Guerra Mundial - Campamento francés de enfermería - Libre

Alemania, o eso supongo, hace mucho que no veo el cielo tal cual el color es, se que hoy en día es completamente rojo, no logro identificar a mi compañía de las otras, la mugre ronda en nuestros rostros y el frio que comienza a levantarse poco a poco nos hiela la sangre. Levanto mis manos, sostengo aquel fusil, un M14 recién salido de fábrica y ya completamente dibujado y tallado en toda su extensión por mis compañeros de batallón.

Estos dibujos los miro, atento, mientras mantengo mi guardia, no sé cuánto puede que aparezcan nazis italianos o algún ruso comunista hambriento o lo que es peor, los guerrilleros rebeldes que se levantan contra el régimen, supongo, hemos encontrado muchas compañías de ellos hasta ahora, debemos de estar cerca de Berlín o Brandeburgo.
¡Maldición! Mantente despierto, me grito a mi mismo mientras avanza la noche, pero un cabeceo me vence y mis ojos se cierran durante un momento, un maldito momento y escucho explosiones todo a mi alrededor, veo cientos de colores, siento algo que resbala por mi brazo, caliente y pegajoso, luego algo mas mojado y helado…volteo el rostro hacia arriba y comienza a llover, y nosotros que ni siquiera habíamos tenido tiempo de armar una trinchera.
-¡Cuerpo a tierra damas! –logro gritar, como el teniente segundo de esta compañía es mi deber mantener a estos críos a salvo, veo como los muchachos dueños del mortero se despiertan, uno se ve que ya estaba demasiado despierto incluso más que yo, y lleva un habano en su boca cuando comienza a tirar granadas a todos lados.

-¡Al suelo Mickerson! ¡Al suelo! –Es cuando me levanto, quizás, si, quizás dispare una ronda de balas por encima del joven Mickerson, cuando de repente siento que algo penetra en mi estomago, es una bala…o varias, no lo sé, pero son calientes, abrazan mi piel y se introducen dentro, obligándome a torcerme y lanzar una de esas granadas de mano alemanas que logre robar de uno de los cuerpos; De repente unas manos me toman por detrás y me arrojan fuera del camino, a un costado y nos metemos de lleno en un túnel que nos cubre, veo como la lluvia sigue cayendo impiadosa y fría, una sonrisa maligna dibujándose en el contorno de esta y los gritos de “hirieron al teniente Berthaneon” ¿Cuánto más puedo seguir vivo o despierto antes de darme cuenta de que realmente voy a morir?

Durante un momento sigo escuchando gritos, explosiones, truenos, disparos, corridas, creo que también escucho un jeep o una moto, el viento en mi rostro y después nada más, me quedo sordo, no siento sed, no siento cansancio, y solo siento como que floto en el aire mientras una cama caliente me rodea mi cuerpo ¿la sangre que sale de la herida? Quizás era eso…pero… ¿Por qué tan blanda? ¿Por qué tan suave? ¿No se suponía que la sangre huele a hierro y sobre todo aumenta mucho más cuando tienes unas balas dentro?

Lentamente abro entonces los ojos, veo un montón de luces, es el cielo, luego escucho unos fuertes acentos franceses en palabras que no logro comprender y distingo también el acento de mi país, de Norte América, me incorporo lentamente, pero una enfermera que no distingo su rostro me obliga a acostarme, me habla en aquel tono francés que tiene y solo comprendo “recuéstese” de una larga hemorragia de palabras que salen de su boca, pero al levantar la cabeza distinto un enorme parche en mi estomago y una carta en mi mano, la aprieto y al mismo tiempo aprieto los dientes y me siento en la cama, lanzando un gruñido y mirando a la enfermera mientras examino mi herida que sangra un poco ante el esfuerzo.

-Tráeme a alguien que hable mi idioma o puedo asegurarte que me levantare y lo buscare yo mismo zorra –La enfermera se asusta y sale corriendo en dirección a otra carpa, no espero demasiado tiempo y me levanto, ninguna furcia francesa me dejaría esperando, quito el parche durante un momento y veo en carne viva la herida de al lado de mi ombligo, ¡es incluso más grande que mi ombligo mismo! Ni siquiera sé como sigo vivo, debió de ser una herida provocada por la bala de un anti aéreo desviada…estoy vivo, que alegría…pero en un campamento francés y perdido…que basura.