El peligro te pisa los talones [Libre]

por **Antuan Velachi** Miér Nov 16, 2011 3:06 pm

Recuerdo del primer mensaje :

El olor a pescado podrido aun apestaba desde aquí, la Rue Capriato, donde se instalaba el mercado de pescados de la cuidad estaba a varias cuadras, pero las viseras de los animales, aun pudriéndose en las calles era capaz de dejar sentir su hedor desde allí. No me gustaba este barrio, no solo por la peste que siempre impregnaba la parte baja de la cuidad, sino también por el gran numero de cortesanas de poca categoría y borrachos que llenaban las calles. No os confundáis, no sentía pena por ellos, ni me daba asco mirarlos, lo que me causaban era molestia, quizás algo de rabia, tan ignorantes de los peligros a los que se exponían de forma gratuita, yo era el que debía cuidar sus patéticas espaldas, y ellos no hacían por facilitarme el trabajo.

Me moví por las sombras de los callejones, con paso ágil y silencioso, como un gato que espera atrapar una rata, solo que la presa que yo buscaba era bastante más grande que una rata, y más peligrosa cambien.

Lleve mi mano hasta mi cinto, donde el frió de mango de mi espada, en mi espalda, una ballesta y 15 virotes con punta de plata, por ultimo, una daga en la bota, también de plata, me permití sentir mi arsenal sobre mi cuerpo no porque me hiciera sentir seguro, sino todo lo contrario, me recordaba que estaba de caza, que el peligro estaba pisándome los talones, pero también, que yo era el peligro que le pisaba los talones a los no-naturales que descubriera en algo indebido. Mi corazón se acelero un poco, la cacería siempre tenia ese efecto en mi, la adrenalina bombeada a mi venas causaba una sensación que nada más en este mundo podría nunca reemplazar.

por **Antuan Velachi** Sáb Nov 19, 2011 5:56 pm

Vi la sangre manar de su muñeca, sabia el efecto que tenia en los mortales si el vampiro no te desangraba primero, subí mis ojos hacia los de ella, para encontrármelos de un extraño color, por primera vez en la noche, descubrí que sus ojos cambiaban de color.

- Yo... -dije en voz débil, mientras acomode mi cuerpo, acercándolo al de ella un poco - No temo... - Mi mirada cambio al instante, un brillo salvaje, y una sonrisa triunfal.

No tenia daga, la había lanzado ella cuando se la clave sobre el tejado, no tenia espada, había caído de mi mano al lanzarme al vació, no tenia ballesta, pues esta hacia quedado tirada arriba, cerca de la daga, pero tenia los virotes aun, madera afilada, lista para entrar en la carne.

Mi movimiento fue corto y rápido, aproveche la cercanía, y que la vampiresa había bajado la guardia, clave el virote en su pecho, justo en su corazón.

- Pulvis sumus et pulvis reverterimu - moví el virote en su carne, aseguradome de causar el mayor daño posible - No temo a la muerte, todos moriremos alguna vez, incluso ustedes los inmortales.

En el horizonte, el sol comenzó a asomar, no me había dado cuenta de cuanto había durado nuestra pelea.

por **Jacqueline S. Ritchway** Sáb Nov 19, 2011 6:09 pm

Solte un grito muy agudo, el dolor me zofoco el pecho haciendome temblar y retraerme. Ardia y mucho, sentia que me colapsaba, era como volver al infierno y estar quemandome otra vez...por solo unos segundos...
El no sabia nada de mi y nunca lo sabria: yo no podia volver más al infierno, nunca más podrian matarme, siempre volveria ya que un inmortal me trae de regreso y cura mis herida en batalla como si fueran las suyas...
-Bastardo...asqueroso...-dije sintiendo que un hilo de sangre salia de mi boca. Aun tenia fuerzas como para clavarme esa estaca? Bien. Tambien tendria fuerzas para atenderse solo. Lo empujé dejandolo caer en unos arbustos. Debia marcharme, el amanecer estaba muy cerca.-Este baile no se ha acabado aun, Mister Antuan Velachi.-dije su nombre con fuerza y sali corriendo hacia la posada donde estaba mi ataud. A mi castillo no podia ir porque estaba ya muy lejos y no habia tiempo para correr más rápido.

por **Antuan Velachi** Sáb Nov 19, 2011 6:48 pm

Volví a desplomarme en el piso, mientras los primeros rayos del sol de amanecer me alcanzaron, me arrastre un poco, y apoye mi espalda contra el muro, en un par de minutos llegaría Marco, mi cochero, a buscarme, el sabia que cuando llegaba el amanecer y yo aun no regresaba, significaba probablemente que estaba tirado en alguna callejón, golpeando o medio muerto, eso, o con alguna mujer especialmente hermosa. Esta noche, era un poco de ambas.

- Baila usted magníficamente, señorita Jacqueline - Dije, con una sonrisa en mis labios, aunque ella ya se había perdido en el horizonte, dudaba que me hubiese escuchado. No me importaba estar hecho polvo en un callejón mugroso, fue divertido.

Esta no era la primera vez que luchaba contra un vampiro, claro que no, pero la mayoría de los que cometían imprudencias suficientemente grandes como para que les descubriera alimentándose o matando, eran vampiros neonatos, solo un par de años desde su transformación, máximo una década. Esta era antigua, mucho mas antigua que los vampiros que estoy acostumbrado a enfrentar.

No pude evitar preguntarme si solo su antigüedad eran diferentes en ella, había cortado su cuello lo suficiente para haber dejado inconsciente a cualquier otro vampiro, y estaba seguro que ningún vampiro tenia la suficiente regeneración para pegar un brazo arrancado, por ultimo, estaba seguro de haberle dado en el corazón con el ultimo golpe, le había matado, estaba convencido de ello, entonces, ¿como había salido corriendo luego?, esta chica meritaba una investigación exhaustiva.

Maldije al recordar que al día siguiente, por la noche, tenia una fiesta de presentación a la sociedad de alguna jovencita rica, odiaba esas fiestas, y no sabia como lograría asistir con 3 costillas rotas y contusiones a lo largo de todo el cuerpo.

por **Jacqueline S. Ritchway** Sáb Nov 19, 2011 9:09 pm

Apenas llegue al hostal, corri a mi cuarto y cerre las grandes persianas de acero, corri las cortinas y cerre la puerta. Prendi una unica vela junto a la cama para humanos y sin más, me deje caer alli. La estaca me la habia quitado en la calle, arrojandola por ahi. No presté atencion a ello. Me sentia una completa basura, me senti usada. Ahora aquel cazador tenia mi sangre dentro de él...lo habia curado, con mucha culpa y lastima por él...y asi me lo paga...Escondi mi rostro sobre las mantas, derramando unas pocas lagrimas de rabia pero luego intentando sobrellevarlo. No sabia porque no me lo habia visto venir...Revivi algunos ataques de aquel joven y sus palabras en mi mente, como si estuviera en mi cuarto ahora mismo.

"No temo a la muerte, todos moriremos alguna vez, incluso ustedes los inmortales."

Esas palabras, nobles a más no pedir, jamás las espere nombrar de un ser humano; que ocultaria tras su espada aquel joven? No lo sabía ni tampoco queria saberlo...Me senti traicionada por mi propia voluntad.
Me levante y me acoste en mi ataud, muy decepsionada y triste, pero era necesario que descanzara. A la noche siguiente, la Duquesa de Montserrat presentaria en sociedad a su hija, quien acababa de cumplir 16 años; si bien era solo una conocida de la familia, fui invitada a la fiesta. Ya no tenia tantos animos de ir pero quiza era lo que necesitaba para olvidar este horrible suceso.

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