Bajo la lluvia.(Privado)

por **Celestine Arceneau** Miér Oct 26, 2011 3:48 pm

Las nubes tapaban al hermoso cielo este día y el viento soplaba soplaba sin cesar las velas de los barcos que estaban en el puerto.Las olas del mar se movían y chocaban contra las rocas y los barcos, el mar estaba muy inquieto y para aquellos que conocían, eso solo significaba que muy pronto la tormenta empezaría.

Pero pese al clima, mi nana me trajo al puerto a pasear. El puerto es uno de los pocos, casi escasos, lugares donde puedo moverme con tranquilidad y ser yo, sin máscaras. Para poder disfrutar de estos días incisto e incisto e incisto en venir, sin importar si llueve o nieva.

Al llegar mi nana camina lentamente, dejandome a mi ir a donde quiera. No tardo en alejarme de ella y explorar el lugar. Me acerco a un muelle y me asomo a ver las olas del mar romperse en el muelle. Un sonoro trueno se escucha en el lugar que me atemoriza y me hace temblar, y por poco me resbalo del muelle pero logro agarrarme de un poste y de alguien más.

por **Benjamin E. Montesquieu** Jue Oct 27, 2011 5:10 am

Los días pasaban lentos y pausados y él sentía las verdaderas ganas de ir a aquel lugar, pese a la fiereza del mar que hoy propondría un mal día lluvioso. Se sentó al final del muelle, con las piernas colgando por la madera, mientras sentía todo el ruido a su alrededor.
Un cosquilleo se instalaba en su piel, aquel lugar no era bueno para un niño de aquella edad y mucho menos si el mar estaba furioso. Pero él no tenía miedo, tan solo se sentía a gusto, donde el ruido estruendoso del cielo parecía que se fuese a romper en mil pedazos.

De pronto, una figura de color rosa pasó fugaz por su lado y cuando vió que se precipitaba al mar la tomó del brazo. Era una niña, ligeramente más pequeña que él. Simplemente se quedó en silencio, apretando los dientes al subir costosamente a la niña a los grandes tablones de donde el estaba.

Cèsare, preocupado gruñó regañando a la niña. El ar era algo peligroso y no era sitio como para ir corriendo, a menos que quieras permanecer bajo él el resto de tu vida.

por **Celestine Arceneau** Jue Oct 27, 2011 12:10 pm

Con algo de dificultad, lentamente subo a las tablas del muelle nuevamente. Me quedo arrodillada aún asustada por casi haberme caído. Levanto mi cabeza y miro a la persona que impidió que termine en el mar y me ayudó a salir.

Se trata de un niño, un poco más alto que yo, de pelo castaño. Me gruñe, parece preocupado y algo enfadado. Bajo un poco mi cabeza al entender que fue un regaño.

-Lo lo siento… gracias.-

Susurro mirándolo con una disculpa en mis ojos. Despacio me giro para quedar sentada a un lado de él y miro el mar, donde en estos momentos hubiera estado yo, de no ser por él.

-Gracias.-

Lo miro con una débil sonrisa e insegura.

por **Benjamin E. Montesquieu** Sáb Oct 29, 2011 10:28 am

El niño asintió a las palabras de la infante. De hecho, el era una persona muy bien educada aunque no le hubiesen enseñado educación alguna durante su vida. El supo observar a los hombres mayores y supo que postura debía tomar en aquella sociedad mediocre, como la llamaban algunos.

Cèsare, vió como la niña había perdido un zapato, y bien sabido era que lo que se llevaba el mar muy dificilmente volvería.

Éste señaló su pié, para por si no se había dado cuenta de ello. Acto seguido, abrió la mano y le mostró unos caramelos que le había dado un señor a las puertas de la iglesia aquella mañana al verlo empapado. Ambos niños, con el cabello moado espectantes al peligroso mar se miraron esperando ver que pasaba a continuación.
Cèsare, se llevó un caramelo a los labios y señaló hacia el mar en pregunta... que sus labios no podían vocalizar... ¿A ella le gustaría el mar?

por **Celestine Arceneau** Sáb Oct 29, 2011 4:03 pm

Sonrío débilmente y lo miro unos momentos. Señala y sigo con mi mirada hacia donde su dedo apunta. Solo veo uno de mis zapatos blancos… miro a mi alrededor desesperada buscando y entonces el niño de muestra los caramelos.
Le sonrío y agarro uno llevándomelo a la boca…

-Gracias.-

Como el caramelo con gusto, pero eso no quita mi preocupación por mi zapato. El niño señala el mar y asiento.

-Sí, me gusta muc….-

Al ver al mar puedo ver a mi zapatito flotando entre las olas que rompen contra el muelle.

-Ay… no…-

Susurro asustada.
Perdí mi zapato… perdí mi zapato…
Era el único pensamiento que cruzaba mi mente. Perdí mi zapato, y aunque fue un accidente… a mis padres no les gustará nada de nada eso y me castigarán seguramente… y no quiero que lo hagan. Me arrodillo en el borde del muelle, me agarro bien con una mano a las tablas y estiro mi brazo al agua en un intento de agarrar mi zapato.

Un sonoro trueno se escucha y me hace temblar y sobresaltar. Antes de darme cuenta estoy abrazando al niño con los ojos cerrados y temblando de miedo. Odio las tormentas.

por **Benjamin E. Montesquieu** Sáb Nov 12, 2011 5:49 am

En aquel preciso instante, en el que la furia de la tormenta hacía su terrible aparición la niña se abrazó a él, y no supo como reaccionar, pues jamás le habían dado un abrazo como el de ella. Había oido de las muestras de cariño, pero en si no conocía la forma de procesarlas, se sentía como algo mecánico algo incapaz de poder hacer algo similar a lo que ella por lo que se limitó a corresponderla con fuerza.

El zapato de la niña, yacía ahora en su mano, sin motivo alguno aparente, cuando la niña pudo despegar pos ojos por el susto Cèsare se lo mostró, todo mojado pero ya estaba sano y salvo.
Era algo que el no sabía descifrar, ni como podía haberlo recuperado, quizás la influencia mágica en su ser hubiese traido aquel zapato hacia sus manos. Cèsare, sabía algunos trucos, pero no sabía a ciencia cierta por qué o como lo hacía, tan solo debía esperar a que nadie mirase para hacerlo, como aquel pequeño conjuro para el bien ajeno, el bien de aquella niña que había perdido su más preciado zapato.

Con una mueca visible, se quedó observando el gesto de la niña.

¿Le habría sentado mal aquello?
¿Se lo contaría a alguien?
¿Estaría contenta?

El mero hecho de ser mudo le limitaba mucho en aquellos quehaceres cotidianos como era el simple conversar. Limpió con la manga de su jersey el zapato, de toda aquella agua.

por **Celestine Arceneau** Miér Nov 30, 2011 12:53 pm

Miedo, miedo, miedo, es lo único que siento tras escuchar ese gran estruendo proveniente de las nubes tormentosas que están sobre nosotros. Las tormentas no me gustan, es un miedo que no puedo contener ni comprender, porque solo es agua y ruido, pero cuando hay tormentas me tengo que esconder.

No sé cuanto tiempo estoy abrazando a este niño, segundos, minutos u horas, no lo sé... pero al abrir los ojos y darme cuenta de lo que hago, dejo de abrazarlo lentamente y sintiendome avergonzada.

-Lo siento...-

Susurro bajando la mirada... y al hacerlo veo que tiene mi zapatito perdido en su mano.

-¿Qué? ¿cómo...-

Pregunto mientras agarro mi zapatito que está completmanete mojado. Pero.... ¿realmente importa cómo es que lo sacó del agua sin haberse movido? La respuesta es no, al menos para mi. Lo realmente importante es que lo recuperé y por eso mi madre no se enojará conmigo cuando regrese a casa.

-Gracias.-

Le agradezco mirandolo con una sonrisa. Otro trueno se escucha y yo me encojo un poco y cierro los ojos con fuerza en una clara muestra de miedo. Abrazo mi zapatito contra mi pecho.

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