AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Adorable Confusión [Petry Van Abel]
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Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Se había esmerado en su presentación de hoy, ataviada con un precioso vestido de un rojo provocador y los rizos de su cabello perfectamente definidos, y es que de vez en cuando algún compromiso social la sacaba de la rutina. Le encantaba aprovechar aquellas horas en que podía merodear por la ciudad libremente, principalmente en las pocas en que las tiendas y restaurantes seguían abiertas. Solía preguntarse si aquello era debido a que era su horario normal o porque tenían conocimiento de ciertos seres, como ella, que solo podían acudir a ellas por las noches. En fin, aquello era una ventaja y no iba a pasarse en cada tienda a preguntar por las razones.
Esta vez había quedado con Celeste, en uno de los restaurantes del centro de París, y como de costumbre Carmmine había llegado prudentemente temprano, lo suficiente como para catar el lugar y no tener problemas con la mesa que ya había reservado su amiga. Sabía que escogería una mesa en el centro del lugar, cómo le gustaba llamarla atención, así que si no quería verse opacada tenía que estar perfectamente arreglada.
Entró al restaurant y le solicitó al anfitrión que la llevase a la mesa que ya estaba reservada para ellas. Este le ofreció algo de beber mientras esperaba pero Carmmine se negó amablemente, pues no sabía que la iban a dejar plantada… Debió haberlo previsto, pues era muy típico de ella.
Ya había pasado media hora y seguía ahí sentada, sola, tratando de mantener la compostura, ojala hubiese aceptado aquella copa… Miró fijamente a uno de los camareros para que notara que necesitaba algo, no tenía ganas siquiera de levantar la mano para llamarlo.
- Una copa de Pinot Noir, por favor – dijo seguido de un suspiro pues ya estaba bastante hastiada por la espera.
Vio alejarse al camarero mientras miraba alrededor en busca de algo interesante con que pasar el rato, pero desafortunadamente no había nada ni nadie por el momento. Finalmente el camarero venía de vuelta, demasiado de prisa, tanto que hubiese preferido que tardara.
- Gracias – le dijo con una sonrisa forzada – Puede dejar la botella –
Ya estaba comenzando a deprimirse, y no quería dar una mala impresión, porque la postal de una joven solitaria con una botella de vino en la mesa no era para nada agradable y terminaba dañándola en su poca vanidad.
Seguían pasando los minutos, llegando con ello la resignación, la habían dejado plantada, aun a sabiendas que estaría desperdiciando las pocas horas que podía pasar en el exterior. Iba a comenzar a enfadarse cuando vio a alguien que de lejos le pareció muy familiar. Quizás sería su boleto de salida del aburrimiento.
Esta vez había quedado con Celeste, en uno de los restaurantes del centro de París, y como de costumbre Carmmine había llegado prudentemente temprano, lo suficiente como para catar el lugar y no tener problemas con la mesa que ya había reservado su amiga. Sabía que escogería una mesa en el centro del lugar, cómo le gustaba llamarla atención, así que si no quería verse opacada tenía que estar perfectamente arreglada.
Entró al restaurant y le solicitó al anfitrión que la llevase a la mesa que ya estaba reservada para ellas. Este le ofreció algo de beber mientras esperaba pero Carmmine se negó amablemente, pues no sabía que la iban a dejar plantada… Debió haberlo previsto, pues era muy típico de ella.
Ya había pasado media hora y seguía ahí sentada, sola, tratando de mantener la compostura, ojala hubiese aceptado aquella copa… Miró fijamente a uno de los camareros para que notara que necesitaba algo, no tenía ganas siquiera de levantar la mano para llamarlo.
- Una copa de Pinot Noir, por favor – dijo seguido de un suspiro pues ya estaba bastante hastiada por la espera.
Vio alejarse al camarero mientras miraba alrededor en busca de algo interesante con que pasar el rato, pero desafortunadamente no había nada ni nadie por el momento. Finalmente el camarero venía de vuelta, demasiado de prisa, tanto que hubiese preferido que tardara.
- Gracias – le dijo con una sonrisa forzada – Puede dejar la botella –
Ya estaba comenzando a deprimirse, y no quería dar una mala impresión, porque la postal de una joven solitaria con una botella de vino en la mesa no era para nada agradable y terminaba dañándola en su poca vanidad.
Seguían pasando los minutos, llegando con ello la resignación, la habían dejado plantada, aun a sabiendas que estaría desperdiciando las pocas horas que podía pasar en el exterior. Iba a comenzar a enfadarse cuando vio a alguien que de lejos le pareció muy familiar. Quizás sería su boleto de salida del aburrimiento.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Abel entro al restaurante con la intención de ir a la zona de bar y tomarse una copa antes de volver a casa, era una de las noches en que le tocaba ser humano a el. Quiso contactar con sus hermanos pero su mente se bloqueo… sonrió, seguramente estaban dormidos ya, cuando van estaba en casa no importaba si estaba en forma de perro, las reglas se acataban y nadie cometía locuras o estupideces. Sin duda las mejores noches eran en las que van era humano. A pesar de tener visión compartida no había nada que pudiese hacer para detenerlos. Sonrió pensando en la seguramente cara de molestia que ponía su hermano en aquellos casos.
Pensaba en ello cuando algo le desconcertó, sentía la mirada de alguien sobre el y le extraño. Era consiente de que feo no era pero no solía ser el el que atrajese miradas insistentes. Normalmente era van quien lo hacia. El mayor de los hermanos tenia una presencia mas fuerte que la de ellos, incluso entre los tres cuando había luna llena era el quien mantenía el control y les mantenía a salvo alejándolos de la ciudad y de posibles victimas.
Busco aquella mirada insistente y la encontró en el centro del restaurante, provenía de una preciosa mujer…preciosa…en realidad las palabras que buscaban era hermosa… resaltaba con su piel pálida y el carmín en su cabello.. sus labios. Sonrió un poco y dejo el abrigo con el botones antes de avanzar hacia ella. Una juguetona sonrisa se dibujaba en sus labios mientras hablaba- puedo acompañarla señorita? O espera a alguien?- ladeando el rostro. De los tres Abel era el de las expresiones mas despreocupadas y relajadas. También el que tomaba la vida según venia y simplemente disfrutaba de rodearse de gente nueva. Precisamente por ello era el mas insensato y no se le ocurrió despertar a sus hermanos para saber si alguno de ellos, había alguna vez coincidido con la dama.
Pensaba en ello cuando algo le desconcertó, sentía la mirada de alguien sobre el y le extraño. Era consiente de que feo no era pero no solía ser el el que atrajese miradas insistentes. Normalmente era van quien lo hacia. El mayor de los hermanos tenia una presencia mas fuerte que la de ellos, incluso entre los tres cuando había luna llena era el quien mantenía el control y les mantenía a salvo alejándolos de la ciudad y de posibles victimas.
Busco aquella mirada insistente y la encontró en el centro del restaurante, provenía de una preciosa mujer…preciosa…en realidad las palabras que buscaban era hermosa… resaltaba con su piel pálida y el carmín en su cabello.. sus labios. Sonrió un poco y dejo el abrigo con el botones antes de avanzar hacia ella. Una juguetona sonrisa se dibujaba en sus labios mientras hablaba- puedo acompañarla señorita? O espera a alguien?- ladeando el rostro. De los tres Abel era el de las expresiones mas despreocupadas y relajadas. También el que tomaba la vida según venia y simplemente disfrutaba de rodearse de gente nueva. Precisamente por ello era el mas insensato y no se le ocurrió despertar a sus hermanos para saber si alguno de ellos, había alguna vez coincidido con la dama.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/04/2011
Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Finalmente la había visto, así que podía dejar de dar la noche por pérdida, y aunque terminasen hablando de aburridos negocios sería mejor su compañía a la de la botella de vino. Lo conocía por su negocio de la joyería, que es donde ella había puesto sus intereses cuando llegó a apoderarse de parte del dinero de su familia, aunque ellos mismos no lo supieran. Extrañamente él se había ganado su confianza con su seriedad. Si, seguramente terminarían hablando de negocios.
Lo observó acercársele con una sonrisa poco común para él, aunque probablemente fuese porque no era una ocasión tan formal, pero si se extrañó al oír que no la llamaba por su nombre, quizás estaba jugando. Entonces se lo seguiría.
- Por supuesto, Monsieur – dijo en el mejor francés que tenía, que no dejaba de tener su acento principalmente inglés, haciéndole un ademan para que se sentase – Y no, por lo visto ya faltaron a mi encuentro, así que le agradecería mucho la compañía –
Volvió a llevarse la copa a los labios, bebiendo apenas unas gotas del vino que parecieron perderse en sus labios antes de llegar más allá, hasta que se dio cuenta de que había otra copa vacía sobre la mesa. Ella misma tomó la botella y la llenó, algo un poco brusco ya que se esperaría que le pidiera a un camarero que lo hiciera.
- ¿Le gustaría una copa conmigo? – dijo tendiéndole la copa – Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerle la noble compañía –
No sabía que se traía ¿Tan rápido se había olvidado de ella? No, alguien tan precavido y serio como él no caería en un descuido como ese. Así que la única conclusión a la que pudo llegar era a que estaba jugando a fingir que apenas se conocían. Aquello podría ser divertido puesto que solo se habían visto antes para cuestiones que distaban mucho de ser realmente agradables.
Hasta el momento nunca lo había mirado a los ojos porque no estaba interesada de él de aquella forma, pero parecía cambiado, y esa sonrisa un poco infantil, muy similar a las que se le solían escapaban a ella cuando estaba entusiasmada, le indicaba que había gran parte de él que aún no conocía.
Lo observó acercársele con una sonrisa poco común para él, aunque probablemente fuese porque no era una ocasión tan formal, pero si se extrañó al oír que no la llamaba por su nombre, quizás estaba jugando. Entonces se lo seguiría.
- Por supuesto, Monsieur – dijo en el mejor francés que tenía, que no dejaba de tener su acento principalmente inglés, haciéndole un ademan para que se sentase – Y no, por lo visto ya faltaron a mi encuentro, así que le agradecería mucho la compañía –
Volvió a llevarse la copa a los labios, bebiendo apenas unas gotas del vino que parecieron perderse en sus labios antes de llegar más allá, hasta que se dio cuenta de que había otra copa vacía sobre la mesa. Ella misma tomó la botella y la llenó, algo un poco brusco ya que se esperaría que le pidiera a un camarero que lo hiciera.
- ¿Le gustaría una copa conmigo? – dijo tendiéndole la copa – Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerle la noble compañía –
No sabía que se traía ¿Tan rápido se había olvidado de ella? No, alguien tan precavido y serio como él no caería en un descuido como ese. Así que la única conclusión a la que pudo llegar era a que estaba jugando a fingir que apenas se conocían. Aquello podría ser divertido puesto que solo se habían visto antes para cuestiones que distaban mucho de ser realmente agradables.
Hasta el momento nunca lo había mirado a los ojos porque no estaba interesada de él de aquella forma, pero parecía cambiado, y esa sonrisa un poco infantil, muy similar a las que se le solían escapaban a ella cuando estaba entusiasmada, le indicaba que había gran parte de él que aún no conocía.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Noto que la chica se mostraba bastante abierta a su presencia y sonrió encantado sentándose en la mesa.
-Soy yo el que se siente horrado en la compañía de tan bella dama- sonrió juguetón mientras aceptaba la copa- como es posible que se encuentre aquí sola? Dígame a quien debe el mundo semejante ultraje?- ladeando el rostro con simpatía. A diferencia de petry que era un coqueto insinuante, a el era solo juguetón le gustaba dar halagos sin pensarlo, era especialmente débil con las mujeres hermosas de apariencia despampanante como aquella pelirroja.
Consiente de sus debilidades lo más sensato seria ser prudente en cuanto divisara una belleza como aquella pero si algo le faltaba a Abel era prudencia y esa noche no era la excepción. Bastaba ver como se encantaba viendo aquel rosto bello o como sus ojos se perdían por ratos contemplando sus risos para darse cuenta de que cual niño que contempla un juguete deseado. Abel estaba embelesado con la hermosa dama frente a el.
Van en casa era completamente ajeno a la estupidez que estaba cometiendo su hermano, de otra forma seria imposible que todo aquello sucediera. Petry y van como mayores estaban constantemente sobre Abel. Pero en días como aquellos…simplemente la suerte no estaba de su lado.
-Soy yo el que se siente horrado en la compañía de tan bella dama- sonrió juguetón mientras aceptaba la copa- como es posible que se encuentre aquí sola? Dígame a quien debe el mundo semejante ultraje?- ladeando el rostro con simpatía. A diferencia de petry que era un coqueto insinuante, a el era solo juguetón le gustaba dar halagos sin pensarlo, era especialmente débil con las mujeres hermosas de apariencia despampanante como aquella pelirroja.
Consiente de sus debilidades lo más sensato seria ser prudente en cuanto divisara una belleza como aquella pero si algo le faltaba a Abel era prudencia y esa noche no era la excepción. Bastaba ver como se encantaba viendo aquel rosto bello o como sus ojos se perdían por ratos contemplando sus risos para darse cuenta de que cual niño que contempla un juguete deseado. Abel estaba embelesado con la hermosa dama frente a el.
Van en casa era completamente ajeno a la estupidez que estaba cometiendo su hermano, de otra forma seria imposible que todo aquello sucediera. Petry y van como mayores estaban constantemente sobre Abel. Pero en días como aquellos…simplemente la suerte no estaba de su lado.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
No pudo evitar sonrojarse ante aquel coqueteo que casi rayaba en el descaro, jamás se hubiese imaginado que alguien que parecía tan centrado y serio como él tuviese un lado como el que en estos momentos estaba mostrando. Al parecer no acabaría de sorprenderse esta noche.
- Solo una amiga – dijo con una sonrisa que denotaba su nerviosismo – Pero está exagerando, no creo que sea para tanto ¿Nunca lo han dejado esperando de esta manera? –
Y era que ella había sido la causante de varios retrasos en restaurantes y teatros, pero valía la pena, ya que toda esa preparación constituía en sí misma una especie de ritual. Aunque en esta ocasión, lo que pensaba sería una competencia por ver quien llamaría más la atención, acabó siendo, involuntariamente, una carrera en solitario que terminó atrayendo a un par de orbes azules.
En las reuniones que había tenido antes con él, su vista no pasaba de los papeles y la tinta que los manchaba, una que otra mirada de reojo y nada más. Pero esta vez, y sin tener nada más que desviara su atención se fue directo a esos claros ojos casi celestes, pensó en que quizás aquello le dificultara estar bajo el sol durante mucho tiempo, y menos en los días de verano, pero así, él tenía la oportunidad de estar al bajo los rayos del caprichoso sol.
Dio un largo suspiro para tratar de pensar en algo que le bajara el tenue rubor de las mejillas, sería capaz de mirar el techo y comentar sobre lo bello de las molduras de las paredes, con tal de encontrar algo que decir. Temía que si se quedaba en silencio dejaría en evidencia su nerviosismo y su improvisado acompañante terminaría aburriéndose.
- Agradezco la coincidencia que lo trajo hasta aquí, señor Van Abel – dijo pronunciando su apellido por primera vez durante la velada – Pero no creo que haya venido aquí para encontrarse conmigo –
Quizás con aquella pregunta que hizo entre líneas conseguiría dilucidar cuánto duraría el encuentro y las intenciones de este, aunque secretamente esperaba que la palabra negocios no se pronunciara siquiera durante esta noche.
- Solo una amiga – dijo con una sonrisa que denotaba su nerviosismo – Pero está exagerando, no creo que sea para tanto ¿Nunca lo han dejado esperando de esta manera? –
Y era que ella había sido la causante de varios retrasos en restaurantes y teatros, pero valía la pena, ya que toda esa preparación constituía en sí misma una especie de ritual. Aunque en esta ocasión, lo que pensaba sería una competencia por ver quien llamaría más la atención, acabó siendo, involuntariamente, una carrera en solitario que terminó atrayendo a un par de orbes azules.
En las reuniones que había tenido antes con él, su vista no pasaba de los papeles y la tinta que los manchaba, una que otra mirada de reojo y nada más. Pero esta vez, y sin tener nada más que desviara su atención se fue directo a esos claros ojos casi celestes, pensó en que quizás aquello le dificultara estar bajo el sol durante mucho tiempo, y menos en los días de verano, pero así, él tenía la oportunidad de estar al bajo los rayos del caprichoso sol.
Dio un largo suspiro para tratar de pensar en algo que le bajara el tenue rubor de las mejillas, sería capaz de mirar el techo y comentar sobre lo bello de las molduras de las paredes, con tal de encontrar algo que decir. Temía que si se quedaba en silencio dejaría en evidencia su nerviosismo y su improvisado acompañante terminaría aburriéndose.
- Agradezco la coincidencia que lo trajo hasta aquí, señor Van Abel – dijo pronunciando su apellido por primera vez durante la velada – Pero no creo que haya venido aquí para encontrarse conmigo –
Quizás con aquella pregunta que hizo entre líneas conseguiría dilucidar cuánto duraría el encuentro y las intenciones de este, aunque secretamente esperaba que la palabra negocios no se pronunciara siquiera durante esta noche.
- Spoiler:
- Les pido disculpas por haber tardado tanto, pero estaba en ausencia y luego con el portátil averiado. Ya no tardaré en las siguientes respuestas, y en cuanto me alivie un poco de mis pendientes me pondré a trabajar en el avatar y la firma.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Abel sonrió- no nunca- conteo sin pensarlo después reflexionando en que no era el en esos momentos... de igual manera no recordaba que a “petry Van Abel” le hubiesen dejado esperando en algún momento- disculpe si eso sono extraño- soltó con una risita divertida y algo tonta, había diversión en vez de vergüenza ya que solo habia dicho la verdad mas allá del egocentrismo.
En cuanto escucho su apellido las señales de alarma saltaron en su cabeza y la sorpresa se vio reflejada apenas unos segundos antes de que la cordura volviese a el y se encogiera simplemente de hombros- solo pasaba por aquí y recordé que no había comido, a veces puedo perderme tanto en otras cosas que omito lo importante... por ejemplo... le habia dicho lo bellos que me parecen sus ojos?- realmente lo pensaba pero mas que por alago estaba tanteando el terreno... a quien conocía la joven? A Petry? A Van?... una mujer como ella que aun le hablaba en buenos terminos seguramente habia conocido a van... maldición su hermano le iba a asesinar cuando descubriese que habia estado hablando con una de sus conocidas... segun su hermano el siempre le metia en problemas...
“van...van despierta!!!” intentando comunicarce con su hermano por aquel lazo tan extraño que compartian “van!!!!”
“abel?... que...que diablos? Es tu noche no? Que quieres?”
“creo...creo que me encontre con una conocida tuya... ve atravez de mis ojos y mirala...”
No supo si su hermano le habia hecho caso, el le estabaja dejando ver a la joven frente a el pero no sabia si su hermano estaba atendiendo a las imagenes.
“la señorita Von mission? Abel espero que no hallas hecho ninguna tonteria, es una cliente importante!”
“importante?”- se burlo aun en el pensamiento- “por que por que es bella?”
“por que a diferencia de ti tiene cerebro idiota”
“hare como que no escuche eso”
“hazlo, voy para allá, donde estas? Nos cambiaremos en el baño o en alguna habitación cercana”
“estoy en un hotel pero no voy a dejar que me cambies van, es mi noche!”
“te cederé una miá así que deja de lloriquear y dime de una maldita vez donde están y abel... no hagas tonterías”
Abel termino diciéndole donde se encontraban y su atención volvió a la joven frente a el.
-cada vez que me dirijo a usted noto conmoción en usted...le molesta mi comportamiento? Lamento si la eh ofendido- se disculpo intentando ir tomando la actitud de van poco a poco... que el cambio no fuese notorio...Aquello solía pasar mucho al principio aunque en los últimos meses prácticamente lo tenían todo controlado... era una lastima que mujer tan bella estuviese prohibida.
En cuanto escucho su apellido las señales de alarma saltaron en su cabeza y la sorpresa se vio reflejada apenas unos segundos antes de que la cordura volviese a el y se encogiera simplemente de hombros- solo pasaba por aquí y recordé que no había comido, a veces puedo perderme tanto en otras cosas que omito lo importante... por ejemplo... le habia dicho lo bellos que me parecen sus ojos?- realmente lo pensaba pero mas que por alago estaba tanteando el terreno... a quien conocía la joven? A Petry? A Van?... una mujer como ella que aun le hablaba en buenos terminos seguramente habia conocido a van... maldición su hermano le iba a asesinar cuando descubriese que habia estado hablando con una de sus conocidas... segun su hermano el siempre le metia en problemas...
“van...van despierta!!!” intentando comunicarce con su hermano por aquel lazo tan extraño que compartian “van!!!!”
“abel?... que...que diablos? Es tu noche no? Que quieres?”
“creo...creo que me encontre con una conocida tuya... ve atravez de mis ojos y mirala...”
No supo si su hermano le habia hecho caso, el le estabaja dejando ver a la joven frente a el pero no sabia si su hermano estaba atendiendo a las imagenes.
“la señorita Von mission? Abel espero que no hallas hecho ninguna tonteria, es una cliente importante!”
“importante?”- se burlo aun en el pensamiento- “por que por que es bella?”
“por que a diferencia de ti tiene cerebro idiota”
“hare como que no escuche eso”
“hazlo, voy para allá, donde estas? Nos cambiaremos en el baño o en alguna habitación cercana”
“estoy en un hotel pero no voy a dejar que me cambies van, es mi noche!”
“te cederé una miá así que deja de lloriquear y dime de una maldita vez donde están y abel... no hagas tonterías”
Abel termino diciéndole donde se encontraban y su atención volvió a la joven frente a el.
-cada vez que me dirijo a usted noto conmoción en usted...le molesta mi comportamiento? Lamento si la eh ofendido- se disculpo intentando ir tomando la actitud de van poco a poco... que el cambio no fuese notorio...Aquello solía pasar mucho al principio aunque en los últimos meses prácticamente lo tenían todo controlado... era una lastima que mujer tan bella estuviese prohibida.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Sonrió divertida al oír que nunca lo habían dejado esperando, no es que lo esperase de todos modos, pero pensó que una persona tan puntual como él no habría esperado tanto como ella lo había hecho con Celeste, por suerte no era así, pensó, de lo contrario no habría tenido la oportunidad de encontrárselo de nuevo, en un escenario diferente.
- No se preocupe, tiene usted suerte por ello, aunque cuando una mujer tarda tanto el resultado tiende a valer la pena – dijo con una sonrisa – Quizás deberíamos llamar al camarero – dijo señalando al hombre que convenientemente estaba mirándola en esos momentos, para cambiar un poco el tema.
Trató de obviar aquel comentario que el señor Van Abel había hecho, pero no pudo sino volver a sonrojarse, sabía que sus ojos salían llamar la atención por su particular brillo, aunque casi nunca se atrevieran a decírselo. Sin duda le agradaba bastante esta faceta tan galante que estaba mostrándole esta vez, tanto como para sacarle más de una sonrisa, abriendo poco a poco esa seriedad que casi siempre ponía como barrera ante la mayoría de la gente.
- No debería usted desgastarse en halagos, Monsieur Van Abel – dijo en el mejor francés que tenía, pues todos aquellos años en Inglaterra hacían hecho mella en su acento alemán – Considerando su posición, seguramente habrán muchas damas interesadas en usted, aún más merecedoras de tales halagos – dijo con un tono que rozaba la resignación.
De pronto notó como su semblante se volvía un poco más al del hombre que conoció en el contexto de negocios, tal vez por ese pequeño atisbo de preocupación que vio en sus ojos, pensó que quizás había sido porque aquella actitud galante le restaría seriedad. Así que suspiró, oficialmente resignada.
- No se preocupe, no me molesta en absoluto, es solo que me pareció un poco inusual dado lo que he visto en usted anteriormente – dijo revolviendo el contenido de la copa mientras le hacía un ademan al camarero para que se acercara a ellos – Hablando de ello ¿Qué tal va el pequeño pedido que le hice hace unas semanas? – dijo desinteresadamente, quizás aquel seductor juego había acabado, así que había que ponerle el punto final.
Por lo que sabía, la joyería y las telas eran los rubros a los que él se dedicaba, en lo primero era en lo que Carmmine había puesto sus ojos con especial atención. Y es que sabía que Taylor, el dueño de las joyerías Taylor en Inglaterra, no se arriesgaría con aquellos pequeños encargos que provocarían cierto revuelo, especialmente porque se consideraban en un limbo legal. No es que el asunto estuviese viciado por lo ilícito, pero hasta ella sabía que aquellas joyas con historia deberían estar en las sus respectivas familias o bien en exhibiéndose en museos, y aunque no fuese ilegal su compra se veía un poco reprochable socialmente tranzarlas.
- No se preocupe, tiene usted suerte por ello, aunque cuando una mujer tarda tanto el resultado tiende a valer la pena – dijo con una sonrisa – Quizás deberíamos llamar al camarero – dijo señalando al hombre que convenientemente estaba mirándola en esos momentos, para cambiar un poco el tema.
Trató de obviar aquel comentario que el señor Van Abel había hecho, pero no pudo sino volver a sonrojarse, sabía que sus ojos salían llamar la atención por su particular brillo, aunque casi nunca se atrevieran a decírselo. Sin duda le agradaba bastante esta faceta tan galante que estaba mostrándole esta vez, tanto como para sacarle más de una sonrisa, abriendo poco a poco esa seriedad que casi siempre ponía como barrera ante la mayoría de la gente.
- No debería usted desgastarse en halagos, Monsieur Van Abel – dijo en el mejor francés que tenía, pues todos aquellos años en Inglaterra hacían hecho mella en su acento alemán – Considerando su posición, seguramente habrán muchas damas interesadas en usted, aún más merecedoras de tales halagos – dijo con un tono que rozaba la resignación.
De pronto notó como su semblante se volvía un poco más al del hombre que conoció en el contexto de negocios, tal vez por ese pequeño atisbo de preocupación que vio en sus ojos, pensó que quizás había sido porque aquella actitud galante le restaría seriedad. Así que suspiró, oficialmente resignada.
- No se preocupe, no me molesta en absoluto, es solo que me pareció un poco inusual dado lo que he visto en usted anteriormente – dijo revolviendo el contenido de la copa mientras le hacía un ademan al camarero para que se acercara a ellos – Hablando de ello ¿Qué tal va el pequeño pedido que le hice hace unas semanas? – dijo desinteresadamente, quizás aquel seductor juego había acabado, así que había que ponerle el punto final.
Por lo que sabía, la joyería y las telas eran los rubros a los que él se dedicaba, en lo primero era en lo que Carmmine había puesto sus ojos con especial atención. Y es que sabía que Taylor, el dueño de las joyerías Taylor en Inglaterra, no se arriesgaría con aquellos pequeños encargos que provocarían cierto revuelo, especialmente porque se consideraban en un limbo legal. No es que el asunto estuviese viciado por lo ilícito, pero hasta ella sabía que aquellas joyas con historia deberían estar en las sus respectivas familias o bien en exhibiéndose en museos, y aunque no fuese ilegal su compra se veía un poco reprochable socialmente tranzarlas.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Se dijo que el nunca había tenido que esperar por una mujer por que no tenia citas como aquellas, el único que tenia aquella clase de citas personales era van y siempre eran de negocios, el solo iba por ahí encontrándose a la gente y petry… bueno el si que tenia citas pero eran mas bien… algo mas privadas. Si merecía la pena o no esperar el retraso de una mujer no estaba entre su conocimiento y desde luego tampoco es que hubiese tenido que esperar en el restaurante, de salir con una chica no era lo mas apropiado ir a buscarla a su casa y escoltarle hasta el lugar de la cita? Bien como ya había mencionado… había cosas que estaban fuera del alcance de su comprendimiento.
Sonrio divertido cuando menciono sus halagos y sus labios volvieron a ladearse en una encantadora sonrisa- en estos momentos no lo creo, después de todo la hermosa dama que me hace el honor de acompañarme y de iluminar mi noche con el brillo de sus ojos es usted- sonrio y al instante noto que se había dejado llevar de nuevo y carraspeo un poco sonriendo algo mas como van, mas discreto, tranquilo y sin el coqueteo en sus facciones- pero no quiero incomodarla- escucho su pregunta y aunque intento localizar a van este estaba demasiado ocupado intentando llegar lo antes posible al restaurante como para prestarle atención a sus pensamientos.
-por que no hablamos de negocios terminada la cena?- sonrio usando su propio encanto pues la salida que van hubiese usado no era una salida, simplemente hubiese contestado a la pregunta de la joven enfrascándose en una conversación meramente de negocios. Conversación que el no podía tener, su funcio en el negocio era completamente distinta.
Despues de hacer fortuna pertenecías a una clase en la que trabajar no les era necesario pero a el le encantaba hacer lo que hacia igual que petry y van se encargaba de sacarle provecho a sus jovis y entretener el tiempo también. Le gustaba hacer negocios y había descubierto que las joyas duplicaban rápidamente su fortuna, eran raros los clientes que van trataba en persona pero… aquella chica debía ser o un cliente muy importante o alguien muy interesante para van… la primera opción no le daba tanta curiosidad como la segunda pero era difícil preguntar cuando se suponía el mismo era Van- digame… me ah parecido que reaccionaba extrañada a mi hace unos instantes- improviso- que imagen tiene de mi?- cuando van llegase iba a asesinarlo pero valía la pena.
Sonrio divertido cuando menciono sus halagos y sus labios volvieron a ladearse en una encantadora sonrisa- en estos momentos no lo creo, después de todo la hermosa dama que me hace el honor de acompañarme y de iluminar mi noche con el brillo de sus ojos es usted- sonrio y al instante noto que se había dejado llevar de nuevo y carraspeo un poco sonriendo algo mas como van, mas discreto, tranquilo y sin el coqueteo en sus facciones- pero no quiero incomodarla- escucho su pregunta y aunque intento localizar a van este estaba demasiado ocupado intentando llegar lo antes posible al restaurante como para prestarle atención a sus pensamientos.
-por que no hablamos de negocios terminada la cena?- sonrio usando su propio encanto pues la salida que van hubiese usado no era una salida, simplemente hubiese contestado a la pregunta de la joven enfrascándose en una conversación meramente de negocios. Conversación que el no podía tener, su funcio en el negocio era completamente distinta.
Despues de hacer fortuna pertenecías a una clase en la que trabajar no les era necesario pero a el le encantaba hacer lo que hacia igual que petry y van se encargaba de sacarle provecho a sus jovis y entretener el tiempo también. Le gustaba hacer negocios y había descubierto que las joyas duplicaban rápidamente su fortuna, eran raros los clientes que van trataba en persona pero… aquella chica debía ser o un cliente muy importante o alguien muy interesante para van… la primera opción no le daba tanta curiosidad como la segunda pero era difícil preguntar cuando se suponía el mismo era Van- digame… me ah parecido que reaccionaba extrañada a mi hace unos instantes- improviso- que imagen tiene de mi?- cuando van llegase iba a asesinarlo pero valía la pena.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
No supo que decir luego de aquellos nuevos halagos, aunque no sabía bien si lo eran pues el hecho de que se estuviesen haciendo compañía mutuamente era un hecho y no adorno para describir. Pero de todos modos, parecía más lo primero, lo que hizo extrañarse un poco debido al semblante serio que había regresado cuando le pregunto si dichos halagos la incomodaban. Así que no pudo evitar esbozar una ladina sonrisa, pensando en que de un momento a otro podría volver a ser el hombre serio y centrado que ella conocía. Y la verdad, es que de tener que elegir uno de esos estados, habría preferido dar la vuelta y escaparse, antes que responder.
- No me incomoda, de verdad – dijo con una encantadora sonrisa, para darle a entender ya con su expresión aquello que el señor Van Abel no quiso aceptar de sus palabras – Y tiene usted razón, no quisiera incomodarlo yo hablando de aquellos temas, así que le ruego disculpe mi curiosidad y mis ansias – dijo llevándose sin pensar un par de dedos a los labios, mientras buscaba al camarero al que le había hecho un ademan para que se acercase.
Bueno, no importaba tanto después de todo, pues al menos ella, no tenía prisa. Aquella pregunta posterior la descolocó completamente, tanto como para llegar a preocuparse más en buscar una excusa para no responder, que en buscar una respuesta. Y es que su mente que solía anteponer la lógica imparcial, la mayor parte del tiempo, esta vez no podría usar aquel recurso ante una pregunta tan repentina y a la vez extraña.
¿Qué imagen tenía de él? Se preguntó a sí misma un par de veces, hasta caer en el recuerdo de la primera vez que cruzó palabras con él. Recordó como sus caracteres habían colisionado al ser tan similares en su seriedad, tanto que pareció más una partida de ajedrez que una conversación, eso hasta que aquellas cordiales sonrisas rompían el mutismo en que la dejaba entre sus explicaciones respecto a los negocios. Y extrañamente le generó una confianza muy particular, tan fuerte como para no pedirle a uno de sus albaceas que hiciera la habitual investigación que encargaba antes de comenzar a tratar temas comerciales…
Había hecho una pausa demasiado larga, se había perdido recordando, y ahora se vería forzada a responder, por lo que se enfadó con ella misma, tratando obviamente de ocultárselo a acompañante.
- Es una pregunta muy curiosa, señor Van Abel – dijo tratando de dilatar la respuesta al menos unos segundos más – Pero supongo que me fascinó aquella seriedad que mostraba en las ocasiones anteriores, y el hecho de que no llegase a ser frío por ello, sino que al contrario, pero debo admitir que es agradable conocer esta faceta suya más distendida – dijo mientras jugaba con su anillo, girándolo en su lugar, siendo quizás un signo de un poco de vergüenza – Pero dígame ¿Qué imagen tiene usted de mí? Creo que es justo que pregunte lo mismo – le sonrió ampliamente mientras se retiraba uno de sus rizos rebeldes que se habían escapado a su rostro.
- No me incomoda, de verdad – dijo con una encantadora sonrisa, para darle a entender ya con su expresión aquello que el señor Van Abel no quiso aceptar de sus palabras – Y tiene usted razón, no quisiera incomodarlo yo hablando de aquellos temas, así que le ruego disculpe mi curiosidad y mis ansias – dijo llevándose sin pensar un par de dedos a los labios, mientras buscaba al camarero al que le había hecho un ademan para que se acercase.
Bueno, no importaba tanto después de todo, pues al menos ella, no tenía prisa. Aquella pregunta posterior la descolocó completamente, tanto como para llegar a preocuparse más en buscar una excusa para no responder, que en buscar una respuesta. Y es que su mente que solía anteponer la lógica imparcial, la mayor parte del tiempo, esta vez no podría usar aquel recurso ante una pregunta tan repentina y a la vez extraña.
¿Qué imagen tenía de él? Se preguntó a sí misma un par de veces, hasta caer en el recuerdo de la primera vez que cruzó palabras con él. Recordó como sus caracteres habían colisionado al ser tan similares en su seriedad, tanto que pareció más una partida de ajedrez que una conversación, eso hasta que aquellas cordiales sonrisas rompían el mutismo en que la dejaba entre sus explicaciones respecto a los negocios. Y extrañamente le generó una confianza muy particular, tan fuerte como para no pedirle a uno de sus albaceas que hiciera la habitual investigación que encargaba antes de comenzar a tratar temas comerciales…
Había hecho una pausa demasiado larga, se había perdido recordando, y ahora se vería forzada a responder, por lo que se enfadó con ella misma, tratando obviamente de ocultárselo a acompañante.
- Es una pregunta muy curiosa, señor Van Abel – dijo tratando de dilatar la respuesta al menos unos segundos más – Pero supongo que me fascinó aquella seriedad que mostraba en las ocasiones anteriores, y el hecho de que no llegase a ser frío por ello, sino que al contrario, pero debo admitir que es agradable conocer esta faceta suya más distendida – dijo mientras jugaba con su anillo, girándolo en su lugar, siendo quizás un signo de un poco de vergüenza – Pero dígame ¿Qué imagen tiene usted de mí? Creo que es justo que pregunte lo mismo – le sonrió ampliamente mientras se retiraba uno de sus rizos rebeldes que se habían escapado a su rostro.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
La sonrisa se dibujo natural en sus labios antes de responder pero nada mas intentarlo la voz de su hermano resonó tan fuerte en su cabeza que le hizo llevarse una mano a ella por la mera inercia pues sabia que hacerlo no calmaría el punzón que su hermano le había provocado.
“que diablos estas haciendo? Tengo negocios con ella, no te quiero haciendo tu
espectáculo de conquistador ahí”
“vamos solo hago platica cordial”
“ni tu ni petry hacen nunca platica cordial, es por eso que soy yo quien trata con la gente. Logre meterme hasta el baño, ven aquí, debemos cambiar”
-me disculpa un momento?-sonrió apenado levantándose de la mesa y yendo al baño antes de que van se molestase de verdad, aunque que culpa tenia el de haber coincidido con la chica en aquel lugar? Suspiro mientras entraba al baño, viendo que no había nadie puso el pestillo a la puerta-Van estas aquí?- pregunto y le vio salir desnudo de, no supo ni de donde- sabes? Esto nunca dejara de ser extraño- aunque su hermano solo le miro de mala manera.
-cállate y dame tu ropa- Abel pensó en mil posibles comentarios que decir en esos momentos pero sabia que su hermano no estaba para bromas asi que simplemente comenzó a sacarse la ropa pasándosela para que el otro comenzare a vestirse.
-oye es muy hermosa- dijo como si nada mientras el saco y la camisa dejaban su cuerpo y van los oba tomando esperando que terminara para poder vestirse el.
-y tu y petry seguirán metiéndose en problemas si no saben donde poner sus ojos- viéndole como si fuese a atravesarle en cualquier momento.
-perdón perdón- se burlo su hermano completamente convencido de que la chica le interesaba aunque… bueno… el y petry Vivian en la esperanza. Si van llegase a fijarse en alguna mujer de forma especial tal vez se volviese algo mas… comprensivo en cuanto a sus escapadas…
Van termino de vestirse y Abel se transformo en perro frente a sus ojos marchándose, por su parte van se acomodo el pelo y salió del baño acomodándose el corbatín, por suerte la dama era muy llamativa, por que de otra forma le hubiese costado encontrar la mesa. Camino hacia ella y aunque ligeramente, su andar era diferente… mientras Abel tenia cierta soltura y desenfado, van poseía una elegancia y fluidez en sus movimientos que le distinguía.
-disculpe el inconveniente- le sonrió sin la travesura característica de Abel pero con el deje de sensualidad de Van.
“ella pregunto que pensabas de ella recuerdas?” le molesto su hermano en su mente y van disimulo perfectamente las ganas de golpear a su hermano por no dejarlo en paz.
-me preguntaba… que pensaba de usted verdad?- se encogió de hombros sutilmente- cuando hablamos de los puntos de vista de los demás siempre eh creído que hay que tomarles en cuenta, pues dado el ambiente que nos rodea lo que piensan los demás puede o abrirnos o cerrarnos puertas, sin embargo. El que vive pensando en complacer a su entorno se pierde a si mismo en una tonta búsqueda de un ser que no existe, en un espejismo que los demás han creado de nosotros. La primera vez que la vi entrar por la puerta de la joyería, supe que no había mejor combinación de ambas necesidades frente a mis ojos hasta ese momento. Tiene una belleza que encanta, una presencia apasionada y unos ojos fieros que me dicen que no puedo tocarle. Es usted aun, la mujer hermosa que vi entrar aquel día, la decidida que no se deja dominar y la inteligente- sonrió con diversión y algo de fingida derrota- que sabe como aprovechar esos ojos que queman y esos labios que embelesan, para hacerme bajar la guardia, posee una imagen que nos hace creer que intenta complacernos cuando la verdad, es que nos tiene en la palma de la mano- y aunque sus palabras parecían halagos sus ojos decían que no lo eran, eran casi un juguetón reproche, como quien mira el mar y embelesado reclama tal belleza.
“que diablos estas haciendo? Tengo negocios con ella, no te quiero haciendo tu
espectáculo de conquistador ahí”
“vamos solo hago platica cordial”
“ni tu ni petry hacen nunca platica cordial, es por eso que soy yo quien trata con la gente. Logre meterme hasta el baño, ven aquí, debemos cambiar”
-me disculpa un momento?-sonrió apenado levantándose de la mesa y yendo al baño antes de que van se molestase de verdad, aunque que culpa tenia el de haber coincidido con la chica en aquel lugar? Suspiro mientras entraba al baño, viendo que no había nadie puso el pestillo a la puerta-Van estas aquí?- pregunto y le vio salir desnudo de, no supo ni de donde- sabes? Esto nunca dejara de ser extraño- aunque su hermano solo le miro de mala manera.
-cállate y dame tu ropa- Abel pensó en mil posibles comentarios que decir en esos momentos pero sabia que su hermano no estaba para bromas asi que simplemente comenzó a sacarse la ropa pasándosela para que el otro comenzare a vestirse.
-oye es muy hermosa- dijo como si nada mientras el saco y la camisa dejaban su cuerpo y van los oba tomando esperando que terminara para poder vestirse el.
-y tu y petry seguirán metiéndose en problemas si no saben donde poner sus ojos- viéndole como si fuese a atravesarle en cualquier momento.
-perdón perdón- se burlo su hermano completamente convencido de que la chica le interesaba aunque… bueno… el y petry Vivian en la esperanza. Si van llegase a fijarse en alguna mujer de forma especial tal vez se volviese algo mas… comprensivo en cuanto a sus escapadas…
Van termino de vestirse y Abel se transformo en perro frente a sus ojos marchándose, por su parte van se acomodo el pelo y salió del baño acomodándose el corbatín, por suerte la dama era muy llamativa, por que de otra forma le hubiese costado encontrar la mesa. Camino hacia ella y aunque ligeramente, su andar era diferente… mientras Abel tenia cierta soltura y desenfado, van poseía una elegancia y fluidez en sus movimientos que le distinguía.
-disculpe el inconveniente- le sonrió sin la travesura característica de Abel pero con el deje de sensualidad de Van.
“ella pregunto que pensabas de ella recuerdas?” le molesto su hermano en su mente y van disimulo perfectamente las ganas de golpear a su hermano por no dejarlo en paz.
-me preguntaba… que pensaba de usted verdad?- se encogió de hombros sutilmente- cuando hablamos de los puntos de vista de los demás siempre eh creído que hay que tomarles en cuenta, pues dado el ambiente que nos rodea lo que piensan los demás puede o abrirnos o cerrarnos puertas, sin embargo. El que vive pensando en complacer a su entorno se pierde a si mismo en una tonta búsqueda de un ser que no existe, en un espejismo que los demás han creado de nosotros. La primera vez que la vi entrar por la puerta de la joyería, supe que no había mejor combinación de ambas necesidades frente a mis ojos hasta ese momento. Tiene una belleza que encanta, una presencia apasionada y unos ojos fieros que me dicen que no puedo tocarle. Es usted aun, la mujer hermosa que vi entrar aquel día, la decidida que no se deja dominar y la inteligente- sonrió con diversión y algo de fingida derrota- que sabe como aprovechar esos ojos que queman y esos labios que embelesan, para hacerme bajar la guardia, posee una imagen que nos hace creer que intenta complacernos cuando la verdad, es que nos tiene en la palma de la mano- y aunque sus palabras parecían halagos sus ojos decían que no lo eran, eran casi un juguetón reproche, como quien mira el mar y embelesado reclama tal belleza.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Lo único que pudo hacer fue asentir con una sonrisa mientras lo veía alejarse, pensando en si le había molestado su respuesta o si dijo algo que no debía. Por suerte no habían platos en la mesa en ese momento de lo contrario hubiese metido la cabeza en uno de ellos queriendo esconder lo avergonzada que estaba por dicha respuesta y además por haber pensado que con ella le había incomodado. Bueno, no sabría nada hasta que él volviese, entonces se disculparía como una niña pequeña que había hecho algo realmente malo, pero que en realidad a un adulto no le hubiese importado tanto.
¿Cuánto habría tardado? Pensando en aquellas estupideces no se había dado cuenta, solo cuando sintió su aroma, aunque algo diferente, cruzar por el pasillo levantó de nuevo la cabeza. ¿Qué le estaba pasando? Es como si ella misma estuviese saboteándose para quedar en ridículo frente a él. Así que volvió a poner la espalda recta y se alisó el vestido, algo nerviosa pues aún quedaba una respuesta pendiente.
Lo vio encogerse de hombros cuando comenzaba a responderle, secretamente se esperaba una respuesta corta y fácil de corresponder, pero a pesar de estar un poco acostumbrada a esas miradas que trataban de coquetear con ella, pero esta vez era diferente y nada la hubiese preparado para desensibilizarla ante esa respuesta tan… poética.
No sabía si era así como la verían los demás, o él mismo señor Van Abel, pero era sin duda diferente a la idea que tenía de ella misma ¿Pero que iba a hacer? ¿Decirle que esa imagen era fingida? Trataba de aparentar fuerza e independencia donde no la había, más cuando se trataba de negocios, y era que no le gustaba que la viesen de aquel modo y la tratasen diferente, siendo más condescendientes con ella.
Pero esta vez estaba bajando la guardia, ¿Acaso se había sonrojado de más? Trató buscar alguna superficie que reflejase su rostro pero no pudo encontrar nada, aunque era algo tonto, pues podía sentir el calor en su mejilla.
- Creo que exagera – dijo llevando por fin una mano a su mejilla para sentir lo acalorada que estaba – Me siento un poco tonta de mi respuesta en comparación a la suya – dijo bajando la mirada-
Le hizo un ademan al camarero de antes para que se acercara, debía distraerlo con algo antes de acabar diciendo más tonterías que cambiarían esa imagen que tenía de ella. Suspiró aliviada al ver que esta vez se dignaba a venir, y volvió a levantar el rostro para tratar de sonreírle.
- Lamento haberle interrumpido la cena – dijo cuando vio al camarero al lado de la mesa – Creo que me la saltaré para pedir el postre – dijo solo para arrepentirse de haber escogido tan pésimas palabras, que podrían fácilmente ser malinterpretadas – Quizás un trozo de tartaleta de frutas – le pidió al camarero mientras esperaba que su acompañante pidiese su cena.
¿Cuánto habría tardado? Pensando en aquellas estupideces no se había dado cuenta, solo cuando sintió su aroma, aunque algo diferente, cruzar por el pasillo levantó de nuevo la cabeza. ¿Qué le estaba pasando? Es como si ella misma estuviese saboteándose para quedar en ridículo frente a él. Así que volvió a poner la espalda recta y se alisó el vestido, algo nerviosa pues aún quedaba una respuesta pendiente.
Lo vio encogerse de hombros cuando comenzaba a responderle, secretamente se esperaba una respuesta corta y fácil de corresponder, pero a pesar de estar un poco acostumbrada a esas miradas que trataban de coquetear con ella, pero esta vez era diferente y nada la hubiese preparado para desensibilizarla ante esa respuesta tan… poética.
No sabía si era así como la verían los demás, o él mismo señor Van Abel, pero era sin duda diferente a la idea que tenía de ella misma ¿Pero que iba a hacer? ¿Decirle que esa imagen era fingida? Trataba de aparentar fuerza e independencia donde no la había, más cuando se trataba de negocios, y era que no le gustaba que la viesen de aquel modo y la tratasen diferente, siendo más condescendientes con ella.
Pero esta vez estaba bajando la guardia, ¿Acaso se había sonrojado de más? Trató buscar alguna superficie que reflejase su rostro pero no pudo encontrar nada, aunque era algo tonto, pues podía sentir el calor en su mejilla.
- Creo que exagera – dijo llevando por fin una mano a su mejilla para sentir lo acalorada que estaba – Me siento un poco tonta de mi respuesta en comparación a la suya – dijo bajando la mirada-
Le hizo un ademan al camarero de antes para que se acercara, debía distraerlo con algo antes de acabar diciendo más tonterías que cambiarían esa imagen que tenía de ella. Suspiró aliviada al ver que esta vez se dignaba a venir, y volvió a levantar el rostro para tratar de sonreírle.
- Lamento haberle interrumpido la cena – dijo cuando vio al camarero al lado de la mesa – Creo que me la saltaré para pedir el postre – dijo solo para arrepentirse de haber escogido tan pésimas palabras, que podrían fácilmente ser malinterpretadas – Quizás un trozo de tartaleta de frutas – le pidió al camarero mientras esperaba que su acompañante pidiese su cena.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
La vio ponerse nerviosa, no recordaba haberla visto así antes… maldijo para sus adentros, la mujer frente a el le agradaba y era de las pocas con quien tenia una relación… agradable, pero parecía que nuevamente su adorado hermano le había echado a perder una buena relación… ahora ella se notaba incomoda en su presencia, Abel era juguetón y a la mayoría solía agradarles, pero después de conocerlo a el probablemente la actitud coqueta de su hermano le había resultado incomoda… o tal vez no, no seria la primera vez que una mujer después de conocer a alguno de sus hermanos se decepcionase al encontrarse con el, el no era juguetón como Abel ni atrevido e insinuante como petry, el solo era el de la cabeza fría, el que se ocupaba de los negocios y las finanzas.
- lo mismo para mi por favor- le indico al camarero con una sonrisa segura y la expresión orgullosa, van tenia una presencia muy distinta a la de Abel, mientras abel era desenfadado la postura de van era naturalmente recta, respetuosa y desprendía una fuerza que no tenia la presencia de Abel- lamento si mi respuesta fue mas de lo que esperaba escuchar, le pido disculpas- dijo despacio mientras inclinaba ligeramente la cabeza en señal de disculpa.
Las personas a su alrededor estaban en sus propias conversaciones, en sus propios asuntos pero ellos sin duda llamaban la atención, cierto era que tenia belleza pero por sobre todo, sus cabellos, rojo como el fuego rubio como el sol mesclados en la misma mesa, a van le había gustado aquello en la chica desde el momento mismo en el que la había visto, resaltaba, su cabello rojo le daba fuerza a su imagen, se sintió ligeramente decepcionado por la clara intención de la chica de alejarse pronto de el… pero al mismo tiempo un ligero alivio le sobrevino, entre menos tiempo fuera de los negocios pasaran justos, menor era la probabilidad de que la relación se arruinara, de echar a perderlo todo. Consiente de que sus palabras no habían sido adecuadas decidió callar, les fue traído el postre y van le dedico una sonrisa segura antes de comenzar a comer. Con los modales entrañados en su ser, comió despacio, con propiedad aunque en su mente las ideas revoloteaban sin cesar- En verdad...lamento…- dijo finalmente dejando el postre unos segundos para levantar la mirada a ella- si mis palabras le fueron incomodas, no era mi intención my lady.
- lo mismo para mi por favor- le indico al camarero con una sonrisa segura y la expresión orgullosa, van tenia una presencia muy distinta a la de Abel, mientras abel era desenfadado la postura de van era naturalmente recta, respetuosa y desprendía una fuerza que no tenia la presencia de Abel- lamento si mi respuesta fue mas de lo que esperaba escuchar, le pido disculpas- dijo despacio mientras inclinaba ligeramente la cabeza en señal de disculpa.
Las personas a su alrededor estaban en sus propias conversaciones, en sus propios asuntos pero ellos sin duda llamaban la atención, cierto era que tenia belleza pero por sobre todo, sus cabellos, rojo como el fuego rubio como el sol mesclados en la misma mesa, a van le había gustado aquello en la chica desde el momento mismo en el que la había visto, resaltaba, su cabello rojo le daba fuerza a su imagen, se sintió ligeramente decepcionado por la clara intención de la chica de alejarse pronto de el… pero al mismo tiempo un ligero alivio le sobrevino, entre menos tiempo fuera de los negocios pasaran justos, menor era la probabilidad de que la relación se arruinara, de echar a perderlo todo. Consiente de que sus palabras no habían sido adecuadas decidió callar, les fue traído el postre y van le dedico una sonrisa segura antes de comenzar a comer. Con los modales entrañados en su ser, comió despacio, con propiedad aunque en su mente las ideas revoloteaban sin cesar- En verdad...lamento…- dijo finalmente dejando el postre unos segundos para levantar la mirada a ella- si mis palabras le fueron incomodas, no era mi intención my lady.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
¿Un pastel? ¿Qué clase de cena era? Había sido su culpa en primer lugar, no debió haber pedido a aquello a sabiendas de que su acompañante aún no había cenado de forma adecuada. Era una noche, pero con errores por montón, definitivamente algo la sacaba de su concentración habitual y de esa seria cubierta de siempre. Así que simplemente se regañó a si misma cuando le escuchó pedir lo mismo que ella, tanto que ni siquiera fue capaz de mirarlo a la cara hasta que escuchó su voz nuevamente, pero esta vez para disculparse. Ahora si estaba confundida y avergonzada…
Deseaba que las palabras salieran, tranquilamente, para hacerle saber que si bien su respuesta sí había sido más de lo que ella se había esperado, no la molestaba, pero la hacía sentirse… extraña. Tendría que hacérselo saber de una forma más o menos coherente, pero nuevamente esos momentos en que se quedó en silencio le pasaron la cuenta, ya que cuando se decidió a hablar el camarero volvía con las tartaletas.
De nuevo el silencio, mientras lo observaba comer, iba a comenzar a sentirse incomoda por culpa de ella misma… Ahora estaba ¿Frustrada? Sí, era lo más cercano a lo que sentía ahora, apenas había tenido contacto con sus ojos desde que lo escuchó disculparse por primera vez, y ahora que nuevamente volvía a ver sus orbes, era acompañado de nuevas disculpas…
- Por favor…- dijo sin atreverse a levantar la mirada de su trozo de tarta – No es nada de eso… - susurró apenas, avergonzada – Es solo que… no estoy acostumbrada a palabras como esas –
“De personas como usted” acabó la frase para ella misma, sabía que esa respuesta no iba a ayudar mucho, pero era lo único que sus cuerdas vocales consiguieron armar. No sabía que lo hacía diferente a sus otros conocidos, aunque tal vez fuese más que eso, pero solo lo conocía en ambientes restrictivos de negocios, fuera de eso no sabía absolutamente nada…
¿Qué tal si cambiaban eso? Picaba la tarta, haciéndola casi un puré, como si aquello fuese a remediar el silencio y a darle luces de una respuesta que cargara con todo lo que quería decirle, lo que necesitaba decirle.
- Lamento que le haya dado la impresión de que estaba incomoda – dijo tratando de esbozar una leve sonrisa – Pero es un poco extraño tratar con usted en un entorno diferente, aunque no por ello malo, será que se añora un poco la seguridad de las cosas que ya conocemos –
Suspiró cuando acabó la frase, no es que tuviese miedo, pero le gustaba la forma de ser de aquel hombre con el que se podía sentar a discutir de negocios, apasionado en cada idea y proyecto, por eso la había sorprendido la forma en que se comportó cuando la reconoció y le ofreció su compañía. Ahora ya había dicho todo, o eso pensó.
Deseaba que las palabras salieran, tranquilamente, para hacerle saber que si bien su respuesta sí había sido más de lo que ella se había esperado, no la molestaba, pero la hacía sentirse… extraña. Tendría que hacérselo saber de una forma más o menos coherente, pero nuevamente esos momentos en que se quedó en silencio le pasaron la cuenta, ya que cuando se decidió a hablar el camarero volvía con las tartaletas.
De nuevo el silencio, mientras lo observaba comer, iba a comenzar a sentirse incomoda por culpa de ella misma… Ahora estaba ¿Frustrada? Sí, era lo más cercano a lo que sentía ahora, apenas había tenido contacto con sus ojos desde que lo escuchó disculparse por primera vez, y ahora que nuevamente volvía a ver sus orbes, era acompañado de nuevas disculpas…
- Por favor…- dijo sin atreverse a levantar la mirada de su trozo de tarta – No es nada de eso… - susurró apenas, avergonzada – Es solo que… no estoy acostumbrada a palabras como esas –
“De personas como usted” acabó la frase para ella misma, sabía que esa respuesta no iba a ayudar mucho, pero era lo único que sus cuerdas vocales consiguieron armar. No sabía que lo hacía diferente a sus otros conocidos, aunque tal vez fuese más que eso, pero solo lo conocía en ambientes restrictivos de negocios, fuera de eso no sabía absolutamente nada…
¿Qué tal si cambiaban eso? Picaba la tarta, haciéndola casi un puré, como si aquello fuese a remediar el silencio y a darle luces de una respuesta que cargara con todo lo que quería decirle, lo que necesitaba decirle.
- Lamento que le haya dado la impresión de que estaba incomoda – dijo tratando de esbozar una leve sonrisa – Pero es un poco extraño tratar con usted en un entorno diferente, aunque no por ello malo, será que se añora un poco la seguridad de las cosas que ya conocemos –
Suspiró cuando acabó la frase, no es que tuviese miedo, pero le gustaba la forma de ser de aquel hombre con el que se podía sentar a discutir de negocios, apasionado en cada idea y proyecto, por eso la había sorprendido la forma en que se comportó cuando la reconoció y le ofreció su compañía. Ahora ya había dicho todo, o eso pensó.
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Le sonrió intentando darle seguridad- descuide, esta bien, es difícil encontrarse fuera de una zona de seguridad, de cualquier forma, no tenia apetito- iba a sonreirle, pero al darse cuenta e que estaba siendo familiar de nuevo simplemente se llevo un puño a los labios aclarándose la garganta- termine su bocado , todo esta bien.
No sabia que mas decir, solo debían terminar de comer, tal vez intercambiar un par de palabras y le llevaría afuera, acompañarla a su casa tal vez, solo esperaba no haber ido demasiado lejos como para haberla perdido como cliente, sintió que se le retorcía el estomago, iba a golpear a su adorado hermano- no la eh visto últimamente - comento intentando comenzar una conversación segura- aunque tampoco eh estado supervisando los pedidos de forma personal últimamente, la sucursal cumplirá dos años en parís pronto, pase a verme, le tendremos un bonito presente, es una buena clienta.
La sonrisa que se dibuja en su rostro sabia era profesional y se felicito por ello, debía calmar las cosas ahí, su hermano había roto la relación profesional que tenían y el parecía no haber ayudado mucho con su aparición lo mejor que podía hacer era intentar arreglarlo.
No sabia que mas decir, solo debían terminar de comer, tal vez intercambiar un par de palabras y le llevaría afuera, acompañarla a su casa tal vez, solo esperaba no haber ido demasiado lejos como para haberla perdido como cliente, sintió que se le retorcía el estomago, iba a golpear a su adorado hermano- no la eh visto últimamente - comento intentando comenzar una conversación segura- aunque tampoco eh estado supervisando los pedidos de forma personal últimamente, la sucursal cumplirá dos años en parís pronto, pase a verme, le tendremos un bonito presente, es una buena clienta.
La sonrisa que se dibuja en su rostro sabia era profesional y se felicito por ello, debía calmar las cosas ahí, su hermano había roto la relación profesional que tenían y el parecía no haber ayudado mucho con su aparición lo mejor que podía hacer era intentar arreglarlo.
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
¿Qué esperaba que fuese a suceder ahora? Sentía que con cada palabra esas barreras entre negocios y relaciones personales iban creciendo hasta hacerse casi insalvables. ¿En qué momento había dejado de verlo solo como eso, una mera relación de negocios? Y si bien, su vida social en París no era tan activa, no sentía necesitar nada en ese sentido, o eso creyó sentir.
Bajó la mirada, posando la vista en lo que ahora no era más que un puré de tartaleta de fruta, desde que se sentó no tenía presupuestado comer, y el hecho de no llevarse bocado alguno a la boca la hacía parecer desanimada, aunque en parte así se sentía. No era una persona caprichosa, y creyó que no sería apropiado abusar de su compañía, arruinando aún más lo que para ella había sido una velada llena de errores perfectamente evitables.
- Sí, he estado algo ausente, ahora que tengo una residencia estable me absorbe el trabajo en ella – se excusó, porque obviamente no podía habitar en un lugar convencional ya que podía ser algo peligroso, razón por la que tenía que adecuarlo personalmente, sin mencionar que era la primera vez que tenía la libertad de perder su tiempo en nimiedades como escoger muebles y los colores de las cortinas – Y encantada iré, porque además debo buscar unas telas para tapizar algunos muebles, pero a cambio tendrá que venir usted a visitarme –
Algo de la seguridad debió volverle al cuerpo, porque un amago de sonrisa se esbozó en sus labios cuando acabó de hablar, aunque en parte de regañó por haber vuelto a hablar en parte de negocios, ya que habían quedado de no hablar de ese tema hasta acabada la cena, aunque técnicamente esta apenas consistiera en un trozo de tarta.
- Disculpe – dijo ladeando levemente la cabeza – Me hizo prometer que no hablaríamos de negocios sino acabada la cena, y yo comienzo a hablar de más sin querer – dijo mientras convertía ese amago en una sonrisa más apreciable, y se quitaba uno de esos rizos rebeldes del rostro.
Bajó la mirada, posando la vista en lo que ahora no era más que un puré de tartaleta de fruta, desde que se sentó no tenía presupuestado comer, y el hecho de no llevarse bocado alguno a la boca la hacía parecer desanimada, aunque en parte así se sentía. No era una persona caprichosa, y creyó que no sería apropiado abusar de su compañía, arruinando aún más lo que para ella había sido una velada llena de errores perfectamente evitables.
- Sí, he estado algo ausente, ahora que tengo una residencia estable me absorbe el trabajo en ella – se excusó, porque obviamente no podía habitar en un lugar convencional ya que podía ser algo peligroso, razón por la que tenía que adecuarlo personalmente, sin mencionar que era la primera vez que tenía la libertad de perder su tiempo en nimiedades como escoger muebles y los colores de las cortinas – Y encantada iré, porque además debo buscar unas telas para tapizar algunos muebles, pero a cambio tendrá que venir usted a visitarme –
Algo de la seguridad debió volverle al cuerpo, porque un amago de sonrisa se esbozó en sus labios cuando acabó de hablar, aunque en parte de regañó por haber vuelto a hablar en parte de negocios, ya que habían quedado de no hablar de ese tema hasta acabada la cena, aunque técnicamente esta apenas consistiera en un trozo de tarta.
- Disculpe – dijo ladeando levemente la cabeza – Me hizo prometer que no hablaríamos de negocios sino acabada la cena, y yo comienzo a hablar de más sin querer – dijo mientras convertía ese amago en una sonrisa más apreciable, y se quitaba uno de esos rizos rebeldes del rostro.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Asintió a lo que decía simplemente indicando que la escucha... ella pedía que la visitara... no estaba seguro de que tan buena idea podía ser aquello, abel seguramente abría aceptado sin siquiera pensarlo, suspiro para sus adentros, sus hermanos eran demasiado libre a pesar de su condición, a veces le preocupaban de mas... pero volviendo a la mujer frente a el... visitarla... no parecía una buena idea, ellos tenían una buena relación de negocios y ella le agradaba, una visita simplemente lo arruinaría- eso se llama chantaje my lady- brome un poco, llevando un bocado a sus labios, ella no estaba comiendo, lo había notado hacia unos instantes... no sabia si se debía a la incomodidad o si simplemente no tenia hambre... supuso que era lo primero, de otra forma para que pedirlo?, escucho sus disculpas y nego haciendo moviendo una de sus manos en el aire ligeramente, como apartando las ideas frente a si- descuide, los negocios es la razón de conocernos, por que no hablar de ellos? creo que es un tema que nos interesa, de cualquier modo, hablar de negocios con usted es como hablar del clima o de si le gusta el rojo... parece natural, hay quienes hablan de estrellas por que no hablar de negocios? me estoy contradiciendo, pero...- sus labios se curvaron ligeramente, en una media sonrisa, lo mas que van mostraba-parece correcto ahora que lo pienso.
Sin decir mas se llevo un bocado mas a la boca, despacio y sin prisas, no las tenia cuando ella apenas y había probado lo suyo- eh de suponer que no tiene apetito?- pregunto finalmente- deberíamos pedir una copa? tal vez esta cansada, desea que le acompañe a su coche?- ya que venían por separado seguramente tendría ya como regresar, así que no quiso agobiarla ofreciéndose a escoltarla a su casa.
Un camarero se acerco preguntando si no deseaban nada mas y ven miro a la chica esperando que fuese ella quien respondiese a la pregunta, repentinamente noto que estaba dejando que ella decidiera cuanto tiempo les quedaba juntos y eso le recordó a abel... tendría que disculparse con el, el tiempo que estaba tomando ahora era de el... y sin embargo se lo estaba robando, ya se lo repondría después, al menos era abel. Petry no abría dejado de refunfuñar en su cabeza.
Sin decir mas se llevo un bocado mas a la boca, despacio y sin prisas, no las tenia cuando ella apenas y había probado lo suyo- eh de suponer que no tiene apetito?- pregunto finalmente- deberíamos pedir una copa? tal vez esta cansada, desea que le acompañe a su coche?- ya que venían por separado seguramente tendría ya como regresar, así que no quiso agobiarla ofreciéndose a escoltarla a su casa.
Un camarero se acerco preguntando si no deseaban nada mas y ven miro a la chica esperando que fuese ella quien respondiese a la pregunta, repentinamente noto que estaba dejando que ella decidiera cuanto tiempo les quedaba juntos y eso le recordó a abel... tendría que disculparse con el, el tiempo que estaba tomando ahora era de el... y sin embargo se lo estaba robando, ya se lo repondría después, al menos era abel. Petry no abría dejado de refunfuñar en su cabeza.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
¿Chantaje? No pudo evitar sonreír más ante esa curiosa afirmación que hacía su acompañante, la verdad era que no se lo planteaba así precisamente, sino más bien como una especie de visita a modo de retribución, aunque por el resurgimiento de tema de los negocios en la mesa, le hizo reevaluar aquello, porque parecía que ambos eran incapaces de hablar de manera normal en un contexto diferente, pero de todos modos esa invitación quedaría dispuesta aunque fuese de manera simbólica.
- Sí, tiene usted razón – dijo con una sonrisa un poco amarga ante su propia falta de habilidades sociales – Pero me apena un poco no ser una buena compañía cuando se trata de cosas que no tienen que ver con negocios – dijo en un infantil arranque de sinceridad.
Suspiró y acabó dejando el tenedor en el plato, que técnicamente permanecía intacto a pesar de estar hecho un puré. Decepcionada con ella misma al no conseguir interesarlo en otro tema de conversación, pero bueno, pensó que tal vez sería mejor dejar las cosas como estaban y no arruinarlas más de lo que sentía que ella ya lo había hecho.
Espabiló cuando mencionó aquello sobre su apetito, en realidad no se había dado cuenta de que no había comido nada, aunque los dulces fueran uno de sus placeres favoritos. Volvió a suspirar algo cansada ante las preguntas que siguieron, porque le parecía que catalogada la velada como finalizada. “Es lo mejor” se dijo ella misma para tratar de convencerse, mientras buscaba una forma de decírselo. Iba a decirle que no era necesario que la acompañara, dado que prefería aprovechar el resto de las horas que podía pasar fuera de casa, dando una caminata o perdiéndose por las calles de París, aunque claro, las ropas que llevaba no eran idóneas para esa misión, pero en fin, iba a responderle cuando se acercó el camarero de antes. Y cuando la mirada del joven de ojos celestes le hizo saber que dependía de ella, dudó unos instantes antes de negar amablemente con una cortés sonrisa al camarero.
- No, gracias, creo que voy a retirarme – dijo sin pensar en sus palabras, porque nuevamente sonaba a que estaba huyendo, cosa que llevaba haciendo desde siempre.
Esperó que el camarero se fuera para poder despedirse de manera formal, tenía ganas de salir de ahí y correr, sin un rumbo determinado, solo correr para dejar de pensar en los errores que había cometido esa noche. Sí, sería una buena idea para coronar la velada.
- Bueno, no le robaré más tiempo – comentó, tratando de sonreírle – Y ya sabe, la invitación queda extendida para cuando guste – dijo levantándose de la silla, esperando que él hiciera lo mismo.
- Sí, tiene usted razón – dijo con una sonrisa un poco amarga ante su propia falta de habilidades sociales – Pero me apena un poco no ser una buena compañía cuando se trata de cosas que no tienen que ver con negocios – dijo en un infantil arranque de sinceridad.
Suspiró y acabó dejando el tenedor en el plato, que técnicamente permanecía intacto a pesar de estar hecho un puré. Decepcionada con ella misma al no conseguir interesarlo en otro tema de conversación, pero bueno, pensó que tal vez sería mejor dejar las cosas como estaban y no arruinarlas más de lo que sentía que ella ya lo había hecho.
Espabiló cuando mencionó aquello sobre su apetito, en realidad no se había dado cuenta de que no había comido nada, aunque los dulces fueran uno de sus placeres favoritos. Volvió a suspirar algo cansada ante las preguntas que siguieron, porque le parecía que catalogada la velada como finalizada. “Es lo mejor” se dijo ella misma para tratar de convencerse, mientras buscaba una forma de decírselo. Iba a decirle que no era necesario que la acompañara, dado que prefería aprovechar el resto de las horas que podía pasar fuera de casa, dando una caminata o perdiéndose por las calles de París, aunque claro, las ropas que llevaba no eran idóneas para esa misión, pero en fin, iba a responderle cuando se acercó el camarero de antes. Y cuando la mirada del joven de ojos celestes le hizo saber que dependía de ella, dudó unos instantes antes de negar amablemente con una cortés sonrisa al camarero.
- No, gracias, creo que voy a retirarme – dijo sin pensar en sus palabras, porque nuevamente sonaba a que estaba huyendo, cosa que llevaba haciendo desde siempre.
Esperó que el camarero se fuera para poder despedirse de manera formal, tenía ganas de salir de ahí y correr, sin un rumbo determinado, solo correr para dejar de pensar en los errores que había cometido esa noche. Sí, sería una buena idea para coronar la velada.
- Bueno, no le robaré más tiempo – comentó, tratando de sonreírle – Y ya sabe, la invitación queda extendida para cuando guste – dijo levantándose de la silla, esperando que él hiciera lo mismo.
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Solo verla levantarse, lo hizo inmediatamente, no permitiéndose estar sentado frente a la dama, tendiendole el brazo le sonrio débilmente, de hecho el gesto mas genuino que podria obtenerse de el, pero sabia que comparado con la radiante sonrisa de su hermano significaría apenas nada, resignado se trago el siguiente suspiro y dejando mas que suficiente en la mesa por ambos inclijo la cabeza de lado señalando la puerta- permitame escoltarla, me maldeciria mil veces si la dejo salir sola- para el la educación era mas que todo...
Sin hacer alguna especial ceña que pudiese mal o bien interpretarce sus pensamientos corrian por si solos, aquella era una mujer interesante, ademas bella e inteligente, pero no estaba a su alcance, lo sabia y a diferencia de sus hermanos, de petry que se lanzaba a toda aventura que pudiese darle placer por una noche, a abel que le gustaba simpatizar con todo mundo... el no estaba interesado en nada de eso, el jamas bajaba la guardia, jamas se involucraba de mas a menos que supiese que por el infierno el riesgo valía la pena, que el dolor y la exposición de su alma ofrecieren la posibilidad de tener algo invaluable para si mismo con el.
-aunque fue extra la y al parecer con no muy buenos entendidos- comenzó a hablar cuando salían y tomaba el abrigo que el empleado del restaurante le daba para ayudarle a ponérselo- me agrado verle y conversar con usted, su compañía es siempre exquisita- tomo su mano y sus labios tocaron la piel fría y dura- gracias.
Sin hacer alguna especial ceña que pudiese mal o bien interpretarce sus pensamientos corrian por si solos, aquella era una mujer interesante, ademas bella e inteligente, pero no estaba a su alcance, lo sabia y a diferencia de sus hermanos, de petry que se lanzaba a toda aventura que pudiese darle placer por una noche, a abel que le gustaba simpatizar con todo mundo... el no estaba interesado en nada de eso, el jamas bajaba la guardia, jamas se involucraba de mas a menos que supiese que por el infierno el riesgo valía la pena, que el dolor y la exposición de su alma ofrecieren la posibilidad de tener algo invaluable para si mismo con el.
-aunque fue extra la y al parecer con no muy buenos entendidos- comenzó a hablar cuando salían y tomaba el abrigo que el empleado del restaurante le daba para ayudarle a ponérselo- me agrado verle y conversar con usted, su compañía es siempre exquisita- tomo su mano y sus labios tocaron la piel fría y dura- gracias.
Petry Van Abel- Licántropo Clase Alta
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Re: Adorable Confusión [Petry Van Abel]
Estuvo a punto de negar la compañía que le ofrecía, pero considerando todo lo que había pasado aquella noche no habría sido una buena señal de su parte. Así que solo se limitó a asentir mientras comenzaban a caminar hacia la entrada de restaurante, en un corto pero incomodo trecho lleno de silencio, pues ya tenía miedo de abrir los labios para decir otra tontería fuera de lugar. ¿Qué había sido de ella esta noche? ¿Cómo había sido posible que arruinara las cosas así?
Escuchó ese tono tan varonil pero al mismo tiempo solemne que se le antojaba como un resumen de la velada, tenía tanta razón que la verdad no había mucho más que agregar. Solo se dejó ayudar con el abrigo mientras buscaba unas palabras conciliadoras que cerraran el asunto y volvieran las cosas a la normalidad. Solo negocios y nada más, tal vez no podía haber nada más.
- La que debe agradecer soy yo – dijo con una sonrisa al recordar el motivo que los hizo acabar cenando juntos, eso hasta que tomó consciencia de que él podría sentir el gélido tacto de su piel ¿Se alarmaría? – Espero no haya cambiado para mal la opinión que tiene sobre mí – comentó mientras se abotonaba el abrigo y miraba hacia ambos lados de la calle para escoger una dirección – Bueno, espero verlo en otra oportunidad, buenas noches, Monsieur Van Abel – dijo antes de comenzar a alejarse.
De cierto modo quería olvidar todos los errores que había cometido esa noche, pero de hacerlo olvidaría también una importante lección y claro, también el hecho de que el joven de los ojos claros tenía una faceta muy diferente a la que solía mostrar siempre. En fin, no había caso, no tenía que darle más vueltas al asunto, solo debía apresurar el paso y despejar su mente de todo. Eso hasta que un canino se le atravesó en el camino, haciéndola sentir algo extraño, pero solo se detuvo unos segundos para darle unas caricias en la cabeza, y luego continuó su improvisado trayecto.
Escuchó ese tono tan varonil pero al mismo tiempo solemne que se le antojaba como un resumen de la velada, tenía tanta razón que la verdad no había mucho más que agregar. Solo se dejó ayudar con el abrigo mientras buscaba unas palabras conciliadoras que cerraran el asunto y volvieran las cosas a la normalidad. Solo negocios y nada más, tal vez no podía haber nada más.
- La que debe agradecer soy yo – dijo con una sonrisa al recordar el motivo que los hizo acabar cenando juntos, eso hasta que tomó consciencia de que él podría sentir el gélido tacto de su piel ¿Se alarmaría? – Espero no haya cambiado para mal la opinión que tiene sobre mí – comentó mientras se abotonaba el abrigo y miraba hacia ambos lados de la calle para escoger una dirección – Bueno, espero verlo en otra oportunidad, buenas noches, Monsieur Van Abel – dijo antes de comenzar a alejarse.
De cierto modo quería olvidar todos los errores que había cometido esa noche, pero de hacerlo olvidaría también una importante lección y claro, también el hecho de que el joven de los ojos claros tenía una faceta muy diferente a la que solía mostrar siempre. En fin, no había caso, no tenía que darle más vueltas al asunto, solo debía apresurar el paso y despejar su mente de todo. Eso hasta que un canino se le atravesó en el camino, haciéndola sentir algo extraño, pero solo se detuvo unos segundos para darle unas caricias en la cabeza, y luego continuó su improvisado trayecto.
Carmmine Von Misson- Vampiro Clase Alta
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