En apuros [Wolfgang]

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 5:08 am

Recuerdo del primer mensaje :

Cuando el sol se descolgó del cielo y la luna tomó su relevo yo salía de la pequeña mansión que había comprado en el centro de París al poco de instalarme definitivamente aquí. Me dirigía hacia los bosques, un lugar al que todavía no me había dejado caer desde mi llegada a la capital francesa. Junto a mi, caminaba un muchacho de aire temeroso, pues aunque obviamente no sabía qué clase de ser o persona era yo, su dueña, sus instintos le llevaban a tenerme miedo, respeto y fidelidad. Aún recordaba su rostro sucio y sus ojos negros como el azabache cuando le recogí de la calle en la que mendigaba, ya casi muerto de hambre. A cambio, le pedí que trabajara para mí como un sirviente más y como tal, aquella noche me apetecía practicar la esgrima un arte que adoraba y que llevaba a cabo menos de lo deseado.

El muchacho, de no más de doce años de edad, me guió hacia una parte del bosque a la que el acceso estaba restringido por el peligro que suponía un pequeño acantilado bajo el cuál permanecían acechantes multitud de troncos y ramas de árboles a modo de reja formada por espinas. Aquello le daba un aire peligroso y morboso que me gustaba, por eso aplaudí el escenario elegido por el chico. Le lancé una espada y yo desenvainé la mía tras rasgar mi vestido para permitirme más mobilidad y agilidad. Y así empezamos nuestro extraño baile de espadas en el que por supuesto, yo era la vencedora. En el momento menos esperado, el muchacho resbaló de la roca en la que se mantenía en guardia, cayendo hacia el despeñadero sin poder evitar que su cuerpo fuese atravesado múltiples veces por las afiladas ramas que lo esperaban sedientas de sangre. En un intento de agarrarle del brazo y evitar tal desgracia, me lancé hacia el joven, pero ya era demasiado tarde y fui testigo de su lamentable muerte mientras con una de mis manos me agarré a la roca, sabiendo que si me soltaba o resbalaba, aquella sería mi última noche de vida. Para colmo, el alba empezó a escalar el cielo, iluminando poco a poco el claro en el que momentos antes habíamos luchado el humano y yo. Los minutos transcurrían demasiado deprisa y ya imaginaba mi triste desenlace cuando un aroma desconocido envolvió mis pulmones.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 12:10 pm

Mi sonrisa se desvaneció tras sus palabras y me reproché que su anterior comentario me afectara tanto. Él ya lo había dicho: simplemente quería respuestas. Y aunque no comprendía el motivo por el que pese a ya tenerlas se mantenía firme a mi lado en aquella cueva húmeda y oscura, tampoco quise ilusionarme con nada respecto a él. Probablemente en cuanto cayera el día se largaría y ésta vez, para siempre. Pero de eso trata las relaciones entre vampiros y licántropos, ¿no? ¿Por qué entonces me molestaba eso tanto? Suspiré y cuando alcé la vista hacia él, ya no estaba.

Me agarré a otra roca y con cuidado y suavidad me senté tras ella, usando la parte más fina como respaldo. Durante el tiempo en el que estuve a solas me entretuve escrutando aquella gruta, su grandaria, su profundidad, sus piedras, su aroma, sus huellas... Sin poderlo remediar, mis párpados cedieron y durante unos minutos me dormí profundamente. Algo realmente peligroso aunque por suerte, nadie vino a husmear en aquella cueva y me desperté cuando mis pulmones captaron la esencia de sangre. Mis sentidos se agudizaron y busqué el origen de todo aquello. Se trataba de Wolf, quién cargado con un jabalí y unas ramas me ofrecía una cantimplora.

Sin dudarlo, la destapé y me la llevé a los labios, succionando la sangre con ansiedad pese a ser de un gusto pésimo y casi nauseabundo. Pero parecía que me recomponía mínimamente, por lo menos creía que podría mantenerme en pie.

- Gracias.- susurré sin mirarle, todavía algo ofendida por sus antiguas palabras, puesto que me recoradaban que siempre que alguien se acercaba a mí era por algún tipo de interés. En su caso, se llamaba curiosidad.

Me hice a un lado, apartándome del lugar en el que el muchacho pensaba encender una hoguera. Me gustaba el fuego, verlo chispeante, deborando las brasas, emanando aquél calor tan parecido a la del sol y que hacía siglos que no testaba. Seguí cada gesto de Wolf hasta que una chispa encendió las ramas y volví a sonreír, casi olvidando lo ocurrido y que probablemente, él ni se había dado cuenta o simplemente no le importaba.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 12:19 pm

Aunque tras beber la sangre vi que se encontraba ligeramente mejor, seguia muy debil, la verdad es que hubiera sido facil acabar con ella en ese momento. La verdad es que no queria matarla, la rabia asesina hacia los de su estirpe parecia estar dormida en ese momento y no me importaba, al fin estaba un rato tranquilo sin ganas de matar a uno de ellos.

- De nada, se que no te sirve de mucho pero es lo mejor que te puedo conseguir - le dije mientras conseguia por fin una buena hoguera. La deje que ardiera durante un buen rato mientras me sentaba, dejando que el calor del fuego inundara la estancia, era mucho mas comoda asi, no es que necesitase mucho mas para estar a gusto por lo que no me importaba.

- Y bueno, ya que vamos a estar un rato largo aqui, si quieres preguntar algo, puedes - le dije mientras sacaba el cuchillo para quitarle la piel al jabali. No era el mejor en aquella tarea pero me apañaba bastante bien. Ademas, luego podria usar la piel para hacerme una bolsa y vender los colmillos en el mercado, una pena no poder recuperar la bala que habia gastado, no eran precisamente baratas.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 12:27 pm

Era cierto que estaba muy debilitada pero mi vejez me proporcionaba más aguante que el de un vampiro medio. Así, decidí gasta parte de mis energías en crear una ilusión que me proporcionara relajación y por qué no, ambientar aquél lúgubre lugar para transformarlo en algo con cierta belleza.

Cerré los ojos y usé mis dones para meterme en la cabeza del licántropo. No quería saber ninguna intimidad de él, solo buscaba algún recuerdo, alguna imagen, algun paisage. Encontré uno que me gustó. Era el recuerdo de nuestro primer encuentro. Así, me esforcé para extender aquella imagen y dejar que la cueva tomase la forma de un paraje verdoso, tranquilo, silencioso. En aquél claro rodeado de árboles y extensa vegetación, se hallaba un pequeño lago con cascada incluída. Era una noche brillante de luna creciente, sin nubes que cubrieran las estrellas que iluminaban aquellas aguas cristalinas en las que recordaba, yo misma me estaba bañando. Omití aquella figura femenina del agua y me concentré en el mero paisaje. La hoguera que Wolf había alzado se mantenía en el centro del claro, interponiéndose entre el licántropo y yo. Sonreí y miré a Wolfgang esperando alguna exclamación por su parte.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 12:37 pm

Me encontraba ensartando el cerdo cuando de repente la cueva cambio, se transformo en un hermoso paraje que me resultaba familiar aunque no recordaba de que. Intente mantener la calma pero al alzar la mirada pude ver a Eyra observandome con una sonrisa, por su rostro parecia que lo habia hecho con buena intencion por lo que decidi que no era el momento de ponerse borde, era un bonito detalle por su parte.

- Bonito lugar, ¿de donde lo has sacado? no recuerdo su ubicacion - le dije levantandome y colocando al cerdo sobre el fuego para que se fuera cocinando lentamente. Tenia buena pinta asique tenia ganas de comermelo, solo que sabia que por lo menos le quedaba una hora hasta que estuviera listo, por suerte tenia la paciencia suficiente. La que me preocupaba era la vampira, se la veia debil, no demasiado pero si lo suficiente para que si alguien llegaba no pudiera huir con facilidad.

Ademas, jamas habia estado en una ilusion y aquella era magnifica, me sentia a gusto en aquel lugar, solo deseaba que ojala fuese real, un lugar alejado del mundo, de la eterna guerra que libraba y de toda la muerte y el caos de mundo.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 12:51 pm

Y de nuevo, sus palabras me ofendieron. ¿No recordaba aquel lugar? ¿De veras? Por supuesto que no. ¿Qué importancia podría tener aquél lugar para él? Ni siquiera recordaría mi nombre, probablemente. Sin embargo, no dejé que sus preguntas revelaran en mi rostro el pequeño disgusto que se había acomodado en mis labios, ahora torcidos en una leve mueca. Seguí al licántropo con la mirada mientras disponía al jabalí sobre la hoguera y dejaba que se fuera tostando. El olor me repugnaba pero no dije nada al respecto.

Me concentré en la parte del lago, focalizando en él la figura femenina que él debió ver cuando se acercó hacia allí, sin saber que aquella mujer era yo. Le hice un gesto a Wolf para que mirar y escruté su rostro mientra slo hacía, surcando algún atisbo, algo gesto que me indicara que ahora sí lo recordaba. Si no era así, estaba dispuesta a pasar página en el asunto y dormir hasta que fuese el crepúsculo.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 1:18 pm

Cuando hizo aparecer a la mujer una sucesion de imagenes me vino a la mente. Aquel lugar fue donde vi por primera vez a la vampira que tenia delante, habia pasado muchisimo tiempo desde aquello y practicamente habia borrado ese recuerdo de mi mente, de ella solo recordaba el momento en que me vencio, aunque ahora recordaba muchas mas cosas.

La habia seguido durante varios dias y la verdad es que su belleza me cautivo, una belleza por años olvidada. Su mordisco me hizo debilitarme y habia olvidado algunos momentos anteriores a su victoria. Esos momentos iban apareciendo lentamente en mi memoria e iba sonriendo, recordandolos. Algunos momentos los tenia aun confusos, mas ya me acabaria acordando de todos ellos, todo era cuestion de tiempo.

- Anda, este es el lugar donde te vi por primera vez, te segui durante dias antes de que me vencieras y mordieras - le conteste mirandola con una leve sonrisa - ¿por que esa eres tu verdad? - le pregunte señalando a la joven y escultural mujer que habia aparecido en el lago, la verdad es que aunque era una vampira en aquel momento me quede cautivado, quizas eso me hizo caer.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 1:42 pm

Lo recordó y aquello me alivió en cierto modo. Asentí a su pregunta y desvié los ojos de su rostro para posarlos en aquella mujer que ahora se alzaba del césped y dejaba caer su vestido a sus pies, quedando desnuda entre la oscuridad aunque tenuemente iluminada por la luz de la luna. Ella, ajena al único testigo que la miraba, se zambulló en el agua en dirección a la cascada, en la cuál se posó bajo ella dejando que el agua la envolviera por completo. Fue entonces cuando alzó la vista y descubrió al licántropo aunque, lejos de huír, le hizo una señal con una de sus manos, incitándole a que se acercara a ella. Algo avergonzada giré mi rostro y miré de reojo a Wolf.

- Sí, sin duda soy yo.- sonreí, poniendo voz al gesto anterior.- ¿Porqué me seguiste durante ese tiempo?- le pedí con curiosidad, mordiéndome el labio inferior con algo de nerviosismo por las imagenes que se iban sucediendo frente a nosotros, no sabiendo si bloquear aquél recuerdo o no. Esperaría a ver si él se incomodaba.

El fuego ardía con fervor y aún permanecía encandilada por la situación que nos rodeaba. No había parado a pensar en lo bello de aquél momento. Una oscura y solitaria cueva estaba siendo testigo de unas horas mágicas aunque no tuvieran sentido alguno. Simplemente me sentía relajada, tranquila. Me gustaba la compañía del lobo pese a que alguno de sus comentarios me había ofendido con anterioridad. Al alzar la vista podía contemplar una noche perfecta en un entorno ideal. Me acurruqué más hacia el fuego sin temor a que una de sus chispas pudiera arder en mi piel. Mis ojos centelleaban por la luz y dejé que el calor calara en mi alma gélida y polvorienta. Al alzar la vista del fuego me encontré con los ojos de Wolfgang y por primera vez en mis largos 755 años, un cosquilleo en el estómago me empujó a sonreírle de la forma más estúpida posible. Volví a morder mi labio inferior, ésta vez tan fuera que una lágrima de color rubí escapó de una pequeña herida. Me la lamí y mantuve mi mirada fija en los ojos del hombre, aún esperando impaciente su respuesta a mi pregunta.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 2:43 pm

Esa pregunta me inquieto, haciendo que me levantara y alejara unos pasos de la hoguera, no iba a decirle que aunque vampira me habia parecido hermosa y que mi unica intencion en su momento fue la de atarla al arbol mas robusto que encontrase y dejar que viera su ultimo amanecer, cosa de la que me alegraba no haber realizado.

- ¿La verdad? - le pregunte sin mirarla, observando el prado, no queria mirar la ilusion, no queria observar su cuerpo desnudo, me parecia grosero - simplemente te acechaba, esperaba la oportunidad de matarte aunque he de decir que cuando me venciste y me dejaste con vida, me di cuenta de que no podria matarte, a fin de cuentas te debo la vida - por mas que me pesara, asi era, le debia la vida a una vampira y mi honor me impedia matarla, no es que quisiera hacerlo, simplemente aunque hubiese querido no lo hubiese hecho.

- Y sinceramente, me alegro de no haberlo hecho, me parece que no eres la tipica chupasangre y por eso creo que no mereces morir como el resto de tu estirpe - a menos que le viese matar a un humano, en cuyo caso mi honor se enfrentaria con mi conciencia y no sabia quien seria el vencedor. Al girarme, durante un instante la mire a los ojos, eran preciosos. Al darme cuenta simplemente desvie mi mirada hacia el animal, el cual estaba adquiriendo una pinta deliciosa.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 3:24 pm

Asentí por su sinceridad aunque por supuesto no es plato de buen gusto que te digan que querían matarte.

- Quizás sí debiste matarme aquella noche, Wolf.- aventuré, observando el seguimiento del recuerdo y bloqueando mi imagen en él cuando la visión del licántropo se había acercado a mi boca. No quería incomodarle con un recuerdo que quizás le torturaba por dentro, que muy probablemente se arrepentía.- No me debes la vida. Al contrario, yo fui la que te puso pendiente de un hilo. Si en aquél momento la sed me hubiera sobrepasado, no dudes que ahora no estarías aquí hablando conmigo y por supuesto, yo hubiera muerto hace unas horas.

Me tumbé cerca de la hoguera, posando mi cabeza sobre mis brazos firmemente amueblados a ella a modo de almohada. Miraba las estrellas que nos rodeaban y casi podía escuchar el sonido del agua de la cascada. Esbocé una sonrisa llena de armonía y cerré mis ojos sólo para descansarlos un rato, sin intención de dejar que el sueño se apoderara de mí.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 3:33 pm

- Jamas sabremos si deberia haberte matado y no merece la pena pensar en el pasado, debemos vivir el presente y pensar en el futuro, eso es lo importante - le dije sacando el animal de la hoguera, cortandole una de las patas y dandole un mordisco. Nunca habia sido el hombre con mas modales del mundo pero en ese momento me podia el hambre, no habia comido desde el dia anterior y aun me quedaba para poder descansar pues deberia continuar despierto si la vampira se dormia. No queria que descubrieran que existiamos los sobrenaturales y si bajaba la guardia no sabia que podia llegar a pasar.

- Bueno, pues por lo tanto estamos en paz, creo que seria lo justo, ¿no? - le pregunte con una leve sonrisa tras tragar el trozo de carne que acababa de morder. La verdad es que aunque estaba algo sosa debido a la falta de alguna especia por lo menos llenaba el estomago y era un plato caliente, cosa que normalmente no podia permitirme.

- Es una pena que no puedas comer esto, te sentaria de maravilla - le comente señalando el jabali ensartado y rezumando jugos. La verdad es que tenia muy buena pinta y solo verlo hacia que me entrara hambre.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 3:48 pm

Sin abrir los ojos ya sabía lo que él estaba haciendo. Mordía con fiereza la carne del animal y sus palabras confirmaron que era apetecible para él, alegré por ello.

- Sí... a penas recuerdo lo que era disfrutar de la comida humana.- comenté en un susurro más parecido a un suspiro que un jadeo.

Aquello me llevó a rememorar la vida que llevaba en la aldea vikinga, junto a mi padre y algunos de mis primos. No tenía amigos, era cierto, pero era feliz con mi soledad. Solía escalar un árbol cercano a un riachuelo que curaba la aldea y contemplar a los niños hacerse adultos, jugando a pelear entre ellos. Y a lo lejos, en el horizonte, los enormes barcos vikingos zarpaban hacia tierras desconocidas.

Adoraba ai aire fresco y con aroma a agua salada y césped recién cortado. Los pájaros canturreaban de buena mañana y por la noche, la luna se veía tan grande que a penas cabía en la línea que separaba el mar del cielo.

Todos aquellos recuerdos infantiles provocaron que otra lágrima escapara de mis ojos, pero giré el rostro para que el joven no se percatara de ello. ¿Por qué tanta sensibilidad hoy? Maté con la yema de mis dedos aquella gota salada y volteé todo mi cuerpo hacia la hoguera, viendo de frente a Wolf.

- ¿Qué pasara cuando se haga de noche?- murmuré, más para mí misma que para nadie más. Mordí de nuevo mi labio inferior cuando me di cuenta que lo había dicho en voz alta pero antes de que pudiera disimular de algún modo, él respondió.

por **Wolfgang Lindert** Lun Ago 15, 2011 3:55 pm

- Tranquila, esta bueno, pero tampoco tanto - le conteste al notar que seguramente le hubiera apetecido comer parte de aquel animal. No era un gran precio a cambio de la inmortalidad pero seguramente le hubiera gustado probar aquel animal, yo no sabia que haria si no pudiera comer, era uno de los pequeños placeres de la vida que mas me gustaban.

Al escuchar su siguiente comentario dude por un momento, la verdad es que no sabia que ocurriria cuando anocheciera, la verdad es que suponia que ella necesitaria alimentarse y yo no queria participar de tan horrendo espectaculo por lo que seguramente me iria por mi camino mientras ella se iba por el suyo, lo que no sabia es si nos volveriamos a ver, aunque ciertamente no me hubiese disgustado volver a verla.

- No lo se, supongo que cada uno nos iremos por nuestro lado, tu tienes que alimentarte y no deseo presenciarlo. Ademas, supongo que si el destino quiere que volvamos a vernos, nos veremos y se donde vives - le dije con una leve sonrisa, recordaba en donde vivia y no es que pretendiera asustarla, simplemente era la realidad y si queria verla por algun motivo, sabia a donde acudir.

por **Arlette** Lun Ago 15, 2011 4:21 pm

Wolfgang coincidió con mis especulaciones. Lo que decía era completamente cierto. En cuanto la noche me protegiera de la muerte debería salir en busca de alguna presa, aunque probablemte iría directamente a casa, dónde mis sirvientes me esperarían ansiosos. Usaría mis dones para manipular sus mentes y así beber de su sangre sin preocuparme de que ellos descubran mi secreto mejor guardado. Por parte del licántropo, no creía realmente que le volviera a ver, puesto que él aseguraba estar en paces y pese a que no parecía que fuera el odio el que nos relacionara en aquél momento en la cueva, era consciente de que tampoco habíamos entablado una amistad. Por ende, no había motivo aparente para que nos reencontráramos y menos todavía para que él decidiera hacerme una visita a casa.

Con aquellos pensamientos y suposiciones, dejé que por fin el cansancio y el sueño vencieran a mi voluntad, trasladándome a un paraje peligrosamente parecido al recuerdo de Wolf y el que estaba proyectando sobre las paredes de la gruta. En aquél sueño aparecía tanto él como yo, pero sucedía algo que aún ahora no recuerdo. Sólo sé que cuando abrí de nuevo mis ojos, la ilusión había cambiado y supe que mi sueño había sido proyectado sin quererlo. Busqué con la mirada ansiosa a Wolfgang, temerosa de lo que él hubiera visto de mi interior.

por **Wolfgang Lindert** Mar Ago 16, 2011 2:46 pm

Cuando mi acompañante para aquel magnifico dia se quedo dormida no pude hacer nada mas que seguir degustando el cerdo que acababa de sacar de la hoguera, aunque antes debia de apagar esta, no queria que la cueva se inundara todavia mas por el humo que el fuego desprendia por toda la gruta. Lo apague cuidadosamente pues si se hacia sin cuidado podia volver a brotar y no queria sustos mientras comia. Me corte otra pieza de aquel animal y observe por un instante a Eyra, dormia placidamente por lo que me recoste sobre la fria pared de roca y comence a comerme la pierna del jabali.

Tenia los ojos entreabiertos, tan solo queria descansar un poco la vista pues mis ojos comenzaban a picarme cuando de repente la estancia cambio. Ya no era aquel prado, se parecia, pero diferente. Las estrellas brillaban con mayor fuerza y la luna estaba escondida tras una solitaria nube que manchaba el cielo dandole un encanto especial. El cesped brillaba a la luz de las estrellas debio a las gotas de humedad que se posaban sobre el mismo. Ademas, una suave brisa mecia las ramas de los arboles, dando a la escena un aspecto maravilloso.

Al poco, me di cuenta que en la lejania, bajo uno de los mayores arboles que delimitaban el prado se encontraban dos cuerpos, al observar mas detenidamente la escena me di cuenta de quienes se trataban y la verdad, me sorprendio. Bajo aquel grandioso arbol me encontraba yo mismo acompañado por Eyra, ambos estabamos recostados sobre el firme tronco del arbol, con la cabeza de ella apoyada sobre mi hombro. Mientras tanto yo sujetaba un libro al que no pude adivinar el titulo, tan solo podia ver que ella lo estaba leyendo en voz alta, escuchaba palabras sueltas nada mas y no escuche nada que me diera pistas sobre el libro.

La verdad es que el libro me importaba un pimiento, la escena en si era la que me preocupaba, ciertamente Eyra era una mujer hermosa y agradable pero tal escena jamas llegaria a ocurrir entre nosotros, no en esta vida. Eramos enemigos por naturaleza, sin contar conque yo asesinaba a los de su especie. Ademas, no cabia en mi cabeza la idea de emparejarme con una vampira, por lo que cuando ella desperto, la situacion se torno incomoda y decidi marcharme.

- Bueno, ya es de noche Eyra, espero que llegues bien a casa, yo he de irme - le conteste con todos mis bartulos ya recogidos mientras me levantaba. No me gire ni una sola vez, tan solo sali de la cueva y desapareci entre la espesura.

por **Arlette** Mar Ago 16, 2011 3:05 pm

Pero él ya no era él. Aquella sensación de compañerismo tan parecida a la amistad entre dos personas, ya no se olisqueaba en aquél ambiente. Wolf había cambiado su actitud, sus músculos estaban tensos y no me miró ni una sola vez cuando me comunicó que se marchaba y sin más, se fue sin un triste "adiós".

Suspiré, decepcionada y algo abatida. Me alcé del suelo rocoso y apagué la ilusión que aún permanecía borrosa en la cueva. Intenté recordar aquél sueño pero no lo logré y aquello me puso ansiosa y nerviosa. Necesitaba saber el porqué de su cambio de actitud. ¿Qué había visto?

Salí de la cueva no sin antes asegurarme de que realmente era de noche y puse rumbo a mi casa con la sensación de que me dejaba algo en aquella gruta. Que había enterrado algo que ni siquiera sabía de lo que se trataba pero de un valor incalculable. Esperaba que una vez supiera lo que era, poder regresar a buscarlo y hallarlo todavía allí. Meneé la cabeza, sacudiendome aquellas estupideces sin sentido. Cuando quise darme cuenta, había llegado a la puerta de mi mansión. Con un suspiro abrí la puerta y entré.

Los sirvientes me esperaban preocupados por mi desaparición y empezaron a preguntarme lo ocurrido con el muchacho. Les mentí diciendo que me había abandonado en cuanto tuvo ocasión y me inventé una historia com coartada. Ni siquiera recuerdo la mentira. Sólo tenía en mente la velada en la cueva junto al licántropo Wolfgang.

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