La muerte puede estar a la vuelta de la esquina (Eyra) +18

por **Wolfgang Lindert** Mar Ago 16, 2011 3:13 pm

La noche habia comenzado bien, habia encontrado a un inexperto vampiro alimentandose en un callejon cual vulgar ratero contando su botin del dia. Al verlo, me habia acercado sin hacer el mas minimo ruido, el pobre diablo ni tan siquiera se habia puesto en la esquina opuesta a la pared, donde la visibilidad y proteccion es mayor. Se encontraba en medio del callejon, por lo que pude advertir antes de matarlo debia de tratarse de un vampiro joven, quizas hubiera sido convertido hacia una decada, dos como maximo.

Saque mi cuchillo de entre mis ropas, el cual podria pasar por una espada corta y atravese el cuello del vampiro, sacando el cuchillo por la parte delantera de su garganta y repitiendo al instante el movimiento, solo que cercenando el resto de su cuello. Su cabeza se separo del resto de su cuerpo y cuando la solte rodo cual balon un par de metros con una extraña mueca grabada en su rostro.

La chica de la que se alimentaba al instante se cayo al suelo, al agacharme pude advertir que estaba a punto de morir y cuando me disponia a llevarla a un hospital aparecio alguien a quien no esperaba. Se trataba de un cazador, este apenas dijo nada, tras eso y sin darme tiempo a decir nada, disparo. Pude apartarme ligeramente, aunque la bala se alojo en mi costado, como ya me suponia se trataba de plata.
El dolor fue inmenso, aunque la herida no iba a ser mortal si se extraia la bala, esta, de momento me ardia en mis entrañas.

No pense, simplemente cargue contra el, el golpe que le propine lo tiro contra la pared del callejon mientras yo salia huyendo del lugar. La sangre manaba de la herida y mientras con una mano la taponaba, con la otra sacaba mi pistola. Conforme me movia, mis movimientos eran mas torpes y toscos, la sangre manaba demasiado deprisa, sino se me extraia la bala no pasaria de esa noche.
Me apoye sobre la pared que delimitaba el jardin botanico, tras una esquina, esperando unos minutos para comprobar que no me seguian. Entonces, recorde que cierta conocida vivia por alli, no conocia a demasiada gente en la ciudad y no estaba como para hacerle ascos a cualquier ayuda que se me ofreciera por lo que corri hacia su casa lo mejor que pude.

Salte la valla de una manera algo tosca, arañandome una pierna, pero nada importante. Al llegar a la puerta principal la aporree con violencia, apoyandome en el marco mientras miraba hacia la calle, respirando entrecortadamente y esperando que el cazador encontrara el rastro, si iba a morir alli, por lo menos el cazador moriria conmigo.

por **Arlette** Mar Ago 16, 2011 3:53 pm

Era verano y como consecuencia a tal estación asfixiante de calor, algunos de mis sirvientes me habían pedido unos días de vacaciones. Sólo mi mayordomo, Jean, estaba aquella noche conmigo.

Me desperté hacia las ocho y media de la noche y bajé por las escaleras mientras me desperezaba después de un largo y profundo sueño que ni siquiera recordaba. Vestía un simple camisón de seda, demasiado corto y provocativo para la mujer del siglo XIX, pero muy cómodo para descansar. Y como al fin y al cabo nadie me veía dormir, ¿a quién le importaba lo que llevara puesto?

Bajé directamente a la cocina, hambrienta. Saludé a Jean y él me correspondió con una de sus sonrisas cordiales mientras se arremangaba una de sus mangas y me ofrecía su brazo como cena. Asentí complacida y mordí con cuidado de no desperdiciar ni una gota de sangre, terminando cuando sentía el pulso aminorar su marcha. Relamí mis labios y le agradecí su amabilidad, dejándole marchar a su cuarto para dormir.

Sola y aburrida, sin ganas ni siquiera de salir, me tumbé en el sofá y tomé un libro para perderme en la novela de aquél mismo siglo, un éxito asegurado: Cumbres borrascosas. Apagué todas las luces de la estancia excepto una vela que alumbraba la novela, suficiente para mí. Cuando más interesada estaba en la trama literaria, alguien aporreó la puerta de casa con violencia y nerviosismo. Rodeé los ojos y resoplé, pues odiaba que interrumpieran mis escasos momentos de tranquilidad. Me dirigí a la puerta, puesto que mi mayordomo ya descansaba en la segunda planta de la mansión. Abrí y cuál fué mi sorpresa al descubrir al licántropo que semanas antes me había salvado la vida y que tan extrañamente había desaparecido de la cueva. Wolfgang.

- ¿Tú por aquí, lobito?- reí.

Pero al momento aquella sonrisa se desvaneció y ceño se frunció al tiempo que mi nariz se arrugó, olisqueando sangre de lobo. Estaba herido y me miraba de forma suplicante. Sin mediar más palabra le hice un gesto serio con la cabeza para que entrara y cerré la puerta tras él, usando todos los cerrojos que disponía.

por **Wolfgang Lindert** Mar Ago 16, 2011 4:02 pm

Entre en la casa, pasando por alto el comentario que habia dirigido hacia mi persona, la verdad es que no estaba de humo y tenia una pistola cargada en la mano por lo que no me parecia una buena idea por su parte, aunque ella veria lo que hacia.

- Me han disparado una bala de plata - le dije desplomandome en el suelo y apoyandome contra la puerta, comprobando que mi arma estuviera cargada, rezando porque no llegara el cazador, en ese momento acabaria conmigo rapidamente y no estaba demasiado seguro de si la vampira me ayudaria o me pondria la diana en la cabeza.

- Necesitaria whisky, un hierro candente, un palo y unas pinzas, finas - le dije mirandola desde el suelo, no tenia ganas de bromear pues la herida estaba haciendo que perdiera demasiada sangre y a este paso me quedaria inconsciente en poco tiempo.

- Si me das eso, me sacare la bala y me ire, no quiero molestarte, simplemente no tenia donde ir - le dije levantandome como pude, mirando a traves de la ventana mas cercana, la calle parecia tranquila, lo que me resultaba inquietante - date prisa - le dije mientras mi sufrimiento se acrecentaba. La verdad es que la herida ardia mas y mas a cada momento y acabaria disparando a alguien como me cansase, no iba a morir solo, eso si que no.

por **Arlette** Mar Ago 16, 2011 4:10 pm

Seguí con la mirada su figura ensangrentada, recostándose en la puerta y cayendo al suelo, casi agonizante. Escuché sus palabras y me transmitió su ansiedad y nerviosismo, así usé la velocidad vampírica para, en menos de un minuto, ofrecerle todo cuanto me pedía. Sin embargo, vi que el sudor le resbalaba por la frente e imaginé que probablemente no vería nada, estaba demasiado mal como para acertar al quitarse la bala con unas pinzas. Sin decir nada más, me agaché a su lado y levanté un poco su camiseta, viendo dónde se encontraba la herida. De haber sido humano, por mucho que me hubiera alimentado de Jean estaría más muerto por mis mordizcos que por la bala. Pero el caso era distinto, por suerte para ambos.

Tomé el whisky y lo vertí en un trapo dejando que el alcohol actuara en la herida. Tomé las pinzas entre mis manos y con cuidado y una precisión inhumana, logré extraer una pequeña bala de color metálico, plata, por supuesto. Volví a poner el trapo sobre la herida y alcé la vista hacia el herido, todavía con la confusión escrito en mi rostro. No sabía para qué quería el palo y el hierro candente, pero lo había dejado junto a él por si lo necesitaba.

- ¿Mejor?- le pedí con un hilo de voz, acariciando su frente sudurosa y su mejilla, realmente preocupada por su estado.

por **Wolfgang Lindert** Mar Ago 16, 2011 4:23 pm

- Casi - le dije tras un eterno silencio en que la dejaba actuar. Cogi la botella de whisky y le di el trago mas largo que le habia dado en años, era bueno, asique la deje cerca, siempre estaba bien beber un poco de tan buen licor. Despues me puse el palo entre los dientes para no morderme la lengua, respirando bastante nervioso, la ultima vez que habia hecho esto, habia sido muy doloroso. Calente un poco mas el hierro en la vela que nos iluminaba y sin pensarmelo otra vez pues sino me arrepentiria lo introduje en la herida.

El palo se astillo, yo gruñi y un olor a carne quemada invadio la estancia, aunque por suerte, la sangre dejo de brotar, ahora solo necesitaba reposo para que la herida sanase, cosa complicada debido a mi estilo de vida pues no disponia de techo bajo el que cobijarme.

- Gracias, si dispones de una puerta trasera me ire para que puedas seguir con tu vida - le dije levantandome con la mano en la herida. La verdad es que pasar la noche bajo techo era apetecible, pero no queria ser grosero, ademas de que se trataba de una vampira y no una cualquiera, una bastante especial.

por **Arlette** Mar Ago 16, 2011 4:48 pm

Observé lo que hacía con aquél palo y casi sentí las tripas removerse. Sí, eso le había dolido y ahora entendía el ritual. Antes de que pudiera detenerle, él se puso en pie y me preguntó por una puerta trasera, a lo que negué meneando la cabeza.

- Ni tengo una puerta trasera ni permitiré que salgas de mi casa en tu estado, Wolfgang.- dije mientras me acercaba a él y pasaba uno de sus fuertes brazos por mis hombros y tomando la única vela de la sala con mi mano libre, alumbrando las escaleras hacia el piso superior mientras intentaba mantener la figura del licántropo erecta, cuidando que no tropezara o sus rodillas cedieran.- Te quedarás a pasar la noche en mi dormitorio y si mañana por la mañana estás bien, mi mayordomo te acompañará a la salida.

Empujé con delicadeza una de las puertas del largo pasillo y alumbré la estancia con la vela, dejándola junto a la mesita de noche. Acompañé a Wolf hasta mi lecho y lo obligué a que se sentara por lo menos en él. Di la vuelta a la enorme cama de matrimonio hasta llegar a mi ventanal, corriendo levemente las cortinas para ojear la calle solitaria y silenciosa. Aún así, cerré los ojos y concentré todo mi poder en la casa que habitábamos, creando una ilusión que nos protegiera de cualquiera que intentara localizarla. A cualquier ojo -humano o no humano- aquella casa no existía, sólo vería un trozo de tierra y nada más. Suspiré, algo cansada al usar tanto poder en algo tan grande y durante largo tiempo. Me alegraba el haberme alimentado unos momentos antes.

Con una sonrisa cordial me dirigí hacia Wolfgang tras correr las cortinas para que la claridad del despuntar el día no le molestara, y me acerqué a él para insistirle en que se tumbara sobre las sábanas rojas y blancas de mi lecho. Cuando lo logré al fin, me dirigí a la puerta sin soplar la vela de la mesita de noche y me volteé hacia él.

- Si necesitas cualquier cosa, estaré en el salón leyendo.- comenté sin borrar mi sonrisa conciliadora.- Descansa.

Y cerré la puerta tras de mí, quedándome unos segundos frente a ella, recostando mi espalda en su madera y bajando la vista a mis pies descalzos.

por **Wolfgang Lindert** Jue Ago 18, 2011 1:55 pm

Iba a replicar pero la verdad es que me encontraba demasiado cansado como para quejarme por nada. Hice lo que pude para no caerme mientras me llevaba hacia el dormitorio. Cuando llegue y me tumbe en aquella comoda cama resople aliviado. Di un largo trago a la botella de whisky y busque todas las posibles salidas con la vista. La verdad es que en que me di cuenta de que estaba en un cuarto cerrado senti algo de ansiedad pues no estaba acostumbrado a estar en sitios cerrados.

Al poco de que se fuera intente levantarme para por lo menos abrir aquella ventana y correr la cortina, lo malo era que la herida era demasiado dolorosa como para moverme por lo que solo me quedaba la opcion de llamar a Eyra - ¡¿Eyra estas ahi?! - le pregunte gritando, esperando que aun no se hubiera alejado demasiado. Me sentia encerrado y era una sensacion que odiaba por lo que cuanto antes pudiera sentirme algo aliviado, mejor.

No deje de mirar la puerta un solo instante pues estaba deseoso de que volviera para abrir la ventana y sentirme algo libre, solo queria sentirme algo menos encerrado, nada mas.

por **Arlette** Jue Ago 18, 2011 2:07 pm

Suspiré y moví uno de mis pies para dirigirme hacia el salón, dónde le había dicho al muchacho que me encontraría leyendo. Pensaba en dónde había metido las velas y las cerillas. ¿En la cocina? ¿En un armario del salón? De pronto, me pareció escuchar la voz de Wolfgang pronunciando mi nombre. La piel se me erizó por un motivo que no alcancé a comprender. Quizás sólo era que nunca le había escuchando decir mi nombre. Sonaba melódico con su voz... Cortando inmediatamente el curso de mis estúpidas cavilaciones, abrí la puerta despacio, buscando su rostro con cierto deje de preocupación, preguntándome qué necesitaría de mí.

- ¿Qué ocurre? ¿Necesitas algo?- le pregunté con voz dulce casi maternal, desde el marco de la puerta en el que me mantenía erecta, con la mitad de mi cuerpo dentro de la habitación y mi mano derecha en el pomo dorado.

La vela iluminaba su rostro, aún contraído por el dolor. Parecía realmente enfermo y aquello me conmovía. Quizás por ello le prestaba esa atención que de tratarde de otra persona, simplemente me limitaría a darle la dirección del hospital más cercano. Pero no. Yo había guiado al lobo hasta mi propia alcoba, dejando que se acurrucara entre mis sábanas, mientras yo le atendía como si de su enfermera privada se tratara. Sonreí disimuladamente ante aquél pensamiento hasta que su voz disipó todas las dudas del momento.

por **Wolfgang Lindert** Jue Ago 18, 2011 2:59 pm

Cuando vi girar el pomo de la puerta y a Eyra entrando en la habitacion respire aliviado. La mire algo mas aliviado, cogiendo aire para contestarle, pensando que la herida no seria demasiado profunda y la noche siguiente podria volver a la calle, ese era el lugar del que provenia y no queria abandonarlo. Bajo techo me sentia encerrado, queria ver las estrellas y sentir el aire fresco de la calle.

- ¿Te importaria abrir la ventana? - le pregunte señalando la ventana que se encontraba en aquella habitacion, sacando fuerzas de flaqueza para sentarme en el costado de la cama. La seguia con la mirada, mientras se movia por la habitacion, esperando a que abriera aquella ventana.

Cogi la botella de whisky que habia traido conmigo a la habitacion y le di otro trago. Me quite la camisa y la puse bajo la herida, dejando caer un poco de aquel delicioso brebaje sobre la herida, limpiandola con la camisa y viendo como esta estaba limpia. Era importante que estuviera limpia pues la plata me envenenaba y si alguna esquirla llegaba a mi sangre se complicaria la cosa. Ningun lobo podia soportar la plata por lo que me preocupaba la herida, tenia que ser vigilada constantemente por si su color cambiaba, sintoma de que habia infeccion y por lo tanto seguia teniendo plata en el interior.

Por experiencia podia asegurar que ninguna bala era perfecta y siempre dejaban huella por lo que intentando no abrirla demasiado comprobaba los bordes en busca de algo brillante.

por **Arlette** Jue Ago 18, 2011 3:34 pm

Asentí sólo una vez antes de dejar la puerta entreabierta para caminar por el parqué descalza hasta la ventana, abriéndola de par en par y corriendo las cortinas. Me senté en el borde de aquella ventana y asomé la cabeza hacia el exterior, examinando la calle desierta y el cielo nítidamente estrellado. Cuando giré el rostro vi que Wolf se miraba la herida con preocupación y estaba recostado en el cabezal de la cama.

- Deberías descansar.- comenté en un susurro, pues recordé la presencia de mi mayordomo al otro lado de la pared y no quería despertarle y tener que contarle toda aquella extraña situación.

Una lágrima de sudor resvaló por la frente del licántropo así que sin decir nada más, salté del borde de la ventana y corrí a la velocidad de la luz hacia la cocina, en el primer piso. Tomé un cuenco con agua fría y un paño. Volví a subir las escaleras con cuidado y sigilo, procurando no hacer ruído con mis pasos y que el cuenco no derramara el agua. Entré de nuevo en mi alcoba y me acerqué a la cama, dejando el cuenco en la mesita de noche junto a la vela y la botella de whisky, sentándome en el lecho junto al cuerpo ardiente de Wolfgang. Sin mediar palabra tomé el paño y lo humedecí con el agua, exprimiéndolo antes de pasarlo con delicadeza por su rostro sudoroso y volviéndolo a humedecer de nuevo.

- Estás febril.- objeté en otro murmuro mientras intentaba bajarle la temperatura.

por **Wolfgang Lindert** Jue Ago 18, 2011 3:44 pm

Iba a contestarle pero acto seguido se fue tan rapido que no me dio ni tiempo. Apoye la cabeza en el cabecero de la cama y deje que la brisa que entraba por la ventana me refrescara pues habia comenzado a sudar. Quizas si que hubiera algo de plata en la herida y por lo tanto me doliera hasta que mi cuerpo se decidiera a expulsarlo. Seguramente tardaria uno o dos dias, aunque al final lo expulsaria, no era la primera vez que me ocurria algo asi.

- Ya lo se, pero no puedo dormir, aun estoy con la adrenalina por las nubes - le conteste con una leve sonrisa mientras dejaba que humedeciera mi rostro. La fiebre seguramente comenzaria a hacer mella en mi mente en un rato y entonces quizas me volviera peligroso. Me preocupaba perder el control en cualquiera de los sentidos pues conociendome como me conocia no era dificil que algo asi me pudiera pasar en un estado tan deplorable como con fiebre.

- Gracias - le dije mirandola, la verdad es que estaba haciendo mucho por ayudarme y pocas veces se podia conseguir esa ayuda desinteresada siendo alguien que vivia en la mas absoluta de las soledades.

por **Arlette** Jue Ago 18, 2011 3:57 pm

Sonreí ante su agradecimiento y me pregunté porqué me comportaba así con él si con nadie más haría algo así. ¿De veras era sólo por la mala conciencia que guardaba al haberle atacado una noche de hacía años? Yo misma lo dudaba. ¿Pero y entonces? ¿Es que a caso me caía bien? ¿Podía considerarle como a mi igual? Meneé la cabeza para mí misma, recordando el momento en el que la última vez que le vi, se marchó deprisa y sin dirigirme una sola mirada, como si huyera de mí. Aquello ensombreció mi sonrisa, aunque intenté disimularlo del mejor modo posible: con la oscuridad de la sala.

- Entonces te agradecería que me explicaras qué te ha ocurrido.- le pedí cuando comentó que no tenía sueño, puesto que ya que me había prometido quedarme junto a él para asegurarme que sobrevivía hasta el día siguiente por lo menos, mejor permanecer en una conversación y no dejar que mis pensamientos siguieran atormentándome.

La vela se iba consumiendo y la habitación quedaba a oscuras. Una brisa ondeó mis cabellos y tube que ponerme un mechón tras mi oreja para impedir que nublara mi visibilidad. Dejé el paño en remojo y puse mi gélida y marmórea mano sobre su pecho ahora desnudo comprobando así la temperatura de su cuerpo, percatándome que la fiebre aún hacía hervir su piel tostada. Suspiré e hice un gesto con dicha mano para retomar el paño cuando algo me lo impidió.

por **Wolfgang Lindert** Vie Ago 19, 2011 2:57 pm

Asenti cuando me pidio que le contestara, suspirando mientras miraba por la ventana antes de contestarle. La verdad es que tener que decirle que todo habia sido por matar a un vampiro, uno de los suyos, me daba la impresion de que no le haria demasiada gracia, aunque en realidad ella ya sabia que yo mataba vampiros asique esperaba que no se sorprendiera demasiado.

- Veras, todo empezo al anochecer, sabia que muchos vampiros estarian hambrientos por lo que recorria los callejones de Paris esperando encontrar a algun vampiro ansioso que no hubiera podido esperar a llegar a su casa con su victima - le explique mirandola de vez en cuando, aunque mirando la mayor parte del rato por la ventana - al cabo de unas horas encontre a uno alimentandose en un callejon y simplemente lo mate. Lo malo fue que tras matarlo, antes de que pudiera hacer nada aparecio ese cazador y me disparo. Le lance contra una pared y sali huyendo debido a la herida - le dije mirando la herida, esta seguia como antes, aunque por lo menos no sangraba - iba sin rumbo y llegue cerca de aqui por lo que me decidi a pedirte ayuda, no conozco demasiada gente y menos aun que sepan lo que soy por lo que debia de arriesgarme a que quisieras acogerme - le dije mirandola con una leve sonrisa.

No hizo falta que dijera nada, mi mirada de agradecimiento me parecio suficiente pues creia que no hacia falta que le dijera que estaria eternamente agradecido con ella por lo que habia hecho por mi.

por **Arlette** Vie Ago 19, 2011 3:10 pm

Sí, sus palabras detuvieron mi mano sobre su pecho y mientras él me explicaba lo sucedido no me movía más que para respirar y parpadear, ambas cosas totalmente innecesarias dado lo que soy. Su explicación sólo me conmovió cuando lleguó a la parte en la que le dispararon, ya que el hecho de que hubiera gente que aniquilara a inmortales que asesinaban a humanos me parecía de lo más correcto. Incluso yo misma lo había hecho en más de una ocasión.

- Tuviste suerte que la bala no te perforara el corazón.- murmuré, bajando la vista hacia su pecho que con el silencio, notaba cómo latía su corazón bajo la palma de mi mano.

Sin saber porqué, mis ojos recorrieron su cuello hasta posarse sobre sus ojos centelleantes por la oscuridad del momento. Yo entreabrí mis labios para desearle dulces sueños, dispuesta a dejarle solo. Pero entonces, un soplo de aire proveniente de la ventana apagó la vela por completo y ambos nos fundimos con la plena oscuridad, solamente tenuemente rota por la luna que se asomaba por mi ventanal, curiosa por saber qué ocurriría con nosotros en aquél momento.

por **Wolfgang Lindert** Sáb Ago 20, 2011 3:56 pm

La verdad es que por mucho que habia intentado esquivar la bala tenia razon. Aquel disparo podria haber ido perfectamente dirigido a mi corazon, en cuyo caso no estaria con vida desde hacia ya un buen rato.

- Bueno, sera otra historia mas que contar a mis descendientes - le conteste mirando por la ventana y notando su mano sobre mi torso. En aquel preciso instante la brisa que se colaba por la ventana apago la vela que iluminaba la habitacion, quedando ambos en una silenciosa oscuridad. Me puse nervioso al notar que no se veia nada, aunque por suerte cuando mis ojos se acostumbraron comence a ver figuras entre las sombras, especialmente la de Eyra, la cual era iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana.

Al notar que la situacion se habia puesto tensa debido a la oscuridad pense que lo mejor seria cambiar de tema - ¿y que has hecho desde que nos vimos en la cueva? - le pregunte cambiando de tema, esperando que asi se olvidara de la oscuridad.

por **Arlette** Sáb Ago 20, 2011 4:13 pm

Percibí cierto nerviosismo en él cuando nos quedamos completamente a oscuras pero Wolf rápidamente buscó un tema de conversación, aunque quizás no fuera el mejor. ¿De qué podía hablarle? ¿De mis reencuentros con antiguos conocidos? ¿De mis mañanas en vela intentando recordar el sueño que proyecté en la cueva? Se me hizo un nudo en la garganta antes de disolverlo y responder con un tono de voz lo más casual que pude.

- Despertarme, desayunar, ir a pasear, regresar a casa, darme un baño, cenar si hay algo disponible, acostarme y dormir.- dije con una sonrisa, no queriendo detenerme en más explicaciones pues no deseaba dejarle entrever que por loco y extraño que pareciera, nuestro reencuentro me había marcado.- ¿Y tú? Por lo que veo debes estar metido en más de un lío.- reí, señalando con la cabeza dónde se hallaba su herida.

La Eyra ingenua y romántica de mi interior tomó un frasco de veneno para mariposas y se lo bebió para que actuara sobre mi estómago, con la intención de matar aquellos bichos voladores que tanto nos incordiaban desde la llegada de Wolfgang a nuestra vida. Pero no surgió efecto.

por **Wolfgang Lindert** Sáb Ago 20, 2011 4:30 pm

La escuche con atencion, dandome cuenta de que tenia una vida excesivamente rutinaria, hacia todas las noches lo mismo y eso era muy aburrido, deberia de cambiar de vez en cuando, sino al final la rutina acabaria con ella. Yo al menos no corria esa suerte, era lo bueno de la calle, una noche, un lugar, no habia dos dias iguales nunca.

- Se podria decir que he estado ocupado desde que nos vimos, aunque debo decirte que me acuerdo aun de nuestro encuentro - le conteste mirandola en la oscuridad. La verdad es que cuando olia un vampiro me acordaba de ella y hasta habia dejado a uno con vida en una ocasion tras dejar que suplicara un rato.

- Hace tres o cuatro noches encontre una antigua casa llena de vampiros, habria entre 3 y 5 de ellos y bueno, acabaron a la barbacoa, pero vamos, que no deberia de contarte esas cosas - le dije esperando que no le molestara, a sabiendas de que lo sabria pues habia sido cerca y habia sido portada de algun periodico.

por **Arlette** Sáb Ago 20, 2011 4:40 pm

Mis ojos se ensancharon y me alegré de la suerta al sentirme protegida por el manto de la oscura noche, pues Wolf me hubiera visto sonrojarme como si de una vulgar muchachita humana me tratara. Maldije al brevaje sin efecto y mordí mi labio inferior, algo nerviosa por su comentario.

Él me habló de una cacería de vampiros no muy lejos de mi casa, algo que recordé cuando días antes, justo la noche en que leí el periódico para detenerme en la zona necrofílica, mis ojos habían leído sin interés alguno la notícia de la misteriosa muerte de unas personas sin identificación. Pensé que se había tratado de unos vampiros que habían aniquilado a unos humanos, pero todo parecía indicar que había sido obra de Wolfgang.

Sin embargo, su historia no captó mi atención lo suficiente como para arrinconar la cuestión que hacía días que me atormentaba, así que aprovechando que el licántropo había sacado el tema minutos antes, me armé de valor y entreabrí mis labios para preguntarle directamente.

- Yo tampoco pude olvidarme de lo ocurrido en la cueva.- murmuré, alejando mi mano de su torso para sentarme más cómodamente en el lecho, justo en los pies de la cama, frente al enfermo al que cuidaba.- Me pregunto qué proyecté cuando me quedé dormida.

Hundí mi rostro entre mis brazos, ahora cruzados abrazando mis rodillas. Sentía mis mejillas arder como nunca lo habían hecho y asomé mis ojos por encima de los brazos, examinando el semblante del lobo con una mezcla de curiosidad y temor.

por **Wolfgang Lindert** Sáb Ago 20, 2011 4:47 pm

Cuando hablo de la cueva ya suponia donde iba a acabar todo aquello y la verdad es que me preocupaba bastante, no queria tener que contarle lo que habia visto, pero por lo visto iba a tener que contarselo todo tarde o temprano por lo que igual daba el moemto exacto, quizas ese fuera tan buen momento como cualquiera.

Tras unos segundos en silencio pensando en cual seria mi respuesta exacta cogi aire - la verdad es que vi una escena en la que ambos nos encontrabamos demasiado cariñosos bajo un arbol - le dije sin mirarla, mirando a traves de la ventana y decidiendo dejar algunos detalles en el olvido pues tampoco queria atormentarla con el sueño que habia tenido, el cual no era mas que eso, un anuncio.

- Mira, la escena era muy bonita pero yo soy un lobo y tu una vampira Eyra, no se que pensaras tu al respecto pero a mi se me hace muy complicada esa idea - no queria hacerle daño por lo que no diria las cosas de la manera mas tajante posible. Cierto era que me sentia atraido por ella pero no podia traicionar mis principios, si debia de traicionarlos no seria por una vampira que no conocia lo suficiente para poder decir la palabra magica.

por **Arlette** Sáb Ago 20, 2011 4:58 pm

Pareció que el joven preparaba su respuesta justo antes de soltar la catapulta que se estampó en mi pecho e hizo, inexplicablemente, añicos mi corazón. Sus palabras, aunque muy bien pensadas y tratadas, me habían dolido más que nada. Más incluso que los colmillos de Bernard la noche en que me convirtió. Mucho más que la eterna soledad a la que estaba condenada. Infinitamente más que agonía cuando se pasaba hambre durante días. Asentí sólo una vez con la cabeza, sabiendo que probablemente no me veía por la penumbra.

- Sólo fue un sueño.- murmuré, simulando indiferencia en mi voz, aunque ésta se quebró en la última palabra, delatándome.- Y quizás no se trataba de tí, quizás era otra persona...- susurraba, intentando convencerme de que era posible que no hubiera sido él, de que quizás era el vampiro que días antes me había besado frente a la Catedral.

Confusa y algo alterada, salté de las sábanas y me acerqué a la puerta de la habitación, buscando el pomo a tientas.

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