AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un golpe nefasto {Alexis}
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Un golpe nefasto {Alexis}
Recuerdo del primer mensaje :
Nueve y media de la noche; era una calurosa noche de verano y por suerte para los campesinos ellos ya habían terminado su jornada laboral por lo tanto residían en sus casas, en familia alrededor de una mesa mientras agradecían los alimentos que tomaban… la escena era tan idílica que en ocasiones podía dar hasta asco pero para ella no, adoraba ver esas cosas y más de una vez se había hecho pasar por una mendiga para disfrutar de la compañía de los humanos. ¿Por qué? Sencillamente, porque estaba sola, completamente sola en el mundo… la compañía de los criados y alguna que otra dama de compañía no era suficiente para ella – y quizás para nadie- puesto que no había ningún tipo de complicidad a todo esto se le sumaba que no pasaba tiempo en la casa familiar, la agobiaba estar encerrada entre cuatro paredes.
Frente a esta situación sus pies pusieron camino hacia la cantidad de campos y sembradíos que gozaban los alrededores de la ciudad parisina pero para su desgracia por el camino fue asaltada por un par de malhechores que habían seleccionado esa ruta para intentar atracar a algún pobre indefenso pero lo que ellos no sabían es que saldrían perdiendo…y así era; de acuerdo que tenía un carácter apacible pero no por ello era tonta así que no le costó demasiado acabar con ellos, los lanzó a una cuneta sin preocuparse mucho más. Ojo por ojo, diente por diente… o algo así había escuchado hace tiempo.
En todo el ajetreo había recibido un golpe certero en el estómago; una daga –por suerte no era de plata- había atravesado aquella parte y no se atrevía a quitarsela aún a sabiendas que su sanación acelerada la ayudaría para no desangrarse. Elora consiguió avanzar algunos metros y una vez que no pudo más se dejó caer contra el tronco de un árbol notando alguna que otra pequeña hoja caer sobre su rostro de la copa la cual estaba demasiado florida para su gusto pero seguro que sería un buen resguardo para los campesinos.
El vestido, en un principio blanco, estaba teñido de un color rojizo que poco a poco se volvía cobrizo al secarse además de haber dejado un fino hilo de sangre como rastro; ella gruñió llevando una mano a la daga pero no era capaz de tirar de esta por pavor al dolor que sabía que sentiría… de sus labios sólo salían quejidos y jadeos procedentes del dolor. Estaba comenzando a sudar además de palidecer lo que conllevaba a que estaba perdiendo bastante sangre..
Nueve y media de la noche; era una calurosa noche de verano y por suerte para los campesinos ellos ya habían terminado su jornada laboral por lo tanto residían en sus casas, en familia alrededor de una mesa mientras agradecían los alimentos que tomaban… la escena era tan idílica que en ocasiones podía dar hasta asco pero para ella no, adoraba ver esas cosas y más de una vez se había hecho pasar por una mendiga para disfrutar de la compañía de los humanos. ¿Por qué? Sencillamente, porque estaba sola, completamente sola en el mundo… la compañía de los criados y alguna que otra dama de compañía no era suficiente para ella – y quizás para nadie- puesto que no había ningún tipo de complicidad a todo esto se le sumaba que no pasaba tiempo en la casa familiar, la agobiaba estar encerrada entre cuatro paredes.
Frente a esta situación sus pies pusieron camino hacia la cantidad de campos y sembradíos que gozaban los alrededores de la ciudad parisina pero para su desgracia por el camino fue asaltada por un par de malhechores que habían seleccionado esa ruta para intentar atracar a algún pobre indefenso pero lo que ellos no sabían es que saldrían perdiendo…y así era; de acuerdo que tenía un carácter apacible pero no por ello era tonta así que no le costó demasiado acabar con ellos, los lanzó a una cuneta sin preocuparse mucho más. Ojo por ojo, diente por diente… o algo así había escuchado hace tiempo.
En todo el ajetreo había recibido un golpe certero en el estómago; una daga –por suerte no era de plata- había atravesado aquella parte y no se atrevía a quitarsela aún a sabiendas que su sanación acelerada la ayudaría para no desangrarse. Elora consiguió avanzar algunos metros y una vez que no pudo más se dejó caer contra el tronco de un árbol notando alguna que otra pequeña hoja caer sobre su rostro de la copa la cual estaba demasiado florida para su gusto pero seguro que sería un buen resguardo para los campesinos.
El vestido, en un principio blanco, estaba teñido de un color rojizo que poco a poco se volvía cobrizo al secarse además de haber dejado un fino hilo de sangre como rastro; ella gruñió llevando una mano a la daga pero no era capaz de tirar de esta por pavor al dolor que sabía que sentiría… de sus labios sólo salían quejidos y jadeos procedentes del dolor. Estaba comenzando a sudar además de palidecer lo que conllevaba a que estaba perdiendo bastante sangre..
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Los cristales perfilaron la figura de Elora a medida que esta caía a la nada, el vestido salió con ella pero como era de esperar el único zapato que había llevado lo perdió; su piel había adoptado un leve color ceniza que sacudiéndose unas cuentas veces eliminaría y las heridas con paciencia se curarían aunque antes tendría que extraer los cristales clavados pero con paciencia acabaría haciéndolo aunque posiblemente se abriría la piel al ser bastante quisquillosos con la extracción. La suerte le dedicó una sonrisa y como salida de una película notó como Alexis la cogió y sin poderlo evitar un quejido de puro dolor salió de los sangrientos labios aunque en poco se vio en el suelo semi recostada e intentando levantarse pero eso era pedirle demasiado así que desde su situación observó a los hombres sorprendidas y al niño con pánico por lo que le pudiese pasar pero Alexis no le haría daño…no era un monstruo, ¿No?
No, no lo era sólo lo dejo inconciente y eso no era nada comparado con lo que podía hacerle es más hasta de un empujón podría matarlo. Al observar como lo cargaba, Elora cogió la mano de él apretando sus dedos con firmeza… aunque lo que más le llamo la atención es que con el licántropo había perdido en su mayoría aquella negación al tacto a sabiendas de que siempre podía retirarse; ni ella lo entendía pero ya le dolía lo suficiente la cabeza como para complicarse en pensar aquello así pues comenzó a caminar con él lo más rápido que le daban los pies descalzos, tosiendo por el camino como forma de expulsar el humo y dando algún que otro tumbo, vamos que la pobre casi se cae en más de una ocasión. El comentario anterior a hizo callar hasta a ella quien no dijo absolutamente nada en todo el camino, además iba algo rezagada haciendo que Alexis torciese el brazo hacia atrás y sólo pudiese ver su espalda y el niño además de la sangre del hombre las astillas las cuales analizó en sumo silencio, localizándolas y recordándolas.
Echó una mirada hacia atrás cuando estuvieron lo suficientemente lejos observando la columna de humo que se dibujaba en el firmamento, al menos las voces habían cesado y parecía estar más tranquila…parecía ya que en cualquier momento se le vendría encima un torreón de emociones que no sabía si venían por la puñalada anterior, por el incendio, porque estuvo a punto de morir, por el niño insconciente que cargaba, por el dolor que aún sentía sobretodo en la parte derecha del cuerpo, porque había permitido a Alexis que la tocase o por todo junto… a fin de cuentas ella misma se acarició la muñeca cuando le soltó la mano incapaz de reaccionar parándose de una vez por todas…escuchando el comentario.- Lo…lo siento ha… ha sido culpa mía, desde un prin..principio no tenías que haberme ayudado- Tartamudeo mientras gesticulaba con las manos cosas que no era capaz de entender ni aclarar por ella misma
Elora sólo movía la cabeza de un lado a otro, nerviosa sin saber si morirse del tirón, llorar, reír o todo junto a la vez aunque algo que llamaba la atención es que el cabello que se había cortado en la caída y las puntas quemadas se estaban regenerando lástima que tuviese el cabello sucio pero eso era lo de menos.Finalmente,avanzó los pasos que lo separaban del hombre hundiendo el rostro en su torso a la vez que con un brazo lo abrazaba y la mano libre iba la de él cogiendo con las yemas de los dedos una astilla que antes había visualizado tirando de forma seca, sacándola de su piel.
No, no lo era sólo lo dejo inconciente y eso no era nada comparado con lo que podía hacerle es más hasta de un empujón podría matarlo. Al observar como lo cargaba, Elora cogió la mano de él apretando sus dedos con firmeza… aunque lo que más le llamo la atención es que con el licántropo había perdido en su mayoría aquella negación al tacto a sabiendas de que siempre podía retirarse; ni ella lo entendía pero ya le dolía lo suficiente la cabeza como para complicarse en pensar aquello así pues comenzó a caminar con él lo más rápido que le daban los pies descalzos, tosiendo por el camino como forma de expulsar el humo y dando algún que otro tumbo, vamos que la pobre casi se cae en más de una ocasión. El comentario anterior a hizo callar hasta a ella quien no dijo absolutamente nada en todo el camino, además iba algo rezagada haciendo que Alexis torciese el brazo hacia atrás y sólo pudiese ver su espalda y el niño además de la sangre del hombre las astillas las cuales analizó en sumo silencio, localizándolas y recordándolas.
Echó una mirada hacia atrás cuando estuvieron lo suficientemente lejos observando la columna de humo que se dibujaba en el firmamento, al menos las voces habían cesado y parecía estar más tranquila…parecía ya que en cualquier momento se le vendría encima un torreón de emociones que no sabía si venían por la puñalada anterior, por el incendio, porque estuvo a punto de morir, por el niño insconciente que cargaba, por el dolor que aún sentía sobretodo en la parte derecha del cuerpo, porque había permitido a Alexis que la tocase o por todo junto… a fin de cuentas ella misma se acarició la muñeca cuando le soltó la mano incapaz de reaccionar parándose de una vez por todas…escuchando el comentario.- Lo…lo siento ha… ha sido culpa mía, desde un prin..principio no tenías que haberme ayudado- Tartamudeo mientras gesticulaba con las manos cosas que no era capaz de entender ni aclarar por ella misma
Elora sólo movía la cabeza de un lado a otro, nerviosa sin saber si morirse del tirón, llorar, reír o todo junto a la vez aunque algo que llamaba la atención es que el cabello que se había cortado en la caída y las puntas quemadas se estaban regenerando lástima que tuviese el cabello sucio pero eso era lo de menos.Finalmente,avanzó los pasos que lo separaban del hombre hundiendo el rostro en su torso a la vez que con un brazo lo abrazaba y la mano libre iba la de él cogiendo con las yemas de los dedos una astilla que antes había visualizado tirando de forma seca, sacándola de su piel.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Escuché su comentario y pasé una mano por mis casi inexistentes cabellos.
– Yo decidí ayudarte, así que no tienes que culparte por nada –
Era cierto, ella no tenía la culpa de las decisiones que yo llegaba a tomar, así que no tenía porqué sentirse culpable por algo así. Siempre me habían enseñado a ser alguien que no se arrepintiera de las cosas que hacía y si había decidido ayudarla había sido porque estaba seguro de ello –o de la mayoría–. Sabía que Elora era una persona un tanto temerosa, lo había notado debido a que estaba más al pendiente del dolor que pudiese llegar a sentir que del hecho de estar bien y no perder demasiada sangre.
Su siguiente gesto me sorprendió, aunque el dolor de una astilla siendo sacada de la zona de mis nudillos me impidió sentirme más asombrado. Se me hizo extraño su gesto ya que por lo menos por mi parte no solía ser bueno con ese tipo de expresiones emocionales y no sabía muy bien cómo responder ante eso. Hice una pequeña mueca pensativa y miré sobre su cabeza, hacia el vacío. Coloqué una mano sobre su cabeza de manera un tanto delicada, tal vez demasiado para un hombre licántropo y suspiré; de verdad no me venían bien ese tipo de afecciones.
– Gracias –
Era más que nada por la astilla y también –tal vez– por lo anterior. Si bien no había sido de demasiada ayuda tampoco había sido un estorbo como al inicio pensé que sería y eso lo agradecía bastante, me facilitó mucho las cosas y debía admirárselo. Ahora teníamos que ver qué hacer, para ella lo mejor sería descansar un rato, pero sería bastante complicado que fuera a su residencia a esa hora y también considerando que estaba todavía debilitada –seguramente–.
Retiré la mano de sobre su cabeza y la coloqué sobre su hombro; no fue para separarla, sino porque no supe dónde más ponerla y fue el único lugar donde se me ocurrió. Podía ser que a ella no lo agradase que hubiese puesto mi mano sobre su cabeza, por lo menos a mí no me agradaba ya que trae malos recuerdos sobre mi pasado, sobre cómo era tratado como un perro. Tenía la tentación de alejar mi mano de la de ella para evitar que me ayudase más, pero se la debía por lo del cuchillo, me había metido en algo que no debía y aunque no fuese algo tan grave... por algo se empezaba.
– ¿Qué harás ahora? – pregunté levemente – tu casa queda retirada, ¿no es así? –
Tal vez pudiese ser de ayuda a que ella descansase segura y tranquila. Por mí no había inconveniente en que durmiese en mi habitación del hotel, así sería mejor ya que estaría seguro de que se encuentra bien y no vagando por la calles con un estado deplorable. Me lo pensé unos segundos antes de sugerirlo ya que no estaba seguro si yo mismo estaría cómodo, pero eso era lo de menos; com ya había dicho... si empiezo algo debo terminarlo.
– Si no tienes forma de irte puedes quedarte en mi cuarto de hotel... no queda lejos – comenté – puedo dormir incluso fuera si lo deseas... es sólo para que descanses correctamente – agregué antes de que pudiera negarse, para que así lo considerase al menos.
– Yo decidí ayudarte, así que no tienes que culparte por nada –
Era cierto, ella no tenía la culpa de las decisiones que yo llegaba a tomar, así que no tenía porqué sentirse culpable por algo así. Siempre me habían enseñado a ser alguien que no se arrepintiera de las cosas que hacía y si había decidido ayudarla había sido porque estaba seguro de ello –o de la mayoría–. Sabía que Elora era una persona un tanto temerosa, lo había notado debido a que estaba más al pendiente del dolor que pudiese llegar a sentir que del hecho de estar bien y no perder demasiada sangre.
Su siguiente gesto me sorprendió, aunque el dolor de una astilla siendo sacada de la zona de mis nudillos me impidió sentirme más asombrado. Se me hizo extraño su gesto ya que por lo menos por mi parte no solía ser bueno con ese tipo de expresiones emocionales y no sabía muy bien cómo responder ante eso. Hice una pequeña mueca pensativa y miré sobre su cabeza, hacia el vacío. Coloqué una mano sobre su cabeza de manera un tanto delicada, tal vez demasiado para un hombre licántropo y suspiré; de verdad no me venían bien ese tipo de afecciones.
– Gracias –
Era más que nada por la astilla y también –tal vez– por lo anterior. Si bien no había sido de demasiada ayuda tampoco había sido un estorbo como al inicio pensé que sería y eso lo agradecía bastante, me facilitó mucho las cosas y debía admirárselo. Ahora teníamos que ver qué hacer, para ella lo mejor sería descansar un rato, pero sería bastante complicado que fuera a su residencia a esa hora y también considerando que estaba todavía debilitada –seguramente–.
Retiré la mano de sobre su cabeza y la coloqué sobre su hombro; no fue para separarla, sino porque no supe dónde más ponerla y fue el único lugar donde se me ocurrió. Podía ser que a ella no lo agradase que hubiese puesto mi mano sobre su cabeza, por lo menos a mí no me agradaba ya que trae malos recuerdos sobre mi pasado, sobre cómo era tratado como un perro. Tenía la tentación de alejar mi mano de la de ella para evitar que me ayudase más, pero se la debía por lo del cuchillo, me había metido en algo que no debía y aunque no fuese algo tan grave... por algo se empezaba.
– ¿Qué harás ahora? – pregunté levemente – tu casa queda retirada, ¿no es así? –
Tal vez pudiese ser de ayuda a que ella descansase segura y tranquila. Por mí no había inconveniente en que durmiese en mi habitación del hotel, así sería mejor ya que estaría seguro de que se encuentra bien y no vagando por la calles con un estado deplorable. Me lo pensé unos segundos antes de sugerirlo ya que no estaba seguro si yo mismo estaría cómodo, pero eso era lo de menos; com ya había dicho... si empiezo algo debo terminarlo.
– Si no tienes forma de irte puedes quedarte en mi cuarto de hotel... no queda lejos – comenté – puedo dormir incluso fuera si lo deseas... es sólo para que descanses correctamente – agregué antes de que pudiera negarse, para que así lo considerase al menos.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Off: Gracias por llamarla estorbo con disimulo, ella no tiene la culpa de ello xDDD
Alexis era una de las primeras personas que se había dando cuenta de que estaba más pendiente del dolor que ella sufría que no de otra cosa, lástima que no se lo dijese ya que ella sería la sorprendida; la mujer suspiró notando como un fino de hilo pasaba por el lateral de su rostro debido a que había un fragmento de cristal clavado…una lástima que la sanación acelerada no los eliminase así que por un impulso llevó la mano al rostro y lo retiró sin poca suavidad pero así acabaría antes. Hizo una mueca observando el pequeño fragmento y lo tiró lejos, aunque no demasiado…
Puede que Elora fuese torpe, nerviosa y a veces demasiado tranquila pero como contrapartida tenía otro concepto del tacto y podía captar la mayoría de sentimientos ajenos cuando se daba el caso. Sus dedos voltearon antes de soltar la astilla un par de veces y luego la dejaron caer notando las yemas levemente húmedas pero eso le daba igual, era lo de menos ya que notó que Alexis se lo pensaba, se lo pensaba y finalmente notó una suave y efímera mano sobre su cabeza agradeciendolo interiormente para luego alzar el rostro hacia él, parpadeando varias veces para enfocar aquella mirada cuya cualidad era dar la sensación de que se expandía más allá de la pupila pero sin obviamente salir del ojo.
-Estoy segura de que así te hubiera dolido menos.- Ese “así” podía interpretarlo como él quisiese si es que llegaba a entenderlo pero ella no lo matizaría ni explicaría aunque le preguntase, prefería dejarlo ahí. Por raro que fuese, al notar cómo la mano se posaba en su hombro no la molestó e incluso se puede decir que la reconfortó – tal vez- pero lo que él seguramente notaría es que la piel de ella era demasiado suave, como si nunca la hubieran tocado y más o menos era así…no toleraba que nadie la tocase es más carecía de las sirvientas para casi todo ya que cualquier roce la hacía estremecerse. No estaba loca, ni tenía un trastorno obsesivo es más no era algo con lo que había nacido sino era una actitud que se había dado hace unos años…más o menos desde su nacimiento por poner cualquier fecha concreta.
No se retiró ya que pensaba que él quería que se apartase sencillamente o lo haría por él mismo o la empujaría suavemente hacia atrás, no había más.Parpadeó haciendo una pausa mirando un instante hacia la nada.- No lo sé, y sí como te dije en la otra punta de la ciudad… nuestras extensiones son demasiado amplias como para situarse en las proximidades o rondando la ciudad.- Explicó por inercia ya que posiblemente a él ni le interesaría y a ella no lo hacía. Lo siguiente que lo explicó por un segundo le vino grande pero luego consiguió ordenar todas las ideas y mirarle con el ceño fruncido.- Me iré en cuanto salga el sol, y no pienso dejar que duermas fuera- Sus labios se volvieron una fina línea, parecía que no había ninguna otra posibilidad de discutir con ella, hasta parecía que tenía caráter pero poco le duró aquella expresión autoritaria ya que en sus labios se formó su típica sonrisa con su deje de tristeza.
Alexis era una de las primeras personas que se había dando cuenta de que estaba más pendiente del dolor que ella sufría que no de otra cosa, lástima que no se lo dijese ya que ella sería la sorprendida; la mujer suspiró notando como un fino de hilo pasaba por el lateral de su rostro debido a que había un fragmento de cristal clavado…una lástima que la sanación acelerada no los eliminase así que por un impulso llevó la mano al rostro y lo retiró sin poca suavidad pero así acabaría antes. Hizo una mueca observando el pequeño fragmento y lo tiró lejos, aunque no demasiado…
Puede que Elora fuese torpe, nerviosa y a veces demasiado tranquila pero como contrapartida tenía otro concepto del tacto y podía captar la mayoría de sentimientos ajenos cuando se daba el caso. Sus dedos voltearon antes de soltar la astilla un par de veces y luego la dejaron caer notando las yemas levemente húmedas pero eso le daba igual, era lo de menos ya que notó que Alexis se lo pensaba, se lo pensaba y finalmente notó una suave y efímera mano sobre su cabeza agradeciendolo interiormente para luego alzar el rostro hacia él, parpadeando varias veces para enfocar aquella mirada cuya cualidad era dar la sensación de que se expandía más allá de la pupila pero sin obviamente salir del ojo.
-Estoy segura de que así te hubiera dolido menos.- Ese “así” podía interpretarlo como él quisiese si es que llegaba a entenderlo pero ella no lo matizaría ni explicaría aunque le preguntase, prefería dejarlo ahí. Por raro que fuese, al notar cómo la mano se posaba en su hombro no la molestó e incluso se puede decir que la reconfortó – tal vez- pero lo que él seguramente notaría es que la piel de ella era demasiado suave, como si nunca la hubieran tocado y más o menos era así…no toleraba que nadie la tocase es más carecía de las sirvientas para casi todo ya que cualquier roce la hacía estremecerse. No estaba loca, ni tenía un trastorno obsesivo es más no era algo con lo que había nacido sino era una actitud que se había dado hace unos años…más o menos desde su nacimiento por poner cualquier fecha concreta.
No se retiró ya que pensaba que él quería que se apartase sencillamente o lo haría por él mismo o la empujaría suavemente hacia atrás, no había más.Parpadeó haciendo una pausa mirando un instante hacia la nada.- No lo sé, y sí como te dije en la otra punta de la ciudad… nuestras extensiones son demasiado amplias como para situarse en las proximidades o rondando la ciudad.- Explicó por inercia ya que posiblemente a él ni le interesaría y a ella no lo hacía. Lo siguiente que lo explicó por un segundo le vino grande pero luego consiguió ordenar todas las ideas y mirarle con el ceño fruncido.- Me iré en cuanto salga el sol, y no pienso dejar que duermas fuera- Sus labios se volvieron una fina línea, parecía que no había ninguna otra posibilidad de discutir con ella, hasta parecía que tenía caráter pero poco le duró aquella expresión autoritaria ya que en sus labios se formó su típica sonrisa con su deje de tristeza.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Off: ö xDDD, lo lamento u_u, él tampoco tiene la culpa de pensar de esa manera (? xDDD
Reí un tanto entre dientes y le dí dos palmadas en el hombro, claro, estaba casi seguro de que no me dejaría dormir fuera. Yo lo decía más por ella, por si se sentía incómoda con mi presencia, pero si no le molestaba, ¿qué mejor? Sonreí un poco y la aparté, luego miré por sobre mi hombro al chiquillo que aún parecía inconsciente; tendría que dejarlo a su suerte, lo bueno es que no nos encontrábamos tan lejos de los campos, pero aún existía el riesgo. Mis ojos permanecieron inmóviles por unos segundos más hasta que por fin tomé la mano de Elora y caminé con paso decidido.
– Estará bien – comenté.
Lo decía por si llegaba a preocuparle el bienestar del niño; tal vez estaba mintiendo, pero era lógico que no podríamos estar seguros de que no le pasase nada grave siendo que nosotros habíamos sido la causa principal de todo el alboroto. Continué caminando por un buen rato, con mi mirada fija en el camino, sin alzarla, pensando en nada y en todo al mismo tiempo. Hacían años que no me pasaba algo similar a aquello y, de alguna forma me había hecho recordar aquél fatídico día donde dejé de ser parte de mi clan que tanto odiaba y amaba al mismo tiempo.
Alcé la mirada por instinto, había memorizado el camino y sabía que el hotel se encontraba en frente. Mi memoria –como siempre– no me falló y de inmediato el lugar donde me estaba hospedando se pudo apreciar. Entré sin mirar atrás y sin hacer caso a las miradas horrorizadas que la gente me dirigía debido a que mis nudillos sangraban. Subí al ascensor haciendo caso omiso y cerrando con fuerza los ojos ya que los gritos y las voces habían quedado grabadas en mi mente y me hacían recordar lo que había pasado hacía unos momentos atrás.
Miré el pequeño puntero que indicaba el piso en el que nos encontrábamos y cuando al fin dio en el número 3 salí tan pronto se abrieron las puertas. Busqué las llames que afortunadamente aún llevaba en mis pantalones. Abrí la puerta rápidamente y solté la mano de Elora, me senté en una silla y pasé mis manos por mis cabellos, ignorando el escozor por las astillas aún clavadas en mi piel.
– Ponte cómoda – le dije sin apartar las manos de mis cabellos.
Off: ¿Abrimos nuevo post en el hotel o nos quedamos en este?
Reí un tanto entre dientes y le dí dos palmadas en el hombro, claro, estaba casi seguro de que no me dejaría dormir fuera. Yo lo decía más por ella, por si se sentía incómoda con mi presencia, pero si no le molestaba, ¿qué mejor? Sonreí un poco y la aparté, luego miré por sobre mi hombro al chiquillo que aún parecía inconsciente; tendría que dejarlo a su suerte, lo bueno es que no nos encontrábamos tan lejos de los campos, pero aún existía el riesgo. Mis ojos permanecieron inmóviles por unos segundos más hasta que por fin tomé la mano de Elora y caminé con paso decidido.
– Estará bien – comenté.
Lo decía por si llegaba a preocuparle el bienestar del niño; tal vez estaba mintiendo, pero era lógico que no podríamos estar seguros de que no le pasase nada grave siendo que nosotros habíamos sido la causa principal de todo el alboroto. Continué caminando por un buen rato, con mi mirada fija en el camino, sin alzarla, pensando en nada y en todo al mismo tiempo. Hacían años que no me pasaba algo similar a aquello y, de alguna forma me había hecho recordar aquél fatídico día donde dejé de ser parte de mi clan que tanto odiaba y amaba al mismo tiempo.
Alcé la mirada por instinto, había memorizado el camino y sabía que el hotel se encontraba en frente. Mi memoria –como siempre– no me falló y de inmediato el lugar donde me estaba hospedando se pudo apreciar. Entré sin mirar atrás y sin hacer caso a las miradas horrorizadas que la gente me dirigía debido a que mis nudillos sangraban. Subí al ascensor haciendo caso omiso y cerrando con fuerza los ojos ya que los gritos y las voces habían quedado grabadas en mi mente y me hacían recordar lo que había pasado hacía unos momentos atrás.
Miré el pequeño puntero que indicaba el piso en el que nos encontrábamos y cuando al fin dio en el número 3 salí tan pronto se abrieron las puertas. Busqué las llames que afortunadamente aún llevaba en mis pantalones. Abrí la puerta rápidamente y solté la mano de Elora, me senté en una silla y pasé mis manos por mis cabellos, ignorando el escozor por las astillas aún clavadas en mi piel.
– Ponte cómoda – le dije sin apartar las manos de mis cabellos.
Off: ¿Abrimos nuevo post en el hotel o nos quedamos en este?
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Elora se encogió suavemente de hombros a la vez que notaba un tibio escalofrío terminando por suspira suavemente como si se acabase de liberar de toda la tensión que había guardado en momentos anteriores incluso se puede decir que una risotada salió de sus labios aunque a un tono de voz bajo cosa que era mucho para ella. La mujer dio un par de pasos hacia atrás observando al muchacho con firmeza para terminar por asentir a lo que él decía.- Sí, seguro…además si ha tenido coraje para pegarte tendrá fuerza para volver a casa.- Rió nuevamente mientras sacudía la cabeza notando como cogía su mano y ella la estrechaba suavemente, al final se acostumbraría tanto a su tacto que en el momento en el que la dejase se sentiría sola, como siempre pero bueno más le valía aprovechar dicho momento…
Los pasos de Elora avanzaron desnudos – tal y como le gustaba- por el camino arrastrando tierra con la cual se entretenía jugando entre los dedos, la tierra húmeda le gustaba por algún motivo que desconocía además cuando tenía los pies hinchados conseguía que la hinchazón se bajase por tantas horas llevar dichos zapatos; sin mayor medida se ató una punta del vestido a la cintura para que no le molestase dejándose guiar por él hasta al hostal. Una vez entraron se actitud fue la misma aunque al notar ciertas miradas prefirió apartar el rostro manteniéndose en silencio hasta entrar en el ascensor momento en el que se relajó hasta la actualidad; entró a la habitación soltando la mano de él y cerrando la puerta mientras lo observaba caer en la silla de forma taciturna.
-Antes tengo que sacarte las astillas o la curación acelerada puede hacer que cure por encima de la piel acabando en una malformación con las astillas dentro, luego de a una infección y blablabla…-Explicó entrando al baño adjunto para buscar con libertad una toalla, y un cuenco llenando este último de agua fría hasta la mitad, con todo esto se colocó delante de Alexis sentándose en suelo con las piernas abiertas – cubiertas por el vestido- a cada lado de la silla- Va, dame una mano.- Murmuró tosiendo levemente observando un momento el vestido el cual se había encargado de sacudir por el vestido unas veinte veces pero aún así olía a humo cosa que notaba y con bastante sensibilidad.
Tendió la palma esperando que depositase su mano, sin la necesidad de inclinarse pues estaba lo suficientemente cerca y baja como para ponerse a sacar astillas de las manos del hombre fijándose en que había gotas de sangre en el cabello café de él por haber pasado las manos.- y luego necesitarás mínimo una ducha, máximo que te desparasiten.-Bromeó riendo levemente mirándose las uñas mientras esperaba, estas estaban pintados de color borgoña lo que era lo mismo que el color de la sangre o del hierro líquido tomado para las anémias. Cuando depositó la mano sobre la suya, ella con la contraria comenzó a buscar astillas y primero retiró las mayores para luego con las propias uñas rajar levemente la piel y sacar las pequeñas, las más dificultosas y las que más solían doler.
Los pasos de Elora avanzaron desnudos – tal y como le gustaba- por el camino arrastrando tierra con la cual se entretenía jugando entre los dedos, la tierra húmeda le gustaba por algún motivo que desconocía además cuando tenía los pies hinchados conseguía que la hinchazón se bajase por tantas horas llevar dichos zapatos; sin mayor medida se ató una punta del vestido a la cintura para que no le molestase dejándose guiar por él hasta al hostal. Una vez entraron se actitud fue la misma aunque al notar ciertas miradas prefirió apartar el rostro manteniéndose en silencio hasta entrar en el ascensor momento en el que se relajó hasta la actualidad; entró a la habitación soltando la mano de él y cerrando la puerta mientras lo observaba caer en la silla de forma taciturna.
-Antes tengo que sacarte las astillas o la curación acelerada puede hacer que cure por encima de la piel acabando en una malformación con las astillas dentro, luego de a una infección y blablabla…-Explicó entrando al baño adjunto para buscar con libertad una toalla, y un cuenco llenando este último de agua fría hasta la mitad, con todo esto se colocó delante de Alexis sentándose en suelo con las piernas abiertas – cubiertas por el vestido- a cada lado de la silla- Va, dame una mano.- Murmuró tosiendo levemente observando un momento el vestido el cual se había encargado de sacudir por el vestido unas veinte veces pero aún así olía a humo cosa que notaba y con bastante sensibilidad.
Tendió la palma esperando que depositase su mano, sin la necesidad de inclinarse pues estaba lo suficientemente cerca y baja como para ponerse a sacar astillas de las manos del hombre fijándose en que había gotas de sangre en el cabello café de él por haber pasado las manos.- y luego necesitarás mínimo una ducha, máximo que te desparasiten.-Bromeó riendo levemente mirándose las uñas mientras esperaba, estas estaban pintados de color borgoña lo que era lo mismo que el color de la sangre o del hierro líquido tomado para las anémias. Cuando depositó la mano sobre la suya, ella con la contraria comenzó a buscar astillas y primero retiró las mayores para luego con las propias uñas rajar levemente la piel y sacar las pequeñas, las más dificultosas y las que más solían doler.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Le escuché hablar, parecía estar más tranquila que antes y de alguna manera me alegraba, pero los recuerdos llegaban de golpe a mí y necesitaba calmarme un poco. Le miré entrar al baño y luego sentarse frente a mí, estirando una mano y pidiéndome una de las mías. Tardé unos segundos en responder y hacerle caso, en ese preciso momento no estaba pensando claramente por lo que incluso dudé si darle mi mano o no.
Agité levemente la cabeza y coloqué una mano sobre su palma mientras la otra la entrelazaba entre mis cabellos, cubriendo un ojo, cerrándolos ambos. Mi corazón estaba desbocado, las emociones eran demasiadas y se juntaban en una explosión que me hacía querer gritar y romper cosas, pero debía aguantar, no enfrente de Elora, ya había sufrido suficiente.
Sentía pequeños puntos de dolor en mis nudillos mientras ella arrancaba las astillas e incluso rascaba la piel para poder desenterrar las más profundas. No fue un dolor agudo ni mucho menos intenso, también era bastante soportable aunque sólo en días normales –no como aquél–. Cada rasguño lo sentía más en mí, cada que me tocaba se intensificaba la sensación... cada astilla que salía era como si miles más se introdujeran en mí.
Eso era lo que ocasionaba mi maldita enfermedad... recordaba cosas que no quería y más en crisis como la que me estaba dando ahora mismo. Respiré hondo, ignorando el sentimiento, mordí el interior de mi labio inferior con fuerza hasta sangrar, aunque la regeneración fue rápida y actuó antes que fuese demasiado. El sabor metálico estaba en mi boca y se intensificó cuando repetí la acción tantas veces como astillas Elora extraía.
No había respondido a sus comentarios, no podía hacerlo... si lo intentaba seguro terminaría gritándole y asustándola, cosa que no quería. Me limité a aguantar lo que hacía con una mano. Cuando terminó con ella, que me pareció eterna la 'operación' le pasé la otra con un pequeño jadeo.
– Házlo rápido – siseé entre dientes.
Quería terminar ya con eso y con las tantas emociones y sensaciones que se arremolinaban en mí; tal vez una ducha me calmaría, una larga, claro estaba. Eso siempre lograba relajarme aunque fuese un poco, además así dejaría que Elora se instalase de manera cómoda y sin interrupciones masculinas. No sabía qué tan molesto sería para ella compartir habitación con un semi-desconocido.
Agité levemente la cabeza y coloqué una mano sobre su palma mientras la otra la entrelazaba entre mis cabellos, cubriendo un ojo, cerrándolos ambos. Mi corazón estaba desbocado, las emociones eran demasiadas y se juntaban en una explosión que me hacía querer gritar y romper cosas, pero debía aguantar, no enfrente de Elora, ya había sufrido suficiente.
Sentía pequeños puntos de dolor en mis nudillos mientras ella arrancaba las astillas e incluso rascaba la piel para poder desenterrar las más profundas. No fue un dolor agudo ni mucho menos intenso, también era bastante soportable aunque sólo en días normales –no como aquél–. Cada rasguño lo sentía más en mí, cada que me tocaba se intensificaba la sensación... cada astilla que salía era como si miles más se introdujeran en mí.
Eso era lo que ocasionaba mi maldita enfermedad... recordaba cosas que no quería y más en crisis como la que me estaba dando ahora mismo. Respiré hondo, ignorando el sentimiento, mordí el interior de mi labio inferior con fuerza hasta sangrar, aunque la regeneración fue rápida y actuó antes que fuese demasiado. El sabor metálico estaba en mi boca y se intensificó cuando repetí la acción tantas veces como astillas Elora extraía.
No había respondido a sus comentarios, no podía hacerlo... si lo intentaba seguro terminaría gritándole y asustándola, cosa que no quería. Me limité a aguantar lo que hacía con una mano. Cuando terminó con ella, que me pareció eterna la 'operación' le pasé la otra con un pequeño jadeo.
– Házlo rápido – siseé entre dientes.
Quería terminar ya con eso y con las tantas emociones y sensaciones que se arremolinaban en mí; tal vez una ducha me calmaría, una larga, claro estaba. Eso siempre lograba relajarme aunque fuese un poco, además así dejaría que Elora se instalase de manera cómoda y sin interrupciones masculinas. No sabía qué tan molesto sería para ella compartir habitación con un semi-desconocido.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
No necesitaba mirarle el rostro para saber que le estaba doliendo y que sufría por toda aquella situación, lo notaba en lo tensa que estaba la mano además de que había adoptado un color más pálido por unos instantes debido a una leve bajada tensión que era más que normal en aquel su estado así sus manos se apresuraron para terminar con dicha mano de prisa terminando por limpiar toda la sangre con la toalla la cual se había dedicado en humedecer con anterioridad. Una vez concluyó con esa mano la dejó suavemente sobre su regazo y fue con la contigua clavando las uñas para abrir la piel en varias ocasiones y sacar las astillas rapidamente aunque la última no conseguía hacerlo, se le resbala por los dedos debido a la sangre así que instintivamente acercó los labios y cogió la astilla con los dientes para luego retirarlos y quitarla de entre sus dientes dejándola caer al cuenco volviendo a limpiarle toda la mano concluyendo así toda la operación.
-Siento el dolor…-Murmuró como las heridas comenzaban a cicatrizar buena señal ya que dentro de poco todo aquello desaparecía en su totalidad dejando sólo lo que tenía en frente, una toalla rojiza y un cuenco que antes contenía solo agua y ahora sangre junto con porciones de madera. La mujer se dejó caer hacia atrás sin calcular que estaba la cama así que primero se dio con la madera de esta para luego escurrirse la cabeza y caer en parte de la penumbra que conformaban la parte inferior de dicha cama.-Augh…- Murmuró con timideza manteniéndose en aquella posición mientras suspiraba, hoy le acabaría dando algo.
Sus labios se sellaron pensando que Alexis necesitaría un momento de paz aunque quería hacerle muchas preguntas, pero en otro momento ya que aquel no era el más indicado así que se pasó una mano por el rostro pasando por el ya cabello azabache el cual se había regenerado en su totalidad, sabía que tenía algún cristal por ahí pero ya lo buscaría ahora sólo quería respirar antes de que se desmayase porque el día que había tenido habían sido demasiado a fin de cuentas y seguro que para él también… Segundo más tarde entrelazó los dedos con los suyos propios acariciándose los dedos para recordar que no llevaba anillo de casa y desde que su marido se fue no se lo había vuelto, ¿Para qué? Eso no significaba nada…absolutamente nada.
-Siento el dolor…-Murmuró como las heridas comenzaban a cicatrizar buena señal ya que dentro de poco todo aquello desaparecía en su totalidad dejando sólo lo que tenía en frente, una toalla rojiza y un cuenco que antes contenía solo agua y ahora sangre junto con porciones de madera. La mujer se dejó caer hacia atrás sin calcular que estaba la cama así que primero se dio con la madera de esta para luego escurrirse la cabeza y caer en parte de la penumbra que conformaban la parte inferior de dicha cama.-Augh…- Murmuró con timideza manteniéndose en aquella posición mientras suspiraba, hoy le acabaría dando algo.
Sus labios se sellaron pensando que Alexis necesitaría un momento de paz aunque quería hacerle muchas preguntas, pero en otro momento ya que aquel no era el más indicado así que se pasó una mano por el rostro pasando por el ya cabello azabache el cual se había regenerado en su totalidad, sabía que tenía algún cristal por ahí pero ya lo buscaría ahora sólo quería respirar antes de que se desmayase porque el día que había tenido habían sido demasiado a fin de cuentas y seguro que para él también… Segundo más tarde entrelazó los dedos con los suyos propios acariciándose los dedos para recordar que no llevaba anillo de casa y desde que su marido se fue no se lo había vuelto, ¿Para qué? Eso no significaba nada…absolutamente nada.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Cuando al fin hubo terminado con aquella operación pude respirar un poco más tranquilo, aunque las sensaciones aún seguían ahí y se repetían constantemente, podía sentirlas también remitir, al fin –aunque no completamente–. Le escuché pronunciar las palabras, disculparse de nuevo a lo que yo le hice una seña con la mano, indicándole que no tenía por qué disculparse, no era siquiera necesario; era todo culpa de la enfermedad que me carcomía mentalmente. Si hasta ahora no me había vuelto loco era un milagro y nada más que eso, a veces me preguntaba si de verdad pensaba con cordura.
Escuché un sonido sordo a lo que levanté mi vista que se encontraba en mis manos sobre mi regazo. Le observé en aquella posición y no pude evitar bufar un poco para no reír enteramente, seguramente se sentiría incómoda si lo hiciera y no quería hacer eso, no precisamente en ese momento. Observé unos instantes a la chica, notando claramente las diferencias de cuando había salido de bañarse a ahora. Necesitaba otro baño, de inmediato.
Me levanté con demasiada pesadez de la silla, como si se tratase de un anciano y me dirigí hacia el baño con andar lento y sinuoso. Me miré al espejo por unos segundos y me di cuenta que me encontraba en pésimas condiciones, aparté la vista para no seguir notando las diferencias de éste rostro con el de hace unas horas, antes de salir. Abrí la llave del tocador y enjaboné mis manos llenando la barra del color rojo brillante que caracterizaba a la sangre. Enjuagué tanto mis manos como el jabón eliminando los rastros del líquido de olor repugnante.
Una vez terminé de hacer esto, me acerqué a la tina y la preparé como se debía; abriendo la llave del agua caliente y dejándola llenarse un poco más de la mitad, luego abriendo la fría y permitiendo que el agua llegase hasta rebosar. Salí al cuarto y miré a Elora, mientras me secaba las manos con una toalla pequeña.
– Deberías darte una ducha para que puedas descansar – le dije y señalé el baño con el pulgar – está listo –
No me sentía mejor, pero me sentía menos mal que antes así que era un gane, no como yo quería, pero al fin y al cabo algo es algo. Era más factible que Elora tomase un baño rápido y después yo lo hiciera y me tomara mi tiempo para que ella pudiese descansar. No importaba la forma en la que me encontraba, al final el resultado sería el mismo, tarde que temprano.
Escuché un sonido sordo a lo que levanté mi vista que se encontraba en mis manos sobre mi regazo. Le observé en aquella posición y no pude evitar bufar un poco para no reír enteramente, seguramente se sentiría incómoda si lo hiciera y no quería hacer eso, no precisamente en ese momento. Observé unos instantes a la chica, notando claramente las diferencias de cuando había salido de bañarse a ahora. Necesitaba otro baño, de inmediato.
Me levanté con demasiada pesadez de la silla, como si se tratase de un anciano y me dirigí hacia el baño con andar lento y sinuoso. Me miré al espejo por unos segundos y me di cuenta que me encontraba en pésimas condiciones, aparté la vista para no seguir notando las diferencias de éste rostro con el de hace unas horas, antes de salir. Abrí la llave del tocador y enjaboné mis manos llenando la barra del color rojo brillante que caracterizaba a la sangre. Enjuagué tanto mis manos como el jabón eliminando los rastros del líquido de olor repugnante.
Una vez terminé de hacer esto, me acerqué a la tina y la preparé como se debía; abriendo la llave del agua caliente y dejándola llenarse un poco más de la mitad, luego abriendo la fría y permitiendo que el agua llegase hasta rebosar. Salí al cuarto y miré a Elora, mientras me secaba las manos con una toalla pequeña.
– Deberías darte una ducha para que puedas descansar – le dije y señalé el baño con el pulgar – está listo –
No me sentía mejor, pero me sentía menos mal que antes así que era un gane, no como yo quería, pero al fin y al cabo algo es algo. Era más factible que Elora tomase un baño rápido y después yo lo hiciera y me tomara mi tiempo para que ella pudiese descansar. No importaba la forma en la que me encontraba, al final el resultado sería el mismo, tarde que temprano.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Los ojos de Elora se cerraron en su totalidad agudizándose el sentido del oído e incluso escuchándole respirar, notando como se movía cosa que ella no hacía es más se limitó a quedarse en dicha posición hasta que escuchó su voz y su mirada parpadeó varias veces torciendo el rostro para mirarlo y finalmente negó con la cabeza levantándose lentamente.- Ahora mismo lo necesitas tu más que yo, tomate tu tiempo mientras haré otras cosas-Le explicó sacudiéndose asintiendo con la cabeza a la vez que se sacudía el vestido para caminar hacia la puerta, coger la llave y murmura…- En seguida vengo, pero no te preocupes más por mi.- Y así salió cerrando la puerta suavemente, como la mayoría de sus movimientos.
¿Dónde iba? ¿Qué iba a hacer? Lo tenía claro, a aprovecharse de su condición social así que a medida que bajaba las escaleras a la planta inferior introdujo una mano en el escote sacando una bolsa con varias monedas pero las suficientes al ser todas ellas de oro, realmente no era una mujer que gastase demasiado puesto que con poco se conformaba e incluso su alta condición la agobiaba en ocasiones demasiado, fiestas, bailes, encuentros, reuniones, té... agh, les rompería las tazas en la cabeza a todas aquellas mujeres con voces de pito. Elora bufó pesadamente intentando eliminar todos aquellos pensamientos de su cabeza así que se plantó en el mostrador del hostal sonriéndole a la mujer que lo regía colocándole dos monedas de oro frente a su rostro haciendo que la mirada se le iluminase.
-Buenas tardes señora, vengo a pedirle lo siguiente: Necesito un vestido nuevo junto con unos zapatos, a ser posible de tonalidad azul y que la tela no sea demasiado gruesa además de un corsé pero que no me ahogue.- Rodó la mirada suspirando.- Me da igual si lo busca entre los objetos que se dejan sus clientes aquí o no pero por favor no tarde, también pida a la cocina una bandeja con primer, segundo y tercer plato junto con el postre pero nada de pescad ni de comidas demasiado calientes y para beber vino.- Sonrió levemente.- Se que lo que le doy es suficiente así que el resto supongo que servirá para pagarle el hostal toda la semana, póngalo a cargo de la habitación número tres pero no diga nada hasta que el ocupante venga a pagar ¡Ah! Y por favor le pido que el agua de nuestra caldera esté siempre caliente, no me gustan los baños con agua fría...- Se encogió de hombros bajo la atónita mirada de la mujer quien reaccionó en seguida chillando hacia las cocinas lo que había pedido a la vez que corría hacia los almacenes en busca de la ropa pedida.
-Gracias.-Concluyó observándola marchar mientras se apoyaba en el mostrador esperando, apartando el cabello hacia un lado e intentandolo peinar cosa que era impensable ya que parecía un gato, no tenía más que bolas de su cabello pensamiento que la hizo reir suavemente, alzando la mirada para mirar el techo pensando por un momento en Alexis..-Al final…- Sus palabras se cortaron al sobresaltarse cuando escuchó cómo la mujer volvía después de diez minutos con la ropa que la había pedido, dejándola sobre el mostrador.- Veamos…- Extendiéndolo todo terminando por ensanchar su sonrísa.- Es perfecto.- Anunció observando la grata sonrisa de la encargada… ahora sólo tenía que esperar el resto.
Tras un cuarto de hora, en su totalidad casi media hora de espera, el camarero apareció con una bandeja cargada de toda clase de postres además de la bebida, el hombre insistió en subirlo él pero Elora depositó toda la ropa en su hombro y cogió la bandeja agradecidamente sin notar su peso para comenzar a ascender las escaleras dejándolos atrás. Al llegar a la habitación, entró de milagro dejando la bandeja en la mesa principal y la ropa apoyada en la cama esperando a Alexis con paciencia, sentada en el borde de dicha cama sin importarle tener que esperar aunque el olor de la comida era incuestionable.
¿Dónde iba? ¿Qué iba a hacer? Lo tenía claro, a aprovecharse de su condición social así que a medida que bajaba las escaleras a la planta inferior introdujo una mano en el escote sacando una bolsa con varias monedas pero las suficientes al ser todas ellas de oro, realmente no era una mujer que gastase demasiado puesto que con poco se conformaba e incluso su alta condición la agobiaba en ocasiones demasiado, fiestas, bailes, encuentros, reuniones, té... agh, les rompería las tazas en la cabeza a todas aquellas mujeres con voces de pito. Elora bufó pesadamente intentando eliminar todos aquellos pensamientos de su cabeza así que se plantó en el mostrador del hostal sonriéndole a la mujer que lo regía colocándole dos monedas de oro frente a su rostro haciendo que la mirada se le iluminase.
-Buenas tardes señora, vengo a pedirle lo siguiente: Necesito un vestido nuevo junto con unos zapatos, a ser posible de tonalidad azul y que la tela no sea demasiado gruesa además de un corsé pero que no me ahogue.- Rodó la mirada suspirando.- Me da igual si lo busca entre los objetos que se dejan sus clientes aquí o no pero por favor no tarde, también pida a la cocina una bandeja con primer, segundo y tercer plato junto con el postre pero nada de pescad ni de comidas demasiado calientes y para beber vino.- Sonrió levemente.- Se que lo que le doy es suficiente así que el resto supongo que servirá para pagarle el hostal toda la semana, póngalo a cargo de la habitación número tres pero no diga nada hasta que el ocupante venga a pagar ¡Ah! Y por favor le pido que el agua de nuestra caldera esté siempre caliente, no me gustan los baños con agua fría...- Se encogió de hombros bajo la atónita mirada de la mujer quien reaccionó en seguida chillando hacia las cocinas lo que había pedido a la vez que corría hacia los almacenes en busca de la ropa pedida.
-Gracias.-Concluyó observándola marchar mientras se apoyaba en el mostrador esperando, apartando el cabello hacia un lado e intentandolo peinar cosa que era impensable ya que parecía un gato, no tenía más que bolas de su cabello pensamiento que la hizo reir suavemente, alzando la mirada para mirar el techo pensando por un momento en Alexis..-Al final…- Sus palabras se cortaron al sobresaltarse cuando escuchó cómo la mujer volvía después de diez minutos con la ropa que la había pedido, dejándola sobre el mostrador.- Veamos…- Extendiéndolo todo terminando por ensanchar su sonrísa.- Es perfecto.- Anunció observando la grata sonrisa de la encargada… ahora sólo tenía que esperar el resto.
Tras un cuarto de hora, en su totalidad casi media hora de espera, el camarero apareció con una bandeja cargada de toda clase de postres además de la bebida, el hombre insistió en subirlo él pero Elora depositó toda la ropa en su hombro y cogió la bandeja agradecidamente sin notar su peso para comenzar a ascender las escaleras dejándolos atrás. Al llegar a la habitación, entró de milagro dejando la bandeja en la mesa principal y la ropa apoyada en la cama esperando a Alexis con paciencia, sentada en el borde de dicha cama sin importarle tener que esperar aunque el olor de la comida era incuestionable.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
No me dio tiempo siquiera de replicar cuando ella ya había salido de la habitación. Suspiré largamente y miré por unos instantes la puerta de la habitación, rodé los ojos mientras negaba lentamente con la cabeza y luego entré al baño cerrando la puerta detrás de mí. Miré el espejo de reojo, sin poder contenerme y gruñí por lo bajo, aventé la toalla con la que me estaba secando las manos para que lo cubriese.
Miré el agua que estaba al tope de la tina y la imagen del lago llegó a mi mente; revolví mi cabello para alejarla y procedí a sacarme la ropa. Entré a la tina haciendo que bastante agua saliera de golpe de las orillas. La sensación era relajante y sumamente reconfortante, apliqué un tanto de jabón neutro a mi cabello ya que los champú de olores lastimaban mi nariz. No entendía cómo la gente podía usar ese tipo de cosas que sólo hacían que el olor natural –que era mucho mejor– se esfumase. No tenía demasiada sangre, aunque sí la suficiente como para teñir el agua de un rojo leve. Tendría que limpiar el baño antes de que Elora pudiese usarlo, eso era seguro.
Me recargué unos minutos en una esquina y miré al techo; mi cabeza palpitaba con menos fuerza que antes, pero aún así podía sentir que si empezaba a pensar en algo importante recordaría cosas que no quería. Intenté que mi cabeza estuviera despejada casi por completo ya que me concentré en cosas triviales como el hecho de que el agua estaba a excelente temperatura, que el perro de la mujer de la acera de enfrente se había sentado unos dos milímetros más a la izquierda que el día anterior...
Sabía que ya llevaba un buen rato en el baño y aún así no me animaba a salir aún. El agua caliente me relajaba y me dejaba pensar de manera más clara, aunque la diferencia no fuera demasiada, para mí era una gran ayuda. Escuché la puerta de entrada abrirse y dirigí mi mirada hacia la del baño, como si fuese capaz de ver algo a través de ella. Al parecer ya había vuelto de hacer sus cosas.
Salí de la tina notando mis dedos arrugados por la sal que contenía el agua y luego metí una mano para sacar el tapón que se se fuera el agua. Mientras esperaba a que esto pasara sequé mi cuerpo y golpeé levemente mi frente al darme cuenta que no había metido ropa... eso era lo que pasaba cuando me daban crisis... olvidaba cosas pequeñas que normalmente no hacía. Bueno, ¿qué más daba? La bañera se había vaciado completamente por lo que abrí un poco la llave de agua caliente y con la toalla que había usado para secarme anteriormente limpié la misma de las pequeñas manchas de sangre que habían esparcidas.
Volví a tapar la tina y dejé que se llenara una vez más, preparando el agua para Elora. Me miré al espejo, usando una mano para desempañarlo y ahora noté la diferencia con el Alexis que anteriormente se encontraba con sangre en el cabello y el rostro más oscuro por el humo del incendio. Revolví mis cabellos mojados salpicando un poco el espejo y luego miré a la bañera y cerré el grifo. Coloqué una toalla alrededor de mi cintura para salir; abrí la puerta y vi a Elora sentada sobre la cama.
Un olor delicioso llenó mis fosas nasales y miré la comida; como respuesta a la fragancia mi estómago no pudo evitar gruñir un tanto, por el hambre. Alcé levemente una ceja y luego me acerqué lentamente, miré a Elora y me detuve.
– El baño está listo por si deseas usarlo ya – le comenté.
Me acerqué de nuevo y tomé una patata frita y la dirigí a mi boca. En serio tenía hambre, tanto pensar y demás me habían dejado hambriento. Iba a tomar otra, pero dirigí mi mirada a Elora y aparté la mano.
– Esperaré a que salgas para comer – le dije y sonreí un poco.
Miré el agua que estaba al tope de la tina y la imagen del lago llegó a mi mente; revolví mi cabello para alejarla y procedí a sacarme la ropa. Entré a la tina haciendo que bastante agua saliera de golpe de las orillas. La sensación era relajante y sumamente reconfortante, apliqué un tanto de jabón neutro a mi cabello ya que los champú de olores lastimaban mi nariz. No entendía cómo la gente podía usar ese tipo de cosas que sólo hacían que el olor natural –que era mucho mejor– se esfumase. No tenía demasiada sangre, aunque sí la suficiente como para teñir el agua de un rojo leve. Tendría que limpiar el baño antes de que Elora pudiese usarlo, eso era seguro.
Me recargué unos minutos en una esquina y miré al techo; mi cabeza palpitaba con menos fuerza que antes, pero aún así podía sentir que si empezaba a pensar en algo importante recordaría cosas que no quería. Intenté que mi cabeza estuviera despejada casi por completo ya que me concentré en cosas triviales como el hecho de que el agua estaba a excelente temperatura, que el perro de la mujer de la acera de enfrente se había sentado unos dos milímetros más a la izquierda que el día anterior...
Sabía que ya llevaba un buen rato en el baño y aún así no me animaba a salir aún. El agua caliente me relajaba y me dejaba pensar de manera más clara, aunque la diferencia no fuera demasiada, para mí era una gran ayuda. Escuché la puerta de entrada abrirse y dirigí mi mirada hacia la del baño, como si fuese capaz de ver algo a través de ella. Al parecer ya había vuelto de hacer sus cosas.
Salí de la tina notando mis dedos arrugados por la sal que contenía el agua y luego metí una mano para sacar el tapón que se se fuera el agua. Mientras esperaba a que esto pasara sequé mi cuerpo y golpeé levemente mi frente al darme cuenta que no había metido ropa... eso era lo que pasaba cuando me daban crisis... olvidaba cosas pequeñas que normalmente no hacía. Bueno, ¿qué más daba? La bañera se había vaciado completamente por lo que abrí un poco la llave de agua caliente y con la toalla que había usado para secarme anteriormente limpié la misma de las pequeñas manchas de sangre que habían esparcidas.
Volví a tapar la tina y dejé que se llenara una vez más, preparando el agua para Elora. Me miré al espejo, usando una mano para desempañarlo y ahora noté la diferencia con el Alexis que anteriormente se encontraba con sangre en el cabello y el rostro más oscuro por el humo del incendio. Revolví mis cabellos mojados salpicando un poco el espejo y luego miré a la bañera y cerré el grifo. Coloqué una toalla alrededor de mi cintura para salir; abrí la puerta y vi a Elora sentada sobre la cama.
Un olor delicioso llenó mis fosas nasales y miré la comida; como respuesta a la fragancia mi estómago no pudo evitar gruñir un tanto, por el hambre. Alcé levemente una ceja y luego me acerqué lentamente, miré a Elora y me detuve.
– El baño está listo por si deseas usarlo ya – le comenté.
Me acerqué de nuevo y tomé una patata frita y la dirigí a mi boca. En serio tenía hambre, tanto pensar y demás me habían dejado hambriento. Iba a tomar otra, pero dirigí mi mirada a Elora y aparté la mano.
– Esperaré a que salgas para comer – le dije y sonreí un poco.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
El ínfimo crujido de la puerta hizo que Elora girase suavemente la cabeza en dirección a Alexis observándolo sólo con la toalla rodeada a la cintura, se le ocurrieron muchas cosas y cada una mejor que lo anterior lo que conllevó a que una sonrisa se formase en sus labios casi sin darse cuenta es más su cuerpo estaba allí presente pero su mente se había esfumado prácticamente… Al cabo de unos segundos la voz del hombre la interrumpió y tuvo que sacudir la cabeza a la vez que se levantaba.
-Uhm...sí, gracias.- Murmuró a la vez que cogía el vestido junto con las zapatillas caminando hacia el baño y deslizándose por el espacio que no ocupaba el hombre ya que no le pediría que se retirase por si se le caía la toalla o vete tu a saber qué… la cuestión es que a la mujer le divertía.- No importa, come si quieres no me molestará.- Añadió dándole suavemente con el talón a la puerta de madera y cerrando así el baño a la vez que dejaba la ropa donde pudo.
Se posó frente al espejo rodando su mirada al ver el desastroso aspecto que tenía tardando así poco en desnudarse para meterse en la bañera, el agua estaba justo en su punto y a diferencia que el licántropo el agua no se desbordó cuando ella se introdujo debido a que pesaba bastante más pero de lo que sí se encargó fue de hacer una buena capa de espuma y degustarlo, tranquilizándose y relajándose hasta llegar al momento en el que se resbaló soltando un chillido de mofa para volver a apoyarse en el borde intentando quitarse la espuma del rostro mientras reía por lo bajo. Sin duda, se lo pasaba genial. Se enjabonó con el mismo jabón limpiando todas las manchas de ceniza, sangre, tierra en fin que tenía de todo menos limpieza en su piel…
La mujer no tardó más de diez minutos en salir del agua habiendo quitado el tapón con anterioridad y secándose con lentitud observando que la toalla no acababa de estar blanco pero era más que normal, posteriormente se recogió el cabello con una toalla y se vistió pasando el vestido azulado por su cuerpo y colocándose los zapatos sintiéndose muchisimo más cómoda y tranquila, sin duda alguna… terminó por quitarse la toalla del cabello y cepillarlo para dejar que cayese por su espalda formando unas húmedas ondulaciones que en cuestión de tiempo cogería algo de volumen secándose. Como era habitual en ella se dio un par de vueltas frente al espejo y posteriormente salió dirigiendo una mirada hacia al suelo pensando que Alexis ya estaría vestido, vamos era lo más normal..
-Uhm…- Arrugó la nariz notando aún latente el olor a comida terminando por alzar la mirada y buscar a su compañero en dicha habitación la cual necesitaba algo de luz, velas, candelabros lo que fuese ya que se notaba la caída de la noche cuya luna sería media seguramente.
-Uhm...sí, gracias.- Murmuró a la vez que cogía el vestido junto con las zapatillas caminando hacia el baño y deslizándose por el espacio que no ocupaba el hombre ya que no le pediría que se retirase por si se le caía la toalla o vete tu a saber qué… la cuestión es que a la mujer le divertía.- No importa, come si quieres no me molestará.- Añadió dándole suavemente con el talón a la puerta de madera y cerrando así el baño a la vez que dejaba la ropa donde pudo.
Se posó frente al espejo rodando su mirada al ver el desastroso aspecto que tenía tardando así poco en desnudarse para meterse en la bañera, el agua estaba justo en su punto y a diferencia que el licántropo el agua no se desbordó cuando ella se introdujo debido a que pesaba bastante más pero de lo que sí se encargó fue de hacer una buena capa de espuma y degustarlo, tranquilizándose y relajándose hasta llegar al momento en el que se resbaló soltando un chillido de mofa para volver a apoyarse en el borde intentando quitarse la espuma del rostro mientras reía por lo bajo. Sin duda, se lo pasaba genial. Se enjabonó con el mismo jabón limpiando todas las manchas de ceniza, sangre, tierra en fin que tenía de todo menos limpieza en su piel…
La mujer no tardó más de diez minutos en salir del agua habiendo quitado el tapón con anterioridad y secándose con lentitud observando que la toalla no acababa de estar blanco pero era más que normal, posteriormente se recogió el cabello con una toalla y se vistió pasando el vestido azulado por su cuerpo y colocándose los zapatos sintiéndose muchisimo más cómoda y tranquila, sin duda alguna… terminó por quitarse la toalla del cabello y cepillarlo para dejar que cayese por su espalda formando unas húmedas ondulaciones que en cuestión de tiempo cogería algo de volumen secándose. Como era habitual en ella se dio un par de vueltas frente al espejo y posteriormente salió dirigiendo una mirada hacia al suelo pensando que Alexis ya estaría vestido, vamos era lo más normal..
-Uhm…- Arrugó la nariz notando aún latente el olor a comida terminando por alzar la mirada y buscar a su compañero en dicha habitación la cual necesitaba algo de luz, velas, candelabros lo que fuese ya que se notaba la caída de la noche cuya luna sería media seguramente.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Miré la comida después de que ella entrase al baño y revolví mi cabello para alejar la idea de empezar a comer sin Elora. Me acerqué a mi armario y saqué unos pantalones de dormir y una playera sin mangas; me coloqué la ropa y me senté en la cama, alejado de la comida a esperar a que saliera de bañarse.
Paseé la mirada por la habitación, recordando la posición de las cosas de manera exacta –o al menos casi–. Sí, estaba intentando distraerme con cualquier cosa, pero es que si no lo hacía empezarían de nuevo los recuerdos, cosa que quería evitar a toda costa. Después de unos minutos escuché la puerta abrirse y miré a Elora, ya se veía mejor y traía ropa nueva; no me había dado cuenta de ello. Odiaba mis crisis... se me escapaban cosas que eran mínimas, ¿cuándo terminaría esa molestia?
– ¿Mejor? – pregunté con una leve sonrisa en mi rostro.
El olor a sangre ya no se encontraba en el ambiente, o al menos no de manera dominante y eso me relajaba más. Quería descansar, pero estaba seguro que si lo intentaba no podría; nunca podía hacerlo en noches como ésta, que debía pensar para despejarme y el hecho de relajarme para poder dormir sólo terminaba siendo peor.
– ¿Comemos? –
Me acerqué a la bandeja con los platos y esperé a que Elora hiciera lo mismo. De alguna forma había sido mejor de esa manera, a mí no se me hubiera ocurrido ir a pedir algo de comer, ni siquiera a la habitación. Mi mente estaba hecha un desastre y ahora mismo estaba contando la comida... sí, a ese grado llegaba. Tenía que distraerme para calmarme y siempre era así. No hacía falta mencionar que odiaba la vida que llevaba, incluso a veces me llegaba a odiar a mí mismo; siempre me he creído un monstruo ya que en realidad no tendría reparos en matar a alguien si eso me traería tranquilidad.
Paseé la mirada por la habitación, recordando la posición de las cosas de manera exacta –o al menos casi–. Sí, estaba intentando distraerme con cualquier cosa, pero es que si no lo hacía empezarían de nuevo los recuerdos, cosa que quería evitar a toda costa. Después de unos minutos escuché la puerta abrirse y miré a Elora, ya se veía mejor y traía ropa nueva; no me había dado cuenta de ello. Odiaba mis crisis... se me escapaban cosas que eran mínimas, ¿cuándo terminaría esa molestia?
– ¿Mejor? – pregunté con una leve sonrisa en mi rostro.
El olor a sangre ya no se encontraba en el ambiente, o al menos no de manera dominante y eso me relajaba más. Quería descansar, pero estaba seguro que si lo intentaba no podría; nunca podía hacerlo en noches como ésta, que debía pensar para despejarme y el hecho de relajarme para poder dormir sólo terminaba siendo peor.
– ¿Comemos? –
Me acerqué a la bandeja con los platos y esperé a que Elora hiciera lo mismo. De alguna forma había sido mejor de esa manera, a mí no se me hubiera ocurrido ir a pedir algo de comer, ni siquiera a la habitación. Mi mente estaba hecha un desastre y ahora mismo estaba contando la comida... sí, a ese grado llegaba. Tenía que distraerme para calmarme y siempre era así. No hacía falta mencionar que odiaba la vida que llevaba, incluso a veces me llegaba a odiar a mí mismo; siempre me he creído un monstruo ya que en realidad no tendría reparos en matar a alguien si eso me traería tranquilidad.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Por pura costumbre la mirada de Elora analizó a Alexis denotando que se encontraba en mejor estado y así una vez hubo salido del todo de la entrada del baño asintió levemente a ambas preguntas a la vez que colocaba bien los bajos del vestido el cual arrastraba levemente.- Sí,sí y tienes mejor cara…- Acercándose a los platos para situarse en la silla que había frente a la de él dedicándole una suave sonrísa que parecía no estar cargada de tristeza.
Una mano se deslizó cogiendo el tenedor, volteándolo en las yemas de los dedos para finalmente comenzar a comer paladeando cada una de las delicias que entraban en su boca, ciertamente lo necesitaba ya que había sido un día un tanto duro en el cual estuvo a punto de estallar pero menos mal que no fue así, por otro lado ¿Qué habría ocurrido con el chico? Esperaba mañana no tener que lamentarse de haber sido la responsable de la pérdida de vida de el niño, quizás había sido atracado,convertido en otro ser o sencillamente asesinado… bufó intentando no pensar en aquello aunque el rostro del muchacho permanecía en su mente grabado a mente, lo que la llevó a preguntarse el tipo de donde que tendría el muchacho así que miró al licántropo y lo preguntó:- ¿Qué don tienes? A parte del de curación acelerada, si es que tienes otro más…-Se atrevió a preguntar a medida que arqueaba una ceja.
Elora notaba a Alexis como una persona… ¿Atormentada? Agh, no sabía explicarlo pero tenía la consideración de que le faltaba alguna cosa en la vida, no sabía qué aunque también cabía la posibilidad de que fuesen cosas suyas, estupideces como siempre solía ocurrirle. Igualmente se atrevió a hacerle otra pregunta mientras comía.- ¿Eres francés? Aunque tus rasgos me dicen que no…-Suspiró levemente cogiendo los vasos para llenarlos de vino una vez ambos llenos cogió el suyo dando un pequeño trago sin quitarle ojo de encima.
Los pies se movían nerviosos bajo la mesa así que tuvo la necesidad de descalzarse y flexionar una pierna para situarla debajo de su trasero mientras la otra colgaba moviendo los dedos de los pies; por un momento observó su mano observando el buen efecto de la curación acelerada así alzó la mirada observando el cabello color café cuya largura era ideal para coger entre los dedos conjuntamente con una mirada verdosa que le recordaba a la propia. Las ropas las había catalogados de clase media, bastante cómodas e idóneas para la situación..así todo el conjunto quedó guardado en su memoria.
Una mano se deslizó cogiendo el tenedor, volteándolo en las yemas de los dedos para finalmente comenzar a comer paladeando cada una de las delicias que entraban en su boca, ciertamente lo necesitaba ya que había sido un día un tanto duro en el cual estuvo a punto de estallar pero menos mal que no fue así, por otro lado ¿Qué habría ocurrido con el chico? Esperaba mañana no tener que lamentarse de haber sido la responsable de la pérdida de vida de el niño, quizás había sido atracado,convertido en otro ser o sencillamente asesinado… bufó intentando no pensar en aquello aunque el rostro del muchacho permanecía en su mente grabado a mente, lo que la llevó a preguntarse el tipo de donde que tendría el muchacho así que miró al licántropo y lo preguntó:- ¿Qué don tienes? A parte del de curación acelerada, si es que tienes otro más…-Se atrevió a preguntar a medida que arqueaba una ceja.
Elora notaba a Alexis como una persona… ¿Atormentada? Agh, no sabía explicarlo pero tenía la consideración de que le faltaba alguna cosa en la vida, no sabía qué aunque también cabía la posibilidad de que fuesen cosas suyas, estupideces como siempre solía ocurrirle. Igualmente se atrevió a hacerle otra pregunta mientras comía.- ¿Eres francés? Aunque tus rasgos me dicen que no…-Suspiró levemente cogiendo los vasos para llenarlos de vino una vez ambos llenos cogió el suyo dando un pequeño trago sin quitarle ojo de encima.
Los pies se movían nerviosos bajo la mesa así que tuvo la necesidad de descalzarse y flexionar una pierna para situarla debajo de su trasero mientras la otra colgaba moviendo los dedos de los pies; por un momento observó su mano observando el buen efecto de la curación acelerada así alzó la mirada observando el cabello color café cuya largura era ideal para coger entre los dedos conjuntamente con una mirada verdosa que le recordaba a la propia. Las ropas las había catalogados de clase media, bastante cómodas e idóneas para la situación..así todo el conjunto quedó guardado en su memoria.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Sonreí levemente cuando dijo que tenía mejor cara. Lo tenía porque me estaba distrayendo de las cosas que me harían tenerla peor. Suspiré y tomé un tenedor para empezar a comer; le observé unos instantes. Comía de manera delicada y ya había notado que sus formas eran un tanto más agraciadas, así que suponía que era de la clase alta. La gente de esa calaña solía sentir las cosas más a pecho que los que no éramos tan afortunados. Su voz interrumpió parcialmente mis pensamientos ya que ahora me concentré en su voz y en cómo se movían sus labios, cómo pestañeaba, cómo se movía el tenedor...
– Visión remota y compartida –
Claro que me habían dicho que mi capacidad de recordar todo también era un don, pero para mí no era nada de eso, ni siquiera se le acercaba. Miré mi tenedor y cómo se enterraba en la comida para ayudarme a engullirlo. Tenía la intención de preguntarle cuál era su don, pero no era algo que me importara, era su vida y aunque ella lo hubiese preguntado yo no lo haría. Tampoco tenía el derecho de saber el por qué de su temor a cosas que no debería, según mi punto de vista.
– Eso es lo que me han dicho – contesté – a decir verdad, no sé si soy francés... –
Introduje un pedazo de comida a mi boca, no quería hablar más del asunto, además de que no era su problema. No sabía quiénes eran mis padres, para mí mi única familia fue ese grupo de licántropos que me trataban peor que un perro. Anteriormente sólo servía para llevar el dinero de cada día y para servir de soldados dispuestos a morir por algo que ni siquiera entendíamos.
Terminé de comer y dejé los cubiertos en la charola, me levanté de mi lugar y entré el baño para cepillar mis dientes. Miré mi reflejo, no me debía mejor, me veía más demacrado que hace unos minutos. Mis recuerdos me atomerntaban y no me dejaban dormir... no estaba seguro si esa noche podría conciliar el sueño y prefería no pensarlo porque sino seguramente no podría.
– Dormirás en la cama –
Mi habitación era de una sola cama y estaba decidido desde el inicio a que ella la ocupase, no permitiría que hiciera otra cosa. Seguramente yo ni siquiera dormiría, así que era mejor que ella descansase para recuperar sus fuerzas después de la pérdida de sangre.
– Visión remota y compartida –
Claro que me habían dicho que mi capacidad de recordar todo también era un don, pero para mí no era nada de eso, ni siquiera se le acercaba. Miré mi tenedor y cómo se enterraba en la comida para ayudarme a engullirlo. Tenía la intención de preguntarle cuál era su don, pero no era algo que me importara, era su vida y aunque ella lo hubiese preguntado yo no lo haría. Tampoco tenía el derecho de saber el por qué de su temor a cosas que no debería, según mi punto de vista.
– Eso es lo que me han dicho – contesté – a decir verdad, no sé si soy francés... –
Introduje un pedazo de comida a mi boca, no quería hablar más del asunto, además de que no era su problema. No sabía quiénes eran mis padres, para mí mi única familia fue ese grupo de licántropos que me trataban peor que un perro. Anteriormente sólo servía para llevar el dinero de cada día y para servir de soldados dispuestos a morir por algo que ni siquiera entendíamos.
Terminé de comer y dejé los cubiertos en la charola, me levanté de mi lugar y entré el baño para cepillar mis dientes. Miré mi reflejo, no me debía mejor, me veía más demacrado que hace unos minutos. Mis recuerdos me atomerntaban y no me dejaban dormir... no estaba seguro si esa noche podría conciliar el sueño y prefería no pensarlo porque sino seguramente no podría.
– Dormirás en la cama –
Mi habitación era de una sola cama y estaba decidido desde el inicio a que ella la ocupase, no permitiría que hiciera otra cosa. Seguramente yo ni siquiera dormiría, así que era mejor que ella descansase para recuperar sus fuerzas después de la pérdida de sangre.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
En parte Elora se había amoldado a ese tipo de vida, a sus costumbres,hábitos, manías pero sólo en parte ya que su otro ser era completamente animal y eso se dejaba ver en la cantidad de tiempo que pasaba en el bosque, en el lago y en todos los pequeños rincones no aptos para humanos inseguros.- Parece interesante.- Se atrevió a añadir balanceándose los labios mientras llevaba el tenedor a sus labios degustando lo que parecía ser la cena mientras dudaba de lo que le había dicho pero bueno, no haría más preguntas respecto a eso.
-A parte de la curación acelerada también gozo de memoria fotografíca.- Le explicó sonriéndole levemente observando ahora sus manos recuperada, cosas como aquellas aún seguían sorprendiéndolas ala vez que suspiraba pensativa hasta que nuevamente sus palabras lo interrumpieron:- ¿Te han dicho? ¿Uhm?-Torció la cabeza hacia un lado cual lobezno que no parece entender algo y ciertamente era así pero no parecía querer cooperar mucho así que lo dejó ahí, ya explicaría algo si quería.
Al verlo cómo se levantaba la mujer cogió la copa llenándola ahora de agua y bebiendo todo el contenido para terminar por levantarse, descalza y seguir a Alexis hasta colocarse tras su espalda a la vez que alzaba el mentón para depositarlo en su hombro y colocarse de puntillas ya que la mujer medía como mucho un metro setenta y bueno él seguramente superaba el metro ochenta por lo que había podido calcular a ojo.- ¿Seguro que estás bien?- Las manos de Elora se llevaron a su própia espalda enlazando los dedos de los suyos propios mientras los dedos de sus pies sujetaban todo el peso de la figura femenina envuelta en aquella tela azulada de tono suave.
La mujer fijó la mirada en el espejo observando el reflejo del licántropo, escuadriñándolo al detalle para despedazar su imagen intentando ver algo que a simple vista no se localizaba pero no lo conseguía y eso interiormente conseguía hacerla enfadar algo que se exteriorizaba sólo con un fruncido del ceño. Por un momento, ignoró el comentario de dónde dormirá ya que estaba demasiado ocupada con aquello…ya habría tiempo de negarse.
-A parte de la curación acelerada también gozo de memoria fotografíca.- Le explicó sonriéndole levemente observando ahora sus manos recuperada, cosas como aquellas aún seguían sorprendiéndolas ala vez que suspiraba pensativa hasta que nuevamente sus palabras lo interrumpieron:- ¿Te han dicho? ¿Uhm?-Torció la cabeza hacia un lado cual lobezno que no parece entender algo y ciertamente era así pero no parecía querer cooperar mucho así que lo dejó ahí, ya explicaría algo si quería.
Al verlo cómo se levantaba la mujer cogió la copa llenándola ahora de agua y bebiendo todo el contenido para terminar por levantarse, descalza y seguir a Alexis hasta colocarse tras su espalda a la vez que alzaba el mentón para depositarlo en su hombro y colocarse de puntillas ya que la mujer medía como mucho un metro setenta y bueno él seguramente superaba el metro ochenta por lo que había podido calcular a ojo.- ¿Seguro que estás bien?- Las manos de Elora se llevaron a su própia espalda enlazando los dedos de los suyos propios mientras los dedos de sus pies sujetaban todo el peso de la figura femenina envuelta en aquella tela azulada de tono suave.
La mujer fijó la mirada en el espejo observando el reflejo del licántropo, escuadriñándolo al detalle para despedazar su imagen intentando ver algo que a simple vista no se localizaba pero no lo conseguía y eso interiormente conseguía hacerla enfadar algo que se exteriorizaba sólo con un fruncido del ceño. Por un momento, ignoró el comentario de dónde dormirá ya que estaba demasiado ocupada con aquello…ya habría tiempo de negarse.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
El sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo me hizo sentir un tanto mejor, pero al mismo tiempo un poco desorientado. Ya era la segunda vez que ella hacía algo así y yo no estaba muy acostumbrado a esas cosas; las únicas veces que había pasado algo así era sólo para beneficio de la otra persona y no para reconfortarme. ¿Ella lo hacía por mí o por alguna otra razón?
Agité un poco mi cabeza y la agaché un poco, para no mirar ya mi reflejo en el espejo, me perturbaba. Asentí levemente a su pregunta, aunque no estaba seguro, pero no tenía por qué saberlo tampoco era algo que a ella le incumbiese. Alcé el rostro de nuevo y fijé mi vista en la suya, alcé levemente una ceja al notar que me escudriñaba de manera detallista.
– ¿Tengo algo? –
No lo dije de manera grosera... o al menos no quería que sonase así. Sabía que no tenía nada extraño ya que yo mismo podía verlo y recordaba muy bien cada rasgo de mi rostro por lo que entendía a la perfección que no era por eso. Por otro lado tampoco le preguntaría demasiadas cosas. No había respondido a mi afirmación –orden– por lo que di por hecho que ella había aceptado, además de que no aceptaría una alternativa. Así como ella había decidido que yo iba a darme un baño primero, yo decidí que ella dormiría en la cama y no había punto de discusión –aunque eso fuera un tanto infantil–.
Recordé su comentario... memoria fotográfica... era similar a lo mío, sólo que en su caso no se quedaba latente de manera tan... poco favorable. Ella recordaba rostros, yo recordaba rostros, sensaciones y olores, era peor que cualquier cosa, no era para nada genial, por lo menos no lo era para mí. Suspiré y me agaché sobre el lavabo para luego prender la llave y mojar mi rostro.
– Será mejor que duermas ya si es que de verdad quieres irte al amanecer... sino no descansarás debidamente – comenté.
No alcé la vista y cerré el grifo al tiempo que terminaba de hablar. Seguramente le parecía una persona que se encierra demasiado en sí misma... es por eso que no había hecho demasiadas amistades en todo este tiempo, pero así era mi forma de ser y no había nada que hacer –¿de verdad?–.
Agité un poco mi cabeza y la agaché un poco, para no mirar ya mi reflejo en el espejo, me perturbaba. Asentí levemente a su pregunta, aunque no estaba seguro, pero no tenía por qué saberlo tampoco era algo que a ella le incumbiese. Alcé el rostro de nuevo y fijé mi vista en la suya, alcé levemente una ceja al notar que me escudriñaba de manera detallista.
– ¿Tengo algo? –
No lo dije de manera grosera... o al menos no quería que sonase así. Sabía que no tenía nada extraño ya que yo mismo podía verlo y recordaba muy bien cada rasgo de mi rostro por lo que entendía a la perfección que no era por eso. Por otro lado tampoco le preguntaría demasiadas cosas. No había respondido a mi afirmación –orden– por lo que di por hecho que ella había aceptado, además de que no aceptaría una alternativa. Así como ella había decidido que yo iba a darme un baño primero, yo decidí que ella dormiría en la cama y no había punto de discusión –aunque eso fuera un tanto infantil–.
Recordé su comentario... memoria fotográfica... era similar a lo mío, sólo que en su caso no se quedaba latente de manera tan... poco favorable. Ella recordaba rostros, yo recordaba rostros, sensaciones y olores, era peor que cualquier cosa, no era para nada genial, por lo menos no lo era para mí. Suspiré y me agaché sobre el lavabo para luego prender la llave y mojar mi rostro.
– Será mejor que duermas ya si es que de verdad quieres irte al amanecer... sino no descansarás debidamente – comenté.
No alcé la vista y cerré el grifo al tiempo que terminaba de hablar. Seguramente le parecía una persona que se encierra demasiado en sí misma... es por eso que no había hecho demasiadas amistades en todo este tiempo, pero así era mi forma de ser y no había nada que hacer –¿de verdad?–.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Las manos de Elora se deslizaron por pura inercia por el centro de la espalda de Alexis descendiendo por el centro de la columna vertebral rozándola sólo con las yemas de los dedos para concluir en la cintura, notaba esa zona ancha pero era normal al tener las espaldas amplias cosa que pasaba más o menos igual con las mujeres pero sólo en las caderas por cuestiones fisiológicas y demás que no venían al caso ni se iba a poner a pensar en aquel instante dejando así las manos reposar en dicha zona, agradeciendo el contacto de la tela que separaba la piel por escasos centímetros. Ella parpadeó un par de veces cuando la miró y siseo:- Eso deberías decírmelo tú.- Sabía que las intenciones de sus palabras no eran las mismas que las de él pero esa era su intención así que se limitó a balancearse los labios por pura manía observando pequeñas gotas de agua deslizarse por el rostro, surcarlo en silencio y con delicadeza para luego pender de la barbilla como si aquello fuese el final.
“¿Nunca te han dicho qué tus gestos son atípicos? Niegas demasiado con la cabeza como sino quisieses pensar, ni siquiera eres capaz de mirarte a un espejo más tiempo de lo debido, las palabras no salen con fluidez en las conversaciones, posiblemente no tengas interés en ti mismo y así un largo etcétera” Pensó sin atreverse a decirlo sabiendo que posiblemente con aquello sólo perturbaría más los pensamientos de Alexis así que decidió sellar sus labios como si la vida le fuese en ello.
-No pienso acostarme en la cama, ¿Y tú qué?- Porque no había barajado la posibilidad de que él durmiese con ella no por si misma sino por él, lo había considerado una persona reacia al tacto incluso.Gruñió levemente mordiéndole el hombro como forma de volverse a negar a la vez que se apartaba de él un par de pasos manteniéndose de puntillas y retrocediendo lo suficiente como para que su espalda chocase con la pared y parte del marco alzando el mentón con cara de “No”, al final parecía que hasta tenía carácter en lo más hondo de su ser.
Ciertamente, Elora llevaba años sin dormir bien así que la cuestión de descansar bien había desaparecido de su mente hacía bastante tiempo pero tampoco lo mencionaría puesto que era algo secundario.
“¿Nunca te han dicho qué tus gestos son atípicos? Niegas demasiado con la cabeza como sino quisieses pensar, ni siquiera eres capaz de mirarte a un espejo más tiempo de lo debido, las palabras no salen con fluidez en las conversaciones, posiblemente no tengas interés en ti mismo y así un largo etcétera” Pensó sin atreverse a decirlo sabiendo que posiblemente con aquello sólo perturbaría más los pensamientos de Alexis así que decidió sellar sus labios como si la vida le fuese en ello.
-No pienso acostarme en la cama, ¿Y tú qué?- Porque no había barajado la posibilidad de que él durmiese con ella no por si misma sino por él, lo había considerado una persona reacia al tacto incluso.Gruñió levemente mordiéndole el hombro como forma de volverse a negar a la vez que se apartaba de él un par de pasos manteniéndose de puntillas y retrocediendo lo suficiente como para que su espalda chocase con la pared y parte del marco alzando el mentón con cara de “No”, al final parecía que hasta tenía carácter en lo más hondo de su ser.
Ciertamente, Elora llevaba años sin dormir bien así que la cuestión de descansar bien había desaparecido de su mente hacía bastante tiempo pero tampoco lo mencionaría puesto que era algo secundario.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Cerré los ojos por un instante recordando en mi piel y mente el recorrido que realizaban sus manos. Separé los párpados casi de inmediato, no podía permitirme eso, sino cada vez que ella me tocase reviviría esa sensación y no sería nada agradable. No respondí a su comentario, no tenía por qué hacerlo... no debía explicarme ante ella ni ante nadie.
– No te preocupes por mí – contesté.
Sus dientes sobre mi piel me hicieron estremecer y, ¿para qué negarlo? Me sorprendió, bastante... no me lo esperaba. Se alejó y una parte de mí extrañó de inmediato su tacto, pero era algo normal –o al menos intenté convencerme de ello–. Su mirada, desafiante me hizo suspirar y masajear levemente el puente de mi nariz. Esto era demasiado complicado para el estado en el que me encontraba... de hecho aunque no me encontrase de esa forma sería una situación bastante difícil.
– Elora... por favor –
Su nombre salió en un pequeño siseo, casi suplicante. No estaba para discusiones y estaba seguro que yo me negaría rotundamente a dormir en la cama –más bien acostarme–, estaba seguro que esa noche no podría pegar un ojo. Ahora mismo el descanso de Elora era mucho más importante que cualquier otra cosa. Era por estas cosas que no me agradaba ayudar a la gente, al final era más complicado de lo que parecía y eso me molestaba en sobremanera por que era energía gastada y tiempo usado en vano.
– No te preocupes por mí – contesté.
Sus dientes sobre mi piel me hicieron estremecer y, ¿para qué negarlo? Me sorprendió, bastante... no me lo esperaba. Se alejó y una parte de mí extrañó de inmediato su tacto, pero era algo normal –o al menos intenté convencerme de ello–. Su mirada, desafiante me hizo suspirar y masajear levemente el puente de mi nariz. Esto era demasiado complicado para el estado en el que me encontraba... de hecho aunque no me encontrase de esa forma sería una situación bastante difícil.
– Elora... por favor –
Su nombre salió en un pequeño siseo, casi suplicante. No estaba para discusiones y estaba seguro que yo me negaría rotundamente a dormir en la cama –más bien acostarme–, estaba seguro que esa noche no podría pegar un ojo. Ahora mismo el descanso de Elora era mucho más importante que cualquier otra cosa. Era por estas cosas que no me agradaba ayudar a la gente, al final era más complicado de lo que parecía y eso me molestaba en sobremanera por que era energía gastada y tiempo usado en vano.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Posiblemente si recordase aquel recorrido por su espalda podría haberse dado cuenta de que Elora no llevaba ningún tipo de joya ni siquiera el anillo de compromiso algo que era obligatorio para una mujer casada de alta cuna – al menos en la actualidad ya que no siempre había sido así- ni tampoco tenía la marca de este lo que se daba por hecho que jamás se lo ponía rechazando así ese matrimonio puramente humano y dentro de unas desagradable condiciones humanas; los odiaba… a todos. ¿Con qué no tenía que explicarse? Pues ella tampoco tenía que acatar sus normas, total lo máximo que podía hacer es echarla de la habitación y dudaba muchisimo que lo hiciese vamos no tenía esa concepción de él pero por otro lado tenía la percepción de que tenía su carácter y quien sabe, las personas podían llegar a cambiar… mucho.
-¿Qué no me preocupe por ti?-Replicó.-Tu lo has hecho por mi, lo he notado en tus gestos, en el tono de voz, en tus movimientos así que ahora no seas tan... ¡Tan! – Se mordió la lengua.- No me pidas eso porque no voy a poder concedertelo, lo siento Alexis pero es así te guste o no además creo que ya es un buen momento para que alguien se preocupe por ti porque lo que se ve nadie ha parecido hacerlo.- Las palabras se deslizaron por sus labios de forma ordenada, con un tono levemente más alto que el suyo – su tono de voz era bajo- y sonaba como una orden de la que no podría rechistar cosa que dudaba, bastante.
Durante las horas que había estado con Alexis se había olvidado – casi- de su concepción del tacto tan particular e incluso se había atrevido a tocar a una persona ajena cosa que no hacía pues desde eso… años. No es que siempre hubiese sido así sino que con el paso del tiempo se había formado de aquella forma tan particular como extraña e incluso a ella misma a veces le daba miedo pero se limitaba a suspirar con cierta resignación; Elora se negó a darle más vueltas a aquello y se acuclilló un instante para coger entre las yemas de los dedos los picos del vestido, irguiéndose para enganchar cada pico de tela a su cintura pero al lado opuesto quedando un cruzado por delante que ceñía levemente la tela dejándola aún así movilidad.
La mujer se volteó sobre si misma acercándose a la cama para coger una almohada y dirigirse de nuevo hacia el bñao, Alexis no había ganado sólo había conseguido que cogiese una almohada para irse a descansar ala bañera la cual debía estar algo húmeda quizás o puede que hasta seca, no estaba segura. Así se paró enfrente suya aproximando los labios a su oído para susurrarle.- No.- Las palabras golpearon aquella zona de su piel de forma cálida debido a su siseante aliento. En todo momento, seguía de puntillas debido a que tenía la costumbre de caminar de aquella manera siempre y cuando el suelo fuese estable y no de tierra y a veces incluso así.
En la calle se podía escuchar el rumor de las voces, posiblemente personas que volvían a sus hogares a aquella hora algunos caminando y otros en carros de caballos; la temperatura era alta pero corría una leve brisa dando la sensación de que la noche no sería tan caluroso como se esperaba. En el propio hostal no se escuchaba ni un alma y bajo la puerta de la habitación sólo se colaba una leve luz procedente de los candelabros situados en los pasillos los cuales estaban bien iluminados.
-¿Qué no me preocupe por ti?-Replicó.-Tu lo has hecho por mi, lo he notado en tus gestos, en el tono de voz, en tus movimientos así que ahora no seas tan... ¡Tan! – Se mordió la lengua.- No me pidas eso porque no voy a poder concedertelo, lo siento Alexis pero es así te guste o no además creo que ya es un buen momento para que alguien se preocupe por ti porque lo que se ve nadie ha parecido hacerlo.- Las palabras se deslizaron por sus labios de forma ordenada, con un tono levemente más alto que el suyo – su tono de voz era bajo- y sonaba como una orden de la que no podría rechistar cosa que dudaba, bastante.
Durante las horas que había estado con Alexis se había olvidado – casi- de su concepción del tacto tan particular e incluso se había atrevido a tocar a una persona ajena cosa que no hacía pues desde eso… años. No es que siempre hubiese sido así sino que con el paso del tiempo se había formado de aquella forma tan particular como extraña e incluso a ella misma a veces le daba miedo pero se limitaba a suspirar con cierta resignación; Elora se negó a darle más vueltas a aquello y se acuclilló un instante para coger entre las yemas de los dedos los picos del vestido, irguiéndose para enganchar cada pico de tela a su cintura pero al lado opuesto quedando un cruzado por delante que ceñía levemente la tela dejándola aún así movilidad.
La mujer se volteó sobre si misma acercándose a la cama para coger una almohada y dirigirse de nuevo hacia el bñao, Alexis no había ganado sólo había conseguido que cogiese una almohada para irse a descansar ala bañera la cual debía estar algo húmeda quizás o puede que hasta seca, no estaba segura. Así se paró enfrente suya aproximando los labios a su oído para susurrarle.- No.- Las palabras golpearon aquella zona de su piel de forma cálida debido a su siseante aliento. En todo momento, seguía de puntillas debido a que tenía la costumbre de caminar de aquella manera siempre y cuando el suelo fuese estable y no de tierra y a veces incluso así.
En la calle se podía escuchar el rumor de las voces, posiblemente personas que volvían a sus hogares a aquella hora algunos caminando y otros en carros de caballos; la temperatura era alta pero corría una leve brisa dando la sensación de que la noche no sería tan caluroso como se esperaba. En el propio hostal no se escuchaba ni un alma y bajo la puerta de la habitación sólo se colaba una leve luz procedente de los candelabros situados en los pasillos los cuales estaban bien iluminados.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Un golpe nefasto {Alexis}
Esto definitivamente me estaba cansando más de la cuenta y eso no me agradaba para nada. Era demasiado molesto estar rogándole a alguien que cree que puede llegar a meterse en mi vida como se le antoje... pues no, nadie debe meterse en ella, no si puedo evitarlo.
– No es buen momento para nada – contesté entre dientes – no intentes describirme como si me conocieras... no lo haces ni lo harás –
Observé cómo recogió una almohada y regresó al baño, ¿pensaba dormirse en la bañera? Bien, que hiciera lo que quisiera, me daba igual ya. Le permití acercarse, ¿por qué lo hice? Ni yo lo sabía... empezaba a molestarme y ni siquiera sabía el por qué. Era por eso que odiaba mi forma de ser... si es que en verdad era de una forma en particular.
Di unos pasos hacia atrás chocando con el lavabo, para alejarme de su tacto, ya había sido suficiente por esa noche. Le miré con los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada, de verdad estaba enojado. Tal vez era una tontería, no lo sabía y prefería no saberlo... siempre que descubría la verdad terminaba decepcionándome a mí mismo.
– Haz lo que quieras – siseé.
Salí del baño como una fiera y me dirigí al sillón individual que había en esa habitación. Apreté mis sienes con una mano y cerré los ojos, inhalando y exhalando para calmarme. Había tenido pensado salir un rato, pero sería una mala idea con el humor que me cargaba. Si alguien se me atravesaba y siquiera se atrevía a rozarme con su chamarra o su bolsa le gritaría o hasta le golpearía. Si en cambio me quedaba aquí... sólo me tragaría el enojo por que, lo quisiera o no... a Elora no le levantaría la mano. Sólo por el simple hecho de que había sacrificado demasiado tiempo y energías en salvarle y procurar que se encontrase bien como para yo mismo lastimarla... no me lo perdonaría.
En la habitación había una ventana que daba a la calle; podía ver las luces de los faroles y a la poca gente que se dedicaba a vivir de manera nocturna caminar por las calles parisinas. Todo se encontraba demasiado callado, pero en mi cabeza empezaba a haber un revoltijo, de nuevo. El haberme enojado sólo había contribuido a empeorar las cosas, ¿por qué no pudo haber simplificado las cosas? Si yo digo algo no es al azar, sino por una razón... pero claro, Elora no me conoce –ni lo hará– y eso de alguna manera me tranquilizaba, pero también me hacía enojar. Ahora estaba más consciente de que no dormiría esa noche y el día siguiente tendría que trabajar por lo que... eso se traducía en: otro día sin dormir.
– No es buen momento para nada – contesté entre dientes – no intentes describirme como si me conocieras... no lo haces ni lo harás –
Observé cómo recogió una almohada y regresó al baño, ¿pensaba dormirse en la bañera? Bien, que hiciera lo que quisiera, me daba igual ya. Le permití acercarse, ¿por qué lo hice? Ni yo lo sabía... empezaba a molestarme y ni siquiera sabía el por qué. Era por eso que odiaba mi forma de ser... si es que en verdad era de una forma en particular.
Di unos pasos hacia atrás chocando con el lavabo, para alejarme de su tacto, ya había sido suficiente por esa noche. Le miré con los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada, de verdad estaba enojado. Tal vez era una tontería, no lo sabía y prefería no saberlo... siempre que descubría la verdad terminaba decepcionándome a mí mismo.
– Haz lo que quieras – siseé.
Salí del baño como una fiera y me dirigí al sillón individual que había en esa habitación. Apreté mis sienes con una mano y cerré los ojos, inhalando y exhalando para calmarme. Había tenido pensado salir un rato, pero sería una mala idea con el humor que me cargaba. Si alguien se me atravesaba y siquiera se atrevía a rozarme con su chamarra o su bolsa le gritaría o hasta le golpearía. Si en cambio me quedaba aquí... sólo me tragaría el enojo por que, lo quisiera o no... a Elora no le levantaría la mano. Sólo por el simple hecho de que había sacrificado demasiado tiempo y energías en salvarle y procurar que se encontrase bien como para yo mismo lastimarla... no me lo perdonaría.
En la habitación había una ventana que daba a la calle; podía ver las luces de los faroles y a la poca gente que se dedicaba a vivir de manera nocturna caminar por las calles parisinas. Todo se encontraba demasiado callado, pero en mi cabeza empezaba a haber un revoltijo, de nuevo. El haberme enojado sólo había contribuido a empeorar las cosas, ¿por qué no pudo haber simplificado las cosas? Si yo digo algo no es al azar, sino por una razón... pero claro, Elora no me conoce –ni lo hará– y eso de alguna manera me tranquilizaba, pero también me hacía enojar. Ahora estaba más consciente de que no dormiría esa noche y el día siguiente tendría que trabajar por lo que... eso se traducía en: otro día sin dormir.
Alexis D. Guischard- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 06/07/2010
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