AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El ritual [Joris + Leotie]
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El ritual [Joris + Leotie]
Recuerdo del primer mensaje :
El astro rey descendió de su trono, llevándose con él la claridad del día, batallando en el horizonte contra su enemiga y tiñendo el cielo de un color sangriento hasta que, finalmente, la noche venció aquél pulso y se instaló en lo alto de la bóveda celestial junto a su séquito, las estrellas. Fue en ese momento en el que, vestida con las mejores pieles y adornada con las más preciadas de las piedras preciosas que poseía, caminé descalza hacia el lugar en el que llevaría a cabo aquél ritual del que, a pesar de los años que hacía que no lo practicaba ni lo contemplaba, no había desaparecido de mis recuerdos.
Me senté sobre mis rodillas y apoyé mi peso en los dedos doblados de mis pies, justo frente a las ramas y madera amontonadas en forma piramidal. Tomé mis herramientas y de un chispazo, logré encender aquél Fuego Sagrado, sonriendo para mis adentros ante la maravillosa imagen que acudía a mis retinas, de cuando mi tribu se sentaba alrededor de aquella hoguera y juntos, nos reencontrábamos con la Madre Tierra. Ahora, pese a la gran distancia que nos separaba, sabía que ellos, en nuestro hogar, también pensaban en mí y quizás, sólo quizás, también estaban sentados frente a una hoguera como aquella, esperando el momento para empezar aquél rito.
Las llamaradas de color ambarinas escalaban por aquella oscuridad que reinaba en el bosque, intentando alcanzar la luna, cuya luz se focalizaba en aquél pequeño y escondido claro. Tomé una de las piedras amontonadas junto a mí y la deposité sobre la hoguera, contemplando cómo su color azabache iba tornándose de un profundo rubí centelleante. Añadiendo unas cuantas más, esperé a que todas fuesen de color carmesí para tomarlas con cuidado con la ayuda de un cuenco y sumergirme en la cabaña, cantando una antigua canción algonquina mientras tomaba otro cuenco con agua del río y paulatinamente, bañaba aquellas piedras, dejando que su humo vaporoso me envolviera entre sus brazos, inundando la estancia de aquella pequeña cabaña, convertida en un templo de forma redonda, construida a base de dieciséis ramas verticales que se amarraban formando dos cruces de cuatro direcciones iguales, representando a los dieciséis espíritus sagrados: Wi, el sol, portador de luz, calor y vida, el que nos aporta valor y generosidad a nuestra vida; Skan, el movimiento, es la fuerza y energía que nos mueve; Maka, la tierra; nuestra abuela que nos nutre; Inyan, la piedra, la naturaleza eterna del creador, las más anciana; Hanwi, la luna, representa los ciclos de la vida, el sobrenatural de las mujeres; Tate, el viento, controla las estaciones y vigila el sendero que conduce al mundo de los espíritus, padre de los cuatro vientos; Unk, el conflicto, el padre del mal; Wakinyan, el ave del trueno, señor de las tormentas, es el espíritu que crea la energía eléctrica; Tatanka, el búfalo, hermano del indio, el que da la salud, el alimento y la vida; Tob Tob, el oso, nos trae la medicina de las hierbas, el amor y la valentía; Wani, las cuatro direcciones, Controlador del tiempo, mensajero de los sagrados; Yumni Wi, la diosa del mar, restauradora del equilibrio, amor, deporte, juego, energía femenina; Niya, el espíritu, aliento vital, esencia de la persona; Nagi, el alma, habita en los seres humanos, la razon de vivir, la energia de los animales, las piedras, los árboles y los ríos; Otis, la inteligencia, poder innato que habita en cada hombre y en cada mujer; Yumni, el remolino, lo inmaterial, el huérfano que nunca ha nacido, el remolino de aire, el pequeño torbellino, el travieso mensajero de los sobrenaturales. Las cuatro filas de ramas verticales simbolizaban los Cuatro Mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el humano. De aquél modo, aquella cabaña representaba la Creación, el Universo.
Y como decía, la sabiduría de mis antepasados, tomando la forma del vapor que las piedras emanaban al contacto con el agua, inundaron mis pulmones y envolvieron mi cuerpo con su voz silenciosa, cerrando mis ojos e inspirando sus palabras, escuchando lo que Wakan Tanka me aconsejaba, dictándome el camino que debía tomar, aquella decisión que me mantenía en vilo desde hacía semanas. ¿Debía luchar para regresar a mi mundo? ¿O debía aceptar la voluntad de mi destino y permanecer en París?
La decisión había sido tomada y ahora debía acatarla.
El astro rey descendió de su trono, llevándose con él la claridad del día, batallando en el horizonte contra su enemiga y tiñendo el cielo de un color sangriento hasta que, finalmente, la noche venció aquél pulso y se instaló en lo alto de la bóveda celestial junto a su séquito, las estrellas. Fue en ese momento en el que, vestida con las mejores pieles y adornada con las más preciadas de las piedras preciosas que poseía, caminé descalza hacia el lugar en el que llevaría a cabo aquél ritual del que, a pesar de los años que hacía que no lo practicaba ni lo contemplaba, no había desaparecido de mis recuerdos.
Me senté sobre mis rodillas y apoyé mi peso en los dedos doblados de mis pies, justo frente a las ramas y madera amontonadas en forma piramidal. Tomé mis herramientas y de un chispazo, logré encender aquél Fuego Sagrado, sonriendo para mis adentros ante la maravillosa imagen que acudía a mis retinas, de cuando mi tribu se sentaba alrededor de aquella hoguera y juntos, nos reencontrábamos con la Madre Tierra. Ahora, pese a la gran distancia que nos separaba, sabía que ellos, en nuestro hogar, también pensaban en mí y quizás, sólo quizás, también estaban sentados frente a una hoguera como aquella, esperando el momento para empezar aquél rito.
- Escenario:
Las llamaradas de color ambarinas escalaban por aquella oscuridad que reinaba en el bosque, intentando alcanzar la luna, cuya luz se focalizaba en aquél pequeño y escondido claro. Tomé una de las piedras amontonadas junto a mí y la deposité sobre la hoguera, contemplando cómo su color azabache iba tornándose de un profundo rubí centelleante. Añadiendo unas cuantas más, esperé a que todas fuesen de color carmesí para tomarlas con cuidado con la ayuda de un cuenco y sumergirme en la cabaña, cantando una antigua canción algonquina mientras tomaba otro cuenco con agua del río y paulatinamente, bañaba aquellas piedras, dejando que su humo vaporoso me envolviera entre sus brazos, inundando la estancia de aquella pequeña cabaña, convertida en un templo de forma redonda, construida a base de dieciséis ramas verticales que se amarraban formando dos cruces de cuatro direcciones iguales, representando a los dieciséis espíritus sagrados: Wi, el sol, portador de luz, calor y vida, el que nos aporta valor y generosidad a nuestra vida; Skan, el movimiento, es la fuerza y energía que nos mueve; Maka, la tierra; nuestra abuela que nos nutre; Inyan, la piedra, la naturaleza eterna del creador, las más anciana; Hanwi, la luna, representa los ciclos de la vida, el sobrenatural de las mujeres; Tate, el viento, controla las estaciones y vigila el sendero que conduce al mundo de los espíritus, padre de los cuatro vientos; Unk, el conflicto, el padre del mal; Wakinyan, el ave del trueno, señor de las tormentas, es el espíritu que crea la energía eléctrica; Tatanka, el búfalo, hermano del indio, el que da la salud, el alimento y la vida; Tob Tob, el oso, nos trae la medicina de las hierbas, el amor y la valentía; Wani, las cuatro direcciones, Controlador del tiempo, mensajero de los sagrados; Yumni Wi, la diosa del mar, restauradora del equilibrio, amor, deporte, juego, energía femenina; Niya, el espíritu, aliento vital, esencia de la persona; Nagi, el alma, habita en los seres humanos, la razon de vivir, la energia de los animales, las piedras, los árboles y los ríos; Otis, la inteligencia, poder innato que habita en cada hombre y en cada mujer; Yumni, el remolino, lo inmaterial, el huérfano que nunca ha nacido, el remolino de aire, el pequeño torbellino, el travieso mensajero de los sobrenaturales. Las cuatro filas de ramas verticales simbolizaban los Cuatro Mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el humano. De aquél modo, aquella cabaña representaba la Creación, el Universo.
Y como decía, la sabiduría de mis antepasados, tomando la forma del vapor que las piedras emanaban al contacto con el agua, inundaron mis pulmones y envolvieron mi cuerpo con su voz silenciosa, cerrando mis ojos e inspirando sus palabras, escuchando lo que Wakan Tanka me aconsejaba, dictándome el camino que debía tomar, aquella decisión que me mantenía en vilo desde hacía semanas. ¿Debía luchar para regresar a mi mundo? ¿O debía aceptar la voluntad de mi destino y permanecer en París?
La decisión había sido tomada y ahora debía acatarla.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
El hombre se alejó y tardo bastante en responderme, tiempo que aproveché para peinar mi cabello alborotado hasta que por fin, tomó la palabra.
- ¿Un beso?- repetí alzando una ceja, saliendo del agua para sentarme en la orilla donde él se hallaba, dejando que mis pies juguetearan con el agua.- ¿Y qué significado tiene para vosotros?- le pedí con una mirada inocente y llena de curiosidad.- Para los algonquinos significa la pureza de un sentimiento.- susurré para mí misma, sonriendo con nostalgia al recordar a mi abuela hablándome del amor verdadero.- ¿Y cómo seguís ese gesto?- volví a interesarme con una sonrisa divertida, aludiendo a uno de sus comentarios y creyendo que quizás se tratara de un extraño ritual entre dos interlocutores.
Mis ojos estaban ahora clavados en su rostro, escrutando sus reacciones que tan extrañas me parecían, como cuando empezaba a sudar o se le veía nervioso. No dejaba de preguntarme qué le rondaría en aquella mente silenciosa y, cuando de nuevo vi aquella sensación de rigidez en su cara, volví a mover mi mano hacia él, alisando las arrugas de su frente, acariciando su mejilla hasta detener las yemas de mis dedos sobre sus labios tiritantes, ladeando mi cabeza para soltar una pequeña risa infantil.
- ¿Un beso?- repetí alzando una ceja, saliendo del agua para sentarme en la orilla donde él se hallaba, dejando que mis pies juguetearan con el agua.- ¿Y qué significado tiene para vosotros?- le pedí con una mirada inocente y llena de curiosidad.- Para los algonquinos significa la pureza de un sentimiento.- susurré para mí misma, sonriendo con nostalgia al recordar a mi abuela hablándome del amor verdadero.- ¿Y cómo seguís ese gesto?- volví a interesarme con una sonrisa divertida, aludiendo a uno de sus comentarios y creyendo que quizás se tratara de un extraño ritual entre dos interlocutores.
Mis ojos estaban ahora clavados en su rostro, escrutando sus reacciones que tan extrañas me parecían, como cuando empezaba a sudar o se le veía nervioso. No dejaba de preguntarme qué le rondaría en aquella mente silenciosa y, cuando de nuevo vi aquella sensación de rigidez en su cara, volví a mover mi mano hacia él, alisando las arrugas de su frente, acariciando su mejilla hasta detener las yemas de mis dedos sobre sus labios tiritantes, ladeando mi cabeza para soltar una pequeña risa infantil.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
El licántropo no sabía que pensar. Incluso se le pasó por la cabeza que se estuviera riendo de él, algo que habría acabado en una escena muy desagradable. Pero aquella risa infantil que salieron de sus labios le indicó que Leotie parecía sincera.
Joris cerró los ojos cuando notó que la mujer le acariciaba el rostro, un gesto que le relajó e incluso le hizo sonreír. El holandés alzó la mano y le devolvió el gesto, acariciándole la mejilla y el mentón con la yema de sus dedos. Cuando volvió a abrir los ojos la miró a los suyos, aunque parecía algo serio todavía. Todo aquello era tan ridículo... ¿le estaba preguntando de verdad aquello? ¿Cómo podía hacerlo?
-Cuando a una persona le gusta otra, la encuentra bella o está enamorada quiere besarla. O simplemente por puro placer, no tienes por qué sentir algo, sólo porque es divertido-la verdad es que le costaba explicar todo aquello a una persona adulta y no pudo evitar sonrojarse un poco-. Si los dos quieren al final el hombre mete su polla a la mujer-continuó con la explicación, dejando de lado las sutilezas-. A veces sólo por placer, porque es algo bueno para los dos. Otras es una muestra de cariño, de agradecimiento...
Joris cerró los ojos cuando notó que la mujer le acariciaba el rostro, un gesto que le relajó e incluso le hizo sonreír. El holandés alzó la mano y le devolvió el gesto, acariciándole la mejilla y el mentón con la yema de sus dedos. Cuando volvió a abrir los ojos la miró a los suyos, aunque parecía algo serio todavía. Todo aquello era tan ridículo... ¿le estaba preguntando de verdad aquello? ¿Cómo podía hacerlo?
-Cuando a una persona le gusta otra, la encuentra bella o está enamorada quiere besarla. O simplemente por puro placer, no tienes por qué sentir algo, sólo porque es divertido-la verdad es que le costaba explicar todo aquello a una persona adulta y no pudo evitar sonrojarse un poco-. Si los dos quieren al final el hombre mete su polla a la mujer-continuó con la explicación, dejando de lado las sutilezas-. A veces sólo por placer, porque es algo bueno para los dos. Otras es una muestra de cariño, de agradecimiento...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Ladeé la cabeza, confusa.
- ¿Y porqué motivo de esos me besaste?- pregunté riendo levemente.- ¿Te parezco bella?- repetí frunciendo mis labios.- ¿O sólo fue por diversión?- abrí mis ojos desmesuradamente, sorprendiéndome por aquella posibilidad.
Entonces, él usó una palabra que no comprendí, pero que me pareció muy divertida, sobretodo por su fonética. Empecé a reír a carcajadas, doblegándome hasta caer sobre su pectoral, alzando la vista a su rostro y dejando de reír cuando vi la seriedad en su semblante. Tragué saliva y me alejé de él.
- No sé lo que es una polla... ni siquiera entendí lo que dijiste de meterla en no sé dónde.- susurré, avergonzada por mi desconocimiento e ignorancia, agachando la mirada hacia mis manos, ahora sobre mis muslos aún desnudos pero sin frío en la piel pese a la gélida madrugada.
- ¿Y porqué motivo de esos me besaste?- pregunté riendo levemente.- ¿Te parezco bella?- repetí frunciendo mis labios.- ¿O sólo fue por diversión?- abrí mis ojos desmesuradamente, sorprendiéndome por aquella posibilidad.
Entonces, él usó una palabra que no comprendí, pero que me pareció muy divertida, sobretodo por su fonética. Empecé a reír a carcajadas, doblegándome hasta caer sobre su pectoral, alzando la vista a su rostro y dejando de reír cuando vi la seriedad en su semblante. Tragué saliva y me alejé de él.
- No sé lo que es una polla... ni siquiera entendí lo que dijiste de meterla en no sé dónde.- susurré, avergonzada por mi desconocimiento e ignorancia, agachando la mirada hacia mis manos, ahora sobre mis muslos aún desnudos pero sin frío en la piel pese a la gélida madrugada.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris decidió mostrarse sincero y tras pensárselo un segundo respondió.
-Porque eres guapa y el que pusieras mi mano en tu pecho se suele interpretar aquí como una señal de que alguien te gusta y quiere que le beses y que vaya más allá-fue explicando con un tono bastante serio. ¿Cómo demonios se había metido en aquella conversación?-. Además, después de todo lo que había pasado y de verte desnuda llevaba tiempo queriendo hacer lo que hice...
El licántropo tuvo que callarse ante la siguiente pregunta. Aquello era simplemente ridículo. Se tapó el rostro con la palma de la mano para que no se le notara la cara de vergüenza que tenía en aquellos momentos. Por suerte la joven estaba riéndose (Joris no sabía por qué) y no lo notó. El holandés había llegado demasiado lejos ya y no estaba dispuesto a continuar con algo que era obviamente ridículo.
Así que se puso de pie y tomó a Leotie de la muñeca.
-Es lo que le cuelga a los hombres entre las piernas. A veces se pone duro cuando hay una mujer desnuda y guapa delante de él-explicó mientras tiraba de ella para ponerla en pie, aunque sin mirarla directamente a los ojos-. Y se mete en lo que tenéis las mujeres entre las piernas, se llama coño-terminó de decir-. Ahora volvamos junto a la hoguera, hay que vendarte la mano y comprobar que no te queda veneno en el cuerpo.
-Porque eres guapa y el que pusieras mi mano en tu pecho se suele interpretar aquí como una señal de que alguien te gusta y quiere que le beses y que vaya más allá-fue explicando con un tono bastante serio. ¿Cómo demonios se había metido en aquella conversación?-. Además, después de todo lo que había pasado y de verte desnuda llevaba tiempo queriendo hacer lo que hice...
El licántropo tuvo que callarse ante la siguiente pregunta. Aquello era simplemente ridículo. Se tapó el rostro con la palma de la mano para que no se le notara la cara de vergüenza que tenía en aquellos momentos. Por suerte la joven estaba riéndose (Joris no sabía por qué) y no lo notó. El holandés había llegado demasiado lejos ya y no estaba dispuesto a continuar con algo que era obviamente ridículo.
Así que se puso de pie y tomó a Leotie de la muñeca.
-Es lo que le cuelga a los hombres entre las piernas. A veces se pone duro cuando hay una mujer desnuda y guapa delante de él-explicó mientras tiraba de ella para ponerla en pie, aunque sin mirarla directamente a los ojos-. Y se mete en lo que tenéis las mujeres entre las piernas, se llama coño-terminó de decir-. Ahora volvamos junto a la hoguera, hay que vendarte la mano y comprobar que no te queda veneno en el cuerpo.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
- ¡Oh!- exclamé, feliz de haber aprendido algo más aquella noche.
Él me ayudó a ponerme en pie, aunque sus ojos no miraban mi rostro, sino mi cuerpo desnudo. Aquello me hizo reír y no pude evitar comentarlo.
- ¿Y ahora está erecto?- reí, llevando mi mano a dónde sabía que se encontraba su colgante, notando un bulto duro, algo que me hizo retirar la mano al momento y mirarle con cierto asombro.
Mordí mi labio inferior y agaché la mirada, caminando en silencio hacia la hoguera sin poder evitar mirar mi entrepiernas, ladeando mi cabeza y riendo con disimulo al recordar el nombre con el que el blanco había bautizado aquella zona íntima de mi cuerpo. Aún así, en mi cabeza empezaron a sucederse unas imágenes imaginarias, intentando comprender cómo aquella cosa de los hombres podía encajar en lo que yo escondía entre mis piernas.
- ¿Cómo...?- murmuré, alzando la vista hacia él llena de curiosidad.
Él me ayudó a ponerme en pie, aunque sus ojos no miraban mi rostro, sino mi cuerpo desnudo. Aquello me hizo reír y no pude evitar comentarlo.
- ¿Y ahora está erecto?- reí, llevando mi mano a dónde sabía que se encontraba su colgante, notando un bulto duro, algo que me hizo retirar la mano al momento y mirarle con cierto asombro.
Mordí mi labio inferior y agaché la mirada, caminando en silencio hacia la hoguera sin poder evitar mirar mi entrepiernas, ladeando mi cabeza y riendo con disimulo al recordar el nombre con el que el blanco había bautizado aquella zona íntima de mi cuerpo. Aún así, en mi cabeza empezaron a sucederse unas imágenes imaginarias, intentando comprender cómo aquella cosa de los hombres podía encajar en lo que yo escondía entre mis piernas.
- ¿Cómo...?- murmuré, alzando la vista hacia él llena de curiosidad.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Cuando notó que la mano de Leotie iba hacia su entrepierna ahogó un gruñido de sorpresa. Pero la mujer retiró pronto la mano, que parecía bastante avergonzada. La erección no bajaba bajo ningún concepto, todo porque Leotie seguía desnuda, con el cuerpo húmedo y todavía caliente por la fiebre que le recorría el cuerpo.
Joder, porque le había salvado la vida, que si no ya la habría lanzado contra el suelo y la habría tomado por la fuerza de ser necesario. Le había gustado cómo sabía cuando la había besado, y el aroma que desprendía era fresco y puro. Pero se contuvo. A pesar de todo, se contuvo.
No tardaron en llegar al campamento, donde las llamas prácticamente se habían apagado. Joris se apresuró en echar más leña al fuego hasta que prendió otra vez con fuerza.
-Siéntate aquí-dijo, señalando un punto algo alejado del fuego-. Tengo que vendarte la herida para asegurarnos de que no te pase nada... Supongo que durante unos días tendrás algo de de fiebre...-se sentó en el suelo después de cortar por la mitad un trozo de tela de su propia camisa para usarlo a modo de venda.
Joder, porque le había salvado la vida, que si no ya la habría lanzado contra el suelo y la habría tomado por la fuerza de ser necesario. Le había gustado cómo sabía cuando la había besado, y el aroma que desprendía era fresco y puro. Pero se contuvo. A pesar de todo, se contuvo.
No tardaron en llegar al campamento, donde las llamas prácticamente se habían apagado. Joris se apresuró en echar más leña al fuego hasta que prendió otra vez con fuerza.
-Siéntate aquí-dijo, señalando un punto algo alejado del fuego-. Tengo que vendarte la herida para asegurarnos de que no te pase nada... Supongo que durante unos días tendrás algo de de fiebre...-se sentó en el suelo después de cortar por la mitad un trozo de tela de su propia camisa para usarlo a modo de venda.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 18/09/2011
Re: El ritual [Joris + Leotie]
Me senté cerca del fuego, justo dónde él me había indicado. Joris se rasgó su tela y empezó a sanarme la herida de la mano, gimiendo cuando me la presionaba levemente.
- Tengo mucho calor.- susurré, sintiendo cómo mi cuerpo empezaba a humedecerse por el sudo y éste caía en gotas por mi frente, deslizándose por mi mejilla, mi cuello, mi escote, hasta morir en mi pezón.- Gracias.
Suspiré y esperé hasta que el muchacho terminara de vendarme para tumbarme en el césped, dónde algunas piedras frías equilibraban el calor de mi cuerpo. Extendí mis brazos y abrí mis piernas, formando una estrella de cinco puntas. Ante mis ojos, se desplegaba un cielo infinito, tan oscuro como cubierto de lucecitas diminutas y brillantes, siempre flaqueando a la media luna. Entonces cerré los ojos y respiré pausadamente, intentando que de aquél modo, mi cuerpo se sumiese en la paz de la Madre Tierra.
- Tengo mucho calor.- susurré, sintiendo cómo mi cuerpo empezaba a humedecerse por el sudo y éste caía en gotas por mi frente, deslizándose por mi mejilla, mi cuello, mi escote, hasta morir en mi pezón.- Gracias.
Suspiré y esperé hasta que el muchacho terminara de vendarme para tumbarme en el césped, dónde algunas piedras frías equilibraban el calor de mi cuerpo. Extendí mis brazos y abrí mis piernas, formando una estrella de cinco puntas. Ante mis ojos, se desplegaba un cielo infinito, tan oscuro como cubierto de lucecitas diminutas y brillantes, siempre flaqueando a la media luna. Entonces cerré los ojos y respiré pausadamente, intentando que de aquél modo, mi cuerpo se sumiese en la paz de la Madre Tierra.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
-No hay de qué...-dijo, aunque no la miraba a los ojos. Se fijaba en el sudor que perlaba el cuerpo desnudo de la mujer. La respiración del licántropo se hizo aún más pesada y notaba que el corazón le volvía a latir mucho más rápido que antes. Por el amor de Dios, qué duro era todo aquello.
Cuando terminó se puso en pie y se alejó un par de pasos, aunque no dejaba de observarla, sin dejar de morderse el labio. Tenía las mejillas encendidas y un sudor frío le recorría la espalda. Apretó el puño, suspiró y se alejó un poco más de ella, mientras buscaba su cuchillo, que lo había dejado allí con todo lo que había pasado. Cuando lo encontró lo limpió y lo guardó en su funda. Le dio una patada al cascabel de la serpiente, frustrado.
Luego volvió junto a Leotie, que seguía tumbaba en el suelo y desnuda.
-Deberías taparte. Sé que tienes calor ahora mismo, pero no podrías coger frío ésta noche si te quedas durmiendo aquí y te pondrías peor todavía...
Cuando terminó se puso en pie y se alejó un par de pasos, aunque no dejaba de observarla, sin dejar de morderse el labio. Tenía las mejillas encendidas y un sudor frío le recorría la espalda. Apretó el puño, suspiró y se alejó un poco más de ella, mientras buscaba su cuchillo, que lo había dejado allí con todo lo que había pasado. Cuando lo encontró lo limpió y lo guardó en su funda. Le dio una patada al cascabel de la serpiente, frustrado.
Luego volvió junto a Leotie, que seguía tumbaba en el suelo y desnuda.
-Deberías taparte. Sé que tienes calor ahora mismo, pero no podrías coger frío ésta noche si te quedas durmiendo aquí y te pondrías peor todavía...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Suspiré y asentí, enderezándome para entrar en aquella cabaña, dónde había guardado una pequeña y fina manta de piel de ciervo, con lo que cubrí mis hombros y mi espalda. Me senté allí, cerca del fuego. Me perdí en sus llamaradas, sus chispas incesante, el olor a leña quemada, la calidez que desprendía. A lo lejos, Joris me miraba de una forma distinta a la de antes... casi como si me odiara. Ladeé mi cabeza y me puse de nuevo en pie, caminando de nuevo con la manta agarrada, frenando cuando estuve frente a él.
- ¿Algo te molestó?- me interesé, frunciendo el ceño y esbozando una mueca de disgusto en mis carnosos y sedientos labios. Entonces recordé aquello que antes había dicho. Había asegurado que una de las razones por las que los albinos se besaban era para mostrar agradecimiento, así que me puse de puntillas y tomé su rostro entre mis manos, besando efímeramente sus labios sin evitar que, con tal movimiento de mis manos, la manta cayese por mi espalda.
Esperé unos momentos, pero al no obtener respuesta comprendí que simplemente le molestaba mi presencia, así que asentí una sola vez e hice un gesto para darle la espalda y alejarme ya de él, quizás para internarme en la cabaña o quizás para desaparecer de aquél claro. Era algo que aún no había decidido.
- ¿Algo te molestó?- me interesé, frunciendo el ceño y esbozando una mueca de disgusto en mis carnosos y sedientos labios. Entonces recordé aquello que antes había dicho. Había asegurado que una de las razones por las que los albinos se besaban era para mostrar agradecimiento, así que me puse de puntillas y tomé su rostro entre mis manos, besando efímeramente sus labios sin evitar que, con tal movimiento de mis manos, la manta cayese por mi espalda.
Esperé unos momentos, pero al no obtener respuesta comprendí que simplemente le molestaba mi presencia, así que asentí una sola vez e hice un gesto para darle la espalda y alejarme ya de él, quizás para internarme en la cabaña o quizás para desaparecer de aquél claro. Era algo que aún no había decidido.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
La paciencia de Joris tenía un límite, y estaba a punto de terminarse. No le dio tiempo a responder antes de que besara. El licántropo abrió los labios en un movimiento puramente primario, pero antes de saber lo que ocurría la mujer se había separado de él. Y estaba otra vez completamente desnuda.
Joris se había quedado congelado, sin saber cómo reaccionar. Quería hacer mil cosas o ninguna a la vez. Estuvo a punto de alzar sus manos para tomarla por la cintura y pegarla contra su cuerpo, pero antes de eso Leotie se alejaba hacia su cabaña.
Pero Joris no iba a aguantar más todo aquello. Estaba harto del comportamiento infantil y primario de aquella mujer, y cada vez estaba más convencido de que todo era una forma de burlarse de él. Así que fue tras los pasos de la extranjera y la cogió por la muñeca con algo más de fuerza de la debida. La hizo girar, la tomó por la cintura con la otra mano y la pegó contra él, acercando su entrepierna a la de ella.
Pegó sus labios a los de ella de nuevo, pero ésta vez con muchas más ganas, lujuria y pasión que antes. Cuando separó sus labios la miró a los ojos, sin saber muy bien como mostrarse. Todavía la tenía sujeta por la muñeca y la cintura, aunque había aflojado la presa.
-No sabes nada, Leotie-En su mirada había una mezcla de anhelo, deseo, aprecio y rabia -.No puedes ir desnuda, besar a los demás y luego alejarte...
Joris se había quedado congelado, sin saber cómo reaccionar. Quería hacer mil cosas o ninguna a la vez. Estuvo a punto de alzar sus manos para tomarla por la cintura y pegarla contra su cuerpo, pero antes de eso Leotie se alejaba hacia su cabaña.
Pero Joris no iba a aguantar más todo aquello. Estaba harto del comportamiento infantil y primario de aquella mujer, y cada vez estaba más convencido de que todo era una forma de burlarse de él. Así que fue tras los pasos de la extranjera y la cogió por la muñeca con algo más de fuerza de la debida. La hizo girar, la tomó por la cintura con la otra mano y la pegó contra él, acercando su entrepierna a la de ella.
Pegó sus labios a los de ella de nuevo, pero ésta vez con muchas más ganas, lujuria y pasión que antes. Cuando separó sus labios la miró a los ojos, sin saber muy bien como mostrarse. Todavía la tenía sujeta por la muñeca y la cintura, aunque había aflojado la presa.
-No sabes nada, Leotie-En su mirada había una mezcla de anhelo, deseo, aprecio y rabia -.No puedes ir desnuda, besar a los demás y luego alejarte...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Suspiré y con una de mis manos aparté la cortina de piel que salvaguardaba el interior de la cabaña, aunque no llegué a entrar en ella. Un fuerte tirón de mi muñeca me obligó a girarme en dirección a Joris, quién de nuevo me miraba con los ojos resplandecientes sin comprender a qué era debido aquél brillo cegador. Sin tiempo a preguntar qué ocurría, la otra mano se enroscó en mi cintura, aprisionándome contra su cuerpo para facilitar el movimiento de sus labios sobre los míos, volviéndome a besar ésta vez con más fiereza, con más... ¿necesidad? Seguí su juego bucal, sintiendo cómo el bulto de su entrepierna acariciaba la mía, algo que, por primera vez, encendió un instinto antes dormido en mi interior. Entonces, él se separó y me miró a los ojos, estremeciéndome levemente por lo que veía en aquella mirada.
- Lo... lo siento... Yo sólo...- balbuceé en un hilo de voz, incapaz de poner voz a lo que quería decirle, sin comprender cuál de mis movimientos había motivado aquella reacción en él.
Hice entonces un tirón para que soltara mi muñeca, masajeándomela con la otra mano cuando me percaté de que me había hecho daño. Alcé un momento la vista para mirarle y le di la espalda, dejando caer la tela de la cabaña cuando estuve en su interior. Me senté en la esquina y escondí mi rostro entre el hueco formado por mis brazos.
- Lo... lo siento... Yo sólo...- balbuceé en un hilo de voz, incapaz de poner voz a lo que quería decirle, sin comprender cuál de mis movimientos había motivado aquella reacción en él.
Hice entonces un tirón para que soltara mi muñeca, masajeándomela con la otra mano cuando me percaté de que me había hecho daño. Alcé un momento la vista para mirarle y le di la espalda, dejando caer la tela de la cabaña cuando estuve en su interior. Me senté en la esquina y escondí mi rostro entre el hueco formado por mis brazos.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Durante unos segundos tuvo la esperanza de que no se separara de él, de que le devolviera el beso y se pegara aún más contra él. Durante unos segundos hubiera jurado que ella también le deseaba.
Pero estaba claro que se había equivocado. Leotie se apresuró a meterse en su cabaña, dejándole sólo allí fuera. El licántropo pateó una piedra que había allí cerca y estuvo a punto de lanzar un aullido a la noche en el que expulsar toda su rabia y frustración. Pero se conformó con soltar una serie de palabras malsonantes en su idioma natal.
Cuando por fin se hubo tranquilizado, no sin ciertos esfuerzos, suspiró. Dejó el cuchillo de carcinero fuera de la cabaña, se agachó y entró en la cabaña. Vio a Leotie sentada en una esquina, con el rostro oculto.
Joris se sentó en el suelo, dejando todo el espacio entre los dos que le permitía la reducida contstrucción. Apretó un momento los dientes, suspiró y por fin habló:
-Lo siento...-dijo por fin-. Me has salvado la vida y me he mostrado como un desagradecido. Te pido perdón si te he ofendido o insultado de alguna forma...-explicó, aunque le costaba decir cada palabra-. Pero aquí, si una mujer va desnuda como tú y das besos o me haces coger tu pecho... Me genera unas ideas que luego no se cumplen, y eso hace que cualquier hombre se enfade luego...-suspiró otra vez, sin levantar la mirada del suelo-. Pero no lo sabes. No es culpa tuya.
Pero estaba claro que se había equivocado. Leotie se apresuró a meterse en su cabaña, dejándole sólo allí fuera. El licántropo pateó una piedra que había allí cerca y estuvo a punto de lanzar un aullido a la noche en el que expulsar toda su rabia y frustración. Pero se conformó con soltar una serie de palabras malsonantes en su idioma natal.
Cuando por fin se hubo tranquilizado, no sin ciertos esfuerzos, suspiró. Dejó el cuchillo de carcinero fuera de la cabaña, se agachó y entró en la cabaña. Vio a Leotie sentada en una esquina, con el rostro oculto.
Joris se sentó en el suelo, dejando todo el espacio entre los dos que le permitía la reducida contstrucción. Apretó un momento los dientes, suspiró y por fin habló:
-Lo siento...-dijo por fin-. Me has salvado la vida y me he mostrado como un desagradecido. Te pido perdón si te he ofendido o insultado de alguna forma...-explicó, aunque le costaba decir cada palabra-. Pero aquí, si una mujer va desnuda como tú y das besos o me haces coger tu pecho... Me genera unas ideas que luego no se cumplen, y eso hace que cualquier hombre se enfade luego...-suspiró otra vez, sin levantar la mirada del suelo-. Pero no lo sabes. No es culpa tuya.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Pasados varios minutos, el silencio se posó sobre aquella cabaña y la oscuridad fue completa, pues ya no había luna que me alumbrara. Suspiré, e imaginé que Joris se habría marchado ya pues, al fin y al cabo, ya nada le ataba a mí. Y encima, le había hecho enfadar.
De pronto, una figura penetró en la cabaña y yo alcé la vista, identificando al muchacho de antes. Respiré aliviada, pero sin tener el valor para hablar, aun compungida por lo ocurrido fuera.
Sus palabras, no obstante, me alarmaron. Comprendí entonces que el problema siempre había sido yo. Yo y mis costumbres. Yo y mi extrema libertad natural. Estaba claro que no estaba en mi tierra ni en mi hogar y que aquellas gentes no actuaban así, con aquella sencilleza.
- No te disculpes, fue un error mío.- musité, alzando la vista para localizar lo único que podía divisar de su rostro: sus ojos.- No quisiera incomodarte más con mi presencia.
Ladeé entonces mi rostro, agradeciendo que la oscuridad ocultara aquella lágrima que descendió de mis ojos hasta salpicar la piel de mi todavía pecho desnudo. Fruncí los labios y me estremecí, pues ahora la fiebre me había bajado y sentía algo de frío. De ser en otra situación me hubiera acurrucado contra Joris, pero ahora, sabiendo que mi condición le incomodaba, me mantuve firme en aquella postura alejada de él, pese a que pronto mis dientes empezaron a castañear.
Aun así, pese a aquella frialdad entre ambos, aún me embargaba aquella extraña sensación de antes. ¿Se refería a aquello como a la excitación? Mordí mi labio inferior, tan fuerte que me abrí una herida y de ésta, emergió una sola gota de sangre, suficiente para teñir mis labios de un vívido carmesí.
De pronto, una figura penetró en la cabaña y yo alcé la vista, identificando al muchacho de antes. Respiré aliviada, pero sin tener el valor para hablar, aun compungida por lo ocurrido fuera.
Sus palabras, no obstante, me alarmaron. Comprendí entonces que el problema siempre había sido yo. Yo y mis costumbres. Yo y mi extrema libertad natural. Estaba claro que no estaba en mi tierra ni en mi hogar y que aquellas gentes no actuaban así, con aquella sencilleza.
- No te disculpes, fue un error mío.- musité, alzando la vista para localizar lo único que podía divisar de su rostro: sus ojos.- No quisiera incomodarte más con mi presencia.
Ladeé entonces mi rostro, agradeciendo que la oscuridad ocultara aquella lágrima que descendió de mis ojos hasta salpicar la piel de mi todavía pecho desnudo. Fruncí los labios y me estremecí, pues ahora la fiebre me había bajado y sentía algo de frío. De ser en otra situación me hubiera acurrucado contra Joris, pero ahora, sabiendo que mi condición le incomodaba, me mantuve firme en aquella postura alejada de él, pese a que pronto mis dientes empezaron a castañear.
Aun así, pese a aquella frialdad entre ambos, aún me embargaba aquella extraña sensación de antes. ¿Se refería a aquello como a la excitación? Mordí mi labio inferior, tan fuerte que me abrí una herida y de ésta, emergió una sola gota de sangre, suficiente para teñir mis labios de un vívido carmesí.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
-No me incomoda tu presencia...-dijo, mintiendo a medias. La verdad es que por un lado se sentía muy extraño junto a ella, pero no sabía si para bien o para mal-. Y no quiero dejarte, estando todavía mal... Si me voy y mañana al amanecer estás muerta será culpa mía-explicó-. Pero si quieres que me vaya dímelo y te dejaré en paz.
Se quedó en silencio, esperando una respuesta. Pero en lugar de eso oyó el castañeo de los dientes de la mujer.
-¿Tienes frío?-preguntó. Pero antes de oír la respuesta salió de la cabaña y cogió la piel de ciervo de la mujer y el pesado abrigo de pieles con el que se había protegido del frío. Entró con toda la ropa, se acercó a ella y la arropó para que volviera a entrar en calor.
Ahora que estaba cerca olió mejor la gota de sangre y una vez que se acostumbró a la oscuridad vio la herida del labio. Se la limpió con la yema del dedo.
-¿Estás bien?-preguntó, mostrando un interés verdadero-. ¿Quieres que me vaya?-quiso saber, temiendo la respuesta.
Se quedó en silencio, esperando una respuesta. Pero en lugar de eso oyó el castañeo de los dientes de la mujer.
-¿Tienes frío?-preguntó. Pero antes de oír la respuesta salió de la cabaña y cogió la piel de ciervo de la mujer y el pesado abrigo de pieles con el que se había protegido del frío. Entró con toda la ropa, se acercó a ella y la arropó para que volviera a entrar en calor.
Ahora que estaba cerca olió mejor la gota de sangre y una vez que se acostumbró a la oscuridad vio la herida del labio. Se la limpió con la yema del dedo.
-¿Estás bien?-preguntó, mostrando un interés verdadero-. ¿Quieres que me vaya?-quiso saber, temiendo la respuesta.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris no quería marcharse y por extraño que pareciera, no deseaba que su compañía desapareciera junto al alba.
- No, no deseo que te vayas.- susurré sin mirarle a los ojos, antes de que él se alzara y me trajese las pieles que cubrieron mi piel, suficiente para que dejase de tiritar.
Algo que él había dicho no dejaba de darme vueltas a la cabeza. Joris había asegurado que no se marcharía... pero sólo por temor a que pudiese morir durante la gélida madrugada. Sabía que, en otras circunstancias, probablemente ya no se hallaría a mi lado.
Suspiré ante tal idea y acomodé mi cabeza sobre su hombro después de que la yema de su dedo recorriera mi labio, limpiando mi sangre y envolviendo mi cuerpo de una sensación nunca antes experimentada, sintiendo unos instintos que me empujaban a él. Cerré los ojos hasta que lo único que se escuchaba en aquella silenciosa y oscura cabaña fueron nuestros latidos y respiraciones. Su piel era cálida y no pude controlarme cuando deslicé mis manos hacia su piel, sonriendo a su contacto y dejando que el cansancio me envolviera entre sus brazos para perderme en un extraño y confuso sueño, cuyos protagonistas daban rienda suelta a una pasión sin medida, una lujuria nunca antes contemplada ni sentida, una locura sin fin...
Y abrí los ojos, jadeando.
- No, no deseo que te vayas.- susurré sin mirarle a los ojos, antes de que él se alzara y me trajese las pieles que cubrieron mi piel, suficiente para que dejase de tiritar.
Algo que él había dicho no dejaba de darme vueltas a la cabeza. Joris había asegurado que no se marcharía... pero sólo por temor a que pudiese morir durante la gélida madrugada. Sabía que, en otras circunstancias, probablemente ya no se hallaría a mi lado.
Suspiré ante tal idea y acomodé mi cabeza sobre su hombro después de que la yema de su dedo recorriera mi labio, limpiando mi sangre y envolviendo mi cuerpo de una sensación nunca antes experimentada, sintiendo unos instintos que me empujaban a él. Cerré los ojos hasta que lo único que se escuchaba en aquella silenciosa y oscura cabaña fueron nuestros latidos y respiraciones. Su piel era cálida y no pude controlarme cuando deslicé mis manos hacia su piel, sonriendo a su contacto y dejando que el cansancio me envolviera entre sus brazos para perderme en un extraño y confuso sueño, cuyos protagonistas daban rienda suelta a una pasión sin medida, una lujuria nunca antes contemplada ni sentida, una locura sin fin...
Y abrí los ojos, jadeando.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Joris dejó que se recostara contra él, a pesar de las sensaciones encontradas que tenía en aquél momento. El pulso del licántropo se había acelerado todavía más al notar el contacto de su piel contra la de Leotie. Percibía el aroma que emanaba de su cuerpo; olía a bosques, ríos, sudor y vida. Joris abrazó a Leotie para darle más calor y que no hubiera demasiada distancia entre ellos... Una distancia que era a la vez un placer y una tortura. Porque tenía que hacer grandes esfuerzos para que su mano no descendiera otra vez hasta el seno de la chica.
Pero poco a poco el cansancio fue haciendo mella sobre el holandés. El día había estado lleno de sobresaltos y Joris necesitaba descansar de una vez, así que poco a poco fue acompasando su respiración a la de la extranjera, durmiéndose lentamente, a pesar de que la erección no había bajado desde hacía muchas horas.
Pero sintió a su lado como Leotie se movía y se despertaba, alterada.
-¿Ocurre algo?-preguntó, preocupado-. Has hecho bastante ruido...
Pero poco a poco el cansancio fue haciendo mella sobre el holandés. El día había estado lleno de sobresaltos y Joris necesitaba descansar de una vez, así que poco a poco fue acompasando su respiración a la de la extranjera, durmiéndose lentamente, a pesar de que la erección no había bajado desde hacía muchas horas.
Pero sintió a su lado como Leotie se movía y se despertaba, alterada.
-¿Ocurre algo?-preguntó, preocupado-. Has hecho bastante ruido...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Alcé la vista y observé el semblante preocupado de Joris. Meneé la cabeza, sintiendo mis mejillas arder de pura timidez. Agaché la mirada y volví a morder mi labio inferior, reabriéndome la herida y lamiéndome los labios.
- Sólo fue un sueño.- murmuré, más para mí misma que para él.
Volví a mirarle el rostro, pues ahora la luz del sol penetraba por las rendijas de la cabaña e iluminaba aquella pequeña pero acogedora estancia. Tragué saliva y despegué mis labios para preguntarle.
- ¿Qué escuchaste...?- empecé, viéndome interrumpida por el rugido de mis tripas, recordando el hambre que sentí. Reí levemente ante aquella situación y me removí para alzarme, dándome cuenta de que me hallaba enredada en el cuerpo de Joris.
- Sólo fue un sueño.- murmuré, más para mí misma que para él.
Volví a mirarle el rostro, pues ahora la luz del sol penetraba por las rendijas de la cabaña e iluminaba aquella pequeña pero acogedora estancia. Tragué saliva y despegué mis labios para preguntarle.
- ¿Qué escuchaste...?- empecé, viéndome interrumpida por el rugido de mis tripas, recordando el hambre que sentí. Reí levemente ante aquella situación y me removí para alzarme, dándome cuenta de que me hallaba enredada en el cuerpo de Joris.
Kahlan M. Délvheen- Realeza Neerlandesa
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
-¿Era un mal sueño?-quiso saber, interesado-. Bueno, parecía que jadeabas un poco, como si estuvieras algo... bueno, estabas algo extraña-explicó, obviando los detalles. Porque algunos de los gritos que había oído sólo habían servido para que continuara empalmado. Lo que estaba provocando que le doliera bastante la entrepierna.
Cuando Leotie fue a ponerse en pie y retiró las pieles y las mantas Joris se dio cuenta de que habían dormido enredados y abrazados. El holandés no hizo amago de apartarse, al menos no al principio. La vista fue inevitablemente a los pechos y la entrepierna de la india, que volvió a grabarse en la cabeza por enésima vez. Si todo continuaba así aquella noche tendría que ir a los burdeles para desfogarse y quedarse tranquilo. Y pobre de la cortesana que decidiera acompañarle.
Pero al final Joris se puso en pie y salió de la tienda, dejando a Leotie algo de intimidad para que se vistiera de una maldita vez. Se restregó la cara y bostezó, notando cómo el sol iluminaba el claro del bosque y lo llenaba con su calor. El fuego ya se había apagado, así que ni siquiera hizo amago de encenderlo, ¿para qué?
-¿Voy a por agua al riachuelo?-preguntó desde el exterior de la tienda.
Cuando Leotie fue a ponerse en pie y retiró las pieles y las mantas Joris se dio cuenta de que habían dormido enredados y abrazados. El holandés no hizo amago de apartarse, al menos no al principio. La vista fue inevitablemente a los pechos y la entrepierna de la india, que volvió a grabarse en la cabeza por enésima vez. Si todo continuaba así aquella noche tendría que ir a los burdeles para desfogarse y quedarse tranquilo. Y pobre de la cortesana que decidiera acompañarle.
Pero al final Joris se puso en pie y salió de la tienda, dejando a Leotie algo de intimidad para que se vistiera de una maldita vez. Se restregó la cara y bostezó, notando cómo el sol iluminaba el claro del bosque y lo llenaba con su calor. El fuego ya se había apagado, así que ni siquiera hizo amago de encenderlo, ¿para qué?
-¿Voy a por agua al riachuelo?-preguntó desde el exterior de la tienda.
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Desvié la mirada ante su pregunta, sin llegar a responderle por vergüenza, sintiendo de nuevo mis mejillas enrojecerse. Después de desenredar nuestros cuerpos, él se puso en pie y salió de la cabaña, dejándome unos momentos a solas.
El sueño... no podía dejar de pensar en ello. Para mi tribu, los sueños eran siempre una advertencia de nuestros antepasados para guiarnos en el camino de nuestras vidas. Siempre los tomábamos en cuenta, siempre tenían un significado y una razón. Suspiré, incapaz de comprender qué quería mostrarme aquél sueño. ¿Y si Joris tenía la respuesta? Tenía que hablar con él... y preguntarle qué escuchó.
Tomé mis ropas del día anterior, aunque rasgadas y que poco cubrían mi piel. Pero estaba bien, ya no sudaba ni sentía calor. Aquello me puso de buen humor. Tomé el arco y las flechas guardadas en un saco y salí de la tienda justo cuando el muchacho me preguntaba si ir al riachuelo.
- Iré a pescar para el desayuno y traeré agua.- anuncié, mostrando un gran cuenco entre mis manos y las flechas tras mi espalda. Le hice un guiño y empecé a descender el camino hacia el río, aun inmersa en aquél erótico sueño.
El sueño... no podía dejar de pensar en ello. Para mi tribu, los sueños eran siempre una advertencia de nuestros antepasados para guiarnos en el camino de nuestras vidas. Siempre los tomábamos en cuenta, siempre tenían un significado y una razón. Suspiré, incapaz de comprender qué quería mostrarme aquél sueño. ¿Y si Joris tenía la respuesta? Tenía que hablar con él... y preguntarle qué escuchó.
Tomé mis ropas del día anterior, aunque rasgadas y que poco cubrían mi piel. Pero estaba bien, ya no sudaba ni sentía calor. Aquello me puso de buen humor. Tomé el arco y las flechas guardadas en un saco y salí de la tienda justo cuando el muchacho me preguntaba si ir al riachuelo.
- Iré a pescar para el desayuno y traeré agua.- anuncié, mostrando un gran cuenco entre mis manos y las flechas tras mi espalda. Le hice un guiño y empecé a descender el camino hacia el río, aun inmersa en aquél erótico sueño.
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Re: El ritual [Joris + Leotie]
Cuando vio salir de la tienda a Leotie vestida Joris no pudo evitar suspirar de alivio. Ya había tenido muchos problemas para aguantar entero como para que la mujer se hubiera seguido paseando desnuda frente a él, provocándole.
-¿Vas a pescar con un arco?-preguntó Joris con una ceja alzada-. No seré tan bueno como tú, pero algo de vivir en los bosques sí sé y normalmente es más fácil con una red o una trampa para peces... Incluso con las manos desnudas-el licántropo se encogió de hombros-. Pero bueno, hazlo como sea que lo hagáis en ese lugar lejano del que vienes.
Se giró de nuevo y empezó a recoger más leña caída de los árboles.
-Yo iré ahora entonces, voy a preparar un fuego para calentar el pescado y el agua... Si necesitas algo grita e iré para allá...-en ese momento volvió a ver el cascabel de la serpiente y se acordó del ataque-. ¿Estás bien? ¿Te duele la mano? Deberías meterla en agua fría...
-¿Vas a pescar con un arco?-preguntó Joris con una ceja alzada-. No seré tan bueno como tú, pero algo de vivir en los bosques sí sé y normalmente es más fácil con una red o una trampa para peces... Incluso con las manos desnudas-el licántropo se encogió de hombros-. Pero bueno, hazlo como sea que lo hagáis en ese lugar lejano del que vienes.
Se giró de nuevo y empezó a recoger más leña caída de los árboles.
-Yo iré ahora entonces, voy a preparar un fuego para calentar el pescado y el agua... Si necesitas algo grita e iré para allá...-en ese momento volvió a ver el cascabel de la serpiente y se acordó del ataque-. ¿Estás bien? ¿Te duele la mano? Deberías meterla en agua fría...
Joris Toulalan- Licántropo Clase Baja
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