AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
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Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
En cuanto me desperté en la habitación del hotel. Decidí salir de París, sin anunciarle a nadie, mortal o inmortal, mi partida. Emprendí el cruce solo, a toda velocidad. Bajo un cielo tan violeta como el de mí querida Nueva Orleáns, vi cómo se encendían todas las luces de la gran ciudad, atrás dejaba sus inmensos monumentos que la decoraban. A lo lejos, la catedral de Notre Dame se imponía claramente en la divina penumbra, asomaban lágrimas a mis ojos al ver todo aquella magnifica ornamentación parisense. ¡Ah, Paris! Yo sabía que iba a volver, si, y pronto
Horas más tardes, en el instante mismo en que se despejo mi mente y las emociones se terminaron, me percaté de que ya había llegado a Nueva Orleans. Descendí lentamente hasta penetrar de nuevo en la atmósfera templada, solo era una sombra fugaz para cualquier curioso que pudiera verme. Aterrice en el florido patio, cerca de la fuente que ostentaba un querubín, y contemple la bungavilla que se enroscaba alrededor de las columnas hasta alcanzar el piso superior. El lugar estaba vacío, no había seres sobrenaturales ahí. Estoy agotado. Debería haberme alimentado. Tengo que descansar. Subí las escaleras en forma de caracol forjadas en hierro y entre por la puerta trasera del segundo piso, la cual siempre mantengo sin llave. Como de costumbre me dirigí al salón delantero que daba a la calle, asomándome de paso a todas las alcobas, como si fuera necesario, para cerciorarme de que no había nadie en casa. El lugar no contenía demasiados muebles, pero si demasiados libros. Ya en el salón, al ver el piano sentí de improviso el deseo de tocar, de utilizar mis dotes vampíricas para darle vida a las teclas e impregnar el entorno con celestiales o macabras melodías. Pero me sentía muy cansado para hacerlo ahora…
Me deje caer sobre mi butaca orejera favorita, tapizada en terciopelo rojo, apoyé un pie en la silla situada delante del escritorio, descansé la cabeza en el respaldo y cerré los ojos. Me sumí en un estado de duermevela. En el instante mismo en que mi cuerpo se rendía al sueño, y los sonidos de la noche eran la única melodía que ocupaban la atmosfera, sentí la presencia desconocida de alguien en el jardín, oí el corazón sobrenatural de una criatura, de uno de nuestra especie. Abrí los ojos y rápidamente procurando no hacer ruido, me acerque a la ventana y descorrí las cortina de terciopelo. Con la mente explore el exterior de la casa. De inmediato percibí un mensaje confuso y a través del visillo de encaje, vi una figura femenina presentarse ante mí. Caminaba insegura, consciente de que no tenía ningún derecho de estar ahí. Y ese ser, esa vampira, sabía también que yo estaba ahí. Por un momento no supe que hacer, ella había ingresado en mi vivienda y eso era un grave atrevimiento.
Horas más tardes, en el instante mismo en que se despejo mi mente y las emociones se terminaron, me percaté de que ya había llegado a Nueva Orleans. Descendí lentamente hasta penetrar de nuevo en la atmósfera templada, solo era una sombra fugaz para cualquier curioso que pudiera verme. Aterrice en el florido patio, cerca de la fuente que ostentaba un querubín, y contemple la bungavilla que se enroscaba alrededor de las columnas hasta alcanzar el piso superior. El lugar estaba vacío, no había seres sobrenaturales ahí. Estoy agotado. Debería haberme alimentado. Tengo que descansar. Subí las escaleras en forma de caracol forjadas en hierro y entre por la puerta trasera del segundo piso, la cual siempre mantengo sin llave. Como de costumbre me dirigí al salón delantero que daba a la calle, asomándome de paso a todas las alcobas, como si fuera necesario, para cerciorarme de que no había nadie en casa. El lugar no contenía demasiados muebles, pero si demasiados libros. Ya en el salón, al ver el piano sentí de improviso el deseo de tocar, de utilizar mis dotes vampíricas para darle vida a las teclas e impregnar el entorno con celestiales o macabras melodías. Pero me sentía muy cansado para hacerlo ahora…
Me deje caer sobre mi butaca orejera favorita, tapizada en terciopelo rojo, apoyé un pie en la silla situada delante del escritorio, descansé la cabeza en el respaldo y cerré los ojos. Me sumí en un estado de duermevela. En el instante mismo en que mi cuerpo se rendía al sueño, y los sonidos de la noche eran la única melodía que ocupaban la atmosfera, sentí la presencia desconocida de alguien en el jardín, oí el corazón sobrenatural de una criatura, de uno de nuestra especie. Abrí los ojos y rápidamente procurando no hacer ruido, me acerque a la ventana y descorrí las cortina de terciopelo. Con la mente explore el exterior de la casa. De inmediato percibí un mensaje confuso y a través del visillo de encaje, vi una figura femenina presentarse ante mí. Caminaba insegura, consciente de que no tenía ningún derecho de estar ahí. Y ese ser, esa vampira, sabía también que yo estaba ahí. Por un momento no supe que hacer, ella había ingresado en mi vivienda y eso era un grave atrevimiento.
Última edición por Lestat De Lioncourt el Miér Mar 13, 2013 10:33 pm, editado 2 veces
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Todo es un revoltijo en mi cabeza, quien me quitó la vida, recuerdo vagamente su rostro, ahora tan solo deseo darle muerte, si osa aparecer después de tanto tiempo; Busco el anhelo inmortal, ese maestro que no tengo. Todos demasiados refinados; Pero encontré a alguien, que lo es, y según lo escuchado a lo largo de estos años, siglos “le vampire lestat, el matalobos, el poseedor de tierras”… un rebelde en todo su esplendor, disfruta de lo que le rodea, sin importar las consecuencias de su acto,por sobrevivir, el mundo es su jardín, ¿Por qué no el mío también?-Río para mi-;Podría convertirse en mi maestro en mi mentor, ayudarme a quitarme las ataduras, no mostrar compasión, sobrevivir,, pensar en mi, en el `placer y en el dolor que provocaré,¿egoista?, un poco, pero que me importa, eso mdejó de importar hace mucho tiempo.
Aunque lo cierto es, termino de creérmelo, ¿aún sobrevive?,, o solo son leyendas populares, y este un sujeto inexistentes, pero para ello debo seguir en línea recta, buscar y encontrar para a hallar lo que deseo saber, comprobar. Mi idea de que sea cierto, solo incrementa mi curiosidad, de conocer, aprender, tenerlo cerca.
Intento seguir sus pasos, cuando dijeron que regreso a París, pero no hubo ocasión de hallarlo, y cuando creí localizarlo, me di de bruces con los falsos rumores que me condujeron, cerca del “teathre des vampire”,es curioso cuando actuaba encima de ese escenario, no lo vi, ni percibí, aunque para ese entonces era una joven inmortal, todo era demasiado difícil.
Perdí la pista por un tiempo, parece que sabe esconderse bastante bien, que no se deja ver si no lo desea, inteligente, me gusta; Continué mi camino hasta que parece, localicé donde se encontraba, lo que me condujo a New Orleans (Nueva Orleans), había oído hablar de otras tierras, que no son la que habitaba, mi queridísimo Paris, y solo el oírla, o tan siquiera mencionarla despertaba, m mi intriga, el misterio, riesgo, el cual ansiaba vivir, que es sobrevivir a tus antepasados, sin arriesgarse, afrontar al peligro.
Tome un barco, más que tomado me convertí en polizón durante un par de noches, en el bodegón, alimentándome de algún tripulante, solo uno, o u par, sabía delicioso, no podía parar quería mas; durante aquellas noches los viajeros disminuyeron pero no en un número exagerado, no pretendía delatarme, era absurdo y un tanto idiota si lo hacía, pero bien pude matarlos a todos, no me interesaba.
Una vez echaron el ancla, espere hasta el iniciar el anochecer, el Sol dejaba de reinar dejando paso a la majestuosa Luna, me vuelvo a sentir bien, con vitalidad, y emprendo el camino hasta donde me llevaron las pistas, espero esta vez no encontrarme con un muro de mentiras, bulos.
Me oculto y muevo a su vez, jugando entre las sombras, dejándome ver a quienes deseaba, solo arrebataba su vida, una más, que más da. Oculto sus cuerpos, después de hacer crujir sus cuellos; En los tiempos que corren no era mal momento para que pensaran que hay un asesino en serie, o varios, ¿Por qué no?, no creo estar sola, y espero no estarlo pronto, por fin logro encontrar la calle, el lugar, sonreí y me dispuse a investigar el lugar, escondiéndome entre tanto donde podía, mi sombra será visibles, para los agudizo ojos de un inmortal, me equivocaba, un callejón, pero tampoco me detengo y continuo, un lugar más céntrico quizás, ante mi algo majestuoso una mansión envidiable, para aquél que no se lo pudiera permitir, amplio jardín, un hermosa entrada, amplia, me muevo con sigilo, pero no con todo el del mundo, camino insegura, se que no debería estará aquí, es peligroso, quizás aparecer a mi lado, ahora-miraba aún lado- o ahora-volvía a mirar, desconocía si me observaba, si me había visto entrar, pero ya estaba en su propiedad, y si es verdad que vive ahí ,creo me daré cuenta, sigo caminando , no sé qué ocurrirá después de cruzar el límite de lo permitido…
Aunque lo cierto es, termino de creérmelo, ¿aún sobrevive?,, o solo son leyendas populares, y este un sujeto inexistentes, pero para ello debo seguir en línea recta, buscar y encontrar para a hallar lo que deseo saber, comprobar. Mi idea de que sea cierto, solo incrementa mi curiosidad, de conocer, aprender, tenerlo cerca.
Intento seguir sus pasos, cuando dijeron que regreso a París, pero no hubo ocasión de hallarlo, y cuando creí localizarlo, me di de bruces con los falsos rumores que me condujeron, cerca del “teathre des vampire”,es curioso cuando actuaba encima de ese escenario, no lo vi, ni percibí, aunque para ese entonces era una joven inmortal, todo era demasiado difícil.
Perdí la pista por un tiempo, parece que sabe esconderse bastante bien, que no se deja ver si no lo desea, inteligente, me gusta; Continué mi camino hasta que parece, localicé donde se encontraba, lo que me condujo a New Orleans (Nueva Orleans), había oído hablar de otras tierras, que no son la que habitaba, mi queridísimo Paris, y solo el oírla, o tan siquiera mencionarla despertaba, m mi intriga, el misterio, riesgo, el cual ansiaba vivir, que es sobrevivir a tus antepasados, sin arriesgarse, afrontar al peligro.
Tome un barco, más que tomado me convertí en polizón durante un par de noches, en el bodegón, alimentándome de algún tripulante, solo uno, o u par, sabía delicioso, no podía parar quería mas; durante aquellas noches los viajeros disminuyeron pero no en un número exagerado, no pretendía delatarme, era absurdo y un tanto idiota si lo hacía, pero bien pude matarlos a todos, no me interesaba.
Una vez echaron el ancla, espere hasta el iniciar el anochecer, el Sol dejaba de reinar dejando paso a la majestuosa Luna, me vuelvo a sentir bien, con vitalidad, y emprendo el camino hasta donde me llevaron las pistas, espero esta vez no encontrarme con un muro de mentiras, bulos.
Me oculto y muevo a su vez, jugando entre las sombras, dejándome ver a quienes deseaba, solo arrebataba su vida, una más, que más da. Oculto sus cuerpos, después de hacer crujir sus cuellos; En los tiempos que corren no era mal momento para que pensaran que hay un asesino en serie, o varios, ¿Por qué no?, no creo estar sola, y espero no estarlo pronto, por fin logro encontrar la calle, el lugar, sonreí y me dispuse a investigar el lugar, escondiéndome entre tanto donde podía, mi sombra será visibles, para los agudizo ojos de un inmortal, me equivocaba, un callejón, pero tampoco me detengo y continuo, un lugar más céntrico quizás, ante mi algo majestuoso una mansión envidiable, para aquél que no se lo pudiera permitir, amplio jardín, un hermosa entrada, amplia, me muevo con sigilo, pero no con todo el del mundo, camino insegura, se que no debería estará aquí, es peligroso, quizás aparecer a mi lado, ahora-miraba aún lado- o ahora-volvía a mirar, desconocía si me observaba, si me había visto entrar, pero ya estaba en su propiedad, y si es verdad que vive ahí ,creo me daré cuenta, sigo caminando , no sé qué ocurrirá después de cruzar el límite de lo permitido…
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
En busca de algún nombre, tente su mente con delicadeza. Lo único que logre percibir eran sus intenciones, no pertenecía a una asamblea, no era un vampiro clandestino que buscaba eliminarme por puro miedo. Descubrí que viajo a Nueva Orleans, siguiéndome desde París. Los cuestionamientos giraban en mi cabeza como una tormenta de ideas sin sentido. Ahora el vago recuerdo de una presencia vigilándome en París, no parecía tan absurdo. No obstante, dado que pretendía tomarme un respiro de todo aquello que me recordará la vida en aquella ciudad, esta visita más que agradable resultaba un tanto molesta.
Rápidamente, sin hacer ruido salí al jardín. La Tierra cede ante la sutil caricia de ese manto silencio y en penumbras. Oí sus pasos cerca de la fuente, avance lentamente tras ella en total silencio, ni siquiera mi presencia o mi corazón podían delatar mi proximidad. Más allá de toda su osadía, no podía culparla. La gran mayoría o por lo menos aquellos que han oído hablar de “Lestat, el vampiro” saben dónde localizarme en este Jardín Salvaje, he dejado en claro dónde está mi hogar y no he hecho ni el más mínimo esfuerzo en ocultar su ubicación.
Pero volviendo a nuestra joven dama, contemple con detenimiento como avanzo lentamente y con cierta cautela hacia la escalera que daba a la puerta trasera del segundo piso, esperaba una advertencia que le indicará hasta donde era propicio su caminar.
El viento mecía su larga y oscura cabellera. Camine hasta quedar junto a la pequeña fuente del jardín, donde segundos antes se encontraba la vampira - ¿Cree que voy a matarle? –pregunto de pronto con un suave murmullo que irrumpe el cantar de la noche. Se voltio a verme. Desconocidos son sus ojos que me intrigan, como los misterios del universo, como las estrellas que no conocemos perdidas en el océano del cielo. Mujer misteriosa, el mutismo de tus palabras son una transgresión a tu valentía.
Caminé hacia ella, pero de vez en cuando me detenía. Me lo tomé con calma. Contemple las estrellas que tachonaban el cielo, y las odie, por costumbre. – Me ha seguido desde París ¿Por qué ha venido, madame? ¿Quién es usted? – La miré a los ojos. Los sonidos de la noche, que solo eran interrumpidos por mis palabras, eran singulares y al mismo tiempo constituían un suave runruneo que trasportaba la cálida brisa. - ¿No imaginó que yo mismo vigilo mis propiedades? –pregunte dirigiéndome a ella con serenidad. La Luna lucía en lo alto, iluminando fugazmente su rostro y seguí caminando.
Ella no se movió, parecía perpleja. ¿Fue mi presencia la causante de su repentino silencio?
Rápidamente, sin hacer ruido salí al jardín. La Tierra cede ante la sutil caricia de ese manto silencio y en penumbras. Oí sus pasos cerca de la fuente, avance lentamente tras ella en total silencio, ni siquiera mi presencia o mi corazón podían delatar mi proximidad. Más allá de toda su osadía, no podía culparla. La gran mayoría o por lo menos aquellos que han oído hablar de “Lestat, el vampiro” saben dónde localizarme en este Jardín Salvaje, he dejado en claro dónde está mi hogar y no he hecho ni el más mínimo esfuerzo en ocultar su ubicación.
Pero volviendo a nuestra joven dama, contemple con detenimiento como avanzo lentamente y con cierta cautela hacia la escalera que daba a la puerta trasera del segundo piso, esperaba una advertencia que le indicará hasta donde era propicio su caminar.
El viento mecía su larga y oscura cabellera. Camine hasta quedar junto a la pequeña fuente del jardín, donde segundos antes se encontraba la vampira - ¿Cree que voy a matarle? –pregunto de pronto con un suave murmullo que irrumpe el cantar de la noche. Se voltio a verme. Desconocidos son sus ojos que me intrigan, como los misterios del universo, como las estrellas que no conocemos perdidas en el océano del cielo. Mujer misteriosa, el mutismo de tus palabras son una transgresión a tu valentía.
Caminé hacia ella, pero de vez en cuando me detenía. Me lo tomé con calma. Contemple las estrellas que tachonaban el cielo, y las odie, por costumbre. – Me ha seguido desde París ¿Por qué ha venido, madame? ¿Quién es usted? – La miré a los ojos. Los sonidos de la noche, que solo eran interrumpidos por mis palabras, eran singulares y al mismo tiempo constituían un suave runruneo que trasportaba la cálida brisa. - ¿No imaginó que yo mismo vigilo mis propiedades? –pregunte dirigiéndome a ella con serenidad. La Luna lucía en lo alto, iluminando fugazmente su rostro y seguí caminando.
Ella no se movió, parecía perpleja. ¿Fue mi presencia la causante de su repentino silencio?
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Pasos silenciosos y medidos, guiada por mi propio interés a descubrir sobre quien podría ayudarme sacar mi esencia, exprimir mi maldad, que gritaba en mi interior con ansias de salir y que callaba dando sorbos a una copa, que en ocasión estaba casi vacía, un líquido rojizo que ni por asomo podría asemejarse a la humana; si, era de procedencia animal es los mas que pude llevarme a la boca, cuando apenas era una nacida a las tinieblas, tibia, escupía poco después mi cuerpo no lo admitía; La única que saciaba era la palpitante que saboreaba en cada latido que marchitaba según seguía alimentándome. Pero que describir que no sepa el conocedor de nuestra existencia y nuestros hábitos.
Continúe en mi andadura poniéndole ahínco en la forma que caminaba para ser lo mas silenciosa posible y poder esconder y ver sin ser vista rodee la fuente sin mirarla demasiadas veces- a penas la vi para acercarme-; ande rodeándola, mirando al frente sin preocuparme de que la fuente salpicara virutas de agua clara sobre mi. No tarde demasiado en separarme de ella, mirando siempre al frente, rotaba mis pupilas para otear mi alrededor, pero salvo el leve viento que noto desde que llegue a New Orleans a borde de ese barco, no hay cambios todo parecía ser de nuevo una pista perdida e inventada, seguiría merodeando por la estancia prohibida ese cachito de jardín. Para machar esa idea perdida e irme convencida.
Me dirigí por un caminillo curiosa de ver donde conducía, dejando atrás la fuente y viendo más cerca posible la mansión del señor Lioncourt hijo del Marqués auvernia según leí entre tantos libros que me permitieron saber su nombre y sus títulos, que poco podían advertir de él, de echo solo ojeé un poco sus andaduras , vi en él un figura que podría ayudarme, su rebeldía, el quitar vida sin remordimiento aparente, valentía a no esconder su esencia- como un inicio hacía yo-, y aunque después de tanto tiempo no logro sacar toda mi furia, lo veo indicado, siempre manteniéndome sin ser copia de quien pretendía tomar como mentor.
-Unas escaleras- dije después de detenerme al final del camino que condujo hasta ellas, me haría ascender al piso superior, curiosa y admirable la estructura puedo decir que envidiaba lo que poco a poco descubría. Subí unos peldaños de espaldas a todo, dejando mecer mis cabellos al son que desearan, despeinándome. La tranquilidad de mi inocente espionaje llego a su fin en el instante que escuche una voz, una voz que tarde en reconocer, mi mano derecha se agarraba fuerte al pasa manos, no me lo terminaba de creer, ¿todo este tiempo me había estado vigilando?, que idiota (ella).Me gire sobre mis talones, manteniéndome en el sexto peldaño, una vez retraso el pie derecho que guiaba al izquierdo para subir el último.
Lo vi frente a mí, quedé enmudecida por su apariencia, tan real, tan viviente; ya no solo eran letras frases en conjunto que lo hacía imaginar, dejó de ser una leyenda. Podría temblar o mostrar mis ojos rojizos para hacerme ver amenazante, pero me mantuve en el escalón, mirándolo de arriba abajo, humedecí mis labios sin moverme del sitio. Decidí bajar esos peldaños que volverían andar lo andado y encontrarme con él, pero al ver que se acercaba y se detenía preferí mantenerme hasta que decidiera detenerse definitivamente.
Lo vi frente a mí, quedé enmudecida por su apariencia, tan real, tan viviente; ya no solo eran letras frases en conjunto que lo hacía imaginar, dejó de ser una leyenda. Podría temblar o mostrar mis ojos rojizos para hacerme ver amenazante, pero me mantuve en el escalón, mirándolo de arriba abajo, humedecí mis labios sin moverme del sitio. Decidí bajar esos peldaños que volverían andar lo andado y encontrarme con él, pero al ver que se acercaba y se detenía preferí mantenerme hasta que decidiera detenerse definitivamente.
Puse de frente a la barandilla., apoyándome, inclusive llegue a relajarme para responderle-estaría en todo su derecho, Monsieur de echo yo misma me encargaría de que no irrumpieran así-enarca una ceja-.. me divertiría jugar al ratón y al gato con quien osase, pero…..volviendo la realidad no es mi propiedad ni tampoco mis reglas-dije mirándole en todo momento.
Las siguientes cuestiones eran de lógica, por ende salvo mi nombre procedí a responderle- así es le seguí por la curiosidad surgidos de rumores acerca de Lestat, suponiendo seáis vos-mentía sabía que era él, más por la descripción de los libros-…y estando en lo cierto de que no tuvo mentor…que.. fuiste vuestro profesor y tú propio alumno …mm-niega y enarca una ceja- quiero ver con mis propios ojos que tan cierto es, quiero conocerlo..y no creer solo palabras impresas por una pluma sobre un papiro…-dije comenzando a bajar lentamente, sin perderlo de vista y tampoco atención a lo que hacía-…. Y cambiando de tema, sinceramente creía no encontrarle aquí, que de nuevo se marchó y que me iba a dar de bruces con mentiras-fui sincera, por que ocultarlo-..o bien...estaba entretenido con algo delicioso-murmuré aún bajando, ya casi estaba de nuevo en el camino, de echo dí un brinco cuando quedaban cinco escaleras por bajar, me agarré de nuevo a la barandilla y salté por fuerra de ella cayendo con las piernas flexionadas y manteniendo el equilibrio que luego me permitió volver a mi postura natura .Lo miré una vez más e inicié un cortes saludo, escueta reverencia-monsieur..-dije con voz firme y dulce al tiempo que esperaba su respuesta.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
El misterioso intruso se trataba de una mujer cuya mirada por su franqueza sorprende. Experimento cierto regocijo ante sus palabras. – Tal vez, debería. – dije mostrando mis diminutos colmillos cada vez que sonreía, más no sería ni ingrato, ni dañino. Aquella vampira viajo desde París solo para encontrarme, y si sus intenciones no eran enfrentarse a mí o retarme, no tenía por qué ocurrir algo malo. El caso es que, debido a esta inesperada visita ya no tenía tiempo para quejas o lamentaciones.
Sereno y altivo sostenía su mirada. Contemplo como el resplandor de las luces se ven reflejados una y otra vez sobre su pálida tez. Y ella avanzó nuevamente entre pasos vacilantes.
¿Suponiendo seáis vos? – Enarco una ceja, conteniendo una risa. Nuevamente solo me limite a sonreír. No tarde en comprobar que aquellas palabras solo eran mentira. Ella me conocía perfectamente gracias a ¿Libros? ¿Qué libros? Está claro que aquella mujer estaba cometiendo un error, sin embargo, todo cuanto decía era demasiado acertado para solo provenir de rumores entre vampiros. Suspiro. Me sentí tentado a averiguar cómo había llegado hasta aquí y de donde, exactamente, había obtenido tanta información. – Lestat – Me incliné en una reverencia – El mismo monstruo asesino de siempre. – Reí suavemente.
De pronto, la mujer con su agilidad salto sobre la barandilla, cayo sin hacer ruido y luego recupero su compostura. Examiné nuevamente a la vampira ¿Cuál era su nombre? Jamás lo pregunte, tampoco lo obtuve al hurgar en su mente y mucho menos ella lo había pronunciado. Cruce los brazos, como hacen los humanos cuando desean protegerse del frío. Atravesé el jardín, avanzando lentamente hacia ella otra vez, acorté aquella distancia que creaba un vacío de desconfianza entre nosotros. – Me gustaría saber su nombre, madame. – Escuche su nombre y tome su mano pequeña comparada con las mías, se la besé. – Bienvenue a New Orleans – le dije con acento francés y luego de soltar con delicadeza su mano pasé junto a ella. La invité a acompañarme, a entrar a mi vivienda.
Me detuve frente a la escalera y le indiqué que avanzará. Subí tras ella sin hacer ruido y con mi mente abrí la puerta trasera. Seguimos nuestro camino por el pasillo pasando frente a las puertas de unos dormitorios. Me pregunté si ella gustaba de los cuadros impresionistas que ornamentaban las paredes. La guíe hasta el gran salón. – Siéntese, por favor – dije indicándole la amplia butaca de orejas tapiza de satén. Yo tomé asiento en el sofá de terciopelo, muy cerca de la dama. La luz de la raña que pendía del techo, era lo único que iluminaba nuestros rostros. Por un momento nos quedamos en silencio, tenía la mirada fija en sus ojos. Menee la cabeza con gesto de reproche y solté una breve carcajada. No pude contenerme.
Dígame señorita Eilen – dije bajando la voz, con un acento francés muy difícil de ocultar. – ¿Por qué me busca? ¿Cómo sabe tanto sobre mí? – Pregunto con serenidad- Oh! Perdoné mis modales. – sonrío con cierta picardía – ¿Desea beber algo?
Sereno y altivo sostenía su mirada. Contemplo como el resplandor de las luces se ven reflejados una y otra vez sobre su pálida tez. Y ella avanzó nuevamente entre pasos vacilantes.
¿Suponiendo seáis vos? – Enarco una ceja, conteniendo una risa. Nuevamente solo me limite a sonreír. No tarde en comprobar que aquellas palabras solo eran mentira. Ella me conocía perfectamente gracias a ¿Libros? ¿Qué libros? Está claro que aquella mujer estaba cometiendo un error, sin embargo, todo cuanto decía era demasiado acertado para solo provenir de rumores entre vampiros. Suspiro. Me sentí tentado a averiguar cómo había llegado hasta aquí y de donde, exactamente, había obtenido tanta información. – Lestat – Me incliné en una reverencia – El mismo monstruo asesino de siempre. – Reí suavemente.
De pronto, la mujer con su agilidad salto sobre la barandilla, cayo sin hacer ruido y luego recupero su compostura. Examiné nuevamente a la vampira ¿Cuál era su nombre? Jamás lo pregunte, tampoco lo obtuve al hurgar en su mente y mucho menos ella lo había pronunciado. Cruce los brazos, como hacen los humanos cuando desean protegerse del frío. Atravesé el jardín, avanzando lentamente hacia ella otra vez, acorté aquella distancia que creaba un vacío de desconfianza entre nosotros. – Me gustaría saber su nombre, madame. – Escuche su nombre y tome su mano pequeña comparada con las mías, se la besé. – Bienvenue a New Orleans – le dije con acento francés y luego de soltar con delicadeza su mano pasé junto a ella. La invité a acompañarme, a entrar a mi vivienda.
Me detuve frente a la escalera y le indiqué que avanzará. Subí tras ella sin hacer ruido y con mi mente abrí la puerta trasera. Seguimos nuestro camino por el pasillo pasando frente a las puertas de unos dormitorios. Me pregunté si ella gustaba de los cuadros impresionistas que ornamentaban las paredes. La guíe hasta el gran salón. – Siéntese, por favor – dije indicándole la amplia butaca de orejas tapiza de satén. Yo tomé asiento en el sofá de terciopelo, muy cerca de la dama. La luz de la raña que pendía del techo, era lo único que iluminaba nuestros rostros. Por un momento nos quedamos en silencio, tenía la mirada fija en sus ojos. Menee la cabeza con gesto de reproche y solté una breve carcajada. No pude contenerme.
Dígame señorita Eilen – dije bajando la voz, con un acento francés muy difícil de ocultar. – ¿Por qué me busca? ¿Cómo sabe tanto sobre mí? – Pregunto con serenidad- Oh! Perdoné mis modales. – sonrío con cierta picardía – ¿Desea beber algo?
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Irremediablemente de mis labios una risa corta y suave, por la forma que tomaba mi alrededor, su actitud me resulta agradable, más de lo que podía intuir por aquellos escuetos rumores, del supuesto diario robado. Palabras hiladas en prefecto acento francés, no me equivocaba era el tan famoso Lestat de Lioncourt, no percibí mentira en sus palabras, ¿Por qué hacer semejante cosa, si ni si quiera yo misma lo oculte?, el encuentro prometía.
Creía que mantendría su lejanía, no iba mordisquear su espacio personal, menos sin conocer por donde saldría como reaccionaría, es mas me vi sorprendida por la cercanía, a un solo paso de mi, no me moví solo contemple más y mejor sus características faciales que lo hacía perfecto. Por lo pronto, no hubo tiempo para cruzar ninguna palabra , su caminar , su forma de invitarme a que me adelantara, parecía ser un privilegio un regalo en conjunto a su caricia sobre mi mano, de nuevo esas escaleras por las que subir, me dirigí a ellas con el caminar correcto y sensual propios de mi. Miré de reojo nada mas iniciar a subir las escaleras, por si me seguía, y no era un escapada, aunque fue solventada cuando le vi, al cuarto peldaño y así hasta él último que me llevaba al interior. Aquella puerta estaba cerrada, ¿Qué diablos?, reía al intuir quien pudo ser, aunque sin duda fue él, desconocía esa habilidad, pero me mantuve callada, no quería si no ver más de él.
Conforme iba avanzando miraba a ambos lados del pasillo, no quería perder detalle de su mansión, impresionada por cada detalle puertas de madera, paredes recubiertos de papel vintage, unos cuadros interesantes, de echo me detuve unos segundos frente a uno de ellos, antes de ser guiada por él hasta al amplio salón de adornos antiguos a la vez que elegantes, lujoso espacio acorde con su dueño, debía admitir que tiene buen gusto, tanto que llegaba a envidiarlo. Me senté donde me indico, aunque tarde en hacerlo, no es propio de mi correr y sentarme, obedecer tan rápidamente, tome mi tiempo rodeando la butaca de orejeras y tapiz de terciopelo, observé que todas iguales o de similar tapiz .No obstante no me detendré en ello más, la conversación que se iniciaba, por mi intromisión en su hazañas, que por su reacción parecía extrañado, por un instante me sentí idiota, por guiarme por las habladurías que creí bulos, pero al fin está frente a mi, como buscaba,¿ por donde empiezo?, pensé al mismo tiempo que lo pronunciaba, casi sin darme cuenta, acaricié mi barbilla y otee a un lado y a otro antes de comenzar- no hace mucho comencé a escuchar de vos, del legendario…- no termine la frase cuando interrumpió de forma grácil, ofreciéndome algo de beber, lo que quisiera. Bien pude decir ¡ohh de la deliciosa y preciada sangre, como es la vuestra! Oh,que estupidez, se escapó una risilla y tape mi boca de inmediato, antes de decir lo que pasaba por mi imaginación, que teatral solo alguien desesperado, tan obsesionado osaría actuar así ante alguien de su esencia.
¿Qué podeis ofrecerme, monsieur?-huele y siente aura de un ser humano, y no tardé en rotar las pupilas para mirar a donde proviene, luego miro a Lestat-sería suficiente con…-humedecí mis labios, solo pensar en el recorrido que tomaría tan exquisito cristal al rozar en mi boca, solo eso, hizo erizar la piel.
-el legendario lestat, la rebeldía personificada, enlazado con elegancia sin dejar de ser…- terminé aquella frase intentando retomar la conversación, me quedé mirando sus ojales azules con cierta tonalidad grisacea, que la hacían especial, diferente a la mortal.Esperaba una reacción-¿que hay detrás de ti.. que me hace creer que serías el maestro perfecto, para quitar mi ataduras tan humanas a veces?-pensé aún sin apartar la mirada.
Creía que mantendría su lejanía, no iba mordisquear su espacio personal, menos sin conocer por donde saldría como reaccionaría, es mas me vi sorprendida por la cercanía, a un solo paso de mi, no me moví solo contemple más y mejor sus características faciales que lo hacía perfecto. Por lo pronto, no hubo tiempo para cruzar ninguna palabra , su caminar , su forma de invitarme a que me adelantara, parecía ser un privilegio un regalo en conjunto a su caricia sobre mi mano, de nuevo esas escaleras por las que subir, me dirigí a ellas con el caminar correcto y sensual propios de mi. Miré de reojo nada mas iniciar a subir las escaleras, por si me seguía, y no era un escapada, aunque fue solventada cuando le vi, al cuarto peldaño y así hasta él último que me llevaba al interior. Aquella puerta estaba cerrada, ¿Qué diablos?, reía al intuir quien pudo ser, aunque sin duda fue él, desconocía esa habilidad, pero me mantuve callada, no quería si no ver más de él.
Conforme iba avanzando miraba a ambos lados del pasillo, no quería perder detalle de su mansión, impresionada por cada detalle puertas de madera, paredes recubiertos de papel vintage, unos cuadros interesantes, de echo me detuve unos segundos frente a uno de ellos, antes de ser guiada por él hasta al amplio salón de adornos antiguos a la vez que elegantes, lujoso espacio acorde con su dueño, debía admitir que tiene buen gusto, tanto que llegaba a envidiarlo. Me senté donde me indico, aunque tarde en hacerlo, no es propio de mi correr y sentarme, obedecer tan rápidamente, tome mi tiempo rodeando la butaca de orejeras y tapiz de terciopelo, observé que todas iguales o de similar tapiz .No obstante no me detendré en ello más, la conversación que se iniciaba, por mi intromisión en su hazañas, que por su reacción parecía extrañado, por un instante me sentí idiota, por guiarme por las habladurías que creí bulos, pero al fin está frente a mi, como buscaba,¿ por donde empiezo?, pensé al mismo tiempo que lo pronunciaba, casi sin darme cuenta, acaricié mi barbilla y otee a un lado y a otro antes de comenzar- no hace mucho comencé a escuchar de vos, del legendario…- no termine la frase cuando interrumpió de forma grácil, ofreciéndome algo de beber, lo que quisiera. Bien pude decir ¡ohh de la deliciosa y preciada sangre, como es la vuestra! Oh,que estupidez, se escapó una risilla y tape mi boca de inmediato, antes de decir lo que pasaba por mi imaginación, que teatral solo alguien desesperado, tan obsesionado osaría actuar así ante alguien de su esencia.
¿Qué podeis ofrecerme, monsieur?-huele y siente aura de un ser humano, y no tardé en rotar las pupilas para mirar a donde proviene, luego miro a Lestat-sería suficiente con…-humedecí mis labios, solo pensar en el recorrido que tomaría tan exquisito cristal al rozar en mi boca, solo eso, hizo erizar la piel.
-el legendario lestat, la rebeldía personificada, enlazado con elegancia sin dejar de ser…- terminé aquella frase intentando retomar la conversación, me quedé mirando sus ojales azules con cierta tonalidad grisacea, que la hacían especial, diferente a la mortal.Esperaba una reacción-¿que hay detrás de ti.. que me hace creer que serías el maestro perfecto, para quitar mi ataduras tan humanas a veces?-pensé aún sin apartar la mirada.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Soy el desesperado, que quiere todo ayer, el ansioso sin descanso, ni descenso...
Me siento más tranquilo ahora, en el sofá de terciopelo donde estoy cómodamente sentado y con Nirole justo frente a mí. Estaba casi desesperado por llegar a la sala y que desvaneciera todas mis dudas, el camino por el pasillo parecía eterno, pero al fin nos hallábamos sentados frente a frente.
La contemplaba desde el sillón, no podía dejar de admirarla como si fuera una hermosa escultura tallada a la perfección. La luz de la araña que pendía del techo era tan inmisericorde o espléndida según el punto de vista de cada cual, que me permitía disfrutar con detalle su rostro.
Nirole, quien no parecía ser un vampiro neófito o menor que yo, acababa de acudir a Lestat el magnífico para que la ayudará a liberarse de sus ataduras humanas. Solo al notar su presencia puedo asegurar que posee más de 500 años. Una de mis ventajas era que yo no le había creado y ella había llegado a mi libremente.
No crea que no me siento honrado por sus palabras – Contesto al levantarme y camino hacia la gran estantería que esta la izquierda. – Me parece usted una gran dama – Confieso antes de tomar dos copas de cristal entre mis largos dedos y una botella de vino con la mano izquierda. Giro mi rostro cuando regreso sobre mis pasos y me vuelvo a sentar. La miro nuevamente a los ojos – Si me permite decirlo, una dama verdaderamente encantadora. – dije depositando las copas y la botella sobre la mesita que estaba junto a nosotros.
Permanezco en silencio mientras alzo mi mano, la miro cuando con una de mis uñas hago una herida profunda en mi muñeca. No podía engañarme, aunque si se lo propone estoy seguro que puede ocultarme todos sus pensamientos. Disuelvo parte de mi alma en una copa y confieso que dejar que sus labios se humedezcan con mi sangre resulta excitante. Solo un poco más antes que mi herida cierre completamente, lo justo para que al mezclar su sangre con la mía no me impida leer su mente cuando sea necesario.
Levanto la copa y le ofrezco mi sangre.
Disfrútela – dije suavemente – Como un buen vino.
Con una sola mano tomo firmemente la botella, a media altura, rodeándola completamente con los dedos excepto el índice que esta hacia arriba. La suspendo a un par de centímetros de la copa y sirvo poco a poco el vino procurando un chorro continuo que nunca cubre la boca de la botella.
¿Y ahora que me ha encontrado? – Replico y lleno la copa hasta un poco menos de la mitad – ¿Qué se propone hacer exactamente para que acceda ser ese maestro perfecto del cual habla? – Termino de verter el vino y realizo un rápido giro de muñeca mientras retiro y enderezo la botella, depositándola otra vez sobre la mesa.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Aún observándole, ojos hipnotizadores que a cualquier mortal e inmortal llegaba a cautivar si se lo propusiera, y dejase influir por su aura y presencia, irremediable no apreciar, ni siquiera para mí que bien pude quedarme así durante toda la noche y no lo hice, sabía a lo que venía y él también, espera ¿él también?. Sorprendente, no me había cruzado con semejante habilidad, miento si lo vi en la residencia de gitanos donde solía ir un día sí y otro también, en busca de una sangre diferente y poderosa, ¿pero ligado a nuestro Don?, no o si hubo ocurrido lo ignoré por completo.
Mire a un lado y a otro después de que su voz me despertara del asombro-¿cómo?-salió sin recato de mi boca, mientras veía como se levantaba, un halago no esperado, asentí y sonreí, él también lo estaba -radiante, hermoso-, a puesto que eso también no quedo en secreto y pensamiento, mientras miraba como regresaba con dos copas y algo de beber.
¡Qué…!-susurré bajito cuando vi lo que prendía llevándose su propia muñeca a la boca para mordérsela-¿Por qué…? ¿Porque hace esto?-dije en un mismo tono, me resulto tan extraño…No como mi reacción, ojos puestos en cada gota que caía en la copa. Entrecerré los ojos y los relajé poco después,debía controlarme a la tentación, si pudo leer aquel simple pensamiento,¿que mas podría hacer?, me desconcierta la idea de creer saber lo que rodea a Lestat,pero ahora veo que hay cosas que se me escapan.
Tome la copa entre mis manos,cerre los ojos,acercando la nariz para oler.Poco después los abrí obervando como él seservia el vino,exhale y solte la copa dejándola enciama de aquella mesita,endurecí mi gesto-¿cree que vine a....?-miré de nuevo de reojo la copa,elevando una ceja-¿que podría proponeros?..creo que...- me levante, mirándolo por última vez-creo que me equivoque al venir-susurré aquella mentira, pero como iba a decirle que quería despojarme de mi humanidad sin que suene ridículo.
-Es estúpido ¿como decirselo así?,debo hacerlo sola,después de todo he estado sola todo este tiempo y al igual que me enfrente a mi nueva condición ,puedo tambien matar sin arependtimiento o límite alguno, niños,ancianos bagabundos, ¡que importa!¡soy una asesina,maldita sea!- pensé para mi,caminando de nuevo hacia el pasillo.
Mire a un lado y a otro después de que su voz me despertara del asombro-¿cómo?-salió sin recato de mi boca, mientras veía como se levantaba, un halago no esperado, asentí y sonreí, él también lo estaba -radiante, hermoso-, a puesto que eso también no quedo en secreto y pensamiento, mientras miraba como regresaba con dos copas y algo de beber.
¡Qué…!-susurré bajito cuando vi lo que prendía llevándose su propia muñeca a la boca para mordérsela-¿Por qué…? ¿Porque hace esto?-dije en un mismo tono, me resulto tan extraño…No como mi reacción, ojos puestos en cada gota que caía en la copa. Entrecerré los ojos y los relajé poco después,debía controlarme a la tentación, si pudo leer aquel simple pensamiento,¿que mas podría hacer?, me desconcierta la idea de creer saber lo que rodea a Lestat,pero ahora veo que hay cosas que se me escapan.
Tome la copa entre mis manos,cerre los ojos,acercando la nariz para oler.Poco después los abrí obervando como él seservia el vino,exhale y solte la copa dejándola enciama de aquella mesita,endurecí mi gesto-¿cree que vine a....?-miré de nuevo de reojo la copa,elevando una ceja-¿que podría proponeros?..creo que...- me levante, mirándolo por última vez-creo que me equivoque al venir-susurré aquella mentira, pero como iba a decirle que quería despojarme de mi humanidad sin que suene ridículo.
-Es estúpido ¿como decirselo así?,debo hacerlo sola,después de todo he estado sola todo este tiempo y al igual que me enfrente a mi nueva condición ,puedo tambien matar sin arependtimiento o límite alguno, niños,ancianos bagabundos, ¡que importa!¡soy una asesina,maldita sea!- pensé para mi,caminando de nuevo hacia el pasillo.
Última edición por Nirole Eilen el Jue Ene 22, 2015 4:52 am, editado 2 veces
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Era una noche especial, y merecía un vino especial. Sin embargo, ella no parecía estar preparada para tal osadía de mi parte. Observé detenidamente sus gestos mientras aspira el aroma de mi sangre. Lo presentí; supe que ella no bebería mi sangre, más sorprendentemente, no entro en éxtasis, sabía lo que tenía que hacer. Estaba en su naturaleza, la naturaleza de todos los años. Sin perder más tiempo se levantó, entonces alce mi copa de vino hacia ella, simulando un pequeño brindis en su honor y la acerque a mi boca mientras una sonrisa gentil dibujaba una pequeña curva en mis labios. No bebí, deje que el vino tocará sutilmente mis labios, pero nunca que bajará por mi garganta.
No lo sé – susurré intrigado, pues no conocía al ser que me estaba hablando – El caso es que me estaba buscando y lo que importa es que estoy aquí. – dije sin siquiera titubear.
Suspiré y negué con la cabeza al verla permanecer de pie decidida a marcharse pensando que había cometido algún error. Jamás pensé, ni en mis más remotos sueños y fantasías que algo así podría ocurrir. Nunca. Si me lo hubieran comentado hace un par de años atrás, seguramente me hubiera echado a reír, menearía la cabeza y me dedicaría a ocuparme de otros asuntos. Pero ahora, negar la realidad así sería algo muy necio de mi parte, más siendo el ser que soy, más siendo quien soy.
Nirole – me levanto y pongo una de mis manos de finos dedos sobre su hombro. Me decido a mirarla directamente a los ojos y la sinceridad en ellos sigue impactándome. – Hablemos, mademoiselle.
Sus últimas palabras hacen eco en mi mente una y otra vez; Soy una asesina. Recordé a una mujer que al verme solitario en la catedral me creyó un ángel, nuestro rostro es el de un ángel, el cual es capaz de ocultar a un ser con instintos asesinos. Aparto mi mano y le indico a Nirole que vuelva a sentarse, me permito contemplar sus facciones con atención una vez más y muy lentamente, empecé a hablar…
¿Qué puedo decir? No soy el vampiro clásico, siempre me he atrevido a todo. Me llaman el príncipe malcriado porque soy un rebelde. Los convencionalismos, no me importan. – susurré y esboce una sonrisa que dejo ver mis colmillos – Lestat, el vampiro sin ataduras, sin reglas, seductor y único. – hice una pausa – ¿Es lo que ha oído sobre mí?
No lo sé – susurré intrigado, pues no conocía al ser que me estaba hablando – El caso es que me estaba buscando y lo que importa es que estoy aquí. – dije sin siquiera titubear.
Suspiré y negué con la cabeza al verla permanecer de pie decidida a marcharse pensando que había cometido algún error. Jamás pensé, ni en mis más remotos sueños y fantasías que algo así podría ocurrir. Nunca. Si me lo hubieran comentado hace un par de años atrás, seguramente me hubiera echado a reír, menearía la cabeza y me dedicaría a ocuparme de otros asuntos. Pero ahora, negar la realidad así sería algo muy necio de mi parte, más siendo el ser que soy, más siendo quien soy.
Nirole – me levanto y pongo una de mis manos de finos dedos sobre su hombro. Me decido a mirarla directamente a los ojos y la sinceridad en ellos sigue impactándome. – Hablemos, mademoiselle.
Sus últimas palabras hacen eco en mi mente una y otra vez; Soy una asesina. Recordé a una mujer que al verme solitario en la catedral me creyó un ángel, nuestro rostro es el de un ángel, el cual es capaz de ocultar a un ser con instintos asesinos. Aparto mi mano y le indico a Nirole que vuelva a sentarse, me permito contemplar sus facciones con atención una vez más y muy lentamente, empecé a hablar…
¿Qué puedo decir? No soy el vampiro clásico, siempre me he atrevido a todo. Me llaman el príncipe malcriado porque soy un rebelde. Los convencionalismos, no me importan. – susurré y esboce una sonrisa que dejo ver mis colmillos – Lestat, el vampiro sin ataduras, sin reglas, seductor y único. – hice una pausa – ¿Es lo que ha oído sobre mí?
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Quedaron en medios pasos, ni siquiera llegué al umbral que separaba el salón y el pasillo. Tan pronto como me di cuenta nuevamente estaba cara a cara a quien vine a buscar. Pupilas que coinciden nada más girar la cara, sin mover ninguna de las extremidades. Ruedo mis ojos por su gesto de brindis y al posterior en el que invitaba a sentarme o cuando descanso sus dedos sobre mi hombro aunque fueran segundos, no fue necesario un empuje mayor para quedarme allí, lo cierto es que no tenía intención de abandonar Nueva Orleans, probablemente hubiese regresado sobre mis pasos, si no llega a intervenir como lo hizo. Quiero saber de aquello que se me escapa y sobre todo aprender de quien hablan abiertamente allí por donde me muevo en momentos en los que alivio mi sed o la simple razón de mezclarme entre ellos antes de hacerlo, el orden de los factores no cambia el resultado podría decirse, ¿no?.
Me fui a sentar de nuevo sin poder evitar mirar de reojo la copa que dejé sobre la mesa, tenía sed la suficiente como para que de aquella copa solo quedase un par de gotas de vino y sangre entremezclada, solo para engañarme, aunque será inútil si el color de piel te contradice, describiendo a la perfección el estado en el que me encuentro. Oí la forma en la que se describía, omití cualquier risa mientras lo escuchaba, lo cierto es que tanto no oí hablar no soy de los que se detienen para escuchar y menos en situaciones como la que mencioné y así se lo hice saber cuándo tuve la ocasión de hablar.
-Voy a ser sincera, Monsieur de Lioncourt, lo cierto es que si,si oí hablar de vos entre unos y otros, papiros perdidos arrancados de libros o quién sabe si de diarios, no lo sé. Solo advertían de su rebeldía entre líneas, de alguna hazaña que pueden ser ciertas o no…-hice mueca mientras me cruzaba de piernas sin perderlo de vista-…vos parecéis disfrutar por completo de lo que sois,...somos-me apresuré a añadir mientras me mordía el labio inferior unos segundos, pensando en lo próximo a decir sin parecer una loca-...le parecerá una idiotez pero quiero ver cuanta verdad hay en esa rebeldía que dicen y también aquellos convencionalismos que al parecer no os importa demasiado. Como tampoco las consecuencias de todo ello-.
Callé después de decir todo aquello, desde una mofa hasta risas, no será extraño. No todos nos tomamos por igual lo que nos diga el otro y más cuando apareces de la nada para exponer semejante cosa dando la impresión de todo menos cuerda o no lo sé todo esto es un suponer, quien sabe si fuera sido al revés y sin necesidad de que fuera él “el príncipe malcriado” “matalobos” como me tomaría que alguien viajara solo para conocerme, no sucederá no soy esa clase de leyenda o tenga algo diferente a otros de mi especie como para querer aprender de mí.
Me fui a sentar de nuevo sin poder evitar mirar de reojo la copa que dejé sobre la mesa, tenía sed la suficiente como para que de aquella copa solo quedase un par de gotas de vino y sangre entremezclada, solo para engañarme, aunque será inútil si el color de piel te contradice, describiendo a la perfección el estado en el que me encuentro. Oí la forma en la que se describía, omití cualquier risa mientras lo escuchaba, lo cierto es que tanto no oí hablar no soy de los que se detienen para escuchar y menos en situaciones como la que mencioné y así se lo hice saber cuándo tuve la ocasión de hablar.
-Voy a ser sincera, Monsieur de Lioncourt, lo cierto es que si,si oí hablar de vos entre unos y otros, papiros perdidos arrancados de libros o quién sabe si de diarios, no lo sé. Solo advertían de su rebeldía entre líneas, de alguna hazaña que pueden ser ciertas o no…-hice mueca mientras me cruzaba de piernas sin perderlo de vista-…vos parecéis disfrutar por completo de lo que sois,...somos-me apresuré a añadir mientras me mordía el labio inferior unos segundos, pensando en lo próximo a decir sin parecer una loca-...le parecerá una idiotez pero quiero ver cuanta verdad hay en esa rebeldía que dicen y también aquellos convencionalismos que al parecer no os importa demasiado. Como tampoco las consecuencias de todo ello-.
Callé después de decir todo aquello, desde una mofa hasta risas, no será extraño. No todos nos tomamos por igual lo que nos diga el otro y más cuando apareces de la nada para exponer semejante cosa dando la impresión de todo menos cuerda o no lo sé todo esto es un suponer, quien sabe si fuera sido al revés y sin necesidad de que fuera él “el príncipe malcriado” “matalobos” como me tomaría que alguien viajara solo para conocerme, no sucederá no soy esa clase de leyenda o tenga algo diferente a otros de mi especie como para querer aprender de mí.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Con los ojos fijos en ella y sin la menor intención de desviar la mirada, la observaba fijamente con mis doradas cejas levemente fruncidas mientras veo como su mente está cargada con ilusos pensamientos sobre mi heroicidad. Apareció de la nada y ya parecía amarme sin conocerme. Amaba aquellas hojas arrancadas de algún olvidado libro escritas tal vez por mí, letras, palabras que sólo eran el eco de mi voz en el tiempo convertidas en viejas hazañas.
Sus gestos suaves y delicados me hablaban de una esmerada educación. Su ropa bien elegida, el cabello perfectamente cepillado y sus labios color carmesí que mordía cada vez que se hallaba confundida, decían a gritos que sólo era una mujer tratando de encontrar la forma adecuada de expresar sus ideas. En cuanto a mí, por un momento había olvidado por completo el motivo por el que me encontraba en New Orleans. Quería sentirme libre. Deseaba abandonar la ciudad que tanto amaba, olvidarme de todo y de todos. Necesitaba hacerlo para comprender a Armand y tantos otros. ¿Cuántos más han hecho algo así antes? Mi madre viaja constantemente y yo había vuelto a París quedándome cómodamente instalado en un hotel. Permití que mis ingenuos sentimientos me engañaran, que me hicieran creer que podría amar altruistamente a alguien. Y que el dolor y la culpa por aquel que me despreciará por siempre, me atormentaran noche tras noche. Eso no era propio de mí.
Desde que llegué a New Orleans las noches eran distintas. Está noche en especial.
Que una misteriosa criatura se presente ante mí deseando comprobar mi rebeldía y la veracidad de mis proezas era pura tentación. No era una buena señal. Más bien era la señal de una rebelión, de la catástrofe. El ímpetu y la pasión crecían dentro de mí. – Somos lo que somos, por el paso del tiempo. – Susurré, jugando con uno de los anillos en mis dedos.
Al observarla en silencio, veo en ella detalles que no había visto antes; una piel blanca y tersa, labios carnosos y rojizos. Delicadas manos, pequeñas y de finos dedos. Sin embargo sus ojos verdes, como los de Louis, fueron los que captaron más mi atención. – ¿Desea saber cuánto más puedo provocar a los antiguos? Vampiros que han existido en esta tierra tantos años como usted -Hago una pausa, recordando a Marius y Akasha – o más… – Pero estoy seguro que ella ya sabía todo esto, que así como ha oído hablar de mí, también habrá escuchado sobre aquellos vampiros que han vivido por milenios entre nosotros.
Proscrito –murmuré ¿Cuánto desde aquella noche? Han pasado muchos años pero lo recuerdo con facilidad.
No sabía nada de sus orígenes, aun así, aquí estaba compartiendo con ella algunas imágenes de mi pasado. Frente a frente como al principio de todo. Con los ojos clavados el uno en el otro le revele la primera noche que pise el teatro siendo un vampiro, los espectadores gritando de asombro y luego de miedo. Le mostré un París que no estaba plagada de criaturas sobrenaturales, cuando existía la asamblea de Armand bajo Les Innocents y como me enfrente a ellos y sus disparatadas reglas. Los bailes a los cuales asistí, cuando me alimente de una madre y su bebé en Notre Dame y todos los motivos por los cuales me llamaron “Proscrito”
Para mi es tan doloroso vivir en las sombras, madame, siempre al acecho de indefensos mortales que no saben nada sobre nosotros. – Comentó con la pasión pendiendo en mis palabras– Es tan hiriente ser el intruso, siempre al margen y para el monstruo ávido de nuevas sensaciones que soy, es una angustia permanecer en el anonimato.
Sus gestos suaves y delicados me hablaban de una esmerada educación. Su ropa bien elegida, el cabello perfectamente cepillado y sus labios color carmesí que mordía cada vez que se hallaba confundida, decían a gritos que sólo era una mujer tratando de encontrar la forma adecuada de expresar sus ideas. En cuanto a mí, por un momento había olvidado por completo el motivo por el que me encontraba en New Orleans. Quería sentirme libre. Deseaba abandonar la ciudad que tanto amaba, olvidarme de todo y de todos. Necesitaba hacerlo para comprender a Armand y tantos otros. ¿Cuántos más han hecho algo así antes? Mi madre viaja constantemente y yo había vuelto a París quedándome cómodamente instalado en un hotel. Permití que mis ingenuos sentimientos me engañaran, que me hicieran creer que podría amar altruistamente a alguien. Y que el dolor y la culpa por aquel que me despreciará por siempre, me atormentaran noche tras noche. Eso no era propio de mí.
Desde que llegué a New Orleans las noches eran distintas. Está noche en especial.
Que una misteriosa criatura se presente ante mí deseando comprobar mi rebeldía y la veracidad de mis proezas era pura tentación. No era una buena señal. Más bien era la señal de una rebelión, de la catástrofe. El ímpetu y la pasión crecían dentro de mí. – Somos lo que somos, por el paso del tiempo. – Susurré, jugando con uno de los anillos en mis dedos.
Al observarla en silencio, veo en ella detalles que no había visto antes; una piel blanca y tersa, labios carnosos y rojizos. Delicadas manos, pequeñas y de finos dedos. Sin embargo sus ojos verdes, como los de Louis, fueron los que captaron más mi atención. – ¿Desea saber cuánto más puedo provocar a los antiguos? Vampiros que han existido en esta tierra tantos años como usted -Hago una pausa, recordando a Marius y Akasha – o más… – Pero estoy seguro que ella ya sabía todo esto, que así como ha oído hablar de mí, también habrá escuchado sobre aquellos vampiros que han vivido por milenios entre nosotros.
Proscrito –murmuré ¿Cuánto desde aquella noche? Han pasado muchos años pero lo recuerdo con facilidad.
No sabía nada de sus orígenes, aun así, aquí estaba compartiendo con ella algunas imágenes de mi pasado. Frente a frente como al principio de todo. Con los ojos clavados el uno en el otro le revele la primera noche que pise el teatro siendo un vampiro, los espectadores gritando de asombro y luego de miedo. Le mostré un París que no estaba plagada de criaturas sobrenaturales, cuando existía la asamblea de Armand bajo Les Innocents y como me enfrente a ellos y sus disparatadas reglas. Los bailes a los cuales asistí, cuando me alimente de una madre y su bebé en Notre Dame y todos los motivos por los cuales me llamaron “Proscrito”
Para mi es tan doloroso vivir en las sombras, madame, siempre al acecho de indefensos mortales que no saben nada sobre nosotros. – Comentó con la pasión pendiendo en mis palabras– Es tan hiriente ser el intruso, siempre al margen y para el monstruo ávido de nuevas sensaciones que soy, es una angustia permanecer en el anonimato.
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
"Bebí de su sangre
y ahora puede saber lo que pienso.
Maldita mi sed..."~~Nirole
y ahora puede saber lo que pienso.
Maldita mi sed..."~~Nirole
Envuelta en el silencio, dejando fija la mirada una vez me sente.Incomoda tal vez por la sensación que mencione y que es incapaz de dejarme pensar con claridad. No obstante retire la mirada unos segundos mirando directamente a la copa, ignorante de que para ese entonces mi pupilas se habían dilatado-deseosa-, llevando la mano al tallo rozando ligeramente con el dedo su cáliz, un amago de alza para luego al final tomarla. Necesitaba engañar el hambre. Llevé la copa a los labios, incluso el vino rozo mis labios por unos segundos llegando a dar un pequeño sorbo, que a posteriori lamí con la lengua sobre los labios impidiendo que cualquier gota se escapara. Vino y sangre, deliciosa mezcla que no niego, de hecho intuyo que este pequeño e insignificante gesto para mí, no sea igual para el contrario...
Al tiempo que deje la copa, rote mis pupilas al escucharle intentando no desvincularme de la realidad, como otras veces había ocurrido. Por esta vez me fije desde su cabello rubio hasta el simple movimiento de sus dedos haciendo girar el anillo, pasando por esos ojos azules, su nariz, y su boca que en el habla dejan entrever sus colmillos a los cuales miro como si fueran diferente a los míos. Lo sé, es una estupidez pero aun así lo hice.
Sonreí, ante el reto que suponía en si su cuestión. Deseaba ver más allá de palabras escritas u oídas en el tiempo que estuve en el teatro de los vampiros;-❝¿provocar a los antiguos?,¿de qué manera?❞-pensé ,frunciendo el ceño mientras seguía mirándolo, escuchando lo que me mostraba en imágenes, sin necesidad de tocarlo como en la clarividencia.
Imágenes que eran familiares como el teatro, aunque en ese entonces yo aún no pertenecía al elenco, quizás más tarde a lo que me mostraba. Esboce una sonrisa al ver las reacciones del gentío en el teatro cuando apareció ante ellos, sorpresa y sonrisas que poco después se convirtieron en miedo y terror, lástima por ellos. También mostro una parte que no venía en las hojas rotas o lo que pude oir,Lestat se enfrentaba , a los actores y no entendía porque, tampoco vi lo suficiente como para hacerlo.
Poco después encadeno con otras imágenes, esta vez el exterior donde no se veían ataques ni muertes, un Paris tranquilo donde imagino nuestra raza aún no se propaga demasiado y no tan a la vista como en estos momentos, era curioso. Hubo más imágenes, seguía mirándole a los ojos y ahora veía como se regodeaba con la gente de nuestra clase participando en bailes de aquellos en los que no necesariamente se llevaba máscara, pero igualmente me gustaban. Creí que ya me había mostrado todo, al no ver nada, solamente el exterior de nuevo, pero me equivocaba al visualizar a una madre y a un neonato que no pudieron hacer demasiado por escapar, fruncí el ceño al ver esa escena, no me esperaba tal acto, ahora entendía aquella descripción como Proscrito, yo no lo hubiese hecho pero no era yo…
Después deje de ver, el contacto visual, tan penetrante se había perdido y yo mire hacia un lado y a otro para luego volver al mismo punto. Escuché poco convencida sus palabras, pues ❝ si le resultaba hiriente ser el intruso, estar oculto..¿por qué no se dejaba ver? ❞ , pensé para mi, aunque poco después dije en alto algo más, para que ocultarlo.
-¿..acaso no querrá volver a ser mortal de nuevo,mesie?-dije directa, enarcando una de mis cejas, dando un sorbo más largo con deseperación, esperando una respuesta, sin mostrarme inquieta, aun sintiendo que las facciones de mi cara habían cambiado ligeramente ,ahora si que me sentía perdida y necesitaba beber de un cuerpo vivo, salir de allí…
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
La observo con disimulo beber el vino y la sangre de la copa. La mezcolanza de aquellos dos manjares no dejaba de parecerme extraña. El vino que nos acompañó a mí y Nicolás en nuestro instante de oro, junto a la sangre, que desde el momento de convertirme en la criatura que soy ha significado todo; Placer, ansias, vida. La comida y bebida ya no tienen el mismo sabor. Ni siquiera me molesto en comprobar si mi cuerpo aún tolera estos elementos tan sencillos. Sin embargo, la dama parecía disfrutar sin problemas de aquel elixir. Me pregunté la diferencia entre consumir esta bebida desde una copa o directamente de la sangre de un hombre que ha pasado el día en la taberna. Y por supuesto que conocía la respuesta. La sangre, sea de humano, vampiro o animal, en una copa, se enfría rápidamente. Mientras que al hundir mis colmillos en la carne de mi víctima, su corazón y su alma se abren de par en par únicamente para mí.
Al verla por primera vez, recuerdo que creí que nuestro encuentro se había producido por casualidad, luego comprendí sin asomo de duda que no había sido así, puesto que ella me había estado buscando. Lo extraño era que nada en aquella vampira, excepto su corazón inmortal que emite el latir de uno de aquellos monstruos antiguos, me llevó a huir. Esos latidos y el vago sonido de su respiración son la clara señal para que uno salga corriendo. Pero yo no huyo ante nada.
Allí estaba, pues, relatando en silencio fragmentos de mi historia. Disfrutando del momento en que cada imagen reveladora le hacía cambiar la expresión en su rostro. Olvidando el dolor.
Y entonces ella consiguió dejarme boquiabierto. Luego me recuperé y fruncí el ceño al pensar en la probabilidad de volver a tener un cuerpo mortal, pero lo cierto era que no estoy seguro de que sea lo que quiero realmente. – Nirole – Interrumpí mis pensamientos. Empezaba a ser Lestat el soñador. ¿Qué quería yo, en realidad? Me apresuré en añadir que no estaba seguro de esto último – Bueno ¿Cómo sería posible algo semejante? – Me levanté y paseé por la estancia en dirección a la ventana. Abrí sus cortinas de par en par, contemplando la ciudad muerta ante mis ojos. Supuse que serían poco menos de las cuatro de la madrugada. – ¿Usted considera que puedo ser un buen maestro? – Giré mi cuerpo hacía ella. Yo seguía preguntándome si era una idea apropiada o prudente – Yo puedo responder a eso; No... – Realmente no deseaba rechazarla, pero el resultado habría sido una completa ruina. Tal como lo fue con Nicolás, Louis y Claudia.
Puede quedarse una semana conmigo en New Orleans y le enseñaré una pequeña parte de lo que puedo hacer… – Ella no sería una alumna para mí durante esta semana. No estoy preparado para ser el maestro de alguien. Nirole sería un camarada, una compañera de correrías como lo fue Claudia. Era lo único que podía ofrecerle. Y le estaba dando a elegir. Volver a París sola o conmigo. – Será inolvidable. Todos los de ahí fuera, sabrán que este es mi territorio… – Hice un gesto, como si el mundo estuviera al otro lado de la pared y luego, con una sonrisa afable en mis labios, le extendí la mano. Lo que yo ahora deseaba, era extraer hasta la última gota de sangre de un precioso, adorable y voluptuoso cuerpecito.
Al verla por primera vez, recuerdo que creí que nuestro encuentro se había producido por casualidad, luego comprendí sin asomo de duda que no había sido así, puesto que ella me había estado buscando. Lo extraño era que nada en aquella vampira, excepto su corazón inmortal que emite el latir de uno de aquellos monstruos antiguos, me llevó a huir. Esos latidos y el vago sonido de su respiración son la clara señal para que uno salga corriendo. Pero yo no huyo ante nada.
Allí estaba, pues, relatando en silencio fragmentos de mi historia. Disfrutando del momento en que cada imagen reveladora le hacía cambiar la expresión en su rostro. Olvidando el dolor.
Y entonces ella consiguió dejarme boquiabierto. Luego me recuperé y fruncí el ceño al pensar en la probabilidad de volver a tener un cuerpo mortal, pero lo cierto era que no estoy seguro de que sea lo que quiero realmente. – Nirole – Interrumpí mis pensamientos. Empezaba a ser Lestat el soñador. ¿Qué quería yo, en realidad? Me apresuré en añadir que no estaba seguro de esto último – Bueno ¿Cómo sería posible algo semejante? – Me levanté y paseé por la estancia en dirección a la ventana. Abrí sus cortinas de par en par, contemplando la ciudad muerta ante mis ojos. Supuse que serían poco menos de las cuatro de la madrugada. – ¿Usted considera que puedo ser un buen maestro? – Giré mi cuerpo hacía ella. Yo seguía preguntándome si era una idea apropiada o prudente – Yo puedo responder a eso; No... – Realmente no deseaba rechazarla, pero el resultado habría sido una completa ruina. Tal como lo fue con Nicolás, Louis y Claudia.
Puede quedarse una semana conmigo en New Orleans y le enseñaré una pequeña parte de lo que puedo hacer… – Ella no sería una alumna para mí durante esta semana. No estoy preparado para ser el maestro de alguien. Nirole sería un camarada, una compañera de correrías como lo fue Claudia. Era lo único que podía ofrecerle. Y le estaba dando a elegir. Volver a París sola o conmigo. – Será inolvidable. Todos los de ahí fuera, sabrán que este es mi territorio… – Hice un gesto, como si el mundo estuviera al otro lado de la pared y luego, con una sonrisa afable en mis labios, le extendí la mano. Lo que yo ahora deseaba, era extraer hasta la última gota de sangre de un precioso, adorable y voluptuoso cuerpecito.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: Era un lugar maravilloso, que olía a sangre y a flores. [Nirole Eilen]
Parpadeé un par de veces y me mordí el labio inferior, aun pensando en la sensación de alivio repentino que provoco al beber ese pequeño sorbo, tan insignificante e insuficiente al sentir de nuevo la necesidad de beber de aquella copa, haciendo esfuerzos por no terminarla, aun sabiendo que aquello ni era cálido ni mantenía ese sabor que me encanta mientras que quien la bombea desfallece en mis brazos, mientras disfruto con su muerte.
Dejé escapar el labio mientras le observaba levantarse después de pregúntame, aunque no hice nada más que seguir con la mirada sin ni siquiera girarme para ver lo que hacía detrás de mí. Me dedique a ojear su salón, la chimenea central, los muebles y cada objeto a la vista con tal de mantener la mente distraída, tanto que hasta que no oí su nueva pregunta no parpadeé de nuevo, aunque esta vez no pensaba en otra cosa que me hiciera desconectar, por lo que fue más fácil seguir la conversación que manteníamos.
-¿Porque no?, no hay quienes les gusta investigar y experimentar con otro tipo de cosas como la genética, la curiosidad no…¿no, cree que pueda haber una posibilidad?, una posibilidad de volver a lo que somos. Sin necesidad de alimentarnos de sangre, si no como cualquier mortal…-dije sin importar que la siguiente pregunta fuera totalmente diferente y nos llevase de nuevo al principio, donde yo confesaba que buscaba un maestro, alguien que lograra sacar mi maldad, el comportamiento fuera de modales sin tener remordimiento alguno después de quitar alguna vida, disfrutar de lo que soy.
Miré al tiempo que Lestat se giraba y oí responderse a si mismo, coincidí con sus pupilas y aparté poco después, “si, si lo creo, no quiero ser tan blanda, no tener remordimiento por cada muerte. Que esas visiones recuerdan cada echo, cada grito que en el instante disfruto, luego vuelven para atormentarme”,pense para si mientras de soslayo lo miraba con recelo por lo que escuché sobre él, a quien respondí contradiciéndole-Si, lo creo....-hice una pausa- u...al menos deje equivocarme...-dije mientras abrí y cerraba los ojos una vez más.
Dibuje una sonrisa minúscula en mis labios después, parecía dibujado por un fino cincel, apenas asomaban mis blancos colmillos, después de ofrecerme quedarme con él y aprender de aquello que desconozco, de la persona en si que ocultaba y también comprender un poco mas todo aquello que me mostro en imágenes, que imagino no es ni la mitad que puede hacer.
Alcance su mano y asentí al tiempo que reafirme el agarre-Iré con vos, Sir de Lioncourt,muéstrame…todo-dije al tiempo que simulé tragar saliva, entrecerré los ojos mientras lo miraba y me levantaba del asiento, pero ahora la pregunta que rondaba por mi mente era, “todos sabrán que este es mi territorio, ¿en que sentido?,¿le tienen miedo?”-pensé para si mientras no dejaba de mirarle.
Dejé escapar el labio mientras le observaba levantarse después de pregúntame, aunque no hice nada más que seguir con la mirada sin ni siquiera girarme para ver lo que hacía detrás de mí. Me dedique a ojear su salón, la chimenea central, los muebles y cada objeto a la vista con tal de mantener la mente distraída, tanto que hasta que no oí su nueva pregunta no parpadeé de nuevo, aunque esta vez no pensaba en otra cosa que me hiciera desconectar, por lo que fue más fácil seguir la conversación que manteníamos.
-¿Porque no?, no hay quienes les gusta investigar y experimentar con otro tipo de cosas como la genética, la curiosidad no…¿no, cree que pueda haber una posibilidad?, una posibilidad de volver a lo que somos. Sin necesidad de alimentarnos de sangre, si no como cualquier mortal…-dije sin importar que la siguiente pregunta fuera totalmente diferente y nos llevase de nuevo al principio, donde yo confesaba que buscaba un maestro, alguien que lograra sacar mi maldad, el comportamiento fuera de modales sin tener remordimiento alguno después de quitar alguna vida, disfrutar de lo que soy.
Miré al tiempo que Lestat se giraba y oí responderse a si mismo, coincidí con sus pupilas y aparté poco después, “si, si lo creo, no quiero ser tan blanda, no tener remordimiento por cada muerte. Que esas visiones recuerdan cada echo, cada grito que en el instante disfruto, luego vuelven para atormentarme”,pense para si mientras de soslayo lo miraba con recelo por lo que escuché sobre él, a quien respondí contradiciéndole-Si, lo creo....-hice una pausa- u...al menos deje equivocarme...-dije mientras abrí y cerraba los ojos una vez más.
Dibuje una sonrisa minúscula en mis labios después, parecía dibujado por un fino cincel, apenas asomaban mis blancos colmillos, después de ofrecerme quedarme con él y aprender de aquello que desconozco, de la persona en si que ocultaba y también comprender un poco mas todo aquello que me mostro en imágenes, que imagino no es ni la mitad que puede hacer.
Alcance su mano y asentí al tiempo que reafirme el agarre-Iré con vos, Sir de Lioncourt,muéstrame…todo-dije al tiempo que simulé tragar saliva, entrecerré los ojos mientras lo miraba y me levantaba del asiento, pero ahora la pregunta que rondaba por mi mente era, “todos sabrán que este es mi territorio, ¿en que sentido?,¿le tienen miedo?”-pensé para si mientras no dejaba de mirarle.
Fin
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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