Espejo [Cyara]

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 8:58 am

Recuerdo del primer mensaje :

Había tenido alertas sobre actividades extrañas durante las últimas noches en el jardín botánico parisino. Aquella noche me tocaba hacer guardia por las calles, así que decidí ir hacia allí con la intención de averiguar qué era lo que sucedía entre flores, árboles, silencio, soledad y oscuridad.

Iba vestido con mi traje policial, pero dado a la escasa luz, pasaba desapercibido como un traje oscuro. Fui tarareando una canción cualquiera, dejando que mis pasos me guiaran hacia el parque, al cuál llegué no mucho más tarde de las doce.

Me pregunté qué era lo que tanto alarmaba al vecindario. Todo estaba desierto. Suspiré y temí que aquél turno tampoco sería interesante. Adoraba la adrenalina de perseguir ladrones o enfrentarme a criminales. Pero últimamente, a penas tenía trabajo de ese. Sólo algunas desapariciones y algunos cadáveres con mordeduras. Poco más. ¿Qué clase de animales vivían en París? Quizás yo no era el espécimen más extraño...

De pronto, el silencio se quebró por un estremecedor sollozo...

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 1:09 pm

Asentí, claramente interesado. Me pareció una historia bastante cruel. Debió dolerle mucho el hecho de separarse de sus familiares sólo por la mala suerte de conocer a un lobo. Me pareció extraño que sabiendo su naturaleza, citara a esa joven en las afueras de un pueblo en luna llena. Estaba claro lo que se había propuesto, pero no me pareció una buena idea comentarle mi opinión. Así pues, me limité a morderme el labio inferior.

- Cuando maté a mi padre y me di cuenta de lo que había hecho al día siguiente, enloquecí.- murmuré con los ojos más allá de dónde estábamos, clavados en la Atenas de hacia unas décadas.- No sabía quién era, qué me había sucedido, porqué tenía la boca manchada de sangre y mi padre destripado a mi lado, porqué estaba desnudo y temblaba. Estaba solo y no tenía ni idea de qué hacer. Por eso me marché, también estuve viajando, leyendo cosas sobre nuestra especie, tropezándome con los de nuestra raza... en fin, conociéndome.

Alcé la vista y le sonreí amistosamente. No tenía nada de lo que temer, intenté explicarle que era un buen hombre, y que pese a mis inicios, no había vuelto a matar a nadie. Ni siquiera a herir. Era algo de lo que me sentía orgulloso.

- Entonces llegué a París y entré en el cuerpo de policía.- comenté, mostrándole la reluciente placa que brillaba en la chaqueta que le había prestado.- Mis habilidades como licántropo ayudan en muchos casos.

Volví a guiñarle el ojo, ahora de nuevo más relajado.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 1:58 pm

Sonreí al ver que estaba mejor que antes, también sonreí al escuchar que utilizaba sus habilidades para hacer de alguna manera "el bien". Me seguía sintiendo estúpida tras prestar atención a su historia, pero un gran peso se había librado de mi cuerpo. Respiraba más tranquila, más libre. Me recordaba en cierta manera a mí, sin embargo el no parecía perder el rumbo que se había marcado, para mi desgracia yo sí que lo perdía. Reí de nuevo, abiertamente, sin complejos.

-Es muy agradable hablar con usted sr. Giorkas. Me ha hecho sentirme mucho mejor, de verdad -me pasé mi mano izquierda por mi cabello rubio-. Es encantador conocer a gente como usted por las calles, si alguna vez necesita ayuda de cualquier tipo, no dude en consultarme -quería devolverle el favor que él había hecho por mí, y continuar hablando con él.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 2:08 pm

Sonreí ampliamente, observando su gesto con picardía.

- Si tan cómoda se siente a mi lado, le pido que me tutee. Llámame Loukas.- comenté.

Fue entonces cuando me percaté de que empezaba a refrescar. Debían ser las tantas de la madrugada y mi turno hacía tiempo que había terminado. Sin embargo, no quería marcharme a casa. Estaba dispuesto a pasarme la noche en vela por aquella muchacha.

Desvié los ojos de su rostro para fijarme en una flor que crecía junto a mi pie, era una hydrangea azulada. Me recordó al centello de sus ojos.

- Tus ojos tienen competencia, ¿sabes?- reí, haciendo un gesto con la cabeza para que mirara la planta.

Volví a clavar mis ojos en su rostro y me pareció ver el reflejo de mi alma en ella. Como si se tratara de mi espejo. Pero ésta vez, el reflejo sonreía e iluminaba mi alrededor con un centelleante brillo celeste.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 2:35 pm

Me sonrojé cuando Loukas -así me había pedido que lo llamase- comparó mis ojos con una planta que se encontraba cerca nuestra. ¿Estaría intentando cortejarme? Porque si lo estaba intentando lo hacía bastante bien, esa misma comparación era la que utilizaba mi prometido para hablar de mis ojos, y siempre acababa diciéndome que era yo quien ganaba. Por otro lado, Daimmen antes de besarme me dijo que mi rostro no brillaba más por la luz de la luna, sino que yo hacía brillar a la luna. Sonreí, y después reí. ¿Cuántas veces habría reído aquella noche? Ni siquiera llevaba la cuenta y no me importaba en realidad.

Cuando él fijó su mirada sobre la mía, me di cuenta como miraba más allá, mas adentro. Sentí un escalofrío, temiendo lo que iba a continuar. ¿De qué tenía miedo? De Loukas no en realidad. Sonreí medio pícara y le solté:

-¿Y en tu opinión quién gana? -recordé entonces que no me había presentado siquiera, pero decidí dejarlo para después.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 3:28 pm

Su voz me sacó de mis ensoñaciones, meciendo levemente la cabeza y sonriendo finalmente.

- Es demasiado obvio, ¿no crees?- objeté con un guiño travieso.- Ni siquiera sé el nombre de la vencedora.

Reí de nuevo y aguardé a que me brindara su identificación. Mientras tanto, recapitulé la conversación que estábamos manteniendo y me percaté de que quizás ella creía que la cortejaba. No sabía si ella ya estaba con alguien, probablemente sí. Quizás ya estaba casada, incluso. No quise incomodarla, así que opté para morder mi lengua, pese a tener una larga lista de frases para enamorar.

Sin embargo, una de mis manos volaron hacia un mechón de su cabello y lo peiné suavemente para colocarlo tras su oreja. Le volví a sonreír, ésta vez con timidez.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 3:45 pm

Me sorprendí al escuchar lo que dijo, parecía como si me hubiera leído la mente. Pestañée y le respondí:

-Supongo que te referirás a mí -¿a quién sino se iba a referir entonces? Soltó una voz en mi cabeza-. Mi nombre es Cyara Seery. Tengo una pregunta para usted, ¿así es como trata a todas las chicas solteras que se encuentra llorando cuando está en su turno? Si es así, debe de tener muchas enamoradas detrás vuestra -y solté una sonrisa pícara. Peligro, me estaba tomando demasiada confianza y esta maldita lengua había hablado demasiado.

Noté como pasaba un mechón de mi pelo detrás de la oreja, su sonrisa... ¿Acaso era timidez? En mi interior reí ante como nos estábamos comportando los dos en aquel jardín en mitad de la noche. Recordándolo, ambos eramos seres de la oscuridad, así que estábamos en nuestro mejor ambiente. Me acaricié la muñeca derecha, donde antes había llevado mi pulsera de prometida, ahora estaba libre, ¿qué habría sido de él? ¿Se habría casado con otra chica, o en cambio, murió solo? Lo desconocía por completo... Decidí apartar esos pensamientos y seguir mirando a Loukas, aquéllo me tranquilizaba y me llenaba de seguridad.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 3:54 pm

Mis ojos se abrieron como ventanas de buena mañana y no pude evitar soltar una carcajada sonora.

- No, no suelo comportarme así.- respondí al fin, ya serenándome un poco para que no se lo tomara a broma, pues estaba siendo totalmente sincero.- Aunque dudo que tenga ninguna pretendienta. Algo que no puedo repetir en su caso, probablemente.

Desvié entonces la mirada de sus ojos y recordé su nombre, muy hermoso, por cierto. Pero supuse que ella ya sabía eso, y que muchos hombres le habrían dicho cuán bello era. Nada comparado con su belleza. Y estaba soltera...

Sentí un leve rubor en mis mejillas, algo atípico en mi, así que volteé mi rostro para sumirlo en la oscuridad de la noche.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 4:19 pm

Parecía que decía en serio que no tenía pretendienta alguna, lo cual me sorprendió bastante. Me ruboricé muchísimo cuando soltó aquéllo último, ¿acaso lo estaba diciendo en serio? ¿O en broma? No lo podía percibir por su tono de voz. Me pasé una mano por la cara, recordando otros tiempos. Muchos habían intentando cortejarme de todas las maneras, pero no conseguían encender aquella llama que se había pagado en mi corazón.

-Me halaga Loukas, de verdad. Hacía tiempo que... -no sabía como continuar, o sí, pero no quería decirlo por vergüenza.

Me levanté del banco, tapándome con la chaqueta de Loukas, y le miré divertida. ¿Cómo habíamos comenzado con todo ésto? Ah sí, gracias a Daimmen y su imborrable recuerdo. Esta vez había traído algo bueno. Miré al policía y le ofrecí mi mano.

-¿Le apetece un paseo por el jardín? He de deducir que su turno ha acabado y que puede emplear su tiempo libre como quiera... Me gustaría contemplar la belleza del Jardín Botánico con buena compañía -esperaba que aceptara mi proposición.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 4:28 pm

Alcé la vista cuando ella se levantó del banco, imaginando que quería despedirse de mí, pues estaría cansada. En tal caso, pensaba ofrecerme para acompañarla a casa, pero no fue necesario. Ella me estaba invitando a un paseo por el jardín. Sonreí y tomé su mano sólo por el gusto de sostenerla, puesto que de un salto me puse frente a ella.

- Sólo si dejas de tratarme de usted.- le pedí en un susurro cuando me incliné hacia su oído.

Me aparté y volví a reír, tomando su mano algo más fuerte y guiándola hacia un laberinto de plantas enredaderas, altos árboles y flores coloridas. El aroma que nos envolvía era fresco y exquisito. Y sobre nuestras cabezas, se extendía un manto de estrellas infinito. El único testigo de todo aquello era la luna que desde el firmamento, nos sonreía.

por **Cyara Seery** Miér Ago 03, 2011 4:39 pm

No conocía muy bien el Jardín Botánico de París, pero Loukas me llevó por rincones jamás explorados por mí. Mi corazón latía con fuerza, me sentía otra vez como si fuera humana, joven, casi enamorada. Su mano era cálida, fuerte y segura; me transmitía todo aquéllo y a su vez yo también me sentía así. No habían nubes en el cielo, lo que nos permitía unas vistas bellas, unos puntos blancos que iluminaban el jardín. Recordé entonces que mi padre me explicó una vez que los antiguos griegos le dieron formas a grupos de estrellas e incluso les dieron nombres. ¿Sabría Loukas de todo aquéllo?

Cada vez me maravillaba más del jardín y me hacía pensar que aquella noche sería difícil de olvidar. Me quedé parada, observando la luna, no era un círculo completo y aquello me tranquilizaba. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. Sin duda, en el momento de la despedida, me prometería a mí misma volver a ver a Loukas y a su amable sonrisa.

-¿Y qué ocurriría si no dejo de llamarle de usted, Loukas? ¿Me llevaría al calabozo? -pregunté juguetona mientras paseábamos, de nuevo mi lengua hablaba antes de que se lo permitiese.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 5:03 pm

Ella dejó de caminar por un momento y se quedó mirando la luna. Sin soltar su mano, me acerqué a ella, contemplando su rostro a la luz de las estrellas.

- Si mi calabozo fuesen mis brazos... sí, por supuesto que te encerraría en el calabozo.

Sonreí dulcemente tras aquellas palabras. Jamás había dicho esas cosas. Antes no era así. Unos meses antes, Cyara hubiera hallado a un hombre juguetón, bromista, pasional y sin sentido del tacto. Mi yo pasado hubiera atacado a aquella muchacha hasta atraparla en mis redes sensuales. Me hubiera acostado con ella probablemente y a la mañana siguiente, ni tan siquiera recordaría su nombre.

Pero algo había cambiado y esa parte de mí había muerto hacía mucho tiempo. Me alegré de ello.

por **Cyara Seery** Jue Ago 04, 2011 7:13 am

El corazón ya de por sí me latía deprisa cada vez que hablaba Loukas, pero aquello último que me dijo me había dejado sin palabras. ¿De dónde se sacaba aquellas frases? ¿Las tendría preparadas acaso? Aquel pensamiento me hizo reír, parecía incluso que lo decía en serio. En aquella ciudad -ya me había dado cuenta- nada era lo que parecía. Mi cuerpo me pedía no separarme de él, pero en cambio mi mente me recriminaba que era hora de marcharse, demasiado tarde y demasiada diversión. Y la diversión podía acabar en perdición...

-Lo siento mucho Loukas, pero ahora me acaba de dar más razones para no tutearle... -le lancé una sonrisa divertida y aquélla vez fui yo la que dirigió el paseo hasta la entrada del Jardín Botánico, indicándole que ya era el momento de marcharnos de allí. Le miré fijamente a los ojos, agradeciéndole sin palabras todo lo que había hecho por mí, que no era poco-. Hay una última cosa que me gustaría pedirle. ¿Sería usted tan amable de acompañarme a mi casa? Ya sabe... Por no ir sola en la oscuridad, quien sabe qué es lo que se esconde en París -dije con un tono misterioso, esperando a que él aceptara.

por **Eyra Erikdóttir** Jue Ago 04, 2011 9:22 am

Cyara pareció incómoda tras mis palabras y aquello me entristeció.

- Lamento mi descortesía, señorita Seery.- me disculpé con una leve reverencia.

Entonces ella me guió hasta la puerta del Jardín y supuse que quería despedirse finalmente. Quizás la había asustado. Pero no fue así, por lo contrario me pidió que la acompañase a su casa. Pese a no estar de servicio, no dejaba de ser un ciudadano comprometido, así que asentí con una sonrisa y le ofrecí mi brazo para que se agarrara mientras caminábamos por las calles oscuras y desiertas.

- ¿Vive lejos?- le pedí, mirando a mi alrededor como si en una de aquellas casas hubiera un cartel con las letras "Casa de Cyara Seery".

A lo lejos, en el horizonte formado por unas montañas, entreví unos atisbos de luz. Probablemente, amanecería en unos minutos. Aquello me hizo bostezar tras percatarme que había pasado la noche en vela. Aún así, valió la pena. Conocer personas como aquella licántropa hacía que valiera la pena.

por **Cyara Seery** Vie Ago 05, 2011 4:02 am

Aquella noche había sido de lo más extraña, y el final estaba llegando. Me dirigía hacia mi casa acompañada por Loukas, la situación, el contexto era de lo más divertido. Si cualquier persona normal saliera de su casa y se encontrase con nosotros, seguramente se sorprendería. Después de todo, ¿qué estaban haciendo dos jóvenes paseando tan tranquilamente por las calles oscuras de París?

Cuando Loukas bostezó, no pude evitar sentirme responsable de su cansancio. Después de todo, había sido yo quien le había pedido que se quedase a mi lado, hasta que consiguiese tranquilizarme -cosa en lo que habíamos tenido éxito-. Evité la pregunta de Loukas, simplemente para darle más misterio a la situación. Finalmente, cuando el sol estaba saliendo de la nada, llegamos a lo que era mi casa; una pequeña juguetería, donde trabajaba y vivía.

Me paré ahí, dando a entender que habíamos llegado al destino. Me separé del policía para después darle un beso en la mejilla como muestra de mi agradecimiento.

-Muchas gracias por acompañarme, Loukas. Más bien, por toda la noche, ha conseguido apartar algunos fantasmas que estaban en mi camino -me quedé callada, dando a entender que quería decir algo más-. Me gustaría volver a verle, si no es una molestia para usted...

por **Eyra Erikdóttir** Vie Ago 05, 2011 4:46 am

Ella no me respondió, y eso me impacientó un poco. ¿Dónde me llevaba? Memoricé cada esquina que doblábamos, cada calle que cruzábamos, sólo por si a caso.

Entonces ella se plantó frente a una juguetería por la que solía pasar para ir a la oficina. Siempre me quedaba con la boca abierta recordando algunos juguetes que tuve de infancia. Aquello me hacía sentir más cercano a mi tierra, a mi casa, a mi familia, a mis raíces.

Volteé mi rostro hacia ella con una sonrisa radiante.

- ¿Vives aquí? Es genial.- comenté.

Ella se despidió de mí con una última petición que me sorprendió, pues las mujeres no solían dar esos primeros pasos. Estaba mal visto y todo eso que a mi, poco me importaba. Las habladurías siempre las había odiado.

- Por supuesto, Cyara.- coincidí con un guiño.- Volveremos a vernos.

Tomé su mano derecha un momento suficiente como para besarla a la altura de sus nudillos. Alcé la vista y con un asentimiento que interpretamos como un "au revoire", me di la vuelta y empecé a caminar hacia mi casa, rememorando una noche formidable.

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