La última noche [Libre]

por Invitado Sáb Jul 10, 2010 2:05 pm

Un jadeo. Un suspiro. Un callejón vacío y voces a lo lejos. Sus pies descalzos se plantan en la entrada del local, buscando algo de vida ahí dentro y algo refrescante. Viste con un vestido veige que le llega más allá de la rodilla y por encima, una fina capa con capucha, que deja caer nada más rozar el picaporte de la amaderada puerta. Su cabello se torna dorado con la luz de la gigantesca lámpara de araña que cuelga del techo, mientras se dirige a una mesa libre esquivando a los pocos ebrios que quedaban por allí.

Prácticamente en un susurro, pide su copa, como siempre, atenta a los detalles. Algo interesante y sabroso, pero sin ser tan fuerte como para alguien de clase baja. Sus ojos recorren la estancia de un lado a otro, nerviosa. Por la ventana de su derecha, su mirada se detiene en el crepúsculo, que pronto dará lugar a la última luna llena del mes.

- Suerte que ya he cerrado... - comenta para sí misma, observando el gran reloj de pared de la taberna. Sus labios se entreabren para dar un sorbo a la delicada bebida.

por **Margherita A. Pellegrini** Lun Ago 23, 2010 6:10 am

Era demasiado tarde y aun no estaba en casa. Volvia del teatro en mi carruaje cuando para mi desesperacion y desgracia se salieron dos de las ruedas. No se si hubiera podido contar esto de no ser por los reflejos de mi chofer.Pero bueno, de poco sirvio porque ahora estabamos muy lejos de casa y sin mas remedio que ir andando hasta alli.-¿Pero como es posible que no revisara el carruaje antes de montar?-Grite con voz aguda y escandalizada.-Cuando lleguemos a casa informare de esto a mi padre.-dije muy enfadada y empezando a caminar sin importarme lo mas minimo aquel desgraciado chofer. Mi doncella se apresuro para alcanzarme y seguir mi paso y el chofer se quedo arreglando el coche. No le habia dado ni las gracias al cochero, no se las merecia.

Iba replicando en voz baja y moviendo las manos sin parar. Cuando ya habiamos andado cinco manzanas vi una taberna... No era el lugar mas indicado para una joven que no va acompañada como yo pero tenia que descansar un rato. Abri la puerta y di un vistazo dentro. Como suponia lleno de borrachos y mujeres no muy recomendables. Perfecto. Todos se giraron cuando entre, sonrei por aquello aunque... la situacion no merecia ninguna sonrisa. Me dirigi con la cabeza bien alta y a paso seguro a una mesa. Mi doncella que iba detras de mi se apresuro a limpiar un poco la silla donde iba a sentarme y espere que algun camarero viniera a recibirnos y preguntarnos si queriamos algo.

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