No dejes que termine el día sin haber crecido un poco. (Cassandra Albrioni)

por Gabrielle de Lioncourt* Jue Sep 08, 2011 8:52 pm

Gabrielle se alzo para salir de aquella tierra húmeda donde se había ocultado durante el día. Apenas el sol se oculto por completo la vampira abrió sus ojos y su cuerpo volvía a tener vida. Se descubría alzándose espontáneamente de entre la tierra al ponerse el sol, antes incluso de terminar de despertarse. Se levanto y giro su cabeza hacia la masa de ramas oscuras mecidas por la brisa que ocultaba a la vista el riachuelo. A Gabrielle le gustaba la caricia del viento contra su rostro, le encantaba el nuevo brillo de las estrellas sobre las sombrías colinas. Pero en ese instante, mientras disfrutaba de las bellezas que podía entregarle la naturaleza y tras el leve aullido del viento junto al suave rumor de las hojas susurrantes, se dejó sentir el nítido latir de una presencia entre los árboles.

Encamino sus pasos alejándose de la profundidad del bosque intentado averiguar la identidad de aquella inesperada criatura.

por **Cassandra Albrioni** Lun Sep 12, 2011 2:07 pm

Otra noche en París, hoy estaba decidida a divertirme bastante con mi presa a la cual había citado. Me había conseguido con un joven noble, muy guapo por cierto, pero al que le encantaba abusar de las jóvenes doncellas. Así que lo seduje, utilizando aquellos encantos femeninos.

Nuestro encuentro se produciría esta noche, a una hora que para mi persona era bastante temprano, pero había que disfrutar de la noche. Atraje a mi desdichada victima hacia el bosque. Un aperitivo al despertar siempre era necesario, para luego disfrutar de la noche. Ya estando ahí hice que este joven me persiguiera por el lugar, desde luego yo corría a pasó de humana, luego me escondía y lo tomaba por sorpresa.

Luego de un rato de juego, me escondí detrás de un árbol, esperando que aquel desdichado me alcanzara, para luego envolverlo y darle una muerte un tanto dolorosa y haciéndole recordar, el sufrimiento que le había causado a las doncellas de quienes había abusado.

por Gabrielle de Lioncourt* Dom Sep 18, 2011 10:35 pm

Al avanzar, la sangre fresca y caliente de un mortal, llego a Gabrielle junto al aire que golpeo contra su rostro. Se detuvo al instante al ver un joven a pocos metros de ella recorrer el lugar, parecía buscar algo o alguien. ¿Qué hacia aquel muchacho rondando por el bosque? ¿Era algún cazador? Se pregunto la vampira mientras su apariencia le daba a entender que aquel hombre era más bien, un noble. Se aproximo lentamente, con aquel paso felino que la hacia parecer una nereida del bosque. Por unos momentos Gabrielle pensó que ese joven era la presencia que había percibido anteriormente, sin embargo, alguien se ocultaba entre los árboles a una escasa distancia de donde ellos se encontraban. El hombre se voltio rápidamente al oír sus pasos y le dirigió la palabra con entusiasmo al creer que se trataba de la persona que buscaba.

¿Cassandra? –Pregunto el hombre, pero su expresión cambio pasando de la alegría e inocencia a la de un depredador con astucia-

La vampira daba la apariencia de ser una hermosa mujer que sufrió algún accidente o estaba en peligro, su ropa, confundió al mortal. El pantalón ajustado de color beige, junto a la camisa de color marrón le otorgaba un aspecto varonil y sensual al mismo tiempo, sin embargo, aquella larga cabellera dorada enmarcando el rostro imperturbable de mármol con facciones dulces y felinas de Gabrielle. Despertaron los peores y más lujuriosos pensamientos en la mente de aquel hombre. Creyendo que la mujer llamada Cassandra se localizaba lejos del lugar volvió a dirigirse a la vampira con un tono más amenazante en su voz.

Esta sola… -dijo mirando de un lado a otro con una sonrisa siniestra en su rostro que no altero a la vampira en lo absoluto-

Gabrielle guardo silencio, sintió la presencia aproximarse y al hombre contemplarla con lascivia. Gesto que a ella comenzaba a disgustarle demasiado.

por **Cassandra Albrioni** Sáb Oct 01, 2011 2:10 am

Aun en mi escondite a la espera del humano que había atraido, el efluvio de un vampiro llegó a mí. No podía ser, tal vez en mi afán por jugar con mi presa me había metido en un territorio perteneciente a otro vampiro. Lo extraño era que el olor no estaba impregnado en todo el bosque, no parecía un territorio marcado. ¿Acaso el vampiro responsable por este aroma estaba solo de paso?
Me quedé entre las sombras.

Contemplé lo que ocurría a través de la mente de mi presa. Mi cena había pronunciado mi nombre debido a que me había confundido con el otro vampiro. A continuación, pude percibir como una presencia femenina, que correspondía a la vampira, despertaba nuevamente los bajos instintos de aquel hombre.

Me aproximé un poco, para que la vampira pudiera sentir mi presencia, si es que ya no lo había hecho. En caso de que ya se hubiera percatado, que era lo más probable, lo que pretendía era reafirmar mi presencia y por supuesto hacer notar que aquel hombre me pertenecía. ¿Acaso esa vampira sería capaz de quitarme la presa?

por Gabrielle de Lioncourt* Jue Oct 27, 2011 7:46 pm

Cassandra… -susurro Gabrielle con indiferencia cruzándose de brazos y mirando con desprecio al hombre ante ella-

La actitud del joven le repugnaba, odiaba a los hombres como él. Aquellos que se creían superiores a las mujeres y que podían utilizarlas como mejor les complacieran. Deseaba verlo muerto, pero no seria tan imprudente como para involucrarse en una batalla con otro vampiro por su presa. Esa no era la actitud de Gabrielle.

Cuando el joven camino hacia ella, la mirada amenazante de la vampira lo alerto obligándolo a detener sus pasos al instante, sin embargo, su instinto asesino y lujurioso aun permanecían en la mente del muchacho. La vampira sonrío ampliamente enseñando sus colmillos al humano, sintió su miedo, aquel hombre incapaz de moverse. En su mente rogaba porque Cassandra viniera a su encuentro. La sed quemaba en la garganta de Gabrielle, no obstante la presencia de aquella otra criatura se hacia cada vez más presente. Espero paciente hasta ver el rostro del vampiro o vampira que reafirmaba que aquel humano le pertenecía.

por **Cassandra Albrioni** Dom Nov 20, 2011 5:09 pm

Mi nombre resonó con indiferencia en los labios de la vampira que estaba con mi victima. En mi interior suspire al reafirmar que mi caza tendría que llegar a su fin, probablemente de forma rápida.

De pronto algo detuvo en seco mis pensamientos, en la cabeza de mi víctima vi a la vampira, con una sonrisa fiera que dejaba ver sus colmillos con toda claridad. En seguida salí de mi escondrijo en busca de lo que era mío.Con paso sensual y ligero me acerque a la escena.

Cuando estuve lo bastante cerca aplaudí y dije: - felicidades lo tienes aterrado- luego le sonreí a aquel hombre, quien se relajó un poco al ver que en mi rostro no había miedo por la presencia de ese ser. Me acerqué a él y le dije: - ¿no le tendrá miedo a esta mujer? – sonreí divertidamente. Después, miré a la vampira de reojo y le sonreí con cierta arrogancia.

por Gabrielle de Lioncourt* Miér Nov 30, 2011 1:20 pm

Gabrielle no estaba sorprendida, ni mucho menos atemorizada ante la presencia de aquella desconocida, su esencia autoritaria marcando el domino sobre su presa no preocupaba a esta fría vampira. Su gesto al aplaudir como si su molestia ante los mediocres pensamientos de aquel hombre se tratase de algún macabro espectáculo la confundió por un momento, el cual luego respondió con una ligera sonrisa en sus labios al notar la arrogancia en aquella criatura. Arrogancia que le recordó a Lestat.

Los humanos… -murmura suavemente en un antiguo francés- …son muy fáciles de asustar… -asegura sin ninguna duda en su tono de voz mientras permanece inmóvil como una bella estatua de mármol en el mismo lugar-

Contemplo a ambas personas frente a ella, su rostro de indiferencia hacia la vampira giraba al muchacho cambiando su expresión dando a conocer su desprecio por aquel hombre.

por **Cassandra Albrioni** Sáb Dic 17, 2011 8:46 pm

-Si tienes razón… - respondía al comentario de la vampira, quien al usar un francés tan antiguo delató su edad. Sabía que los mayores, de nuestra especie, podían llegar a ser peligros, pero yo no le tenía miedo a la criatura que se encontraba ahí. Por otro lado, tampoco quería quedar como una presa fácil, por lo que tendría que despachar a mi víctima de inmediato.

Besé a mi víctima en los labios, solo para desgarra con mis colmillos su lengua y beber de sus sangre. Me separé un poco de mi presa, pero manteniendo una de mis manos entrelazadas en su cabello, el chico se sorprendió al ver la sangre en mis labios y se llevó una de sus manos a su boca, se impresionó bastante al descubrir de donde provenía aquella sangre. Maldijo y trató de separarse de mi, molesto y atemorizado, por cuando observó que sus patas y empujones, no tenían el menor efecto en mi, su temor aumentó rápidamente.

Me encantaba el juego, pero lamentaba lo corto que debía ser. Miré diabólicamente al chico y contra su voluntad lo sostuve y mordí su cuello de forma brusca, causándole dolor, un dolor que yo disfrutaba. Cuando estuvo débil le solté y el chico intento arrastrarse para huir, sacudí mi cabello y con uno de mis pies le rompí las piernas. Disfrutaba el momento, olvidándome, momentáneamente, de la vampira que estaba ahí observando.

Me dirigí a mi presa que aullaba de dolor: -cariño, creo que seré la última mujer a la que veas ¿no te parece extraordinario? Debería considerarte afortunado- caminé y me incline quedando enfrente de él, luego le di un último beso, en que succioné mas sangre y a continuación procedí a arrancarle la cabeza.

Cuando terminó el espectáculo, tome parte de sus ropas y limpié mi boca, mientras miraba a la vampira: -oh! Querida lo siento, que maleducada he sido, no te pregunté si querías algo – deslicé la punta de mi lengua sobre mis labios, terminando así con las últimas gotas d sangre que en ella quedaban.

por Gabrielle de Lioncourt* Dom Dic 18, 2011 2:46 pm

En sus años como vampira, Gabrielle solo recordaba la escena de Lestat seduciendo a su presa y tomándola con amor. Contemplar a aquella vampira saciando su sed despertó el predador que dormía en ella bajo la frágil apariencia de una mujer. El olor a sangre llego a la vampira con la brisa del viento y advirtió como a la criatura le fascinaba jugar con su victima. A diferencia de todas los detalles que había escuchado de su hijo mientras con excitación le relataba como poseía a sus presas, descubrió que el jamás se divertía con el dolor de ellas. Cada vampiro utiliza sus métodos para sobrevivir.

Gabrielle mantenía la misma expresión, no le importaba el destino o sufrimiento de aquel hombre ni el rol sanguinario que ejercía Cassandra sobre este. En la actualidad no ahondarían mucho sobre la muerte de aquel muchacho, seguramente el crimen lo adjudicarían a algún demente capaz de mutilar a un ser humano.

En ningún momento quisiste compartir tu bocado ¿Por qué te disculpas?-refuto al tiempo que respiraba profundamente llenando sus pulmones de aire- Creo que he visto uno que otro vampiro moralista que criticaría y repudiaría tu forma de asesinar a aquel bastardo –mumuro mientras giraba su rostro para observar el cuerpo mutilado de aquel hombre- Yo te aplaudiré

Gabrielle no jugaba con sus victimas, ni siquiera sentía el dolor o éxtasis de estas mientras saciaba su apetito. La vampira saltaba como una feria sobre sus presas y clavaba los colmillos en su cuello. No entendería a esta chica, como tampoco entendío a Lestat.

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