Decisiones sin importancia (RESERVADO)

por **Aishell Demberg** Vie Jul 09, 2010 6:48 pm

La muerte. Un reposo infinito... sin disgustos ni pérdidas. Ya estarias perdido, perdido e irrecuperable. Llevaba tiempo reflexionando sobre la vida y la muerte. El alma... el espíritu que nos da esa chispa necesaria para completar una existencia. Desde el acantilado donde me encontraba, admiré el eterno mar que lamía la arena. El puerto dejaba marchar los barcos con viajeros, que quizás no volvieran a tierra. Dejé que el aire me azotara, y me revolviera el pelo. Quería saltar y ser libre, dejar salir todo el poder que me atormentaba, sacudiendo mi mente a cada instante. Avancé un paso hacia el vacío, y observé fascinada cómo la tierra se desprendía del borde del acantilado, y caia al mar.

Qué fácil sería saltar y terminar con la vida tan patética que me azotaba. Porque elegir la vida era el camino dificil. La pasaría intentando arreglar ese trozo tonto que había en mi. Una pieza rota, que no encajaba. ¿Por qué no podía ser como los demás hechiceros? Yo tenía que ser la excepción... el peligro personificado. Una chispa, una simple amenaza y ¡chas! la mecha se prendía rápida e inapagable, haciendo estallar todo lo que había a mi alrededor sin poder salvar ni un solo palmo de terreno.

Suspiré. Estaba demasiado cansada como para seguir culpándome de aquellos errores de mi vida. Quizá aquella era la solución. Un paso más. Solo uno. Salvaría vidas... pero... ¿Y Alainn? Mi pequeño primo... el mismo que igualaba mi don (o desgracia) y que sin embargo escogió el camino opuesto. El mal... Quizás solo yo podía pararle. Di un paso hacia atrás. No. No. Era mejor librar al mundo de mi existencia cuanto antes. Volví a mirar el vacío. Mente en blanco, sangre fría. 10, 9, 8, 7...

por Invitado Lun Jul 12, 2010 5:18 am

Aquella noche me aburría de sobre manera, ningún humano era capaz de entretenerme, ni siquiera las cortesanas. Avanzaba a gran velocidad de un lado a otro sin decidirme sobre qué hacer o en que entretenerme, pasé por muchos lugares y al lado de muchos humanos que con suerte presenciaban mi presencia - Inferiores... - bufé y seguí mi camino hacia un lugar incierto.

Luego de avanzar sin detenerme llegué a un lugar donde no había estado antes, me detuve para avanzar con cuidado con mis sentidos al cien por ciento para no perderme de nada, analicé el lugar y no me costó demasiado darme cuenta donde estaba, además el olor era inconfundible y demasiado fuerte para mi nariz, era evidente que estaba en un puerto ¿Hace cuanto que no estaba en un lugar así? quizá desde que era humano...hace más de mil años atrás.

A lo lejos vi a una humana, fácil de reconocer por el olor a sangre que tenía, me acerqué algo escondido para saber que planeaba y noté que estaba al borde de un barranco, bufé, al parecer tenía la intención de suicidarse ¿Es que acaso valoraba tan poco su vida?. Para llegar a tal punto suponía que si, pero en realidad no me interesaba demasiado saber la razón. Me subí a un árbol para tener mejor vista y ahí estaba ella dudando si tirarse o no - ¿Será mejor interferir? mmm...nooo creo que no - pensaba mientras miraba a la humana de manera divertida - Quizás si deba morir, pero...será un desperdicio de comida - Nada me impedía ir a cazarla y beberme su sangre ¿Pero para qué acabar tan rápido con la diversión?

Pasaban los minutos y ella no tomaba la decisión de tirarse o seguir con vida, cosa que me estaba colmando la paciencia. Noté que necesitaba un pequeño empujón para decidirse, y qué irónico sonaba eso. Me acerqué a ella analizándola de pies a cabeza, era costumbre hacerlo - Hola - dije de manera poco cortés con una sonrisa burlona en mis labios - ¿Qué la trae por aquí? - En cierta forma esperaba que ella me entretubiera aunque fuese un poco.

por **Aishell Demberg** Miér Jul 21, 2010 5:26 pm

Quizá podía llamarlo intuición. La cuestión es que por algún motivo (seguramente ligado al hecho de que era una bruja) había presentido que iban a interrumpir mi cuenta atrás. Gruñí por lo bajo y aguardé a escuchar pisadas delatadoras tras de mi, pero me sorprendí cuando del silencio surgió sin más una voz de hombre. Desde el primer momento odié le modo en el que me habló y no tuve que girarme para saber que el individuo sonreía.

Cualquiera con un par de ojos podía suponer que yo no estaba en aquel acantilado por el placer de ponerme en peligro. Ni siquiera me giré para mirarle y procedí a ahuyentarle como hacía con todo ser humano, normalmente por su bien... otras por el mio propio. Aunque a veces había tenido que fingir estar realmente molesta para que mi intención de aislarme diera resultado, supe que la situación en la que me encontraba me facilitaría las cosas. Me irritaba la inoportuna presencia del joven y no había empezado con muy buen pie que digamos. Guardé la compostura y cerré las manos. Perder los nervios no sería de gran ayuda en aquel momento.

-Solamente buscaba un lugar para pensar mosieur- dije con el mismo tono tonto que había empleado él- Y vos... ¿No estáis un poco lejos de la ciudad? Quizá debais iros...

Escupí la frase como si fuera una gran invitación a largarse de allí. Si, estaba actuando, finguiendo de nuevo para quedarme sola, para dar a entender que no había una forma posible de razonar conmigo. Una brisa un tanto fuerte despeinó los mechones de mi pelo y despejó mi cara.

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