[ Avril de Villiers] Nunca Sabes lo que te va a tocar [Privado]

Como cada mañana a la misma hora Avril se encontraba tanteando las paredes para poder andar sin chocarse con nadie. Aunque nadie se chocaria. Quien iba a chocarse ocn una joven que tenia ropa estropeada, vieja y desgastada. Nadie y ma´s siendo ciega. No era más que un desperdicio para la sociedad. Pero eso a ella no le importaba la verdad. Ella solo deseaba sobrevivir. Era lo único que anhelaba.

Paró en una calle comercial y se dispuso a sentarse a pedir algo de dinero cuando noto como algunas gotas caian en su rubio pelo. Creyendo que no iria a más permaneció allí quieta. Pero se equivoco pues poco a poco la lluvia fue siendo mayor hasta tal punto que la joven tuvo que ocultarse bajo un soportal que impedía que la lluvia la mojase más.

Esto no era buena idea. La lluvia no era buena, el agua no era buena. Lo mojaría todo, la mojaría a ella. Eso daría pie a enfermedades. A una oportunidad de morir. Y ella no quería morir no hoy. Con cuidado volvió a encmainarse al agua evadiendo a los relámpagos que escuchaba y metiéndose en un pequeño callejón. Cuando creyó que nadie la veía se quito la ropa y la tiró por la ventana de la tienda de al lado. Seria la parte trasera pero olia a plantas y especias.

Cuando se encontraba desnuda poco a poco fue menguando de tamaño con delicadeza, cambiando de forma hasta que donde se encontraba la pequeña niña, con aspecto débil , palido y demacrado apareció un pequeño hámster blanco. Tan blanco que era un color maravilloso.

El pequeño animal abrió lso ojos y movio los bigotes feliz por la sorpresa que siempre tenia al comprobar que en sus formas animales sus ojos volvían a ella. Movio de nuevo los bigotes y comenzó a correr esquivanod los charcos enormes y las gotas que ahora a pesar de ser más y haber aumentado la lluvia eran más grandes en proporción a ella. Corrio veloz hasta lelgar a la puerta de la tienda en la cual habia tirado su vestido. Entró por al puerta delantera por un huequito que encontró en esta. Despacio se sacudió el agua y correteo buscando esconderse bajo un mueble para no ser descubierta. Pero se paró de golpe cuando un hocico y unos bigotes muchos mayores que los suyos se asomaron al campo de visión de ella.

La pequeña hamstercita con miedo retrocedió, pero el gato mostró los dientes y ella comenzó a corretear por toda latienda. A su paso la gata iba tirando frascos y hiervas. Mientras que por su parte el hámster tenia una agilidad deslumbrante impropia en su forma humana debido a su ceguera, pero aquí nadie podía pararla. Ella no rozaba ni un solo objeto solo corria para salvar la vida. Siguio corriendo veloz viendo ocmo la dueña se habia percatado de lo que seguía la gata. Y de un veloz salto fue subiendo por una estantería hasta quedar fuera del alcance del gato el cual no podía subir por esta sin caerse.

La pequeña hamstercita recuperó el aliento despacio mientras que su corazón iba a demasiada velocidad. Tenia que conseguir llegar hasta su vestido y esperar a que pasase la lluvia para salir por la ventana. Pero con ese gato hay no podría. Se asomó un poco al borde de la estantería, viendo como el gato no dejaba de acechar buscando la forma de llegar. Por su parte la dueña de la tienda habia comenzado a hacercarse a la estantería.
Avril no habia contado con el gato. El gato no debía estar, lso gatos comen ratones y roedores. Ella era un roedor. Y si no la mataria la dueña. Debía encontrar la forma de huir o salvarse.

Los amigos son ángeles que se levantan cuando tus alas han olvidado como volar.

Acariciaba el dorso del felino negro mientras seguía tarareando una suave canción, acompañada por los truenos y el suave ronroneo de su compañera. Las orejas de Lune se alzaron repentinamente, mirando atenta al frente de la tienda, Ait acaricio su cabeza jugando con una de sus orejas mientras la Minino se quedaba hipnotizada por algo que había por ahí, la joven bruja no el dio mucha importancia, menos cuando su mascota se bajo de su regaso comenzando una caminata, lenta y precisa a aquel punto que había estado mirando desde hace unos minutos.

-Cosas de gatos- murmuro la joven bruja mientras sujetaba un libro.

Había comenzado a adentrarse en la lectura cuando un fuerte sonido la hizo levantarse de la silla. ¡Lune estaba derribando los tarros!, trato de gritar para que se detuviera pero lo único que podía hacer era sujetar los tarros que caían al paso de la gata, cuando agudizo un poco mas su vista pudo ver una pequeña bolita blanca corriendo entre los tarros de una forma tan ágil que era sorprendente.

Así como había corrido por toda la tienda había llegado a la estantería, Ait dejo los tarros que había salvado de caerse en una mesa cerca de ella mientras veía como Lune trataba de encaminarse en busca de aquel animalillo, comenzaba a destrozar las cosas que había abajo, unos libros que estaban en aquella estantería comenzaron a caerse cuando la gata poso su pata en aquel lugar, para mala suerte de ella uno de ellos le cayo en la cabeza haciéndola retroceder.

-Lune…- dijo de forma calmada pero enojada la bruja. La gata le miro mientras se mantenía agitada por la presencia del animalillo-Dije que no- replico como si hablara con la minino.

Lune salto a los brazos de su dueña mientras aun tenía en la mira a la pequeña Hámster, la bruja se acerco a la estantería mirando de reojo, sin dejar acercar a la gata hacia donde ella estaba, pero había ido muy alto y unos jarrones de hierbas medicinales tapaban su vista, aunque se había puesto de puntillas no podía localizarla.

Camino hacia la otra habitación de la tienda dejando a su mascota encerrada para poder lidiar con aquel problema, solo la metió y cerró la puerta sin entrar, pues si lo habría hecho habría visto la ropa que habría cerca de la ventana.

Dejo que el animalillo se tranquilizara mientras preparaba un jarrón para mantenerla ahí, iba a estar más a salvo en aquel tarro que afuera cerca de las garras de Lune. Cuando le abrió unos agujeros a la tapa; pues no quería matarla. Se acerco con un banco mirando por donde se había ido la pequeña creatura.

-no tengas miedo- le dijo mientras tanteaba con su mano aquella estrecha parte. Los tarros le estarían bloqueando cualquier escape, pues además de ser un espacio reducido había cuatro jarrones que acaparaban todo el espacio, muy pronto sintió el pelaje del Hámster y con mucha suerte la acorralo hasta una de sus esquinas.

La sujeto con delicadeza, acariciando su cabecita pequeña y bonita, le sonrió mientras bajaba del banco que había utilizado para alzancarla, pero no la metió en el jarron, le dio mucha lastima encarcelarla en aquel estrecho lugar ¿pero que haría con ella? Si la dejaba ahí Lune de seguro la querria cazar de nuevo.

La acerco de nuevo a su rostro mirándola de forma tierna-Mira tienes que hacerme caso, quédate conmigo o en donde yo te diga, si no Lune de comerá vale?- le sonrio mientras le acariciaba con cuidado su cabecita-horita esta en la otra habitación pero puede ser muy escurridiza…-
 

La peuqeña hámster seguía nerviosa pegada a la pared de la estantería escuchando al gato intentar subir. No veía escapatoria solo podría acabar en las garras del gato. Movio los bigotes cuando dejó d escuchar al gato y vio que la dueña se alejaba con el en sus brazos.

El hamstercito dejó escapar algo de aire, quizás esta fuese su una posibilidad de escape. Con cuidado comenzó a andar despacio hacia la punta de la estantería para bajar. Pero la dueña ya venia y tras un chillido asustado el pequeño animal volvió a esconderse en la parte de atrás de la estantería.

Iba a por ella, iba a acbar con ella. Los roedores no eran queridos. Por eso los gatos, ella no era querída e ibana apo ella. Con esos pensamientos el peuqeño animalito seguía nervioso moviendo sus bigotes velozmente. Más cuando vio como ella se acercaba y una mano enorme se cernia sobre ella. Salio corriendo hacia un lado de la estantería pero vio queno habia salida. Se giró pero era demasiaod tarde la mano estaba más y más cerca. La rozó y el animalito s epqueño a las paredes de la estantería como pudo, pero los dedos la rodearon y la cogieron entre sus garras. Le pequeño animal se movio intentando librarse. Pero se diocuenta que era inútil y cesó su loco intento de fuga para observar como escapar mientras su corazón seguía latiendo veloz.

Notaba golpecitos en la cabeza, como si la acariciase. No quería que la acariciase, quería irse a por su vestido y huir de esa casa de gatos. Pero los golpecitos eran ligeramente tranquilizadores. No sabia opr que.

Acerco al animal a su cara y comenzó a ahblarle. Pero el animal cerro los ojos moviendo los bigotes nerviosa. No quería ser comida. Y debía ir a la otra habitación. La habitación en la cual estaba el gato. Esto cada vez se ponía peor para ella.

Los hamsters eran famosos por ser escurridizos y caber por cualquier lado. Pero esta vez por más que lo intentaba no era capaz de escapar de su mano. Chillo más nerviosay cuando vio que se encontraban encima de una mesa sacó sus dientecitos y mordió al mano de la joven.

Está la soltó por instinto y el hámster cayó al suelo. Mareado movio la cabeza y salió corriendo veloz, intentando escapar de allí, en varios salto bajó de la mesa y comenzó a correr por el suelo hacia la otra habitación. Con suerte esquivaría al gato y conseguiria su vestido a tiempo.

Pero la joven sehabia recuperado del susto y la seguía. No estaba a más de un metro de la puerta trasera cuando se chocó con un cristal. El pequeño y asustado animal movio la nariz a un lado a y otro dolorida y se giro intentando salir por otro lado pero también habia cristal.

Con le corazón deprisa otra vez subió la cabeza y vio como una mano aplastaba un tarro contra el suelo y dentor del tarro estaba el animalito. La habia vuelto a coger. Se encogió en una bolita balnca que temblaba nerviosa. La habían cogido y ahora la echarían al gato por moderla.

El pequeño hámster miró con miedo desde la vitrina donde le habia dejado. Esto no le parecía buena idea. Le asustaba el hecho de estar encerrada. Sin poder escapar, sin poder huir. Correteo por el pequeño frasco varias veces dando vueltas pero no habia ninguna salida. Ninguna tirar el tarro le provocaría la muerte a ella también. Y el cristal no podía romperlo con sus dientecitos. Nerviosa se hizo una bola de nuevo asustada y mostrando que se rendía.

Abrio sus pequeños ojos cuando notó que abrían el frasco, intento saltar pero cuando quiso hacerlo el frasco de neuvo estaba cerrado. Movio los bigotitos con cuidado frustrada y entonces olisqueo algo que olia muy bien. Se relamió con su pequeña lengua sus morritos y se acercó despacio a quel trozo de queso que enseguida comenzó a roer con sus dientes mientras la sujetaba con sus dos patas delanteras. Hacia dos días que apenas comia nada esto le sabia a gloria. Y no tardó en devorar aquel trozo de queso.
Cuando s elo acabó lamio sus patas despacio y miró de nuevo el sitio donde estaba el felino y su ropa. Tenia que llegar allí pero parecía una misión imposible. Se acercó al borde del tarro y puso allí sus dos patitas buscando con la mriada a la mujer. Golpeo le cristal con sus dientes para llamar su atención. Y leugo se rascó con una pata tras la oreja.

Necesitaba salir de allí. Pero para ello debería conseguir que esa humana la sacase de allí sino. Seria imposible salir. Era una simple regla. Primero debía conseguir salir del tarro, luego cruzar la tienda, entrar en la trastienda, sortear al felino, encontrar su vestido y lograr huir de allí.

Parecia totalmente imposible para un pequeño hámster, y para su forma humana también. En ese momento se paró de rascar la oreja y miró dejando escapar una especie de suspiro. Estaba atrapada y esta vez no podía salir.

El pequeño Hamster cerró despacio sus diminutos ojos. La verdad esque aquí se sentía agusto. Si no fuese por que estaba en un tarro estaba calentita y protegida. Y se sentía bien. Quizás pudiese quedarse aquí un tiempo. En esta forma. Lo malo seria cuando descubriese le vestido pero eso no le importaba ahora.

Solo habría un problema que era aquel felino que… O.O O.O Oh no, oh no. El pequeño animal abrió los ojos de golpe y comenzó a revolverse nerviosa en el tarro. El gato se acercaba a ella se acercaba con las garras dispuestas a incarse en ella. La pequeña hámster grito como pudo intentando llamar la atención de la mujer pero fue tarde.

El felino estaba frente al tarro lo golpeaba mientras el animal de dentro con el corazón en un puño y llena de nerviosismo miraba hacia arriba con la esperanza de que no se abriese. Pero ocurrió algo y con suerte el tarro se cayó pero no cayó hacia el suelo, simplemente cayó de lado dejando abierta la tapa.

Pensarlo un solo segundo hubiese supuesto la muerte de la hamstercita por lo que no se lo pensó ni un segundo más y salió disparada fuera del tarro saltando de sitio en sitio hasta llegar al suelo y correr pasando entre las piernas de la mujer y entrando con velocidad en la otra habitación.

Como habia pensado el animalito lo de quedarse un rato. Era una tontería. Seguro que ya habia dejado de llover. Debia cambiar de forma y salir. Pero si cambiaba de forma quedaría ciega y no veria. Y entonces seria más difícil para ella salir por la ventana. Pero si no cambiaba se quedaría sin vestido y le costaría mucho conseguir uno de nuevo. Con estos pensamientos en la mente el pequeño hámster recorrió toda la habitación hasta dar con su vestido. Habia memorizado bien todo el lugar. De modo que cuando fuese humana no le costase moverse a pesar de la ceguera.

El animal habia tomado una decisión. Escaparia por la ventana en forma humana. No podía desaprovechar esta oportunidad de escapar no se la perdonaría. Se metió entre el vestido con el objetivo de cambiar de forma. Pero fue demasiado lenta, demasiado tarde. La mujer habia llegado antes. Y ella se detuvo antes de comenzar la transformación. Se asomó por el cuello del vestido y miró a la mujer haciéndose una pequeña bola de pelo. Temerosa de que el gato estuviese con ella. Temerosa de que la descubriese. Y temerosa de morir.

El animal podía oírla acercarse. La oia. La oia cerca. Nervioso se hizo una bola en si misma con el vestido. Pero la mujer retrocedió. Alguien la llamaba. Ese hombre fue la salvación de la hamstercita.

Agudizó sus orejas justo a tiempo de escuchar el traqueteo en la aprte de delante de la tienda. Era su momento. Su única oportunidad de salir. Con cuidado echó un último repaso al lugar, memorizándolo todo y poco a poco comenzó a cambiar. Poco a poco el animalito fue desapareciendo creciendo despacio. Rellenando el vestido. Y en su lugar donde antes habia estado un pequeño animal peludo ahora estaba una chica joven de pelo muy rubio que mantenía los ojos cerrados aun antenta al sonido.

Abrí los ojos pero ya no habia más que sombras. Más que alguna pequeña silueta borrosa apenas distinguible. Las sombras habían vuelto a la pequeña chica. Y ahora estaba aun más indefensa que cuando no era más que una pequeña hámster. Pero debía huir. Debia escapar. Ahora era mi momento. Estaba lejos.Y…me pus ene pie, tocando con cuidado la pared y las estanterías. La ventana estaba cerca muy cerca no me seria difícil llegar y…

Me detuve y contuve la respiración los pasos se acercaban veloces. Esto no era bueno. No me moví nada. No podía. Me iba a ver. Crei que no, que habia pasado desapercibida. Pero entonces escuché su voz. Los pelos de mis brazos y mi nuca se pusieron de punta y no pude por más que retroceder un paso topándome con la estantería. No sabia que contestarle. La tomaria por loca. O peor aun por bruja. Y la quemarían.

No dijo nada, y de nuevo la mujer se marcho. Pero ahora estaba confundida. Ese repentino retroceso habia hecho que mis esquemas se descuadrasen no…no estbaa segura de en que lugar se encontraba, ni donde estaba la ventana. Y no me iba a dar tiempo alguno a escapar.

Me moví entre las sombras tocando la pared buscando la ventana. Pero la puerta se abrió. El hombre se despidió y volví a escuchar los pasos de la mujer. Y no lograba encontrar la peuqeña ventana. Y la mujer se acercaba.

Se acercaba más y más. Retrocedí más asustada y me dejé caer sentándome en el suelo abrazandome a mis rodillas. Hundiendo mi cabeza en ellas. Así quizás no me viese quizás pasase desapercibida. Como otras veces.

Pero si me vio, si me escuchó pues sus pasos seguían acercándose y cada vez me sentía más atrapada. Más incluso que cuando me metió en aquel jarron de cristal.

-Por favor…no me haga daño….

Esas palabras temerosas y tenues fueron todo lo que salieron de mi boca. No salió nada más nada. No sabia que decir. Esperaba los chillos y los miedos. Los rechazos sin apenas escuchar.

¿se iba? A donde iba? No…no podía verla…pero si escucharla…habia vuelto a la otra sala. Quizás pude haber escapado. Pero no…no iba a darme tiempo… me encontraría y seria peor…solo podía quedarme aquí hecha una bolita como una pequeña ardilla. Intentando que se olvidase de mi y encontes poder huir poder irme. Mantuve mis ojos cerrados escuchando mejor. Cogia cosas, pero no averiguaba que y aquí habia demasiados olores exóticos como para distinguir uno de otros.

Me encogí un poco más aun con los ojos cerrados cuando escuché como volvia ella despacio. Como volvia a acercarse, volvia el peligro. Estaba muy cerca me pegué más contra la pared. Más tras oírla hablar. Que…que me habría traido? Seria algo para echarme? Tenia…tenia…meido…quería huir… Se estaba acercando más podía sentirla. Noté como tocaba mi mano y por un momento intenté quitarla alejarme. Pero no pude y me la sujeto tirando de ella despacio. ¿Qué…que estaba haciendo? A que esperaba para gritarme y echarme?

Noté como llevbaa mi mano ante algo húmedo y retraje los dedos por instinto. Pero los relajé inmediatamente …queso?...por que habia traido queso…no …no entendía nada. Y pan….pan también? Comida… por que comida. Noté que me daba un vaso entre las manos y lo cogí con cuidado. ¿Leche? Y….fruta….uvas…nunca habia provado las uvas…pero creo que se lo que son.

Cogí con algo de fuerza el vaso para que no se cayese entre mis pequeñas manos temblorosas.

Después de las frases de ella escuché en silencio sin decir nada más. Creo que estaba mirándome. Esperandome ver hacer algo. Pero…aun no habia acabado de asimilar todo…era…comida mucha comida…¿y si estaba envenenada? Pero era demasiada comida…hacia días que apenas me llevaba un mendrugo de pan a la boca…y aquí habia tanta comida y olia bien…no olia a amoniaco ni nada de eso…

Seguro…que podía comer un poco y luego ya veria…solo un poco…acerqué el vaso a mis labios y bebí un pequeño sorbo diminuto saboreándola peor sin poder evitalro me bebí medio vaso de un trago. Tragué en silencio saboreándolo…me daba igual que me viese mal o bien… no podía desaprovechar tanta comida…no podía.

Me terminé el vaso y lo dejé en el suelo intentando que no se volcase. Con cuidado alargue mis manos, con mucho cuidado como el ratonq ue acecha una trampa para ver que puede coger o si le va a pillar la pinza pero yo a ciegas encima. Cogí el queso y con la otra mano un trozo de pan. Y lo comí despacio, poco a poco masticando. Estaba muy rico…era delicioso…era…comida deliciosa. Era…la notaba caer a mi estomago. Seguro que incluso cogía mejor color mi cara y mi cuerpo débil.

Cuando acabé me sacudí las migas de la cara y alargué las manos cogiendo las misteriosas uvas. Eran redondas y …mordí una…sabían bien…comí…hasta que no encontré ninguna más…y entonces volví a caer en la cuenta de donde estaba y quiene staba observándome y comencé a ponerme otra vez algo nerviosa pegándome a la pared…sabria que era yo el raton? Sabria que era ciega.? Lo seugno al menos si…si no no me hubiese hehco tocar toda la comida…

-gra…gracias…

Solo dije eso mientras me comia algunas miguitas que s ehabian caído en mi vestido…no quería dejar nada…mientras mi oído seguía atento…decía que no iba aa hcerme nada pero aun no estaba del todo segura…

Sentí como se levantaba y cogía la bandeja donde habia estado todo alejándose. Aitziber….nunca habia oído ese nombre….aunque…tampoco habia odio muchos…para ser sinceros… o….sabia…si definitivamente….habia averiguado…que yo era el hámster….pero…pero no lo entendía…no, no se habia enfadado…no me habia echado a patadas….es más me habia dado de comer…como hacia mucho que no comia…No…no entendía nada….esto era…demasiado raro incluso par ami…

Sentí como me cogía una mano y en un principio intente rehuir pero al final dejé que me guiase hasta un sitio para sentarse comodo y blando…era…un sofá…creo…que así lo llamaban la gente co dinero…que podía permitírselo… Yo pocas veces me habia snetado en un uno..y casi siempre como animal… giré la cabeza hacia donde sonaba su voz. No estaba aun segura si sabia que no podía ver o no lo sabia. No estaba nada segura…Alargué mi mano tímidamente y cogí la de ella con calma tocándola para poder averiguar un poco más de ella…aunque ya la habia visto en mi forma animal…a veces me gustaba poder sentir a quien fuese cuando ya no podía verlo.

-Lo siento…no hubiese entrado…pero tenia frio…y pensé…que no dejaría entrar…a una ….una…ya sabe…una chica como yo en su tienda…-suspire- Yo soy Avril de Villiers…Gracia spor la comida.

Mantuve la cara mirando hacia la chica. Podia tener miedo…no confiarme…pero seguiría siendo educada…sabia respetar ucando alguien me habia dado algo…

Noté de nuevo su mano tocándome. Esta vez mi pelo. Enseguida bajo un efecto segundario mi mano se tensó ligeramente dispuesta a defender mi pelo si hiciese falta. Pero no la hizo. Simplemente me acaricio pero no hizo nada malo. Esto me desconcertaba demasiado no sabi donde estaba, no sabia que ocurria. No sabia que pretendía. La gente no es así. Menos con alguien como ella y menos si descubren que es un roedor…algo extraño que no es humano…

Su pregunta apenas me cogió de sorpresa. Ya esperaba el tiempo en que melo dijese. No iba a tardar. El color blanco de mis ojos lo decía todo, mi mirada ausente. Por mucho que intentase disimular no era posible. Traguñe saliva cuando volvió a coger mi mano. Pero estaba vez la dejó en su cara. Yo la toqué con sumo cuidado con mis delicadas manos. Como si su rostro fuese cristal que se pudiese romper. Habia visto ya su imagen pero así podía afianzarla…Aunque ya tuviese la cara fijada en mi mente.

Bajé la mano de su cara cuando acabé de escuchar sus palabras y volví a encogerme algo en mi. No esque tuviese miedo…pero….pero…no se…la gente no suele estar conforme con…migo ni con nada…Ciega, no humana, pordiosera….lo tenia todo…No era más que un desperdicio de la sociedad a la que sus mismos padres habían abandonado.

-No….no puedo ver…así no…-dice ligeramente quitando un pelo de mi cara.- Y don tampoco…solo es…mi única ventana…

Aunque quizás era algo verdad mi…mi formas estas…habían aparecido cuando me quedé sola en la calle. Pero aun asi…aun así…Tenia sus cosas buenas pero sus cosas malas.

Aunque sabia que poco a poco se consumía mi vida y acabaría muriendo en poco tiempo. Cogí una pequeña miga de mi desgastado vestido y la estujé entre mis dedos mientras escuchaba a lo lejos el maullido y ronroneo del gato que casi me come. Volví a bajar la voz.

-Siento…siento mucho…lo de tus tarros…Fue sin querer…

-No te preocupes querida todo tiene solución en esta vida, menos la muerte- la escuché levantarse y me mantuve alerta por si iba a hacer algo o habría cometido algún error por desgracia.–lo importante es que no te lastimaras

Asentí despacio cogiéndome la tela de mi vestido con una de mis manos. La voz de la mujer era suave y agradable. No incitaba al miedo, o el odio, pero…pero los años y el ser un roedor me habia enseñado a no fiarme de nada ni de nadie siquiera de mi sombra todo…absolutamente todo puede llegar a significar tu muerte.

-No…no se preocupe…estoy acostumbrada..a esta vida. Y no todo tiene solución madame…yo nunca recuperaré la vista.

Me encogí ligeramente de hombros y estiré un poco la espalda al escuchar el sonido de pasos. Pero no pasos humanos eran pequeños pasos que iban acompasados por un miau. El gato estaría seguramente buscándome…bueno a mi no a mi otro yo…al hámster. Sonreí incoscientemente y me sorprendí cuando el animal comenzó a olisquear mi vestido y mis pies. Podia sentirlo por que sus bigotes hacían cosquillas.

-Tu mascota me hace cosquillas…-agache mis manos despacio para acariciar al animal pero rehusaba un poco. No estbaa segura si aun le resultaba apetitosa o no…al menos esperaba que no me mordiese… -¿Es un gato normal?

-Si…- sonreí mientras seguía intentando acariciar a la gatita no era facil, se escurría.– puede ser un poco arisca al principio

Sonreí timida y vi como el gato se relajaba, no estaba segura si debia cogerlo o no...por que nose...quizás no deba.. Si ella no quiere. Aunque de todas formas bueno yo...Podría cogerlo no me haría mal si...esta´ria bien.

Así con cuidado, lo cojo por detrás de las patas delantera y lo dejo en mi regazo. Sonrio al notar como el animal se remueve más y más y rio incoscientemente. Callando al segundo al darme cuenta de lo que hice...
Pero vuelvo a sonreir aunque esta vez solo quedamente. He notado la lengua del pequeño animal en mi mejilla. ¿le seguiré sabiendo a ratón?

–No pienses que lo hace porque piensa que eres sabrosa, lo hace por cariño -oh...bueno...yo...quizás pienso muy alto..o...bueno...- por cierto tal vez seas ciega, pero tienes otras cosas a tu favor - esta vez sonreí...pero una sonrisa calida, una sonrisa que me salio sola, era bueno que a una la considerasen especial. Pocos lo hacían- por cierto… me llamo Aitziber ¿tu tienes nombre?- 

Sonreí...tímida estaba empezando a relajarme en aquel sitio. La mujer no parecía mala persona...y bueno...el lugar practicamente lo había visto en mi otra forma...y tampoco parecía malo...Y...me estaba relajando...auqnue para un roedor eso no es bueno...nunca puedes bajar la guardía...por muy pequeño y desvalido que seas.

-Si...claro...me llamo Avril de Villiers...Pero puedes llamarme solamente Avril y como...como...dice mi apellido...soy de parís...desde...desde siempre.

Sonreí notando como el gato se acurrucaba en mi regazo.

.-Yo...yo...no quiero molestarla más