AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Devenire [Lyuba A. Yumara]
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Devenire [Lyuba A. Yumara]
Las noches se habían vuelto negras como el día es largo. Daniil no encontraba un minuto de sosiego y siempre que se cambiaba de ropa se quedaba observando ese punto en su cuerpo donde ella había clavado su daga, una línea sobre su piel apenas perceptible, su condición de vampiro ayudó a que la cicatriz en su abdomen fuera pequeña a comparación del daño. Era irónico, pensaba, que ese fuera el único recuerdo que tuviera de la gitana. Eso y la sensación de sus labios contra los suyos. Más de una ocasión dudó, titubeó, dio un paso y regresó dos con la intención de buscarla.
¿Para qué?, se preguntaba, y encontraba inútil el ejercicio de volverse a ver, ¿para qué?, era la pregunta, si con volverse a ver nada iba a cambiar, sólo tal vez la marca que había dejado uno en el otro se hiciera más profunda, pero eso no iba a beneficiar a ninguno de los dos. Quería, pero no debía, quería buscarla, aunque una vez que estuviera frente a ella no tenía idea de qué hacer, qué decir, cómo actuar; se sentía perdido y no lo negaba.
Haber ido a Italia lo distrajo exitosamente unos días, y las charlas y cenas que había tenido con las personas que había conocido en París. Recordó la pregunta que ella, la gitana le había formulado, si tenía amigos y él había contestado que no (sólo uno, Indro), pero tal vez eso podía cambiar pronto, había logrado crear lazos, aún débiles pero esperando fortalecerse, con más de uno. Y de todos esos el que había construido con Lyuba era el más difuso, él más difícil de comprender.
No debía, lo sabía muy bien, y sin embargo esa noche se aventó al precipicio como búfalo que prefiere esa muerte antes de ser cazado, de ese modo imprudente e impulsivo lo hizo, Caminó por el sendero que recordó de puro milagro, ese mismo que anduvo con Lyuba a su lado la misma noche que le dejó aquella cicatriz; le resultaba impactante que lo recordara tan bien pues estaba más concentrado en ella que en cualquier otra cosa, pero ahí estaba, recorriendo las mismas calles y pisando los mismo lugares hasta salir de la ciudad y llegar a aquel campamento gitano.
Aguardó detrás de un árbol, mirando a los romanís que seguramente sabían de su presencia ahí, y buscándola, una parte de él estaba aterrada y deseaba no encontrarla, pero otra, con más fuerza y ahínco pedía a gritos verla de nuevo.
Se sintió un tonto, ¿qué ganaba con estar ahí?, y aunque sabía la respuesta no se movía un ápice, estaba atento, guardando su distancia, esperando que los gitanos apagaran sus luces y velas y tal vez poder acercarse más, buscando cuál podría ser la carreta que ella usaría, buscaba una señal o lo que fuera, algo que le dijera que se quedara ahí o que de plano se marchara.
¿Para qué?, se preguntaba, y encontraba inútil el ejercicio de volverse a ver, ¿para qué?, era la pregunta, si con volverse a ver nada iba a cambiar, sólo tal vez la marca que había dejado uno en el otro se hiciera más profunda, pero eso no iba a beneficiar a ninguno de los dos. Quería, pero no debía, quería buscarla, aunque una vez que estuviera frente a ella no tenía idea de qué hacer, qué decir, cómo actuar; se sentía perdido y no lo negaba.
Haber ido a Italia lo distrajo exitosamente unos días, y las charlas y cenas que había tenido con las personas que había conocido en París. Recordó la pregunta que ella, la gitana le había formulado, si tenía amigos y él había contestado que no (sólo uno, Indro), pero tal vez eso podía cambiar pronto, había logrado crear lazos, aún débiles pero esperando fortalecerse, con más de uno. Y de todos esos el que había construido con Lyuba era el más difuso, él más difícil de comprender.
No debía, lo sabía muy bien, y sin embargo esa noche se aventó al precipicio como búfalo que prefiere esa muerte antes de ser cazado, de ese modo imprudente e impulsivo lo hizo, Caminó por el sendero que recordó de puro milagro, ese mismo que anduvo con Lyuba a su lado la misma noche que le dejó aquella cicatriz; le resultaba impactante que lo recordara tan bien pues estaba más concentrado en ella que en cualquier otra cosa, pero ahí estaba, recorriendo las mismas calles y pisando los mismo lugares hasta salir de la ciudad y llegar a aquel campamento gitano.
Aguardó detrás de un árbol, mirando a los romanís que seguramente sabían de su presencia ahí, y buscándola, una parte de él estaba aterrada y deseaba no encontrarla, pero otra, con más fuerza y ahínco pedía a gritos verla de nuevo.
Se sintió un tonto, ¿qué ganaba con estar ahí?, y aunque sabía la respuesta no se movía un ápice, estaba atento, guardando su distancia, esperando que los gitanos apagaran sus luces y velas y tal vez poder acercarse más, buscando cuál podría ser la carreta que ella usaría, buscaba una señal o lo que fuera, algo que le dijera que se quedara ahí o que de plano se marchara.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
En las ultimas semanas , la gitana no había parado en vomitar todo lo que comía o simplemente marearse por esfuerzos pequeños. No entendía su estado, de pronto..si no tenía ninguna enfermedad. Tal vez ir al hospital y averiguar que era lo que pasaba..un momento.No,los hospitales eran unos lugares prácticamente asquerosos, al menos así los consideraba la gitana. Tal vez si iba a consultarse, los médicos y las enfermeras la iban a retener allí unas semanas . Ella no estaba para pasar semanas en el hospital, habían muchas cosas que hacer . Mejor era ir hacía la gitana mas vieja , una mujer que tenía respuestas a todo. Era como una enfermera, un medico, una consultora , todo lo que una persona deseaba en los momentos difíciles. Eso sí, nunca hablaba sobre los problemas de la gente, por eso la morena había optado por ir allí. Entró en la carpa de la anciana y Lyuba explicó su estado, en resumen. La anciana sonrío ampliamente , negando con la cabeza y bombardeando a la gitana con preguntas curiosas . Lyuba se quedó atónita, perdida, desconectada del mundo al escuchar lo que la gitana estaba comunicándole. “Estás embarazada” aquella frase, rondaba por su cabeza cada segundo.
Golpeaba con fuerza su corazón y su cuerpo como si un ser sobrenatural estuviese golpeando con sus piernas el cuerpo de Lyuba. No podía ser cierto,si , era cierto que había entregado su pureza en una noche donde el alcohol fue la llave a los deseos carnales pero…¿de verdad significaba que aquel desconocido era el padre de la criatura que se formaba dentro de Lyuba?. Entre zancadas, torpezas y palabras ahogadas por gritos , la morena preguntó hace cuanto esta embarazada . La anciana le explicó que solo tenía dos semanas y algunos días mas y que le faltaba un camino largo por transcurrir.
Tener un hijo era una responsabilidad mucho mas grande que cualquier otra cosa, además su vida estaba en peligro siempre y dar la luz a uno sería muy grave..sería imposible. Suspiró y la morena se desahogó con aquella anciana , llorando y hablando con ella hasta las tantas de la noche. Cuando el firmamento oscuro hizo su presencia, Lyuba salió con el pretexto de poder descansar, pero no lo iba a hacer. Por favor! Estaba embarazada! .
La respiración de Lyuba estaba entrecortada , respiraba con dificultad y sus ojos azules estaban eh cristalizados por las lagrimas que intentaban salir. Llevó una mano a su pecho , dejando escapar un gemido de dolor pensando en la miserable vida que iba a otorgar a su hijo/a. De eso estaba claro, no iba a matarle y menos abandonarle. Era parte de ella, tal vez así era su destino..tal vez todo iba a ser mas brillante y no tan oscuro como antes había sido. Dio unos pasos hacía la carreta, pero un aura conocido la detuvo en su camino. Ella, en silencio, dirigió sus piernas hacía aquel árbol, de donde provenía aquello. El campamento gitano se estaba apagando poco a poco, mientras que los seres nocturnos se despertaban . El olor , tan conocido y tan relajante hizo que Lyuba se apresurara en averiguar a quien se trataba . Daniil.. - ¿Daniil ? - preguntó ella con un hilo de voz estando ya cerca de su ¿escondite? - ¿Qué..qué..haces aquí? - preguntó llevando una mano a su cabeza, sin entender porque estaba escondido - ¿Por qué te escondes?[/b] – volvió a preguntar cerrando los parpados y volviendo a abrirlos, tal vez era una ilusión suya. Tantas noches desvelándose, pensando en aquel beso que el vampiro le había dado…era raro, tan raro. Se alegraba de verle , su corazón latía aun mas fuerte y el de seguro se había dado cuenta de aquella diferencia. Pero..había venido en un mal momento,donde la situación era delicada para Lyuba.
Golpeaba con fuerza su corazón y su cuerpo como si un ser sobrenatural estuviese golpeando con sus piernas el cuerpo de Lyuba. No podía ser cierto,si , era cierto que había entregado su pureza en una noche donde el alcohol fue la llave a los deseos carnales pero…¿de verdad significaba que aquel desconocido era el padre de la criatura que se formaba dentro de Lyuba?. Entre zancadas, torpezas y palabras ahogadas por gritos , la morena preguntó hace cuanto esta embarazada . La anciana le explicó que solo tenía dos semanas y algunos días mas y que le faltaba un camino largo por transcurrir.
Tener un hijo era una responsabilidad mucho mas grande que cualquier otra cosa, además su vida estaba en peligro siempre y dar la luz a uno sería muy grave..sería imposible. Suspiró y la morena se desahogó con aquella anciana , llorando y hablando con ella hasta las tantas de la noche. Cuando el firmamento oscuro hizo su presencia, Lyuba salió con el pretexto de poder descansar, pero no lo iba a hacer. Por favor! Estaba embarazada! .
La respiración de Lyuba estaba entrecortada , respiraba con dificultad y sus ojos azules estaban eh cristalizados por las lagrimas que intentaban salir. Llevó una mano a su pecho , dejando escapar un gemido de dolor pensando en la miserable vida que iba a otorgar a su hijo/a. De eso estaba claro, no iba a matarle y menos abandonarle. Era parte de ella, tal vez así era su destino..tal vez todo iba a ser mas brillante y no tan oscuro como antes había sido. Dio unos pasos hacía la carreta, pero un aura conocido la detuvo en su camino. Ella, en silencio, dirigió sus piernas hacía aquel árbol, de donde provenía aquello. El campamento gitano se estaba apagando poco a poco, mientras que los seres nocturnos se despertaban . El olor , tan conocido y tan relajante hizo que Lyuba se apresurara en averiguar a quien se trataba . Daniil.. - ¿Daniil ? - preguntó ella con un hilo de voz estando ya cerca de su ¿escondite? - ¿Qué..qué..haces aquí? - preguntó llevando una mano a su cabeza, sin entender porque estaba escondido - ¿Por qué te escondes?[/b] – volvió a preguntar cerrando los parpados y volviendo a abrirlos, tal vez era una ilusión suya. Tantas noches desvelándose, pensando en aquel beso que el vampiro le había dado…era raro, tan raro. Se alegraba de verle , su corazón latía aun mas fuerte y el de seguro se había dado cuenta de aquella diferencia. Pero..había venido en un mal momento,donde la situación era delicada para Lyuba.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Poco a poco los gitanos se fueron disipando, entrando a sus carretas y apagando el fuego que los alumbraba, el danzar de la lumbre llegaba a hipnotizarlo, atroz para los humanos, mortal para él, quizá por ello lo encontraba tan intrigante, como si su crepitar (aún a lo lejos como lo escuchaba) le contara historias. Posó su mano en aquel árbol que lo mantenía oculto, finalmente de una de las carretas emergió ella, se sintió adolescente que va a espiar a las novicias a un convento, lo sabía porque lo llegó a hacer en su juventud, rió ante el recuerdo y luego hizo el intento de acercarse, no lo hizo porque la escuchó, parecía un sollozo muy quedo pero él quería creer que no era así, que no estaba sufriendo porque la sola idea lo volvía loco y enfurecía, aguardó y mirando más detenidamente ella supo de su presencia de inmediato, era peligroso si se detenía a pensar en ello, pues ante todo ella era una cazadora, y si lograba saber que estaba ahí con tanta facilidad podía tomarlo por sorpresa cualquier día.
Se quedó impasible en su sitio, estaba técnicamente muerto pero juró por los dioses que su corazón estaba a mil, como caballo desbocado de hocico sangrando. En cuanto escuchó su nombre dio un paso al frente dejando que la luz tenue que llegaba desde el campamento y la luna dejaran al descubierto su identidad aunque no era necesario, ella sabía muy bien que se trataba de él; las sombras de los árboles jugaron el papel de ocultar rasgos, de convertir su rostro siempre gentil en una máscara más sombría, más acorde a lo que era.
-Vine… -dudó –vine a buscarte –la verdad pura salió de su boca porque el martirio era demasiado como para prolongarlo por toda la noche, no iba a torturarse de ese modo, ni a ella, iba a decir algo más, a decir que se escondía porque los suyos (los rom, quería decir) no recibían bien a los que eran de su clase (vampiros), cuando se fijó en sus ojos color ceniza, había algo más, algo ajeno a su presencia en ese sitio-, ¿estás bien? –cualquier cosa que estaba en sus planes esa noche pasó a segundo término, perdió importancia, lo que quería decirle o demostrarle era insignificante en comparación a la preocupación que verla así le provocó. Se acercó más hasta tenerla muy cerca y se atrevió a tomarla por los hombros a riesgo de recibir otra herida u otra bofetada, la verdad era que tenía una imperiosa necesidad de sentirla cerca.
Se quedó observándola, no sólo eran sus ojos, era su rictus, su gesto, toda ella emanaba angustia y eso provocaba lo mismo en él, como si la sangre que bebió de ella ahora le provocara un encanto de empatía en el que él podía sentir lo que Lyuba, pero no era así, lo sabía, tal encanto no existía, sólo la obsesión que el sabor de su sangre virgen se instaló en su mente y alma, si es que aún tenía una. Había algo descolocado esa noche, algo en ella, de mirada fiera y movimientos seguros, que no correspondía y quería saber qué era.
Se quedó impasible en su sitio, estaba técnicamente muerto pero juró por los dioses que su corazón estaba a mil, como caballo desbocado de hocico sangrando. En cuanto escuchó su nombre dio un paso al frente dejando que la luz tenue que llegaba desde el campamento y la luna dejaran al descubierto su identidad aunque no era necesario, ella sabía muy bien que se trataba de él; las sombras de los árboles jugaron el papel de ocultar rasgos, de convertir su rostro siempre gentil en una máscara más sombría, más acorde a lo que era.
-Vine… -dudó –vine a buscarte –la verdad pura salió de su boca porque el martirio era demasiado como para prolongarlo por toda la noche, no iba a torturarse de ese modo, ni a ella, iba a decir algo más, a decir que se escondía porque los suyos (los rom, quería decir) no recibían bien a los que eran de su clase (vampiros), cuando se fijó en sus ojos color ceniza, había algo más, algo ajeno a su presencia en ese sitio-, ¿estás bien? –cualquier cosa que estaba en sus planes esa noche pasó a segundo término, perdió importancia, lo que quería decirle o demostrarle era insignificante en comparación a la preocupación que verla así le provocó. Se acercó más hasta tenerla muy cerca y se atrevió a tomarla por los hombros a riesgo de recibir otra herida u otra bofetada, la verdad era que tenía una imperiosa necesidad de sentirla cerca.
Se quedó observándola, no sólo eran sus ojos, era su rictus, su gesto, toda ella emanaba angustia y eso provocaba lo mismo en él, como si la sangre que bebió de ella ahora le provocara un encanto de empatía en el que él podía sentir lo que Lyuba, pero no era así, lo sabía, tal encanto no existía, sólo la obsesión que el sabor de su sangre virgen se instaló en su mente y alma, si es que aún tenía una. Había algo descolocado esa noche, algo en ella, de mirada fiera y movimientos seguros, que no correspondía y quería saber qué era.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Lyuba apartó un mechón de cabello negro, pasándolo detrás de la oreja mientras escuchaba el motivo por el cual Daniil se encontraba en el campamento. Nadie la buscaba a ella, puesto a que no conocían su carreta o bien no los recibía como debía. Era una persona misteriosa y le gustaba poseer aquel aporte, por respeto. Inconscientemente , sus ojos estaban bañados de lagrimas , algo que se notaba por las horas que había derramado aquellas lagrimas puras por sus errores. Se limpió las mejillas, intentando esconder su estado. Nunca le había gustado llorar en público, porque era algo débil y ella no quería ser vista como tal. Desvió la mirada dejando escapar de sus labios un suspiro profundo y amargo mientras preguntaba una vez mas al vampiro - ¿Por qué viniste a buscarme? – su voz parecía que en cualquier momento iba a romperse, a llorar y gritas . Pero la gitana se contuvo y volvió a mirar aquellos ojos color café que era su condena. Sus labios, estaban secos, necesitaba agua, su garganta ardía y sus ojos estaban hundidos. Ella, estaba hundida. Pero si, estaba segura de que no iba a abandonar a dicha criatura. Ya se había manchado las manos de sangre , no iba a hacerlo con un humano que tenía la oportunidad de ver el mundo. Tal vez era una señal,, una señal de abandonar todo y marcharse hacía tierras mas tranquilas, donde en silencio, cuidaría a su bebé.
Daniil sentía aquel miedo, aquellos sentimientos de la gitana. Preocupación y miedo, dos cosas que nunca había controlado a la perfección. Sintió que el aire no era suficiente para respirar, su respiración estaba agitada y pensaba que en cualquier momento iba a caerse al suelo. Pero Daniil la tomo por los hombros prohibiendo aquella caída . Lyuba agradeció mentalmente ante aquel acercamiento e intentó respirar con normalidad, aunque en aquellas circunstancias, en aquella lucha mental y sentimental…era imposible – Si…si..estoy bien – mintió dibujando en su rostro pálido una sonrisa amarga, dolida por todo lo que estaba pasando entre ellos dos y también por aquello que iba a venir. Si seguía en pie, en cualquier momento iba a conocer la hierba que estaban pisando . Tal vez necesitaba estar sentada, tumbada o simplemente lejos de la humanidad – Eh.. – comenzó tomando ambas manos de sus hombros para tomarlas en sus manos finas – Mejor ven a mi carreta .. - concluyó en suaves susurros. El jefe podría salir en cualquier momento y hacía ya meses que Lyuba intentaba no cruzarse con el y lo había conseguido. Se escondía cada vez que estaba por la zona y cuando no estaba se iba a hacer de las suyas.
No esperó ninguna negación por parte de Daniil y tomándole solo de una mano lo guió en silencio hacia la carreta . Una carreta no muy grande, simple . Se diferenciaba de las otras porque no poseía muchos colores por fuera. Entró ella primero para luego dejarle subir a el y cerrar la puerta. Por dentro solo unas velas eran las que iluminaban aquello tan oscuro, cojines y toda clase de artefactos viejos que había recibido o bien había encontrado. Se sentó sobre la cama llena de cojines, tomando uno de color rojo en sus brazos y abrazándolo - Ponte cómodo – indicó ella con la mirad ay la mente perdida . Se notaba en su rostro, la tristeza que escondía detrás de una sonrisa amarga - ¿Te sirvo algo?¿ Tienes hambre, sed? – preguntó intentando no hundirse en un silencio inadecuado. En cualquier momento, el silencio iba a apoderarse de la situación y ella se descontrolaría ,llorando. Tenía que evitarlo a toda costa. Giró su cuello hacía otra parte que no fuese el vampiro, mordiéndose el labio inferior con fuerza y regañándose a si misma por permitir que aquello pasara.
Daniil sentía aquel miedo, aquellos sentimientos de la gitana. Preocupación y miedo, dos cosas que nunca había controlado a la perfección. Sintió que el aire no era suficiente para respirar, su respiración estaba agitada y pensaba que en cualquier momento iba a caerse al suelo. Pero Daniil la tomo por los hombros prohibiendo aquella caída . Lyuba agradeció mentalmente ante aquel acercamiento e intentó respirar con normalidad, aunque en aquellas circunstancias, en aquella lucha mental y sentimental…era imposible – Si…si..estoy bien – mintió dibujando en su rostro pálido una sonrisa amarga, dolida por todo lo que estaba pasando entre ellos dos y también por aquello que iba a venir. Si seguía en pie, en cualquier momento iba a conocer la hierba que estaban pisando . Tal vez necesitaba estar sentada, tumbada o simplemente lejos de la humanidad – Eh.. – comenzó tomando ambas manos de sus hombros para tomarlas en sus manos finas – Mejor ven a mi carreta .. - concluyó en suaves susurros. El jefe podría salir en cualquier momento y hacía ya meses que Lyuba intentaba no cruzarse con el y lo había conseguido. Se escondía cada vez que estaba por la zona y cuando no estaba se iba a hacer de las suyas.
No esperó ninguna negación por parte de Daniil y tomándole solo de una mano lo guió en silencio hacia la carreta . Una carreta no muy grande, simple . Se diferenciaba de las otras porque no poseía muchos colores por fuera. Entró ella primero para luego dejarle subir a el y cerrar la puerta. Por dentro solo unas velas eran las que iluminaban aquello tan oscuro, cojines y toda clase de artefactos viejos que había recibido o bien había encontrado. Se sentó sobre la cama llena de cojines, tomando uno de color rojo en sus brazos y abrazándolo - Ponte cómodo – indicó ella con la mirad ay la mente perdida . Se notaba en su rostro, la tristeza que escondía detrás de una sonrisa amarga - ¿Te sirvo algo?¿ Tienes hambre, sed? – preguntó intentando no hundirse en un silencio inadecuado. En cualquier momento, el silencio iba a apoderarse de la situación y ella se descontrolaría ,llorando. Tenía que evitarlo a toda costa. Giró su cuello hacía otra parte que no fuese el vampiro, mordiéndose el labio inferior con fuerza y regañándose a si misma por permitir que aquello pasara.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Quería con abrumadora desesperación saber qué estaba mal con ella, saberlo para tal vez intentar remediarlo, aunque la experiencia le había demostrado que Lyuba no era alguien que aceptara la ayuda de un tercero tan fácilmente, pero aunque ella se empecinara en resolver cualquier cosa que la estuviera aquejando esa noche, Daniil podía ser igual de terco e insistir en brindarle su auxilio. La pregunta que vino a a continuación era obvia, aunque para su desgracia la respuesta le resultaba vergonzosa, agachó la mirada un poco, sin soltarla y boqueó un par de veces sin decir nada.
-Quería verte –finalmente la verdad salió, llana y simple, porque la verdad así era, sin adornos y sin más lecturas, era sencillo, quería verla con desesperación y aunque se debatió por días, finalmente la debilidad pudo más y ahí estaba-, sinceramente no sabía si te iba a encontrar –confesó luego, sí, había ido esperanzado de verla pero sin saber si lo haría, esperando lo mejor pero preparado para lo peor, debía ser de ese modo, entre ambos las cosas eran complicadas y un atrevimiento como el de él esa noche podía costarles caro, a uno o a ambos. Volvió a mirarla a los ojos, queriendo leer de ellos qué era ese dolor que esa noche la acongojaba, la escuchó responderle, pero no se necesitaba ser un genio para saber que estaba mintiendo, sin embargo, no dijo nada, sólo asintió débilmente, supuso que por ahora Lyuba quería mantenerlo en secreto y él se encargaría de buscar el camino para llegar a la verdad, por más sinuosa que fuese esa ruta.
Se dejó guiar de la mano, pensando en lo absurdo de la escena, la misma gitana que antes clamó por su cabeza, hija de un enemigo del pasado, autora de la única cicatriz que marcaba su cuerpo, ahora lo tomaba dócilmente de la mano y lo guiaba a su casa, a su hogar, a su refugio, el sitio más privado que alguien podía tener, no importando origen o raza. No prestó mucha atención al exterior, pero al ingresar giró la vista para tratar de captar cada detalle del lugar, por la cantidad de artefactos lucía como el laboratorio de un alquimista. Se sentó frente a ella en lo que parecía un cajón vacío, pero suficiente para sostener su peso. Negó con la cabeza ante el ofrecimiento y aquella pose que adoptó la gitana le pareció inocente, de rasgos casi infantiles, muestra pues de lo que por dentro estaba sucediendo, la sintió vulnerable aunque ella no lo dijera en voz alta.
-No estás bien –dijo rompiendo el silencio, notando sus gestos y ademanes, cohibidos y frágiles, lo dijo como afirmación, no le estaba preguntando, él estaba seguro de ello y poco le valía a Lyuba negarlo, aunque probablemente lo haría-, la pregunta es, ¿qué es lo que pasa? –esa era la verdadera interrogante que mareaba al vampiro, que lo ofuscaba desde el momento que la vio salir de esa otra carrera y escucharla sollozar, no quería presionarla, ni sonar desesperado, pero lo estaba, realmente estaba necesitado de una respuesta pronta.
Algo en ver a Lyuba de ese modo lo alteraba como pocas cosas en su inmortal existencia, lo ponía tenso pensar en las desavenencias que ella pudiera sufrir, y peor aún, saberse inútil al no poder protegerla, porque protegerla implicaba aceptar otras cosas, cosas que entre ambos quedaban vedadas por antonomasia. Hubo silencio otra vez y clavó sus ojos en el cojín al que ella se aferraba, tensó la mandíbula pensando en que no había necesidad de ello, si quería aferrarse a algo para no caer, para no llorar, para mantenerse impávida, ahí estaba él, pero no podía decírselo, en parte porque de pronto la coherencia y lucidez parecieron abandonarlo, era ese sentimiento de impotencia el que comenzaba a gobernar su mente y lo embotaba hasta dejarlo mudo.
-Puedes decirme –a penas pudo articular aquellas dos palabras, si ella esa noche se sentía débil, por razones que aún desconocía, a él le tocaba ser fuerte, quizá no era su papel, pero estaba ahí, las circunstancias lo habían conducido a eso y aceptaba el puesto.
-Quería verte –finalmente la verdad salió, llana y simple, porque la verdad así era, sin adornos y sin más lecturas, era sencillo, quería verla con desesperación y aunque se debatió por días, finalmente la debilidad pudo más y ahí estaba-, sinceramente no sabía si te iba a encontrar –confesó luego, sí, había ido esperanzado de verla pero sin saber si lo haría, esperando lo mejor pero preparado para lo peor, debía ser de ese modo, entre ambos las cosas eran complicadas y un atrevimiento como el de él esa noche podía costarles caro, a uno o a ambos. Volvió a mirarla a los ojos, queriendo leer de ellos qué era ese dolor que esa noche la acongojaba, la escuchó responderle, pero no se necesitaba ser un genio para saber que estaba mintiendo, sin embargo, no dijo nada, sólo asintió débilmente, supuso que por ahora Lyuba quería mantenerlo en secreto y él se encargaría de buscar el camino para llegar a la verdad, por más sinuosa que fuese esa ruta.
Se dejó guiar de la mano, pensando en lo absurdo de la escena, la misma gitana que antes clamó por su cabeza, hija de un enemigo del pasado, autora de la única cicatriz que marcaba su cuerpo, ahora lo tomaba dócilmente de la mano y lo guiaba a su casa, a su hogar, a su refugio, el sitio más privado que alguien podía tener, no importando origen o raza. No prestó mucha atención al exterior, pero al ingresar giró la vista para tratar de captar cada detalle del lugar, por la cantidad de artefactos lucía como el laboratorio de un alquimista. Se sentó frente a ella en lo que parecía un cajón vacío, pero suficiente para sostener su peso. Negó con la cabeza ante el ofrecimiento y aquella pose que adoptó la gitana le pareció inocente, de rasgos casi infantiles, muestra pues de lo que por dentro estaba sucediendo, la sintió vulnerable aunque ella no lo dijera en voz alta.
-No estás bien –dijo rompiendo el silencio, notando sus gestos y ademanes, cohibidos y frágiles, lo dijo como afirmación, no le estaba preguntando, él estaba seguro de ello y poco le valía a Lyuba negarlo, aunque probablemente lo haría-, la pregunta es, ¿qué es lo que pasa? –esa era la verdadera interrogante que mareaba al vampiro, que lo ofuscaba desde el momento que la vio salir de esa otra carrera y escucharla sollozar, no quería presionarla, ni sonar desesperado, pero lo estaba, realmente estaba necesitado de una respuesta pronta.
Algo en ver a Lyuba de ese modo lo alteraba como pocas cosas en su inmortal existencia, lo ponía tenso pensar en las desavenencias que ella pudiera sufrir, y peor aún, saberse inútil al no poder protegerla, porque protegerla implicaba aceptar otras cosas, cosas que entre ambos quedaban vedadas por antonomasia. Hubo silencio otra vez y clavó sus ojos en el cojín al que ella se aferraba, tensó la mandíbula pensando en que no había necesidad de ello, si quería aferrarse a algo para no caer, para no llorar, para mantenerse impávida, ahí estaba él, pero no podía decírselo, en parte porque de pronto la coherencia y lucidez parecieron abandonarlo, era ese sentimiento de impotencia el que comenzaba a gobernar su mente y lo embotaba hasta dejarlo mudo.
-Puedes decirme –a penas pudo articular aquellas dos palabras, si ella esa noche se sentía débil, por razones que aún desconocía, a él le tocaba ser fuerte, quizá no era su papel, pero estaba ahí, las circunstancias lo habían conducido a eso y aceptaba el puesto.
Última edición por Daniil Stravinsky el Jue Jul 14, 2011 9:05 am, editado 1 vez
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Las uñas de Lyuba se clavaban en el cojín con desesperación, con el intento de borrar aquella realidad y despertar en cualquier momento, creyendo que todo era una simple pesadilla. Sus ojos esquivaban los del vampiro y todo su cuerpo parecía temblar. ¿Por qué ella? .¿Por que en aquel momento tan difícil de su vida?. Tantas preguntas pero ninguna respuesta. Y como si fuese poco, el vampiro se encontraba dentro de su carreta sin ninguna explicación concreta …complicando las cosas mas de lo que estaban. Al escuchar la razón por la cual se encontraba allí, ella no dijo nada. Tan solo trago saliva, mirándole a los ojos . En aquel momento, aquellas dos perlas marinas estaban rotas , desesperadas y sin ninguna fe. Brillaban a causa de las lagrimas que Lyuba intentaba esconder, prohibir que estas salieran delante del vampiro. Demostrar alguna debilidad ante ellos…no era nada bueno. Ella volvió a preguntar una vez mas al vampiro - ¿Por qué deseabas verme? – su tono de voz era bajo y suave algo temeroso . Respiraba con dificultad y no podía hablar con la claridad de antes a causa…de todo aquello. Lyuba no comentó ante su comentario de encontrarla. De echo tenía razón pero su estado de salud fue la que obligó a la gitana ir tras los vampiros para cazarlos. Apretó aun mas el cojín en sus brazos , esta vez apartando la mirada de Daniil. El vampiro, podía percibir su estado con facilidad. Lyuba nunca había sido buena en esconder su estado de ánimo o sus preocupaciones. Era como un libro abierto, se leía con facilidad..pero se comprendía con dificultad.
No podía esconder mas, necesitaba desahogarse y parecía que todo ocurría por una causa. Daniil había llegado en un momento inoportuno pero a la misma vez oportuno. Estaba preocupado por Lyuba y ella, se lo agradecería . Tomó una bocanada de aire para luego dejarlo fundirse en un suspiro de dolor mientras sus ojos sin soportar mas la carga de lagrimas recogidas, explotaron en unas lagrimas cristalinas que resbalaban con lentitud en su rostro…bañándolo con su pureza. Se relamió los labios para luego morderse el labio inferior con fuerza ,apretando sus ojos y otorgando la libertad a sus lagrimas. Estás , seguían acariciando sus mejillas pálidas , con la intención de relajarla, hacerla sentirse mejor y desahogarse del dolor. Pero no lo conseguían, su corazón se encogía con el pensamiento de que ahora ,en el cuerpo de la gitana se formaba un ser que ella no deseaba en aquel momento. Abrió los ojos , entrecerrándolos , mirando por segunda vez a Daniil, dispuesta a decirle lo que realmente pasaba con ella – No, no estoy bien.. – comenzó ella apretando aun mas el cojín a su cuerpo, como si eso fuese posible. Suspiro , sintiendo sus ojos ahogados en las lagrimas y sus mejillas humedas.- Nunca pensé que… - cada vez que despegaba los labios para transmitir alguna palabra, sus ojos se humedecían mas y el dolor era enorme . No se veía, pero dentro de ella lo sentía , sentía que todos sus órganos ardían sin pudor alguno – que..me iba a arrepentir de todo lo que estoy haciendo, de lo que e echo .. – desvió la mirada , posándola en el suelo y continuando - Estaba tan ciega por la venganza, por el odio…por mi pasado, deseando acabar con vosotros…haciendo de mi vida un propio infierno.. – por unos momentos dejó de hablar , cerrando los ojos con fuerza para luego abrirlos tras unos segundos – pensaba que así iba a honrar la muerte de mis padres y al mismo tiempo mi muerte. Si Daniil, mi muerte. Aunque sea una mortal…e muerto hace dos o tres años atrás … - volvió a mirarle a los ojos observando su rostro y las expresiones que se dibujaban en el.
- ¿Sabes porque odio tanto a los de tu especie? – preguntó ella con una expresión de asco dibujada en su rostro – Por que ..fui torturada por uno. No sabes como aun le siento …su voz…sus afilados dientes..sus manos..todo,Daniil..todo.. - se levantó dejando el cojín en la cama , mientras se acercaba al vampiro - Por su culpa, la gitana que antes estaba aquí – colocó una mano en su pecho - murió para dar lugar a una …que solo logra sentir odio y desconfianza. Mi mente esta dominada por mi pasado , cada detalle.. esta grabando en mi piel… - se levantó la falda , enseñando una parte de su pierna izquierda. Habían varias cicatrices de quemaduras y mordidas en ella , claramente visibles – No solo mi pierna…todo mi cuerpo. Evito mirar mi cuerpo, porque no hace mas que revivir mi pasado y al mismo tiempo…el dolor. Por suerte, logré escapar de sus garras...pero no de su persona, es por eso...que cada vez que me encuentro a ..uno de los tuyos , mi pasado me atormenta mas ... - se volvió a tapar la pierna para luego pasar una mano por su cabello, tomando una pausa para seguir hablando – Mi vida corre peligro cada instante y yo lucho por vivir…lucho por mi aunque no tenga a nadie más a mi lado. Yo tengo fe,pero en este instante...se a esfumado - tomó una bocanada de aire llorando aun mas que antes – porque …ahora estoy embarazada – finalizó tapándose el rostro con ambas manos , llorando como si eso fuera a cambiar su destino.
No podía esconder mas, necesitaba desahogarse y parecía que todo ocurría por una causa. Daniil había llegado en un momento inoportuno pero a la misma vez oportuno. Estaba preocupado por Lyuba y ella, se lo agradecería . Tomó una bocanada de aire para luego dejarlo fundirse en un suspiro de dolor mientras sus ojos sin soportar mas la carga de lagrimas recogidas, explotaron en unas lagrimas cristalinas que resbalaban con lentitud en su rostro…bañándolo con su pureza. Se relamió los labios para luego morderse el labio inferior con fuerza ,apretando sus ojos y otorgando la libertad a sus lagrimas. Estás , seguían acariciando sus mejillas pálidas , con la intención de relajarla, hacerla sentirse mejor y desahogarse del dolor. Pero no lo conseguían, su corazón se encogía con el pensamiento de que ahora ,en el cuerpo de la gitana se formaba un ser que ella no deseaba en aquel momento. Abrió los ojos , entrecerrándolos , mirando por segunda vez a Daniil, dispuesta a decirle lo que realmente pasaba con ella – No, no estoy bien.. – comenzó ella apretando aun mas el cojín a su cuerpo, como si eso fuese posible. Suspiro , sintiendo sus ojos ahogados en las lagrimas y sus mejillas humedas.- Nunca pensé que… - cada vez que despegaba los labios para transmitir alguna palabra, sus ojos se humedecían mas y el dolor era enorme . No se veía, pero dentro de ella lo sentía , sentía que todos sus órganos ardían sin pudor alguno – que..me iba a arrepentir de todo lo que estoy haciendo, de lo que e echo .. – desvió la mirada , posándola en el suelo y continuando - Estaba tan ciega por la venganza, por el odio…por mi pasado, deseando acabar con vosotros…haciendo de mi vida un propio infierno.. – por unos momentos dejó de hablar , cerrando los ojos con fuerza para luego abrirlos tras unos segundos – pensaba que así iba a honrar la muerte de mis padres y al mismo tiempo mi muerte. Si Daniil, mi muerte. Aunque sea una mortal…e muerto hace dos o tres años atrás … - volvió a mirarle a los ojos observando su rostro y las expresiones que se dibujaban en el.
- ¿Sabes porque odio tanto a los de tu especie? – preguntó ella con una expresión de asco dibujada en su rostro – Por que ..fui torturada por uno. No sabes como aun le siento …su voz…sus afilados dientes..sus manos..todo,Daniil..todo.. - se levantó dejando el cojín en la cama , mientras se acercaba al vampiro - Por su culpa, la gitana que antes estaba aquí – colocó una mano en su pecho - murió para dar lugar a una …que solo logra sentir odio y desconfianza. Mi mente esta dominada por mi pasado , cada detalle.. esta grabando en mi piel… - se levantó la falda , enseñando una parte de su pierna izquierda. Habían varias cicatrices de quemaduras y mordidas en ella , claramente visibles – No solo mi pierna…todo mi cuerpo. Evito mirar mi cuerpo, porque no hace mas que revivir mi pasado y al mismo tiempo…el dolor. Por suerte, logré escapar de sus garras...pero no de su persona, es por eso...que cada vez que me encuentro a ..uno de los tuyos , mi pasado me atormenta mas ... - se volvió a tapar la pierna para luego pasar una mano por su cabello, tomando una pausa para seguir hablando – Mi vida corre peligro cada instante y yo lucho por vivir…lucho por mi aunque no tenga a nadie más a mi lado. Yo tengo fe,pero en este instante...se a esfumado - tomó una bocanada de aire llorando aun mas que antes – porque …ahora estoy embarazada – finalizó tapándose el rostro con ambas manos , llorando como si eso fuera a cambiar su destino.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Era de esperarse, des luego, que Lyuba no se conformara con un simple “quería verte”, el propio Daniil no hubiera podido conformarse con eso, no al mirar atrás y darse cuenta de lo enredada y desbocaba que era su historia juntos, breve pero frenética, escrita desde el primer momento con tinta y sangre. Llevó ambas manos a las rodillas, dejándolas ahí descansando para disimular la tensión que sentía, la espalda estaba recta como una flecha que apunta al cielo, y su expresión era complicada, acentuada esta vez por el juego de la luz de las velas y la noche imperante. Le llevó un par de segundos compilar el valor necesario para responder, sus ojos estaban plagados de sombras, lo cual decidió en ese momento que era una ventaja, así no delatarían la debilidad de la que esa noche fue víctima al haberse atrevido a ir a buscarla.
-Yo… yo necesitaba verte –sabía que esa no era una respuesta satisfactoria, sin embargo no había otra, esa era la verdad, tenía la necesidad de verla, aunque fuera a la distancia y de contrabando, no sabía por qué y había determinado que no iba a quebrarse la cabeza pensando el por qué de aquella exigencia tan poderosa, porque respuesta para tal pregunta no existía-, pero… -esa inflexión salió despacio, como si se hubiera escapado a penas –pero tal vez sientas que vengo en un mal momento –lucía como que ahí acababa la frase, mas no era así –sin embargo creo que no, que necesitas alguien con quien hablar –terminó y tragó saliva, Lyuba había demostrado en el pasado ser volátil, un atrevimiento como lo que acababa de brotar de su boca en forma de palabras podía ser una osadía demasiado grande como para ser perdonada.
Se quedó en su misma posición, mirando directo a la gitana. Ahí estaba, lo inevitable, el llanto inapelable, y Daniil hizo un intento casi imperceptible de ponerse de pie y acercarse a ella, pero no lo hizo, algo en su interior lo obligó a quedarse sentado como estaba, y eso mismo le dijo en susurros que aguardara, que había más, que las lágrimas eran sólo la antesala a la confesión.
La escuchó atento, no podía evitar sorprenderse y entristecerse ante las confesiones, las preguntas que ella hacía desde luego eran retóricas y no intentaba si quiera responderlas, pero pronto la relativa calma en la que él parecía navegar se vio rasgada de tajo por la propia gitana que se ponía de pie y se plantaba frente a él, Daniil abrió bien los ojos para poder verla, sus palabras destilaban dolor y rabia, lo podía sentir, era tan latente que se convertía en algo tangible incluso cuando eran sólo palabras en el ambiente enrarecido por la tensión y desasosiego. El momento en que ella mostró sus cicatrices fue la señal para que el vampiro por fin reaccionara, se puso de pie y entonces la diferencia de estaturas se hizo presente, él no era un hombre muy alto, sobre todo si se tomaba en cuenta su origen, pero era considerablemente más grande que la gitana, la miró directo a los ojos, aunque no sabía cuál era su expresión en ese momento, de preocupación, de enojo (por verla así), de tristeza, podía ser cualquier cosa, quizá una mezcla de todo. Quería decirle que no todos los de su especie eran como ese que le hizo daño, pero estaría mintiendo, todos eran una panda de desalmados, ni siquiera él estaba exento, que no se enorgullecerá por haber matado no borraba de los anales de su historia que lo hubiera hecho.
Pero las últimas palabras de Lyuba lo dejaron helado, tuvo que dar un ligero paso hacia atrás para no caer de la impresión. Estaba embarazada, había escuchado bien aunque se había tardado en reaccionar, de todos modos no sabía qué decir o hacer ante una declaración como aquella.
-¿Estás segura? –un segundo después de haber formulado esa pregunta se dio cuenta de lo estúpido que había sonado, si no lo estuviera no se lo hubiera dicho y no le hubiera confesado toda su historia, o parte de ella, pero parte fundamental, si no lo estuviera no sería capaz de ver el miedo dibujado en su mirada, y ahora lo entendía, no era miedo por ella, ella sabía defenderse, era miedo por lo que ahora crecía en su interior. Quería preguntar mil cosas, pero no lo hizo, tuvo que morderse la lengua para no hacerlo, la pregunta más grande y egoísta era la que lo estaba matando por dentro: ¿quién?. ¿Celos?, era probable que de eso se tratara, pero ahora no importaba.
-Necesitas ayuda –no era pregunta, era una afirmación, la necesitaba en todo sentido; para poder lidiar con esos fantasmas de su pasado y ahora, que tenía que velar por dos y no sólo por uno-, necesitas cuidados, y un buen sitio para descansar –el campamento gitano no era opción, estaba hablando como médico, porque mentalmente bloqueó a Daniil el hombre y vampiro que estaba completamente destrozado por dentro ante la imagen de ella con un hombre, un hombre que no era él-. Si quieres yo… -cerró los ojos y no terminó su frase, iba a ofrecerle ayuda, pero la conocía, ella no la aceptaría.
-Yo… yo necesitaba verte –sabía que esa no era una respuesta satisfactoria, sin embargo no había otra, esa era la verdad, tenía la necesidad de verla, aunque fuera a la distancia y de contrabando, no sabía por qué y había determinado que no iba a quebrarse la cabeza pensando el por qué de aquella exigencia tan poderosa, porque respuesta para tal pregunta no existía-, pero… -esa inflexión salió despacio, como si se hubiera escapado a penas –pero tal vez sientas que vengo en un mal momento –lucía como que ahí acababa la frase, mas no era así –sin embargo creo que no, que necesitas alguien con quien hablar –terminó y tragó saliva, Lyuba había demostrado en el pasado ser volátil, un atrevimiento como lo que acababa de brotar de su boca en forma de palabras podía ser una osadía demasiado grande como para ser perdonada.
Se quedó en su misma posición, mirando directo a la gitana. Ahí estaba, lo inevitable, el llanto inapelable, y Daniil hizo un intento casi imperceptible de ponerse de pie y acercarse a ella, pero no lo hizo, algo en su interior lo obligó a quedarse sentado como estaba, y eso mismo le dijo en susurros que aguardara, que había más, que las lágrimas eran sólo la antesala a la confesión.
La escuchó atento, no podía evitar sorprenderse y entristecerse ante las confesiones, las preguntas que ella hacía desde luego eran retóricas y no intentaba si quiera responderlas, pero pronto la relativa calma en la que él parecía navegar se vio rasgada de tajo por la propia gitana que se ponía de pie y se plantaba frente a él, Daniil abrió bien los ojos para poder verla, sus palabras destilaban dolor y rabia, lo podía sentir, era tan latente que se convertía en algo tangible incluso cuando eran sólo palabras en el ambiente enrarecido por la tensión y desasosiego. El momento en que ella mostró sus cicatrices fue la señal para que el vampiro por fin reaccionara, se puso de pie y entonces la diferencia de estaturas se hizo presente, él no era un hombre muy alto, sobre todo si se tomaba en cuenta su origen, pero era considerablemente más grande que la gitana, la miró directo a los ojos, aunque no sabía cuál era su expresión en ese momento, de preocupación, de enojo (por verla así), de tristeza, podía ser cualquier cosa, quizá una mezcla de todo. Quería decirle que no todos los de su especie eran como ese que le hizo daño, pero estaría mintiendo, todos eran una panda de desalmados, ni siquiera él estaba exento, que no se enorgullecerá por haber matado no borraba de los anales de su historia que lo hubiera hecho.
Pero las últimas palabras de Lyuba lo dejaron helado, tuvo que dar un ligero paso hacia atrás para no caer de la impresión. Estaba embarazada, había escuchado bien aunque se había tardado en reaccionar, de todos modos no sabía qué decir o hacer ante una declaración como aquella.
-¿Estás segura? –un segundo después de haber formulado esa pregunta se dio cuenta de lo estúpido que había sonado, si no lo estuviera no se lo hubiera dicho y no le hubiera confesado toda su historia, o parte de ella, pero parte fundamental, si no lo estuviera no sería capaz de ver el miedo dibujado en su mirada, y ahora lo entendía, no era miedo por ella, ella sabía defenderse, era miedo por lo que ahora crecía en su interior. Quería preguntar mil cosas, pero no lo hizo, tuvo que morderse la lengua para no hacerlo, la pregunta más grande y egoísta era la que lo estaba matando por dentro: ¿quién?. ¿Celos?, era probable que de eso se tratara, pero ahora no importaba.
-Necesitas ayuda –no era pregunta, era una afirmación, la necesitaba en todo sentido; para poder lidiar con esos fantasmas de su pasado y ahora, que tenía que velar por dos y no sólo por uno-, necesitas cuidados, y un buen sitio para descansar –el campamento gitano no era opción, estaba hablando como médico, porque mentalmente bloqueó a Daniil el hombre y vampiro que estaba completamente destrozado por dentro ante la imagen de ella con un hombre, un hombre que no era él-. Si quieres yo… -cerró los ojos y no terminó su frase, iba a ofrecerle ayuda, pero la conocía, ella no la aceptaría.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Lyuba seguía llorando sus penas. Porque al fin y al cabo,eso era lo que estaba haciendo. Las penas , sus condenas...su condena ,una de las tantas que ella estaba obligada a cargar sobre sus hombros. Se limpió las lágrimas con sus dedos largos . No había rastro de dureza o coraje en su rostro. Se sentía abandonada y sin ayuda, mas bien vulnerable ante todo el mundo. Ante aquel mundo ignorante. Suspiró resignada con el intento de no agitarse mas de lo que estaba. Pues en aquel momento necesitaba aire y parecía que algún hechizo oscuro había atrapado todo el oxigeno para embotellarlo y provocar una gran desgracia a la humanidad. Cerró sus párpados mientras se humedecía los labios sin darse cuenta de que había divulgado un secreto, algo que ella estaba decidida a guardar por su propio bien. Sus párpados se abrieron mientras que sus ojos, estaban iluminados por las lágrimas rebeldes que se empeñaban en salir a la luz. Hasta ellas se habían cansado de soportar tantas cargas encima!.
Apenas tenía 19 años ...casi 20 , unos días y ella iba a cumplir 20 años. Demasiados, demasiados años vividos en la desgracia y el dolor. Luchaba ¿pero para que?. Ningún rayo de esperanza lucía , absolutamente nada, estaba vacía como una caja de recuerdos ...tanto por dentro como por fuera. La voz del vampiro llamó la atención de Lyuba, al igual que ella, estaba sorprendido . Ella le dio la espalda por unos segundos, bajando sus ojos enlagrimados hacía el suelo que estaba pisando mientras se alejaba de el para darse la vuelta y mirarle directamente a los ojos. Si, estaba segura aunque por dentro deseaba no estarlo. El había sido el primero en escuchar de los labios de la gitana pronunciar aquellas dos palabras que tanto miedo le provocaban. Suspiró de nuevo , asintiendo con la cabeza - Si..estoy segura - afirmó ella llevando una mano a la cabeza y sintiendo un débil mareo - Tú mismo me has dicho que eres médico, o al menos lo eras, no creo que es necesario explicarte los momentos de mareos y vómitos que e tenido - murmuro ella un poco mas tranquila que antes.
Daniil no tenia ni la mas remota idea de que Lyuba, iba a agradecer aquel apoyo, aquella confianza, pero eso mucho mas tarde. Cuando sus celestes ojos dejaran de ser cegados por una venganza que nunca lograría cumplir. Una venganza que había jurado sobre la tumba de sus difuntos padres. Su comentario volvió a sorprender a la morena, esta vez se acerco mas a el haciendo sonar sus brazaletes en una melodía agitada - No la necesito - negó ella con frialdad a pesar de que en aquel momento no estaba para discutir con nadie.Se llevó una mano al vientre bajando la mirada al motivo de su alteración - Lo único que sé es que no deseo este ...bebe - dijo en un apretón de dientes recordando vagamente aquella noche que el alcohol había echo su trabajo. Se estremeció y volvió a mirar al vampiro,esta vez mucho mas atenta que antes. Tal vez deseaba saber lo que estaba pensando, tal vez el vampiro pensaba que ella era una fácil, una cualquiera, que abría las piernas como casi todas las mujeres. Tal vez..solo eran unos "tal vez" que la gitana deseaba no escuchar.
Pero..¿por que de pronto le importaba lo que Daniil pensaba de ella?. ¿De pronto?. No, hacía semanas que pensaba en el, en encontrarle ....le necesitaba y en aquel momento mucho mas. Pero su orgullo era tan grande como el vampiro y no podía pisotearlo mas . Sus sentimientos, aquella luz que brotaba del alma con tan solo escuchar el nombre de Daniil...eran solo...no no lo eran. Y si, estaba sintiendo algo que nunca había sentido por nadie pero no lo iba a admitir nunca. Nunca. Le escucho hablar y luego detenerse, lo único que la gitana hizo fue llevar una de sus manos a su rostro, acariciándolo con cierta dulzura que nunca había creído poseer - Estoy bien aquí, Daniil... - mintió seriamente mientras observaba su rostro.
Recordaba la noche que le había besado y sintió un vuelco en su interior , un vuelco que hizo cerrar sus ojos de golpe para volver a abrirlos con rapidez. Se mordió el labio inferior , reprimiéndose en volver a hacer aquello , no porque no lo merecía si no porque no debía hacerlo - ¿Tu que Daniil? - pregunto ella en unos susurros deseando abrazarle, besarle...pero no. No iba a hacerlo. Un rechazo era lo único que le faltaba para tener una lista completa de suicidio.
off:Siento la tardanza!e puesto un aviso en la sección de "despedidas" (:
Apenas tenía 19 años ...casi 20 , unos días y ella iba a cumplir 20 años. Demasiados, demasiados años vividos en la desgracia y el dolor. Luchaba ¿pero para que?. Ningún rayo de esperanza lucía , absolutamente nada, estaba vacía como una caja de recuerdos ...tanto por dentro como por fuera. La voz del vampiro llamó la atención de Lyuba, al igual que ella, estaba sorprendido . Ella le dio la espalda por unos segundos, bajando sus ojos enlagrimados hacía el suelo que estaba pisando mientras se alejaba de el para darse la vuelta y mirarle directamente a los ojos. Si, estaba segura aunque por dentro deseaba no estarlo. El había sido el primero en escuchar de los labios de la gitana pronunciar aquellas dos palabras que tanto miedo le provocaban. Suspiró de nuevo , asintiendo con la cabeza - Si..estoy segura - afirmó ella llevando una mano a la cabeza y sintiendo un débil mareo - Tú mismo me has dicho que eres médico, o al menos lo eras, no creo que es necesario explicarte los momentos de mareos y vómitos que e tenido - murmuro ella un poco mas tranquila que antes.
Daniil no tenia ni la mas remota idea de que Lyuba, iba a agradecer aquel apoyo, aquella confianza, pero eso mucho mas tarde. Cuando sus celestes ojos dejaran de ser cegados por una venganza que nunca lograría cumplir. Una venganza que había jurado sobre la tumba de sus difuntos padres. Su comentario volvió a sorprender a la morena, esta vez se acerco mas a el haciendo sonar sus brazaletes en una melodía agitada - No la necesito - negó ella con frialdad a pesar de que en aquel momento no estaba para discutir con nadie.Se llevó una mano al vientre bajando la mirada al motivo de su alteración - Lo único que sé es que no deseo este ...bebe - dijo en un apretón de dientes recordando vagamente aquella noche que el alcohol había echo su trabajo. Se estremeció y volvió a mirar al vampiro,esta vez mucho mas atenta que antes. Tal vez deseaba saber lo que estaba pensando, tal vez el vampiro pensaba que ella era una fácil, una cualquiera, que abría las piernas como casi todas las mujeres. Tal vez..solo eran unos "tal vez" que la gitana deseaba no escuchar.
Pero..¿por que de pronto le importaba lo que Daniil pensaba de ella?. ¿De pronto?. No, hacía semanas que pensaba en el, en encontrarle ....le necesitaba y en aquel momento mucho mas. Pero su orgullo era tan grande como el vampiro y no podía pisotearlo mas . Sus sentimientos, aquella luz que brotaba del alma con tan solo escuchar el nombre de Daniil...eran solo...no no lo eran. Y si, estaba sintiendo algo que nunca había sentido por nadie pero no lo iba a admitir nunca. Nunca. Le escucho hablar y luego detenerse, lo único que la gitana hizo fue llevar una de sus manos a su rostro, acariciándolo con cierta dulzura que nunca había creído poseer - Estoy bien aquí, Daniil... - mintió seriamente mientras observaba su rostro.
Recordaba la noche que le había besado y sintió un vuelco en su interior , un vuelco que hizo cerrar sus ojos de golpe para volver a abrirlos con rapidez. Se mordió el labio inferior , reprimiéndose en volver a hacer aquello , no porque no lo merecía si no porque no debía hacerlo - ¿Tu que Daniil? - pregunto ella en unos susurros deseando abrazarle, besarle...pero no. No iba a hacerlo. Un rechazo era lo único que le faltaba para tener una lista completa de suicidio.
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Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Tratar de poner en palabras cómo se sentía esa noche resultaba tarea imposible. Triste, enojado, inútil, perdido, sentía todo y nada a la vez. Quería tener el poder mágico de hacer que Lyuba dejara de llorar, de sentirse así de miserable, pero no tenía esa habilidad como no tenía muchas otras, cómo iba a conseguir tal cosa si el mismo al pasar de los años no lo había conseguido con su persona. De pronto fue como si el aire le hiciera falta, como si los muros de la carreta comenzaran a moverse y acercarse para aplastarlos a ambos ahí dentro, una sensación de claustrofobia lo atacó de momento, tuvo que dar un paso hacia atrás para no caer, chocando con el cajón que antes le sirvió de asiento. Claro que estaba segura, sino no hubiera hecho una confesión de ese tamaño, Daniil no dijo ni hizo nada, pero el médico que era lo obligaba a querer cuidarla durante los próximos nueve difíciles meses que se avecinaban; el médico, sí, pero también el hombre.
-¿Qué dices? –aquella pregunta se escapó de su boca sin siquiera darse cuenta en forma de susurro entre dientes, no podía creer lo que había escuchado de voz de la gitana, que no quería a ese ser que crecía en su interior, sabía que una vez que lo tuviera en brazos y con sus pequeñas manos se aferrara a sus dedos se arrepentiría de esas palabras, o eso quería creer, por ahora incluso la comprendía, era algo que no tenía planeado, que interfería incluso con sus planes de vida, acortó la distancia entre ambos y negó con la cabeza sin mirarla a los ojos, había muchas cosas que quería decirle, pero no sabía por dónde empezar, y tampoco sabía cuál era la correcta.
Si por él fuera, si él tuviera algún tipo de poder sobre ella y su destino, la tomaría y se la llevaría lejos de ahí y de todos, haría que tuviera ese bebé en un sitio seguro y velaría por ambos aunque él nunca constituyera una figura paterna digna, pero sabía que no era así de sencillo, que ella era una cazadora y él el motivo de su cacería, que ambos estaban destinados a luchar hasta el final de sus días, y que la gitana jamás aceptaría algo como lo que estaba pensando.
Su mirada bajó hasta su vientre donde se gestaba una nueva vida, deseaba con ganas poder tocarlo, sentir a ese que crecía dentro de ella y llevaba su misma sangre, su misma sangre preciosa que le salvó la vida una vez, y luego subió lentamente, observando con detenimiento cada rasgo de Lyuba, cada línea que dibujaba su cuerpo, incluso sitios y trazos en los que antes no se había detenido y que ahora notaba que estaban ahí, las curvaturas de sus huesos y la suavidad de su piel, hasta que llegó a su boca, ella se mordía el labio y temblaba, temblaba como animal herido.
-Yo… -continuó aunque no dijo nada, no sabía cómo terminar esa frase, hizo un movimiento rápido, de ese modo para no darle tiempo a reaccionar, y se acercó a ella, cerró los ojos e hizo que su boca chocara con la de la gitana, sin pedirle permiso porque sabía que si lo hacía la respuesta sería no. La frase que había comenzado no tenía final, ese beso impulsivo era la conclusión. Él quería ayudarla, protegerla, cuidarla pero no sabía cómo decirlo, así que decidió que las palabras no eran suficientes y que los actos debían hablar por él.
Tardó un segundo más en tomar el control, si después lo abofeteaba o lo corría, valía la pena, porque desde que había llegado al campamento gitano había estado deseando hacer eso. La tomó por las muñecas y avanzó de modo que la obligó a retroceder un par de pasos, por primera vez tomaba las riendas, y le gustaba la sensación.
Off: sí vi, no te preocupes ^^
-¿Qué dices? –aquella pregunta se escapó de su boca sin siquiera darse cuenta en forma de susurro entre dientes, no podía creer lo que había escuchado de voz de la gitana, que no quería a ese ser que crecía en su interior, sabía que una vez que lo tuviera en brazos y con sus pequeñas manos se aferrara a sus dedos se arrepentiría de esas palabras, o eso quería creer, por ahora incluso la comprendía, era algo que no tenía planeado, que interfería incluso con sus planes de vida, acortó la distancia entre ambos y negó con la cabeza sin mirarla a los ojos, había muchas cosas que quería decirle, pero no sabía por dónde empezar, y tampoco sabía cuál era la correcta.
Si por él fuera, si él tuviera algún tipo de poder sobre ella y su destino, la tomaría y se la llevaría lejos de ahí y de todos, haría que tuviera ese bebé en un sitio seguro y velaría por ambos aunque él nunca constituyera una figura paterna digna, pero sabía que no era así de sencillo, que ella era una cazadora y él el motivo de su cacería, que ambos estaban destinados a luchar hasta el final de sus días, y que la gitana jamás aceptaría algo como lo que estaba pensando.
Su mirada bajó hasta su vientre donde se gestaba una nueva vida, deseaba con ganas poder tocarlo, sentir a ese que crecía dentro de ella y llevaba su misma sangre, su misma sangre preciosa que le salvó la vida una vez, y luego subió lentamente, observando con detenimiento cada rasgo de Lyuba, cada línea que dibujaba su cuerpo, incluso sitios y trazos en los que antes no se había detenido y que ahora notaba que estaban ahí, las curvaturas de sus huesos y la suavidad de su piel, hasta que llegó a su boca, ella se mordía el labio y temblaba, temblaba como animal herido.
-Yo… -continuó aunque no dijo nada, no sabía cómo terminar esa frase, hizo un movimiento rápido, de ese modo para no darle tiempo a reaccionar, y se acercó a ella, cerró los ojos e hizo que su boca chocara con la de la gitana, sin pedirle permiso porque sabía que si lo hacía la respuesta sería no. La frase que había comenzado no tenía final, ese beso impulsivo era la conclusión. Él quería ayudarla, protegerla, cuidarla pero no sabía cómo decirlo, así que decidió que las palabras no eran suficientes y que los actos debían hablar por él.
Tardó un segundo más en tomar el control, si después lo abofeteaba o lo corría, valía la pena, porque desde que había llegado al campamento gitano había estado deseando hacer eso. La tomó por las muñecas y avanzó de modo que la obligó a retroceder un par de pasos, por primera vez tomaba las riendas, y le gustaba la sensación.
Off: sí vi, no te preocupes ^^
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
La pregunta de Daniil obligó a la gitana fruncir las cejas, abandonando su rostro en una suave caricia. Tragó saliva sintiendo que otra vez iba a explotar en un mar de lágrimas. Apretó los labios unos segundos , dispuesta a compartir aquella noche con el único hombre que merecía respeto y atención - No puedo Daniil, no debo tener este ... - cerró los ojos unos instantes , bajando su rostro - ser - finalizó la frase mirando de golpe al vampiro - ¿No te imaginas la vida miserable que podría llevar?. No quiero eso para mi hijo ..o hija - ante aquel pensamiento una sonrisa interna otorgó un brillo especial a sus azulados ojos. Sí, le hacía ilusión pero no deseaba tener un hijo de un desconocido . Deseaba una familia feliz, con un padre ,ella y muchos hijos. Pero aquella etapa de su vida no era la mas indicada - Aparte..no quiero divulgarle el secreto de ...vosotros . No quiero que corra peligro. Pasar nueve meses con esta criatura y luego verle morir a manos de... - interrumpió la frase porque no podía seguir.
Las explicaciones sobraban, no podía - Yo puedo cuidarme sola...pero ¿a esto? - enseñó con las manos su tripa, abrazándola con protección - No ,no podré. Fallaré ..¿sabes por que? - preguntó cada vez mucho mas débil - Porque estoy sola.. - apartó la mirada . Su cuerpo reaccionaba positivamente y al mismo tiempo negativamente cuando hundía su mar de ojos en la arena de los de Daniil. Tan diferentes ambos!. Ella era el cielo , la santidad encarnada mientras que el..mataba por sobrevivir, el mismo infierno. Cazadora y vampiro. ¿Por qué la vida era tan cruel con la gitana? - No sé lo que haré, juro que no tengo ni la mas remota idea. Si hubiese.. - suspiró tristemente - un rayo de sol, una esperanza, una señal para mi camino.... - musitó ella cada vez quedándose con poco aire - sabría que hacer pero..no sé o tal vez no deseo ver.. - ante aquellas tres palabras, el cuerpo de Lyuba volvió a estremecerse.
Lyuba buscaba con desesperación aquella criatura en su interior, asegurándose por una parte, de que seguía en aquel sitio sano y salvo. Con atención y en silencio, se podía sentir vagamente algo dentro y Lyuba casi resaltó de alegría pero se contuvo, demostrando la misma compostura seria y confundida. El movimiento rápido de Daniil captó la atención de la gitana, abandonando aquellas caricias ante la criatura . Se sorprendió ante aquel roce que tanto había deseado antes. Por eso mismo, al principio los ojos de Lyuba se abrieron como platos para luego responder con pasión, con firmeza, con deseo. Cerró sus ojos, por unos momentos creyéndose vivir un cuento de hadas que nunca había pensado que llegaría. El corazón de la gitana estaba latiendo con fuerza y el oxigeno volvió a darle vida a sus pulmones. Retrocedió unos pasos , obligada por el control que Daniil ejercía sobre ella.
Se separó de sus labios a falta de aire, aun con los ojos cerrados deseando escucharle, deseando besarle, acariciarle... - Tu...díme Daniil, díme por que deseabas verme.. -susurró con suavidad. Sí,sus palabras habían sonado a ruego. Necesitaba escuchar el motivo por el cual el se encontraba en su carreta, besándola . Antes de que el pudiese decir algo, Lyuba fue la que esta vez lo besó , atrapando su labio inferior con suavidad ,sin llegar en hacerle daño. Tras aquel segundo (que permitió a la gitana tomar aliento) besó al vampiro con mucha mas intensidad que antes , demostrándole que el era la única razón por la cual seguía en vida. No sabía como y por que había llegado a la conclusión , pero estaba segura de que...con el estaría dispuesta en atravesar los siete mares y mucho mas.
Las explicaciones sobraban, no podía - Yo puedo cuidarme sola...pero ¿a esto? - enseñó con las manos su tripa, abrazándola con protección - No ,no podré. Fallaré ..¿sabes por que? - preguntó cada vez mucho mas débil - Porque estoy sola.. - apartó la mirada . Su cuerpo reaccionaba positivamente y al mismo tiempo negativamente cuando hundía su mar de ojos en la arena de los de Daniil. Tan diferentes ambos!. Ella era el cielo , la santidad encarnada mientras que el..mataba por sobrevivir, el mismo infierno. Cazadora y vampiro. ¿Por qué la vida era tan cruel con la gitana? - No sé lo que haré, juro que no tengo ni la mas remota idea. Si hubiese.. - suspiró tristemente - un rayo de sol, una esperanza, una señal para mi camino.... - musitó ella cada vez quedándose con poco aire - sabría que hacer pero..no sé o tal vez no deseo ver.. - ante aquellas tres palabras, el cuerpo de Lyuba volvió a estremecerse.
Lyuba buscaba con desesperación aquella criatura en su interior, asegurándose por una parte, de que seguía en aquel sitio sano y salvo. Con atención y en silencio, se podía sentir vagamente algo dentro y Lyuba casi resaltó de alegría pero se contuvo, demostrando la misma compostura seria y confundida. El movimiento rápido de Daniil captó la atención de la gitana, abandonando aquellas caricias ante la criatura . Se sorprendió ante aquel roce que tanto había deseado antes. Por eso mismo, al principio los ojos de Lyuba se abrieron como platos para luego responder con pasión, con firmeza, con deseo. Cerró sus ojos, por unos momentos creyéndose vivir un cuento de hadas que nunca había pensado que llegaría. El corazón de la gitana estaba latiendo con fuerza y el oxigeno volvió a darle vida a sus pulmones. Retrocedió unos pasos , obligada por el control que Daniil ejercía sobre ella.
Se separó de sus labios a falta de aire, aun con los ojos cerrados deseando escucharle, deseando besarle, acariciarle... - Tu...díme Daniil, díme por que deseabas verme.. -susurró con suavidad. Sí,sus palabras habían sonado a ruego. Necesitaba escuchar el motivo por el cual el se encontraba en su carreta, besándola . Antes de que el pudiese decir algo, Lyuba fue la que esta vez lo besó , atrapando su labio inferior con suavidad ,sin llegar en hacerle daño. Tras aquel segundo (que permitió a la gitana tomar aliento) besó al vampiro con mucha mas intensidad que antes , demostrándole que el era la única razón por la cual seguía en vida. No sabía como y por que había llegado a la conclusión , pero estaba segura de que...con el estaría dispuesta en atravesar los siete mares y mucho mas.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Conforme Lyuba hablaba el corazón del vampiro poco a poco se hundía más en un sitio obscuro e intranquilo que conocía, para su desgracia, demasiado bien, no quería creer lo que escuchaba, no quería creer que Lyuba, la fuerte gitana que él conocía ahora sintiera tanto miedo y hasta considerara… bueno, que simplemente no quisiera al ser que crecía dentro de ella cuando era carne de su carne y sangre de su sangre. Cerró los ojos como negando la realidad que lo golpeaba de frente sin siquiera poder meter las manos. Un golpe seco y contundente que deja aturdido y sangrando.
Quería decirle que no estaba sola, que lo tenía a él pero no quería mentirle de ese modo sólo para detener por todos los miedos su desasosiego, no era el momento de construir falsas esperanzas, ni para ella, pero tampoco para él, porque empezaría a creerse la mentira de que había un futuro para ambos. Sería poco sano para ambos comenzar a vivir una farsa. Guardó todas sus palabras, al tragarlas cada una le supo amarga, una más que la anterior, pero así era, así sería. Así tenía que ser. Quizá tal vez sólo te tocaba velar por ella, y por ese hijo inminente que vendría a cimbrar su mundo, a la distancia, porque no debía, y no podía involucrarse más aunque le doliera en lo más profundo del alma que ya no tenía.
Era comprensible, sin embargo, todo lo que ella alegaba. El camino que había elegido no era el más seguro, y los vampiros, él mejor que nadie sabía, no se iban a tentar el corazón por el simple hecho de que ella estuviera embarazada. Era la primera vez que lo decía tal cual, aunque fuera en su mente: embarazada. Sonaba tan irreal que tuvo que tomar aire para comprobar que no estaba soñando.
Al pensar en la palabra, en la única palabra que definía a Lyuba en ese momento se dio cuenta, finalmente, que su aroma había cambiado, hasta entonces se daba cuenta de ello, recién llegó al campamento gitano estaba tan nervioso y agitado que no lo notó, y luego las noticias vinieron en alud que todo lo arrasa sin darle tiempo a detenerse y percatarse de ese tipo de cosas. Si su aroma había cambiado, por supuesto que su sabor también, el sabor de su sangre, se mordió la lengua al recordarlo, como castigándose por haberle hecho daño, aunque claro que ella se lo había hecho a él primero, pero no se justificaba.
Al separarse tras el beso quiso decir algo, responder a su pregunta, pero fue como si las palabras hubieran decidido abandonarlo, todas a la vez y dejarlo vulnerable, sin una barricada para protegerse, pero no importaba, ahora lo tomaban por sorpresa a él. Lyuba lo besaba con cierto tono demandante.
-Porque… -dijo muy cerca de su piel, no quería separarse porque alejarse de ella era como abandonar la ensoñación en la que ambos navegaban, posó sus manos en los hombros de la gitana y los descendió lento, acariciando sus brazos hasta llegar a sus manos y sostenerlas, no se lo diría, pero le haría saber, de un modo u otro que no estaba sola, que ahí estaba él, que siempre estaría él para ella-, -porque… ¡demonios! –exclamó entre dientes al no poderle poner palabras a sus razones, como si sólo fueran porque sí, sin motivos –-porque –era la tercera vez que trataba de explicarlo –-Lyuba, no te dejaré, aunque no me quieras a tu lado, te… -pausó y su voz tembló delatándose antes de tiempo –-te quiero –se acercó tanto a ella que lo dijo en un volumen de voz muy quedo, muy bajito, sólo para que ella lo escuchara, su aliento rozando su piel y sus manos sosteniendo las de ella tan firme y tan suave como si temiera que ella pudiera escaparse.
Quería decirle que no estaba sola, que lo tenía a él pero no quería mentirle de ese modo sólo para detener por todos los miedos su desasosiego, no era el momento de construir falsas esperanzas, ni para ella, pero tampoco para él, porque empezaría a creerse la mentira de que había un futuro para ambos. Sería poco sano para ambos comenzar a vivir una farsa. Guardó todas sus palabras, al tragarlas cada una le supo amarga, una más que la anterior, pero así era, así sería. Así tenía que ser. Quizá tal vez sólo te tocaba velar por ella, y por ese hijo inminente que vendría a cimbrar su mundo, a la distancia, porque no debía, y no podía involucrarse más aunque le doliera en lo más profundo del alma que ya no tenía.
Era comprensible, sin embargo, todo lo que ella alegaba. El camino que había elegido no era el más seguro, y los vampiros, él mejor que nadie sabía, no se iban a tentar el corazón por el simple hecho de que ella estuviera embarazada. Era la primera vez que lo decía tal cual, aunque fuera en su mente: embarazada. Sonaba tan irreal que tuvo que tomar aire para comprobar que no estaba soñando.
Al pensar en la palabra, en la única palabra que definía a Lyuba en ese momento se dio cuenta, finalmente, que su aroma había cambiado, hasta entonces se daba cuenta de ello, recién llegó al campamento gitano estaba tan nervioso y agitado que no lo notó, y luego las noticias vinieron en alud que todo lo arrasa sin darle tiempo a detenerse y percatarse de ese tipo de cosas. Si su aroma había cambiado, por supuesto que su sabor también, el sabor de su sangre, se mordió la lengua al recordarlo, como castigándose por haberle hecho daño, aunque claro que ella se lo había hecho a él primero, pero no se justificaba.
Al separarse tras el beso quiso decir algo, responder a su pregunta, pero fue como si las palabras hubieran decidido abandonarlo, todas a la vez y dejarlo vulnerable, sin una barricada para protegerse, pero no importaba, ahora lo tomaban por sorpresa a él. Lyuba lo besaba con cierto tono demandante.
-Porque… -dijo muy cerca de su piel, no quería separarse porque alejarse de ella era como abandonar la ensoñación en la que ambos navegaban, posó sus manos en los hombros de la gitana y los descendió lento, acariciando sus brazos hasta llegar a sus manos y sostenerlas, no se lo diría, pero le haría saber, de un modo u otro que no estaba sola, que ahí estaba él, que siempre estaría él para ella-, -porque… ¡demonios! –exclamó entre dientes al no poderle poner palabras a sus razones, como si sólo fueran porque sí, sin motivos –-porque –era la tercera vez que trataba de explicarlo –-Lyuba, no te dejaré, aunque no me quieras a tu lado, te… -pausó y su voz tembló delatándose antes de tiempo –-te quiero –se acercó tanto a ella que lo dijo en un volumen de voz muy quedo, muy bajito, sólo para que ella lo escuchara, su aliento rozando su piel y sus manos sosteniendo las de ella tan firme y tan suave como si temiera que ella pudiera escaparse.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Los labios de Lyuba se entreabrieron, por falta de aire por sequedad. Demonios! Por todo ,por esas palabras que hicieron acelerar su corazón. Por unos momentos estuvo a punto de gritar de felicidad ,pero eso solo hacía la gitana que había muerto tras esa desgracia. Tan solo apretó los ojos, girando su cuello hacía otra parte para evitar los ojos color chocolate del vampiro. Sus caricias perturbaban su mente, la cerraban y permitía corresponder al apretón de sus manos. Ella era consciente de que la relación que ambos pensaban era imposible. Eran como el aceite y el agua, no se podía mezclar. No eran compatibles. Lyuba permitió dejar escapar un suspiro de sus labios . Ella no debía amar, no a el, no era el aquel príncipe que había soñado. Debía ser un gitano ,como ella o un humano. Su enemigo , su víctima su...¿amor?. No ,no y no!. Evitó a toda costa mirarle a los ojos, no podía debido a su estado y a lo que iba a contestarle porque el la conocía y podía darse cuenta cuando de una mentira se trataba.
Se apartó del vampiro , sintiendo como si una mano invisible apretaba su corazón y clavaba las uñas en el . Le dio la espalda mientras hablaba con claridad - Nosotros no.. - sus ojos claros se movían con rapidez alrededor de ella , intentando buscar sus palabras en las paredes y los objetos que ella guardaban en la carreta - no debemos..es imposible Daniil y tú lo sabes - cada vez que hablaba su voz estaba sonando con claridad pero sin evitar aquella suavidad propia de la gitana . Se dio la vuelta para observarle unos segundos - Tal vez estás confundido , tal vez obsesionado. Pero.. - se mordió el labio inferior con fuerza a- Mírame Daniil - exigió ella seriamente - ¿Que es lo que ves? . Una gitana , una simple gitana. Con un corazón que no puede amar.. - mentira . " ¿Cómo puedes ser tan hipócrita con sus sentimientos?. Te quiere, mira nada mas como te esta observando y tu no haces mas que pisar el orgullo que el mismo parece haber abandonado. Maldita !" su conciencia, si , era ella la que interrumpía las palabras de la morena . Para acallar aquella voz, la gitana llevó una mano a la cabeza y volviendo al tema de antes.
- Y menos cuando estoy ..embarazada. Tal vez..si me voy de Francia un tiempo...y.. - ¿qué?. Ni ella podía creer lo que estaba diciendo. París había sido su nuevo hogar durante un año , no podía abandonarlo así como así . No supo como continuar , ella deseaba a Daniil , le quería incluso mucho mas. Aunque el nunca iba a saber aquello porque ellos dos, para ser realistas, no vivían un cuento de hadas si no de gnomos, duendes malos , brujas y demonios. Volvió a desviar su mirada hacía la muerta con el simple pensamiento que cualquier mujer podía tenerlo en aquel caso " No llores, no llores, no llores!" - No a sido una buena idea buscarme.. - susurró dando unos pasos hacía la cama y sentándose al borde de ella sin volver a decir nada nisiquiera mirar al vampiro. Su vida, cada vez se complicaba mas y mas y ella...pobre ingenua no sabia como actuar. Era como una aprendiz de magia, cuanto menos sabía menos podía sobrevivir con los poderes que había heredado. Igual era ella..¿quién le había enseñado a tomar decisiones sabias si no tenía padres, si el pasado seguía en el presente ?.
" Lyuba sintió un golpe fuerte en la cabeza al hacer contacto con el suelo . Isari estaba furioso . Era la tercera vez que Lyuba intentaba escaparse - ¿A DONDE DEMONIOS TE HAS CREIDO QUE VAS ,INGENUA? - su voz era como el trueno en mitad de una tormenta. Lyuba tenía el rostro escondido tras la melena negra . Hacia esfuerzos por levantarse pero no lo conseguía debido a la perdida de sangre que Isari tomaba para así el sobrevivir - Lejos de ti ,Isari, lejos de ti.. - la voz de Lyuba era tan dulce como una caricia de madre pero era débil como una persona que estaba a punto de morirse . Isari se rió levantando a Lyuba del suelo para volver a golpearla con la pared utilizando la misma fuerza que antes - No , no. Haces mal. Pórtate bien y yo te enseñaré como vivir en este mundo de infierno... - Lyuba soltó un quejido de dolor con la misma intención de contradecir a Isari mientras su cuerpo se desplomaba - No,tu eres el que a traído el infierno sobre la tierra . Tú y los tuyos - la gitana escupió en el suelo, al lado del vampiro sosteniendo una mirada de furia hasta que un dolor insoportable cerró sus ojos por enésima vez".
Lyuba buscó protección con la mirad, volviendo la realidad en cuestión de segundos. Tomó en sus brazos el mismo cojín que antes había apretado a su pecho . El pasado parecía devorarla de viva y la única manera de poder borrarlos era cerrar los ojos por última vez, para siempre. Otra manera no había o tal vez había y la gitana no se había percatado de ello. Pero nadie sabía como ella se moría con cada una de las imagenes, nadie se daba cuenta de la tristeza de su alma y nadie podía salvarla de aquel vacío que sentía dentro de ella..
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Se apartó del vampiro , sintiendo como si una mano invisible apretaba su corazón y clavaba las uñas en el . Le dio la espalda mientras hablaba con claridad - Nosotros no.. - sus ojos claros se movían con rapidez alrededor de ella , intentando buscar sus palabras en las paredes y los objetos que ella guardaban en la carreta - no debemos..es imposible Daniil y tú lo sabes - cada vez que hablaba su voz estaba sonando con claridad pero sin evitar aquella suavidad propia de la gitana . Se dio la vuelta para observarle unos segundos - Tal vez estás confundido , tal vez obsesionado. Pero.. - se mordió el labio inferior con fuerza a- Mírame Daniil - exigió ella seriamente - ¿Que es lo que ves? . Una gitana , una simple gitana. Con un corazón que no puede amar.. - mentira . " ¿Cómo puedes ser tan hipócrita con sus sentimientos?. Te quiere, mira nada mas como te esta observando y tu no haces mas que pisar el orgullo que el mismo parece haber abandonado. Maldita !" su conciencia, si , era ella la que interrumpía las palabras de la morena . Para acallar aquella voz, la gitana llevó una mano a la cabeza y volviendo al tema de antes.
- Y menos cuando estoy ..embarazada. Tal vez..si me voy de Francia un tiempo...y.. - ¿qué?. Ni ella podía creer lo que estaba diciendo. París había sido su nuevo hogar durante un año , no podía abandonarlo así como así . No supo como continuar , ella deseaba a Daniil , le quería incluso mucho mas. Aunque el nunca iba a saber aquello porque ellos dos, para ser realistas, no vivían un cuento de hadas si no de gnomos, duendes malos , brujas y demonios. Volvió a desviar su mirada hacía la muerta con el simple pensamiento que cualquier mujer podía tenerlo en aquel caso " No llores, no llores, no llores!" - No a sido una buena idea buscarme.. - susurró dando unos pasos hacía la cama y sentándose al borde de ella sin volver a decir nada nisiquiera mirar al vampiro. Su vida, cada vez se complicaba mas y mas y ella...pobre ingenua no sabia como actuar. Era como una aprendiz de magia, cuanto menos sabía menos podía sobrevivir con los poderes que había heredado. Igual era ella..¿quién le había enseñado a tomar decisiones sabias si no tenía padres, si el pasado seguía en el presente ?.
" Lyuba sintió un golpe fuerte en la cabeza al hacer contacto con el suelo . Isari estaba furioso . Era la tercera vez que Lyuba intentaba escaparse - ¿A DONDE DEMONIOS TE HAS CREIDO QUE VAS ,INGENUA? - su voz era como el trueno en mitad de una tormenta. Lyuba tenía el rostro escondido tras la melena negra . Hacia esfuerzos por levantarse pero no lo conseguía debido a la perdida de sangre que Isari tomaba para así el sobrevivir - Lejos de ti ,Isari, lejos de ti.. - la voz de Lyuba era tan dulce como una caricia de madre pero era débil como una persona que estaba a punto de morirse . Isari se rió levantando a Lyuba del suelo para volver a golpearla con la pared utilizando la misma fuerza que antes - No , no. Haces mal. Pórtate bien y yo te enseñaré como vivir en este mundo de infierno... - Lyuba soltó un quejido de dolor con la misma intención de contradecir a Isari mientras su cuerpo se desplomaba - No,tu eres el que a traído el infierno sobre la tierra . Tú y los tuyos - la gitana escupió en el suelo, al lado del vampiro sosteniendo una mirada de furia hasta que un dolor insoportable cerró sus ojos por enésima vez".
Lyuba buscó protección con la mirad, volviendo la realidad en cuestión de segundos. Tomó en sus brazos el mismo cojín que antes había apretado a su pecho . El pasado parecía devorarla de viva y la única manera de poder borrarlos era cerrar los ojos por última vez, para siempre. Otra manera no había o tal vez había y la gitana no se había percatado de ello. Pero nadie sabía como ella se moría con cada una de las imagenes, nadie se daba cuenta de la tristeza de su alma y nadie podía salvarla de aquel vacío que sentía dentro de ella..
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
¿Por qué precisamente esa noche el sentido común lo traicionaba?, justo cuando más lo necesitaba éste había decidido abandonarlo a su suerte, vulnerarlo, aunque al menos agradecía que fuera frente a esa gitana de ojos embravecidos esa noche teñidos por el tinte de la tristeza, porque sentía que entre ambos había una conexión, un lazo endeble que los unía y separaba, algo que provocaba, al menos, que no se sintieran tan avergonzado de declarar con los ojos que estaba completamente desarmado.
-Obsesionado, sí –admitió en voz baja y susurrante, eso podía definir muy bien lo que sentía por ella, la imagen de su rostro viniendo a él en ensoñaciones, su aroma impregnado en su memoria como la nicotina se impregna en la ropa, su sabor dulce, se preguntó cómo sabría ahora que ya no era virgen y que cargaba dentro de ella una nueva vida; sacudió la cabeza, ahora menos que nunca podía hacerle daño, la sola idea lo ponía furioso, de hacerle daño o que alguien más lo hiciera. La sintió soltarse de su agarre poco a poco y dejó las manos en el mismo sitio y en la misma posición como si no aceptara la repentina y relativa lejanía.
“¿Qué es lo que ves?” ella había preguntado y la miró a los ojos, se ahogó en ellos y quiso responder pero lo que veía, la respuesta a la demandante cuestión de la gitana, no se podía dar en palabras, no existían esas palabras que describieran acertadamente lo que veía. Guardó silencio, porque el silencio era lo mejor.
-Tal vez… -la observó alejarse y aunque no podía ir muy lejos, a cada paso que deba lejos de él, el vampiro sentía que su corazón se caía más y más en un profundo pozo, tan obscuro que no se puede ver nada, y tan frío que todo lo congela-, tal vez tengas razón –concluyó su frase-, pero ya estoy aquí –añadió y la siguió aunque no se sentó de inmediato a su lado, la contempló por algunos minutos, con aquella expresión de inquietud que tanto lo estaba enervando, como si quisiera arrancar de raíz todo lo que pudiera acongojarla, ¿pero cómo luchas contra algo tan poderoso como los recuerdos con las simples manos desnudas?, era una batalla que estaba destinado a perder, y sin embargo, un lid al que estaba dispuesto a enfrentarse, por ella y por nadie más.
Suspiró pesadamente y se atrevió a sentarse a su lado, ella no lo miraba y con aquel movimiento era como si demandara su atención, como un niño pequeño que jala la falda de su madre para que lo vea. Estaba necesitado de ella, esa era la verdad; se atrevió a posar una de sus frías manos sobre su hombros y acercarse a su oído por la espalda.
-Déjame ayudarte –aunque era una frase imperativa, el tono fue de súplica patética, no sólo quería ayudarla con la nueva odisea que estaba a punto de emprender, o ya había emprendido mejor dicho al quedar embarazada, sino con todo, a contender contra esos demonios y esos recuerdos que obviamente la atormentaban. Besó suave y tierno ese sitio donde el cuello se une al hombro y recargó su frente en el omóplato de la gitana –aceptar que necesitas ayuda no te hará más débil, sólo más inteligente –habló en aquella posición, sin moverse un ápice porque tenía la necesidad de sentirla cerca-. Haz luchado por mucho tiempo con eso que te quita el sueño, déjame luchar a tu lado –al decir aquello se dio cuenta de lo que estaba diciendo en el fondo y quiso retractarse, pero no esa noche, esa noche sacaría el pecho orgulloso y le haría olvidar sus tormentos personales a la gitana que no hacía muchos días había intentado matarlo. Si se lo contara a alguien no se lo creería.
Y si esa era su última noche juntos, quería confeccionar para ambos una despedida, fingir que su historia fue mejor de lo que en verdad era, darle un final feliz aunque el epílogo fuese amargo, calmar las aguas turbias que era su alma, el alma de la gitana, y la suya también, para qué se mentía, o ese sitio donde alguna vez estuvo, donde los añicos de lo que fue remanan para que no pueda, por más que lo ha intentado, olvidar lo que alguna vez fue y lo que Lyuba, con su mirada esa noche opaca por la congoja y su rostro esculpido por ángeles, le hacía recordar con más y más fuerza cada vez que la veía. Quizá nunca debió probar su sangre, nunca debió de cruzarse en su camino, nunca debió ir esa noche. Pero lo hecho, hecho estaba. Debía fabricar un “adiós”, al menos pretender que tendrían uno.
-Obsesionado, sí –admitió en voz baja y susurrante, eso podía definir muy bien lo que sentía por ella, la imagen de su rostro viniendo a él en ensoñaciones, su aroma impregnado en su memoria como la nicotina se impregna en la ropa, su sabor dulce, se preguntó cómo sabría ahora que ya no era virgen y que cargaba dentro de ella una nueva vida; sacudió la cabeza, ahora menos que nunca podía hacerle daño, la sola idea lo ponía furioso, de hacerle daño o que alguien más lo hiciera. La sintió soltarse de su agarre poco a poco y dejó las manos en el mismo sitio y en la misma posición como si no aceptara la repentina y relativa lejanía.
“¿Qué es lo que ves?” ella había preguntado y la miró a los ojos, se ahogó en ellos y quiso responder pero lo que veía, la respuesta a la demandante cuestión de la gitana, no se podía dar en palabras, no existían esas palabras que describieran acertadamente lo que veía. Guardó silencio, porque el silencio era lo mejor.
-Tal vez… -la observó alejarse y aunque no podía ir muy lejos, a cada paso que deba lejos de él, el vampiro sentía que su corazón se caía más y más en un profundo pozo, tan obscuro que no se puede ver nada, y tan frío que todo lo congela-, tal vez tengas razón –concluyó su frase-, pero ya estoy aquí –añadió y la siguió aunque no se sentó de inmediato a su lado, la contempló por algunos minutos, con aquella expresión de inquietud que tanto lo estaba enervando, como si quisiera arrancar de raíz todo lo que pudiera acongojarla, ¿pero cómo luchas contra algo tan poderoso como los recuerdos con las simples manos desnudas?, era una batalla que estaba destinado a perder, y sin embargo, un lid al que estaba dispuesto a enfrentarse, por ella y por nadie más.
Suspiró pesadamente y se atrevió a sentarse a su lado, ella no lo miraba y con aquel movimiento era como si demandara su atención, como un niño pequeño que jala la falda de su madre para que lo vea. Estaba necesitado de ella, esa era la verdad; se atrevió a posar una de sus frías manos sobre su hombros y acercarse a su oído por la espalda.
-Déjame ayudarte –aunque era una frase imperativa, el tono fue de súplica patética, no sólo quería ayudarla con la nueva odisea que estaba a punto de emprender, o ya había emprendido mejor dicho al quedar embarazada, sino con todo, a contender contra esos demonios y esos recuerdos que obviamente la atormentaban. Besó suave y tierno ese sitio donde el cuello se une al hombro y recargó su frente en el omóplato de la gitana –aceptar que necesitas ayuda no te hará más débil, sólo más inteligente –habló en aquella posición, sin moverse un ápice porque tenía la necesidad de sentirla cerca-. Haz luchado por mucho tiempo con eso que te quita el sueño, déjame luchar a tu lado –al decir aquello se dio cuenta de lo que estaba diciendo en el fondo y quiso retractarse, pero no esa noche, esa noche sacaría el pecho orgulloso y le haría olvidar sus tormentos personales a la gitana que no hacía muchos días había intentado matarlo. Si se lo contara a alguien no se lo creería.
Y si esa era su última noche juntos, quería confeccionar para ambos una despedida, fingir que su historia fue mejor de lo que en verdad era, darle un final feliz aunque el epílogo fuese amargo, calmar las aguas turbias que era su alma, el alma de la gitana, y la suya también, para qué se mentía, o ese sitio donde alguna vez estuvo, donde los añicos de lo que fue remanan para que no pueda, por más que lo ha intentado, olvidar lo que alguna vez fue y lo que Lyuba, con su mirada esa noche opaca por la congoja y su rostro esculpido por ángeles, le hacía recordar con más y más fuerza cada vez que la veía. Quizá nunca debió probar su sangre, nunca debió de cruzarse en su camino, nunca debió ir esa noche. Pero lo hecho, hecho estaba. Debía fabricar un “adiós”, al menos pretender que tendrían uno.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Aquellos ojos azules penetrados por las luces de las velas , brindaban la tristeza del momento que vivía. Y cada vez que aquel color azul se mezclaba con el color marrón de Daniil , la tristeza se intensificaba. Aparte de tristeza sentía mucho dolor y vergüenza. La gitana se repetía miles de veces olvidar al desconocido que una noche había robado su pureza . Pero no lo conseguía.." Maldición ! ¿Cómo olvidar sus caricias de miel y sus besos de pasión? " Aquella, era la voz de su desgracia y aunque no admitía ..en su interior le había gustado el trato que el joven le había administrado con cada dote de caricia. Acariciarla como a un instrumento, con suavidad y miedo de dañar. En el siguiente instante, la piel de Lyuba se erizó y su espalda dio nacimiento a un escalofrío infernal pero placentero. Esa maldita sensación al recordar noches de pasión hasta tal punto de sentirlas de nuevo hervir la sangre en el interior. Estaba confundida. Y Daniil la confundía mas pero era una confusión que le gustaba, por así decirlo.
Sus sentimientos, su obsesión elevaban a la gitana hacía una parte de satisfacción que no iba a transmitir otra cosa que negación. Pero en su interior , le repetía las mismas palabras . ¿Ignorar las noches de insomnio por su culpa?. ¿Revivir aquellos momentos donde sus labios hicieron contacto por primera vez?. Era imposible y ahora que lo tenía a su lado no hacía nada mas que perturbar recuerdos que ella deseaba olvidar . Clavó sus uñas en el cojín, escondiendo su rostro detrás de aquella melena negra . Lo escondía , cobarde gitana, cómo lo hacía en el pasado solo para evitar los ojos hambrientos y lujuriosos de Isari. Daniil se sentó a su lado y su fría mano obligó a la gitana prestar atención a sus palabras.
Su tono de voz , suplicaba que la gitana aceptase aquella ayuda que necesitaba. Ella tan solo giró el rostro hacía la parte contraria de su rostro , sin articular palabra. Apretaba sus labios para prohibir que la verdad se resbalase de ellas . Su aliento sobre aquella zona era dulce, suave...fresco pero a sangre. Sangre derramada unas cuantas horas antes de que el viniera a buscarla. Pero en aquel momento ya no le importaba la vida de los demás si no la suya propia. Cerró sus ojos al sentir unas mariposas en su estómago en aquel momento imperial, glorioso. Los labios de Daniil besaron una parte sensible para Lyuba y admitió que en aquel momento deseaba besar aquellos labios aterciopelados y morder el inferior con suavidad, cómo un agradecimiento de su preocupación...agradecimiento por...existir.
Lyuba apartó el cojín de sus brazos , dejándolo tirado a sus pies,tal cual un esclavo honrando a su ama, para voltearse con suavidad y poder (al fin) obervarle a los ojos por un largo rato, antes de poder aceptar sus peticiones . Acercó su rostro al del vampiro, con lentitud sin perder aquellas mezclas de colores distintos - ¿Cómo podrás ayudarme si eres igual que...el? - preguntó en susurros apenas jugando con su nariz - Piel fría... - susurró apenas moviendo los labios y acariciando su pecho a través de la camisa. Se sentía el frío de su piel, aquella maldita temperatura que ella no soportaba.
- blanca cómo la nieve.. - volvió a susurrar subiendo sus manos por el abdomen, caricias que podían ser interpretadas solo con deseo y pasión. Rozó con sus labios los de él , sin llegar a besarlos y hablando sobre ellos con los mismos susurros aterciopelados - contrastando con tus labios rojos ... - depositó un cortó besó sobre ellos . Alejó un poco su rostro para observarle completamente - poseedor de unos colmillos afilados . Bello , hermoso..pero muerto y cruel - su tono de voz serio indicaban la gravedad la situación. Por unos segundos Lyuba siguió onservándole , tal vez fueron segundos infinitos pero habían merecido la pena esperar a que la gitana se decidiera sobre su destino . Esta vez, Lyuba lo besó con tanta intensidad , locura y pasión que nunca había demostrado por un hombre. Sus manos enredadas en su cabello y su lengua siguiendo una batalla ganada por los dos solo significaba una sola cosa: ella aceptaba cualquier ayuda de Daniil.
Sus sentimientos, su obsesión elevaban a la gitana hacía una parte de satisfacción que no iba a transmitir otra cosa que negación. Pero en su interior , le repetía las mismas palabras . ¿Ignorar las noches de insomnio por su culpa?. ¿Revivir aquellos momentos donde sus labios hicieron contacto por primera vez?. Era imposible y ahora que lo tenía a su lado no hacía nada mas que perturbar recuerdos que ella deseaba olvidar . Clavó sus uñas en el cojín, escondiendo su rostro detrás de aquella melena negra . Lo escondía , cobarde gitana, cómo lo hacía en el pasado solo para evitar los ojos hambrientos y lujuriosos de Isari. Daniil se sentó a su lado y su fría mano obligó a la gitana prestar atención a sus palabras.
Su tono de voz , suplicaba que la gitana aceptase aquella ayuda que necesitaba. Ella tan solo giró el rostro hacía la parte contraria de su rostro , sin articular palabra. Apretaba sus labios para prohibir que la verdad se resbalase de ellas . Su aliento sobre aquella zona era dulce, suave...fresco pero a sangre. Sangre derramada unas cuantas horas antes de que el viniera a buscarla. Pero en aquel momento ya no le importaba la vida de los demás si no la suya propia. Cerró sus ojos al sentir unas mariposas en su estómago en aquel momento imperial, glorioso. Los labios de Daniil besaron una parte sensible para Lyuba y admitió que en aquel momento deseaba besar aquellos labios aterciopelados y morder el inferior con suavidad, cómo un agradecimiento de su preocupación...agradecimiento por...existir.
Lyuba apartó el cojín de sus brazos , dejándolo tirado a sus pies,tal cual un esclavo honrando a su ama, para voltearse con suavidad y poder (al fin) obervarle a los ojos por un largo rato, antes de poder aceptar sus peticiones . Acercó su rostro al del vampiro, con lentitud sin perder aquellas mezclas de colores distintos - ¿Cómo podrás ayudarme si eres igual que...el? - preguntó en susurros apenas jugando con su nariz - Piel fría... - susurró apenas moviendo los labios y acariciando su pecho a través de la camisa. Se sentía el frío de su piel, aquella maldita temperatura que ella no soportaba.
- blanca cómo la nieve.. - volvió a susurrar subiendo sus manos por el abdomen, caricias que podían ser interpretadas solo con deseo y pasión. Rozó con sus labios los de él , sin llegar a besarlos y hablando sobre ellos con los mismos susurros aterciopelados - contrastando con tus labios rojos ... - depositó un cortó besó sobre ellos . Alejó un poco su rostro para observarle completamente - poseedor de unos colmillos afilados . Bello , hermoso..pero muerto y cruel - su tono de voz serio indicaban la gravedad la situación. Por unos segundos Lyuba siguió onservándole , tal vez fueron segundos infinitos pero habían merecido la pena esperar a que la gitana se decidiera sobre su destino . Esta vez, Lyuba lo besó con tanta intensidad , locura y pasión que nunca había demostrado por un hombre. Sus manos enredadas en su cabello y su lengua siguiendo una batalla ganada por los dos solo significaba una sola cosa: ella aceptaba cualquier ayuda de Daniil.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Podía entender que le fuera difícil cortar de tajo los recuerdos acre, que era como cortarle cabezas a la hidra, una vez que lo haces dos nuevas nacen y resulta peor, lo podía entender porque si existía un ser aferrado al pasado, anclado a los momentos que dejaron las cicatrices más feas, ese era él. Pero tal vez era ese inciso en su vida, esa necedad de sólo ver los momentos malos y olvidarse por completo que también, aunque no lo quisiera aceptar, había tenido días y noches simplemente esplendorosas en donde la felicidad fue tal que parecía que le rasgaba el pecho por dentro, era impresionante su capacidad de olvidar un sentimiento tan grande en pos de su autoinfringida tragedia, era eso lo que lo convertía en un tipo tan piadoso, ya que tenía una inhabilidad marcada por recordar lo que es la felicidad, así la hubiera sentido cinco segundo atrás.
Suspiró al escucharla hablar, no se apartaba porque esa noche no podía imaginarse en otro sitio, acompañado de otra persona, la quería cerca porque quién sabe, quizá mañana no podría volverla a tener de ese modo. Aunque él se empeñara en decir lo contrario, que no era como el resto de los vampiros, él mismo, mejor que nadie, sabría la magnitud de su mentira, porque aunque luchara una noche sí y la otra también de marcar una diferencia, de salirse del parámetro de los suyos, no podía ir muy lejos, igual tenía que matar para sobrevivir, igual bebía sangre de inocentes para poder continuar errando por el mundo. Se mordió la lengua para no hablar, porque una palabra suya iba a terminar por condenarlo.
La cercanía, sin embargo, nubló su pensamiento y todo aquello que alegó en su interior antes, perdió sentido el instante mismo que ella rozó sus labios con los suyos, la había besado tan sólo un par de minutos atrás y ya extrañaba esa sensación. Las manos de la gitana parecían poder sanar todas sus heridas, las físicas, las múltiples hechas por cazadores, pero sobre todo aquellas que no eran tangibles y eran las que se sentían más. Cerró los ojos suspirando, captando todos los movimiento de Lyuba con sus demás sentido, oliendo el perfume que había cambiado pero que en esencia era igual, sintiendo su tacto cálido contra su piel de frío invierno permanente, escuchando su respiración dispar causa del llanto, saboreando el beso y los otros, pocos tal vez, que ya habían compartido en el pasado.
Luego, como un rayo que cruza el cielo abrió los ojos para observarla a escasos centímetros de él y fue como si supiera lo que a continuación venía, ella lo besó, y él no tardó en responder, en abrazarla con aprehensión pero delicadeza, no quería hacerle daño bajo ninguna circunstancia, había desesperación en sus movimientos y luchaba con todas sus fuerzas para no perder el control. Empujó un poco el cuerpo de modo que ella pegara la espalda al colchón y llevó una de sus manos a su mejilla para a penas tocarla con la yema de los dedos, se separó sólo cuando el aliento fue una exigencia y la miró con una media sonrisa en su rostro.
-Yo te ayudaré a salir de esta –le dijo como una promesa, sin dejarla de ver a los ojos para que comprobara que le decía la verdad pura y desnuda-, todo va a salir bien –esta vez mintió, porque en realidad no sabía si todo saldría bien, o qué les deparaba el destino, sin embargo sintió que era lo más correcto para decir en ese momento, fabricar la ilusión de falsa seguridad para ambos. Se iba a tomar el atrevimiento, esa noche nada más.
Suspiró al escucharla hablar, no se apartaba porque esa noche no podía imaginarse en otro sitio, acompañado de otra persona, la quería cerca porque quién sabe, quizá mañana no podría volverla a tener de ese modo. Aunque él se empeñara en decir lo contrario, que no era como el resto de los vampiros, él mismo, mejor que nadie, sabría la magnitud de su mentira, porque aunque luchara una noche sí y la otra también de marcar una diferencia, de salirse del parámetro de los suyos, no podía ir muy lejos, igual tenía que matar para sobrevivir, igual bebía sangre de inocentes para poder continuar errando por el mundo. Se mordió la lengua para no hablar, porque una palabra suya iba a terminar por condenarlo.
La cercanía, sin embargo, nubló su pensamiento y todo aquello que alegó en su interior antes, perdió sentido el instante mismo que ella rozó sus labios con los suyos, la había besado tan sólo un par de minutos atrás y ya extrañaba esa sensación. Las manos de la gitana parecían poder sanar todas sus heridas, las físicas, las múltiples hechas por cazadores, pero sobre todo aquellas que no eran tangibles y eran las que se sentían más. Cerró los ojos suspirando, captando todos los movimiento de Lyuba con sus demás sentido, oliendo el perfume que había cambiado pero que en esencia era igual, sintiendo su tacto cálido contra su piel de frío invierno permanente, escuchando su respiración dispar causa del llanto, saboreando el beso y los otros, pocos tal vez, que ya habían compartido en el pasado.
Luego, como un rayo que cruza el cielo abrió los ojos para observarla a escasos centímetros de él y fue como si supiera lo que a continuación venía, ella lo besó, y él no tardó en responder, en abrazarla con aprehensión pero delicadeza, no quería hacerle daño bajo ninguna circunstancia, había desesperación en sus movimientos y luchaba con todas sus fuerzas para no perder el control. Empujó un poco el cuerpo de modo que ella pegara la espalda al colchón y llevó una de sus manos a su mejilla para a penas tocarla con la yema de los dedos, se separó sólo cuando el aliento fue una exigencia y la miró con una media sonrisa en su rostro.
-Yo te ayudaré a salir de esta –le dijo como una promesa, sin dejarla de ver a los ojos para que comprobara que le decía la verdad pura y desnuda-, todo va a salir bien –esta vez mintió, porque en realidad no sabía si todo saldría bien, o qué les deparaba el destino, sin embargo sintió que era lo más correcto para decir en ese momento, fabricar la ilusión de falsa seguridad para ambos. Se iba a tomar el atrevimiento, esa noche nada más.
Última edición por Daniil Stravinsky el Dom Ago 21, 2011 10:58 pm, editado 1 vez
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
A pesar de toda la fuerza acostumbrada de la gitana,el destino había sallado su suerte. Si, ese espantoso destino arrastraría a Lyuba al pozo del abismo. Pero ella era una Yumara y los Yumara se levantaban, eran guerreros, sus antecedentes habían sido guerreros fuertes y bondadosos. Ella, por el bien de la humanidad estaba dispuesta a destrozar cualquier ser sobrenatural. Eso era lo que ella pensaba hace unos minutos. Pero Daniil, pareció abrirle la mente y los ojos. Tantos años había estado ciega por una venganza. Lo único que podía hacer era seguir el rumbo de su vida y velar por lo que venía a continuación. Por supuesto, ejercer el papel de miembro de los Dragones. Había echo una promesa, y la promesa era promesa.
Aquella separación de ambos fue sentir un golpe en la zona mas sensible , sentir como si un pedacito de aquel corazón roto se caía al suelo. Cada vez dejando el corazón vacío. Pues ella intentaba reunir las piezas de su corazón poquito a poco y pegarlas al sitio donde debían estar. Pero no todas la piezas encajaban y algunas debían de ser pulidas o simplemente tiradas, porque de aquella manera el corazón dejaría de latir y la gitana vengadora moriría .
En un final, la morena desvió la vista de sus ojos acomodando con cierta delicadeza su cuerpo en aquel cojín tan cómodo - ¿Cómo? - apenas se podía percibir alguna sílaba escapándose de sus labios . Ella ,en una caricia dulce llevó ambas manos al rostro frío del vampiro. Era tan hermoso que parecía una estatua de mármol perfecta. Sus oscuros ojos no dejaban ver mas allá de ellos, no se podía leer tristeza o felicidad . Aquella máscara impedía ver algo que había dejado atrás:su humanidad.
La inmortalidad tenía sus ventajas y la belleza era una de ellas. Lyuba se reprimió pensar en aquel asunto , Daniil podría escucharla con facilidad y ella no deseaba compartir algo tan íntimo como los pensamientos - Envenena el presente y entorpece el futuro, Daniil - susurró ella con una voz cuya pureza dejaba transparentar las mas lejanas intenciones del espíritu. Lyuba por un momento creyó que ese instante tan solo era la putrefacta apariencia de una ilusión . Y que toda pasión, aceptada por ambos se convierte enseguida en un sentimiento mas amargo que la muerte. Con la yema de sus dedos , acariciaban aquellos labios que tantas veces los había tatuado con su olor.
Una perlada sonrisa entreabrió los labios de la gitana mientras sus manos bajaban por sus hombros y los acariciaban. El deseo que emanaba en su interior , la curiosidad de conocer cada poro de su piel - Abrázame - exigió ella hundiendo sus ojos en los de el en busca de libertad. Sentía sus manos y todo su cuerpo encadenados a unas cadenas invisibles .Cuando conseguía romperlas, siempre aparecían barreras que impedía salirse de aquella especie de cárcel. Volvía a ser encadenada. Pero..aquella luz blanca que lograba ver cada noche, era nada mas ni nada menos que la esperanza.
Esperanza de que alguien la salvase y aquel alguien era el vampiro que Lyuba había atacado mas de una vez. Confiaba en el , le entregaba su vida . El era consciente si le iba a pasar algo, el iba a romper todos los platos rotos. El único responsable de cuidarla y hacerla sonreír de nuevo. Porque ella relucía mas hermosa que nunca cuando sonreía, cuando por las noches besaba aquellos puntos infinitos llamados estrellas.
Aquella separación de ambos fue sentir un golpe en la zona mas sensible , sentir como si un pedacito de aquel corazón roto se caía al suelo. Cada vez dejando el corazón vacío. Pues ella intentaba reunir las piezas de su corazón poquito a poco y pegarlas al sitio donde debían estar. Pero no todas la piezas encajaban y algunas debían de ser pulidas o simplemente tiradas, porque de aquella manera el corazón dejaría de latir y la gitana vengadora moriría .
En un final, la morena desvió la vista de sus ojos acomodando con cierta delicadeza su cuerpo en aquel cojín tan cómodo - ¿Cómo? - apenas se podía percibir alguna sílaba escapándose de sus labios . Ella ,en una caricia dulce llevó ambas manos al rostro frío del vampiro. Era tan hermoso que parecía una estatua de mármol perfecta. Sus oscuros ojos no dejaban ver mas allá de ellos, no se podía leer tristeza o felicidad . Aquella máscara impedía ver algo que había dejado atrás:su humanidad.
La inmortalidad tenía sus ventajas y la belleza era una de ellas. Lyuba se reprimió pensar en aquel asunto , Daniil podría escucharla con facilidad y ella no deseaba compartir algo tan íntimo como los pensamientos - Envenena el presente y entorpece el futuro, Daniil - susurró ella con una voz cuya pureza dejaba transparentar las mas lejanas intenciones del espíritu. Lyuba por un momento creyó que ese instante tan solo era la putrefacta apariencia de una ilusión . Y que toda pasión, aceptada por ambos se convierte enseguida en un sentimiento mas amargo que la muerte. Con la yema de sus dedos , acariciaban aquellos labios que tantas veces los había tatuado con su olor.
Una perlada sonrisa entreabrió los labios de la gitana mientras sus manos bajaban por sus hombros y los acariciaban. El deseo que emanaba en su interior , la curiosidad de conocer cada poro de su piel - Abrázame - exigió ella hundiendo sus ojos en los de el en busca de libertad. Sentía sus manos y todo su cuerpo encadenados a unas cadenas invisibles .Cuando conseguía romperlas, siempre aparecían barreras que impedía salirse de aquella especie de cárcel. Volvía a ser encadenada. Pero..aquella luz blanca que lograba ver cada noche, era nada mas ni nada menos que la esperanza.
Esperanza de que alguien la salvase y aquel alguien era el vampiro que Lyuba había atacado mas de una vez. Confiaba en el , le entregaba su vida . El era consciente si le iba a pasar algo, el iba a romper todos los platos rotos. El único responsable de cuidarla y hacerla sonreír de nuevo. Porque ella relucía mas hermosa que nunca cuando sonreía, cuando por las noches besaba aquellos puntos infinitos llamados estrellas.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Escuchó cómo aquella le hacía aquella petición en formato de exigencia, que la abrazara había dicho y sin preguntar, sin chistar, lo hizo, la estrechó contra su cuerpo de modo que no quedara un solo espacio vacío entre ambos, de tal forma que fueran confundidos como uno solo con facilidad. Hundió el rostro en el cabello de la gitana y aspiró profundamente, queriendo quedarse con esa sensación para lo que le restaba de eternidad; porque sabía bien que no todos los cazadores iban a ser como Lyuba, que uno tal vez, en un futuro incierto, lograría su cometido, no escucharía lo que él tenía que decir y cortaría su cabeza de un solo tajo. No sabía lo que el mañana le depararía, la incertidumbre carcomía las uñas de la esperanza, si es que conservaba un poco de tal virtud, pero esa noche sí sabía lo que quería, protegerla, no permitir que nada malo le pasara.
-Me gustaría saber cómo –fue sincero, no tenía idea de cómo le iba a hacer para cumplir esa promesa, pero de una cosa estaba seguro, la cumpliría aunque en ello gastara todas sus energías, todos sus días y noches, se aseguraría que Lyuba fuese feliz, que tuviera un hijo sano, que nada más la volviera a perturbar, le habló al oído cerrando los ojos. La besó en la mejilla al tiempo que se alejaba un poco para poder verla a los ojos, pero sin soltarla, una media sonrisa salió a relucir en su rostro-, pero no te preocupes –continuó -déjamelo todo a mí, yo me encargo –aquel gesto dulce no se borró de su cara, habló con convicción sin dejar lugar a dudas, quería que aquello que estaba declarando le quedara muy claro a la gitana.
Por dentro, era cierto también, mil preguntas revoloteaban en su cabeza comenzando a desesperarlo, preguntas sobre todo referentes al estado de Lyuba, pero creía, porque era de ese modo, que no tenía derecho a preguntar. Era evidente que aquello que lo obligaba a besarla y querer protegerla era recíproco, pero definir su relación era complicado por decir lo menos y para que gastaban valioso tiempo en tratar de etiquetarla. No eran nada, y podían ser todo, pero eso implicaba, desde luego, que Daniil no podía cuestionarle nada, ¿con qué armas?, si no poseía ninguna.
Se incorporó separándose de ella, sin saber qué hacer ahora, se sentó en el filo de la cama y giró el rostro para contemplar la expresión y facciones de su anfitriona de la noche, deslizó una mano como una serpiente sobre el colchón y atrapó la de la gitana, entrelazando los dedos con fuerza, alzó ambas cejas como un niño con mil preguntas.
-¿Y ahora qué? –fue la única que pudo formular, porque daba cabida a muchas respuestas, ahora qué seguía, ahora qué quería hacer ella, porque él haría lo que ella quisiera, ahora qué, esa era la pregunta real, ahora qué se suponían que debían hacer, y le preguntaba a ella porque esa noche, y todas las noches, él estaba a su merced, él sería su siervo, la complacería en lo que le pidiera por descabellado que fuera.
-Me gustaría saber cómo –fue sincero, no tenía idea de cómo le iba a hacer para cumplir esa promesa, pero de una cosa estaba seguro, la cumpliría aunque en ello gastara todas sus energías, todos sus días y noches, se aseguraría que Lyuba fuese feliz, que tuviera un hijo sano, que nada más la volviera a perturbar, le habló al oído cerrando los ojos. La besó en la mejilla al tiempo que se alejaba un poco para poder verla a los ojos, pero sin soltarla, una media sonrisa salió a relucir en su rostro-, pero no te preocupes –continuó -déjamelo todo a mí, yo me encargo –aquel gesto dulce no se borró de su cara, habló con convicción sin dejar lugar a dudas, quería que aquello que estaba declarando le quedara muy claro a la gitana.
Por dentro, era cierto también, mil preguntas revoloteaban en su cabeza comenzando a desesperarlo, preguntas sobre todo referentes al estado de Lyuba, pero creía, porque era de ese modo, que no tenía derecho a preguntar. Era evidente que aquello que lo obligaba a besarla y querer protegerla era recíproco, pero definir su relación era complicado por decir lo menos y para que gastaban valioso tiempo en tratar de etiquetarla. No eran nada, y podían ser todo, pero eso implicaba, desde luego, que Daniil no podía cuestionarle nada, ¿con qué armas?, si no poseía ninguna.
Se incorporó separándose de ella, sin saber qué hacer ahora, se sentó en el filo de la cama y giró el rostro para contemplar la expresión y facciones de su anfitriona de la noche, deslizó una mano como una serpiente sobre el colchón y atrapó la de la gitana, entrelazando los dedos con fuerza, alzó ambas cejas como un niño con mil preguntas.
-¿Y ahora qué? –fue la única que pudo formular, porque daba cabida a muchas respuestas, ahora qué seguía, ahora qué quería hacer ella, porque él haría lo que ella quisiera, ahora qué, esa era la pregunta real, ahora qué se suponían que debían hacer, y le preguntaba a ella porque esa noche, y todas las noches, él estaba a su merced, él sería su siervo, la complacería en lo que le pidiera por descabellado que fuera.
Última edición por Daniil Stravinsky el Jue Ago 25, 2011 3:35 am, editado 1 vez
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Daniil la abrazó, cumplió aquel deseo y aquella necesidad en el mismo instante que Lyuba había exigido su petición. Cerró los párpados dejando escapar un suspiro de alivio. El cuerpo de Daniil transmitía unas energías positivas, podía percibirlo en su aura y aunque aquella habilidad no la controlaba a la perfección lograba sentir las mismas emociones con un solo tacto. Ladeó el rostro , escondiendo lo en el hombro del vampiro .Basándose en su intacta provisión de fuerzas , lo abrazó aun mas a ella por si acaso el cambiaba de ella, por si acaso deseaba soltarla de sus brazos y dejarla caer. Ella se aferraría al vampiro como un marinero se aferraba a los destrozos de su barco hundido.
Lyuba había buscado a aquella persona protectora ,desde que había ocurrido su desgracia. Desde entonces vagaba por el mundo con el corazón echo pedazos en busca de amor, protección y confianza. La había encontrado y no sabía como agradecer todo lo que hacía por ella. Aun abrazada a el y con el rostro escondido por la desesperación, susurró - Te e buscado como se busca el sol, me arrimo a ti como alguien se arrima a la llama bienhechora en mitad del invierno. Por Dios! Abrázame o helaré de inmediato - lloriqueo la gitana como si fuese una niña que deseaba su dulce en mitad de las calles de París.
Como respuesta la gitana recibió un beso en la mejilla. Un beso dulce y tierno , algo extremadamente raro viniendo de parte de un vampiro. Un ser maldito. Daniil se separó y ella lo miró a los ojos mientras escuchaba aquellas palabras. La tranquilizaban al igual que lo hacía su timbre de voz. Brindó una pequeña sonrisa casi olvidándose de todo su tormento . Sus brazos fueron abandonando el cuerpo de Daniil, el que se había separado de ella sin ninguna explicación ajena. Los ojos azules de la morena eran dos pares curiosos con mil preguntas a todo paso , ellos eran los que delataban los sentimientos en aquel momento. Y en ese mismo segundo, sus ojos expresaba algo que ella no podía pronunciar, que temía hacerlo y sentirse rechazada, algo que nunca había sentido:amor.
Agarró su mano , entrelazando sus dedos delgados sin ningún anillo puesto , unas manos trabajadas pero poseían la suavidad necesaria de una dama. Ante la pregunta del vampiro, la gitana no dijo nada . En silencio, se arrastró hacía el cuerpo de Daniil , abrazándole por la cintura y besando su cuello dos veces seguidas , susurró - Quédate conmigo esta noche - murmuro sintiendo sus párpados un poco cansados. Apoyó su frente en la mejilla de Daniil ,aspirando toda su fragancia. Dulce pero con un suave toque masculino. La volvía loca, su locura se acentuaba cuando se encontraba con sus ojos al igual que su corazón parecía recobrar vida cuando sentía sus manos sobre aquella piel profanada de cicatrices.
Lyuba había buscado a aquella persona protectora ,desde que había ocurrido su desgracia. Desde entonces vagaba por el mundo con el corazón echo pedazos en busca de amor, protección y confianza. La había encontrado y no sabía como agradecer todo lo que hacía por ella. Aun abrazada a el y con el rostro escondido por la desesperación, susurró - Te e buscado como se busca el sol, me arrimo a ti como alguien se arrima a la llama bienhechora en mitad del invierno. Por Dios! Abrázame o helaré de inmediato - lloriqueo la gitana como si fuese una niña que deseaba su dulce en mitad de las calles de París.
Como respuesta la gitana recibió un beso en la mejilla. Un beso dulce y tierno , algo extremadamente raro viniendo de parte de un vampiro. Un ser maldito. Daniil se separó y ella lo miró a los ojos mientras escuchaba aquellas palabras. La tranquilizaban al igual que lo hacía su timbre de voz. Brindó una pequeña sonrisa casi olvidándose de todo su tormento . Sus brazos fueron abandonando el cuerpo de Daniil, el que se había separado de ella sin ninguna explicación ajena. Los ojos azules de la morena eran dos pares curiosos con mil preguntas a todo paso , ellos eran los que delataban los sentimientos en aquel momento. Y en ese mismo segundo, sus ojos expresaba algo que ella no podía pronunciar, que temía hacerlo y sentirse rechazada, algo que nunca había sentido:amor.
Agarró su mano , entrelazando sus dedos delgados sin ningún anillo puesto , unas manos trabajadas pero poseían la suavidad necesaria de una dama. Ante la pregunta del vampiro, la gitana no dijo nada . En silencio, se arrastró hacía el cuerpo de Daniil , abrazándole por la cintura y besando su cuello dos veces seguidas , susurró - Quédate conmigo esta noche - murmuro sintiendo sus párpados un poco cansados. Apoyó su frente en la mejilla de Daniil ,aspirando toda su fragancia. Dulce pero con un suave toque masculino. La volvía loca, su locura se acentuaba cuando se encontraba con sus ojos al igual que su corazón parecía recobrar vida cuando sentía sus manos sobre aquella piel profanada de cicatrices.
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Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Sus palabras lo mismo lo cobijaban, lo reconfortaban, lo curaban, que lo dejaban a la intemperie, a su suerte, desahuciado, ambas sensaciones colisionaron en su interior y sólo tuvo a bien cerrar los ojos y tragar grueso, él quería ser todo eso que ella le pedía con vocablos y acciones sutiles, señales que había que descifrar, mensajes en botellas de náufragos perdidos, sin embargo, no se sentía capaz, no se sentía lo suficientemente fuerte para hacerlo, pero sobre todo, se sentía indigno. Se sentía abyecto de ella, ruin y sucio perseguido por pasado no sólo tormentoso, sino turbio y amoral. No obstante, no dijo nada, porque se lo había prometido, le había jurado que esa noche era suyo y haría lo que ella quisiera, y si ella le pedía empuñar una espada y enfrentarse al dragón como un San Jorge maldito, por el Dios al que había renunciado, lo haría.
Observó sus manos entrelazadas, fijó sus ojos tristes en aquella escena, pensando desde ya en el dolor que no se sentía avezado de soportar, que experimentaría una vez que tuvieran que separarse, y escuchó sus palabras. Las escuchó y alzó la mirada con expresión similar a la de un ciervo que ha sido visto por un cazador, cruzó sus ojos con los de la gitana y abrió la boca pero la cerró rápido, se mordió la lengua que estaba a punto de vociferar pretextos. No esa noche, esa noche debía portarse a la altura, esa noche, había prometido, cumpliría cualesquiera que fueran sus caprichos. Asintió débilmente pensando en el peligro que quedarse ahí representaba. No sólo para él, para ella más que nadie.
Movió los ojos para observar su entorno, cualquier sitio por donde la luz pudiera colarse una vez que el amanecer los alcanzara, también sopesó la posibilidad de que otros gitanos se percataran de su presencia ahí y no se tentaran el corazón a la hora de cortarle la cabeza. Regresó su mirada a Lyuba y todos esos temores se diluyeron como tinta en un vaso de agua. Insignificantes, pensó, a comparación de lo que intentaba hacer por ella.
-Me quedaría toda una vida, si así me lo pidieras –levantó la mano que tenía atrapada en la suya y besó el dorso, acto que normalmente hacía con toda dama que se cruzaba en su camino, pero su primer encuentro con esta mujer en especial salía de todo canon que conocía, así que aquella era la primera vez que besaba de modo tan galante su mano. No la soltó y se removió en su lugar para acercarse, con la otra mano retiró el cabello de su cuello, se inclinó con movimientos sutiles y contenidos, para besarla en la comisura de los labios y luego estrecharla sin razón aparente, aunque lo cierto era que las razones sobraban.
Quería pensar que reuniendo todo su valor y toda su fuerza, iba a poder con aquel reto, aunque dentro no era más que un chiquillo asustado por no poder estar a la altura.
-Debes descansar –susurró cerca de su oído –futura madre –complementó, no creía lo que estaba diciendo, pero así era y de repente la imagen de Lyuba en aquel papel le pareció lo más condenadamente hermoso que podía recordar, sí, a sus quinientos años.
Observó sus manos entrelazadas, fijó sus ojos tristes en aquella escena, pensando desde ya en el dolor que no se sentía avezado de soportar, que experimentaría una vez que tuvieran que separarse, y escuchó sus palabras. Las escuchó y alzó la mirada con expresión similar a la de un ciervo que ha sido visto por un cazador, cruzó sus ojos con los de la gitana y abrió la boca pero la cerró rápido, se mordió la lengua que estaba a punto de vociferar pretextos. No esa noche, esa noche debía portarse a la altura, esa noche, había prometido, cumpliría cualesquiera que fueran sus caprichos. Asintió débilmente pensando en el peligro que quedarse ahí representaba. No sólo para él, para ella más que nadie.
Movió los ojos para observar su entorno, cualquier sitio por donde la luz pudiera colarse una vez que el amanecer los alcanzara, también sopesó la posibilidad de que otros gitanos se percataran de su presencia ahí y no se tentaran el corazón a la hora de cortarle la cabeza. Regresó su mirada a Lyuba y todos esos temores se diluyeron como tinta en un vaso de agua. Insignificantes, pensó, a comparación de lo que intentaba hacer por ella.
-Me quedaría toda una vida, si así me lo pidieras –levantó la mano que tenía atrapada en la suya y besó el dorso, acto que normalmente hacía con toda dama que se cruzaba en su camino, pero su primer encuentro con esta mujer en especial salía de todo canon que conocía, así que aquella era la primera vez que besaba de modo tan galante su mano. No la soltó y se removió en su lugar para acercarse, con la otra mano retiró el cabello de su cuello, se inclinó con movimientos sutiles y contenidos, para besarla en la comisura de los labios y luego estrecharla sin razón aparente, aunque lo cierto era que las razones sobraban.
Quería pensar que reuniendo todo su valor y toda su fuerza, iba a poder con aquel reto, aunque dentro no era más que un chiquillo asustado por no poder estar a la altura.
-Debes descansar –susurró cerca de su oído –futura madre –complementó, no creía lo que estaba diciendo, pero así era y de repente la imagen de Lyuba en aquel papel le pareció lo más condenadamente hermoso que podía recordar, sí, a sus quinientos años.
Invitado- Invitado
Re: Devenire [Lyuba A. Yumara]
Lyuba aprovechó aquellos segundos de silencio para observar su carroza. Estaba llena de recuerdos, artefactos que tenían un significado para ella. Era perfecta para una persona que no pasaba demasiado tiempo en ella. Por que lo cierto era que Lyuba ,al caer la noche, se ausentaba por la venganza. Por el deseo que corría en sus venas de acabar con los vampiros. Pero eso era antes, ahora su mundo iba a cambiar y sus expectativas iban a ser mucho mas diferente. Tenía en el vientre un niño, o tal vez dos...o tal vez tres. Lo importante era que debía cuidarlo como a su propia vida, porque era su propia vida . ¿Quién iba a imaginarse que ella estaría esperando un hijo de un total desconocido y aun mas, abrazada a uno de sus enemigos?. Asesino por naturaleza. Las cartas de la vida eran incompresibles y en aquel lugar había un ejemplo de ello. Se sentía miserable por traicionar a sus padres y a si misma, pero por una parte..estaba en paz.
Su cuerpo estaba relajado y no precisamente por las palabras de Daniil, si no por aquellas manos que apretaban la suya y que no la dejaría caer en ningún momento. ¿Aquello era una muestra de..amor?.¿o simplemente de cariño paternal?. Porque lo que mas dolía a la gitana era escuchar aquel "te quiero..pero como un hermano o como un padre" . Dolía cien veces mas que los colmillos de Daniil al clavarse en su cuello.
La melodía de su voz fue la que volvió a romper el silencio. A Daniil le estaba preocupando algo y Lyuba no podía entender cual era el motivo . ¿Era ella?. Lyuba se movió para observarle , estando en aquel momento a su lado . Una de sus manos (la que estaba libre) acarició su mejilla y al mismo tiempo impidió que el desviase el rostro - ¿Que ocurre Daniil? - preguntó con un hilo de voz , preocupada - ¿ Que es lo que te preocupa? - preguntó ella de nuevo en los mismo susurros que antes, brotando de sus carnosos labios como notas musicales . Dejó caer su mano como una pluma, para luego desplomarse en sus piernas . Debía descansar, no había duda de ello. Su cuerpo la estaba debilitando y la comida era lo que mas le faltaba junto con las energías.
Todo aquello era indispensable para el funcionamiento de sus órganos y sin embargo ella se saltaba cualquier regla(por así decirlo) de la vida . " Lyuba,deberás recuperar todas aquellas horas que no has descansado y también aquellas días donde la comida era necesaria. Ahora ya no somos nosotras solas, en tu interior hay otra vida que necesita tus cuidados". Su conciencia, bendita conciencia. Sin ella Lyuba estaría perdida por eternidad (aunque era una palabra demasiado incorrecta, literalmente). La gran preocupación era cuando todos los gitanos iban a descubrir que en verdad la gitana no había engordado si no que dentro de ella había alguien que daba color a sus días grises. Posiblemente, por desobediencia y por juntarse con los blancos, ellos iban a echarla del campamento . ¿A donde iría?. Ante aquella pregunta su cuerpo pareció responder con un escalofrío infernal . Debía descansar y dejar de preocuparse (algo imposible) - Esta bien.. - accedió al escuchar al vampiro. "Futura madre" dos palabras que hicieron a la gitana sonreir con cierta dulzura.
Soltó al vampiro para acomodarse en la cama , esperando que el se uniera a ella . Al fin y al cabo aquella había sido el deseo de la futura madre. No tenía porque preocuparse, la carreta era demasiado oscura y ningún gitano entraba en ella salvo Lyuba . Tras pestañear unas cuantas veces, los ojos de Lyuba ce cerraron por completo otorgándole una imagen inocente pero a la misma vez seria. Rogaba al cielo poder descansar en paz, sin ser interrumpida por las numerosas pesadillas que abordaban su tranquilidad.
Su cuerpo estaba relajado y no precisamente por las palabras de Daniil, si no por aquellas manos que apretaban la suya y que no la dejaría caer en ningún momento. ¿Aquello era una muestra de..amor?.¿o simplemente de cariño paternal?. Porque lo que mas dolía a la gitana era escuchar aquel "te quiero..pero como un hermano o como un padre" . Dolía cien veces mas que los colmillos de Daniil al clavarse en su cuello.
La melodía de su voz fue la que volvió a romper el silencio. A Daniil le estaba preocupando algo y Lyuba no podía entender cual era el motivo . ¿Era ella?. Lyuba se movió para observarle , estando en aquel momento a su lado . Una de sus manos (la que estaba libre) acarició su mejilla y al mismo tiempo impidió que el desviase el rostro - ¿Que ocurre Daniil? - preguntó con un hilo de voz , preocupada - ¿ Que es lo que te preocupa? - preguntó ella de nuevo en los mismo susurros que antes, brotando de sus carnosos labios como notas musicales . Dejó caer su mano como una pluma, para luego desplomarse en sus piernas . Debía descansar, no había duda de ello. Su cuerpo la estaba debilitando y la comida era lo que mas le faltaba junto con las energías.
Todo aquello era indispensable para el funcionamiento de sus órganos y sin embargo ella se saltaba cualquier regla(por así decirlo) de la vida . " Lyuba,deberás recuperar todas aquellas horas que no has descansado y también aquellas días donde la comida era necesaria. Ahora ya no somos nosotras solas, en tu interior hay otra vida que necesita tus cuidados". Su conciencia, bendita conciencia. Sin ella Lyuba estaría perdida por eternidad (aunque era una palabra demasiado incorrecta, literalmente). La gran preocupación era cuando todos los gitanos iban a descubrir que en verdad la gitana no había engordado si no que dentro de ella había alguien que daba color a sus días grises. Posiblemente, por desobediencia y por juntarse con los blancos, ellos iban a echarla del campamento . ¿A donde iría?. Ante aquella pregunta su cuerpo pareció responder con un escalofrío infernal . Debía descansar y dejar de preocuparse (algo imposible) - Esta bien.. - accedió al escuchar al vampiro. "Futura madre" dos palabras que hicieron a la gitana sonreir con cierta dulzura.
Soltó al vampiro para acomodarse en la cama , esperando que el se uniera a ella . Al fin y al cabo aquella había sido el deseo de la futura madre. No tenía porque preocuparse, la carreta era demasiado oscura y ningún gitano entraba en ella salvo Lyuba . Tras pestañear unas cuantas veces, los ojos de Lyuba ce cerraron por completo otorgándole una imagen inocente pero a la misma vez seria. Rogaba al cielo poder descansar en paz, sin ser interrumpida por las numerosas pesadillas que abordaban su tranquilidad.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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