AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El ritual [Joris + Leotie]
2 participantes
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
El ritual [Joris + Leotie]
El astro rey descendió de su trono, llevándose con él la claridad del día, batallando en el horizonte contra su enemiga y tiñendo el cielo de un color sangriento hasta que, finalmente, la noche venció aquél pulso y se instaló en lo alto de la bóveda celestial junto a su séquito, las estrellas. Fue en ese momento en el que, vestida con las mejores pieles y adornada con las más preciadas de las piedras preciosas que poseía, caminé descalza hacia el lugar en el que llevaría a cabo aquél ritual del que, a pesar de los años que hacía que no lo practicaba ni lo contemplaba, no había desaparecido de mis recuerdos.
Me senté sobre mis rodillas y apoyé mi peso en los dedos doblados de mis pies, justo frente a las ramas y madera amontonadas en forma piramidal. Tomé mis herramientas y de un chispazo, logré encender aquél Fuego Sagrado, sonriendo para mis adentros ante la maravillosa imagen que acudía a mis retinas, de cuando mi tribu se sentaba alrededor de aquella hoguera y juntos, nos reencontrábamos con la Madre Tierra. Ahora, pese a la gran distancia que nos separaba, sabía que ellos, en nuestro hogar, también pensaban en mí y quizás, sólo quizás, también estaban sentados frente a una hoguera como aquella, esperando el momento para empezar aquél rito.
Las llamaradas de color ambarinas escalaban por aquella oscuridad que reinaba en el bosque, intentando alcanzar la luna, cuya luz se focalizaba en aquél pequeño y escondido claro. Tomé una de las piedras amontonadas junto a mí y la deposité sobre la hoguera, contemplando cómo su color azabache iba tornándose de un profundo rubí centelleante. Añadiendo unas cuantas más, esperé a que todas fuesen de color carmesí para tomarlas con cuidado con la ayuda de un cuenco y sumergirme en la cabaña, cantando una antigua canción algonquina mientras tomaba otro cuenco con agua del río y paulatinamente, bañaba aquellas piedras, dejando que su humo vaporoso me envolviera entre sus brazos, inundando la estancia de aquella pequeña cabaña, convertida en un templo de forma redonda, construida a base de dieciséis ramas verticales que se amarraban formando dos cruces de cuatro direcciones iguales, representando a los dieciséis espíritus sagrados: Wi, el sol, portador de luz, calor y vida, el que nos aporta valor y generosidad a nuestra vida; Skan, el movimiento, es la fuerza y energía que nos mueve; Maka, la tierra; nuestra abuela que nos nutre; Inyan, la piedra, la naturaleza eterna del creador, las más anciana; Hanwi, la luna, representa los ciclos de la vida, el sobrenatural de las mujeres; Tate, el viento, controla las estaciones y vigila el sendero que conduce al mundo de los espíritus, padre de los cuatro vientos; Unk, el conflicto, el padre del mal; Wakinyan, el ave del trueno, señor de las tormentas, es el espíritu que crea la energía eléctrica; Tatanka, el búfalo, hermano del indio, el que da la salud, el alimento y la vida; Tob Tob, el oso, nos trae la medicina de las hierbas, el amor y la valentía; Wani, las cuatro direcciones, Controlador del tiempo, mensajero de los sagrados; Yumni Wi, la diosa del mar, restauradora del equilibrio, amor, deporte, juego, energía femenina; Niya, el espíritu, aliento vital, esencia de la persona; Nagi, el alma, habita en los seres humanos, la razon de vivir, la energia de los animales, las piedras, los árboles y los ríos; Otis, la inteligencia, poder innato que habita en cada hombre y en cada mujer; Yumni, el remolino, lo inmaterial, el huérfano que nunca ha nacido, el remolino de aire, el pequeño torbellino, el travieso mensajero de los sobrenaturales. Las cuatro filas de ramas verticales simbolizaban los Cuatro Mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el humano. De aquél modo, aquella cabaña representaba la Creación, el Universo.
Y como decía, la sabiduría de mis antepasados, tomando la forma del vapor que las piedras emanaban al contacto con el agua, inundaron mis pulmones y envolvieron mi cuerpo con su voz silenciosa, cerrando mis ojos e inspirando sus palabras, escuchando lo que Wakan Tanka me aconsejaba, dictándome el camino que debía tomar, aquella decisión que me mantenía en vilo desde hacía semanas. ¿Debía luchar para regresar a mi mundo? ¿O debía aceptar la voluntad de mi destino y permanecer en París?
La decisión había sido tomada y ahora debía acatarla.
Me senté sobre mis rodillas y apoyé mi peso en los dedos doblados de mis pies, justo frente a las ramas y madera amontonadas en forma piramidal. Tomé mis herramientas y de un chispazo, logré encender aquél Fuego Sagrado, sonriendo para mis adentros ante la maravillosa imagen que acudía a mis retinas, de cuando mi tribu se sentaba alrededor de aquella hoguera y juntos, nos reencontrábamos con la Madre Tierra. Ahora, pese a la gran distancia que nos separaba, sabía que ellos, en nuestro hogar, también pensaban en mí y quizás, sólo quizás, también estaban sentados frente a una hoguera como aquella, esperando el momento para empezar aquél rito.
- Escenario:
Las llamaradas de color ambarinas escalaban por aquella oscuridad que reinaba en el bosque, intentando alcanzar la luna, cuya luz se focalizaba en aquél pequeño y escondido claro. Tomé una de las piedras amontonadas junto a mí y la deposité sobre la hoguera, contemplando cómo su color azabache iba tornándose de un profundo rubí centelleante. Añadiendo unas cuantas más, esperé a que todas fuesen de color carmesí para tomarlas con cuidado con la ayuda de un cuenco y sumergirme en la cabaña, cantando una antigua canción algonquina mientras tomaba otro cuenco con agua del río y paulatinamente, bañaba aquellas piedras, dejando que su humo vaporoso me envolviera entre sus brazos, inundando la estancia de aquella pequeña cabaña, convertida en un templo de forma redonda, construida a base de dieciséis ramas verticales que se amarraban formando dos cruces de cuatro direcciones iguales, representando a los dieciséis espíritus sagrados: Wi, el sol, portador de luz, calor y vida, el que nos aporta valor y generosidad a nuestra vida; Skan, el movimiento, es la fuerza y energía que nos mueve; Maka, la tierra; nuestra abuela que nos nutre; Inyan, la piedra, la naturaleza eterna del creador, las más anciana; Hanwi, la luna, representa los ciclos de la vida, el sobrenatural de las mujeres; Tate, el viento, controla las estaciones y vigila el sendero que conduce al mundo de los espíritus, padre de los cuatro vientos; Unk, el conflicto, el padre del mal; Wakinyan, el ave del trueno, señor de las tormentas, es el espíritu que crea la energía eléctrica; Tatanka, el búfalo, hermano del indio, el que da la salud, el alimento y la vida; Tob Tob, el oso, nos trae la medicina de las hierbas, el amor y la valentía; Wani, las cuatro direcciones, Controlador del tiempo, mensajero de los sagrados; Yumni Wi, la diosa del mar, restauradora del equilibrio, amor, deporte, juego, energía femenina; Niya, el espíritu, aliento vital, esencia de la persona; Nagi, el alma, habita en los seres humanos, la razon de vivir, la energia de los animales, las piedras, los árboles y los ríos; Otis, la inteligencia, poder innato que habita en cada hombre y en cada mujer; Yumni, el remolino, lo inmaterial, el huérfano que nunca ha nacido, el remolino de aire, el pequeño torbellino, el travieso mensajero de los sobrenaturales. Las cuatro filas de ramas verticales simbolizaban los Cuatro Mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el humano. De aquél modo, aquella cabaña representaba la Creación, el Universo.
Y como decía, la sabiduría de mis antepasados, tomando la forma del vapor que las piedras emanaban al contacto con el agua, inundaron mis pulmones y envolvieron mi cuerpo con su voz silenciosa, cerrando mis ojos e inspirando sus palabras, escuchando lo que Wakan Tanka me aconsejaba, dictándome el camino que debía tomar, aquella decisión que me mantenía en vilo desde hacía semanas. ¿Debía luchar para regresar a mi mundo? ¿O debía aceptar la voluntad de mi destino y permanecer en París?
La decisión había sido tomada y ahora debía acatarla.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Noche. Noche cerrada. La luna llena ha terminado y Joris sabe que esa noche no podrá volver a vestir la piel del enorme lobo negro que es su otro yo. Siempre tiene la misma sensación cuando termina el plenilunio; una sensación de debilidad, dependencia y desorientación. Vestir la piel del lobo es... es... Aunque el holandés apenas tiene recuerdos de esos momentos, en su interior sabe que nunca se siente tan bien.
Correr entre los árboles persiguiendo a las presas, sentir la sangre y la piel en la boca; cómo los dientes desgarran el cuero y rompen el hueso; cómo aúlla a la luna llena, llamando a los suyos. Ante eso no importa lo fuerte o rápido que sea comparado con un humano normal. Nada se puede comparar con vestir la piel del lobo. Nada.
En días como aquellos Joris odiaba quedarse en casa, encerrado entre cuatro paredes. Era una noche fría, así que se había cubierto con pieles bastas y abrigadas para protegerse. Escondido entre las pieles y la ropa llevaba el enorme cuchillo de carnicero que era suyo desde hacía años y que de tantos enemigos le había protegido. Los sentidos del licántropo lo llevan hasta las afueras de la ciudad, deseando alejarse de las calles transitadas. Si la cazadora aparece que lo haga, le cortaría el cuello. Está harto de huir de ella y esconderse. Casi deseaba que apareciera y poder cruzar sus aceros, cortarle aquél maldito cuello, clavar su cabeza en una pica y dejarla en la puerta de Nôtre Dame. Sería un buen aviso para los demás, para que le dejaran en paz.
Ya ha salido de la ciudad y se pierde por los bosques. Se deja guiar por su olfato y su oído. Llega a él el olor a madera quemada, humo y fuego. Una parte de él teme a las llamas, al dolor y destrucción que representan. Acalla aquellos instintos de lobo y deja que la lógica gobierne. Se pregunta quién se esconderá en los bosques para encender un fuego. ¿Bandidos y ladrones? Tal vez tengan algo de valor que hacer suyo. ¿Mendigos sin hogar? ¿Algún viajero?
Finalmente Joris llega hasta el claro donde han encendido la hoguera. Oculto entre las sombras, moviéndose en el más absoluto de los silencios ve una hoguera y una extraña cabaña; no había visto ninguna parecida en sus muchos viajes. Espera unos minutos y del refugio sale una mujer de tez oscura y extraños rasgos empapada en sudor. ¿Quién es? ¿Qué hace aquí? El licántropo espera unos segundos más, pero hay algo en ella que le llama la atención. Estaba claro que no era de por allí. Seguramente fuera de algún lugar muy lejano. Contaban que había enormes extensiones de tierras más allá de los mares, donde vivían gentes extrañas.
Movido por la curiosidad el holandés da un paso y sale del círculo de árboles y sombras.
-¿Quién eres?-pregunta en un francés basto y con acento holandés.
Correr entre los árboles persiguiendo a las presas, sentir la sangre y la piel en la boca; cómo los dientes desgarran el cuero y rompen el hueso; cómo aúlla a la luna llena, llamando a los suyos. Ante eso no importa lo fuerte o rápido que sea comparado con un humano normal. Nada se puede comparar con vestir la piel del lobo. Nada.
En días como aquellos Joris odiaba quedarse en casa, encerrado entre cuatro paredes. Era una noche fría, así que se había cubierto con pieles bastas y abrigadas para protegerse. Escondido entre las pieles y la ropa llevaba el enorme cuchillo de carnicero que era suyo desde hacía años y que de tantos enemigos le había protegido. Los sentidos del licántropo lo llevan hasta las afueras de la ciudad, deseando alejarse de las calles transitadas. Si la cazadora aparece que lo haga, le cortaría el cuello. Está harto de huir de ella y esconderse. Casi deseaba que apareciera y poder cruzar sus aceros, cortarle aquél maldito cuello, clavar su cabeza en una pica y dejarla en la puerta de Nôtre Dame. Sería un buen aviso para los demás, para que le dejaran en paz.
Ya ha salido de la ciudad y se pierde por los bosques. Se deja guiar por su olfato y su oído. Llega a él el olor a madera quemada, humo y fuego. Una parte de él teme a las llamas, al dolor y destrucción que representan. Acalla aquellos instintos de lobo y deja que la lógica gobierne. Se pregunta quién se esconderá en los bosques para encender un fuego. ¿Bandidos y ladrones? Tal vez tengan algo de valor que hacer suyo. ¿Mendigos sin hogar? ¿Algún viajero?
Finalmente Joris llega hasta el claro donde han encendido la hoguera. Oculto entre las sombras, moviéndose en el más absoluto de los silencios ve una hoguera y una extraña cabaña; no había visto ninguna parecida en sus muchos viajes. Espera unos minutos y del refugio sale una mujer de tez oscura y extraños rasgos empapada en sudor. ¿Quién es? ¿Qué hace aquí? El licántropo espera unos segundos más, pero hay algo en ella que le llama la atención. Estaba claro que no era de por allí. Seguramente fuera de algún lugar muy lejano. Contaban que había enormes extensiones de tierras más allá de los mares, donde vivían gentes extrañas.
Movido por la curiosidad el holandés da un paso y sale del círculo de árboles y sombras.
-¿Quién eres?-pregunta en un francés basto y con acento holandés.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Al amanecer, empezaría a construir mi nuevo hogar, aunque a regañadientes. Era la voluntad del Gran Espíritu y yo debía acatarla. Me quedaría en París y esperaría a que mi destino fuese emergiendo de su escondite, pues estaba convencida de que si Wakan Tanka deseaba que permaneciera ahí, era porque tenía preparado algo para mi persona. Quizás algo mayor que el deseo de regresar a casa junto a los míos. ¿Mayor que eso? Realmente lo dudaba, pero mi necedad no me llevaría a desobedecer al Espíritu.
Salí entonces de aquella cabaña con la intención de apagar ya el Fuego Sagrado, pues no deseaba levantar sospechas sobre los rostros pálidos, pues si con tanto esmero me había escondido de ellos durante semanas, una fogata podría condenarme a la esclavitud de nuevo o quizás peor, a la muerte. Sudurosa a causa del intenso y cálido vapor, empecé a deslizar la tela de mi vestido hasta que cayó a mis pies, desechando mis joyas con la idea de ir hacia el río cercano y darme un baño antes de acostarme. No obstante, algo me lo impidió.
A través de las llamas que devoraban aún las brasas del fuego, una figura masculina me miraba con curiosidad y cierta desconfianza. Su voz varonil me indicó qué clase de persona me hablaba y aquello me olió mal, pues quizás se trataba de otro traficante de esclavos que, movido por el humo de la hoguera, había venido en mi captura. Su francés, sin embargo, era distinto al que había escuchado en casa de los Cross, aunque no fue suficiente para detenerme y, con un ágil y rápido movimiento de mis manos, tomé una de las piedras cercanas al fuego, con intención de defenderme si el albino pensaba atacarme.
Recordé entonces que estaba desnuda y el fuego se había convertido en mi aliado, creando una cortina por la que podría esconderme. Todo estaba a mi favor y debía aprovecharlo. Oprimiendo la piedra con fuerza bajo mi puño, gruñí amenazadoramente y de pronto, empecé a correr en dirección a las profundidades del bosque, olvidando todo cuanto poseía en aquél claro. Trepé por un árbol y me escondí tras su corteza, acuclillada en una de sus ramas mientras observaba al hombre por el rabillo del ojo, con la piedra preparada para usarla como arma.
Salí entonces de aquella cabaña con la intención de apagar ya el Fuego Sagrado, pues no deseaba levantar sospechas sobre los rostros pálidos, pues si con tanto esmero me había escondido de ellos durante semanas, una fogata podría condenarme a la esclavitud de nuevo o quizás peor, a la muerte. Sudurosa a causa del intenso y cálido vapor, empecé a deslizar la tela de mi vestido hasta que cayó a mis pies, desechando mis joyas con la idea de ir hacia el río cercano y darme un baño antes de acostarme. No obstante, algo me lo impidió.
A través de las llamas que devoraban aún las brasas del fuego, una figura masculina me miraba con curiosidad y cierta desconfianza. Su voz varonil me indicó qué clase de persona me hablaba y aquello me olió mal, pues quizás se trataba de otro traficante de esclavos que, movido por el humo de la hoguera, había venido en mi captura. Su francés, sin embargo, era distinto al que había escuchado en casa de los Cross, aunque no fue suficiente para detenerme y, con un ágil y rápido movimiento de mis manos, tomé una de las piedras cercanas al fuego, con intención de defenderme si el albino pensaba atacarme.
Recordé entonces que estaba desnuda y el fuego se había convertido en mi aliado, creando una cortina por la que podría esconderme. Todo estaba a mi favor y debía aprovecharlo. Oprimiendo la piedra con fuerza bajo mi puño, gruñí amenazadoramente y de pronto, empecé a correr en dirección a las profundidades del bosque, olvidando todo cuanto poseía en aquél claro. Trepé por un árbol y me escondí tras su corteza, acuclillada en una de sus ramas mientras observaba al hombre por el rabillo del ojo, con la piedra preparada para usarla como arma.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris se mordisqueó el labio al ver el cuerpo desnudo de la mujer. Tenía una piel oscura y un pelo totalmente negro... en todo el cuerpo. La imagen era cautivadora, con el cuerpo iluminado por las llamas naranjas. Notó un cosquilleo en la entrepierna. El licántropo dio un par de pasos hacia delante, sin saber muy bien qué pensar ni cómo reaccionar. Se detuvo cuando vio que la mujer, que parecía algo nerviosa, coger una piedra del suelo a modo de arma.
Joris se detuvo y estuvo a punto de echar mano del cuchillo que llevaba oculto. Odiaba que le amenazaran de aquella forma, y más una mujer a la que no había hecho daño alguno y a quién no había ofendido de ninguna manera. Si no quería que la vieran desnuda que estuviera vestida y en algún lugar privado.
Pero se contuvo y no sacó su acero. No quería empezar una pelea por cualquier malentendido. Aunque eso sí, no logró evitar devolverle el gruñido, que salió desde lo más hondo de su garganta. Sintió cómo el vello de la nuca se le erizaba, molesto. Y cuando vio a la mujer salir corriendo él hizo lo propio y empezó a perseguirla. No pensaba, sólo actuaba.
Fue acortando distancias hasta que la mujer desapareció de su vista. El licántropo empezó a olisquear la zona, hasta que captó el olor de la fugitiva. Alzó la vista y la encontró allí arriba, escondida. Joris alzó las manos con las palmas por delante, en señal de paz.
-No quiero hacerte daño-dijo-. Sólo quiero saber quién eres. ¿Me entiendes?
Joris se detuvo y estuvo a punto de echar mano del cuchillo que llevaba oculto. Odiaba que le amenazaran de aquella forma, y más una mujer a la que no había hecho daño alguno y a quién no había ofendido de ninguna manera. Si no quería que la vieran desnuda que estuviera vestida y en algún lugar privado.
Pero se contuvo y no sacó su acero. No quería empezar una pelea por cualquier malentendido. Aunque eso sí, no logró evitar devolverle el gruñido, que salió desde lo más hondo de su garganta. Sintió cómo el vello de la nuca se le erizaba, molesto. Y cuando vio a la mujer salir corriendo él hizo lo propio y empezó a perseguirla. No pensaba, sólo actuaba.
Fue acortando distancias hasta que la mujer desapareció de su vista. El licántropo empezó a olisquear la zona, hasta que captó el olor de la fugitiva. Alzó la vista y la encontró allí arriba, escondida. Joris alzó las manos con las palmas por delante, en señal de paz.
-No quiero hacerte daño-dijo-. Sólo quiero saber quién eres. ¿Me entiendes?
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
El albino logró encontrarme ante mi sorpresa, y se detuvo bajo la copa del árbol, alzando sus manos para indicar algo que no comprendí mientras le contemplaba desde las sombras de las ramas y las frondosas hojas azuladas, con los ojos entrecerrados y desconfiando de su persona. Sus palabras podrían haber tranquilizado a cualquiera, sólo que yo no era cualquiera. No obstante, pensé que si le daba lo que quería, el hombre se marcharía del lugar y no tendría que ensuciar mis manos con su sangre. Al fin y al cabo, no era una asesina y no disfrutaba matando a mis enemigos.
- Leotie.- grité para que me escuchase, respondiendo así a su pregunta sin ver que él se moviera un centímetro de dónde se encontraba.
Mordí mi labio inferior, molesta por su falta de palabra aunque cierto era que no me había prometido su desaparición tras mi respuesta. Flaqueada por la oscuridad de la noche y la escasa visibilidad, di un salto hacia otro árbol para intentar huir de él, pero aquél brinco fue mal calculado su distancia y terminé por agarrarme con una de mis manos a la rama, luchando para no caer al suelo mientras pataleaba enérgicamente, sin éxito alguno. Al mirar al césped, supe que me esperaban varios metros y la caída podría herirme gravemente o quizás matarme. Mis dedos resbalaban por el sudor del temor hasta que finalmente, se soltaron y caí al vacío...
- Leotie.- grité para que me escuchase, respondiendo así a su pregunta sin ver que él se moviera un centímetro de dónde se encontraba.
Mordí mi labio inferior, molesta por su falta de palabra aunque cierto era que no me había prometido su desaparición tras mi respuesta. Flaqueada por la oscuridad de la noche y la escasa visibilidad, di un salto hacia otro árbol para intentar huir de él, pero aquél brinco fue mal calculado su distancia y terminé por agarrarme con una de mis manos a la rama, luchando para no caer al suelo mientras pataleaba enérgicamente, sin éxito alguno. Al mirar al césped, supe que me esperaban varios metros y la caída podría herirme gravemente o quizás matarme. Mis dedos resbalaban por el sudor del temor hasta que finalmente, se soltaron y caí al vacío...
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris no entendió aquella palabra. ¿Qué es lo que había querido decirle? ¿Sería algún insulto en su idioma? Al menos parecía que la mujer podía hablar y no estaba muda, pero claro, no parecía fiarse mucho de él. Que, para ser sinceros, no era algo que pudiera reprocharle, ¿no?
Desde donde estaba no dejó de observarla ni de ver cómo avanzaba a través de los árboles. ¿Hacia dónde iba? ¿No veía que podía matarse? Maldita estúpida. El licántropo la siguió desde abajo, observándola y temiendo que cayera al vacío... Que fue justamente lo que ocurrió.
Joris dio un par de zancadas hasta ponerse justo debajo de la mujer. Vio cómo las manos se soltaban de la rama y caía hacia el suelo más rápido de lo que le hubiera gustado. Posiblemente ningún humano normal se habría movido a aquella velocidad, pero por suerte para ella a él hacía años que una noche de luna llena le había mordido un lobo enorme. Y que estaba de un humor lo bastante bueno para que le importara que se abriera la cabeza.
La tomó entre sus brazos con fuerza. El golpe le hizo caer a él también al suelo, pero parecía que la extranjera no había sufrido muchos daños.
-¿Estás bien?-preguntó. Todo había ocurrido tan rápido que ni siquiera prestó atención al detalle de que había una mujer desnuda sobre él.
Desde donde estaba no dejó de observarla ni de ver cómo avanzaba a través de los árboles. ¿Hacia dónde iba? ¿No veía que podía matarse? Maldita estúpida. El licántropo la siguió desde abajo, observándola y temiendo que cayera al vacío... Que fue justamente lo que ocurrió.
Joris dio un par de zancadas hasta ponerse justo debajo de la mujer. Vio cómo las manos se soltaban de la rama y caía hacia el suelo más rápido de lo que le hubiera gustado. Posiblemente ningún humano normal se habría movido a aquella velocidad, pero por suerte para ella a él hacía años que una noche de luna llena le había mordido un lobo enorme. Y que estaba de un humor lo bastante bueno para que le importara que se abriera la cabeza.
La tomó entre sus brazos con fuerza. El golpe le hizo caer a él también al suelo, pero parecía que la extranjera no había sufrido muchos daños.
-¿Estás bien?-preguntó. Todo había ocurrido tan rápido que ni siquiera prestó atención al detalle de que había una mujer desnuda sobre él.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Sí, estaba segura de que ese era mi destino, el destino del que me había hablado el Gran Espíritu. Mi destino era morir aquella noche y yo, había decidido acatar su voluntad, cerrando los ojos, abrazando mis rodillas y dejando que un soplido de brisa nocturna fuese lo último que mis sentidos percibieran, soltando entonces la piedra de mi mano y que, de hecho, había sido la culpable de que no pudiese agarrarme con ambas manos y que finalmente, mi cuerpo cediera ante la gravedad de la Madre Tierra.
Pero no llegué a caer sobre aquél césped lleno de piedras y ramas caídas. Unos fuertes y firmes brazos me sostuvieron, protegiendo de un trágico final. Abrí poco a poco mis ojos y busqué al verdugo de mi destino, hallando al hombre de antes que me miraba de una forma extraña, con sus ojos centelleando y mirándome de hito a hito. Yo contemplé su semblante unos segundos y fruncí la nariz, sin alejarme aún de su cuerpo, pues se había convertido en un colchón salvavidas y desde luego el susto, había hecho mella en mis reflejos y en mi mente.
- Gracias, hombre blanco.- murmuré, con el pulso aún por las nubes, haciendo que el tuntún golpeara violentamente en mis oídos e incluso mi pecho desnudo me hiciera daño, dada la vertiginosa velocidad de la sangre corretear por mis venas.
De pronto, un lobo aulló a la lejanía y sin comprender por qué, me agaché para esconder mi rostro en su pectoral, no pudiendo evitar que mi piel tiritara levemente. Pasados unos segundos en lo que aproveché para recomponerme, alcé la vista hacia el hombre con una media sonrisa de disculpa por aquél acto, intentando recordar desde cuando temía a mis hermanos los animales. Quizás desde que me había encontrado a las puertas de una muerte sorprendente. Aunque quizás aún no había escapado de ellas... quizás él era la personificación de la muerte. Aquella idea mi asustó y rápidamente hice un ademán para alejarme de él.
Pero no llegué a caer sobre aquél césped lleno de piedras y ramas caídas. Unos fuertes y firmes brazos me sostuvieron, protegiendo de un trágico final. Abrí poco a poco mis ojos y busqué al verdugo de mi destino, hallando al hombre de antes que me miraba de una forma extraña, con sus ojos centelleando y mirándome de hito a hito. Yo contemplé su semblante unos segundos y fruncí la nariz, sin alejarme aún de su cuerpo, pues se había convertido en un colchón salvavidas y desde luego el susto, había hecho mella en mis reflejos y en mi mente.
- Gracias, hombre blanco.- murmuré, con el pulso aún por las nubes, haciendo que el tuntún golpeara violentamente en mis oídos e incluso mi pecho desnudo me hiciera daño, dada la vertiginosa velocidad de la sangre corretear por mis venas.
De pronto, un lobo aulló a la lejanía y sin comprender por qué, me agaché para esconder mi rostro en su pectoral, no pudiendo evitar que mi piel tiritara levemente. Pasados unos segundos en lo que aproveché para recomponerme, alcé la vista hacia el hombre con una media sonrisa de disculpa por aquél acto, intentando recordar desde cuando temía a mis hermanos los animales. Quizás desde que me había encontrado a las puertas de una muerte sorprendente. Aunque quizás aún no había escapado de ellas... quizás él era la personificación de la muerte. Aquella idea mi asustó y rápidamente hice un ademán para alejarme de él.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris sonrió al oír que se disculpaba y asintió con la cabeza. ¿Qué acento era aquél? ¿Y cómo le había llamado? ¿Hombre blanco? Era verdad que tenía la piel bastante pálida comparada con la de la mujer, pero le sorprendía aquél término. Pero ahora que el susto inicial había pasado y la extranjera se apretaba contra su cuerpo y se acurrucaba contra él notó que su pulso se aceleraba todavía más. Por no hablar de que cierto bulto a la altura de la entrepierna creció un poco. Joris le devolvió el abrazo y la apretó contra su cuerpo para que no pasara tanto frío.
Pero aquél aullido no le gustó nada. Se habían alejado demasiado del fuego y no sabía qué podría ocurrir ahora. ¿Lobos salvajes? No solían estar cerca de la ciudad, pero el hambre podía hacer más valiente a las bestias de los bosques. ¿Alguna criatura sobrenatural? Quién sabía.
Notó que la mujer quería ponerse en pie y él se levantó del suelo. Miró hacia todos lados, con sus sentidos alerta. No percibía que hubiera nada cercano, pero lo mejor es que se largaran de allí.
-Venga, vamos junto al fuego-dijo en un tono de voz que no dejaba mucho lugar a dudas-. Vas a coger frío y te vas a poner enferma-empezó a dirigirse hacia el campamento-. ¿Cómo te llamas? Todavía no me lo has dicho... Yo soy Joris.
Pero aquél aullido no le gustó nada. Se habían alejado demasiado del fuego y no sabía qué podría ocurrir ahora. ¿Lobos salvajes? No solían estar cerca de la ciudad, pero el hambre podía hacer más valiente a las bestias de los bosques. ¿Alguna criatura sobrenatural? Quién sabía.
Notó que la mujer quería ponerse en pie y él se levantó del suelo. Miró hacia todos lados, con sus sentidos alerta. No percibía que hubiera nada cercano, pero lo mejor es que se largaran de allí.
-Venga, vamos junto al fuego-dijo en un tono de voz que no dejaba mucho lugar a dudas-. Vas a coger frío y te vas a poner enferma-empezó a dirigirse hacia el campamento-. ¿Cómo te llamas? Todavía no me lo has dicho... Yo soy Joris.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
El hombre se puse en pie y pareció barrer el terreno con una mirada amenazante. Él empezó entonces a caminar hacia la hoguera y yo me limité a seguirle a una distancia prudencial.
- Leotie.- resoplé, repitiendo mi nombre de nuevo, dado que el llamado Joris no lo había comprendido.- Mi nombre es Leotie.- aclaré finalmente, antes de empezar a correr con una sonrisa en cuanto divisé la humareda de la hoguera que, al llegar, ya empezaba a consumirse.
Tomé el ropaje y me vestí con rapidez, no porque me molestara la desnudez -al contrario, me sentía más libre y ágil para moverme.- pero sentía frío y aquellas pieles me protegían de la helada madrugada que se avecinaba. Los pasos del hombre me hicieron voltear para mirarle, esperando su despedida pues, ¿qué más quería de mí?. Pero al no obtenerlo inmediatamente, decidí ignorarle momentáneamente para centrar mi atención en aquella hoguera, pues no deseaba llamar la atención de ningún albino más. Tomé el cuenco de agua que se hallaba en el interior de la cabaña y la usé para sofocar las pequeña llamas hasta extinguirlas, momento en el que me volví hacia Joris con mi mirada interrogante bajo el sonido de otro lobo aullando y la inquisitiva luz de la luna sobre mi piel.
- Leotie.- resoplé, repitiendo mi nombre de nuevo, dado que el llamado Joris no lo había comprendido.- Mi nombre es Leotie.- aclaré finalmente, antes de empezar a correr con una sonrisa en cuanto divisé la humareda de la hoguera que, al llegar, ya empezaba a consumirse.
Tomé el ropaje y me vestí con rapidez, no porque me molestara la desnudez -al contrario, me sentía más libre y ágil para moverme.- pero sentía frío y aquellas pieles me protegían de la helada madrugada que se avecinaba. Los pasos del hombre me hicieron voltear para mirarle, esperando su despedida pues, ¿qué más quería de mí?. Pero al no obtenerlo inmediatamente, decidí ignorarle momentáneamente para centrar mi atención en aquella hoguera, pues no deseaba llamar la atención de ningún albino más. Tomé el cuenco de agua que se hallaba en el interior de la cabaña y la usé para sofocar las pequeña llamas hasta extinguirlas, momento en el que me volví hacia Joris con mi mirada interrogante bajo el sonido de otro lobo aullando y la inquisitiva luz de la luna sobre mi piel.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Así que ese era su nombre, ¿no? Lo que Joris había pensado que era un insulto se trataba de su nombre. Qué rara era; el holandés no podía quitarse de la cabeza preguntas y más preguntas sobre aquella mujer. Normalmente no se interesaba demasiado por los humanos, pero Leotie tenía algo que la hacía muy diferente de cara a los demás. Tenía algo que no había visto en otras mujeres allí en París ni, seguramente, en toda su vida. No es que fuera la más bonita (aunque desde luego no era nada fea) pero sí tenía algo extraño...
Se quedó en el campamento, aunque frunció el ceño al ver cómo apagaba el fuego. Aquello era posiblemente lo único que evitaba que más animales salvajes se acercaran a ellos. Y aunque cuando vestía la piel de lobo no los temía, no le hacía demasiada gracia imaginarse una manada de bestias rondando junto a ellos. Por eso, casi sin darse cuenta, metió la mano entre las pieles de su abrigo y buscó a tientas el mango del cuchillo.
Vio que Leotie salió de la tienda y se acercó a él. Joris la miró a los ojos. Una lástima que se hubiera vestido, pero aún así todavía recordaba el tacto de la piel y de su cuerpo desnudo.
-No quería asustarte-Joris hablaba lentamente, no muy seguro de si Leotie le entendería bien-. ¿Estás bien? Olí el humo y quise venir a ver qué ocurría... ¿Qué hacías aquí?
Se quedó en el campamento, aunque frunció el ceño al ver cómo apagaba el fuego. Aquello era posiblemente lo único que evitaba que más animales salvajes se acercaran a ellos. Y aunque cuando vestía la piel de lobo no los temía, no le hacía demasiada gracia imaginarse una manada de bestias rondando junto a ellos. Por eso, casi sin darse cuenta, metió la mano entre las pieles de su abrigo y buscó a tientas el mango del cuchillo.
Vio que Leotie salió de la tienda y se acercó a él. Joris la miró a los ojos. Una lástima que se hubiera vestido, pero aún así todavía recordaba el tacto de la piel y de su cuerpo desnudo.
-No quería asustarte-Joris hablaba lentamente, no muy seguro de si Leotie le entendería bien-. ¿Estás bien? Olí el humo y quise venir a ver qué ocurría... ¿Qué hacías aquí?
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Una de sus manos estaba dentro de sus pieles y aquello captó mi curiosidad, pero no quise importunarle con preguntas. Aunque de igual modo, el hombre sí manifestó su interés hacia mi persona, así que mientras recogía los cuencos del ritual a tientas dada la escasa luz nocturna, despegué mis labios e inundé el claro con mi voz melódica.
- Vivo aquí.- reí, aludiendo a su pregunta sobre qué hacía en aquél claro.
Sus gestos, movimientos e incluso su voz, hacían relucir cierto nerviosismo. Quizás le asustaba la oscuridad. Quizás me temía a mí. O quizás, aquello que nos rodeaba. Tomé entre mis brazos todos aquellos objetos y empecé a caminar rumbo a mi cobijo, el interior de un árbol grande, robusto y espacioso.
- Como puede ver, estoy a salvo, nadie me dañará aquí.- murmuré con un tono algo más elevado, por si el muchacho no podía escucharme mientras me alejaba de él.- Sólo el hombre puede dañarse a si mismo.- susurré, más para mí misma que para él.
Llegué entonces a aquél árbol y con cuidado crucé el umbral del agujero que servía como puerta. En su interior, agazapada para no golpear mi cabeza contra el techo de madera, dejé arrinconados los cuencos y algunas de las joyas usadas en el ritual. Volví a salir de él y miré a mi alrededor, olisqueando el entorna para adivinar si él se hallaba cerca o si por lo contrario, ya se había marchado.
- Vivo aquí.- reí, aludiendo a su pregunta sobre qué hacía en aquél claro.
Sus gestos, movimientos e incluso su voz, hacían relucir cierto nerviosismo. Quizás le asustaba la oscuridad. Quizás me temía a mí. O quizás, aquello que nos rodeaba. Tomé entre mis brazos todos aquellos objetos y empecé a caminar rumbo a mi cobijo, el interior de un árbol grande, robusto y espacioso.
- Como puede ver, estoy a salvo, nadie me dañará aquí.- murmuré con un tono algo más elevado, por si el muchacho no podía escucharme mientras me alejaba de él.- Sólo el hombre puede dañarse a si mismo.- susurré, más para mí misma que para él.
Llegué entonces a aquél árbol y con cuidado crucé el umbral del agujero que servía como puerta. En su interior, agazapada para no golpear mi cabeza contra el techo de madera, dejé arrinconados los cuencos y algunas de las joyas usadas en el ritual. Volví a salir de él y miré a mi alrededor, olisqueando el entorna para adivinar si él se hallaba cerca o si por lo contrario, ya se había marchado.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris la siguió, pero se detuvo al ver que desaparecía entre los árboles. El holandés no pudo evitar sacar los colmillos y gruñir al aire. Aquella mujer cada vez le daba peor espina. No la veía, pero todavía percibía su olor en la zona, así que no debía de estar demasiado lejos. Observó las ramas de los árboles, pero no la vio por ninguna parte. ¿Qué era aquella mujer? ¿Acaso sería algún tipo de bruja? ¿Era algún tipo de ritual para invocar a demonios lo que había visto antes? Joris notaba como su corazón empezaba a latir más rápido que antes y que un sudor frío le recorría la espalda.
¿Qué ocurría allí? Había oído hablar de brujas y hechiceros a lo largo de sus viajes. Él mismo se los había topado y había temido por su vida en ocasiones. A otros simplemente les había cortado el cuello. Joris tragó saliva y apretó con más fuerza el mango del cuchillo, muy tentado de desenvainarlo. Pero se contuvo cuando vio a Leotie salir de un hueco del árbol. ¿Se había escondido allí? Joris se quedó en el sitio, mirándola.
-¿De dónde eres?-preguntó, algo nervioso-. ¿Por qué vives aquí en el bosque tú sola? ¿No temes a los lobos del bosque? ¿Ni a los otros hombres?-el holandés no podía ocultar las malas sensaciones que sentía-.¿Eres una bruja?-consiguió preguntar antes de tragar saliva.
Normalmente Joris se fiaba de sus instintos, pero no tenía ni idea de qué sentir en aquellos momentos. ¿Debía temerla? Hacía solo unos minutos que hubiera jurado que ella era quién le temía a él.
¿Qué ocurría allí? Había oído hablar de brujas y hechiceros a lo largo de sus viajes. Él mismo se los había topado y había temido por su vida en ocasiones. A otros simplemente les había cortado el cuello. Joris tragó saliva y apretó con más fuerza el mango del cuchillo, muy tentado de desenvainarlo. Pero se contuvo cuando vio a Leotie salir de un hueco del árbol. ¿Se había escondido allí? Joris se quedó en el sitio, mirándola.
-¿De dónde eres?-preguntó, algo nervioso-. ¿Por qué vives aquí en el bosque tú sola? ¿No temes a los lobos del bosque? ¿Ni a los otros hombres?-el holandés no podía ocultar las malas sensaciones que sentía-.¿Eres una bruja?-consiguió preguntar antes de tragar saliva.
Normalmente Joris se fiaba de sus instintos, pero no tenía ni idea de qué sentir en aquellos momentos. ¿Debía temerla? Hacía solo unos minutos que hubiera jurado que ella era quién le temía a él.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
No me sorprendió el verle de nuevo allí, mirándome con una mezcla de desconfianza, asombro e incluso temor. Me acerqué a él con el ceño fruncido, alzando una de mis manos hacia su rostro, dejando que las yemas de mis dedos secaran una gota de frío sudor de su frente, intentando de paso, calmar aquellas arrugas que se habían formado en su frente.
- Soy de un mundo distinto al tuyo.- me limité a responder, esbozando una leve sonrisa, llena de nostalgia y melancolía, pese a no dejar nunca que otros viesen aquella fragilidad en mi persona.- ¿Bruja?- repetí frunciendo el ceño ante aquella palabra.- ¿Es otro sinónimo a lo que soy? ¿Esclava? ¿Nativa? ¿Amerindia?- le pedí en un suspiro, dejando caer mi mano de su rostro para detenerlo al lado de mi muslo.- No temo a mis hermanos, somos hijos de la misma Madre y por ello nos protegemos mútuamente.- sonreí, queriendo expresarle la tranquilidad de aquella idea.
Agaché la vista hacia mis manos, observando en ese gesto cómo una serpiente de cascabel se enlazaba sigilosamente al tobillo del muchacho. Alcé la mirada hacia Joris y posé mi dedo índice sobre mis labios, gesto que indicaba que deseaba que él mantuviese aquél silencio y que no se moviera. Metí la mano en el interior de sus pieles, localizando aquello que temía que él escondía. Extraje aquella arma tan frecuente hallar en los blancos y con puntería, la lancé hacia la serpiente, cortando su cola que ahora revoloteaba inquieta. Pero no la había matado y sus colmillos amenazaban llevarse con ella la vida de aquél hombre. Instintivamente, me agaché y tiré de ella, no pudiendo evitar que mordiera el dorso de mi mano con aquél gesto. Ignorando el ardor de su veneno, tiré de su cabeza y la lancé a varios metros de nosotros, cayendo en el suelo y retorciéndome de dolor ante aquél veneno de fuego.
- Soy de un mundo distinto al tuyo.- me limité a responder, esbozando una leve sonrisa, llena de nostalgia y melancolía, pese a no dejar nunca que otros viesen aquella fragilidad en mi persona.- ¿Bruja?- repetí frunciendo el ceño ante aquella palabra.- ¿Es otro sinónimo a lo que soy? ¿Esclava? ¿Nativa? ¿Amerindia?- le pedí en un suspiro, dejando caer mi mano de su rostro para detenerlo al lado de mi muslo.- No temo a mis hermanos, somos hijos de la misma Madre y por ello nos protegemos mútuamente.- sonreí, queriendo expresarle la tranquilidad de aquella idea.
Agaché la vista hacia mis manos, observando en ese gesto cómo una serpiente de cascabel se enlazaba sigilosamente al tobillo del muchacho. Alcé la mirada hacia Joris y posé mi dedo índice sobre mis labios, gesto que indicaba que deseaba que él mantuviese aquél silencio y que no se moviera. Metí la mano en el interior de sus pieles, localizando aquello que temía que él escondía. Extraje aquella arma tan frecuente hallar en los blancos y con puntería, la lancé hacia la serpiente, cortando su cola que ahora revoloteaba inquieta. Pero no la había matado y sus colmillos amenazaban llevarse con ella la vida de aquél hombre. Instintivamente, me agaché y tiré de ella, no pudiendo evitar que mordiera el dorso de mi mano con aquél gesto. Ignorando el ardor de su veneno, tiré de su cabeza y la lancé a varios metros de nosotros, cayendo en el suelo y retorciéndome de dolor ante aquél veneno de fuego.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris dejó que le acariciara la frente, más por temor a molestarla que porque le apeteciera en aquellos momentos. Pero aquél gesto sirvió para tranquilizarlo un poco; al menos no parecía enfadada con él. El holandés tragó saliva y murmuró alguna incoherencia para sus adentros. ¿Qué estaba diciendo? ¿Qué significaba "amerindio"? ¿Era algún conjuro? No, debía de ser algo parecido a "esclavo" o "nativa", palabras que sí comprendía. Joris la observó, no parecía demasiado alegre en aquellos momentos.
-No, bruja... hacen pactos con los diablos y usan conjuros...-no estaba seguro de que usar aquellas palabras fuera lo más sensato, pero no tenía la cabeza para pensar en otra cosa en aquél momento-. No quiero insultarte...-de todos modos Joris alzó una ceja cuando oyó la última frase. ¿Estaba mal de la cabeza o qué?-. No sé en ese lugar lejano del que vienes, pero aquí no puedes fiarte de...
Todo ocurrió demasiado rápido. Su cuchillo estaba en las manos de Leotie. Un destello metálico y una cola de serpiente (¿de dónde había salido?) salió volando. La bruja (Joris seguía estando seguro de que se trataba de una bruja) se agachó y le quitó la serpiente de un tirón para lanzarla bien lejos, pero no sin evitar que le mordiera.
Así que, durante unos segundos, Joris no supo qué hacer ni cómo reaccionar. Leotie se retorcía en el suelo del dolor que le provocaba el mordisco y el veneno que se extendía por su cuerpo. Veneno. Recuerdos de algo parecido llegaron a su cabeza. El veneno. Tenía que quitar el veneno. Se acercó a ellas y se puso de rodillas; la tomó por la muñeca y se llevó la mano la boca. Empezó a aspirar la sangre y el veneno para luego escupirlo, tal y como le habían enseñado a hacer. Después de repetir varias veces la misma acción la dejó en el suelo. Se quitó su abrigo de pieles y la envolvió con él. Se alejó de ella para encender el fuego de nuevo y, aunque necesitó varios intentos, las llamas lo iluminaron todo y les bañó con su calor. Volvió junto a Leotie, la tomó en brazos y la dejó junto a las llamas.
-Voy a buscar agua, ahora descansa. He intentado sacar todo el veneno, pero no sé si quedará algo dentro-el miedo y el nerviosismo parecía haber dado paso a una determinación y sangre fría más propia de él-. Volveré.
Joris tomó uno de los cuencos del árbol donde los escondía Leotie y se alejó, buscando algún lugar donde encontrar agua fresca.
-No, bruja... hacen pactos con los diablos y usan conjuros...-no estaba seguro de que usar aquellas palabras fuera lo más sensato, pero no tenía la cabeza para pensar en otra cosa en aquél momento-. No quiero insultarte...-de todos modos Joris alzó una ceja cuando oyó la última frase. ¿Estaba mal de la cabeza o qué?-. No sé en ese lugar lejano del que vienes, pero aquí no puedes fiarte de...
Todo ocurrió demasiado rápido. Su cuchillo estaba en las manos de Leotie. Un destello metálico y una cola de serpiente (¿de dónde había salido?) salió volando. La bruja (Joris seguía estando seguro de que se trataba de una bruja) se agachó y le quitó la serpiente de un tirón para lanzarla bien lejos, pero no sin evitar que le mordiera.
Así que, durante unos segundos, Joris no supo qué hacer ni cómo reaccionar. Leotie se retorcía en el suelo del dolor que le provocaba el mordisco y el veneno que se extendía por su cuerpo. Veneno. Recuerdos de algo parecido llegaron a su cabeza. El veneno. Tenía que quitar el veneno. Se acercó a ellas y se puso de rodillas; la tomó por la muñeca y se llevó la mano la boca. Empezó a aspirar la sangre y el veneno para luego escupirlo, tal y como le habían enseñado a hacer. Después de repetir varias veces la misma acción la dejó en el suelo. Se quitó su abrigo de pieles y la envolvió con él. Se alejó de ella para encender el fuego de nuevo y, aunque necesitó varios intentos, las llamas lo iluminaron todo y les bañó con su calor. Volvió junto a Leotie, la tomó en brazos y la dejó junto a las llamas.
-Voy a buscar agua, ahora descansa. He intentado sacar todo el veneno, pero no sé si quedará algo dentro-el miedo y el nerviosismo parecía haber dado paso a una determinación y sangre fría más propia de él-. Volveré.
Joris tomó uno de los cuencos del árbol donde los escondía Leotie y se alejó, buscando algún lugar donde encontrar agua fresca.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
El muchacho se arrodilló a mi lado y tomó el dorso de mi mano para aspirar la sangre que brotaba de mi herida, haciéndome estremecer con una mezcla de dolor y... ¿placer? Oh, sí... la sensación de mi sangre emanar de mi cuerpo me provocaba una excitación jamás antes percibida. Jadeé suavemente, mordiendo mi labio inferior y retorciéndome e incluso agarrando una de las pieles del hombre, inclinándole hacia mí hasta que, a regañadientes, supe que sus labios se habían alejado de mi piel.
Joris me hablaba en la lejanía y yo sólo escuchaba balbuceos haciendo eco en mi cabeza. De pronto, mis ojos se iluminaron con un brillo centelleante y el calor de unas llamas cercanas empezaron a hacer mella en mi cuerpo. Mi piel empezó a sudar y una neblina empañó mi mirada. Sentía como si me hubiesen inyectado aquella hoguera en mis venas y mi cabeza me ardía. Grité, grité como nunca antes había gritando, retorciéndome en aquél césped pedregoso, sujetándome la cabeza para evitar que se fragmentara en mil pedazos. Y mi cuerpo me pesaba toneladas bajo aquella piel fogosa que parecía querer encender mis huesos y hacer con ellos un caldo. Moví mis manos hacia aquello que me cubría y de un tirón, lo deseché lejos de mí, respirando algo más aliviada. No obstante, seguía sintiendo el ardor, así que despedecé mis ropajes y como pude, me alejé de aquella hoguera, arrastrándome a tientas, empapada en sudor y jadeante. Hasta que mis manos tropezaron con algo duro y firme. Alcé la vista del suelo pero nada vi. Y nada vería después, no tras un mareo vertiginoso que me llevó a la más absoluta oscuridad y silencio...
Joris me hablaba en la lejanía y yo sólo escuchaba balbuceos haciendo eco en mi cabeza. De pronto, mis ojos se iluminaron con un brillo centelleante y el calor de unas llamas cercanas empezaron a hacer mella en mi cuerpo. Mi piel empezó a sudar y una neblina empañó mi mirada. Sentía como si me hubiesen inyectado aquella hoguera en mis venas y mi cabeza me ardía. Grité, grité como nunca antes había gritando, retorciéndome en aquél césped pedregoso, sujetándome la cabeza para evitar que se fragmentara en mil pedazos. Y mi cuerpo me pesaba toneladas bajo aquella piel fogosa que parecía querer encender mis huesos y hacer con ellos un caldo. Moví mis manos hacia aquello que me cubría y de un tirón, lo deseché lejos de mí, respirando algo más aliviada. No obstante, seguía sintiendo el ardor, así que despedecé mis ropajes y como pude, me alejé de aquella hoguera, arrastrándome a tientas, empapada en sudor y jadeante. Hasta que mis manos tropezaron con algo duro y firme. Alcé la vista del suelo pero nada vi. Y nada vería después, no tras un mareo vertiginoso que me llevó a la más absoluta oscuridad y silencio...
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Mientras buscaba alguna fuente de agua Joris todavía recordaba lo que había ocurrido mientras le sacaba el veneno. ¿Sería a causa de la herida? ¿Por qué había reaccionado así? El licántropo andaba con una abultada erección que no lograba bajar por mucho que intentaba quitarse de su cabeza aquella imagen.
Por fin encontró un riachuelo, donde llenó el cuenco de agua. Estaba fresca y cristalina, así que Joris aprovechó para meter la cabeza en el agua y refrescarse a él mismo, con la esperanza de que aquello hiciera desaparecer la erección. Joris comprobó que su idea tuvo cierto éxito.
En cualquier caso volvió a toda prisa al campamento. Derramó un poco de agua durante el camino y estuvo a punto dejar caer el cuenco. La muy estúpida se estaba alejando del fuego y había dejado atrás la manta. Dejó el agua junto al fuego y se acercó a ella. Al tocarla casi apartó la mano; tenía la piel ardiendo y debía de tener muchísima fiebre.
-Tranquila Leotie, tranquila-trató de tranquilizarla, pero al ver que no reaccionaba se dio cuenta de que se había quedado inconsciente-. Joder, maldita sea...-masculló, esta vez en su propio idioma.
Así que Joris hizo lo único que se le ocurría. Se cargó a Leotie en el hombro y fue hasta el río. Una vez allí la desnudó por completo y la metió en el agua fría para tratar de bajarle la fiebre.
Por fin encontró un riachuelo, donde llenó el cuenco de agua. Estaba fresca y cristalina, así que Joris aprovechó para meter la cabeza en el agua y refrescarse a él mismo, con la esperanza de que aquello hiciera desaparecer la erección. Joris comprobó que su idea tuvo cierto éxito.
En cualquier caso volvió a toda prisa al campamento. Derramó un poco de agua durante el camino y estuvo a punto dejar caer el cuenco. La muy estúpida se estaba alejando del fuego y había dejado atrás la manta. Dejó el agua junto al fuego y se acercó a ella. Al tocarla casi apartó la mano; tenía la piel ardiendo y debía de tener muchísima fiebre.
-Tranquila Leotie, tranquila-trató de tranquilizarla, pero al ver que no reaccionaba se dio cuenta de que se había quedado inconsciente-. Joder, maldita sea...-masculló, esta vez en su propio idioma.
Así que Joris hizo lo único que se le ocurría. Se cargó a Leotie en el hombro y fue hasta el río. Una vez allí la desnudó por completo y la metió en el agua fría para tratar de bajarle la fiebre.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Una oleada fría como el hielo recorrió mi piel y envolvió mi cuerpo, haciéndome abrir los ojos de par en par, pataleando incluso cuando sentí que mis pulmones se llenaban de agua. Salí a la superfície con el pulso acelerado y busqué al causante que quería ahogarme, encontrando a Joris junto a mí, de nuevo, con aquellos ojos centelleantes como cuando había caído sobre él. Miré mi cuerpo completamente desnudo y alcé la vista a mi alrededor, encontrándome inmersa en el río. Toqué la herida con la yema de mis dedos y sentí una punzada de dolor pero, por lo menos, la piel ya no me ardía ni la cabeza me explotaría.
Me acerqué al muchacho y tomé una de sus manos entre las mías, llevándola a la altura de mi pecho desnudo y dejando que mis ojos se perdieran en los suyos.
- Agradezco tu ayuda de corazón, hombre blanco.- le susurré con la voz jadeante, algo mareada todavía aunque luchaba por mantenerme sentada en una de las rocas del río, aún con el agua recorriendo mi piel sudurosa.
Pensé en salir ya del agua, pues poco a poco se me iba pasando. No obstante, sabía que al salir, volvería a subirme la fiebre y no quería volver a perder la conciencia. Así que me quedé allí, aún contemplando el rostro del muchacho y con su mano sobre uno de mis pechos, a la altura de mi corazón que, ante ese contacto, había empezado a palpitar con cierta violencia. Sonreía tímidamente y agaché entonces la mirada, soltando y mano y esperando a que él la retirara de mi piel
Me acerqué al muchacho y tomé una de sus manos entre las mías, llevándola a la altura de mi pecho desnudo y dejando que mis ojos se perdieran en los suyos.
- Agradezco tu ayuda de corazón, hombre blanco.- le susurré con la voz jadeante, algo mareada todavía aunque luchaba por mantenerme sentada en una de las rocas del río, aún con el agua recorriendo mi piel sudurosa.
Pensé en salir ya del agua, pues poco a poco se me iba pasando. No obstante, sabía que al salir, volvería a subirme la fiebre y no quería volver a perder la conciencia. Así que me quedé allí, aún contemplando el rostro del muchacho y con su mano sobre uno de mis pechos, a la altura de mi corazón que, ante ese contacto, había empezado a palpitar con cierta violencia. Sonreía tímidamente y agaché entonces la mirada, soltando y mano y esperando a que él la retirara de mi piel
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
-Estamos en paz, mujer. Me has salvado de la serpiente..-respondió Joris, bastante aliviado al ver que Leotie se recuperaba gracias al frío-. ¿Estás mejor? Todavía tienes algo de fiebre, pero parece que ya...
En ese momento se calló. Se quedó atónito al ver que le cogía la mano y se la llevaba al pecho. En un movimiento puramente instintivo apretó la mano y sintió el seno de la mujer, terso y firme bajo su mano. Se le secó la garganta, se aceleró el pulso y empezó a sudar de nuevo. Y cuando Leotie apartó la mirada, aparentemente avergonzada Joris sólo se excitó más. Por eso no apartó la mano, si no que apretó con un poco más de fuerza el pecho.
Se acercó más a ella, le levantó el mentón con la mano libre, la miró a los ojos y la besó en los labios. Abrió la boca e introdujo su lengua, buscando la de la extranjera, visiblemente excitado (como señalaba el bulto de su entrepierna). Rodeó la cadera de la mujer con la mano que no se había quedado en el pecho y la pegó más a él.
En ese momento se calló. Se quedó atónito al ver que le cogía la mano y se la llevaba al pecho. En un movimiento puramente instintivo apretó la mano y sintió el seno de la mujer, terso y firme bajo su mano. Se le secó la garganta, se aceleró el pulso y empezó a sudar de nuevo. Y cuando Leotie apartó la mirada, aparentemente avergonzada Joris sólo se excitó más. Por eso no apartó la mano, si no que apretó con un poco más de fuerza el pecho.
Se acercó más a ella, le levantó el mentón con la mano libre, la miró a los ojos y la besó en los labios. Abrió la boca e introdujo su lengua, buscando la de la extranjera, visiblemente excitado (como señalaba el bulto de su entrepierna). Rodeó la cadera de la mujer con la mano que no se había quedado en el pecho y la pegó más a él.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
De pronto, algo cambió en el hombre. Sus ojos brillantes tomaron una nueva forma y sus labios se oprimieron en un pequeño mordizco del que pareció que él no se daba cuenta. Su mano permanecía firmemente agarrada a mi seno y yo alcé la vista, enarcando una ceja. Separé mis labios para preguntar si sucedía algo cuando, entonces, una de sus manos elevó mi mentón y tras una fogosa mirada llena de deseo, sus labios se fundieron con los míos, gesto que hizo abrir mis ojos de par en par y mantener mi cuerpo rígido, estático en lo que me estaba sucediendo. Su húmeda y ejercitada lengua penetró en mi boca, buscando algo que tardó en localizar para, entonces, juguetear con mi lengua a su antojo mientras su otra mano me aferraba a su cuerpo, poniéndome de rodillas frente a él.
Mi corazón palpitaba vertiginosamente y mi piel volvía a arder, pero de una forma distinta a la anterior. Sin embargo, no seguí sus movimientos, presa de la inocencia e ingenuidad a cerca de las costumbres de los blancos. Me separé entonces de su rostro y fruncí la nariz.
- ¿Qué fue eso?- le pedí tragando saliva ruidosamente, alzando una ceja y mirándole sin comprender nada de lo ocurrido.
Mi corazón palpitaba vertiginosamente y mi piel volvía a arder, pero de una forma distinta a la anterior. Sin embargo, no seguí sus movimientos, presa de la inocencia e ingenuidad a cerca de las costumbres de los blancos. Me separé entonces de su rostro y fruncí la nariz.
- ¿Qué fue eso?- le pedí tragando saliva ruidosamente, alzando una ceja y mirándole sin comprender nada de lo ocurrido.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 09/09/2011
Edad : 32
Localización : El Mundo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris se separó de ella sólo porque necesitaba algo de oxígeno. La hubiera seguido besando todo el día, pegando el cuerpo cálido de la mujer contra el de ella. Leotie tenía las mejillas encendidas y parecía que su respiración era más pesada. Además, había notado como su corazón latía con fuerza, mucho más rápido de lo normal. Había algo en aquella mujer que le excitaba de forma especial. No sabía si eran sus rasgos, el color de su piel o la inocencia que parecía envolverla.
Pero no parecía que ella tuviera las mismas intenciones ni sensaciones. No parecía tener muy claro lo que había pasado allí, así que Joris apartó la mano y se alejó un poco del cuerpo desnudo que tanto le provocaba. ¿De dónde demonios era aquella mujer? ¿Y qué le pasaba a él mismo? En cualquier otra situación no se habría detenido por aquella tontería y habría tomado a la mujer por la fuerza si hacía falta. Pero claro, Leotie le había salvado la vida arriesgando la suya propia.
Así que Joris se aguantó las ganas y, tras buscar una respuesta durante casi un minuto, por fin respondió:
-Un beso-explicó-. Y no me habría importado ir más allá...-dijo, sin ningún pudor-. Es algo más o menos común aquí...
Pero no parecía que ella tuviera las mismas intenciones ni sensaciones. No parecía tener muy claro lo que había pasado allí, así que Joris apartó la mano y se alejó un poco del cuerpo desnudo que tanto le provocaba. ¿De dónde demonios era aquella mujer? ¿Y qué le pasaba a él mismo? En cualquier otra situación no se habría detenido por aquella tontería y habría tomado a la mujer por la fuerza si hacía falta. Pero claro, Leotie le había salvado la vida arriesgando la suya propia.
Así que Joris se aguantó las ganas y, tras buscar una respuesta durante casi un minuto, por fin respondió:
-Un beso-explicó-. Y no me habría importado ir más allá...-dijo, sin ningún pudor-. Es algo más o menos común aquí...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 18/09/2011
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Ritual de Despedida [Amadeo]
» El ritual de la Cerveza [Libre]
» Joris Toulalan
» Gerard Joris Von Saher
» ¿Paz interior? {Priv-Joris}
» El ritual de la Cerveza [Libre]
» Joris Toulalan
» Gerard Joris Von Saher
» ¿Paz interior? {Priv-Joris}
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour