Hechizos, pocione y mas. [Lyuba A. Yumara]

No le parecía justo. Tener un guarda espaldas detrás suyo. ¿Qué demonios le pasaba a la gente?. Sabía cuidarse ella misma sin la ayuda de nadie. Se había percatado de que alguien la seguía, un gitano maduro del campamento , le conocía. Tenía mas o menos 24 -27 años, no tenía familia alguna. Se encargaba de proteger al campamento de lo que la naturaleza solía sorprenderlos. Lyuba intentó despistarle pero le era imposible ya que cuando quiso esconderse detrás de una de las tiendas del mercado, el hombre la tomó del brazo con fuerza – Eyy! Me estas haciendo daño – se quejó como una niña pequeña, inocente. Se zafó de su musculoso brazo, entrecerrando los ojos – Haber, gorila..¿que quieres?¿por que me sigues?¿quien te a mandado?¿por que te a mandado? – sus preguntas impedían que el gitano articulase palabra alguna. Con un francés perfecto, el hombre fue capaz de hablar - No te metas en líos, niña – dijo con seriedad acercándose a Lyuba. El era mucho mas mayor que ella, le llevaba como tres cabezas mas por lo que la morena tuvo que echar con delicadeza su cabeza hacía atrás, para observarle mejor - ¿Niña?. Tu de verdad que eres tonto! Responde a mis preguntas o…- iba a continuar pero todo encajaba. Cuando había salido del campamento, el jefe, le había dicho las mismas palabras exceptuando lo de “niña”- Aaaaa ya veo. Tu eres el gorila que tiene que perseguir mientras el jefe esta tranquilamente comiendo, bebiendo y bailando ¿cierto?.¿Cuanto te a pagado?.Mira por donde!A lo mejor eres un plasta, uno mas y no sabía como escapar de ti.. Hazme un favor, animalito de compañía…vete a casa, se a hecho tarde- sus palabras rebeldes parecían molestar al gitano y gruñendo decidió cargar a Lyuba sobre el hombro llevándola al campamento. ¿Desde cuando todos se preocupaban por ella de ese modo?.

Antes de que el gitano hiciera algo, la morena comenzó a emprender una carrera, mas bien una fuga. El gitano no se quedaba atrás, la seguía con la misma velocidad. Pero la morena era muy astuta. Solía tirarle melones, cajas vacías, todo lo que encontraba para impedirle que este la alcanzase. Al verle en el suelo se paró en su camino comenzando a reírse con todo el placer del mundo . El gitano furioso hizo un intento por levantase pero una mujer del mercado comenzó por regañarle y pedir el dinero para reparar lo que había roto la gitana. Lyuba aun seguía corriendo, hasta que en su paso pudo ver un bonito collar de perlas. Se paró observándolo , sin preocuparse del gitano, seguramente seguía entretenido con aquella mujer. Sus ojos azules se toparon con otros ojos claros y por un momento sonrió al desconocido de una manera dulce. La adrenalina volvía a devolverle aquel color rosa en sus mejillas, otorgándole el aire dulce que poseía. Dejó el collar cuando vio al gitano buscándola con los ojos entre la multitud y ella, volvió a mezclarse entre la gente aun con aquella sonrisa traviesa dibujada en su pálido rostro. Habían miles de preguntas rondando en su cabeza. ¿Había pasado algo en su ausencia?.¿Alguien había atacado al campamento mientras ella no estaba?.¿Por que el jefe se comportaba de tal manera?.Y la pregunta del millón..¿por que había mandado a ese grandullón sin cabeza?.

La morena seguía corriendo, obligando a sus pies ir mas rápido de lo previsto. Todo se había vuelto un caos total. Ahora el gitano ya no perseguía a nuestra gitana traviesa si no al extraño que poco antes le había sonreído con dulzura. ¿Pero..estaban todos locos?.¿ Por que aquel hombre se metía en líos? . Lyuba se paró al ver la escena del extraño. “Brujo!” pensó la morena al ver las pociones. Tal vez se equivocaba tal vez no. Pero sus ojos habían visto las pociones o frascos que el extraño había dejado caer con la intención en hacerle caer al gitano. ¿Estaba siendo ayudada?. Lyuba frunció sus cejas al notar que ahora ya no era ella la victima si no aquel hombre. Tenía que salvarlo de algún modo de las manos del gitano – Piensa ,piensa.. – se dijo a si misma dando vueltas sobre el lugar , sin saber que hacer. Como si una bombilla se encendiera en la cabeza de la morena, esta sonrío. Sabía lo que iba a hacer, no era nada bueno pero iba a intentar. Tomó dos tomates en sus manos corriendo a toda velocidad hacía la zona. Un callejón sin salida – Hey!A mi me buscas, déjale en paz! – gritó la morena para captar la atención del gitano. En cuanto se dio la vuelta Lyuba tiró ambos tomates en su dirección, manchándole el rostro por completo. Ella, soltó unas carcajadas ruidosas y burlonas .

Era la primera vez que tenía que utilizar el don de las auras . Suspiró preparándose mentalmente, cerrando los ojos y sintiendo un aura furioso, deseoso por darles lecciones a ambos, tanto a Lyuba como al hombre. Todo había cambiado con rapidez, el grandullón miró a ambos lados observando detenidamente a Lyuba – Eh..debo volver al campamento..tengo trabajo. Lyuba..cuídate – dijo atropellándose con las palabras. Lyuba abrió los ojos observando al hombre marchándose. Una sonrisa de satisfacción se dibujó al ver el resultado de su poder – Lo e conseguido! No lo puedo creer! – exclamó varias veces sin poder creer lo que había pasado segundos antes. De pronto sintió unos ojos en su físico y ella arrugo su frente - ¿Puedo saber porque pone en peligro su vida? – pregunto intentando sonar seria, aunque por dentro estallaba de felicidad por haber escapado de aquel gitano y por haber conseguido desarrollar un poco mas su poder. Se acercó hacía el hombre con pasos lentos , observándole mejor el rostro – ¿Y bien..?- preguntó arqueando una ceja de forma interrogatorio, esperando una respuesta lógica por parte del hombre. Si era un brujo, tendría que andar con pies de plomo porque ella no se llevaba demasiado bien con ellos. Tal vez ella era diferente a los demás, todos los gitanos parecían llevarse genial con los brujos, sin embargo ella no. Les tenía algo de miedo, por los hechizos oscuros que algunos lograban poseer o simplemente por los poderes que poseían. Le fulmino con su mirada azul preguntándose porque había hecho aquello .

La morena esperaba impaciente las palabras de aquel extraño que se había metido en la boca del lobo con facilidad. Sus palabras dejaron a la gitana con la boca abierta, literalmente hablando. Sus ojos se abrieron mientras parpadeaba unas cuantas veces, sorprendida por las palabras de aquel hombre. Lyuba tardó unas cuantas veces en comentar las palabras del hombre, nunca la habían abordado directamente de aquel modo. Algo decía a la joven que era un brujo, por lo tanto sus embrujos y hechicerías no iban a servirle con la morena. No tenía ni la menor idea lo descarada que podía llegar a ser la gitana con los brujos. Despegó sus labios , abriéndolos con la intención de no parecer una tonta , aunque seguramente el hombre se había creado una imagen desfavorable para la joven – Esto.. – comenzó la gitana , buscando las palabras adecuadas e intentando no parecer borde con el pobre hombre – Encantada, monsieur Andrews – dijo al fin con una expresión de duda dibujada en su rostro de porcelana - Lyuba Yumara- se presentó insegura. No sabía si estaba en lo correcto divulgar su autentico nombre a los brujos. ¿Quién sabe que hechizos podría hacer con un solo nombre?.” Paranoica, eso es lo que eres , una paranoica..” su conciencia, como siempre , regañaba por los pensamientos dramáticos que la morena poseía la mayoría del tiempo.

“No , hombre! Si usted me a causado diversión , debía ver su rostro cuando el gitano se había acercado a usted…” pensó riéndose interiormente. Esfumó aquel pensamiento con un carraspeo. Si tenía el poder de leer la mente de la morena eso significaba que ella tendría que añadirle a la lista negra por meter las narices en su cabeza. Los pensamientos eran algo privado, sacro, que uno poseía en sus momentos de soledad o simplemente …en todos los momentos de su vida, grabando lo importante. Las siguientes palabras hicieron que la morena tomara una posición mas defensiva que antes – Perdone usted, monsieur..pero sus embrujos.. – atacó la morena verbalmente poniendo especial acento en la palabra “embrujos” – no tienen ningún efecto sobre mi..- finalizó sonriendo con cierta travesura. El acento rumano salió de nuevo desprevenido, otorgándole mas diversión a las palabras que Lyuba dejaba escapar con suavidad . Entrecerró sus ojos observando al brujo con recelo – Inténtelo mas tarde.. – burla. Esa era una palabra que describía su frase . Dio la espalda al hombre para luego girar el cuello y guiñarle el ojo de una manera irónica para luego emprender el camino hacía los mercaderes de joyerías. Llevaba algo de dinero encima, tal vez podía comprarse algo brillante que contrastara con su vestimenta .

Lyuba pensaba que el hombre , sorprendido por las palabras de la gitana iba a dejarla en paz pero era todo lo contrario. No hizo caso de su presencia, tan solo tomó el mismo collar de antes, observando como las perlas relucían de una manera espectacular. El precio era demasiado caro y no podía permitírselo. Para ello debía de trabajar unos tres años mas de la cuenta. Ya fuera como bailarina u otro trabajo diferente, eso si, menos vender su cuerpo a los hombres. No era capaz de vender su virginidad a cambio de unos cuantos francos. Ignoraba la presencia del rubio , el cual estaba a su lado comenzando a hablar. Lyuba estaba ocupada, clavando sus azulados ojos en todas las joyas presentes. No tenía intención de robar, no era una ladrona. Era una persona justa , deseaba ganarse la vida con el sudor de su frente, no robando. Dejó en la misma posición el collar, con cierta pena ya que le parecería interesante llevarlo puesto, tal cual las damas de alta sociedad. Siguió caminando con aquel hombre a su lado. Se paró en seco, dándose la vuelta y clavando su mar de ojos en los de el. Con cierta brutalidad , tomó el rostro del joven con una mano , apretando con suavidad su mentón – Oiga, me esta confundiendo si piensa que voy a caer en sus redes y en sus juegos. Aquí la unica que pone las reglas si existe algún juego soy yo, que le quede bien claro – sus palabras fueron duras tal cual el tono frío que había adoptado para hablar al hombre.


La morena soltó el mentón de golpe para luego hacer unos pasos mas, pero de nuevo el joven insistía. Intentó tranquilizar sus nervios, los cuales estaban por los suelos . Esta vez lo tomó de la camisa - ¿Es que no me a escuchado? .Usted no es capaz de hacer que mis deseos se cumplan y de nuevo, no me confunda, soy señorita. Deje de llamarme madame – volvió a soltarlo con mas suavidad que antes. Comenzaba a gustarle lo insistente que podía llegar a ser aquel hombre. ¿De verdad estaba dispuesto a todo por una simple gitana?. Ella acercó su rostro al oído del hombre, rozando con sus labios el lóbulo de este – No me rete en usar mis poderes, monsieur – susurró con un timbre de voz aterciopelado. Se alejó con rapidez comenzando a caminar cuesta abajo, adentrándose en unos callejones . Se dio la vuelta con una sonrisa juguetona dibujada en su pálido rostro, observando como el hombre la seguía. El destello de su mirada azul, tal cual el zafiro recién pulido , incitaba al joven a seguirla. No era su culpa que el hombre estuviera tan obsesionado con ella. Ese era el comienzo de un juego travieso de Lyuba, la ultima vez que intento hacer aquello salió medio “herida” por así decirlo. Pero esta vez no iba a permitirlo mas. Volvió a girar su rostro aun sonriendo escuchando sus propios pasos en los callejones oscuros y peligrosos de la ciudad tan pecadora.

El hombre estuvo delante de Lyuba en menos de dos segundos. Era rápido de eso no había duda . Lyuba se paró un momento al verle para luego seguir caminando – Se va a caer.. – le dijo con un tono cansado al verle caminar de espaldas. Sinceramente, no iba a sorprenderse si el hombre se cayera patas arriba ya que la manera en la que estaba caminando indicaba el comienzo de una noche graciosa, al menos para la gitana. Siguió caminando con unos pasos mucho mas lentos , no deseaba caerse encima de aquel hombre si iba a pisarle. Al mismo tiempo que caminaba, escuchaba sus palabras . Ya se había dado cuenta de que no era de Francia, al igual que ella – Pues acostúmbrese, monsieur – le dijo esta vez con un tono amable observándole en todo momento – Yo tampoco soy de aquí pero e logrado adaptarme a la ciudad.. – su acento rumano marcaba cada silaba que salía de los labios de la gitana – Con algo de dificultad pero lo hice – murmuro aquella frase para ella misma. Habían sido muy difíciles los primeros días, con el idioma y en especial con las personas que solía encontrar.

De nuevo su atención estaba posada sobre el hombre , era extraño que Lyuba le diera tanta importancia. Pero el pobre hombre estaba insistiendo y la morena le despertaba curiosidad el modo en que deseaba hablar con ella. ¿Por qué lo hacía?. No era ninguna dama con clases como aquellas damas bellas que desprendían un perfume diferente y una belleza llamativa. Era una simple gitana que se ganaba la existencia con sus propios esfuerzos, no llamaba la atención a los demás como lo estaba haciendo ahora. El comentario de los callejones llegó a sus oídos como un golpe , hizo una mueca para luego volver a despegar los labios y hablar – Ya lo sé. Le sorprendería si le dijera que los conozco a la perfección.. – le dijo ella sonriendo de medio lado con aquel aire juguetón y travieso que la envolvía la mayoría del tiempo. “ Deshacerme de ti?. No me des ideas” pensó ella sonriendo por sus propios pensamientos. No iba a hacer eso aunque tenía fobia a los brujos - ¿Qué esta diciendo? Yo no juego..- dijo casi en un susurro parándose de golpe. “¿Y ahora que demonios pasa?” se pregunto en su mente. La respuesta era el trueno que se había escuchado. “Lluvia!” exclamó en su interior con alegría. Siempre le había gustado pero pocas veces podía alegrarse como era debido . Ahora lo iba a hacer, iba a estar debajo de las gotas frías . Era como si el pasado, los momentos con sus difuntos padres ,volvía a revivirlos debajo de las gotas - ¿Le gusta la lluvia? – preguntó mostrando una sonrisa de oreja a oreja, con un tono dulce que pocas personas lograban escucharlo de la morena.

La lluvia había comenzado en su ritmo lento y tranquilo. Mojando a ambos de pies a cabeza. Sus gotas, frías acariciaban los hombros desnudos de la gitana . Mojaba su cuerpo con suavidad, como si la gitana fuese de porcelana y el cielo temiera enviar sus gotas para destrozar aquella obra de arte. En el rostro de Lyuba se había dibujado una sonrisa de oreja a oreja, permitiendo que unos hoyuelos dulces se formaran en ambas mejillas . Miró hacía el cielo, cerrando los ojos y sintiendo suaves gotas en su rostro. Su cabello estaba completamente mojado, parecía mucho mas largo que antes y traspasaba la cintura . Se sentía como una reina en un mundo de bondad , la lluvia lograba regalarle aquel estado de euforia. Sus ojos azules, parecían tener un brillo especial con cada gota que el cielo dejaba caer. La voz del brujo fue como un golpe a la realidad, volviendo a abrir los ojos y observarle. Al igual que ella, estaba mojado.

Sus palabras , sin duda alguna, solían arrancarle una sonrisa tímida a la gitana, aunque deseaba no admitirlo y no dejaba verse con facilidad. Esta vez, mantuvo la sonrisa en su rostro haciendo una inclinación de cabeza en modo de agradecimiento por sus palabras. Se acerco al brujo, observándole con atención y observando como lograba transformar una bonita rosa . Ella estiró su mano, no muy sorprendida, sabia los trucos de los brujos y eran capaz de transformar cualquier cosa, eso dependiendo del nivel de sus preparaciones o conocimientos. La tomo en sus manos, observándola y oliéndola. Era igual que una rosa, era una autentica rosa. Su olor inundaba las fosas nasales de la morena de una manera agradable – Gracias . Nadie a dicho que sea oscuridad..solo que.. – estaba decidida en decir que tenia fobia ante ellos, pero era mejor no revelar aquella información. En cualquier momento ellos podían tomar aquello en su contra y no deseaba estar en guerra también con los brujos. Demasiado tenia ya que estar con los vampiros – me sorprenden.. – acabó la frase con lo primero que le había venido en mente. Sonrió al brujo comenzando a caminar a pesar de que su cuerpo estaba helado y mojado. Lo tomó de la mano como si antes no hubiera pasado nada , dispuesta a dar un paseo nocturno en mitad del comienzo de una tormenta.

Lyuba sintió aquellos dedos entrelazar sus dedos con suavidad. No hizo ningún acto para separarse . Solo le dedicó la misma sonrisa que antes, comenzando a caminar con aquel extranjero por los callejones. La lluvia seguía acariciándolos , haciendo que poco a poco sus ropas se pegaran mas a su cuerpo permitiendo que sus curvas resaltasen mas . La lluvia no solo conseguía convertirla en una persona mucho mas buena, si no una persona que abandonaba el presente para vagar en un pasado lejano. Sus pasos la llevaron hacía unas bifurcaciones del camino , donde el centro era lo importante. Llegaron hacía allí, y el brujo la soltó comenzando por invitarla a bailar. Lyuba observó su gesto cómico y tan solo sonrió aun mas, casi dejando escapar una risa jovial. Tomó su mano en señal de aprobación, deseando bailar debajo de aquella lluvia torrencial - El baile forma parte de mi vida – dijo con un tono suave y calmado, clavando sus ojos claros en los del hombre . Mas que eso, se ganaba la vida con los bailes y algunas que otras veces bailaba por el amor y la pasión que ella poseía por dicho pasatiempos.

Al tomarle de la mano, dio unos pasos , acortando la distancia de ambos y aun manteniendo aquella sonrisa dulce pero atrevida sobre sus labios- ¿Y la música? – preguntó esperando que con su magia pudiera darle un poco de alegría al lugar y al momento. Mientras esperaba su respuesta, llevo la mano del hombre a su cintura, aferrándola con seguridad . Con una leve caricia , acarició su brazo hasta llegar a su hombro. Ella sabia bailar casi todos los bailes que su abuela le había enseñado y algunas otras personas que había conocido a lo largo de sus viajes.

Su cambio de personalidad, era debido a tantas desgracias que la pobre gitana había tenido que sufrir. Aquellos seres que tanto había odiado y que seguía odiándolos, habían asesinado a sus padres ,cazadores. Dejándola sola en aquel mundo tan desgraciado y mentiroso en el que ella vivía. Para luego, ser la condena de un vampiro, la prisionera de sus torturas y deseos masoquistas que ellos tenían. Aun su cuerpo sigue teniendo aquellas cicatrices de los dos años que había pasado siendo una prisionera. Desde entonces, posee pesadillas que impide cerrar los ojos. No encuentra la paz salvo en la magnifica lluvia y como si fuera poco, es la victima de una personalidad bipolar que afecta a sus cercanos y a ella misma. Su temor, mas grande, es aquel de volverse una demente en todo el sentido de la palabra. Pues su cambio de personalidad es tan repentino que no puede controlar, y a veces, no se siente como si fuera solo ella..si no como si alguien mas la dominase, su mente y su cuerpo. El extranjero, seguramente se había dado cuenta de aquello, pues parecía estar en un mar de dudas con cada sonrisa frágil que la morena dibujada sobre su rostro. No deseaba darle explicaciones, ni ella las tenia y prefería dejar que el silencio hablase por ella, en muchas ocasiones servía. Ambos comenzaron a bailar con lentitud por el lugar, debajo de aquella lluvia maravillosa que el cielo les brindaba. La sonrisa de Lyuba se hacia mucho mas visible a medida que la sentía aun mas sobre su piel.

Se limitó en hacer lo que el brujo le había pedido y con la ayuda de el, cerró los ojos esperando . Unos ruidos de las gotas en diferentes dirección parecían formar una música ambientada , gracias al señor que estaba en frente de ella. Sonrió , casi podíamos decir que estaba riendo de felicidad por escuchar tan bonita canción. Volvió al mundo en el que estaba, observando a los ojos al hombre y comenzando a bailar cuando la música se hacia mucho mas notables. Sus susurros fueron tan suaves que Lyuba aun creía que estaba en un sueño . Aun así guardó silencio para no estropear aquello y cerró los ojos pensando en una canción lenta, que pudiera contrastar con la lluvia. En aquel momento, pensó en una de las canciones que había escuchado hace un año, en su viaje a Paris, pasando por Italia. Había tenido que trabajar una noche en la casa de unos aristócratas, era un compositor de música. Aquella fue la primera vez que Lyuba, pidió que esa canción la cantase muchas mas veces. Desde entonces la tiene grabada en su mente . Ahora, la lluvia la escucha y entona su canción . Unas gotas caen en los mismo lugares que antes, haciendo sonar diferentes notas. Lyuba comenzó por controlar aquel baile, con unos pasos lentos sobre la superficie del lugar , permitiéndose el lujo de hacer que el hombre observara las vueltas que su cuerpo hacía con la ayuda de su mano. Los truenos, eran los únicos que daban la imagen tétrica de aquel momento tan romántico, que ella iba a grabarlo en su mente.