AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
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Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Hoy en día, la gente necesita que le ayuden y yo no iba a ser de menos. Me fui hasta la entrada del hotel, pues aun no me habían dado mi hogar, no podía estar viviendo en la tienda todo el rato entre cajas porque la verdad, no me gustaba mucho la idea de estar entre polvo y mas polvo. La verdad, es que en uno de mis paseos, me perdí. No se como pasó pero me perdí, este sitio era enorme y no sabía donde estaba cada cosa. Aunque la verdad, siempre había que perderse para encontrar nuevos caminos y más si se trataban de encontrarse con el orfanato de París. Madre mía, se me vino el alma a los pies, no pude decirlo exteriormente, pero por dentro me reconcomio el pensar en que yo podría haber podido ser madre...sin que pasara aquello. Nada, nada. Sacudí mi cabeza para olvidar mi pasado, un pasado que al decir verdad era un poco bizarro. Mire con una sonrisa al frente y mis pies se movieron hacia delante, para acercarme a la puerta principal del orfanato. Estaba repleto de niños, mi sonrisa se desbordaba amplia en mi rostro. Si pudiera permitírmelo, adoptaría a uno de los niños, no solo a uno, sino simplemente a todos. Pero como no tengo aun un lugar, no puedo. Seguí andando poco a poco y el olor de la comida del comedor, abrió mis tripas del hambre que tenía, pero no tenía tanta como de costumbre. Miraba a los alrededores, un niño me confundió con una de las mujeres del orfanato. Llegue a los ventanales y en un lado, parecía que estaban haciendo ofrenda a alguien. En realidad, no veía ningún cuerpo inerte sobre algún lado, pero vi la pintura, vi una imagen preciosa de una mujer de cabellos oscuros, bellos ojos claros y con un rostro bastante delicado. No le di mucha importancia dado que estaba perdiendo el tiempo, como siempre. Miré la bolsa que llevaba en mi mano, a juego con mi vestido azul cobalto, de bellos ribetes dorados y entre con la cabeza bien alta y con una sonrisa en la cara en busca de quien fuera el responsable de quien llevaba el orfanato, pero de repente un golpecito sentí en el bajo de mi falda y en cuanto me giré para ver de quién se trataba, me encontré con una hermosa niña de cabellos claros cual ébano, ojos claros como el cielo y una tez bastante pálida. Iba monísima con ese conjunto verde que al parecer le hacía tener un aspecto medianamente hermoso. Estaba para comérsela a besos y sin pensármelo dos veces, la cogí entre mis brazos para después abrazarla entre mis brazos. Comenzó a patalear y acto seguida se fue por donde vino y en ello, mantuve mi vista en ella para después respirar de alivio. Había vuelto con un hombre moreno, alto y de...Dios mio que guapo era. Me di la vuelta disimuladamente e hice como que no había visto a nadie, Lalalalalalal.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Después de que ciel pasase a ser legalmente su hija Abel se había dado cuenta de los muchos niños que eran simplemente abandonados por sus padres… de alguna forma sintió que tal vez…debería hacer algo aunque pequeño… cierto era que el se había enamorado de la pequeña en los pocos días que había estado a su cuidado y había terminado tomándola como su hija, pero no todos los niños tenían esa suerte, muchos terminaban en las calles, ni siquiera encontrando cupo en el orfanato. Dado que no podía adoptar a todos los niños del mundo había comenzado a hacer donaciones al orfanato con regularidad y a menudo pasaba tiempo en el lugar, viendo el estado físico de los niños, viendo las instalaciones, viendo si podía ayudar en algo pero por encima de todo, parecía que a ciel le gustaba el lugar, se sentía a gusto entre tanto niño, diferente de su solitaria casa donde ella era la única infante.
Estaba hablando con una de las encargadas cuando se dio cuenta que ciel se había soltado de su mano, con cierto espanto paseo la vista por el lugar buscándola y la encontró en los brazos de una joven… una… debía decir bella joven… la observo y la forma en que sostuvo en sus brazos a ciel casi le roba el aliento… habia tanto maldito cariño en un simple abrazo que simplemente se quedó estático durante algunos segundos, vio a su niña bajar de los brazos ajenos y correr lo mas rápido que le daban sus inexpertas piernitas hasta el, solo cuando la pequeña choco contra sus piernas logro apartar la vista de la chica, con una sonrisa se agacho levantando en brazos a su pequeña- que hacías eh traviesa?- la niña solo sonreía, cuando Abel volvió la vista a la mujer de antes noto que miraba ya en otra dirección… dudo unos segundos en su lugar antes de hacer cualquier cosa… el…se había mantenido alejado de esto de las citas desde que ciel entrara a su vida… pero la chica no solo era hermosa, la forma en la que habia sostenido ciel había hecho que su corazón se derritiera en su pecho. Antes de darse cuenta ya habia avanzado hacia la chica.
-buenos días- saludo buscando su mirada- permítame presentarme Abel Henney- con ciel en brazos- le puedo ayudar en algo? – mostrando aparente serenidad… pero luchaba por que sus ojos no recorrieran por completo a la muchacha.
Estaba hablando con una de las encargadas cuando se dio cuenta que ciel se había soltado de su mano, con cierto espanto paseo la vista por el lugar buscándola y la encontró en los brazos de una joven… una… debía decir bella joven… la observo y la forma en que sostuvo en sus brazos a ciel casi le roba el aliento… habia tanto maldito cariño en un simple abrazo que simplemente se quedó estático durante algunos segundos, vio a su niña bajar de los brazos ajenos y correr lo mas rápido que le daban sus inexpertas piernitas hasta el, solo cuando la pequeña choco contra sus piernas logro apartar la vista de la chica, con una sonrisa se agacho levantando en brazos a su pequeña- que hacías eh traviesa?- la niña solo sonreía, cuando Abel volvió la vista a la mujer de antes noto que miraba ya en otra dirección… dudo unos segundos en su lugar antes de hacer cualquier cosa… el…se había mantenido alejado de esto de las citas desde que ciel entrara a su vida… pero la chica no solo era hermosa, la forma en la que habia sostenido ciel había hecho que su corazón se derritiera en su pecho. Antes de darse cuenta ya habia avanzado hacia la chica.
-buenos días- saludo buscando su mirada- permítame presentarme Abel Henney- con ciel en brazos- le puedo ayudar en algo? – mostrando aparente serenidad… pero luchaba por que sus ojos no recorrieran por completo a la muchacha.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/04/2011
Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Miraba y miraba el reflejo de mi cara en la ventana, miraba a través de ella a los niños que seguían en aquella misa que hacían a modo de homenaje a la mujer de la pintura. Yo atenta a lo que pasaba dentro del orfanato, vi el reflejo de un hombre, del hombre el cual había visto a la pequeña irse en dirección a él. Me sobresalté en el sitio y justo topando con el suelo del susto que me llevé, el tacón de mi zapato se enganchó con el bajo de mi vestido, haciendo que cayera en el suelo de culo. Me sonroje de lo que había pasado, notaba mis mejillas sonrosadas y un poco molestas para mí en aquella presentación repentina. Miré a la niña y de repente me moví para levantarme del suelo, sacudir mi vestido del césped y hacer una reverencia al hombre por respeto meramente.
-Bonjour, Monsieur....-Dije mirando al suelo, a la niña y después mire al hombre de ojos negros, aunque se veían de un color marrón oscuro.-Lamento el desorden....solo vine a echar un vistazo a los niños...-sonríe mirando a Ciel, pero ve que esta se esconde en el pecho de su padre-Oh..vaya...creo que estoy...molestando a la niña..-dije un poco avergonzada. La niña no confiaba en mí, lo decía de corazón, no quería hacer nada ni tenía planes malvados de llevármelos a mi caseta de chocolate y engordarla, pero me la comería a besos, era adorable. Miré de nuevo a la ventana e hice otra reverencia-Si me disculpa...Dije con educación para salir de aquel lugar el cual me comía la vergüenza. Entré en el orfanato y me dirigí hacia el lugar donde estaban celebrando la misa.
Entre dentro de lo que era la sala donde estaban todos reunidos. Había un niño, de ojos claros y cabello moreno. Estaba mirando a todos y al parecer sujetaba un peluche de un conejito y en su otro brazo un coche de juguete. Hablaba, miraba a todos. Yo me quedé den el umbral de la puerta escuchándole con atención y pude escuchar varias veces el nombre de Lena, Lenneth Stratowski. Aquel niño hablaba con el corazón en la mano, hablaba de la mujer como si hubiera sido una madre para el niño. Escuché que hablaba de unos cuentos y no pude evitar cuando habló del cuento del leñador. Sonreí recordando aquel cuento que era procedente de mi tierra natal, Rumanía, pero al parecer, no estaba sola en este lugar y al parecer más gente de mi tierra había pasado por este lugar. El niño terminó de hablar, para sonreír y ser bajado de una pequeña pila de libros para poder volver a su sitio. Después vi a una niña, de cabello rubio oscuro, ojos marrones y de rostro dulce. También hablaba de la mujer y de su bella voz, de la noche que pasó junto a ella y otro señor que no decía el nombre. Al parecer, aquella mujer había dejado marca en el orfanato. Terminó sonriendo con bellas palabras en el eco de la sala, a lo que yo casi me emocioné y tímidamente me uní al grupo de aplausos. Salí antes de que terminaran de aplaudir y entonces de nuevo me encontré cara a cara con aquel hombre.-Lo...siento...solo estaba... Quería saber de que estaban hablando.
-Bonjour, Monsieur....-Dije mirando al suelo, a la niña y después mire al hombre de ojos negros, aunque se veían de un color marrón oscuro.-Lamento el desorden....solo vine a echar un vistazo a los niños...-sonríe mirando a Ciel, pero ve que esta se esconde en el pecho de su padre-Oh..vaya...creo que estoy...molestando a la niña..-dije un poco avergonzada. La niña no confiaba en mí, lo decía de corazón, no quería hacer nada ni tenía planes malvados de llevármelos a mi caseta de chocolate y engordarla, pero me la comería a besos, era adorable. Miré de nuevo a la ventana e hice otra reverencia-Si me disculpa...Dije con educación para salir de aquel lugar el cual me comía la vergüenza. Entré en el orfanato y me dirigí hacia el lugar donde estaban celebrando la misa.
Entre dentro de lo que era la sala donde estaban todos reunidos. Había un niño, de ojos claros y cabello moreno. Estaba mirando a todos y al parecer sujetaba un peluche de un conejito y en su otro brazo un coche de juguete. Hablaba, miraba a todos. Yo me quedé den el umbral de la puerta escuchándole con atención y pude escuchar varias veces el nombre de Lena, Lenneth Stratowski. Aquel niño hablaba con el corazón en la mano, hablaba de la mujer como si hubiera sido una madre para el niño. Escuché que hablaba de unos cuentos y no pude evitar cuando habló del cuento del leñador. Sonreí recordando aquel cuento que era procedente de mi tierra natal, Rumanía, pero al parecer, no estaba sola en este lugar y al parecer más gente de mi tierra había pasado por este lugar. El niño terminó de hablar, para sonreír y ser bajado de una pequeña pila de libros para poder volver a su sitio. Después vi a una niña, de cabello rubio oscuro, ojos marrones y de rostro dulce. También hablaba de la mujer y de su bella voz, de la noche que pasó junto a ella y otro señor que no decía el nombre. Al parecer, aquella mujer había dejado marca en el orfanato. Terminó sonriendo con bellas palabras en el eco de la sala, a lo que yo casi me emocioné y tímidamente me uní al grupo de aplausos. Salí antes de que terminaran de aplaudir y entonces de nuevo me encontré cara a cara con aquel hombre.-Lo...siento...solo estaba... Quería saber de que estaban hablando.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Abel dirigió la mirada a su niña que escondida en su pecho se tapaba la boca con sus dos manitos, riéndose como si hubiese hecho una travesura aunque la joven se había caído sola.
- eres una niña mala ciel- le dijo en una reprimenda cariñosa y la niña no pareció ponerle mucha atención- mira has asustado a la señorita, ciel tu papi necesita conocer alguna dama, atraelas no las ahuyentes- jugo con la pequeña aunque sabia perfectamente que habia evitado la compañía femenina desde que tenia a ciel con el.
Levanto a la niña en brazos y la levanto en el aire y el contraste entre ambos era notorio, abel tenia la piel aceitunada a diferencia de la blanca leche de ciel, los ojos azules contrastante con los negros, los cabello de sol en contraste con la oscura noche de abel. La pequeña enfundada en su vaporoso vestido blanco mientras el cubierto con el traje sobrio- tu pequeña niña eres un diablillo- dijo levantándola en el aire, bajándola y volviéndolo a hacer, estaba entretenido jugando con su pequeña cuando la mujer que habia visto antes volvió a chocar con el- oh descuide- dijo volviendo a cargar a ciel en la comodidad de uno de sus brazos- parece que le gustan los niños lady....- dejando la frase al aire pues no conocía el nombre de la joven, antes el se habia presentado pero parecía que la joven habia pensado que no era necesario que sus oídos escucharan las notas de su nombre.
- eres una niña mala ciel- le dijo en una reprimenda cariñosa y la niña no pareció ponerle mucha atención- mira has asustado a la señorita, ciel tu papi necesita conocer alguna dama, atraelas no las ahuyentes- jugo con la pequeña aunque sabia perfectamente que habia evitado la compañía femenina desde que tenia a ciel con el.
Levanto a la niña en brazos y la levanto en el aire y el contraste entre ambos era notorio, abel tenia la piel aceitunada a diferencia de la blanca leche de ciel, los ojos azules contrastante con los negros, los cabello de sol en contraste con la oscura noche de abel. La pequeña enfundada en su vaporoso vestido blanco mientras el cubierto con el traje sobrio- tu pequeña niña eres un diablillo- dijo levantándola en el aire, bajándola y volviéndolo a hacer, estaba entretenido jugando con su pequeña cuando la mujer que habia visto antes volvió a chocar con el- oh descuide- dijo volviendo a cargar a ciel en la comodidad de uno de sus brazos- parece que le gustan los niños lady....- dejando la frase al aire pues no conocía el nombre de la joven, antes el se habia presentado pero parecía que la joven habia pensado que no era necesario que sus oídos escucharan las notas de su nombre.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/04/2011
Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Le sonrie a los ojos ligeramente de lado, ladeando mi rostro mientras esbozaba una sonrisa amplia y fresca, fuera de tapujos y en cuanto vi a aquel hombre con aquel angelito sobre sus fuertes brazos ya era como ver algo muy dulce entre ambos. Bueno, aunque de algun modo una sensación muy extraña para mi, me hacia sentir de una manera cohibida ante él, ante lo que me dijera o dejara de mirar. Me preguntaba mi nombre y yo, ala, me fui, esquivandole como conejito asustada por los rincones del orfanato para que despues el destino me volviera a encontrar de bruces contra él. Algo había en el ambiente, el cual hizo que mi mano, se moviera lentamente a pesar de mi timidez, la cual jamás supe que tenía, acercandose poco a poco a los cabellos dorados de la pequeña ¿Ciel? hasta que mis yemas rozaron sus delicados mechones, esta parecio reaccionar algo agria a mi toque. Vaya, esto era nuevo. Rechazo. No, quizás me estuviera equivocando y tan solo estuviera incomoda y querria salir en busca de jugar, ir a algun sitio donde hubiera algún otro niño mas con el que compartir un coche de juguete. La verdad, me encantaban los niños, pero, la pequeña no quería que me acercara a su padre, o al menos es lo que mi intuicion me decia, era lógico. A mi me pasaba lo mismo con mi padre y con mi madre el doble, pero era lógico aquel amora de hija.
-Raven...-Sonreí hacia el suelo, con la mirada puesta en las rocas, parpadee unos instante y negué buscando con la mirada algún rincón en el cual esconder las lágrimas que iban saliendo de mi poco a poco-Dis..Disculpe....-Me aleje corriendo de donde ambos estaban, recogiendo las faldas de mi vestido, yendo en direccion a un patio trasero en el cual yacian varios laberintos de setos altos y desgastados por el reciente otoño, que amenazaba con escalofrios prematuros al caer el crepusculo, pero me sente como pude encima de un banco de piedra desgastado. No supe porque de repente me vino el recuerdo de mis padres....sobre aquella explanada de la Orden y yo...observando obligada a como ellos sufrían a causa de un secreto que me habian guardado durante muchisimo tiempo.-Dios...-Dije para mi misma, encogiendo en el sitio mientras me abrazaba a mi misma, sintiendo que algo cubria mis brazos, para acariciarme de arriba a abajo. Parpadee varias veces y dios mío, solo sentia la congoja en mi garganta, recordando aquel día agrio el cual estuve entre la espada y la pared. Me seque las lagrimas lentamente con el dedo indice de mi mano derecha y solamente gimoteaba en suspiros, apartando cualquier recuerdo que perturbara mi tranquilidad.
Una brisa y unas pisadas sobre la hierba, una dulce risa junto con la de otro niño, gire mi cuerpo un poco y vi a la pequeña jugar con otro niño a lo lejos, pero, ¿donde andaba su padre? Me seque nuevas lágrimas para después acercarme a la pequeña, a los pequeños que jugaban sin preocupación alguna hasta que pudiera localizar al padre o a algún hombre o mujer mayor con la que poder hacer preguntas sobre el cuidado de los menores.¿Acaso no sabía la gente cuidar de los menores?¿Acaso no sabía la gente que hay seres sobre-naturales merodeando en París?¿Qué pueden secuestrar a niños pequeños y comerselos? Cogi a Ciel en brazos y al otro niño de la mano, metiéndome dentro del orfanato y curiosamente, con ambos niños en silencio-Vamos pequeños-mire a Ciel a esos ojitos azules-Vamos a buscar a alguien ¿Sí?-Dije alternando miradas entre un niño y otro.
-Raven...-Sonreí hacia el suelo, con la mirada puesta en las rocas, parpadee unos instante y negué buscando con la mirada algún rincón en el cual esconder las lágrimas que iban saliendo de mi poco a poco-Dis..Disculpe....-Me aleje corriendo de donde ambos estaban, recogiendo las faldas de mi vestido, yendo en direccion a un patio trasero en el cual yacian varios laberintos de setos altos y desgastados por el reciente otoño, que amenazaba con escalofrios prematuros al caer el crepusculo, pero me sente como pude encima de un banco de piedra desgastado. No supe porque de repente me vino el recuerdo de mis padres....sobre aquella explanada de la Orden y yo...observando obligada a como ellos sufrían a causa de un secreto que me habian guardado durante muchisimo tiempo.-Dios...-Dije para mi misma, encogiendo en el sitio mientras me abrazaba a mi misma, sintiendo que algo cubria mis brazos, para acariciarme de arriba a abajo. Parpadee varias veces y dios mío, solo sentia la congoja en mi garganta, recordando aquel día agrio el cual estuve entre la espada y la pared. Me seque las lagrimas lentamente con el dedo indice de mi mano derecha y solamente gimoteaba en suspiros, apartando cualquier recuerdo que perturbara mi tranquilidad.
Una brisa y unas pisadas sobre la hierba, una dulce risa junto con la de otro niño, gire mi cuerpo un poco y vi a la pequeña jugar con otro niño a lo lejos, pero, ¿donde andaba su padre? Me seque nuevas lágrimas para después acercarme a la pequeña, a los pequeños que jugaban sin preocupación alguna hasta que pudiera localizar al padre o a algún hombre o mujer mayor con la que poder hacer preguntas sobre el cuidado de los menores.¿Acaso no sabía la gente cuidar de los menores?¿Acaso no sabía la gente que hay seres sobre-naturales merodeando en París?¿Qué pueden secuestrar a niños pequeños y comerselos? Cogi a Ciel en brazos y al otro niño de la mano, metiéndome dentro del orfanato y curiosamente, con ambos niños en silencio-Vamos pequeños-mire a Ciel a esos ojitos azules-Vamos a buscar a alguien ¿Sí?-Dije alternando miradas entre un niño y otro.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
(oye ¬¬ soy un buen padre ¬¬ )
Vio a la joven salir corriendo, y cierto es que habia alzando a ver el brote de lagrimas en sus ojos... que diablos habia sucedido? miro a ciel y esta obviamente no le dio respuesta, pensaba ir tras ella, dio un paso en su direccion pero una de las encargadas le llamo antes de que pudiese hacer cualquier avance, viendo en ambas direcciones termino por dar un suspiro ondo, miro a la niñera cerca y dejo a ciel en el suelo- ve a jugar un poco con los otros niños si?- le dijo ny se dirigio casi inmediatamente al interior del orfanato, el habia hecho un par de donativos y aunque normalmente donaba dinero el ultimo donativo lo habia hecho en material, algo de loza y tejas, la mujer hablaba con el hacerca del uso de estos y de como distribuirlos. A el le gustaba ayudar le agradaba tambien que la mujer le tomase importancia al punto de consultarle aquel tipo de cosas, suponia que ella queria mostrarle que aprobechaban y valoraban las cosas que hacia.
Estaba enfrascado en una tranquila converzacion cuando el sonido de los zapatos contra el suelo llamo su atencion pero no le hizo girar, no fue si no hasta que reconocio los balbuceos de ciel en un mal dicho "papa" que habia sonado mas bien como "baba". Sonrio sabiendo que su hija terminaria siguiendolo al interior y se sorprendio al ver que la mujer de antes la tenia en brazos, ciel no parecia inquieta ahora... aunque mas llamo su atencion, los ojos ligeramente rojos de la joven- parece que la veo por tercera vez en el dia raven- saludo.
La mujer que había estado hablando con el se despidió, dando por terminada su conversación y el le dejo irce con un ligero asentimiento de cabeza, dándole a raven después toda su atención- aunque parece que mi hija tuvo mejor suerte que yo, te vio antes- al parecer solo ciel tenia la capacidad de mantenerla cerca, cada que el le hablaba terminaba por salir huyendo.
Estaba enfrascado en una tranquila converzacion cuando el sonido de los zapatos contra el suelo llamo su atencion pero no le hizo girar, no fue si no hasta que reconocio los balbuceos de ciel en un mal dicho "papa" que habia sonado mas bien como "baba". Sonrio sabiendo que su hija terminaria siguiendolo al interior y se sorprendio al ver que la mujer de antes la tenia en brazos, ciel no parecia inquieta ahora... aunque mas llamo su atencion, los ojos ligeramente rojos de la joven- parece que la veo por tercera vez en el dia raven- saludo.
La mujer que había estado hablando con el se despidió, dando por terminada su conversación y el le dejo irce con un ligero asentimiento de cabeza, dándole a raven después toda su atención- aunque parece que mi hija tuvo mejor suerte que yo, te vio antes- al parecer solo ciel tenia la capacidad de mantenerla cerca, cada que el le hablaba terminaba por salir huyendo.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Bajé mi mirada al ver la mirada de Abel sobre la pequeña, pero no era por celos, no era por nada del otro mundo. Sonreí y mire a Abel-En realidad...andaba junto con...-mire a su alrededor y vi que el niño que me acompañaba ya no estaba, pero seguramente se fue en busca de otros niños para jugar, así que me centre en ambas personas con las que me encontraba-Bueno...junto con otro pequeño que ahora no se encuentra con nosotros y bueno, estaban lejos de alguna mirada adulta, cualquier cosa podría haberles pasado, menos mal que....me di cuenta de aquello y bueno-me encogí de hombros-Me acerque a echar el ojo...-mire a Ciel con una sonrisa y como si fuera un imán, vi como se escondía en mi pecho, tímidamente con un suave agarre en uno de mis mechones, pero solo vi cuando utilizo mi pecho de mascara y cuando tiraba de mi pelo, miraba con una sonrisa a Abel, con una de esas sonrisas las cuales se clavaban en tu rostro sin saber muy bien porque, pero esta no quería irse de mi rostro. ¿Qué sentía? Una cosa es que quería besarle, pero ¿Tan repentino esa sensación? Que incorrecto de mí, pardiez, apenas conocía al hombre y ya quería tenerlo sobre mí, en una cama. Mi sonrisa desapareció, mirando a otro lado y bastante sonrojada por mis pensamientos pecaminosos.
Estaba pasando demasiado tiempo sin entrenar y bueno la verdad, me estaba haciendo bastante mal el aroma de París, aquel que se impregnaba de delicadeza y ese punto de ternura que te hacía sentir amor por los demás, de un modo u otro para llegar o no a algo con otra persona-Bueno...-baje a Ciel de mi cadera y la puse de pie lentamente para que no bajara en picado y que se hiciera daño en esas pequeñas piernas que tenia, aun era una bebe y no podía estropearse nada. Miré de nuevo a Abel y mientras me incorporaba me recoloque un mechón de pelo detrás de mi oreja, en un lento movimiento que pudiera volver loco a cualquier hombre. Tenía mi encanto y no sabía si podría volver a usarlo de nuevo. En los antiguos entrenamientos de la orden, me eran muy útiles, pero aquella década horrorosa paso y yo le daba vueltas. Tenía que pensar en algo-Ciel... ¿Te gustaría un collar?-Dije moviendo mi mano en un puño al lado de su oreja y como por arte de magia, hacia aparecer un pequeño collar en la que colgaba una estrella de cinco puntas. Algo simple que acostumbraba tener siempre en mis escaparates y en las vitrinas con cosas de poco precio, pero este tenía un precio especial. Era gratis.
Estaba pasando demasiado tiempo sin entrenar y bueno la verdad, me estaba haciendo bastante mal el aroma de París, aquel que se impregnaba de delicadeza y ese punto de ternura que te hacía sentir amor por los demás, de un modo u otro para llegar o no a algo con otra persona-Bueno...-baje a Ciel de mi cadera y la puse de pie lentamente para que no bajara en picado y que se hiciera daño en esas pequeñas piernas que tenia, aun era una bebe y no podía estropearse nada. Miré de nuevo a Abel y mientras me incorporaba me recoloque un mechón de pelo detrás de mi oreja, en un lento movimiento que pudiera volver loco a cualquier hombre. Tenía mi encanto y no sabía si podría volver a usarlo de nuevo. En los antiguos entrenamientos de la orden, me eran muy útiles, pero aquella década horrorosa paso y yo le daba vueltas. Tenía que pensar en algo-Ciel... ¿Te gustaría un collar?-Dije moviendo mi mano en un puño al lado de su oreja y como por arte de magia, hacia aparecer un pequeño collar en la que colgaba una estrella de cinco puntas. Algo simple que acostumbraba tener siempre en mis escaparates y en las vitrinas con cosas de poco precio, pero este tenía un precio especial. Era gratis.
(Crees que no lo se *-*....*abraza a su user*)
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Daniel interior... que le ampararan todos los dioses, su cuerpo se había encendido como maldita dinamita solo con un simple gesto en su cabello, estaba molabesto por que ciel se hubiese quedado sola, la niñera se supone debería estar por ahi... "torpe" se dijo para sus adentros, siempre olvidaba que ginette a menudo tomaba su forma de gato para cuidar mejor a la niña sin asustar o intimidar a los demás niños del orfanato.
-gracias por la preocupación- hablo notando que su voz había salido algo mas ronca... su niña hacia intentos de saltar en el suelo, pero no lo lograba aun, su cuerpo simplemente tomaba impulso sin que sus pies despegaran de el suelo, había notado como la pequeña encogía sus piernas cuando la joven había intentado dejarla en el suelo, al final se había terminado rindiendo cuando sus zapatos habían dado en firme, observo a la joven mostrandole la joya a la niña y una serie de sentimientos contradictorios lo inundaron, por un lado no se supone que debieran andar tomando regalos de extraños, por otro la actitud que la mujer tenia para con su niña le derretía y por ultimo y mas importante... era una estrella- permitame- hablo tomando la mano que sostenía la joya y la levanto lejos de ciel tomándola el- yo la guardare por ella, me quedare con ella hasta que ciel tenga la suficiente edad para reclamarle a su egoísta padre- llevando la mano de la muchacha a sus labios, dejando un beso educado pero algo lento... estaba coqueteando! hacia tanto que no tenia nada con ninguna mujer y sin embargo...no lo había deseado...hasta ahora- mientras tanto podre evocar un hermoso rostro cada vez que la contemple- refiriéndose a la joya.
El que ciel tuviese una joya con forma de estrella no le agradaba mucho, los picos podrían lastimar a una niña tan pequeña, probablemente solo estaba siendo paranoico, pero prefería prevenir, aunque lo menos que quería era que la mujer sintiese que rechazaba o reprobaba su acto, no cuando los ojos le brillaban de aquella manera cuando contemplaba a la pequeña.
-gracias por la preocupación- hablo notando que su voz había salido algo mas ronca... su niña hacia intentos de saltar en el suelo, pero no lo lograba aun, su cuerpo simplemente tomaba impulso sin que sus pies despegaran de el suelo, había notado como la pequeña encogía sus piernas cuando la joven había intentado dejarla en el suelo, al final se había terminado rindiendo cuando sus zapatos habían dado en firme, observo a la joven mostrandole la joya a la niña y una serie de sentimientos contradictorios lo inundaron, por un lado no se supone que debieran andar tomando regalos de extraños, por otro la actitud que la mujer tenia para con su niña le derretía y por ultimo y mas importante... era una estrella- permitame- hablo tomando la mano que sostenía la joya y la levanto lejos de ciel tomándola el- yo la guardare por ella, me quedare con ella hasta que ciel tenga la suficiente edad para reclamarle a su egoísta padre- llevando la mano de la muchacha a sus labios, dejando un beso educado pero algo lento... estaba coqueteando! hacia tanto que no tenia nada con ninguna mujer y sin embargo...no lo había deseado...hasta ahora- mientras tanto podre evocar un hermoso rostro cada vez que la contemple- refiriéndose a la joya.
El que ciel tuviese una joya con forma de estrella no le agradaba mucho, los picos podrían lastimar a una niña tan pequeña, probablemente solo estaba siendo paranoico, pero prefería prevenir, aunque lo menos que quería era que la mujer sintiese que rechazaba o reprobaba su acto, no cuando los ojos le brillaban de aquella manera cuando contemplaba a la pequeña.
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Miré como Daniel recogía con sus manos el colgante que le di a la pequeña, por dios. Era una joya inofensiva, pero en cuanto poso un beso sobre mi mano, vale, está bien, pude entenderlo de otro modo. Le mire a los ojos y pude ver aquella oscura mirada, que se dirigía al compas de sus movimientos. Me soltó la mano, pero yo no me iba a quedar sin decir lo mío.
-Escuche....bueno...entiendo su posición y que se preocupe por la niña, pero es una joya lo bastante pulida como para que se haga daño-puse mis brazos en jarras-y además...-me cruce de brazos, pero me quedaba sin argumentos con los que quejarme en ese momento. ¿Era él? ¿O era simplemente que llevaba razón?-Bueno...he de irme...-Dije haciendo un ademán, lentamente girando mi cuerpo para hacer como que me iba. No sabía si les importaba, pero el tirón del bajo de mi falda hizo que mirar hacia abajo. La pequeña Ciel se agarraba de la tela de mi vestido, pero esos ojitos tan tiernos, me hicieron pensar las cosas, pero aun no sabía si era buena idea quitarle el regalo a una niña, pero bueno, los padres eran los padres-pero creo que por esta niña...-no pude evitar cogerla en brazos, apoyarla contra mi pecho y sentarla en el hueso de mi cadera-me quedare...-mire a Daniel a los ojos y le dedique una sonrisa-Bueno, he de decir que debe de venir mucho por aquí debido a que mucha gente, parece conocerle....-me acerque un poco, sugerentemente hasta Daniel, pero en realidad me acerque para posar a Ciel en los brazos de su padre, con cuidado de que no se cayera al suelo. De nuevo otro tirón en el bajo de mi falda y vi al niño de antes, desnudo.- ¡Pero bueno!- ¿Ahora qué hago? Bueno, llame a una monja que paseaba por el orfanato y cuando me acerque con el niño, esta enseguida tapo al niño entre sus brazos. Pobre niño, era el de antes, pero lo único que sospechaba es que fuera alguna clase de ser fuera de lo normal, pero termine por olvidarme del tema cuando volvió a encontrarme cara a cara con Daniel y Ciel, juntos como una familia. En cierto modo, les tenía envidia.
Querría tener un bebe. Me acaricie el vientre por puro instinto. Mire como si tuviera un vientre en mi estomago, con un bebe dentro, pero no estaba en cinta, ni tenía ningún otro problema serio. La verdad, todo era en cambio a un castigo que pase en el pasado. Mire a ambos con una sonrisa y la verdad, no sé porque lo hice. Di un tierno beso a la pequeña y después a Daniel, pero este último fue corto y rápido contratándolo con el que me dio en el dorso de mi mano. No pude evitar echar mi pelo hacia atrás, ponerlo en un lado dejando parte de mi cuello al desnudo, con el vestido de manga corta y escote de barco. Llevaba unos pendientes de mi joyería, pero en realidad eran unos zafiros, con un formato mediano que no cubriera la longitud de mi cuello. Miraba atentamente a Ciel y disimuladamente me di la vuelta, para ver al niño que para mi asombro, fije mi mirada en una cola de gato la cual el niño, no se había dado cuenta, no la había escondido y yo, Bingo. Mire de nuevo a Daniel para cogerme de su brazo, hacerle girar-¿Damos un paseo?-lejos de la vista de aquella mal formación infantil. Era evidente que el niño podría haber querido algo con Ciel, pero estuve yo misma para acercarme, para poder cuidar de Ciel. La verdad, si ese niño se acercaba a Ciel, lo pagaría, no tendría sangre en mis venas para profanarle un “Adiós”, sino que con toda mi sangre fría, podría salvar a tiempo a alguien.
-Escuche....bueno...entiendo su posición y que se preocupe por la niña, pero es una joya lo bastante pulida como para que se haga daño-puse mis brazos en jarras-y además...-me cruce de brazos, pero me quedaba sin argumentos con los que quejarme en ese momento. ¿Era él? ¿O era simplemente que llevaba razón?-Bueno...he de irme...-Dije haciendo un ademán, lentamente girando mi cuerpo para hacer como que me iba. No sabía si les importaba, pero el tirón del bajo de mi falda hizo que mirar hacia abajo. La pequeña Ciel se agarraba de la tela de mi vestido, pero esos ojitos tan tiernos, me hicieron pensar las cosas, pero aun no sabía si era buena idea quitarle el regalo a una niña, pero bueno, los padres eran los padres-pero creo que por esta niña...-no pude evitar cogerla en brazos, apoyarla contra mi pecho y sentarla en el hueso de mi cadera-me quedare...-mire a Daniel a los ojos y le dedique una sonrisa-Bueno, he de decir que debe de venir mucho por aquí debido a que mucha gente, parece conocerle....-me acerque un poco, sugerentemente hasta Daniel, pero en realidad me acerque para posar a Ciel en los brazos de su padre, con cuidado de que no se cayera al suelo. De nuevo otro tirón en el bajo de mi falda y vi al niño de antes, desnudo.- ¡Pero bueno!- ¿Ahora qué hago? Bueno, llame a una monja que paseaba por el orfanato y cuando me acerque con el niño, esta enseguida tapo al niño entre sus brazos. Pobre niño, era el de antes, pero lo único que sospechaba es que fuera alguna clase de ser fuera de lo normal, pero termine por olvidarme del tema cuando volvió a encontrarme cara a cara con Daniel y Ciel, juntos como una familia. En cierto modo, les tenía envidia.
Querría tener un bebe. Me acaricie el vientre por puro instinto. Mire como si tuviera un vientre en mi estomago, con un bebe dentro, pero no estaba en cinta, ni tenía ningún otro problema serio. La verdad, todo era en cambio a un castigo que pase en el pasado. Mire a ambos con una sonrisa y la verdad, no sé porque lo hice. Di un tierno beso a la pequeña y después a Daniel, pero este último fue corto y rápido contratándolo con el que me dio en el dorso de mi mano. No pude evitar echar mi pelo hacia atrás, ponerlo en un lado dejando parte de mi cuello al desnudo, con el vestido de manga corta y escote de barco. Llevaba unos pendientes de mi joyería, pero en realidad eran unos zafiros, con un formato mediano que no cubriera la longitud de mi cuello. Miraba atentamente a Ciel y disimuladamente me di la vuelta, para ver al niño que para mi asombro, fije mi mirada en una cola de gato la cual el niño, no se había dado cuenta, no la había escondido y yo, Bingo. Mire de nuevo a Daniel para cogerme de su brazo, hacerle girar-¿Damos un paseo?-lejos de la vista de aquella mal formación infantil. Era evidente que el niño podría haber querido algo con Ciel, pero estuve yo misma para acercarme, para poder cuidar de Ciel. La verdad, si ese niño se acercaba a Ciel, lo pagaría, no tendría sangre en mis venas para profanarle un “Adiós”, sino que con toda mi sangre fría, podría salvar a tiempo a alguien.
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Daniel la vio, parecía ligeramente enfadada con que le hubiese quitado la joya a la niña, tomándola en las manos podía notar que era cierto, el dije estaba bien pulido, no lo había notado hasta tenerlo en las manos, pero no cambiaba de opinión, ciel era una niña inquieta y a menudo tiraba de los cuellos de sus vestidos, no quería que fuese a romper el bonito regalo- ademas?- le alentó con una sonrisa y entonces ella decidió que debía irse, lo cual era una pena, no tenia deseos de dejarla ir tan pronto y en lo que a el respectaba preferiría invitarla a comer, tal vez conseguir algún encuentro próximo. El solo pensamiento le tomo pro sorpresa, era el quien evitaba a las mujeres desde que ciel se había vuelto su responsabilidad y el centro de su vida... por que esta joven parecía tener un efecto diferente? Quiso detenerla pero nuevamente su niña le gano aferrándose a las faldas de la mujer... solo en ese instante pudo darse cuenta por que ella no provocaba su recelo... por supuesto...era imposible sentirlo por aquella mujer, imposible cuando sus ojos se iluminaban de aquella manera cada vez que contemplaba a ciel, cuando sus brazos la acunaban con una cariño tan genuino que dolía solo observarlo... haciéndole ver la evidente necesidad de una figura femenina en la vida de ciel, Ginette la cuidaba, jugaba con ella pero no era su madre, era su niñera y en ocasiones mas su mascota, había dudado bastante antes de contratarla, pero finalmente había dejado que fuese el juicio de ciel el que prevaleciera y no el suyo.
- Definitivamente es usted un duro golpe a mi ego señorita- sonrió cuando menciono que se quedaba solo por la niña, el debería ya acostumbrarse a todo eso. Vio a un niño acercarse a ellos y a la joven levantarlo para llevarlo con una de las monjas, su mirada la siguió y cuando los observo el movimiento sobre su vientre llamo su atención, una oleada de aprensión le invadió desde los pies y supuso que ciel lo había sentido pues reacciono viendo extrañada a su papa, ella se acerco y le saludo con un beso a cada uno, uno corto que le dejo con una vaga sensación de no haber sucedido nunca- sera un placer- asintió cuando ella propuso el paseo, caminaron saliendo del edificio, a los patios que recientemente habían sido restaurados para los niños y sin poder contenerse demasiado termino por preguntar en un tono lento y educado.
-y dígame señorita Drooks, es usted casada?- pregunto mientras su vista se paseaba por el patio como si hubiese preguntado sobre el clima- comprometida tal vez?-llevaba a ciel en un brazo y a la joven en el otro, ciel rodeaba a su papa por el cuello con una mano para asegurarse y con la otra intentaba alcanzar el pelo de la joven.
- Definitivamente es usted un duro golpe a mi ego señorita- sonrió cuando menciono que se quedaba solo por la niña, el debería ya acostumbrarse a todo eso. Vio a un niño acercarse a ellos y a la joven levantarlo para llevarlo con una de las monjas, su mirada la siguió y cuando los observo el movimiento sobre su vientre llamo su atención, una oleada de aprensión le invadió desde los pies y supuso que ciel lo había sentido pues reacciono viendo extrañada a su papa, ella se acerco y le saludo con un beso a cada uno, uno corto que le dejo con una vaga sensación de no haber sucedido nunca- sera un placer- asintió cuando ella propuso el paseo, caminaron saliendo del edificio, a los patios que recientemente habían sido restaurados para los niños y sin poder contenerse demasiado termino por preguntar en un tono lento y educado.
-y dígame señorita Drooks, es usted casada?- pregunto mientras su vista se paseaba por el patio como si hubiese preguntado sobre el clima- comprometida tal vez?-llevaba a ciel en un brazo y a la joven en el otro, ciel rodeaba a su papa por el cuello con una mano para asegurarse y con la otra intentaba alcanzar el pelo de la joven.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Parpadee dos veces. Si había entendido bien, ¿Me pregunto si tenía algún compromiso? Un leve rubor en mis mejillas apareció, quite el agarre de mi brazo alrededor del de Daniel y suspire para después mirarle al codo-Yo...la verdad que no me esperaba esa pregunta....eh...-trague saliva poco a poco para poder hablar después-Ni siquiera...Esta sería la primera vez que estoy cerca de un hombre...-levante la mirada a sus ojos oscuros, a los de Ciel, al jardín que se expandía enfrente nuestra, para después pararme en seco y abrazándome a mí misma. No era por frio, no era por anhelo, sino que era por nada más y nada menos que por vergüenza. Eso había sido un golpe duro, la verdad, jamás y nunca creo que váyase a encontrar a alguien-Espero que eso no le cause desagrado...-Hice una reverencia a lo que después me di la vuelta de nuevo, pero estaba huyendo, ese no era mi estilo, maldita sea. Me pare delante de una fuente, mirando la estatua de querubín que adornaba en la cima, de piedra blanca dando un toque enfermizo. ¿Por qué me ponía así? Había sido muy descortés.
Me había ido así sin más, sin decir nada más y ahora tendría que volver a disculparme, pero podría parecer alguien que no estuviera demasiado cuerdo. Suspire y junte mis manos, de manera oratoria y suplique que algo cambiara en mi vida, no quería seguir huyendo, desde aquel día, todo parecía haberme ido de mal en peor. El negocio apenas se fue a la quiebra dado que mis tíos hicieron un buen trabajo manteniéndolo a flote. En la fuente había el típico borde grueso en el que la gente se sentaba a menudo, pues pose mi cuerpo allí, sentándome erguida quedando con la mirada al frente. Vi como Ciel me saludaba con la mano, yo la respondí con la mano y una sonrisa, a Daniel, cuando le mire baje la mano, mi rostro serio de nuevo y alzada al cielo, como si estuviera viendo cerdos rosas volar por el cielo, aunque todo en este país era posible, aquí y en cualquier parte del mundo. La verdad todo se debía a que alguien estropeo nuestra graduación, pero eso era pasado.
Los pájaros cantan, las nubes se levantaban juntas y perezosas siendo ayudadas por el viento que se levanto de repente. Sujete mi pelo a un lado, seguía mirando al cielo y un escalofrió hizo que recorriera mi cuerpo, de arriba abajo, estremeciéndome completamente por doquier. Mire hacia el frente y pude ver una margarita delante de mi cara. Sonreí, era la pequeña Ciel, que al parecer me había traído una margarita y cuando quise darme cuenta, había puesto ambas manitas en mi vientre. Sorprendida, abrí los ojos abiertamente, pero reaccione rápido, posando mi mano libre dado que una ocupaba con la margarita, pose mi mano libre sobre las de Ciel y le bese la frente-Eres una niña muy lista...-ladee mi rostro, para verla con buenos ojos. “No todo está perdido cuando puedes ver en el rostro de un niño su magnífica sonrisa.” Recordé las palabras de la melodía de mi madre, de quien perdí aquella mañana nublada, en mitad de la plaza central de la Orden junto con mi padre. No esperaba que la realeza fueran personas con tanta influencia, tanta hasta poder quitar la vida de tus seres queridos.-Ciel...pero no, no hay nada...ni lo hubo...-Sonreí, después rodee con mis brazos a la pequeña y la senté en mi regazo, acunándola para regalarla mis sonrisas. Las mías serian para ellas, para cualquier niño, pero especialmente Ciel, me hacía sentir en calma, como si de verdad estuviera en el cielo.
Me había ido así sin más, sin decir nada más y ahora tendría que volver a disculparme, pero podría parecer alguien que no estuviera demasiado cuerdo. Suspire y junte mis manos, de manera oratoria y suplique que algo cambiara en mi vida, no quería seguir huyendo, desde aquel día, todo parecía haberme ido de mal en peor. El negocio apenas se fue a la quiebra dado que mis tíos hicieron un buen trabajo manteniéndolo a flote. En la fuente había el típico borde grueso en el que la gente se sentaba a menudo, pues pose mi cuerpo allí, sentándome erguida quedando con la mirada al frente. Vi como Ciel me saludaba con la mano, yo la respondí con la mano y una sonrisa, a Daniel, cuando le mire baje la mano, mi rostro serio de nuevo y alzada al cielo, como si estuviera viendo cerdos rosas volar por el cielo, aunque todo en este país era posible, aquí y en cualquier parte del mundo. La verdad todo se debía a que alguien estropeo nuestra graduación, pero eso era pasado.
Los pájaros cantan, las nubes se levantaban juntas y perezosas siendo ayudadas por el viento que se levanto de repente. Sujete mi pelo a un lado, seguía mirando al cielo y un escalofrió hizo que recorriera mi cuerpo, de arriba abajo, estremeciéndome completamente por doquier. Mire hacia el frente y pude ver una margarita delante de mi cara. Sonreí, era la pequeña Ciel, que al parecer me había traído una margarita y cuando quise darme cuenta, había puesto ambas manitas en mi vientre. Sorprendida, abrí los ojos abiertamente, pero reaccione rápido, posando mi mano libre dado que una ocupaba con la margarita, pose mi mano libre sobre las de Ciel y le bese la frente-Eres una niña muy lista...-ladee mi rostro, para verla con buenos ojos. “No todo está perdido cuando puedes ver en el rostro de un niño su magnífica sonrisa.” Recordé las palabras de la melodía de mi madre, de quien perdí aquella mañana nublada, en mitad de la plaza central de la Orden junto con mi padre. No esperaba que la realeza fueran personas con tanta influencia, tanta hasta poder quitar la vida de tus seres queridos.-Ciel...pero no, no hay nada...ni lo hubo...-Sonreí, después rodee con mis brazos a la pequeña y la senté en mi regazo, acunándola para regalarla mis sonrisas. Las mías serian para ellas, para cualquier niño, pero especialmente Ciel, me hacía sentir en calma, como si de verdad estuviera en el cielo.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
La reacción de la chica lo desconcertó, sin duda era inesperada y no supo que era lo que había sucedido…abría preguntado alguna indiscreción, solo lo había preguntado para saber que título usar con ella y… no, a quien engañaba, lo único que había deseado era saber si ella era libre, saber que tanto podría acercarse o si la única mujer que había verdaderamente despertado su interés estaba prohibida…abría sido una fea treta del destino si así hubiese sido… La vio en la distancio, se veía deprimida…perdida en sus pensamientos y no supo que hacer, si acercarse o esperar a que ella lo hiciera, la vio saludar a ciel y a su niña mover una de sus manitas torpemente. Ella lo vio a el y después viro la mirada hacia el cielo… no parecía cómoda con su mirada… sonrió un poco viendo a su niña y la bajo al suelo.
-vamos pequeña, trabaja con tu padre- sonrió tomando una de las margaritas del jardín y dándosela- llévasela- le indico señalando a Raven y la niña vio a su padre… a la muchacha y después salió corriendo torpemente, medio tropezando a su paso pero sin caer, Daniel la observo en la distancia y sonrió al ver la reacción de la chica… se mantuvo alejado un poco y finalmente se acercó- ella es normalmente muy desconfiada con los extraños, pero parece que usted le ah agradado, ella no habla aun pero creo que últimamente me pide a gritos una mama- comento como si nada sentándose en la fuente frente a ella, dejando un espacio en el que ciel se apoyaba entre ellos- lamento si pregunte una indiscreción, no era mi intención incomodarla- hablo pasando una de sus manos por el corto cabello de la pequeña- parece que la única que se porta bien aquí es esta de aquí, tal vez el padre debería aprender un poco de la niña- reflexiono un poco- podría… no lo se, invitarle a comer como disculpa?- sonrió de medio lado.
Ciel por su parte parecía encontrar fascinante el agua en la fuente y se empujaba intentando alcanzarla, aunque la palabra “comida” parecía resaltar en su cabecita pues levanto la mirada rápidamente a su padre riendo y balbuceando alguna palabra parecida a “comer”
-vamos pequeña, trabaja con tu padre- sonrió tomando una de las margaritas del jardín y dándosela- llévasela- le indico señalando a Raven y la niña vio a su padre… a la muchacha y después salió corriendo torpemente, medio tropezando a su paso pero sin caer, Daniel la observo en la distancia y sonrió al ver la reacción de la chica… se mantuvo alejado un poco y finalmente se acercó- ella es normalmente muy desconfiada con los extraños, pero parece que usted le ah agradado, ella no habla aun pero creo que últimamente me pide a gritos una mama- comento como si nada sentándose en la fuente frente a ella, dejando un espacio en el que ciel se apoyaba entre ellos- lamento si pregunte una indiscreción, no era mi intención incomodarla- hablo pasando una de sus manos por el corto cabello de la pequeña- parece que la única que se porta bien aquí es esta de aquí, tal vez el padre debería aprender un poco de la niña- reflexiono un poco- podría… no lo se, invitarle a comer como disculpa?- sonrió de medio lado.
Ciel por su parte parecía encontrar fascinante el agua en la fuente y se empujaba intentando alcanzarla, aunque la palabra “comida” parecía resaltar en su cabecita pues levanto la mirada rápidamente a su padre riendo y balbuceando alguna palabra parecida a “comer”
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Bajé mi mirada en busca de alguna excusa para decirle que no era como él pensaba, pero en realidad...en cierto modo, aquella pregunto me incomodo parcialmente, pero reaccioné negando de lado a lado para después sonreírle ampliamente, sujetando a la pequeña Ciel por los costados-Discúlpeme, pero no suelo encontrarme con esa clase de preguntas, Monsieur...-sonreí ampliamente y pose a Ciel sobre mis piernas para acercarme a Daniel y propinarle con un tierno beso en la comisura de sus labios, tapando la vista a la pequeña Ciel con la palma de mi mano. Como si fuera una tardía mañana de otoño, me separé, dejando ese "algo" de sensualidad, de calidez que se deja antes de que se colocase el frio de nuevo en nuestra piel-Sería...todo un honor ir con usted a comer junto con Ciel por supuesto-Mi voz sonaba sensual, iba en una progresión de lento a rápido cuando ya pronunciaba palabras refiriéndome a Ciel. En cierto modo, Daniel no me hacia enfadar, de hecho me resultaba que era otro niño grande que necesitaba el toque de una mujer y eso era adorable en un hombre. Adoraba ver la parte infantil de todo hombre. Los hombres que se hacían pasar por una actitud severa y aburrida, habían en parte olvidado de sus recuerdos infantiles, pero quizás en el caso de Daniel, al vivir junto con un infante, se le habría pegado algo de Ciel. Sería algo correcto, de hecho, siempre nos pasaba sin darnos apenas cuenta de ello.
-¿Podría...-Carraspee con cierto disimulo-responderme usted a la misma pregunta?-Yo también quería saber si estaba soltero o si estaba divorciado y con la custodia de Ciel a medias, la verdad, ahora me interesaban cosas de él y de la niña. Algo especial que sentía hacia el afecto, me lo estaban despertando cada uno, a su ritmo, pero creo que Ciel, llevaba varios puntos avanzados en la carrera, al parecer, Daniel se lo tendría que currar un poquito más-Ciel...-le señale un parque que había un columpio cerca de Daniel-¿Ves el columpio?-No había echo falta que hubiera dicho más, simplemente, ella, cuando le señalé el columpio, directamente hecho el vuelo y después de varios minutos su pequeña imaginación ya empezaba a volar junto con el columpio. Era enternecedor, pero en cuanto me acerque para mirar más de cerca a Daniel, mi actitud pícara volvía juguetona-Por cierto dígame... ¿Qué hace aquí? He visto que muchos niños, incluso monjas le miran con mucha atención...-crucé mis piernas en un gesto delicado y coqueto que finalmente lo termine poniendo mi codo sobre mi rodilla flexionada.
-¿Podría...-Carraspee con cierto disimulo-responderme usted a la misma pregunta?-Yo también quería saber si estaba soltero o si estaba divorciado y con la custodia de Ciel a medias, la verdad, ahora me interesaban cosas de él y de la niña. Algo especial que sentía hacia el afecto, me lo estaban despertando cada uno, a su ritmo, pero creo que Ciel, llevaba varios puntos avanzados en la carrera, al parecer, Daniel se lo tendría que currar un poquito más-Ciel...-le señale un parque que había un columpio cerca de Daniel-¿Ves el columpio?-No había echo falta que hubiera dicho más, simplemente, ella, cuando le señalé el columpio, directamente hecho el vuelo y después de varios minutos su pequeña imaginación ya empezaba a volar junto con el columpio. Era enternecedor, pero en cuanto me acerque para mirar más de cerca a Daniel, mi actitud pícara volvía juguetona-Por cierto dígame... ¿Qué hace aquí? He visto que muchos niños, incluso monjas le miran con mucha atención...-crucé mis piernas en un gesto delicado y coqueto que finalmente lo termine poniendo mi codo sobre mi rodilla flexionada.
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Sonreía al verla, noto cuando mencionaba el columpio y su sonrisa se paralizo un poco al ver a la niña correr a el… tenia apenas un año… no quería que se golpeara con el columpio, hizo el amago de moverse y de algún lugar vio a una chica castaña de suaves rasgos acercarse, la chica había vuelto a su forma humana y el se sintió mucho mas tranquilo al verla cerca de la niña cuidando que no fuese a lastimarse, era aún muy pequeña para dejar de preocuparse por lo que le pudiese pasar. Su mirada se volvió a raven, mucho mas tranquilo y levanto una ceja ante la pregunta.
-solo hay una dama en mi vida y es ciel- dijo y se preguntó si eso sería lo suficientemente claro, posiblemente no, prefería ser mas explicito con sus palabras no quería que hubiese confusiones- no estoy casado, tampoco comprometido, ni siquiera pretendo a alguna dama… bueno hasta ahora- aclaro esperando que entendiera su punto pero sin sonar demasiado vulgar. No conocer por completo las costumbres de occidente no le ayudaba en su situación, cierto era que habia vivido un año en Francia mientras recuperaba su memoria y otro desde que era embajador en el país… pero aun asi no lograba acostumbrarse, sus costumbres y su forma de actuar se torcían con las occidentales en su mente dejándole un comportamiento que a menudo podía parecer extraño, una mezcla de actitudes características de cada país, y es que aunque como embajador no tenía por que intentar comportarse como los demás, si no al contrario mostrar sus raíces, la convivencia continua afectaba sus modales y sus formas de proceder.
En momentos como aquel deseaba saber que era lo correcto, de qué forma podría mostrarle que le interesaba sin parecer un imbécil, sin parecer tal vez exagerado y más importante sin parecer mal educado o en exceso atrevido o grosero- aunque usted no me contesto… y yo… simplemente paso por aquí de vez en cuando a dejar algunas donaciones y permitirle a ciel conocer y jugar con otros niños, normalmente no hay más a su alrededor.
-solo hay una dama en mi vida y es ciel- dijo y se preguntó si eso sería lo suficientemente claro, posiblemente no, prefería ser mas explicito con sus palabras no quería que hubiese confusiones- no estoy casado, tampoco comprometido, ni siquiera pretendo a alguna dama… bueno hasta ahora- aclaro esperando que entendiera su punto pero sin sonar demasiado vulgar. No conocer por completo las costumbres de occidente no le ayudaba en su situación, cierto era que habia vivido un año en Francia mientras recuperaba su memoria y otro desde que era embajador en el país… pero aun asi no lograba acostumbrarse, sus costumbres y su forma de actuar se torcían con las occidentales en su mente dejándole un comportamiento que a menudo podía parecer extraño, una mezcla de actitudes características de cada país, y es que aunque como embajador no tenía por que intentar comportarse como los demás, si no al contrario mostrar sus raíces, la convivencia continua afectaba sus modales y sus formas de proceder.
En momentos como aquel deseaba saber que era lo correcto, de qué forma podría mostrarle que le interesaba sin parecer un imbécil, sin parecer tal vez exagerado y más importante sin parecer mal educado o en exceso atrevido o grosero- aunque usted no me contesto… y yo… simplemente paso por aquí de vez en cuando a dejar algunas donaciones y permitirle a ciel conocer y jugar con otros niños, normalmente no hay más a su alrededor.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Yo tampoco era tanto drama, pero me fije en Ciel, no corría peligro pero aquella mujer no me inspiraba confianza. En un momento en que mire de nuevo a Daniel, Sonreí, le mire a aquellos ojos oscuros y sonreí con cierta debilidad. Aquello de que Ciel era su única dama, lo entendía, era su hija y respondía por el amor de padre, pero en cierto modo, pensé que era algo estúpido de pensar en que había sentido eso que llaman celos por alguien que apenas estaba conociendo-¿Le molesto mi comportamiento?-Dije recomponiéndome de nuevo, sentada correctamente con los pies apoyados en el suelo, las manos sobre mis piernas. Menudo corte tenía ahora, había intentado cortejar a un hombre, pero al parecer había metido la pata, había hecho el ridículo-Yo tampoco tengo pareja ni siquiera he sentido eso del amor....-le mire por primera vez con un gesto serio en mi rostro, la sonrisa me resultaba difícil sacarla a flote para disfrutar de aquel momento. Volví mi mirada a Ciel y todavía estaba bien con esa mujer de pelos castaños, pero aun así, la vigilaba, no confiaba en ella. ¿Qué era? ¿Protección sobre Ciel? –Lo que hace es algo bastante noble...señor...-Miraba a Daniel de una manera tranquila cuando mi voz salió de un modo apagado, monótono, como deseando tocar el polvo del suelo, pero recordé las palabras que dijo sobre pretender a una dama “hasta ahora” dijo y entonces una sonrisa tímida apareció entre mis labios, pero de nuevo pensé “¿Y si se refería a otra?” “Quizás seria la que estaba cuidando a Ciel ahora mismo” -¿A quién cortejáis o decís que pretendéis?-le miraba con cierta timidez, era una pregunta bastante atrevida posiblemente, pero necesaria para calmar el temor que crecía en mi interior simultáneamente.
La mañana se había tornado unos tonos grises sobre otros tonos más oscuros. Parecía que el día quería empeorar para estropear la situación, quizás fuera un aviso de que tenía que irme, de que no pintaba nada allí al lado de Daniel y de Ciel, que recién había vuelto a patita suya hasta colocarse de nuevo junto con su padre. Observe a Ciel con una sonrisa, le acaricie el pelo con suma dulzura pero una reciente apatía mostro ante mi gesto cariñoso. Aparte la mano, la volví a poner en mis piernas correctamente y el rechazo de nuevo estaba en mis cinco sentidos, pero mi sonrisa no estaba fuera de mi rostro, sino que seguía manteniéndola, ya estaba cansada de huir, de mostrar debilidad-Vaya..¿Qué ocurre pequeña?-Volví a acercar mi mano a los cabellos de Ciel y volvió a mostrar la misma apatía que antes, así que deje de insistir-Bueno...-mire a Daniel buscando con la mirada alguna explicación del cambio de la niña-creo que no sé lo que hice..-mire a Ciel-...pero no me tengas miedo pequeña-Era lo último que quería que la niña sintiese hacia mí. No, me gustaría que tuviera miedo.
La mañana se había tornado unos tonos grises sobre otros tonos más oscuros. Parecía que el día quería empeorar para estropear la situación, quizás fuera un aviso de que tenía que irme, de que no pintaba nada allí al lado de Daniel y de Ciel, que recién había vuelto a patita suya hasta colocarse de nuevo junto con su padre. Observe a Ciel con una sonrisa, le acaricie el pelo con suma dulzura pero una reciente apatía mostro ante mi gesto cariñoso. Aparte la mano, la volví a poner en mis piernas correctamente y el rechazo de nuevo estaba en mis cinco sentidos, pero mi sonrisa no estaba fuera de mi rostro, sino que seguía manteniéndola, ya estaba cansada de huir, de mostrar debilidad-Vaya..¿Qué ocurre pequeña?-Volví a acercar mi mano a los cabellos de Ciel y volvió a mostrar la misma apatía que antes, así que deje de insistir-Bueno...-mire a Daniel buscando con la mirada alguna explicación del cambio de la niña-creo que no sé lo que hice..-mire a Ciel-...pero no me tengas miedo pequeña-Era lo último que quería que la niña sintiese hacia mí. No, me gustaría que tuviera miedo.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Ella pregunto si le había molestado su comportamiento y por un segundo no comprendió a que se refería y es que a él no le había molestado absolutamente nada en ella hasta el momento, posiblemente por eso le era imposible encontrar el contexto de la pregunta… pero viéndola, comprendió un poco a que se refería, ellos definitivamente no acaban de tener el más normal de los encuentros, se habían separado ya varias veces para volverse a buscar en el mismo dia, en apenas unos cuantos minutos…o llevaría ya horas por ahí? No lo creía, sentía que el tiempo pasaba volando.
-no encuentro nada molesto en usted..- había comenzado a decir cuando ella pregunto a quién cortejaba y la sorpresa se dibujó en su rostro, por un momento se quedó callado… movió los labios un par de veces sin dejar de observarla… ella no había notado su interés al parecer y por primera vez en su vida se sintió…inseguro, no sabía que hacer o decir, ella no había notado su interés y era posiblemente por que el no entendía el protocolo de la sociedad en la que se desenvolvía, tampoco estaba siguiendo lo que regían su nación porque le había parecido ridículo hacer algo que posiblemente a ella le incomodase, llevaba más de un año viviendo en Francia y aunque al principio no había tenido problemas, dada su falta de memoria al recuperarla había sufrido un choque cultural tremendo muy a pesar de su buena educación.
Estaba perdido en sus pensamientos cuando la niña regreso donde el y Raven, la mujer pareció nuevamente encandilada con la niña pero cual apenas y le prestaba atención, tenía una de sus pequeña manitas en su pierna y no respondía a la caricia con la que minutos antes abría estado encantada y sonriente, sin embargo tampoco se mostraba molesta, escucho las palabras de la joven y noto cierta tristeza en ella o al menos fue la impresión, posiblemente equivocada que le dio. Ella pensaba que ciel la rechazaba- no ha hecho nada malo- consoló a la muchacha pasando un par de dedos atrevidos por su rostro- ella solo está cansada después de jugar – haciendo una seña con la cabeza a la niña- asi como la ve está prácticamente dormida- y mientras lo decía levanto a ciel en brazos, ella no mostró más emoción de la que reflejo un pequeño bostezo que salió de los pequeños labios antes de acurrucarse contra su papa y cerrar los ojos- y… sobre lo anterior…- observo a la mujer y soltó un suspiro con una sonrisa desanimada- me gustaría… conocerla más… dicho de alguna manera… pretenderla… al parecer por desgracia, no conozco bien las maneras de este país.
-no encuentro nada molesto en usted..- había comenzado a decir cuando ella pregunto a quién cortejaba y la sorpresa se dibujó en su rostro, por un momento se quedó callado… movió los labios un par de veces sin dejar de observarla… ella no había notado su interés al parecer y por primera vez en su vida se sintió…inseguro, no sabía que hacer o decir, ella no había notado su interés y era posiblemente por que el no entendía el protocolo de la sociedad en la que se desenvolvía, tampoco estaba siguiendo lo que regían su nación porque le había parecido ridículo hacer algo que posiblemente a ella le incomodase, llevaba más de un año viviendo en Francia y aunque al principio no había tenido problemas, dada su falta de memoria al recuperarla había sufrido un choque cultural tremendo muy a pesar de su buena educación.
Estaba perdido en sus pensamientos cuando la niña regreso donde el y Raven, la mujer pareció nuevamente encandilada con la niña pero cual apenas y le prestaba atención, tenía una de sus pequeña manitas en su pierna y no respondía a la caricia con la que minutos antes abría estado encantada y sonriente, sin embargo tampoco se mostraba molesta, escucho las palabras de la joven y noto cierta tristeza en ella o al menos fue la impresión, posiblemente equivocada que le dio. Ella pensaba que ciel la rechazaba- no ha hecho nada malo- consoló a la muchacha pasando un par de dedos atrevidos por su rostro- ella solo está cansada después de jugar – haciendo una seña con la cabeza a la niña- asi como la ve está prácticamente dormida- y mientras lo decía levanto a ciel en brazos, ella no mostró más emoción de la que reflejo un pequeño bostezo que salió de los pequeños labios antes de acurrucarse contra su papa y cerrar los ojos- y… sobre lo anterior…- observo a la mujer y soltó un suspiro con una sonrisa desanimada- me gustaría… conocerla más… dicho de alguna manera… pretenderla… al parecer por desgracia, no conozco bien las maneras de este país.
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Había estado equivocada desde el principio. Creo que fueron los celos los que me hicieron sentir así y me había precipitado en juzgar a Ciel. Se notaba mi deficiencia con los infantes a pesar de mi devoción por ellos, sabia poco de ellos, pero en cuanto quise darme cuenta, una sonrisa sincera se quedo.
-Yo...pido disculpas...-baje mi rostro, estaba avergonzada por lo que había pensado o dicho-...pero creo que compartimos ambas ambiciones y que mejor manera de aceptar su invitación...-me acerque lentamente a Daniel, insinuada mente para estar casi rozando su pierna con la seda de mi vestido-...de ir a comer, haciendo que una bonita amistad comience a florecer entre los tres...-Más animada, me agarre de su brazo que andaba ocupado acunando a Ciel contra su pecho, mi mejilla se poso sobre el hombro de Daniel para disimular una repentina sonrisita que me había salido al sentir cierto cosquilleo en mi estomago. Era algo molesto, lo sabía de otras veces, pero en tal caso era agradable, no era dañino para mi salud, aunque pude sentir que mi corazón latía con rapidez.
Las costumbres de este país en el que estábamos estaban cambiando continuamente-No se preocupe por estas costumbres que son cambiadas a placer a cada minuto, no se preocupe que hasta a mí, que provengo de un país extranjero, me resulta adaptarme a las costumbres parisinas-En cierto modo, había estado viviendo aquí desde siempre, desde que tenía dieciséis años, desde que me metieron en aquella Orden escarlata en donde los problemas eran siempre de un tono carmesí el cual resultaba el color de dicha Orden. Ahora, bueno ya no estaba en la Orden, estaba manejando el negocio familiar, que sin mí, todo se iría al garete en cuestión de segundos. Niños y más niños correteaban por el orfanato, miraba al frente con cierta melancolía. ¿Cuándo era la última vez que habíamos sido niños? Cuando estas solo frente a los peligros, cuando eres un niño, no puedes afrontarlos a no ser que tengas ayuda de alguien, pero cuando creces los problemas aumentan y te encuentras solo con lo que tienes que ser valiente y andar hacia delante, haciendo que nadie te lo impidiese.
Podría ser descortés con lo que haría a continuación, pero mis labios se posaron cerca de los labios de Daniel, cerca de su mejilla y justo en la punta de la comisura de sus labios. Mi pálida piel entonces volvió a posarse sobre su hombro, ocultando mi rubor que había en las mejillas, hacía tiempo que no besaba a nadie tan cerca de unos labios como los de Daniel, a decir verdad, quería pensar que la dulzura de Ciel, había hecho que me acercara a él, como si fuera un anzuelo y yo el premio. Reí un poquito a escondidas bajo la capa del dorso de mi mano, mi agarre se soltó y me levante de aquella fuente en la que me sentaba-¿Le parece que partamos? Ciel podría despertarse de un momento a otro...-Dije mientras observaba embelesada a la pequeña, como se le caía la baba al tener la boca abierta. Era una imagen, la más tierna que había visto en mucho tiempo, pero con un pequeño pañuelo que saque de mi bolsa de mano, con cuidado limpie aquel rastro de saliva para que no cayese encima de la fina ropa de Daniel, rozando así, accidentalmente claro mi busto disimuladamente contra un codo flexionado que sujetaba todavía a la pequeña.
-Yo...pido disculpas...-baje mi rostro, estaba avergonzada por lo que había pensado o dicho-...pero creo que compartimos ambas ambiciones y que mejor manera de aceptar su invitación...-me acerque lentamente a Daniel, insinuada mente para estar casi rozando su pierna con la seda de mi vestido-...de ir a comer, haciendo que una bonita amistad comience a florecer entre los tres...-Más animada, me agarre de su brazo que andaba ocupado acunando a Ciel contra su pecho, mi mejilla se poso sobre el hombro de Daniel para disimular una repentina sonrisita que me había salido al sentir cierto cosquilleo en mi estomago. Era algo molesto, lo sabía de otras veces, pero en tal caso era agradable, no era dañino para mi salud, aunque pude sentir que mi corazón latía con rapidez.
Las costumbres de este país en el que estábamos estaban cambiando continuamente-No se preocupe por estas costumbres que son cambiadas a placer a cada minuto, no se preocupe que hasta a mí, que provengo de un país extranjero, me resulta adaptarme a las costumbres parisinas-En cierto modo, había estado viviendo aquí desde siempre, desde que tenía dieciséis años, desde que me metieron en aquella Orden escarlata en donde los problemas eran siempre de un tono carmesí el cual resultaba el color de dicha Orden. Ahora, bueno ya no estaba en la Orden, estaba manejando el negocio familiar, que sin mí, todo se iría al garete en cuestión de segundos. Niños y más niños correteaban por el orfanato, miraba al frente con cierta melancolía. ¿Cuándo era la última vez que habíamos sido niños? Cuando estas solo frente a los peligros, cuando eres un niño, no puedes afrontarlos a no ser que tengas ayuda de alguien, pero cuando creces los problemas aumentan y te encuentras solo con lo que tienes que ser valiente y andar hacia delante, haciendo que nadie te lo impidiese.
Podría ser descortés con lo que haría a continuación, pero mis labios se posaron cerca de los labios de Daniel, cerca de su mejilla y justo en la punta de la comisura de sus labios. Mi pálida piel entonces volvió a posarse sobre su hombro, ocultando mi rubor que había en las mejillas, hacía tiempo que no besaba a nadie tan cerca de unos labios como los de Daniel, a decir verdad, quería pensar que la dulzura de Ciel, había hecho que me acercara a él, como si fuera un anzuelo y yo el premio. Reí un poquito a escondidas bajo la capa del dorso de mi mano, mi agarre se soltó y me levante de aquella fuente en la que me sentaba-¿Le parece que partamos? Ciel podría despertarse de un momento a otro...-Dije mientras observaba embelesada a la pequeña, como se le caía la baba al tener la boca abierta. Era una imagen, la más tierna que había visto en mucho tiempo, pero con un pequeño pañuelo que saque de mi bolsa de mano, con cuidado limpie aquel rastro de saliva para que no cayese encima de la fina ropa de Daniel, rozando así, accidentalmente claro mi busto disimuladamente contra un codo flexionado que sujetaba todavía a la pequeña.
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Las acciones de la dama le dejaron extrañado…definitivamente no estaba cercano el día en que comprendería a las mujeres, lo cual era ciertamente una buena noticia, bien dicen “si lo puedes definir, que desilusión” sintió a la chica recargarse en el y sonrió un poco.
-esta todo bien?- pregunto suavemente, no queriendo despertar a ciel ni arruinar la atmosfera que se había casualmente creado en tan solo unos instantes, se estaba relajando cuando un roce suave… casi imperceptible casi alcanzo sus labios, abrió los ojos y noto que la chica había depositado un beso en su mejilla, logrando lo que no sucedía desde que tenia al menos unos 14 años… sus mejillas se encendieron haciéndole sentir estúpidamente ridículo, era cierto que en su cultura el contacto físico publico era casi nulo…pero también era cierto que en el año que había perdido la memoria había aprendido a ser algo mas físico, a besar el dorso de la mano o la mejilla de una de forma respetuosa… por que ahora salía aquella tope vergüenza.
Parpadeando un par de veces sonrió un poco y se aclaró la garganta- si… si claro- hablo poniéndose en pie, dio solo un paso antes de detenerse de golpe- aunque… también podría invitarla a cenar… llevare a ciel a casa e iría por usted para una cena mas tranquila… claro puede ser como usted quiera una comida ahora mismo también estremece mi interior con interés- hablo en una nota mas baja, había leído algo sobre las niñas, podían escuchar sonidos graves sin problema, eran los agudos los quelas despertaban. Por suerte el tenia u v bastante grave, pero no se arriesgaría…asi quizá las palabras terminaron saliendo lentas y bajas de sus labios, en un sonido ronco y masculino…casi podría decirse sensual.
-esta todo bien?- pregunto suavemente, no queriendo despertar a ciel ni arruinar la atmosfera que se había casualmente creado en tan solo unos instantes, se estaba relajando cuando un roce suave… casi imperceptible casi alcanzo sus labios, abrió los ojos y noto que la chica había depositado un beso en su mejilla, logrando lo que no sucedía desde que tenia al menos unos 14 años… sus mejillas se encendieron haciéndole sentir estúpidamente ridículo, era cierto que en su cultura el contacto físico publico era casi nulo…pero también era cierto que en el año que había perdido la memoria había aprendido a ser algo mas físico, a besar el dorso de la mano o la mejilla de una de forma respetuosa… por que ahora salía aquella tope vergüenza.
Parpadeando un par de veces sonrió un poco y se aclaró la garganta- si… si claro- hablo poniéndose en pie, dio solo un paso antes de detenerse de golpe- aunque… también podría invitarla a cenar… llevare a ciel a casa e iría por usted para una cena mas tranquila… claro puede ser como usted quiera una comida ahora mismo también estremece mi interior con interés- hablo en una nota mas baja, había leído algo sobre las niñas, podían escuchar sonidos graves sin problema, eran los agudos los quelas despertaban. Por suerte el tenia u v bastante grave, pero no se arriesgaría…asi quizá las palabras terminaron saliendo lentas y bajas de sus labios, en un sonido ronco y masculino…casi podría decirse sensual.
Ciel & Daniel- Humano Clase Alta
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Pensé en que me rechazaría o algo por ser demasiado atrevida, pero una cara de sorpresa con una sonrisa amplia se instalo en mi cara. Me levante de la fuente y me acerque hasta tenerlo cerca de mí, me agarre con suavidad de su brazo procurando no despertar a la pequeña que dormía en brazos de Daniel-Seria una oportunidad excelente el aprovechar que tuviéramos ahora un almuerzo juntos...-desvié la mirada y sonreí para después volver a mirarle a los ojos-...Creo que es mejor, porque si Ciel llega a tener algún contratiempo en la noche, usted no podría acudir...así que...-ladee mi cabeza para denotar cierta inocencia-...por la noche estaría usted libre para ella...-Me quede en el sitio hasta que comenzamos a caminar por el jardín, Ciel aun andaba en los brazos de Morfeo y en realidad era mejor así, la noche, te hacia hacer cosas de las que tu después podrías arrepentirte.
En cualquier caso, no tenía prisa por aquello. No lo tenía hasta que llegara al matrimonio. Mi cabeza ya empezaba a pensar por sí sola. Suspire y miraba de vez en cuando al bulto que Daniel tenía en los brazos. Yo podría quizás haber pasado por lo mismo, pero retracte en ello y tuve que acudir al-aborto...-al aborto...Me quede un rato pensando en si lo del aborto lo dije en alto o lo había pensado muy en alto. Mis mejillas, sentí como ardían de la vergüenza, solté el brazo de Daniel y entonces me puse a jugar con mi pelo-...Digo...que alboroto...-Dije lo primero que se me ocurrió, no era algo de lo que me gustaría hablar en este momento, jugaba con mis uñas distraídamente y no sabía si mirar o no a los ojos café de Daniel.
El mediodía había llegado y era aun la hora de comer. Tenía hambre y cuando estaba nerviosa, eso se hacía presente y el tema de la comida, era algo con lo que yo apenas jugaba. Mi cabello y mi apariencia no eran nada cantosas, mire a Daniel con cierta timidez y sonreí. Quería escapar de nuevo, pero ya seria de mala educación salir corriendo nuevamente hacia otra esquina y ponerme a llorar, pero después de tanto tiempo por aquí, pensé en que conseguiría adaptarme. Me fui moviendo hacia atrás y sin querer me choque con el brazo de Daniel-Perdón...-me disculpe haciendo a la vez una reverencia-¿Va...vamos a comer...?-Dije mientras aun estaba en la reverencia aunque después me incorpore para ver aquellos ojos café.
En cualquier caso, no tenía prisa por aquello. No lo tenía hasta que llegara al matrimonio. Mi cabeza ya empezaba a pensar por sí sola. Suspire y miraba de vez en cuando al bulto que Daniel tenía en los brazos. Yo podría quizás haber pasado por lo mismo, pero retracte en ello y tuve que acudir al-aborto...-al aborto...Me quede un rato pensando en si lo del aborto lo dije en alto o lo había pensado muy en alto. Mis mejillas, sentí como ardían de la vergüenza, solté el brazo de Daniel y entonces me puse a jugar con mi pelo-...Digo...que alboroto...-Dije lo primero que se me ocurrió, no era algo de lo que me gustaría hablar en este momento, jugaba con mis uñas distraídamente y no sabía si mirar o no a los ojos café de Daniel.
El mediodía había llegado y era aun la hora de comer. Tenía hambre y cuando estaba nerviosa, eso se hacía presente y el tema de la comida, era algo con lo que yo apenas jugaba. Mi cabello y mi apariencia no eran nada cantosas, mire a Daniel con cierta timidez y sonreí. Quería escapar de nuevo, pero ya seria de mala educación salir corriendo nuevamente hacia otra esquina y ponerme a llorar, pero después de tanto tiempo por aquí, pensé en que conseguiría adaptarme. Me fui moviendo hacia atrás y sin querer me choque con el brazo de Daniel-Perdón...-me disculpe haciendo a la vez una reverencia-¿Va...vamos a comer...?-Dije mientras aun estaba en la reverencia aunque después me incorpore para ver aquellos ojos café.
Pallas- Gitano
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Re: Ayudando a la gente [Abel y Ciel]
Ella había dicho que estaría libre para ciel y eso le había sacado una sonrisa del rostro, meneo la cabeza alejando sus pensamientos y miro al frente aguantando una expresión divertida- bien entonces vamos- hablo aunque la verdad es que en sus labios se había aquedado atorada la frase que le había venido nada mas escuchar las palabras de la joven.
“Siempre creí que el día era para los niños y la noche para los adultos!
Pero había sido un comentario demasiado atrevido y se felicito por tener la buena cordura de quedarse callado. Lo que menos deseaba era ofenderla o asustarla justo en el dia que se conocían, lo único que lamentaba de todo esto era lo improvisto del asunto… en su país los encuentros no se daban comúnmente de aquel modo, cuando tenia intenciones con alguna dama se presentaba en su casa y… bueno el punto es que de estar en su país abría tenido la oportunidad de arreglar mejor su apariencia antes de presentarse ante alguna dama que le interesara… No mentiría, le gustaba Francia pero en ocasiones era difícil acostumbrarse, el era de los pocos en su país que mantenían una mente abierta hacia otras formas de vivir y aun asi, las costumbres eran fuertes y arraigadas. Especialmente con una familia como la suya. Ellos ya habían saltado sobre sus pies al enterarse de que había adoptado a Ciel, por suerte el hecho de que eso le duele una mejor imagen en el trabajo había suavizado un poco las cosas. Estaba seguro de era por que no conocían a la pequeña. Solo verla sabía que se iban a enamorar de ella.
Perdido en sus pensamientos alcanzo a escuchar la palabra “aborto” de los labios de la joven, extrañado viro su mirada y se encontró con la de la chica, que es lo que habia dicho? Ella debio leer su desconcierto pues rápidamente aclaro que se refería al alboroto que se hacia a su alrededor, sonrió y asintió- los niños son inquietos- Sin embargo ella aun parecía nerviosa, la observo sintiéndose desconcertado y asintió cuando ella pregunto si iban a comer- por supuesto…alla vamos…- su actitud le pareció extraña pero decidió no incomodarla mas, creía acaso que se ofendería por decir que los niños tenían un alboroto? El tenia a ciel y a veces incluso ella lo sacaba de quicio no habia ninguna ofensa… o acaso ella realmente había dicho “aborto”? de cualquier forma no queria incomodarla mas asi que dejo el tema de lado- venga mi coche esta por aquí- guiándola y permitiendo que el chofer le abriese la puerta dejándola entrar obviamente primero- algún lugar que le guste?- pregunto acomodándose frente a ella, aun con ciel en brazos.
“Siempre creí que el día era para los niños y la noche para los adultos!
Pero había sido un comentario demasiado atrevido y se felicito por tener la buena cordura de quedarse callado. Lo que menos deseaba era ofenderla o asustarla justo en el dia que se conocían, lo único que lamentaba de todo esto era lo improvisto del asunto… en su país los encuentros no se daban comúnmente de aquel modo, cuando tenia intenciones con alguna dama se presentaba en su casa y… bueno el punto es que de estar en su país abría tenido la oportunidad de arreglar mejor su apariencia antes de presentarse ante alguna dama que le interesara… No mentiría, le gustaba Francia pero en ocasiones era difícil acostumbrarse, el era de los pocos en su país que mantenían una mente abierta hacia otras formas de vivir y aun asi, las costumbres eran fuertes y arraigadas. Especialmente con una familia como la suya. Ellos ya habían saltado sobre sus pies al enterarse de que había adoptado a Ciel, por suerte el hecho de que eso le duele una mejor imagen en el trabajo había suavizado un poco las cosas. Estaba seguro de era por que no conocían a la pequeña. Solo verla sabía que se iban a enamorar de ella.
Perdido en sus pensamientos alcanzo a escuchar la palabra “aborto” de los labios de la joven, extrañado viro su mirada y se encontró con la de la chica, que es lo que habia dicho? Ella debio leer su desconcierto pues rápidamente aclaro que se refería al alboroto que se hacia a su alrededor, sonrió y asintió- los niños son inquietos- Sin embargo ella aun parecía nerviosa, la observo sintiéndose desconcertado y asintió cuando ella pregunto si iban a comer- por supuesto…alla vamos…- su actitud le pareció extraña pero decidió no incomodarla mas, creía acaso que se ofendería por decir que los niños tenían un alboroto? El tenia a ciel y a veces incluso ella lo sacaba de quicio no habia ninguna ofensa… o acaso ella realmente había dicho “aborto”? de cualquier forma no queria incomodarla mas asi que dejo el tema de lado- venga mi coche esta por aquí- guiándola y permitiendo que el chofer le abriese la puerta dejándola entrar obviamente primero- algún lugar que le guste?- pregunto acomodándose frente a ella, aun con ciel en brazos.
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