Eres muy traviesa, todo esta en su sitio. { Arabelle Eisenhauer } -Posible 18-

-Y no bebo...bueno o eso creí que no podría llevarse bien conmigo...-Dijo con voz afligida. Siguió a su hermana dentro de la habitación se sentó en el borde de la cama, justo al otro lado de donde se encontraba Arabelle sentada. No lo había pensado, pero no estaba huyendo de ella. Después de unos años sin verla, se había comportado como un idiota en el pasillo. No sabía porque, pero un nuevo sentimiento le hacía daño en el corazón. ¿Era por ella o por ella...? Negó ante la posibilidad de que fuera aquella mujer, pálida como el gélido tacto de la nieve, ojos azules como el mar...que fue arrebatada en cinco minutos por otro ser de la misma especie que ella. Sacudió la cabeza y sonrió cuando se planto al lado de su hermana en el borde de la cama.

Abrazo a su hermana cuando esta miraba el techo y aprovecho para besarle el cuello lentamente y así atrapar su atención. Sonrió al verla con el rostro cansado y se separo para tumbarse sobre la cama con los pies colgando fuera de la cama. Miro al techo y pensó todo el tiempo que no había pasado con su hermana desde aquella vez que se fue de casa. Suspiro y se fijo en el cuerpo de ella. Había cambiado y sus palabras sonaban mas solidas. Sonrió y se incorporo a su lado mientras se acercaba cerca de ella.

-Cuéntame Arabelle....-Se fue acercando poco a poco a ella-Todo este tiempo... ¿Qué has estado haciendo, aparte de escuchar las ordenes continuas de ese cascarrabias al que tenemos por padre?-Pregunto un poco más animado intentando llegar hasta la mano de su hermana y comenzar a acariciarla poco a poco, con lentitud, recordando aquella suavidad de la tez rosada que a veces tenía su hermana.-Si te digo la verdad, de vez en cuando me hacías sonreír cuando leía aquellas cartas perfumadas...-se acerco a su cuello sin poder evitarlo y comenzó a olerlo insistentemente, llegando a besadla el cuello con lentitud. Se acerco hasta pegar su cuerpo junto con el de Arabelle y le rodeo la cintura para atraerla hacia ella y oler con mas frenesí su aroma que desprendía a la dulce miel de los enjambres de abejas.

-Miel....-Posiblemente tuvo un encogimiento en su estomago, como si un montón de mariposas revolotearan en su estomago de nuevo y deslizo la mano de su cintura hasta apoyarla en la mejilla de Arabelle. Separo sus labios de su cuello y la miro con una tierna sonrisa.-Eres Arabelle, mí querida hermana....y hueles igual que siempre...sigues igual que siempre-se acerca para besar las pecas de su rostro y después se paró a mirar sus labios rosados.-Te eche de menos.-Miro a los ojos de Arabelle y acariciaba su rostro con el canto del dedo índice. Se separo lentamente de ella, pero la envolvió en un abrazo para acurrucarla en su pecho y apoyar su mentón sobre su cabeza.

-Arabelle, dime que lo que me enviaste en la última carta....-Hizo una pausa para coger fuerzas después del esfuerzo de llorar.-el contenido de la última carta que recibí y que pensé que ya no me querías pues deje de recibir noticias tuyas...-se estaba enrollando demasiado.-Dime que solamente es algo.....que padre nos obliga a hacer. -Sonrió ante aquella posibilidad, pero no le parecía mala después de todo. El comenzó a sentir algo por Arabelle cuando no sabía que era su hermana, entonces se escapo de casa, encandilo a la primera mujer que vio en un pueblo de Rumania y tuvo una hija bonita, no muy agraciada de belleza, pero si lista. Pero alguien o algo hizo que las fusilaran delante de sus ojos, detrás de una ventana de cristal y atado a una silla con la vista al frente.

Después, fue llevado a una prisión donde le hicieron de toda clase de experimentos hasta que su amo, lo salvo de aquella tortura de vida y le dio una nueva. Seguía abrazando a su hermana envolviéndola con los brazos y los únicos momentos en los que se habían sentido confiado y tranquilo con alguien, habían sido siempre con Arabelle. Pudo haber robado muchas miradas, de jóvenes, madres, hasta miradas de odio de sus enemigos simplemente por la vanidad de Kristof que resplandecía por sí sola y encandilaba con un solo gesto de su sonrisa para encandilar misteriosamente a las jóvenes de bello rostro.

Miró a su hermana y le cogió suavemente del mentón para hacer que la mirara a la cara-Am...Arabelle....si no hay remedio, me gustaría casarme contigo.-Dijo con una sonrisa en la cara. Observo la cama y se tumbo de nuevo boca arriba con los pies colgando hacia afuera. Miro desde el ángulo de la cama a su hermana y espero una respuesta con los brazos abiertos por si quería echarse a su lado.

Salió corriendo hacia la puerta para cerrarla y echar de nuevo el cerrojo. Cogió en brazos a Arabelle mientras esta pataleaba una y otra vez y la tumbo en la cama boca arriba. Se coloco encima de ella y lo único que hizo fue cogerla de ambas muñecas y ponerlas sobre la cabeza. Negó con la cabeza, mirándola con lágrimas en los ojos. No sabía porque, pero la impotencia de que podría perder a la única mujer que en verdad amaba, le hizo actuar de esta forma. ¿Si no hay remedio? ¿Un juego? Bobadas. Desde siempre había querido a Arabelle, pero por su padre, le dijo que se alejara de ella simplemente por el mero hecho de que lo tacharían además de hereje, de adulterio.

Pero él para entonces estaba en una edad adecuada como para casarse con Arabelle sin ningún problema, eran jóvenes en la flor de la juventud, pero el tosco de su padre era muy retrogrado y no aceptaba ñoñerías a no ser que no interrumpiera en sus planes. En el pasado fue llamado de todos los desprecios posibles que se le puede dar a una persona. Se fijo en su hermana, que intentaba soltarse como siempre y se acerco más a ella para que parara.

-Primero....Siempre me acordaba de ti, sobrellevaba mis pensamientos haciendo bocetos en mi cuaderno de apuntes, pensaba siempre en ti.....-se separa un poco-Me case simplemente para llevar el peso de mi pena más rápidamente, he de decir que me dolió cuando me ataron y las mataron, pero me alegre al estar de nuevo solo, en la prisión....vino un señor y me salvo de aquella tortura, y por lo que veo, Aquel dios al que todos adoran, me salvo de la oscuridad para encontrarme contigo. -Acerco una mano para limpiarle las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. -Arabelle, por favor...me ha pillado de sorpresa, no te enfurezcas...no estás guapa-sonríe débilmente y se aleja un poco mas de Arabelle para dejarla libertad. Se desliza por la cama hasta llegar a la puerta y coloca la cómoda contra la puerta, impidiendo el paso para que saliera. Cogió lo que era un tocador por defecto y también lo coloco contra la cómoda haciendo una especie de barrera, impidiendo que saliera por ningún lado. Se acerco a las ventanas y cerró bien fuerte los cerrojos de cada una.

-Se acerco el lobo feroz hasta caperucita roja, saltando sobre la cama de plumas que había en la habitación-comenzó a hablar como si ellos fueran los protagonistas de un cuento infantil-Que estaban destinados a juntarse para el resto de sus vidas-se fue acercando a Arabelle poco a poco y volvió a atraparla entre las muñecas y beso su cuello lentamente mientras deslizaba una mano por su brazo y lo posaba encima del escote, desabrochando sus botones poco a poco y agarrándole las muñecas con una sola mano.-¿te calmaras un poco y hablamos como personas normales?-Pregunto con suavidad a pesar de que se estaba poniendo bruto en aquel momento.

La miro a los ojos y trago saliva esperando una respuesta a aquella pregunta que esperaba respuesta. Se pondrían a hablar como personas normales e intentarían solucionar las cosas. Lentamente se deslizo hasta sentarse en la cama con las piernas cruzadas y coloco a Arabelle encima suya, rodeándola en un abrazo tierno para retenerla de algún intento de huida. Ahora que la tenia intentaría hacerla ver, no enseguida, pero la haría ver que el también tiene su corazón y que fue ella su propietaria por todo este tiempo. Desde aquel día en que la recogió de aquel camino de tierra entre matojos cerca del bosque, comenzó a verla en sueños y a veces gemía en sueños su nombre, pero ese secreto se lo guardaba para él.

-Quiero decirte una cosa-Seguía rodeándola con los brazos y beso su mejilla lentamente-me alegra que estés aquí de nuevo, casémonos y a ver cómo va la cosa...Aunque no creo que vaya mal....-suspira y vuelve a apoyar el mentón en la cabeza de su hermana-Perdona por haberme comportado de esa manera, hace un rato en el pasillo.

La miro con los ojos abiertos y se sorprendió de lo que escucho. ¿Ebrio? Negó con la cabeza y bueno, está bien, se había bebido una copa de Whisky, pero nada más y había tragado mal. Cogió del mentón a Arabelle y la beso en los labios lentamente. Se separo de ella y la acurruco más hacia su pecho para comenzar a acariciarla el pelo.
-Ara...no estoy ebrio si es a lo que te refieres-Sonríe de lado y mira a Arabelle-Y perdona....si te sentiste como si fuera a...violarte, pero no era mi intención.-La miraba con ternura, intentando que entrara en razón. Acariciaba su rostro lentamente y negaba-Quiero casarme contigo....Arabelle....mírame-le soltó del mentón pues no funcionaba y busco su mirada. Apoyo su frente contra la de su hermana y abrocho los botones que le desabrocho. Sonrió cuando se cruzo con sus ojos.
-No creo que padre te haya mandado sola aquí porque quieres que estar conmigo. Si fuera por algún motivo propio, padre te hubiera parado. -sonrió de lado y beso la frente de su hermana, abrazándola, sintiéndola contra su pecho.-El matrimonio es algo con lo que nuca jugaría, y más tratándose de compartir una vida contigo, cari...Arabelle.-Dijo sonrojado al ver que estaba a punto de desenmascarar el Kristof que de verdad quería a Arabelle. Bueno, la quería mucho, tanto como hermana, como algo mucho más que una hermana.
-¿Puedo contarte un secreto que llevo...guardando desde siempre?-Dijo un poco más calmado al oler el aroma a miel del cabello de Arabelle.-Según tu, estoy ebrio, pero mi corazón lo ha estado siempre, siempre estuvo ebrio de tus ojos, de tu sonrisa, de tu alegría. Esto es...-le acaricia el rostro lentamente y la mira muy de cerca-No es un juego Arabelle....y te estoy diciendo la verdad. Fuera tapujos...fuera todo.-La mira directamente mientras apoyaba ahora él su rostro en el hombro de Arabelle. Podría sonar a un empedernido enamorado y ebrio, pero era la primera vez que Kristof se confesaba de tal manera con una persona. Era su hermana, si, pero no de sangre. La quería, siempre se había sentido muy cómodo con ella, siempre jugando, hasta que un día su padre destrozo todo sus planes.

Planeaba pedirle matrimonio a Arabelle en secreto, pero el oportuno de su padre se lo estropeo todo diciendo que era su hermana. Pero él junto con sus dos hermanos, le creyeron hasta que Kristof decidió no creer a su padre, pues serian una de sus mil y una tretas para estropear y fastidiar a la relación que tenía con ella. Al principio, su padre decidió que sería mejor casar a Arabelle con Grey, pero en cuanto este sonrió de lado, padre negó enseguida. ¿Compasión? No podía ser. Entonces Kristof salió elegido. Se casaría con ella, pero no como él quería. Iba a casarse con su hermana y él quería haberse casado con Arabelle sin saber aquel dato.

Seguía abrazando a Arabelle y cerró los ojos para aguantar las lágrimas que amenazaban con salir. Basta. Se casaría con ella aunque su vida dependiera de ello. Negó sonriendo y miro a Arabelle.
-Nos vamos a casar...seremos dos personas en uno solo-Dijo con ternura para animar un poco a Arabelle-Seré tuyo y tu mía...no aguanto más que padre nos controle, nunca más nos manejara a su antojo.- sonríe mirando a su hermana.-Te quiero y eso no cambiara.-Se quito el chaleco y lo tiro hacia el otro lado quedándose solamente en camisa. Se desabrocho desinteresadamente dos botones de la camisa y se rasco parte de su cuello. Sonrió a Arabelle encogiéndose de hombros

Estaba medio desnudo delante de lo que era su medio hermana-esposa. Por un lado le gustaba estar asi con ella, sobrepasando aquel limite de lo carnal, por otro lado segun ella dijo estaba cansado, pero lo tendria que estar ella mas, dado que no habria podido parar en el viaje ni siquiera a estirar los pies. El caso no era ese, el caso es...¿Que hacía ahora? Miro a Arabelle a la cara y acaricio suavemente su rostro para posarla sobre su menton y asi acercar sus labios a los de él. Lentamente, mientras la besaba fu agarrandola de la cintura para ponerla encima de él. Fue deslizando sus manos por el cuerpo de su hermana y cuando la monto a horcajadas, se incorporo sentado quedando mirandola a los ojos fijamente mientras le sujetaba del mentón mientras que con la otra comenzaba a desabrochar de nuevo los botones de su escote uno por uno.

Desabrocho cinco del escote, pero aún estaba cubierta de sus intimidades. Deslizo sus labios hasta su cuello para posar tiernos besos sobre el, mientras le acariciaba con una mano cerca de la concavidad de sus pechos, rozando vilmente su piel a la altura de sus costillas, pero aun sin llegar a rozar sus pechos. Subio los labios y en cuanto estuvo cerca de oido, desabrocho los botones que faltaban por quitar y quedo a la vista un corset de interior color crudo y muy elegante para la ocasion. Retiro lentamente los cabellos de Arabelle, la cogio de la cintura para poder darla la vuelta lentamente y que quedara sentada encima de él, pero dandole la espalda. Sus manos ocupaban la curvatura de su cintura, acariciandola ampliamente mientras la arrastraba hacia su pecho desnudo, para luego subir finalmente y agarrarle de los pechos suavemente mientras la apoyaba más en él.

-Arabelle-Comenzo a susurrarle en el oido mientras comenzaba un masaje en sus pechos con la otra mano mientras la otra jugaba traviesa por encima de las ropas de Arabelle hasta que alcanzo a coger parte del bajo de la falda, arrastrandola hacia arriba para dejarla posando sobre la cintura. Acariciaba su muslo ya descubierto y en lentas caricias querria hacerla temblar de placer, aunque por lo que tenia entendido ella aún era pura casta, a no ser que el bestia de su padre la hubiera tomado antes que él. Si fuera asi no le permitiria seguir viviendo. Era algo sucio y rastrero, pero lo que ellos estaban haciendo en este instante era algo carnal, pero ambos iban a contraer matrimonio.-Debes de estar algo cansada, ¿No crees?-Dijo con suma elegancia y una sonrisa picara en el rostro. La cogio del menton de nuevo y la inclino hacia un lado con tal de que le viera los ojos. Le arranco de golpe los botones del escote y la desvistio de su parte de arriba, dejandola aún con la falda.

Con un dedo sigiloso y su mirada puesta en ella aún más de cerca, fue deslizando con el canto del dedo indice hacia abajo lentamente por la suave piel del hombro descubierto de Arabelle acabando rodeandola por completo con ambos brazos y besando la curva de su cuello con suma ternura.-Te quiero...-soba su mejilla con la piel de su hombro lentamente y no pudo evitar soltar un par de lágrimas tras lo que venía aguantando.-Gracias por haber vuelto, en serio-apoyo su menton cerca de su hombro, apoyando mejilla contra mejilla-Ahora creo que...pueda volver a echar unas sonrisas...si te quedas a mi lado...-fue diciendo cual corazon estaba siendo liberado a decir la verdad por si solo. Lentamente le dio la vuelta, la tumbo en la cama para verla a los ojos y acurrucarla en su pecho. Le rodeo con el brazo por encima de sus hombros y beso su cabeza para luego besarla en los labios acariciando su mejilla con el dorso de la mano. Separo sus labios para mirarla y regalarla una sonrisa.

-Solo haremos lo que tu quieras, Ara, yo cual fiel servidor hare lo que a ti te plazca-le guiña un ojo divertido y se acerca a su cuello para hacer sonar una sonora pedorreta a modo de cosquillas, Comenzo a hacerla cosquillas y lentamente bajaba por su cuello, por sus costados hasta que vio algo que le hizo parar al instante. Tras la transparencia del sosten a juego con el corse crudo, pudo entreever una marca, una señal en la que no pudo resistirse a retirar el sostén un poco y observar la marca que Arabelle llevaba tatuada en el pecho. Volvio a cubrirla el pecho de nuevo y se salió de la cama furioso, cogió una pequeña jarra de porcelana y la estampó contra la puerta haciendola explotar en mil pedazos.-¡MALDITOOO! ¡TE ODIO!-grito a cuerpo y alma lo bastante fuerte como hacer que le oyeran en la iglesia. Termino por caer sobre el suelo echo un ovillo y tapandose los ojos con las manos para ocultar la rabia convertida en lágrimas-Te odio...-se referia a su padre, solamente a él.

En cuanto supo lo de Arabelle, el compromiso y todo el lio que quiso montarse a su favor, le parecio fantastico, iba a estar con la mujer mas bonita del mundo y la que amaba, pero este hombre el cual era su padre, le gustaba estropearle todo. El tatuaje de Arabelle era una marca de localización que se le hacía a las jovenes de la familia...para tenerlas bien vigiladas. No se podia creer que lo hubiera echo tambien con ella. No sabia los planes de su padre, pues algo le olía mal y no era precisamente algo sobre Arabelle. Se apoyo contra la pared, queria ocultarse de su hermana, queria ocultar la verguenza que tenía en aquel momento-Lo siento....lo...siento..-dijo entre debiles sollozos-Me he puesto un poco bruto y te he debido de asustar, no era mi intencion-Dijo mirando al suelo-Pero te ha tocado....ese cerdo te ha tocado....-dijo agudizando la voz en las últimas palabras.

Intento calmarse un poco mientras veía a Arabelle encerrarse en el baño. Caminos de sangre manchaban la alfombra de la habitación y poco a poco se acercó a la puerta. Escuchó sonoramente como el chirriar de los muebles del baño chocaban contra la puerta del baño, haciendo temblar un poco la puerta de madera. Kristof se apoyo contra la pared y puso la mano sobre la madera, avergonzado y triste. Habria podido asustar a Arabelle tras haber escuchado sus disculpas innecesarias, continuas y llenas de temor dirigiendose hacia el lavabo. Estaba claro que posiblemente, no le dejaria pasar, estaría asustada de él. Entonces se le ocurrio una cosa. Podría funcionar y debido a sus habilidades penso que seria mejor coger un poco de práctica. Cerró los ojos y puso una mano sobre la madera mientras que en su mente se formo la imagen de Arabelle, tirada en el baño echa un ovillo. Decidió formar una ilusion de él mismo dentro del baño y así lo hizo.

El real Kristof, cerró fuertemente los ojos al ver la escena que se le presento delante de sus ojos. Fruncio los labios y el falso Kristof, formado siendo una ilusión, acurrucó lentamente a Arabelle contra su pecho mientras comenzaba a mecerla para que sus llantos cesaran. Le costo un poco cogerla en brazos, ponerla contra su pecho. Era normal que se estuvira comportando así pues él tenía toda la culpa. Su preocupación habia sobrepasado los limites y habia echo pedazos una vasija de porcelana. La ilusion de Kristof observo a Arabelle y se paró en los pies. Lentamente, tumbó boca arriba a Arabelle para observar sus pies pues estos tenían varios cortes. La ilusión como era obvio, solo podia hacer lo que la mente de su creador queria que hiciese, pero no podia hacer acciones que llevasen pensar de más. Con Arabelle en el suelo, aparto el mueble, dejando libre la puerta y volvió para coger en brazos a Arabelle y salir del baño.

El Kristof verdadero, se aparto para que la ilusión pudiera traer a Arabelle hacia la cama y tumbarla boca arriba. Una vez que la vio en la cama, la ilusión desaparecio lentamente como si de humo se tratase. Kristof se acerco con un botiquín que saco del armario del bañño y se sentaba al lado de Arabelle sin decir nada. Lentamente, cogio el pie de Arabelle entre sus manos con delicadeza y comenzo a quitarle algun que otro trozo pequeño de la cerámica.-Soy yo el que lo siente...-Dijo mientras le curaba los pies, le echaba betadine y le vendaba uno de los pies para empezar con el otro desde cero. Se giro un poco para ver a Arabelle y le sonrio levemente.-si quiero quedarme contigo para siempre debes permanecer sana ¿no?-dijo levemente como intentando aguantar la congoja. Se giro de nuevo para curar su pie y vio que tenía algo. Cogio las pinzas y saco un minusculo trozo de cerámica.-Ya esta...-Dijo mientras sonreía al ver que ya no había peligro por delante. Hizo los mismos procesos y vendó el pie de Arabelle.

Se levanto de la cama e intento recoger los trozos que rompió por toda la sala como pudo. Miró a Arabelle que estaba sobre la cama y volvio a la papelera para tirar los trozos rotos. Se lavo las manos y se acerco a Arabelle lentamente hasta que quedo al lado suya.-Lo siento...pero..¿Desde cuando tienes el tatuaje?-Coloco un brazo al otro lado de Arabelle por la cintura y se acercó más.-Dime...por favor..nada de tapujos, ni mentiras, yo por lo pronto no te he dicho ninguna.-Dijo sonriendo de lado para tranquilizar un poco las cosas, pero la verdad, no sabia si lo estaba haciendo bien. Habia hecho mal en asustarla y se arrepentía de ello.

-Lo siento si me puse algo bruto...pero lo que es mio nadie lo toca, ¿Entiendes?-Dijo con aire posesivo sin darse cuenta, pero al decir verdad, Arabelle habia ocupado su corazon, él habia sido su primer amigo por asi decirlo, pero sentia por Arabelle algo más que una relacion amorosa, que una amistad. Era de él desde siempre...¿Acaso nadie se da cuenta? -Tendría que estar agradecido a padre de haberme dicho que te ibas a casar conmigo, no me disgusta la idea si te soy sincero..-se acerca más aún entrecortando la distancia entre ambos.

No pudo evitar esbozar una sonrisa que reencarnaba la viva imagen del dios nórdico de la diversión y la perdición que solía sacar de quicio al mismísimo Odín en persona. Pero el caso necesitaba el humor serio con el que se fue acercando poco a poco hasta Arabelle, pero cuando este se acercó a ella, le rodeo la cintura lentamente, agarrando la toalla que cubría su frágil cuerpo y de una tirada, aparto la toalla que cubría el cuerpo. Sonrió de lado mientras la miraba fijamente a aquellos orbes verdes, a sus disimuladas pecas, pero solamente la intensidad del rubor de Arabelle junto con las caricias que comenzaba a propinarle lentamente por su cintura para atraerla hacia él, hizo que solamente se fijara en ella y en su rostro.

Lo acaricio lentamente con el dorso de la mano, aguantando las lágrimas de la reciente emoción que tenia de que ella estuviera a su lado, de que…por fin estaban juntos. No pudo aguantar acercarse para besar sus labios lentamente en una suave caricia que lentamente fue aumentando mientras la pegaba hacia él y le abrazaba entre sus brazos. La cogió en brazos cual princesa de cuento de fantasía y la metió en la bañera que estaba rebosando de agua hasta el borde. Hizo desaparecer sus pantalones de repente, su ropa interior y se colocó detrás de Arabelle, rodeándola con las piernas y por los hombros con sus brazos.

Como podía, cogió del mentón a su hermana y comenzó a besarla lentamente mientras deslizaba una de sus manos hasta coger uno de sus pechos y comenzar un leve masaje en círculos. No paraba de moverse y comenzó a hacerle caricias por todo su cuerpo, por sus hombros, por su abdomen con una de las manos libres que tenía y lentamente, la mano libre que tenía fue deslizándose lentamente hasta alcanzar el sexo de Arabelle. Sonrió mientras la miraba y comenzaba a mover dos de sus dedos por encima de su clítoris al descubierto.

-Esto es solo el principio…-Dijo en un suave susurro que podría compararse con el siseo de una suave brisa cargada de pasión y lujuria. La mano que andaba dando masajes circulares al pecho de Arabelle, fue moviéndose hacia abajo para sustituir la que tenía aumentando un poco la intensidad. La mano que descansaba ahora, fue a sus muslos para abrir las piernas de esta un poco más y tener más espacio. Ella lo disfrutaría y al parecer cuando vio el rubor de sus mejillas, entendió que iba por buen camino.

Aparto su dorado cabello y comenzó a besarle el cuello lentamente, haciendo un camino de besos mientras volvía a coger uno de los pechos para comenzar de nuevo un juego circular mientras que cerca de su sexo, su mano trabajaba en círculos sobre su clítoris, aunque después de un rato, indago dos dedos dentro de ella y Kristof no pudo evitar echar un gemido ahogado por la boca. Se estaba excitando al igual que Arabelle y sentirla tan caliente por dentro, le hacía absorber esa energía y que él la manifestara al rato.

Siguió dándole placer alrededor de su sexo mientras la tenía puesta sobre su pecho, le acariciaba el pecho con una mano mientras la otra andaba ocupada ejerciendo de masajista a uno de sus pechos, mientras jugaba con los pezones de Arabelle, este término por rodearla el pecho con uno de sus brazos para llegar a besarla fuertemente sobre su mejilla. Como si no hubiera estado nunca con ella, su corazón comenzaba a latir por ella y por qué ella estuviera a su lado por siempre.

Había recorrido un largo camino hasta haberse encontrado junto con él en el burdel. Saco los dedos de su sexo y con la esponja fue limpiando los restos de malicia del cuerpo de su…nuevo tesoro. Ahora Arabelle sería de él y de ninguna otra persona. Solo el tenia ahora el poder y nadie, sin excepción, nadie podía tocar a su amada la cual estaba acariciando con la esponja mientras la abrazaba con suma ternura.

Con delicadeza, volteo medianamente a Arabelle para poder ver su rostro angelical, para ver aquel rubor repentino que por culpa de estar a espaldas de él, no podía observar y a la vez se perdía la intensidad de los ojos de su lucero. Le cogió del mentón para acercarla a sus labios y lentamente con la yema de los dedos, comenzó a acariciarla el costado izquierdo que daba en dirección al techo. La tenia tumbada de lado sobre su pecho y con la otra mano le acariciaba el rostro con el dorso de la mano.

La iba a hacer suya, pero solamente cuando ella lo quisiera. No la iba a obligar a hacer algo que no quería, pero cuando intensifico un poco la densidad del beso, no pudo evitar soltar un gemido dentro de los labios que danzaban ahora en busca de ambas lenguas. Apoyo la mano derecha sobre la curva de la cintura de Arabelle y deslizo su mano camino abajo por su nalga lentamente, sintiendo la suavidad de su piel, sintiendo la suavidad que ahora le pertenecería a él.

Se separó de ella y la miro a los ojos casi a un palmo de distancia. La miro a sus orbes de color verde y volvió a besarla de nuevo mientras la envolvía en un abrazo que de la fuerza del agarre, el agua de la bañera, estaba saliéndose con cada movimiento que hacían. Acariciaba su cintura, acariciaba su cuerpo, el cuerpo que había estado ausente y que no había visto en todo lo que llevaba de vida. Era un necio, un idiota por haber estado tan ciego últimamente. Poso una mano sobre sus cabellos mientras otra, instintivamente le agarraba de uno de los muslos para acercarla un poco hacia él. Volvió a separarse de su rostro y la miro a los ojos de nuevo.

-Te...quiero…conmigo siempre...por favor…-mientras su corazón sincero confesaba por el raciocinio que andaba dormido en aquellos instantes, él la miraba con cierto anhelo, con más ganas de Arabelle y de ninguna otra mujer más en su vida.-Tú…y ninguna más…nadie más que tú..-trago saliva-puede y podrá por siempre-le acariciaba el rostro con ternura-hacerme suyo…solo tú tienes ese privilegio…Arabelle…-la miraba con una fijación extrema. En toda la totalidad de las cosas, su mirada angelical, su inocencia y su buen humor, lo habían atrapado por siempre…y ella se había ganado su corazón desde tiempos ancestrales y sería eternamente suyo.