AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
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Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
La misericordia y la verdad se encontraron. La justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.
Como odiaba la vida, era una decepción y desgracia… bueno… el sexo era lo único que podría disfrutar, por eso lo había hecho su hobby principal, pero dejando aquel tema atrás, muy, muy, atrás, bueno ni tan atrás, pues tendría que trabajar en la noche, no era que estuviera deprimida de la vida que llevaba es más le gustaba, se sentía más libre de lo que hubiera sido en Venezuela, aunque como deseaba volver, había oído noticias de que aun seguían bajo la opresión de España, eso quería decir que aun no eran libres, en esos momentos odiaba la vida puesto a que debía correr, así es, correr por su libertad.
Su cuerpo se comenzaba a cansar, corría, corría sin descansar, los hombres de aquel francés que la había traído a parís la había encontrado ¿acaso no se rendía? Giro sin detenerse a un callejón, lo que la paro fue la pared, su pecho se hinchaba y deshinchaba de una forma barbará, no podía recuperar una respiración normal, pero por suerte los hombres había ido en otra dirección. Un suspiro de alivio le llego hasta el alma, con su cuerpo aun pegado en la pared se comenzaba a deslizar hasta caer de bruces al piso, bueno por hoy ya había hecho ejercicio, era mejor volver a casa antes de que aquellos hombres le encontrara de nuevo.
Salió del callejón con su vestido rosado, algo sencillo para lo que llevaba en las noches, le gustaba mucho las cosas sencillas cuando iba de paseo, era mucho más cómodo, pero su gran belleza y rasgos exóticos llamaban mucho la atención, con su movimiento de caderas caminaba entre la genta, algunos hombre posaban su mirada lasciva en ella, mientras esta simplemente correspondía con una picara sonrisa, hasta algunas mujeres le miraban deseosas o envidiosas de su porte tan especial. Un vendedor ambulante le ofreció una manzana que gentilmente acepto dejando un dulce beso en su calva cabeza para luego seguir con su lindo paseo.
Lastima que no duro mucho, pronto los hombres la identificaron, obligándola a correr de nuevo, por suerte se había podido esconder en una carroza llena de paja, aunque no sabía en a donde iba, prefería eso a que le atraparan. Se quedo sentada en aquella carroza llena de paja comiendo la manzana que le habían regalado, cuando sintió que se habían detenido dio un salto dejando apenas el esqueleto de la manzana.
-El circo!- murmuro emocionada -¿Qué dulzuras habrá por aquí?- se pregunto moviendo sus lindas caderas hasta llegar a un lugar en donde parecía que guardaban los caballos-Ah… creo que me equivoque de lugar- dijo chasqueando su lengua, cuando iba a salir del establo una persona apareció–perdone ya me iba- con sus ojos puestos en ella, ya sabía lo que significaba, pero en esos momentos no estaba de humor como para ser violada en medio de la paja asi que comenzó a retroceder. ¿otra vez a correr?
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Lo que no me gustaba era ir de noche nuevamente en busca del destartalado del cual yo llamaba esclavo, pero con suerte hoy no me tocaría esa tarea, si no otra mucho más divertida. Me pagarían una buena cantidad de dinero por encontrar a quien fuera alguien fuera de lo normal, para mí, un ser abominable que tenía que ser destruido de inmediato. Era de noche, un momento mejor que el día. En el día hacia sol y había mucha gente. No es que le tuviese fobia, ni nada parecido, pero estaba demasiado cansado por el día, como para salir a dar una vuelta.
De vez en cuando, la gente con los niños de sus manos, se acercaban a mi caballo el cual me llevaba hacia el circo gitano que es hacia donde tenía el encuentro con dicha persona la cual me diría acerca de lo que tenía que hacer esa noche. Aun hacia frio, pero para mí, este temporal, era como si fuera primavera comparada con la de la vieja Rusia. Un bello país sin duda aunque siempre con mucho frio. Ahora la gente comenzaba a hacer tráfico entre las carretas de viaje y los caballos que eran montados por jinetes con ropajes de un tanto sospechoso.
No era que, ahora estuviera sospechando de todo aquel que se moviera, pero se movían tan lentos, de una manera sospechosa, que en cuanto miré al conductor que llevaba las riendas de la carreta, este me miro, yo le mire quieto a lomos de mi caballo y mirándole con los ojos entrecerrados de una manera amenazadora. Este sin dudar, miro al instante hacia delante, haciendo mis sospechas un poco más claras. Y gracias a ello, el primer lugar en el que me detendría, seria para mirarle los papeles y ver cómo o que tenía que hacer allí antes de encontrarme con esa persona. Aunque solamente, basto para encontrarme con aun más problemas de por medio, perdiendo de vista aquella carreta. Diantres, esto iba de mal en peor, perdería la paciencia y demostraría mi furia contra quien no la necesita, pero así se haría si no llegaba tampoco a la hora.
Pasado media hora, conseguí llegar a un promedio de distancia de donde se encontraba un hombre de ropas negras, holgadas y con un abrigo de piel y que en su rostro llevaba una sonrisa mal hecha. Con su cara en cicatrizada me miraba y yo solamente le devolví una cara de recelo y repulsión como jamás había puesto nunca en mi vida, ni siquiera en como vi los cuerpos de mis padres colgados por una soga y desnudos. Sacudí mi cabeza al intentar quitar ese pensamiento mientras me acercaba aun mas, me baje del caballo y para cuando cogía las riendas, una bella dama de cabellos dorados y labios cual carmín, parecía algo confundida y al verme parecía ya irse.
-¿Eh? ¿Ya se va? –Dije a modo de gracia conforme a lo que pudo pensar de mi apariencia. No es que tuviera tantas primaveras como el de mi compañero con la cicatriz que aun aguardaba, pero ahora yo volví a acercarme a la joven con las riendas de mi caballo en una mano y en cuanto pude alcanzarla, cogí su mano izquierda, para poder besarla en el dorso suave y terso de su mano-No huya pues,...-le mire a los ojos, Mmm, marrones o con algún toque claro o exótico en el fuego de aquella mirada confundida-...de mi no ha de temer...¿se ha perdido bella dama?-Dije para continuarlo con suaves caricias en su mano por los dedos que la sujetaban.
De vez en cuando, la gente con los niños de sus manos, se acercaban a mi caballo el cual me llevaba hacia el circo gitano que es hacia donde tenía el encuentro con dicha persona la cual me diría acerca de lo que tenía que hacer esa noche. Aun hacia frio, pero para mí, este temporal, era como si fuera primavera comparada con la de la vieja Rusia. Un bello país sin duda aunque siempre con mucho frio. Ahora la gente comenzaba a hacer tráfico entre las carretas de viaje y los caballos que eran montados por jinetes con ropajes de un tanto sospechoso.
No era que, ahora estuviera sospechando de todo aquel que se moviera, pero se movían tan lentos, de una manera sospechosa, que en cuanto miré al conductor que llevaba las riendas de la carreta, este me miro, yo le mire quieto a lomos de mi caballo y mirándole con los ojos entrecerrados de una manera amenazadora. Este sin dudar, miro al instante hacia delante, haciendo mis sospechas un poco más claras. Y gracias a ello, el primer lugar en el que me detendría, seria para mirarle los papeles y ver cómo o que tenía que hacer allí antes de encontrarme con esa persona. Aunque solamente, basto para encontrarme con aun más problemas de por medio, perdiendo de vista aquella carreta. Diantres, esto iba de mal en peor, perdería la paciencia y demostraría mi furia contra quien no la necesita, pero así se haría si no llegaba tampoco a la hora.
Pasado media hora, conseguí llegar a un promedio de distancia de donde se encontraba un hombre de ropas negras, holgadas y con un abrigo de piel y que en su rostro llevaba una sonrisa mal hecha. Con su cara en cicatrizada me miraba y yo solamente le devolví una cara de recelo y repulsión como jamás había puesto nunca en mi vida, ni siquiera en como vi los cuerpos de mis padres colgados por una soga y desnudos. Sacudí mi cabeza al intentar quitar ese pensamiento mientras me acercaba aun mas, me baje del caballo y para cuando cogía las riendas, una bella dama de cabellos dorados y labios cual carmín, parecía algo confundida y al verme parecía ya irse.
-¿Eh? ¿Ya se va? –Dije a modo de gracia conforme a lo que pudo pensar de mi apariencia. No es que tuviera tantas primaveras como el de mi compañero con la cicatriz que aun aguardaba, pero ahora yo volví a acercarme a la joven con las riendas de mi caballo en una mano y en cuanto pude alcanzarla, cogí su mano izquierda, para poder besarla en el dorso suave y terso de su mano-No huya pues,...-le mire a los ojos, Mmm, marrones o con algún toque claro o exótico en el fuego de aquella mirada confundida-...de mi no ha de temer...¿se ha perdido bella dama?-Dije para continuarlo con suaves caricias en su mano por los dedos que la sujetaban.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Noto en sus ojos cierta caballerosidad, retrocedió unos momentos, pero algo le decía “no hay TANTO peligro” frunció el ceño al ver el acto que era besarle el dorso, aquellas palabras la sacaron de orbita, sentía que podría leer la mente, pero solamente era una coincidencia ¿o no?, formo una silueta en sus labios, mientras veía como aquel hombre se comportaba, era casi típico ver aquel acto en los hombres, el nombre que le daban creía que era Caballerosidad… claro… eso… eso la llevo hasta donde estaba.
-¿Tengo carita de chica perdida?- pregunto recuperando su mano con una leve reverencia -Tal vez el que se perdió fue usted- dio un paso hacia adelante para estar más cerca de aquel frio ser. No era supersticiosa pero aquel hombre podría ser mas frio que el hielo y lo sabia solamente por verlo a los ojos.
Los ojos de una persona eran como la puerta, decía las cosas que uno no podría decir nunca, en sus ojos notaba que aun era joven, le faltaba experiencia que ella tenía, pero también había experiencia en el que ella nunca podría tener, Tania sonrió con picardía, ya había explorado mucho sus ojos, su alma, se habia encontrado con una gran puerta que no se abriría tan fácilmente y tampoco estaba interesada en abrirla o simplemente no estaba interesada en ese momento, no podía negar que ese joven era alguien hermoso y que podría ser muy interesante jugar con él un rato, pero en esos momentos solamente quería descansar del maratón en donde involuntariamente había participado
Se alejo unos metros del joven mirando los establos en donde estaban aquellos animales, en un balde vio varias manzanas rojas, sonrió agarrando una para darle un gran mordiscos con sus labios pintados de rojo y dejar un gran y perfecto círculo en ella -Se dice que el que deja un perfecto circulo en una manzana es porque sabe besar- comento viendo la manzana con curiosidad, riendo bajito, pues entonces si eso era verdad, ella debería besar muy bien para dejar una marca así en la manzana
-¿Tengo carita de chica perdida?- pregunto recuperando su mano con una leve reverencia -Tal vez el que se perdió fue usted- dio un paso hacia adelante para estar más cerca de aquel frio ser. No era supersticiosa pero aquel hombre podría ser mas frio que el hielo y lo sabia solamente por verlo a los ojos.
Los ojos de una persona eran como la puerta, decía las cosas que uno no podría decir nunca, en sus ojos notaba que aun era joven, le faltaba experiencia que ella tenía, pero también había experiencia en el que ella nunca podría tener, Tania sonrió con picardía, ya había explorado mucho sus ojos, su alma, se habia encontrado con una gran puerta que no se abriría tan fácilmente y tampoco estaba interesada en abrirla o simplemente no estaba interesada en ese momento, no podía negar que ese joven era alguien hermoso y que podría ser muy interesante jugar con él un rato, pero en esos momentos solamente quería descansar del maratón en donde involuntariamente había participado
Se alejo unos metros del joven mirando los establos en donde estaban aquellos animales, en un balde vio varias manzanas rojas, sonrió agarrando una para darle un gran mordiscos con sus labios pintados de rojo y dejar un gran y perfecto círculo en ella -Se dice que el que deja un perfecto circulo en una manzana es porque sabe besar- comento viendo la manzana con curiosidad, riendo bajito, pues entonces si eso era verdad, ella debería besar muy bien para dejar una marca así en la manzana
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
¿Pero por que lo ponían todo tan difícil las mujeres? En serio, no había quien les entendiera, era como si fuesen los hombres para ellas unos seres que había que mirarlos desde arriba y después pisotearlos sin más. Me quede mirando a aquella mozuela que ahora comía una manzana, si, era perfectamente una descarada por lo que no la hice demasiado caso. Me quede mirando al grupo cérquense que se acercaba por la derecha, con tambores y bailarinas que iban por doquier rodeándome a mí y a la mujer de la manzana. Chasque la lengua para después apartar a toda esa chusma cerca de mí, hasta que algunos cayeron encima de otros, provocando una divertida escena delante de mí. En realidad, no tenía tiempo para tonterías y la noche tendría que aprovecharla pese a lo que me dijera la persona que aun me esperaba con demasiada paciencia.
Solamente un niño de ropas ajadas intento jalarme la navaja, pero antes de que pudiera hacer nada, la navaja, ya estaba atravesando el brazo flaco del crio. Evidentemente, comenzó a llorar, a gritar, le saque la navaja de un movimiento rápido, para después continuar mi camino. No me di cuenta de que había mucha gente alrededor observando la escena, pues me daba prácticamente igual. Levantaba la barbilla orgulloso, mirando al frente para después pararme delante de aquel desaliñado tipo. Por fin.
-Bien...¿Qué tienes esta noche para mí? –Dije con cierta prisa, pues tampoco el aspecto de aquel tipo, me agradaba demasiado. Mientras aun esperaba, mire hacia atrás para ver que la mujer de caderas insinuases seguía ahí plantada, viéndome con cara de pocos amigos. ¿Quién en este país ya no me miraba con buenos ojos? Ah, claro, tan solo mis victimas lo hacían para suplicar el perdón o la huida, pero apenas esas cosas habían funcionado para mí. Podrían decirme que era frio o sin pelos en la lengua, bribón o un sinvergüenza del que nadie podría confiar plenamente, pero simplemente me daban igual los comentarios que se difundieran.
Miraba con cierta impaciencia a aquel hombre que me entrego un sobre-Ábrelo solo-Dijo pues al parecer solo no me dijo mas, sus pies parecían irse y en efecto. El ya se estaba yendo. Después de un rato quieto en el sitio, leyendo la dichosa carta que envolvía el contenido de una misión, pensé en; Uno: Ir a beber un trago de cerveza fría, montarla parda en alguna carpa del circo gitano para así después pasarlo en grande desvirgando a varias muchachas o Dos: Dormir e ir a hacer la misión que había obtenido del cara rajada-Tsk....-No sabía en verdad que hacer. Ambas cosas eran muy sugerentes, pero el calor de una mujer a mi lado, nunca venia mal de vez en cuando. Me rasque sin ningún pudor parte de mi entrepierna, me ajuste algo incomodo de mi pantalón, mi camisa y comencé a moverme por el circo gitano y cuando me doy la vuelta por una de las carpas, vi a la mujer que parecía esconderse de alguien por su constantes miradas a detrás de las esquinas-
-Dios santo....-Comencé a acercarme a ella, pero en cuanto ya estaba a medio palmo de distancia, varios hombres parecían acercarse también a su encuentro. Me dio que pensar por lo que enseguida, rápidamente me metí dentro de la carpa de la cual se estaba escondiendo la mujer tras unos barriles, y por unas de las tiras pude entrever el cuerpo de la mujer y a varios hombres que casi estaban sobre ella. No me lo pensé dos veces. Mis manos se extendieron para atravesar los huecos libres y cuando pude coger de alguna parte del cuerpo de la mujer, tire hacia dentro de la tienda, haciendo que cayera sobre mí y sobre un montón de paja.
Genial. ¿Ahora qué?
Solamente un niño de ropas ajadas intento jalarme la navaja, pero antes de que pudiera hacer nada, la navaja, ya estaba atravesando el brazo flaco del crio. Evidentemente, comenzó a llorar, a gritar, le saque la navaja de un movimiento rápido, para después continuar mi camino. No me di cuenta de que había mucha gente alrededor observando la escena, pues me daba prácticamente igual. Levantaba la barbilla orgulloso, mirando al frente para después pararme delante de aquel desaliñado tipo. Por fin.
-Bien...¿Qué tienes esta noche para mí? –Dije con cierta prisa, pues tampoco el aspecto de aquel tipo, me agradaba demasiado. Mientras aun esperaba, mire hacia atrás para ver que la mujer de caderas insinuases seguía ahí plantada, viéndome con cara de pocos amigos. ¿Quién en este país ya no me miraba con buenos ojos? Ah, claro, tan solo mis victimas lo hacían para suplicar el perdón o la huida, pero apenas esas cosas habían funcionado para mí. Podrían decirme que era frio o sin pelos en la lengua, bribón o un sinvergüenza del que nadie podría confiar plenamente, pero simplemente me daban igual los comentarios que se difundieran.
Miraba con cierta impaciencia a aquel hombre que me entrego un sobre-Ábrelo solo-Dijo pues al parecer solo no me dijo mas, sus pies parecían irse y en efecto. El ya se estaba yendo. Después de un rato quieto en el sitio, leyendo la dichosa carta que envolvía el contenido de una misión, pensé en; Uno: Ir a beber un trago de cerveza fría, montarla parda en alguna carpa del circo gitano para así después pasarlo en grande desvirgando a varias muchachas o Dos: Dormir e ir a hacer la misión que había obtenido del cara rajada-Tsk....-No sabía en verdad que hacer. Ambas cosas eran muy sugerentes, pero el calor de una mujer a mi lado, nunca venia mal de vez en cuando. Me rasque sin ningún pudor parte de mi entrepierna, me ajuste algo incomodo de mi pantalón, mi camisa y comencé a moverme por el circo gitano y cuando me doy la vuelta por una de las carpas, vi a la mujer que parecía esconderse de alguien por su constantes miradas a detrás de las esquinas-
-Dios santo....-Comencé a acercarme a ella, pero en cuanto ya estaba a medio palmo de distancia, varios hombres parecían acercarse también a su encuentro. Me dio que pensar por lo que enseguida, rápidamente me metí dentro de la carpa de la cual se estaba escondiendo la mujer tras unos barriles, y por unas de las tiras pude entrever el cuerpo de la mujer y a varios hombres que casi estaban sobre ella. No me lo pensé dos veces. Mis manos se extendieron para atravesar los huecos libres y cuando pude coger de alguna parte del cuerpo de la mujer, tire hacia dentro de la tienda, haciendo que cayera sobre mí y sobre un montón de paja.
Genial. ¿Ahora qué?
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Los vivos sonidos llamaron su atención, giro su rostro hasta llegar a ver a un grupo de bailarinas que mientras se mantenían en aquel trance que la inducia la música gitana, Tania no entendía muy bien aquella música, pero ¡como adoraba los movimientos que aquellas exquisitas mujeres! Dejo caer la manzana que había rodado unos centímetros hasta estancarse en una pila de paja de un caballo cercano, aquella manzana medio mordida fue cogida por el animal que dichoso relincho por aquella golosina encontrada. Mientras tanto Tania comenzó a estar hipnotizada por el movimiento de caderas, los tambores la inducia en un milenario trance que no entendía, solo sabía que entre aquellas personas que la habían rodeado y llevado lejos de la estancia, se sentía segura y en casa. En algún lugar se escucharon insultos de algunos músicos, Tania había sido inducida en un suave trance por las voluptuosas caderas de las bailarinas que contaminaban a su cuerpo con aquel movimiento, la Venezolana giro su rostro notando que se habían alejado de aquel hombre con el que estaba.
Había oído el grito de un niño giro alejándose de la gente para encontrarse con aquella acción del joven, chasqueo la lengua para comenzar a merodear por el lugar, se había dado cuenta que buscaba nada en un espacio inexplorado, no tenia propósito en ese lugar, volvió a girar su rostro hasta encontrarse con la mirada del hombre, giro dejando salir un suspiro, una de las bailarinas se acerco de repente, tocando el hombro de Tania, ella giro dedicándole una dulce sonrisa que fue recibida con otra muy cálida.-Ven…- invito la bailarina para que se uniera a la fiesta con los tambores. Tania negó-Ven- insistió dejando otra sonrisa en sus labios. Al final acepto. Algo que no debió hacer…
Caras desconocidas por todas partes, todos en ese lugar eran desconocidos para ella, aunque sentía un aire de felicidad que la embriagaba no se sentía feliz del todo."Tus caderas se mueven bien"escucho decir a una de las bailarinas mientras sujetaba su cadera con descaro para presionarla contra la de ella. Aquella mujer hundió su nariz entre el cuello impregnado de un aroma de rosas y urbano, su piel brillaba por las gotas de sudor que en su cuello aparecía, la mujer desconocida se atrevió a llevar una de sus manos a los muslos para presionarla y subir más allá hasta su monte de Venus. Tania había comenzado a sentir que algo no iba bien, su cuerpo de sentía pesado, no entendía cuando había llegado a ese lugar en donde era arregostada por aquella mujer, no podría describir su físico, pues solo podía distinguir sus labios pálidos que se acercaban al cuello de Tania, no porque estuviera encapuchada solo que simplemente no podía hacerlo.
Entrecerró sus ojos dejando salir un ligero gemido al sentir la paja estar aprisionado en su espalda, cuando la mujer la dejo en ese lugar se levanto arreglando su falda con una sonrisilla socarrona, para luego irse de aquel lugar "Esta drogada no puede hacer nada para defenderse" Tania movió su cabeza alzando la vista, apenas veía unas sombras que hablaban a unos cinco metros de ella-D-drogada…?- ¿Cuándo había pasado?. ¿De qué se había perdido? tal vez también deseen un poco de afrodisiaco para que tenga la mayor eficiencia la voz de la chica retumbo en su cabeza como si fueran dos bombas que explotaban dentro de ella y la destruía. Aun mareada y con su cuerpo pesando unos 60kg más de lo normal se pudo arrastrar hasta salir por debajo de la carpa, se había encontrado un balde de agua, sin pensarlo dos veces metió su cabeza en aquel lugar. La fría agua realizo su efecto cuando salió del balde podía ver mejor y un poco del peso y mareo se había ido, sacudió su cabeza para con aun pasos torpes comenzar a huir del lugar, de un momento a otro se le olvidaban fracciones de lo que sucedía, ya no se acordaba del rostro de la gitana que la había invitado a bailar, pero aun tenía la sensación de que debía huir, entro a una carpa escondiéndose dentro de ella, pero el rastro de agua fue fácil de rastrear.
Su cuerpo se encontraba entre unos barriles, no se dio cuenta por culpa de la droga cuando la habían arrastrado de su cabello mojado hasta la paja seca que estaba cerca del lugar, no gimió de dolor gracias a la droga pero eso no le interponía de que tratara de golpear al que se le acercarse, uno de ellos se monto sobre su cadera riendo mientras tenía una pequeña bolsa de cuero de cabra, dos hombres más sujetaron su manos al ver que estaba luchando mucho, aprovechando en tocar sus senos con las manos libres, mientras ella no podía sentir nada de eso, estaba en medio de una nota que la insensibilizaba en todos los estímulos posibles. un cuarto hombre inmovilizo su rostro para que estuviera fijo al hombre que restregaba su hombría en su vientre, ya estaba duro con solo ver a aquella pobre chica sufriendo en ese lugar, saco del saco un polvo blanco que lo llevo al rostro de la joven y lo soplo al frente de ella, el que le sostenía la cabeza había tapado su nariz para no dejarla respirar, cuando vio el polvo surcar los aires destapo su nariz y Tania obligada por la necesidad de aire aspiro todo ese polvo permitiéndole estar en su cuerpo, todos la liberaron alejándose unos centímetros de ella mientras sonreían ante aquella victoria.
Típico de aquel bastardo de Billacord, castigando a una rebelde de la manera que el sabia, humillándola hasta que pidiera perdón por desafiarlo, pero se había equivocado con Tania, ella nunca pediría perdón, prefirió soportar todos los castigos que vinieran en vez de verse de rodilla como una zorra pidiendo misericordia a su cazador.
Se limpio su rostro con el dorso de su mano temblorosa, se levanto como pudo hasta verse otra vez de pie, con la espalda erguida y su rostro en alto, aquellos apenas se rieron al notar aquella expresión de chica fría que mostraba, estaban a punto de volver a acercarse a ella cuando una fuerza mayor la volvió a tirar a la paja, dejo salir un grito pero se calmo solamente al ver el rostro del joven que había visto antes, al menos alguien relativamente conocido. Miro su rostro por unos segundos hasta que noto que aquella nueva droga hacia su efecto en su cuerpo, sus mejillas se sonrojaron, movió un poco sus caderas de manera inconsciente buscando alinearlas con la del joven.
-Oye ella es nuestra recompensa no te la lleves para ti solo en ese estado- protesto el hombre que tenia la bolsa. Tania escondió su rostro en el cuello dejando que sus fauces se llenaran de aquel perfume masculino y viril del joven. Uno de los cuatro trato de sujetarla del cabello hasta llevarla a arrastras en donde estaban los cuatro, pero antes de que le sujetara clavo sus uñas en su brazo dejándole una gran marca al pobre hombre. Se había sentado en la paja, en sus uñas se veía la piel rasgada por ellas y unas gotas de sangre escurrir entre sus dedos, los lamio deleitándose con el sabor metálico de las gotas carmesí. En ese estado era un peligro, tal vez nadie la podría controlar, el hombre herido retrocedió insultando a la cortesana con todos los insultos que podría tener en su vocabulario, Tania apenas sonrió mientras seguía quitando el rastro de sangre con ayuda de su lengua, tal vez si aquel hombre le ayudaba a deshacerse de aquellos hombres le daría una buena paga.
Lo miro mientras mantenía uno de sus dedos dentro de su boca, saboreando el metal de la sangre, -Si los matas me harías un gran favor…- murmuro sonriendo con una gran malicia que provenía de lo mas fondo de su corazón, pero al que de verdad quería ver muerto era a Billacord
Había oído el grito de un niño giro alejándose de la gente para encontrarse con aquella acción del joven, chasqueo la lengua para comenzar a merodear por el lugar, se había dado cuenta que buscaba nada en un espacio inexplorado, no tenia propósito en ese lugar, volvió a girar su rostro hasta encontrarse con la mirada del hombre, giro dejando salir un suspiro, una de las bailarinas se acerco de repente, tocando el hombro de Tania, ella giro dedicándole una dulce sonrisa que fue recibida con otra muy cálida.-Ven…- invito la bailarina para que se uniera a la fiesta con los tambores. Tania negó-Ven- insistió dejando otra sonrisa en sus labios. Al final acepto. Algo que no debió hacer…
Caras desconocidas por todas partes, todos en ese lugar eran desconocidos para ella, aunque sentía un aire de felicidad que la embriagaba no se sentía feliz del todo."Tus caderas se mueven bien"escucho decir a una de las bailarinas mientras sujetaba su cadera con descaro para presionarla contra la de ella. Aquella mujer hundió su nariz entre el cuello impregnado de un aroma de rosas y urbano, su piel brillaba por las gotas de sudor que en su cuello aparecía, la mujer desconocida se atrevió a llevar una de sus manos a los muslos para presionarla y subir más allá hasta su monte de Venus. Tania había comenzado a sentir que algo no iba bien, su cuerpo de sentía pesado, no entendía cuando había llegado a ese lugar en donde era arregostada por aquella mujer, no podría describir su físico, pues solo podía distinguir sus labios pálidos que se acercaban al cuello de Tania, no porque estuviera encapuchada solo que simplemente no podía hacerlo.
Entrecerró sus ojos dejando salir un ligero gemido al sentir la paja estar aprisionado en su espalda, cuando la mujer la dejo en ese lugar se levanto arreglando su falda con una sonrisilla socarrona, para luego irse de aquel lugar "Esta drogada no puede hacer nada para defenderse" Tania movió su cabeza alzando la vista, apenas veía unas sombras que hablaban a unos cinco metros de ella-D-drogada…?- ¿Cuándo había pasado?. ¿De qué se había perdido? tal vez también deseen un poco de afrodisiaco para que tenga la mayor eficiencia la voz de la chica retumbo en su cabeza como si fueran dos bombas que explotaban dentro de ella y la destruía. Aun mareada y con su cuerpo pesando unos 60kg más de lo normal se pudo arrastrar hasta salir por debajo de la carpa, se había encontrado un balde de agua, sin pensarlo dos veces metió su cabeza en aquel lugar. La fría agua realizo su efecto cuando salió del balde podía ver mejor y un poco del peso y mareo se había ido, sacudió su cabeza para con aun pasos torpes comenzar a huir del lugar, de un momento a otro se le olvidaban fracciones de lo que sucedía, ya no se acordaba del rostro de la gitana que la había invitado a bailar, pero aun tenía la sensación de que debía huir, entro a una carpa escondiéndose dentro de ella, pero el rastro de agua fue fácil de rastrear.
Su cuerpo se encontraba entre unos barriles, no se dio cuenta por culpa de la droga cuando la habían arrastrado de su cabello mojado hasta la paja seca que estaba cerca del lugar, no gimió de dolor gracias a la droga pero eso no le interponía de que tratara de golpear al que se le acercarse, uno de ellos se monto sobre su cadera riendo mientras tenía una pequeña bolsa de cuero de cabra, dos hombres más sujetaron su manos al ver que estaba luchando mucho, aprovechando en tocar sus senos con las manos libres, mientras ella no podía sentir nada de eso, estaba en medio de una nota que la insensibilizaba en todos los estímulos posibles. un cuarto hombre inmovilizo su rostro para que estuviera fijo al hombre que restregaba su hombría en su vientre, ya estaba duro con solo ver a aquella pobre chica sufriendo en ese lugar, saco del saco un polvo blanco que lo llevo al rostro de la joven y lo soplo al frente de ella, el que le sostenía la cabeza había tapado su nariz para no dejarla respirar, cuando vio el polvo surcar los aires destapo su nariz y Tania obligada por la necesidad de aire aspiro todo ese polvo permitiéndole estar en su cuerpo, todos la liberaron alejándose unos centímetros de ella mientras sonreían ante aquella victoria.
Típico de aquel bastardo de Billacord, castigando a una rebelde de la manera que el sabia, humillándola hasta que pidiera perdón por desafiarlo, pero se había equivocado con Tania, ella nunca pediría perdón, prefirió soportar todos los castigos que vinieran en vez de verse de rodilla como una zorra pidiendo misericordia a su cazador.
¿Acaso un cazador tiene piedad de su presa?
Su presa en su esclavo y su placer es verlo destruido
Tanto física como psicológicamente.
Su presa en su esclavo y su placer es verlo destruido
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Se limpio su rostro con el dorso de su mano temblorosa, se levanto como pudo hasta verse otra vez de pie, con la espalda erguida y su rostro en alto, aquellos apenas se rieron al notar aquella expresión de chica fría que mostraba, estaban a punto de volver a acercarse a ella cuando una fuerza mayor la volvió a tirar a la paja, dejo salir un grito pero se calmo solamente al ver el rostro del joven que había visto antes, al menos alguien relativamente conocido. Miro su rostro por unos segundos hasta que noto que aquella nueva droga hacia su efecto en su cuerpo, sus mejillas se sonrojaron, movió un poco sus caderas de manera inconsciente buscando alinearlas con la del joven.
-Oye ella es nuestra recompensa no te la lleves para ti solo en ese estado- protesto el hombre que tenia la bolsa. Tania escondió su rostro en el cuello dejando que sus fauces se llenaran de aquel perfume masculino y viril del joven. Uno de los cuatro trato de sujetarla del cabello hasta llevarla a arrastras en donde estaban los cuatro, pero antes de que le sujetara clavo sus uñas en su brazo dejándole una gran marca al pobre hombre. Se había sentado en la paja, en sus uñas se veía la piel rasgada por ellas y unas gotas de sangre escurrir entre sus dedos, los lamio deleitándose con el sabor metálico de las gotas carmesí. En ese estado era un peligro, tal vez nadie la podría controlar, el hombre herido retrocedió insultando a la cortesana con todos los insultos que podría tener en su vocabulario, Tania apenas sonrió mientras seguía quitando el rastro de sangre con ayuda de su lengua, tal vez si aquel hombre le ayudaba a deshacerse de aquellos hombres le daría una buena paga.
Lo miro mientras mantenía uno de sus dedos dentro de su boca, saboreando el metal de la sangre, -Si los matas me harías un gran favor…- murmuro sonriendo con una gran malicia que provenía de lo mas fondo de su corazón, pero al que de verdad quería ver muerto era a Billacord
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Tenía a la tía mas buenorra de toda París sobre mis caderas y dios mío, alabado sea Dios y por todo lo alto de la iglesia, que la mujer se ponía sobre ellas como a mí me gustaba que me sirvieran, pero tan solo fue como si lo hubiera soñado por tan solo unos segundos, como si hubiera sido una visión divina, a lo que minutos después cambie de opinión, viéndola de una manera lo suficientemente sanguinaria como para echarme un poco hacia adelante, cogí la mano de aquella belleza latina, que en una sonrisa sádica me pedía ayuda-...Si ayuda es lo que precisa usted, la pidió al más indicado...-Bese el dorso de la mano de la mujer, me manche los labios con sangre. Lamí mis labios para después saborear aquel sabor metálico de la mano de la muchacha, mujer o fémina a la cual miraba con una sonrisa abierta de par en par.
Poniéndola de nuevo obscenamente sobre mis caderas, agarrándola de uno de sus glúteos para acercarla contra mi pecho, sacando una de las pistolas de pólvora para apuntar a la cabeza a uno de los que había estado molestando a la mujer-Bien ¿Quieres ser el primero? Tengo balas de sobra para reventarte tu cabeza...-El hombre que aun se quejaba, dando alaridos cual perro herido, se aguardaba detrás de dos hombres que le hacían de escudo-...Bien...-Nadie se ofrecía primero, ni el jefe de cabeza se molestaba para levantarse y moverse hacia un lado, nada. Solamente volví a guardar la pistola de donde la saque, de una pequeña funda cerca de mi pecho, cogiendo a la mujer para ponerla al hombro y, por descabellado que pareciera, logré incorporarme con cierto esfuerzo para comenzar a correr hasta poder salir de aquella tiendecilla en donde se encontraban aquellos hombres que al parecer habían medio abusado de la pobre mujer.
La agarraba con cuidado de que no se me cayera al suelo, con cuidado alrededor de sus muslos la sujetaba, corriendo con cierta lentitud, procurando que no se me cayera de bruces-¡POR ALLI! –Escuche bien detrás mía, seguramente eran los hombres quien había jugado un poco con la mujer que ahora yo llevaba a cuestas sobre mi hombro-No la pillarán....eso lo aseguro-Seguía andando deprisa, ya aceleré un poco el paso para ir corriendo ahora un poco más deprisa y finalmente poder escapar de aquella gentuza. Bien, las cosas iban mejorando conforme iba atravesando poco a poco aquel circo gitano lleno de malabaristas, bailarinas y oh, genial, aquel desaliñado personaje de poca estatura y de rostro asqueado, me miraba asombrado por quizás, la carga que llevaba a cuestas, este pues alarmado de lo que traía, vio tras de mí a varias personas, todos hombres siguiéndome con armas blancas en mano.
-¡AYUDAME! ¡SACO DE PULGAS!-Entonces en aquel rostro, pude hallar en vista la socarronería del amigo pulgoso con la que sacaba de una funda una daga, sí su daga. Aquella daga que le gustaba tanto usar y que se abría para mostrar una mucho mas alargada. Corrió detrás de mí, cubriendo mi retaguardia haciendo perder de vista al grupo de malvados que me amenazaban, pero no es que huyera por mí mismo, sino que ahora estaba cumpliendo una petición, una petición de una bella dama en apuros. Ya muy lejos estaba de aquella gente, del sabueso con la daga extensible, de quien había herido la mujer la cual estaba salvando por el momento.
La baje al suelo de un solo movimiento y le cogí de la cara con ambas manos-Eh....-Le sujetaba aquel rostro que tenia, haciendo que fijase su mirada en la mía-...Eh, reaccione...-Dije, dándole pequeñas palmas sobre su mejilla tostada de colorete rosado, después sacudiéndola con suavidad para hacerla reaccionar.
Yo al menos, ya aprendí la lección. Jamás tomaría drogas.
Poniéndola de nuevo obscenamente sobre mis caderas, agarrándola de uno de sus glúteos para acercarla contra mi pecho, sacando una de las pistolas de pólvora para apuntar a la cabeza a uno de los que había estado molestando a la mujer-Bien ¿Quieres ser el primero? Tengo balas de sobra para reventarte tu cabeza...-El hombre que aun se quejaba, dando alaridos cual perro herido, se aguardaba detrás de dos hombres que le hacían de escudo-...Bien...-Nadie se ofrecía primero, ni el jefe de cabeza se molestaba para levantarse y moverse hacia un lado, nada. Solamente volví a guardar la pistola de donde la saque, de una pequeña funda cerca de mi pecho, cogiendo a la mujer para ponerla al hombro y, por descabellado que pareciera, logré incorporarme con cierto esfuerzo para comenzar a correr hasta poder salir de aquella tiendecilla en donde se encontraban aquellos hombres que al parecer habían medio abusado de la pobre mujer.
La agarraba con cuidado de que no se me cayera al suelo, con cuidado alrededor de sus muslos la sujetaba, corriendo con cierta lentitud, procurando que no se me cayera de bruces-¡POR ALLI! –Escuche bien detrás mía, seguramente eran los hombres quien había jugado un poco con la mujer que ahora yo llevaba a cuestas sobre mi hombro-No la pillarán....eso lo aseguro-Seguía andando deprisa, ya aceleré un poco el paso para ir corriendo ahora un poco más deprisa y finalmente poder escapar de aquella gentuza. Bien, las cosas iban mejorando conforme iba atravesando poco a poco aquel circo gitano lleno de malabaristas, bailarinas y oh, genial, aquel desaliñado personaje de poca estatura y de rostro asqueado, me miraba asombrado por quizás, la carga que llevaba a cuestas, este pues alarmado de lo que traía, vio tras de mí a varias personas, todos hombres siguiéndome con armas blancas en mano.
-¡AYUDAME! ¡SACO DE PULGAS!-Entonces en aquel rostro, pude hallar en vista la socarronería del amigo pulgoso con la que sacaba de una funda una daga, sí su daga. Aquella daga que le gustaba tanto usar y que se abría para mostrar una mucho mas alargada. Corrió detrás de mí, cubriendo mi retaguardia haciendo perder de vista al grupo de malvados que me amenazaban, pero no es que huyera por mí mismo, sino que ahora estaba cumpliendo una petición, una petición de una bella dama en apuros. Ya muy lejos estaba de aquella gente, del sabueso con la daga extensible, de quien había herido la mujer la cual estaba salvando por el momento.
La baje al suelo de un solo movimiento y le cogí de la cara con ambas manos-Eh....-Le sujetaba aquel rostro que tenia, haciendo que fijase su mirada en la mía-...Eh, reaccione...-Dije, dándole pequeñas palmas sobre su mejilla tostada de colorete rosado, después sacudiéndola con suavidad para hacerla reaccionar.
Yo al menos, ya aprendí la lección. Jamás tomaría drogas.
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
¿Alguien le podría hacer el favor de quitar aquellos colores tan chillones de su vista? No soportaba ni la oscuridad que le brindaba sus ojos cerrados. ¿Qué era aquello? ¿Risas o llantos? No distinguía nada en ese momento. Real o imaginación. Bien o mal. Las voces que llegaban a ella estaban distorsionadas y no sabría decir si eran de aquellas personas malvadas o de fantasmas de su pasado. Lo último que recuerda era que aquel joven guapo le había besado el dorso de su mano, ahh… aquella sonrisa la había derretido, que hombre tan extrañamente guapo y la sangre en sus labios le había ver mas interesante y excitante. Deseaba besarlo.. Pero cuando deseaba sujetar su rostro todo le pareció tan fuerte, las voces tan agudas, los colores tan pesados y chillones que supuso que no podía mas, antes de darse cuenta ya no estaba en ese lugar, pero el ruido seguía y eso la obstinaba mucho mas.
¿Le habrían violado otra vez? No sentía ningún dolor, pero desde hace mucho tiempo no sentía nada cuando le hacían aquello -...Eh, reaccione...- aquella voz aun juvenil… ¿Dónde carajos estaba? Movió negándose, pero las palmadas que le daban estaban haciendo su fruto, pero aquella sacudida le había sacado de quicio. En su rostro se vio un gesto de molestia, de forma instintiva alzo su mano abofeteando una de las mejillas de su héroe-MALDITA SEAS!!!- le reclamo mientras sentía como su palma ardía-¿!ACASO ME VEZ CON CARA DE MUÑECA DE TRAPO!?- comenzó a gritarle mientras entre su maluquera se movía hacia atrás, lejos de él.-maldito… ahg…- gimió de una extraña sensación que hizo que una de sus manos se posara en su vientre ¿Qué le pasaba?.
Su cuerpo se arqueo mas, son sus mejillas sonrojadas sintió como un gemido espontaneo salía de su boca. ¡Eso no podía estar pasando! Se tapo su boca tratando de hacerse una bola de carne, su cabellos alborotados, su ropa empolvorícenla la hacían ver como una pordiosera, indefensa y sin motivo alguno para vivir. Sintió como otra ola de aquello volvía a golpear su cuerpo ¿que rayos le pasaba?. Alzo su vista hasta encontrarse con la mirada de aquel chico, ladeo su rostro, no podía distinguir muy bien lo que sucedía, todo estaba muy borroso, sus cabellos se posaban en su cara mientras ella inclinaba se trataba de cubrir los labios para dejar de jadear de aquella forma tan descarada.
Debieron utilizar afrodisiaco, pensó la cortesana mientras sentía su cuerpo pesado, sacudió su cabeza para poder estar lucida, pero ya no sabía si en realidad lo estaba….Ups…. apenas lo estaba… ¿Qué estaba haciendo? Gateaba hasta donde se encontraba el hombre que le había salvado, con la misma mano que le había golpeado le acariciaba la mejilla como en forma de disculpa. Otra ola de aquella extraña sensación. Sentía que su cuerpo no resistiría más, en más pudo sentir como su cuerpo se había derrumbado por unos segundos al regazo de aquel hombre para después como unos ojos distantes y sin alma volver a mirarlo con un rostro ladeado.
¿Le habrían violado otra vez? No sentía ningún dolor, pero desde hace mucho tiempo no sentía nada cuando le hacían aquello -...Eh, reaccione...- aquella voz aun juvenil… ¿Dónde carajos estaba? Movió negándose, pero las palmadas que le daban estaban haciendo su fruto, pero aquella sacudida le había sacado de quicio. En su rostro se vio un gesto de molestia, de forma instintiva alzo su mano abofeteando una de las mejillas de su héroe-MALDITA SEAS!!!- le reclamo mientras sentía como su palma ardía-¿!ACASO ME VEZ CON CARA DE MUÑECA DE TRAPO!?- comenzó a gritarle mientras entre su maluquera se movía hacia atrás, lejos de él.-maldito… ahg…- gimió de una extraña sensación que hizo que una de sus manos se posara en su vientre ¿Qué le pasaba?.
Su cuerpo se arqueo mas, son sus mejillas sonrojadas sintió como un gemido espontaneo salía de su boca. ¡Eso no podía estar pasando! Se tapo su boca tratando de hacerse una bola de carne, su cabellos alborotados, su ropa empolvorícenla la hacían ver como una pordiosera, indefensa y sin motivo alguno para vivir. Sintió como otra ola de aquello volvía a golpear su cuerpo ¿que rayos le pasaba?. Alzo su vista hasta encontrarse con la mirada de aquel chico, ladeo su rostro, no podía distinguir muy bien lo que sucedía, todo estaba muy borroso, sus cabellos se posaban en su cara mientras ella inclinaba se trataba de cubrir los labios para dejar de jadear de aquella forma tan descarada.
Debieron utilizar afrodisiaco, pensó la cortesana mientras sentía su cuerpo pesado, sacudió su cabeza para poder estar lucida, pero ya no sabía si en realidad lo estaba….Ups…. apenas lo estaba… ¿Qué estaba haciendo? Gateaba hasta donde se encontraba el hombre que le había salvado, con la misma mano que le había golpeado le acariciaba la mejilla como en forma de disculpa. Otra ola de aquella extraña sensación. Sentía que su cuerpo no resistiría más, en más pudo sentir como su cuerpo se había derrumbado por unos segundos al regazo de aquel hombre para después como unos ojos distantes y sin alma volver a mirarlo con un rostro ladeado.
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Enseguida el efecto de aquella droga podría haber estado dejando de hacer su efecto sobre la cortesana. Nunca había visto algo así. No había visto algo así en una mujer comportarse de ese modo. Parecía repetirme, pero ¿Por qué seguía en aquel lugar con la mujer? La tenía sobre mi regazo, con cuidado la fui agarrando de sus hombros para después cogerla por las piernas y cogerla en brazos, levantándome entonces también con un poco de desequilibrio, pero finalmente estando estable. Bien ahora que. Mire a la mujer, estaba un poco ida aun pero con los ojos abiertos. Suspire mirando hacia el frente, comencé a andar por aquel circo gitano en donde había tantos ladrones, y un vestido que vi, que había sido olvidado, me acerque hasta el y lo mire con la mujer en brazos-¿Dónde hay...?-Intentaba mirar por donde vine, a lo lejos vi aquel caballo que me había traído hasta aquí.
Entonces aviste un banco de madera que estaba al lado del caballo-Bien vayamos allá....-No estaba demasiado hablador de repente, aquella gente persiguiendo a la mujer, yo con la mujer en brazos y yendo hasta un banco de madera-Vale, aquí estará bien....-Deje con lentitud a la mujer en aquel banco de madera, de nuevo suspire, me quite la pequeña capota que tenia para ocultarme del frio y la puse como almohadón bajo la cabeza de la mujer de mirada penetrante-Vengo en un segundo...-Enseguida volvería, habría algo para que se le quitase aquel mareo a la mujer, alguna fruta o algo, pero parecía que todo estaba cerrando, bien era verdad que se estaba siendo demasiado tarde.
Recordé lo de aquel vestido que había visto. Volví hacia donde estaba la mujer, la pase de largo y fui hasta donde me había encontrado el vestido. Ahí estaba aun, sin ver que hubiera alguien, enseguida cogí el vestido para después volver al lado de donde estaba la mujer. Bien, estaba ahí, parecía que se había dormido. Y es que dentro de mi interior, había un vacio alrededor que en mi corazón, surgió y me esperaba veloz para finalmente poder ser más que un perdedor. Un famoso en todo el continente. Podría estar muerto, igual que mis padres, me sentaba al lado de la mujer, en un hueco que había cerca de su hombro derecho, que daba al exterior del banco. La miraba con cierta curiosidad, le acariciaba la mejilla con el dorso de mi mano, serio y concentrado en su belleza.
Era preciosa, cualquier cortesana supongo que lo seria. ¿Cómo sabia mi intuición que era una de esas mujeres de ropas ligeras. Lo sabía por los moretones que había visto en sus piernas, bien escondidas estaban. Eso me puso de mala leche. No eran tan marcados, pero era visible. Suspire y enseguida comencé a mirar hacia los alrededores, el vestido aun lo tenía entre las manos, lo coloque sobre el cuerpo de la mujer para taparla del frio de la noche.
Entonces aviste un banco de madera que estaba al lado del caballo-Bien vayamos allá....-No estaba demasiado hablador de repente, aquella gente persiguiendo a la mujer, yo con la mujer en brazos y yendo hasta un banco de madera-Vale, aquí estará bien....-Deje con lentitud a la mujer en aquel banco de madera, de nuevo suspire, me quite la pequeña capota que tenia para ocultarme del frio y la puse como almohadón bajo la cabeza de la mujer de mirada penetrante-Vengo en un segundo...-Enseguida volvería, habría algo para que se le quitase aquel mareo a la mujer, alguna fruta o algo, pero parecía que todo estaba cerrando, bien era verdad que se estaba siendo demasiado tarde.
Recordé lo de aquel vestido que había visto. Volví hacia donde estaba la mujer, la pase de largo y fui hasta donde me había encontrado el vestido. Ahí estaba aun, sin ver que hubiera alguien, enseguida cogí el vestido para después volver al lado de donde estaba la mujer. Bien, estaba ahí, parecía que se había dormido. Y es que dentro de mi interior, había un vacio alrededor que en mi corazón, surgió y me esperaba veloz para finalmente poder ser más que un perdedor. Un famoso en todo el continente. Podría estar muerto, igual que mis padres, me sentaba al lado de la mujer, en un hueco que había cerca de su hombro derecho, que daba al exterior del banco. La miraba con cierta curiosidad, le acariciaba la mejilla con el dorso de mi mano, serio y concentrado en su belleza.
Era preciosa, cualquier cortesana supongo que lo seria. ¿Cómo sabia mi intuición que era una de esas mujeres de ropas ligeras. Lo sabía por los moretones que había visto en sus piernas, bien escondidas estaban. Eso me puso de mala leche. No eran tan marcados, pero era visible. Suspire y enseguida comencé a mirar hacia los alrededores, el vestido aun lo tenía entre las manos, lo coloque sobre el cuerpo de la mujer para taparla del frio de la noche.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Sentía que su cuerpo literalmente mierda, además de pesado sumamente caliente, aquel chico que le ayudaba…. ¿Dónde lo habia conocido? Tuvo que hacer un pequeño y rápido recuento mientras estaba en sus brazos, porque no se acordaba de mucho. Pero todo se le vino a la mente con la maldita gitana que la vendió por apenas unas monedas de euros, en unos momentos le vino unas grandes ganas de buscarla y sacarle los ojos con sus propias uñas, pero lamentándolo mucho en esos momentos no estaba en el mejor estado.
Aunque no estaba en un estado agradable, debía admitir que no le molestaba estar en brazos de un chico tan guapo, le miraba de reojo, tenía un buen parecido, tal vez por eso cuando la dejo en el banco realizo un leve puchero muy infantil para su edad, pero es que estaba mucho mejor en su ancho pecho en donde podía sentir su corazón latir y su pecho inflarse y desinflarse cuando respirara… escucho su voz… ¿ya se iba? Que problemático… pero asi era siempre, la que lamento que no hubiera podido tocarle. Suspiro sintiendo su cuerpo cansado y sus ojos cerrando -Tks…- chaqueo su lengua… otra vez aquella extraña sensación que recorría su vientre y la humedecía, era mejor acostarse antes de que sucediera algo mas o por culpa de la droga se abalanzara a la primera polla que se le atravesara solo para satisfacer aquella necesidad que la droga había despertado en ella.
Sin darse cuenta se habia quedado dormida en el banco que el hombre la había dejado, con sus piernas cruzadas se quedo quieta hasta que sintió algo cálido llenarla de calor y esta vez no era un calor sexual, era que su cuerpo comenzaba a guardar calor gracias al vestido que tenia encima, alzo su vista borrosa hasta encontrar a la figura de a espalda del chico, se relamió los labios interesada en su cuello, se quedo por unos segundo detallando la contextura del joven, hasta que le dio por hablar aun acostada.
-Hey… Hola…- murmuro sonriendo pícaramente mientras una de sus manos se apoyaba en su hombro para poder levantarse y quedar a su lado -Espero que no sea de mala educación preguntar esto… pero ¿Quién coño eres? ¿Me violaste? Si lo hiciste… maldigo porque no me acuerdo – rio mientras acomodaba el vestido en su regazo, le miro de reojo mientras acariciaba la tela del vestido -No suelo decirlo mucho pero… gracias por ser un gran caballero- murmuro. Parecía hipnotizada por los colores del divertido vestido. Hasta que como un felino mostrándose tranquilo ataca a su presa de un momento a otro.
En menos de un segundo había sujetado el cuello del chico para acercarse a sus labios y depositar un beso intenso en sus labios, se separo de ellos por unos segundos, pero ya había notado el interés del otro por sus labios nuevamente, así que hecho una mirada para ver quien se acercaba, nadie había cerca, así que se sentó en sus piernas, quedándose apoyada en sus caderas mientras sus largas piernas rodeaban su cintura, sus manos rodearon su cuello mientras una sonrisilla se dibujaba en sus labios –lastima que no trabaje con caballeros todo el tiempo….- se relamió los labios para besar nuevamente los labios del contrario por cierto… mucho gusto guapo… mi nombre es Tania-
Aunque no estaba en un estado agradable, debía admitir que no le molestaba estar en brazos de un chico tan guapo, le miraba de reojo, tenía un buen parecido, tal vez por eso cuando la dejo en el banco realizo un leve puchero muy infantil para su edad, pero es que estaba mucho mejor en su ancho pecho en donde podía sentir su corazón latir y su pecho inflarse y desinflarse cuando respirara… escucho su voz… ¿ya se iba? Que problemático… pero asi era siempre, la que lamento que no hubiera podido tocarle. Suspiro sintiendo su cuerpo cansado y sus ojos cerrando -Tks…- chaqueo su lengua… otra vez aquella extraña sensación que recorría su vientre y la humedecía, era mejor acostarse antes de que sucediera algo mas o por culpa de la droga se abalanzara a la primera polla que se le atravesara solo para satisfacer aquella necesidad que la droga había despertado en ella.
Sin darse cuenta se habia quedado dormida en el banco que el hombre la había dejado, con sus piernas cruzadas se quedo quieta hasta que sintió algo cálido llenarla de calor y esta vez no era un calor sexual, era que su cuerpo comenzaba a guardar calor gracias al vestido que tenia encima, alzo su vista borrosa hasta encontrar a la figura de a espalda del chico, se relamió los labios interesada en su cuello, se quedo por unos segundo detallando la contextura del joven, hasta que le dio por hablar aun acostada.
-Hey… Hola…- murmuro sonriendo pícaramente mientras una de sus manos se apoyaba en su hombro para poder levantarse y quedar a su lado -Espero que no sea de mala educación preguntar esto… pero ¿Quién coño eres? ¿Me violaste? Si lo hiciste… maldigo porque no me acuerdo – rio mientras acomodaba el vestido en su regazo, le miro de reojo mientras acariciaba la tela del vestido -No suelo decirlo mucho pero… gracias por ser un gran caballero- murmuro. Parecía hipnotizada por los colores del divertido vestido. Hasta que como un felino mostrándose tranquilo ataca a su presa de un momento a otro.
En menos de un segundo había sujetado el cuello del chico para acercarse a sus labios y depositar un beso intenso en sus labios, se separo de ellos por unos segundos, pero ya había notado el interés del otro por sus labios nuevamente, así que hecho una mirada para ver quien se acercaba, nadie había cerca, así que se sentó en sus piernas, quedándose apoyada en sus caderas mientras sus largas piernas rodeaban su cintura, sus manos rodearon su cuello mientras una sonrisilla se dibujaba en sus labios –lastima que no trabaje con caballeros todo el tiempo….- se relamió los labios para besar nuevamente los labios del contrario por cierto… mucho gusto guapo… mi nombre es Tania-
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
¿Aquí mismo? ¿Pero no tenía modales esta puta? Parecía que no de la manera en la que se había sentado sobre mis caderas, haciendo que mi hombría quedase cerca del sexo femenino, pues bien, simplemente la quité de en medio, sentándola de nuevo sobre el banco, levantándome de ella un poco alterado por el “sorpresón” que me dio con aquella pose. Si, era sugerente, pero de cualquier modo algo ahí “abajo” había hecho “ping” y para que dar más detalles, simplemente me la “beneficiaria” ¿o no? De todos modos - ¿Do-donde ve usted un caballero? –La miraba sentada, tal y como la había apartado enseguida para que yo la mirase de pie, frente a frente al banco.
A mi derecha escuche unos pasos, mire para saber si eran buena compañía, pero a quien vi fue a varias personas que giraron después a la izquierda. Bueno, por lo menos aquí no. La levante del banco, cogiéndola de las muñecas de sus manos y enseguida la cogí al hombro como cualquier campesino con un saco de patatas recién sacadas de la tierra – Veamos, donde nos toca ir....-No sabía cuál sería un buen lugar ¿Una carpa? No, seguramente seria de alguien ¿Dentro del bosque que rodeaba el circo gitano? ¿En el tiovivo? Ah, no, aquí no hay tiovivo, solamente había una mujer que podría ser un tiovivo sobre mis caderas y era la que tenia al hombro.
Caminé un poco más, llegando a un pliegue del bosque que comenzaba a hundirse entre sombras en las que ocultaban más bosque aun. Aquí sí que podríamos finalizar un trato que iba a comenzar de un momento a otro –Bien....-Me agache para poder dejarla en la hierba, con cuidado de que no se hiciera daño en la cabeza, ahora que iban a pasar varios hombres sospechosos, me tumbe sobre aquella que se llamaba Tania- Uy vaya....-Con cuidado de no aplastarla, me tumbe sobre el cuerpo de Tania para pasar desapercibidos a quienes se acercaron, se fueron me quede en aquella posición mirando a Tania-mm....-mis labios rozaron la piel de Tania, metiéndome entre sus piernas arremetía mas contra los matojos de hierba que crecían en la tierra, con lentitud fui acercando mis caderas cerca del sexo de esta para después alcanzar su cuello con mis labio e hincar los dientes para un juguetón mordisco.
No es que me fuera lo del vampirismo. Tan solo comencé a jugar un rato. La diversión no había hecho más que empezar.
A mi derecha escuche unos pasos, mire para saber si eran buena compañía, pero a quien vi fue a varias personas que giraron después a la izquierda. Bueno, por lo menos aquí no. La levante del banco, cogiéndola de las muñecas de sus manos y enseguida la cogí al hombro como cualquier campesino con un saco de patatas recién sacadas de la tierra – Veamos, donde nos toca ir....-No sabía cuál sería un buen lugar ¿Una carpa? No, seguramente seria de alguien ¿Dentro del bosque que rodeaba el circo gitano? ¿En el tiovivo? Ah, no, aquí no hay tiovivo, solamente había una mujer que podría ser un tiovivo sobre mis caderas y era la que tenia al hombro.
Caminé un poco más, llegando a un pliegue del bosque que comenzaba a hundirse entre sombras en las que ocultaban más bosque aun. Aquí sí que podríamos finalizar un trato que iba a comenzar de un momento a otro –Bien....-Me agache para poder dejarla en la hierba, con cuidado de que no se hiciera daño en la cabeza, ahora que iban a pasar varios hombres sospechosos, me tumbe sobre aquella que se llamaba Tania- Uy vaya....-Con cuidado de no aplastarla, me tumbe sobre el cuerpo de Tania para pasar desapercibidos a quienes se acercaron, se fueron me quede en aquella posición mirando a Tania-mm....-mis labios rozaron la piel de Tania, metiéndome entre sus piernas arremetía mas contra los matojos de hierba que crecían en la tierra, con lentitud fui acercando mis caderas cerca del sexo de esta para después alcanzar su cuello con mis labio e hincar los dientes para un juguetón mordisco.
No es que me fuera lo del vampirismo. Tan solo comencé a jugar un rato. La diversión no había hecho más que empezar.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Se sentó cruzando las piernas y sus brazos haciendo un leve puchero, ¿acaso no le había gustado? Pues Tania había jurado que había sentido “algo” en aquella parte que lo definía como hombre, debió su mirada mientras él se levantaba, ahora no estaba de humor, bueno nadie se pondría de humor cuando un tipo sexy le rechazaba, era casi como un crimen para una cortesana y mucho más cuando esta estaba dispuesta a hacerlo, aunque claro su escusa era para poder dejar salir toda aquella droga que la dejaba atontada. La había levantado bruscamente, iba a dejar en claro que no debía ser tratada así cuando se vio en el hombro del tipo aquel como si se tratara de un bulto de abono. Tania apoyo su codo en la espalda del tipo para apoyar su rostro en un puño de su mano, para suspirar -Así que adonde iremos romeo?- pregunto en español mientras seguía en su hombro casi como si no le importar. -Gloria Bravo pueblo que el yugo lanzo- comenzó a cantar bajito mientras seguía el hombre caminando -la ley respetando la virtud y honor- iba seguir tatareando aquella canción cuando sintió que le bajaban cuidadosamente del hombro, se estiro en la yerba contenta de tener algo fresco, pero pronto sintió algo opresándole, cuando abrió sus ojos estaba el tipo encima de ella… ¿así que seguirán la fiesta en ese lugar?... interesante…
Se habían quedado mirando por unos segundo, pronto Tania noto que él se acercaba a su cuello, esta alzo su mentón para darle espacio, esa casi como decirle “adelante no me molesta” era una invitación muy sugerente pero divertida, por otro lado, allí abajo pasaba casi lo mismo, una de sus piernas se abría paso al sencillo vestido de Tania, para acercar más a aquel lugar que pronto el chico desearía con locura, la cortesana rio suavemente mientras sentía la presión del pie en su sexo y aquel mordisco la hizo estremecerse por algunos segundos, pronto sintió como bajaba mientras ella buscaba poner sus manos en su espalda, pero sus manitos no se podían quedar quieta, así que le sujeto el trasero haciendo que su rostro quedara al frente el de ella. -No me has dicho tu nombre… ¿no quieres decírmelo?- pregunto son una sonrisa traviesa mientras estrujaba aquel lugar duro y bien formado –aunque en realidad no me importa, con tal de que pongas “eso” en “esto” estaremos felices- añadió con una sonrisa nada inocente.
Una de sus manos se había llegado a “eso” toco suavemente su punta… oh… parecía que aquello que había sentido no era su imaginación, bueno debía darse crédito, era tan sexy que apenas algunos toques y podría poner loco a cualquiera, por esa razón se había convertido en cortesana… bueno las razones por la que se había convertido cortesana eran por varios factores, que formaban una ecuación que al final daban como resultado a Tania como una sensual cortesana. Prácticamente eran varios factores que prefería mil veces olvidar, dejar llevarse por el sexo, embriagarse entre el placer y las sensaciones eróticas, antes que volver a pensar en todo lo que había tenido que sufrir para llegar a donde estaba en esos momentos. ¿Qué hubiera sido de ella si aquella noche no se hubiera encontrado con el jefe? Tal vez aquel desgraciado hubiera hecho de las suyas otra vez. Se lo imaginaba de una manera tan real que simplemente le daban escalofríos, ella golpeada por todas partes de su cuerpo, violada como castigo de desobedecer órdenes y llevada a algún cuarto mugriento para que sus heridas sanaran y luego poder vender la belleza de cuerpo que aquella Venezolana tenia. Eso le recordó la canción que estaba cantando hace unos minutos, la siguiente estrofa que llego a su cabeza la hizo sonreír para ella misma “abajo cadenas” perfecto para ella ¿no?. Lástima que ella no tenía Honor ni mucho menos Virtud, apenas era un pedazo de carne que los demás podrían coger cuando se les diera la gana.
Su otra mano pasó por la cabeza, entrelazando sus dedos en el cabello del joven, aquella parecía la de la diosa de la discordia, tan hermosa y a la vez peligrosa, era perfecta, con un aura de maldad que de cierta forma aumentaba su erotismo, chaqueo su lengua, parecía que el chico iba a hablar pero unos pasos la alertaron, con su mano lo empujo hacia su rostro para sellarle sus palabras con un beso, pero aquel beso fue un poco más que eso, parecía que se había ido de las manos, sus brazos se aferraron a su cuello para atraerlo, sujetándolo con tal fuerza que no parecía que no lo soltaría, hasta que una risilla la hizo detenerse, un cosquilleo bajaba por todo su cuerpo, aquel hombre era bueno, le gustaba su forma de besar…
Se habían quedado mirando por unos segundo, pronto Tania noto que él se acercaba a su cuello, esta alzo su mentón para darle espacio, esa casi como decirle “adelante no me molesta” era una invitación muy sugerente pero divertida, por otro lado, allí abajo pasaba casi lo mismo, una de sus piernas se abría paso al sencillo vestido de Tania, para acercar más a aquel lugar que pronto el chico desearía con locura, la cortesana rio suavemente mientras sentía la presión del pie en su sexo y aquel mordisco la hizo estremecerse por algunos segundos, pronto sintió como bajaba mientras ella buscaba poner sus manos en su espalda, pero sus manitos no se podían quedar quieta, así que le sujeto el trasero haciendo que su rostro quedara al frente el de ella. -No me has dicho tu nombre… ¿no quieres decírmelo?- pregunto son una sonrisa traviesa mientras estrujaba aquel lugar duro y bien formado –aunque en realidad no me importa, con tal de que pongas “eso” en “esto” estaremos felices- añadió con una sonrisa nada inocente.
Una de sus manos se había llegado a “eso” toco suavemente su punta… oh… parecía que aquello que había sentido no era su imaginación, bueno debía darse crédito, era tan sexy que apenas algunos toques y podría poner loco a cualquiera, por esa razón se había convertido en cortesana… bueno las razones por la que se había convertido cortesana eran por varios factores, que formaban una ecuación que al final daban como resultado a Tania como una sensual cortesana. Prácticamente eran varios factores que prefería mil veces olvidar, dejar llevarse por el sexo, embriagarse entre el placer y las sensaciones eróticas, antes que volver a pensar en todo lo que había tenido que sufrir para llegar a donde estaba en esos momentos. ¿Qué hubiera sido de ella si aquella noche no se hubiera encontrado con el jefe? Tal vez aquel desgraciado hubiera hecho de las suyas otra vez. Se lo imaginaba de una manera tan real que simplemente le daban escalofríos, ella golpeada por todas partes de su cuerpo, violada como castigo de desobedecer órdenes y llevada a algún cuarto mugriento para que sus heridas sanaran y luego poder vender la belleza de cuerpo que aquella Venezolana tenia. Eso le recordó la canción que estaba cantando hace unos minutos, la siguiente estrofa que llego a su cabeza la hizo sonreír para ella misma “abajo cadenas” perfecto para ella ¿no?. Lástima que ella no tenía Honor ni mucho menos Virtud, apenas era un pedazo de carne que los demás podrían coger cuando se les diera la gana.
Su otra mano pasó por la cabeza, entrelazando sus dedos en el cabello del joven, aquella parecía la de la diosa de la discordia, tan hermosa y a la vez peligrosa, era perfecta, con un aura de maldad que de cierta forma aumentaba su erotismo, chaqueo su lengua, parecía que el chico iba a hablar pero unos pasos la alertaron, con su mano lo empujo hacia su rostro para sellarle sus palabras con un beso, pero aquel beso fue un poco más que eso, parecía que se había ido de las manos, sus brazos se aferraron a su cuello para atraerlo, sujetándolo con tal fuerza que no parecía que no lo soltaría, hasta que una risilla la hizo detenerse, un cosquilleo bajaba por todo su cuerpo, aquel hombre era bueno, le gustaba su forma de besar…
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Si una mano acariciaba la mejilla de la cortesana, su otra mano estaba ocupada descubriendo el tacto de seda de la piel del hombro de la cortesana. Quería haberle dicho su nombre, pero ella le atrapo con sus labios color carmín, él la besaba como el sabia, solo lo había hecho una vez cuando era un crio, y ahora besaba a una mujer, sus labios se manejaban como la primera vez, movía, abría su boca para introducir su lengua para que fuera en busca de la ajena, bien, dos materias orgánicas comenzando a encontrarse para hallarse la una con la otra, lentamente y por fin rozo con la punta de la lengua la ajena y sin pensárselo, profundizo mas en el beso, llegando a pasar la mano que tenia por su piel por debajo de su cintura, rodeándole la cintura y así poder acercarla a su cuerpo, quería sentirla contra él, aunque fuera por tener un cuerpo solido.
-Mhg...-los murmuros como susurros habían empezado a emerger...La magia parecía comenzar en este mismo instante para ambos... que parecían proceder a caricias de un alto nivel afectivo. El olor de aquella mujer, parecía embriagarle cada vez mas y mas, no sabía cómo, pero cuando se separo de sus labios de carmín, no había parado, sino empezado a caminar o a viajar por la sensación que le embriagaba ese aroma, comenzaba a lamerle con la punta de la lengua aquella piel en curva que iba de su mentón hasta su clavícula, lamio, beso y mordió sin dejarse apenas ningún trozo.
¿Qué más? En fin, ¿Qué era el sexo? ¿O el amor? ¿Un acto que se realizaba con los movimientos de dos personas? Nunca parecía haberlo experimentado, tan solo había leído, o visto a escondidas, él y ahora su hermano parecía ejercer lo mismo. Él había escogido el camino más doloroso, sin dilación alguna, se encaminaba cada día a la muerte para después burlarla y así poder sobrevivir, sonreírle a la muerte de que la había vencido y burlado una vez más. Él hasta ahora solo se había dedicado a matar, buscar y más lo que llevaba con ello.
Sus manos, ahora alcanzaban la espalda de la cortesana, acariciándola por los costados y agarrándola con firmeza para rodar y hacer que ella ahora estuviera debajo de él, sentarse en el suelo, consiguiendo poniendo a la fuerza a la mujer y lamerle cierto ombligo que estaba a la vista. Subía, miraba de reojo, hacia la izquierda, derecha, nadie estaba, miró a la cortesana, a Tania, se le quedo mirando desde aquel ángulo y le cogió del mentón para comenzar a besarla con lentitud, la sensualidad si se le metía prisa, ya no era especial, no te hacía sentir aquellos escalofríos que te suelen dar cuando alguien te seduce.
La incrusto en sus caderas, sexo contra sexo, su virilidad bien podría estar hinchándose al igual de sus pelotas, tenía mucho amor para dar y tomar, la cortesana tendría que rogarle por que le diera más. Aprendía rápido, sus manos estaban sobre sus hombros, se acercaban con peligro a los tirantes del sostén, con las palmas abiertas solamente y de sus labios, paso al canalillo que se formaba al juntar este con sus manos los voluminosos senos de la cortesana. Apretaba y juntaba los senos una y otra vez mientras besaba cada centímetro de su piel tostada, le lamia sin prisas, pero unos pasos, un grito desde lejos, hizo que agarrara a Tania.
-Nossss... vamos...joder...-mascullo pues con su breve excitación bajo los pantalones le apretaba, le hacía peor la existencia. Se separo con un poco de esfuerzo de Tania para levantarse y cogerla de la mano para tirar de ella y poder así adentrarse con ella dentro del bosque-Agh...Dios...-Gemía de dolor, esto le pasaba por ser tan prematuro, por ir lento y excitarse tan pronto, aun estaba estudiando aquello. Miró a Tania, se habían escondido bien adentro del bosque, nadie los verían y no encontraría a Tania-Posiblemente, puedas defenderte sola....-la miro de abajo arriba, la acerco hacia él, acercándola de la mano-...Seguramente podrás....pero ahora...Dios...-Nada, que no podría hablar si no tendría un polvo con alguien, parecía como si hubiera pasado de normal a un estado de ninfómano, la acerco hacia el por completo y la acorralo contra la corteza de un árbol-...Chezhekov....-Susurraba con sensualidad sobre el hombro, piel de la cortesana-...Andrei Chezhekov.
-Mhg...-los murmuros como susurros habían empezado a emerger...La magia parecía comenzar en este mismo instante para ambos... que parecían proceder a caricias de un alto nivel afectivo. El olor de aquella mujer, parecía embriagarle cada vez mas y mas, no sabía cómo, pero cuando se separo de sus labios de carmín, no había parado, sino empezado a caminar o a viajar por la sensación que le embriagaba ese aroma, comenzaba a lamerle con la punta de la lengua aquella piel en curva que iba de su mentón hasta su clavícula, lamio, beso y mordió sin dejarse apenas ningún trozo.
¿Qué más? En fin, ¿Qué era el sexo? ¿O el amor? ¿Un acto que se realizaba con los movimientos de dos personas? Nunca parecía haberlo experimentado, tan solo había leído, o visto a escondidas, él y ahora su hermano parecía ejercer lo mismo. Él había escogido el camino más doloroso, sin dilación alguna, se encaminaba cada día a la muerte para después burlarla y así poder sobrevivir, sonreírle a la muerte de que la había vencido y burlado una vez más. Él hasta ahora solo se había dedicado a matar, buscar y más lo que llevaba con ello.
Sus manos, ahora alcanzaban la espalda de la cortesana, acariciándola por los costados y agarrándola con firmeza para rodar y hacer que ella ahora estuviera debajo de él, sentarse en el suelo, consiguiendo poniendo a la fuerza a la mujer y lamerle cierto ombligo que estaba a la vista. Subía, miraba de reojo, hacia la izquierda, derecha, nadie estaba, miró a la cortesana, a Tania, se le quedo mirando desde aquel ángulo y le cogió del mentón para comenzar a besarla con lentitud, la sensualidad si se le metía prisa, ya no era especial, no te hacía sentir aquellos escalofríos que te suelen dar cuando alguien te seduce.
La incrusto en sus caderas, sexo contra sexo, su virilidad bien podría estar hinchándose al igual de sus pelotas, tenía mucho amor para dar y tomar, la cortesana tendría que rogarle por que le diera más. Aprendía rápido, sus manos estaban sobre sus hombros, se acercaban con peligro a los tirantes del sostén, con las palmas abiertas solamente y de sus labios, paso al canalillo que se formaba al juntar este con sus manos los voluminosos senos de la cortesana. Apretaba y juntaba los senos una y otra vez mientras besaba cada centímetro de su piel tostada, le lamia sin prisas, pero unos pasos, un grito desde lejos, hizo que agarrara a Tania.
-Nossss... vamos...joder...-mascullo pues con su breve excitación bajo los pantalones le apretaba, le hacía peor la existencia. Se separo con un poco de esfuerzo de Tania para levantarse y cogerla de la mano para tirar de ella y poder así adentrarse con ella dentro del bosque-Agh...Dios...-Gemía de dolor, esto le pasaba por ser tan prematuro, por ir lento y excitarse tan pronto, aun estaba estudiando aquello. Miró a Tania, se habían escondido bien adentro del bosque, nadie los verían y no encontraría a Tania-Posiblemente, puedas defenderte sola....-la miro de abajo arriba, la acerco hacia él, acercándola de la mano-...Seguramente podrás....pero ahora...Dios...-Nada, que no podría hablar si no tendría un polvo con alguien, parecía como si hubiera pasado de normal a un estado de ninfómano, la acerco hacia el por completo y la acorralo contra la corteza de un árbol-...Chezhekov....-Susurraba con sensualidad sobre el hombro, piel de la cortesana-...Andrei Chezhekov.
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
¿Qué sentía en ese momento? Cosquillas que en todo su cuerpo recorrían, parecía que en algún momento aquellas hormigas imaginarias iban a aparecer por encima de su piel, pero no mal entintan, era una sensación que provocaba en Tania un extraño éxtasis, verse en aquella situación la llenaba de un placer prohibido y natural. Aquel chico comenzaba a sentir la necesidad de poseer el cuerpo de la cortesana, a ella poco le importaba sus movimientos torpes y bruscos que delataban su inexperiencia, apenas se resistía mientras este buscaba aferrarse a su cuerpo… apenas pudo suspirar omitiendo un estúpido gemido que quedo en su garganta, al notar como aquel joven comenzaba a explorar su cuerpo.
Un cambio de posición la tomo por sorpresa pero rápidamente se mostro interesada en la opresión que sentía, era un hombre que le gustaba mandar, imponer, no era un pelagatos cualquiera, era alguien con mucho carácter, eso la hizo sonreír, entrecerró sus ojos dejándose llevar por todas aquellas sensaciones que como corrientes eléctricas llegaban a su cuerpo… apenas podría decir unas cuantas palabras y todo lo que saliera de su boca seria “esto es perfecto” era una pervertida de primera ¿Qué esperaban? Era una cortesana que no temía mostrarse tal como era, una exótica mujer que no le temía al prejuicio de la sociedad. Cuando le volvió a besar, lo acepto manteniéndose sumisa mientras este invadía nuevamente su cavidad bucal con su escurridiza lengua. Una exclamación fue ahogada por su lengua que aun estaba en su boca en una batalla épica entre aquellos dos pedazos de carne. Pudo sentir algo duro chocando contra su húmedo sexo, eso le gusto, pero pronto vio el peligro mientras sus hombros eran descubiertos por aquellas manos que parecían serpientes sigilosas -¿Qué rayos haces?- pregunto dejando un leve suspiro de placer mientras veía como sus pezones comenzaban a ponerse duros solamente con el toque de aquel hombre, arqueo su cabeza mientras sentía como le besaba su piel, cada centímetro de ella –ahh…- gimió mordiéndose sus labios descoloridos.
Como cuando uno está a punto de pedir más y alguien parece venir a arruinar la fiesta. Esa fue la sensación que Tania tuvo cuando aquel hombre la sujeto para arrastrarla más adentro, apenas ella podía seguirle el paso, notaba un gesto de dolor, aquello siempre le parecía divertido, no pudo evitar reírse mientras notaba cuan doloroso era para el no haber continuado, luego de unos minutos se encontraron en la oscuridad de aquel bosque que rodeaba el circo gitano, apenas se veían las opacas luces de las tiendas y de la carpa, estaría bien seguir en ese lugar ¿cierto?. Estaba de espaldas a el cuando este comenzó a hablarle, se giro con una picara sonrisa en sus labios. Le había atraído a su cuerpo, parecía que su pensé estaba nublada. A Tania ya nunca le sucedía aquello, siempre estaba serena y muy tranquila, no importaba la situación en que se encontraba, le acerico una de sus mejillas riendo suavemente.
-Andrei… Andrei Chezhekov- susurro sonriente -bueno ya se a quien cobrarle- una de sus manos se escurrió hasta llegar cerca de aquel bulto que presionaba en su cuerpo, estaba ya duro y listo, de seguro pronto comenzaría a gotear si no es que ya lo estaba haciendo, bajo la mirada para detallar bien exactamente donde tenía su mano, para luego mirarle de reojo y ver la expresión de su rostro.
Apenas era un niño… eso era decepcionante y a la vez excitante, podría enseñarle exactamente donde tocar el momento exacto, pero por ahora solamente le haría el favor de no estar tan ansioso -¿Qué prefieres?- pregunto acercando su rostro al de ella con su mano en la nuca-¿qué te ayude con mi boca o que ya lo meta adentro de mi?- le pregunto susurrándole cerca de sus labios-creo que aun eres muy inexperto, no soportarías mi boca- sentencio un poco decepcionada, pero no desilusionada, podía ver el tamaño de aquella cosa apenas por la tela del pantalón, eso le daba muchas esperanzas de que llegara aun más de lo que esperaba, se alejo de él a regañadientes mientras una de sus manos alzaba su vestido y con sus dedos deslizaba la lencería que tenia abajo, la movió juguetonamente en su dedo para luego tirársela en la cara y reír dulcemente, como si aquello fuera un juego de niños.
Un cambio de posición la tomo por sorpresa pero rápidamente se mostro interesada en la opresión que sentía, era un hombre que le gustaba mandar, imponer, no era un pelagatos cualquiera, era alguien con mucho carácter, eso la hizo sonreír, entrecerró sus ojos dejándose llevar por todas aquellas sensaciones que como corrientes eléctricas llegaban a su cuerpo… apenas podría decir unas cuantas palabras y todo lo que saliera de su boca seria “esto es perfecto” era una pervertida de primera ¿Qué esperaban? Era una cortesana que no temía mostrarse tal como era, una exótica mujer que no le temía al prejuicio de la sociedad. Cuando le volvió a besar, lo acepto manteniéndose sumisa mientras este invadía nuevamente su cavidad bucal con su escurridiza lengua. Una exclamación fue ahogada por su lengua que aun estaba en su boca en una batalla épica entre aquellos dos pedazos de carne. Pudo sentir algo duro chocando contra su húmedo sexo, eso le gusto, pero pronto vio el peligro mientras sus hombros eran descubiertos por aquellas manos que parecían serpientes sigilosas -¿Qué rayos haces?- pregunto dejando un leve suspiro de placer mientras veía como sus pezones comenzaban a ponerse duros solamente con el toque de aquel hombre, arqueo su cabeza mientras sentía como le besaba su piel, cada centímetro de ella –ahh…- gimió mordiéndose sus labios descoloridos.
Como cuando uno está a punto de pedir más y alguien parece venir a arruinar la fiesta. Esa fue la sensación que Tania tuvo cuando aquel hombre la sujeto para arrastrarla más adentro, apenas ella podía seguirle el paso, notaba un gesto de dolor, aquello siempre le parecía divertido, no pudo evitar reírse mientras notaba cuan doloroso era para el no haber continuado, luego de unos minutos se encontraron en la oscuridad de aquel bosque que rodeaba el circo gitano, apenas se veían las opacas luces de las tiendas y de la carpa, estaría bien seguir en ese lugar ¿cierto?. Estaba de espaldas a el cuando este comenzó a hablarle, se giro con una picara sonrisa en sus labios. Le había atraído a su cuerpo, parecía que su pensé estaba nublada. A Tania ya nunca le sucedía aquello, siempre estaba serena y muy tranquila, no importaba la situación en que se encontraba, le acerico una de sus mejillas riendo suavemente.
-Andrei… Andrei Chezhekov- susurro sonriente -bueno ya se a quien cobrarle- una de sus manos se escurrió hasta llegar cerca de aquel bulto que presionaba en su cuerpo, estaba ya duro y listo, de seguro pronto comenzaría a gotear si no es que ya lo estaba haciendo, bajo la mirada para detallar bien exactamente donde tenía su mano, para luego mirarle de reojo y ver la expresión de su rostro.
Apenas era un niño… eso era decepcionante y a la vez excitante, podría enseñarle exactamente donde tocar el momento exacto, pero por ahora solamente le haría el favor de no estar tan ansioso -¿Qué prefieres?- pregunto acercando su rostro al de ella con su mano en la nuca-¿qué te ayude con mi boca o que ya lo meta adentro de mi?- le pregunto susurrándole cerca de sus labios-creo que aun eres muy inexperto, no soportarías mi boca- sentencio un poco decepcionada, pero no desilusionada, podía ver el tamaño de aquella cosa apenas por la tela del pantalón, eso le daba muchas esperanzas de que llegara aun más de lo que esperaba, se alejo de él a regañadientes mientras una de sus manos alzaba su vestido y con sus dedos deslizaba la lencería que tenia abajo, la movió juguetonamente en su dedo para luego tirársela en la cara y reír dulcemente, como si aquello fuera un juego de niños.
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Terminaria cortejándola hasta el fondo, sin dejarse ninguna cavidad vaginal ni bucal con su enorme ego que constituía de un estoque bastante lleno de testosterona y listo para hacerla gemir hasta los castillos de la bella Rusia. Sus pantalones aguantaban lo que sea y mas su ”señor” que quería refugiarse dentro de la boca por el primer lugar a escoger, dentro de su boca, de la boca ajena-Dame tu boca-Vamos, ella también lo estaba deseando desde que la había tumbado en aquel banco del cual estaban a una distancia bastante lejos.
Se lo había puesto fácil, ambos se lo habían puesto fácil, para que hubiera ninguna tesitura pues de cualquier modo tardarían muchísimo más. Lástima que no tuviera su fusta consigo, el poder de llevar ese pequeño artilugio, le hacía sentirse con poder, pero a pesar de todo, al final siempre yacía en el armario, esperando ser usada y en lugar de eso, tenia consigo un látigo bastante ágil.
Agarro el látigo y enseguida deshizo el rollo de la goma del artilugio, lo dejo libre que descansara la longitud sobre la tierra y enseguida dar unos ligeros toques en el aire, moviéndose rápidamente en movimientos diagonales y con seguridad de ello, dejo descansar el látigo en sus manos, para esperar lo que había querido hacer: Un poco de intimidad. Los arboles que ya de por si ocultaban su presencia frente a los demás curiosos del circo gitano, se cayeron dejando que las montañas de hojas verdes ahora fueran muros a su alrededor, creando un espacio solo de ambos, rodeados de arboles amontonados uno encima de otro haciendo más imposible la búsqueda de ambos.
Miro entonces a Tania que al parecer, se había quedado cerca, hecha una bola, en el mismo árbol que antes estaba Andrei mirándola con deseo. Y seguía con el mismo deseo que en el principio, se acerco a ella y con suavidad fue a cogerle la mano para besarle el dorso, subirla de la tierra del bosque y finalmente acercarla contra su cuerpo y tumbarla sobre el cómodo lecho de hojas verdes que había hecho con un poco de esfuerzo y algo de lucha-...Si...bueno ¿Empezamos?-Dijo algo más bien insistente dado que ahora tenía ganas de tocarla y de darla lo que se merece-...50,000 francos...y una nueva vida...-Susurro para su oído. ¿Tendría aquella cantidad asquerosa de dinero? Sí y no si ella denegaba.
Aunque... “Una nueva vida” ¿Qué querría decir con aquello? Simplemente que era demasiado egoísta con lo bello, ella lo era, no, ella era hermosa, poso las manos sobre una de las dunas de su abdomen, llevándolas lentamente por su estomago, a modo de masaje poseía su piel con una suave caricia que después sus manos se separaron para revisar el frio de sus brazos que con su piel él la rozaba contra la ajena y así poder darla calor contra el frio, llegando nuevamente a sus labios con los propios e ir introduciendo la lengua en su interior, intentando llegar y llegando a jugar con el musculo de la lengua de la cortesana, en la que iba haciendo su propio baile de la noche.
La besaba con lentitud, saboreando cada rincón bucal, cada superficie mientras que sus manos bajaban con suma lentitud por el cuerpo ajeno hasta posar una de ellas dentro de la vagina de esta, tres dedos, ni más ni menos comenzaron a hacer brincos dentro de su vagina-¿Te has imaginado la sensación de que te follen todos los días y a todas horas?-soltó una risa más bien torcida para lo que era en si Andrei, miro a la cortesana, se acerco a sus ojos para sonreírla-...¿Te has imaginado acaso el poder ser libre de tu propio cuerpo y de que nadie abuse de el a voluntad propia? –Saco sus dedos de su vagina para lamer uno por uno, lentamente mientras la miraba y después metía uno dentro de su boca-...Yo puedo dártelo...-No pudo, no pudo evitar acariciarle la mejilla con el dorso de una de las manos, como una delicada flor que tiene sus espinas y se defiende con palabras de la calle, pero que en el fondo quiere o desea vivir un cuento de hadas o quizás no.
Se lo había puesto fácil, ambos se lo habían puesto fácil, para que hubiera ninguna tesitura pues de cualquier modo tardarían muchísimo más. Lástima que no tuviera su fusta consigo, el poder de llevar ese pequeño artilugio, le hacía sentirse con poder, pero a pesar de todo, al final siempre yacía en el armario, esperando ser usada y en lugar de eso, tenia consigo un látigo bastante ágil.
Agarro el látigo y enseguida deshizo el rollo de la goma del artilugio, lo dejo libre que descansara la longitud sobre la tierra y enseguida dar unos ligeros toques en el aire, moviéndose rápidamente en movimientos diagonales y con seguridad de ello, dejo descansar el látigo en sus manos, para esperar lo que había querido hacer: Un poco de intimidad. Los arboles que ya de por si ocultaban su presencia frente a los demás curiosos del circo gitano, se cayeron dejando que las montañas de hojas verdes ahora fueran muros a su alrededor, creando un espacio solo de ambos, rodeados de arboles amontonados uno encima de otro haciendo más imposible la búsqueda de ambos.
Miro entonces a Tania que al parecer, se había quedado cerca, hecha una bola, en el mismo árbol que antes estaba Andrei mirándola con deseo. Y seguía con el mismo deseo que en el principio, se acerco a ella y con suavidad fue a cogerle la mano para besarle el dorso, subirla de la tierra del bosque y finalmente acercarla contra su cuerpo y tumbarla sobre el cómodo lecho de hojas verdes que había hecho con un poco de esfuerzo y algo de lucha-...Si...bueno ¿Empezamos?-Dijo algo más bien insistente dado que ahora tenía ganas de tocarla y de darla lo que se merece-...50,000 francos...y una nueva vida...-Susurro para su oído. ¿Tendría aquella cantidad asquerosa de dinero? Sí y no si ella denegaba.
Aunque... “Una nueva vida” ¿Qué querría decir con aquello? Simplemente que era demasiado egoísta con lo bello, ella lo era, no, ella era hermosa, poso las manos sobre una de las dunas de su abdomen, llevándolas lentamente por su estomago, a modo de masaje poseía su piel con una suave caricia que después sus manos se separaron para revisar el frio de sus brazos que con su piel él la rozaba contra la ajena y así poder darla calor contra el frio, llegando nuevamente a sus labios con los propios e ir introduciendo la lengua en su interior, intentando llegar y llegando a jugar con el musculo de la lengua de la cortesana, en la que iba haciendo su propio baile de la noche.
La besaba con lentitud, saboreando cada rincón bucal, cada superficie mientras que sus manos bajaban con suma lentitud por el cuerpo ajeno hasta posar una de ellas dentro de la vagina de esta, tres dedos, ni más ni menos comenzaron a hacer brincos dentro de su vagina-¿Te has imaginado la sensación de que te follen todos los días y a todas horas?-soltó una risa más bien torcida para lo que era en si Andrei, miro a la cortesana, se acerco a sus ojos para sonreírla-...¿Te has imaginado acaso el poder ser libre de tu propio cuerpo y de que nadie abuse de el a voluntad propia? –Saco sus dedos de su vagina para lamer uno por uno, lentamente mientras la miraba y después metía uno dentro de su boca-...Yo puedo dártelo...-No pudo, no pudo evitar acariciarle la mejilla con el dorso de una de las manos, como una delicada flor que tiene sus espinas y se defiende con palabras de la calle, pero que en el fondo quiere o desea vivir un cuento de hadas o quizás no.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
El ego masculino era tan simple y estúpido. Apenas con unas cuantas palabras sensuales y parecían desear llenar a la mujer con aquel líquido blanco que apenas lo único que dejaba era un rastro en sus cuerpos. ¿Qué era lo que buscaban ellos? Apenas satisfacción, deseaban que aquella cosa suya, la que colgaba grotescamente en su entrepierna se sintiera jodidamente bien y feliz dentro del coño de una mujer. Tania no era de las mujeres que buscaba desesperadamente dinero entre sus clientes, tampoco era una ladrona que esperaba que sus hombres (o mujeres) se emborracharan hasta perder la conciencia solamente para robarle todo lo que tenía en la cartera. Tenía una buena posición en el burdel, cuando deseaba ir lo hacía, cuando no deseaba, no lo hacía y no se moría de hambre mientras no trabajada. Aquella pequeña joya que fabricaba placer entre los hombres también deseaba placer fortuito y sin compromisos. Deseaba… ella era una de las personas que mas soñaba con cierta libertad en su vida, pero a final de cuentas aquella libertad le daba terror, miedo y pánico.
¿Era una broma? El sonido del látigo la hacía estremecer y entrecerrar sus ojos en un instinto de protegerse, pero aquello no servía con Tania, si aquella cosa tocaba la piel de la hermosa cortesana y peor, dejaba marca, aquel hombre sufriría lo que se llamaba furia fémina que era muy similar a como cuando una leona o cualquier otra madre sentía peligro para su cría, pero como ella no tenía sentido maternal, tampoco le interesaba salir lastimada en alguna pelea por alguien que se atrevió a lastimarla sin su consentimiento; estaba consciente que alguno de sus clientes adoraba tener algunos juegos bruscos, a ella de cierta forma también le gustaba y le excitaba, era un juego sexual peligroso y diferente. Pero el salir lastimada no era algo que le gustara, aun así no se inmuto, sabía que él no le haría nada con aquella cosa… o mejor dicho, lo presentía, porque saberlo… no estaba cien por ciento segura de lo que en realidad aquel joven, aquel chico, aquel adolecente deseaba hacer. El lugar se había vuelto prácticamente como una clase de fuerte en donde mantenía discretamente aquellos dos cuerpos encendidos, que comenzaban a buscarse mutuamente.
No sabía exactamente cómo actuar, no tenía idea exacta de cómo era aquel hombre, pero como el también ella le miraba con deseo, por culpa de aquella droga que había sido suministrada como castigo de un crimen que tal vez cometió pero que no se arrepiente. Su cuerpo fue tumbado a aquella cama improvisada de hojas, su cuerpo cayo, su cabello re revolvió con las hojas dándole un toque mas provocativo y sensual, aun mas cuando sus piernas parecían torpemente ocultar algo que era imposible. La risa invadió la garganta de la porcelana ¿acaso aquello era una puja? Lo que ellos hacían era sexo, si aquello que las cortesanas mantenían con sus clientes con mucha frecuencia… no le interesaba la nueva vida que le proponía –los francos te los acepto, pero la nueva vida… ¡por favor! ¿Qué harás? ¿Matarme y volverme a revivir?- sintió su mano en su piel, aquella mano cálida que recorría su cuerpo hacia un destino ya marcado, se cayó sin dejar de tener aquella sonrisilla picara en sus labios que fueron sellados por un beso en el cual parecía que sus lenguas fueran dos bandos puestos, luchado por una oportunidad de ser victoriosos en el arte del placer… pero ¿Quién estaba perdiendo? Al parecer ella, pues se embriagaba ente los besos de Andrei mientras este bajaba para atacar la parte baja de su cortesana, esta dejo salir un gemido ahogado por culpa de su lengua.
Se separo de él dejando un hilito de saliva, sonrió para luego dejar salir una risilla mientras inclinaba su cabeza hacia atrás… -¿si me lo he imaginado? Todos los días pasa por mi mente- le miro con cierta repulsión cuando sintió aquella caricia tan llena de amor y compasión, le retiro rápidamente para luego sonreír y dejar atrás aquellas ganas de vomitar-pero… querido… no te has puesto a pensar que me gusta que me follen a todas horas del día, tipos diferentes… odio la monotonía y eso es lo que tú me puedes dar- las palabras de sus labios parecían venenos que salían a brotes-pues placer es algo que dudo que puedas darme…- soltó su última palabra con un aire de superioridad, sentía los dedos rasgar dulcemente su interior, sus paredes se comenzaban a contraer cada vez más, pero aquello ya era normal, todos sus clientes la hacían mojar, la habían vibrar por dentro con sus dedos, hasta la dejaban llegar al orgasmo como su fuera una propina extra que le daban, pero más nada, no llegaban a darle un placer infinito y embriagador y aquel muchacho no era la excepción.
¿Era una broma? El sonido del látigo la hacía estremecer y entrecerrar sus ojos en un instinto de protegerse, pero aquello no servía con Tania, si aquella cosa tocaba la piel de la hermosa cortesana y peor, dejaba marca, aquel hombre sufriría lo que se llamaba furia fémina que era muy similar a como cuando una leona o cualquier otra madre sentía peligro para su cría, pero como ella no tenía sentido maternal, tampoco le interesaba salir lastimada en alguna pelea por alguien que se atrevió a lastimarla sin su consentimiento; estaba consciente que alguno de sus clientes adoraba tener algunos juegos bruscos, a ella de cierta forma también le gustaba y le excitaba, era un juego sexual peligroso y diferente. Pero el salir lastimada no era algo que le gustara, aun así no se inmuto, sabía que él no le haría nada con aquella cosa… o mejor dicho, lo presentía, porque saberlo… no estaba cien por ciento segura de lo que en realidad aquel joven, aquel chico, aquel adolecente deseaba hacer. El lugar se había vuelto prácticamente como una clase de fuerte en donde mantenía discretamente aquellos dos cuerpos encendidos, que comenzaban a buscarse mutuamente.
No sabía exactamente cómo actuar, no tenía idea exacta de cómo era aquel hombre, pero como el también ella le miraba con deseo, por culpa de aquella droga que había sido suministrada como castigo de un crimen que tal vez cometió pero que no se arrepiente. Su cuerpo fue tumbado a aquella cama improvisada de hojas, su cuerpo cayo, su cabello re revolvió con las hojas dándole un toque mas provocativo y sensual, aun mas cuando sus piernas parecían torpemente ocultar algo que era imposible. La risa invadió la garganta de la porcelana ¿acaso aquello era una puja? Lo que ellos hacían era sexo, si aquello que las cortesanas mantenían con sus clientes con mucha frecuencia… no le interesaba la nueva vida que le proponía –los francos te los acepto, pero la nueva vida… ¡por favor! ¿Qué harás? ¿Matarme y volverme a revivir?- sintió su mano en su piel, aquella mano cálida que recorría su cuerpo hacia un destino ya marcado, se cayó sin dejar de tener aquella sonrisilla picara en sus labios que fueron sellados por un beso en el cual parecía que sus lenguas fueran dos bandos puestos, luchado por una oportunidad de ser victoriosos en el arte del placer… pero ¿Quién estaba perdiendo? Al parecer ella, pues se embriagaba ente los besos de Andrei mientras este bajaba para atacar la parte baja de su cortesana, esta dejo salir un gemido ahogado por culpa de su lengua.
Se separo de él dejando un hilito de saliva, sonrió para luego dejar salir una risilla mientras inclinaba su cabeza hacia atrás… -¿si me lo he imaginado? Todos los días pasa por mi mente- le miro con cierta repulsión cuando sintió aquella caricia tan llena de amor y compasión, le retiro rápidamente para luego sonreír y dejar atrás aquellas ganas de vomitar-pero… querido… no te has puesto a pensar que me gusta que me follen a todas horas del día, tipos diferentes… odio la monotonía y eso es lo que tú me puedes dar- las palabras de sus labios parecían venenos que salían a brotes-pues placer es algo que dudo que puedas darme…- soltó su última palabra con un aire de superioridad, sentía los dedos rasgar dulcemente su interior, sus paredes se comenzaban a contraer cada vez más, pero aquello ya era normal, todos sus clientes la hacían mojar, la habían vibrar por dentro con sus dedos, hasta la dejaban llegar al orgasmo como su fuera una propina extra que le daban, pero más nada, no llegaban a darle un placer infinito y embriagador y aquel muchacho no era la excepción.
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
-¿Cómo sabes que lo que yo te daré es monotonía? ....-No suspiro mas se acerco hasta la cortesana, lentamente sacaba una daga para ponerse por detrás, colocársela en el cuello de la cortesana para mirarla fijamente-....El placer entra en muchos campos que quizás desconozcas...-lentamente no la iba amenazando con la daga, que si no, el iba deslizándola lentamente por su frontal, rozando clavícula y piel latina de la cortesana, llevándola hasta el sostén por donde se podía ver los pezones erectos, llamando al toque masculino. La punta de la daga rozo, paso sin hacer presión cerca del pezón, estimulándolo mientras Andrei llevaba sus labios a los ajenos, comenzándolos a rozar con los suyos mientras que con la daga, ahora la subía para apartar a un lado la tela del sostén, con la daga y dejando al descubierto el seno al que cubrió con una mano para comenzar a masajearlo en movimientos circulares-..Dime...-Con voz firme susurro al oído de Tania, para llevar la daga al lazo que unía las dos copas del sostén y cortar el sostén de un solo movimiento cortante con la daga, dejando los senos a la vista.
-El caso es que soy bastante egoísta-comenzó a susurrarle en el oído, lentamente sin dejar de masajearle uno de sus senos-...y posiblemente te folle todo el día....-Dijo antes de enfundar la daga y con lentitud cubrir ambos senos con sus manos, atrayéndola hacia el mismo, regalándola besos cortos pero pausados sobre el cuello ajeno, subiendo hasta detrás de la oreja, bajando de nuevo hasta que sus dedos de las manos comenzaron a jugar con los pezones, quedándose una de ellas en los senos mientras que una mano decidió ser juguetona e ir hacia abajo, estaba descubierto, eso le agrado que no tardo en comenzar a tocar el clítoris, lentamente en suaves movimientos circulares.
-¿Sientes algún placer? Estás bastante húmeda...quiero que lo estés aun mas...-Susurro lento y quería hacerla sufrir, por un momento había conseguido la cortesana hacerle sentir como una mierda, que no servía para nada, pero eran las palabras de una cortesana, alguien inferior o bueno, el tampoco era una persona reconocida gracias a su reputación, pero nadie se burlaba de Andrei.
-El caso es que soy bastante egoísta-comenzó a susurrarle en el oído, lentamente sin dejar de masajearle uno de sus senos-...y posiblemente te folle todo el día....-Dijo antes de enfundar la daga y con lentitud cubrir ambos senos con sus manos, atrayéndola hacia el mismo, regalándola besos cortos pero pausados sobre el cuello ajeno, subiendo hasta detrás de la oreja, bajando de nuevo hasta que sus dedos de las manos comenzaron a jugar con los pezones, quedándose una de ellas en los senos mientras que una mano decidió ser juguetona e ir hacia abajo, estaba descubierto, eso le agrado que no tardo en comenzar a tocar el clítoris, lentamente en suaves movimientos circulares.
-¿Sientes algún placer? Estás bastante húmeda...quiero que lo estés aun mas...-Susurro lento y quería hacerla sufrir, por un momento había conseguido la cortesana hacerle sentir como una mierda, que no servía para nada, pero eran las palabras de una cortesana, alguien inferior o bueno, el tampoco era una persona reconocida gracias a su reputación, pero nadie se burlaba de Andrei.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Frunció levemente el ceño al sentir como aquel hombre la sujetaba por detrás y lentamente pasaba aquella peligrosa daga por su cuerpo, miraba el recorrido de aquella cosa que podría matarla, pero sabía que estaba segura por los momentos. Sus senos estaban al aire, el sostén había sido dañado, pronto aquellos senos duros fueron cubiertos por las manos varoniles de aquel chico, dejo salir un suspiro. Aunque fuera tocada mil veces había aprendido a disfrutar cada matiz de aquel tipo de relaciones, tal vez era promiscua por diversión, eso solamente lo sabía su cuerpo que se humedecía con cualquier toque varonil y femenino. Su oído era calentado con palabras que llegaban a su cerebro y la hacía estremecer de puro placer.
El tenía razón, el placer podía darse de muchas formas y en ese momento resistiéndose era la forma más excitante de comenzar un acto sexual. Los cortos besos del chico sabían donde dar, pronto las caderas de Tania comenzaron a buscar el calor del cuerpo del joven cazador, comenzó a sonreír levemente sin decir ni una sola palabra, dejaba que disfrutara su cuerpo, que lo explorara que se sintiera sintonizado con él mientras ella disfrutaba cada leve estremecimiento que este le proporcionaba. Sus dedos habían ya tocado aquella parte que comenzaba a sentirse abandonada, dejo salir un leve suspiro, el clítoris estaba ya duro y poco a poco comenzaba a llegar a esa parte en la que no hay retorno y una mujer no puede decir que no a tanto placer.
-¿Acaso crees que soy de piedra?- pregunto riendo ante aquella pregunta-Entre mas toques este cuerpo sensible mas humedad obtendrás- se relamió los labios con una sonrisa picarona en su rostro-no sé lo que buscas y no creo que yo lo tenga- dijo acomodándose su melena hacia atrás dándole un aire erótico a su cuello descubierto. Tomo la mano que estaba en su clítoris y la restregó por todo su sexo –Tks… tendrás que trabajar más duro que eso jovencito- sentencio dejando la mano en donde él quisiera-yo puedo disfrutar cualquier acto sexual, pero si de verdad quieres que me vuelva loca por ti, tienes que llevarme a tocar las estrellas con solamente mi cuerpo y este no es fácil de extasiar ya estando tan saturado como lo está…- una de sus manos rodeo su cuello para acercarse más y no dejar ningún espacio entre sus cuerpos-Vamos… a ver si puedes hacerme ver la luna llena sin estar ella aquí-
El tenía razón, el placer podía darse de muchas formas y en ese momento resistiéndose era la forma más excitante de comenzar un acto sexual. Los cortos besos del chico sabían donde dar, pronto las caderas de Tania comenzaron a buscar el calor del cuerpo del joven cazador, comenzó a sonreír levemente sin decir ni una sola palabra, dejaba que disfrutara su cuerpo, que lo explorara que se sintiera sintonizado con él mientras ella disfrutaba cada leve estremecimiento que este le proporcionaba. Sus dedos habían ya tocado aquella parte que comenzaba a sentirse abandonada, dejo salir un leve suspiro, el clítoris estaba ya duro y poco a poco comenzaba a llegar a esa parte en la que no hay retorno y una mujer no puede decir que no a tanto placer.
-¿Acaso crees que soy de piedra?- pregunto riendo ante aquella pregunta-Entre mas toques este cuerpo sensible mas humedad obtendrás- se relamió los labios con una sonrisa picarona en su rostro-no sé lo que buscas y no creo que yo lo tenga- dijo acomodándose su melena hacia atrás dándole un aire erótico a su cuello descubierto. Tomo la mano que estaba en su clítoris y la restregó por todo su sexo –Tks… tendrás que trabajar más duro que eso jovencito- sentencio dejando la mano en donde él quisiera-yo puedo disfrutar cualquier acto sexual, pero si de verdad quieres que me vuelva loca por ti, tienes que llevarme a tocar las estrellas con solamente mi cuerpo y este no es fácil de extasiar ya estando tan saturado como lo está…- una de sus manos rodeo su cuello para acercarse más y no dejar ningún espacio entre sus cuerpos-Vamos… a ver si puedes hacerme ver la luna llena sin estar ella aquí-
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Las palabras de la cortesana se reflejaban en una sonrisa en su rostro, lentamente aun tenia la daga en su mano, pues decidió así incrustar el mango de la daga cubierta por goma y cuero dentro del orificio vaginal de la cortesana tras ponerla a cuatro patas para que estuviera a su vista. Sin apenas una sonrisa más, Andrei comenzaba a embestirla con la daga enfundada, procurando que aquel mango de la daga estuviera dentro y no fuera. Fue moviéndolo en círculos, hacia dentro y hacia afuera, el mismo no podría aguantar más, pero tendría que hacer el esfuerzo de tenerla ante sus pies pidiendo su polla y que se hiciera él mismo de rogar por darle o no a la cortesana.
Bien había visto muchas cortesanas acercándole a ellas y él mismo pues rechazándola a todas, a cada una de ellas que le ofrecía su abrazo mas intimo alrededor de su cuello, para después temer que hacer algo más que un par de dedos. Suspiro hasta casi jadear en su pecho, mirando aquel lugar en el cual querría entrar, pero decidió desviar la falda a un lado y enseguida le abrió las piernas para con uno de los dedos de la mano ir poco a poco domándola por aquel agujero.
Lentamente, acariciaba su ano poco a poco para después verla y sonreír el mismo por el resultado- ¿quieres más?- Pregunto algo inocente pero con algo de arrogancia en la voz, el mismo sin pensar en cómo la habría llegado a encontrar, pensó en que todo posiblemente fuera cosa del destino.
-Que mierdas el destino, pensó- Mirando a aquella piel de aceituna tostada, el mismo se acerco para acentuar el placer de aquel cuerpo, y sustituyo su dedo índice por su lengua que fue directamente a parar al ano que ahora parecía meramente dilatado y que bajo su tacto seductor se dilataría mas. No tenía idea de cómo reaccionaría, pero de una cosa estaba seguro y era que tenía mucho ases en la manga que la cortesana no podría pensar que tuviera el muchacho. Le dio una palmada en su nalga, mirándola divertido mientras le lamia aquella cavidad secreta de la que más abajo seguía moviendo el mango de la daga dentro de su vagina.
-Oh vaya...eres una buena puta...-Dijo con una sonrisa en sus labios, vio de reojo la humedad en su daga y simplemente separo su lengua para así pasarla por la tersa piel de su espalda a modo de besos, a modo de caricias en las que posiblemente habrían pasado muchos con violencia.
Bien había visto muchas cortesanas acercándole a ellas y él mismo pues rechazándola a todas, a cada una de ellas que le ofrecía su abrazo mas intimo alrededor de su cuello, para después temer que hacer algo más que un par de dedos. Suspiro hasta casi jadear en su pecho, mirando aquel lugar en el cual querría entrar, pero decidió desviar la falda a un lado y enseguida le abrió las piernas para con uno de los dedos de la mano ir poco a poco domándola por aquel agujero.
Lentamente, acariciaba su ano poco a poco para después verla y sonreír el mismo por el resultado- ¿quieres más?- Pregunto algo inocente pero con algo de arrogancia en la voz, el mismo sin pensar en cómo la habría llegado a encontrar, pensó en que todo posiblemente fuera cosa del destino.
-Que mierdas el destino, pensó- Mirando a aquella piel de aceituna tostada, el mismo se acerco para acentuar el placer de aquel cuerpo, y sustituyo su dedo índice por su lengua que fue directamente a parar al ano que ahora parecía meramente dilatado y que bajo su tacto seductor se dilataría mas. No tenía idea de cómo reaccionaría, pero de una cosa estaba seguro y era que tenía mucho ases en la manga que la cortesana no podría pensar que tuviera el muchacho. Le dio una palmada en su nalga, mirándola divertido mientras le lamia aquella cavidad secreta de la que más abajo seguía moviendo el mango de la daga dentro de su vagina.
-Oh vaya...eres una buena puta...-Dijo con una sonrisa en sus labios, vio de reojo la humedad en su daga y simplemente separo su lengua para así pasarla por la tersa piel de su espalda a modo de besos, a modo de caricias en las que posiblemente habrían pasado muchos con violencia.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Era un objeto extraño en un lugar que no fue diseñado para él, pero los humanos tenían aquella habilidad de buscar todo tipo de herramientas para hacer lo que no debían hacer, dejo salir un leve suspiro al sentir el cuero entrar por su húmeda cavidad, le dio gracias a dios de que estuviera lo suficiente húmedo como para que este se deslizara sin ningún problema y no le lastimara. Sus manos habían tocado la tierra, la sentía entrar a sus uñas, la sentía aprisionada en sus palabas y en sus rodillas levemente levantadas para que sus caderas quedaran lo suficientemente arriba como para que el cazador tuviera una visión de todo lo que era su parte trasera. Dejo salir un leve gemido al sentir como los movimientos circulares del la daga invadían su interior, un hilito se saliva llego a salir de sus labios rosados, de los cuales le habían robado el color rojizo ya hace un buen rato, sus cabellos caían hacia un lado de su rostro, buscando tapar la vergüenza de sus ojos al estar en aquella posición tan ¿vergonzante? Ella era una cortesana, estaba acostumbrada a este tipo de tratos.
En estos momentos se estaba cuestionando si la cura era peor que la enfermedad. El chico la había salvado, eso era verdad, pero la había salvado de un trato así, tal vez peor, nunca lo sabría pues ya no estaba en manos de aquellos hombres, si no al revés, estaba en manos de un niñato, que buscaba por todas las maneras de hacer callar a una cortesana que tenía el ego tan elevado que pensaba que ya no podía sentir ni el más mínimo placer. -Ahg…- dejo salir un jadeo lastimero al sentir aquella presión en un agujero que muy pocas veces sus clientes habían tocado (pero eso no quería decir que no lo habían hecho) –Tks… maldito ¿acaso me crees un puto para… ahg?- no pudo terminar la frase, un gemido claro salió de su interior era cada vez mas aprisionado, trago un poco de saliva para luego desviar la mirada hacia un lado con sus mejillas sonrojadas, dándole un toque aun más exquisito a aquella piel suya que comenzaba a ser más sensible y frágil a las caricias del icho que en estos momentos la acompañaba en un acto indecoroso en medio del bosque, cerca de aquel olvidado circo.
-Ahh…deja de hacer tonterías- susurro de forma frágil y a la vez sensual, sintiendo como su cuerpo se estremecía por los movimientos de la daga en su interior y ahora aquel húmedo musculo acercándose a su agujero que había sido dilatado, no mejor dicho, violado por los dedos de aquel chico, que parecía muy interesado en torturar a la cortesana que tenia mas experiencias que años en los hombros. En aquel lugar había muchas terminaciones nerviosas que llegaban directo al clítoris, aquel pobre botón estaba totalmente hinchado y al mismo tiempo olvidado
Los besos del joven en su espalda comenzaban a hacerse camino a otro lugar, pero en esos momentos lo que ella deseaba era sentir un tacto caliente en su clítoris para así poder sentir un orgasmo y ser ella la que disfrutara del placer por unos minutos que llegaba al cielo y volvía a la tierra para encontrarse con aquel chiquillo, que para ella aun lo era, aunque debía admitir que lo hacía muy bien, movió sus caderas al son que llevaba la daga sintiendo como un cosquilleo invadía su cuerpo y la humedad de sus orificios creían aun mas. Tenía la sensación que podía oír en la viscosidad que provocaba la fricción de la daga en su interior –Ahg… si fueras tu me hubiera encontrado un hombre para hacer eso…- susurro suavemente mientras buscaba desesperadamente recuperar el control de su respiración que estaba tan irregular que sentía que no llegaba el suficiente oxigeno a sus pulmones ¿o solamente era imaginación suya?
¿Ahora qué seguiría? Eso solamente lo sabia aquel cazador que buscaba doblegar algo que muy pocos o mejor dicho, nadie lo había logrado
En estos momentos se estaba cuestionando si la cura era peor que la enfermedad. El chico la había salvado, eso era verdad, pero la había salvado de un trato así, tal vez peor, nunca lo sabría pues ya no estaba en manos de aquellos hombres, si no al revés, estaba en manos de un niñato, que buscaba por todas las maneras de hacer callar a una cortesana que tenía el ego tan elevado que pensaba que ya no podía sentir ni el más mínimo placer. -Ahg…- dejo salir un jadeo lastimero al sentir aquella presión en un agujero que muy pocas veces sus clientes habían tocado (pero eso no quería decir que no lo habían hecho) –Tks… maldito ¿acaso me crees un puto para… ahg?- no pudo terminar la frase, un gemido claro salió de su interior era cada vez mas aprisionado, trago un poco de saliva para luego desviar la mirada hacia un lado con sus mejillas sonrojadas, dándole un toque aun más exquisito a aquella piel suya que comenzaba a ser más sensible y frágil a las caricias del icho que en estos momentos la acompañaba en un acto indecoroso en medio del bosque, cerca de aquel olvidado circo.
-Ahh…deja de hacer tonterías- susurro de forma frágil y a la vez sensual, sintiendo como su cuerpo se estremecía por los movimientos de la daga en su interior y ahora aquel húmedo musculo acercándose a su agujero que había sido dilatado, no mejor dicho, violado por los dedos de aquel chico, que parecía muy interesado en torturar a la cortesana que tenia mas experiencias que años en los hombros. En aquel lugar había muchas terminaciones nerviosas que llegaban directo al clítoris, aquel pobre botón estaba totalmente hinchado y al mismo tiempo olvidado
Los besos del joven en su espalda comenzaban a hacerse camino a otro lugar, pero en esos momentos lo que ella deseaba era sentir un tacto caliente en su clítoris para así poder sentir un orgasmo y ser ella la que disfrutara del placer por unos minutos que llegaba al cielo y volvía a la tierra para encontrarse con aquel chiquillo, que para ella aun lo era, aunque debía admitir que lo hacía muy bien, movió sus caderas al son que llevaba la daga sintiendo como un cosquilleo invadía su cuerpo y la humedad de sus orificios creían aun mas. Tenía la sensación que podía oír en la viscosidad que provocaba la fricción de la daga en su interior –Ahg… si fueras tu me hubiera encontrado un hombre para hacer eso…- susurro suavemente mientras buscaba desesperadamente recuperar el control de su respiración que estaba tan irregular que sentía que no llegaba el suficiente oxigeno a sus pulmones ¿o solamente era imaginación suya?
¿Ahora qué seguiría? Eso solamente lo sabia aquel cazador que buscaba doblegar algo que muy pocos o mejor dicho, nadie lo había logrado
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Of the life the good only thing is the sex [Privado] [Posible +18]
Ya era realmente asqueroso el no estar dentro de ella. Se quito bajo inmediatamente la ropa, se quito los pantalones de interior que le protegían del frio pero que le apretaban contra su notable erección que no decidió ni dos segundos en meterse de pleno dentro de ella, de golpe en su vagina después de sacar la daga de su vagina.
No evito azotar con la mano una de las nalgas de esa mujer que parecía desprender aire latino por cada poro de su piel, comenzó a montarla por detrás, le quito lo que quedaba del sostén para poder llevar sus manos por aquella espalda tostada, se acerco, la lamio, la toco, la acariciaba hasta que se acerco a besarlo y sus manos fueron a cubrir cada seno, sin pudor, comenzaba a penetrarla lentamente, hasta el fondo sin dudar ni un segundo, para después intentar ir mucho más rápido.
No había de esperar que mientras comenzaba a penetrarla poco a poco, pellizcaba los pezones de la cortesana, y de vez en cuando le daba mordiscos en la curva de su cuello que acababan a modo de lametón, yendo desde la clavícula hasta detrás de la oreja de la cortesana-...aGhh...Si...-Le dio una nalgada, le estrujo la nalga, no se detuvo a hacerla suya por lo menos en esa noche, en donde estaban cubiertos por una mansalva de copas de arboles.
No evito azotar con la mano una de las nalgas de esa mujer que parecía desprender aire latino por cada poro de su piel, comenzó a montarla por detrás, le quito lo que quedaba del sostén para poder llevar sus manos por aquella espalda tostada, se acerco, la lamio, la toco, la acariciaba hasta que se acerco a besarlo y sus manos fueron a cubrir cada seno, sin pudor, comenzaba a penetrarla lentamente, hasta el fondo sin dudar ni un segundo, para después intentar ir mucho más rápido.
No había de esperar que mientras comenzaba a penetrarla poco a poco, pellizcaba los pezones de la cortesana, y de vez en cuando le daba mordiscos en la curva de su cuello que acababan a modo de lametón, yendo desde la clavícula hasta detrás de la oreja de la cortesana-...aGhh...Si...-Le dio una nalgada, le estrujo la nalga, no se detuvo a hacerla suya por lo menos en esa noche, en donde estaban cubiertos por una mansalva de copas de arboles.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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