¡Medianoche! La hora de los ángeles exterminadores (Nirole Eilen)

Esta noche el teatro de París estaba de grandes celebraciones, un año de éxito, de representaciones y de la maldición de su fantasma, vaya atrevimiento el suyo de organizar un elegante baile de máscaras en el gran salón de Palacio cuando de antemano sabían que el espectro podía sentirse ofendido al no recibir invitación, eso merecía venganza... si venganza color carmesí.
Era medianoche, y el baile recién comenzaba, pero como bien habia previsto yo no figuraba en su lista, la primera prueba era entonces lidiar con los guardías, para mi buenaventura un vagabundo miraba con recelo a los invitados cuyas vestimentas eran de fina estampa, me aleje de la entrada y alli cerca de un arbusto, escondido trás él, jugue con la mente de aquel humano ambisioso y moribundo -¿No me digas que no te gustaría obtener esos ropajes tan finos?-rei discretamente, mientras el miraba en todas lecciones llamandome diablo -Si, el diablo es el unico que te brinda oportunidades como la que tienes en tus manos en este momento, ¿Acaso alguna vez Dios te ha susurrado al oido que te sacará de esa misería que llevas a cuestas y te protegerá mientras luchas por conseguir lo que necesitas para esa importante meta?- el hombre de aparencia senil, sonrio maliciosamente, recobrando la postura encorbada que poseía, guiado por su inconciente, se acerco a la puerta con el cuchillo en mano y dijo seguro <<"Al fin el mal esta de mi lado">>, y entonce aprovechada la confusión de los guardias y el miedo de los jovenes afuera de la puerta, aparecí por encima de sus cabezas dandole continuidad al dialogo del vagabundo -Y la muerte del lado de los cinco- dije refiriendome a todos los que se hayaban a la entrada, abrí larga y oscura capa figurando alas, dando un salto hasta ellos, unos pequeños gritos ahogados salieron de sus bocas y luego una muerte rapida con dolor y sangre firmo su fin.
No habiendo peligro entonces decicí entrar, teniendo presente lo que había hecho con los cuerpos para que empezará mi juego, gran deleite fue el mio al descubrir que centenares de vestidos brillantes de colores extravagantes y fracs por doquier bailaban al compás de un vals celestial escrito por Strauss, las notas asendentes y desedentes se desprendían de los chelos y los violines, mientras que los tamborines, platillos y trompetas estrictos como de costumbre ponían orden marcando el tiempo y el ritmo.
La felicidad y la diversión al perder el decoro se respiraba en el aire, los actores, mis tontos administradores y todo el personal tras bambalinas vestidos de la manera más vulgar parecían convivir por unica ocasión en medio de pasos de baile, sus risas perdidas y carcajadas abiertas resonaban por el todo el lugar, pero no eran los unicos invitados, mi querido administrador Armand Moncharmin tuvo la audacia de invitar a toda la compañia teatral del theatres des Vampires, muy posiblemente buscando una alianza.
Con agilidad, me moví sin que los prentes se dieran cuenta de mi llamativo disfraz, de lugubre apariencia con una calavera como máscara, desde el segundo piso, de barandal de oro y detalles de antaño esperé callado entre las poca penumbra que alli residía, hasta que la orquesta terminará la primera pieza.
Todos quedaron sin habla al escuchar mi voz, con el que les desee a todos buenas noches, ya sabía la mayoría que era el fantasma en busca de una posible venganza -¿Por qué el silencio monseuirs?, ya sabían que vendría aún sin recibir invitación- en mi voz imperaba un tono de amenaza y elegancia a la vez, mientras los demás a execepción de los vampiros me buscaban inutilmente con la mirada por todos los rincones, <<"es el fantasma">> dijeron las bailarinas -Así es, el fantasma a venido a preguntar ¿acaso la guerra le han declarado?, primero me arrebatan el palco número cinco, después tienen la osadía de manejar mi teatro a su antojo y por ultimo a su baile no he sido invitado, ¿No recibieron mi últimatum, aquel pliego de peticiones'- rei a carcajadas -A sus desatenciones a mis escritos con la primera vida han de pagar- termine lanzando una rosa roja en medio de la pista con un listón negro atado al tallo, sus petalos estaban manchados de sangre fresca, después todo se torno a media luz -Disfruten de mi presente, con toda la oscuridad de mi ser, para ustedes en su primer aniversario-rei discreto y la luz volvio a recobrar su intensidad, en el centro de la pista coloque a aquella pareja invitada al baile, con los ojos abiertos y expresión de terror, las vestimentas salpicadas de sangre y la yugular desgarrada por completo -¡Ah!- exclame -La joven pareja se disculpa ante ustedes por el retraso, tuvo un ligero contratiempo con el fantasma del teatro de Paris, desgraciadamente el amor los mato, no el espectro, el miedo paro su corazón al defenderse el uno del otro, dejadlos descansar.... en paz- desaparecí sin generar ruido alguno, más sin embargo en toda aquella escena, una mujer, una hermosa dama vestida de negro, de ropajes elegantes reia gustosa como si se tratase de una broma de exquisito deleite para su entretenimiento, parecía estar maravillada con la idea de jugar con el miedo y terminar regando sangre, pero sus facciones tan perfectas aquella criatura parecía ser una vampiresa.
Me pregunte entonces si una noche de compañia equivaldría a una diversión de mayor atrocidad que si lo hacia por mi cuenta, mientras Moncharmin y compañia recogían los cuerpos, la gente horrorizada empezaba a cuidarse las espaldas mientras bebían y comían los pequeños ambigus de la enorme mesa en el centro, aquella mujer se mantenía en un sito apartado, una esquina donde un pilar daba sombra tras ella, tenía en si mano una copa de vino tiento observando hacia arriba en todas direcciones, más detrás de ella surgio mi voz elegante y sutil con su caracteristico toque de malicia -Bonne nuit mademoiselle, veo a sido la unica que ha disfrutado del sangriento espectáculo- tome una pausa breve para después continuar -¿Ha sido de su agrado?,- rei despacio -Y este solo fue parte del primer acto, hay más sorpresas preparadas para esta noche, más personas que sin desearlo descansaran finalmente en gloria y paz, el ángel de la muerte también a venido a divertirse, ha disfrutar de una noche llena de horror y muerte- suspire -Sin embargo esto es un baile ¿No es así?, debo entonces hayar una pareja de ¿vals?, ¡No!, será una compañera de muerte que desee jugar conmigo esta noche, despues de mi presentación ¿Habra alguna voluntaria que desee engañar y matar gente esta noche, habra una dama valiente?- De las penumbras una rosa roja surgía de la nada, parecia flotar en medio de la penumbra, mis comentarios eran una atenta invitación, parecía interesarle la idea pues al escucharme habla de sus labios se esbozaba una sonrisa de satisfacción, ¿Sería quizás parecida a la mía?, eso lo averiguaria en el final de este primer acto....

Una nueva cita me llevaba al Palacio Royal, entre atuendosde gala pero esta vez espera fuera mejor que el anterior ¿acaso no lo eran?, río para si. Me mantengo de pie junto a la chimenea, que alumbra la oscura estancia junto a velas aromatizadas a flores, mis referidas rosas rojas,que al recordarlas dibujan en mis labios escueta sonrisa que borro de inmediato, al descubrir la presencia de uno de mis sirvientes.

-¿Que se os ofrece mi señora?- dijo sin preguntarme siquiera, ni asegurase si había llamado. Pero fue bien enseñado y no tenía por qué importarle sino atender mis antojos, mis órdenes cuándo lo desease. Podía sentirse satisfecho con que al contrario de otros aún le pertenecía su vida, y no ser parte del acumulo de huesos en el cobertizo, se acercó a mi, pudiéndose ve su camisa blanca, en conjunto con un chaleco y pantalones negros, todo lo que le pedía a la servidumbre, que almenos aparentaran tanto como mis pertenencias, como mi mansión, como se dice "la primera apariencia es la que cuenta", sinceramente no me importaba del todo al contrario de quienes me educaron, pero debía acomodarme a la época en la que vivía, donde ese punto si importaba.
Una vez se hubo colocado de frente no retire la mirada, mis dedos rozan la invitación que hace un par de noches recibí, decidiendo sobre la marcha que al final acudiría, es mas no tenia tiempo el plazo terminaba esta misma noche,asi pues aproveche para pedir el traje y la máscara a conjunto sabía que no cubría demasiado mis facciones, pero era la preferid de mi colección, mi amuleto de la suerte máscara, y esperaba qu esta fuese una de esas noches que todo salia a pedir de boca.En cuanto al tocado, lo deje de manera natural resposar sobre mi hombro dreceha, doi un paso mas hacia delante y dejo sobre la mesa de roble macozo el sobre que contenia la invitacion, ahora juego con mis dedos entre mis cabello, entreteniendome hasta que bajasen lo que pedía, esperaba no se apresuraban y así lo hicierón.Trajeron todo incluso el corsé que me olvidé mencionar, lo que dibujo en mis labios una sonrisa que borre con facilidad, no era mi costumbre mantenerla, asenti, mientras colocaban el maniqui y comenzaban a desvestirme, por esta vez el esfeurzo dejaría que fuese de ellos.Incluso uno de ellos me tiro del cabello, y a pesar de una negativa mía a su incio dejé que hiciera, despues de todo Margarét era hábil con los dedos y hacia maravillas en segundos y asi dejo mis cabellos, algo sencillo pero elegante recogido.Me colocarón el corset el vestido y zapatos, en ese orden, quedando un hermoso atuendo.¡ah!,no aun quedaba la máscara, me lo coloque con delicadeza para no estropearme, y me dirigí a la puerta.

-Madam, Nirole... espere aqui aún no....- dijo Margaret, sin poder terminar la frase pues podía escucharse el quejido del animal y como las pezuñas golpeaban la piedra.Abro la puerta y hay esta el cochero con el carruaje preparado.Casi cruzo la puerta del humbral, cuando llaman mi atención, esta vez Lyonel.

-Os lo olvidais señora...- musitó, tendiendome la invivitación.

Cabeza olvidadiza tenía, pero había otros asusntos que me preocupaban, como el no llegar al evento, no esta vez, río pue sla última vez casi llegue corriendo a la entrada y tuvieron que frenarme.Pero este no es el caso, me pongo en el interior del carro y doy las indicaciones, que de nuevo me llevabán allí.


(....)

No tardo demasiado quizás una hora, casi a toda prisa que le imploraba, si , imploraba a un humano, pero era en el único momento que podía rebajarme a a su semejanza.Pero al fin llegamos, el evento fue éxitoso, peces gordos dueños de tierras y otras propiedades parecian reunirse, pude verlo asomada en la pequeña ventana, cuando nos paramos.Sería una interesante velada,¿que mas me guardaba aquella noche?.

El cochero se baja, abre la puerta, ofreciendo despues su mano para poder bajar con cuidado y no caer al suelo.Doi un par de pasos, oteando a mi alrededor para poder ver que mas podía interesarme, alguien fijo la mira da en mi, y no fuí menos se la mantuve y sonreí de manera escueta,una ligera reverencia, aremangandome el vestido para no pisarlo.

Avance...

Tone sutilmente una copa de vido, alzandola proponiendo un birndis inesperado, entre palabras bajas solo audibles para nosotros dije -Por nuestro inesperado encuentro, por la infinita curiosidad que ha despertado su presencia en esta sangrienta velada y por la muerte nuestra dulce amiga, que las penas para los mortales mitiga y se lleva de a poco de una en una las vidas fragiles de criaturas insignificantes- , tome un sorbo, respirando profundamente, deje el fino recipiente de cristal en una mesita, descompuesta tras el alboroto, volviendo mi mirada inesperadamente a ella, con ojos amenazadores y tranquilos a la vez -Venga mdemoiselle, el ángel de la muerte desea verle más de cerca- acomode mi capa hacia atras, dejando ver mi mano enguantada en piel negra que le decia a señas avanzará a mi, tentador camine unos pasos seguros y confiados, deteniendome a medio paso, la esperaba con rosa en mano, entonces ella comenzó a caminar, un destino incierto podía respirarse en ese momento, donde el disturbio era tormento y el encuentro de dos seres que siglo en el mundo han estado viviendo....

Nunca había visto vampiresa tan sedienta, tan malevola, le era divertido lo que ocurría en aquellos instantes, lo disfrutaba, lo gozaba, como cuando se tiene sed, se tiene hambre.
Las copas cayendo era el brindis de la muerte, los gritos despavoridos eran el delite de mis oidos, el vals que los ángeles caidos les gusta danzar.
Un hombre sin identidad y una belleza inmortal eramos los invitados en este baile, alzamos las copas brindamos con la mirada, ella y yo un infierno que nos encargaríamos de aumentar su calor, esas almas repulsivas y llenas de pecados quedarían vagando entre los vivos pero eso es el minimo precio por todo cuanto han hecho, cuanto me han hecho, pagar y matar por placer para mí esa era mi diversión.
La rosa de intenso color, se asomo en mi mano enguantada, la sonrisa divolica se dibujaba en mi rostro, de pronto levanto mi mano, los ojos se me llenaron de furia desmedida -Nadie toca al ángel de la muerte- le dije con tono amenanzante, sin embargo ella miro a los pobres ciervos correr -¿Te agrada tanto como a mí?, la sangre el horror y el espanto entre tanta miserable criatura te es placentero, es que acaso... ¿Tras tus ropajes se esconde el demonio?- reí a carcajadas -mujer me sorprendes y me agradas, pensar que incluso a tí pensaba quitarte la vida, hubiera sido un desperdicio- entonces saque de entre mi gabardina una cuchilla pequeña, la sangre derramada por las finas cortadas me insitaban hacer lo que cada noche era mi deber y mi pastiempo, tome a uno que ni siquiera se dio cuenta de que estaba allí en medio de su camino, su aroma me sacó una sonrisa -Espero que hayas gozado tu última copa- entonces el cuchillo poco a poco lo fui introduciendo en su cuerpo, los guantes quedaron un poco sucios, volví a ver a la vampiresa que ya miraba con ojos rojos y los colmillos listos, la rosa yacía tirada, entre murmuros dijo algo sobre la caza -Es algo más que una caza mademoiselle, matar es un arte, le propongo que combinemos nuestro arte y hagamos con ellos una obra maestra, la noche es joven y nosotros somo angeles exterminadores ¿Que dices a eso? ¿Querrías satisfacer tu sed junto a este oscuro ángel?- asentí con la cabeza, le vi fijamente mientras mis ojos tomaban la misma tonalidad, el deseo se asomaba por ellos -La belleza y la fealdad se unirán esa noche- hable seductoramente -Hagamos lo mejor que sabemos hacer- saque la navaja y corte una cuerda de la que estaba sujeta un candíl, se desplomo al piso en segudos llevando a la mayoría a los enormes pasillos -Servido mademoiselle, depende de usted si decide acompañarme a cenar-.