AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
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No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
Llegaba una de las noches en las que tantas otras pero esta vez seria diferente y no andaría como alma por las calles de Paris había conseguido el nombre y donde se hospedaba la dama que había visto varias veces pero nunca habíamos topado de forma de coincidir para tomar palabras, no sabia porque tenia curiosidad por conocerla a pesar de recién saber a que se dedicaba eso hacia que quisiera saber mas de ella y porque había tenido que entregarse a la vida de la calle, los chismes o curiosidades que soltaban la gente de los demás era lo que no me gustaba y mas porque siempre se cambiaban de opinión solo dejándose de llevar por lo que ven pero no por saber como son y el motivo que impulsa a las personas a aventurarse a un trabajo de la calle.
Sabia que tampoco tendría mucho tiempo ya que tendría que volver a casa para pasar lo que era el dia, aproveche cuando el sol ya había pasado los últimos rayos del sol para salir a lomos de mi caballo negro azabache, solo se oia los cascos de mi caballo contra las piedras de la calle, nada mas entrar en las calles observando como algunos giraban al mirar el estruendo de los cascos del caballo, nada mas llegar al burdel deje mi caballo afuera y pensé si entrar o no, tal vez me había precipitado demasiado pero tenia que hacerlo. Coloque mi abrigo sobre mis hombros y me adentre dentro de lo que era un lugar de ambiente donde se veía mujeres en paños menores y hombres disfrutando con ellas, es mas hasta tomando como si no fuera nada mas que eso simples objetos esa era la peor parte que podía ver o que menos me gustaba.
Me aproxime a una chica que se encontraba por allí y era de las que trabajaban preguntándole por ella, me había indicado que fuera a un privado que la avisaría que tenia un cliente, no buscaba nada de servicio sino mas bien saber de ella por la curiosidad creciente dentro de mi que tenia que ser saciada sino parecía que me iba a volver loco por no poderme controlar. Me dirigi hacia donde me había indicado la chica sentándome en lo que parecía un sofá con unas cortinas alrededor que en ese momento se encontraban abiertas, mi mirada se fijaba en cada persona que por allí rondaba y los miles de aromas que se mezclaban, incluso el sonido incrementado de algunos privados que daban algo de pudor e incomodidad de estar ahí. Cuando volvi a visualizar la chica que le había preguntado que parecía con intenciones de irla a buscar, no sabia si estaba o si ella acudiría al encuentre, seguramente pensando que era un cliente mas pero pagaría de igual forma que lo hacían los demás solo que no quería nada mas que una conversación con ella y no nada carnal. No todo se regia por ese momento, no sabia porque no me la habia podido quitar de la cabeza desde que la vi por primera vez.
Sabia que tampoco tendría mucho tiempo ya que tendría que volver a casa para pasar lo que era el dia, aproveche cuando el sol ya había pasado los últimos rayos del sol para salir a lomos de mi caballo negro azabache, solo se oia los cascos de mi caballo contra las piedras de la calle, nada mas entrar en las calles observando como algunos giraban al mirar el estruendo de los cascos del caballo, nada mas llegar al burdel deje mi caballo afuera y pensé si entrar o no, tal vez me había precipitado demasiado pero tenia que hacerlo. Coloque mi abrigo sobre mis hombros y me adentre dentro de lo que era un lugar de ambiente donde se veía mujeres en paños menores y hombres disfrutando con ellas, es mas hasta tomando como si no fuera nada mas que eso simples objetos esa era la peor parte que podía ver o que menos me gustaba.
Me aproxime a una chica que se encontraba por allí y era de las que trabajaban preguntándole por ella, me había indicado que fuera a un privado que la avisaría que tenia un cliente, no buscaba nada de servicio sino mas bien saber de ella por la curiosidad creciente dentro de mi que tenia que ser saciada sino parecía que me iba a volver loco por no poderme controlar. Me dirigi hacia donde me había indicado la chica sentándome en lo que parecía un sofá con unas cortinas alrededor que en ese momento se encontraban abiertas, mi mirada se fijaba en cada persona que por allí rondaba y los miles de aromas que se mezclaban, incluso el sonido incrementado de algunos privados que daban algo de pudor e incomodidad de estar ahí. Cuando volvi a visualizar la chica que le había preguntado que parecía con intenciones de irla a buscar, no sabia si estaba o si ella acudiría al encuentre, seguramente pensando que era un cliente mas pero pagaría de igual forma que lo hacían los demás solo que no quería nada mas que una conversación con ella y no nada carnal. No todo se regia por ese momento, no sabia porque no me la habia podido quitar de la cabeza desde que la vi por primera vez.
Gonzalo Garcia- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 17/11/2011
Re: No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
La joven cortesana gemía, gemía con fuerza. Cualquier maldito hombre que la escuchara desearía poseerla, desearía tenerla bajo su cuerpo. Con semejantes gemidos con seguridad hasta el hombre más agotado después de una ardua faena sexual volvería a ponerse erecto. Imbéciles, todos ellos no eran más que unos verdaderos imbéciles porque esos gritos no eran de placer, esos gritos eran de dolor puro. De ese dolor que tenía que soportar noche tras noche, del dolor físico y emocional que tipos que se hacían llamar caballeros y no eran más que animales le provocaban. Odio y repulsión era lo único que esta noche habitaba en el interior de la muchacha. Lo único que deseaba era salir corriendo de ese lugar, huir lejos hasta encontrar un sitio donde pudiera ganarse la vida de una manera decente. No se avergonzaba de su “profesión”, se avergonzaba de que los hombres no la miraran más que como simples objetos sin valor que solo se utilizan y luego se deshacen de ellos.
Laisha llevaba más de media hora sin parar de gemir. De pronto una de sus compañeras irrumpió en el pequeño privado. Temerosa de que el tipo notará su presencia, pues este había dado la instrucción de que nadie los molestará, observo a la chica por sobre el hombro del sujeto. Solo cruzaron miradas. Laisha había entendido a la perfección que alguien había llegado a buscarla exclusivamente a ella. Le apuro con la mirada para que saliera de ahí cuanto antes.
La faena aún tardo en terminar pero finalmente el hombre quedo exhausto. Cosa que agradeció infinitamente lo único que no agradecía era que de inmediato debía acudir al llamado de un cliente más.
Dejo al hombre tumbado sobre la cama. Se levanto, se enfundo su albornoz y salió tras cerrar la puerta de la pequeña habitación. La compañera la esperaba recargada sobre la pared –allá esta- dijo quedamente algo molesta –no quiere a nadie más que a ti- al escuchar esto comprendió la molestia de su compañera –gracias- dijo encogiéndose de hombros mientras avanzaba al encuentro de su siguiente cliente.
-Ya estoy aquí disculpe la demora- dijo con la voz lo más cordial posible, estaba cansada y solo deseaba volver a casa y enredarse entre sus propias sabanas. Tomo al hombre de la mano sin esperar siquiera que respondiera algo y se lo llevo escaleras arriba a la habitación que tenía designada para ella. Era extraño que así a la primera Laisha subiera a alguien así a la habitación por lo general los atendía al menos la primera vez en los pequeños privados en la primer planta pero esta vez algo le decía que así debía hacerlo.
-No estoy presentable- dijo algo tímida ante la mirada insistente pero nada morbosa del hombre frente a ella apenas se adentraron en la habitación –si me permite debo darme un baño, le juro que no demoro mucho pero como comprenderá esto es necesario antes de poder atenderle- el hombre permanecía callado solo observándola. Ella busco su mirada abriendo los ojos como apremiando su respuesta no quería darse media vuelta sin escucharlo, si algo tenía Laisha era que no era una mal educada y mucho menos con quien no lo era con ella así que se mantuvo parada frente a él esperando que reaccionara y le dijera algo.
Laisha llevaba más de media hora sin parar de gemir. De pronto una de sus compañeras irrumpió en el pequeño privado. Temerosa de que el tipo notará su presencia, pues este había dado la instrucción de que nadie los molestará, observo a la chica por sobre el hombro del sujeto. Solo cruzaron miradas. Laisha había entendido a la perfección que alguien había llegado a buscarla exclusivamente a ella. Le apuro con la mirada para que saliera de ahí cuanto antes.
La faena aún tardo en terminar pero finalmente el hombre quedo exhausto. Cosa que agradeció infinitamente lo único que no agradecía era que de inmediato debía acudir al llamado de un cliente más.
Dejo al hombre tumbado sobre la cama. Se levanto, se enfundo su albornoz y salió tras cerrar la puerta de la pequeña habitación. La compañera la esperaba recargada sobre la pared –allá esta- dijo quedamente algo molesta –no quiere a nadie más que a ti- al escuchar esto comprendió la molestia de su compañera –gracias- dijo encogiéndose de hombros mientras avanzaba al encuentro de su siguiente cliente.
-Ya estoy aquí disculpe la demora- dijo con la voz lo más cordial posible, estaba cansada y solo deseaba volver a casa y enredarse entre sus propias sabanas. Tomo al hombre de la mano sin esperar siquiera que respondiera algo y se lo llevo escaleras arriba a la habitación que tenía designada para ella. Era extraño que así a la primera Laisha subiera a alguien así a la habitación por lo general los atendía al menos la primera vez en los pequeños privados en la primer planta pero esta vez algo le decía que así debía hacerlo.
-No estoy presentable- dijo algo tímida ante la mirada insistente pero nada morbosa del hombre frente a ella apenas se adentraron en la habitación –si me permite debo darme un baño, le juro que no demoro mucho pero como comprenderá esto es necesario antes de poder atenderle- el hombre permanecía callado solo observándola. Ella busco su mirada abriendo los ojos como apremiando su respuesta no quería darse media vuelta sin escucharlo, si algo tenía Laisha era que no era una mal educada y mucho menos con quien no lo era con ella así que se mantuvo parada frente a él esperando que reaccionara y le dijera algo.
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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Re: No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
Me dio tiempo en lo que la joven fue en busca de la dama que habia preguntado, sabia que era algo complicado que me reconociera pues nunca nos habiamos visto frente a frente solamente habia sido intucion mia de irla a buscar saber que era de ella y sobretodo conocerla, la mirada que habia visto en sus ojos me decia que tenia que ser asi. Era posible desear conocer tanto a alguien como estaba deseandolo yo en ese momento. Sentia un pequeño ahogamiento. Fue cuando la bebida que habia pedido bajo por la garganta como si fuera agua todo bajando como si nada. Pedia otro pero esta vez me quede mirando como el propio liquido se movia danzando en el vaso, apoyado en la barra hasta que escuche unos pasos como bajaban e incluso entre tanto bullicio se podia hacer notar como eran ellas, su aroma era inconfundible pero tenia que tener cuidado con mis movimientos, mis manos cubiertas por los guantes negros para que no se notara la frialdad del tacto. Antes de que lleguen hasta su altura fue cuando tomo el ultimo trago y giro para observarlas.
-Buenas noches.- saludo con cortesia, por su aspecto se notaba cansada mas no buscaba sus servicios pero no pudo hacer mucho mas por ello porque ni explicarse pudo la siguio escaleras arriba hasta una de las habitaciones donde lo sento en lo que era la cama y se quedo escuchandola, seguramente estaria incomoda por estar todo el dia trabajando y era comprensible pero en mi caso no iba a ser asi.- No diga eso, para nada esta muy hermosa.- gentilmente de mis labios salieron esas palabras con una sonrisa dirigida a ella asi fue como desvie uhn momento la mirada pensando en que no habia sido nada correcto lo que habia dicho opero muchas veces mis palabras se iban demasiado de mis labios sin control.
Volvi la mirada hacia ella poniendome en pie y tome su muñeca en si deslizando hasta su mano la cual lleve hasta mis labios besando su dorso.- No he venido a pedir vuestros servicios pero aun asi pagare por vuestra compañia, solo he venido porque desde que os he visto no he podido quitarme de mi cabeza vuestro rostro ni vuestro aroma, ahora incluso que os veo puedo decir que sois mas hermosa desde cerca.-tome un momento aire como si el tiempo no pudiera parar de girar pero para mi se habia detenido en ese momento.- Espero que no os moleste que os haya mandado a llamar para interrumpiros con mi labia pero tenia que hacerlo porque si no estas palabras llegarian a herirme verdaderamente.- cada una de las palabras salia con sinceridad de mis labios. Mis labios volvio a tomar sus labios a menos el dorso para un suave beso en ella.- Mi nombre es Gonzalo Garcia, si os molesto por favor decidmelo que me retirare.-
La mire a los ojos ligeramente con algo de educacion me aparte un poco.- Si deseais ir a asearos os espero en todo caso.- Tenia una hermosa mirada cuanto hacia que no podia dejar de mirar esos ojos que se fijaban en los mios, me habia llevado a una habitacion sin saber lo que era pero no queria tomar su cuerpo sino algo que no sabia si era posible, quizas me tomaria por loco pero al menos todo quedaria fuera.- Lamento molestaros pero no podia evitar deciros que me gustais.- Suspire profundamente agachando la mirada y dejando un espacio suficiente entre nosotros quizas esperaba un no por respuesta o lo que fuera a hacer, reirse era lo mas posible pero no podia afirmarlo aun con certeza por ello espere a ver su reaccion.
-Buenas noches.- saludo con cortesia, por su aspecto se notaba cansada mas no buscaba sus servicios pero no pudo hacer mucho mas por ello porque ni explicarse pudo la siguio escaleras arriba hasta una de las habitaciones donde lo sento en lo que era la cama y se quedo escuchandola, seguramente estaria incomoda por estar todo el dia trabajando y era comprensible pero en mi caso no iba a ser asi.- No diga eso, para nada esta muy hermosa.- gentilmente de mis labios salieron esas palabras con una sonrisa dirigida a ella asi fue como desvie uhn momento la mirada pensando en que no habia sido nada correcto lo que habia dicho opero muchas veces mis palabras se iban demasiado de mis labios sin control.
Volvi la mirada hacia ella poniendome en pie y tome su muñeca en si deslizando hasta su mano la cual lleve hasta mis labios besando su dorso.- No he venido a pedir vuestros servicios pero aun asi pagare por vuestra compañia, solo he venido porque desde que os he visto no he podido quitarme de mi cabeza vuestro rostro ni vuestro aroma, ahora incluso que os veo puedo decir que sois mas hermosa desde cerca.-tome un momento aire como si el tiempo no pudiera parar de girar pero para mi se habia detenido en ese momento.- Espero que no os moleste que os haya mandado a llamar para interrumpiros con mi labia pero tenia que hacerlo porque si no estas palabras llegarian a herirme verdaderamente.- cada una de las palabras salia con sinceridad de mis labios. Mis labios volvio a tomar sus labios a menos el dorso para un suave beso en ella.- Mi nombre es Gonzalo Garcia, si os molesto por favor decidmelo que me retirare.-
La mire a los ojos ligeramente con algo de educacion me aparte un poco.- Si deseais ir a asearos os espero en todo caso.- Tenia una hermosa mirada cuanto hacia que no podia dejar de mirar esos ojos que se fijaban en los mios, me habia llevado a una habitacion sin saber lo que era pero no queria tomar su cuerpo sino algo que no sabia si era posible, quizas me tomaria por loco pero al menos todo quedaria fuera.- Lamento molestaros pero no podia evitar deciros que me gustais.- Suspire profundamente agachando la mirada y dejando un espacio suficiente entre nosotros quizas esperaba un no por respuesta o lo que fuera a hacer, reirse era lo mas posible pero no podia afirmarlo aun con certeza por ello espere a ver su reaccion.
Gonzalo Garcia- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 17/11/2011
Re: No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
-Hermosa!!- repitió incrédula aunque con dulzura en su voz. Aunque era consciente que no era fea como podía lucir hermosa si seguramente su rostro lucia cansado, demacrado y probablemente enfadado, aburrido. Dudaba que el tedio no estuviera haciendo mella en ella. –Buen intento monsieur solo por eso he de agradecerle el que me haya dicho que estoy hermosa- dijo con amabilidad sin afán de que se ofendiera y en el fondo contenta de haberlo escuchado
Ahora que se ponía de pie se fijaba mejor en él. Era apuesto, elegante, amable, educado y no se miraba con esa necesidad que solían reflejar los ojos masculinos que frecuentaban el burdel. No recordaba haberlo visto jamás pero él la miraba y la trataba con dulzura y familiaridad. La joven se preguntaba mentalmente el porque de ello, el porque venia a buscarla particularmente a ella. Como si le hubiera leído la mente le daba a saber que no venía en busca de sus servicios sexuales sino de simple compañía. –Así que solo compañía es lo que usted desea ¿esta seguro que esta dispuesto a pagar solo por mi compañía y charlar con usted? ¿no será muy costoso tener que pagar por ello?- comento fingiendo que hacia caso omiso al resto de su comentario pero sin poder dejar de pensar en el continuó -¿Cómo? ¿usted y yo ya nos hemos visto en algún otro lado?- frunció el entrecejo –discúlpeme pero yo no lo recuerdo- no podía dejar de mirarla incluso ni siquiera parpadeaba.
-No, para nada, no se preocupe que no me molesto que yo para eso estoy aquí para lo que los clientes deseen y pidan- dijo notando como sus mejillas se ruborizaban y encogiéndose de hombros.
-Bien, Gonzalo…….- este hombre era como pocos, respetuoso a más no poder y halagador con cada palabra expresada. Noto que sus labios se habían sellado al ver el rostro desencajado del hombre –no, se lo juro que no me molesta si usted ha venido a buscarme aquí me tiene para lo que me necesite- sonrió con sinceridad. –Si, iré a asearme le prometo que no demoro mucho- dijo ampliando más su sonrisa y mirándolo fijamente a los ojos. Iba a girarse para ir a asearse cuando sus confesión la hizo abrir enorme los ojos y tragar saliva –Monsieur ¿Cómo se supone que debe tomar una cortesana semejante confesión? no se burle de mi ni venga a jugar conmigo. Olvidaré lo que acaba de decirme y si continua deseando mi compañía la tendrá pero si solo ha venido a intentar reírse de mi le pido, le suplico que se retire y se olvide que alguna vez nos miramos y cruzamos palabra–intento hablar lo más tranquila y educada posible. Le parecía imposible que de buenas a primeras viniera a decirle tal cosa pero a la vez algo la hacía dudar que solo quisiera burlarse de ella. Si no era burla que era todo esto. Se mantuvo firme sin moverse del sitio donde estaba esperando que él alzara la cabeza para encontrarse con su mirada.
Ahora que se ponía de pie se fijaba mejor en él. Era apuesto, elegante, amable, educado y no se miraba con esa necesidad que solían reflejar los ojos masculinos que frecuentaban el burdel. No recordaba haberlo visto jamás pero él la miraba y la trataba con dulzura y familiaridad. La joven se preguntaba mentalmente el porque de ello, el porque venia a buscarla particularmente a ella. Como si le hubiera leído la mente le daba a saber que no venía en busca de sus servicios sexuales sino de simple compañía. –Así que solo compañía es lo que usted desea ¿esta seguro que esta dispuesto a pagar solo por mi compañía y charlar con usted? ¿no será muy costoso tener que pagar por ello?- comento fingiendo que hacia caso omiso al resto de su comentario pero sin poder dejar de pensar en el continuó -¿Cómo? ¿usted y yo ya nos hemos visto en algún otro lado?- frunció el entrecejo –discúlpeme pero yo no lo recuerdo- no podía dejar de mirarla incluso ni siquiera parpadeaba.
-No, para nada, no se preocupe que no me molesto que yo para eso estoy aquí para lo que los clientes deseen y pidan- dijo notando como sus mejillas se ruborizaban y encogiéndose de hombros.
-Bien, Gonzalo…….- este hombre era como pocos, respetuoso a más no poder y halagador con cada palabra expresada. Noto que sus labios se habían sellado al ver el rostro desencajado del hombre –no, se lo juro que no me molesta si usted ha venido a buscarme aquí me tiene para lo que me necesite- sonrió con sinceridad. –Si, iré a asearme le prometo que no demoro mucho- dijo ampliando más su sonrisa y mirándolo fijamente a los ojos. Iba a girarse para ir a asearse cuando sus confesión la hizo abrir enorme los ojos y tragar saliva –Monsieur ¿Cómo se supone que debe tomar una cortesana semejante confesión? no se burle de mi ni venga a jugar conmigo. Olvidaré lo que acaba de decirme y si continua deseando mi compañía la tendrá pero si solo ha venido a intentar reírse de mi le pido, le suplico que se retire y se olvide que alguna vez nos miramos y cruzamos palabra–intento hablar lo más tranquila y educada posible. Le parecía imposible que de buenas a primeras viniera a decirle tal cosa pero a la vez algo la hacía dudar que solo quisiera burlarse de ella. Si no era burla que era todo esto. Se mantuvo firme sin moverse del sitio donde estaba esperando que él alzara la cabeza para encontrarse con su mirada.
Laisha Roux- Mensajes : 63
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Re: No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
Alce mi mirada incredulo al ver como fue su reaccion cuando habia dicho que era hermosa, acaso no eran los hombres que se lo decian? Debian de estar ciegos pero en su trabajo dudaba de que muchos fueran mas alla de lo que querian y eso hacia que mi sangre hirviera a pesar de no tener nada de ello en mi interior.- No tiene que agradecer que de mis labios pronuncien lo que mis ojos ven, en si que los mismos labios sean portavoz de lo que pienso y siento.- Sonrei ligeramente mientras la observaba como el color de sus ojos resaltaba en la mirada que a penas mantuve. No sabia si habia tenido mucho trabajo pero sospechaba que si y debia de estar cansada.
Mi intencion no era en ningun momento abusar de su tiempo y mucho menos que tuviera que aguantarme como cliente o algo por el estilo. Observe como en si las prendas que llevaban definian muy bien su cuerpo. En la habitación podia escuchar con bastante claro el sonido de su corazon bombeando de forma normal. Sali de mi aturdimiento por mis pensamientos para fijarse en ella de nuevo cuando comenzo a hablarme de nuevo.- Si, solo le pido compañia y si desea charlar, de igual forma no me importa el dinero que tenga que emplear pero si no desea puedo pagarle el tiempo empleado y retirarme para que pueda descansar.-Negue con la cabeza y era natural que ella no me recordara porque la habia visto a distancia.- Si la conozco pero usted a mi no, a penas la he visto paseando y bueno me llamo tanto la atencion por ello me encuentro aqui, asi que no se disculpe.- A duras forma podria parecer un acosador y eso era lo que no queria, ni que me tomara miedo.- Espero que no le moleste, le juro que no voy a hacerle ningun daño y tampoco soy algun acosador, solo me quede maravillado por su belleza.-
Mi mirada se quedaba mantenida con la suya como si fuera una aprobacion.- En si, no queria que me viera como un cliente pero bueno es normal, no me conoce y supongo que tiene que hacerlo para conseguir comer.- Saque un pequeño saco con monedas dejandolo sobre la mesilla cercana.- Aqui tiene lo que es el tiempo hasta ahora y proximamente le otorgare mas para saldar mi deuda de ocupar su tiempo.-
Sabia que me tenia que arriesgar a todo antes de que se fuera al aseo si no, no me habria arriesgado de esa forma, parecia un estupido tonto porque como me ponia nervioso de estar frente a una humana y conseguia que sintiera tantas cosas extrañas que en mi larga vida nunca me habia pasado.- Le agradezco su compañia.- bese el dorso de su mano pero fue cuando todo cambio. Escuche con mucha atencion cada una de sus palabras. Sus palabras se encajaron en mi pecho como estacas hasta lo mas profundo, como podia pensar que venia a burlarme pero era lo mas normal.- Os equivocais, si he venido hasta aqui y la he buscado no es precisamente para reirme de usted, si no para poder decirle lo que pensaba y sentia. Siento que sea visto de esa forma pero nunca me reiria de una dama y menos jugar con los sentimientos de ninguna persona. Tampoco soy el mejor diciendo como siento pero es lo mas acercado que he podido decir, tal vez fui brusco y por ello me disculpo, en ningun momento quise herirla pero vuelvo a disculparme por ello.- En ese momento volvi a dejar otro saco con monedas donde el anterior para disponerme a marcharme, no queria seguir viendo esa mirada herida en sus ojos como si fuera a reirme de ella algo que en ningun momento habia pensado, un suspiro amargo se escapo de mis labios mientras me aproxime hacia la puerta a penas unos pasos.
Mi intencion no era en ningun momento abusar de su tiempo y mucho menos que tuviera que aguantarme como cliente o algo por el estilo. Observe como en si las prendas que llevaban definian muy bien su cuerpo. En la habitación podia escuchar con bastante claro el sonido de su corazon bombeando de forma normal. Sali de mi aturdimiento por mis pensamientos para fijarse en ella de nuevo cuando comenzo a hablarme de nuevo.- Si, solo le pido compañia y si desea charlar, de igual forma no me importa el dinero que tenga que emplear pero si no desea puedo pagarle el tiempo empleado y retirarme para que pueda descansar.-Negue con la cabeza y era natural que ella no me recordara porque la habia visto a distancia.- Si la conozco pero usted a mi no, a penas la he visto paseando y bueno me llamo tanto la atencion por ello me encuentro aqui, asi que no se disculpe.- A duras forma podria parecer un acosador y eso era lo que no queria, ni que me tomara miedo.- Espero que no le moleste, le juro que no voy a hacerle ningun daño y tampoco soy algun acosador, solo me quede maravillado por su belleza.-
Mi mirada se quedaba mantenida con la suya como si fuera una aprobacion.- En si, no queria que me viera como un cliente pero bueno es normal, no me conoce y supongo que tiene que hacerlo para conseguir comer.- Saque un pequeño saco con monedas dejandolo sobre la mesilla cercana.- Aqui tiene lo que es el tiempo hasta ahora y proximamente le otorgare mas para saldar mi deuda de ocupar su tiempo.-
Sabia que me tenia que arriesgar a todo antes de que se fuera al aseo si no, no me habria arriesgado de esa forma, parecia un estupido tonto porque como me ponia nervioso de estar frente a una humana y conseguia que sintiera tantas cosas extrañas que en mi larga vida nunca me habia pasado.- Le agradezco su compañia.- bese el dorso de su mano pero fue cuando todo cambio. Escuche con mucha atencion cada una de sus palabras. Sus palabras se encajaron en mi pecho como estacas hasta lo mas profundo, como podia pensar que venia a burlarme pero era lo mas normal.- Os equivocais, si he venido hasta aqui y la he buscado no es precisamente para reirme de usted, si no para poder decirle lo que pensaba y sentia. Siento que sea visto de esa forma pero nunca me reiria de una dama y menos jugar con los sentimientos de ninguna persona. Tampoco soy el mejor diciendo como siento pero es lo mas acercado que he podido decir, tal vez fui brusco y por ello me disculpo, en ningun momento quise herirla pero vuelvo a disculparme por ello.- En ese momento volvi a dejar otro saco con monedas donde el anterior para disponerme a marcharme, no queria seguir viendo esa mirada herida en sus ojos como si fuera a reirme de ella algo que en ningun momento habia pensado, un suspiro amargo se escapo de mis labios mientras me aproxime hacia la puerta a penas unos pasos.
Gonzalo Garcia- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/11/2011
Re: No se sabe lo que la noche trae consigo (Laisha)
-Gonzalo!!!!!!- lo llamo a toda prisa. Ahora la jovencita estaba mucho más intrigada por la visita del chico, por todo eso que acababa de confesarle –Por favor no se vaya- le suplico con absoluta sinceridad –no era mi intención incomodarlo mucho menos ofenderlo….por favor acepte mis disculpas y no se marche- se acerco hasta él. Lo tomo de la mano y lo guio de regreso al centro de la habitación. Miro de reojo los sacos de monedas. Suspiro y volvió la mirada al frente. –¿No se irá verdad? Así sea solo mi compañía lo que desea estoy dispuesta a dársela, usted manda- se encogió de hombros echando un vistazo de reojo una vez más al par de sacos de monedas –pero si es solo eso está pagando demasiado- le soltó de la mano y fue a coger uno de los sacos. Regreso a donde Gonzalo le toma una mano y coloco el saco sobre la palma –de verdad- susurro –tómelo- Laisha podría ser una muchacha muy necesitada de dinero, claro no era el caso porque era precavida y le gustaba tener sus ahorros, pero jamás sería una abusiva con quien se portaba tan caballerosamente con ella.
El solo la miraba sin decir nada tal parecía como si no la escuchara así que Laisha dio por sentado que aceptaba quedarse y eso a ella le interesaba demasiado puesto que ahora deseaba averiguar qué tanto más guardaba sobre ella su misterioso admirador. –Demuéstreme que no ha venido hasta aquí para reírse- dijo en un tomo mucho muy amable, angelical y muy arrepentida de haber sido tan agresiva con sus palabras. Si él era un hombre inteligente sabría comprender la reacción de la muchacha y disculparla, una reacción normal cuando semejante confesión proviene de un total desconocido.
-¿Le ofrezco algo de beber?- pregunto con una dulce sonrisa dibujada en sus labios. El continuaba sin pronunciar palabra alguna solo observándola. Ella no aguardo por una respuesta ni tampoco pregunto de nuevo. Se aproximo al mini bar instalado en la habitación tomo un vaso coloco un poco de hielo y luego vertió un poco de whisky, el mejor que tenía para los clientes distinguidos, y le tendió el vaso –póngase cómodo yo me ducho en un dos por tres y enseguida estoy con usted- se giro y entro corriendo al cuarto de servicios.
Al cabo de unos minutos ella estaba bañada, ahora lucia con el rostro reluciente pero tenía un problema olvido coger uno de sus vestidos del armario y solo tenía un albornoz, el maquillaje, el cepillo y todos los enseres necesarios para su arreglo se encontraban allá afuera, justo en el tocador. -“Rayos, rayos, rayos” ¿y ahora?- balbuceo. El joven allá afuera más que un cliente ahora que lo pensaba parecía que venía a cortejarla y la vería así?!!. Se armo de valor puesto que no iba a pedirle que saliera de la habitación y tímidamente salió envuelta en su albornoz y con el cabello enredado colgando por sus hombros. El estaba cómodamente sentado en el sillón individual sosteniendo y meneando el vaso de whisky al cual parecía no haberle dado ni un solo sorbo. –Disculpe mi ropa y mis cosas están acá- dijo tímidamente y ruborizada al encontrarse con su mirada –no quiero abusar de su tiempo así que no lo haré esperar más- solo cogió el cepillo y se sentó en el borde la cama –¿de qué quiere que hablemos?- pregunto mientras comenzaba a desenredarse el cabello tratando de ignorar lo fatal que debía mirarse en esas fachas.
El solo la miraba sin decir nada tal parecía como si no la escuchara así que Laisha dio por sentado que aceptaba quedarse y eso a ella le interesaba demasiado puesto que ahora deseaba averiguar qué tanto más guardaba sobre ella su misterioso admirador. –Demuéstreme que no ha venido hasta aquí para reírse- dijo en un tomo mucho muy amable, angelical y muy arrepentida de haber sido tan agresiva con sus palabras. Si él era un hombre inteligente sabría comprender la reacción de la muchacha y disculparla, una reacción normal cuando semejante confesión proviene de un total desconocido.
-¿Le ofrezco algo de beber?- pregunto con una dulce sonrisa dibujada en sus labios. El continuaba sin pronunciar palabra alguna solo observándola. Ella no aguardo por una respuesta ni tampoco pregunto de nuevo. Se aproximo al mini bar instalado en la habitación tomo un vaso coloco un poco de hielo y luego vertió un poco de whisky, el mejor que tenía para los clientes distinguidos, y le tendió el vaso –póngase cómodo yo me ducho en un dos por tres y enseguida estoy con usted- se giro y entro corriendo al cuarto de servicios.
Al cabo de unos minutos ella estaba bañada, ahora lucia con el rostro reluciente pero tenía un problema olvido coger uno de sus vestidos del armario y solo tenía un albornoz, el maquillaje, el cepillo y todos los enseres necesarios para su arreglo se encontraban allá afuera, justo en el tocador. -“Rayos, rayos, rayos” ¿y ahora?- balbuceo. El joven allá afuera más que un cliente ahora que lo pensaba parecía que venía a cortejarla y la vería así?!!. Se armo de valor puesto que no iba a pedirle que saliera de la habitación y tímidamente salió envuelta en su albornoz y con el cabello enredado colgando por sus hombros. El estaba cómodamente sentado en el sillón individual sosteniendo y meneando el vaso de whisky al cual parecía no haberle dado ni un solo sorbo. –Disculpe mi ropa y mis cosas están acá- dijo tímidamente y ruborizada al encontrarse con su mirada –no quiero abusar de su tiempo así que no lo haré esperar más- solo cogió el cepillo y se sentó en el borde la cama –¿de qué quiere que hablemos?- pregunto mientras comenzaba a desenredarse el cabello tratando de ignorar lo fatal que debía mirarse en esas fachas.
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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