Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

por **Halima Bouquet-Andrássy** Mar Mar 06, 2012 9:14 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Con una muñeca de trapo abrazada, la niña camina mirando a su alrededor con interés. No tiene miedo aunque su padre no está por ningún lado, no es que le preocupe eso pues sabe que lo encontrará. En esa mente infantil que lo resuelve todo con rapidez, para ella no es tanto problema, siente que con un grito su padre se pondrá de inmediato a su lado. Así que mientras él no está, la ratoncita se divierte.

Una pequeña que mira a su alrededor con mucha curiosidad, aprendiendo que el mundo es enorme y más la vegetación que rodea todo el lugar, pero no la amedrenta, no le da miedo, no la asusta, simplemente camina con ojitos enormes que miran todo a su alrededor y ríe feliz yendo a ver las plantitas, acariciándolas con ternura propia de una niña, pero quizá la torpeza de alguien que aún no aprende sobre su capacidad motriz fina.

Saca una paleta de su bolsillo y la lleva a su boca para saborearla, ríe con una expresión feliz que ilumina sus ojitos en tanto camina lentito hacia el agua, eso le llama mucho la atención: la enorme laguna, con sus litros y litros cúbicos de agua. Sus ojitos se abren grandes, grandes y ríe feliz mientras que va a sentarse bajo un árbol, acomodando su muñeca al lado torpe, pero no exenta de cariño y sigue comiendo su paleta. Ahí, es cuando un sonidito la hace voltear y al hacerlo, sus ojos son dos enormes luceros azules que miran fascinada al causante de los ruidos.

por **Halima Bouquet-Andrássy** Miér Jul 25, 2012 10:31 pm

Soledad, eso siente en su pecho y gruñe porque no le gusta estar así, ya verá ese papi suyo y ese papito también por dejarla sola en casa. ¿Quiénes se creen para no hacerle caso? Primero acusará a papi con papito por haberla abandonado en el jardín. Y luego a papito con papi por no tenerle lista su lechita cuando llegó y no estar aquí. Mejor es pensar en todo lo que les hará que en el hecho de que no hay nadie y que la casa está demasiado sola, llena de ruidos raros que en compañía de sus padres no escucha jamás. Traga saliva y aprieta el cojincito contra su pecho para no pensar en nada y concentrarse en el fuego en la chimenea que la hipnotiza llevándola lejos. Como una sirena que embruja al marinero, eso son las lenguas de fuego. Alguna vez intentó tomarlas y terminó quemada para la desesperación de papi que no sabía qué hacer y le rogaba que no llorara para no despertar a papito.

Al final no tuvieron más que enseñarle a Imre y su reacción no pudo ser más diferente de la que esperaba Louis. Tomó a la niña entre sus brazos, le besó la fente y con mucho cariño y dedicación se afanó en ponerle una crema para que no se le pusiera peor y sintiera alivio. Halima aún recuerda eso y suspira para mirar su mano y observar esa herida que ya casi no es más que historia. De acuerdo, no hará nada contra sus papás, pero espera que lleguen pronto, de verdad que los necesita. Y se oyen unos toquidos, la niña ríe feliz y corre a la puerta para abrirla con algo de magia y sonreír a la persona que se encuentra del otro lado.

Su sorpresa es mayúscula cuando ve a Zelo ahí, para luego formar una enorme sonrisa y abrazarle de la pierna. No se murió, qué bien, tampoco se perdió ni lo atrompelló un elefante. Todo está bien entonces, será feliz porque él esté en casa y se lo mostrará a sus papis y de seguro que le dejan tenerlo. Es su único amigo, así que papi y papito deberán acondicionarle esa recámara que dicen que es para los amigos, ¿Cómo dijo papito Imre? Ah, sí, para personas con grandes lazos estrechos con la familia. Y Zelo claro que lo es, así que le toma la mano y lo hace pasar entre gritos y alegrías, entre saltos y un poquito de magia sin que él lo vea, hace que se vuelva a poner la perilla.

- Veen, siéntate, ya te taigo algo pa´ que comas, pelo no atún que sabe a iaaggg. ¿Ti busta echita? A mí sí y ¿Pollito? Quizá haya del que pomí ayed. Andaaa andaaa dime, dime qué quiedes y pomemos juntos! - Halima siempre dadivosa, ¿Algún día entenderá lo que e temerle a alguien? Quizá sí, a ese nekote.

por **Zelo** Dom Ago 26, 2012 10:10 am

Miraba curioso a Halima. Me agache hasta que ella me dijo que me sentara y yo me senté en un sofá que parecía rasgado por los brazos, me dio igual, solo que me sentía algo incomodo, pero no lo mostré, solo sonreirá-Leche, quiero leche...-Dije sin más-¿Podrás ponerme leche?-Le mire con una sonrisa, sacudí mi pelo pues note que algo me colgaba del pelo y se me cayó una hoja de otoño escondida de entre las hojas de primavera.

Seguía mirando la casa-Tienes una casa muy bonita Halima...-Sonreí ampliamente, mostrando bienestar en la casa, suspire y tiernamente me acerque hasta Halima para tomarla en brazos y así poder abrazarla contra mi pecho, bese su frente y le acariciaba el pelo. Lentamente comencé a mecerla sin darme cuenta, después de cómo si de una melodía en mi cabeza resonara, comencé a bailar en el silencio de la casa una melodía silenciosa, moviéndome como si se tratara de un vals, pero sin música.

Mire de nuevo a Halima con la sonrisa de antes. ¿Qué era este sentimiento? Me sentía augusto para estar antes incomodo. Pare mis pies, note como alguien hacia ruido en el piso de arriba. Mire a Halima, la deje sobre el sofá con cuidado de que no se hiciera daño y mi mochila cogí para colgarla al hombro-Creo que hay alguien más aquí y yo debería estar fuera...-Mire a Halima con una sonrisa y le acaricie el pelo de nuevo-...No veas esto como una despedida....para siempre...-Le dije mirándola a sus ojos, lentamente, pero luego vi que aparecía un objeto sin vida, una pelota...-¡Una bola de estambre!-Grite sin poder evitarlo y lanzarme a atraparla, rodando por el espacio de aquel inmenso salón, la pared haciendo de muro para que parase de moverme, y jugar entonces con la bola de estambre.

No sé cómo me estaría mirando Halima, pero me daba igual.

por **Halima Bouquet-Andrássy** Dom Ago 26, 2012 7:39 pm

Él entra y se sienta en el sillón favorito de su papi mientras Halima como toda niña educada, como le ha enseñado papito Imre, espera paciente a que le diga qué va a tomar. Leche, claro que sí, se dirige a la cocina para tomar una sillita pequeñita, jalar el envase con el líquido con una sonrisa porque no es tan pesado y luego un vaso para servirla en cuanto escucha que él alaba su casa. A ella le encanta, es tan acogedora, también su cojincito, su camita, todo le fascina. Todo le es tan familiar y delicioso. Le brinda protección y el cariño que necesita. Camina con cuidado con el vaso, que Zelo toma y deja a un lado para abrazarla para que pudiera oír el sonido acompasado del latir de su corazón. Un beso cae sobre ella y sonriíe feliz, contenta, tiene un amigo, no puede pedir más. Le abraza con todas sus fuerzas y suspira para cerrar los ojitos en tanto él le acariciaba sus ricitos.

En los brazos de Zelo un baile inicia. Claro que quien danza, como cuando su papi Louis la conduce por el salón, es el cambiaformas. Ella no está a su estatura, pero con una mejilla sobre la camisa del cambiaformas es feliz, sonríe porque le recuerda este movimiento a su padre, dando vueltas y siguiendo los pasos de un vals sin música, pero no es necesaria, el constante tum tum del corazón de Zelo es suficiente música y Halima la sigue con mucha relajación, una paz que conoce ahora que vive con los Bouquet-Andrássy. Está tan contenta que abre los ojos con fuerza cuando Zelo habla de que hay alguien. ¿Si? Su papi y papito no contestaron cuando ella preguntó, pero se ve sentadita en el sillón sin saber por qué. Además, no es que ellos le digan que no en cuanto a que Zelo se quede. ¿O si?

Hace un pucherito con ganas de llorar porque no quiere que Zelo se despida, lo quiere con ella, que se quede a su lado cuando una bola de estambre de su neko aparece y... el hombre se le lanza como lo hace su neko y Halima ríe divertida. Corre en pos de la bola hasta que por fin la detiene en la pared jugueteando con ella. Se pone boca abajo y se desliza hacia el piso, una vez ahí, se acomoda las ropas para mirar a su amigo y ríe. Ladea la cabeza para mirar a su alrededor y corre a una esquina, llamando la atención de su amigo.

- Zelo, mida, mida ota bola di estamble, doja, doja... ¿La quedes, la quedes? - hace el amago de lanzarla, pero no es así, la mantiene en sus manitas, ríe y mira a su alrededor para correr - ¡¡¡Thi la doy si me atapas!!! - corre al jardín, ahí hay muchos lugares donde divertirse y esconderse, entre risas y carcajadas los pasitos de la nena intentan devorar rápido la distancia. Se asegura de que Zelo la siga, así podrán jugar juntos. Nunca ha tenido un compañero de juegos distinto de su padre, quizá Zelo lo sea.

por **Zelo** Sáb Sep 08, 2012 10:34 am

Mira a Halima.

No la iba a hacer caso, pensó en que podía dominarme, pues no, me abstuve de ir a por la bola de estambre, cuando de repente solté la que tenía en la mano y me quede perplejo de lo que estaba haciendo. Mire la bola rodar y rodar para después levantarme del suelo y ponerme frente a una ventana, sin haberme movido, con el eje de mi cuerpo mirando hacia la ventana. Veía a alguien venir por el exterior del bosque, de la mansión, Llevaba bolsas de algún lugar caro, sus cabellos dorados se me hacían familiares, no sabía porque el olor que emanaba era tan especial para mí.

Echaba mis pasos hacia atrás-Halima...escóndeme...por favor...-la miré, no sabía si me iba a entender, pero tenia o escaparme o simplemente que me escondiera porque si era quien yo creía que era, tendría grandes problemas o más bien Halima por traer extraños a la casa, pero la mire y le repetí que me escondiera-Escóndeme...-Repetí de nuevo una y otra vez, mientras caminaba hacia atrás como un gatito asustado del hombre más poderoso, entonces cuando gire en el sitio mire que había una puerta trasera que llevaba al jardín entonces sin más dilación entre o Salí por aquella puerta para poder escapar de esa persona.

Quizás estaría en algo erróneo, ¿pero porque entonces me sentía seguro de mi instinto? Miraba en cuanto salí al jardín hermoso donde había una cascada bella artificial, un pequeño laberinto de flores y arbustos recién cortados. Era muy bello aquel paisaje, las rosas rojas estaban por todos lados, mire hacia el cielo que estaba nublado, con nubes negras de tormenta al fondo, temía porque aquella tormenta podría alcanzarme a mí. O quizás podría yo traer la tormenta a esa familia....No, no lo quería, tendría que desaparecer....y cuando menos me lo esperase, todo se calmaría.
Imaginándome el revuelo que montaría, pero algo me saco de mis pensamientos.

Alrededor de mis piernas estaba Halima. Le dedique una sonrisa, le acaricie aquella pálida mejilla. Sonriendo más, me agache a su altura para darle un abrazo de oso. Un fuerte abrazo y besito en su suave frente. No sé si sería un adiós del todo, pero quien sabe.

por Contenido patrocinado

Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Re: Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Re: Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Re: Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Re: Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)

Re: Una niña intentando bañar a un neko O_o (Zelo y Halima)