Cyara Seery

-Nombre del Personaje:
Cyara Ibernia Seery

-Edad:
52, aparentemente 26.

-Especie:
Licántropo

-Tipo y Clase Social:
Clase media y extranjera.

-Orientación Sexual:
Heterosexual.

-Lugar de Origen:
Cork, Irlanda.

-Habilidad/Poder:
Sentidos aumentados, agilidad y reflejos sobrehumanos; memoria fotográfica, longevidad y sentido del peligro.

-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:
A lo largo de su vida y gracias a la educación de sus padres, Cyara ha llegado a ser una mujer madura y segura de sus decisiones. Desde pequeña siempre le gustó ayudar a la gente, pero desde el momento de su “accidente” es mucho más recatada y más desconfiada con la gente, aún así siempre acaba ayudando a quien lo necesite. Es una mujer muy liberal, no propia de la sociedad católica en la que ha crecido y vivido. Tiene sus propias opiniones, algo inaudito en la época y por lo tanto también le ha traído más de un problema. Se la conocía en su pueblo por una chica de mal genio cuando se enfadaba, sobretodo cuando se enteraba de alguien le había engañado o similares. Ha desarrollado una gran capacidad de observación y de lógica, a pesar de éso, le cuesta mucho llegar a entender los sentimientos de la gente de su alrededor. Poco sociable en un lugar que no conoce, espera encontrar aquel que la transformó...

-Historia:
Su padre Françoise Benoit, un joven aprendiz de artesano, emigró de París, su ciudad natal, debido a la persecución religiosa de Luis XIV contra los protestantes. Comenzó una nueva vida en Cork (Irlanda), donde conoció a la que sería la madre de Cyara, Ibernia Seery, hija de unos comerciantes de clase media. Se casaron y Françoise tomó el apellido de su mujer para huir de alguna manera de su pasado. Tuvieron a Cyara en una noche helada, donde casi su madre pierde la vida a causa del parto. A pesar de los ideales de su padre, Cyara tuvo una educación enteramente católica. Mientras que su padre se dedicaba a la juguetería, su madre ayudaba a sus padres con los negocios.
En la adolescencia, Cyara se había convertido en toda una mujer, por lo que sus padres ya estaban buscándole un prometido con el que casarla. Ella aceptó con resignación el compromiso que le propusieron sus padres. Era un joven navegante de 20 años, procedente de Killarney. Ambos decidieron conocerse mejor y cuando estuvieran de acuerdo, casarse. Pasaron los años y cuando Cyara creía haberse enamorado de su prometido, llegó un extranjero de acento francés a Cork.
Andaba desorientado, no sabía de donde venía ni adonde iba. Cyara convenció a sus padres para darle cobijo hasta que se recuperara, ya que parecía enfermo. La chica mantuvo largas conversaciones con aquel desconocido, en las cuales su forma de ver el mundo (la católica) cambió completamente. Cuando ya parecía que se había recuperado por completo, el extranjero quiso agradecerle a Cyara toda su amabilidad con un paseo a la luz de la luna llena. Allí le dijo su nombre, el cual era Daimmen, e intentó besarla. Ella intentó rechazarle, pero en un ataque de ira y despecho, Daimmen se transformó en un lobo delante de ella y la mordió.
Cyara se despertó al día siguiente ensangrentada y muy desorientada. El extranjero que la amaba había desaparecido, pero ya se había encargado de dejarle una marca imborrable. Poco a poco, la chica comenzó a notar los síntomas de la licantropía. Sin saber a quien acudir, visitó a la curandera de Cork, quien enseguida vio su mal. Le aconsejó que si quería a sus padres y a su prometido, debía de huir de su hogar y marchar muy lejos. Y con lágrimas en los ojos, así hizo.
Desde su primera transformación, quiso saber qué era realmente. Primero viajó a Londres, buscando a gente como ella, y descubrió que existían otros seres diferentes. Asustada por el descubrimiento, partió hacia Escocia donde trabajó durante diez años como juguetera (oficio que le enseñó su padre), pero al ver que los años no le afectaban igual que a las personas, partió de nuevo. Entonces fue cuando se propuso a sí misma encontrar a Daimmen. Sabía que no estaba muerto y solamente había un lugar al que podía ir, París. Recordaba sus largas conversaciones y en ellas, él le habló detalladamente de la capital de Francia.
Tras un largo viaje, se estableció de nuevo como juguetera en la capital y siempre que puede, busca aquel que le cambió la vida para siempre.

-Datos Extras:
Puede hablar en inglés, irlandés y francés.
Le gusta levantarse muy temprano solamente para ver el amanecer.
Tiene interés en conocer otros licántropos, vampiros y cambiaformas.
Siempre lleva consigo un rosario que le regaló su madre el día de su octavo cumpleaños.
Muchas veces vaga por el bosque casi sin ropa...