Una vida de paradojas [Fiolette Himmel]

por **Antuan Velachi** Jue Nov 24, 2011 10:51 am

Recuerdo del primer mensaje :

Un café, vaya cosas, hacia años que no probaba un café en el centro, algo tan cotidiano, tan normal, y simplemente no había tenido tiempo en todo este tiempo. Elegí este lugar en un arranque de nostalgia, simplemente pasaba por aquí, en dirección a la plaza, cuando un viejo recuerdo llego a mi, motivado por el viejo cartel de madera que cuelga afuera del local. Y es que la ultima vez que había pasado por esta calle, tenia solo 10, vine con mi padre, y el se tomo un café mientras compro para mi un sumo de frutas. Fue poco antes de que mis padres murieran, uno de esos viejos recuerdos que estaban guardados en mi cabeza, y que en pocas ocasiones me permitía desenterrar.

Me senté en una mesa del exterior, donde podía ver a los transeúntes pasar desprevenidos por la calle, tantos Ignorum viviendo sus vidas en la monotonía de lo que llaman normalidad. Tenia sentimientos encontrados frente a los Ignorum, por una parte, jamas había tratado a profundidad con uno, disfrutaba observándolos pasar, pero jamas llegue a trabar una relación estrecha, jamas llegue a comprender su mundo en realidad. Por otra parte, me causaban algo de molestia, de irritación, quizás hasta un poco de nauseas, siempre tan protegidos por el velo de la ignorancia, que fácil parecía la vida cuando no sabías lo que se escondía en las sombras, al asecho, para empeorarlo, tenían la mala costumbre de exponerse al peligro de forma voluntaria, muchos casi lo buscaban, era difícil protegerlos de los vampiros si gustaban de pasearse por los callejones más oscuros que encontraban en plena noche, o de los Licantropos si tenían por costumbre adentrarse en los bosques con la luna llena. Por ultimo, y probablemente lo más paradójico, es que yo existía para protegerlos, daría mi vida por salvar al más insignificante de ellos, aun cuando no los comprendía ni les tenia aprecio, ridículo ¿verdad?, Pues así estaban las cosas, y la verdad, ni yo terminaba de entenderlo a veces.

Fui sacado de mis meditación por la voz del mozo, un joven no mayor que yo, que había traído hasta mi mesa el café que había pedido, le agradecí con un gesto de cabeza, y el joven se alejo, sujete la taza entre mis manos, y la lleve a mi nariz, olfateando su contenido, café italiano. No me gustaba realmente el café, difícilmente pasaría del segundo sorbo, por aquella era otra de las múltiples paradojas que componían mi existencia. Tras un corto trago, deje la taza sobre la mesa, y volví a mi tarea de observar a los ignorantes en su vida diaria.

por **Antuan Velachi** Lun Dic 19, 2011 7:31 pm

Sin esperar más, me levante de la meza y extendí mi mano en su dirección, invitándola a levantarse junto a mi, mientras le dedicaba una sonrisa divertida.

- Por supuesto que me preocupo por su seguridad, señorita Himmel - Dije con firmeza - Es mi trabajo preocuparme por la seguridad de los suyos, ¿Recuerda? - Agregue, restandole importancia al hecho de que me preocupara. Era verdad que la chica había llamado en cierto grado mi atención, pero no era algo que le dejaría saber.

Una carroza paso junto al café, ignoraba si ella lo había notado, pero era la misma que casi la había arrollado hace unos instantes. El carruaje paso curiosamente lento, pero aquello no fue lo que más llamo mi atención, sino el hecho de que no estaba pasando en el sentido contrario a su primer viaje, que seria lo normal si estuviese de regreso, sino que paso en la misma dirección, como si hubiese dado una vuelta para regresar. No mostré ninguna señal de alarma ante el curioso suceso, solo le dedique una fugaz mirada al carruaje, para volver a mirar a la chica, aun con la mano extendida, esperando por su respuesta.

por **Fiolette Himmel** Mar Dic 20, 2011 10:09 am

Sonreí con una sonrisa casi insonora, posé mi mano al ver que él extendía la suya a la hora de levartme y la tendí yo también para no ser descortés. Cogí mi bolsita y salí del sitio entre la silla y la mesa-Su trabajo es cuidar de la gente que esté en peligro de algún ser sobrenatural... no de la noche-dije sonrie, pero se me fue cambiando la cara cuando volví a ver el carruaje que casi me mata hace un rato.

Fruncí el ceño al darme cuenta que iba en el mismo sentido que antes, no iba a su casa si no... como si me vigilara. Mi cuerpo se puso en tensión, mirando fijamente al carruaje que pasaba, sabía que el mismo hombre de dentro estaría vigilando a ver si seguí allí y mejor que mejor sola. A causa de la tensión que se apoderó de mi cuerpo en un momento y sin quererlo dí un pequeño y rápido apretón a la mano de Antuan. Seguidamente retiré la mano, pidiendo disculpas- Creo que debería irse... se hace tarde- dejé que el carruaje se marchara de nuevo calle abajo, quedándome momentánemente planta en el lugar como en shock, pero solo pensaba en lo que podría ser o porqué ocurrió eso.

No le sorprendería ni dudaría en pensar que su padre hubiera mandado a alguien a París para poder cogerla desprevenida y acusarla de traición y deshonor al apellido Himmel. No le sorprendería. Tan acostumbrada estaba a su trato... No era de extrañar que las criadas le dieran un veneno que poco a poca la fuera matando, tan deseoso estaba su padre de acabar con ella y obtener su venganza desde su primer segundo de vida. Que triste, pero no por eso dejaría que amargara la existencia que me quedara o que viviera, no dejaría que nadie me quitara una sonrisa. Nunca.

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 9:38 am

La tensión de su cuerpo no paso desapercibida para mi, la chica también había notado el carruaje, agudo de su parte, la mayoría de los Ignorum se sienten tan segundos y confiados en el mundo que apenas si se molestan en prestar atención a lo que pasa en su entorno.

- Ah entendido usted muy bien el concepto de mi trabajo, señorita Himmel, demasiado bien para una Ignorum - Dice, mientras le lanza una mirada ligeramente suspicaz. La mayoría solo me habría creído loco si le digo que soy in inquisidor. El hecho de que ella me creyera con facilidad, sumado a que era, aparentemente vigilada por alguien, convertían a la chica en una persona bastante sospechosa.

Seguí su mirada, y vi que miraba con algo de preocupación el carruaje, entonces lo entendí, la razón por la que ella había notado también el detalle de aquel carruaje, la chica no se sentía como el resto de los Ignorum, no vivía pensando que estaba segura, pero, ¿Que podría haberle pasado para que sintiera la muerte tan cerca?, ¿Que podría amenazar a una chica Ignorum como ella?.

Estaba perdido en mis pensamientos cuando la voz de la chica me saco de ellas, tarde una milésima de segundo en entender de que hablaba.

- Tiene usted razón, tal vez sea hora de regresar - Dije, mientras le dirige su mirada al horizonte, comprobando que el sol ya se perdió de vista y que ahora solo queda un resplandor purpura como prueba de que el día esta por terminar y la noche llega a reclamar las calles de la cuidad.

por **Fiolette Himmel** Jue Dic 22, 2011 10:40 am

Sonreí ante el "elogio" de que lo había entendido, lo miré con cara de dañada mi integridad mental- Ya le dije que de los dos usted podía ser el más incrédulo Señor Antuan- no me gustaba nada que pasara de nuevo el carruaje, ciertamente ahora que lo pensaba... ciertamente no vivía con la guardia bajada en todo momento, desde que tengo uso de razón, hasta cuando era niña chica estaba al tanto de todo movimiento de cualquier persona de casa, cualquiera podía haber sido un enviado de mi padre. Hasta mi hermano me advirtió de ello, cuando se hizo evidente cuantas veces me ponía mala y enferma.

Aun así, viviendo así, en esa incertidumbre, cada mañana y cada noche tendría una sonrisa en mis labios y una actitud amistosa. Nadie tenía la culpa de mi familia y no tendría que pagarlo con ellos, eso sería injusto y pagar con la misma moneda a como me trataban a mí.

-Encantada de conocerle Señor Velachi- me agaché un poco como despedida. Demasiado tarde se me había hecho, menos mal que iba a ser cinco minutos me dije antes de salir de casa. Miré la calle que era el camino contrario al del carruaje- Espero volver a verle, ha sido... gratificante hablar con usted- dí la vuelta a la mesa para poder irme por donde estaba mi hogar por un tiempo

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 11:17 am

Seguí a la chica con la mirada, la vi alejarse a paso seguro, sin parecer realmente preocupada por ser una mujer sola tras e anochecer, todo en ella, su caminar, su mirada, incluso su voz denotaba fuerza, era una chica que no dependería jamas de un hombre para vivir.

En cuanto salio de mi campo de visión, me moví. No tenia verdaderas razones para seguirle como lo estaba haciendo, pero algo en mi instinto me decía que lo hiciera. Me moví con celeridad, entre sombras que comenzaban a ganar fuerza con la partida del sol, moviendo en silencio entre las calles de la cuidad, siempre con la vista en la chica, a la distancia.

Finalmente, mi persecución cobro sentido, cuando el carruaje de antes cierra el paso de la chica, cuando esta salia a una avenida principal. Solo veía la espalda de la chica, así que no pude ver su expresión, pero la puerta se abrió de inmediato, y en ella apareció el hombre que vimos antes, el viejo, que creí era el dueño del carruaje, afile mi vista y vi que no estaba solo dentro del carruaje, un hombre de palidez casi deslumbrante estaba sentado a su lado, con una sonrisa ansiosa en sus labios.

Mi cabeza comenzó a trabajar a máxima velocidad, mientras comencé a deslizarme entre los techos, en dirección a ellos. Seguramente el hombre viejo era un sirviente, cuya labor era buscar sangre fresca y joven para su señor, la joven Himmel cumplía con los requisitos, e intento subirla al carruaje por esta causa. El chupa sangres se había encaprichado con ella, y los vampiros están acostumbrados a satisfacer todos sus caprichos.

por **Fiolette Himmel** Jue Dic 22, 2011 11:46 am

Rápidamente me encaminé directa hacia mi hogar, me movía como si nada me importara, como si mi seguridad no corriera peligro, ciertamente, sabía como defenderme, no creo que necesitara mucha ayuda de nadie. Suspiré manteniendo la mirada por todos ladios, ventanas, balcones, alguien me vigilaba, no iba a girarme para ver hacia atras, podría notar el que me vigilaba que sabría de su presencia. Era lo que menos necesitaba, tenía que pensar que no estaba al tanto de su persecución.

Cuando fuí a cruzar una calle el carruaje que ya había visto se paró en medio del camino, poniéndose como propio obstáculo de mi camino. Mi corazón dió un latido fuerte, como indicándome que era peligroso, pero eso ya lo sabía yo desde que pasó el carruaje desde un principio. Cogí más preparada mi bolsa donde contenía una daga, para poder abrírla corriendo en un momento de necesidad.

La puerta como temí, se abrió, dejándose ver el viejo hombre de antes, funcí el ceño- Marchese, usted no tiene nada que hacer conmigo. Busquesé otra persona de su calaña, viejo verde- mi voz que un momento antes pudo ser tierna y agradable, se convirtió en una voz desagradable y tan afilada como cualquiera de mis espadas.

Pero el viejo varón casi se baja para coger de mi brazo y tirar para hacerme entrar en el carruaje. Me eché hacia atrás, solo un paso, con eso me dio tiempo a sacar mi daga, me hubiera gustado tener mi espada para darle a ese hombre una buena lección, pero esa lo que tenía más a mano y menos era nada.

Al echarme hacia atrás, ví a alguien más dentro del carruaje, pude dislumbrar un rostro jóven ¿Pero que le pasaba a la gente de hoy en día? Yo lo diría, estaba loca y sin remedio. Escuché desde dentro una risa, supuse que sería del más joven hombre. Instintivamente me eché dos pasos más hacia atrás, algo terrorífico sentía que provenía de dentro de la carroza- Eso no es bueno...- susurré y la propia voz, ronca y tenebrosa, contesto que según para cada cual... Esto si que no era bueno, no me daba buena espina todo esto...

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 12:25 pm

Tras varios salto apresurados, llegue a un par de metros de ellos, con un par de saltos de costado, llegue al tejado de una casa cercana, y desde allí observe lo que ocurría. Solo el sirviente se había bajado del carruaje, si entraba en escena ahora, el vampiro detectaria mi presencia y perderia el elemento sorpresa.

Me mordi el labio inferior, ¿seria capaz la chica de defenderse sola del hombre mayor?, Mi mejor opción era esperar a que el vampiro bajara del carruaje, pero si la chica era atrapada por el viejo, todo el plan se desmoronaria, aquello era peligroso.

Fue en ese instante cuando vi como la chica retrocedio ante la voz del vampiro. Sus movimientos no fueron accidentale, eran pasos de esgria, la chica había retrocedido con movimientos rapidos y calculados, ademas, había reaccionado con instinto, sonreí para mi.

- No solo eres fuerte de carácter, parece que estamos frente a una guerrera - Dije en un susurro inaudible, solo para mi, la chica me pareció aun más interesante que antes, y decidí confiar en que ella podría encargarse del viejo, y asi obligar al vampiro a salir del carruaje, esa seria mi entrada.

El hombre se abalanzo sobre ella de nuevo, en un ademan de sujetarla, aparentemente sin miedo a la daga que cargaba la chica en su mano, seguramente pensando que una mujer no sabría como usarla correctamente.

por **Fiolette Himmel** Jue Dic 22, 2011 1:08 pm

El hombre viejo por fin salio completamente del carruaje, me puse en posición de defensa, no iba a dejar que me cogieran, dí un movimiento peligroso con la daga, con un mensaje de advertencia de que no se atreviera de nuevo a tocarme ni un pelo. El viejo se quedó expectante, miró hacia el Señor de dentro y asintió como si le hubiera hablado pero yo no escuché nada más que el silencio de la noche.

El viejo fue a por mí directamente, con la brazos abiertos. Bueno, con el vestido no es totalmente un traje con total liberta de movimiento y que no te incomode o que no te haga caer, pero era lo que había, y tenía que moverme rápidamente. Lo esquivé un ágil movimiento hacia el lado, dejando al viejo de espaldas a mi, me giré giré hacia él y le agarré el brazo, doblándoselo por la espalda y con la otra mano lo amenaze con mi daga en su cuello- No puede hacer nada contra mí viejo- hice que te girara hacia el carruaje para poder ver al hombre que estaba aún sin moverse de dentro.

- ¿Qué no sabe que una señorita no puede subir a un carruaje desconocido? Que descortés por su parte querer obligarme a subir, váyase ahora y no pasará nada... si quiere pelear lo aceptaré con mucho gusto...- dije al aire, sabía que se enteraba perfectamente. Al final el hombre salió de su escondrijo con una sonrisa en sus labios, enseñando sus dientes. Di un pequeño gemido por sus colimillos- Madre mía....- no pensaba anunciar aquí a Dios, que descotés por mi parte nombrarlo ahora que estaba en peligro y nunca había aceptado su presencia.

La voz tenebrosa salió por esa boca, mezclada con travesura "¿Qué decías de una pelea querida? ¿Te echas atrás? Vaamos... será divertido..."

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 1:31 pm

Me mantuve sonriendo al ver como la chica evitaba al viejo con facilidad, yo estaba en lo cierto, lo que había visto antes eran movimientos de combate, y, ademas, la chica era bastante buena con ellos.

Me mantuve expectante, esperando lo que ocurriría, y finalmente le vi salir del carruaje. No dude ni por un instante, debía aprovechar antes de que el vampiro me detectara. El sobrenatural apenas había terminado de decir una frase, cuando un virote de mi ballesta le dio en la cabeza, justo entre ambas cejas, el simplemente no se lo esperaba.

Me deslice por el muro de la casa, bajando hasta los adoquines de la calle, mientras veía al vampiro retroceder algunos pasos, tambaleándose. Su sangre se desparramaba por el piso frente a el, y de su garganta brotaba un grito ahogado, si espalda choco con su carruaje, mientras sus manos sujetaban el virote, tirando de el hasta arrancarlo de su cabeza.

- ¿Quien demonios....? - Bramo, uno de sus ojos se salio de orbita, mirando hacia un costado, mientras el otro seguía fijo, yo bien sabía que un tiro en la cabeza no mataría a uno de estos seres, pero si lograba causar daño cerebral, estorbaría sus movimientos y su coordinación lo suficiente para poder acabarlo.

No me detuve a mirara a la chica, con movimientos rápidos como el rayo, me puse entre ella y el vampiro, mientras levante el bastón que cargaba conmigo, con un rápido movimiento, desenvaine la espada escondida dentro, y me puse en posición, listo para terminar con el chupasangre antes de que su poder de regeneración recuperara el daño que había logrado causar. En mis labios había una sonrisa gigantesca y en mis ojos un brillo salvaje.

por **Fiolette Himmel** Jue Dic 22, 2011 1:56 pm

Todo aire que podía tener en mis pulmones salió, al escuchar algo rajar el aire e incrustarse una virota en la cabeza del hombre, pensé que caería al suelo directamente como era lo más lógico del mundo, pero no. Miré a mi alrededor sin perder la posición de defensa, y el varón de la cafetería de antes salió con un bastón mano, corriendo hacia nosotros, de su bastón, sacó una espada y seguidamente el ser ya no tenía el virote en la cabeza, pero sí un ojo fuera de su lugar. Eso me hizo dar unas arcadas y bajando un poco la presión del viejo, que no se movió ni nada por el estilo, eso me dio muy mala espina.

- Cuidado- dije para que el Señor al situarse delante de mí pudiera esuchcarlo, pero no supe exactamente si se lo decía a él o a mí... Volví a forzar el agarre del viejo hombre. El ser nos miró a los dos con un odio que casi ser podía palpar y cortar en el aire, rápidamente el ser corrío hacia nosotros no sin antes sacar su espada también y empezar a luchar contra el Señor Velachi.

Yo me eché hacia atrás para quedar un poco fuera de escena de la pelea por un momento. Le dí un golpe fuerte en la cabeza al viejo hombre que hizo que callera desmallado por ello. No sabía que hacer si meterme en la pelea o quedarme fuera.

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 2:20 pm

El vampiro lanzo su primer ataque justo después de una advertencia de cuidado de parte de la chica. Por suerte para mi, sus movimientos eran torpes gracias al daño en su cabeza, por desgracia, su velocidad sobrenatural no había disminuido. Bloquee los dos primeros ataques, y lance uno preciso a su costado, mi espada encontró la carne del sujeto y la atravesó a pesar de su resistencia, pero el golpe no había dado en el corazón. El vampiro aulló de dolor, y respondió con una patada en mi dirección, la única forma de esquivarla fue soltando la espada, que quedo clavada en su pecho.

Rode por el suelo hacia atras, y me puse de pie al tiempo que el sujeto se sacaba mi espada de entre las costillas y la lanzaba a un costado, la herida de su cabeza comenzaba a sanar y eso era mañana señal.

Con un movimiento rápido, saque nuevamente mi ballesta y la apunte, el vampiro no estaba dispuesto a permitírmelo, y se abalanzo sobre mi a velocidad cegadora. Alcance a disparar solo un virote, que encontró su lugar en el hombro del vampiro, pero este no detuvo su envestida, y me dio un puñetazo en el costado, lanzándome varios metros por el aire, hasta caer cerca de la chica del café, sentí como mi cabeza daba vuelvas por el golpe que me di contra los adoquines.

- ¿Muerto o inconsciente? - le pregunte a la chica, con un gesto vago en dirección al viejo que yacía a sus pies, no había acusación en mi voz, solo emocion contenida, la voz de alguien que esta disfrutando la situación en la que se encuentra.

por **Fiolette Himmel** Jue Dic 22, 2011 3:00 pm

El varón era realmente bueno peleando, incrustó una buena estocada en el costado del ser, pero rápidamente este dió una patada y el chico no tuvo más opción que esquivarlo y dar otro flechazo en el hombro como objetido del ser diabólico, pero eso no hizo que el diablo se parara en nigún momento. Antuan recibió un buen puñetazo que ilógicamente salío volando hacia mí, miró al viejo y preguntó por su estado- No creo que este sea el momento para preguntarse por un viejo verde Señor Velachi, la pregunta es ¿usted está bien?- me alejé de él antes de que pudiera decir nada.

El ser se acercó a él rápidamente, ví al otro lado de la calle la espada de él y corriendo fuí a por ella. Cuando me giré, me encontré a ese ser delante mía, gruñendo con total furia. Yo solo fruncí el ceño y sonreí con un toque divertido y malévola- ¿Querría empezar esa pelea?- mis movimientos se hacían rápidos ágiles, acordes con los movientos de... esa cosa, no se merecía ya ni decirle ser.

Entre la espada y con la otra la daga, me iba manejando realmente más o menos bien, la cosa se movia cada un poco más rápido y la herida de la cabeza.... se estaba curando, esto realmente un maldito demonio ¿Como había podido vivir entre esas cosas? Madre mía.... la gente no sabía nada de su peligro, un momento, para eso estaba el Señor Antuan, al final, entre gitanos... tambien había otros seres de cuentos para no dormir.

Hubo un movimiento que no me esperé por parte de la cosa y la daga se fue volando de mi mano- Ouch... movimiento bajo...- intenté moverme más rápido de lo que pude, con un golpe de gracia para cualquier cosa, arrancando la cabeza de cuajo, me quedé repirando con dificultad, intendando no mirar ni el cuerpo ni la cabeza

por **Antuan Velachi** Jue Dic 22, 2011 3:11 pm

Di un salto para levantarme, pero la chica ya había entrado en combate con el vampiro. Seguí la pelea con la mirada, había sacado mi daga de la bota y estaba preparado para entrar en combate en cuando la chica se viera en peligro, pero hasta ahora, estaba haciéndolo bastante bien. La chica aprovechaba las heridas del chupasangre, su cabeza lo hacia torpe, su hombro, lento, y su costado, poco flexible, a pesar de todo eso, seguía siendo un vampiro, y sus movimientos aun eran más rápidos que los de cualquier humano.

Lo que ocurrió después simplemente estaba fuera de todo lo que yo podría creer, la chica, con un movimiento rápido y desesperado, le dio al vampiro en el cuello, decapitandolo. ¿Como sabía ella la forma de matar a un vampiro?, ¿Y donde había aprendido lo suficiente para poder enfrentarse uno a uno con una criatura como aquella?.

Debí verme como un estúpido en aquel momento, parado, mirando le cuerpo del vampiro sin poder creerme que acababa de aguarme la diversión de aquella noche una simple chica Ignorum que usaba vestido.

por **Fiolette Himmel** Sáb Dic 24, 2011 5:44 am

Aunque yo no lo quisiera, mis ojos se dirigieron hacia el cuerpo sin cabeza, me dió una arcada que pude terminar por controlar. Busqué con la mirada al chico de la cafetería, estaba ya de pie con una daga como si hubiera estado esperando a meterse en la pelea de nuevo. Mi respiración era frenética, aún seguía estándolo, creo que me estaba entrando al final un estado de pánico atemorizanmente grande.

Mi mano no pudo aguantar por mucho tiempo más ningún peso en ella y el agarre que tenía de la espada del varón calló al suelo con un gran estruendo de metal en el suelo de adoquines y encima en mitad de la noche. Por primera vez, sentí un fuerte dolor en la mano que sostuve una vez la daga, levanté mi mano para vez que tenía una no muy fea pero realmente dolorosa. Mi vista empezaba a descuadrarse gracias a hiperventilación por los nervios, que empezaban a salir a toda velocidad, ahora que todo había pasado y pensaba que no iba a ver ningún peligro más durante la noche.

Mi cuerpo empezaba a perder fuerza por donde no sabía más bien, quizás tendría una fuga, no lo sabía ni pondría a buscar en ese momento cualquier razón para lo que me estaba pasando. El chico que me miraba de una forma que ya no llegaba a ver, lo empecé a ver por... ¿Dos? ... no por cinco. Solo atisbé a preguntar por su salud, aunque no creo que pudiera escucharme o por lo menos haber podido terminar la pregunta, pues todo se volvió como si lo viera todo a través de agua y lo siguiente fue que mi vista se oscureciera de todo.

No sentí si caí, si alguien me sostuvo o si me hablaban. Quizás había soñado todo eso y tambien el desmayo, tal vez me levantaría y me despertaría en mi casa, dentro de mi cama, entre mis suaves sábanas bláncas y con ese olor que siempre me acompañaba allá a donde fuera.Violetas. Aún si yo no me echaba ningún tipo de perfume, la verdad es que no tenía perfume. Muchos me habían llegado a decir que al igual que las flores echaban su propio olor, yo había como adoptado el olor de las violetas y olía a ellas.

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