The boy and ghost (Montserrat S. Brightman)

¿Que hacía yo en la biblioteca a estas horas?, buena interrogante ni yo
misma lo sabía, se suponía debía estar aniquilando gente o bebiendo sangre, o según mi ideología consumando mi venganza, pero la verdad era tan distante a mis deberes nocturnos...
No sabía a ciencia cierta como había llegado allí, simplemente comencé a caminar observando a la gente y sus vanas diversiones y cuando menos lo esperaba me encontraba frente aun estante repleto de libros con escencia antigua de Shakespeare, reaccione en el mismo momento en que estaba indecisa pensando en todo lo anterior, más otra persona támbien hizo el favor de interrumpirme de metodica reflexión.
Era un joven alto quizá más alto que yo, complexión delgada, vestimenta extraña y actitud que demostraba su timidez, ni siquiera lo había nota hasta que no me mepujo y se acercó a pedirme disculpas sin verme a los ojos, parecía un niño docíl e indefenso, avergonzado de su paso y herido por este, un ser de aperiencia noble y de cuna inglesa, quede inmovil ante su reacción mirando a la nada, al final del estante con la ceja arqueada y preguntando que clase de situación había sido aquella, escuche sus pasos y el arrastre de la silla ubicada en la mesa más alejada y escondida de la biblioteca, el joven mortal había tomado asiento.
Me encantaba el aroma desprendido de la biblioteca, cientos de años podian sentirse y
multiplicado era la escencia del polvo que viví en los muebles rusticos pasados de época, la paredes eran tan frias como mi cuerpo, del color lechoso mármol como mi piel, la iluminación esforzandose por dar calor en esta noche tan fría e iluminar cada página que el lector entretenido construía en su imaginación. Escuche el roce de las páginas, recorde que debía buscar un libro, libro que me hiciera olvidar lo que soy, que terminará por cambiar mi rutina, que me hiciera sentir el poder, la ambición, la maldad, la locura y la libertad, pense en Hamlet obra del maestro William, mi obra favorita, busque en aquel viejo anaquel más no estaba no podía haber desaparecido, bien sabía alguién lo tenía pero... ¿quién?.
No tarde mucho en dar con la respuesta, la voz del joven aunque murmullo era se escuchaba perfectamente por lo menos para los oidos de un condenado eso era casi como escuchar hablar a alguién voz baja, enfurecida tome cualquier libro para mi desgracia la única mesa desocupada se hallaba a tres mesas de distancia del joven inglés, respire profundamente implorando paciencia antes de que me decidiera impulsivamente a matarle, me acomode en aquella pequeña mesa de caoba con finos decorados en las orillas,puse el pesado libro en centro de la mesa leyendo el titulo con atención -¡Genial!- protesté -Una novela "Como gusteis", odio las comedias desbordantes de risas- un hombre intento callarme, estaba tan enfurecida que so dije -Si no te gusta la compañia entonces porque no te largas al bosque, comprate un libro y hazle el favor a la humanidad de perderte en sus adentros- reclamé en voz baja, el hombre digno se fue abandonando el libro en la mesa, observe el titulo era igual de aburridoy divertido que el que poseia en aquellos momentos << "El fantasma de Canterville" de Oscar Wilde ¡Bah! ¡Quiero Hamlet, quiero esa novela y la quiero ahora! >> pense, mientras lo miraba con ojo mortal, con gesto de asesino, dispuesta a aniquilar, mientras que es mortal en la mirada estaba el reflejo de un pensamiento desbordante de miedo y dudas.
Me levante y camine en dirección a él que con sigilo y ruegos regresaba a su lectura
perdiendome de vista por unos instantes. se atragnataba por el nido que parecía sntirme cerca, finalmente detuve mi paso aun lado de él -¿Que le asusta monseuir, acaso la presencia de un fantasma o la novela que posee ahora en sus manos?- sostuve mis manos en el repaldo de una silla vacía -¿No cree que es una obra no apta para niños como usted?-.Suspire arrastrando la silla para tomar asiento -Bien niño- puse mis manos entrelazadas encima de la mesa -¿Sabías que cuando tiene que pedir disculpas o hablar con una persona mirandola a los ojos y no viendo el piso o siquiera perder la vista a quién pretende matarte uhm?- sin embargo aún con is palabras que entonoparecían amenazantes y dichas eran reclamos amargos, el seguía con la cabeza baja, sin mirarme, al menos no directamente, solo discretamente de vez en cuando -¿A caso te comio la lengua el gato mientras buscaba el libro allá en los estantes?, ¡Habla tan siquiera dime tu nombre!- exclamaba en voz baja-Y... ya que he venido hasta tu mesa y es la novela que tienes es la que me interesa porque no la lees en voz alta para que pueda calmar misansias que los pensamientos me invaden-... En un principio la duda era ¿Porque estaba allí?, mis ma duda que se tranformo en ¿El
porque estoy hablando con um simple mortal? ¿Quizá por conseguir la novela? ¿Tal vez por asesinarle? ¿O a raíz de nuestro encuentro me resulto inconcientemente interesante?...

Respiraba rapidamente, suspiraba y en vano trate de leer el libro que ahora se hallaba entre mis mano y mi vista, aquella joven parecía tan terriblemente molesta, pero la verdadera duda era si su coraje era ¿contra mí, la gente o la vida mísma?...
Parecía fría, pero cuando le miraba su extraña palidez y su extremada belleza me hacían enrojecerme e inhibirme, solo le escuchaba más matarme, esa palabra... no quería volverla a recordar, levante entonces la cabeza reflejando en aquellos mis ojos verdes aceitunados, la angustía y la desesperación al no hhallar una disculpa razonable para aquella dama.
-Lo... lo... lamento- titubie al fin -Yo... no estoy acostumbrado a mirar a la gente a los ojos y no tanto por que no tenga modales... mademoiselle, simplemente la misma sociedad me ha acostumbrado a ser así- que más podía decir, que mas podía ser sino voltear de lado a lado en busca de gente en la biblioteca, era más que obvi que hiciera algo como aquello tenía miedo, ¿Sería alguna asesina como Hankel?, suspiraba y mis propios recuerdos escurrian en una fuentes de imagenes interminables en mi cabeza, después recorde que tenía a un extraño enfrente, mirandome con desdén y rareza -Perdoneme, me distraje por momentos, ¿soy tan aburrido verdad?- rei descepcionado, era la primera chica que tenía aun lado con sorprendente belleza y lo único que hacía era ver a la nada... era deplorable.
-Soy recién llegado a París, vengo de Inglaterra, busco respuestas, cambios, esperanzas y algo más que no se que es nunca lo he probado... el amor- de inmediato con los ojos abiertos completamente, y sobandome la cabeza dije -Lo lamento... no es por que la coteje,no... se porque le estoy contando esto, no me mates por mi torpeza- finalmente revele mi miedo en medio de la verguenza por mi comentario tan... amoroso, que si bien esta joven podría tomarlo a mal, supongo quería la tierra me tragase, pero por más que lo pense nada sucedía, por más que le imploré al cielo una rayo nada caía, cerré el libro -lamento no haber sabido que buscaba este libro pero es que Skespeare me inspira en momentos de crisis como el que atravieso ahora- acariciaba el grabado del libro, letra por letra sintiendo en mis dedos el tacto de un grabado antiguo y perfecto -Si, supongo que no entiendo mucho de la vida y por mis ropajes...- decia mirandolos -parezco un niño inglés- reí nervioso -Quizá si soy torpe y con la pena a cuestas para presentarme o disculparme también lo sea para leer en voz alta a extraños- decía mostrando la descepción, cada vez más me convencia que el cambio que sentía era producto de mi propio sentido de liberación, pero la verdad era que seguía con cadenas de acero atado a mi pasado y Henkel, el miedo a la sociedad y a mi mente aun estaba latente...
-No le leere el libro- me negue sin rebeldía y pacificamente -Solo le resumiré de que trata el primer acto y usted leera lo demás- y sin siquiera escuchar el si o el no comencé como si estuviese solo, dando alguna catedra en algún colegio -La obra comienza una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca. Un centinela llamado Francisco es relevado por otro hombre llamado Bernardo. Cuando el primero sale, entra otro centinela llamado Marcelo acompañado de Horacio. En sus conversaciones descubrimos que el protagonista de la obra es el príncipe Hamlet de Dinamarca, hijo del recientemente fallecido rey. Después de la muerte del rey, su tío Claudio se casa con la esposa del soberano, la reina Gertrudis, madre de Hamlet. También relatan el hecho de que Dinamarca tiene una larga enemistad con Noruega, y una invasión por parte de este último país, liderada por el príncipe Fortimbrás, se espera.
Los centinelas tratan de convencer a Horacio, quien resulta ser el mejor amigo de Hamlet, de que han visto al fantasma del rey Hamlet cuando este se les aparece. Después de oír a Horacio, el príncipe Hamlet decide ir, por la noche, al lugar de las apariciones para ver al fantasma él mismo.
Polonio es el chambelán del reino; su hijo, Laertes, parte de viaje a Francia y su hija, Ofelia, es cortejada por Hamlet. Polonio le advierte a su hija que debe terminar su relación con Hamlet ya que él es el príncipe y no es el dueño de sus deseos porque estos pueden afectar al Estado. Ofelia promete obedecer y dejar de ver a Hamlet.
Esa noche el fantasma se le aparece a Hamlet y le informa que es el espíritu de su padre y que su tío Claudio lo asesinó al verter veneno en su oído mientras dormía. El fantasma le pide que lo vengue matando a su homicida. Tras el encuentro, el príncipe duda si el espíritu es el de su padre y si lo que ha dicho es real, bueno a partir de aquí usted debe continuar- me levante de la silla dispuesto a irme, pero la indecisión y la duda del juicio que impondría al mostrar, mi inaceptable talento me mantenía como una estatua, simentada en los pisos de madera de aquella vieja casa de libros y conocimientos antiguos.

Insolente y agresiva, mientras que yo como un niño miraba a mi alrededor con ojos de angustia, ni tiempo daba a poder argumentar o decir palabra alguna.
-lo lamento mademoiselle, no fue mi intención ofenderla, quizá nunca me explico como es debido- me rasque la cabeza -¿En serio existe un asesino en el teatro de París?, desconocía ese dato y eso que antes estaba dentro de la justicia- reí nervioso.
Baje la cabeza y la mirada -Tiene razón mademoiselle, no se cotejar a una mujer para ellas solo soy un tierno hombre convertido en hombre, un buen amigo pero demasiado raro e inexperto para mantener una relación seria, con decirle que no se que es lo que llaman "Hacer el amor"- mire apenado pensando en que pronto soltaría carcajadas como hace unos momentos, más no lo hizo - Estoy completamente solo esa es la realidad- terminé diciendo con aire melancolico.
Lo que más odiaba es mostrar a todo el mundo mis aparentes dones y sin embargo lo había hecho ¿Porque?, probablemente como una forma de defenderme de todo cuanto me había dicho y en el tono que había hablado, más cuando me levante de la silla escasos momentos vio el libro y después maravillada me vió con ojos de comprensión, entonces se presento y sonrio, intentado disculparse por haberme juzgado mal, me invito a tomar asiento y pedirme le dijera mi secreto.
-Usted no ha sido agresiva, creo que simplemente reaccionó como todo mundo cuando tomo algo que quiere en ese momento, ya estoy acostumbrado- volví a recorrer la silla para tomar asiento -Además es una mujer muy hermosa, tal hospitalidad y timidez en estos tiempos refleja otras intenciones- aunque a decir verdad, la joven era hermosa y sus ojos despertaban en mi interior algo diferente, sentía que tras esa malevola apariencia y esa sonrisa formidable había alguién que podía entenderme sin juzgarme.
-Mucho gusto en conocerle mademoiselle Brightman- salude educadamente, cogiendo su mano delicadamente como se acostumbraba, bese su mano ruborizandome de inmediato -Mi nombre es Spencer Reid, también soy originario de Londres, ¡vaya coincidencia!, al fin encuentro a alguién de mi patria- sonriendo cordialmente con los labios un poco apretados, aun me daba pena soltar una carcajada -No tengo ningún secreto, es solo... mi... don, tengo memoria fotografica, puedo recordar todo al instante y nada se me olvida, puedo leer veintisiete mil palabras por minuto, ahora te podrás explicar porqué soy alguién aburrido- guarde silencio viendo al piso.

De un minuto a otro ella había cambiado por completo, por un momento pense que tendría algún problema psicologico, sin embargo analizando su actitud fue algo que dije lo que ternimo por tranquilizarle.
- ¿De verdad cree que mi alma es así?- reí nervioso -Nadie me habia dicho eso, en realidad todos me decían que mi mirada era de un perdedor- no estaba mintiendo, cuando era un joven colegial todos se aprovechaban de esa condicición que la chica había descrito como maravillosa -Creo que no es la mirada de un policia o de un doctor de la mente-.
Parecía estar sufriendo de la soledad o que en algún momento estuvo en ese abismo por un tiempo -Nunca lo había visto de esa manera, normalmente la mayoría tiende a ver de otra forma incluso a las amistades falsas o los amores que solo son fanasias y deseos muy lejanos- dije con cierto desaninmo, me gustaría en fondo saber como ella había logrado ver con esa filosofía la soledad y el mundo que nos rodeaba, suspire en diversas ocasiones volteando constantemente al piso, más podía sentir sus movimientos, tomo el libro entre sus manos extrañamente palidas y blancas, no pude avitar que de mis labios brotará una sonrisa silenciosa, me puse la mano sobre ellos -¿Don?, es gracioso como lo nombra, tengo una historia interesante detrás de mi truco de magia, yo... soy hijo de una persona muy distinta a lo normal, digamos que me heredo su inteligencia- de pronto su mano estaba tendida frente a mí, no dude y no tanto porque fuera mujer sino por sus palabras y porque un sentimiento extraño despertó aquí muy dentro de mi pecho, esas orbes verdes e inusuales me provocan ciertas ganas de platicar y de sonreir -Trato hecho- sonreí francamente, pero en vez de estrecharle la mano como todo caballero de época le bese -Disculpeme usted, es que es algo común entre parisinos, este tipo de detallesahora.... ¿Puede contarme algo sobre esa leyenda, soy recién llegado y lo ignoro- aprete mis labios pues su mano estaba muy helada, más de lo inusual como si lo hubiera besado fuera un pedazo de mármol....

Me veía al espejo de un momento a otro parecía que había regresado a los viejos tiempos, ese muchacho era tan frágil, tan sensible y tan... humano que por un momento las dudas comenzaron a atacarme sin que pudiese controlarlas, por un momento pensé en retirarme, creí que mi presencia empañaría la luz de su mirada, sin embargo fue en la oscuridad de la mía donde sus orbes aceitunadas me mostraron un pequeño brillo en forma de una extrella.
-¿Perdedor?, aquellos que le dijeron eso no tienen la menor idea de lo que significa la mirada de un guerrero, sobreviviente de los prejuicios, mordidas letales de una sociedad devoradora de almas- le conteste sin detenerme un momento al que pensaría el de mi comentario -Estoy segura de que su mirada es de un genio, un detective y un doctor de la mente y el alma... desgraciadamente parece que su alma esta lastimada ¿No es así?-.
Asentí con la cabeza -Creeme se necesita de lo que tu tienes para poder ver con esa filosofía la soledad que puede reinar en la existencia de alguién, se necesita ver el dolo ajeno y sentir el propio para comprender lo mata a los corazones de todos-.
Aquel libro de pastas gruesas y antiguas estaba entre mis manos, las hojas eran amarillentas, en cada hoja podía verse los versos de un escritor adelantado a su epoca, cuyo parecido con la realidad de quién tenía por delante era similar, no pude evitar reir con él, no me era de extrañarse que mis palabras le provocaran semejante reacción pues era la copia identica del espiritú humano que una vez me perteneció - No te rías es lo que estos ojos ven delante suyo, es un don no importa el origen y lo raro que este sea, es más debo de confesarte que lo raro no es raro, es belleza pura mal comprendida, todos tenemos una historia detrás, ninguna es trágica todo depende del acento con el que se narré- del acento me refería a los ojos con el que veíamos el pasado, puede que muchos prefieran escapar por la fuerza falsa como yo o como los que se vuelven locos, que diferencia hay poca, solo creo que intentaba salvar ese bello interior de la seducción de la oscuridad, la inmortalidad y el poder en el que muchos caen.
Qude sin palabras cuando beso mi mano -No tienes porque darme explicación, se que lo que haces es por principio y valores y no por cortejos o por conseguir una noche en mi lecho- sonrei apliamente.
¡La historia del fantasma! en hora buena se había escapado de mis labios, ante esto tuve que improvisar, -¡mitos que la gente cuenta!, dicen los parisinos que es un vampiro o un ángel oscuro que en ocasiones mata por venganza otros dicen que esta pagando una condena y otros más dicen bueno que es un... inmortal o algo así, trato de no prestar atención en ello, no es que me asuste sino que pues solo... es una leyenda-negue con la cabeza, mientras en mi mente ideaba como cambiar la convrsación -Y... ¿Que me dices de tí cual la historia detrás de tu don?, prometido esta no burlarme o espantarme o quizás tienes una deuda como el fantasma de la leyenda- reí en voz baja -Es una pequeña broma.. vamos cuentame- No sabia porque de la nada había hecho una broma, tenía tiempo de no hacer nada de tipo gracioso, por algo este chico se cruzó en mi camino ¿Cual es la razón?... aún no viene la respuesta mi mente.

Cuanto en común podía a llegar a tener con una desconocida, parecía que estaba escuchando mi posible futuro si logreba salir bien librado de esta situación que enbargaba mi alma desde hacia tiempo atrás -Tengo una historia interesante, considero más que una historia una tragedía griega...- reí a carcajadas abiertas, pero calle de inmediato -Lo siento soy un tonto, para hacer una buena broma no tengo ingenio, ¿Fue ridicula verdad?, solo olvidela por favor y si tiene la bondad- perdí mi mirada al piso de la biblioteca apenado -Pues- dije volviendo a responder su pregunta -La mayoria puede pensar que un chico como yo viene por placer o por un momento de diversión juvenil, usted sabe en busca de chicas y de vivencias más intimas pero... en realidad vengo para tratar de rehabilitar mi alma y mi propia idea de quién soy- tosí levemente - Soy policía aunque usted no lo crea por la edad que tengo pero... haciendo mi trabajo resulte vixtima de la persona que intentaba detener, durante el tiempo que estuve cautivo me dio a la fuerza drogas para sacarme de mi la información que necesitaba y en otras para que no tuviera tanto dolor, esa persona estaba enferma mentalmente- volvi a toser, pasando saliba rapidamente -La sustancia me hacía olvidar de donde venía y cuales eran mis miedos y de a poco después del percance me volví adicto, por mi bien mis jefes me enviaron a París y a olvidar lo pasado que mancho mi vida, creo lo he logrado-.
Seguía maravillandome cada vez más con esta joven, no quería creer en las coincidencias pero quizá este encuentro por algo fue puesto en mi camino, no tuve el atrevimiento de contradecirle, por que siendo sincero era una forma de ver de diferente manera aquello que no es apreciado o que es anormal.
Pero si algo me parecio extraño fue la reacción que tomo cuando volví a preguntarle sobre el famoso Fantasma, parecía nerviosa como si de una indescreción se tratase o de algo que jamás debio de haber salido de su boca, somo si ese hombre de verdad existiese y lo conociera muy de cerca o estuviera condicionada a verlo, sin embargo no indague más, no por el momento, volví a reaccionar cunado la joven me dijo cual era mi secreto -¿Secreto?- pregunte temeroso -Bueno solo... es una cuestión de herencia, mi madre es... bueno... es... esta algo afectada mentalmente, una enfermedad incurable y congenita que... en los hijos puede repercutir en su aprendizaje y su intelecto... soy practicamente un genio acosta del miedo y la sombra de la locura...- baje la mirada -Puedes irte, la mayoria a quién le cuento esto sale corre¿iendo por temor o no se que es lo que sientan, solo quiero que sepas que yo no escogi a la mujer que me diera la vida, yo no fui...- etrelace mis manos y comence a juguetear con los dedos, si ver al frente, esperando quizas que ella saliera a paso rapido del lugar.

Que melancolica era su historia, cualquiera pensaría que aquel muchacho sufria de amores o de... ¡Que se yo!, todo menos de miedo y de un pasado que no muchos se merecen vivirlo para recordarlo luego, que iba a ser la vida es todo menos justa.
No se porque pensó que yo me retiraría quizá porque a otras jovenes al decirles la verdad de su visita las asustaba... al decir verdad aunque yo no llegue al grado extramadamente grave, podía confesar que al estar encerrada días enteros en mi casa cuando era mortal, un miedo parecido me invadía, ridiculas ideas que pueden llegate a causar las novelas o el sufrimiento de quienes no son cercanos o simplemente porque se vivio en un mundo imaginario, del cual fue dificil despertar -¿Que le hace pensar que me iré solo por aquella historia?, para serle sincera yo también tuve un pasado como el suyo aunque de el no me gusta hablar mucho, yo también tenía una adicción y un miedo terrible a mi mente- suspire profundo -Verá yo no soy ni la mitad que solía ser hace un año, mi madre era muy sobraprotectora, parte de mi vida fueron burlas, castigos y encierros.. cansada de esa vida intente buscar una salida y encontré en mis fantasías el alivo que necesitaba, la compañia que anhelaba, siempre era otra menos yo, siempre convertia mi casa en un lugar diferente menos lo que era, en ese mundo yo era muy grande, podía hacer casi cualquier cosa...- sonreí mientras narraba ese bello instante -Pero fue un milagro del cielo que después de pasada mi adolescencia estuviera conciente de la situación y de lo anormal que sonaba que siguiera viviendo con amigos imaginarios a los 17 años, con todo el dolor de mi corazón lo abandone por mi bien y seguí adelante, la vida cuando volví de aquel sueño estaba estancada... me sentía vacía, y casi siempre la misma rutina, el mismo paisaje y la depresión de mi madre-Arque la ceja ligeramente -Quizás en algún momento estuve loca y eso genero el miedo a mi propia mente.. fue tanta la sugestión que llegue a creer que me volvería así... pero de pronto me di cuenta que todo esta dentro de cada persona, de las fuerzas con las que quieras vivir, no importando si es hereditario o no, si se quiere se puede, tú maneja la mente no que ella te maneja a tí- le guiñe el ojo y le sonreí sincera, fue casi inevitable tomarle de la mano olvidando que podía delatarme yo misma -Yo tampoco esgogí a mi madre ni escogí la vida que lleve en ese entonces, Dios dijo "Quién este libre de pecado que arroje la primera piedra", yo soy la menos indicada para arrojarte piedras o juzgarte, de hecho nadie debería hacerlo, la gente no se percate, los niños no se percatan que sus palabras son las dagas o las vendas que quedarán en el alma, pero si eres feliz sin importar las heridas del combate y logras hacerlas parte de ti es casi improbable que te conviertas en un loco o asesino, te conviertes más bien... en un alma como la tuya pura e inocente capaz de hacer por los tuyos todo cuanto este en tus manos, ayudarles si esperar algo a cambio, disfrutando del nuevo día que se aproxima a cada minuto, tú aun estas a tiempo-.
Me levante de mi asiento mientras me acomodaba el vestido, tome el libro entre mis manos y de pronto lo abrace, sin darnos cuenta entre nuestras historias, las cosas que profundizamos después de desahogar nuestro dolor y la discusión principal que nos reunio al final habían pasado más de dos horas, yo aún debia cazar antes de volver a caza y el chico podía ser presa facil de algunos vampiros que degustaban de la belleza de alma como la suya -Miré ya la hora que es, la charla ha sido interesante pero para ambos es tarde, quisiese que la noche no acabase pero esta ciudad es peligrosa de noche- volte a ver el estante y le invite -Acompañeme al anaquel hay que dejar el libro donde estaba- Era extraño como si una especie de tristeza envolviera mi corazón, este chico me habia hecho caer en la cuenta de muchas cosas y de otras tantas que me nagaba a pensar, porque sabía perfectamente que la desición on fue la mejor que pude tomar.. creo que siento por él algo especial pero ¿Que será?.

Ahora sabía con más certeza el motivo por el cual veía de esa forma la vida, cualquiera pensaría que una mujer hermosa como ella tendría desde niña alagos y mimos en lugar de burlas y rechazos, sonaba triste aquella historia... me imaginaba que su vida era feliz y que todo en su famila marchaba bien sabá de lo que hablaba de adolescente viví el mismo tormento con mi madre en cama todo el tiempo, sin que saiera a las calles, sin que hiciera otra cosa más que ver como mi madre de a poco se iba perdiendo más y más de la realidad, pero aquell joven tenía razón si se quiere vivir se lucha por lo que se quiere, sobre todo teniendo la suerte de estar conciente de lo que se hace erroneamente..para mi siendo doctor me resultaba un ejemplo y un milagro de vida.
Asi pasamos largas horas profundizando en temas como la astronomía, la fisíca, historia, ciencias politicas, arte, arquitectura y en lugar de quedar callada ante mis bromas consideradas por otros como fuera de contexto, a ella lr generaba cierta gracia, la charla se ponía cada vez más interesante y la haciamos cada vez más larga, parecía no aburrise y yo parecía divertirme como antes, cuando todo es tan ameno las horas pasando volando sin percatarse de ello, finalmente ella reacciono era ya muy tarde para los dos.
Suspire mientras asentia con mi cabeza a su invitación, me levante y volví a acomodar la silla en su lugar, acercandome unos pasos hacía ella comenzamos a caminar hacia el punto inicial del estante más antugo y oculto -Bien aquí dejaremos el libro- dije mientras le pedia lo pusiera en mis manos -¿Tienes frío?- pregunte extrañado cuando senti de nuevo sus manos entre las mías -Hace un rato me tocaste y estabas igual de helada... la biblioteca esta suficientemente caliente con la leña de la chimenea principal como para que no hayas entrado en calor ¿Acaso te sientes mal? ¿O hablar del pasado hizo que tus nervios al estar en contacto con el cerebro y la parte de las emociones?...- detuve el habla por unos minutos -¿Te causa angustia que sea demasiado tarde para reponer el camino? ¡Vamos eres muy joven aún haya mucho que recorrer!, nunca es tarde para empezar de nuevo- le dije mientras me acerque para darle un beso y fue por impulso que erroneamente bese sus labios, me retire inmediatamente y no por que estuvieran helados sino porque había hecho mal, quizás porque me había sentido comprendido o prque era la primera que no se había marchado al empezar a platicar de otras cosas más cientificas e inusuales -Lo siento... perdoname soy un tonto- me mordi lo labios, no es lo que tu piensas tu eres hermosa y yo... yo... pues... tú... a mi... me... gustaste pero no fue la intensión lo juro- agache la cabeza -Lo juro- musite en voz baja, negando con la cabeza y las mejillas del color más rojo que puede ser imaginado.