A moon waltz corrupted [Privado] posible +18]

por **Bérénice Moriarty** Dom Abr 22, 2012 2:10 pm

No parecía estar en el momento apropiado para poder mantener una conversación apropiada. La habían citado en el teatro para después de la función, un extraño quería verla para proponerla algo. Ella no sabía el que. Ella era la principal responsable de haber fundado la Orden Escarlata junto con su hermana Alexindice y su hermano Freyback que ahora ambos estaban de viaje. Seguramente estarían teniendo éxito en estar reclutando a gente o al menos a gente con la que pudieran usar de...bueno, aun esperaba a aquel extraño, solamente no le podría decir muchas cosas pues había mucha, mucha gente alrededor y demasiados ojos pendientes de ella.

Era obvio, su belleza no podía pasar desapercibida-Buitres....-Miraba a la gente a ton ni son, a todos lados los miraba y a alguno que otro lo controlaba haciendo que esas mismas personas se preguntaban el porqué de los movimientos de su cuerpo contra su voluntad. Rio suave, miro el reloj de péndulo que colgaba de una de las paredes del teatro. Era tarde y la obra estaría a punto de empezar, pero Bérénice no irá a la obra, ya las vio todas y mas “Macbeth” que la ha visto más de cinco veces en lo que lleva de chica inmortal. Estaba elegante, con un vestido ceñido color rojo sangre, con el largo lleno de mucho vuelo y un escote de escándalo.

Spoiler:

Al menos su cabello recogido iba atado con perlas blancas y una pluma roja en un lado. Suspiro, yendo hacia uno de los balcones donde estaba deshabitado, el balcón daba a los jardines, la luna brillaba en todo su esplendor y Bérénice, siendo alumbrada por el brillo de la luna, miraba los exteriores, pensando en sus noches en el desierto y en las que ya nunca podría estar nuevamente. Su nombre había sido limpiado con una buena y alta reputación cuando en el pasado era la más buscada del mundo.

-¡Maldito Cabrón!-Murmuro con furia pues estaba sola, sus manos en puños y quejándose en alto de aquel que le había tendido la trampa a ella y a sus hermanos, con ello murió uno de los cuatro, Darwyn, encima era el más débil y murió porque se desangraba de una de las flechas de la sala que no pudo esquivar. Si no hubiera pasado eso, si no fuera lo que era ahora, no podría ir ahora en busca de la dulce venganza, pero tendría que ir con cuidado y estaban en ventaja. Su tío no sabía que estaban vivos, al menos tres de ellos.

¿Ahora quien reiría mejor? Es obvio que su tío, estuviera muerto o vivo, probaría la ira de los Moriarty.

por Invitado Jue Mayo 03, 2012 4:46 am

Buscó la salvación en la oscuridad
Las necesidades de matar conocen el infierno
Estamos muertos y el mañana esta cayendo en nuestro
espacio…

La razón de ese evento era tentativa para los sentidos, podría respirar el olor a sangre fresca– paso la lengua sobre sus labios para humedecerlos –Y de pronto, ¡Ricos y deliciosos mortales!, la libido se había despertado, imaginándose en un tétrico panorama donde la desnudes reinara y los hilillos de sangre acompañaran todo adornando de ese olor a muerte los cadáveres caminando entre ellos en la penumbra de la noche, el teatro cayendo en ruinas y los cuerpo pudriéndose, ¡Ah, que olor tan magnifico!... Pero por ahora sus instintos debían estar calmados.

Aunque su apetito sexual estaba a flor de piel, ¿Qué pasaría si arremetía contra una de esas señoritas, hundiendo su pene entre esos pliegues para hacerla berrear por más? Que interesante se ponían las ideas dentro de su retorcida cabeza. Tomo asiento en una de las butacas de aquel ‘pomposo’ teatro, el olor carnal, de sudor, de sangre, de perfumes se iba mezclando, hipnotizar hasta que se desnudaran y provocar una orgía sería como el sueño, hombres contra mujeres, mujeres contra mujeres… todos provocados por el placer de su tétrica voz.

Pero la sombra de aquella silueta femenina le dio el impulso para seguirle sobre las sombras como una estúpida y resbalosa araña que cala la pintura de esas estructuras destruidas por las termitas, se acercó de la manera sigilosa, el solo placer de vislumbrarle los senos sobre ese escote le estaba dejando un deseo tan lleno de lujuria y perversión. Rojo como la sangre, su cuerpo desnudo casi se podría ver ceñido a ese vestido. Y entonces la voz sensual que aseguraba se escucharía mejor gimiendo y gritando maldijo una y otra vez.

Tonta vampiresa, seguro con sus traumas existenciales, se acero a ella de una manera silenciosa como lo hace un violador a su presa, pero como un tigre al atacar a su objetivo y ahí estaba pasando la lengua sobre la curva de su cuello –Seré el cabrón que tu quieras entre tus sabanas…y los pliegues de esa deliciosa vagina… -Mucho antes que se dispusiera a atacarle se retiro, sabía que el insulto no iba para él, pero se había retirado, quedándose sentado y cruzado de piernas sobre el barandal viéndole mejor, frente a ella, que labios tan carnosos se acercó arrancándoles una mordida.

por **Bérénice Moriarty** Jue Mayo 03, 2012 6:19 pm

Las manos agarraban su vestido de noche a telas rojas. Ahora agarraban la camisa del desconocido- Hay muchos tipos de cabrones....-El había atacado con valentía, pero ella no se quedaría atrás dejándole un mordisco juguetón, pero notorio sobre la curvatura de su cuello a la vez que lo apegaba contra ella-....A ver si te ganas el premio de entrar en aquellos pliegues...-Más bien no se cortaría con nadie, el había actuado descortés, pues ella seria de menos, no se cortaría apenas nada en relacionarse “abiertamente” con el hombre que empujaba hacia la pared donde colgaban adornos dorados con la pared estampada con demasiado lujo.

- Hay cabrones que matan y que te dejan a merced de la muerte....-se quedo mirándole bastante cerca-....y otros...-Pobre mujer ¿Era la primera vez que se quedaba sin palabras? No, más bien sonrió ladina, mirando con interés a aquel que dejo medianamente contra la pared. Ella se fue alejando de él, dejándole en aquella situación de “suspense”, recolocándose el vestido pues se hizo varios pliegues al haberlo llevado hasta la pared.

Lamento decepcionaros, pero no soy tan fácil como las mujeres de hoy en día....-Soltándose con soltura el cabello de un solo movimiento de sus manos, miraba al desconocido, estaban a solas, en un lugar alejado del famoso teatro parisino. Con un leve meneo de caderas, se iba moviendo hasta quedar de nuevo en el balcón. ¿Qué tenía el balcón? Pegada a una de las columnas miraba de reojo a la única persona que había con ella-¿No tendrá humo verdad?-Ahora se pondría a fumar. Genial, pero su pie lo apoyaba en el alfeizar de la barandilla de aquel balcón, dejando caer el bajo del vestido por la suavidad de la pierna hasta hacerse un buruño en sus caderas, dejando a la vista una piel y exquisita pierna pálida como la nieve.

-¿De qué circo se ha escapado usted?-Le pregunto más bien curiosa por aquella apariencia tétrica sacado del circo de los horrores, como si de un cuento de terror se hubiera escapado y ahora fuese por Paris de boca en boca alimentándose de las almas de los pobres niños. Por ella no había problema, no le gustaban los niños, si habían menos, mejor, pero si había pocos, ¿Quién entraría en su Orden la cual había formado con ilusión junto con sus cuatro hermanos? Entonces se tenía que resignar a la evidencia de los infantes sobre la tierra.

por Invitado Miér Mayo 23, 2012 3:26 pm

Que linda mujer, espantándose de esa manera, ah dulce vampiresa, tan dulce como el sonrosado de sus labios, se quedo quieto, porque lo que ella le hiciera solo le producía ¡Nada!, la demencia de él crecía cuando esos deseos asesinos invadían su mente, que era casi siempre a decir verdad siempre, en cada instante en cada momento –No te estoy pidiendo permiso linda muñeca –Que estúpida contestación la de ella, casi le daba por aventarla con fuerzas contra la pared y cogerla, violar su virginal cuerpo hasta que se extasiara de ella, es que simplemente una persona así se le hacía tan perdida, tan estúpida aunque no lo dijera pero él era así.

-¿Decepcionarme? –Movió el dedo paseándose frente a ella de un lugar a otro, viéndole de reojo y muy cerca robándole un beso un beso del cual mordió su labio inferior y le sostuvo de la cintura para acercarla a sus caderas, en el acto jalo su labio inferior no para lastimarle, sino para producirle ese placer –No muñeca, me gusta lo difícil, eso sabe mejor –La soltó rápidamente y casi salto del palco, levitaba entre aquel espacio de la nada, viéndole de reojo, le lanzo un par de cerillas para que pudiera ‘fumar a gusto’ o lo que fuera que deseara.

Ella recitaba palabras hermosas ¿Muerte había dicho?, eso era algo banal cuando ellos dos estaban muertos, le observo de reojo, lo suficiente para grabar bien su silueta en sus orbes -¿Circo?, -Jack se carcajeo –Del mismo que tu, de la muerte, donde los malabares de la vida se debaten con este hermoso éxtasis que representa a la eternidad, es que cuando caemos aquí te queda de una o de dos, disfrutar, o martirizarte y ser un asesino sin disfrutar de la pasión –Regreso un poco al palco caminando entre la nada, moviéndose con esa sensualidad. –Bérénice –Murmuró viéndole de reojo, había entrado un poco en sus pensamientos solo para descubrir su nombre, no para otra cosa… solo con eso le bastaba. –¿Algo más que desees agregar después de describir a los bastardos y no sé que más? –Para ser sinceros le aburría enormemente, solo quería arrancarle las prendas y comenzar a lamer cada pliegue de ese cuerpo.

por **Bérénice Moriarty** Dom Mayo 27, 2012 1:24 pm

La piedra era más fría que de costumbre y ella se había quedado como la misma. Era obvio ya no hacía falta pensar más lo que era el individuo, ella no era tonta y sabia lo que era. Le miraba acercarse, esta se apoyo contra la columna de mármol que había de decorado por aquel pasillo en el que estaban a solas. Bien, podría ella ahora saber donde esconderse, pero no podía, no lo haría y nunca lo había hecho antes como para poder hacerlo ahora mismo-...Creo...que no...-Le miro a los ojos, a esa cara pintada cual sacado de un circo macabro-... ¿A quién debo el honor de gemir el nombre esta noche?...-Dijo con cierta sonrisa en el rostro que detonaba un juego pícaro, acompañado de unos movimientos sensuales con sus caderas mientras se acercaba hasta el individuo al que desconocía su nombre.

Le rodeaba el cuello para después ir bajando las manos por el pecho del desconocido, ir sintiendo al tacto la suavidad de la chaqueta y la camisa, pego sus caderas a la hombría del otro, mientras tanto le llevaba hasta una pared que andaba vacía de adornos-... ¿Alguna pregunta mas, Monsieur?...-Se lanzo a los labios ajenos devorándolos como nunca había devorado algunos. Mordido su labio inferior, hincó su rodilla en la entrepierna del desconocido, comenzando a ser una molestia para la virilidad masculina, todo mientras le tocaba con cierta osadía con las manos sobre el pecho y con sus labios lamia la curva de su cuello, su oreja, sus labios que mordía la parte inferior, después en un beso apasionado le tiraba de los cabellos. Empezaba rápidamente a entrar en calor, intentando que el hombre también comenzara a entrar en calor.

-AGhh...-Soltó un jadeo prematuro, le miraba a los ojos, era extraño, pero de cierto modo comenzaba a atraerla con aquella mirada que transmitía el hombre-... ¿vamos a por todas?-Susurro cerca de su oído, lentamente para después alejarse del roce del cuerpo masculino contra el suyo propio, para levantar las faldas, para mostrarle la invitación hacia un mundo en el que llegaría al paraíso. Se movía con rapidez, divertida por las losas del pasillo, hasta que finalmente vio una habitación, un despacho que estaba vacío-¿Me acompañas?-Dijo bien sugerente. Quería diversión y lo haría con o sin él. Él decidía.

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