una noche diferente [libre]

por **James Mayer Rothschild** Sáb Nov 19, 2011 9:16 pm

Después de un día agitado por las calles de parís, ahora la noche adornaba el cielo con su manto de estrellas y una hermosa luna empezaba aparecer grande y radiante en el cielo, iluminando con sus rayos plateados el andar de las criaturas nocturnas; hermosa noche pensaban los caminantes, con cielo despejado raro en parís, y con una brisa relajante que empezaba a refrescar el caluros día.

La noche atrajo a los seres de la oscuridad, viejos y jóvenes tomaban las calles de parís, llenando de una profunda sensación de pecado y horror; el tiempo transcurría su marcha, normal mete, y como el pasa de los minutos una sombra apareció recorriendo los estrechos callejones de parís, como gato merodeando su comida.

Salió de un callejón oscuro, un hombre alto, con el cabello largo y castaño, vestido con un uniforme militar, de antiguas épocas, su mirada perdida en el horizonte, y un enorme aniño símbolo de la realeza española adornado su dedo índice, camino a paso, mirando el horizonte, fijando su vista en la hermosa luna de esa noche, mientras caminaba perdido en sus pensamientos, jugueteaba con el aniño que lo distinguía como conde, llego hasta un gran puente que daba a un magistral rio, se recargo en el barandal del puente, y bajo la mirada al rio.

La gente pasaba detrás suyo, dándole una mira de pena, pensando tal vez, mira a ese hombre penar, cada día viene a misma se queda mirando y esperando algo, que raro es, seguro sus pecados son demasiado.

por **Ludimila** Miér Dic 07, 2011 5:05 pm

La bailarina aburrida de permanecer en su pensión decidio dar una vuelta por Paris, para despejarse un poco ya que tanto ajetreo en los 3 dias que llevaba en la ciudad le habian embotado la cabeza.

Ludimila se puso encima un vestido corte imperio de color escarlata y una soberbia chaqueta color marrón y salio del hotel.

Que luna más hermosa habia en el cielo, dios que maravilla, la joven poso sus ojos violaceos sobre el vanidoso satelite, jamás había visto cosa más hermosa en los dias de su vida.

Después de contemplar semejante espectáculo la rusa siguio su rumbo, bajando por una rivera con cierta cantidad de gente. Esta observaba curiosa a todos los transeúntes, como vetsian y que hacian. Observar era clave para saber como era una persona, y eso a Ludimila se le daba muy bien.

De repente, sus traviesos ojos se fijaron en alguien, un caballero de extraños pero llamativos ropajes, parecia absorto mirando el rio.

Ludimila curiosa atravesó el puente y se acerco a una distancia prudencial, para preguntar con su acento ruso y su frances basico....

-Bonita noche..¿ no cree?

OFF: no se si he llegado tarde, espero no molestar, pero era el unico libre interesante

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