AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Los hijos de Oxun
Recuerdo del primer mensaje :
México D.F. < 11:00pm Bajo tierra, en un bunker oculto en una propiedad desconocida del sur de la ciudad. >
- El viento planea sobre el agua, la imagen de la disolución.
En otoño e invierno, el agua comienza a congelarse ya convertirse en hielo. Al llegar los aires suaves de la primavera se disuelve la congelación y lo disperso en bloques de hielo vuelve a reunirse. Lo mismo acontece también con el ánimo de tu gente. A causa de la dureza y del egoísmo se congela el corazón y esa rigidez lo separa de todo lo demás. El egoísmo y la avidez aíslan a los hombres. Por eso es necesario que una devota emoción se apodere del corazón humano. Este ha de soltarse en sagrados estremecimientos de eternidad que lo sacudan con la intuición de la presencia del Creador de todos los seres, y lo unifiquen gracias al poder de los sentimientos de comunidad durante la sagrada celebración de la adoración de lo divino.
- Tu eres la piedra jade, el metal, el frío, el hielo. Eres el rojo profundo, un buen caballo. Un caballo flaco y salvaje. La fruta de los Árboles. ¡Disuelve tu egoísmo! Solo así podrás guiar con justicia el clan Stargazer.
México D.F. < 11:00pm Bajo tierra, en un bunker oculto en una propiedad desconocida del sur de la ciudad. >
- El viento planea sobre el agua, la imagen de la disolución.
En otoño e invierno, el agua comienza a congelarse ya convertirse en hielo. Al llegar los aires suaves de la primavera se disuelve la congelación y lo disperso en bloques de hielo vuelve a reunirse. Lo mismo acontece también con el ánimo de tu gente. A causa de la dureza y del egoísmo se congela el corazón y esa rigidez lo separa de todo lo demás. El egoísmo y la avidez aíslan a los hombres. Por eso es necesario que una devota emoción se apodere del corazón humano. Este ha de soltarse en sagrados estremecimientos de eternidad que lo sacudan con la intuición de la presencia del Creador de todos los seres, y lo unifiquen gracias al poder de los sentimientos de comunidad durante la sagrada celebración de la adoración de lo divino.
- Tu eres la piedra jade, el metal, el frío, el hielo. Eres el rojo profundo, un buen caballo. Un caballo flaco y salvaje. La fruta de los Árboles. ¡Disuelve tu egoísmo! Solo así podrás guiar con justicia el clan Stargazer.
Oxun- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Los hijos de Oxun
Sentí las manos de Erick rodear mi cintura, al menos no caería por el mal equilibrio que ahora tenía al estar lastimada. Mis manos bajaron hasta quedar sobre las de él. Suspiré bastante contrariada volteándolo a ver. El brillo de sus ojos era distinto, y su energía era una especie de paleta de colores bastante revuelta. Los colores cálidos predominaban, aquellos que dejaban en claro su naturaleza salvaje. Siempre había pensado que Erik no era un ser humano común y corriente, al igual que yo, ambos veníamos de familias con... bueno antecedentes. La ventaja es que quizás lo suyo, cualquier cosa que fuera, se podría controlar, en cambio lo mío, me haría terminar en un hospital psiquiátrico.
Aun estaba mirando sus ojos cuando sentí una punzada, mi mirada viajado de la pareja al hombre solitario, hice una mueca bastante notoría al percibir los roces, eso no me gustaba, no iba a dejar que Erik se fuera con esos, no cuando mostraban roces con otras personas frente a él en la primera presentación, eso daba muy mala espina.
Solté un bostezo, lo había actuado para poder sacar de aquí al cambiaformas, sin embargo tenía que saber algo para poder saber cual sería el siguiente paso - Exactamente ¿En que lo pueden ayudar? - Mi expresión se había endurecido por completo, más valía que fueran sinceros, de no serlo me daría cuenta, y no dudaría en adentrarme en su mente para saber al respecto, mucho menos en atormentarlos un poco, si aquello lo había aprendido con mi madre, podría hacerlo con desconocidos.
Mi nueva tarea sería no dejar solo a Erik, ahora que sentía nos volvíamos a encontrar no podía permitir que lo llevaran lejos. - Creo que deberíamos irnos, que ellos aclaran sus indiferencias y después que te busquen - Sentencie con firmeza. - Erik trae su auto, no lo podemos dejar en la escuela o quizás mañana no amanezca. - Me giré para verlo - ¿Puedes ayudarme a llegar al carro? - Si podía caminar sola, me dolería tal vez pero podía, la única diferencia es que me daba miedo pensar que si me soltaba o lo soltaba ellos se lo podían llevar. - Y si me disculpan, deben salir de aquí que voy a cerrar el lugar - Las llaves se me habían confiado, y no iba a dejar que unos locos extranjeros se quedaran para hacer tonterías.
Me sostuve con fuerza de su cuerpo para que comenzáramos a avanzar - Vamos Erik, cuando quieran decirte algo no será de ese modo - Le sonreí, invitándolo a que saliéramos de ese lugar, que poco a poco comenzaba ponerse bastante frío.
Aun estaba mirando sus ojos cuando sentí una punzada, mi mirada viajado de la pareja al hombre solitario, hice una mueca bastante notoría al percibir los roces, eso no me gustaba, no iba a dejar que Erik se fuera con esos, no cuando mostraban roces con otras personas frente a él en la primera presentación, eso daba muy mala espina.
Solté un bostezo, lo había actuado para poder sacar de aquí al cambiaformas, sin embargo tenía que saber algo para poder saber cual sería el siguiente paso - Exactamente ¿En que lo pueden ayudar? - Mi expresión se había endurecido por completo, más valía que fueran sinceros, de no serlo me daría cuenta, y no dudaría en adentrarme en su mente para saber al respecto, mucho menos en atormentarlos un poco, si aquello lo había aprendido con mi madre, podría hacerlo con desconocidos.
Mi nueva tarea sería no dejar solo a Erik, ahora que sentía nos volvíamos a encontrar no podía permitir que lo llevaran lejos. - Creo que deberíamos irnos, que ellos aclaran sus indiferencias y después que te busquen - Sentencie con firmeza. - Erik trae su auto, no lo podemos dejar en la escuela o quizás mañana no amanezca. - Me giré para verlo - ¿Puedes ayudarme a llegar al carro? - Si podía caminar sola, me dolería tal vez pero podía, la única diferencia es que me daba miedo pensar que si me soltaba o lo soltaba ellos se lo podían llevar. - Y si me disculpan, deben salir de aquí que voy a cerrar el lugar - Las llaves se me habían confiado, y no iba a dejar que unos locos extranjeros se quedaran para hacer tonterías.
Me sostuve con fuerza de su cuerpo para que comenzáramos a avanzar - Vamos Erik, cuando quieran decirte algo no será de ese modo - Le sonreí, invitándolo a que saliéramos de ese lugar, que poco a poco comenzaba ponerse bastante frío.
Levana Maréchal- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 29/07/2011
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Re: Los hijos de Oxun
Aclarar indiferencias... ese termino describía demasiado certeramente lo que ocurría entre Julian y yo. Al menos no podrían llevarse a Höchsten tan facilmente en tanto Eloise estuviera con él. Eso me daba alguna ventaja en este caso aunque por el momento no tuviera muy claro como aprovecharla.
- La señorita tiene razón, primo. Quizás deberíamos tener una larga charla tu y yo antes de importunar los jóvenes atletas de este modo.
Podía ver a Erick, consternado por las sensaciones que estaba experimentando, ignoraba que tanto sabría el de su propia naturaleza y si se habrían manifestado ya sus poderes, o si todo esto resultaba completamente nuevo para él; por otro lado no podía darme el lujo de tiempo ahora que Mina esta aquí. No era gratuito que la vieja bruja los hubiese enviado juntos. Se bien que no se detendrán hasta cumplir con su misión.
- Si me lo permite Sr. Höchsten, le haré llegar a su domicilio un paquete con algunos documentos y estudios que seguramente serán de su interés. Confío en que le sea útil. Ahora si me disculpan, hay otros menesteres que requieren de mi atención.
(* Con una sonrisa y una leve inclinación a manera de despedida Vic Hagen se dirige hacia la puerta principal, cruzando el umbral hacia la salida, al tiempo que saca su celular y marca un número. Su interlocutor descuelga la bocina sin contestar)
- Tariq? Los stargazer se adelantaron... Están hablando con Höchsten en este momento. Quiero que muevas a tu gente, ¡pero ya!
- La señorita tiene razón, primo. Quizás deberíamos tener una larga charla tu y yo antes de importunar los jóvenes atletas de este modo.
Podía ver a Erick, consternado por las sensaciones que estaba experimentando, ignoraba que tanto sabría el de su propia naturaleza y si se habrían manifestado ya sus poderes, o si todo esto resultaba completamente nuevo para él; por otro lado no podía darme el lujo de tiempo ahora que Mina esta aquí. No era gratuito que la vieja bruja los hubiese enviado juntos. Se bien que no se detendrán hasta cumplir con su misión.
- Si me lo permite Sr. Höchsten, le haré llegar a su domicilio un paquete con algunos documentos y estudios que seguramente serán de su interés. Confío en que le sea útil. Ahora si me disculpan, hay otros menesteres que requieren de mi atención.
(* Con una sonrisa y una leve inclinación a manera de despedida Vic Hagen se dirige hacia la puerta principal, cruzando el umbral hacia la salida, al tiempo que saca su celular y marca un número. Su interlocutor descuelga la bocina sin contestar)
- Tariq? Los stargazer se adelantaron... Están hablando con Höchsten en este momento. Quiero que muevas a tu gente, ¡pero ya!
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2010
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Re: Los hijos de Oxun
El inesperado encuentro se disolvía tan rápido como se presentó. Quienes eran estas personas. Los Hagen me daban escalofríos, como si un instinto viejo y en deshuso hubiera despertado de pronto y me exigirera salir corriendo. Sentimiento diametralmente opuesto al que ejercía la mujer que venía con Julián. ¿Quien era ella? Por que le provocaba ese sentimiento familiar, como si se encontrase ante una amiga que hubiese conocido desde siempre. Tomo su mano sin pensarlo, como si temiera que también ella se fuera a despedir en cualquier momento; como si esa idea despertase en el el dolor de una perdida.
- Es un placer conocerle... (ejem) tendrá me supongo una tarjeta de presentación o algo asi. Prometo llamarle a usted a primera hora del día de mañana.
Soltó a Mina de inmediato, sintiendo como el rubor le asaltaba. ¿Habría ido demasiado lejos con ese gesto? Julián Hagen suspiró tranquilo cuando su primo Vic se fue dejando la puerta abierta al salir.
- O podría darle mi numero móvil. Solo que por las mañanas prefiero tenerlo apagado, después del mediodía me podrá localizar sin problemas.
No podía prometer mas que pensar, meditar sobre ofertas que me distrajeran de la meta - el gran salto - mas toda aquella charla sobre sus 'otras habilidades' me deja la sensación de que este encuentro ha sido la punta de un iceberg cuyas dimensiones mi intuición no logra alcanzar. - "Concerás a gente importante" - había dicho la bruja... ¿estarían sus palabras lentamente tornándose una realidad?
- Es un placer conocerle... (ejem) tendrá me supongo una tarjeta de presentación o algo asi. Prometo llamarle a usted a primera hora del día de mañana.
Soltó a Mina de inmediato, sintiendo como el rubor le asaltaba. ¿Habría ido demasiado lejos con ese gesto? Julián Hagen suspiró tranquilo cuando su primo Vic se fue dejando la puerta abierta al salir.
- O podría darle mi numero móvil. Solo que por las mañanas prefiero tenerlo apagado, después del mediodía me podrá localizar sin problemas.
No podía prometer mas que pensar, meditar sobre ofertas que me distrajeran de la meta - el gran salto - mas toda aquella charla sobre sus 'otras habilidades' me deja la sensación de que este encuentro ha sido la punta de un iceberg cuyas dimensiones mi intuición no logra alcanzar. - "Concerás a gente importante" - había dicho la bruja... ¿estarían sus palabras lentamente tornándose una realidad?
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 29/08/2010
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Re: Los hijos de Oxun
Para bien o para mal… la acciones siempre nos definen y hasta ahora lo poco que podía concretar era que Erick, naturalmente inseguro, no sabía para donde hacerse, que la niña Eloise, medio temperamental y medio orgullosa, era quien tomaba las decisiones esa noche y no le había gustado ni pizca nuestra llegada, mucho menos nuestro interés en su “amigo”… que Victor era un experto complicando las cosas y Julian un impulsivo terrible… pero eso ultimo ya lo sabía. Las cosas que estaban claras era que nadie escucharía ni habría oportunidad de nada en ese momento, al menos en lo que se respectaba al cambiaformas y también que Victor tenía algo entre manos y planeaba marcharse sin dar explicaciones…. y no me gustaba para nada.
En momentos como esos era cuando daban ganas de decir al aire: “¿Por qué, Oxun?, ¿Y ahora que? ¬¬
Mientras Eloise, tan tierna con sus modos tan “dulces” como los conductores que me había topado en el trafico nos corría del gimnasio, le dedique a Julian una mirada cómplice, señalándole luego con la dirección de mis ojos a Victor, que tan campante como había llegado se marchaba… no era lenguaje Morse para que no comprendiera él: SIGUELO. Tan directo que le indicaba… rápidamente me fije en el par de atletas, suavizando de inmediato mis modos y mis gestos, sonriéndoles ampliamente aun cuando ya habíamos quedado tachados como pleitistas-acosadores-busca-talentos. La mirada de Eloise era demasiado dura y pesada, nada que ver con su carita de muñeca de porcelana y por alguna razón su gesto me erizo, su energía de pronto se había tornado agresiva, parecía amenazarme sin palabras…. me sentía como cuando estas de escurridiza en la noche y un perro grande te vigila tras los arbustos, esperando saltar sobre el cuello del aparentemente indefenso felino… mi sonrisa se mostro un poco más divertida con la idea, si la joven pensaba que podría ponerse a la par contra mi podría quedar tan sorprendida como el perro, destrozado por las garras engañosas del tigre oculto en el disfraz gatuno.
Erick tan ajeno a los complots, a las cacerías y las imposiciones de energía tomaba mi mano entonces, el reflejo de sus ojos me lo dijo todo y no hice menos que reír un poco, con gentileza, hasta con un poco de coquetería… volví a tomar su mano una vez me soltó para dejar en ella la tarjeta con los datos de la escuela y mi numero personal… tan perdido estaba el chico que no se había dado cuenta que ya se la había ofrecido con anterioridad. Hasta cierto modo… siempre era adorable ver como despertaban en cada cambiante sus verdades naturalezas.
--- Ha sido de verdad todo un placer para mi, sera mejor que solo yo te deje mi numero, para cuando puedas reportarte. Solo… llama y el dialogo comenzara---Asegure, aunque este ya había comenzando… apartándome acomode un mechón de mi cabello tras mi oído y me despedí de ambos. Dicho lo cual y antes de que la nena me encerrara en el gimnasio, sali de ahi tras Victor y Julian… no me habia tardado demasiado y eran sus aromas demasiado fuertes para que el asqueroso smog de la ciudad pudiera ocultarlos.
En momentos como esos era cuando daban ganas de decir al aire: “¿Por qué, Oxun?, ¿Y ahora que? ¬¬
Mientras Eloise, tan tierna con sus modos tan “dulces” como los conductores que me había topado en el trafico nos corría del gimnasio, le dedique a Julian una mirada cómplice, señalándole luego con la dirección de mis ojos a Victor, que tan campante como había llegado se marchaba… no era lenguaje Morse para que no comprendiera él: SIGUELO. Tan directo que le indicaba… rápidamente me fije en el par de atletas, suavizando de inmediato mis modos y mis gestos, sonriéndoles ampliamente aun cuando ya habíamos quedado tachados como pleitistas-acosadores-busca-talentos. La mirada de Eloise era demasiado dura y pesada, nada que ver con su carita de muñeca de porcelana y por alguna razón su gesto me erizo, su energía de pronto se había tornado agresiva, parecía amenazarme sin palabras…. me sentía como cuando estas de escurridiza en la noche y un perro grande te vigila tras los arbustos, esperando saltar sobre el cuello del aparentemente indefenso felino… mi sonrisa se mostro un poco más divertida con la idea, si la joven pensaba que podría ponerse a la par contra mi podría quedar tan sorprendida como el perro, destrozado por las garras engañosas del tigre oculto en el disfraz gatuno.
Erick tan ajeno a los complots, a las cacerías y las imposiciones de energía tomaba mi mano entonces, el reflejo de sus ojos me lo dijo todo y no hice menos que reír un poco, con gentileza, hasta con un poco de coquetería… volví a tomar su mano una vez me soltó para dejar en ella la tarjeta con los datos de la escuela y mi numero personal… tan perdido estaba el chico que no se había dado cuenta que ya se la había ofrecido con anterioridad. Hasta cierto modo… siempre era adorable ver como despertaban en cada cambiante sus verdades naturalezas.
--- Ha sido de verdad todo un placer para mi, sera mejor que solo yo te deje mi numero, para cuando puedas reportarte. Solo… llama y el dialogo comenzara---Asegure, aunque este ya había comenzando… apartándome acomode un mechón de mi cabello tras mi oído y me despedí de ambos. Dicho lo cual y antes de que la nena me encerrara en el gimnasio, sali de ahi tras Victor y Julian… no me habia tardado demasiado y eran sus aromas demasiado fuertes para que el asqueroso smog de la ciudad pudiera ocultarlos.
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 16/05/2011
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Re: Los hijos de Oxun
La joven aprovechó que Erick no podía encontrar palabras a tiempo de responder y los corrió sin mucha amabilidad del lugar. Era comprensible por la hora, tampoco llegar de improviso había sido buena idea pero dejar a Víctor a solas con el joven cambia formas -su olor dejaba claro que se trataba de un cambiante- tampoco lo era. Sin embargo ambos bandos intentaron comportarse delante de ellos, asunto de imágen, y a pesar de esto la joven Eloise de algún modo leyó sus diferencias, las de Julian y las de su primo. Eso desconsertó un poco al lobo pues de ser dulce, la hermosa atleta de pronto se la había escapado toda pizca de buen humor. A veces esforzarse en encontrarle lógica al hilo de pensamientos femenino puede dar dolor de cabeza. Se limitó a escuchar en silencio.
-¿Un charla?- arquéo la ceja mirándo a Victor -Oh yeah we'll "talk" later... - Julian no practicaba frecuentemente el español, a veces se le iban las palabras. Pero Víctor le entendería, nunca había confiado en él completamente ni siquiera cuando Oxun le demostrara cierto afecto y distinción entre los suyos. Siempre había tenido el presentimiento de que escondía algo, listo para tomar la ventaja a la menor oportunidad. Jugaba sucio si era necesario y Julian también pero había límites que no cruzaba y su primo sí. Se lo demostró muchas veces en el pasado.
Ahora le observaba con recelo mientras él se despedía. -See ya (you)- comentó arrastrando las letras en la jerga moderna, mirándole marchar. Alcanzó a escuchar que teclaba un número e n el celular y un "Tarique?" pero no más allá. Hizo una mueca volviendo su atención a los atletas. Erick parecía finalmente haber encontrado su voz y Julian miró de reojo a Mina que le dedicó un gesto significativo. Ella era una de las personas que había perfeccionado el lenguaje de gestos para dar ordenes hasta con sólo levantar el mentón y el lobo ya se las sabía, aunque esta última "sugerencia" no necesitara traducción pues era tan clara como un semáforo en rojo. Lo bueno es que ellos estaban distraídos en ese momento y difícilmente lo hubieran notado. -Necesito un cigar. Si me disculpan, fue un placer conocerlos.- Hizo ademán de fumar y luego estrechó la mano de Erick y luego la de Eloise -Te espero afuera Minina.- sonrió a medias por el "minina" que se le escapó y se apresuró a la salida. Tenía calor, en su país natal haría frío en esa época del año y aquí estaba muy caluroso el ambiente, a penas a medida que anochecía y ya afuera del gimnasio se sentía un poco más fresco con la advertencia borrascosa de lluvia.
Siguió a Víctor mientras se desplazaba por la acera, el lobo ya no alcanzó a escuchar lo que hablaba por teléfono, pero no importaba ahora lo averiguaría o al menos se pondrían "al corriente". ¿Dónde se iría a quedar su primo? ¿En un hotel? o tal vez tuviera amigos por allí, con él nunca se sabía que esperar. Era claro que también había venido por el cambiante y no precisamente bajo el ojo de Oxún. Pero Julian no tenía miedo de averiguar lo que tramaba e intercambiar algunas palabras con él si era necesario.
Henry Birdwhistle- Hechicero/Realeza
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Fecha de inscripción : 21/02/2011
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Re: Los hijos de Oxun
Lejos aquellos personajes el ambiente se suavizó un poco. Sensaciones que nunca imaginé me seguian invadiendo aunque ya no se encontraban con nosotros, sobre todo la mujer... ¿Mina? - de pronto se sonrojó pensando si acaso su actitud, su completo aturdimiento no habría sido demasiado notorio; si no incomodaba asi a su querida amiga - que bien sabía cuan celosa podía ser. Quería desviar el tema pero su mente no se podía apartar de aquel bizarro encuentro.
- Fui con la bruja... con la vidente que me recomendaron.
Así era como intentaba desviar el tema... haciendo referencia a algo que quizás le molestaría aún mas. Mencionarle que habia visitado a una vidente.
- Se lo que me dirás... que son charlatanerías... que esa no es verdadera magia.
No quise entrar en detalles sobre su familia y preferí seguir con lo que estaba por decirle, una vez que me sentí en confianza de hablar, cuando aquellas presencias se hubieron alejado... contarle sobre la experiencia de aquella mañana.
- Aquella anciana me dijo cosas extrañas... me habló con símbolos...
Y es que si me preguntaran cada día que habia desayunado ese día no sabría que responder la mitad de las veces, pero por alguna extraña razón recordaba cada una de las palabras de la bruja... "Tu eres la piedra jade, el metal, el frío, el hielo...Rojo profundo. La fruta de los arboles... le habia llamado ¡Caballo flaco y salvaje!"
- Me dijo que hoy me encontraría con ciertas personas... que tendrían algo importante que decirme.
- Fui con la bruja... con la vidente que me recomendaron.
Así era como intentaba desviar el tema... haciendo referencia a algo que quizás le molestaría aún mas. Mencionarle que habia visitado a una vidente.
- Se lo que me dirás... que son charlatanerías... que esa no es verdadera magia.
No quise entrar en detalles sobre su familia y preferí seguir con lo que estaba por decirle, una vez que me sentí en confianza de hablar, cuando aquellas presencias se hubieron alejado... contarle sobre la experiencia de aquella mañana.
- Aquella anciana me dijo cosas extrañas... me habló con símbolos...
Y es que si me preguntaran cada día que habia desayunado ese día no sabría que responder la mitad de las veces, pero por alguna extraña razón recordaba cada una de las palabras de la bruja... "Tu eres la piedra jade, el metal, el frío, el hielo...Rojo profundo. La fruta de los arboles... le habia llamado ¡Caballo flaco y salvaje!"
- Me dijo que hoy me encontraría con ciertas personas... que tendrían algo importante que decirme.
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: Los hijos de Oxun
Me sentí completamente confundida con esa situación, ¿quienes eran ellos? ¿Por qué sentía que conocían de Erick? ¿Por qué siento que no lo buscan por el atletismo? Me sentí mareada por un momento, no precisamente por el dolor, lo que me hacía sentir así era la cantidad de información que estaba recibiendo, los presentimientos, y que siempre había sabido que no solo los humanos reinaban la tierra, personas como yo, conocidos como brujos, hechiceros, o con otros sinónimos existíamos, y Erick, bueno no es que fuera muy normal que digamos.
Una punzada se apodero de mi cuerpo al notarlo tan cerca de esa mujer, era un sentimiento extraño. Moví mi rostro para ver hacía otro lado. Me caminé cojeando a la puerta, la cual abrí y después tosí para que salieran. No quise siquiera voltear a ver a Erick. ¿Qué podía decirle? ¿Esto no me gusta pero puede que tengan razón? En el trayecto al carro me quede en silencio, de hecho ambos lo estábamos, y entonces su voz rompí la tranquilidad que habíamos obtenido. Su primera frase me hizo quedarme quieta, helada, y dirigirle una mirada inquisidora. Me crucé de brazos y esperé a que siguiera hablando.
Erick estaba entrando a un mundo que muchos hubiéramos deseado no conocer, o simplemente si deseamos. Asentí a sus palabras, debía de ser sincera con él sino quería verlo marchar y perderle por mucho tiempo - No son mentiras, la brujería existe Erick - Lo último lo dije apenas en un susurró. ¿Cómo decirle que era una bruja también? A diferencia de otras yo no podía ver el futuro, pero podía ver el pasado, tocar cosas y tener imágenes importantes de ellas, decir conjuros, adentrarme a la mente ajena, etc. Lo tomé de las manos para que me mirara, y no moví los labios, me adentré a su mente - "No debes dejarlos ir, quizás sería bueno que hablarás con ellos, pero… Déjame hacerlo contigo, no lo hagas solo" - Y entonces su rostro mostró sorpresa y esta vez si moví los labios - Pude percibir sus diferencias, las energías de ambos… es decir de la pareja y el hombre que llegó solo son parecidas pero con tintes diferentes ¿Me explico? - Sonreí torpemente al notar que mis palabras no eran muy claras.
Suspiré y esperé a que me abriera la puerta del carro para tomar camino a casa - Mis padres no estarán este fin de semana, quédate en mi casa, hazles la invitación para que platiquen ahí, es un lugar seguro, confía en mi, si quieres hablar a solas con ellos pueden hacerlo en el patio, pero no quiero perderte de vista, por favor… - Estiré mi mano hasta el volante y apreté su mano con calidez - Es más, si quieres puedes invitarlos a quedarse ahí también - Lo que fuera, lo que se necesitara con tal de cuidarlo, con tal de que no le hicieran daño, aunque en mi interior sabía que no querían eso.
Una punzada se apodero de mi cuerpo al notarlo tan cerca de esa mujer, era un sentimiento extraño. Moví mi rostro para ver hacía otro lado. Me caminé cojeando a la puerta, la cual abrí y después tosí para que salieran. No quise siquiera voltear a ver a Erick. ¿Qué podía decirle? ¿Esto no me gusta pero puede que tengan razón? En el trayecto al carro me quede en silencio, de hecho ambos lo estábamos, y entonces su voz rompí la tranquilidad que habíamos obtenido. Su primera frase me hizo quedarme quieta, helada, y dirigirle una mirada inquisidora. Me crucé de brazos y esperé a que siguiera hablando.
Erick estaba entrando a un mundo que muchos hubiéramos deseado no conocer, o simplemente si deseamos. Asentí a sus palabras, debía de ser sincera con él sino quería verlo marchar y perderle por mucho tiempo - No son mentiras, la brujería existe Erick - Lo último lo dije apenas en un susurró. ¿Cómo decirle que era una bruja también? A diferencia de otras yo no podía ver el futuro, pero podía ver el pasado, tocar cosas y tener imágenes importantes de ellas, decir conjuros, adentrarme a la mente ajena, etc. Lo tomé de las manos para que me mirara, y no moví los labios, me adentré a su mente - "No debes dejarlos ir, quizás sería bueno que hablarás con ellos, pero… Déjame hacerlo contigo, no lo hagas solo" - Y entonces su rostro mostró sorpresa y esta vez si moví los labios - Pude percibir sus diferencias, las energías de ambos… es decir de la pareja y el hombre que llegó solo son parecidas pero con tintes diferentes ¿Me explico? - Sonreí torpemente al notar que mis palabras no eran muy claras.
Suspiré y esperé a que me abriera la puerta del carro para tomar camino a casa - Mis padres no estarán este fin de semana, quédate en mi casa, hazles la invitación para que platiquen ahí, es un lugar seguro, confía en mi, si quieres hablar a solas con ellos pueden hacerlo en el patio, pero no quiero perderte de vista, por favor… - Estiré mi mano hasta el volante y apreté su mano con calidez - Es más, si quieres puedes invitarlos a quedarse ahí también - Lo que fuera, lo que se necesitara con tal de cuidarlo, con tal de que no le hicieran daño, aunque en mi interior sabía que no querían eso.
Levana Maréchal- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 29/07/2011
Edad : 34
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Re: Los hijos de Oxun
Salio siguiendo a Julian... que no iba realmente muy lejos, pero me tome mi tiempo de caminar mas lento para seguir escuchando -al menos el principio- de la conversación de Erick y Eloise. ¿Una bruja?... la confesión del atleta me estremeció, avivándose con un extraño presentimiento y cuando espere que la niña le preguntara mas sobre eso, esta llevo la conversación a rumbos muy diferentes... pero a su forma importantes. Ya podía al menos estar segura de 3 cosas:
1.- Que Viktor tenia algo en las manos.
2.- Que Erick estaba en verdad muy intrigado con nosotros, especialmente conmigo.
y 3.- Que si lo quería de verdad en mis manos, tenia que tener primero a la hechicera.
Ok, estos eran mis tres principios, y de los que tenia que agarrarme si quería salir bien librada (y de preferencia ganando!) este embrollo, me apresure a correr un poco hasta llegar con los familiares, quienes... tan diferentes uno del otro, parecían siempre compartir un mismo camino, siempre chocando por mas que trataran de mantener las distancias. Los Hagen siempre me habían caído mal, no me gustaban, nunca me habia parecido la forma en que regían su vida y como compartían su maldición de padre a hijo, cual herencia familiar. No entendía porque Oxun permitía que lo siguieran haciendo hasta la fecha!
Y todavía aceptarlos en la escuela, sin mencionar que Julian era uno de los alumnos mas queridos por ella. Todos lo sabíamos y nadie salvo yo lo entendía. Julian era el único de ellos en el que se podía confiar, el único que comprendía lo siniestro de su familia y su maldición, el único que buscaba de verdad como ayudarse así mismo... quizás por eso también lo mantenía a mi lado, me hacia recordar a mi misma que siempre había esperanza. Pero aun así eso no lo libraba de ser un arrogante insufrible.
--- ya te ibas, Viktor?? Creí que te quedarías a saludar como se debe a tus colegas --- Llegue hasta la salida de la escuela, Viktor y Julian en la calle, cerca del auto rentado. Los habia interrumpido pero no importaba, el misterio tenia que acabar!
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
- Colegas dices? - Le dedique una pequeña mirada de odio a la Favorita de Oxun. - Parecíamos mas bien chacales peleando por un trozo de carne..- murmuré mirando a Julian fijamente al rostro, con ganas de partirselo en dos. No importa cuanto me aleje de casa, la maldición que me ata a mi primo parece perseverar en mi destino.
Aun no asimilaba del todo que Oxun los hubiese mandado a ellos precisamente; el par sobre el que no tenía ninguna influencia, Julian siempre se mantuvo lo suficientemente apartado de la familia como para no deberme algun favor, pero se las arreglaba siempre para entrometerse en mis negocios. Y Mina... bueno, se que no podría comprarla pues parece tener algo mas que respeto por la vieja Bruja, de modo que su presencia aqui volvia lo que debió ser muy simple en algo increíblemente complejo.
- ¿Es esa la manera de presentarse ante un posible candidato? - tenía que cuidarme de no dejar notar la preocupación que me causa, pues se darían cuenta de inmediato que mis palabras tienen mas de una cara.
- Además, ya he estudiado a este... no es material para los Stargazers. Tiene antecedentes criminales. No se por que Oxun los envió a mi territorio sin consultarme, pero esta en un error. -
Debía convencerlos de algun modo de la vieja ya no estaba en condiciones de seguir al frente de la organización; pero antes que nada tenía que deshacerse del joven Cambiaformas. - Les daré toda la información que quieran, pero no vuelvan a entrar en mi territorio sin avisar... le dije a Mina con una sonrisa leve. En cuanto a Höchsten, aun lo estamos investigando y despues de su "presentacion" de esta noche lo mejor es que mantegan alejados de él...
(* Camina unos pasos para quedar frente a frente con Julian, y esta vez la mirada que le lanza es fiera, como si se tratase de una hoguera que quisiera verle arder mientras le mira. )
- La próxima vez... no seré tan amable.
Aun no asimilaba del todo que Oxun los hubiese mandado a ellos precisamente; el par sobre el que no tenía ninguna influencia, Julian siempre se mantuvo lo suficientemente apartado de la familia como para no deberme algun favor, pero se las arreglaba siempre para entrometerse en mis negocios. Y Mina... bueno, se que no podría comprarla pues parece tener algo mas que respeto por la vieja Bruja, de modo que su presencia aqui volvia lo que debió ser muy simple en algo increíblemente complejo.
- ¿Es esa la manera de presentarse ante un posible candidato? - tenía que cuidarme de no dejar notar la preocupación que me causa, pues se darían cuenta de inmediato que mis palabras tienen mas de una cara.
- Además, ya he estudiado a este... no es material para los Stargazers. Tiene antecedentes criminales. No se por que Oxun los envió a mi territorio sin consultarme, pero esta en un error. -
Debía convencerlos de algun modo de la vieja ya no estaba en condiciones de seguir al frente de la organización; pero antes que nada tenía que deshacerse del joven Cambiaformas. - Les daré toda la información que quieran, pero no vuelvan a entrar en mi territorio sin avisar... le dije a Mina con una sonrisa leve. En cuanto a Höchsten, aun lo estamos investigando y despues de su "presentacion" de esta noche lo mejor es que mantegan alejados de él...
(* Camina unos pasos para quedar frente a frente con Julian, y esta vez la mirada que le lanza es fiera, como si se tratase de una hoguera que quisiera verle arder mientras le mira. )
- La próxima vez... no seré tan amable.
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
Víctor no se dignó a intercambiar palabras hasta que Minina los alcanzó y entonces comparó la esena como una de esas que se dan en la sabana entre las hiena y los leones cuando se pelean por una presa. Julian río ante la comparación, entretenido con el gesto serio que su primo quería aparentar. Pero él lo conocía suficientemente bien para saber que gustaba de los juegos de intriga y arribismo tanto como todos los miembros de la familia Hagen. En el fondo seguro Víctor sonreía.
Julian se detuvo, dejando que Mina se pusiera a la par y sin apartar los ojos de Víctor. Quería el destino que se reunieran una y otra vez, aunque se esforzaran en permanecer separados. Al menos ya no era como en esos años de escuela donde se habían visto obligados a compartir muchas cosas, incluyendo una chica... o más bien por reclamar el territorio que cada uno creía que le correspondía. Algunos se intimidaban fácilmente ante el porte lobuno de Víctor, pero Julian no le tenía miedo a su primo pues compartían las mismas "habilidades". Así que ahora una vez más, y aunque se encontraran a millas de casa, se encontraban disputandose la presa.
-Same old, same old.- sonrío a medias, búrlandose por los reclamos ya obsoletos de Víctor. -¿Es esa la forma de escaparse furtivamente para ganar la oportunidad? Este muchacho debe ser más interesante de lo que parece.- le dedicó una mirada de complicad a Mina. -Eso nosotros lo decidiremos ¿verdad Minina?- Luego se fijo en Víctor de nuevo. Bufó ante sus comentarios ¿desde cuando le interesaba reclutar gente? ¿acaso pretendía hacer una escuela dónde él mandara? Sin embargo fue paciente y no dijo nada hasta que lo tuvo suficientemente cerca. Su primo le dedicó una mirada con la podía iniciar un incendio si lo deseaba. Julian mantenía la sonrisa lobuna, sin dar muestras de preocuparse por toda la palabrería que decía, o por sus amenazas implícitas. -¿Sabes lo que pienso? You talk too much- En un movimiento rápido Julian le asestó un puñetazo a la cara, haciendo sangrar su nariz. -Cuando quieras golpear a alguien, just do it.-
Julian se detuvo, dejando que Mina se pusiera a la par y sin apartar los ojos de Víctor. Quería el destino que se reunieran una y otra vez, aunque se esforzaran en permanecer separados. Al menos ya no era como en esos años de escuela donde se habían visto obligados a compartir muchas cosas, incluyendo una chica... o más bien por reclamar el territorio que cada uno creía que le correspondía. Algunos se intimidaban fácilmente ante el porte lobuno de Víctor, pero Julian no le tenía miedo a su primo pues compartían las mismas "habilidades". Así que ahora una vez más, y aunque se encontraran a millas de casa, se encontraban disputandose la presa.
-Same old, same old.- sonrío a medias, búrlandose por los reclamos ya obsoletos de Víctor. -¿Es esa la forma de escaparse furtivamente para ganar la oportunidad? Este muchacho debe ser más interesante de lo que parece.- le dedicó una mirada de complicad a Mina. -Eso nosotros lo decidiremos ¿verdad Minina?- Luego se fijo en Víctor de nuevo. Bufó ante sus comentarios ¿desde cuando le interesaba reclutar gente? ¿acaso pretendía hacer una escuela dónde él mandara? Sin embargo fue paciente y no dijo nada hasta que lo tuvo suficientemente cerca. Su primo le dedicó una mirada con la podía iniciar un incendio si lo deseaba. Julian mantenía la sonrisa lobuna, sin dar muestras de preocuparse por toda la palabrería que decía, o por sus amenazas implícitas. -¿Sabes lo que pienso? You talk too much- En un movimiento rápido Julian le asestó un puñetazo a la cara, haciendo sangrar su nariz. -Cuando quieras golpear a alguien, just do it.-
Henry Birdwhistle- Hechicero/Realeza
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Re: Los hijos de Oxun
Fui a cerrar la puerta de enfrente y escuché gritos, aquellos tipos si que estaban enojados. Lo mejor era cerrar la puerta y evitar a esta gente. Que increible el nivel de estress que deben vivir estas personas para llegar al extremo de pelearse en plena calle. Me volví solo para encontrarme con un par de ojos que serios me miraban, fijos llenos de esa mirada inquisidora que pareciera capaz de hacer desaparecer todo, desvanecerlo en un negro profundo - esos ojos - me exigían respuesta.
- Ese tipo... Víctor; entró por la puerta de atrás. Debe estar abierta. Salgamos por ahí y rodeemos a estos tipos, mi carro esta en una orilla del estacionamiento.
Salimos con cierta prisa al escuchar afuera que la discusión había pasado a los golpes. Cerré la puerta y corrimos al auto.
(* acelera al ritmo de su corazón, que late al compás de la música, desbocando el motor por entre el transito anquilosado de la ciudad)
- Mejor llama a la policía... o a la prensa. Sería una excelente publicidad.
Bromeo para relajar la tensión mientras manejo en reversa y doblo para salir del estacionamiento. Una vez que agarramos camino avenida abajo la sitaución se vuelve un poco mas relajada, prendo la radio pues ninguno de los dos parece animarse a hablar primero. La música es una genial acompañante en los viajes largos... sin embargo este viaje permanecía sin destino. Lo que salió del stereo me lo recordó por ser un sonido profundo, sensual, tribal me lo recordó
-Casi puedo imaginar el titular de ma'ñana, Alemanes e Ingleses se pelean a golpes por atleta Mexicano... ¿Suena bien no?
Tenia que dejar de darle rodeos al asunto, no se cuanto tiempo podría estar junto a ella antes de que alguno otro evento se interpusiera entre nosotros. Estaba decidido ahora. ¡Iremos a mi departamento!
- Ese tipo... Víctor; entró por la puerta de atrás. Debe estar abierta. Salgamos por ahí y rodeemos a estos tipos, mi carro esta en una orilla del estacionamiento.
Salimos con cierta prisa al escuchar afuera que la discusión había pasado a los golpes. Cerré la puerta y corrimos al auto.
(* acelera al ritmo de su corazón, que late al compás de la música, desbocando el motor por entre el transito anquilosado de la ciudad)
- Mejor llama a la policía... o a la prensa. Sería una excelente publicidad.
Bromeo para relajar la tensión mientras manejo en reversa y doblo para salir del estacionamiento. Una vez que agarramos camino avenida abajo la sitaución se vuelve un poco mas relajada, prendo la radio pues ninguno de los dos parece animarse a hablar primero. La música es una genial acompañante en los viajes largos... sin embargo este viaje permanecía sin destino. Lo que salió del stereo me lo recordó por ser un sonido profundo, sensual, tribal me lo recordó
-Casi puedo imaginar el titular de ma'ñana, Alemanes e Ingleses se pelean a golpes por atleta Mexicano... ¿Suena bien no?
Tenia que dejar de darle rodeos al asunto, no se cuanto tiempo podría estar junto a ella antes de que alguno otro evento se interpusiera entre nosotros. Estaba decidido ahora. ¡Iremos a mi departamento!
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
¡Bingo! La provocación funcionó. Lo cual significaba que el pequeño Julian había dejado de ser el tímorato que esperaba que le atacaran para responder. Con un recto al rostro que me sacó de balance cimbrando mi cabeza me hizo retroceder un par de pasos a mi, que me dignaba de no cuartearme con cualquier golpe. Más el joven lobo cometió el error de no alejarse y me bastó mirar de reojo para medirle bien y tomarlo por sus finas ropas.
- Little Basterd!
Lo que sigue dolerá, mas por la fina tela, los botones de diseño exclusivo arrancados por la fuerza de mis manos cuyas puntas se tornar garras de coraje puro. Era hora de enseñarle al lobato cual es la marca distintiva de la familia Hagen en un combate. El sello, ¡esa será tu graduación!.
(* La cabeza, echada atrás por el golpe se tomá impulso ahora en sentido contrario al tiempo que el cuerpo de Julian es arrastrado violentamente contra la frente de Victor)
El sonido de los huesos de la mandíbula que se rompen bajo la frente transmite una sensación estremecedoramente satisfactoria. Significa pelea segura; lo que me hará ganar tiempo. A pesar del breve aturdimiento - pues un golpe de esa magnitud conlleva una cuota de sacrificio - El oído fino percibe el auto de Höchsten como se enciende y arranca a prisa. El temperamento encendido de Julian me llena de orgullo. Se que la sangre derramada habrá de prvocarle aún más. La pelea tenía que alargarse lo suficiente como para que mis hombres intercepten el auto de Höchsten.
- Little Basterd!
Lo que sigue dolerá, mas por la fina tela, los botones de diseño exclusivo arrancados por la fuerza de mis manos cuyas puntas se tornar garras de coraje puro. Era hora de enseñarle al lobato cual es la marca distintiva de la familia Hagen en un combate. El sello, ¡esa será tu graduación!.
(* La cabeza, echada atrás por el golpe se tomá impulso ahora en sentido contrario al tiempo que el cuerpo de Julian es arrastrado violentamente contra la frente de Victor)
El sonido de los huesos de la mandíbula que se rompen bajo la frente transmite una sensación estremecedoramente satisfactoria. Significa pelea segura; lo que me hará ganar tiempo. A pesar del breve aturdimiento - pues un golpe de esa magnitud conlleva una cuota de sacrificio - El oído fino percibe el auto de Höchsten como se enciende y arranca a prisa. El temperamento encendido de Julian me llena de orgullo. Se que la sangre derramada habrá de prvocarle aún más. La pelea tenía que alargarse lo suficiente como para que mis hombres intercepten el auto de Höchsten.
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
--- El único buitre eras tu, Viktor, te comportaste peor que un perro peleando el pedazo de carne y guárdate esa lengua antes que la arranque. Este no es tu territorio ----Le abverti. Los Hagen, siempre los Hagen... ¿porque siempre terminaba mezclada entre ellos?, mas allá de Viktor y de Julian, mas allá de Oxun, invariablemente el destino me obligaba a toparme con alguno de ellos, Oxun siempre nos decía que nada era casualidad, pero por mas que le buscaba, no encontraba el gran propósito de ello. Los licantropos no eran la raza superior y a la vez mítica que nosotros los cambiantes formábamos, los verdaderos escogidos, ellos eran mas una grotesca enfermedad, un virus, uno al que se aferraba esa familia para hacer brillar un legado de arrogancia y mezquindad propias de la raza humana. Totalmente malhumorada por sus palabras quería partirle la cara con mis propias garras, odiaba cuando mas me amenazaban. Julian también se enojo y aunque sus burlas sonaban como indiferentes, el golpe venia a demostrarlo todo. El primer golpe se dio... y pensé en dejarle la pelea a cachorro, pero cada que escuchaba el sonido del auto de Erick alejarse y recordar que estábamos en un área publica, tenia que ser consciente que eso tenia que parar.
Mire en ambas direcciones del calle, ¿nos vería alguien? El crujido de los huesos de la mandíbula me hizo volver al combate, estremeciendo hasta la punta de mis cabellos. Aquello había sido violencia pura, y para que Viktor cayera en esas al primer golpe solo podía significar que estaba alterado. No lo pensé, fue el instinto de detenerle, la furia hacia lo que era y todo lo que representaba... mis ojos se enfocaron y los sentidos se afinaron de tal forma que ya podía imaginarme como la piel oscurecía hasta pintarse como la noche mas oscura, la ropa ajustada que llevaba puesta se rasco y fueron un par de enormes y peligrosas garras de puma quienes saltaron hasta el pecho del aturdido Viktor, estampandolo contra el pavimento.
Rasgue su pecho a la mitad en un rugido de abvertencia acercando mis caninos a su rostro, con la pata sobre su cuello le retuve, acortando el aire. El olor a lobo inundaba mis fosas nasales y el latido de su corazon saltaba recordando el bombeo de la sangre, recordando el sabor de la carne... La agudeza de los sentidos aumentaba notoriamente en esta forma, no solo por los duros entrenamientos a los que habia dedicado mi vida, sino que que la fuerza era superior a la un felino ordinario por mera naturaleza. Si intentaba escapar no duraria en abrirle la garganta...
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
Recordé entonces porque disfrutaba de su compañía, cualquier mal momento lo convertía en uno divertido, por más confuso y peligroso que fuera. Sonreí intentando que la tensión de mi cuerpo y la preocupación de mi interior se esfumara. Aquello era cierto, ¿Alemanes peleando por un Mexicano? Si que sería una gran noticia, una nunca antes vista, pero ¿Quién no sé pelearía por alguien como él? Demasiado hábil en su rama, de los mejores, no, eso no era suficiente para él, para mi siempre sería el mejor. - Imagina, de ver como equipos alemanes se pelean por ti, seguro llegan más ofertas. ¿Con quién estarías dispuesto a irte? - Bien sabemos que en este país muchas veces no dan tantos privilegios u oportunidades a los deportistas, quizás no estaría mal que viajara, yo misma lo había estado pensando.
El silencio inundó el carro, suspiré profundamente, él me conocía bien, sabía que no dejaría lo que acabábamos de vivir a medias. - Lo que paso… - Carraspeé para aclararme la garganta - ¿Qué sentiste? ¿Qué piensas? Ellos no te buscaron sólo por tus habilidades deportivas ¿Lo sabes verdad? ¿Irías con ellos a Alemania? - Quizás las preguntas habían sido demasiado rápidas, demasiado consecutivas, pero me sentía ligeramente ansiosa. Habíamos pasado mucho tiempo sin hablarnos, y saber que se podía ir de nuevo, e incluso no tendría la posibilidad de tomar un auto para visitarle tan fácilmente, pues tomar un avión, no era muy accesible que digamos.
Me coloqué una chaqueta encima de lo que traía, el clima de la ciudad era tan impredecible que era mejor mantenerme protegida para no llegar a enfermar. Observé el camino que estábamos tomando, sin duda alguna no era el que llegaba a mi casa. Saqué el teléfono móvil de mi bolso, me tarde un poco en encontrarlo, pues tenía un revoltijo, entre ropa, zapatos, y alguna que otra cosa, pero al final lo saqué del bolso. No tardé en marcar el número de mi casa, y mi padre respondió al segundo tono. No tardé mucho en hablar, sólo le indiqué que llegaría un poco tarde y con quien estaba, cuando estaba con Erick nunca me decían nada acerca de los permisos, o el horario, era una gran ventaja al estar con él.
Reconocí el camino a su departamento, hace demasiado tiempo que no venía por esta zona. No tardó en estacionarse y abrí la puerta de mi lado para salir de un salto, gracias al golpe sabía que no podría caminar de manera correcta. Tomé mi bolso colocándolo en el hombro, y cerré la puerta comenzando a avanzar a la entrada de la casa - Deberías hablarles, insisto - Repetí, lo único que me daba miedo era que lo interceptaran sin mi, pues no quería que le lavaran la cabeza con sus historias raras, debía protegerlo.
El silencio inundó el carro, suspiré profundamente, él me conocía bien, sabía que no dejaría lo que acabábamos de vivir a medias. - Lo que paso… - Carraspeé para aclararme la garganta - ¿Qué sentiste? ¿Qué piensas? Ellos no te buscaron sólo por tus habilidades deportivas ¿Lo sabes verdad? ¿Irías con ellos a Alemania? - Quizás las preguntas habían sido demasiado rápidas, demasiado consecutivas, pero me sentía ligeramente ansiosa. Habíamos pasado mucho tiempo sin hablarnos, y saber que se podía ir de nuevo, e incluso no tendría la posibilidad de tomar un auto para visitarle tan fácilmente, pues tomar un avión, no era muy accesible que digamos.
Me coloqué una chaqueta encima de lo que traía, el clima de la ciudad era tan impredecible que era mejor mantenerme protegida para no llegar a enfermar. Observé el camino que estábamos tomando, sin duda alguna no era el que llegaba a mi casa. Saqué el teléfono móvil de mi bolso, me tarde un poco en encontrarlo, pues tenía un revoltijo, entre ropa, zapatos, y alguna que otra cosa, pero al final lo saqué del bolso. No tardé en marcar el número de mi casa, y mi padre respondió al segundo tono. No tardé mucho en hablar, sólo le indiqué que llegaría un poco tarde y con quien estaba, cuando estaba con Erick nunca me decían nada acerca de los permisos, o el horario, era una gran ventaja al estar con él.
Reconocí el camino a su departamento, hace demasiado tiempo que no venía por esta zona. No tardó en estacionarse y abrí la puerta de mi lado para salir de un salto, gracias al golpe sabía que no podría caminar de manera correcta. Tomé mi bolso colocándolo en el hombro, y cerré la puerta comenzando a avanzar a la entrada de la casa - Deberías hablarles, insisto - Repetí, lo único que me daba miedo era que lo interceptaran sin mi, pues no quería que le lavaran la cabeza con sus historias raras, debía protegerlo.
Levana Maréchal- Mensajes : 147
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Re: Los hijos de Oxun
Rahman Al' Ramiz como The thug.
El nombre Tariq era una palabra clave, conectaba ciertos cables y movía algunos hilos para que ocho tipos enormes abordaran dos Stratus negros de vidrios polarizados cuyos motores modificados rugieron por las calles. Dentro de uno de los autos brillaba en la pantalla de un localizador un punto blanco que indicaba la posición de aquel que pagaba aquella pandilla de mercenarios. Otro punto rojo, como una marca sangrienta, delataba la posición del auto al que debían interceptar.
A pesar de la habilidad de los dos pilotos, el tránsito imposible de la alocada ciudad les impidió interceptar a los incautos en la calle como se les había ordenado, en cambio; Höchsten los guió directo hasta su casa.
Con el viene una chica. Hagen no ha girado instrucciónes sobre ella, asi que los maleantes se miran entre ellos con oscura complicidad. Al menos un par de ellos habían sido policias, entrenados para sembrar el terror allí donde algún gobernador corrupto necesitaba ejercer la represión.
Los ocho mercenarios desienden del vehículo y entran tras la pareja por el lobby del hotel. El plan es simple; capturar al muchacho con lujo de violencia si era necesario y llevarlo con Vic Hagen. Así como sombras oscuras se lanzaron sobre ellos amparados por la penumbra de la noche y el silencio del edificio que aquella hora se encontraba como un desierto.
El nombre Tariq era una palabra clave, conectaba ciertos cables y movía algunos hilos para que ocho tipos enormes abordaran dos Stratus negros de vidrios polarizados cuyos motores modificados rugieron por las calles. Dentro de uno de los autos brillaba en la pantalla de un localizador un punto blanco que indicaba la posición de aquel que pagaba aquella pandilla de mercenarios. Otro punto rojo, como una marca sangrienta, delataba la posición del auto al que debían interceptar.
A pesar de la habilidad de los dos pilotos, el tránsito imposible de la alocada ciudad les impidió interceptar a los incautos en la calle como se les había ordenado, en cambio; Höchsten los guió directo hasta su casa.
Con el viene una chica. Hagen no ha girado instrucciónes sobre ella, asi que los maleantes se miran entre ellos con oscura complicidad. Al menos un par de ellos habían sido policias, entrenados para sembrar el terror allí donde algún gobernador corrupto necesitaba ejercer la represión.
Los ocho mercenarios desienden del vehículo y entran tras la pareja por el lobby del hotel. El plan es simple; capturar al muchacho con lujo de violencia si era necesario y llevarlo con Vic Hagen. Así como sombras oscuras se lanzaron sobre ellos amparados por la penumbra de la noche y el silencio del edificio que aquella hora se encontraba como un desierto.
Rahman Al'Ramiz- Vampiro Clase Alta
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Re: Los hijos de Oxun
Un par de autos muy sospechosos nos seguían el ultimo tramo del camino, por mi cuello recorrió una sensación al mismo tiempo helada y ardiente cuando al bajar del auto los vi estacionarse detras de nosotros. Traté de disimular para no preocupar a Eloise antes de tiempo; bien podría ser esta paranoia un perverso efecto secundario del estrés previo a las competencias.
Mas escucho los pasos, son un buen grupo de gañanes que entran justo detrás de nosotros, enfundados en trajes negros y con aspecto de pocos amigos. Alcanzamos las escaleras mientras aun trato de mantener la compostura... Eloise me insiste de nuevo, aun sin notar a quien viene detrás, en que llame a los Ingleses. Y en verdad había algo en ese par que yo no había sentido mas que con la familia. Ese... pulso en la sangre, como decía el abuelo Frei.
Casi empujo el delicado cuerpo de Eloise mientras subimos a prisa, pero mi corazón brinca de pronto pues ha sentido el peligro aunque aun no lo haya yo visto. Mi cuerpo percibe la agresión que viene sobre nosotros de aquel grupo, como crece y se enciende conforme se acorta la distancia. Las manos van temblorosas a los bolsillos - Las llaves! -
- Recuerdas el número?
Le digo a Eloise mientras dejo el llavero en su palma. Aún le empujo ligeramente para que suba los escalones que faltan para salvar el piso y correr al siguiente...
- Corre!
Me doy la vuelta para enfrentar a los malandrines pero lo que encuentro es un puño directo a mi rostro. Otro puño que no veo, sostiene un aparato de choques eléctricos, de aquellos que se supone deberían protegernos de los delicuentes. La descarga me golpea como nunca antes he sido lastimado. Me derriba robando toda mi fuerza, no siento ya mi cuerpo como choca contra las escaleras y cae. Le suplico a Dios y a todos los santos que Eloise consiga ponerse a salvo.
Mas escucho los pasos, son un buen grupo de gañanes que entran justo detrás de nosotros, enfundados en trajes negros y con aspecto de pocos amigos. Alcanzamos las escaleras mientras aun trato de mantener la compostura... Eloise me insiste de nuevo, aun sin notar a quien viene detrás, en que llame a los Ingleses. Y en verdad había algo en ese par que yo no había sentido mas que con la familia. Ese... pulso en la sangre, como decía el abuelo Frei.
Casi empujo el delicado cuerpo de Eloise mientras subimos a prisa, pero mi corazón brinca de pronto pues ha sentido el peligro aunque aun no lo haya yo visto. Mi cuerpo percibe la agresión que viene sobre nosotros de aquel grupo, como crece y se enciende conforme se acorta la distancia. Las manos van temblorosas a los bolsillos - Las llaves! -
- Recuerdas el número?
Le digo a Eloise mientras dejo el llavero en su palma. Aún le empujo ligeramente para que suba los escalones que faltan para salvar el piso y correr al siguiente...
- Corre!
Me doy la vuelta para enfrentar a los malandrines pero lo que encuentro es un puño directo a mi rostro. Otro puño que no veo, sostiene un aparato de choques eléctricos, de aquellos que se supone deberían protegernos de los delicuentes. La descarga me golpea como nunca antes he sido lastimado. Me derriba robando toda mi fuerza, no siento ya mi cuerpo como choca contra las escaleras y cae. Le suplico a Dios y a todos los santos que Eloise consiga ponerse a salvo.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
(* Mientras tanto en el estacionamiento... )
- Estas loca Mina... (* dice con la voz ahogada por la presión) ¡están fuera de control! ¿Te atreves a romper el velo en la ciudad? Los humanos aun no estan listos para aceptarnos...
El lugar esta plagado de radicales, gente que no quiere a los cambiaformas, es natural que tengan miedo pues su población se incrementó de una manera increíble en los ultimos años y ahora pululan por las ciudades tratando de respetar el antiguo codigo que dictaba que debían ocultar sus habilidades mórficas de la vista de los hombres. Nosotros buscamos cambiar eso... queremos ser libres del velo; pero para eso habia que ser prudentes. La conducta de mis homólogos Ingleses sólo había pasado de ser sospechosa a volverse alarmante. Definitivamente Höchsten representaba un interés demasiado grande como para que se brincasen todos los protocolos.
(* la tensión se mantiene, pero la presión se libera un poco. El aire vuelve a Hagen)
Había que enfriarse, bien podría iniciar una guerra dentro de los Stargazers que solo nos debilitaría en estos tiempos oscuros. De cualquier modo los mercenarios ya deben estar sobre Höchsten mientras hablamos, no hay por que exaltarse. Tal vez la reacción de Mina tenía mas de pasional, pues había tocado a su protegido.
- Höchsten es un peligro. No pueden salvarlo... ¡Oxun delira si cree que puede pasar sobre la autoridad del consejo y decidír quien entra en el programa Stargazer y quien no!
- Estas loca Mina... (* dice con la voz ahogada por la presión) ¡están fuera de control! ¿Te atreves a romper el velo en la ciudad? Los humanos aun no estan listos para aceptarnos...
El lugar esta plagado de radicales, gente que no quiere a los cambiaformas, es natural que tengan miedo pues su población se incrementó de una manera increíble en los ultimos años y ahora pululan por las ciudades tratando de respetar el antiguo codigo que dictaba que debían ocultar sus habilidades mórficas de la vista de los hombres. Nosotros buscamos cambiar eso... queremos ser libres del velo; pero para eso habia que ser prudentes. La conducta de mis homólogos Ingleses sólo había pasado de ser sospechosa a volverse alarmante. Definitivamente Höchsten representaba un interés demasiado grande como para que se brincasen todos los protocolos.
(* la tensión se mantiene, pero la presión se libera un poco. El aire vuelve a Hagen)
Había que enfriarse, bien podría iniciar una guerra dentro de los Stargazers que solo nos debilitaría en estos tiempos oscuros. De cualquier modo los mercenarios ya deben estar sobre Höchsten mientras hablamos, no hay por que exaltarse. Tal vez la reacción de Mina tenía mas de pasional, pues había tocado a su protegido.
- Höchsten es un peligro. No pueden salvarlo... ¡Oxun delira si cree que puede pasar sobre la autoridad del consejo y decidír quien entra en el programa Stargazer y quien no!
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
Víctor se tambaléo un paso atrás y Julian no esperaba que le respondiera el golpe, al menos no tan pronto. Después de todo aún se encontraban en una zona pública y ya estaban metidos en suficientes líos con la recién iniciada "cacería de nuevos miembros" como para poner sobre alerta a las autoridades de la región. Pero fue una equivocación. Víctor le jaló de las ropas y le asestó un golpe en la mandíbula. Le tronaron los oídos mientras la sangre no tardo en salir, y el dolor punzante fue acompañado por un "crack".
-Aaarggh- gruñó y se llevo las manos a la boca, sosteniendo la mándibula que ahora le colgaba. Le fulminó con la mirada y lo maldijo mentalmente, ya que intentar hacerlo en voz alta era demsiado doloroso por ahora. No pudo hacer mucho cuando Mina se transformó en pantera y saltó sobre Víctor. Julian sonrió pero sólo salió una mueca, el entumesimiento le recordó no gesticular demasiado. Se acercó a ambos, que estaban tendidos en el suelo. Iba goteando la sangre de su boca sobre el suelo en hilillos, pues no podía cerrarla. Alguna vez ya se había roto la mandíbula, en uno de los combates de entrenamiento, así que recordaba más o menos el procedimiento para "repararlo" y que sus huesos no sanaran de forma incorrecta. Con los pulgares alineó de nuevo su mandíbula como correspondia. Otro ruido menos grotesco fue emitido por el movimiento. Luego su primo empezó a soltar toda esa sarta de cosas sobre lo que era "correcto" y no hacer frente a los humanos. El joven lobo rió de forma grabe y gutural, tenía un poco de naúseas y la mitad del rostro le dolía, pero se esforzó en aprecer lo más indiferente posible. Antes que Mina se quitara de encima, Julian puso un pie sobre la cabeza de Víctor -Guesss wha-t? (guess what)- pronunció casi sin separar las palabras, aunque ya estaba "reparada" su herida, aún dolía demasiado para dejarle hablar bien. Hizo presión con el talón, haciéndo volver el rostro al otro lobo hacia el pavimento. Limpió la sangre de su boca con el reverso de la mano y escupió a un lado. Buscó su mirada -Just... in thisss (this) moment... I don't give a shit!- esobozó una sonrisa lobuna -Podría sólo romperte. Give me a reason- le retó, remarcando la ventaja física que tenía en ese momento. Mina ya estaba hecha una fiera, literalmente, aplazar su converción unos segundos para darle una lección a Víctor no parecía tan mala idea.
-Aaarggh- gruñó y se llevo las manos a la boca, sosteniendo la mándibula que ahora le colgaba. Le fulminó con la mirada y lo maldijo mentalmente, ya que intentar hacerlo en voz alta era demsiado doloroso por ahora. No pudo hacer mucho cuando Mina se transformó en pantera y saltó sobre Víctor. Julian sonrió pero sólo salió una mueca, el entumesimiento le recordó no gesticular demasiado. Se acercó a ambos, que estaban tendidos en el suelo. Iba goteando la sangre de su boca sobre el suelo en hilillos, pues no podía cerrarla. Alguna vez ya se había roto la mandíbula, en uno de los combates de entrenamiento, así que recordaba más o menos el procedimiento para "repararlo" y que sus huesos no sanaran de forma incorrecta. Con los pulgares alineó de nuevo su mandíbula como correspondia. Otro ruido menos grotesco fue emitido por el movimiento. Luego su primo empezó a soltar toda esa sarta de cosas sobre lo que era "correcto" y no hacer frente a los humanos. El joven lobo rió de forma grabe y gutural, tenía un poco de naúseas y la mitad del rostro le dolía, pero se esforzó en aprecer lo más indiferente posible. Antes que Mina se quitara de encima, Julian puso un pie sobre la cabeza de Víctor -Guesss wha-t? (guess what)- pronunció casi sin separar las palabras, aunque ya estaba "reparada" su herida, aún dolía demasiado para dejarle hablar bien. Hizo presión con el talón, haciéndo volver el rostro al otro lobo hacia el pavimento. Limpió la sangre de su boca con el reverso de la mano y escupió a un lado. Buscó su mirada -Just... in thisss (this) moment... I don't give a shit!- esobozó una sonrisa lobuna -Podría sólo romperte. Give me a reason- le retó, remarcando la ventaja física que tenía en ese momento. Mina ya estaba hecha una fiera, literalmente, aplazar su converción unos segundos para darle una lección a Víctor no parecía tan mala idea.
Henry Birdwhistle- Hechicero/Realeza
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Re: Los hijos de Oxun
La pata derecha de la pantera abarcaba casi todo su cuello, suavizaba su agarre de tal forma que las puntas de las largas garras afiladas acariciaban la piel lobuna, en suave amenaza... la pata izquierda le retenía del pecho, descansando el resto del cuerpo pesado apoyado en el, sin importar si lo resistiera o no. Mis fauces se abrieron en un nuevo rugido a sus bramidos, aplastando de nuevo su yugular para hacerlo callar. La furia y el sentir de cazador me dominaba, era mi presa en ese momento... y ese vinculo no lo rompía la idea de que pudiéramos ser descubiertos por un miron intolerante. ¿Cuando me habian importado los humanos? Tan retrasados, inferiores, posibles presas a las que habia que tolerar porque superaban el numero. Pero en ese momento no habia ninguno cerca... solo Viktor. Era tan facil solo abrirla y mantenerla asi, destruir a un Hagen, y no cualquiera, a Viktor... ni siquiera se me antojaba su carne, mi apetito estaba en mis garras, y luego correr, correr y correr ¿Quien me iba a culpar o detener?
Un olor a sangre distinta atrajo mi olfato, haciendo elevar el rostro a Julian, quien se acercaba furioso y herido, verlo a el aplaco un poco mi sed de sangre, recordándome a la Mina Wayne, integrante de los Stargazer, representante de Oxun, pacificadora y bla bla bla. Mire a Darcy de forma significativa, esperando que entendiera. No era un buen lugar... Hice una ultima presión haciendo romper algunos ligamentos de su cuello, el tiempo suficiente para subirlo en un dolor que me permitiera bajar de si y que Julian lo elevara, sujetándolo, arrastrándolo junto conmigo al vehículo... yo vigilaba amenazante a su lado. Apenas abrió la portezuela trasera y lo arrojo recostado sobre esta, yo me volví a lanzar sobre el, semi recostándome sobre el con los ojos entrecerrados, ocultándome lo mas que podía de los vidrios de las ventanas polarizadas. El carro arranco a toda velocidad, y yo retaba a Viktor con la mirada. Era una pena que el fuera mayor en edad que Julian, pues no podia noquearlo para llevarlo durmiendo, pero aun asi teniamos la ventaja de ser dos contra uno.
¿Que Erik era un peligro para los Stargazer?, ¿Entonces para que diablos lo queria?, ¿Que era toda esa farsa de los alemanes? No me iba a quedar con la duda. Julian iba a toda la velocidad, y contaba los minutos suficientes para adivinar que no habíamos ido al hotel, ¿a que lugar alejado nos estaba llevando? Cualquiera que fuera, estaba quedando bastante lejos... cuando al fin se estaciono, mi olfato no canto ningún aroma en kilómetros alrededor, tampoco ruido, aunque el olor a contaminación seguía igual de insoportable, me destranforme ahi mismo, aun sobre su cuerpo, observando como la garra que le retenia del cuello se transformaba en una mano pequeña, pero igual de fuerte.
--- Ahora... vamos a hablar --- Le advertí, en una clara amenaza, bajando la mano para abrir la maleta bajo el asiento y sacando un bluson color arena, me baje de su cuerpo con cierto recelo, acomodándome la blusa para después abrir la puerta trasera y salir, indicándole con un gesto a que el lo hiciera del todo.
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Re: Los hijos de Oxun
Me sentía demasiado contenta, por fin podríamos pasar tiempo juntos, solos y podríamos hablar de muchas cosas, sobre todo las cosas que nos habíamos perdido el uno del otro en el tiempo que apenas y nos volteábamos a ver en la universidad, y en las reuniones familiares. Estaba bastante convencida de que la escena de hasta hace unos momentos sólo había sido un malentendido y que esas personas no se lo querían llevar, que sólo nos querían espantar, o bueno espantarme a mi, porque Erik se notaba tranquilo en ese tema, pero… Algo estaba mal. Sentía las presencias de dos personas, pero siempre sentía presencias y energías de cada una de las personas que pasaban a mi lado, era normal siendo una bruja, una hechicera, como quisieras llamarme. Mi descuido fue grande, y cuando menos lo esperaba, las cosas volvían a tornarse malditas.
Sentí el empujón que Erik me había dado, y gracias a la maldita torcida de mi tobillo no pude tener el equilibrio correcto y caí de golpe al suelo. Vi negro por unos momentos, pero cuando escuché aquellos golpes me levante de un salto, como toda una gimnasta profesional que había fallado una pose de su rutina. Giré mi rostro, y recogí del suelo las llaves, al levantar el mismo observé como comenzaban a darle grandes golpes - ¡ERIK! - Mi voz salió y se disperso en forma de eco cuando los hombres lo dejaron inconsciente…¡Pero que demonios!. Estuve a punto de regresar y ayudarlo, pero ¿Qué podía hacer yo al respecto? Estaba herida, y sólo era una.
Observé un pequeño papel en el piso, y lo sabía, aquello era una señal, me regía por las señales que el universo me mandaba, tenía que hacer algo al respecto. Aquellos hombres me voltearon a ver e ignorando el dolor del tobillo comencé a subir las escaleras, sintiendo que caería por cada paso firme que daba con esa pierna maltrecha, pero pude avanzar, pude subir lo más rápido que me era posible, para mi buena suerte los había dejado atrás, y me escondí entre las escaleras, me escondí porque no podía hacer algo más.
Escuché el motor de dos automóviles, y el acelerador que era pisado hasta el fondo. Sollocé y no precisamente por mi pierna, sollocé por haberlo perdido, porque se lo habían llevado y no pude hacer nada. Lo más rápido que pude, de nuevo gracias a mi malestar regrese escaleras abajo, y tomé ese papelito que se había escurrido por los bolsillos de Erik, estaba un nombre, un número, y sabía que nadie más me podría ayudar, nadie que no fueran ellos. Me dejé caer en el piso frente a aquellas escaleras, mis manos comenzaron a temblar en bosque del teléfono móvil en la bolsa, estaba tan desesperada que sacaba las cosas y las dejaba caer por los aires, lloré, no podía evitar hacerlo ¿Se suponía que todo debía ser así? Comencé a pulsar el número, los sonidos intermitentes de la llamada en proceso fueron percibidos por mi oído - ¿Hola? ¿Mina? - Hice una pausa carraspeando bastante alterada - Se llevaron a Erik…
Sentí el empujón que Erik me había dado, y gracias a la maldita torcida de mi tobillo no pude tener el equilibrio correcto y caí de golpe al suelo. Vi negro por unos momentos, pero cuando escuché aquellos golpes me levante de un salto, como toda una gimnasta profesional que había fallado una pose de su rutina. Giré mi rostro, y recogí del suelo las llaves, al levantar el mismo observé como comenzaban a darle grandes golpes - ¡ERIK! - Mi voz salió y se disperso en forma de eco cuando los hombres lo dejaron inconsciente…¡Pero que demonios!. Estuve a punto de regresar y ayudarlo, pero ¿Qué podía hacer yo al respecto? Estaba herida, y sólo era una.
Observé un pequeño papel en el piso, y lo sabía, aquello era una señal, me regía por las señales que el universo me mandaba, tenía que hacer algo al respecto. Aquellos hombres me voltearon a ver e ignorando el dolor del tobillo comencé a subir las escaleras, sintiendo que caería por cada paso firme que daba con esa pierna maltrecha, pero pude avanzar, pude subir lo más rápido que me era posible, para mi buena suerte los había dejado atrás, y me escondí entre las escaleras, me escondí porque no podía hacer algo más.
Escuché el motor de dos automóviles, y el acelerador que era pisado hasta el fondo. Sollocé y no precisamente por mi pierna, sollocé por haberlo perdido, porque se lo habían llevado y no pude hacer nada. Lo más rápido que pude, de nuevo gracias a mi malestar regrese escaleras abajo, y tomé ese papelito que se había escurrido por los bolsillos de Erik, estaba un nombre, un número, y sabía que nadie más me podría ayudar, nadie que no fueran ellos. Me dejé caer en el piso frente a aquellas escaleras, mis manos comenzaron a temblar en bosque del teléfono móvil en la bolsa, estaba tan desesperada que sacaba las cosas y las dejaba caer por los aires, lloré, no podía evitar hacerlo ¿Se suponía que todo debía ser así? Comencé a pulsar el número, los sonidos intermitentes de la llamada en proceso fueron percibidos por mi oído - ¿Hola? ¿Mina? - Hice una pausa carraspeando bastante alterada - Se llevaron a Erik…
- Spoiler:
- Lamento la tardanza, no me había percatado que era mi turno
Levana Maréchal- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 29/07/2011
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