Road meets the sky [Lyuba A. Yumara]

Una tenue y delicada música parecía proveniente del mismo atardecer, se preguntó desde cuando el atardecer sonaba a un violinista solitario, quería salir para poder escuchar esa melodía de primera mano pero no podía, miró un reloj de pared, impaciente por la noche, y mientras aquella canción seguía sonando a lo lejos tomó un libro para matar los últimos minutos de sol allá afuera.

La verdad era que no se pudo concentrar en su lectura, con insistencia miraba el reloj y la ventana hasta que finalmente Selene reinó, era una luna enorme que iluminaba todo, se asomó por la ventana y la noche era fresca, así que decidió salir con un abrigo ligero.

Caminó hasta la plaza que estaba muy cerca de su casa, estaba seguro que de aquel lugar provenía la música que minutos antes llamó su atención, pero ahora no había nadie; se paró en el punto en el que se imaginaba se había posado el músico a tocar y observó todo a su al rededor, aún había paseantes, pues acababa de obscurecer. Vio a las madres con sus hijos, a los jóvenes con sus prometidas, a los hombres con sus familias y se dio cuenta de lo terriblemente solo que estaba, de lo sola que era una existencia como la de él, por eso veía en cada mujer que conocía a la mujer que no podía tener de por vida. "Patético" pensó de si mismo.

Aguardó en la plaza, no sabía para qué, tal vez debería seguir caminando pero en cambio se sentó ahí, en una banca bajo la luz de un farol. Su figura se antojaba tétrica para quien no lo conociera, las sombras invadiendo su rostro y la ropa negra definiendo su forma, pero quien lo conociera podía decir que no había nada menos alejado de la realidad; era amable, caballeroso y gentil, nada que se pudiera esperar de un vampiro.

Comenzó a contar a los niños varones que en su comportamiento se asemejaran a él a esa edad; tenía costumbres de verdad extrañas, y se dio cuenta que no había sido un niño del todo normal pues apreciaba más el estudio que los juegos. Y de pensar en su niñez, feliz no podía mentir, pasó a pensar en lo amargo de su adultez y en los altibajos de su inmortalidad. Recién convertido pensó en la muerte definitiva como opción, perdido como adolescente que se siente incomprendido, teniendo que ser rescatado por la mujer que le había dado su eternidad y luego con el tiempo cómo tuvo que defenderse de cazadores de vampiros para no caer antes de lo que decidiera. Primero deseaba abandonarlo todo y luego se aferró con todas sus fuerzas a esto que tenía.

Y eso, finalmente lo condujo a recordar el encuentro que había tenido con la hija de uno de esos cazadores, Yumara... padre e hija, y en las provocaciones de la chica, en el sabor de su sangre; en sus ojos grandes y expresivos, en su juventud temeraria. La imagen de esa chica, de Lyuba llegó a él con fuerza a su cabeza, pero no sabía el motivo.

Varios sonidos, varias músicas alegres pero a la misma vez tristes se podían escuchar en la plaza de Paris. El atardecer y sus colores estaban acompañando aquella atmósfera tan triste. El violín permitía al cantante transmitir sus mas viejos recuerdos, con la mirada perdida y con el instrumento viajando en un pasado nostálgico. Todo estaba triste. Desde hacía varios días, Lyuba se sentía bien. No había tenido ninguna pesadilla , no se había encontrado con nadie que pudiera perturbarle los sueños y la vida propia. No sabía la razón por la cual se sentía tan segura de si misma, tan ..¿feliz’. Tal vez aquella era una descripción del estado de la gitana. Ella al igual que mucha gente, se encontraba en la plaza, escuchando aquella música inapropiada para la llegada de la primavera. Dirigió sus pasos hacía las personas que tocaban el violín y otros instrumentos como la guitarra española. Ellos dejaron de tocar aquella melodía , escuchando a la gitana hablar con una sonrisa amable. Convencidos de sus palabras, comenzaron a tocar una melodía mucho mas alegre y agradable para los niños que jugaban. Era una manera de enseñar al mundo como conseguía modelar la atmósfera triste en una mas agradable y a la misma vez, ganar algo de dinero. El comienzo fue uno donde su danza era moderada , la gitana había decidido otorgar al público (el cual parecía aumentarse al ver el espectáculo que creaba la gitana) movimientos lentos, unos movimientos de brazos lentos y suaves , mientras caminaba usando el espacio que poseía.


A medida que la música se hacía mucho mas rápida, Lyuba usaba tanto su cadera como sus pies y las manos. Movimientos sensuales pero alegres y rápidos, al ritmo de la música. Rotaciones, juegos con la falda y una expresividad positiva. Su sonrisa y sus risas alegraban el corazón del ser mas malvado y triste de la tierra. Sentía la música, sentía las cuerdas tocadas de la guitarra y del violín. El espectáculo fue acabado con unos cuantos giros seguidos . Al acabar , todos aplaudieron dejando unas monedas sobre el pañuelo de Lyuba. Hasta los músicos la aplaudieron por el baile bien realizado. Agradeció con unas inclinaciones a todos , observando el cielo. El cual ya estaba oscuro. El tiempo pasaba rápido, ni se había percatado de la belleza de la Luna , la cual relucía como cada noche sobre el firmamento oscuro. Se agachó tomando el pañuelo y las monedas cuando sintió un fuerte dolor sobre el brazo donde unos días antes se había cortado para provocar a Daniil, un vampiro . Se incorporó observando la herida ocultada detrás de una venda. Arrugó sus labios pensando porque antes no le había dolido y ahora lo hacía. No prestaba mucha atención a esas cosas y agradeciendo a los músicos, se alejó de ellos con la intención de volver a su carreta para descansar tras un agotador día de trabajo. Estaba tan absorbida en sus pensamientos que no se había percatado de que uno de sus aretes se habían caído en el camino. Se paró en seco al sentir que solo llevaba uno y para buscarlo, dio media vuelta comenzando a buscarlo con los ojos. Lo encontró con rapidez, ya que relucía al lado de unos pies. Se agachó al mismo tiempo que el hombre se había agachado, Lyuba la cual estaba clavando los ojos en el arete, dibujó una sonrisa amable – Muchas gracias.. – agradeció con una voz dulce aun sintiendo un dolor mucho mas fuerte en la herida.

Sentado bajo el farol seguía en su tarea fútil de observar transeúntes cuando notó a una chica buscando algo, lo supo porque llevaba la cabeza agachada y mirada de un lado a otro, un segundo después la reconoció; se preguntó cuánto tiempo pasaría antes de que ella lo reconociera a él. Aguardó muy quieto en su sitio hasta que notó un destello a sus pies, un arete que seguramente era lo que ella buscaba.

Se agachó para entregárselo, de todos modos lo iba a ver ahí sentado, hicieron aquel movimiento al unísono y posterior al "muchas gracias" sus ojos se encontraron. Él mantuvo expresión estoica y soltó rápidamente el zarcillo para tomar el antebrazo vendado.

-Me alegra que ya estés mejor -le dijo aún con rostro serio, sin soltarla del brazo, ella estaría en mucho shock como para reaccionar, aunque no descartó ser abofeteado por tercera vez.

Ahora entendía que lo había atado a esa plaza en su paseo nocturno, se la encontraría de nuevo, pero no conocía la razón, tal vez el destino le estaba jugando una mala broma o había un motivo ulterior que debía averiguar.

Con su sonrisa dulce y tierna , decidió observar al hombre amable que le había entregado el arete. Pero su sonrisa se borró de inmediato al ver de quien se trataba. Su expresión era serena y sus ojos dejaron de brillar por unos momentos. No se movió, no dijo nada. No era capaz. Aquella noche, cuando se había encontrado con aquel hombre, no había dormido. Sus palabras resonaban en su cabeza “ Cuídate de mi y de los míos” y casi toda la conversación había sido grabada en la mente de la gitana. Daniil soltó el arete pero seguidamente la había tomado del brazo con suavidad, pronunciando unas palabras que no fueron captadas del todo por Lyuba. No sabía que hacer, golpearle, escupirle, insultarle o matarle allí mismo. Despegó los labios intentando no parecer una idiota pero no había palabra alguna . Aquel estado de shock había durado unos cinco minutos, demasiado tiempo.

Con brusquedad, se soltó de su mano, incorporándose y mirándole desde arriba a la misma vez que se colocaba el arete. Sus manos temblaban a causa de lo que estaba ocurriendo, para no ser demasiado descartada por el temblor, bajó las manos una vez que lo había colocado, cubriéndose con la otra mano la venda . Sentía un dolor fuerte y no entendía porque. Parecía como si su herida estuviera al tanto del hombre que se había alimentado de ella – Lo dudo ,Daniil – soltó con frialdad la morena observándole con sus ojos. No deseaba pasar mas tiempo al lado de aquel hombre. No sabía la razón , no sabía porque se encontraba de aquella manera cuando de Daniil se trataba. Fue por eso mismo que dio media vuelta, con la intención de marcharse del lugar.

Como se lo esperaba, ella se quedó en esa especie de conmoción. La miró y su expresión era similar a la angustia, no entendía por qué se sentía así cuando se la topaba, intranquilo y con demasiadas emociones agolpándose en su interior. Desde luego ella se soltó de su agarre y él no hizo nada para evitarlo.

-¿No te lo he demostrado?, no te haré nada -dijo cuando notó que temblaba ligeramente, si bien había bebido de su sangre había sido casi obligado por el instinto ante sus provocaciones, de haber sido por él no lo hubiese hecho.

El sabor de su sangre vino a él en un recuerdo y cerró los ojos un segundo al recordarlo, comenzaba a creer que no era sólo eso, no era sólo el gusto dulce de su sangre, sino de quien provenía lo que lo ofuscaba tanto. Se puso de pie pero guardó la distancia, no quería que lo volviera a golpear o saliera corriendo, peor aún, que esa noche sí lo matara.

-No lo dudes, lo digo con sinceridad -trató de controlar la voz, no subir el volumen de más o hablar bruscamente-, si no lo recuerdas yo me ofrecí a curarte -ahora que el olor de su sangre no lo embriagaba era más fácil establecer una conversación con ella, aunque Lyuba no parecía muy dispuesta a escucharlo.

Lyuba no entendía porque Daniil insistía en hablar con ella. Era humana, diferente a el, se había encontrado una sola vez y la última vez. Esos días que habían pasado sin encontrarse con su persona, se había sentido muy bien , se había encontrado a ella misma. La paz interior y la bondad que tanto había buscado dentro de su ser. Pero ahora todo se volvía negro y triste. Se dio la vuelta con brusquedad, perdiendo la calma que mucho antes había tenido - ¿Puedo saber que demonios quieres? – preguntó entrecerrando sus ojos mientras le empujaba con suavidad , con ambas manos intentando mostrar la frialdad de antes. Arrugó su frente en señal de madurez, volviendo a hablar – Tu mismo has dicho que debo cuidarme de ti y de los tuyos, eso estoy haciendo. Ignorando , dejando la impresión de que no me importa vuestra patética vida – siguió hablando como si se desahogase de todo lo que había guardado dentro.

- Pero tarde o temprano todos acabáis siendo cenizas, alégrate de los días… - con ironía sonrío – Perdona, de las noches que te quedan , porque tarde o temprano tu eternidad se acabará – le estaba advirtiendo, amenazando. No era la primera vez. Matar a un vampiro era difícil pero era su trabajo. No le importaba si salía con vida de ello, había jurado sobre las tumbas de sus padres que iba a seguir siendo una como ellos. Sus ojos azules observaron los de el mostrando el odio y repugnancia que tenía cuando de vampiros se trataba. Deseaba marcharse pero algo se lo impedía y lo mas raro era que no sabía que era.

Tal vez trataba desesperadamente de aferrarse a cualquier vestigio de humanidad que pudiera quedar en él, tal vez era un niño falto de atención, o tal vez su insistencia de hablar con Lyuba simplemente no tenía explicación. Por un momento se dijo mentalmente que bastaba de tratar de encontrar respuestas para todo, que no siempre las había y su búsqueda lo iba a volver loco... más de lo que ya estaba. ¿Qué quería?, era una buena pregunta, pero ni él mismo lo sabía.

-Tienes razón -le concedió, él le había dado aquel consejo, pero también algo que no podía controlar la volvía a poner en su camino y en su incansable búsqueda de razones y por qués, esa era una incógnita que sobresalía-. Y haces bien, he demostrado que no soy tan fuerte como creía, que también caigo en las mismas debilidades de los que son como yo -habló con tranquilidad aunque por dentro su alma fuera más bien aguas turbias, sí, había caído en la tentación de su sangre, de la sangre de Lyuba, pero había sido provocado, no se justificaba sólo contextualizaba.

No podía soportar la mirada de la chica, con tanto desprecio y desdén, no era que antes no fuera mirado y tratado así, sino era algo en especial que tenía esta mujer que lo hacía no querer ese trato.

-Tarde o temprano -asintió reflexionando, sus palabras eran ciertas, y lacerantes también-, y es una existencia triste sólo poder salir por las noches -confesó y no supo por qué. Por qué le decía todo aquello-. Sin embargo espero que no seas tú quien acabe con mi eternidad -¿por qué?, no sabía, estaba hecho un lío y se desesperaba sentirse así porque era raro y no sabía manejarlo.

¿Le estaba dando la razón a la gitana?. ¿Qué pasaba con aquel vampiro?. Parecía que estaba en contra de los suyos. Eso desconcentraba a la morena en totalidad. No entendía su actitud. Lyuba escuchaba con atención las palabras que salían de sus labios . Ni ella sabía porque estaba hablando de nuevo con el. ¿Ese era su destino?. Cuando había finalizado, la morena bajó su vista, pensando en las palabras adecuadas para el vampiro. Pero por mas que buscaba no las encontraban, se perdían en un abismo, en un vacío donde no podía buscarlas. Llevó una de sus manos a su cabeza, queriendo que la persona que tenía delante desapareciera. Deseando que fuera solo una ilusión suya. Con suavidad se mordió el labio inferior , le había atormentado la noche y a la misma vez el sueño - ¿Por qué no acabaste con mi vida cuando tuviste la oportunidad? – preguntó ignorando las palabras que antes el le había dicho.

- ¿Por qué no yo? Creo que soy la mas indicada ..- murmuro con suavidad. No,no era la mas indicada y eso lo sabía. Al acabar las palabras un fuerte dolor sintió en todo el cuerpo. Desconocía la razón, pero le habían herido sus propias palabras. Eso no le había pasado antes. Observo de nuevo al vampiro, la mirada de Lyuba seguía con aquel odio reflejado impidiéndole ver las partes buenas que Daniil había demostrado .

{Siento lo cortito T.T prometo que el siguiente será mejor :3}

Caminó para alejarse de ella, para poder verla completa, toda su figura; la luz intermitente del farol hacían de aquel escenario más sombrío de lo que en realidad era, sus sombras reflejadas a lo largo de la plaza y poco a poco la gente se dispersaba conforme se iba haciendo más noche. Notó que como él, ella necesitaba respuestas y desgraciadamente él no podía dárselas, no las tenía, no aún.

-Porque no mato por matar -finalmente respondió, aquella respuesta salió escupida en una sola frase larga y contundente-, porque algo está mal conmigo y no puedo matar sólo por matar -cuando había sido convertido trató de hacerlo, de ser cruel, de disfrutar del dolor ajeno, y una parte lo hizo, pero nunca se sintió orgulloso y no pudo seguir haciéndolo. Tal vez era que como médico apreciaba la vida, o que su naturaleza cortés y compasiva no se lo permitía, o tal vez simplemente como había dicho, algo estaba mal con él, estaba roto, esa era la verdad.

Era un vampiro tibio, débil decían algunos, y era demasiado tenebroso como para reintegrarse a la sociedad. Estaba mal, todo estaba mal.

-No creo que sea tu destino hacerlo -rió con amargura, quién era él para decir cuál era el destino de la chica cuando ni él mismo controlaba el suyo la mayoría del tiempo, sólo quería creer lo que acababa de decir, que Lyuba no sería la que acabara con su vida. Con frecuencia las cosas se le salían de la mano, y todo por un sólo defecto/virtud: su compunción-. No creo que debas repetir los pasos de tu padre, no conmigo al menos.

(No hay problema, mientras haya tela para responder no hay problema!)

Lyuba se mordió el labio inferior con desesperación. No deseaba escuchar ninguna palabra mas de aquel ser. Los detestaba, le daba lo mismo si algunos pretendían ser diferentes. Para ella, los vampiros no poseían ninguna diferencia. Todos sedientes de sangre, en especial pura. Deseosos por matar al primero que se le cruzaba. Lyuba arqueó una ceja con seriedad, sin mostrarle ninguna sonrisa. No se merecía ni el mismo respeto de ella - No me digas. E escuchado mil veces esa frase.. - dijo llevando una de sus manos a la espalda, con lentitud. Allí tenía la navaja regalada por su padre. Estaba decidida en no dejarle vivir ni un día mas. No se merecía. No deseaba conocerle a fondo, no deseaba seguir hablando con aquel ser. Estaba nerviosa, uno de los dos iba a morir aquella misma noche.

Estaba consciente de que ellos se encontraban en un lugar público, pero la zona en la que estaba era algo alejada y la humanidad no estaba al tanto de lo que pasa entre ellos dos. Nadie podía salvar a aquel vampiro, solo sus fuerzas . Lyuba escuchaba con atención sus palabras, tal vez ella no era capaz de acabar con el pero al menos moriría en el intento . Se acerco con agilidad y la rapidez que se podía permitir, sacando la navaja afilada y colocándosela en el cuello - Tu no eres nadie para indicarme cual es mi destino - le dijo entre dientes, con odio , mirándole a los ojos en cada momento. Aferro el arma a su cuello sintiendo como su fragancia inundaba sus fosas nasales. Una fragancia fuerte, masculina mezclada con la sangre que seguramente había acabado por derramar - Yo e elegido este destino y también e elegido seguir los pasos de mi padre. Ya es demasiado tarde para echarme atrás - volvió a murmurar curvando la comisura de sus labios - ¿Tu último deseo?- pregunto con la sonrisa traviesa y el brillo aventurero que solía escapar a la joven.

De nueva cuenta tenía a Lyuba alterada frente a él, a nada de matarlo, sólo necesitaba un empujón y él decidió dárselo.

-Hazlo -le dijo cuando sintió la fría hoja de metal en su cuello igualmente helado, no sonó a reto, sonaba a permiso. Tal vez estaba tentando demasiado a su suerte, no planeaba morir ahí, en una plaza en París, quería morir en Rusia, a orillas del río Vóljov-, cumple tu destino -se lo estaba pidiendo, sabía que no lo haría aunque una pequeña parte de él tenía miedo, un movimiento y ahí mismo su inmortalidad se vería trunca. Un destino era eso porque alguien quería que se cumpliera, nada nos obligaba a hacerlo en realidad.

Tenía el rostro serio y los puños bien apretados, el rostro de la chica a escasos centímetros del suyo, era algo más baja que él así que agachaba la cabeza para poder tener sus ojos de frente. Sentía aquella cuchilla enterrarse un poco cada vez que tragaba saliva.

-¿Mi último deseo? -rió socarronamente, pero sin moverse demasiado-, no podrías cumplirlo, así que... supongo que tendremos que omitirlo -finalmente respondió.

Lyuba apretó la navaja con fuerzas. Luchaba , dentro de ella habían dos partes . Como el había notado , ella era bipolar. Vivía con dos personalidades, una buena y una mala, juguetona . En aquel momento, la que estaba dominando a la joven era la neutral. Estaba confundida, como tantas veces lo estaba en presencia del vampiro . Había una voz que le pedía a gritos cortarle la cabeza, otra la regañaba por tratar a un vampiro de aquella manera , desconociendo los limites de su poder. Crujió los dientes, furiosa porque estaba retándola. Era justo, le había llegado el turno por provocar . No podía hacerlo, no se sentía demasiado fuerte, no deseaba que las cosas fueran “tan regaladas” -¿Qué, Daniil? – pregunto en un susurro, pues ambos estaban mas cerca de lo debido, invadiendo el espacio mutuo . Arqueó una ceja mientras dibujada una sonrisa carismática - ¿ No me crees capaz? – volvió a preguntar clavando solo la punta afilada . Una parte de ella estaba preparada, pero su conciencia imploraba dejarle vivir mas, hasta que ella estuviese lo bastante fuerte como para afrontarse a monstruos como ellos.

Supongamos que era solo la costumbre por preguntar cual iba a ser su ultimo deseo. El vampiro tenía razón, no poseía poderes para ofrecerle cualquier deseo. Solo poderes que había aprendido en el campamento gitano de Rumania y también por donde había tenido que viajar – Soy una gitana, no lo olvides. Puedo hacer que tu deseo se cumpla mediante mis propios métodos .. – murmuro con cierta autosuficiencia. Tenia la cabeza alta, se sentía orgullosa manteniendo aquella navaja en la mano, amenazando a uno de sus enemigos. Aferró la navaja mientras acercaba su rostro sin nerviosismo alguno, rozando la punta de su nariz con la de Daniil – Entonces.¿cual es tu deseo? – pregunto en susurros suaves y aterciopelados, anclando sus ojos en el mar de Daniil.

Había una parte de él, el sentido común tal vez que le decía que había sido muy arriesgado retarla así, pero también algo más le decía que no lo iba a hacer, que él sembraba demasiadas preguntas en Lyuba y que no se iba a ir sin respuestas, sin estar seguro de tenerlas. Sabía que siendo como era, un vampiro con ese carácter solía ser cuestionado a menudo y no siempre sabía qué responder.

-Te creo capaz -asintió, de verdad la creía capaz, pero no esa noche, el movimiento provocó que la navaja se clavara un poco en su piel, aún no lograba herirlo, y el dolor era un concepto diferente para él que para los humanos, pero la sensación era inquietante.

Rió ante las declaraciones de Lyuba, estaba seguro que no sería capaz de cumplir su último deseo.

-Bien, veamos... -suspiró-, quiero morir en la ciudad que me vio nacer, ¿me llevarás hasta Rusia sólo para cumplir el capricho de matarme? -había usado la palabra "capricho" deliberadamente, para provocarla, para ver su reacción. Estaban muy cerca y su aroma le recordó el sabor de su sangre, pero se sobrepuso al instinto.

La miró fijamente por algunos segundos, la vio debatirse, era obvio que tenía una lucha interna y eso era lo que provocaba que él estuviera tan seguro que no lo mataría, si quisiera ya lo hubiera hecho. Sonrió y con un movimiento rápido, aprovechando sus habilidades como vampiro, la tomó de la mano que tenía el cuchillo e hizo que lo soltara, una vez en el suelo lo pateó para que quedara fuera de su alcance.

-Sólo te lo hice más fácil -le dijo-, porque no lo ibas a hacer y aún así te debatías.

-Dime... ¿qué me hace diferente a otros a quiénes matarías sin dudarlo -como ella, él tenía preguntas.

Sus palabras eran engañadoras, envenenadas tal cual el veneno de un reptil . El animal pecador , el animal que había hecho pecar a los primeros humanos que habían sido creados por el Creador . Maldecido por vagar sobre la tierra , arrastrándose por sus tentaciones y destinado a la muerte dolorosa. Todo había ocurrido rápido, Lyuba se había dejado llevar por aquella voz masculina y aterciopelada. Tal vez la atracción que sentía por aquel hombre era debido a sus condiciones de vida . Pero no solo sentía atracción por el físico si no también por su personalidad. ¿Aquello también era debido a que el hombre estaba destinado a la eternidad?. De un momento a otro sintió como su mano estaba obligada a soltar la navaja , ya que Daniil había hecho que soltara su única arma. Sin mas que hacer la soltó , furiosa por no poder hacer nada - Si, soy capaz de arrastrarte a Rusia medio muerto y donde tu deseas morir, allí te quitaré la vida – contesto decidida con la frente alta, aunque su rostro estaba tan cerca del vampiro que sintió un suave aroma de sangre .

Al verse sujetada de aquel hombre, ella no quiso echarse hacia atrás o mostrar debilidad ante el ser. Llevó la mano herida hacia su cuello, sin apretar . Ahora ambos estaban iguales. No había ganador alguno ante las reacciones que ambos parecían tener - ¿Y a ti que te importa si me debatía? . Me estas confundiendo querido Daniil . Solo voy a esperar, alégrate de las noches que te e regalado , vívelas al máximo porque muchas noches no te quedan. Te lo aseguro . Y, por supuesto es una segunda amenaza ..-le dijo deformando la expresión seria en una juguetona . Ni ella misma se creía las palabras que pocos segundos había dejado escapar. La situación se le iba de las manos. Lo que hacía aquel destino!. Si iba a saber que aquella noche se iba a encontrar con Daniil, olvidaría el arete y seguiría su camino a la carreta. Su siguiente pregunta hizo reflexionar lo que antes había hecho. Tantas oportunidades ofrecidas y ella las había gastado con facilidad. Ni ella misma sabia perfectamente y coherentemente porque no le había quitado la vida – Dímelo tu!- exclamó molesta – Por mas que le doy vueltas no lo entiendo, vuelvo de donde e comenzado cada vez que me enredo en las preguntas “¿Por qué no puedo matarlo?. ¿Qué tiene de especial que no pueda quitarle aquella vida tan pecadora?” – mientras hablaba su rostro se enfurecía cada vez mas por el echo de que ahora estaba cuestionada sobre sus actos - ¿Y tu?¿Que? ¿Por qué no me has matado en el muelle?.No me vengas con las excusas de que no matas por matar porque no me parecen para nada lógicas – le dijo apretando inconscientemente sus dedos alrededor del cuello del vampiro.

¿Por qué insistía?, sin embargo había algo en su lucha privada que la hacía fascinante, Lyuba era fascinante, mentalmente Daniil borró tales pensamientos, era una chica que lo quería matar, por qué se ponía a pensar en las hendiduras de aquella personalidad que se disparaba a los extremos. La imagen de ser arrastrado hasta Rusia lo atormentó un momento y luego se sintió prendado por el cuello, ella apretaba con fuerza aunque no la suficiente como para matarlo.

-Y me tomo tus amenazas muy en serio -le respondió con dificultad para hablar pues sentía la garganta obstruida, era verdad, esta chica había demostrado ser volátil y en cualquier momento podía de hecho matarlo.

Rió aún con dificultad para articular sonidos con la boca ante las preguntas de Lyuba, no lo sabía, le hubiese gustado tener respuestas pero no las tenía y no se las iba a inventar.

-Esa es mi respuesta, no mato por matar -no era su respuesta sólo ahora, era su filosofía-, además... no quiero que tú te unas a la lista de mis víctimas -confesó finalmente, no sabía por qué, hace mucho que ya hubiera podido deshacerse de la molesta gitana que juraba lo iba a matar, pero no lo hacía, y no tenía deseos de hacerlo.

-Tal vez... -sintió con el agarre se ceñía en su cuello -viste en mi un atisbo de humanidad, tal vez eso de inquieta, ¿cómo un vampiro puede tener humanidad? -eso era, despertaba preguntas en ella, había demostrado ser lista y no se iría sin sus respuestas aunque éstas las tuviera que estrujar de su cuello.

Lyuba lo soltó con cierta brutalidad en sus actos y con la expresión de estar oliendo algo malo . Estaba cansada de escuchar las mismas palabras provenientes de los labios del vampiro. No era ninguna niña para que el le contara historias - ¿Te gusta ir de chico bueno por allí , cierto Daniil?. ¿Así engañas a tus victimas no ? – preguntó zafándose de su brazo con brusquedad . Alejándose para observarle mejor, fulminándole con la mirada como si fuese una cucaracha. El timbre de voz que antes había empleado , había sido uno muy tranquilo, para sus sorpresa. Tal vez aquella situación también tenía algo de indiferencia por parte de la morena. No creía ninguna palabra del vampiro, y ella no iba a perder el tiempo en cuestionarle . No recibía ninguna respuesta concreta por su parte y eso la molestaba de sobremanera. Lyuba tenía problemas de autocontrol y allí mismo teníamos un buen ejemplo. La verdad dolía. Cuando las palabras del vampiro habían venido a su oído ella , dejándose llevar por las emociones, le golpeó una vez mas - ¿Cómo te atreves a hablar sobre humanidad cuando no la posees? – preguntó elevando la voz molesta.

Su rostro poseía mucho mas color que antes, tal vez por la furia que emanaba su cuerpo y la situación - Pretendes poseer humanidad – soltó con rapidez aquel comentario, agachándose para tomar la navaja de nuevo. Esta vez, sí, iba a dejar que el vampiro tuviera un gran recuerdo por su parte. Al menos unas heridas que seguramente iban a invadir la mente del vampiro. Con rapidez se acercó al vampiro , clavándole el cuchillo en el abdomen con fuerza . No sabía si su herida iba a cicatrizarse, si iba a vivir o morir. No sabía . Solo poseía una sonrisa arrogante en sus labios , los cuales se movían susurrando unas palabras – Esto …- dijo adentrando la navaja aun mas – no es nada comparado con lo que te e preparado – su voz parecía dominada por el mismo demonio escapado del infierno. ¿Esa era la noche en la que Lyuba se convertía en una asesina demente? - ¿Sientes dolor no? – pregunto una vez mas moviendo la navaja con el intento de hacerle perder sangre y también hacerle sufrir – Imagínate el dolor que sienten tus victimas. Es el mismo que tu sientes ahora, pero cien veces peor…- agregó en susurros sacando la navaja y empujando al vampiro . Miró la navaja y su mano, ambas estaban manchadas de sangre. Al principio la gitana creyó que se iba a desmayar , pero no lo hizo. Sus azules ojos observaban la navaja , arrepentida por su acto. ¿Qué la había determinado en hacer aquello?. ¿Qué fuerza sobrehumana y qué la había dominado ?.

Lyuba era tan intrigante, algo inestable que contrastaba con la armonía de su belleza, ruda pero delicada, eran esas contradicciones las que la hacían un hermoso acertijo. Daniil sintió sus movimientos bruscos y luego la bofetada. Tres veces ya esa mujer lo había golpeado y en ninguna él había hecho algo, ni para evitarlo ni para cobrarse.

-No te estoy mintiendo -dijo, refiriéndose a su carácter, ese era él, no se consideraba bueno, porque no lo era, porque había hecho cosas terribles en el pasado, porque como otras personas él tenía claroscuros y siendo estricto consigo mismo, creía que sus obscuros predominaban.

Iba a responder algo más cuando sintió la punzada de dolor en su abdomen, en shock miró la mano de Lyuba con el cuchillo y luego su rostro furioso que pretendía impartir aquella justicia absurda. Podía cobrarse todas las atrocidades que los vampiros cometían en el mundo con quien quisiera, pero él era el menos indicado, demasiado sensible para los suyos, demasiado preocupado por la vida humana. Tragó saliva cuando ella movió el cuchillo y luego se llevó la mano al abdomen cuando ella se alejó. Miró su mano manchada de sangre y de nuevo a la chica, con ojos abiertos como platos, sin saber qué demonios acababa de pasar.

Había olvidado lo que era el dolor, el dolor físico como ese. Trató de calcular la magnitud del daño, sabía que no sería mortal, no para él, pues cualquier otro ya hubiese caído muerto ahí mismo, supo también que por la profundidad tardaría en sanar pero lo haría, eran las ventajas de ser vampiro, y también pensó que a pesar de todo, debía curarse, pues era médico y ese era su reflejo ante una herida.

Dio un par de pasos hacía atrás con la mano manchada de sangre y la mirada fija en Lyuba.

-No vas a descansar hasta verme muerto, ¿cierto? -dijo a penas pues el dolor aún lo paralizaba-, me gustaría poder demostrarte que te equivocas conmigo.

En aquel momento , la gitana se sentía miserable. Miraba como la sangre acariciaba la hoja fina de la navaja , llegando a su mano y manchándola también de un color oscuro, diferente al de ella. Estaba en estado de shock, no entendía porque demonios había tenido que recurrir a tales gestos. Parpadeó un par de veces aun con la vista en la navaja y con la conciencia sucia. Dejó caer la navaja, mientras sus ojos seguían en unos puntos inexistentes. Llevó ambas manos a la cabeza, asustada por su reacción, su propia reacción. Su rostro estaba manchado de sangre, la sangre de un vampiro. Por un momento contempló sus manos, manchadas de sangre. Sintió como el mundo giraba a su alrededor , provocándole unos dolores de cabeza y arrebatándole el equilibrio . Su respiración estaba entrecortada, como si ella hubiera sido la victima del vampiro. Escuchó una voz tranquila, la que había sido como un golpe para hacerla volver a la realidad . En aquel momento, se estaba dando cuenta de que se había equivocado de vampiro. El le había demostrado aquello. En el muelle, cuando se alimentó de su brazo, había tenido la ocasión de matarla, pero no lo había echo . Y allí mismo, hubiera podido matarla , pero tampoco lo había echo . Sus palabras eran como unas flechas, envenenadas , provocando mucha mas culpa. Ensuciándola con facilidad , aun mas de lo que estaba. Algo tenia claro, que no iba a dormir unas cuantas noches a causa de sus impulsos.

Lyuba tardó unos segundos en reaccionar y en cuanto pudo dio unos pasos veloces hacía el vampiro, apretando con su mano la herida – Ven, siéntate.. – dijo ayudándole a sentarse y haciendo lo mismo. Estaba preocupada por aquello y deseaba arreglar el error que poco antes había cometido . Le quitó el abrigo con rapidez, sin pedirle permiso , desabrochándole la camisa hasta llegar a su piel, pálida y fría. Iba a tardar unos días en cicatrizarse si no tomaba sangre, en cambio si lo hacia en aquel momento su herida podía estar cicatrizada en cuestión de minutos. Lyuba colocó su mano sobre la herida, con el intento de prohibirle sangrar . Sus manos estaban mas heladas y temblaban , ya fuera por la sangre que acariciaba la palma de su mano o por lo que había hecho - Lo siento.. – susurro clavando sus ojos azules en el los ojos del moreno y sin mas lo abrazó, hundiendo su rostro en su cuello y permitiendo que sus ropas se mancharan también de sangre. Aquel momento iba a grabarlo en su mente para recordarlo el resto de su vida .” La primera noche que e abrazado a un vampiro diferente a los de su especia , sintiéndome arrepentida dejé que mis brazos rodearan su abdomen “. Sintió su piel fría pero no se quejó, no permitió que ninguna mueca de desagrado se dibujara en su rostro de porcelana. Su fragancia tan diferente y fuerte, masculina, le impedía hacer muecas , solo esconder su rostro para buscar aquel aroma. En aquel momento no sabía cual era la diferencia de la realidad y el sueño. Deberían pasar unos cuantos días para averiguar que la había dominado en aquel momento, porque era la primera vez que le había pasado algo semejante.


{Me e emocionado!:3}

Aún estaba congelado por el dolor, y por el impacto que ella finalmente se atreviera, aún sabiendo que una herida como esa no resultaría mortal para un vampiro. La vio acercarse, por un momento creyó que iba a terminar con lo que empezó sin embargo sintió su delicada mano sobre la herida y cómo lo conducía a la banca en la que había estado sentado hace algunos minutos. Estaba demasiado aturdido como para decir o hacer algo. Fue desprendido del abrigo y su camisa había sido desabotonada y pudo ver entonces la magnitud de aquello, la sangre que todo lo empapaba y el olor a hierro que se clavaba en sus fosas nasales. Pero lo que más acaparaba su atención en ese momento era Lyuba que estaba preocupada por él, arrepentida de su acto, que trataba de hacer parar la sangre sin mucho éxito, y luego lo había abrazado así sin más.

-Estaré bien -pudo articular, riendo en medio de una tos seca, causa del dolor, cuando ella hundió su cabeza en la curvatura de su cuello no pudo hacer otra cosa más que abrazarla también-, estaré bien, todo va a estar bien -le susurró muy quedo mientras acariciaba su cabello, más preocupado por tranquilizarla a ella que por su herida, ya vería cómo le haría para alimentarse y sanar a la brevedad.

Era extraño, el cambio en Lyuba era extraño y el hecho que hubiese tenido que pasar aquello para ver ese otro lado no era reconfortante, pero sí necesario.

[Ha estado genial (; ]

Sus palabras no tranquilizaban a Lyuba, estaba arrepentida y no sabia como arreglar lo sucedido. Tenía algo en mente, de nuevo exponía su sangre y su cuerpo a la perdición y a la misma muerte. No le importaba. Y no sabia porque estaba ayudando a uno de sus enemigos. Lo abrazó con mas fuerza, deseando que su dolor se esfumase en cuestión de segundos. De nuevo volvió a hablar, comunicando a la gitana que iba a estar bien. Ella suspiro levemente y se separó solo para mirarlo – Puedo ..ayudarte ..- murmuro avergonzada, aun sintiendo un color vivo en sus mejillas. Se estaba comportando de una manera infantil,no debía haberse quedado con aquel hombre cuando había tomado el arete. “Maldito sea el destino” pensó desviando la vista de sus ojos . ¿Pero..estábamos hablando de aquel destino? . Se mordió el labio inferior apartando su mano de la herida, estaba manchada de sangre . La sangre de un vampiro , si fuera otro seguramente se apartaría . Lo raro era que no se apartaba, se sentía..¿segura? al lado de aquel vampiro tan poco común.

Llevó ambas manos a su rostro , aunque estaban manchadas , no reprimió aquel deseo de sentir su rostro en sus suaves manos. ¿A que venía aquel deseo?. Tal vez la culpa que sentía por lo que ella misma había producido – Si te has contenido una vez..puedes hacerlo de nuevo – comentó refiriéndose a la manera en la que tenia que curarse. Ella iba a ofrecerle la sangre que el necesitaba, era la culpable y debía arreglar aquello por todos los medios. Se había dado cuenta de la tranquilidad y la perseverancia que se tomaba las cosas. Había sido insultado, golpeado y herido de una gitana y el ¿Qué había hecho? . Solo repetir que se estaba equivocando con el. Y así era. Se sentía culpable por no haber podido sostener o esconder su otro lado. Su personalidad bipolar había aparecido cuando fue torturada. ¿Ese era el comienzo de una loca?. Apoyó su frente en la de el , dejando escapar un leve suspiro. El olor a sangre y haber sentido aquella herida, la estaban mareando .