el lomo del caballo , esperando a que Pietro hiciera lo mismo. Había montado mas de una vez sobre los caballos . Unos animales que tenían mucho en común con ella. Su mirada estaba posada sobre la esbelta figura de Pietro, sonriéndole con cierta dulzura .

Iba a ayudarla a subir, pero era evidente que la señorita poseía cierta habilidad - No es la primera vez, ¿verdad? - rió y se subió al caballo, quedando tras ella y cogiendo las riendas. Le gritó algo al caballo y comenzaron a ir al paso - ¿Está bien? - preguntó moviendo los pies para hacerle ir más rápido al caballo.

Siguieron andando un poco más hasta que llegaron a una especie de explanada libre de árboles - ¿Tiene miedo? - preguntó antes de incitar al caballo para que comenzara a galopar a toda velocidad, surcando la explanada como si volaran.

-Esta usted en lo cierto, no es la primera vez – respondió observando como Pietro se subía detrás de ella . El caballo emprendió la marcha . Cada vez iba mas rápido. A Lyuba le gustaba montar, en especial de una manera mucho mas veloz que aquella. Negó con la cabeza indicándole que no tenía miedo si emprendían la marcha mucho mas rápido que antes. Sus ojos observaban el paisaje, maravillándose de la hermosura que estos desprendían con total facilidad. Como si ese fuera su trabajo. En aquel momento tan solo se veía correteando entre aquellos campos , como si volviera a revivir su infancia . El caballo pareció ir mas rápido y la morena ,por su seguridad, abrazó los brazos del hombre, sin perder aquel paisaje de vista. Unos minutos después pasaron por un campo lleno de flores , unos girasoles que desprendían un color amarillento , contrastado con el sol que se escondía detrás de las nubes. Poco a poco el tiempo parecía cambiar y las nubes se reunían entre ellas. Una reunión que anunciaba lluvia o tormenta en cualquier momento. Lyuba miró hacía arriba para luego girar su rostro y observar el de Pietro - ¿Le gusta la lluvia ?- preguntó con un tono travieso.

Esta vez iba a dejar que su cuerpo se humedeciera , que la lluvia acariciara su cuerpo frágil y puro y a la misma vez su pálida piel.
Su melena negra se dejaba acariciar por el viento, como si este fuera su dueño. Desprendiendo su olor en el aire, un olor a flores del campo . Parecía olvidar la herida que pocos minutos se había hecho, era gracias a Pietro que su vida ahora mismo no tenía ninguna preocupación.

Mientras seguían galopando Pietro lo observaba todo. Aunque esperaba no volver a perderse como la otra vez…
Y cuando ella le preguntó, frunció los labios - ¿La lluvia? - pensó unos segundos antes de responder - Sí, me gusta… - dijo tranquilo, aflojando un poco el paso para tomar una curva. Fueron entonces al trote hasta que volvieron a entrar en zona de árboles.

Caminaron un poco más siguiendo el camino marcado, y Pietro comenzó a observar que el caballo estaba algo cansado - Quizá deberíamos volver, madame - dijo sonriendo. Aunque ella no lo viera por mirar hacia adelante.

El viento había tomado otra dirección mucho mas desfavorable para la morena. Su cuerpo parecía estar un poco helado, una brisa fresca que no era nada buena. No deseaba volver , deseaba sentir la lluvia en su cuerpo - ¿Desea volver? – preguntó con un eje algo triste en su voz. Ella no deseaba lo mismo, si el hombre deseaba volver ella se quedaría en aquel lugar. Desconocía las zonas, no era la primera vez que se perdía y menos si iba a esta en peligro de algún animal hambriento. Iba a protestar ante la respuesta del hombre pero una gota fría se posó en el labio de la morena. Ella, sonrió con dulzura sintiendo cada vez mas gotas en su cuerpo -Esta lloviendo.. – susurro alargando su sonrisa con inocencia. La morena se sentía recobrando el tiempo en que la suerte y la vida , le habían arrancado. La lluvia resbalaba por la espalda de la gitana, mojaba su falda y ponía en sus mejillas la frescura de la nieve.

- ¿Puede parar ,por favor? – preguntó decidida sintiendo su cabello mojado . Deseaba dar vueltas bajo la lluvia, correr y saltas sobre las flores que también se mojaban con suavidad. La morena parpadeó a la espera de sus respuestas.