Jugando con los sentidos [Libre] [+18]

por **Emma Duncan** Vie Jul 15, 2011 8:17 pm

No era bien visto que los hombres entraran a esos lugares y mucho menos que una mujer lo hiciera pero a Emma eso no le importaba no hace mucho había llegado a Paris, en su corto tiempo ha tenido grandes experiencias pero todavía no se había topado con la lujuria.

Aquella noche mientras se dirigía a su apartamento paso por aquel lugar ese olor característico a cerveza y tabaco la envolvió completamente, trato de seguir su camino pero las risas de las mujeres, la música, el aroma… Una carga recorrió todo su cuerpo erizando su piel en ese instante la lujuria la había atrapado y el esfuerzo por seguir su camino el viento se lo había llevado.
Con sonrisa picara entro al burdel, se sentó en la barra y pidió una cerveza mientras se deleitaba la mirada con las mujeres al bailar.
- Que la noche sea larga y que mis sentidos se deleiten- Dijo Emma suavemente mientras su mirada recorrían el cuerpo de las mujeres que bailaban y probaba su cerveza.

por **Luna Angerona** Sáb Jul 16, 2011 12:30 am

Luna no era una mujer dada a la lujuria, realmente no era dada a nada más que a la divina locura que amenazaba con tragar su mente de un momento a otro, inesperadamente convirtiéndola en un vegetal sin cerebro o un asesino en serie de talla. Por lo que sería sumamente extraño el encontrarla en un sitio como aquel: un burdel, un sitio de pecado dónde los hombres iban a probar del dulce néctar que sólo una mujer les podía proveer. Sin embargo, ella era una crítica, sí, una crítica de la belleza, en especial de la femenina. Paseaba algunas noches por los alrededores del burdel, su rostro contra el cristal de la entrada, dejándose llevar con los apretados corpiños y la suave tela que apretaba esas exquisitos pechos contra si.

Algo extraño en verdad fue ver a otra mujer que no fuera una cortesana, usualmente éstas huían del lugar o (de estar inclinadas a ése lado del menú del amor) sólo se atrevían a entrar a altas horas de la noche para evitar ser descubiertas.

Sin poder evitarlo, se aproximó a la misteriosa mujer, tocando su hombro como una niña perdida lo haría con un extraño.

– No eres una cortesana, ¿verdad? –preguntó, su mano vagando descuidadamente por el brazo de su interlocutora.

por **Emma Duncan** Sáb Jul 16, 2011 3:57 pm

Emma se encontraba totalmente cautivada viendo las sensuales curvas de las mujeres que bailan, entretenida con el movimiento de faldas que había en ese lugar, hermosos corpiños que escondían bajo ellos pechos que le deleitaban la mirada. Su mirada no dejaba de recorrer los cuerpos de aquellas mujeres.

Su vista se encontraba deleitada con cada mujer que había en el burdel, sus pensamientos se encontraba agitados por la fascinación y sensualidad que había en ese lugar. Se encontraba totalmente perdida entre la cerveza, las faldas y los pechos, hasta que un suave toque en el hombro la hizo percibir lo que había a su alrededor, Al darse vuelta su mirada se perdía en aquella mujer de hermoso cabello y tez cautivadora. Algo curioso le pasaba a Emma se encontraba cautivada por el cabello de aquella mujer, le recordaba al fuego en el que bailaba cada plenilunio.
-No preciosa, no soy una cortesana- le dijo Emma con tono dulce marcando una sonrisa en su rostro mientras con su mano cogía la delicada mano de aquella mujer que vagaba por su brazo – siéntate a mi lado- le dijo Emma sin soltar la mano de la mujer- ¿Quieres una cerveza? – le pregunto Emma mientras le regalaba otra sonrisa y seguía sosteniendo con delicadeza la mano de aquella dama.

por **Ivonne Schiavone** Sáb Jul 16, 2011 5:34 pm

Una noche de distracción era lo que necesitaba, había sido invitada a dos fiestas, una magnifica opera que se presentaba en el teatro esa misma noche, otra sinfonía en otro mas pequeño y aun así prácticamente salí huyendo de cada uno de esos eventos. Me fastidiaba en muchas ocasiones la doble moral vista en esos recintos, con todos aquellos personajes jugando a Dios al juzgar a los demás creyéndose lo mejor de lo mejor en educación, moral y sapiencia. Que estúpidos eran todos ellos. Deseando destilar parte de esa podredumbre de la aristocracia, me dirigí nuevamente al burdel, por lo menos ahí podía respirar la realidad de la bestialidad.
Sin cambiarme siquiera, seguía adornada en uno de mis atuendos más caros y llamativos, motivo por el cual fui el blanco de varias miradas al entrar, pero las ignoré, por lo general no iba con tales vestiduras pero la urgencia de salir de aquel mar de pestilencia real, me orilló a no pensar, sólo actuar.
La clientela, era como siempre variada en genero, especies y clases sociales, en el medio del salón hermosas mujeres dejaban a mas de uno embobado por el candente movimiento de sus caderas, enlistadas en sus exuberantes faldas, las cuales prometían que con el mínimo roce estarían mas que dispuestas a revelar sus secretos.
Sin embargo dos mujeres al fondo me llamaron más la atención que ninguna otra. Una de ellas me parecía más desenvuelta en aquel lugar, la otra un poco más tímida pero algo brillaba en su interior.
Sin seguir razonando, me acerqué a aquellas mujeres.

-Buenas noches bellas damas

Les miré sin dejar de apreciar la belleza que ensalzaban sus rostros.

-Veo que están tomando unas cervezas. ¿Puedo acompañaros?

por **Luna Angerona** Sáb Jul 16, 2011 6:33 pm

Luna no había bebido desde que el fuego de la fogata realizada en el Samhaim casi le había quemado el cabello. ¿Qué tenían que ver ambas cosas? Pues, nunca hubiera danzado tan cerca del fuego ni se hubiera acostado encima de las aún humeantes cenizas de no estar muy borracha. El alcohol y la locura no solían mezclarse de buena manera. Sin embargo, los ojos de la mujer, tan bellos y atrayentes como la sonrisa que tan amablemente le dedicaba, terminaron convenciéndola.

Asintió, tomando asiento junto a ella, agarrando el tarro de cerveza con manos temblorosas.

No se esperaba salir de allí con su dignidad intacta, pero no contó con oír una voz tan tersa como la seda en las proximidades. Al voltearse y ver semejante espectáculo exótico y voluptuoso, supo que se trataba de una hija de la muerte; un vampiresa. Nadie podía coquetear tanto con la belleza sin estar muerto.

– Buenas noches –respondió, un sonrojo rosáceo cubriendo sus mejillas, a esta clase de mujeres tan experimentadas como bellas les encantaban las jovencitas tímidas y quizás ella, después de tantos años, era una.

por **Emma Duncan** Sáb Jul 16, 2011 8:04 pm

Emma se encontraba completamente encantada con la dama que aceptaba apasiguadamente sentarse a su lado, en ella encontraba un extraña simpatía y confianza algo muy raro que Emma no entendía.

La invite a una cerveza y asintió con la cabeza con un poco de timidez, le solté su mano para que agarrara el vaso y note que sus manos le temblaban – Tranquila, si no te apetece la cerveza no la tomes, no seas tímida – le dijo Emma regalándole una vez otra sonrisa. ¿Que tenia aquella mujer? Que Emma no le dejaba de sonreír, esa sensación de extraña confianza que la hacía tener una rara sensación. - ¿Cómo te llamas?- le pregunto Emma acercándose a la dama, no mucho para que no se sintiera incomoda pero si lo suficiente para que la música que había en el burdel, las risas de las mujeres y las carcajadas de los hombres no interfirieran en lo que decía.

Al terminar de preguntar, escucho una voz que saludaba. Emma se voltio buscando de donde provenía aquella voz, para su sorpresa era otra linda mujer con un hermoso vestido, una Vestimenta muy cara y elegante para un burdel.- Buenas noches- le respondió Emma con una sonrisa, mientras miraba como una cortesana le bailaba sobre las piernas a un hombre.

Emma reparaba con la mirada le resultaba muy peculiar que una mujer tan elegante se encontrara en tan burdo lugar, ante la petición de la compañía de la mujer Emma no se negó –Por supuesto – respondió Emma- ¿si no tienes problema?- añadió mientras miraba dirigiéndose a la pelirroja y tomaba un poco de su cerveza.

por **Luna Angerona** Sáb Jul 16, 2011 8:15 pm

– ¿Mi nombre? –Luna dudó por unos segundos, esa clase de detalles solían escapar de su cabeza en ocasiones– ¡Luna, mi nombre es Luna! –exclamó animada, tomando un gran trago de cerveza para luego realizar una mueca de disgusto que junto con su maquillaje cirquense la hacía parecer una niña.

Al notar la mirada inquisitiva de la mujer rubia, evitando observar directamente sus profundos ojos que parecían cambiar de coloración, Luna negó con la cabeza. No le importaba encontrarse en la compañía de la otra mujer, mientras más llegaran mejor, no todas las personas llegaban a conversar con alguien como ella, la mayoría le escupía en los pies y le decía mendiga asquerosa. Estas mujeres eran demasiado encantadoras como para rehusarse a sus pedidos, nunca antes el fingir ser una niña se había vuelto tan real.

por **Emma Duncan** Sáb Jul 16, 2011 8:53 pm

Me resultaba curiosa la expresión que la joven realizo cuando le pregunte su nombre y no se acordaba. Cuando exaltada me respondió, le regale una enorme sonrisa entre cerrando mis ojos – Luna, bonito nombre- le respondí.

Al parecer Luna no tenía ningún problema en aceptar la compañía de la otra mujer al ver la respuesta que Luna había dado con su cabeza aun sin emitir alguna palabra, Emma se dirigió a la mujer y le dijo – Adelante, siéntate con nosotras ¿te apetece un cerveza?- pregunto Emma mientras corría una silla para que la dama se sentara.

Emma se encontraba más feliz que un niño en víspera de navidad, a su alrededor había lujuria y se encontraba acompañada de dos hermosas mujeres. Sus sentidos comenzaron a darse el gusto cuando miraba la deslumbrante cadera de aquella cortesana al bailar y las firmes piernas que su falda escondían. Dirigiéndose a sus acompañantes le pregunto a Luna y a la mujer – ¿Que las a traído por este lugar?- mientras su mirada se perdía entre los pechos de una cortesana que pasaba por el lugar.

por **Luna Angerona** Sáb Jul 16, 2011 10:01 pm

Luna no respondió de inmediato, sintiendo cómo lo poco que había tomado de cerveza calentaba su cuerpo, sus labios súbitamente secos y sus ojos vidriosos. Abandonó el tarro en la barra, recostándose del hombro de la mujer rubia, podía sentir en la fragancia de su cabello y lo exótico de sus ojos que era una bruja igual que ella, pero quizás era una bruja más experimentada. Esta sería una noche para recordar, no había duda.

Sin remover su rostro del hombro de la mujer, contestó:

– Me gusta ver el burdel, aunque nunca había entrado, normalmente veo a las bailarinas desde lejos –dijo, como una jovencita virginal a la que la han pillado haciendo algo indebido, su expresión la de una colegiala traviesa–. No pensé que me dejarían entrar, por mi ropa –aclaró, usando su mano derecha para señalar la poca ropa que llevaba puesta, jugando distraídamente con la tira de su corpiño vinotinto.

por **Ivonne Schiavone** Mar Jul 19, 2011 10:48 am

Me sentí por mas que bien servida al ver que era aceptada por esas dos bellas mujeres, aunque mi primera intuición conservaba su mismo lineamiento, aunque algo en el ambiente me hizo presentir que eso podría cambiar, pero dejaría que la noche trajera su sorpresa por si sola.
Me sentí engalanada ante la actitud de las abierta, al correrme la silla tan amablemente, me excitaba mucho mas que una mujer se portara asi, a que un hombre lo hiciera, estos por lo general lo hacían mas por etiqueta que por que asi les placía.
Acomodándome la falda para sentarme, lo hice con sutil cadencia y coquetería sin dejar de mirar a la hermosa mujer, asi pude ver su reacción al espectáculo que se recreaba a unos cuantos metros de nosotras. Podía sentir la resequedad de su garganta y la lujuria creciendo en su interior, haciendo que la mía no fuera menos que la de ella. Esta mujer me encantaba, ahora mas que nunca me alegraba de haber partido de esos aburridos eventos.
Cuando la otra chica dijo su nombre, casi lo saboreé como el almíbar.

-Luna. Hermoso nombre, como su dueña. Me imagino que igual que el astro, tienes tu halo de misterio –

No pregunté, mas bien aseguré.

- En este lugar no creo que haya distinciones de ropas bella joven, creo que lo que interesa es la belleza y fogosidad de sus invitados y el dinero de otros. Además una sin una la otra no puede funcionar –

Esbocé una pequeña sonrisa. Al apreciar mejor su rostro.

-Además – me acerqué un poco mas a Luna, procurando no asustarla con mi siguiente acción.

-Tienes una belleza acompañada de una inocencia que deja sin palabras a muchos de los presentes. Y a mi me llenas de muchas preguntas. –

Rocé con delicadeza su mejilla, la cual era tersa y suave.

-Y respondiendo su pregunta hermosa dama. – miré ahora a mi otra acompañante.

-Vine para despejar mis sentidos y entretenerme un poco con lo que la naturaleza humana puede ofrecer.-

Una sonririsa llena y promesas adorno mi rostro.

por **Emma Duncan** Miér Jul 20, 2011 1:54 am

Música, mujeres, cerveza y lujuria que mas podía pedir en ese momento, sus pensamientos solo danzaban alrededor del deseo, entre los que escondían debajo sus ropajes aquellas cortesanas que no podía dejar de mirar, sus sentidos se encontraban delirando totalmente extasiados.

Observaba como aquella dama de elegante presencia se acomodaba en la silla con una curiosa coquetería que Emma no pudo deja de mirar mientras tomaba un sorbo de su cerveza, aun se preguntaba como una mujer de alta estampa delatada por sus finos ropajes podía en contarse en tan morbo y burdo lugar, tomando un licor barato y deleitándose la mirada con el espectáculo que daban las cortesanas.

Para el deleite de mis sentidos Luna se arrecostaba y posaba en mi hombro, podía sentir lo cálido que se encontraba su cuerpo, el aroma de su hermoso pelo me envolvío fugazmente. Que tenia Luna que la había cautivado, que tenia aquella mujer que le causaba curiosidad por su coqueteria y su gusto por la belleza del cuerpo humano, al parecer esa noche daba mucho que pensar y desear, ¿Que a de hacer Emma? Entregarse y dejarse llevar por el deseo que esa noche prometía dar.

Emma observaba como la mujer a su lado coqueteaba con Luna, mas ella solo observaba y sonreía. Mis sentidos se encontraban en total extasis y mis pensamientos causaban un cierto antojo de tocarla pero a Emma le pasaba algo raro con Luna aunque el deseo y los antojos estaban presenten carcomiéndole el pensamiento no se atrevía hacerlo, la tentación la tenia presente al ver como luna jugaba con la tira de su corpiño.

-La dama tiene razón- dijo Emma mientras su rostro regalaba una sonrisa – Aquí no hay discriminación, En esta clase de lugar no miran tu ropa solo tu bolsillo, que así como disfrutes puedas pagar... Mirar de Lejos? Así no puedes observar bien- añadió Emma mientras soltaba un risa picara.

Emma se dirigía a la otra dama tratando de dispersar la tentación
-El cuerpo humano puede ofrecer muchas cosas, te acomoda en un vuelo de frecuencias distintas que tocan los canales de los sentidos embriagándolos de placer, deseo, pecado y lujuria. – dijo Emma mientras su mirada quedo fijada en la cortesana que le servía mas cerveza tratando de persuadir la tentación que Luna le provocaba.
-Disculpen mis malos modales - dijo Emma con rabia mientras su rostro mostraba desacuerdo - Mi nombre es Emma- Dijo mientras sus rostro regresaba al trance que se encontraba mientras miraba a las cortesanas.

por **Luna Angerona** Miér Jul 20, 2011 11:39 pm

Luna se sonrojó visiblemente al sentir la delicada caricia de la otra mujer, soltando un suspiro casi ensimismado, nunca había sido alabada de tal forma, y sería una gran mentira decir que le disgustaba.

– ¿Preguntas? –replicó, su rostro ladeado, abandonando por primera vez el hombro de Emma–. Me gustaría llegar responderlas en algún momento, la noche es joven –continuó, guiñando a la mujer, aunque a pesar de un gesto tan adulto y seductor no dejara de parecer una adolescente lujuriosa.

No podía creer su suerte, dos mujeres tan bellas a su lado, dos mujeres tan poderosas; porque podía sentir el poder fluyendo por sus cuerpos, dando un aura de realeza a sus cuerpos tan sinuosos y perfectos. La sangre volvió a subir a su rostro, esta vez Luna esperó que el maquillaje pudiera ocultar su desliz.

Una inmortal y otra una bruja de magia ancestral. Una noche de suerte, increíble suerte. Mordió su labio inferior, ¿caería víctima de sus lascivos pensamientos?

Salió de sus ensoñaciones al observar la mirada que la bruja rubia le dedicaba a las cortesanas, atrayéndolas a sus hipnotizantes ojos con naturalidad, parecía haber nacido para tentar mortales con el pecado. No pudo evitar sentir algo parecido a los celos, por lo que, para llamar su atención, se subió a su regazo, volviendo a posar su cabeza en su hombro.

– Mucho gusto, Emma –dijo con pretendida inocencia, sin bajarse de sus piernas, asegurándose de que ninguna cortesana estuviera deleitándose con la otra mujer; ambas eran sus obras de arte para admirar, las demás mujeres del lugar no tenían el derecho.

por **Ivonne Schiavone** Jue Jul 21, 2011 6:48 pm

Solo disfrutaba, solo me dejaba llevar por las sensaciones, libres para mi, en el aire. Me encantaba ver la “sutil” inocencia de Luna. Aunque si era inocente, pero por dentro un volcán de pasión, lujuria y perversión ansiaba por ser liberado, este razonamiento me hizo sonreír de complacencia, como me encantaría ser yo quien le enseñara todas las delicias de la carne y la perversidad de la pasión. Mas Emma. Cielos!! Esa mujer me tenía hipnotizada, su manera de mirar, el fuego de su piel traspasando sus poros, podía sentir el calor de su lujuria a través de mi piel, calándome en los huesos haciendo temblar mi cuerpo de ansia contenida y aumentando el deseo calado en mis piernas.
Mi lengua rabiaba furiosa por querer acariciar aquellas deliciosas pieles, deleitar mis papilas con el sabor de su textura. Pero tenía que controlarme, el correr al vacio no hace la caída menos lenta.
Cuando Luna se subió sobre las piernas de Emma, en un rápido movimiento ocupé la silla que ésta dejo vacía. Con ello podía estar más cerca de ellas.
Luna quedó de medio lado a Emma con su cuerpo hacia el mío al ocupar su lugar.
Moría, en verdad moría por tocarlas y estando acostumbrada a no demorar por mucho tiempo mis deseos, me deje llevar por este. Y mi mano se posó suavemente, tan delicado la gota del rocío sobre el pétalo de una rosa sobre el muslo de Luna. Y con igual lentitud casi imperceptible fui subiendo su falda hasta que llegara a sus rodillas. Mi deseo era ver y sentir mas, pero jamás apresuraría las cosas, ni completaría el 100% sin saber que así lo quieren.
Miré a Emma sin esconder mi deseo, ni por ella ni por Luna.

-Tienes toda la razón sublime Emma, no hay nada mejor que dejarse embriagar por el placer del pecado.

Mi mirada se hizo mas intensa en ambas. Tensando mi cuerpo para evitar que este se corroiga por la traicionera lujuria que pugnaba por salir.

por **Emma Duncan** Lun Jul 25, 2011 2:47 pm

Mi mente se llego a apaciguar mientras mis sentidos se distrajeron observando a aquella cortesana que me servía la cerveza y me hacia enloquecer con las sensuales curvas de ese cuerpo tan provocador, hasta que una explosión de éxtasis y tentación comenzaba a recorrer todo mi cuerpo cuando el cálido cuerpo de Luna estaba prácticamente sobre el mío.

Que maldita la tentación la que me ha caído tengo ganas de probar su cuerpo, solo ruego y cohíbo mis emociones para que mi cuerpo no delate esta tempestad de pensamientos y divagaciones en las que mi mente naufraga. Solo porque mi cuerpo siente el calor del suyo, mi nariz se entretiene con el aroma de su cabello y cuerpo haciéndome quedar a merced de Ella.

-Me preguntaste si era cortesana, mi respuesta te desilusiono?- Le pregunto Emma con un tono cálido inclinándose hacia un lado apoyando su rostro sobre la cabeza de Luna que yacía en su hombro, tratando de controlar sus tentación pero era tan fuerte ese sentimiento que la envolvió completamente y sin casi fuerzas para evitarlo, mis manos comenzaron a divagar en su torso buscando el camino de la perfección, me sentía como una escultora delineando cada límite de su cuerpo.

La Dama a mi lado coqueta y encantadora llamaba la atención de Emma, esa mirada intensa y fugaz que le regalaba a ella y a Luna podía sentir las ganas fuertes de lujuria que recorrían por sus venas – Como una mujer de Elegante calibre como usted se encuentra en un lugar tan burdo como este burdel, sin modales y muchos menos clase?, disculpe mi pregunta es que todavía me causa mucho interés su presencia en este lugar.- le pregunto Emma a la mujer que parecía al igual de ella deleitarse de los cuerpos de las cortesanas que se encontraban alrededor y al parecer también el cuerpo de Luna.

Mi clase de geografía termino abruptamente cuando observe que aquella dama acariciaba delicadamente la pierna de Luna, me incline hacia el rostro de Luna rozando mi mejilla contra la de ella hasta llegar a su oído - Que ha de tener tu cuerpo, tu aroma, tu rostro que hacen que pierda el control de todas mis emociones, eres el rojo vivo de mi infierno, la causa de mi tempestad que he de hacer para que no me tortures con tu belleza- le susurro Emma suavemente para que la otra dama no la escuchara. Mientras su mirada trataba de encontrar la mirada de Luna y de vez encuando observar en donde se encontraban las manos de la otra mujer.

por **Luna Angerona** Lun Jul 25, 2011 10:15 pm

Suspiró, sus ojos cerrados al sentir la fría mano inmortal sobre su muslo, era una fricción tan exquisita que le hizo repetir el suspiro al percibir de nuevo el movimiento. Y allí fue cuando lo deseó, hacer el amor a la misma muerte, pues una de sus hijas se hallaba junto a ella. Pero no podía, no se atrevería a caer en la lujuria, no era su pecado y nunca lo sería. Sin importar lo que su cuerpo gritara, porque éste parecía vociferar una petición para ser tocado, debía mantener la compostura. Al menos eso pensó antes de que Emma decidiera acariciar su torso, jugando con las ya casi sueltas tiras de su corpiño.

Las palabras tan sensualmente susurradas a su oído, el canto de los demonios más duradero y sincero que el de los ángeles, era la personificación en carne de la tentación más perfecta; ambas lo eran, y sería estúpido resistirse a sus deseos, pues había sido de ambas con sólo haber captado sus miradas.

– Eres tú la única que tortura –replicó con una sonrisa, tomando el rostro de Emma entre sus manos, besando cariñosamente su mejilla–. Soy de ambas, por esta noche, por más, ya han traspasado mis defensas –expresó con un tono que sólo podría describirse como un gemido contenido–. No me hagan esperar más.

por **Emma Duncan** Mar Jul 26, 2011 4:10 pm

Me entretenia con el aroma de su cuerpo mientras esperaba su respuesta, sentía como emanaba el deseo por cada poro de su piel, no resistía la tentación ya no quería cohibirla mas así que mis manos comenzaron a divagar de nuevo en su cuerpo pero esta vez trate de que mi piel tocara a la suya directamente piel con piel, deseo con deseo.

En mi interior comenzaba una tormenta, mi ser se encontraba en el máximo éxtasis cuando sentí las manos de Luna en mi rostro y una corriente de deseo que erizaba mi piel colocando mis manos y cada célula de mi cuerpo ansioso por poseerla. – yo… torturar?- pregunto Emma mientras le sonreía y se le escapaba un risa picara.

La mire fijamente a sus ojos observando las ganas que tenia, tan cerca de mi se encontraba que sus labios me llamaban, esos ojos y esa boca me embelesaban por completo me acerque lo suficiente que podía sentir su respiración en mi piel, deliraba con su rostro y mis labios saludaban los suyos mientras se posaban en ellos.
Mis manos recorrían su cintura para abrazar su cuerpo y unirlo con el mío, el calor emanaba por los ropajes que poseíamos en ese momento, delicadamente apreté sus labios con los míos y de este modo alejarme un poco de aquella cálida boca, sigilosamente mi mejilla rozo la suya hasta llegar a su cuello subí despacio hasta llegar a su oreja mientras mi nariz dejaba camino por su piel deleitamdome con tan exquisito aroma que me embriagaban por completo, en su oído suave y delicadamente le susurre:
-Mi ser clama por ti, mi deseo es tenerte solo para mí, pero si así has de querer me conformare esta noche por tenerte solo a medias Y es que mi alma ansia por tu cuerpo, no tienes ni la remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando te tengo tan cerca y el deseo por ti crece dentro de mi... – termino Emma devolviéndole un beso profundo y cálido en la mejilla mientras le sonreía.

Luna le había dado rienda suelta al brío de mis ansias, una noche inolvidable apenas comenzaba, una noche de placer solo era y apenas la función estaba a punto de comenzar.

por **Luna Angerona** Miér Jul 27, 2011 10:21 pm

Rodeó el cuello de Emma con sus brazos, sintiendo la calidez que sus palabras causaban en sus mejillas y la sensación completamente diferente que se apoderaba de distintas partes de su cuerpo. No era un criatura de deseo, realmente no podía estar completamente segura, no desde que había cruzado ojos con una persona como Emma; una diosa de la carne, una bruja tan poderosa fijándose en una chiquilla como ella. El factor del poder, de la autoridad, de la experiencia, le excitaba.

Inició un tímido beso, apretando sus labios contra los de Emma, era una bienvenida y una afirmación: “toma mi cuerpo, pues hoy te pertenece”.

– El futuro verá lo que nos depara, pero en este momento, con nuestros apunto de realizar la comunión de la carne, no deseo separarme de ti –expresó, su tono desesperado por acciones, su voz sonaba casi como un gemido.

por **Emma Duncan** Sáb Jul 30, 2011 9:45 pm

Una colisión de emociones fuertes consumían mi interior, impidiéndome emitir palabra alguna de lo que mis oídos acababan de escuchar.

Luna tenía ganas y a Emma le sobraban, sus manos aun rodeaban la cintura de la mujer que hacía que su interior fuera una tempestad de placer y lujuria. La abrasé fuertemente para sentir su cuerpo contra el mío era el momento de consumir el deseo que crecía dentro de aquellos dos cuerpos. Un beso apasionado, mi respiración acelerada y profunda, sensaciones que envolvía nuestros cuerpos abriendo las puertas del placer de la carne, nuestras lenguas se conocían tímidamente mientras nuestras bocas se hacían una. Mis manos recorrían su cintura a través de caricias querían despojarla de su ropaje, tocar su piel, surcar en su abdomen pero ante la mirada morbosa de los borrachos espectadores mis manos solo se limitaban a tener su cintura.

-No me gustan las miradas morbosas de hombres embriagados que recorren tu cuerpo, busquemos un lugar privado- Dijo Emma en su tono se notaba el deseo que tenia de tener entre sus manos el cuerpo de Luna, mientras con su mirada indicaba las escaleras que llevaban a los cuartos de aquel burdel.

por **Ivonne Schiavone** Sáb Jul 30, 2011 10:09 pm

Jamás pensé que al acercarme a estas dos bellas mujeres mi noche estuviera llena de una lujuria que no podía controlar, mas lo hice al momento de escuchar a Emma decir que quería a Luna solo para ella, muy bien, le concedería ese honor por escasos minutos, segundos tal vez, pues el deseo que recorría mi cuerpo estaba a punto de estallar y mis manos traviesas querían mas que sentir la delicada piel de los muslos de la joven tan bella que acariciaba sin reparo pudiendo sentir el calor que emitía su cuerpo alterando el mío propio.

Aquel beso terminó con desenfrenar mi pasión, yo también quería probar esos labios que eran como pétalos de rosa, ahora, hinchados y húmedos por el febril beso de Emma.

La petición de Emma era más que justa y secundada por mí, los ojos de los hombres se alimentaban, como buitres de carroña, de nuestras acciones y están solo eran nuestras, además para lo que tenía en mente, la gente que estaba en este desagradable lugar no era digno de presenciar y mucho menos de admirar.

-Secundo tu idea Emma, sin embargo dejadme probar esos labios también, que los míos están sedientos de la miel de la hermosa Luna que ha bajado del cielo para encandilarme con su sensualidad e inocencia -

Y sin esperar respuesta, incliné mi cuerpo al de Luna, con mis manos en sus exquisitos muslos, apretándolos un poco haciéndole sentir mi deseo de mas. Mis labios rozaron con delicadeza la pureza de los suyos, tan suave caricia y mi olfato se deleitó con el aroma de su piel oliendo a sexo y deseo. Lentamente mi lengua fue abriéndose paso a su boca, entrando en ella gozando de su sabor, mi paladar se extasiaba con la dulce miel de su beso, mi lengua buscó la suya enlazándola a placer, mientras mis manos siguieron el largo camino de sus piernas quedando al borde de su pelvis. No quería dejar de sentir sus labios contra los míos pero la mirada insistente que aquellos hombres me repulsaban.

-Vamos –

Dije susurrando, mirando a Emma y a Luna.

Pd: perdón el retraso estaba enferma 

por **Emma Duncan** Sáb Jul 30, 2011 10:34 pm

El placer había segado mis ojos haciéndome olvidar por completo de la otra mujer que nos acompañaba.
-Discúlpeme bella dama me deje llevar por mis deseos- dijo Emma mientras se separaba lentamente del cuerpo de Luna. – Yo no he de gobernar sobre el cuerpo y los deseos de Luna- añadió Emma regalando una sonrisa.

Emma observaba como aquellos labios que acababa de probar posándose en los labios de aquella mujer en la que se le notaba el placer y la lujuria emanar fugazmente por cada poro de su piel. Emma solo observaba como Luna era envuelta en las ganas de aquella mujer de la cual aun no sabia su nombre y que al parecer estaba de acuerdo ante la petecion de buscar un lugar mas privado.
-No he de saber el nombre de tan grata compañía- Exclamo Emma mientras miraba a la mujer pícaramente y esperaba la aprobación de Luna.

*PD: Tranquila, espero que ya estés mejor*

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