Caperucita roja y el lobo feroz... (Évani Rivoire)

por **Austin Del Olivo** Dom Ene 29, 2012 11:21 pm

La tarde era cálida, de esas que no se veían muy a menudo, eran de aquellas que te inspiran a tomar algo de comida e irte al bosque a caminar, a internarte en lo profundo de su inmensidad para volver luego a la noche.
Aunque si fuera por mi me quedaría toda la noche en aquel lugar, las estrellas, el olor a humedad de los helechos y los arboles más algún silbido de pájaros era ideal.

Tome mi chaqueta y camine hacía el bosque internándome en uno de los senderos. Muchas historias de lobos y vampiros circulan por las calles de París y mas sobre este lugar, pero... Nací para morir, algún día lo iba a hacer y ahora no me interesaba como iba a pasar.

Comencé a caminar sin rumbo hasta que encontré un arrollo con una hermosa cascada, era un claro.. Los arboles apartados, pradera, flores, olor a violetas y a madera junto con el dulce olor de la miel de un panal cerca de aquel lugar. Un par de peces se veían en la corriente, era increíblemente cristalina... me atrevo a decir que hasta se podría beber.
Busque un lugar para sentarme mientras observaba aquella agua correr, di dos pasos hacía atrás y mire hacía mi derecha... Nada que sirviera.

Pero cuando mire hacía mi izquierda, un hermoso árbol bastante alto, y formando una hermosa sombra que dejaba ver las nubes tan blancas como el algodón, una cama de hierba verde y unas cuantas flores rojas. Si... ese era el lugar perfecto.

Me dirigí hacia aquel lugar a paso largo y apurado. Tome asiento apoyando mi espalda en el árbol y descanse mi cabeza contra esté. Un rayo de luz se colaba entre las ramas alumbrando mi cara, era hermoso sentir el cálido calor del sol sobre mi rostro.
Arranque una flor y comencé a rodarle dentro de mis dedos.

-Tan hermosa, tan bella y tan frágil-

por **Évani Rivoire** Lun Ene 30, 2012 3:06 pm

Hoy decidí que me iría temprano a casa, las ventas habían aumentado considerablemente y a medio día apenas si tenía algo más para vender y eso de quedarme allí sin hacer nada productivo simplemente no me interesaba. Además bien podía aprovechar lo que quedaba del día para salir y dar un paseo, hacía mucho que no iba a una caminata tranquila que no involucrara personas tranformándose en animales o alguien que la atacara. ¿Cuestión de karma? No encontraba otra explicación para ello, claro que podía achacárselo a mi mala suerte y tendría más lógica, lástima que no creyera en ninguna de esas cosas pues sería más sencillo sobrellevar la realidad o esquivarla para tal caso.

Con pasos lentos volví a casa, y permanecí un tiempo considerable allí, ordenando cualquier cosa para mantenerme ocupada hasta que la fuerza del sol disminuyó ligeramente. Arreglé en una cesta unas frutas, emparedados y un poco de vino. Tendría un picnic para mi sola, lademás metí en la canasta un pequeño cuadernillo, donde solía escribir mis pensamientos, me servía para desahogarme. Claro, tenía amigos a quienes les podía confiar ello, pero en este caso me sentía más cómoda manteniendo esas ideas solo para mi. Tras echar llave a mi casa enrumbé al bosque.

Solo me llevó unos minutos llegar. Sonriendo ampliamente y aspirando profundamente hasta llenar mis pulmones del límpido aire del lugar, me interné entre los árboles. De niña visitaba este lugar con frecuencia, así que no tenía miedo de perderme. Confiada continué mi avance, hasta llegar a un pequeño claro. Este era el lugar perfecto para pasar el día. Con la mirada busqué un lugar donde sentarme. Fué en ese momento que pude ver, recostado un poco más allá estaba alguien. De manera automática-como reacción a lo que me pasó anteriormente-tensé mi cuerpo, preparada para lo que fuera, mirándole con desconfianza me aproximé con lentitud, iba a echarme a correr sin dudarlo apenas me percatara de que podía ser peligroso.-Hola?-Murmuré apenas, mientras continuaba acercándome con el pulso cada vez más acelerado. Mi reacción no tenía sentido, debería estar andando en sentido contrario ¿Qué acaso era incapaz de aprender? pareciera que si...

por **Austin Del Olivo** Lun Ene 30, 2012 3:35 pm

El silencio de el claro se rompió cuando sentí unos pasos detrás mio. Medio adormilado aun abrí un ojo adivinando una silueta femenina.
Se me cruzo la idea de una vampira, o una loba que me olio a lo lejos me vio solo y venía a comerme.
Pero no era así, vi como su cuerpo se tensaba. Claro podría ser para atacarme o por miedo, no me interesaba llevaba un arma detrás de mi cintura con lo que podría defenderme.

Senti un Hola Que fácilmente podría haber sido mas una pregunta que un saludo.
Abrí mis dos ojos dándome cuenta de que era la hermosa Évani.

- Bonjour mademoiselle Évani.-

Me levante en un movimiento ágil, me pare frente a ella e hice una reverencia saludándola.

por **Évani Rivoire** Lun Ene 30, 2012 4:41 pm

Los segundos se me hacían largos, mientras avanzaba por la ansiedad mi corazón parecía querer salírseme de mi pecho. Solo rogaba en mi interior, que no fuera otra de esas creaturas tan extrañas con las que me había cruzado anteriormente, eso sería demasiado y no necesitaba de ello, si era así me daría un patatús y terminaría por resignarme a vivir encerrada, y es que ya empezaba a creer que yo era un imán para esos seres, solo a mi se me podían cruzar tantas veces...bueno en parte era culpa mía por andar por sitios a los que la gente normal iria de día o bien acompañada...

A tiempo ahogué un pequeño grito, cuando le ví moverse. Con gran alivio comprobé que ya conocía a esa persona, respiré profundamente dejando que mi pulso se normalizara y que la calma regularizara mi respiración. Luego de unos minutos fuí capaz de esbozar una pequeña sonrisa para responder a su saludo, con una leve inclinación-Bonjour, monseiur Del Olivo-Suspiré mientras relajaba mi postura-Al parecer hemos tenido la misma idea-Comenté, refiriéndome al hecho de estar ambos en medio del bosque en un día como este.

Noté mi mano levemente adolorida debido a la presión que estaba haciendo al sujetar la pequeña cesta que llevaba conmigo, me incliné dejándola en el suelo. -No se ha dejado ver últimamente, monseiur, imagino que ha estado muy ocupado-Volví a hablar cuando me erguí. La verdad no le conocía mucho, pero no me gustaban los silencios incómodos y para llenarlos a veces decía lo primero que se me cruzaba por la cabeza, y esto no era a veces lo más adecuado.

por **Austin Del Olivo** Miér Feb 01, 2012 2:04 pm

Realmente verla era una grata sorpresa para mi, seguía embobado frente a su belleza... Y aun mas con su voz.
Escucho sus palabras atento, y miro como hacía una elegante reverencia.

-No es necesaria tal reverencia Évani, por favor conmigo no.

Dejo su canasta en el suelo, aun no la había visto. Un error de él, debería de haberla ayudado con ello.
Continuo hablando y me extraño que mencionara mi ausencia en las calles de parís, según yo caminaba mucho por aquellas calles. Pero tal vez si, vivía metido dentro de las oficinas, de reunión en reunión. Tal vez lo de que andaba mucho en las calles era solo una ilusión mía.

-Tal vez me sumerjo mucho en el trabajo y no me dejo ver, soy yo el que piensa que 5 minutos caminando por las calles es mucho tiempo- Ríe -Y tu? ¿Qué puedes contar?-

Luego dándome cuenta de que ella venía supongo a pasar un rato sola como lo estaba haciendo yo, reaccione.

-Ups, se me paso por alto. Creo que querías pasar un rato sola, si quieres me retiro. Dije tan amable como pude, y con una suave sonrisa en mi rostro.

por **Évani Rivoire** Jue Feb 02, 2012 8:34 pm

Me encogí de hombros ante sus primeras palabras, pues el saludar de esa manera siempre lo había echo, y me resultaba extraño no hacerlo. Claro, esta no era una situación formal ni nada de eso y nadie esperaria un saludo así, pero no podía contra los hábitos que desde niña me habían inculcado, se me complicaba más comportarme del todo informal, y bueno luego del pequeño susto que me causó su presencia era lo normal ¿No? nome iba a poner a reflexionar sobre mis acciones. Hoy no, solo tenía ganas de descansar, distraerme y pensar en las cosas más superficiales que se me ocurrieran, no tenía ánimo para ponerme a filosofar sobre nada...-Y cómo se supone debo saludarte?-Pregunté, con una leve sonrisa, ya que me había tuteado no le veía sentido a seguir tratándolo tan formalmente.

Uhmm...tarde me dí cuenta de que lancé mi comentario muy ràpido. Claro, Austin como cualquier hombre de negocios se pasaba más tiempo que yo misma recorriendo las calles parisinas, así que mi afirmación no podia juzgarse más que como apresurada y tonta, por suert él no le dió mucha importancia al tema.-No te preocupes, no me molesta un poco de buena compañía-Respondí, anduve un poco y me senté cerca a él; estábamos en el bosque por lo que no estaría mla visto que estuviera a solas con él, eso y que en realidad no me importaba mucho lo que pensaran los demás.

Tras ello, le miré giràndome en su dirección-No he hecho mucho...trabajar y eso nada más-La verdad no tenia ganas de hablar sobre aquello, ¿Qué chiste tenía escaparse de la ciudad y seguir preocupándome por lo que sucedía alli? ...-Uhmm...¿Qué te trajo por el bosque?-Tenía curiosidad, aunque no sería de extrañar que también quisiera escapar del estrés de la vida diaria, en un lugar sereno como este-No me digas que te perdiste-Bromeé, volviendo a sonreirle; el solo hecho de estar en el campo me cambiaba el humor de manera muy drástica.

por **Austin Del Olivo** Mar Abr 03, 2012 10:30 pm

-Saludarme?- Por unos instantes quede pensativo como si de algo importante se tratase. –Está bien, como tu quieras-

La mire de pies a cabeza continuando escuchando sus palabras, dulces y tiernas palabras para mí… pero últimamente una maldita basura. Quien era tierno y dulce, eso era una vil mentira, hasta los más buenitos eran bestias asesinas en piel de cordero.
– Buena compañía? Si yo lo fuera… pero no, no es así.
Termine la frase suspirando, eso había sido una de las pocas verdades que había dicho durante el día, buena compañía yo, sonaba hasta chistoso. Cuando te metes en el mundo de los negocios y tratas con otras personas que amenazan con quitarte la cabeza si no cumples dejas de ser el hombre que eras antes para convertirte en una bestia despiadada, o así me veía yo… como una basura en este mundo.
–Lo mismo que a ti?... no lo se, es relajante y el aire puro nunca hace mal, a veces es bonito detenerse a observar las pequeñas maravillas de esté mundo… tales como una mariposa.-
Me puse pensativo hasta que una sonrisa se dibujo en mis labios…
–Tal vez me perdí para que alguna hermosa damisela me encontrara-
Respondí a su sonrisa con una suave risa, realmente me gustaba su compañía me tranquilizaba, me calmaba…

por **Évani Rivoire** Lun Mayo 07, 2012 1:09 pm

Le miré levantando las cejas. No le había hecho una pregunta tan compleja sin embargo parecía estarlo meditando como si se tratara de un asunto más trascendente. Pero bueno, si quería tomarlo de esa manera era cosa suya no mía. Rodé los ojos al terminar de oir su réplica, la manera en que saludaba no debería ser tan importante...en fin...supongo que nunca lo conocí realmente así que tampoco iba a intentar comprenderlo.

-Por qué crees eso?-Pregunté con extrañeza. Yo siempre lo consideré una buena persona, al menos conmigo siempre había sido alguien muy propio. Aunque lo había dejado de ver mucho tiempo...era posible que en ese lapso no fuera el mismo de antes, pero no podía haber cambiado tanto, o si? Sirpiré, no podía evitar sentir cierta pena por las amistades que con el tiempo yo había perdido, aquellas que llegué a apreciar mucho y que me me defraudaron cuando más los necesité...me gustaría pensar que Austin no era de esos, pero su actitud y palabras empezaban a sembrar dudas muy a mi pesar...

Su risa hizo que olvidara esos pensamientos, no, Austin seguía siendo esa persona con quien podía bromear con cosas tontas. Reí un poco con él.-Pues ya llegué a rescatarte-Le guiñé el ojo de manera juguetona, la idea era absurda pues al contrario de mi, Austin no era una persona que fuera a necesitar ayuda apara salir de un problema...o al meos a mi me daba esa impresión. Me senté en el suelo y palmeé a mi lado para que me acompañara-Vente, disfrutemos de este día...no quiero pensar en el trabajo, ni en nada más...solo quiero descansar...-Miré al cielo, la suave brisa del lugar era refrescante y la calma era palpable, contagiosa.

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