Espejo [Cyara]

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 8:58 am

Había tenido alertas sobre actividades extrañas durante las últimas noches en el jardín botánico parisino. Aquella noche me tocaba hacer guardia por las calles, así que decidí ir hacia allí con la intención de averiguar qué era lo que sucedía entre flores, árboles, silencio, soledad y oscuridad.

Iba vestido con mi traje policial, pero dado a la escasa luz, pasaba desapercibido como un traje oscuro. Fui tarareando una canción cualquiera, dejando que mis pasos me guiaran hacia el parque, al cuál llegué no mucho más tarde de las doce.

Me pregunté qué era lo que tanto alarmaba al vecindario. Todo estaba desierto. Suspiré y temí que aquél turno tampoco sería interesante. Adoraba la adrenalina de perseguir ladrones o enfrentarme a criminales. Pero últimamente, a penas tenía trabajo de ese. Sólo algunas desapariciones y algunos cadáveres con mordeduras. Poco más. ¿Qué clase de animales vivían en París? Quizás yo no era el espécimen más extraño...

De pronto, el silencio se quebró por un estremecedor sollozo...

por **Cyara Seery** Mar Ago 02, 2011 9:29 am

La mayoría de las noches acudía a mi casa a descansar para al día siguiente, continuar con mi vida "humana", la que fingía tener. Llevaba varios meses en París viviendo y no había avanzado nada en lo referente a Daimmen, ni una pista, ni un lugar, ni una palabra sobre él... ¿Acaso me mintió también cuando me hablaba de sus largas estancias en París? Debía ser imposible. Cuando llegué a París, cada calle, cada edificio, cada habitante... Todo era tal y como me lo había descrito él, no se lo podía haber inventado, no, aquello no. Debía proseguir...

Así, con aquellos pensamientos, acabé en lo que era el Jardín Botánico de París. Un lugar de lo más precioso a la luz del día y de lo más tenebroso en la más absoluta oscuridad. Habían ciertos rayos de luz que se colaban por las ramas, procedentes de las calles de París, por supuesto. Sintiéndome atraída por la soledad que podía albergar el jardín, me adentré en él y respiré hondo. Quizás en aquella noche no pudiera apreciar la belleza del jardín, pero sabía que podría llegar a apreciar otras cosas, no visibles. Me despojé de mi calzado, estaba actuando con total normalidad, si se llegara a encontrar otra persona allí, suponía que preguntaría la razón de mi encuentro en el jardín y continuaría por su camino. Pero esperaba no encontrarme con nadie. No quería tener contacto de otras personas, no quería hablar; quería desahogarme, y la única manera que tenía de poder desahogarme, era sola. Respiré el ambiente del jardín y la tristeza me invadió.

Me encontraba llorando, sollozando como una cría pequeña. Me reprochaba a mí misma cómo podía continuar comportándome de aquella manera, sin embargo, no lo podía evitar. Por unos instantes me pareció haber oído a alguien, pero yo continué encerrada en mí misma, quizás, intentando encontrar una única solución a todos mis "problemas".

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 11:16 am

Seguí el rumor del llanto, con el ceño fruncido y olisqueando el ambiente en busca de señales que me indicaran el origen de aquél sonido.

Destripé algunas opciones, como que fuese algún niño perdido o algo así, pero lo deseché rápidamente: ¿qué padres dejarían a un niño jugar en aquél parque en medianoche? Entonces... ¿qué otra opción había?

Antes de que pudiera cavilar más profundamente, vi a una joven de cabello dorado, tez pálida y un aroma que ya había olido antes... ¿era una licántropa? Me acerqué corriendo a ella y revisé su rostro con urgencia. Sí, sus lágrimas delataban que el llanto provenía de ella. ¿Pero por qué lloraría alguien como ella? ¿Y porqué allí? ¿Porqué en ese entonces?

- Tranquila, soy policía, estoy aquí.- me apresuré a decirle, tomando su rostro entre mis manos para que me mirara los ojos.- ¿La han atacado? ¿Está bien?

Mi tono se fue acelerando y mis manos me temblaron. Quizás los asaltantes o quienquiera que hizo llorar a aquella dama, aún merodeaba por allí. Alcé la vista y peiné la zona dejando que mi olfato respondiera a mis preguntas.

por **Cyara Seery** Mar Ago 02, 2011 1:32 pm

Cuando volví a tomar el control de mis lágrimas me di cuenta de que realmente había alguien más que yo en el jardín botánico. Se aproximaba, lo sabía. ¿Qué era lo que iba a hacer? Intenté controlarme, pero las últimas lágrimas que habían salido de mis ojos permanecían por mi rostro. La persona misteriosa apareció entre la oscuridad y pude ver que era un policía, seguramente patrullando por el jardín, ¿cómo no me había dado cuenta antes de su presencia? Me sentía estúpida.

El joven policía corrió en mi "rescate" y me agarró la cara para que le mirara directamente los ojos. Lanzaba sus preguntas rápidamente, muy seguro de sí mismo, para después observar toda la zona, buscando al responsable de la situación. Él temblaba, al igual que yo. ¿Qué iba a responderle ahora? Claramente no me había atacado nadie y en aquellos instantes no estaba en condiciones de inventarme una buena historia. La única opción que me quedaba era decirle la verdad y esperar a que se reira entre diente en mi propia cara.

-N-No me ha atacado nadie... Simplemente problemas personales, sentimentales... Lo siento, debe pensar que soy una estúpida... Lo siento -volví a decir, realmente parecía una tonta. Respiré hondo y ahogué las últimas lágrimas al observar aquellos ojos tan vivaces. Su olor... ¿Un licántropo?

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 1:44 pm

Y cuando estaba dispuesto a cargarla a mi espalda para llevarla a un Hospital o algún lugar seguro para luego poder examinar la zona, ella habló con voz entrecortada, todavía con lágrimas en los ojos. Parecía triste, más que alarmada o asustada.

La miré con el cejo fruncido y mordí mi labio inferior tras escucharla. Me sentí aliviado, así que suspiré hondamente y le sonreí levemente antes de secar sus lágrimas con la yema de mis dedos.

- ¿Puedo hacer algo por usted?- me ofrecí, viéndola demasiado frágil como para dejarla sola en su situación.

Así que sin esperar respuesta alguna, la alcé en volandas y la senté en un banco próximo.

Ser policía también implicaba eso, ayudar en cuanto se pudiese a la ciudadanía y, por supuesto, protegerla. En aquél caso, la estaba protegiendo de si misma.

por **Cyara Seery** Mar Ago 02, 2011 1:58 pm

Me sentí mucho más aliviada al ver como sonreía y me secaba las lágrimas de mis ojos. O se estaba guardando que era una estúpida en su cabeza, o no lo pensaba en absoluto. Esperaba que fuera la segunda opción. Cuando me preguntó si podía hacer algo por mí, no supe realmente qué responderle. Abrí la boca, pero durante unos instantes no dije nada. ¿Qué era lo que necesitaba? Necesitaba respuestas, pero dudaba mucho que aquel policía -del cual sospechaba que era un licántropo- pudiera ofrecérmelas. Observé el cielo y después el jardín, quizás...

-Si no le es mucha molestia podría quedarse conmigo hasta que consiga relajarme. La verdad no sé que pretendía viniendo aquí -y lancé una sonrisa irónica mirándole fijamente a los ojos.

Me sorprendió, cuando, sin preguntar me agarró y me llevó hasta el banco más cercano. Era algo extraño, pero muy caballeroso por su parte. Olí de nuevo el aire, plantas y un toque de licántropo. Quizás fuera yo la que apestaba, pero quien sabe...

-¿Cómo se llama? Me gustaría agradecerle su ayuda -las lágrimas habían desaparecido, y podía sonreír de verdad. A lo mejor la agonía, el estrés de no poder encontrar a Daimmen se disiparan aquella noche gracias al policía.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 2:05 pm

Ella sólo pidió mi compañía, algo que le podía entregar de buen grado, al fin y al cabo, mi misión aquella noche se encontraba en aquél parque y exceptuando a aquella muchacha y a mi, estaba desierto.

Me senté a su lado y sonreí con timidez cuando preguntó mi nombre, pasando mi mano por el pelo y terminar por masajear mi cuello antes de responderle.

- Soy el policía Giorkas, aunque puede llamarme simplemente Loukas.

Le guiñé el ojo en un gesto que me pareció divertido, incluso amistoso. Se la veía triste y quería animarla un poco, aunque fuese haciendo el ridículo. Solté una carcajada relajada y empecé a juguetear con mis dedos, sin mirarla.

- Me preguntaba... ¿qué hace una señorita como usted... en un parque a éstas hora... sola?

Sólo entonces alcé la vista y la miré. Me había pedido compañía, pero eso no implicaba necesariamente que quisiera entablar conversación alguna. Y quizás, ni siquiera quería hablar de aquello que le preocupara. El verdadero causante de su tristeza.

Aquél pensamiento me llenó de curiosidad, así que dejé que el silencio se posara en mis labios y darle ocasión a responder.

por **Cyara Seery** Mar Ago 02, 2011 2:48 pm

Era un hombre bueno, lo sabía, lo sabía por su expresión en la cara. Había conocido a otro hombre con su misma expresión, y mi experiencia me decía aquéllo. Sabía que iba a poder relajarme con él y despejarme de mis preocupaciones dejando a lado la coraza. Dijo que se llamaba Loukas Giorkas -un nombre algo extraño para mí, ya que no tenía pinta de nombre francés ni inglés-, aunque yo podría tratarle simplemente com Loukas. Cuando me guiñó el ojo y lanzó aquella carcajada, dejé escapar una nueva sonrisa, cada vez me encontraba más relajada. Algo bueno para mí.

Finalmente llegó la pregunta, la pregunta que quería esquivar, que no quería responder siquiera. Aunque pensase que era un hombre bueno, no podía confiar en él todavía. Con los golpes y con el tiempo, había aprendido que no se podía confiar en la gente así tan a la ligera. Siempre le podía contar una media verdad, después de todo, no le iba a mentir -ya iba a ser serio mentir a un agente de policía-. Al darme cuenta que sus ojos me miraban curiosos, esperando por mi respuesta, primero pensé, respiré y comencé a hablar con un tono de voz mucho más tranquilo:

-Me sentía abrumada por todos mis problemas y no quería marchar para casa. Sin pensarlo, mis pies me llevaron a este precioso jardín, y sin quererlo he acabado tal y como usted me ha encontrado -me sonrojé al pensar en la primera imagen que le había dado al policía Giorkas-. ¿Usted se encontraba en ronda nocturna? Dígame, ¿es muy difícil ser policía

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 3:28 pm

Me conformé con su breve explicación, asintiendo cuando di por concluida su verso. Sin embargo, no tuve que preocuparme sobre cómo romper el hiel tras el incómodo silencio que sigue a una pregunta hecha por un policía. Deseaba que ella me viera como un ciudadano más, no como un prototipo del oficio.

Aún así, me gustó que se interesara por mi trabajo, así que esbocé una media sonrisa y me acomodé en el banco dejando un poco de suspense entre ambos.

- En realidad, no es fácil, pero... ¿qué lo es?- comenté antes de reír de nuevo.- Suelo llevar casos de desapariciones o muertes extrañas... digamos que soy el Agente Misterio.

Volví a reír por mi chiste malo, y la ojeé de reojo, supervisando que no se sintiera incómoda por mi tan temprana confianza hacia ella. Quizás eso la asustaba o malpensaba, y aquella opción me preocupaba.

Me pregunté qué pensaba en aquél momento sobre mí. ¿A caso iba a preguntarme sobre los casos más morbosos que hubiera llevado? ¿O quizás fantaseaba con mi uniforme? ¿Y si le había dado una mala impresión?

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 6:51 am

Escuché interesada como me explicaba, por encima, en que consistía su trabajo. En esos instantes, me recordé a mí misma escuchando los viejos cuentos de mi madre. Quizá no tuviera mucho que ver una cosa con la otra, pero mi expresión -seguramente- era la misma. Me sorprendió bastante cuando me confesó que se encargaba de las desapariciones y muertes extrañas, en esos momentos pensé algo relacionado con los seres sobrenaturales, tenía que guardar relación con ellos, seguro.

Lanzó nuevamente un intento de chiste y yo dejé entrever que estaba más relajada -muchísimo más-, sonriendo y soltando una risa floja. Era aquello lo que necesitaba, reírme, estar con una persona agradable.

-Debe de tener una vida llena de aventuras, sr. Giorkas, bien como ha dicho usted antes, llena de misterio... -sonreí levemente ante mi comentario, esperaba no estar aburriendo a aquel agente de policía, sólo necesitaba algo de compañía-. ¿Tiene algún caso nuevo entre manos? Disculpe, no debería habérselo preguntado -mi curiosidad me había llevado demasiado lejos. Pero... ¿me respondería?

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 7:02 am

Me alegró saber que ella se encontraba mejor. Su curiosidad no me sorprendió en absoluto, siempre era morboso saber en qué casos estaba metido un policía de mi sección criminal. Esbocé una sonrisa socarrona y la miré mientras se lo explicaba, obviamente, sin demasiados detalles. Eran cosa de la investigación, y había datos que no podía revelar a nadie. Y menos a una desconocida.

- Bueno, ahora mismo tengo entre manos el caso de un asesino en serie.- comenté.- Lo extraño es que a cada muerte misteriosa, siempre se archivan los casos sin tan siquiera una investigación.- fruncí el ceño y moví mi cabeza a modo de enfatizar mi descontento con la policia regional.- Así que ahora intento encajar cada crímen con el mismo autor.

Tampoco es que quisiera aburrirla con mis historias y problemas profesionales, así que me decanté por unos segundos de silencio, a la expectativa de que ella dijera algo.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 7:24 am

Escuché con atención a cada una de las palabras del sr. Giorkas. Comprendí que al ser un agente de la ley y yo una ciudadana de a pie -a la que acababa de conocer-, no podía contarme mucho más de lo que ya había hecho. Cuando acabó de hablar y dejó que el silencio se llevara las palabras, tragué saliva. ¿Qué podía decir para acabar con aquel silencio incómodo?

-Vaya, no me esperaba que París fuera una ciudad tan peligrosa. Cuando Daimmen me habló de ella, me dijo que... -entonces me callé repentinamente. ¿Cómo había hecho para pronunciar su nombre así sin más? El corazón me dolía, sin embargo, continué hablando para no preocupar al policía-. Quiero decir, un amigo me habló estupendamente de ella. Supongo que los agentes de la ley haréis un fantástico trabajo como para que la ciudadanía no preocupe... Y respecto a ese supuesto asesino en serie... ¿Debería preocuparme por salir a la calle, o debo sentirme segura? -estaba claro que no me molestaba en absoluto que hubiera una persona tan peligrosa por París, sabía que yo me podía proteger perfectamente de cualquier tipo de persona, aún así, quería desviar un poco el tema para que el sr. Giorkas olvidase cuanto antes el nombre que acababa de pronunciar.

Y otro pensamiento seguía acosando mi cabeza. El olor a licántripo. ¿Podría ser que él también fuera como yo y estuviéramos conversando como si nada ocurriese? Aquello me hizo sonreír.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 10:34 am

Entonces ella habló muy deprisa, escapándosele un nombre que por la mueca que hizo unos segundos después, supe que era alguien importante para ella, quizás su pareja o alguien muy cercano. Quizás él era el causante de sus lágrimas. Como no quise incomodarla, me hice el sueco e intenté olvidar aquél nombre.

La muchacha se preocupó por su seguridad, algo que me hizo dudar unos segundos y sentirme algo culpable.

- Discúlpeme, no quería asustarla con mi comentario.- me sinceré.- Puede estar convencida que está a salvo, sólo... ya sabe, no se acerque a desconocidos, no salga sola de noche... y todo irá bien.

Luego me arrepentí de haber dicho eso, puesto que en ese momento estaba sentada junto a un desconocido y era de noche. ¿Y si me temía? Suspiré disimuladamente y vi de reojo que había sonreído. ¿En qué estaría pensando?

Me picó tanto la curiosidad que sin darme cuenta me había acercado unos centímetros a ella. Ese gesto, junto a una ligera brisa que sopló en mi dirección, me llevó un aroma familiar, de licántropo. Había estado tan pendiente de ella, que ni siquiera me había percatado de que no era... humana.

Tragué saliva y la miré con el ceño fruncido. ¿Se habría dado cuenta ella de mi raza?

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 11:12 am

Su respuesta me sorprendió. Prácticamente, había incumplido todo lo que él me había sugerido que no hiciera. Había salido de noche, sin saber adonde ir, acabando a su vez en el Jardín Botánico de París. Después, me había parado a hablar con un desconocido -un policía, pero aún así, desconocido-, ¿qué más reglas podía llegar a incumplir? Quizá por éso, el sr. Giorkas suspiró al darse cuenta de lo que había dicho. No estaba segura, a pesar de mis largos años vividos, seguía sin comprender bien a las personas de mi alrededor.

Entonces noté la presencia del policía más cerca. Estaba tranquila, no corría peligro, no iba a hacerme daño. ¿Cómo lo sabía? Simplemente lo sabía. Una brisa de verano nocturna se coló por el jardín meciendo mi cabello rubio. Para cuando me hube librado de él, pudiendo observar de nuevo al sr. Giorkas, éste me observaba con el ceño fruncido. El labio inferior comenzó a temblarme, ¿qué debía hacer? Decidí ser fuerte, fuerte y decidida. Había llegado a la misma conclusión que yo. Sin apartar ni un momento mi mirada de la suya, dije:

-Sr. Giorkas -dejé un momento de silencio para tragar saliva y pensar de nuevo en mis palabras- creo que usted es lo mismo que yo. Ya sabe... Un... -pero no me atreví a decirlo, puede que fuera porque todavía no me había acostumbrado a aquella palabra. Menuda estupidez.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 11:28 am

Ella se dio cuenta de mi cambio de expresión y quiso aligerar la situación. Algo que me indicó que mis sospechas, eran certezas.

- Licántropos.- susurré, terminando así su frase que había dejado en el aire.

Suspiré de nuevo, pero ésta vez de alivio. Me alegraba encontrarme con gente como yo. Con ellos podía ser yo mismo, sin tener que aparentar nada. Podía olisquear sin tener que disimular, e incluso reír libremente sin temor a que se me escape un pequeño aullido. Y al enfadarme, no controlarme excesivamente sólo para no gruñir. En fin, podía ser un licántropo, que era mi naturaleza.

Si la conversación ya de por si era cómoda, aquél hecho aún lo mejoraba más, por lo menos por mi parte. ¿Cómo se sentiría ella?

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 11:50 am

Cuando acabó la frase que yo había dejado en el aire, suspiré de alivio. Mis sospechas eran acertadas. En el pasado, me había encontrado con un par de licántropos, pero desgraciadamente siempre en las noches de luna llena, donde claramente acabábamos en pelea. Era un alivio encontrarme con otro licántropo tranquilo, ya que había escuchado tantos cuentos infantiles sobre nosotros que empezaba a creerme que su verdadera naturaleza era la salvaje. Un sexto sentido me volvió a recordar que era un desconocido, aún así, era como yo, ¿por qué seguir desconfiando tanto en él? El principio de nuestra conversación había resultado bastante natural -casi logré olvidar mis problemas- ahora descubriendo nuestras máscaras, todo resultaría mucho más natural.

Lo siguiente que me vino a la cabeza, era una pregunta. Siempre aparecía en mi cabeza cada vez que recordaba a Daimmen. Cada licántropo debía de tener un hecho único y original, y a partir de ese hecho, toda su vida cambió para siempre. Quería saber el hecho que le cambió la vida al sr. Giorkas. Puede que fuera a parecer una desvergonzada, pero necesitaba saberlo, quizá para sentirme menos sola en aquella ciudad. Si me lo contaba, agradecida que le iba a estar, y si no, siempre podía levantarse molesto y dejarme de nuevo sola en el jardín; no se lo podría reprochar, nunca.

-¿Cómo le ocurrió? Quiero decir... ¿Quién le transformó? -mi vos sonaba curiosa, casi silbante y al terminar la frase, el viento comenzó a soplar.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 11:59 am

Ella sintió la misma curiosidad que yo por ella y su historia, pero dado que se había adelantado, quise complacerla sin ningún inconveniente. Me despojé del sombrero policial y le presté mi chaqueta cuando algo de viento nos envolvió.

- En esa época residía en mi Atenas natal. Era un joven alocado y adoraba escaparme de noche al bosque con unos amigos. Encender una hoguera y hablar sin cesar hasta el alba.- reí al recordar algunas anécdotas que no venían al caso y tomé aire.- Una noche, la hoguera se apagó. Estaba todo muy oscuro pero escuchamos una fuerte respiración y unos pasos rápidos que nos rodeaban. Estabamos asustados, pero pensamos que era un animal y que si no nos movíamos, se marcharía. Obviamente, no fue así.- me estremecí ligeramente aunque lo disimulé con un escalofrío fingido.- Al día siguiente, o Dios sabe cuanto tiempo después, desperté en medio del bosque, rodeado de mis amigos destripados. Yo había sobrevivido a la matanza, pese a que estaba bastante herido. Un mes después, la luna llena me convirtió en un monstruo. Mi padre estaba junto a mí en ese momento y...- sentí una punzada en mi pecho.- Le maté.

Suspiré profundamente y cerré mis ojos a la vez que echaba mi cabeza hacia atrás, intentando serenarme.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 12:12 pm

Atendí paciente a su historia. Entendí entonces la razón de su extraño acento al hablar francés. Cuando acabó su historia, me estremecí y me agarré fuerte a la chaqueta que me había ofrecido antes el sr. Giorkas. ¿Cómo podía llevar tan horroroso recuerdo sobre sus hombros? Yo, que nunca había llegado a matar a ninguna persona -que yo pudiera recordar-, me sentía una estúpida e insensible por haber estado llorando poco antes a causa de mis problemas inferiores. Debía de ser duro para él haberlo recordado y aún más, haberlo estado contando poco después.

-Lo siento muchísimo señor, yo no quería hacerle recordar aquéllo... Ruego que me disculpe -dije agachando la cabeza en señal de culpabilidad, realmente era pésima leyendo los sentimientos de la gente. No sabía qué más decir, sin haberme dado cuenta había creado una tensión difícil de romper. Sabíamos quienes erámos mutuamente y aquello quizá nos hacía más vulnerables el uno al otro. Después de todo... ¿Se atrevería el señor policía a preguntarme sobre mi pasado? Era más, ¿sería yo capaz de responderle, contándole toda la historia?

Me estremecí para mis adentros. Mi historia no era tan dura como la del sr. Giorkas, aún así, era duro para mí recordarlo.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 12:24 pm

Abrí los ojos y removí la cabeza violentamente.

- No, por favor no se disculpe.- le pedí con urgencia.- Eso forma parte de mi pasado. Siempre digo que somos quienes somos, por eso.

Esbocé una media sonrisa para tranquilizarla, aunque sabía que la había asustado.

- Y dígame, ¿cómo fue para usted?- me interesé.- Bueno, si desea compartirlo conmigo, por supuesto.

Pasé mi brazo por su espalda hasta encontrarme con su hombro. Lo acaricié algo frenéticamente para darle algo de calor a su brazo y esperé pacientemente no incomodarle.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 12:40 pm

La pregunta del sr. Giorkas no me sorprendió, claro, era lógico que él tras haberme contado su pasado, me tocase a mí compartirlo con él. Pasó su brazo por mi espalda, hasta mi hombro. Me incomodé un poco, ya que a pesar de toda su amabilidad, era un desconocido y no debía confiar plenamente en él. ¿Aún así que importaba? A veces merecía más la pena actuar antes que pensar. Respiré hondo, estaba decidida.

-Yo vivía en Cork, mi pueblo natal, con mis padres, mi prometido... Resulta raro, ¿no? -sonreí tristemente al recordar su rostro, aquel rostro que había llegado a amar-. Entonces llegó un hombre desorientado, casi harapiento. Sin poder soportarlo corrí a socorrerle y le ofrecí mi casa hasta que se recuperase por completo. Yo era una joven ingenua, confiada, y me acerqué demasiado a él. Todas las noches hablaba con él, me contaba todo lo que había viajado y especialmente me hablaba de esta ciudad... El día en que sus heridas internas se curaron, el día en que marchaba, me citó a las afueras de Cork para agradecerme la ayuda que le había ofrecido. Era luna llena, supongo que aquello no estaba dentro de sus planes, ya que se me declaró. Me besó, pero yo le rechacé y justo entonces se transformó. Y lo siguiente es bueno... Después de mi primera noche comencé a notar los cambios en mi cuerpo y decidí marcharme de Cork debido a una advertencia, abandonando a mi familia y a mi prometido... Después de mis viajes, acabé aquí. ¿Quién sabe? Quizá buscándole a él... -agaché la cabeza, pensando en que si mis padres murieron odiándome o perdonándome, tal y como deseaba yo todas las noches

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