Encuantro a medianoche (Ariadna)

por Invitado Mar Jun 21, 2011 5:33 pm

El reloj de pared marcaba las 23:00 de la noche. Henry estaba tirado boca arriba en el sofá vestido únicamente con el pantalón que había llevado puesto todo el día, con la vista fija en el continuo avanzar de esas pequeñas y negras agujas. Concentrado en todo y en nada comenzó a darse cuenta de que, a pesar de estar la ventana abierta, dentro de la casa no se estaba mal. Se incorporó del mueble, levantándose despacio y yendo hasta ella. Apoyó las manos en el alféizar y sacó un poco la cabeza, cerrando de pronto los ojos ante la sorpresiva ráfaga de aire que le acarició el rostro. Cuando los volvió a abrir pudo ver cómo las copas de los árboles se mecían levemente a causa de ese fresco aire. Sonrió.

De repente pasó una idea por su cabeza. Algo descabellada seguramente para la gente “normal”, pero no para él. Se fue caminando lentamente hasta su habitación y allí revolvió entre la ropa del armario hasta que encontró una camisa fina. Se la abrochó dejando abierto el botón de arriba, permitiendo mejor el paso del aire. Luego cogió las llaves y se dispuso a salir, a dejarse devorar por unas oscuras y misteriosas calles en las cuales nunca sabías lo que te podías encontrar. Anduvo varios minutos, fijándose en cada pequeño detalle que el París oculto de la noche le ofrecía.

Dobló esquinas, transitó por avenidas e incluso se sentó en algún banco a admirar algún paisaje. En un momento de esos en los que estaba sentado se acomodó en el banco y cerró los ojos, mirando al cielo. Los abrió y sólo vio una luz blanquecina fundirse entre unas sombras esponjosas que se la comían de vez en cuando. Le pareció ver formas trazadas con los bordes de las nubes y sonrió al imaginarse algunas a su antojo.

por **Ariadna Bethencourt** Miér Jun 22, 2011 10:33 am

El reloj de mi habitación marcaban las 23.00 de la noche y en el exterior había un ambiente muy tranquilo y favorable para poder ir a alimentarme, ya que llevaba 5 días sin beber sangre. Busque en mi armario la ropa adecuada para esta noche algo que me diera agilidad, pero que a la vez me hiciera ver hermosa y sofisticada así seria mas fácil llamar la atención de cualquier hombre y seria fácil hacer que me siguiera. Busque y busque pero no encontré nada en el armario de mi habitación nada adecuado, así que decidí ir al dormitorio principal que era donde guardaba toda mi ropa, como había oscurecido no tuve nada que temer cuando pase por el gran salón lleno de ventanas. Después de un largo rato buscando encontré el vestido perfecto era un vestido rojo fuego, con unos guantes blancos de encaje, cuando termine de vestirme me acomode el cabello dejándolo suelto para que se moviera como el viento.

Por las calles que pasaba había demasiada gente como para atacar a cualquier persona así que seguí caminando por las calles de Paris cuando percibí el aroma de un lobo, no sabia si estaba en peligro o no, pero igualmente seguí caminando ya que si en cualquier momento me sentía en peligro mi don me lo haría saber y podría atacarlo para defenderme y poder escapar de él.

por Invitado Miér Jun 29, 2011 4:59 am

Solamente se escuchaba el sonido del viento. Las nubes seguían cobrando vida gracias a la acción de la fresca brisa y aquello hizo que Henry perdiera la noción del tiempo. Pero podría abusar esa noche de la hospitalidad callejera de París al no tener al día siguiente que madrugar para ir a trabajar.

Se dedicó a observar el solitario paraje urbano en el que se encontraba y respiró profundamente durante varios minutos para poder despejar sus pulmones. No obstante, en breve se comenzaron a mezclar en el ambiente aromas diversos. Era una mezcla de olores bastante pesada e incómoda a la sensible nariz del lobo. Había sobretodo olor a tabaco, alcohol y sexo, pero pronto se les unió el de algo sobrenatural. No, al parecer Henry no había sido el único diferente que esa noche había jugado a ser único. Pero él no tenía miedo. Se mantenía alerta por si acaso, pero no era miedo lo que destilaba su mirada, sino todo lo contrario. Se acomodó de nuevo en el banco y continuó mirando el cielo y sus formas, las estrellas y sus titilantes luces y escuchando el tranquilo y calmado sonido del silencio.

Off: Perdón por el retraso, la inspiración no venía a mí -.-U

por **Ariadna Bethencourt** Dom Jul 10, 2011 4:59 am

Estuve caminado en dirección a aquel aroma tan peculiar, era como si necesitara ver quien era capaz de desprender tal aroma, no era como los otros lobos que habia conocido en toda mi existencia, pero tal vez esto se debia a que a los otros los habia conocido en su forma lobuna.
Despues de caminar un trama de calle, vislumbre desde lejos a una figura sentada en un banco, y por la forma en la que respiraba y latia su corazón no representaba gran peligro para mi ya que estaba completamente tranquilo.
A medida que iva caminado me iva debatiendo en si acercarme o no a él. -Seria interesante conocer a un lycan en su forma humana, ya que en su forma lobuna son peligrosos- Al final opte por acercarme a él, con algo de timidiz lo mire y carraspe para llamar su atención y asi poder dirigirme a él. -Perdone caballero seria mucha molestia que me sentara aqui?-

por Invitado Lun Ago 01, 2011 3:25 pm

Una nube de forma extraña tapó la media luna que se erguía en el azul y estrellado manto. Henry frunció el ceño y masculló algo en voz baja, como si el hecho de haberse quedado sin visión representara una gran pérdida. En cierto modo así era, ya que sin esa luz podría parecer que se hallaba en la más completa oscuridad, es decir, perdido. A pesar de que la luz lunar era su perdición, de alguna forma también era su norte, aquello por lo que muchas veces salía adelante y aquello que lo mantenía vivo.

Había sido su fruncimiento un acto reflejo. Un algo que no supo describir, y que tampoco pudo hacerlo. Quizá porque verdaderamente se quedó en blanco, o más probablemente porque se había desconcentrado al ser invadido por una femenina voz que le hizo ladear la cabeza y observar a una linda mujer que, de pie y con apariencia tímida, le hablaba. Inmediatamente, Henry supo qué era y que había sido su olor el que había captado antes, ya que al estar ella al lado e ir aproximándose el aroma se había ido intensificando.

La nube atravesó el cielo y de nuevo la perlada luz lo inundó todo con sus caricias de seda. Sólo entonces Henry pudo percibir claramente la palidez de una piel muerta y fría que misteriosamente siempre albergaba algo de calor en su interior, sobretodo en la zona del pecho - No… No, claro que no - respondió echándose a un lado del banco y dejándole espacio libre - Adelante, siéntese. Ni el banco me pertenece, ni me molesta su presencia.

Off: Lamento mucho el retraso... Me fui de vacaciones y... Ejem... ^^'''

por **Ariadna Bethencourt** Dom Ago 07, 2011 9:10 am

El caballero acepto amablemente que me sentara a su lado, espere que me cediera sitio y me acomode intentando mantener una distancia prudente ya que no creo que sentir el frío y el olor que mi piel desprendía fuera muy agradable para alguien como él. –Muchas gracias monsieur…. *me quedo en silencio para que sepa que quiero saber su nombre* por su amabilidad- acomodo mi vestido y levanto la vista a la luna que hoy la veía más bonita de lo normal, tenia un color perla brillante, se veía grande era como si estuviera llamando a todos sus seguidores a estar con ella, la verdad es que nunca me había parado a pensarlo de esa manera, pero se puede decir que yo también soy una seguidora de la luna ya que solo puedo salir cuando ella aparece. *sonríe al pensar en tal cosa, me estoy viendo como otro hijo de la luna, como un licántropo* -Que bonita esta la luna verdad- *digo distraídamente, mientras me giro para ver mejor a mi acompañante*

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