Je saigne encore [Petry Van Abel]

por **Candice Flamand** Vie Jun 03, 2011 10:57 am

Ni siquiera el más pesado silencio se comparaba con aquel paisaje. Ni la peor pesadilla, ni el más temido miedo. El cementerio se encontraba solitario, tenebroso, aterrador. Los árboles parecían no tener vida, al igual que las flores que había depositadas en algunas tumbas. No había colores, solo gamas de grises, negros y marrones. El ambiente olía raro: a soledad, tristeza y muerte.

Todo el escenario daba lugar a sentimientos negativos. Incluso el cielo, cubierto de nubes, las cuales no dejaban pasar un rayo de sol a pesar de ser pasado el mediodía. Sonrió, melancólicamente, al encontrarse allí, sola, pensando en si había hecho lo correcto. El sonido de las alas de los pájaros que rondaban por las ramas, hizo que se alarmase, mirando hacia aquella dirección, perseguida y sobresaltada.

Su mente era un caos, su corazón le pesaba. En sus pies, sentía plomos, no quería seguir avanzando, incluso sabiendo que no había nada allí para ella, no había respuestas ni verdades. Sin embargo, el mismo ambiente la hacían reflexionar. Quería deshacerse de la culpa, de la mentira, de la ceguera.

Su vestido negro, y su abrigo y tacos encajaban con todo el ambiente. Su pelo rojizo siguió el ritmo de la leve brisa. Se mordió los labios, nerviosa. El nudo en su garganta se hacía cada vez más grande. ¿Por qué? ¿Porqué había pasado eso? La había definido, al fin y al cabo. Lo había cambiado todo, todas sus esperanzas habían caído por ello.

Se sentó en un banco, algo alejado de las tumbas. Miró hacia los árboles, un pequeño bosque se levantaba frente a ella. Respiró profundo, evitando que las lágrimas inunden sus ojos, y por otro lado anhelando que lo hagan, pues necesitaba descargarse. Necesitaba la verdad, pero no quería verla, no quería aceptarla. Se limpió los ojos con las mangas. Debía mantenerse fuerte. Fue allí a despedirse y eso iba a hacer, ese era su cometido.

por **Petry Van Abel** Lun Jun 06, 2011 9:28 pm

Un pañuelo aparecio frente a la joven, junto a la banca Van se inclino un poco, le habia llamado la atencion la silueta trsite y solitaria de la chica, a su lado los dos perros identicos el uno al otro caminaban de cerca a el y miraban a la chica como si pudiesen entender su dolor.

- se encuentra bien señorita?- la voz de van era profunda, ellos visitaban el cementerio de vez en cuando solo para seguir la farsa de su vida, realmente nadie conocido descanzaba en aquel cementerio pero eso no queria decir que no entendieran el dolor de alguien que visitaba aquel lugar.

Ellos no confiaban en nadie pero aun asi... aun asi eran debiles ante las lagrimas de una dama- espero que no le importune mi intromision...-se disculpo un poco dandole el pañuelo y enderezandose como dandole su espacio, de los tres van era el mas prudente. Aun que no por ello falto de corazon.

por **Candice Flamand** Dom Jun 26, 2011 10:13 pm

De a poco, todo el escenario se iba desmoronando, cayéndose a pedazos, al igual que su ceguera y su corazón. La confusión seguía presente, inundándola y atrapándola aun más, dejándola completamente sola en la oscuridad de sus pensamientos.

Fue entonces cuando algo apareció delante de su campo de visión. Se sobresaltó al encontrarse con un joven a su lado. Lo miró a los ojos, confundida, sin entender cuando había aparecido. Se había enfrascado tanto en sus pensamientos que jamás lo oyó llegar. Él sostenía un pañuelo en la mano y se lo ofrecía amablemente. Candice se quedó completamente muda, dejando expuestas sus recientes lágrimas.

- Se encuentra bien señorita? - dijo una voz profunda y amable. Ella no respondió, ni siquiera se movió. Se percató de la vergüenza que estaba pasando, que un desconocido la viera así de destrozada. Aun así, agradeció su presencia. Dos perros le seguían fielmente a su lado. - Espero que no le importune mi intromision... - volvió a decir, entonces fue cuando la pelirroja reaccionó, negando levemente con la cabeza, y sonrojándose suavemente.

Tomó el pañuelo, con una sonrisa vergonzosa y se secó las lágrimas que habían escapado. Observó atentamente a los animales, sorprendida, y le tendió nuevamente el pañuelo a aquel extraño de ojos claros. Su apariencia daba indicios de ser extranjero, pero las apariencias engañan.

- Gracias. - Dijo en un murmullo, mirando en piso, y juntando sus manos nerviosamente.

Spoiler:

por **Petry Van Abel** Mar Jun 28, 2011 1:52 pm

Van le vio responder de forma positiva y se sentó a su lado, por extraño que fuese viniendo de su parte le sonrió y sus hermanos supieron que la niña le había conmovido un poco.

- no te avergüences, después de todo soy un extraño que tal vez no vuelvas ver en tu vida- con aquella sonrisa suave que a sus hermanos a veces asustaba- dime puedo ayudarte en algo?- echando su cuerpo al frente para poder observarla. Sus brazos se apoyaron sobre sus rodillas y sus ojos se centraron en ella.

Los perros que le acompañaban estaban sentados frente a ellos como observándolos, parecían un trió de acosadores y abel se lanzo sobre su hermano, Petry, para no sar impresiones extrañas.

Abel por su parte vio al par de idiotas que tenia por hermanos rodar por el suelo jalándose las orejas y simplemente negó un poco. Ojala al menos un ambiente de idiotez completa como aquel pudiese relajar a la chica.

-por cierto, no me eh presentado, Petry Van Abel, un placer conocerle- se presento no por educación, simplemente esperando que ella también le dijese su nombre, era extraño acercarse a uno joven cuando esta se encuentra en una llorando, sin duda no era la mejor forma de conocer gente, pero después de todo ellos no querían conocer gente verdad? Solo deseaban seguir la vida como la habían decidido.

Personas como aquella chica, que llamasen su atención eran pocas... pero pasaban, como el agua en un rio, siempre diferente, nunca en el mismo sitio. Y ellos...ellos simplemente veían pasar la vida, agradeciendo los beneficios que su situación les conllevaba.

por **Candice Flamand** Sáb Jul 09, 2011 11:11 pm

El extraño le ofreció ayuda, y Candice no hizo más que quedarse muda y paralizada. Ayuda... Si podía volver el tiempo atrás, o quizás matarla, eso le sería de mucha ayuda. Prefirió negar con la cabeza, mirando de reojo al muchacho, luego de pasar la mirada por las tumbas que tenía delante. No deseaba tener compañía en esos momentos, prefería el silencio para luchar y enfrentar su duelo, sin embargo, eso último creía que no podría hacerlo sola.

Los perros comenzaron a jugar entre ellos, revolcándose en el suelo, jalándose las orejas. Esa imagen tan divertida sacó una risa en ella, seguida de una triste sonrisa. Era un mal momento para conocer a alguien, sobretodo con su estado emocional, pero decidió dejar eso de lado, dejar sus penas, y mismo su duelo y el recuerdo de la muerte de su padre, para, por lo menos, poner una buena cara a aquel desconocido.

Él se presentó. Llevaba un nombre extraño, al cual ella no hizo acotación alguna; simplemente sonrió, dejando rastros de su desdicha en su expresión algo forzada. - Candice - se escucho en un susurro, perdido en el viento. Los ojos pasaban de los azules de Van, para fijarse en los perros que aun estaban jugando. - ¿Y ellos? - preguntó, con un poco de curiosidad. El nudo en su garganta no había desaparecido aun, y dudaba que lo hiciera en las próximas horas.

por **Petry Van Abel** Mar Jul 12, 2011 1:05 pm

Noto que la chica se sentía incomoda en su presencia y decidió que debería marcharse, no importa cuando quieras ayudar a alguien cuando no estar ahí seria la mejor ayuda que puedes dar…

Escucho su pregunta y le sonrió- mis perros… son algo…traviesos- dijo viéndoles con cierto cariño pues estos no estaban prestándole la mas mínima atención. Su mirada se poso un segundo en ella antes de volver la mirada a su persona y atreverse a acomodarle un mechón de pelo, la veía como una niña pequeña y desvalida…

-Creo que desea estar sola…- le sonrió “dulcemente” o lo mas dulce que podía llegar a ser van- debo marcharme, si llega a necesitar algo pregunte por mi en la joyería que se encuentra enfrente de la plaza principal, ahí podrán darle señas de mi- ofreció sin saber exactamente por que- no la importuno mas solo…- se detuvo un segundo antes de levantarse- recuerde esto, no hay dolor que dure cien años ni pena eterna, todo casa, tanto bueno como malo es solo un instante en la eternidad.

por **Candice Flamand** Miér Jul 13, 2011 5:00 pm

Sus palabras llegaron a sus oídos, y sintió un dolor en el pecho. Realmente, no quería, no debía... Sus sentimientos estaban mezclados, al igual que sus necesidades. No podía pensar con claridad, no lograba entender que era lo que le pasaba exactamente. - "Tanto bueno como malo es solo un instante en la eternidad." - se repitió en su mente. Pero en ese momento, las palabras eran solo palabras, y estas no lograban robarle el dolor que sentía.

Sus ojos tristes volvieron al muchacho, en busca de ayuda, de verdad, o simplemente de compañía. Se sentía patética estando tan vulnerable. Una sonrisa fugaz se presentó en sus labios como por arte de magia, y agachó la cabeza, sin saber que hacer. Él se estaba marchando y los dos perros lo seguían fielmente a su lado.

Entonces se levantó para tomarlo de las muñecas. - Espere - dijo, tímidamente. Miró hacia un costado, tratando de evitar sus ojos, nuevamente sin entenderse a ella misma. Un nudo en la garganta se hizo presente, pero esta vez por no saber que hacer, que decir, como actuar. - No... No se vaya. No deseo estar sola en este momento. - Soltó su muñeca, y volvió a sentarse, sin decir más nada. Su expresión era vacía y triste, su mente estaba nublada, y su cuerpo actuaba de forma extraña. Clavó la vista en el piso, sin pretender nada de él.

por **Petry Van Abel** Jue Jul 14, 2011 4:08 pm

Se detuvo al sentir como sostenía su muñeca y se giro extrañado...pero solo verla su rostro se suavizo y regreso donde sus pasos sentándose a su lado.

-siempre es mas facil desahogarse con un extraño...- le hablo con voz suave- quieres hablar? Si no, simplemente me quedare aqui- le sonrió sentándose a su lado y volviendo a tomar su mano esperando no estarce propasado.

Sus hermanos vieron a la chica y acomodaron sus cabezas en su regazo como diciéndole que no estaba sola. Ellos nunca habia sentido algun tipo de soledad con aquella intensidad pues siempre se habian tenido el uno al otro, pero eso no queria decir que fuesen insensibles a los sentimientos de los demas.

Posiblemente no pudiesen solucionar sus problemas pero al menos podian estar ahi...aminorar un poco la soledad...darle algo de calor... un hombro para llorar... oídos que la escuchasen.

Apenas pasados unos instantes abel jalo la oreja de petry y no tardaron en hacer payasadas frente a la chica... van se preguntaba si algun dia madurarían pero en ese momento si verlos haciendo tonterías ayudaba a la chica se daría por afortunado.

por **Candice Flamand** Mar Jul 19, 2011 6:52 pm

El nudo en la garganta apretaba más, provocando que los ojos se le llenasen de lágrimas. Sintió una cálida mano sobre la de ella, entendiendo que, finalmente, se quedaría un rato más. Aun no sabía que era lo que la había impulsado a hacer eso, sin embargo, no pudo resistirse. Fue un impulso, gritando ayuda desesperadamente.

Sintió la respiración caliente de los dos perros que le acompañaban, ahora con sus hocicos en su falda. Sonrió tristemente, incluso rió apenas, ante el comportamiento de ellos dos. Era increíble cómo se conectaban con la realidad, o incluso lo bien que entendían lo que pasaba a su alrededor.

Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo, y se avergonzó, limpiándoselas rápidamente con la manga de su abrigo. ¿Hablar? ¿De lo mucho que se arrepentía? ¿De no haber aprovechado el tiempo? ¿De haber escapado de la realidad por cobarde que era? No tenía sentido, e incluso sospechó que él creería que estaba loca, lo cual era lo único que le faltaba.

La realidad era cruda y cruel, le pegó en el momento menos esperado. Deseó no haber estado allí, deseó que nada de eso hubiese pasado. Pero desear era en vano. Debía mantener los pies sobre la tierra, de alguna manera. Quizás aquel muchacho le ayudaría a hacerlo.

Los perros comenzaron a jugar nuevamente. Candice los miró sobresaltada, pues no se lo esperaba. Nuevamente volvió a sonreír, incluso con las lágrimas que corrían por su rostro, sin saber como hacerlas desaparecer.

por **Petry Van Abel** Vie Jul 22, 2011 8:33 pm

Van se saco el abrigo y la puso sobre sus hombros, cubriéndola esperaba que pudiese sentir algo del calor que provenia de un cuerpo, un poco de calor humano que le reconfortara, pero mientras lo dejaba sobre sus hombros no pudo evitar que sus manos la rodearan y atraerla hacia si, suspiro pensando en lo poco acostumbrado que estaba a dar afecto, incluso a sus hermanos le era difícil demostrarles cariño.

-Disculpe mi atrevimiento- le hablo bajito mientras la atraía a su cuerpo y le hacia recostarce contra su pecho, sus hermanos le vieron extrañados pero no lo molestaron, al menos no lo harian de momento, no con la chica tan afectada frente a ellos- se que mis palabras no la consolara, se que nada de lo que diga podría aliviar esa pena que le esta consumiendo, pero al menos puedo darle algo de calor… y un hombro donde desahogarse… llore todo cuanto quiera, no me moveré de aquí a menos que me lo pida- hablo pasándole las manos por los cabellos, ella era joven, se pregunto si seria mayor o mas joven que ellos, no importaba cual fuese la situación, para el. Lo qu había en sus brazos era una niña desvalida… desprotegida y necesitada del apoyo que pudiese darle y estaba dispuesto a hacerlo.

El nunca había necesitado de algo asi, siempre había tenido a sus hermanos y por ello jamas había tenido que sentirse solo o desamparado. Daba gracias a ello y por ese dia... decidio que era tiempo de corresponder a la buena fortuna que la vida le había dado, al nacer con el privelegio de compartir un destino con aquel par de idiotas.

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