Primera noche parisina (por Clea)

Ya de medianoche se encontraba Amser en la parte mas alta de la torre Eiffel, como un ángel nocturno vigilante de la ciudad, pero sin querer vigilarla, el viento golpeaba su cara y hacia ondear el largo abrigo oscuro que llevaba puesto. En su mano derecha y apoyada en el hombro, una oscura guadaña con el mango retráctil, creada por el, gracias a sus muchos años en el oficio de la herrería, la luz que se reflejaba en ella daba un aspecto bello pero a la par que siniestro, los detalles de aquella arma fueron esculpidos con gran carillo, precisión y paciencia, otorgandola una aspecto tenebroso y elegante. Siempre que llegaba a un nuevo lugar, le gustaba encontrar su lugar favorito para reflexionar, meditar y relajarse, en esta ocasión le llamo la atención aquella enorme masa de hierros cruzados y de gran altura.
Empezó a escuchar ruidos que se iban acercando a su situación, concentro su mirada y observo al perece un doncella perseguida por dos hombre, por como se estaba llevando la situación, no creyo que solo querrían jugar con aquella doncella, en cuanto estuvieron pegados a la torre, Amser se levanto, dejo la mano con la sostenía la guadaña en su espalda y se dejo caer, a mitad de trayecto empezo a correr por la superficie de hierro hasta casi llegar al suelo, en ese momento salto hacia uno de los hombres rebanando la cabeza con un tajo limpio, al caer al suelo rompio por el impacto un par de adoquines del suelo, y un temblor surgió desde la planta de los pies hasta la cadera, Amser no se imagino que el aterrizaje fuese tan brusco, aguanto el dolor apretando los diente y se levanto tranquilamente, se giro y miro al otro hombre, levanto el brazo que sostenía la guadaña, la cual todavía tenia sangre del anterior cadáver, dándola un aspecto aun mas macabra, hacia el cielo, dio la vuelta a su arma, apuntando la parte sin filo hacia el suelo y y se la acerco al mentón, y dijo - ¿sabes cual es la similitud entre mi guadaña y yo?, ambos tenemos una sonrisa oscura - Amser sonrió, tomando un aspecto alegre, y en un abrir y cerrar de ojos, pego su espalda a aquel hombre atemorizado por la situación, y le coloco la guadaña en su cuello y le susurro - dale recuerdos al señor de hay abajo de mi parte - y con un ligero giro de muñeca corto el cuello de aquel pobre hombre que callo como un trapo al suelo.
Amser saco un paño del bolsillo interior de su abrigo y limpio la sangre del arma, y a continuación golpeo la base del mango contra el suelo y plegó el mango haciendo de un tamaño de unos 15 cm, se guardo su arma en la espalda y se giro para mirar a aquella doncella.
Con una sonrisa amable en la cara le dijo - perdonad mi rudeza madam, ¿esta usted bien?

La noche se había hecho aparecer sin haberme dado cuenta pues estaba de compras, demasiado tranquila. La noche me hizo un poco incomodo el seguir fuera de casa pero no quería parar ahora que estaba entretenida con ello. En el paquete de manzanas, tome una llevándola a mis labios dando un mordisco. Nadie sabia que me había ido sola hasta la misma cuidad porque siempre tenia que ir acompañada, no estaba acostumbrada a mucha gente pero poco a poco me fui dejando llevar en lo que era una nueva forma de vivir. Por ahora todo iba bien pero mi corazón latía muy a prisa por el hecho de emoción o tal vez miedo porque estar sola no era muy agradable. Intuición de miedo podría decirse que era lo que sentí en un momento que hasta mi propio paso se vio acelerado.

Por un momento paré al encontrarme de frente a un hombre que no parecía tener buen aspecto, incluso hasta la manzana que iba mordiendo cayo de mi mano. Gire sobre mis pies para volver por el camino que había venido pero me fue imposible pues vi a otro hombre... Estaba muy nerviosa incluso podía sentir los latidos del corazón en la misma garganta. Estaba como paralizada que ni podía llegar a hacer el cambio. Por un momento por mi mente paso cosas muy a prisa. Fue entonces cuando forcejee contra ellos pero me era imposible hacerlo estaba bien sujeta y cerraba los ojos con fuerza. Un ruido extraño hizo que abriera los ojos, sentía un nudo en el estomago y por un momento pensé que me pasaría algo a mi también. Pero no parecía interesado en hacerme algo. Me estaba ayudando contra aquellos hombres. Pero al ver la cabeza rodar por el suelo di un fuerte grito. Algo paralizada alce la mano cuando se acerco a mi para ver si estaba bien, no pude articular palabra con lo cual me costo.- Gra.. gracias señor...- nerviosa por ello.. Habia guardado su arma dentro del abrigo y fue cuando tome deje mi mano extendida.- Me llamo Clea Abancini Janssen, le agradezco su gesto, permitame que le recompense.- Me dispuse a sacar unas bolsa de monedas de su bolsa que llevaba.

Me habian educado de ciertas formas incluso para hacer frente a situaciones pero me culpaba a mi misma por no haberlas podido enfrentar. Tenia que ser consecuente que la vida no era todo un campo de rosas y que como mismo me habia podido pasar algo fui ayudada por un vampiro, era como tio... pero por un momento la desconfianza se hizo presente pues me habia dicho padre que tenia que tener cuidado con algunos seres que no son como los que habia en casa.- Es usted vampiro verdad?.- lo mire directamente a los ojos. ¿Clea eres tonta? podía hasta yo misma responderme a esa pregunta, sabia que cuando volviera no me seria muy fácil pensar en otra cosa que no fuera lo que había pasado.

La pregunta sobre si Amser era un vampiro le cogió por sorpresa, la verdad, no se imaginaba que le descubrirían tan pronto su verdadera identidad. Coloco si mano izquierda sobre su pecho, y realizo una reverencia doblándose como una bisagra mientras se presentaba - soy Amser Deligt, mi señora - prefirió no decir nada acerca de mi raza, era mejor dejarlo en el anonimato.

Amser miro de arriba a abajo a aquella dama,y a judgar por sus ropajes, se imagino que no seria de clase media, o baja, y al parecer..., tampoco era ninguna ingenua, algo sabia acerca de seres sobrenaturales, y seguro que detrás de esa cara de no haber echo nunca nada malo, y de esos ojos inocentes, se escondía una persona fuerte, y responsable. Pero la curiosidad le pico a Amser - madam a tenido suerte de que pasaras por aquí, aunque algo me dice..., que tampoco hubiese necesitado ayuda si hubieran sido otras circunstancias -. Si fuese otra persona, Amser hubiese aceptado el dinero y se hubiese ido al burdel para alimentarse de alguna prostituta..., ya que prefería el anonimato antes que llamar la atención, aunque la pequeña carnicería que acababa de realizar, no era para nada silenciosa - espero que lo tomen como un ajuste de cuentas o algo asi - pensó. Pero esos ojos le interesaron demasido, quería saber algo mas de aquella misteriosa mujer - mi señora Clea Abancini, por ser nuestro primer encuentro, no aceptare nada a cambio, pero seria un enorme placer escoltarla hasta su casa para que no le ocurra nada malo. Si no es mucha molestia - Amser le intereso mas la mujer que su propia alimentacion, mientras pensaba - lo dejare para un poco mas tarde.

Amser le ayudo a recoger algunas cosas que se le habían caído, mientras le decía con una sonrisa en la cara -sabia que a las mujeres les gusta ir de compras, pero no me imaginaba que arriesgarían su seguridad para comprar hasta tan tarde, o es que las mejores prendas las ponen tan de noche - mientras esperaba la respuesta, Amser observaba con detalle el cuerpo tan bien esculpido de la dama, y se resistía a incarle el diente, en ese mismo instante, escondio sus manos tras la espalda y apreto los puños hasta clavarse las uñas en la palma de la mano - tranquilizante, recuerda tus reglas - pensó este mientras aguantaba la ganas y la excitación que le estaban produciendo aquella hermosa dama

No podia evitar contemplar al caballero de aquel aspecto señorial pero no todo era el aspecto porque podia ser cualquier cosa. Retire parte de mi cabello tras mi oreja para poderlo ver con mayor facilidad, tambien intentaba por otro medio conseguir que mi corazón calmara sus latidos por el nerviosismo. Todo habia pasado muy rapido y hasta mi propio cuerpo se habia negado en ese momento de reaccionar, yo sabia que podia pero transformarme ante los humanos no hubiera sido correcto.- Señorita..- recalco pues aun no habia llegado al termino señora.- Es todo un honor de encontrarme con alguien como usted.- Sonrie ligeramente. Ahora pense que podria tener mas tranquilidad pero aun asi no debia de confiar del todo.

Lo mire a los ojos fijamente para ver si podia ver algo en ellos pero me fue imposible, no lo veia tampoco tan malvado a pesar de ser vampiro. Por un momento pense en que iba a morderme pero no hizo intencion de hacerlo, lo mas corriente que me habian enseñado era que todo podia ser son un ser sobrenatural. Eso lo sabia hasta por mi misma que mis impulsos me guiaban a veces.- Se lo agradezco, pues tuve demasiada suerte a decir verdad, no se que me paso que me quede paralizada.- seguramente habia notado mi naturaleza de cambiaformas y no sabia si se habia extrañado que no cambiara, hasta a mi misma me habia sorprendido. Algo extraño para todos que hacia que me comiera yo misma la cabeza con que habia pasado. Sonrei mientras lo observaba, guarde la bolsa de monedas pues no queria aceptarlas.- Sera un honor pero no quiero interrumpir cualquier obligacion que tenga por hacer o si ya tenia algo planeado y se retrase por mi culpa, hasta en la misma noche puede querer relajarse y no querer ser escolta de una joven.- En parte me disculpaba por ser tan torpe como para haberme quedado quieta. Pero el camino era el camino, quizas el estaba ocupado y yo interrumpir su camino que vete a saber cual era.- Bueno si desea, mi casa esta un poco alejada, espero que no le importe.-acabe por acceder a que me acompañara asi de paso no estaba sola.

-Gracias.- le dije cuando me ayudaba a recoger mis cosas del suelo, guardandolas en la bolsa que tenia anteriormente en brazos. Me sonroje ante sus palabras pues se me habia ido parte de la tarde en lo que era las compras por curiosa.- Bueno... en si se me ha ido el dia en las compras porque estaba curioseando, no compre ningun vestido por decirlo asi... es que estaba tan entretenida que cuando me quise dar cuenta era demasiado tarde y luego paso lo que usted ha visto.- Me explique algo avergonzada. Debia de haber estado en casa hacia rato y en cambio se me fueron hasta la misma noche bien cerrada pero suponia que nadie habia reparado en que no estaba en casa, pensarian que estoy en mi cuarto tumbada. Nada mas lejos de la realidad.

Off: e pasado a una narración mas en primera persona, que creo que se me da un poco mejor

Cuando terminamos de recoger sus diversas compras que se le habían caído por la brusquedad de aquellos hombres, di un paso largo hacia atrás, asentí con la cabeza ladeada y con una ligera sonrisa y espere a que retomase el camino que debíamos coger, caminaba separado casi a un metro de distancia de la hermosa dama por dos diversos motivos. El primero era que la note un poco nerviosa y dubitativa acerca de mi presencia, y para no ponerla mas nerviosa era mejor tornar distancias, así igual se sentiría mas cómoda y tranquila. La segunda razón es que siempre he estado rodeado de gente de mi misma clase, y pocas veces había tratado con nobles de alta clase, estaba algo nervioso y no sabia muy bien como tratar u hablar a una dama de alta categoría - ¿señorita Clea?, puede tranquilizarse, no le are ningún daño, es mas en estos momento soy su..., como decirlo, su caballero de brillante armadura - comente entre risas mientras me agarraba las solapas de mi abrigo y sacaba pecho como un palomo intentando relajar la tensión. No se si ella se relajo pero yo si, tanto que me eche a reír de la estupidez que acaba de hacer.

Seguimos andando y entramos en una calle muy ancha y repleta de farolas, la luz que se reflejaba en el hermoso rostro de la dama hacia que me volviese de nuevo aquel nerviosismo - con respecto a mis que aceres..., no se preocupe en absoluto, solo estaba absorto con las vistas que obtengo de ese lugar - señale la punta de la torre Eiffel que todavía se podía divisar - y de vez en cuando siempre viene bien estirar las piernas - comente en tono risueño.

Me fije en sus bolsas y me percate de lo maleducado que era, y aunque era un poco tarde, estire mi mano y le pregunte - ¿esas bolsas que lleva, no le pesan un poco?, déjeme que se las lleve - la hermosa dama me miro con ojos indecisos - tranquila no saldré corriendo, aparte de que no me agrada vestirme de mujer - dije entre risas. Acto seguido cogí la mayoría de sus bolsas y se las lleve el resto del camino. Me costaba realmente sacar un tema de conversación serio que le pudiese interesar y me resistí a utilizar contra ella mi habilidad telepatía, ya que siempre e tenido unas pocas reglas y me gustaba cumplirlas, así que decidí investigar por el método tradicional - señorita Clea, me preguntaba... ¿que es lo que le suele gustar hacer un día normal y corriente - pregunte con nerviosismo, aunque dentro de mi cabeza estaba pensando en el por que de ese estado, y en ese momento recordé por que me gustaba moverme solo por el mundo realizando trabajos, la vida de un cazador es mejor vivirla en solitario, así no lloras ninguna muerte, o lloran por la tuya.

Por culpa de estar absorto en mis pensamientos, me fije que iba mirando al suelo en vez de a mi acompañante y por eso me di de morros contra una farola.

Cuando terminamos de recoger lo que era la compra note como se alejaba de mi y seguramente era porque no taba mi nerviosismo pero era algo que no podia evitar aparte su fuerte aroma que inundaba mis fosas nasales. Estaba en parte acostumbrada por el aroma de mi propio tio pero esto era diferente. En parte me senti un poco mal por el hecho de su distancia que habia causado sin quererlo. Cuando escuche sus palabras alce la mirada asintiendo.- Disculpadme, no estoy acostumbrada a estar con personas desconocidas y menos estar fuera de casa, siempre estuve metida en ella.- Rei ligeramente. Debia de aprender a acostumbrarme a algunas cuestiones que siempre estarian presentes, como el conocer gente nueva y estar rodeada por ellos, aunque no fueran de mi familia.

Una vida fuera de casa es lo que posiblemente me faltaba y no lo negaria, conocer algo mas de un ser de la noche hacia que fuera mas curiosidad la que creciera dentro de mi. En un momento me detuve.- no se moleste puedo con ellas.- pero no me dio tiempo a penas a negarme cuando tomaba las bolsas de mis brazos.- gracias.- agradeci por haber tomado mis bolsas pero cuando escuche lo ultimo rei.- se que no saldra corriendo ademas como mucho se llevaria las manzanas y no creo que le gusten a usted en todo caso.- rei aun mas, siendo vampiro comer manzana era muy ilogico.

Continuamos caminando mientras avanzabamos por las calles en parte estabamos por abandonar lo que era la cuidad, ya que la casa donde vivia estaba cerca del bosque por lo amplia que era y la naturalezaa de quienes viviamos en ella.- Pues en si de todo, ahora mismo me entreno para controlar mis cambios, suelo leer, escribir, tambien aventurarme en el bosque porque siempre hay algo nuevo que conocer. Intentar componer algo en el piano pero eso ya no se me tan bien.- Sonrei mientras lo miraba.

Pense que hacia cosas de alguien normal aunque en verdad no lo fuera.- Pero lo que mas es aventurarme al lago y nadar, sobretodo en las noches mientras mi familia duerme, estar sola alli me relaja y me traslada a otro lugar que... digamos solo existo yo.-Sonrei ligeramente mientras en mi mente comenzaba a aparecer imagenes de cuando estaba en el lago.- Y usted que suele hacer?.- la curiosidad crecia pues no sabia bien que hacian los vampiros cuando no estaban cazando y ahora tenia mi oportunidad.

Anduvimos una hora mientras charlavamos amistosamente y entre gracias, llegamos a un punto donde las casa eran mas pequeñas y la mayoría de un piso, poco ornamentadas, el suelo de cubierto de losas, empezaba a ser irregular y no muy llano, en una ocasión yo metí mi pie en un charco el cual la señorita Clea no hacia mas que reírse y poco después mi acompañante, por culpa del suelo casi se tuerce un tobillo, en ese momento la sujete por el brazo - señorita Clea esta usted bien _ la ayude a levantarse y nuestras miradas quedaron fijas entre ellas mientras seguía sujentandola con ligereza por el brazo - perdone, disculpe mi atrevimiento - avergonzado, y con la cara tan roja como un tomate me gire y volví a dar un paso para alejarme de la hermosa dama, volvi a girarme hacia ella, levante mi brazo indicando el camino y le pregunte - ¿continuamos?.

Continuamos caminando y llegamos a un camino de tierra bordeado por arboles, no había ninguna luz y el camino era un tanto oscuro, y me preocupaba mas si la señorita Clea podía ver el camino, mientras anadavamos tranquilamente continuamos con nuestras conversaciones - ¿a si que se escapa mas amenudo de casa eh?, espero que no les preocupes demasiado a tus padres - comente sonriente - y ¿que busca una señorita de tanta clase como usted en el bosque?. Espero que algún día me sorprenda enseñándome alguna de sus transformaciones, ¿tan difícil es? - pregunte curioso - y también espero que pueda algún día oírla tocar el piano - me estaba tomando demasiadas confianzas con aquella señorita de clase alta, en el fondo pensaba que podría pasar algo, pero luego entraba en acción mi pensamiento lógico y racional - nunca pasara nada, el es de clase alta y tu un simple peón de clase media baja - y decepcionado acabe mirando al suelo.

Aquella pregunta me hizo olvidar mis anteriores pensamientos - que, ¿que suelo hacer? - comencé a mesarme la perilla a modo de hacerme el interesante - pues.... la verdad duermo mucho comente con una ligera risa - pero cuando no estoy dormido, me gusta relajarme y investigar la cuidad desde las alturas, aunque no lo parezca me gusta dibujar, y cando estoy nervioso, aburrido y siempre cuando me levanto, entreno mis habilidades - seguimos caminando y de fondo se comenzó a ver una sombra grande, entrecerré los ojos para agudizar la vista y pude distinguir una casa, al parecer ya estamos llegando a nuestro destino.

No podia negar que muchas de sus preguntas tenia razon pero ahora mismo pensar en escaparme en si no era muy correcto mas bien tomaba lo que era la libertad por mi mano. Sabia que estaba mal pero en ocasiones era como una forma de escapar de algunos lugares que me agobiaban. El bosque para mi significaba libertad, pero no sabia como era para los demas. Quizas si estaba mal visto que una dama paseara por ellos pero pare de mi era naturaleza la cual me unia. Sonrie cuando me sujeto a pesar de que me sonroje.- No se preocupe, gracias.- se aparto un poco y me quede mirandolo. Tome un poco de aire para comenzar a responder sus preguntas.-Pues en si no busco nada en el bosque, es que mi casa esta cerca de aqui y prefiero atravesar por él, me es mas cómodo y relajante.- Pensaba que decir eso le resultaria un bicho raro pues por lo que tenia entendido las chicas de sociedad no se acercaban por aqui.

Sonrie asintiendo.- Cuando guste, en si no es tan dificil solo aprender a controlarlo, porque a veces algunos llegan a cambiar sin control por lo que son las emociones, nerviosismo o cosas asi hacen que se altere y no puedas controlarte.-comente mientras seguiamos caminando, estaba emocionada pues estabamos hablando de lo que era yo y mi forma felina.- Me transformo en tres animales grandes por asi decirlo, me viene bien para la defensa y mi padre se encarga de ayudarme muchas veces.- Desvié la mirada hacia él comenzando a mirarlo con algo de curiosidad.- Cuando guste le tocare una pieza, para mi sera un honor que escuche aunque no sea una pianista experta.- rei ligeramente mientras me acariciaba a mi misma a causa de algo de nervios pero por lo demas me habia olvidado de los peores nervios del principio.

Escuche con atencion lo que me contestaba a mis preguntas, pero seguro que algo mas que solo aburrimiento en su vida. Un vampiro marmota eso me hizo gracia y no pude evitar acabar riendo pero lleve la mano a mi boca para disimular.- Yo tambien me suelo entrenar, en si para no ser tan debil por asi decirlo, no me gustaria que me cogieran desprevenida.- miraba alrededor mientras escuchaba un silencio que se hizo, estaban cerca de la casa pero eso no quitaba que el mismo bosque se habia vuelto mudo, consiguiendo asi que la piel se me erizara en ese momento,.- que silencio.- comente. Mire nerviosa a los lados solo con los ojos, mientras avanzaba.

Me sorprendió que atajara por el bosque para llegar a casa, sabiendo lo peligroso que podía ser, pero bueno ella seguro que sabia defenderse, pero lo que mas me sorprendió fue que utilizaba el bosque para relajarse, poca gente se siente relajada en un sitio inhóspito donde puede pasar cualquier cosa, eso me hizo que me interesase mas por aquella dama de aspecto inocente - no me imaginaba a alguien que se relajase en el bosque, sabiendo los diferentes peligros que puede haber, imagino que se lo conocerá muy bien, ¿no? - seguimos conversando tan tranquilamente, hablando sobre sus transformaciones, las cuales me intrigaban profundamente el saber en que podía transformar su cuerpo o lo mortal que podía llegar a ser - y en que animales puede transformarse, vamos si se puede saber o lo guardas como un secreto.

Aunque era muy común encontrar músicos en las familias de clase alta, y solo había un tipo de música que me llamaba la atención en esta vida, pero en el fondo quería escuchar y verla tocar el piano -yo no se tocar el piano o algún instrumento si quiera, así que para mi si sera una experta - me reí ligeramente, y continuamos andando por aquel oscuro camino.

Pero como entrena un cambia formas - pregunte con curiosidad, yo aparte de entrenar tanto mi físico y mente, también sigo entrenando para mejorar en mi trabajo, perfeccionando mis habilidades. De repente se formo un silencio incomodo a medida que llegábamos al final del camino donde estaba situada el hogar de Clea, este silencio fue roto por mi acompañante que pensaba lo mismo que yo en ese momento - tiene toda la razón, esta totalmente en silencio - aunque muchas veces me gustaba la tranquilidad del silencio, en esta ocasión me apetecía charlar con ella hasta que no pudiese mas mi voz, pero todo tiene un final, y este era las grandes puertas de metal que había antes de la residencia, las puertas eran a simple vista muy resistentes, tenían una forma bellamente tratada y dejaba ver el interior que protejia, un gran jardin que al parecer rodeaba la casa con matorrales, flores de diferentes tipos, etc. Bueno señorita Abancini, creo que este es el final del viaje, espero que haya disfrutado con mi compañía - aunque me desagradaba tener que irme, no podía hacer otra cosa, tenia que comer algo y me había prohibido totalmente morder a aquella hermosa damisela, por lo que realice una elegante reverencia, me di la vuelta y empece a andar por donde habíamos venido, pero no sin antes hablarle mentalmente a Clea me gustaría verla otro día, si tiene algún problema o algo, lo único que tiene que hacer es llamarme y decirme donde esta, estaré en contacto con usted - dicho esto, continué con mi camino de vuelta.

Gire a penas para mirarlo mientras permaneciamos casi a las entradas de la casa pero sabia que se tenia en parte me gustaba su compañia y deseaba que no se fuera, tenia una charla bastante interesante y era de las pocas personas con las cuales aparte de mi familia me habia relacionado. - Bueno tampoco soy una chica corriente y no me gusta estar en sociedad como a muchas. Soy mas de estar en casa y en el bosque es lo unico en si que mas me atrae.- Sonrei ligeramente mientras lo miraba.- Bueno me transformo en Tigresa, Puma, Jaguar, en si los dos ultimos es como mi padre.- Sonrie ampliamente pues estaba orgullosa de ello, siempre se le llenaba la boca al hablar de él.

Asenti lentamente mientras seguiamos avanzando un poco en lo que eran los jardines de la casa.- Bueno cuando guste le toco una pieza y si quiere algo le puedo enseñar, eso hara que amplie sus horizontes.- Me sentia mejor el estar en los jardines porque era parte de la casa y estabamos asalvo alli siempre reinaba el silencio y eso en parte me gustaba, pero un bosque silencioso no era nada bueno en ningun momento.

Alce la mirada para verlo cuando me pregunto por mi entrenamiento.- En si es facil solo que cuesta mucho pues te enseñan a controlar tus cambios ya que las emociones tienen que ver en ellos, si te bloqueas puedes tanto cambiar como no conseguir hacerlo, si te pones nerviosa hasta el punto de volver a transformarte, sabes que nunca llegas a estar totalmente controlado entonces el entrenamiento es algo mental por asi decirlo.-Siempre habia dos formas y bueno una de las partes era esa, quizas lo mas duro era amoldar tu cuerpo para sufrir los cambios.- Otra parte es la fisica que es cuando se entrena el cuerpo tanto en velocidad como en fuerza y agilidad, nos ayuda a ser mas animal cuando llega el momento de serlo, uno mas por decirlo asi .- sonrei ligeramente mientras avanzaba con la cabeza un momento sumida en pensamientos.- Creo que es algo de lo que mas me gusta de ser felina, velocidad y agilidad pero no por ello dejo de ser una chica normal..- no me gustaba para nada verme como una normal, para mi forma de ver ser normal era poder ser uno mismo pues nadie se podia llegar a parecer a otra persona.

El paseo habia llegado a su fin pero aun era que no deseaba que acabara la noche por ello le detuve.- Por favor, hacedme el honor de pasar a tomar algo, al menos agradecimiento, no admitire un no como respuesta.- sonrie ampliamente en parte usando un poco de puchero para ver si lo convencia.- Si desea puede descansar aqui y ya mañana en la noche podra retirarse.- bien me dejaba guiar. Seguramente a nadie de la casa le molestaria pues eramos muchos y en ocasiones mi familia fijo estaba de un lado para otro.

Camine unos cuantos pasos cuando escuche aquella frase que mentalmente me sentencio, me pare en seco, mi mente decía "márchate", pero el resto de mi ser, quería quedarse y averiguar que sucedería después, si seria una noche mas de conversación, o acabaría en algo mas interesante, mi mente me seguía repitiendo una y otra vez que me fuese del lugar inmediatamente, intente hablar, pero mi voz se había perdido por algún lugar y no la encontraba, de mi boca no salia nada, ni tan siquiera un simple bufido o gruñido, tal era mi desesperación que comencé a darme la vuelta para mirarla a la cara. Poco a poco comencé a girarme, tenia la sensación de desplazarme demasiado despacio en comparación a lo que tenia a mi alrededor, los segundos parecían años, y aquel giro se me hacia eterno, en ese periodo de tiempo, mi mente lo utilizo para advertirme de que si la miraba a los ojos estaría completamente perdido.

Termine de colocarme en frente de la hermosa dama que tenia cerca, intente levantar la mirada del suelo, pero al parecer pesaba toneladas, y me costaba horrores el mero echo de mirar a la señorita a la cara, cosa que lo pensaba y parecía una autentica estupidez, seguramente daba el aspecto de un simple adolescente en estos momentos - venga tio, solo es mirarla, tu puedes - poco a poco fui levantando la mirada, empece mirando sus pies y pasando a las rodillas mientras pensaba - bien, bien sigue así - me pare un momento y acto seguido seguí subiendo la mirada llegando a sus pechos - ¡¡dios!! - pensé y cerré los ojos sonrojado como un niño y seguí subiendo - vamos solo un poco mas - llegue a su cuello, lo mire con con apetito, me relamí los labios y acto seguido me pegue un mordisco para calmar mis ganas de morder, dejando escapar un hilo de color rojo escarlata desde la comisura de mis labios, conseguí llegar a mirarla a la cara, y hay fue cuando encontré mi perdición.

Aquella mirada inocente con cara de hacer pucheros, la cabeza ladeada, dejando caer su hermosa melena castaña hacia un lado, si hubiese tenido corazón estoy seguro que se habría emocionado mas de la cuenta, con la boca seca intente hablar - esta segura de que no le dirán nada por traer.... bueno por llevar a casa a alguien como yo? - pero sin esperar respuesta, la dama abrió las puertas de su casa y me invito a entrar, no sabia que hacer, si entrar o no en aquella guarida tuve la sensación de que si entraba, no encontraría la manera de salir de allí, di un paso detrás de otro y cuando me encontré justo en el umbral de la puerta, una dolorosa punzada me golpeo justo en el pecho, haciéndome traer al presente un lejano recuerdo que hacia tiempo lo escondí en lo mas profundo de mi mente, una mano fue involuntariamente a agarrarse al pecho, justo a la altura del corazón, las manos ardían como en aquel oscuro recuerdo, la mirada perdida y la confusión llegaron a la vez, aquella situación con la misma rapidez con la que llego, se fue, imagine que fue el ultimo aviso con el que me advirtió mi mente, cosa que debería haber escuchado, pero tonto de mi, entre en la casa de la señorita Clea, pase al hall y las puertas de madera de la casa se cerraron suavemente, en el momento que esas puertas evitaron que la luz de la luna entrase a través de ellas, creo que me destino se sello y un escalofrió recorrió mi cuerpo.

Acababamos de llegar, bien se habia hecho muy tarde en el camino pero como habia sido tan entretenido ni cuenta me habia dado. Al menos despues de pasar un mal trago que te traten bien ayuda mucho a que estes mas tranquila. El nerviosismo que sentia ahora mismo no era otra cosa sino por la cercania de él. El bosque dejaba salir sonidos algo espeluznantes que hacian que cualquier piel se pudiera erizar con solo imaginarse a alguien saliendo de entre las sombras, por suerte mi oido era demasiado agudo para que fuera de tal forma. Tampoco dudaba de las capacidades de Amser quien estaba frente a mi en el momento que nos detuvimos frente a la puerta. Era bastante amplia y de buena madera. Sabia que en casa o estarian durmiendo o estarian de caza, pocas eran las veces que permanecian con gente.

No sabia si habia hecho algo malo cuando vi que habia bajado la mirada, quizas estaba como yo o era cosa mia. Me quede observandolo con la ligera rojez de las mejillas llegando a mas que era cuando note que iba subiendo la mirada, por un momento incline la cabeza para observarlo de forma curiosa, asi como una inocente sonrisa que se dibujo en mis labios, se habia hecho en silencio entre ambos. Le invitaba a entrar cuando empuje suavemente la puerta dejandola abierta de par en par. Fue cuando di un paso hacia él, estaba segura que muchas cosas le rondaban por la cabeza pero nadie habia matado a otra persona por ayudarla, en este caso que tomara una copa de sangre de las reservas de mi tio no tenia importancia. Un poco timida pero al fin de cuentas la noche comenzaba a cerrarse con algo de frio y la piel se me erizaba ante el contacto con la fresca brisa que hacia.

Asenti ligeramente con la cabeza ante su pregunta.- Pues claro que no me diran nada y menos despues de haberme salvado la vida.- estaba segura que despues de esa noche como se enteraran mi tia me haria un entrenamiento mucho mas duro que el anterior. Una pequeña sonrisa seguia en mis labios mientras lo miraba, anteriormente me fije en como su cuerpo se habia quedado marcado ante sus movimientos, seguramente de poco no seria sino habia vivido demasiado tiempo a lo que era la realidad de sus facciones.- Supongo que no te matara un momento bebiendo sangre, ademas prometo que sera fresca y no te arrepentiras.- Tome su mano cuando ya habiamos entrado llevandolo a la sala de estar donde estaba bastante iluminada gracias a la chimenea que estaba en el centro de la pared y todo la rodeaba, asi como la libreria y sus cosas. Solte su mano en el momento que estaba cerca del sofa.- puedes sentarte, voy a ir a buscarte la copa si quieres.- avance unos pasos un momento hasta llegar a la vidriera donde estaban las copas y las botellas de cristal que dejaba ver el color de la sangre atraves. Servi una copa para entregarsela. Tome asiento a su lado mientras lo observaba.- Puede relajarse tranquilamente y si necesita algo pedirlo.- Agache ligeramente la mirada.- si quieres pasar la mañana aqui por si amanece no tengo problemas, hay muchas habitaciones las cuales puedes ocupar.- lo mire con cierta curiosidad.- Teneis las facciones bien marcadas, habeis tenido una vida dura?.-

Por un momento me llego un ligero olor a sangre que no era de la copa que le habia entregado a él, baje la mirada y era mi vestido se habia manchado pero procedia de mi pierna en la zona de la rodilla me habia seguramente cortado con algo por el camino, me puse en pie.- Perdone...- trague costosamente acelerandose el corazon porque el hecho de una simple herida me ponia lo suficiente alterada como para tenerme que levantar del sofa, rasgue un poco el vestido para hacerme una atadura en ese momento, escocia bastante. Parte del vestido se abrio dejando que la herida se viera y mis manos manchadas asi como un hilo de sangre que terminaba en mi pie. Me descalce para dejar las prendas manchadas a un lado.- Creo que ... esto le incomodara por eso mejor me retiro.- se pone en pie para irse a retirar, retire la mirada avergonzada por el momento que habia hecho pasar.

Me agarro de la mano con toda la confianza del mundo, como si nos conociésemos de toda la vida, aquel acto me cogió por sorpresa; si mi cuerpo hubiese tenido color en esos momento, mi cara parecería la de un timido adolescente cuando habla por primera vez con una dama. Llegamos al salón y me hizo sentar en aquel cómodo y lujoso sofá, el calor que desprendía la chimenea, hacia al salón aun mas acogedor y tranquilo.
La dama me acompañaba se levanto para servirme una copa de sangre de su tío, algo que me suponía un mal trago, ya que no me gusta mucho coger cosas de gente que no conozco y encima ni esta presente, pero aquellos ojos...., no podía negarle algo a aquellos bellos ojos.

Cogí la copa que me ofreció sin rechistar,durante un rato observe el color rojizo del contenido, y note el dulce olor a sangre, que no hacia mas que abrirme el apetito aun mas, tan solo por el color y el olor, estaba seguro que era de bastante calidad como si fuese un vino gran reserva, pero me daba un poco de aprensión el preguntar a Clea sobre el procedimiento de este manjar, por lo que decidí darle un trago a mi copa, cuando la sangre entro en contacto con mi papilas gustativas, estas tuvieron una enorme fiesta dentro de mi boca - ¿estas segura de que esto no esta para las ocasiones especiales? - me sorprendí de lo buena que estaba, me relamí los labios saboreando los pocos restos que quedaban en ellos disfrutándolo hasta el final.

Volví a darle otro trago a la copa, pero justo en ese momento mi acompañante me pregunto sobre mi vida, me quede mirándola mientras mantenía la copa en mis labios, baje lentamente la copa y la deje sobre la mesilla de al lado del sofá, me acomode en el, y con un breve suspiro le comente amablemente - ¿una vida dura? - reí levemente - una vida es una vida, siempre va a ser dura sobrevivir en esta jungla, la diferencia radica en lo que puedas hacer con ella y si sacas algo de provecho - y de repente me fije en como se incomodo mi compañera, pensé que era por lo que acababa de decir, hasta que comencé a oler una sangre diferente a la que tenia en la copa, observe como de repente se puso nerviosa y comenzó a dar traspiés haciendo cosas sin ton ni son, rasgo una parte de su vestido para ver una herida que a simple vista no parecía gran cosa, pero sangraba y con eso me bastaba para hervir mi sangre hasta tal punto que casi tuve que golpearme para dejarme inconsciente, puse mis manos sobre las suyas cuando esta se levanto del sofá - no me incomodas, tranquila - hice que se sentase, y levante ligeramente el vestido hasta dejar ver su rodilla; realmente me puse nervioso tanto como para saltar por la ventana, pero supe aguantar el tipo respirando profundamente; me quite el abrigo negro, dejando ver la camisa y correas de la funda de cuero marrón que portaba mi arma, rasgue una de mis mangas, y la utilice para limpiar un poco la sangre de alrededor y después tape su herida poniéndola al rededor de su rodilla para que no se le infectase.

Una vez terminado, me levante tranquilamente y me fui a una ventana necesitaba alegare de ese agradable olor que provenía de su sangre, me pare a observar la luna que se dejaba ver, por su posición en el cielo, imagine que quedarían unas cuantas horas para que empezase a amanecer, tenia que salir lo mas pronto posible de este lugar, y volver a mi solitaria, segura y oscura habitación, donde no vería a esta hermosa dama y así poder relajarme.

Pensaba para mi misma cuanto hacia que no habia ocasiones especiales en la casa. El momento estaba todo demasiado diferente como para que buscara algo parecido a diversion por la casa. El mismo silencio se habia hecho por un momento y negue con la cabeza mientras lo observaba.- No te preocupes, suelen traerla para mi tio y asi este mas calmado entre nosotros, asi que ocasiones especiales no hay ninguna desde hace mucho tiempo.- Confese mientras desvie un momento la mirada, no sabia bien si era cierto o no, pero dudaba que se molestaran por tenerlo alli, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios volviendo a mirarlo.- Ademas que son poco los vampiros que vienen a la casa y por un dia nadie se ha muerto.- me encogi de hombros.

Lo mire con atencion tras escuchar lo que habia dicho, la vida dura... pues eso dependiendo para quien. Porque segun me habian dicho yo no habia tenido una vida dura porque todo era como una princesita que vivia en su burbuja que era una casa. Torci los labios como un gesto de molestia porque no sabia lo que era las cosas fueran de casa, mas bien entrenamientos alli mismo pero esa noche habia comprobado lo que podia llegar a hacer los hombres en cuanto tienen libertad. Un suspiro se apodero de mis labios mientras asenti ligeramente.- Quizas la vida depende de quien la viva no? porque no es lo mismo para ti que para mi. Es el mismo destino que puede tornarlo todo.- Sonrie suavemente mientras la mirada le seguia fijamente como si no fuera a ir a ningun lado.

Todo estaba en completo silencio y lo unico que se oia era mi corazón alli mismo y la respiracion de ambos ya que era algo involuntario. La sangre siempre era latosa y me puse bastante nerviosa cuando él se movio de su asiento para curar mi herida, me quede fijamente observando lo que hacia en mi herida, sus manos frias rozaron mi pierna y la piel se erizo. Levante ligeramente la mirada para encontrarme con sus ojos... respire a penas un momento mas agitada, el cuerpo estaba bastante tenso por la sensacion, nunca habia estado tan cercano a un hombre que no fuera de la familia y no sabia si alejarme. No estaba haciendo nada malo por ello me permiti el quedarme quieta hasta que terminara. Sabia que podia llegar a ser bastante duro para él pues la sangre era sangre y el hambre podia despertar en cualquier momento. Una vez termino de curarme me incorpore lentamente.

Lo segui con la mirada hasta el mismo ventanal donde habia ido a tomar aire, y avance un poco extendiendo mi mano pero rapidamente la encogi.- Gracias. Se que en parte si porque la sangre os da hambre y algunos les cuesta controlarse.- Sabia de vampiros lo justo que me habian enseñado de nunca estar cerca cuando la sangre aflora pero confiaba en él. Por extraño que pareciera, un desconocido pero ya no tanto como en un principio. Me atrevi a quedarme a su lado y apoyar la mano en su brazo, me incorpore un poco de puntillas a besar su mejilla.- No pense que hubiera vampiros como tu, buenos... se dice que la vampira los vuelve locos y por ello no llegan a controlarse.- Al toma su brazo lo hice semi girar para ver su rostro.- teneis hambre? puedo daros de mi si quereis.- mi mano libre la alce ofreciendole la muñeca. No sabia si lo haria o no pero mi corazón se acelero de sobre manera cuando lo sentia tan cerca. Tenia cierta curiosidad en una cosa y esta vez me volvi a poner de puntillas pero para dar un beso en sus labios sintiendo lo frio que estaban, un escalofrio recorrio mi espalda.- Perdon.. lo siento.- susurre iba a girarme para retirarme por lo que acababa de hacer, por dentro me gritaba por haberlo hecho sintiendome avergonzada.

Me encontraba en el ventanal contemplando el nocturno cielo, pensado en que aquella mujer me lo estaba haciendo pasar demasiado mal, no tenia ni las armas ni la estrategia para poder defenderme contra ella, cada vez que se me acercaba, mi cuerpo se estremecía de emoción por estar cerca de aquella dama, nunca pensé que aquellos sentimiento que guarde en el fondo de mi muerto corazón volvería a salir a la luz. Di un nuevo sorbo a la copa para calmar mis ansias, estaba tan absorto en mis pensamientos, que ni me di cuenta que la hermosa dama se me había acercado hasta tal punto de que su brazo se puso en contacto con el mio; el bello de la piel se me erizo de sobremanera, y un escalofrió recorrió mi espalda desde la parte mas baja, hasta llegar a la nuca, haciéndomelo pasar fatal, donde el simple echo de tragar saliva, me costaba una barbaridad.

Como un fogonazo mi mente volvió a su lugar de origen, estaba notando los calientes labios de Clea en mi mejilla, me quede totalmente paralizado, como si ese beso tuviese algún tipo de veneno extraño, si mi piel tuviese color, estoy totalmente seguro que en estos momentos tendría el mismo tono que los tomates. Cuando sus labios se separaron de mi piel, lo único que pude hacer fue llevar una de mis manos a mi mejilla y mirarla con cierta cara estúpida, como si fuese la primera vez que recibía un beso por parte de alguien, y para colmo, me pregunto si quería beber de su sangre, mi mente no podía asimilar este tipo de información, aquel beso hacia que mi cabeza fuese mas lenta, mas espesa que de costumbre, no sabia que contestar a esa frase; no quería morderla, ni tan siquiera herirla, pero en lo mas profundo de mi ser le apetecía, lo ansiaba con locura, quería probar el dulce sabor de su sangre. Instintivamente cogí su muñeca con la intención de llevármela a la boca, pero mi mente me obligaba a contenerme, aquella dura lucha que se estaba llevando a cabo en mi interior fue de las mas duras que estaba realizando; comente tartamudeando - n, n, no, puedo..., es mas... - cogí aire - me niego a herir a una dama tan elegante y bella..., antes me arranco los colmillos - era como un niño asustadizo, yo, siendo una perfecta maquina de matar, teniendo miedo de una damisela que salia poco de casa..., que patético resultaba aquella escena, estaba deseando que me tragase la tierra.

De repente algo que ni yo mismo me imaginaba, ni me esperaba que iba suceder, y con una facilidad tremenda, ella giro mi cuerpo, se acerco y sin decir nada me planto un beso en los labios; en ese mismo instante mis rodillas temblaron, todo lo que estaba a mi alrededor se ralentizo, estaba siendo un momento increíblemente mágico estaba deseando que durase para siempre, pero como ya es sabido, todo tiene un inicio y un final. Cuando Clea se aparto despacio, me di cuenta que en ningún momento había soltado su muñeca, esta se dio la vuelta, imagine que avergonzada, y una sonrisa tonta eh infantil se dibujo en mi cara, justo cuando iba a tirar de ella para pegarla a mi, unas imágenes atroces que provenían del pasado resurgieron de nuevo como un estruendo, mi sonrisa enmudeció y solté su mano, me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta para irme de aquel lugar lo mas rápido posible - no es aconsejable que se junte con un personaje como yo - comente mientras me dirigía a la puerta - yo solo traigo la muerte a los que me rodean - coloque la mano en el pomo de la puerta - sera mejor que no nos veamos mas - con la cabeza gacha abrí la puerta dispuesto a irme.

Todo lo que habia pasado en la noche era una prueba de lo que podia pasar despues de pisar fuera de casa. Estaba pensando en que habia sido mejor no volver a adentrarme en lo que era el mercado o en si donde habian personas, siempre habia estado acostumbrada a estar en casa con mis familiares y nadie ajeno al servicio. Pero por confiarme demasiado hasta mi propio cuerpo me jugo una mala pasada al no transformarme y poder atacarles para defenderme. Lo poco que sabia y jugaba con mis primos se me habia pasado completamente por la cabeza como si una fuerte rafaga de aire se lo hubiera llevado todo. Mi corazon latia algo mas acelerado por lo nerviosa que estuve en ese momento.

Podia notar algo extraño en el comportamiento de aquel vampiro, habia cambiado no sabia si estaba algo mas tenso o si le habia hecho algo que pudiera molestarlo, en ese momento me sobrecogi en si misma aunque intentaba que no se notara. Me mantuve alejada en ese momento mientras la mirada se fijo en su rostro y parecia tan serio que hasta mi piel reaciono volviendose aspera. No entendia porque no queria de mi sangre, acaso era asquerosa? bueno esa pregunta era mejor no hacersela quizas lo iba a incomodar.- No se preocupe, si desea puede seguir bebiendo de la que tiene en la copa.- mire de reojo a su copa por un momento observando el liquido carmin, sabia que era su alimento y con ello se aguantaban al alimentarse.

Trague saliva costosamente dejando que mji corazon latiera de esa forma, por mas que lo intentaba controlar me era imposible. Tenia que ser buena anfitriona en ese momento pero porque me costaba tanto con aquel vampiro. Le debia mi vida y su forma de tratarme me gustaba porque era sincero o al menos eso pensaba. Era por asi decirlo todo un desconocido pero muchas veces hasta el mas desconocidos del mundo acaba siendo mejor que alguien que ya conoces. Debia aprender muchas cosas quizas pero ahora mismo no sabia bien si lo estaba haciendo bien o no. Porque estaba tan extraña con él... no podia evitar que rondara eso por mi mente.

En el momento en que me aparte, pase mis dedos sobre mis labios como habia tenido en aquel momento tan cerca de mi y desbocado como un caballo mi corazon parecia salir de mi pecho, un nudo se formo en mi garganta. Parecia como si se fuera a acercar pero era algo que solo estaba en mi imaginacion porque lo vi ir hacia la puerta.- Quizas no sea aconsejable pero es lo que decido.- Trague grueso la saliva mientras luchaba por bajar el nudo que se me habia quedado ahi.-Hasta el momento ha sido lo contrario, me salvo la vida..- No sabia el porque de sus palabras pero no veia peligro alguno en él, si me hubiera querido matar ya lo hubiera hecho.-Lo siento si os ofendi... no queria que se sintiera mal.- respondi dando unos pasos hacia la puerta.- Espere.... enserio lo dice?.- pregunte alzando la ceja mientras lo miraba.- No pretendi... que quisiera huir despavorido, siento lo del beso... no volvera a pasar.- Me disculpe sin elevar la mirada suspirando.

Me encontraba entre una dama que hacia que toda mi fortaleza se derrumbase como un castillo de naipes a merced de la tempestad, y de la puerta que me daría una esperanza de libertad del embrujo de aquella mujer me había obligado a beber. Mi cabeza daba vueltas, yendo y viniendo de un pensamiento a otro con la rapidez de un rayo que cruza el cielo. Aquel movimiento era tan simple y fácil, pero a su vez era tremendamente difícil y costoso girar aquel pomo y abrir la puerta. Las piernas me pesaban como una tonelada cada una, haciendo que mis pies quedasen inmovilizados en aquel pasillo.
Mi mente decía “corre abre la puerta y sal sin mirar atrás”, pero mi cuerpo decía “quédate y averigua que hay mas allá”. En verdad no sabia a que dos de las partes escuchar. Ya que si me quedaba, podría disfrutar de la compañía de una bella mujer que me intrigaba en gran manera, pero también la podría poner en peligro por culpa de mi trabajo, podría acamar herida, o en el peor de los casos, muerta, y eso era algo que otra vez no podía volver a soportar.
Con mucha fuerza de voluntad conseguí abrir la puerta que daba a la calle, y ante mi se abrió un camino que parecía que no tenia fin. Y si quería irme de allí tenia que darme prisa o el amanecer me atraparía en medio de mi viaje a casa. Comencé a mover mis piernas con demasiada pereza, pero poco a poco llegue al umbral de la salida, echa una ultima mirada a la cambia formas que me había invitado a su casa, su cara me decía muchas cosas, pero mi mente no podía llegar a entender nada, y con la mirada gacha le dije apesadumbrado – no es por ti, te lo aseguro…, pero siempre atraigo a mi peor amante – cuando salí de la casa, cerré la puerta detrás de mi con un sonido metálico del pestillo. El pecho continuaba ardiendo, como si el propio infierno se había formado en el, con fuerza me agarre el pecho rodeando con mis dedos aquella oscura cicatriz que me recordaba quien era y que papel desempeñaba en esta representación.

Me encamine hacia la puerta del fondo que me dejaba salir del recinto, atravesé el jardín y llegue a la puerta, la abrí y salí en dirección a la ciudad. Empecé a correr poco a poco hasta que cogí mi máxima velocidad. Cuando me quise dar cuenta ya había llegado a las puertas de la ciudad de Paris, entre en la ciudad y decidí ir como siempre por mis calles habituales. Entre en un callejón estrecho y oscuro y subí a los tejados de la ciudad, y comencé a correr por ellos los mas deprisa que pude.
En el horizonte se comenzaba a divisar el tono anaranjado del sol que avecinaba el amanecer, poco a poco, el astro rey le comenzaba a ganar terreno a la oscura noche que nos protegía a nosotros los seres de la oscuridad.
Entre mi posición y mis aposentos quedaban más que nada unos cuantos minutos de trayecto a mi velocidad, pero los pájaros ya comenzó a despertar a sus habitantes con los cánticos que estos producían. Me pare al borde del ultimo edificio, desde las alturas divise la puerta de mi casa, mire alrededor para averiguar si había o no alguien y salte a la calle. Los rayos del sol empezaban a invadir las calles de la ciudad, por lo que me tuve que dar la mayor prisa posible. En pocos segundos llegue a mi casa; con un poco de nerviosismo abrí la puerta y la cerré de golpe, salí corriendo hasta el oscuro sótano para esconderme del día y dormir para olvidar lo que había pasado esta misma noche.
De repente un flash apareció en mi mente haciéndome recordar la cara de aquella hermosa mujer, con una mano me agarre la frente y con la otra el pecho y pensé en voz alta – algo me dice que no lo conseguiré tan fácilmente – y los ojos se me cerraron con una sonrisa en la cara mientras la cara de aquella dama se quedaba atada en ni subconsciente.