AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Las curiosas vueltas de la vida
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Las curiosas vueltas de la vida
Era una noche como cualquier otra para Amelié, estaba en su habitación revisando unos cuantos papeles y cumpliendo muchos deberes que debía llevar a cargo por ser la Reina de Inglaterra. Ella jamás le había dado mucha importancia a eso ni mucho menos se le había subido el poder a la cabeza, como conocía a muchos que si les había sucedido. Estaba en un sofá leyendo unas cuantas cartas cuando escuchó que su puerta sonaba, con voz alta ordenó a quien quiera que fuese entrara, pues la puerta estaba abierta. Uno de los mayordomos se le acercaba con una carta entre sus manos y se la llevó hasta donde estaba ella – ¿Y esto? – Se preguntaba al mismo tiempo en que abría la carta, en ella decía claramente:
Su majestad:
Tenemos el agrado de invitarle a la gran fiesta que se llevará a cabo en el Palacio Royal, mañana a partir de las 21:00 hrs se abrirán nuestras puertas para recibir a nuestros invitados. Esperamos poder contar con su asistencia.
Saluda cordialmente.
Llevó su mano libre hasta la sien y la frotó con suavidad ¿sería obligatorio ir? De todas formas no sería bien visto que la misma reina fallara de tal forma, se prestaría para habladurías y también podría producir enemistades, así era la realeza…se sentía por cualquier cosa. Miró al mayordomo que esperaba la respuesta y ella sonrió forzosa, resignada – Sabes que iré…aunque no me agrade – Le devolvió la carta y continuó haciendo sus deberes, no quería atrasarse con nada importante, luego de eso simplemente debió esconderse ya del sol, comenzaba a amanecer siendo su noche poco productiva, nada de tiempo para ella misma.
Esa noche sería una noche importante en el mundo de la realeza, ella y unos cuantos seleccionados más habían sido escogidos para un evento que se llevaría acabo en el gran Palacio Royal, no lo podía desmentir, algo había en el lugar que le gustaba bastante, siempre tan finamente decorado, siempre tenía solo lo mejor de lo mejor pero esa noche, extrañamente, no se sentía con demasiado ánimo. Las doncellas y mayordomos le ayudaron a escoger un hermoso vestido rojo con el cual se sentía muy cómoda y además escogieron los accesorios y el peinado. Una vez que estaba lista un mayordomo la ayudó a bajar por la escalera para llevarla al carruaje, subió con cuidado y su mirada se perdió en el camino, una vez que llegó intentó divisar a gente conocida…claro, a toda la conocía. Sonrió varias veces con amabilidad a quienes consideraba buenas personas y otras sonrisas forzosas se llevaron los que no le caían del todo bien, pero no discriminaba, luego de poder alejarse de todo el montón fue a paso rápido pero cauteloso hasta la barra y pidió un whisky, notó que alguien estaba a su lado así que hizo una reverencia - Muy buenas noches – Hizo una reverencia y luego tomó su vaso para beber un sorbo, por más que observaba a quien tenía a su lado no lograba identificar su rostro, pero se le hacía familiar
Su majestad:
Tenemos el agrado de invitarle a la gran fiesta que se llevará a cabo en el Palacio Royal, mañana a partir de las 21:00 hrs se abrirán nuestras puertas para recibir a nuestros invitados. Esperamos poder contar con su asistencia.
Saluda cordialmente.
Los administradores del palacio.
Llevó su mano libre hasta la sien y la frotó con suavidad ¿sería obligatorio ir? De todas formas no sería bien visto que la misma reina fallara de tal forma, se prestaría para habladurías y también podría producir enemistades, así era la realeza…se sentía por cualquier cosa. Miró al mayordomo que esperaba la respuesta y ella sonrió forzosa, resignada – Sabes que iré…aunque no me agrade – Le devolvió la carta y continuó haciendo sus deberes, no quería atrasarse con nada importante, luego de eso simplemente debió esconderse ya del sol, comenzaba a amanecer siendo su noche poco productiva, nada de tiempo para ella misma.
Esa noche sería una noche importante en el mundo de la realeza, ella y unos cuantos seleccionados más habían sido escogidos para un evento que se llevaría acabo en el gran Palacio Royal, no lo podía desmentir, algo había en el lugar que le gustaba bastante, siempre tan finamente decorado, siempre tenía solo lo mejor de lo mejor pero esa noche, extrañamente, no se sentía con demasiado ánimo. Las doncellas y mayordomos le ayudaron a escoger un hermoso vestido rojo con el cual se sentía muy cómoda y además escogieron los accesorios y el peinado. Una vez que estaba lista un mayordomo la ayudó a bajar por la escalera para llevarla al carruaje, subió con cuidado y su mirada se perdió en el camino, una vez que llegó intentó divisar a gente conocida…claro, a toda la conocía. Sonrió varias veces con amabilidad a quienes consideraba buenas personas y otras sonrisas forzosas se llevaron los que no le caían del todo bien, pero no discriminaba, luego de poder alejarse de todo el montón fue a paso rápido pero cauteloso hasta la barra y pidió un whisky, notó que alguien estaba a su lado así que hizo una reverencia - Muy buenas noches – Hizo una reverencia y luego tomó su vaso para beber un sorbo, por más que observaba a quien tenía a su lado no lograba identificar su rostro, pero se le hacía familiar
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Me encontraba en mis habitaciones, pocos deberes reales tenía en París, aun así esa misma tarde había enviado todas aquellas cartas que faltaban por escribir, odiaba atrasarme en mi trabajo, por algo, por mis habilidades había llegado a donde estaba ahora, revisé el correo, una carta que iba dirigida a mí y a mi padre con el mismo sobre, misma dirección mismo membrete, con una pequeña navaja abrí el sobre dejando ver una pequeña nota en la cual se me había informado de una "pequeña reunión", no era mucho de mi agrado, no me gustaba demasiado exhibirme pomposamente, pero el deber llamaba, estando mi padre ocupado, tuve que asistir solo.
Una mano paso ligeramente por mi cabello despeinando para arreglarlo un poco, imposible, tendría que pasar el resto de la tarde escogiendo un traje, pedí a mi mayordomo que me dejara un par de trajes sobre mi cama, y yo escogería el que más me agradara, no me gustaba que me tocaran y mucho menos que me vieran cuando me cambiara, solamente él, Frederic, cuando terminé de vestirme acomodé el puño de mis mangas - Gracias Frederic, volveré en un par de horas, solo ire a hacer presencia - asentí con una sonrisa en mis labios - prepara el carruaje - le ordene mirando tras de mis cortinas cuando el sol ya había desvanecido por completo.
El palacio Royal era majestuoso, jamás había estado en aquel lugar y era completamente unico aquel lugar tan perfectamente adornado causaba una sonrisa sin poder evitarla, salude a todos con un pequeño movimiento de cabeza y una sonrisa en mi rostro, lo más rápido que pude intentando no ser grosero, cuando pude zafarme de aquello fui directo a la barra - un poco de whisky por favor - mirando en todo momento el contenido de mi vaso, no me percataba quien entraba ni quien salía mis pensamientos en blanco captaban mi atención hasta ese momento cuando una suave voz entro por mis oidos, levanté la vista hacia el frente y giré el rostro hacía mi acompañante, moví nuevamente la cabeza en modo de saludo, levantó mi vaso - Buenas noches su alteza ... - no estaba del todo seguro quien era, aun no reconocía a todos los miembros de la realeza por nombre, solo por el hecho de no interesarme, me odie por ese simple hecho en aquel momento, ¿qué clase de caballero era al no saber el nombre de aquella dama que debía saber?
Una mano paso ligeramente por mi cabello despeinando para arreglarlo un poco, imposible, tendría que pasar el resto de la tarde escogiendo un traje, pedí a mi mayordomo que me dejara un par de trajes sobre mi cama, y yo escogería el que más me agradara, no me gustaba que me tocaran y mucho menos que me vieran cuando me cambiara, solamente él, Frederic, cuando terminé de vestirme acomodé el puño de mis mangas - Gracias Frederic, volveré en un par de horas, solo ire a hacer presencia - asentí con una sonrisa en mis labios - prepara el carruaje - le ordene mirando tras de mis cortinas cuando el sol ya había desvanecido por completo.
El palacio Royal era majestuoso, jamás había estado en aquel lugar y era completamente unico aquel lugar tan perfectamente adornado causaba una sonrisa sin poder evitarla, salude a todos con un pequeño movimiento de cabeza y una sonrisa en mi rostro, lo más rápido que pude intentando no ser grosero, cuando pude zafarme de aquello fui directo a la barra - un poco de whisky por favor - mirando en todo momento el contenido de mi vaso, no me percataba quien entraba ni quien salía mis pensamientos en blanco captaban mi atención hasta ese momento cuando una suave voz entro por mis oidos, levanté la vista hacia el frente y giré el rostro hacía mi acompañante, moví nuevamente la cabeza en modo de saludo, levantó mi vaso - Buenas noches su alteza ... - no estaba del todo seguro quien era, aun no reconocía a todos los miembros de la realeza por nombre, solo por el hecho de no interesarme, me odie por ese simple hecho en aquel momento, ¿qué clase de caballero era al no saber el nombre de aquella dama que debía saber?
Invitado- Invitado
Re: Las curiosas vueltas de la vida
Había tanta gente alrededor, muchos humanos, vampiros, cambiaformas y algunos licántropos que se habían atrevido a ir por no haber luna llena ¿Los humanos se darían cuenta acaso, de todos los seres que los rodeaban? Sabía perfectamente que muchos humanos, ilusos, aún no creían en todas las criaturas que rondaban tanto en la noche como en el día, ella no entendía como aún muchos no se preguntaban cómo es que a muchos miembros de la realeza, incluyéndola, no se les veía de día y si se lo llegaban a preguntar, estaba totalmente desinformada sobre qué cosas le respondían las personas encargadas de ello ¿les dirían acaso que andaban en viajes de negocios o algo?. Si algo tenía claro, era que debía pasar desapercibida, eran muy pocas las personas que sabían sobre su verdadero estado y sus sirvientes, si muchos no lo habían asumido ya, al menos lo dudaban.
El ruido que había en aquél lugar, aunque no estaban todos los de la realeza, de todos modos era algo molesto para Amelié, a veces tenía ganas de salir corriendo, correr y correr hasta un lugar tranquilo sin preocuparse de la tonta imagen que debía mantener, pero no podía y lo sabía ¿Qué clase de persona lo haría? Una sin modales ni educación y ella los tenía. Cuando sintió el sabor del whisky en su boca se pudo calmar un poco más, intentando alejar todo el ruido de su cabeza y concentrarse solo en aquél sabor fuerte que tenía el trago, era uno de los pocos que se podían diferenciar sin que se sintiera como ceniza. Además de percatarse de que aquél hombre que tenía a su lado también era un vampiro también la tranquilizaba un poco más, así no debía mantener tanto las aparecias y es que era fácil reconocer a alguien de la misma especie.
Frunció un poco el ceño pero rápidamente alzó sus cejas intentando reconocerlo, sabía que lo había visto, era obvio, pero no lograba recordarlo. Con el vaso ocultó su sonrisa al notar que él tampoco la había reconocido - Creo que ambos estamos en la misma situación - Dejó el vaso en la barra y luego se volteó para mirarle totalmente de frente, con una sonrisa en sus labios - Soy Amelié, Amelié Nottingham …- Aclaró su garganta sin poder evitar disimular que aquella situación le provocaba gracia - Soy la reina de Inglaterra…¿tu eres? - Su vista estaba fija en la de él, sin desviarla, fijándose en los rasgos de él, intentando acordarse antes de que él le respondiera, pero no había caso, simplemente no lo recordaba.
El ruido que había en aquél lugar, aunque no estaban todos los de la realeza, de todos modos era algo molesto para Amelié, a veces tenía ganas de salir corriendo, correr y correr hasta un lugar tranquilo sin preocuparse de la tonta imagen que debía mantener, pero no podía y lo sabía ¿Qué clase de persona lo haría? Una sin modales ni educación y ella los tenía. Cuando sintió el sabor del whisky en su boca se pudo calmar un poco más, intentando alejar todo el ruido de su cabeza y concentrarse solo en aquél sabor fuerte que tenía el trago, era uno de los pocos que se podían diferenciar sin que se sintiera como ceniza. Además de percatarse de que aquél hombre que tenía a su lado también era un vampiro también la tranquilizaba un poco más, así no debía mantener tanto las aparecias y es que era fácil reconocer a alguien de la misma especie.
Frunció un poco el ceño pero rápidamente alzó sus cejas intentando reconocerlo, sabía que lo había visto, era obvio, pero no lograba recordarlo. Con el vaso ocultó su sonrisa al notar que él tampoco la había reconocido - Creo que ambos estamos en la misma situación - Dejó el vaso en la barra y luego se volteó para mirarle totalmente de frente, con una sonrisa en sus labios - Soy Amelié, Amelié Nottingham …- Aclaró su garganta sin poder evitar disimular que aquella situación le provocaba gracia - Soy la reina de Inglaterra…¿tu eres? - Su vista estaba fija en la de él, sin desviarla, fijándose en los rasgos de él, intentando acordarse antes de que él le respondiera, pero no había caso, simplemente no lo recordaba.
Invitado- Invitado
Re: Las curiosas vueltas de la vida
Al menos aquellas horas que estaría en aquel lugar podrían correr más rápido si hacía platica con alguien y aquella mujer había llamado su atención, tal vez había sido el no saber quien era realmente o tal vez había sido u belleza sobrenatural,siendo el un hombre había pasado por mujeres de todas razas, pero ninguna mujer poseía esa clase de belleza, se levantó de su asiento e hizo una pequeña reverencia, tenía frente a él a la Reina de Inglaterra, quien lo diría, poco había oido de ella, era muy reservada y los rumores sobre su belleza eran ciertos.
No pudo evitar una sonrisa de medio lado mostrando suavemente sus dientes, uno de sus relucientes colmillos, espadas de marfil que herían a sus victimas para quitarles la vida con un solo beso, no le importaba que le viera por que sabía que ella era uno de ellos, iba a ser más fácil pasar el rato, se alegraba aquel momento de haber asistido a aquella reunión. - Mi nombre es Liam Vilhjálmur, príncipe de Paises Bajos mi señora - tomó una de sus manos de apariciencia suave y delicada, aunque en realidad ambos sabían que su piel era un poco más dura como esculturas, depositando un suave beso en el dorso de su mano.
Hecho esto se sentó de nuevo sobre el taburete, su vaso estaba medio vacio, con una seña pidió que se le sirviera un poco más, revisó con la mirada el vaso de su acompañante aun no estaba vacio - ¿le ofrezco un poco más de vino mi señora? - y si aquel salón estaba lleno de un monton de gente, de diferentes razas aquel momento se había olvidado de ellos, realmente no prestaba atención mças que a su acompañante y la suave música que acompañaba el lugar, y el whisky que degustaba en su paladar, no había nada mejor para él que aquella embriagadora bebida.-
Miro a su alrededor, no había rastro de ninguno de los demás miembros de la realeza inglesa, aun así no pudo evitar su curiosidad que acrecentía hacía aquella dama ¿iria sola? ¿El rey estaría con ella? ¿habría venido con algun principe?, en contra de si mismo pregunto por aquellos a la bella dama - ¿Cómo se encuentra el Rey? ¿ha venido con usted? ¿ y que me dice del principe Stephen? - en todo momento la sonrisa no disminuyo de sus labios aunque intentaba hacerla lo más discreto posible, por la gente de los alrededores que buscaban cualquier cosa para cotillear.
No pudo evitar una sonrisa de medio lado mostrando suavemente sus dientes, uno de sus relucientes colmillos, espadas de marfil que herían a sus victimas para quitarles la vida con un solo beso, no le importaba que le viera por que sabía que ella era uno de ellos, iba a ser más fácil pasar el rato, se alegraba aquel momento de haber asistido a aquella reunión. - Mi nombre es Liam Vilhjálmur, príncipe de Paises Bajos mi señora - tomó una de sus manos de apariciencia suave y delicada, aunque en realidad ambos sabían que su piel era un poco más dura como esculturas, depositando un suave beso en el dorso de su mano.
Hecho esto se sentó de nuevo sobre el taburete, su vaso estaba medio vacio, con una seña pidió que se le sirviera un poco más, revisó con la mirada el vaso de su acompañante aun no estaba vacio - ¿le ofrezco un poco más de vino mi señora? - y si aquel salón estaba lleno de un monton de gente, de diferentes razas aquel momento se había olvidado de ellos, realmente no prestaba atención mças que a su acompañante y la suave música que acompañaba el lugar, y el whisky que degustaba en su paladar, no había nada mejor para él que aquella embriagadora bebida.-
Miro a su alrededor, no había rastro de ninguno de los demás miembros de la realeza inglesa, aun así no pudo evitar su curiosidad que acrecentía hacía aquella dama ¿iria sola? ¿El rey estaría con ella? ¿habría venido con algun principe?, en contra de si mismo pregunto por aquellos a la bella dama - ¿Cómo se encuentra el Rey? ¿ha venido con usted? ¿ y que me dice del principe Stephen? - en todo momento la sonrisa no disminuyo de sus labios aunque intentaba hacerla lo más discreto posible, por la gente de los alrededores que buscaban cualquier cosa para cotillear.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
De alguna extraña forma, se sentía mas bien cómoda a su lado, no como muchas veces que tenía que estar más preocupada de mantener las apariencias, con él no se sentía así, no lo conocía, por lo que se le hacía más extraño aún. Tenía la esperanza de agradecer inclusive de ir a aquella fiesta, lo que en un principio le había parecido innecesario venir, ahora hasta le resultaba interesante sin saber demasiado el por qué, al menos creía que tenía tiempo, tal vez de sobra, para descubrir bien qué era lo que la hacía sentir tan cómoda.
Hace mucho tiempo que no se sentía así con un hombre y es más, hace demasiado tiempo que no estaba con alguno, no sabía si era porque ella misma se habría predispuesto a no volver a estar, al menos sentimentalmente, con uno otra vez, o quizás simplemente no había tenido la suerte de encontrar a alguien con el que se sintiera como si estuviera con su alma gemela ¿y por qué pensaba en eso justamente en aquél momento?. Suspiró hondo y sonrió al sentir sus labios tocando el dorso de su mano - Lamento mi torpeza al no poder reconocerlo - Hizo un gesto con la cabeza a modo de reverencia cuando el terminó de besar su mano.
Observó como se sentaba y ella lo acompañó sentándose en el taburete continuo, miró su vaso que estaba casi vació y lo terminó de un sorbo, luego lo levantó agitándolo con suavidad – Whisky…estoy bebiendo whisky - Comentó con una sonrisa, se notaba que estaba cómoda y relajada, al fin. - ¿No le importa compartir del whisky verdad? Es que está delicioso - Sonrió y apoyó el vaso nuevamente en la barra, esperando que le sirvieran más. Sabía que cuanto a licores y en realidad en cuanto a todo, el palacio se preocuparía solo de tener los de mejor calidad. Era una de las pocas cosas que alababa de aquél lugar y de los dueños.
Estaba con la mirada un poco perdida en su vaso vacío, jugando con éste pero la voz melodiosa de aquél príncipe la hizo entrar en razón, se enderezó en el taburete y lo miró de reojo pero luego lo miró de frente perdiéndose esta vez en su sonrisa, ¿su sonrisa? No sabía bien qué era lo que tenía pero algo le había provocado. Llevó su mano derecha para acomodar un mechón de cabello y luego desvió la mirada al vaso – No se si el rey ha venido, no me tiene con demasiado cuidado, tal vez el príncipe ande por ahí, después de todo ellos han sido los encargados de realizar esta reunión – Giraba su vaso mientras hablaba ya sin tomar en cuenta a la gente que había en el lugar, si bien no sabía si el rey había estado demasiado ocupado para venir, de seguro Stephen, obligado, iría en algún momento a hacer acto de presencia.
Hace mucho tiempo que no se sentía así con un hombre y es más, hace demasiado tiempo que no estaba con alguno, no sabía si era porque ella misma se habría predispuesto a no volver a estar, al menos sentimentalmente, con uno otra vez, o quizás simplemente no había tenido la suerte de encontrar a alguien con el que se sintiera como si estuviera con su alma gemela ¿y por qué pensaba en eso justamente en aquél momento?. Suspiró hondo y sonrió al sentir sus labios tocando el dorso de su mano - Lamento mi torpeza al no poder reconocerlo - Hizo un gesto con la cabeza a modo de reverencia cuando el terminó de besar su mano.
Observó como se sentaba y ella lo acompañó sentándose en el taburete continuo, miró su vaso que estaba casi vació y lo terminó de un sorbo, luego lo levantó agitándolo con suavidad – Whisky…estoy bebiendo whisky - Comentó con una sonrisa, se notaba que estaba cómoda y relajada, al fin. - ¿No le importa compartir del whisky verdad? Es que está delicioso - Sonrió y apoyó el vaso nuevamente en la barra, esperando que le sirvieran más. Sabía que cuanto a licores y en realidad en cuanto a todo, el palacio se preocuparía solo de tener los de mejor calidad. Era una de las pocas cosas que alababa de aquél lugar y de los dueños.
Estaba con la mirada un poco perdida en su vaso vacío, jugando con éste pero la voz melodiosa de aquél príncipe la hizo entrar en razón, se enderezó en el taburete y lo miró de reojo pero luego lo miró de frente perdiéndose esta vez en su sonrisa, ¿su sonrisa? No sabía bien qué era lo que tenía pero algo le había provocado. Llevó su mano derecha para acomodar un mechón de cabello y luego desvió la mirada al vaso – No se si el rey ha venido, no me tiene con demasiado cuidado, tal vez el príncipe ande por ahí, después de todo ellos han sido los encargados de realizar esta reunión – Giraba su vaso mientras hablaba ya sin tomar en cuenta a la gente que había en el lugar, si bien no sabía si el rey había estado demasiado ocupado para venir, de seguro Stephen, obligado, iría en algún momento a hacer acto de presencia.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Negó ante sus palabras de compartir el whisky, claro que no le molestaba en lo absoluto, después de todo no se lo terminaría solo aunque cuando venía en el carruaje bromeara con Frederic que así fuera, puso la mano sobre su vaso y con la otra mano le indicó al cantinero que le sirviera primero a las damas, cuando estuvo lleno el de ella retiro la mano para que sirvieran en su propio vaso, el whisky tenía un muy buen sabor, era de apreciarse la calidad con el cual había sido elegido. - - Por supuesto que no, puede beber todo lo que guste, aunque seguro no nos quiere dar un espectaculo a causa del alcohol - bromeó un poco más con una sonrisa burlona.
Internamente o probablemente más consiente que nada agradecía que el rey no prestara atención a su reina, ¿pero por qué ? las mujeres casadas nunca fueron de su gusto, tampoco estaba seguro si ella estaba casada con él, después de todo conocía a muchas dinastias que las manejaban hermanos o algo por el estilo, empezaba a odiar cada vez más no haberse tomado el tiempo de conocer a cada una de las dinastias, entre ellas la inglesa, pero siempre dicen que la vida tiene sus momentos exactos para que la gente se encuentre "las almas se reunian incluso antes de que los cuerpos se vieran" a lo que le llevaba a la pregunta ¿los seres como ellos tenían alma?. - Bueno lamento oir eso, no creo que sepa bien lo que deja descuidado, por que cualquiera podría convertirse ladrón de esa sonrisa que tiene .
admitó, era un hombre muy honesto aunque a veces lo tacharan de lo peor, "la verdad no peca pero incomoda" y a los aristocrátas si les incomodaba bastante, cuando era humano, había aprendido a tener cuidado con lo decia si no queria que le costará la cabeza, ahora, no tenía tanto cuidado como antes con ese tipo de temas.
- Tampoco la música es mala - las suaves piezas de vals entraban por sus oidos, era un gran amante de la música, podría decirse que una de sus muchas amantes.
Internamente o probablemente más consiente que nada agradecía que el rey no prestara atención a su reina, ¿pero por qué ? las mujeres casadas nunca fueron de su gusto, tampoco estaba seguro si ella estaba casada con él, después de todo conocía a muchas dinastias que las manejaban hermanos o algo por el estilo, empezaba a odiar cada vez más no haberse tomado el tiempo de conocer a cada una de las dinastias, entre ellas la inglesa, pero siempre dicen que la vida tiene sus momentos exactos para que la gente se encuentre "las almas se reunian incluso antes de que los cuerpos se vieran" a lo que le llevaba a la pregunta ¿los seres como ellos tenían alma?. - Bueno lamento oir eso, no creo que sepa bien lo que deja descuidado, por que cualquiera podría convertirse ladrón de esa sonrisa que tiene .
admitó, era un hombre muy honesto aunque a veces lo tacharan de lo peor, "la verdad no peca pero incomoda" y a los aristocrátas si les incomodaba bastante, cuando era humano, había aprendido a tener cuidado con lo decia si no queria que le costará la cabeza, ahora, no tenía tanto cuidado como antes con ese tipo de temas.
- Tampoco la música es mala - las suaves piezas de vals entraban por sus oidos, era un gran amante de la música, podría decirse que una de sus muchas amantes.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Su mirada se fijaba constantemente en las facciones de él, notando cada detalle como grabándolo en su mente para no volver a olvidarlo. Notó como mediante señas le ordenaba al cantinero a servirle primeramente a ella, ella respondió a eso con una sonrisa algo vergonzosa, si bien eran muchos los que intentaban ser caballeros con ella, esta vez lo sentía que lo hacían de una forma más sincera. Cuando terminó de hablar rió con suavidad y luego negó con su cabeza suavemente, acomodando uno de sus mechones de cabello atrás de su oreja - No sería muy bien visto que una reina hiciera aquellos escándalos producidos por el alcohol, además…sucede, pero es inmaduro – Llevó el vaso a su boca y bebió un trago del whisky.
Ella jamás había prestado demasiada atención a la “especial” relación que tenía con el rey de Inglaterra, conversaban cuando era necesario, si debían acudir a reuniones y fiestas juntos lo hacían sin quejarse demasiado, o al menos ella prefería ahorrarse discusiones innecesarias, no se calentaba la cabeza y lo sabía asumir bastante bien, si bien habían muchas cosas que le incomodaba de tener en su poder la corona, habían otras que en realidad le gustaba bastante. Desvió con rapidez la mirada al escucharlo ¿podían los vampiros sonrojarse? Jamás se lo había preguntado antes, de ser así, de seguro ese sería un momento en el cual no podría ocultar su sonrojo. – No creo que sea para tanto…- Tomó el vaso de forma torpe y luego bebió otro poco de whisky.
Se giró unos momentos notando que muchos comenzaban a bailar al ritmo del vals, la música era bastante agradable y jamás le había incomodado eso, al contrario, eran las habladurías y los chismes, eso era lo que realmente incomodaba –Es bastante agradable la verdad, mire…hasta ya hay gente bailando, eso es señal de que es buena la música – Señaló con su dedo índice y luego sonrió.
Ella jamás había prestado demasiada atención a la “especial” relación que tenía con el rey de Inglaterra, conversaban cuando era necesario, si debían acudir a reuniones y fiestas juntos lo hacían sin quejarse demasiado, o al menos ella prefería ahorrarse discusiones innecesarias, no se calentaba la cabeza y lo sabía asumir bastante bien, si bien habían muchas cosas que le incomodaba de tener en su poder la corona, habían otras que en realidad le gustaba bastante. Desvió con rapidez la mirada al escucharlo ¿podían los vampiros sonrojarse? Jamás se lo había preguntado antes, de ser así, de seguro ese sería un momento en el cual no podría ocultar su sonrojo. – No creo que sea para tanto…- Tomó el vaso de forma torpe y luego bebió otro poco de whisky.
Se giró unos momentos notando que muchos comenzaban a bailar al ritmo del vals, la música era bastante agradable y jamás le había incomodado eso, al contrario, eran las habladurías y los chismes, eso era lo que realmente incomodaba –Es bastante agradable la verdad, mire…hasta ya hay gente bailando, eso es señal de que es buena la música – Señaló con su dedo índice y luego sonrió.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Si una sola sonrisa suya cautivaba toda su atención que podríamos decir de su melodiosa risa causaba estragos en la fortaleza que se había puesto así mismo, aquella condición como realeza le había orillado a alejarse de las mujeres, por que estaba acostumrado a que solo se fijaran en su porte y su titulo, pero aquella mujer tenía un titulo, y aun así parecía sencilla, su vestido no era tan ostentoso, ni su propio traje lo era ¿odiaban lo mismo?, quería tener tantas similitudes con ella, para llamar su atención, no entendía ni el mismo, después de todas sus divagaciones cayó a la cuenta que había estado callado todo ese tiempo, rompiendo el silencio con un pequeño aclaro de su garganta dando otro trago de su vaso de whisky. - Bueno, aunque podemos esperar ese espectaculo por algun otro caballero o dama - señaló con un dedo al separarlo de su vaso hacía el frente - aquel hombre no ha parado de beber y sus hijas ni se diga
El nerviosismo que tenía al tomar el vaso entre sus manos, ¿estaba sonrojada? aun cuando su rostro no reflejara la calidez en sus mejillas, lo notaba o quería notarlo, a veces ser inmortal hacía que se perdieran esos detalles en su rostro, se imaginaba como habría sido con un tono más rojizo sobre su rostro, será la mujer más bella incluso que los mismos dioses, aquella mujer era una diosa en todo su esplendor, ¿modesta?, eso era algo que debía agradecerse, todo en ella le gustaba, y resultaba ser algo peligroso - es para más mi señora, no deberia dudar de la intensidad y el poder de su sonrisa, es su mejor poder, podría llamarme siervo de ella.
Se giro sobre si mismo para mirar a las parejas que comenzaban a apoderarse de la pista de baile, vestidos de colores, mujeres de todas clases se veían danzando acompañados del caballero de su elección, hacía años que nob bailaba, o màs bien dicho no lo disfrutaba, se pregunto si sería correcto invitarla a pisar la pista de baile, después de meditarlo unos segundos creyó que era lo conveniente, levantandose conel vaso sobre la barra hizo una pequeña reverencia - Mi señora, ¿me haría el honor de bailar conmmigo? dijo esto ofreciendo su mano derecha para que esta la tomara.
El nerviosismo que tenía al tomar el vaso entre sus manos, ¿estaba sonrojada? aun cuando su rostro no reflejara la calidez en sus mejillas, lo notaba o quería notarlo, a veces ser inmortal hacía que se perdieran esos detalles en su rostro, se imaginaba como habría sido con un tono más rojizo sobre su rostro, será la mujer más bella incluso que los mismos dioses, aquella mujer era una diosa en todo su esplendor, ¿modesta?, eso era algo que debía agradecerse, todo en ella le gustaba, y resultaba ser algo peligroso - es para más mi señora, no deberia dudar de la intensidad y el poder de su sonrisa, es su mejor poder, podría llamarme siervo de ella.
Se giro sobre si mismo para mirar a las parejas que comenzaban a apoderarse de la pista de baile, vestidos de colores, mujeres de todas clases se veían danzando acompañados del caballero de su elección, hacía años que nob bailaba, o màs bien dicho no lo disfrutaba, se pregunto si sería correcto invitarla a pisar la pista de baile, después de meditarlo unos segundos creyó que era lo conveniente, levantandose conel vaso sobre la barra hizo una pequeña reverencia - Mi señora, ¿me haría el honor de bailar conmmigo? dijo esto ofreciendo su mano derecha para que esta la tomara.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Suspiraba hondo notando cómo aquél vampiro la miraba, eso la hacía sentir nerviosa y se daba cuenta que era ya hace mucho que no se sentía así, nerviosa por algo que le decían o por como la miraban. Intentaba no preguntarse demasiado el por qué pero de todas formas las preguntas llegaban incansablemente a su mente. Observó disimuladamente al lugar donde él había apuntado y negó con suavidad - A veces me pregunto ¿qué pensarían las personas del pueblo al ver que la realeza se comporta así?- Resopló y luego de unos segundos miró a Liam mordiendo su labio inferior - No es que a alguien le importe, pero así se darían cuenta que no son nada ni tienen nada de especial…- Rápidamente alzó una ceja y luego rió algo nerviosa- Eso debió quedarse en mi cabeza, olvide lo que le he comentado, de todas formas creo que es bastante probable que sean ellos mismos los que armen escándalo no en mucho tiempo más – Se encogió de hombros y luego sonrió, encontraba inmaduro pasarse con el alcohol, pero era su vida y si así la vivían estaba bien por ella.
No comprendía bien el cómo se había dado la situación, de un saludo ahora estaban compartiendo más, aunque no fuesen demasiadas las horas que habían transcurrido tras su encuentro. Las palabras de Liam entraban por sus oídos y se demoraba unos cuantos segundos en poder procesarlas, se quedó mirándolo de forma sorpresiva, su rostro lo reflejaba…los ojos abiertos más de lo normal y los labios entreabiertos por la misma sorpresa, cuando se había dado cuenta desvió la mirada intentando que él no la descubriera pero estaba casi cien por ciento segura que ya era demasiado tarde, terminó de beberse el whisky y aclaró su garganta antes de mirarlo – Amelié, por favor llámeme Amelié…- Se quedó mirándole a los ojos, con una tonta sonrisa en su rostro y se encogió de hombros ¿qué más podía decir por sus palabras? - Gracias…- Apenas susurró, sin preocuparse si el lo escuchaba o no, simplemente no se había atrevido a decirlo más fuerte.
Ella seguía mirando hacia atrás, viendo a la gente que danzaba al ritmo de la música y notó como su acompañante se giraba para verlos también, si se lo hubiesen preguntado lo habría negado, el comentario había sido solo eso, sin intención de que él la sacara a bailar por lo que al verlo pararse se giró por completo y esta vez intentó ocultar su cara de asombro, asintió con la cabeza primeramente y una risita escapó en el momento que acercaba su mano a la de él – No veo razón por la cual negarme, ha sido alguien agradable - Al momento que terminaba de hablar tomó su mano derecha y se puso de pié, no esperó demasiado y caminó hasta la pista de baile con él de la mano, sin preocuparse demasiado del resto. Se dirigió al centro de la pista y llevó su mano izquierda hasta el hombro izquierdo de él, esperando a que él posicionara sus manos para empezar a bailar.
No comprendía bien el cómo se había dado la situación, de un saludo ahora estaban compartiendo más, aunque no fuesen demasiadas las horas que habían transcurrido tras su encuentro. Las palabras de Liam entraban por sus oídos y se demoraba unos cuantos segundos en poder procesarlas, se quedó mirándolo de forma sorpresiva, su rostro lo reflejaba…los ojos abiertos más de lo normal y los labios entreabiertos por la misma sorpresa, cuando se había dado cuenta desvió la mirada intentando que él no la descubriera pero estaba casi cien por ciento segura que ya era demasiado tarde, terminó de beberse el whisky y aclaró su garganta antes de mirarlo – Amelié, por favor llámeme Amelié…- Se quedó mirándole a los ojos, con una tonta sonrisa en su rostro y se encogió de hombros ¿qué más podía decir por sus palabras? - Gracias…- Apenas susurró, sin preocuparse si el lo escuchaba o no, simplemente no se había atrevido a decirlo más fuerte.
Ella seguía mirando hacia atrás, viendo a la gente que danzaba al ritmo de la música y notó como su acompañante se giraba para verlos también, si se lo hubiesen preguntado lo habría negado, el comentario había sido solo eso, sin intención de que él la sacara a bailar por lo que al verlo pararse se giró por completo y esta vez intentó ocultar su cara de asombro, asintió con la cabeza primeramente y una risita escapó en el momento que acercaba su mano a la de él – No veo razón por la cual negarme, ha sido alguien agradable - Al momento que terminaba de hablar tomó su mano derecha y se puso de pié, no esperó demasiado y caminó hasta la pista de baile con él de la mano, sin preocuparse demasiado del resto. Se dirigió al centro de la pista y llevó su mano izquierda hasta el hombro izquierdo de él, esperando a que él posicionara sus manos para empezar a bailar.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Aun cuando estaba atento a sus palabras sobre el comportamiento de la gente de la realeza, tenía razón eran seres insignificantes, no tenían un valor, siempre creyó que eran manipulables, vacios y sin sentimientos pero evitaba sus comentarios por que seguramente el ya tenía la etiqueta puesta y si quería seguir pasando inadvertido, sin que se dieran cuenta de su simple presencia y bien sin causar tanto alboroto, aunque siempre iba a causarlo por que la gente siempre iba a encontrar de que cotillear, no dijo nada como su señora había pedido, ¿se encontraba obedeciendo?, nunca nadie le había hecho callar un comentario, le era divertido marcar a la gente sus comentarios fuera de lugar e inapropiados aunque el creyera lo mismo pero por ella había callado.
Amelié... nombre de la mujer que hacía caer toda su imagen, con la unica persona además de su padre que se mostraba tal y cual era, o más bien que le nacía comportarse como tal, levemente con un movimiento de cabeza acepto - Amelié entonces, no había dicho que usted tiene un bello nombre, aunque tengo una duda ¿es bella por que su nombre lo es o su nombre es bello por que es bella usted?- camino hasta la pista de baile con ella, al ponerse en posición su mano derecha tomó la suya y la izquierda rodeó su cintura acercandola levemente a él, lentamente comenzó a danzar al compás del vals - gracias por hacerme el honor - susurró suavemente cerca de su oído, para que lo oyera con claridad aunque sabía que ambos tenian oidos desarrolados como para oír lo que el otro decía aunque de un susurro se tratara.
Amelié... nombre de la mujer que hacía caer toda su imagen, con la unica persona además de su padre que se mostraba tal y cual era, o más bien que le nacía comportarse como tal, levemente con un movimiento de cabeza acepto - Amelié entonces, no había dicho que usted tiene un bello nombre, aunque tengo una duda ¿es bella por que su nombre lo es o su nombre es bello por que es bella usted?- camino hasta la pista de baile con ella, al ponerse en posición su mano derecha tomó la suya y la izquierda rodeó su cintura acercandola levemente a él, lentamente comenzó a danzar al compás del vals - gracias por hacerme el honor - susurró suavemente cerca de su oído, para que lo oyera con claridad aunque sabía que ambos tenian oidos desarrolados como para oír lo que el otro decía aunque de un susurro se tratara.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Y para el bien suyo su comentario había pasado inadvertido, no es que creyera que había opinado algo malo pero al final con la realeza nunca se sabía cómo iban a reaccionar aunque de algún modo, ella sabía que él no se lo tomaría a mal, pero de todas formas había querido prevenirlo. No sabía explicar muy bien la razón por la cual se sentía tan cómoda con Liam a pesar de recién haberse conocido, pero si se hubiese sentido incómoda o algo, apenas y se habrían saludado.
Ella por primera vez prefería simplemente disfrutar en vez de andar buscando la razón y el por qué de todo, a veces las cosas sucedían simplemente porque si y más allá de eso no se podía cuestionar. Con su pregunta pensó hasta que a él le gustaba hacerla sentir nerviosa, por lo que una nueva risita apareció - Comenzaré a creer que disfruta verme nerviosa, porque estoy segura de que lo nota - Sonrió ampliamente y luego se encogió de hombros – Tal vez porque mi madre era bella e intentó que me pareciese a ella – Negó con suavidad dándole a entender que lo que decía era broma.
Al sentir el contacto en su cintura y sentir el acercamiento a él, sintió como si “su corazón” comenzara a latirle más fuerte, una vez más la multitud había desaparecido y no le importó, lo miró a los ojos y no le quitó la vista. Se movía al ritmo que él llevaba y pareciera que en cuanto a baile se entendían a la perfección. Suspiró cuando lo sintió cerca y cerró sus ojos por unos minutos como disfrutando de su acercamiento – Gracias a usted por haberme sacado a bailar – Susurró en la misma corta distancia que se había mantenido sin tener demasiada intención de alejarse.
Ella por primera vez prefería simplemente disfrutar en vez de andar buscando la razón y el por qué de todo, a veces las cosas sucedían simplemente porque si y más allá de eso no se podía cuestionar. Con su pregunta pensó hasta que a él le gustaba hacerla sentir nerviosa, por lo que una nueva risita apareció - Comenzaré a creer que disfruta verme nerviosa, porque estoy segura de que lo nota - Sonrió ampliamente y luego se encogió de hombros – Tal vez porque mi madre era bella e intentó que me pareciese a ella – Negó con suavidad dándole a entender que lo que decía era broma.
Al sentir el contacto en su cintura y sentir el acercamiento a él, sintió como si “su corazón” comenzara a latirle más fuerte, una vez más la multitud había desaparecido y no le importó, lo miró a los ojos y no le quitó la vista. Se movía al ritmo que él llevaba y pareciera que en cuanto a baile se entendían a la perfección. Suspiró cuando lo sintió cerca y cerró sus ojos por unos minutos como disfrutando de su acercamiento – Gracias a usted por haberme sacado a bailar – Susurró en la misma corta distancia que se había mantenido sin tener demasiada intención de alejarse.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
No pudo evitar una carcajada cuando dijo que le gustaba verla nerviosa, pues si, le gustaba comprobar que hacía efecto en ella sus palabras por que aunque ella no hablara casi, sus labios al arquearse en una sonrisa, esa sonrisa lo volvía loco ¿se daría cuenta ella de que a mi me pasaba exactamente con ella?,¿que me ponía nervioso su simple presencia?, mientras la música sonaba y nuestros pasos se movían al compás de estas con suavidad atraje nuevamente su cuerpo contra el mio acortando la distancia entre ambos.
Y como si de un sueño tratara la música nos envolvía en un burbuja solamente existiamos nosotros dos, aspire el aroma de su cabello en silencio, guardando aquel momento en mi memoria, sería el mejor recuerdo que tendría en toda mi vida y si algo acabara con mi existencia en aquel momento podría morir feliz de solo haberla conocido... un segundo claro que no podía morir feliz, aun faltaba probar sus labios, por que ese beso era para mi la razón de mi vida - Y si con un beso sello mi fin me da igual pues ese beso es pera mi la razón de mi vida... - cantó a su oido, bajito esperando no ser demasiado atrevido, estaba revolviendo las estrofas de la canción y no le importaba, más que cantadas eran susurradas - Te busque y te haye en mis sueños... soy un ladrón pues robarte pretendo
Termino la canción antes de que pudiera atreverse a decirle más, tomó la mano que tenía en su hombro dando un beso en el dorso de esta, no aplaudió como hacía la demás gente, se limito a perderse en aquellos ojos hermosos, metió su mano izquierda dentro de una bolsa caminando de nuevo hací ala barra ¿sería propiado pedirle salir del lugar? ¿caminar ellos solos?, giro el rostro para contemplar a su acompañante mientras volvían a aquellos taburetes
Y como si de un sueño tratara la música nos envolvía en un burbuja solamente existiamos nosotros dos, aspire el aroma de su cabello en silencio, guardando aquel momento en mi memoria, sería el mejor recuerdo que tendría en toda mi vida y si algo acabara con mi existencia en aquel momento podría morir feliz de solo haberla conocido... un segundo claro que no podía morir feliz, aun faltaba probar sus labios, por que ese beso era para mi la razón de mi vida - Y si con un beso sello mi fin me da igual pues ese beso es pera mi la razón de mi vida... - cantó a su oido, bajito esperando no ser demasiado atrevido, estaba revolviendo las estrofas de la canción y no le importaba, más que cantadas eran susurradas - Te busque y te haye en mis sueños... soy un ladrón pues robarte pretendo
Termino la canción antes de que pudiera atreverse a decirle más, tomó la mano que tenía en su hombro dando un beso en el dorso de esta, no aplaudió como hacía la demás gente, se limito a perderse en aquellos ojos hermosos, metió su mano izquierda dentro de una bolsa caminando de nuevo hací ala barra ¿sería propiado pedirle salir del lugar? ¿caminar ellos solos?, giro el rostro para contemplar a su acompañante mientras volvían a aquellos taburetes
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
La carcajada que escuchó luego de decir sus palabras le dio a entender que estaba en lo correcto, de verdad el disfrutaba viéndola nerviosa y actuando torpemente. No sabía con exactitud qué era lo que pensaba él, ya que en sus años de vampiro no había adquirido el poder de leer la mente, pero de una u otra forma presentía que él, aunque no se le notara demasiado, igual se sentía aunque sea un poco nervioso por su cercanía, cercanía que ahora él hacía aún más corta. Inhaló hondo sintiendo el aroma de aquél muchacho, guardándolo en su recuerdo.
La música que tocaban era realmente agradable aunque luego de un lapsus de tiempo ella ya no prestaba demasiada atención a la música, solo se preocupaba del acompañante que tenía ahora, el que la había sacado de todos los esquemas que tenía aquella noche. Su intención solo era ir a la fiesta, estar un par de minutos para hacer acto de presencia y luego marcharse, pero él la mantenía ahí y no se quejaba, al contrario, estaba más bien gustosa. Estaba con sus ojos cerrados, con su cabeza apoyada levemente en el hombro de él pero cuando escuchó su susurro sintió como si su estómago girara por completo, mordió su labio inferior ocultando una sonrisa ¿estaba bien todo eso? ¿era posible sentirse tan cómoda y tan a gusto tan pronto con alguien tan rápido? Pues todo parecía decirle que si.
Alzó su rostro para mirarle con la intención de responder a su canto, pero la canción había terminado y él se había adelantado a tomar su mano para besarla, Amelié hizo un gesto con su cabeza como reverencia y a continuación sonrió. Ambos quedaron unos segundos observándose directamente a los ojos, ella sin perder aquella sonrisa boba que tenía en sus labios y él…él se veía tan guapo. Miró con cuidado como él se daba vuelta para avanzar nuevamente hasta la barra pero ella, aprovechando que no le había soltado su mano, le dio un suave tirón logrando que se diera vuelta y con su mano libre señaló hacia una terraza que había en el lugar - ¿Sería muy atrevido pedirle que me acompañara a dar un paseo? – Comentó con una gran sonrisa, esperando en realidad que él aceptara.
La música que tocaban era realmente agradable aunque luego de un lapsus de tiempo ella ya no prestaba demasiada atención a la música, solo se preocupaba del acompañante que tenía ahora, el que la había sacado de todos los esquemas que tenía aquella noche. Su intención solo era ir a la fiesta, estar un par de minutos para hacer acto de presencia y luego marcharse, pero él la mantenía ahí y no se quejaba, al contrario, estaba más bien gustosa. Estaba con sus ojos cerrados, con su cabeza apoyada levemente en el hombro de él pero cuando escuchó su susurro sintió como si su estómago girara por completo, mordió su labio inferior ocultando una sonrisa ¿estaba bien todo eso? ¿era posible sentirse tan cómoda y tan a gusto tan pronto con alguien tan rápido? Pues todo parecía decirle que si.
Alzó su rostro para mirarle con la intención de responder a su canto, pero la canción había terminado y él se había adelantado a tomar su mano para besarla, Amelié hizo un gesto con su cabeza como reverencia y a continuación sonrió. Ambos quedaron unos segundos observándose directamente a los ojos, ella sin perder aquella sonrisa boba que tenía en sus labios y él…él se veía tan guapo. Miró con cuidado como él se daba vuelta para avanzar nuevamente hasta la barra pero ella, aprovechando que no le había soltado su mano, le dio un suave tirón logrando que se diera vuelta y con su mano libre señaló hacia una terraza que había en el lugar - ¿Sería muy atrevido pedirle que me acompañara a dar un paseo? – Comentó con una gran sonrisa, esperando en realidad que él aceptara.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Asintió levemente al jalón que le dio a su mano indicándole el camino hacia la terraza, como adolescente, sentía el corazón "palpitar" a mil, supuso que ella también tenía la capacidad de leer la mente como él la poseía, y aunque tuviera esa capacidad con ella no la había usado, no quería saber las cosas que pensaba, quería conocerlas conforme se fueran dando, en su mente aquella canción seguía repitiéndose, aquella mujer se había vuelto en un todo total.
Sin soltar su mano, abriendo un poco los dedos para dejar que los suyos se acomodaran entre estos, notó que un "choque electrico" recorría su cuerpo al sentir su tacto, su fina piel sobre su mano, no pudo evitar levantar las manos entrelazadas y besar el dorso de la suya, lentamente caminaban hasta la terraza, su mirada se perdía en su fina tez, sus ojos, todo lo que quería era perderse en sus ojos - Amelié... - susurró para si mismo, como esperando que no fuera uno de esos sueños de los cuales se terminan pronto, aquella fiesta era real, ella era real, por que el era real - Yo no soy un casanova, se lo puedo asegurar, contigo me siento yo mismo... - confesó parando en seco cuando ya estaban lo suficientemente lejos de la puerta, la música se oía bastante bajo aunque aun por su oído desarrollado podría entender a la perfección.
- Creo que me ha embrujado - dijo en tono bromista acercandose para quitar un mechón de su cabello negro y pasarlo tras su oreja, soltó su mano metiendo esta vez ambas manos en sus bolsillos caminando hasta un rosal, cortando una de aquellas rosas rojas, se acercó de nuevo colandola en su cabello - No se asemeja a su belleza pero su hermoso rostro le da otra belleza a aquella flor
Sin soltar su mano, abriendo un poco los dedos para dejar que los suyos se acomodaran entre estos, notó que un "choque electrico" recorría su cuerpo al sentir su tacto, su fina piel sobre su mano, no pudo evitar levantar las manos entrelazadas y besar el dorso de la suya, lentamente caminaban hasta la terraza, su mirada se perdía en su fina tez, sus ojos, todo lo que quería era perderse en sus ojos - Amelié... - susurró para si mismo, como esperando que no fuera uno de esos sueños de los cuales se terminan pronto, aquella fiesta era real, ella era real, por que el era real - Yo no soy un casanova, se lo puedo asegurar, contigo me siento yo mismo... - confesó parando en seco cuando ya estaban lo suficientemente lejos de la puerta, la música se oía bastante bajo aunque aun por su oído desarrollado podría entender a la perfección.
- Creo que me ha embrujado - dijo en tono bromista acercandose para quitar un mechón de su cabello negro y pasarlo tras su oreja, soltó su mano metiendo esta vez ambas manos en sus bolsillos caminando hasta un rosal, cortando una de aquellas rosas rojas, se acercó de nuevo colandola en su cabello - No se asemeja a su belleza pero su hermoso rostro le da otra belleza a aquella flor
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Su sonrisa no desaparecía y se amplió mucho más cuando vio como él aceptaba su invitación. De verdad estaba nerviosa y se sentía como aquellos adolescentes que comienzan a enamorarse por primera vez ¿de verdad pasaba todo ello? No podía creerlo del todo pero por los nervios que sentía en su estómago, nervios que se hacían sentir como mil mariposas revoloteando en su interior al mismo tiempo, podía darse cuenta que todo ello era real, que no despertaría en aquella oscura habitación dándose cuenta que en realidad todo era un sueño y que él no existía verdaderamente…nada de eso ocurriría, sabía que era real y le gustaba.
Comenzó a caminar hacia los hermosos jardines que se encontraban fuera del Palacio Royal y cuando notó cómo él entrelazaba sus dedos con los de ella lo miró de reojo sintiendo como si esta vez el corazón quisiera comenzar a latir nuevamente con toda su fuerza para finalmente terminar por escapar de su pecho. Ella no se percataba de cómo la gente de alrededor observaba a ambos, pero si había algo que Amelié tenía claro era que no todos sabían la verdadera relación que había entre el Rey y la Reina, que más que amantes eran amigos. Ante sus dichos sonrió y llevó una de sus manos, algo temerosa, hasta una de sus mejillas mirándolo luego a los ojos – Si lo fuese, tenga por seguro que no estaría aquí conmigo, si hay algo que conozco bien, son los ojos de aquellos hombres – Probablemente era algo atrevido, pero de todas formas acarició su mejilla perdiéndose en sus ojos.
Se mordió levemente el labio inferior y desvió su mirada al notar cómo reacomodoaba un mechón de cabello, aquella distancia…de pronto pensaba en acortarla más pero muchas dudas de si estaría bien o no hacerlo pasaban por su mente agradeciendo casi el hecho que caminara hasta ese rosal, antes de hablar suspiró – Tal vez era una especie de bruja cuando era humana – Comentó bromeando riendo con suavidad, tenía una risa melodiosa y agradable. En el momento de él acomodar la rosa en su cabello lo quedó mirando a sus ojos y subió una de sus manos por el brazo de él, apegó aquella mano a su rostro y luego cerró sus ojos disfrutando el roce - Se me hace tan extraño todo esto…- Comentó con una leve sonrisa moviendo su mano logrando que la de él acariciara su mejilla - Pero es agradable, como usted…como la suavidad de su mano - Abrió los ojos y se quedó perdida en su mirada, agradeciendo para si misma que la noche avanzara de aquella manera.
Comenzó a caminar hacia los hermosos jardines que se encontraban fuera del Palacio Royal y cuando notó cómo él entrelazaba sus dedos con los de ella lo miró de reojo sintiendo como si esta vez el corazón quisiera comenzar a latir nuevamente con toda su fuerza para finalmente terminar por escapar de su pecho. Ella no se percataba de cómo la gente de alrededor observaba a ambos, pero si había algo que Amelié tenía claro era que no todos sabían la verdadera relación que había entre el Rey y la Reina, que más que amantes eran amigos. Ante sus dichos sonrió y llevó una de sus manos, algo temerosa, hasta una de sus mejillas mirándolo luego a los ojos – Si lo fuese, tenga por seguro que no estaría aquí conmigo, si hay algo que conozco bien, son los ojos de aquellos hombres – Probablemente era algo atrevido, pero de todas formas acarició su mejilla perdiéndose en sus ojos.
Se mordió levemente el labio inferior y desvió su mirada al notar cómo reacomodoaba un mechón de cabello, aquella distancia…de pronto pensaba en acortarla más pero muchas dudas de si estaría bien o no hacerlo pasaban por su mente agradeciendo casi el hecho que caminara hasta ese rosal, antes de hablar suspiró – Tal vez era una especie de bruja cuando era humana – Comentó bromeando riendo con suavidad, tenía una risa melodiosa y agradable. En el momento de él acomodar la rosa en su cabello lo quedó mirando a sus ojos y subió una de sus manos por el brazo de él, apegó aquella mano a su rostro y luego cerró sus ojos disfrutando el roce - Se me hace tan extraño todo esto…- Comentó con una leve sonrisa moviendo su mano logrando que la de él acariciara su mejilla - Pero es agradable, como usted…como la suavidad de su mano - Abrió los ojos y se quedó perdida en su mirada, agradeciendo para si misma que la noche avanzara de aquella manera.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Su mejilla era cálida, así la sentía él cuando su mano se quedó sobre el rostro femenino, acortó más la distancia entre ambos sus ojos se habían fundido, perdido en los de ella, esa tez tan blanca, esos labios carmesí, lo volvían loco, completamente loco, miró su mano y abrió los dedos para que los dedos de ella se volvieran acomodar entre estos, recorrió suavemente su mejilla con sus labios acariciándola muy lentamente, se apartó un poco esperaba que ella lo parara, no quería incomodarla... pero no se alejó, sonriendo de medio lado volvió a besar su mejilla esta vez dando suaves besos en la línea de su mandíbula.
Aspiraba el delicioso y embriagante aroma de su piel, su mano libre bajo hasta su cintura ciñendola contra él, volvió a parar un poco para no presionarla ni estarla obligando a nada - Si molesto puedo dejarla libre - añadió contra la piel de su cuello, ya que ahora acariciaba solamente con la punta de la nariz la cuerva perfecta de su cuello hasta su hombro, tal vez estaba siendo demasiado atrevido y no podíamos olvidar que dentro de aquella sala había varias personas que seguramente harían una comidilla de ellos "El arrogante príncipe Liam se volvió todo un conquistador, conquistando a la señora del Rey Dorian", giró levemente el rostro hacía la puerta donde habían venido ambos minutos antes, como sus sospechas, varias mujeres cotillas los miraban, volvió a separarse un poco de Amelié, pero negó internamente, a él no le importaba que pensaran de él, era un ser vulgar por naturaleza, así que si lo tachaban de tipo vil no le importaba, besó suavemente la comisura de los labios de la reina - Puedo parar si asi lo desea... - susurró contra estos recorriendo lentamente los labios hasta posicionarse sobre los suyos-Loco de amor, es su amor, lo que anhelo.. mi bella flor, ruego a dios, "dame el valor, pues sin ella nada soy ni tengo".
Aspiraba el delicioso y embriagante aroma de su piel, su mano libre bajo hasta su cintura ciñendola contra él, volvió a parar un poco para no presionarla ni estarla obligando a nada - Si molesto puedo dejarla libre - añadió contra la piel de su cuello, ya que ahora acariciaba solamente con la punta de la nariz la cuerva perfecta de su cuello hasta su hombro, tal vez estaba siendo demasiado atrevido y no podíamos olvidar que dentro de aquella sala había varias personas que seguramente harían una comidilla de ellos "El arrogante príncipe Liam se volvió todo un conquistador, conquistando a la señora del Rey Dorian", giró levemente el rostro hacía la puerta donde habían venido ambos minutos antes, como sus sospechas, varias mujeres cotillas los miraban, volvió a separarse un poco de Amelié, pero negó internamente, a él no le importaba que pensaran de él, era un ser vulgar por naturaleza, así que si lo tachaban de tipo vil no le importaba, besó suavemente la comisura de los labios de la reina - Puedo parar si asi lo desea... - susurró contra estos recorriendo lentamente los labios hasta posicionarse sobre los suyos-Loco de amor, es su amor, lo que anhelo.. mi bella flor, ruego a dios, "dame el valor, pues sin ella nada soy ni tengo".
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
¿Se había vuelto loca completamente? Tal vez si o quizás no, ¿y es que acaso importaba? Amelié no era de aquellas que al ver un hombre guapo se le lanzaba sin pensarlo dos veces ya que por lo general captaba las intenciones de ellos sin demasiada dificultad, jamás le había gustado que la tomaran por una tonta y tampoco lo había permitido nunca que lo hicieran. Tenía sus ojos cerrados disfrutando el roce de los labios con su mejilla, entreabrió los labios deseando que no parara, lo único que anhelaba era que él no parara.
Mordió su labio inferior al ver que nuevamente el acortaba su distancia ¿se daría cuenta él todo lo que provocaba en ella con tan poco? Ella simplemente se dejaba llevar, no quería que todas sus dudas internas la dejaran no disfrutar de aquella situación, no lo permitiría – Si molestaras ya te lo habría hecho saber – Comentó en un susurro medio entrecortado por los actos de él. Ladeó su cuello para darle más libertad a aquél vampiro que acariciaba su piel. ¿La otra gente? Le importaba poco ¡poquísimo! Y es que luego de una “relación” que no había funcionado tenía todo el derecho del mundo a intentarlo nuevamente ¿verdad?.
Al sentir sus labios entreabrió los suyos esperando más, abrió los ojos que había cerrado al sentir el roce y miró hacia el gran salón - Que jamás te preocupe el resto – Comentó con una sonrisa y llevó sus manos hasta el cuello de él, posicionando una sobre la nuca de Liam – Además sabrá si quiero que se detenga – Y al terminar de hablar con sus manos obligó un poco a besarla, pero esta vez no serían simples roces. Al fin podía besarlo y quitarse aquellas ganas que hace momentos atrás había sentido, no dejaría escapar la oportunidad y menos se preocuparía por la gente que los veía, si de algo estaba segura, era que esa noche hablarían mucho de ellos.
Mordió su labio inferior al ver que nuevamente el acortaba su distancia ¿se daría cuenta él todo lo que provocaba en ella con tan poco? Ella simplemente se dejaba llevar, no quería que todas sus dudas internas la dejaran no disfrutar de aquella situación, no lo permitiría – Si molestaras ya te lo habría hecho saber – Comentó en un susurro medio entrecortado por los actos de él. Ladeó su cuello para darle más libertad a aquél vampiro que acariciaba su piel. ¿La otra gente? Le importaba poco ¡poquísimo! Y es que luego de una “relación” que no había funcionado tenía todo el derecho del mundo a intentarlo nuevamente ¿verdad?.
Al sentir sus labios entreabrió los suyos esperando más, abrió los ojos que había cerrado al sentir el roce y miró hacia el gran salón - Que jamás te preocupe el resto – Comentó con una sonrisa y llevó sus manos hasta el cuello de él, posicionando una sobre la nuca de Liam – Además sabrá si quiero que se detenga – Y al terminar de hablar con sus manos obligó un poco a besarla, pero esta vez no serían simples roces. Al fin podía besarlo y quitarse aquellas ganas que hace momentos atrás había sentido, no dejaría escapar la oportunidad y menos se preocuparía por la gente que los veía, si de algo estaba segura, era que esa noche hablarían mucho de ellos.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
No pudo evitar reír cuando sintió las manos de ella en su nuca haciéndolo inclinarse más hacia ella y besarle con suavidad sus labios lentamente se abrían paso en los suyos para jugar con ellos, saborear su boca, recorrer cada centímetro de esta, le fascinaba, aquel beso era de aquellos de los que jamás quieres parar, Liam había besado a muchas mujeres en anterioridad, era un hombre un tanto mujeriego, nunca había estado en nada serio con nadie, pero le encantaba el placer carnal, así que muchas mujeres lo habían besado, pero en aquel momento era como si nunca antes lo hubiera hecho, en su estomago una sensación de mariposas lo recorría, sus manos acariciaron suavemente la cintura perfectamente contorneada de aquella mujer.
No importaba nada mientras ella estuviera cerca, el tiempo había perdido relevancia, las horas que parecían no tener un significado en él desde hace bastante tiempo, pero en aquel momento se habían puesto en su contra, corrían con una velocidad única, como si de viles segundos se trataran, no quería que ese día se acabara y mucho menos que sus labios se separaran de los suyos, aunque sabía que en algún momento ella tendría que partir, no le importó no estaban en las mismas circunstancias que la cenicienta, si ella se fuera justo cuando dieran las doce el sabría donde buscarla, sabía su nombre y su rostro seguramente era lo último que fuera a olvidar.
Recargó su frente contra la suya con los ojos cerrados mientras sus labios daban pequeños besos fugaces contra sus labios entre besos más largos, con ternura, aunque también despertaba en él muchas sensaciones, era la primera vez que alguien lo estaba enamorando, ¿estaba dispuesto a convertirse en un amante para ella?¿lo estaría viendo como un juego?, se preguntaba, intentando buscar el modo de poder usar sus poderes mentales para conocer sus pensamientos.
No importaba nada mientras ella estuviera cerca, el tiempo había perdido relevancia, las horas que parecían no tener un significado en él desde hace bastante tiempo, pero en aquel momento se habían puesto en su contra, corrían con una velocidad única, como si de viles segundos se trataran, no quería que ese día se acabara y mucho menos que sus labios se separaran de los suyos, aunque sabía que en algún momento ella tendría que partir, no le importó no estaban en las mismas circunstancias que la cenicienta, si ella se fuera justo cuando dieran las doce el sabría donde buscarla, sabía su nombre y su rostro seguramente era lo último que fuera a olvidar.
Recargó su frente contra la suya con los ojos cerrados mientras sus labios daban pequeños besos fugaces contra sus labios entre besos más largos, con ternura, aunque también despertaba en él muchas sensaciones, era la primera vez que alguien lo estaba enamorando, ¿estaba dispuesto a convertirse en un amante para ella?¿lo estaría viendo como un juego?, se preguntaba, intentando buscar el modo de poder usar sus poderes mentales para conocer sus pensamientos.
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Sus labios por fin se habían encontrado y la mano en la nuca de él evitaba de cierta forma que él se alejara aunque sabía a la perfección que él no quería alejarse, sus besos eran suaves y con un toque de ternura y ambos buscaban los labios del otro, si de ella dependiera se arriesgaría a quedarse cerca de la hora del amanecer con tal de no separarse. Llevó su mano libre hasta la mejilla de él la cual acarició con suavidad, se sentía realmente bien estando así pero no era con cualquiera, sino que se sentía bien estando así con él. Había perdido la noción del tiempo y no se preocupaba demasiado pues ella quería quedarse simplemente ahí.
En todos los años que llevaba tanto de humana como de vampiro no habían sido demasiado los labios afortunados que habían llegado a tocar los suyos, tal vez eran pocos. Jamás le había preocupado este hecho ni tampoco criticaba a aquellos que tenían una vida más liberal después de todo pensaba que cada quién era libre de elegir la vida que quisiera y ella siempre había sido criada de una forma más recatada, sin abusar nunca de los vicios que ofrecía la vida pero tampoco era una blanca paloma.
Su cuerpo buscaba encontrar el de él por lo que cada vez, de una forma un tanto tímida, se iba acercando más a aquél vampiro que estaba logrando que perdiera la razón. ¿Serían muchos los chismosos pegados a la ventana observándolos? Tenía ganas de reír por aquella pregunta pero no arruinaría el momento, de seguro muchos pensarían que la reina le estaría siendo infiel al rey o algo por el estilo, pero sabía que no era así por lo que no le preocupó nada de lo que pudiesen pensar o sentir. Sus labios seguían acariciando los suyos, ambas manos se encontraban ahora en la mejilla de él manteniendo sus ojos cerrados para disfrutar más de todas aquellas sensaciones que Liam provocaba en ella.
De pronto, gracias a su desarrollado sentido de la audición, escuchó unos pasos a los que al principio había ignorado por completo pero cuando se percató que se dirigían directamente hacia ellos se separó muy a su pesar de aquellos labios que la volvían loca para poder girar el rostro hacía donde los pasos se escuchaban. Al ver al hombre que seguía acercándose quedó unos segundos petrificada y mordió su labio inferior, había olvidado el pequeño gran detalle que le había dicho a Jean Pierre, uno de sus mayordomos más cercanos, una hora para que fuera a buscarla y él que siempre cumplía con su trabajo ahí estaba, acercándose a ambos.
Se alejó un poco de su cuerpo antes que de que el mayordomo estuviese a su lado y carraspeo su garganta antes de hablar – Buenas noches…Jean Pierre – Se sentía como cuando a un niño lo descubren haciendo algo malo y eso no le gustaba – Ha llegado algo temprano esta noche – ¿temprano? La verdad siquiera sabía qué hora era – Le aseguro que temprano no he llegado, señorita Amelié, lamento si he interrumpido pero hay demasiados curiosos observándolos - Al escucharlo la vampira se alzó de hombros sin mirar donde estaban los chismosos – Tu mejor que nadie sabe que no estoy haciendo nada malo, ¿verdad? - Al terminar sus palabras sonrió segura de lo que decía y luego miró a Liam – Lamento de verdad todo esto…- Ahora se preguntaba si todo aquello terminaría allí ¿él no querría verla más luego de la interrupción de su mayordomo?
En todos los años que llevaba tanto de humana como de vampiro no habían sido demasiado los labios afortunados que habían llegado a tocar los suyos, tal vez eran pocos. Jamás le había preocupado este hecho ni tampoco criticaba a aquellos que tenían una vida más liberal después de todo pensaba que cada quién era libre de elegir la vida que quisiera y ella siempre había sido criada de una forma más recatada, sin abusar nunca de los vicios que ofrecía la vida pero tampoco era una blanca paloma.
Su cuerpo buscaba encontrar el de él por lo que cada vez, de una forma un tanto tímida, se iba acercando más a aquél vampiro que estaba logrando que perdiera la razón. ¿Serían muchos los chismosos pegados a la ventana observándolos? Tenía ganas de reír por aquella pregunta pero no arruinaría el momento, de seguro muchos pensarían que la reina le estaría siendo infiel al rey o algo por el estilo, pero sabía que no era así por lo que no le preocupó nada de lo que pudiesen pensar o sentir. Sus labios seguían acariciando los suyos, ambas manos se encontraban ahora en la mejilla de él manteniendo sus ojos cerrados para disfrutar más de todas aquellas sensaciones que Liam provocaba en ella.
De pronto, gracias a su desarrollado sentido de la audición, escuchó unos pasos a los que al principio había ignorado por completo pero cuando se percató que se dirigían directamente hacia ellos se separó muy a su pesar de aquellos labios que la volvían loca para poder girar el rostro hacía donde los pasos se escuchaban. Al ver al hombre que seguía acercándose quedó unos segundos petrificada y mordió su labio inferior, había olvidado el pequeño gran detalle que le había dicho a Jean Pierre, uno de sus mayordomos más cercanos, una hora para que fuera a buscarla y él que siempre cumplía con su trabajo ahí estaba, acercándose a ambos.
Se alejó un poco de su cuerpo antes que de que el mayordomo estuviese a su lado y carraspeo su garganta antes de hablar – Buenas noches…Jean Pierre – Se sentía como cuando a un niño lo descubren haciendo algo malo y eso no le gustaba – Ha llegado algo temprano esta noche – ¿temprano? La verdad siquiera sabía qué hora era – Le aseguro que temprano no he llegado, señorita Amelié, lamento si he interrumpido pero hay demasiados curiosos observándolos - Al escucharlo la vampira se alzó de hombros sin mirar donde estaban los chismosos – Tu mejor que nadie sabe que no estoy haciendo nada malo, ¿verdad? - Al terminar sus palabras sonrió segura de lo que decía y luego miró a Liam – Lamento de verdad todo esto…- Ahora se preguntaba si todo aquello terminaría allí ¿él no querría verla más luego de la interrupción de su mayordomo?
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Re: Las curiosas vueltas de la vida
Sus labios buscaban los suyos de una forma tan desesperada como si quisiera llenarse más de ella y así era sus manos acariciaban sus hombros acercándola más contra su cuerpo, era delirante, embriagadoramente único, se sentía como un mortal que había sido seducido por aquellos labios de seda, esos ojos de esmeraldas y esa piel tan suave que las mismas rosas estarían celosos de aquella mujer, con su fino oído podía oír a la perfección, las risas, los sarcásticos comentarios, las palabras insultantes a aquella mujer, lo cual le hacía apretar la mandibula, normalmente evitaba a toda costa leer pensamientos ajenos, por simple egoísmo, odiaba tener en la cabeza un mil voces que no eran de su agrado, problemas banales y sin sentido, pero en aquel momento todas sus defensas estaban bajas y se había dado cuenta de ello, cuando podía leer a la perfección los comentarios sobre los reyes ingleses, la Reina una mujer fácil, comentarios que ni el mismo quería repetir en su mente, la gente era ruin e hiriente.
Justo cuando uno de sus puños se había apretado sus labios volvieron a besarlo y aquello fue suficiente para calmarlo, para hacerlo ceder, encontrar todo lo que necesitaba, no quería que aquella noche terminara incluso aunque en ese momento no sabía que hora era exactamente no le importaba, incluso había gente que comenzaba a retirarse del lugar, así que tal vez era hora de partir, pero no quería separarse de ella y descubrir que todo había sido un sueño, que todo había acabado, no quería nuevamente creer que aquello tendría un peor final que la misma cenicienta, al menos ella al final se había casado con el príncipe, el había tenido su oportunidad, pero ¿él la tendría?, ¿qué le hacía pensar que ella no se iría y jamás querría saber de él?, después de todo había estado con muchas mujeres así antes que solamente veían en él un recuerdo, un hombre con el cual pasar 6 Horas y no volver a saber de él.
“ELLA NO ERA ASI” dijo en su mente mientras oía los pasos de un hombre acercarse lentamente hasta ambos, pensó en que si era alguno de esos metiches que irían a darles una cátedra sobre lo que estaba bien o mal, se separó a duras penas de sus labios cuando esta lo alejo, se relamió los labios y limpio un poco estos con una de sus manos ya que seguramente el lápiz labial de ella estuviera en sus labios, giró el rostro levantando la barbilla para mirar al hombre e iba a indicarle que volviera por donde había llegado pero Amelié comenzó a hablar, se quedo callado oyendo la platica de ambos… él sueño había terminado, nuevamente todo volvería hacer como antes si el no le pedía otra oportunidad para verse, nuevamente ella se refirió a él, negó levemente, no tenía por que disculparse no había sido su culpa, hizo una suave reverencia a la mujer sonriendo – No tiene nada de que disculparse mi señora – guiño un ojo – no creo que sea la única vez que nos veamos y si usted me lo permite me gustaría verla más seguido - nada se perdía por intentar y a las alturas del partido eso haría, intentar tenerla entre sus brazos y amarla como nadie antes lo había hecho.
Justo cuando uno de sus puños se había apretado sus labios volvieron a besarlo y aquello fue suficiente para calmarlo, para hacerlo ceder, encontrar todo lo que necesitaba, no quería que aquella noche terminara incluso aunque en ese momento no sabía que hora era exactamente no le importaba, incluso había gente que comenzaba a retirarse del lugar, así que tal vez era hora de partir, pero no quería separarse de ella y descubrir que todo había sido un sueño, que todo había acabado, no quería nuevamente creer que aquello tendría un peor final que la misma cenicienta, al menos ella al final se había casado con el príncipe, el había tenido su oportunidad, pero ¿él la tendría?, ¿qué le hacía pensar que ella no se iría y jamás querría saber de él?, después de todo había estado con muchas mujeres así antes que solamente veían en él un recuerdo, un hombre con el cual pasar 6 Horas y no volver a saber de él.
“ELLA NO ERA ASI” dijo en su mente mientras oía los pasos de un hombre acercarse lentamente hasta ambos, pensó en que si era alguno de esos metiches que irían a darles una cátedra sobre lo que estaba bien o mal, se separó a duras penas de sus labios cuando esta lo alejo, se relamió los labios y limpio un poco estos con una de sus manos ya que seguramente el lápiz labial de ella estuviera en sus labios, giró el rostro levantando la barbilla para mirar al hombre e iba a indicarle que volviera por donde había llegado pero Amelié comenzó a hablar, se quedo callado oyendo la platica de ambos… él sueño había terminado, nuevamente todo volvería hacer como antes si el no le pedía otra oportunidad para verse, nuevamente ella se refirió a él, negó levemente, no tenía por que disculparse no había sido su culpa, hizo una suave reverencia a la mujer sonriendo – No tiene nada de que disculparse mi señora – guiño un ojo – no creo que sea la única vez que nos veamos y si usted me lo permite me gustaría verla más seguido - nada se perdía por intentar y a las alturas del partido eso haría, intentar tenerla entre sus brazos y amarla como nadie antes lo había hecho.
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