Un golpe nefasto {Alexis}

por **Elora Soulacroix** Sáb Jul 10, 2010 2:09 pm

Nueve y media de la noche; era una calurosa noche de verano y por suerte para los campesinos ellos ya habían terminado su jornada laboral por lo tanto residían en sus casas, en familia alrededor de una mesa mientras agradecían los alimentos que tomaban… la escena era tan idílica que en ocasiones podía dar hasta asco pero para ella no, adoraba ver esas cosas y más de una vez se había hecho pasar por una mendiga para disfrutar de la compañía de los humanos. ¿Por qué? Sencillamente, porque estaba sola, completamente sola en el mundo… la compañía de los criados y alguna que otra dama de compañía no era suficiente para ella – y quizás para nadie- puesto que no había ningún tipo de complicidad a todo esto se le sumaba que no pasaba tiempo en la casa familiar, la agobiaba estar encerrada entre cuatro paredes.

Frente a esta situación sus pies pusieron camino hacia la cantidad de campos y sembradíos que gozaban los alrededores de la ciudad parisina pero para su desgracia por el camino fue asaltada por un par de malhechores que habían seleccionado esa ruta para intentar atracar a algún pobre indefenso pero lo que ellos no sabían es que saldrían perdiendo…y así era; de acuerdo que tenía un carácter apacible pero no por ello era tonta así que no le costó demasiado acabar con ellos, los lanzó a una cuneta sin preocuparse mucho más. Ojo por ojo, diente por diente… o algo así había escuchado hace tiempo.

En todo el ajetreo había recibido un golpe certero en el estómago; una daga –por suerte no era de plata- había atravesado aquella parte y no se atrevía a quitarsela aún a sabiendas que su sanación acelerada la ayudaría para no desangrarse. Elora consiguió avanzar algunos metros y una vez que no pudo más se dejó caer contra el tronco de un árbol notando alguna que otra pequeña hoja caer sobre su rostro de la copa la cual estaba demasiado florida para su gusto pero seguro que sería un buen resguardo para los campesinos.

El vestido, en un principio blanco, estaba teñido de un color rojizo que poco a poco se volvía cobrizo al secarse además de haber dejado un fino hilo de sangre como rastro; ella gruñió llevando una mano a la daga pero no era capaz de tirar de esta por pavor al dolor que sabía que sentiría… de sus labios sólo salían quejidos y jadeos procedentes del dolor. Estaba comenzando a sudar además de palidecer lo que conllevaba a que estaba perdiendo bastante sangre..

por **Alexis D. Guischard** Sáb Jul 10, 2010 3:11 pm

¿Quién en su sano juicio desperdiciaría el dinero que ha usado para pagar un hotel? Definitivamente no lo haría alguien que puede darle un mejor uso a ese dinero. Y así era yo, siempre intentaba ahorrar el mayor número de monedas que me fuesen posibles. Pero de nuevo tal vez se trataba que cuando se me mete una idea no puedo evitar cumplirla. Ese día se me ocurrió dar un paseo siendo el primero después de unos largos días encerrado en mi casa con cerraduras debido a la luna llena.

No tenía un destino en especial, sólo dejé que mis pies lideraran y escogieran de manera no tan meticulosa el camino a seguir. Caminé por las calles parisinas pasando de vez en cuando algún auto y mendigos pidiendo dinero e incluso a niños gitanos robando. Recordaba que anteriormente solía hacer eso, aunque no era por mi elección, sino por mi clan. Solían obligarnos a actos que no eran bien vistos, pero que seguramente nos costaría trabajo realizar. Decían que era un tipo de entrenamiento, pero en realidad era para poder satisfacer su sed de poder y de dinero. Éramos demasiados jóvenes licántropos que sabíamos cómo robar sin ser notados y por eso siempre conseguíamos buenas cosas y más si nos tocaba la buena suerte de ver a algún inocente de clase alta o incluso de la realeza que no estuviese resguardado por gendarmes.

Era por esto que me causaba intriga la manera en que los niños realizaban su trabajo de manera impecable. La gente se daba cuenta dos calles después que algo le faltaba... muy tarde. Por suerte –o por desgracia– no fui elegido esa noche para ser robado; tal vez sería mi aspecto tan desgarbado o incluso mi apariencia ‘terrorífica’ como solían llamarla algunos.

Quería un poco de acción esa noche, pasé por un burdel y como siempre la gente se arremolinaba para poder acceder y algunos otros salían acompañados. Una media sonrisa se formó en mis labios y yo seguí mi camino, no necesitaba ése tipo particular de acción. Llegué a los sembradíos donde la gente con menor ingreso se ganaba la vida. En una de mis tantas residencias había encontrado renta en casa de un buen hombre que me había enseñado a sembrar y cosechar. No había sido algo de suma importancia para mi vida, pero se lo agradecí bastante ya que fue un conocimiento más y a ese tipo de cosas nunca le hice el feo.

Un olor característico y bastante fuerte me hizo despertar de mi ensimismamiento, miré al suelo: sangre. Me agaché un poco y mojé dos de mis dedos con la sustancia llevándola a unos centímetros de mi nariz; definitivamente era sangre. Levanté la vista y noté que el camino seguía. Fruncí un poco el entrecejo ya que aquello se me hizo extraño. Seguí el camino mientras con mi pie cubría el rastro con tierra para que cualquier posible vampiro no pudiese notar el olor después de un tiempo que la tierra absorbiese el líquido.

Metros delante se encontraba una chica que por el olor pude distinguir se trataba de una licántropa: Elora Soulacroix. Le había visto algunas veces y había escuchado que pronunciaba su nombre y una vez que alguien hacía eso jamás se apartaba de mi mente. Pude notar de manera instintiva que estaba herida –aparte de que estaba sangrando demasiado–; me acerqué rápidamente una vez hubiese cubierto el rastro. No le miré al rostro, sino a la daga que reposaba en su estómago, hice un pequeña mueca. Tomaba la daga con temor, no parecía querer quitarla, ¿temor al dolor? Era claro que era más punzante el dolor de una daga al salir que al entrar.

– ¿Podría permitirme? – pregunté tomando su mano con ademán de quitarla de ahí.

Si ella no me lo permitía no podría moverla siendo que la fuerza de un licántropo no se compara a la de un humano y tal vez en el forcejeo podría lastimarse más. Estaba perdiendo demasiada sangre y tal vez el olor podría atraer a compañías indeseadas y eso era lo que menos quería. Los chupa sangre se ponían bastante agresivos si una presa les era arrebatada y era lógico que yo no permitiría que esa chica fuese el próximo almuerzo de una sanguijuela.

por **Elora Soulacroix** Sáb Jul 10, 2010 3:34 pm

Sin duda alguna Alexis había sido más prudente que ella al mezclar la sangre con la que se había topado junto con la tierra lo que hacía que el olor se difuminase bastante y además el líquido cobrizo bajase de temperatura llegando a enfriarse, a ningún vampiro le gustaba la sangre fría y menos aún no en buen estado. La mujer no estuvo sola mucho tiempo más sola ya que casi sin darse cuenta la presencia de Alexis se posó delante de ella con agilidad… sus sentidos prácticamente estaban ahogados habiendo bajado así de rendimiento para alguien de su raza todo esto debido a la pérdida de sangre, de aquella sustancia tan deseada para algunos y odiada por otros…

La mujer sólo necesitó pestañear un segundo para asociar un nombre al rostro del muchacho, lo había escuchado alguna que otra vez además de haber podido observar si figura habiendo captado sus movimientos y algunos gestos, todo esto gracias a la memoria fotográfica de la gozaba aunque a veces se arrepentía… era un desastre recordarlo absolutamente todo y no poder evitar comentar esos detalles que hacían que se saliese fuera de lo normal y más de una vez fuese observada por la alta sociedad con cierta desconfianza que sólo quedaba en eso.. una mirada mal dada por alguna que otra mujer y hombre de caracteres cerrados.

Tuvo que coger una bocanada de aire, hasta sentía que no podía respirar de la ansiedad que estaba teniendo, para terminar de asentir a la vez que llevaba una mano al brazo de él como forma de aferrarse a algo mientras se mentalizaba del dolor que iba a sufrir cuando sacase aquel afilado metal del interior de su delgada figura.

“No te va a doler”

Ese fue su pensamiento e inmediatamente sus parpados se cerraron con firmeza, presionando a la vez que la mandibula se tensaba lo suficiente como para no hacerse daño; no conseguía relajarse aún a sabiendas de que así le dolería ligeramente menos. Por otro lado, las gotas de sudor descendían por su frente de forma tan lenta que parecían hasta no querer brotar… el vestido sencillamente estaba como para arrancarlo de cintura para abajo junto con las zapatillas fabricadas con simple tela blanca…a cada momento que pasaba se tornaba más blanca pronto estaría al límite que su tensión podía aguantar sino le quitaba la daga pronto y la sanación acelerada actuaba, por desgracia la perdida de sangre seguiría presente.

por **Alexis D. Guischard** Sáb Jul 10, 2010 3:58 pm

Pude notar su nerviosismo, cualquiera lo notaría; era como si fuese a morir por el dolor que la daga desgarrando su carne para salir pudiese llegarle a hacer sentir. Se aferró a mi brazo con un poco de fuerza, aunque no la suficiente para que me doliese, y así me dio campo libre para poder quitar la cuchilla. La noté tensa y eso me causó demorarme un poco, tenía que hacer que se relajase un poco porque si no lo hacía el hecho de que sus músculos estuviesen contraídos sería un agravante para el dolor.

– Relájate – susurré.

Limpié con la mano libre un poco del sudor que parecía no querer abandonar a su dueña. No podía aguardar más ya que si lo hacía la pérdida de sangre sería peor y el dolor pasaría a ser segundo plano –que de hecho ya lo era–. Con un rápido movimiento despojé a su cuerpo del metal esperando que su reacción no hubiese sido tan extrema.

Varias preguntas llenaron mi mente mientras que hice caso omiso a su respuesta. ¿Cómo es que había llegado a hacerse esa herida? No había notado nada diferente, tal vez sería que no estaba demasiado atento a las cosas de mi alrededor sino hasta que ese olor me había ‘interrumpido’. ¿Por qué sería que cuando era necesario notar los detalles no lo hacía y cuando quería dejar de notarlos no podía? Mi mente era un desastre de nuevo y yo ya no sabía qué podía hacer para cambiarla.

Tal vez me ofrecería a algún experimento para que pudiesen sacarme el cerebro y así dejar de pensar, sentir y recordar con tanta vivacidad todas las cosas que me pasaban. Jamás olvidaría este momento ni ningún otro y eso me desesperaba al punto de la locura. Afortunadamente no solía ser una persona que se dejase llevar por ese tipo de cosas sino ya estaría en el manicomio o incluso en el calabozo por haber cometido alguna locura. Agité un poco la cabeza para salir de mis pensamientos y prestar atención a la chica pálida que se encontraba frente a mí.

– ¿Mejor? – pregunté simplemente.

por **Elora Soulacroix** Sáb Jul 10, 2010 4:49 pm

La mano que se colocó sobre su brazo apresó suavemente aquella parte de su piel manteniendo las yemas de los dedos planas para evitar clavarle las uñas en el momento que tirase, con lo afiliados que las tenía no era difícil perforar la tela por la presión y luego la fina piel del muchacho de su misma especie que ahora iba a salvarla de morir desangrada en aquel campo para terminar siendo recogida por los campesinos y enterrada en cualquier hoyo pasando a no ser nada en la vida.

Elora suspiró intentando relajarse pero no…no podía relajarse lo más mínimo ya que la situación hacía que su respiración aumentase al igual que sus nervios algo poco favorable ya que así la sangre saldría con más rapidez llegando incluso a formar un pequeño charco de sangre, sangre caliente a simple vista pero un aperitivo para un vampiro algo que se debía evitar llegando a la conclusión que una vez la daga ya no estuviese atravesando su cuerpo la muchacha tendría que alejarse lo suficiente del lugar, si es que podía.

Sentir el tacto de la mano de Alexis la reconfortó de grata manera haciendo que por una décima de segundo sus pensamientos abandonaran el lugar,sin duda recordaría durante mucho tiempo la suavidad de su piel además de cada una de las pequeñas hendiduras que la conformaban, sin embargo,toda aquella situación desapareció en el momento en el que el metal salió de su figura… la respiración se le cortó un segundo para luego comenzar a actuar la sanación acelerada produciendo a que en quince segundos la herida estuviese cerrada comenzando a cicatrizar. En cuestión de un minuto no habría marcas aunque la pérdida de sangre seguía presente puesto que su don sólo afectaba a músculos, huesos…

El silencio cubrió el lugar en su totalidad, la mente de ella se quedó en blanco y no pudo reaccionar hasta que el sonido de las palabras de Alexis cruzaron sus timpanos haciendo que abriese lentamente la mirada verde esmeralda a la vez que suavemente soltaba su brazo como si temiese caerse o volver aun estado de absoluta ignorancia.-Sí.-La voz sonó temblorosa,temerosa y poco después la mirada cayó suavemente hacia delante para observar que no había herida ninguna sólo tela rasgada y sangre; mucha sangre.

No supo que decir, ni que hacer, ni como reaccionar es más a veces pensaba que todas aquellas situaciones le ocurrían porque pasaba poco tiempo en sociedad socializando y demasiado en el bosque hablando con la nada y observando animales los cuales recordaba diariamente. Finalmente, Elora suspiró lentamente y miró a Alexis clavando la mirada esmeralda en él; aquellas orbes verdosas demostraban una permanente tristeza inexplicable pero en el fondo una suavidad inmencionable…- Gracias...-Murmuró sabiendo que lo escucharía.

por **Alexis D. Guischard** Sáb Jul 10, 2010 8:28 pm

La voz de Elora fue débil y temerosa. Seguí su mirada para notar que la cortada ya no estaba ahí; sonreí un poco. Definitivamente sólo se trataba del miedo al dolor, no había algo más allá, seguramente. Teníamos que salir de ahí o sino alguien indeseado podría acercarse y eso empeoraría las cosas. Podría ser que su herida hubiese sanado ya, pero el hecho de que había perdido demasiada sangre sólo hacía que todo fuese peor.

Esperé a que reaccionara mirando sus ojos aunque ella no lo hiciera. Al final la noté reaccionar clavando sus esmeraldas en los míos y agradeciendo levemente. Sonreí levemente y la tomé de un brazo con delicadeza para ayudarle a incorporarse adecuadamente.

– Agradéceme cuando nos alejemos de aquí –

De nuevo me ayudé de tierra para cubrir la sangre que se había encharcado ahí produciendo un olor horrible, por lo menos para mí. Siempre odié el olor de la sangre y sobretodo la humana –o casi humana–. Ya que el olor se hubiese disipado un poco me fijé de nuevo en la chica que definitivamente no se veía muy bien. En ese momento me pregunté porqué tenían que pasarme ese tipo de cosas a mí y no a alguien más. Aunque también agradecí el hecho de que hubiese sido yo quien la encontró y no un chupa sangre.

– ¿Puedes caminar sola o prefieres que te cargue? – pregunté.

Prefería ir a paso rápido y llegar a algún lugar donde Elora pudiese lavarse ya que los vampiros podrían olernos si no nos dábamos prisa. Le miré atentamente y luego bajé la vista a su vestido que estaba empapado de sangre. Hice una mueca, eso ya no serviría después, pero bueno, era lo que menos importaba, por ahora lo principal era alejarla del lugar.

– ¿Queda lejos tu casa? –

Tal vez estaba haciendo demasiadas preguntas –¿tal vez?–, pero eran necesarias para poder atender como era debido a la chica. Había perdido mucha sangre y seguramente no se encontraba en todos sus cabales. Una buena siesta lo haría todo mucho más fácil y llevadero, así como una buena merienda. Miré alrededor para cerciorarme de que ninguna sanguijuela se encontrase cerca y para suerte no pude percibir ninguna presencia que fuese alarmante. Me dediqué a esperar lo que ella desease hacer. Si ella deseaba que yo la dejase en paz y me largara por donde había llegado lo haría, pero no sin asegurarme primero que se encontraba bien del todo sino después no podría con la culpa y el remordimiento.

por **Elora Soulacroix** Dom Jul 11, 2010 3:29 am

La mujer notó como la ayudaba a levantar; su mente decía que podía caminar sola pero al levantarse una de sus rodillas falló levemente teniendo que continuar apoyada en él para no caer hacia delante y hacerse daño aunque, ¿Cuándo o se hacía daño? Nunca, y ahí estaba una prueba de ello… más que ser una loba parecía un cordero del cual siempre había que estar vigilando para que este no fuese devorado, sonaba tan irónico cuando se sabía que a fin de cuentas la depredadora ella era.

-Ya has hecho suficiente, Alexis.- Dijo ella suavemente con un deje de agradecimiento ala vez que le dedicaba una suave sonrisa única como las que solía dedicar alas personas; es más ella consideraba que nunca había una sonrisa igual todas tenían algo distinto dependiendo de la persona a la que fuesen dirigida. Dudó un poco de decir el nombre del muchacho pero no pudo evitarlo ya que salió sólo de sus labios al recordar el rostro del muchacho.- Más de uno me habría dejado morir desangrada, o algo peor…- Esa última puntilla sonaba mal, muy mal…pero no era para menos.

La mujer dio un par de pasos pero no pudo; la perdida de sangre aún tardaría en recuperarse no tanto como un humano pero sí bastante para alguien de su raza; aún estaba algo pálida aunque las gotas de sudor habían cesado a la vez que se pasaba una mano por el rostro intentando aclararse ella misma… donde antes estaba cicatrizando la herida ahora mismo no había nada como si en aquel fragmento de piel no hubiese ocurrido absolutamente nada pero la daga ensangrentada decía todo lo contrario junto con la sangre que manchaba el vestido y parcialmente sus manos.- Sino te importa…- Murmuró con un deje de vergüenza aunque interiormente se moría.

La pregunta hizo que se lo pensase unos instantes:- Sí, los campos en los que vivo están en el otro lado de la ciudad parisina, tendríais que atravesar toda la ciudad pero…- Parpadeó un instante, recordando y haciendo un pequeño paso en el tiempo hacia atrás recordando que por el camino había visto una granja aunque claramente ocupada.- En la entrada del camino hay una granja habitada por humanos, podríamos acercarnos e…-Parpadeó tosiendo levemente.- Inventar cualquier cosa para que nos ayudasen, suelen ser comprensivos.- Concluyó.

Las orbes verdosas se pusieron suavemente en su mirada como si temiese mirarlo demasiado y recibir algún golpe algo que le había ocurrido más de una vez pero no por ello quedaba marca alguna salvo el recuerdo grabado a fuego en su mente; tuvo que coger una bocanada de aire pensando que el olor a sangre la disgustaba horrores además esa esencia parecía quedarse de forma perpetua en sus fosas nasales.

por **Alexis D. Guischard** Dom Jul 11, 2010 3:14 pm

Me sorprendí un poco al escuchar mi nombre saliendo de sus labios, pero de inmediato me recuperé. Era perfectamente posible que hubiese escuchado mi nombre en algún lugar, no era yo el único que estaba atento a cosas tan mínimas como esa; tampoco era algo por lo que sorprenderme de esa manera así que evité hacerlo notar. Sólo le escuché atentamente, sin responder ni interrumpir. Argüir sería un error y una pérdida de tiempo, cosa de la cual no podíamos darnos el lujo de cometer.

Aceptó que la cargase e ignoré su timidez, no era el tiempo ni tampoco las circunstancias daban paso a que yo bromease con ello. Lo normal sería cargarla como ‘novia’, pero tal vez sería que me parecía muy cliché o yo qué sé; a veces mis motivos no eran tan profundos –o tal vez lo eran demasiado– como para estar indagando sobre ello. Me dí la vuelta y me agaché indicándole que se subiera a mi espalda, ¿sería ese un acto bestial? De nuevo empezaba a sacar conclusiones que no debía, así que opté por concentrarme en la voz de Elora. Ya que hubo estado sobre mi espalda me enderecé un poco aunque no demasiado para tener un punto extra de apoyo; rodeé sus piernas con mis manos tal vez sin cuidado, pero, repito, no era el tiempo para estar preocupándose por pequeñeces.

“Sí, los campos en los que vivo están en el otro lado de la ciudad parisina, tendríais que atravesar toda la ciudad”, alcé levemente una ceja. ¿Qué habría estado haciendo hasta el otro lado de la ciudad?, y aún peor, ¿a estas horas? Venga ya Alex... debía dejar de buscar el por qué a cada cosa que pasase.

– Buena idea – murmuré al tiempo que comenzaba mi andar.

Caminé un tanto rápido –tal vez demasiado– ya que el dolor ya no era factor importante. Incluso aunque lo fuese hubiese apurado el paso ya que las prioridades en mi mente eran distintas –tal vez– a las de Elora. Cuando hube percatado el frente de la casa aminoré el paso un poco.

– Veamos qué tan ‘generosos’ son – susurré más para mí mismo.

Toqué la puerta tal vez de modo un poco desesperado, pero no porque lo estuviese, sino por que normalmente la circunstancia en la que nos encontrábamos lo requería. Después de algunos sonidos entre los cuales se incluía el de un gato –odiaba los gatos– un hombre –más bien anciano– de no más de un metro sesenta abrió la puerta. Sus ojos escondidos detrás de unas gafas me miraron y se abrieron de manera descomunal –tanto que pensaba que se le saldrían de las órbitas–. Salió corriendo hacia la cocina trastabillando un poco en su camino. Parpadeé varias veces tratando de asimilar la situación y asomé un poco para intentar ver más allá, pero me resultó imposible así que preferí esperar, algo que no me agradó ya que no podía perder más tiempo. Bien Alexis... ésta era la acción que querías, ¿no es así? Bufé un poco para callar mi plática interna, no necesitaba de eso.

– ¡Mujer, mujer! – le escuché gritar – ¡hay un monstruo en nuestra puerta! –

Su voz reflejaba el pánico que sentía, pero, ¿por qué? Se suponía que la gente normal no sabe de la existencia de seres como nosotros. Después de unos minutos de plática sin sentido entre una mujer y el hombre pude notar que una mujer –anciana...– se acercó con andar lento, casi desesperante. Se situó en la puerta y sacó unos lentes que tardó años para mí en colocarse ya que la señora temblaba demasiado, ¿tendría una enfermedad? Nos miró por unos segundos que me parecieron eternos.

– Perdonen al viejo – dijo y miré por sobre su hombro, el viejo nos miraba apenas asomándose desde la cocina – tiene sus años y asegura haberse encontrado con bestias parecidas a un lobo anteriormente – su voz temblaba al igual que sus manos, rió – está más loco que una nuez... pasen –

Se hizo a un lado cediéndonos el paso y no dudé en obedecer a sus palabras. La mujer no tenía idea de qué tan acertado estaba el viejo y yo me sorprendía que hubiese sobrevivido ante un ataque de uno de nuestra especie en un momento de frenesí. La anciana notó la sangre –al fin– y soltó un grito ahogado que fue acallado por el sonido de sus lentes golpear el suelo que para mí fue demasiado fuerte y sólo hice una mueca. ¿Con qué habría golpeado para sonar de esa manera?

– Pequeña... estás herida... –

– Disculpe, ¿tendría una habitación que pueda prestarme?, y, ¿podría usar su baño? – pregunté mirando alrededor.

La anciana me miró, casi con terror. Seguramente se debía a mi pasividad por el asunto.

– ¿Cómo puedes estar tan...? – no terminó la frase ya que empezó a balbucear rezos y demás cosas que no necesitaba en ese momento.

– Si entrase en pánico todo empeoraría, prefiero mantenerme en calma y pensar de manera más centrada –

– ¡María! – gritó la mujer y escuché un ruido desde arriba – ¡prepara el baño! –

Un leve ‘Sí’ salió de arriba de las escaleras y después unos pasos. La anciana volvió a mirarme, pero esta vez con cierta desconfianza. ¿Qué quería? Definitivamente mi profesión no era ser actor ni siquiera era un hobby ni tenía intención de que lo fuera. Escuché que la chica de arriba llamada María indicó que podíamos subir.

– Debemos atender sus heridas – dijo la anciana acercándose a lo que yo me alejé y ella se detuvo.

– No es necesario... es muy tímida, es mejor que yo lo haga, pero agradezco la intención –

Subí las escaleras rápidamente y entré al baño cerrando la puerta detrás de mí. Me agaché nuevamente y solté el agarra de Elora para que pudiese moverse con libertad. Volteé a verla y luego a su vestido. El baño estaba listo como había dicho la chica... pensándolo bien, ¿cuál chica? No había visto a nadie en el trayecto del piso anterior al baño. Agité levemente mi cabeza regresando al momento.

– Será mejor que te des un baño, yo saldré a ver que nos presten unas cuantas vendas y ropa limpia –

No le expliqué nada más y salí del baño dejándola sola.

Off: Lamento la longitud y si controlé tus acciones (el que aceptases subirte a mi espalda), si te parece que tú no hubieras hecho eso cámbialo en el siguiente post y yo modificaré el mío. Prometo que el siguiente será más corto.

por **Elora Soulacroix** Lun Jul 12, 2010 3:57 am

Elora lo hizo caso subiéndose a su espalda con firmeza pasando las piernas alrededor de la cintura del hombre haciendo la suficiente fuerza como para no caerse pero tampoco para hacerle daño a él; sus manos se posaron alrededor de sus hombros levemente la mejilla se apoyó en el hombro de él… había que decir que Elora era completamente reacia al contacto no le gustaba que le tocasen la mayoría de veces sobretodo si se trataba de desconocidos pero en este caso la situación era completamente distinta al igual que el muchacho. La mirada verdosa se paseó por la curva del cuello de Alexis ascendiendo por una oreja hasta parar en el cabello negro azabache de él…¿Qué estaba haciendo? No era el mejor momento de fijarse en él pero por unos segundos no pudo evitarlo durante esa fracción de tiempo terminando por apartar la mirada hacia un lado.

La licantropa observó todo aquel espectáculo desde los hombros, sin moverse lo más mínimo ni mirar a nadie sólo se dedicó a acaptar las voces de aquellos dos ancianos junto con los golpes provenientes de ambos aunque hay que decir que las primeras palabras del hombre la asustaron levemente, ese hombre no estaba tan…equivocado. La mujer fue un tanto más amable y pareció preocuparse bastante ofreciéndose incluso a hacer las curas pero por suerte Alexis saltó antes argumentando que era tímida, menos mal porque sino en el momento en el cual viese que no había herida ese sí sería un momento de puro pánico.

La situación, como era de esperar, se puso a nuestro favor siendo guardados por el amparo de ambas personas que no podía imaginarse nada de lo ocurrido, no había ningún indicio… finalmente, él llegó al baño lugar que la agobió nada más verlo por la estrechez que se respiraba entre aquellas paredes pero no se podía esperar más de unas personas de aquella condición.- De acuerdo…- Murmuró la mujer observándolo salir y una vez la puerta se cerró llevó la nariz a sus brazos notando la esencia ajena del hombre, ¿Cómo podía tener un olfato como aquel? Era tan antinatural, como ella sin duda alguna. Antes de comenzar a desvestirse necesitó coger una bocanada de aire para tranquilizarse, posteriormente se desvistió con presteza dejando caer primero los zapatos, luego el corsé y para terminar todas las absurdas telas que la quedaban.

La sangre ya se había secado en su mayoría al haber sido absorbida por la tela, ya sólo quedaban manchas de ese líquido cobrizo en sus brazos, cabello y rostro además de las manos que era más que obvio… no tardó demasiado en acercarse al barreño de madera de gran tamaño que conformaba la bañera y el cual estaba a rebosar de agua tibia. Se introdujo en el interior sumergiéndose un instante para luego coger una pastilla de jabón y comenzar a limpiar toda la sangre de forma suave pero continua. No tardó demasiado en irse toda la sangre aunque lo llamativo era el color que había adoptado el agua lo cual le dio cierto repelús saliendo al poco de esta a medida que el barreño se vaciaba con una lentitud que podía crispar los nervios de cualquiera.

Elora cogió una toalla con la cual se secó sin problema alguno terminando por enrollarla alrededor de su cintura, haciendo un nudo a la altura del pecho a medida que cogía las ropas dejándolas en un rincón hechas una bola como sino quisiese verlas ni por asomo cosa que era cierta; luego buscó un cepillo comenzando a cepillar aquellos cabellos que pronto se secarían formando leves ondulaciones que adornaban aquella melena… ahora sólo se dedicó a esperar que entrase Alexis con algo de ropa.

Off: No te preocupes, el post está genial y la acción es lo de menos.

por **Alexis D. Guischard** Mar Jul 13, 2010 7:03 am

Ya estando fuera del baño y sin tanto estrés miré alrededor memorizando los alrededores de manera inconsciente. Pude notar entonces una cabeza asomándose desde una habitación y escondiéndose al instante. Fruncí levemente el ceño ya que esa actitud se me hizo un tanto extraña; me acerqué lentamente y toqué un par de veces la puerta abierta con mis nudillos, siendo cortés.

– ¿Puedo? – pregunté con voz queda.

– Pase... – escuché una leve voz.

Me adentré al cuarto al cual le hacía falta luz. Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad pude notar una silla frente a una cama sin mucho chiste; una mesa de noche estaba junto a la cama. No había nada más en la habitación, lo único que notaba que podría descuadrar en la escena tan simple eran las ropas que se encontraban sobre la silla. Iba a voltear la mirada hacia la derecha, pero un grito ahogado me forzó a detenerme.

– No mire... sólo... tome las ropas que están sobre la silla y váyase – la voz sonaba temerosa.

No quise indagar mucho más sobre el asunto ni intentar iniciar una conversación con la chica por lo que hice lo que me indicó. Las ropas eran limpias y tenían buena pinta... no se acercaban a la calidad de lo que tenía Elora anteriormente puesto, pero servían para lo mismo. Miré las ropas por unos momentos y luego me dí la vuelta, deteniéndome en el marco de la puerta y mirando por sobre mi hombro a nada en especial y tal vez posándola sobre las sábanas ‘limpias’ de la cama; aunque no estaba muy seguro ya que en realidad no las estaba mirando.

– ¿Dónde puedo conseguir vendas? –

– En el baño hay un estante... ahí se encuentran las vendas y medicamentos –

Asentí levemente con la cabeza a modo de agradecimiento y me acerqué a la puerta del baño. Tal vez estaba siendo demasiado paranóico, pero el lugar no me agradaba demasiado y pensaba que tal vez hubiese sido mejor llevar a Elora a su casa cosa que, claramente, era una locura; aunque lo fuese estaba seguro que algo andaba mal. No solía ser una persona que aceptase ayudar a los demás de manera tan fácil –en realidad sí lo era– y si llegaba a aceptar era difícil que hiciera demasiado –eso sí era cierto... en parte...–. Era por esto que el hecho de que pensase que tal vez hubiese sido una mejor idea cruzar la ciudad entera para llevar a una mujer con pérdida de sangre a su casa que haber entrado a una casa desconocida no era algo que debiera tomarme a la ligera.

Decidí que debía dejar que Elora se cambiase y sacarla rápidamente de ahí ya que algo me olía mal, tal vez eran sólo mis nervios, pero no podía fiarme aún así. ¿Sería que la chica era tan temerosa que me hacía dudar? No podía estar seguro y tampoco podía seguir soñando despierto. Toqué la puerta un par de veces esperando respuesta.

– Soy Alexis – afirmé para que supiese de quién se trataba – ¿puedo pasar? – pregunté finalmente.

por **Elora Soulacroix** Mar Jul 27, 2010 4:25 am

La toalla permanecía a la altura de su pecho el cual se hinchaba y deshinchaba lentamente al ritmo de su respiración la cual parecía tranquila pero realmente era tensa por el hecho de estar encerrada entre cuatro paredes; quizás por eso su casa era tan grande y aún así pasaba poco tiempo en el interior de ella puesto que prefería pasear por la capital Parisina. A fin de cuentas ya no sólo la agobiaban los lugares cerrados sino hasta aquellas ropas que se ceñían por un corsé a su femenina figura, los modales… absolutamente todo hacía que en lo más hondo se desquiciase pero de cara al público mostrase una leve sonrisa en la que poco se podía descifrar.

El olor de Alexis sacó a Elora de sus pensamientos haciendo que voltease la mirada hacia la puerta a sabiendas de que se acercaba, el licántropo tenía una característica esencia que los diferenciaba del resto y eso a ella le gustaba quizás demasiado. Suspiró pesadamente llevando un dedo a su nariz y presionando levemente intentando eliminar aquello cosa que era imposible pero más le valía intentarlo así se levantó y alargó una mano hacia puerta esperando el momento en escuchar su voz, voz que había almacenado en su memoria de forma duradera…cuando tocó Elora abrió la puerta asomando la cabeza y fijando sus ojos verdes en él para hacerle un gesto que pasase, suavemente.-Claro.-Murmuró cerrando la puerta una vez se introdujo en el interior del baño retirándole de las manos la ropa para desplegarla sin mucho miramiento ni le importaba la calidad ni la tonalidad, no era de ese tipo de mujer y eso se veía a leguas.

La mujer pudo notar un deje de nerviosismo en Alexis, quizás sólo fuese cosa suya pero no podría evitar preguntar ala vez que giraba colocándose de espaldas al muchacho de cabellos azabache.- ¿Qué ocurre? Y no mires.- Preguntó a la vez que le advertía una vez de espaldas, soltando la toalla y comenzando a vestirse entreteniéndose levemente con el corsé que por suerte no apretaba tanto como los suyos cosa que la reconfortó a medida que sus manos pasaban con presteza las cintas de su espalda, ajustándolo a su figura. En lo que respectaba al baño, la bañera tenía una capa de sangre, las telas que conformaban su vestido sucio estaban amontonadas y en el resto de la estancia no sabía sangre sólo una fina capa húmeda procedente de la humedad del baño que ascendía por las esquinas, menos mal que los de su raza no podían enfermar porque en el fondo aquello era un foco de infección.

En la casa se respiraba un silencio impactante, era cómo si en el momento en el que ellos habían entrado todo el mundo se hubiese callado; no se escuchaban pisadas, chillidos, voces...absolutamente nada sólo de vez en cuando algún crujido natural de la madera que estaba levemente levantaba de la humedad, antiguedad y mala construcción pero era más que obvio para una casa de aquel tipo aunque ella no se quejaría, le parecía perfecto dentro de su imperfección.

por **Alexis D. Guischard** Mar Jul 27, 2010 6:47 am

Me introduje en el baño cuando ella me lo indicó y extendí las ropas hacia ella, volteándome al instante, encarando la puerta. Escuché el leve sonido de la tela rozar mientras ella se cambiaba. Había escuchado su pregunta, pero todavía no la respondía, no quería preocuparla más y tal vez sólo eran mis nervios. No se escuchaba ningún sonido lo que se me hizo extraño; era una casa antigua y todos los sonidos se deberían escuchar amplificados. Ya basta Alexis... estás siendo demasiado paranoico, detente de una buena vez...

– No es nada... – respondí levemente – y no miraré – le aseguré.

Estaba sintiendo que el tiempo que estaba tardando en vestirse era eterno. De verdad que tenía que calmar mis nervios, aunque lo que más me preocupaba es que ya me había pasado algo así antes y casi nunca fallaba. Miren que para que yo diga la palabra ‘nunca’ es difícil... así que eso me preocupaba en sobremanera. ¿De verdad debía haberla llevado a otro lado? Recorrer las calles con ella sangrando sólo hubiera sido una locura ya que París estaba repleta de vampiros y seguro no nos dejarían en paz.

Repasé en mi mente el olor de los ancianos; no me parecían seres diferentes, eran humanos, de eso estaba seguro. Ahora, la chica era humana también, aunque había algo que... no sé. Pasé una mano por mi rostro, intentando dejar de pensar demasiado aunque era imposible para mí.

– ¿Estás lista? – pregunté finalmente.

No solía tener tics a la hora de esperar a alguien, pero esta vez mi pie estaba repiqueteando contra el suelo produciendo un sonido desesperante. Era precisamente por eso que no solía hacer ese tipo de cosas, me desesperaba el sonido. Los licántropos teníamos el oído mucho más agudo que los demás y precisamente por eso era que se me hacía extraño que no se escuchaba absolutamente nada en esa casa. De verdad que quería salir corriendo de ahí... no estaba asustado, estaba nervioso y más que nada por Elora que se encontraba débil.

Aún estando un tanto impaciente intenté no mostrarlo demasiado, pero estaba seguro que Elora lo notaría. Aunque no me conociera seguro se daba una idea de cómo era yo normalmente y esto no era normal. Tenía que calmarme y dejar de pensar en ello ya que seguramente eran sólo supersticiones extrañas –sí, claro–.

por **Elora Soulacroix** Mar Jul 27, 2010 7:29 am

Off: Me he tomado la libertad de que cunda un poco el pánico. Lo sé, lo sé... voy a acabar con el pobre Alexis xDDD

Una vez comenzó a vestirse observó de soslayo a Alexis fijándose sobretodo en el cabello azabache de corte corto, era el típico cabello que era idóneo para coger entre los dedos y tirar hacia atrás mientras de los labios salía un quejido de dolor; al pensar aquello necesitó ahogar en sus labios un quejido puramente animal…¿Cómo podía pensar en aquellas cosas en ese momento? Y es que por pensar en eso poco más y pisa la tela de su propio vestido pudiéndose haberse propiciado un golpe pero por suerte fue rápida de reflejos.- No, no mires no vaya a ser que se me caiga el niño…-Bromeó en todo aquel ambiente colocando los ojos en blanco un instante para cerrar el vestido el cual ya estaba amoldado a su figura.

-Casi.- Murmuró Elora frunciendo el ceño, el sonido del pie del hombre golpear el suyo la puso nerviosa, lo suficiente como para coger a Alexis de un hombre, voltearlo hacia ella y colocar un pie desnudo sobre el de él para que el ruido cesase y así intentó hacer malabarismos para ponerse uno de los zapatos ya que sólo le quedaba eso es más incluso antes de que hubiese llegado él ya se había peinado así que sólo le quedaba colocarse aquellas cómodas sandalias.- Me pones nerviosa.- Siseó mirándolo de soslayo para terminar de colocarse la zapatilla sin bajarse de pie para no arriesgarse a volver a escuchar aquel carismático sonido.

…Quizás las paranoias de Alexis no fue sólo eso ya que un sonido de demasiadas pisadas, lentas al parecer, perforó los tímpanos de ambos licántropos añadiendo que no eran del interior es más dentro no se escuchaba nada sólo fuera y era cómo si estuviesen rodeando la casa pero ¿Para qué? ¿Y quién? O mejor dicho… ¿Quiénes? Segundos más tarde se precipitó el olor a quemado que fue seguido de los gritos de aquella mujer que tan amablemente se había prestado a darles de cobijo para ayudar a ambas personas. A fin de cuentas, la situación era sencilla: el hombre había sacado a su mujer de casa, avisado a los vecinos cercanos de que en la casa había ¿Brujos? Daba igual ya que el hombre argumentó que sino mataban a aquellas dos personas volverían y matarían a los demás y claro…los campesinos no se iban a arriesgar, así que decidieron hacer caso al loco porque es preferible acabar con dos vidas posiblemente inocentes que no arriesgarse a morir ellos junto con sus hijos.

Los campesinos, que no eran más de diez, rodearon la casa una vez tiraron bolas de fuego las cuales prenderían perfectamente la casa al ser esta completamente de madera sino fuese por el techo cubierto de paja. Una vez rodeada alzaron sus instrumentos de conrear los campos a la vez que gritaban “Muerte a los pecadores” como si aquello fuese lo más honrado y valiente para aquellos hombres quienes observaban sin moverse el escenario, con la esperanza de ver calcinados los cuerpos de aquellos dos herejes. En lo que respecta a la situación de la casa esta había prendido fugazmente toda una parte del tejado con intenciones de extenderse a las vigas centrales que sujetaban la casa, la parte inferior comenzaba a prender sobretodo por la entrada quedando esa salida inutilizada; el humo se filtraba por todos los rincones aprovechando así el mal estado de la madera la cual crujía por doquier.,, el sonido para ambos era insoportable al tener los sentidos tan agudizados.

Al sentir todo aquello la mujer pareció quedarse parada un segundo, su cuerpo se volvió prácticamente de piedra y la respiración dio la sensación de que se anuló de forma brusca haciendo que por un espacio corto de tiempo perdiese su color natural adoptando un pálido pero poco después volvió en si olvidándose del zapato que le faltaba.- ¡¡Alexis!!- Dijo en un grito medio ahogado colocando las yemas de los dedos sobre la madera de la puerta notando esta levemente cálida pero no lo suficiente como para que el fuego estuviese detrás, lo que significaba que aún no había llegado hasta esa planta pero sí se filtraba el humo el cual en breve calaría en los pulmones. Vamos, un día completito.

por **Alexis D. Guischard** Mar Jul 27, 2010 8:52 am

Off: Creo que morirá de un ataque al corazón Sad

, pobrecillo xDD. Y no te preocupes, está genial Wink

.

Antes de que supiera algo más mi pie había sido detenido por el desnudo de Elora. Le miré a los ojos, parecía un tanto molesta por el sonido. No la culpaba ya que a mí también me molestaba, pero simplemente no había podido detenerlo. Fue entonces que se escucharon pisadas, a lo lejos con lo que volteé la mirada, alerta. Miré hacia la nada ya que estaba más concentrado en lo que podía escuchar.

El sonido se hizo insoportable cuando el crujir de la madera por el fuego se hizo presente. Gruñí bajo y tapé mis oídos con las palmas de mis manos, intentando suavizar el sonido aunque fuera un poco. Después de unos segundos miré el techo, intentando pensar. Así que mis sospechas no iban tan equivocadas. Lo odiaba, ¿por qué tenía que ser de esa manera? Siempre resultaba igual, siempre acertaba y lo detestaba en sobre manera.

La idea de mirar a través de los ojos de los campesinos pasó por mi mente, pero no se tenía que ser un genio para entender la situación. Desde que el hombre había mostrado ese miedo tan particular hacia nosotros todo había sido claro. Tal vez también había contribuido el hecho de que había estado demasiado calmado con respecto a la herida de Elora que a los ojos de un simple humano que jamás había convivido con nuestros semejantes, era mortal. Bueno, en realidad ya no importaba nada porque el pasado no podría cambiarse, sólo quedaba ver qué es lo que se haría despues.

La voz de Elora me hizo salir de mi ensimismamiento y miré alrededor. La ventana del baño era pequeña para evitar mirones por lo que no podríamos salir por ahí. Pensaba que la mejor opción era salir por la parte trasera de la casa para evitar a la mayor cantidad de campesinos. Si bien se escuchaban sus absurdos gritos por todos lados –que hasta hacían retumbar mis tímpanos– si lográbamos salir por detrás evitaríamos a los posibles campesinos que fueran de mirones o que se sumaran a la causa.

No teníamos mucho tiempo ya que la casa era vieja y de madera por lo que ardería rápidamente, sumando el hecho de que el techo era de paja. No entendía por qué la gente hacía casas tan benditamente frágiles. Teníamos que salir por lo pronto al pasillo para ver nuestras posibilidades de escape. No iba a pelear contra un montón de humanos ya que se verían en desventaja y eso sólo probaría que en verdad somos monstruos –aunque en verdad lo fuéramos... al menos yo lo era–.

Toqué la puerta al igual que Elora y pude notar que al parecer el fuego aún no había pasado al piso, pero no tardaría, el humo se empezaba a colar por debajo de la puerta y el olor era insoportable. Tomé la manija de la puerta que estaba un tanto más caliente que el resto de la misma, aunque no lo suficiente como para quemar. La abrí lentamente y el humo entró de lleno a la habitación. Empujé con delicadeza a Elora para que saliera del baño. Tapé mi nariz y mi boca con mi mano ya que no llevaba chamarra ese día.

– ¿Puedes caminar? –

No estaba seguro si podría y si no tendría que apresurarme aún más para poder salir y causar el menor daño posible. Estaba claro que por lo menos tendríamos que acallar a unos cuantos campesinos para evitar que se hiciera un desastre de algo que no debía de ser siquiera así.

por **Elora Soulacroix** Mar Jul 27, 2010 2:42 pm

Al parecer su chillido hizo salir a Alexis de su mundo, ciertamente le gustaba verlo pensar pero aquel no era el momento, cualquier otro salvo ese en el que podían morir achicharrados cosa que no era de su agrado, y del de nadie seguramente. Al final, salieron del cuarto de baño a la vez que Elora rompía los bajos del vestido cortando una porción de tela y otra para él ya que cualquier tejido que absorbiese el humo levemente antes de llegar a los pulmones les ayudaría. A todo esto, la mujer salió dando leves tumbos a la vez que asentía.- Sí, sí…-Dijo cogiendo la iniciativa para comenzar a caminar rápidamente mirando donde colocaba sus bonitos pies pues no quería acabar frita.

A medida que avanzaba una de las manos se deslizó hacia atrás para coger a Alexis directamente de la mano, y eso que ella no toleraba el tacto ajeno ni siquiera por su parte, para procurar así no perderlo ya que eso sí que sería un buen problema; tras pensarlo unos segundos decidió bajar por las escaleras pero sólo posar un pie en un escalón y escuchar el crujido se retiró pensando que posiblemente no podrían bajar sino saltaban por el hueco de las escaleras así que la otra opción sería salir por una ventana, reventarla y enfrentarse a todos aquellos hombre pero… ¿Y si por el medio había niños o mujeres? Eso no le gustaba nada, ella no se sentía como un monstruo es más siempre había querido sentirse como una persona normal…

Elora se volteó hacia Alexis haciéndolo parar en seco, chocando levemente con él del cual aún estaba cogido como pidiéndole con la mirada que decidiese algo porque el humo se la estaba comiendo eso sin mencionar que cada vez hacía más calor y que pronto comenzarían a desprenderse partes del tejado cuya paja se había consumido en su totalidad y ahora atacaba directamente la madera, aquellas casas eran focos de incendios directos. El escuchador un crujido hizo que se moviese, tirando de él, hacia un lado para evitar un trozo de madera que cayó del techo perforando el suelo, creando un boquete para caer a la primera planta y expandirse.

La mujer puso casa de resignación tosiendo levemente notando como el humo perforaba sus pulmones aunque por otro la curación acelerada funcionaba ya que su pie descalzo, el derecho, se estaba quemando por la planta aunque gracias a la curación no lo notaba ya que actuaba más deprisa de lo que en alguna que otra ocasión le gustaría, sin embargo, esta era la idónea. Por otro lado –dejando el pie a parte- la situación se complicó más aún ya que por varias ventanas lanzaron hacia el anterior trapos hechos una bola aunque rodeados por fuego, uno directo al baño y otro a la habitación adjunta así que tendrían que pensar rápido o al menos Elora acabaría ahogada.

por **Alexis D. Guischard** Miér Jul 28, 2010 3:24 am

Tomé el pedazo de tela que Elora me pasó y lo coloqué sobre mi nariz y boca, le agradecí y caminé detrás de ella. El contacto de su mano con la mía me sorprendió un poco, pero no me detuve a pensar demasiado en ello ya que no había siquiera tiempo. Le observé tantear un escalón, pero al parecer había sido una mala idea. Casi sonrío cuando chocó contra mí, pero un crujido produjo una mueca en mí; Elora jaló de mí para alejarme del lugar donde anteriormente me encontraba para después mirar un trozo de madera ardiendo en llamas perforar el suelo. Me asomé un poco y silbé un tanto.

Había notado la mirada de Elora hacía unos segundos y estaba completamente consciente de que teníamos que salir de ahí a como diera lugar. Le miré cuando empezó a toser. La situación se complicó cuando dos trapos entraron por la ventana e incendiaron de manera instantánea el baño. Suspiré internamente ya que si lo hacía de verdad tendría complicaciones después por lo que ni siquiera lo intenté.

Apreté el agarre de la mano de Elora y caminé rápidamente hacia una ventana, un tanto agachado y esperando que ella me imitase por si se les ocurría volver a aventar otro trapo. Así fue, un trapo voló cayendo casi sobre la cabeza de Elora, pero fui más rápido y lo tomé con la mano... sí, estúpido, pero no había otra opción. Gruñí por el ardor y aventé el trapo hacia el hoyo donde había caído la madera anteriormente. Por unos segundos sospesé la idea de regresarlo a los campesinos, pero inmediatamente me di cuenta que era una mala idea –pésima, más bien–.

Miré mi mano, la sanación acelerada estaba dando efecto, curando casi de inmediato las quemaduras; cerré la mano en un puño y sentí algo extraño... el piso estaba demasiado caliente, tanto que lograba pasar por mis zapatos. Decidí no hacer mucho caso y me asomé levemente por la ventana, esperando que no me vieran y al parecer no lo hicieron. Sólo podía ver a un campesino y no sabía si había alguno más cerca... todo el alboroto no me dejaba distinguir de manera exacta la posición de los otros. Decidí entonces hacer uso de mi visión remota, mirando por unos instantes desde los ojos del campesino que estaba a mi vista. Al parecer habían otros dos cerca de él y uno más a una distancia considerable. Un niño se encontraba ahí, ¿qué demonios...?

No me dio tiempo de saber más ya que el suelo cedió y caí hacia el piso de abajo, solté de inmediato a Elora, con la esperanza de que ella no cayera conmigo, pero no estaba seguro si lo había logrado. El olor a humo me penetró con fuerza la nariz ya que debido a la caída había soltado el pedazo de tela. Tosí con fuerza y sentí el calor golpearme el rostro, miré alrededor, el cuarto estaba envuelto en llamas, excepto algunos puntos claves y uno de ellos era donde me encontraba yo. Intenté localizar a Elora, pero mis ojos me ardían y no podía ver bien, tampoco oler y no sabía cómo se encontraba.

– ¡Elora! – pronuncié lo suficientemente fuerte como para que me escuchara.

Tenía que saber si se encontraba conmigo o si no lo hacía. Si no estaba conmigo tendría que decirle que saltara por la ventana y yo ya vería cómo hacerle para seguirla por que estaba seguro que ella no haría daño a los humanos. Era más factible que yo matara a uno que ella, estaba casi seguro. Pude notar que la pared frente a mí también estaba envuelta en llamas, eso me facilitaría la tarea de romperla o al menos intentarlo.

por **Elora Soulacroix** Miér Jul 28, 2010 4:11 am

La creación de aquellos trapos-bolas era rápida y sencilla; sólo cogían arapos y los hacían una bola, los prendían con alcohol, le daban mecha y estos salían ardiendo en segundos haciendo que el fuego se dispersase con facilidad, demasiada facilidad. La mirada de Elora se posó sobre la de Alexis pidiéndole que hiciera algo, lo que fuese… aunque ese “lo que fuese” tenía sus limitaciones ya que no sabía hasta que punto controlaba sus instintos Alexis ni tampoco conocía que concepción gozaba de los humanos, en el caso de ella a veces parecía demasiado humana y poco loba pero era comprensible… estaba acostumbrada a una vida tal que así.

Los pasos de la mujer siguieron a Alexis aunque por detrás dejaban pequeños rastros de sangre junto con porciones de piel quemada la cual se iba regenerando casi a la misma vez haciendo que no le doliese tanto como le esperaba aunque si fuese por ella ahora mismo se haría una bola y se pondría a llorar histérica frente a la situación pero no podía hacerlo y más con él, no quería acabar siendo una carga así que todo aquello se reprimió en la boca del estómago intentando mentalizarse a medida que caminaba agachada puesto que por la parte inferior había menos humo – contra más cerca del suelo mejor- ya que este tendía a ascender ocupando las capas más altas pero considerando que la casa era de dos pisos aquello no servía para mucho, por no decir para nada. Apretó suavemente su mano aunque con un deje de firmeza, sin querer lastimarlo pero tampoco perderlo ya que entonces sí que le cundiría el pánico.

Elora vio el trapo e incluso cerró los ojos pero por suerte cuando los abrió pudo ver, notar, sentir la mano de Alexis que lo había cogido… tuvo que suspira a la vez que se alarmó pensando que el dolería y mucho pero pronto pudo notar como la sanación comenzó a actuar en la mano de él algo que la tranquilizó interiormente aunque su respiración era acelerada pero no sólo por la situación sino por intentar respirar con los pulmones llenos de humo. No sabía si darle las gracias, ahora después o cuando estuviesen muertos pero decidió callarse ahogando un amago de tos que acabó en su garganta dejándolo hacer observando cómo se asomaba a la vez que ella miraba a su alrededor, se moría de calor y no sabía que había visto pero no era momento de preguntarle.

Un crujido la alertó pero para cuando quiso reaccionar ya fue demasiado tarde y se vio absorbida junto a él hacia la planta inferior pero para su suerte pudo cogerse al filo soltándose por inercia de la mano de Alexis al no poder sostener su peso quedándose colgada notando como las astillas atravesaban su mano haciéndola sangrar…-¡Ah!-Chilló parpadeando, le escocían los ojos e intentó enfocar la mirada ahora hacia abajo mientras como podía se cogía también con la otra mano a la madera. La mirada se paseó hasta finalmente encontrar a Alexis y gritar:- ¡Alexis! ¿¡Alexis!? ¿Estás bien?-Tosió levemente mirando hacia arriba e intentando subir de nuevo a la segunda planta sin saber donde apoyar los pies, alzándose lentamente en peso ya que no se atrevía a dejarse caer por la posibilidad de acabar astillada, quemada o vete tu a saber cómo la cuestión es que la casa se les iba a caer encima y el licántropo estaba abajo.

Una vez consiguió subir, se colocó de pie asomándose para ver al hombre, aunque no demasiado por temor a que el suelo cediese y cayese; los pies le ardían, tenía quemaduras, cortes, arañazos y prácticamente sus sentidos estaban desorientados ya hasta los sonidos se difuminaban. Volvió a toser llevándose una mano al pecho dándose cuenta de que también había perdido la tela por la caída de la cual se salvó así que levantó los bajos del vestido llevándoselos directamente a la nariz y boca intentando aspirar pero le era imposible.-¡Tenemos que salir de aquí, ya!-Gritó observando de sosalyo hacia atrás y viendo una nueva bola venir hacia ella, obligándola a dar un salto hacia un lado para que no la diese aunque si la rozó quemándole levemente el hombro.

Si salía de esto viva se lo agradecería toda la vida al licantropo; vamos si es que lo que no le pasase a ella no le ocurría a nadie…siempre con tanta suerte. Já.

por **Alexis D. Guischard** Miér Jul 28, 2010 5:09 am

Escuché su voz y pude calmarme un poco, ahora estaba seguro de que se encontraba en la planta de arriba. No había más que pedirle que saliera por la ventana, esperaba que pudiera hacerlo. Tosí nuevamente cuando intenté responder inhalando aire y llenando mis pulmones de humo; ya hasta lo saboreaba y era asqueroso.

– Estoy bien – respondí.

Entrecerré los ojos para evitar que más humo entrase y me causara más irritación. Miré hacia la pared que se encontraba envuelta en llamas. Tendría que arriesgarme... unas pequeñas quemaduras que se desvanecerían gracias a la sanación acelerada, tenía que hacerlo y ya. Escuché el grito de Elora y miré hacia arriba, intentando divisarla, pero me fue imposible así que regresé la mirada a la pared.

– Elora... escúchame bien – me aclaré la garganta ya que empezaba a picarme – necesito que salgas por la ventana, no te pasará nada, yo estaré debajo para atraparte –

No estaba seguro de lo último, pero sí de que no le pasaría nada, sólo esperaba que confiara en mí para hacerlo. Inhalé un tanto y tosí por lo mismo, luego exhalé el aire. Tendría que golpear con fuerza –mucha fuerza– la pared para que cediera y pudiera salir. Dolería, estaba seguro, pero no estaba dispuesto a morir, no aún. Volví a mirar hacia arriba como si eso me ayudase a que la voz llegara de manera más clara.

– Necesito que lo hagas cuando escuches un sonido fuerte –

No le expliqué qué era lo que tenía planeado hacer, no había tiempo para hacerlo. Me acerqué lentamente a la pared ya que no podía ver claramente, aparte de que el calor era insoportable. Solté un golpe a la pared quemándome los nudillos; la madera crujió y se quebró un tanto haciendo que algunas astillas se me clavaran ahí mismo. Hice una pequeña mueca de dolor y solté otro golpe que hizo que la madera se quebrara más, luego dos patadas y al fin pude pasar. Mis pies y manos estaban astillados y no mejorarían si no quitaba los pequeños trozos de madera, pero no era tiempo para hacerlo. Agité la cabeza y miré alrededor, ahora veía mejor aunque me costó un tanto de trabajo enfocar. Los campesinos me miraban atónito; no era tan difícil tirar una pared envuelta en llamas y más si era de madera. Miré hacia arriba esperando que Elora saliera, esperaba que pudiera hacerlo, sino sería un problema.

por **Elora Soulacroix** Miér Jul 28, 2010 5:30 am

“Estoy bien” ¿¡Estaba bien!? ¿Cómo leches iba a estar bien después de caer de un piso a otro? ¡Y todo por la culpa de ella! Si hubiera sido más precavida no habría terminado con una daga clavada, sino fuese tan lenta no les habrían encerrado en aquella casa y sino hubiera avanzado el suelo no habría cedido, absolutamente todo por culpa de ella provocando así que una sensación de culpabilidad la inundase creando un conjunto de lágrimas en las cuencas de sus ojos y por un instante sin escuchar nada a su alrededor como si todo se hubiera parado en seco y nada ocurriese pero ciertamente era así y en cuestión de segundos una bocanada la hizo reaccionar tosiendo precipitadamente.

La mujer lo escuchó o eso intento a la vez que buscaba la ventana con la mirada pensando que antes tendría que voltear el boquete para llegar a la ventana la cual estaría cerrada y sabría que terminaría traspasando ya que abrirla supondría que entrase una corriente de aire y en consecuencia el humo se expandiese más impidiendo que saliese sino era llevándose el cristal consigo, el cual perforaría su piel lentamente, rasgándola debido a toda la cantidad de fragmentos. Bufó pensando que eso era lo de menos colocándose de puntillas para pasar el lugar y aproximarse hacia la ventana acuclillada ya que contra más alta estuviese menos vería… así que alargó una mano palpando la pared y luego el cristal ahora sólo tenía que esperar el escuchar un sonido fuerte así intentó concentrarse mientras su oido permanecía alerta.

-Lo...lo intentaré- Medio chillo, medio tartamudeó ya que se le había olvidado contestar a Alexis el cual supuso que esperaría algún tipo de respuesta; manteniéndose acuclillada debajo de la ventana comenzando a escuchar los golpes los cuales provocaron que la estructura de la casa temblase e incluso cediese levemente hacia abajo como si se derrumbase. En el último golpe la mujer se levantó, retrocedió un par de pasos y a tientas salió corriendo hacia la ventana, atravesándola de lado y destrozándose el hombro junto con el mismo costado prefiriendo eso que no directamente de rostro que se haría muchisimo más daño así su figura salió literalmente volando por la ventana llevándose madera por delante… no sabía dónde ni cómo caería pero si que cerró los ojos notando un golpe de aire medianamente limpio junto con el dolor el cual se expandía por su cuerpo.

Ahora, le daba absolutamente todo igual ya que en su interior algo se había quebrado y posiblemente hubiera sido su estado de ánimo y no era para menos, e incluso se olvidó un instante por Alexis centrándose sólo en las sensaciones que percibía.

Por otro lado, los campesinos al ver a Alexis muchos salieron corriendo completamente presos del pánico mientras que sólo quedaron dos hombre – hermanos- y el niño que había visto antes él, los tres con un palo en la mano menos el que aparentaba ser más mayor que también llevaba un cuchillo oxidado, ninguno se atrevió a acercarse ya que estaban paralizados salvo el niño el cual salió corriendo y chillando hacia el licántropo, para sorpresa de su padre y tío quieres intentaron cogerlo del hombro pero no lo consiguieron.

por **Alexis D. Guischard** Miér Jul 28, 2010 7:18 am

Escuché el claro sonido del vidrio al romperse y sentí una gran oleada de alivio. Me alegraba de que hubiera sido capaz de hacer cuando anteriormente parecía renegar contra el dolor y prefería morir antes de sentirlo. Como pude la atrapé entre mis brazos y la dejé a un lado al ver al pequeño correr hacia mí. Una idea bastante pacífica –o la que me pareció ser la más tranquila– se me vino a la mente.

Justo cuando el chiquillo se acercó le dejé golpear el costado de mi abdomen con el palo, pero al mismo tiempo golpeé suavemente la parte entre su columna vertebral y la cabeza, haciendo que perdiera el conocimiento. Lo cargué sobre mi hombro y tomé la mano de Elora con un tanto de fuerza ya que parecía estar en otro mundo. Los campesinos empezaron a gritar una sarta de maldiciones; no faltaría mucho antes de que los demás se reunieran así que tenía que ser rápido.

– Si nos siguen denlo por muerto – comenté y callaron.

Corrí casi arrastrando a Elora y sintiendo cómo las astillas penetraban con mayor fuerza mi piel. Después sería difícil arrancar las mismas, tal vez tendría hasta que cortar parte de mi piel... pero bueno, eso era lo de menos. El chico seguía inconsciente en mi hombro mientras escuchaba cómo las voces se alejaban, incluso llegué a escuchar el grito de una mujer llamando a su hijo. No tenía las intenciones de hacerle daño, sólo quería escapar tranquilamente; seguramente el niño sabría cómo regresar a su casa sin muchas dificultades, así que no había de qué preocuparse.

Aminoré el paso conforme dejé de escuchar las voces de los campesinos furiosos y de oler el humo de la casa en llamas. Lo lamentaba por la gente que había vivido ahí, seguramente tendrían que esperar algunos meses para volver a vivir tranquilamente. Miré alrededor intentando reconocer el lugar, parecía que habíamos llegado a una laguna. Lo que más me preocupaba era que el chico se fuese solo a esas horas... podría ser atacado fácilmente por un vampiro y ahora nosotros no seríamos la mayor amenaza –aunque nunca lo fuimos–. Miré a Elora y le solté la mano para que no se sintiera tan incómoda.

– Vaya aventura, ¿eh? – comenté con una leve sonrisa.

Bajé al niño de mi hombro y lo recargué contra un árbol, parecía estar durmiendo plácidamente. Me causaba pena ese tipo de cosas ya que de alguna manera me recordaban a mí cuando era influenciado por lo que mi clan decía y sólo hacía eso, sin pensar antes las consecuencias. Los recuerdos estaban latentes y era por eso que me sentía un tanto identificado... el chico no tenía la culpa, pero había sido el más perjudicado... en fin...

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Un golpe nefasto {Alexis}

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