Victorian Vampires
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) 2WJvCGs


Unirse al foro, es rápido y fácil

Victorian Vampires
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) 2WJvCGs
PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



NIGEL QUARTERMANE

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
NICOLÁS D' LENFENT

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
ESTACIÓN


Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24


COPYRIGHT/CRÉDITOS

En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.

Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.

Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.

Licencia de Creative Commons
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org


Últimos temas
» Savage Garden RPG [Afiliación Élite]
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMMiér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones

» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMMar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut

» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMMiér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane

» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMJue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar

» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMMiér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer

» l'enlèvement de perséphone ─ n.
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMSáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour

» orphée et eurydice ― j.
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMJue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour

» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMJue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke

» labyrinth ─ chronologies.
¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) NXLYMSáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour


<

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

4 participantes

Página 1 de 2. 1, 2  Siguiente

Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Sáb Oct 15, 2011 11:56 am

La mar estaba serena,
serena estaba la mar.

La mar estaba serena,
serena estaba la mar.

Ahora con "E".

Le mer estebe serene,
serene estebe le mer.

Le mer estebe serene,
serene estebe le mer.

Ahora con "I"...

Está bien, está bien, me voy a dormir Sad



No sabía cómo había llegado ahí, pero se lo sospechaba. Había despertado en una habitación muy... de niñas... con muchas cosas rosas, muñecas, juguetes y vestidos, pero aún así, era bastante acogedora, con unos jarrones de jazmín en varios lados, inundando la habitación con su olor, relajando los sentidos y mostrándole al pequeño que no todo era igual a su mundo, uno donde los golpes eran el pan de cada día, porque la pequeña era mimada, era querida... cuidada.

Néphtys la miró y bajó la cabecita, aún como gatito... ojalá él también tuviera esa vida, aunque bien sabía que ya era hora de irse... Se restregó contra la carita dormida de la niña y luego, le agradeció mirándola largamente. Era una niña preciosa, con sus pestañas largas y su carita tan tierna, dulce. Bajó la cabecita y suspiró profundamente, para bajarse de la cama, del delicioso colchón tan suavecito, de las mantitas calentitas que él jamás había tenido, ni tendría nunca.

Debía irse, si su tío lo atrapaba ahí... no quería que le hiciera daño a la niña con tal de obtener dinero o algo parecido y a su tierna edad sabía que su tío era capaz de eso y más y la pequeña había sido tan linda con él. Le había cuidado, alimentado, juntos jugaron, rieron, iban de un lado a otro, pero ya todo había terminado. El cuento acababa y él, debía regresar, pero no con las manos vacías o su tío le volvería a pegar. Además, necesitaba licor, su tío se lo daría sin dudar, debía encontrarlo... Lo necesitaba.

Abandonó la habitación y recorrió el pasillo, con sus patitas silenciosas, los bigotitos se movían al compás de su nariz, olfateando para evitar que nadie le sorprendiera y de todas formas, era un gato, nadie siquiera diría más que se le había escapado a su dueña (la niñita) y quizá, que buscaba algo de tierra para... bueno, eso que hacen los gatos... caminó en silencio, hasta que su olfato detectó algo interesante, era un olor a jazmín. Todo el pasillo estaba adornado con esculturas y cuadros, aunque desde su estatura era difícil apreciarlos, además, no era algo que le interesara mucho.

Qué curioso, parecía que la casa olía a esa flor. Sus pasitos se dirigieron hacia allá, una puerta entreabierta, que con una patita hizo un espacio suficiente para entrar y mirar a su alrededor. Era una habitación decorada lujosamente, muy diferente de la de May, pero impresionantemente llena de cosas interesantes, como jarrones que él jamás había visto, muebles mulliditos, una camototototototototota a la cual se subió con un salto y encajando bien las garritas, escaló para probarla... suspiró y dio de saltos de un lado a otro en ella, hasta que rompió un almohadón y miles de plumas de ganso volaron por todos lados.

- MIAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU - fue feliz saltando y atrapando las plumas, estornudando cuando una se le "atoró" en la nariz, para luego seguir las plumas por todos lados, hasta que se cansó y se echó en la cama, ronroneando feliz, sintiendo las plumitas en su pelaje, que se sentían tan bien... fue cuando un brillito la llamó la atención, se puso en pie y fue a ver qué era, saltando hasta llegar al tocador... había una hermosa joya, un collar precioso... netamente femenino, así que cambió a su forma humana y lo tomó, era tan lindo, que no notó que había alguien más en la habitación.

Se lo metió al bolsillo y dio vuelta, para irse a casa, seguramente podía volver a tomar la carreta de regreso y ésta le llevaría a con su tío. La joya le permitiría que le perdonara y al mismo tiempo, que le evitara una tunda y algo de licor. Tenía mucha sed, necesitaba licor, sí. Sólo un poco...

Aunque al voltear, no esperaba ver a quien vio...

- Ups....




Última edición por Néphtys Délvheen el Dom Feb 26, 2012 7:53 am, editado 1 vez


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Sáb Oct 15, 2011 4:15 pm

Alguien llamó entonces al timbre de la puerta. Esperé unos segundos a que Jean o alguno de mis sirvientes atendieran la visita, pero nadie lo hizo. Resoplé y me alcé del taburete en el que me encontraba escribiendo mis memorias, caminando elegantemente por el pasillo hasta dar con la puerta principal. Allí me esperaba un enviado del sastre que trabajaba a las órdenes de Jerarld. El muchacho pareció quedarse sin palabras ante mi figura, algo que les solía ocurrir a los pobres humanos que de la belleza ni siquiera habían escuchado hablar. Me preguntó finalmente por mi marido, por lo que tuve que indicarle que mi esposo se encontraba de viaje y no podría atender lo que fuera que necesitase.

- En realidad sólo venía a llevarle un traje que había solicitado, madmoiselle, ya lo pagó antes de su creación.- me explicó el joven.

Asentí entonces, tomando el saco que él me entregaba para aposentarlo sobre mi brazo derecho. Me despedí con un beso de propina que le supo a gloria y cerré la puerta, disponiéndome a ir a mi alcoba y guardar esa prenda en el armario cuando, por aquellos pasillos, sentí el efluvio animal de un gato. Fruncí la nariz y seguí el rastro que, casualmente, me llevaba hacia el dormitorio. Cuál fue mi sorpresa al hallar frente a mi tocador, la figura de un niño que tomaba uno de mis collares y lo guardaba en su bolsillo. Me acerqué tranquilamente a él, dejando el traje sobre las sábanas del lecho para acuclillarme frente al niño, esbozando una sonrisa conciliadora y tendiendo una de mis manos hacia él.

- Eso no es tuyo. Devuélvemelo.- le pedí con dulzura, esperando impaciente que él acatase aquella exigencia disfrazada en ternura.

¿Cómo había entrado ese niño allí? ¿Qué buscaba en mi tocador? ¿Porqué su aroma me era lejanamente familiar? ¿Porque de su cuello colgaba algo que me recordaba a...?


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Sáb Oct 15, 2011 9:25 pm

Espere paciente… me empecé a morder los labios….camine de un lado a otro….me cruce de brazos y empecé a repiquetear con los dedos…Mire el reloj…intente respirar de forma pausada…contando hasta mil…Note como mis músculos se empezaban a tensar…Y finalmente mi paciencia se agotó…
-QUEREIS CALLAROS YAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!
Los pobres sirvientes me miraron algo asombrados, ya que yo nunca gritaba a nadie y mi humor solía ser más que bueno en general. Pero aquella noche parecía que la mala suerte se quería ensañar conmigo y yo lo único que yo quería era llegar a casa de una buena vez.

Acababa de llegar de Ámsterdam. Y nuestros siervos habían ido a recogerme a la estación de trenes. Tomaron mis maletas y en cuanto salimos de la estación no había ni una sola señal del carruaje. Solo había un caballo, con las amarras en el suelo, lo demás ni rastro.
Comenzaron a discutir delante mío, intentando averiguar que había pasado, si se les había olvidado atar bien las cuerdas, que si había algún tipejo sospechoso…que si había sido otro mismo de mis criados…Y yo allí de pie, notando como el ligero hormigueo de la rabia contenida me subía por la espalda.
No, definitivamente no tenía ganas de estar allí. Y estaba empezando a pagar mi estrés con mis siervos.
A pesar de todo no era culpa de aquellos pobres hombres, era yo el que estaba estresado, cansado e impaciente.
Llevaba muchísimas horas de viaje y no encontraba las horas de llegar a casa y abrazar a mis dos ángeles. No habían sido más de seis días, pero se me habían hecho eternos, y me sabia mal, ya que últimamente había tenido que ausentarme muchísimo pero no tenia elección, asuntos me reclamaban en todas partes sin que yo pudiese enviar a otro a hacer mi trabajo ahora que había reclamado mi perdido titulo de Barón…Con lo feliz que era simplemente dedicándome a ser escritor.
Pero había intentado compensar a mis ángeles diciéndoles que en cuanto acabase me dedicaría unos cuantos días por entero a ellas. Deseaba jugar con May, enseñarle a tocar alguna melodía al piano, inventarle algún cuento de hadas nuevo, disfrutar de sus travesuras y de sus pequeños incendios accidentales….y a Eyra. Oh…mi amada, seguro que ella seguía enfadada conmigo por mi ausencia. le había prometido que en cuanto llegase a la ciudad le dedicaría mi tiempo. Habíamos acordado que la misma noche en que yo llegase iríamos a la opera y luego a disfrutar de la noche como hacíamos en cuanto teníamos oportunidad.
Le había avisado a la hora que llegaría, Y ya llevaba dos horas de retraso de la hora acordada por culpa del mismo tren…y ahora sin carruaje…
Contemplé a mis siervos, que seguían nerviosos y susurrando entre ellos.
Me saque el sombrero de copa, desabroche mi abrigo…desabotone el cuello de mi camisa quitando el pañuelo y ya mucho mas cómodo, les deje con mis maletas y camine hacia el único caballo que había quedado allí. Tomé las amarras y me subí con agilidad.
-Buscad el carruaje y llevad las maletas. Nos vemos en casa. Los siervos se quedaron boquiabiertos delante de mí deseando protestar, pedirme que esperase, decirme que buscarían otro carruaje, pero no tenía ganas de esperar nada...

Despues de casi una hora de viaje el castillo se erigió majestuoso en el horizonte y entonces cabalgué mas rápido aun, sintiendo la brisa fría del otoño en mi rostro.
Llegue con rapidez y me baje deseando entrar en casa, pero la puerta principal se abrió antes de lo que yo imaginaba y un pequeño y ágil gatito salió veloz por la puerta principal con algo entre sus dientes. Le contemplé extrañado, mirando cómo se dirigía hacia mi e intentaba escapar con aquel objeto, que ahora podía contemplar y acababa de descubrir que era uno de los colgantes de Eyra...
Tome al escurridizo gatito del pellejo de su cuello antes de que huyese y lo senté en mi brazo intentando arrebatarle el colgante que llevaba apretado en los colmillos y que no quería soltar.
Eyra apareció veloz y con gesto de enfado por la puerta y me observo con el ceño fruncido.
-Eyra cariño!...Le sonreí al instante, me alegraba tanto de verla...pero su gesto no cambio ni un ápice al verme, es más, diría que se había enfadado aun mas…Que estaba pasando aquí?


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Lun Oct 17, 2011 6:15 pm

Li mir istibi sirini, sirini istibi li mir
li mir istibi sirini, sirini istibi li mir.

*Pequeño susurro*

Ahora con "O"

Lo mor ostobo sorono, sorono ostobo lo mor
lo mor ostobo sorono, sorono ostoto lo mor.

Ahora con...

Ups, ¿Los azotes se dan con amor? Shocked

No sabía eso mami Sad

Ahhhh, está bien, cierro los ojos ya, cierro los ojos ya.

*Susurro: Qué genio*

Laughing

No, yo no dije nada, yo no dije nada... Laughing

Tenía la prueba en la mano, veía a la mujer ante él y su olfato le hacía saber que no era alguien... ejem... agradable... olía muy raro en cierta forma y también, le daba mucho miedo, sobre todo porque le estaba encontrando robando una de sus pertenencias, pero si llegaba con las manos vacías a con su tío y éste se enteraba de que había estado en una casa de ricos, le flagelaba sin dudarlo y quizá, ni le diera licor y él, aún podía resistir, pero quizá mañana ya no.

Le sonrió dulcemente, como le enseñaran y enredó el colgante en su puñito, para luego, abrir la boca y morder la cadena perfectamente enrollada, sonrió levemente y dio cuatro pasitos atrás y se despidió con la manita, diciéndole adiós. Acto continuo, se transformó en un gato hermoso y se metió bajo el mueble, preparándose a correr en cuanto fuera posible, moviendo las patitas para acercarse al final del mismo y ver si la señora se había quedado paralizada.

Afortunadamente lo estuvo por un tiempo precioso, que él aprovechó para salir corriendo a toda velocidad, intentando escapar. Fue directo por el pasillo, cuando escuchó sus pasos tras él, vaya que era rápida, pero él era igual de ágil. La evadió una primera vez, enredándose en las piernas de una escultura y ella, por evitar que esa cosa se cayera, le dejó huir unos cuantos metros, pero pronto, estaba ahí, pisándole los talones y por un pelito de rana calva, lo atrapa, pero logró escapar saltando en zig zag, era más pequeño, ella más grande y quizá, un poco más torpe, porque no sabía por dónde iba a correr, así que otra vez... libre...

Tenía que reconocer que le estaba dando miedo, porque nadie había logrado tenerle tan apretado en cuanto a distancias, ninguna persona le había dado tanta batalla, porque ahí estaba otra vez, pero se escurrió bajo una mesa y se mantuvo ahí mirando a dónde ir, ella metió una mano y él saltó hacia atrás... luego metió la otra y aprovechó el momento, para salir por el lugar donde ella no había cuidado, astutamente.

Fue cuando vio la puerta, pero también, el grito de molestia y rabia de la mujer... como alma que lleva el diablo, o que sigue esa mujer fúrica, avanzó derechito a la salida, si lograba su objetivo, jamás podría agarrarle, tenía todo a su favor, podría ocultarse y ella perdería la esperanza de encontrarlo. Era su último recurso, su oportunidad.

Vio al sirviente abrir la puerta para recibir al dueño de la casa, pero eso no lo sabía, así que pensó que era otro punto a su favor y el grito de ella le hizo chillar de dolor, pero iba a ser más sufrido el que le agarrara, tras que casi había destruido, bueno la mujer, muchas cosas en la persecución. Escuchó gritarle al sirviente que cerrara, pero fue demasiado tarde. Atravesó la puerta y salió, respirando el aire fresco y maullando de felicidad, directo a...

Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked Shocked

Bueno, no se podía tener todo en la vida, pensó cuando fue alzado en brazos de ese hombre, buscó una salida, pero le tenía bien apretado... de acuerdo, por el momento él ganaba, aunque hacía mofletitos y peor porque el hombre le intentaba quitar la joya que tanto esfuerzo le diera, así que no... incluso siseó con la cadena en la boquita, erizándose, sin éxito alguno.

Fue en ese preciso momento cuando les vio hablar entre ellos y luego, ambos le miraron fijamente...

Glup...

Oh sí, se había vuelto a meter en problemas...

Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes

Y gordos...


Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing



¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Dom Oct 23, 2011 10:29 am

Nunca había tenido ninguna mascota. En mi vida humana sólo había jugado con un conejo al que había llamado Rubi… y cuando mi ex marido me regaló el corcel indomable, Agro. Pero quizás por su condición de indomable a penas había montado sobre su lomo negro azabache. O quizás era porque no solía simpatizar con los animales, pues siempre me recordaban episodios de mi vida, en los que me había visto implicada en turbios problemas entre cambiaformas o licántropos. Licántropos… ahora que lo recordaba, no pude evitar pensar en Wolfgang, mi ex pareja, quién no se había tomado demasiado bien el abandono por mi parte y había venido a mi casa a matarme, hacía ya cuatro años. Cuatro años en los que Jean, el mayordomo, había iniciado su vida como inmortal tras el violento ataque de mi ex pareja.

Y mientras mi cabeza intentaba demostrarme con recuerdos que los animales siempre me traían problemas, era testigo de cómo el ladrón –cambiaformas visto lo visto-, intentaba escapar con mi colgante. Aquello sí que no podía permitirlo y de hecho, no lo hice. Jer lo alzó entre sus dedos en cuanto cruzó el umbral y yo fulminé al gato con la mirada, acercándome a él y dejando atrás la multitud de piezas artísticas esparramadas y destrozadas sobre la moqueta del pasillo. Eso jamás iba a perdonárselo.

- ¿Tienes hambre, cariño?- dije mordazmente a Jerarld, desviando los ojos del felino pero con la clara intención de que éste comprendiera nuestra conversación con demasiado deje teatral.- Acabas de cazar la que será nuestra cena.

Le dediqué una mezquina sonrisa al cambiaformas y bruscamente le arrebaté mi joya para luego tomarlo del pellejo y lanzárselo a Jean, quién lo cogió al aire y me miró confundido.

- Me gusta la carne bien hecha, ya sabes.- indiqué al mayordomo con un guiño divertido, girándome hacia Jerarld para dedicarle un cálido abrazo, como si nada hubiese ocurrido.

Y perdida entre el aroma de mi marido, esperé a que el niño volviese a tomar la forma humana por temor a ser engullido por nosotros a los que, por supuesto, no sabía que nos tratábamos de vampiros. Era un punto a nuestro favor.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Dom Oct 23, 2011 4:33 pm

Eyra se mostraba perspicaz, enfadada, y con cierto tono de diversión en su rostro.
-La cena cariño??....comente divertido. Tengo que admitir que me haría ilusión verte con un delantal y una bandeja esperándome para servirme la cena… comente tomándole el pelo, apreciando su sonrisa traviesa.
Ni a ella le pegaba ser “un ama de casa” ni a mi hacer de “marido serio”…Éramos demasiado extravagantes y como ella solía decir; “demasiado divinos”… para desempeñar esos papeles tan simples…
Observe como arrebataba bruscamente aquel colgante de las fauces del pequeño felino, y mire con aun más asombro como lanzaba al gatito con desdén y sin preocupación hacia Jean.
Pero hacia tantos días que no la veía, que me olvide por un instante del asunto y respondiendo a su tacto, envolví a mi amada entre mis brazos, deleitándome con su aroma y con su abrazo siempre reconfortante.
Me separe un poco de ella y bese aquellos labios carnosos siempre tan sugerentes y atrayentes…Me separe un poco para mirarle, mientras ella acariciaba mi rostro con sus manos.
Sus dedos fríos recorrieron mi mejilla y por un instante sentí aquel aroma en su piel, era un aroma extraño. Acerque un momento mis dedos a mi nariz, y efectivamente, ambos teníamos el aroma de aquel minino en nuestras manos, pero también olía de forma diferente, había un toque dulce, un aroma que era agradable si, y también familiar.
Me hizo gracia solo de pensarlo, pero aquel aroma se parecía mucho al mío. Sonreí. acababa de llegar de un viaje bastante largo, asi que asimile aquel pensamiento a que seguramente con el cansancio del viaje, ya no tenia los sentidos al cien por cien…Eso fue la única explicación que se me ocurrió, así que deje pasar aquel pensamiento, que parecía a simple vista algo imposible y absurdo…
Eyra contemplo un momento detrás de mí y miro el caballo en el cual yo había llegado, que ni siquiera iba ensillado. Me miro arqueando una ceja, como preguntándose, qué diantres había hecho yo esta vez…
Le sonreí y le pase el brazo por su espalda, tomándole por la cintura para conducirle conmigo mientras caminabamos detrás de Jean, que se dirigía con el gatito entre sus brazos, un gatito bastante travieso al parecer, que luchaba fiero y con la piel erizada intentando escapar.
Mire los ojos curiosos de Eyra mientras le conducía conmigo.
-…Es una larga historia cielo…ya te contare. Lamento mucho haber tardado tanto en llegar, se que te prometí que haríamos algo en cuanto llegas… pero que…?
Mis palabras se vieron entrecortadas en cuando entramos al castillo y vi como los jarrones, las flores, algunas esculturas pequeñas y algunos muebles estaban o rotos o desparramados en el suelo. Parecía que hubiese habido una pequeña guerrilla en casa.
Definitivamente me había perdido algo interesante.
Eyra se cruzo de brazos y frunció el seño ante la escena que estábamos presenciando y yo simplemente me quede más confuso aun, por lo visto todo aquello había sido culpa del minino….pero era tan pequeño…Como diantres había podido hacer aquel desastre una cosita tan pequeña?
Caminamos entre el desorden hasta llegar al salón y yo contemplé como Jean comenzaba a tener problemas con el mínimo, que le mordía y le rasguñaba sin hacerle apenas cosquillas ya que nuestro mayordomo era ahora un inmortal, pero aun así se las veía con problemas para sujetarle, ya que se intentaba escurrir por sus dedos, quedándose con las garritas enganchadas en los ropajes del pobre mayordomo.
Me acerque hacia él con el ánimo de sostener yo al cachorro, pero en ese instante el pequeño se zafo de las manos de Jean e intento saltar al sofá.
Yo nuevamente le alcance a tomar y le sostuve entre mis manos antes de que tocase el suelo y entonces, ante mi total desconcierto note como su cuerpecito cambiaba drásticamente. Ahora no sujetaba a un gatito entre mis manos, ahora sujetaba a un niño por debajo de sus axilas, un niño que me miro con ojos fieros y que comenzó a patalear mientras yo parpadeaba unas cuantas veces intentando entender que acababa de pasar. Gire la cabeza hacia Eyra y arquee una ceja al contemplarle, una cosa era jugar con un gatito, y otra muy distinta era jugar con un cambia formas, un cambia formas al que ella había dicho de cocinar momentos antes.
-Me puedes explicar que está pasando aquí querida?


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Dom Nov 06, 2011 11:12 pm

Chiquitita dime por qué
nunca vi tan hondo dolor...

Shocked

Ah, no, esa no es una canción de cuna, mamá!!!

Shocked

Ay mamá, a la cama sin cenar!

Shocked

Ok, no...

Laughing Laughing Laughing

Bueno, sí, le habían atrapado. Bueno sí, le estaban agarrando y aventando de un lado a otro como objeto viejo. Bueno, sí, estaba exagerando. Bueno, sí, tenía algo que hacer al respecto porque como siguiera así, le iría como en feria. Bueno, sí, podía huir pero ese sujeto que lo atrapaba...

Se removió inquieto intentando escapar, sin éxito... se le revolvio el pelaje y le bufó y nada, el señor le tenía bien sujeto. Le mostró los colmillos y ¡El susodicho se atrevió a ponerlo frente a él y alzar una ceja como si no le importara! Tenía que hacer algo, definitivamente, algo que hiciera que le soltara y le dejara ir libre como el viento.

Como "Tiro al Blanco", el caballo de su tío.

Le arañó, le bufó, le mostró los colmillos y nada, pero tiempo, eso ya lo había hecho antes y no. Vamos, se erizó y el otro sólo lo movió de un lado a otro.

¡Esto era guerra!

Así que empezaron las mordidas, los rasguños, el moverse y por fin, le soltó, se bajó por sus pantalones y sentía ya el aire golpeando su rostro cuando...

¡Otra vez atrapado!

Bufó de frustración y empezó a soltar esos soniditos propios de los gatos, que amenazan con que algo grande se viene, un ataque...

Y soltó el bufido y el garrazo, pero nada, otra vez el mayordomo le tenía bien sujeto, se removió y...

¡Logró liberarse!

Error ¡Atrapado!

Y se removió. Libre, Preso, Libre, Preso, el cuento de nunca acabar, se medía con su rival y éste se medía con él y no era justo, porque el otro era un grandullón y él un pequeñito. Y libre y preso... y continuaba así...

Iba a transformarse en tigre para que el otro viera que podía ser más grande, que lo era, que le daría una paliza cuando...

Cambió de táctica y se quedo quieto, eso descontroló al grandullón, porque en cuanto se movió rápidamente, le soltó, saltó libre al sillón, para de ahí transformarse en pantera y su intención era correr más rápido cuando alguien lo atrapó, descontrolando su cambio y regresando a su forma infantil.

Se quedó con ojos como platos y miró a ese sujeto, al parecer el señor de la casa, que le agarraba, pero volteaba a increparle a su esposa, por lo que aprovechó, golpeó la mano y corrió a toda velocidad, a la puerta, sí, a la puerta y sería libre y...

Y escuchó que algo se le caía y al voltear, vio el collar de su mamá.

- ¡No, mío! - dijo deteniéndose y echándose al piso para agarrarlo bien, no importaba, que lo atraparan, pero no le quitarían el collar de su madre. Nunca.

Un collar que Eyra conocía demasiado bien, pues lo había traído colgado durante mucho, mucho tiempo.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Dom Nov 13, 2011 8:04 am

Empezaba a cansarme de aquél pequeño monstruito y clavé mis ojos en él para proyectar el dolor mental que poseía como don dada mi vejez. Pero algo me distrajo y me impidió que torturara al cambiaformas, algo que sin duda, me desarmó. Mis labios tiritaron y dejaron escapar un jadeo, retrocediendo un paso sin darme cuenta en busca de un sustento que me agarrara, siendo Jean el más rápido en hacerlo para tomarme de la cintura, con el ceño fruncido y vacilante sobre si debía o no preguntarme. Pero aunque lo hubiese hecho, ahora no oía nada a mi alrededor. Mis ojos habían perdido la luz de la cordura y mi mente me torturaba ahora con un flash-back de mi pasado, de mi vida humana, remontándose al origen de aquél collar que ahora yacía sobre el parqué de la sala…

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Pequea

Sus ojos se posaron con dureza sobre mi rostro de forma que mi pequeño cuerpo se estremeció. Fruncí los labios e intenté controlar un llanto sin sentido. Entonces, Alawa suavizó sus rasgos y me hizo un gesto con la mano para que caminara hacia ella. Algo asustada pues nunca antes había visto tal gesto frío en mi progenitora, recorté distancias y estiré mis bracitos hacia ella, esbozando una sonrisa algo trémula. Mi madre me sonrió con calidez y se agachó, llevando en una de sus manos un frasco con un contenido acuoso y transparente como el agua. Parpadeé un par de veces y ladeé la cabeza, llevando mi dedo índice sobre mis labios infantiles. Ella acarició mi mejilla y me tomó del mentón, obligándome a mirarla.

- Cielo… prometo que a partir de mañana las cosas mejorarán. Prometo llevarte lejos de aquí, a un lugar próspero y feliz, un lugar en el que estaremos juntas para siempre.- susurró con un deje casi nostálgico.

Y yo, sin entender demasiado, sonreí ante esa idea. Imaginándome que quizás en aquél paraje los niños no se burlarían por el tono de mi tez, por no ser rubia y de ojos claros como mi padre. Quizás no sería testigo de la infelicidad de mi madre en aquella aldea de rostros pálidos. Quizás podría conocer al fin a mis abuelitos, pues mi madre siempre me hablaba de su tribu y cada noche me contaba historias mitológicas junto a una pequeña hoguera, aunque cuando mi padre iba borracho, aquellas noches terminaban siendo un infierno, sobre todo para ella, escuchando aun sin quererlo, cómo mi progenitor atizaba a Alawa y cubría sus oídos de crueles vejaciones. ¿Por fin terminarían esas noches? ¿A caso mi madre me prometía una vida feliz y tranquila? ¿A cambio de qué? Miré el frasquito y me pareció atisbar en el brillo de sus ojos que la respuesta se hallaba, efectivamente, allí.

Tragué saliva y sin saber por qué, abracé su muslo derecho, aferrándome a ella con fuerza sin querer soltarla. Mi madre rió suavemente, acariciando mi cabello castaño, en ese entonces. Empezó a tararearme una canción de nana hasta que logré calmarme y ella besó mi frente, moviendo sus manos hacia su cuello para desatarse el collar que siempre la acompañaba, uno muy extraño en una cultura como la nórdica. Era de color verde y crema, hecho de lana, probablemente o quizás de otro material textil. En su bello medio, resplandecía una piedra esmeralda en forma de esfera. Sin decir nada, Alawa pasó aquél collar por mi cuello, retirando mis cabellos para atarlo con fuerza en mi nuca. Sonrió y acarició mi mejilla, murmurando lo preciosa que estaba con esa joya y que ahora, me pertenecía sólo a mí. Pestañeé extrañada, mirando aquella piedra con verdadera admiración. De pronto, escuché la voz de Erik llamando a mi madre y ella tensó la mandíbula y sus músculos, dedicándome un efímero beso antes de esconder el frasco en un bolsillo de su ropaje y llevar su dedo índice a sus labios como indicación al silencio que me pedía que guardara. Me guiñó el ojo y desapareció tras la puerta de madera que separaba la cocina de la habitación de mis padres.

Me quedé varios minutos sola, allí, contemplando la piedra, preguntándome porqué me la había regalado si aún faltaban varios meses por mi octavo cumpleaños. Suspiré y me encogí de hombros, decidiendo no darle más importancia. Llevé una de mis manos hacia el pomo y lo hice rodar con la intención de salir de allí, aunque algo me detuvo cuando mis ojos contemplaron una extraña escena. Erik permanecía sentado en el banco de enfrente de la mesa, hablando con mi madre mientras ella preparaba la cena. En un segundo de distracción de mi padre, mi madre cerró los ojos y sacó el frasco para verter su contenido en su boca. Mis ojos se abrieron, desorbitados, sin entender nada y sin nada que poder hacer. ¿Qué ocurría? ¿Qué intentaba? Alawa se giró, sonriendo ante mi padre como jamás la había visto. Se desató un botón de su vestido para insinuar su escote. Erik pareció extrañado ante la tentativa de ella, sonriendo de oreja a oreja mientras se alzaba del banco y caminaba hacia mi madre, quién parecía no respirar ni… ¿tragar?

- Sabía que algún día entenderías que estás hecha para amarme… y yo para amarte. - murmuró mi padre con cierto deje sensual. – Sabía que algún día, querrías lo mejor para tu hija, que es esta familia.- torció una sonrisa y acarició la mejilla de mi madre con verdadera ternura mientras yo ahogaba un jadeo.- Te quiero, Alawa.

Mi madre pareció vacilar un momento, pero sólo una porción de tiempo casi irrelevante. Pero fue suficiente. Entonces, Alawa entreabrió sus labios y sus ojos se abrieron desmesuradamente, dejando caer frías lágrimas sobre las manos de Erik que ahora sostenían su rostro. Había fallado. Alawa se había arriesgado para lograr su libertad y mi felicidad… y había fallado. Erik, sin comprender lo que sucedía, se aproximó a sus labios para besarla con dulzura cuando, sin previo aviso, el cuerpo de la mujer empezó a convulsionar frente a mí, cayendo de rodillas al suelo ante la descompuesta mirada de su marido, quién intentaba acercarse a ella para calmarla, alarmado, gritando, visiblemente angustiado. Alawa quedó tendida boca arriba cuando él la tomó por la espalda, intentando que respirara, mirándola sin saber cómo reacción mientras la vida de su amada se desvanecía entre los dedos de sus manos que, finalmente, sólo sostuvieron un cuerpo inerte.

Cerré la puerta de golpe, sin lágrimas en los ojos, sin tristeza, sin desesperación. Sólo se escuchaban los llantos ahogados de Erik abrazando a Alawa mientras yo… yo me marchitaba por dentro. Miré entonces aquél collar y pese a mi corta edad, comprendí lo que mi madre había intentado… pero jamás le perdonaría que rompiera su promesa. Aquella promesa de una vida mejor.


~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~


Di un paso, intentando recomponerme. El niño había tomado el collar y en ese momento, olvidé todo cuanto me rodeaba, absolutamente todo. Me puse frente a él y de un manotazo, se lo robé, inspeccionándolo minuciosamente hasta cerciorarme de que, realmente, era el collar de mi madre. ¿Pero cómo había llegado a sus manos? Fulminé al niño con la mirada y le tomé del brazo con fuerza, zarandeándolo.

- ¡¿De dónde lo sacaste?! ¡¿Por qué lo robaste?! – vociferé, sin darme cuenta que unas lágrimas emanaban ahora de mis ojos, nublándome la visión.

Estaba fuera de mis casillas, totalmente cegada por la ira, incomprensión, rabia. ¿Por qué? Quizás porque no esperaba eso. No después de lo acontecido con mi hijo. No cuando, tras el difícil parto que tuve, mi retoño al que hubiera llamado Zéphyr, nació sin vida, sin un corazón latiente. No cuando me había quitado ese collar para entregárselo al recién nacido, indicándole al mayordomo que lo enterrara con él, siendo yo incapaz de hacerlo tanto por el dolor físico como por el moral. No cuando vi partir al hombre con el niño envuelto en sábanas sangrientas y jamás regresó, suponiendo que aquella pieza de joyera había caído en manos sucias e interesadas, aunque jamás le perdonaría que no me indicara el lugar en el que enterró a mi hijo. Mi hijo…


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Jue Dic 08, 2011 1:53 pm

La paz que yo pensaba que encontraría al llegar a casa, era ya una lejana ilusión que se iba con cada segundo que pasaba…
Toda esta situación comenzaba a ser confusa, por una parte Eyra estaba enfadada y estresada ante aquel niño, que por cierto, de donde había salido aquel pequeño? Por otra parte, Jean nuestro mayordomo me miraba sin saber si irse o quedarse para echarme una mano por si el pequeño se nos escapaba otra vez y en medio del salón, el pequeño cambiaformas se mostraba tenso, mirando a todos lados, buscando una forma de irse pues sus ojos cristalinos mostraban que tener a tres adultos ahí delante suyo, era cuanto menos escalofriante para él…
Solté un resoplido, estaba dispuesto a intentar llevarme al niño a otra habitación y hablar con él para saber que había ocurrido, ya que Eyra no se apreciaba con mucha “paciencia” en esta tarde precisamente. Yo podría leer su mente o no se, simplemente ordenarle que me lo dijese con el control mental, aunque me sabia mal, después de todo se le veía tan pequeño…

Pero justo entonces apareció aquel colgante otra vez, y yo quede estupefacto al escuchar como la mente de mi amada comenzaba a turbarse, sumiéndose en oscuros pensamientos. Le mire intentando asimilar todo lo que pasaba, pero su mente comenzó a trabajar a toda velocidad mostrando un sinfín de emociones. Eran recuerdos desencadenados unos tras otros como si se tratasen de un torrente sin fín, un torrente que inundó su mente de forma tajante y arrasadora trayendo consigo tristeza, dolor, rabia y un nombre…

-Zephyr?
De pronto vi como Eyra zarandeaba al pequeño intentando obtener respuesta mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, y el pequeño por su parte forcejeaba con miedo en sus ojos cristalinos, pero aun así mirándola con valentía.

-Nooo! Avance veloz hacia ellos interponiéndome entre ambos, sujetando tanto al niño como a Eyra por las muñecas, intentando ser un mediador ante dos fieras.
-Basta!!! Eyra, pero que haces!? Le comente sujetándola con fuerza mientras intentaba apartarla un poco. Observe sus ojos llorosos y parpadeé ante sus pensamientos, pues pensaba en aquel nombre otra vez.
- Zephyr…quien es zephyr?...Sus ojos llenos de lagrimas me miraron atónitos y su mente se cerró por completo para mi, haciéndome entender que todo esto no era una simple discusión con un pequeño ratero sino que iba más alla…Le mire preocupado, ¿porque no quería que viese ahora sus pensamientos?...ya habría tiempo para aclararlo pero no pensaba olvidar aquel nombre, eso estaba claro.
Solté su muñeca y ella retrocedió un paso. Yo contemple al niño que aun tenia sujeto por su pequeña muñeca y que intentaba librarse de mi mano sin tener suerte. Me puse de cuclillas delante suyo y le sujete por los brazos con suavidad, evitando que se soltase de mi agarre.

-Pequeño, cálmate por favor… dinos de dónde has sacado ese colgante. Te lo ha dado alguien? Lo has sacado de algún lugar? …es importante que nos lo digas, no te haremos nada, solo queremos saberlo….Al ver el rostro aun tenso del pequeño y su silencio continúe.
-...voy a soltarte, solo queremos hablar contigo… no te pasara nada tienes mi palabra…de acuerdo? Comente sabiendo que Eyra discreparía conmigo totalmente. Solté al pequeño con temor de que quisiese huir, pero quise tener confianza en que no lo haría, me quede mirándole un instante, era tan pequeño…como podía haber armado tal alboroto en tan poco tiempo? Aun delante del niño, me puse en pie y mire a Jean.
-Jean…Asentí con la cabeza y el mayordomo comprendió la orden. Alejándose al fin algo mas calmado, nos dejo a los tres solos y cerró la puerta del salón dejándonos allí en el más completo silencio.

Eyra a pocos pasos míos aun tenía el rostro compungido, y su mente completamente cerrada para mi, y el pequeño cambiaformas por otra parte parecía haberse calmado un poco, pero su mirada seguía fija en el colgante que Eyra sostenía.

Ambos ocultaban algo y parecía que el único que no entendía nada allí era yo…


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Sáb Dic 10, 2011 4:47 pm

Son las barritas de Marinelaaaaa
Son los pingüinos guacatelaaaa.

Mad Mad Mad Mad

¿Qué?

Shocked Shocked Shocked

¡¡¡Así dice la canción!!!

Rolling Eyes Rolling Eyes

Está bieeeen

U_U

*no me dejan ser niño!*

:evil: :evil: :evil:


Entre sus manitas, tenía la única señal de vida de sus padres... lo único que le quedaba de una existencia llena de felicidad, aunque de carencias no estaba exenta. Sus recuerdos, los pocos que tenía a los 3 años, estaban ahi... en ese pedazo de piedras... lo que alguna vez había sido su corazón y donde los recuerdos se agolpaban como gotas de lluvia que crean charcos a lo largo del camino. En ese objeto, estaba contenida la bondad que aún había en su alma, algo que se esfumó en el momento que estuvo al lado de su tío. En esas cuentas, las risas que llegó a escuchar antes de que todo quedara en silencio. En ese hilo, los cantos y los arrullos de una madre a la que aún amaba. La fuerza de un padre que le alzaba en todo lo alto y le hacía reír...

En el verdor de las cuentas, las caricias y el calor de una madre que le dió todo, que le cuidó y mimó. Que le besó la frente cada noche, cuando él iba a dormir en ese lecho donde estuvo a solas, pero tenía el abrigo que ahora por más mantas que tuviera, no existía. ¿Dónde se encontraba en la inmensidad del mundo? Era un pequeño y la realidad era tan enorme como el cielo, donde una persona podía ser devorada. Eso era él, un bocado para una bestia que no le veía, simplemente... le arrastraba con él, entre remolinos de ira y violencia. A la que no le interesaba su bienestar, la que sólo veía por sí, por su conveniencia, olvidándose de educar a un pequeño que tenía una tierna edad para ser metido en un ecosistema donde el más grande devoraba al más indefenso...

Una vida llena de golpes que suplantaron las caricias, encontrándose entre vejaciones que reemplazaron las risas... entre tragos y tragos de alcohol, que le dieron una perspectiva diferente, obligándolo a dormir sin chistar, con un calor completamente diferente al que estaba acostumbrado, porque su corazón seguía tan frío a pesar de que su cuerpo estuviera tibio por los efectos del vino... entre ordenes que sólo le confundian por los valores que sus padres le inculcaron con tanto esfuerzo y empeño.

Ahí estaba él, sin entender el por qué... sus padres le dejaron con su tío, pero... ¿Por qué? ¿Por qué a él y no a los otros? ¿Por ser el mayor? ¿Por qué? Eran preguntas sin respuesta, eran dolorosas puñaladas en el corazón porque se veía ahora, a sí mismo, en ese lugar, en esa mansión y volteaba a ver hacia atrás, a esa recámara donde una niña lo tenía todo... seguramente una madre que le llamaba para comer, con un padre que le cargaba en hombros... cómo extrañaba eso... con sus padres, él no tenía para alimentarse, pero... lo tenía todo a la vez... y ahora estaba solo, con un tío que sólo reprendía, golpeaba y... y ella... esa niña...


Tenía leche... pan... agua... unos brazos que la arrullaban... risas... alegría... bondad... una madre que se preocupaba por peinarla, que la abrazaba cuando se asustaba, que le sonreía o reprendía cuando jugueteaba con lo que no debía. Una madre... eso tenía ella... un padre... que en su vida habían desaparecido... cómo la envidiaba... tanto... tanto...

¿Y él? ¿Por qué él no tenía esa misma realidad? ¿Por qué?

Y sus pensamientos eran rotos, sus preguntas interrumpidas cuando esa señora le arrebató el colgante de su madre y él... él se estiró, todo lo que pudieron sus manitas... No, por favor, eso no... todo menos eso... sufriría golpes, aceptaría quemaduras... lo que fuera, incluso el miedo de los cinturones, menos eso... su tío jamás se lo volvió a quitar tras una vez que intentara venderlo y el niño se le pusiera enfermo.

Tuvo que devolvérselo al verlo envuelto en fiebre... era lo que le quedaba... lo único bueno... el resquicio de su alegría y de las caricias que ya no estaban a su lado, que ya no podía tocar... el recuerdo de una madre que ya no podía ver, de un padre al cual ya no podía abrazarle la pierna. Soledad absoluta y plena era lo que existía para él. Oculto en un rincón, apretando sus piernas contra su pecho mientras sentía un frío que jamás se quitaba con nada... que siempre estaba ahí, perenne... Jamás recordaría lo que era estar con hambre, pero saberse protegido de todo. Nunca más lo volvería a tener y sólo quedaba eso... los recuerdos... memorias grabadas en ese objeto que si se lo quitaban... si lo alejaban de él...

- Por favor, no... es mío - rogó entre lágrimas - es mío... no lo robé, yo no lo robé... por favor... por favor... - qué importaba si ella le apretaba el brazo, si eso no dolía... lo que lastimaba y lasceraba una y otra vez, era la pérdida de ese colgante, que lucía siempre su madre mientras le hacía de comer, durante el tiempo que bordaba mientras su padre le contaba de su trabajo... no podía perderlo, no eso también... y lloró, sollozó porque si lo alejaban de él...

Porque si no lo tenía consigo... entonces ya no sería nada... ya no tendría nada más para entregar a la vida... simplemente, sería un objeto, un pequeño niño a la deriva... una figura a la cual evitar como rabia, por los que tenían dinero y veían sus ropas mugrosas. Un alma destruída y perdida por la codicia o la necesidad de los pobres.

Fue soltado con ayuda de alguien a quien sus lágrimas no le permitían ver y casi corrió tras la mujer, antes de ser detenido por esas mismas manos que le habían liberado y ahora le impedían llegar a su objetivo... el niño volteó a mirarlo con ojos llenos de lágrimas y pesar, con un dolor desgarrador como cuchillos que le abrían la piel y le iban destazando lentamente. Le temblaron los labios y aspiró aire ruidosamente, negando con la cabeza. ¿Por qué? ¿Acaso era su destino perderlo todo? No lo comprendía, pero sentía que si ese colgante se iba... entonces... entonces no quedaría ya nada... ya no sería más que un niño entre tantos... sin identidad...

- Es mío... es mío... mi mamá me lo dió, por favor, devuélvamelo, no vuelvo a robarle, pero regrésemelo - rogó desesperado mientras volteaba a ver a la mujer e intentaba acercarse sin éxito, porque él lo detenía. Negó y entonces, se quebró... si jamás lo volvía a tener consigo... su madre se iría para siempre... y su padre con ella... Ya no los volvería a ver, ya no los tendría para sí... no podría recordarlos, los ojos de su madre, la sonrisa de su padre... se irían para siempre y se quedaría solo... completamente solo con un tío al que le daba igual si vivia, si moría... Al que sólo le interesaba transformar su mente a su conveniencia, rompiendo todos sus estándares, obligándolo a robar cuando él no quería... a beber cuando él sólo quería un vaso de agua o dormir... a hacerle daño a las personas... cuando Néphtys sólo deseaba una mirada amable o una caricia...

¿Cuándo... hasta cuándo su realidad seguiría siendo tan negra?

- Pégueme - dijo al vampiro - hágame lo que quiera... pero devuélvamelo... - rogó - devuélvamelo... es mío... por favor, mi madre me lo dio... es mío... - sollozó - es mío... mi mami... mi papi... - temblaba envuelto en llanto - es lo único que me queda de ellos... por favor... - miró a la señora - por favor, señora... perdóneme, pero no se lo lleve... no me deje sin mis papis... no me deje solito... No me deje solito - repitió como un mantra - no quiero estar solito... al menos... al menos... deje que ellos estén conmigo... mi mami... mi papi... por favor... al menos... - bajó la cabeza y siguió llorando desgarradoramente, tapándose la cara con las manos...

No sabía qué más decirle... cómo pedírselo... no sabía... no lo sabía...



¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Dom Dic 11, 2011 8:55 am

Jerarld me separó del niño e intentó calmar el ambiente irrespirable de la sala sin que eso llegara a ser posible, ni siquiera cuando Jean nos dejó a solas con el pequeño. Y mientras mi marido hablaba sosegadamente al intruso, mi mente seguía muy lejos de aquél lugar, incluso en otra época, una etapa de mi vida borrosa por los siglos transcurridos desde entonces...

Recuerdo:

¿Zephyr?

Mis ojos se entornaron hacia Jerarld, quién ahora me pedía con el poder de su mirada inocente una explicación a los pensamientos que él había empezado a seguir a medida que éstos abordaban mi cabeza. Sin dudarlo, me cerré en banda. No era algo que quisiera que Jerarld supiera nunca de mi pasado. El nacimiento de mi retoño fue sin duda el detonante que me llevó a colmillos de Bernard, y aun así, era algo de lo que no quería hablar con mi marido. Era mi pequeño gran secreto. Y pensaba luchar para que siguiera siéndolo.

No obstante, el ladrón empezó a sollozar ante la idea de que aquél colgante –que era más mío que suyo- le fuera arrebatado. Parecía ser que era el único recuerdo de sus progenitores… ¡qué irónico! También lo era para mí. Sin prestar atención a las fulminantes miradas de mi marido, recorté distancias y me acuclillé frente al niño, tomándole del mentón para que me mirara a los ojos y así perderme en sus infantiles recuerdos. Infantiles… pero crudos, por cierto. Poco a poco, empecé a saber más de él. Supe que se llamaba Néphtys y residía junto a un hombre al que llamaba tío y que era sujeto de maltratos por parte de aquél varón. Fugaces imágenes de una pareja joven y enamorada me llevó a la conclusión de que se trataban de sus padres, siempre expuestos de forma idílica pese a que sus memorias apuntaban a que fueron ellos quienes abandonaron al pequeño a manos de aquél maltratador.

Fruncí los labios y tras un profundo suspiro, intenté serenarme. Era cierto, que aquél collar se lo había cedido su madre, pero… ¿cómo explicarle a un niño sometido a esa cruda vida, que aquello que tanto ama me pertenece por derecho propio? Aquél colgante era una tradición de mi familia materna desde hacía años. Y mi madre me lo había cedido justo antes de morir con la esperanza de que me diera la fuerza que a ella le faltaba por culpa de los temores. Y yo, tras la muerte de mi pequeño hijo, decidí abandonarme a mi suerte, dejando junto a él un trozo de mi vida, que era lo que representaba aquella joya sin más valor que el sentimental. Hacía siete siglos que había puesto punto y final a mi vida, por ello me había desprendido de mi pasado, pensando sólo en mí y en la forma de manipular el destino a mi antojo. Pero ahora… ahora que entre mis manos había regresado aquella pieza, algo en mí cambió y, como si por un momento la Eyra humana regresara a la vida, sentí un impulso esperanzador. Si aquél collar ahora estaba a mis manos, quizás… quizás Zephyr nunca había muerto… quizás él siguió con la estirpe y por ello el colgante había llegado hasta aquél crío de ojos tristes y desesperados. Necesitaba averiguarlo. Necesitaba saber qué pasó con el cuerpo de mi primogénito. Necesitaba dar respuesta a aquellas preguntas que por miedo nunca me había atrevido a formular: ¿dónde lo enterró el mayordomo? ¿Por qué nunca regresó a casa? Probablemente, eran cuestiones cuya verdad permanecería enterrada en el silencio de la muerte, pues todos habrían muerto ya. Y aquella idea me rasguñó el alma. ¡Cobarde! ¡Había sido una cobarde desde el principio! ¿Por qué me di por vencida? ¿Por qué cometí el mismo error que Alawa? Tanto luchar por mí… había olvidado quién era yo y de quiénes estaba formada. Sólo me había preocupado de la diversión solamente por temor a que el silencio y la calma me devolvieran al torbellino locura del que creí haber salido ya. Pero ahora… ahora todo podía ser distinto. Ahora le tenía a él, tenía al niño conmigo. A mi lado, podría ser fuerte y desenterrar mi pasado en busca de aquellas respuestas… ¿realmente Zephyr sobrevivió? ¿Dónde le llevaron? ¿Cómo vivió? ¿Fue feliz? ¿Murió? ¿Cómo y dónde? ¿Y su descendencia? ¿Cómo llegó el collar a manos de Néphtys? ¿Me habría buscado, Zephyr? Las preguntas se agolpaban sin coherencia en mi mente y ni tan siquiera sabía si hubiera respondido a ese nombre, al nombre con el que le hubiese bautizado de haber escuchado su respiración contra mi piel.

Estaba decidida a quedarme con el crío tan sólo para conseguir información de mi hijo y por ello, me puse en pie y tomé al niño entre mis brazos, meciéndole como hacía cuando May estaba triste e intentaba dormir su agonía con una nana susurrada contra su mejilla. Miré de reojo a Jerarld, ahora más calmado al comprobar que no arrancaría el corazón al pequeño monstruíto para hacerme un caldo con su sangre. Asentí una vez con la cabeza a modo de señal que mi marido ya conocía, aunque no halló ningún brillo especial en mis ojos, éstos fueron teñidos de un color azabache como una noche sin luna… tan oscuros y faltos de cordura.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Miér Ene 18, 2012 4:18 pm

Observe con atención y casi con ansiedad como Eyra tomaba al niño entre sus brazos.
Trague saliva. Por un instante se me paso una historia larguísima y sanguinolenta por la cabeza, en la que el pequeño acababa desmembrado vivo…. pero afortunadamente solo se trataba de mi imaginación. Ella simplemente había tomado al pequeño para después mecerlo con dulzura y parsimonia, como tantas veces le había visto hacer con May.
Volví a respirar tranquilo cuando ella se giro hacia mi asintiendo. Sin embargo ese brillo de demencia en sus ojos me hizo dudar. Esos ojos castaños me miraban aun evitando que pudiese ver sus pensamientos.
Pero había visto la imagen de aquel bebe y ese nombre seguía en mi memoria. Susurre en su mente.

-...Me estas ocultando algo. Desconozco los motivos, pero debe de ser algo realmente grave como para que nunca lo hayas mencionado…Los ojos de Eyra me miraron asombrados por un momento. solo un instante, tan solo una milésima de segundo, pero fue suficiente como para saber que no erraba en lo que le decía.

-Ese bebe…Note como mi mandíbula se tensaba al pensar en ello…-Era tuyo…? Sus ojos se desviaron de mi aparentando calma, mientras sus brazos aun mecían a aquel niño.
¿Que pretendía con aquel pequeño? Camine hacia ella algo enfadado de la sola idea de ver que me ocultaba cosas. ¿y si era cierto?¿ Si habían muchas mas cosas que desconocía de ella? ¿…Habría sido ese bebe fruto de su matrimonio anterior?...habían pasado tantísimos años…tantísimos siglos…¿Por qué temer del pasado, justamente ahora…?

Tome su hombro para hacerla girar hacia mí y sin mirarle tome a aquel pequeño niño, le senté en el sofá y me acuclillé frente a él y sus piernecitas que colgaban dándole un aspecto aun más tierno.
Contemple al pequeño, que nos miraba sin entender absolutamente nada. Después de todo, el solo veria a dos adultos extraños que le llevaban de aquí para allá, sin escucharle ni hacer caso a sus suplicas desesperadas.
Deslice mis pulgares por sus mejillas, llevándome con ellos las lagrimas que aun brotaban de sus ojos y aparté los cabellos de su rostro aun tembloroso. me quede en silencio un instante delante de él, pues sus recuerdos aun persistentes le taladraban sin cesar. Tan pequeño…y había tenido que pasar por cosas que ni siquiera un adulto podría afrontar…

Eyra quería usar al niño y eso me intrigaba, ¿con que finalidad deseaba hacer eso? Estaba dispuesto a sonsacarle lo que ocultaba. ¿Que pretendía? Había visto a aquel bebe, y había escuchado ese nombre en su mente, Aquel tema no iba a quedas así sin más. Menos si tenía en mente usar a aquel pequeño, pues ella sabía perfectamente que no permitiría que le hiciese nada. Los niños simplemente eran sagrados para mi y en ese aspecto no cedía ni un ápice.
Quise dirigirme a Eyra, mirarle, saber que pretendía, pero a pesar de que aquellas ideas revoloteaban en mi mente, me quede absorto mirando a aquel pequeño. Había algo en sus ojos que me dejo absorto, casi como si aquel pequeño me hubiese hipnotizado. ¿Como era posible?
Sus ojos tristes me miraron sin entender, mostrándome el dolor que había pasado en su corta vida, mostrando en ellos ese brillo de nostalgia, la perdida y como a pesar de su corta edad aun albergaba la esperanza de encontrar ese amor que tanto le faltaba, de encontrar aquello que le habían robado.
Las imágenes de su tío vinieron a mi retina. Su tío…su familia….un hombre que debía ser quien cuidase de él, quien le protegiese…No hacía más que torturarle, y castigarle haciendo que su alma inocente cargase con más peso del que debía soportar…
Me recordó instantáneamente a mi propia infancia.A mí me habían hecho lo mismo que a él…me habían arrebatado de los brazos de mis padres, de la gente que me quería, para dejarme a cargo de alguien que me odiaba simplemente por existir, simplemente por tener un titulo y una herencia que yo desconocía completamente…
Que fácil era corromper el alma. Que fácil era destruir una vida…por simples objetos. Por simples cosas vulgares como el dinero, algo que iba y venía con tanta facilidad… ¿Es que la historia no iba a dejar de repetirse? Era como si una mano cruel se encargase de ensañarse con aquellos que deseaba… como si se tratase de una broma más que cruel, más que absurda…

Intente centrarme pues me había quedado anonadado ante aquellos ojos tristes y aun habían dudas que carcomían al pequeño.

-Oh no! No, no…Pequeño…no voy a pegarte, ni ella tampoco. Nadie te hará nada…Neph.le comente intentando calmarle, llamándole por un apodo para intentar demostrarle que podía confiar en nosotros.

-Pero tienes que entender que tenemos unas cosas que aclarar…Puedes quedarte aquí mientras tanto, nosotros cuidaremos de ti…Nadie te hará daño pequeño. Nadie. De acuerdo?

Sería mejor darle un momento, puede que aun desease salir huyendo y hiciese lo que hiciese sería algo totalmente normal en su situación.
Solté su pequeña cabecita y parpadee un instante al escuchar el gruñido de su estomago, al parecer Neph tenía un poco de hambre. un amplia sonrisa salió de mis labios sin poder evitarlo, aquel pequeño era adorable.
Me puse de pie y llame a Jean, ordenándole que trajese unos cuantos dulces y algo de leche. Era tarde y por lo que se apreciaba, era la hora de cenar de los pequeños, lo cual me recordaba que May seguía arriba durmiendo, pronto seria hora de despertar a mi niña.
Solté un suspiro mientras pasaban los segundos en silencio.

Eyra seguía allí, silenciosa, preocupada de su colgante y de no dejar que ningún pensamiento escapase de su mente y por otra parte Neph allí delante mio intentaba serenarse aun nervioso, preocupado, asustado, quizás con la idea de huir…Pero no podía, simplemente no podía dejarle volver. No podía permitir que Neph se fuese sin más, su tío le estaría esperando…
Cerré los ojos un instante, realmente indignado, notando como la ira subía poco a poco por mi cuerpo, haciendo que naciese mi instinto más sanguinario. Las cosas que le había hecho a ese pequeño no tenían nombre… Ese hombre no merecía vivir…Era así de claro.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Sáb Ene 28, 2012 4:01 pm

El pueblo de parangaricutinimícuaro
se quiere desparangaricutinimicuizar,
el que llegue a desparangaricutinimicuizarlo
un gran desparangaricutinimicuizador será.

- ¡¡¡Eaaa, te gané papá!!! Dame el dinero que apostaste.

*Extiende manita*

:lol!: :lol!: :lol!:



No entendía muchas cosas, sólo que ahora esa mujer se enterneció y le abrazó arrullándole. Su aroma era delicioso, pero su frialdad le castañear un poco los dientes. Aún así, agradeció el gesto, rodeándola él con sus propios bracitos. ¿Cuándo hacía que una adulta no lo tomaba de esa forma? No podía recordarlo, sólo su madre fue cariñosa con él y ahora que no estaba. El llanto no se alejó del espíritu del pequeño quien ahora hipaba entre sollozos. Aspiró aire de nuevo y se acomodó mejor contra ella, ansiando el calor humano. Algo que la vampiresa podría no tener, pero que Néphtys sentía en la forma en que le arrullaba.

Ojalá tuviera una mami como ella, que pudiera cuidarle y mimarle siempre así. No quería más, podía quedarse con su colgante si con ello podía sentirla así todos los días. Suspiró y se reacomodó contra ella, para seguir a gusto así, fingiendo que era un niño querido para ella, que su tío no existía y si estaba, no le haría daño porque ella le defendería. ¿Por qué las cosas no podían ser tan simples como eso? Era algo que nunca lograría entender y que siempre le había preocupado al por mayor. Él quería a sus padres o bien a alguien que realmente lo quisiera y no le maltratara, pero el mundo, decía su tío, no es una fantasía. La cruda realidad lo perseguía sin darle tregua y él mismo tenía que bajar la cabeza para no decir absolutamente nada más.

Mientras está contra sus brazos, es feliz, realmente feliz. Hasta que el hombre lo toma en brazos y lo lleva a un sillón. Néphtys intenta quejarse, pero algo en los ojos de ese vampiro lo hacen fijar la mirada. Tiene un tono en ellos tan parecidos a los de su padre. Qué curioso. Alarga la manita, pero no logra tocarlo cuando teme que le haga daño como su tío, así que aleja de inmediato los dedos para no incordiarlo. Su tío es más agresivo, pero este hombre jamás le ha hecho el menor de los males, simplemente se ha dedicado a ser una persona amable todo el tiempo, de una forma curiosa.

¿Por qué todos los hombres no eran como él? Su estómago rugió y él se sonrojó todo, pero en lugar de que le reprendieran, simplemente pidieron a su sirviente le diera dulces y leche. Néphtys lo miró de una forma tal, que podría entristecer a alguien, porque estaba ilusionado y se relamía los labios ansioso. Miró al hombre que entraba y asintió con la cabecita a Jerarld y Eyra para correr a donde el señor y como si fuera su mejor amigo, tomarle la manita dejándolo guiar hacia la cocina. Tenía mucha hambre y no aguantaba la idea de esperar.

Así que a la orden del mayordomo, fue a sentarse en una silla ante la mesa, esperando que él le diera la esperada comida, que le fue servida: un pan con mermelada y un enorme (a él le pareció) vaso de leche. No había nada más rico que eso, sabía a gloria y él jamás había probado algo más delicioso. Tras la primera mordida, fue comiendo más despacito, más chiquitas las mordidas y cuando Jean le preguntó por qué lo hacía así, simplemente contestó:

- Es que está tan rico, que no quiero terminármelo, ¿Qué tal si no vuelvo a comer algo tan delicioso como ésto nunca en mi vida?


*Off: lo siento, el otro era más largo, pero lo perdí U_U.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Dom Ene 29, 2012 1:03 pm

Esperé a escuchar la puerta cerrarse tras la salida del niño y Jean, para dar la espalda a Jerarld y cruzarme de brazos, ceñuda, intentando recomponer mi sonrisa soberbia, inquebrantable ante cualquier situación. Pero ahora, a solas con mi marido, sabía que el asunto debía salir a la luz. Era mentirle o dejar que lo descubriera por sí solo, algo que no podía permitirme si deseaba mantener en secreto la identidad de aquél sujeto que aquella noche, logró embarazarme.

En silencio, me acerqué a la ventana en la que se presentaba el frío atardecer, pintando el lienzo del cielo en un color ocre como si las lejanas colinas se convirtieran en las brasas que incendiarían el día antes de apagarse en un soplido y dar paso a la luna y sus centelleantes astros. Apoyé mi hombro derecho contra la pared y mis ojos se perdieron en la lejanía del firmamento mientras mis labios, sin detenerse, iniciaron una explicación que esperaba dar respuesta a las dudas de Jerarld y olvidar todo aquél turbio asunto que era en si mi pasado humano.

- Querido Jerarld… no tiene ni idea de quién soy yo.- meneé la cabeza y reí con amargura, sin mirarle ni detenerme.- Crees que soy un ángel… cuando nunca lo he sido. No cuando fui testigo de la muerte de mi madre, no cuando fui yo, y sólo yo, quién terminó con la vida de mi propio progenitor. ¡Ja! Un ángel, dices… qué equivocado estás, cielo.- me acerqué a la ventana y dejé que el vaho empañara el cristal en el que dibujé, con la yema de mi dedo, un nombre… Zephyr.- El bebé que viste, era mi hijo. Un niño que tuve cuando era humana y que murió al nacer.-cerré los ojos y oprimí las mandíbulas hasta hacer castañear los dientes, sin preocuparme en la apariencia que pudiera darle a Jerarld, pues ya era hora que viera mi auténtico yo.- Todo ocurrió una noche de invierno, en la que conocí a un joven extranjero en una taberna islandesa. Y bueno, ya sabes… -callé de pronto, girándome hacia Jerarld para que fuesen mis recuerdos los que prosiguieran el relato.



El joven de cabellos azabaches se acercó a mí con el rostro contraído por un sentimiento que no logré identificar. ¿Nostalgia? ¿Tristeza? ¿Contención? ¿Pesadumbre? ¿Melancolía? ¿Simple somnolencia? Sus dedos tocaron la piel de mis brazos y su contacto me hizo estremecer de una forma distinta a que provocaba en mí el frío o una mala sensación. No, todo aquello era muy distinto y quedaba muy lejos de aquellas percepciones. Ahora, sentía mi boca seca y sedienta, pero no de agua, sino de una fuente quizás más abstracta, quizás más sensible, probablemente utópica. Como acto reflejo, tragué saliva y mis ojos se centraron en los suyos, tan verdes que creí ver mi reflejo en ellos, mostrando la pureza de su mirar y la bondad de su alma pese a que nuestro primer encuentro se hubiera dado por una persecución por la que ni tan siquiera sentía curiosidad. Toda la curiosidad residía ahora en aquél muchacho que, sin recordar cuando, había apoyado su frente sobre la mía, quedando pues a escasa distancia. Contuve el aliento y mis ojos se desorbitaron por la extrañeza de sus palabras. No obstante, me conmovieron de un modo casi surrealista. Alcé mi mano derecha y fue la yema de mi dedo índice quién calló aquella tristeza que emanaba ahora de su aterciopelada voz varonil. Le dediqué en silencio una sonrisa sincera, consciente en todo momento de lo que hacía, decía y pensaba, pues de algún modo y otro, su presencia ante mí había impulsado que el motor de mi cuerpo funcionase a un ritmo casi frenético, propiciando probablemente que el alcohol se evaporara. Más relajada, como si el cielo centelleante repleto de estrellas y una luna que parecía sonreírnos, deslicé el dedo desde su boca, trazando un camino por su mentón, su garganta –perfilando el contorno que marcaba su nuez- y culminando cuando tropecé con el primer botón de la camisa, el que, muy sutilmente, desabroché y usé como pretexto para empujarle suavemente hacia la pared de la sala, exactamente entre la ventana entreabierta y el lecho de sábanas frías que permanecía deshecho tras el abandono de mi calor corporal. Cuando le tuve entre mi anatomía desnuda y el muro, cerré los ojos y ladeé mi cabeza hasta rozar el lóbulo de su oreja con mis labios sin dueño.

- Te mentiría si dijese que no te necesito.- susurré con sensualidad, torciendo una sonrisa llena de picardía y lamiendo el contorno de su oreja, deslizando de nuevo mi dedo por su torso hasta desabotonar el segundo obstáculo que me separaba de su desnudez.

Y de alguna forma que me asustó por un segundo, supe en ese momento de la veracidad de mis palabras. Sólo entonces fui consciente de lo que realmente significaba anhelar a alguien hasta derretirte por dentro, del sentir celos de la simple brisa que ahora jugueteaba con su cabello. Comprendí entonces que mis labios sólo serían saciados con sus besos, con su saliva. Aquella era la fuente de vida que mi alma buscaba y ahora, la había encontrado. ¿Podría al fin beber de su boca y cubrirme con su esencia? Sus brazos me tomaron en volandas para depositarme suavemente sobre las sábanas rojas del lecho, acomodando mi espalda sobre una enorme almohada del mismo color. Mis manos, firmemente agarradas a su cuello, se movieron entre la tela de su camisa añil y la piel que adornaba su cuerpo, un cuerpo que poco a poco dejó poco a la imaginación. Mordí mi labio inferior, lujuriosa, mientras mis ojos escrutaban todo cuanto la penumbra dejaba entrever del hombre que ahora abrazaba entre mis brazos desnudos. Mis dedos jugueteaban con su alborotado cabello negro, deslizándose por su pálida mejilla, perfilando las formas de su perfecta nariz, deteniéndose en el contorno de sus finos labios que tanto me hipnotizaban, recorriendo su estilizado cuello, su pecho, desprendiéndome finalmente de la tela que ocultaba un torso admirable, como si hubiese sido diseñado sólo para mí. Pero sin duda, fueron sus ojos los que me hechizaron, aquella mirada suya de aguas esmeraldas aunque con cierta sombra grisácea debida a la oscuridad del habitáculo, aunque sin restar un centello radiante que iluminaba mi rostro, como si guiara mi alma hacia el camino de la felicidad. ¡¿Quién iba a decirme que él sería mi camino?! Besé efímeramente los diminutos lunares que ornamentaban aquél rostro casi angelical, tan descaradamente imitado ya por los antiguos escultores griegos en sus obras inspiradas en lo sublime, en lo perfecto. Y allí estaba él, acercando su boca a la mía hasta que ya podía contar cada pestaña que perfilaba sus preciosos ojos. Su cercanía me robó el aliento de nuevo y como contraste, hizo aumentar los latidos de mi ajetreado corazón, temiendo que éste escapara por la boca en cualquier momento, en cualquier descuido en el que él no ofreciera sus besos como sacrificio al dios que regentaba las habilidades motrices de mi cuerpo. Como acto reflejo, apegué mi piel a su cuerpo semidesnudo, entre abriendo mi boca y cediendo mis párpados cuando su respiración se posó sobre mis labios y los suyos reclamaron un beso intenso como las corrientes marinas del océano, dulce como la miel más exquisita sobre la faz de la Tierra, suave como el sol cuando tostaba mi piel en las mañanas veraniegas, efímero como aquella estrella fugaz que había cruzado el firmamento, adictivo como era el hidromiel para un alcohólico, excitante como su mismo cuerpo sobre el mío… Ni siquiera estas palabras son suficientes para describir el sabor de aquél gesto que me desarmó, entregándole la llave de mi cuerpo y mi alma a aquél desconocido de ojos esperanza. La esperanza que yo guardaba de que aquella noche jamás terminase, de que él no fuese un espejismo, de que aquél no fuese el último beso, de que su boca fuese la última que probara antes de expirar mi último suspiro. Así, lo que había empezado como un simple juego de coqueteo, estaba tomando una forma adulta pero no por ello exenta de locura. No obstante, no me importaba. No me importaba si él estaba ya atado a otra mujer, si el amanecer borraba aquellos dulces y surrealistas recuerdos de una madrugada de amor, ni tan solo me importaba el saber quién era realmente él. Solamente sabía su nombre: Démian. Por supuesto quería saber de él, todo de él. Pero ahora, ahora que mis manos habían descendido hacia la tela de sus pantalones, mi mente se nubló y mis sentidos se agudizaron, quemándome por dentro por robarle otro beso, por fundirme con su piel divina que me incitaba al más lujurioso de los pecados. Una manzana de la tentación que anhelaba morder sin importarme las consecuencias, aunque fuesen ir al Infierno y arder allí el resto de la eternidad, pues en cualquier caso, valía la pena por otro beso suyo. El tiritar de mis labios cesaba tras cada beso que Démian me robaba, transmitiéndome más que su saliva, una paz que nunca había experimentado. Acalló los fantasmas que me acechaban, los temores que me devoraban, el odio que me guiaba, logrando hacer del páramo desierto que era mi vida, un jardín lleno de amapolas que ahora sólo brillaban para él. Quería suplicarle que me besara, que no apartara aquellos labios que ahora se habían adueñado de mi boca, convirtiéndose en un carcelero del que no deseaba escapar ni ser liberada. Quise sentir la piel bajo su piel, explorar cada recóndito rincón de su anatomía para quizás esconderme en sus poros y que me llevase con él cuando el amanecer nos sorprendiera. Deseaba que me jurase una y otra vez que él intentaría amarme más, un poco más que hacía unas horas, aunque todo fuese una vil mentira, una simple máscara para lograr colarse en mi cuerpo. Anhelé fundirme con aquél joven que ahora abrazaba con posesividad, como si fuese la vela y yo su luz, iluminando tenuemente aquél rincón del dormitorio. Allí, sí, allí escondidos en la oscura habitación, su cuerpo, el mío y el tiempo de un reloj que luchaba por detener… quizás por placer, quizás por amor. Eso algo que quizás nunca logre descubrir.

- Ahora sólo sé que soy mendigo de tus besos.- suspiré sobre su oído, aludiendo así a la pregunta que me había formulado hacía escasos segundos.

Aquello puede que hubiera sonado poético, quizás incluso falso. Pero sólo cuando lo había dicho, me percaté de la veracidad de aquellas palabras. ¿Quién era yo? Ni siquiera recordaba mi nombre, pues sus caricias, su mirada, su voz, sus besos… habían logrado sustituir todo pensamiento racional en mi cabeza y ahora sólo deseaba formar parte de él, quizás con la esperanza de que fuese él con quién iniciase una nueva vida, lejos de la multitud, del absurdo día a día, de todas esas cosas que perturbaban mi vida. Para estar con él y que el universo se nos quedase en un abrazo, dónde se esfumaran esas dudas y esos miedos que quedaban en mi pasado. Para estar solos, en un día sin fin, sin preocuparnos más del qué dirán, dónde durmiésemos abrazados y si entonces nos sorprendiese el amanecer, saber que él estaría ahí, junto a mí. Cuando hay amor… ¿por qué esperar el donde o el cuándo? ¿Amor? ¿Dije amor? ¡¿Qué me ocurría?! ¡No existía el amor! ¡No para mí! Creía ver el fuego ardiendo en aquellos ojos grisáceos que clavados en los míos desnudaban más allá de mi piel, mi alma, mi corazón… la Eyra que habitaba tras aquella coraza de frialdad. Él y sólo él, veía en mí aquello que la marcha de Balthazar me había arrebatado, aquella inocencia, aquél temor tan humano y a la vez tan tierno y seductor. No sé qué vio Démian en mí, quizás mis ojos centelleaban de pasión contenida, o quizás mis labios temblaban por saciar mi boca con sus labios… quizás fue el hecho de que mi piel reclamaba sus caricias o… ¿quién sabe? La cuestión es que me tomó con fuerza, casi con necesidad, amueblándose entre mis piernas abiertas y que recibieron el suyo con un suave jadeo de placer, un placer desorbitante como nunca jamás había experimentado.

- Dios mío…- jadeé, bajando la mirada hacia aquello que me penetraba, primero poco a poco para luego tomar un ritmo vívido y constante.- Tenga piedad de mí.- reí, aludiendo al enorme tamaño de su talento y que me arrancaba más de un gemido.

Alcé los ojos en busca de los suyos, atisbando quizás un centello de ¿vergüenza? No deseaba incomodarle con mi comentario, por lo que opté por silenciar mi voz morbosa que luchaba por hacerle saber lo buen amante que era, algo que sin duda, creí demostrarle a medida que transcurría el tiempo y el ritmo aceleraba, empañando nuestros cuerpos con un cálido sudor que impregnaba el otro con la esencia de él, de tal modo que Démian selló cada poro de mi piel con su nombre y se adueñó completamente de mi anatomía. La danza empezaba a resultar enfermiza hasta el punto de tensar los músculos de mis muslos y piernas, dado a la excitación que ni podía ni quería ocultarle. Las yemas de mis dedos acariciaban su espalda con suavidad, más en algunas fuertes embestidas, las uñas arañaron su piel y de mi boca escapó un sonoro gemido seguido de un jadeo, todo ello acompasado por una respiración entrecortada y el deseo de que aquella noche no viera el sol. Él se había convertido en mi sol de medianoche, en una estrella fugaz que no deseaba perder de vista, la luz de una vela que no quería que fuese consumida. Porque de algún extraño modo, él había devuelto a mi oscura y triste vida, la luz que me había sido arrebatada. Y en aquél momento, justo en ese preciso instante en el que volví a perderme en sus ojos y me bañaba en el cálido bálsamo de su boca… supe que me había enamorado de él… Sus ojos posados sobre mi rostro, sus labios acariciando mi piel y su miembro luchando por alcanzar el cielo entre mis piernas. Las embestidas cada vez eran más fieras y salvajes, como si él supiera que en cualquier momento acabaría aquél delirio de una noche cualquiera y no quisiera desperdiciar ni un segundo más de tiempo, temeroso de que le apartaran del sendero de mi piel y no lograse descubrir cada espléndido rincón que esperaba impacientemente ser explorado por él. Ascendí una de mis manos por su espalda hacia su cuello y sus mandíbulas, contornos de su rostro que perfilé con cuidado como si temiera que fuese a romperse por su fragilidad. Mi cuerpo temblaba ante aquella excitante y lujuriosa danza sin más música que nuestros latidos y jadeos.

- No me dejes… jamás.- suspiré, dulcificando mi mirada cuando aquella mano vagabunda acariciaba ahora su mejilla con la yema de un solo dedo, deslizándose por sus labios antes de reclamarlos con un beso voraz, desatando aquella pasión inhibida desde… ¿siempre?

Aquello era completamente absurdo. ¿Que no le dejara? Ambos sabíamos que aquella noche tenía fecha de caducidad y aun así, parecía que no queríamos darnos cuenta de ello, demasiado ofuscados con el acto amoroso en si, dejándonos la piel por el otro tan sólo por el simple placer de acariciar el paraíso con nuestras manos. Y me moría. Las ilusiones me carcomían cruelmente por dentro mientras batallaba con ellas para que no tomaran la palabra de mis labios, para no pedir a ese hombre desconocido que me amara por siempre, que me prometiera una vida sin amaneceres que nos separasen, que me cuidara hasta mi último suspiro, que fuese mío como yo era suya ahora. Pero no quise. No quise poner voz a lo que sentía, demasiado confusa y temerosa de que aquello pudiese asustarle y decidiera abandonarme ahora, llevándose algo más que una noche de amor, más que mi aroma, más que mis besos y mis caricias, algo mucho más sagrado para mí, algo que sin duda jamás podría volver a entregar si él se convertía en mi ladrón: en el ladrón de mi corazón. Gemí sonoramente cuando una de sus embestidas me hizo elevar sobre las sábanas, acaramelándome a su cuello para sentir la profundidad de su miembro en mi sexo, sintiendo cómo mi anatomía se desmoronaba a cada movimiento de caderas que Démian me regalaba. Aspiré su esencia como un bálsamo divino que perfumaba mi piel desnuda, siempre intentando gravar en mis retinas cada minúsculo detalle de su cuerpo, de su rostro, de su voz, de su tacto, de aquellos besos que me fundían en su ser. Los músculos se tensaron de nuevo y otro suave grito placentero escapó de mi boca antes de ser silenciado por la suya. Sin darnos cuenta, el cabezal del lecho había empezado a ceder ante nuestra fiereza y la cama se movía peligrosamente, aunque… ¿qué importaba? Nada. Entonces supe que nada importaba: ni el destrozo del mobiliario, ni mi pasado, ni mi presente, ni el temor, ni la vergüenza… ni siquiera yo misma importaba sino estaba él a mi lado para saciar la sed de mis labios.

- Házme tuya, Jerarld…- susurré antes de morder juguetona su cuello, marcándole con mis incisivos de forma traviesa e infantil, sin llegar a lastimarle. Y entonces… ambos nos fundimos en un solo ser hasta que el día me despertó a la cruda realidad.




- Pero desde el principio, sabía que aquello tenía su fin. Y no se equivocó.- dije al fin con una sonrisa un tanto desquiciada.- El chico huyó en cuanto el sol le sorprendió y yo me marché a París, lugar en el que, nueve meses después, di a luz a un crío sin vida al que pensaba llamar Zephyr.- me encogí de hombros, sin dejar que el dolor de mentirle hiciera mella en mi rostro, girándome para darle la espalda a Jerarld, justo en el preciso instante en el que me daba cuenta de mi error. Justo cuando me percaté de que mi último recuerdo expuesto a mi marido… era tan real como él y yo ahora.

Tragué saliva.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Lun Feb 13, 2012 12:05 pm

Cuando Eyra pronuncio aquellas palabras. No pude evitar esperarme algún truco por su parte, después de todo aunque nos pesara… ambos éramos unos liantes en muchos aspectos.

Ella había sido una gran ladrona de joyas, además de ser realmente astuta en todos los sentidos…y yo, bueno yo era sincero con ella, pero seguía teniendo tratos con la mafia entre otros asuntos…Así que no éramos un par muy de fiar para el resto, sin embargo entre nosotros no había secretos. Al menos no tantos como me había parecido a mí en un principio.
Nuestras épocas como humanos, definitivamente eran parte de un tema que sin tener que hablarlo habíamos decidido aparcarlo allí en el pasado. Después de todo, aquello representaba un punto en nuestras vidas que había tenido final, y que por más que se removiese no se podía cambiar. A veces era más fácil enterrarlo para poder ver un futuro que centrarse en él, y en los errores que contenían.
Y ahora Eyra, delante de mí, me hablaba con un tono que quería aparentar calma, aunque podía ver que le alteraba en pequeños gestos. Como en su mirada que me evitaba, en el ligero temblor de sus manos…e incluso en gesto de morderse los labios disimuladamente…Podía parecer en calma, pero la conocía demasiado para saber que no se sentía así.

Espere en silencio, hasta que ella continúo. Su mente volvió a abrirse de par en par para mi, dejándome ver lo que había pasado, lo que había ocurrido y los recuerdos afloraron.
Recuerdos…Note como mis ojos se abrían de par en par al contemplar aquello. Una Eyra humana, que se entregaba, que regalaba sus caricias, sus besos y su cariño a un hombre que yo conocía demasiado bien.
Esa melena negra. Esos ojos verdes…esa sonrisa…Esa maldita sonrisa…
Me gire con rapidez, pues aunque seguía visualizando sus recuerdos, no podía mirarla. Apoye mis manos sobre uno de los muebles de roble, mientras intentaba controlar la ira que comenzaba a nacer con cada recuerdo que ella me enseñaba, pero no lo lograba. Note como mi ceño se fruncía y como mi mandíbula se tensaba. Note el cuello rígido, a la vez que mis labios se separaban en una mueca que dejaba ver mis colmillos ahora presentes.
No me importaba que ella hubiese tenido una vida humana plena y feliz, no me importaba que ella hubiese formado una familia en algún momento…Pero de solo ver el recuerdo de él en su mente sentía una rabia que me colmaba, que me cegaba. Pues precisamente ese hombre que ella mantenía en sus recuerdos había sido mi creador, el culpable de mi vida inmortal. Aquel que me utilizo durante tantos años sin que yo pudiese hacer nada por evitarlo. Aquel que me condeno a sed eterna, simplemente porque me deseaba como compañero…

Note como el mueble cedía y comenzaba a crujir ante el peso de mis manos, que se habían incrustado en la madera sin que me diese cuenta. El odio me embargó al recordar aquella etapa, pues me habían robado muchas cosas. Y ahora sabía que a ella también me la habían robado.
Di un manotazo lanzando lejos los decorados que habían sobre el semi destrozado mueble y gire el cuello con violencia para mirar a Eyra, mientras mis cabellos se movían tapándome en cierta parte el rostro.

-PORQUÉ NO ME LO DIJISTE!?...respire entrecortadamente, notando como mis manos temblaban.
No era su culpa, definitivamente no lo era. Ella no tenía porque saber que había estado con mi creador. Pero igualmente me enfurecía profundamente que fuese precisamente ese bastardo quien hubiese compartido su tiempo con ella. Quien hubiese compartido parte de su vida humana…Ese hombre me había robado la vida y antes que eso me había robado el corazón de mis esposa.

Fue entonces, mientras mis recuerdos me atormentaban, cuando sin esperármelo su mente dejó ver algo más.
Ella miraba a alguien, sus ojos miraban su perfil, sus cabellos rojizos caían y sumados a la oscuridad de la noche no dejaban ver del todo sus ojos. Pero él se giro con lentitud para mirar a Eyra, le sonrió con dulzura y con cierto atisbo de tristeza en la mirada,una mirada gris y no verde como la de Démian.
Me quede de piedra al verme a mí mismo en sus recuerdos. Que significaba todo eso!?La rabia, la ira y el odio fue cambiado radicalmente por la más completa duda e incertidumbre.

-Qué??? Él era…Era…QUE!??? Exprese de forma incoherente alzando la voz sin darme cuenta. Pero Eyra me daba la espalda sin dejarme ver su rostro.
Retrocedí hasta topar con otro mueble y me agarre a él inconscientemente, pues necesitaba palpar algo que me indicase que vivía en la realidad, y que no había perdido la poca cordura que me quedaba.
¿Qué significaba todo esto? Era yo el de sus recuerdos?...¿Porque los cambiaba! ¿Qué pretendía? Si ella había cambiado sus recuerdos, y ese bebe que había visto… y si era hijo mío….¿Y si era hijo mío!!? Si era cierto, eso significaba que por un instante había estado cerca de formar una familia en mi vida humana, había estado cerca de tener todo lo que siempre quise…tan tan cerca. Pero había muerto…Aquel niño había muerto, eso decía ella…Definitivamente ya no sabía que creer, ni que pensar.

Me quede inmóvil, perplejo, confuso, aun rabioso por ver a Démian en los recuerdos de Eyra, y totalmente desconcertado, agradeciendo por un instante que su mente dejase de mostrarme nada, y aun más agradecido en aquel instante de ser un inmortal, pues tenía la certeza que de haber sido humano, me habría dado un infarto ahí mismo.

-Me…Me conociste cuando era humano…Estuviese conmigo. Cerré los ojos con pesar y baje la cabeza. Porque…¿por qué no me lo dijiste? Cuando te vi por primera vez en la catedral, me reconociste pero….¿por qué Eyra?...¿por qué no me lo dijiste? Mire la espalda de ella que aun se negaba a hablarme y menos aun a mirarme. Negue con la cabeza y fijé la vista al suelo. Deje que el silencio nos consumiese un tiempo indefinido.
-…que le ocurrió?... Al bebe….¿qué le ocurrió a …Zephyr?…

Eyra se giro, quizás dispuesta a decir algo, pero fue en ese entonces cuando la quietud y el silencio en el que ambos nos encontrábamos se rompió. Pues unos extraños ruidos salieron de la cocina. Mire con cierto cansancio en esa dirección. Casi había olvidado que aquel pequeño seguía allí con nosotros. Sin embargo el recordarle me hizo volver a la realidad con más rapidez, pues sin saber porque, me preocupe por él a escuchar ese ruido, ¿estaría bien?

-Neph!



¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Néphtys/Freya Délvheen Jue Feb 16, 2012 7:53 pm

#fushiushiufhusiu# Base, me copia? #fushiushiufhusiu#
Hemos encontrado a la amenaza #fushiushiufhusiu#
Sí, está aquí, entre nosotros #fushiushiufhusiu#
Sí, es un ente de cuatro patas, bigotes, orejas y cola #fushiushiufhusiu#
¡¡¡¡Arrrghhh viene hacia mí, hacia míiiii!!!! #fushiushiufhusiu#

Shocked Shocked

Mad Mad

:evil: :evil: :evil:

¡Mayyyy por qué lo quemaste de nuevo! ¡¡¡Era mi comunicador!!!

Ash, ya te dije que no hay ratones, es una fantasía, o sea, ayyy Mayyyy

:evil: :evil: :evil: :evil: :evil: :evil:

¡¡¡No me dejan ser niño!!!


La mirada del mayordomo no fue descubierta por Neph que seguía comiendo con esos modales tan propios de un niño de clase media, no ponía los codos en la mesa, comía con la boquita cerrada, en silencio. La delgadez de sus brazos y piernas eran propios de alguien que no había tenido una buena alimentación en los últimos meses, aunque no por ello devoraba la comida, con el hambre que tenía. Masticaba los alimentos con mesura y sus palabras calaron hondo en los sentimientos de ese hombre acostumbrado a verlo todo.

Neph fue feliz cuando bebió su vaso de leche, aunque hubiera querido hacerlo en su forma felina, para que jamás se le acabara. Poquito a poquito, traguito tras otro, pronto se le fue terminando y pareció triste por ello hasta que el mayordomo apiadándose de él, se lo volvió a llenar. Un enorme "Gracias" seguido por otro traguito y una mirada de adoración al vaso hicieron que el adulto sintiera su corazón encogerse. Cuando se lo terminó todo, sin dejar una sola miga (prueba del hambre que el pequeño tenía), dio las gracias y se levantó a dejar su platito a donde lavarían los otros. Aunque no alcanzaba, su esfuerzo era más que suficiente.

Fue el justo instante en que todo el esfuerzo de Neph se vino al basurero, porque sus ojos se fijaron en unos pequeños, los abrió desmesuradamente al tiempo que... que...


Todo había cambiado, desde el entorno que lo rodeaba porque sólo estaban él y su viejo enemigo: el ratón que movía los bigotes buscando un enfrentamiento... el niño entrecerró los ojos preparándose para el combate y el ratón a su vez le miró y pareció crecer un poco en tamaño. Bien, el reto estaba aceptado, nadie se amedrentaría con el otro y verían quién ganaba, preferentemente el mejor y esperaba Néphtys ser él.

Dos pasitos atrás, lo justo para tener una distancia prudente de la bestia que estaba en el piso, cerca de la puerta a la bodega de comida, así que intentando robar. Si bien el cambiaformas había hecho una jugarreta parecida, no permitiría tras que le habían ofrecido tanta comida rica y leche, que nadie más lastimara a esta familia. Se agazapó y su enemigo le miró con los bigotes en franca posición de ataque.

Así que le retaba, así que no le tenía miedo, bien pues el momento decisivo había llegado, Néphtys se preparó y su rival le gritó en su idioma ratuno unas palabras que el niño no sabía qué decían, pero seguramente era una advertencia del tipo "Me tocas y me llevo el queso" o de "Te me enfrentas y me acabo tu leche". Sí, el rival era peligroso, pero nuestro héroe no se echaría atrás.

Aunque resultó que el rival sí, pues salió a todo lo que daban sus ratunas patas y Néphtys no se quedó atrás, se transformó en un gato y tras el maullido de advertencia que no fue obedecido, movió las patas... su enemigo escapaba y buscaba seguramente algo que tomar para hacerlo su... su... ¿Rehilo? ¿Resistol? ¿Re...?

e.e

Eso que se robaban para luego pedir dinero para que lo devuelvan...

e.e

Bueno, pero no le daría oportunidad noooo... corrió tras él por la cocina derrumbando en su camino una silla, corrió por el otro lado contra su gran rival que le hizo una fantástica finta y se dirigió a la chimenea, pero antes de chocar contra ella su rival cambió el destino, nuestro héroe metió el fre... fre...

Shocked Shocked ¿On tá el frenoooooooo? Shocked Shocked

U_U

El resultado no fue tan bueno, choque contra la chimenea que afortunadamente estaba cerrada con una protección que no evitó que se le achicharrarran unos pelos, nuestro gato maulló con dolor, pero bufó sobreponiéndose como el gatote que era, ya luego se curará con un poco de alcohol al gaznate y a la herida, uno y uno... o quizá dos y uno... o tres y uno... y el ratón le miró y chilló riéndose de él... ah no, eso sí que no.

Nuestro gatuno amigo se preparó erizándose todito, hasta la colita que parecía de zorro, no es que él fuera un coqueto, bueno, no aún porque no conocía a Celestine y... y... un grito le obligó a detenerse y maullar con dolor, pero qué gritazo de verdad y miró unas faldas verdes subirse a una mesa y gritar desaforadamente que atrapara al ratón enemigo número uno y misión imposible.

Cool Cool Cool

Con la princesa en su lugar, todo listo para encarar a su máxima amenaza, Néphtys se preparó para desterrar al dragón de una vez por todas. Era el príncipe, nada podía salir mal... ¿O sí?



¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Untitled-1-59
Néphtys/Freya Délvheen
Néphtys/Freya Délvheen
Cambiante Clase Alta
Cambiante Clase Alta

Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 08/10/2011
Localización : Castillo Delvheen

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por May Délvheen Vie Feb 17, 2012 11:53 am

¡¡¡Papi-papito!!! ¡¡¡Papi-papito!!!

¿Qué es una naranja con cuernos?

*saltitos de impaciencia*

¿Te rindes? *risas*

Pues una ¡¡¡TOROnja!!!


:lol!: :lol!: :lol!: :lol!:

Mi camita, una enorme extensión de colchón todo cómodo acolchonadito, suavecito, deliciosito, o sea, especial para mí, con mantitas tan esponjositas, llenas de esa suavidad imposible de imitar en otro lugar denotando cuánto me quieren mis papis, que me hacen mantenerme ahí durante mucho ratito a pesar de haber despertado por el calorcito que se conserva y que me es imposible de abandonar. Suspirito bonito y abro mis ojitos de nuevo, haciendo una muequita al tiempo que...

¡¡¡¡ Shocked !!!!

Mis ojos se ponen enoooormes enooooormes y me levanto de golpe al recordar la preciosidad que traje a casita, me pongo en pie corriendo sin olvidar mis pantunflas esas verdes bonitas como yo y corro a buscar al gatito entre las mantas y no, no está... ¿Abajo de mi camita? No, más que mi cajita de los tesoros... ¡Cierto, tengo que buscarle otro lugar! Con ella en las manos miro a todos lados y encuentro uno: abajo del sillón más pesado, me agacho y la meto hasta el fondo, a finales de cuentas Mariquita (ya sé que no se llama así, pero yo la llamo así porque Petronila no me gusta Mad ) no se afana en la limpieza de ese sillón y de momento, mi cajita está segura ahí.

El gatito, el gatito... hago una muequita y miro a mi alrededor, corro abajo de todos los muebles sin encontrarlo. Mis ojitos se abren máaaas grandes al ver que es de noche. Auch, quizá ya mis papás lo hallaron. Me apresuro fuera de mi habitación poniéndome un abrigo verde encima de mi pijama verde, todito verdecito como me gusta. Bueeeno, mi habitación es rosita, pero ¿Cómo convencer a mi madre que mejor verde? Imposible, seguramente ese color es un trauma de su infancia porque no era la consen consen y sus papis no la dejaron tener su habitación de ese tono.

Ya hablaré con papi-papito para que me la remodelen luego, a finales de cuentas siempre pasa algo... Rolling Eyes jajajajajajaja... sí, ya sé que lo ocasiono yo, pero no es mi culpita que me hagan repelar mucho, grrr...

Salgo al pasillo y al ver el destrozo de muebles caídos, cosas en el suelo y demás abro mis ojitos enoooormes enoooormes para bajar la cabecita y los hombros en un mohín típico de derrota, mis papis han vuelto a pelear y seguro segurito hay un lazo azul en su puerta; (iagggg azul) bueno, pues qué se le va a hacer, aunque lo bueno es que no verán a mi gatito antes de que lo encuentre, pero sobre todo, ¡Volvió papito! Qué felicidad que me roba unos saltitos antes de que mi pancita gruña.

O-o-ok, tengo hambrita, así que... Gato - Hambre... gato-hambre... mmmhh difícil elección... gato - hambre... ¿Y si...? Síiii ¡GATO YYYY HAMBRE! Así que voy a la cocina a que me sirvan un vaso de... de...

Shocked Shocked Shocked Shocked

- AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH - bueno, creo que se entendió que me he dado un susto de muerte y no sólo eso, es que vi lo más horrible que jamás he visto en mi vida (bueno, lo he visto muchas veces, pero nunca taaan cerca)... y es esa cosa café, horrible, espantosa, gigante, que me mordió los dedos de los piecitos esos bonitos que tanto le gustan a mi papá besarlos, ayyy ya nunca lo hará otra vez porque esa bestia me los rozó, ayyyy tendré que tirar mis pantunflas queridas porque están manchadas de esa cosa café que crece y crece (?).

Nota de la brujita:

Ok, ok, estaba exagerando, pero es que tú harías lo mismo...

Shocked Shocked Shocked

¿Cómo que no?

:evil: :evil: :evil:

¡Retráctate de tus palabras o me la pagas! *Fuego saliendo por sus ojitos*

Así me gusta Cool



Decía que es una cosa espantosa, de esos animales que Diosito jamás debió crear, seguramente lo hizo porque pensó que debería haber horripilancia para este mundo, pero se le olvidó que la preciosa-preciosura de mí iba a venir a este lugar, por lo que cuando ya lo vio, era demasiado tarde y esas cosas se le escaparon. Sí, debe ser eso, porque no creo que Diosito los haya creado para hacerme la vida de cuadritos, no, no, porque Diosito me ama, claro, más que a todos, bueno, excepto papi y mami.

Regresando al tema, decía que esa cosa pasó por mis piecitos y yo suelto dos gritotes bien grandes antes de subirme con rapidez a la mesa y saltar en ella una y otra vez agitando las manitas en pos de alguien que me rescatara del dragón que no me permite bajar del mueble, qué miedo tengo, qué horrible es, espantososo, horribliloso, feososo y todo lo que termine en "oso". Hasta me tapo mi carita esperando que al quitarme mis manitas se haya ido, pero no es así. Y de pronto lo veo, mi héroe, mi caballero gatuno, el príncipe azul (iaaaggg qué feo color, iaaaggg), bueno, el príncipe verde Rolling Eyes Rolling Eyes . Sin ser rana, claro Cool .

Lo veo, corre tras esa bestia, corre para un lado, corre para el otro y la cosa feosa se dirige hacia mí y grito saltando sobre la mesa, temerosa de que me toque (?).

Nota de la brujita:

Sí, ya sé que NO me iba a tocar porque yo estaba sobre un mueble y el ratón en el piso, pero ¿Me dejas seguir contando o tú lo harás?

Gracias, qué amable...



En fin, decía que temía que me tocara, salto y salto y esa cosa fea pasa por debajo de mí y grito de nuevo, empezando a sentir ese estremecimiento recorrerme por mi cuerpecito cada vez que algo me asusta demasiado o que tengo mucho miedo, lo siento y mis deditos hormiguean, grito de nuevo a papi-papito, a mami, a quien sea, al tiempo que mi cuerpo se incendia completamente, caliente, caliente más caliente y no aguanto... El último grito emerge de mi garganta al tiempo que las cortinas de la cocina se incendian y oigo un chillido al tiempo que yo caigo sobre la mesa y me tapo mi carita.

Hincada en el mueble lloro y lloro desesperada, temerosa mientras no capto lo que está pasando, que hay fuego no solo en las cortinas si no también en el fogón. Buena la hice, pero no me importa, sólo quiero que me quiten esa cosa de encima, que se la lleven, que la corran de la casa, no es bienvenida, se va él o me voy yo, así de fácil.

No podemos ambos vivir bajo el mismo techo. ¡Para nada!


Off: Si Neph puede poner cositas bonitas, por qué yo no si soy la consen, consen? Rolling Eyes


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Rlw
· Ficha · · Relaciones · · Cronología ·


Las cosas son así...:

Magia...:
May Délvheen
May Délvheen
Hechicero Clase Alta
Hechicero Clase Alta

Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Edad : 241
Localización : Mansión Asrhan

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Arlette Sáb Feb 18, 2012 1:51 pm

Por primera vez en toda mi larga existencia, debo admitir que me alegré de que otra persona me robara el protagonismo. Un sonido procedente de la cocina, alertó a Jerarld quién olvidó por un momento aquella tensa conversación que mantenía conmigo. Pero fue el grito de May, lo que me llevó a correr hacia allí y abrir la puerta con una patada, buscándola con la mirada y el ceño fruncido. El pasado podía esperar. Mi hija no.

- ¡¿May?!- grité entonces, cuando la localicé sobre la mesa hecha un ovillo, llorando y temblando.

Gracias a mi visión periférica pude contemplar en un segundo el alcance de los hechos: las cortinas de la cocina ardían a fuego vivo, el cambiaformas, convertido ahora en el gato que intentó robarme, se batía en duelo con una enorme y repugnante rata.

Debía actuar con rapidez… ¿dónde se escondía Jean cuando se le necesitaba? Ese hombre empezaba a ponerme de los nervios. Así que, a falta de hombres, me tomé la libertad de controlar con aquella situación yo solita.

Empecé por la rata, fijando mi concentración en aquél bicho que removía su nariz y bigotes de forma casi juguetona. Pasados unos segundos, un agudo sonido inundaba la cocina mientras la rata quedaba bocarriba, retorciéndose de dolor y gritando, probablemente que acabara con ella pronto. Y lo hice, pues tras un momento de agonía, el silencio regresó a la sala y el animal permaneció estático con los ojos bien abiertos. Torcí una sonrisa de triunfo, aunque una rata no significara un gran enemigo para mí, por supuesto. Pero el orgullo siempre estaba allí, recordándome que era la mejor.

Tomé a May entre mis brazos e intenté calmarla con besos sobre su frente, acunándola en ocasiones. Ymientras tranquilizaba a mi pequeña, abrí el grifo de la cocina y dejé que se llenara un cubo de agua mientras arrancaba las cortinas con sumo cuidado de no quemarme, lanzándolas sobre dicho recipiente del que una extensa y asfixiante humareda pronto nos advirtió del fin de las llamas. Y poco a poco, la respiración de la pequeña regresó a la normalidad. No quise regañarla, pues sabía que a veces una emoción llevada al extremo, podía desembocar en un acto como aquél, en su caso, el fuego.

Tras cerrar el grifo y dejar que la humareda escapara por la rendija de la ventana, me senté entonces en una de las sillas que rodeaban la mesa llena de comida, meciendo todavía a May. Mi ceño se frunció un momento para relajarme una vez coincidí con los ojos del gato que ahora me observaban en la distancia.

- Gracias.- murmuré, intentando sonar tan maternal como los gestos que ahora dedicaba a mi hija antes de empezar una nana con la que esperaba que ella se durmiera para así decidir el futuro de aquél cambiaformas y, quizás, también el de mi matrimonio.- Duerme lucero lindo, duerme luz de mis sueños que yo todo el tiempo te mimo acunándote en mi pecho. Duerme lucero lindo, que nada enturbie tus sueños, que tu madre mientras canta te protege de los vientos. Duerme lucero lindo, duerme mientras yo velo que cantando todo el tiempo te diré lo que te quiero...

Y así, cantándole al oído con la voz más dulce que poseía, me alcé de la silla acariciando sus cabellos y salí de la cocina rozando el hombro de Jerarld con la intención de acostar a May en su lecho de princesa. Dejé al gato bajo la supervisión de mi marido mientras mis pasos ascendían por las escaleras de caracol y con el codo cerré la puerta del dormitorio de mi pequeña antes de sentarme sobre su lecho y acomodarla bajo las sábanas con la misma sonrisa tierna con la que siempre la contemplaba.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) PzmngVj¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) MpRsf
Arlette
Arlette
Vampiro Clase Baja
Vampiro Clase Baja

Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 14/08/2011

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por May Délvheen Miér Feb 22, 2012 10:44 pm

¡¡¡Papi-papito!!! ¡¡¡Papi-papito!!!

¿Qué le dijo un cable a otro cable?

*Ríe mientras bebe un vaso de leche, lo deja en la mesa y le mira con blancos bigotes*

¿Te das?

¡¡¡Somos los Intocables!!!

Razz Razz Razz

Soy genial Cool

Estaba yo, toda bonita, preciosura yo, bueno no tanto porque estaba chille que chille chillando chillona yo, echada en la mesa hecha un ovillito cuando la bruta (no, no hay palabra que la pueda definir mejor) de mi mamá destrozó la puerta que bien pudo abrir por el picaporte.

e.e

Adultos a fin de cuentas, no entienden las delicadezas de hacer que una puerta se abra sin tanto exabruptito, que no se oiga hasta China que quiso entrar a la cocina, pero la comprenderé esta vez y no la criticaré...

Al menos no la criticaré mucho...

Laughing Laughing Laughing

Pues es que es nuestra vida común en conjunto de ambas, o sea ella y yo nos amamos, la quiero, la adoro, pero luego no la aguanto.

e.e

Sobre todo cuando va de melosa con papi-papito, o sea ¿Qué parte del "es mi papi" no entiende? Y siempre va de escurre-miel a pegársele... iaggg no sé por qué mi adorado papi la besa, si no sabe a nada ¡Y para colmo está siempre fría! Pero me desvío del tema. Decía que estaba yo hermosa en la mesa hecha ovillito de lana así esponjosito cuando la bruta (again Cool ) de mi madre rompió la puerta para con su visión periférica (ni idea qué sea eso, pero seguro es más bonito que un perico Shocked ) vió todo lo que provocó mi gatito *0* y ese ratón ¬¬. Y de paso yo... Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes

Mami hizo lo que todas las mamis envalentonadas y siempre contra alguien más pequeño que ellas, hace: mató al ratón, pero éste pegaba unos chillidos que yo creo que hasta Timbu... Tombo... ahhh, bueno ese país Rolling Eyes Rolling Eyes , se oyeron. Ay pobrecito, me dio pena con él, tan bueno que era... Bah, ¿A quién quiero engañar? Qué bueno que se murió.

No lo niego, estar en los brazos de mami siempre ha sido mi ideal de un día perfecto, que me arrulle y me bese me llena de tanta alegría, que todo puede pasar sin que me afecte. La amo a pesar de que ella piense que es la consentida de papá (mentira, soy yo), pero en sus brazos me siento tan segura, como que puedo tocar las estrellas y bajarlas para adornar con ellas su cabello y que luzca tan bonita, hermosa como yo.

Y ese canto, esa nana que resuena en mis oídos es la música que los angelitos cantan a Dios todas las noches y que suena en la boca de mi mami con esa nota que estremece cada pelito de mi cabeza, haciendo que mis ojitos se cierren, acomodándome contra ella sin darme cuenta de lo que sucede, sólo siendo feliz con mi mami chula que me consiente y me lleva a mi camita.

Es donde me doy cuenta de algo, me falta mi gato. Shocked Shocked Shocked

- Mamita, o sea todo bien chulo, bien súper súper, pero me falta mi gatito, anda, déjame adoptarlo, es más, yo hablo con papi-papito para que me lo permita tener - y antes de que pueda reaccionar, me bajo de la cama y corro a donde la cocina para abrazarle la pierna a papito y reír mirándole a los ojos - yo quiero al gatito, anda, adóptalo, por favor... yo quiero un gatito tan bonito como él que me defiende de los ratones, porfa ¿Siiii? - le pongo mi mejor carita rompecorazones y de paso utilizo mi poder de persuación que ya sé utilizar requetebien a diferencia del de fuego, para que caiga en mis redes y me conceda el capricho.

¿Funcionará?



¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Rlw
· Ficha · · Relaciones · · Cronología ·


Las cosas son así...:

Magia...:
May Délvheen
May Délvheen
Hechicero Clase Alta
Hechicero Clase Alta

Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Edad : 241
Localización : Mansión Asrhan

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Jerarld Délvheen Jue Mar 08, 2012 11:23 am

¿Que estaba pasando? Ruidos, muebles cayendo, y un sutil aroma a chamuscado que hacía cinco años que me era familiar.Solte un resoplido, pero fue entonces cuando recordé. Néph estaba allí y ese aroma a quemado indicaba que May…

¡¡¡¡¡¿¿...??!!!!!!!!

Me encamine con rapidez tras los pasos de Eyra y entré en la estamcia mirando hacia todos lados. Me preocupaba más que les hubiese pasado algo a los niños que se hubiese quemado el mobiliario. Francamente me daba igual como si se quemase el castillo entero, pero los niños… Arquee una ceja mientras miraba a Eyra, que se llevaba con paso rápido a May consigo, pasando veloz a mi lado.
Supongo que ella quería evitar del todo la conversación que acabábamos de tener y lo entendía. Por eso no se dignaba ni a mirarme en aquel momento.

Me adentre en la cocina y busque a Néph, pero no se le veía por ninguna parte. Aquello me sorprendió un poco, mire todos lados y camine hasta acercarme a una de las mesas, mire sobre los muebles,debajo de estos, pero solo se veían algunos escombros, hasta que reconocí su aroma cerca de uno de los muebles del fregadero.
Él sentado y tranquilo me miró un instante algo curioso en su modo felino, para después desviar la mirada hacia el roedor que ahora patas arriba descansaba muerto y tieso a unos metros de él.
El pequeño gatito tenía algunas manchas de hollín en su pelaje blanco además de una pequeña manchita marrón en su frente. Me acerque con cuidado y le tome en brazos, acariciando bajo su mentón con suavidad.

-Pero mira como te has puesto pequeño…comente mientras sacudía con delicadeza algunos trocitos de escombros que descansaban en su pelaje. Deslice los dedos con suavidad por la frente del gatito y note como este daba un respingo. Ouch, te has hecho daño. Espera…Espera…Tranquilo…Tome uno de los trapos de la cocina y los pase con suavidad arrastrando las manchas marrones con ella. El pequeño se dejo hacer sin evitar mirar de reojo a su enemigo que aun descansaba muerto en el suelo. Una batalla dura eh?...Mi padre siempre solía decir que cuanto más dura era la batalla mejor era después el banquete…Jajaja claro que solo lo decía para que yo me comiese las verduras en la cena después de haber estado toda la tarde jugando… Le deje sobre la mesa con cuidado y me quede mirando esos ojillos felinos tan dulces. No pude evitar sonreír, pues la rata a la que se había enfrentado era grande, casi tanto como el. Fue entonces cuando me surgió la duda. ¿Qué pasaría con él…? No podía permitir que volviese con aquel hombre que le cuidaba. No después de ver lo que le obligaban a hacer y el modo en el que le trataban.
Suspire y me quede pensando en aquello. Fue entonces cuando alguien se agarro a mi pierna apretándola con fuerza. Mire hacia abajo, y nada mas verla sonreí alegre. Hacia un buen rato que no veía a mi pequeña.

May tesoro! ¿Estás bien? Le abrace e intente sosegarla mientras su bracitos se agarraban a mi cuello, pero ella seguía comentándome enérgicamente algo con respecto al cachorro, al parecer ella antes se había llevado un buen susto, pero lo que ahora preocupaba no era eso, sino “SU gatito”...
Observe sus ojillos y me enternecio su mirada dulce. No sabía como lo hacía, pero aquella mirada suya siempre me llegaba al corazón.

-Oh mi pequeña…Acaricie sus cabellos y se los acomode detrás de su oreja para que no le taparan el rostro. Bese su cabecita y le senté sobre la mesa, al lado del cachorro.
Me gire mientras buscaba entre el enorme desorden de la gran cocina lo que intentaba ubicar, hasta que visualice en un rincón la botella de leche que Jean había dejado allí. La tome y serví un gran vaso y un pequeño cuenco, mientras pensaba en la situación.

¿Cómo decirle a mi pequeña que las cosas no eran tan sencillas?...Aunque por más que lo pensaba menos sentido tenia todo.
Por una parte, Eyra por algún motivo que no lograba entender del todo, quería quedarse con el pequeño. Por otra parte May se había encaprichado con Néph quizás mirándole más como mascota que como el pequeño que en realidad era. Y yo…Yo había mirado al pequeño y me había quedado hipnotizado. Pues tenía algo que era demasiado familiar, ¿sería su aroma? Serian aquellos ojillos tristes? había algo en él que yo ya reconocía...Sabía que no podía dejarle marchar con su cuidador, no después de ver cómo le trataba. De hecho podía y me interesaba encargarme personalmente de arreglar “aquel asunto” . Quizás no era de mi incumbencia pero no pensaba permitir que sus actos quedasen impunes…
Aunque más importante que todo aso, era él. ¿Que querría él? Me encamine hacia los pequeños llevándole el vaso a May y dejándole el cuenco al heroico cachorro. Me quede frente a ellos, y ambos aun curiosos me miraron en espera de mi respuesta.

May con una sonrisa traviesa movía sus piernecitas que colgaban en el borde de la mesa, sujetando con ambas manitas el enorme vaso.
-Cielo, no se puede decidir una cosa como esta así sin más…Menos sin haberle preguntado a nuestro querido huésped si la idea le agrada. Mire al cachorro y acerque una de mis manos para limpiarle el menton, se había llenado de leche, pero me daba que aunque le limpiase volvería a pasar. Negué con la cabeza mientras contemplaba al encantador cachorro, le observe con curiosidad. ¿Qué dices pequeño, te gustaría quedarte con nosotros?

May me miro parpadeando, quizás sin comprender. Ahora que lo pensaba ella seguramente no sabía que aquel gatito era en realidad un niño de su misma edad.
Unos pasos sutiles caminaron hacia la cocina pero no entraron en ella. El silencio se hizo entre los tres mientras yo esperaba la respuesta de Néph. Estaba seguro de que Eyra tenía tanta curiosidad por saber que diría el pequeño como la tenía yo en ese momento.


¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Firmajer
:♦️♦️♦️:
Y entonces se la agarré y se la arranqué de cuajo. ¿Y sabes que le dije?:
¿Salud mental? ¿Se come?:
Y no. No tengo nada mas que decir:
Jerarld Délvheen
Jerarld Délvheen
Vampiro/Realeza
Vampiro/Realeza

Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen) Empty Re: ¿Estás segura de que nació muerto? (Eyra Erikdottir, May, Jerarl y Néphtys Délvheen)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 1 de 2. 1, 2  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.